Vida Loca Quotes

We've searched our database for all the quotes and captions related to Vida Loca. Here they are! All 62 of them:

En mi loca vida había muchas cosas fuera de mi alcance. Supongo que debí de haber sabido que me enamoraría de la persona mas exótica que conocería en mi vida.
John Katzenbach (The Madman's Tale)
Vive La Vida LOCA (Live the crazy life)
Luis J. Rodríguez (Always Running)
No puedo prometer que no te volveré loca. No puedo prometer que no voy a hacerte daño. Todo lo que puedo prometer es que te quiero en mi vida, y voy a hacer cualquier cosa para mantenerte allí.
Chelsea M. Cameron (My Favorite Mistake (My Favorite Mistake, #1))
If life is a movie most people would consider themselves the star of their own feature. Guys might imagine they're living some action adventure epic. Chicks maybe are in a rose-colored fantasy romance. And homosexuals are living la vida loca in a fabulous musical. Still others may take the indie approach and think of themselves as an anti-hero in a coming of age flick. Or a retro badass in an exploitation B movie. Or the cable man in a very steamy adult picture. Some people's lives are experimental student art films that don't make any sense. Some are screwball comedies. Others resemble a documentary, all serious and educational. A few lives achieve blockbuster status and are hailed as a tribute to the human spirit. Some gain a small following and enjoy cult status. And some never got off the ground due to insufficient funding. I don't know what my life is but I do know that I'm constantly squabbling with the director over creative control, throwing prima donna tantrums and pouting in my personal trailor when things don't go my way. Much of our lives is spent on marketing. Make-up, exercise, dieting, clothes, hair, money, charm, attitude, the strut, the pose, the Blue Steel look. We're like walking billboards advertising ourselves. A sneak peek of upcoming attractions. Meanwhile our actual production is in disarray--we're over budget, doing poorly at private test screenings and focus groups, creatively stagnant, morale low. So we're endlessly tinkering, touching up, editing, rewriting, tailoring ourselves to best suit a mass audience. There's like this studio executive in our heads telling us to cut certain things out, make it "lighter," give it a happy ending, and put some explosions in there too. Kids love explosions. And the uncompromising artist within protests: "But that's not life!" Thus the inner conflict of our movie life: To be a palatable crowd-pleaser catering to the mainstream... or something true to life no matter what they say?
Tatsuya Ishida
-Echo, ¿cómo crees que te dejaría? ¿Cómo puedes dudar de lo que siento? —Porque me viste enloquecer. Me viste casi volverme loca. — Te vi luchar contra el peor recuerdo de tu vida y te vi ganar. No te equivoques, Echo. Luché a tu lado. Necesitas encontrar la confianza en mí...en nosotros.
Katie McGarry (Pushing the Limits (Pushing the Limits, #1))
Pero entonces bailaban por las calles como peonzas enloquecidas, y yo vacilaba tras ellos como he estado haciendo toda mi vida mientras sigo a la gente que me interesa, porque la única gente que me interesa está loca, la gente que está loca por vivir, loca por hablar, loca por salvarse, con ganas de todo al mismo tiempo, la gente que nunca bosteza ni habla de lugares comunes, sino que arde, arde como fabulosos cohetes amarillos explotando igual que arañas entre las estrellas y entonces se ve estallar una luz azul y todo el mundo suelta un <>. [pp. 16]
Jack Kerouac (On the Road)
viva la vida loca(live the crazy life)
Luiz J. Rodriguez
—Él es mi alma gemela, es mi mejor amigo. La única persona que realmente me conoce, cuando estoy con él, ya no pienso en todas esas cosas vacías, ya no pienso en el dinero, ni lo que piensen los demás. —Mis padres me miraron como si estuviera loca. —Desde que él entro a mi vida, siento que me he vuelto mejor persona, y yo sé que pase lo que pase él siempre va a aceptarme y no importa lo que pase, siempre voy a amarlo. Nada puede cambiar eso, no importa si me quitan todo lo que poseo, no lo voy a dejar.
Lolo Mayaya (Play With Me)
La vida no es una novela, es algo más y mejor que una novela; es más imprevisible, más loca y menos tierna que una historia narrada en un libro. Una novela traiciona a la vida, porque cualquiera puede abrirla y empezar a leer por el último capítulo”. En la vida existe, para cada cual, un último capítulo, se sabe cómo acaba la historia, se sabe el desenlace final, pero nadie puede decir cuándo, dónde y en qué condiciones se desarrolla el final
Tahar Ben Jelloun (Les Yeux baissés)
When you win, we win; but when you go down, you go down alone.
Luis J. Rodríguez (Always Running: La Vida Loca: Gang Days in L.A.)
—¿La gente no dirá que estás loca? —Peor para ellos. No tienen corazón, y la vida es muy triste para los que no tienen corazón. Nadie los quiere. —Mujer, tienes razón." —Mimoso
Silvina Ocampo (La furia)
Dime que te gustará esta vida oscura y deliciosa; que amarás esta paz campestre; que aquí te curarás de las locas efervescencias que tuban tu espíritu, y que anhelas ser una feliz y robusta villana, ricachona en medio de la sencillez y la abundancia, teniendo por maridillo al más chiflado de los artistas, al más espiritual habitante de esta tierra de luz, fecundidad y poesía.
Benito Pérez Galdós
Esta época del año me vuelve loca. Como si s me estuviera acabando el tiempo, o algo así. Como si estuviera desperdiciando mi vida.
Kate Elizabeth Russell (My Dark Vanessa)
Esta época del año me vuelve loca. Como si se me estuviera acabando el tiempo, o algo así. Como si estuviera desperdiciando mi vida.
Kate Elizabeth Russell (My Dark Vanessa)
Así se van perdiendo los días y la vida, en el despeñadero de la desmemoria.
Rosa Montero (La loca de la casa)
En la pequeña noche de la vida humana, la loca de la casa enciende velas.
Rosa Montero (La loca de la casa)
espero que esa sustancia se limite tan sólo a resolver mi problema de depresión crónica; quiero continuar loca viviendo mi vida de la manera que yo sueño y no de la manera en que otros desean.
Paulo Coelho (Veronika decide morir)
Estaré loca pero por lo menos estoy actualizada, pensó. Tenía dos vidas y eso era mucho mejor que tener apenas media y cojear en picada. Y al final, qué importaba hacer el ridículo en Erfurt, nadie la estaba mirando y bien valía el cariño que obtenía a cambio.
Samanta Schweblin (Kentukis (Spanish Edition))
Nadie es indispensable en la vida de nadie. Toda persona tiene un tiempo limitado en tu vida y un papel especial en tu historia. Quien se va, que le vaya bien y quien llega, bienvenido sea. Sentimientos mueren, sentimientos nacen, amistades se acaban y otras empiezan.
Lisa Suñé (Loca aventura hacia sus labios)
«El espacio es un enjambre en los ojos; y el tiempo un zumbido en los oídos. En esta colmena estoy encerrado. Sin embargo, si antes de vivir hubiésemos sido capaces de imaginar la vida, ¡qué loca, imposible, indeciblemente extraña, maravillosa absurdidad nos hubiera parecido!» Pálido fuego. Canto tercero. Línea 220
Vladimir Nabokov
Cree que ser olvidada es un poco como volverse loca. Empiezas a preguntarte qué es real, si tú misma eres real. Después de todo, ¿cómo puede ser real algo si nadie es capaz de recordarlo? Es como ese koan Zen, el del árbol que cae en el bosque… Si nadie lo oyó caer, ¿ocurrió? Si alguien es incapaz de dejar una huella, ¿existe?
Victoria Schwab (La vida invisible de Addie LaRue)
arrastraba los pies tras ellos como he venido haciendo toda mi vida con la gente que me interesa, porque la única gente que me interesa es la que está loca, la que está loca por vivir, por hablar, ávida de todas las cosas a un tiempo, la gente que jamás bosteza o dice un lugar común..., sino que arde, arde, arde como candelas romanas en medio de la noche.
Jack Kerouac (En la carretera: El rollo mecanografiado original)
La vida sencilla y mecánica conduce a una cordura insensata ahogando nuestra inteligencia con el trabajo, en tanto que la vida pasada en el vacío de las abstracciones o en los abismos del mundo moral lleva a una loca cordura. En una palabra: matar los sentimientos para vivir hasta muy viejos o morir jóvenes aceptando el martirio de las pasiones. Esta es nuestra sentencia.
Honoré de Balzac (La Piel de Zapa (Spanish Edition))
Y Brando nunca se había reído tanto en toda su vida, al grado de verter lágrimas histéricas y de tener que sujetarse de las paredes y de sus amigos para no caer al piso, con el cerebro arrebolado por la mota y la cerveza y el vientre adolorido de tanto carcajearse del espectáculo que ofrecían las locas, la legión de maricas, vestidas y travoltas venidas de todos los rincones de la república nomás a desatarse al famoso carnaval de Villagarbosa, a jotear libremente en las calles del pueblo embutidas en apretadas mallas de ballerina, disfrazadas de hadas con alas de mariposa, de sensuales enfermeras de la Cruz Roja, de porristas y gimnastas musculosas, policías manfloras y gatúbelas ventrudas con botas de tacón de aguja; locas bien locas vestidas de novia persiguiendo a los muchachos por los callejones; locas bufonescas con nalgas y tetas gargantuescas tratando de besar a los rancheros en la boca; locas empolvadas como geishas, con antenas de alienígenas y garrotes cavernícolas, locas capuchinas y escocesas; locas disfrazadas de batos bien machines, tan hombres como cualquiera, hasta que se alzaban los lentes oscuros y les notabas la depilada de ceja, los párpados espolvoreados con brillantina de colores, la mirada braguetera; locas que pagaban las cervezas si bailabas con ellas; locas que se peleaban a puñetazo limpio por tus favores, que se arrancaban las pelucas y las tiaras y rodaban por el suelo entre alaridos, dejando sangre y lentejuelas regadas mientras la turba reía. Total
Fernanda Melchor (Temporada de huracanes)
Mátenme al alba. Con cuchillos [ilegible] y con cuchillas oxidadas. Estaré en cuclillas esperando. Salva tu amor. No lo salves. Desafección y mierda violenta que aprendió a expresarse en nuestros días mediante fórmulas atroces como «hacer el amor» y «asumir la responsabilidad» y «negar el pasado» y «el hombre es lo que se hace». No hay más que la memoria, maravilla sin igual, horror sin semejanza. Hace mucho que me entregué a las sombras. Y no me contenta mi destino sombrío, mi destino asombrado. Me han asolado, me han agostado. Libérame de ti pues te amo y no estás. No me hables. No te apostes en mis rincones preferidos. Estás aquí. Me deliras. Me cortas las cintas de colores que me aliaban a las niñas que fui. Me abandonas loca furiosa, comiendo sombras furiosamente, girando convulsa con las manos espantadas, revolcándome en tu huida hasta los atroces orgasmos y gritos de bestia asesinada. Pero te amo. A ti te asumo, ante ti sin pasado ni relojes ni sonidos. Sucia y susurrante, leve, ingrávida, llena de sangre y de sustancias sexuales, húmeda, mojada, reventando de calor, de sangre que pide. Me dañas la columna vertebral, tantos días despeñada sobre tu cuerpo imaginado. Me dañas la cabeza que di contra las paredes porque no sabía qué hacer salvo esto: que debía golpearme y castigarme ya que tú no venías. Con tu sonrisa de paraíso exactamente situado en el tiempo y en el espacio. Con tus ojos que sonríen antes que tus labios. En tus ojos encuentro mi persona súbitamente reconstruida. En tus ojos se acumulan mis fragmentos que se unen apenas me miras. En tus ojos vivo una vida de aire puro, de respiración fiel. En tus ojos no necesito del conocimiento, no necesito del lenguaje. En tus ojos me siento y sonrío y hay una niña azul en el jardín de un castillo. Ahora que no estás me atrae la caída, la mierda, lo abyecto, lo denigrante. Salgo a la calle y siento la suciedad, la ruina. Entro en los bares más siniestros y tomo un vino como sangre coagulada, como menstruación, y me rodean brujas negras, perros sarnosos, viejos mutilados y jóvenes putos de ambos sexos. Yo bebo y me miro en el espejo lleno de mierda de moscas. Después no me veo más. Después hablo en no sé cuál idioma. Hablo con estos desechos que no me echan, ellos me aceptan, me incorporan, me reconocen. Recito poemas. Discuto cuestiones inverosímiles. Acaricio a los perros y me chupo las manos. Sonrío a los mutilados. Me dejo tocar, palpar, manos en mi cuerpo adolescente que tanto te gustaba por ser ceñido y firme y suave. («La lisura de tu vientre, tus caderas de efebo solar, tu cintura hecha a la medida de mis manos cerrándose, tus pechos de niña salvaje que los deja desnudos aun cuando llueve, tu sexo y tus gritos rítmicos, que deshacían la ciudad y me llevaban a una selva musical en donde todo confabulaba para que los cuerpos se reconozcan y se amen con sonidos de leves tambores incesantes. Esas noches en que hacíamos el amor debajo de las grandes palabras que perdían su sentido, porque no había más que nuestros cuerpos rítmicos y esenciales… Y ahora llueve y tengo náuseas y vomito casi todo el día y siempre que hay un olor espantoso en la calle, un olor a paquete olvidado, a muerto olvidado. Y tengo miedo. Eso quería decir: que no estás y tengo miedo.»)
Alejandra Pizarnik (Diarios (nueva edición de Ana Becciu))
Tienes razón, lobo estepario, mil veces razón, y, sin embargo, has de sucumbir. Para este mundo sencillo de hoy, cómodo y satisfecho con tan poco, eres tú demasiado exigente y hambriento; el mundo te rechaza, tienes para él una dimensión de más. El que hoy quiera vivir y alegrarse de su vida, no ha de ser un hombre como tú ni como yo. El que en lugar de chinchín exija música, en lugar de placer alegría, en lugar de dinero alma, en vez de loca actividad verdadero trabajo, en vez de jugueteo pura pasión, para ése no es hogar este bonito mundo que padecemos…
Anonymous
—Lo siento —dije. Alex abrió la boca para hablar y yo negué con la cabeza para detenerlo—. Alex, sólo escúchame. Necesito que entiendas. Cuando pensé que mi madre estaba muerta… su funeral… y los días posteriores, sólo conseguí lograrlo gracias a ti, porque estuviste justo a mi lado cuidándome. Y cuando mi padre me llevó a Londres, lo único que conseguía sacarme de la cama en la mañana, y a través de cada día en esa maldita escuela, era el pensamiento de que un día llegaría a verte de nuevo. Sólo saber que estabas por ahí, era suficiente. Así que, incluso antes de esto, incluso antes de que realmente comenzaras a rescatarme de los hombres malos con armas grandes, te necesitaba. He sido impulsiva y loca y aprovechado oportunidades toda mi vida porque siempre he sabido que estarías allí cuando las cosas fueran mal. Lo que pasa. Mucho.¿Recuerdas el lago? ¿El incidente del trineo? ¿El árbol en el patio trasero? Y ni siquiera hemos llegado a casi ser capturada por La Unidad en un Seven Eleven o recibir un disparo en Joshua Tree. Y en cada uno de esos momentos me has rescatado. Cada vez has estado allí. Eres como mi red de seguridad.
Sarah Alderson (Losing Lila (Lila, #2))
Algo. En estos días, tienes que ser "algo" con alguien si no quieres ser "nada" con alguien. Por lo mismo, nuestra "relación", si es que puede llamársele "relación" a lo que teníamos, bueh, podía decirse que era clandestina. Poco nos importaba, sin embargo, lo que dijeran los demás. Porque nos teníamos. Nos teníamos y no nos íbamos a dejar ir (...) El consenso entre las diferentes voces que opinaban en mi cabeza había sido atribuir su conducta a las hormonas, pero yo le concedía todas las razones a la voluntad. Veloe era quien era porque así quería ser. Lo que comenzó como una inocente comida de vengan-a-conocer-a-mi-nuevo-novio, se transformó en un "cándido afecto" que, con el paso de los meses, se convirtió en un "frondoso encanto", el cual terminaría en una "loca infatuación". Un año después de subirme a aquel elevador, Veloe y yo nos amábamos hasta las lágrimas. Dicen que a las mujeres no hay que entenderlas sino amarlas, y en verdad que su amable y atento servidor no podría estar en desacuerdo con esa sagrada afirmación; pero yo no sólo amaba a Veloe, sino que la leía. Aprendí a leer a Veloe como a nadie; podía leerla con la tibia luz de la lámpara de la mesa de noche o con el sol quemante de las playas de Oaxaca, tirado en un camastro, cavando surcos en la arena con los pies. Podía leerla en el tren subterráneo, rodeado de parroquianos, o en la paz de la santa capilla, tirado en la alfombra, de pie o sentado, de cabeza o sobre las puntas de los dedos, exhausto o recién levantado, en ayunas, después de una pesada comida, lejos, en braille o con letra script. Entendí que es cosa complicada aprender a leer a una mujer, y que es tarea que puede extenderse por años. Por vidas enteras. Algunas mujeres son libros pequeños, de bolsillo, fácilmente manejables. Otras son pesados, de pasta dura, con el gramaje grueso y poco amable con los dedos. Algunas tienen prólogo y otras epílogo, y unas cuantas ambos. Algunas carecen de forros o están deshojadas. Nadie puede leer a todas las mujeres del mundo así como nadie puede leer todos los libros del mundo. Y del mismo modo que, dicen los románticos, ciertos libros nos escogen, algunas mujeres nos eligen, en silencio, y esperan a que las leamos... -Pixie (3) de Ruy Xoconostle W. (fragmento)
Ruy Xoconostle W. (Pixie 3)
posible que la prosperidad tecnológica haga viable alimentar y sostener a las masas inútiles incluso sin esfuerzo alguno por parte de estas. Pero ¿qué las mantendrá ocupadas y satisfechas? Las personas tendrán que hacer algo o se volverán locas. ¿Qué harán durante todo el día? Una solución la podrían ofrecer las drogas y los juegos de ordenador. Las personas innecesarias podrían pasar una cantidad de tiempo cada vez mayor dentro de mundos tridimensionales de realidad virtual, que les proporcionarían mucha más emoción y compromiso emocional que la gris realidad exterior. Pero esta situación asestaría un golpe mortal a la creencia liberal en el carácter sagrado de la vida y de las experiencias humanas. ¿Qué hay de sagrado en holgazanes inútiles que se pasan el día devorando experiencias artificiales?
Yuval Noah Harari (Homo Deus: Breve historia del mañana)
Es posible que la prosperidad tecnológica haga viable alimentar y sostener a las masas inútiles incluso sin esfuerzo alguno por parte de estas. Pero ¿qué las mantendrá ocupadas y satisfechas? Las personas tendrán que hacer algo o se volverán locas. ¿Qué harán durante todo el día? Una solución la podrían ofrecer las drogas y los juegos de ordenador. Las personas innecesarias podrían pasar una cantidad de tiempo cada vez mayor dentro de mundos tridimensionales de realidad virtual, que les proporcionarían mucha más emoción y compromiso emocional que la gris realidad exterior. Pero esta situación asestaría un golpe mortal a la creencia liberal en el carácter sagrado de la vida y de las experiencias humanas. ¿Qué hay de sagrado en holgazanes inútiles que se pasan el día devorando experiencias artificiales? Algunos expertos y pensadores, como Nick Bostrom, advierten que es improbable que la humanidad padezca dicha degradación, porque cuando la inteligencia artificial supere a la inteligencia humana, sencillamente, exterminará a la humanidad. Es probable que esto lo haga la IA ya sea por miedo de que la humanidad se vuelva contra ella e intente cerrarle el grifo, ya sea en busca de algún objetivo insondable propio. Porque sería muy difícil que los humanos controlaran la motivación de un sistema más inteligente que ellos. Incluso preprogramar el sistema con objetivos aparentemente benignos podría resultar horriblemente contraproducente. Una situación hipotética popular imagina que una empresa diseña la primera superinteligencia artificial y la pone a prueba de manera inocente: le hace calcular pi. Antes de que nadie se dé cuenta de lo que está sucediendo, la IA se apodera del planeta, elimina a la raza humana, emprende una campaña de conquista hasta los confines de la galaxia y transforma todo el universo conocido en un superordenador gigantesco que, a lo largo de miles de millones de años, calcula pi cada vez con mayor precisión. Después de todo, esta es la misión divina que su Creador le dio.[21]
Yuval Noah Harari (Homo Deus: Breve historia del mañana)
Las locas repiten que ni siquiera tenían pagado el plan, y así como así, se les prendía todo los accesos a las redes. Las locas estaban cagadas de la risa. Se acercaban a le chique y se alejaban de le chique, se apagaba y se prendía el sistema, así que así se empezó a correr la voz del caso de le chique. Dicen que todas empezaron a preguntarse cómo, por qué con qué, a le chique le pasaba esto, pero cada vez mejor. Al principio a centímetros de elle, después a metros y después a más distancia. Como que se fue alimentando el poder que tenía porque cada vez la conexión era más fuerte, estable. De a poco entre la comunidad se fue corriendo la voz, de los poderes de le chique. De que había nacido une chique con esta energía, con este poder en su cuerpo. Mis amigas travestis totalmente dislocadas, me cuentan que las locas empezaron a creer que la cosa era como científica, imaginaban que no sé por qué razón, a le niñe se le formaron dentro de la guata de su madre, hilos de electricidad entre los músculos que ahora son capaces de transmitir acceso a las redes sociales, o que tiene en su sangre protones y neutrones, minerales eléctricos, concentraciones de cobre y litio entre el calcio de las células, dicen, algo super posible a esta altura de la vida. Que sus células tienen la capacidad de adaptarse mágicamente al medio ambiente. El cuento es que empezaron a decir que había nacido ese chique con esa capacidad de distribuir cada vez a más gente, wifi y todas las redes sociales. Dicen que de a poco la empezaron a querer, a pesar de ser tan piola. [...] Sí, así, dicen que empezó a ser seguida por un montón de gente. Dicen también, que cuando le preguntan a la gente cómo se llama, cómo es o dónde vive, nadie sabe decir nada, porque la cuidan. No quieren que la pillen las autoridades y la vayan a tomar presa, así que la que sabe, sabe. Pero hay que ser piola, porque dicen que como cada vez más gente está teniendo Facebook, Instagram, y Tinder gratis, lo mas seguro es que las compañías de las telecomunicaciones, empiecen a perseguirla y la acusen de terrorista, de criminal, por hacer que los millonarios de las comunicaciones transnacionales pierdan millones de dólares. —Para no morir tan sola. Escritura en pandemia. Claudia Rodríguez
Claudia Rodríguez
Y pienso si no será siempre así, que el arte de nuestro tiempo, ese arte tenso y desgarrado, nazca invariablemente de nuestro desajuste, de nuestra ansiedad y nuestro descontento. Una especie de intento de reconciliación con el universo de esa raza de frágiles, inquietas y anhelantes criaturas que son los seres humanos. Puesto que los animales no lo necesitan: les basta vivir. Porque su existencia se desliza armoniosamente con las necesidades atávicas. Y al pájaro le basta con algunas semillitas o gusanos, un árbol donde construir su nido, grandes espacios para volar; y su vida transcurre desde su nacimiento hasta su muerte en un venturoso ritmo que no es desgarrado jamás ni por la desesperación metafísica ni por la locura. Mientras que el hombre, al levantarse sobre las dos patas traseras y al convertir en un hacha la primera piedra filosa, instituyó las bases de su grandeza pero también los orígenes de su angustia; porque con sus manos y con los instrumentos hechos con sus manos iba a erigir esa construcción tan potente y extraña que se llama cultura e iba a iniciar así su gran desgarramiento, ya que habrá dejado de ser un simple animal pero no habrá llegado a ser el dios que su espíritu le sugiera. Será ese ser dual y desgraciado que se mueve y vive entre la tierra de los animales y el cielo de sus dioses, que habrá perdido el paraíso terrenal de su inocencia y no habrá ganado el paraíso celeste de su redención. Ese ser dolorido y enfermo del espíritu que se preguntará, por primera vez, sobre el porqué de su existencia. Y así las manos, y luego aquella hacha, aquel fuego, y luego la ciencia y la técnica habrán ido cavando cada día más el abismo que lo separa de su raza originaria y de su felicidad zoológica. Y la ciudad será finalmente la última etapa de su loca carrera, la expresión máxima de su orgullo y la máxima forma de su alienación. Y entonces seres descontentos, un poco ciegos y un poco como enloquecidos, intentan recuperar a tientas aquella armonía perdida con el misterio y la sangre, pintando o escribiendo una realidad distinta a la que desdichadamente los rodea, una realidad a menudo de apariencia fantástica y demencial, pero que, cosa curiosa, resulta ser finalmente más profunda y verdadera que la cotidiana. Y así, soñando un poco por todos, esos seres frágiles logran levantarse sobre su desventura individual y se convierten en intérpretes y hasta en salvadores (dolorosos) del destino colectivo.
Ernesto Sabato (Sobre héroes y tumbas)
The most popular single in the world was “Livin’ la Vida Loca,” a song about how Pro Tools made Puerto Ricans gay.
Chuck Klosterman (Eating the Dinosaur)
Las palabras que [Dios] repite sin cesar en todos los detalles de su creación son: «Hoy pongo al cielo y a la tierra por testigos contra ti, de que te he dado a elegir entre la vida y la muerte, entre la bendición y la maldición. Elige, pues, la vida, para que vivan». Permanece tal como estás y saldrás mal; cambia, por doloroso que sea, y muévete hacia la vida. Cada vez que aprendo un poco más acerca del proceso de la creación, me vuelvo a asombrar de la increíble osadía del Espíritu Creador, que parece jugarse todas las ganancias del pasado en una nueva iniciativa, incitando a sus criaturas a una aventura tan loca y un riesgo tan grande.
Philip Yancey (Alcanzando al Dios invisible: ¿Qué podemos esperar encontrar? (Spanish Edition))
Siempre pensé que la humanidad se compone básicamente de dos tipos de personas. están las que, como vos,en lo único que piensan es en dominar al mundo. Completamente locas, claro. y están las otras. Personas perfectamente sanas que tan sólo quieren que las dejen en paz para así disfrutar la vida del mejor modo posible y sin molestar a nadie. La conclusión de todo esto, es que nuestro planeta está condenado desde siempre y para siempre a ser manejados por chiflados con delirios mesiánicos mientras que los que deberían ocuparse de esas cosas son considerados poco menos que retrasados disfuncionales por el solo hecho de no estar interesados en el puesto.
Rodrigo Fresán
¡Cuando pienso que puede ocurrir que no me muera, que venga usted, que vuelva a ver la primavera, que me ame todavía y que volvamos a empezar nuestra vida del año pasado! ¡Qué loca estoy! Apenas si puedo sostener la pluma con que le escribo este insensato sueño de mi corazón. Pase lo que pase, yo lo quería de verdad, Armand, y habría muerto ya hace mucho tiempo si no me asistiera el recuerdo de ese amor y una especie de vaga esperanza de volver a verlo a mi lado.
Alejandro Dumas (hijo) (La Dama De Las Camelias)
Inevitablemente, pensé en lo ilusorio del tiempo, ese tejido inconsútil que te abriga con el mismo hilado con que tejen las Parcas, en el pasado, en lo raro y absurdo que es este oficio de vivir. Pensé, con los clásicos, que si tenemos clara conciencia de nuestra insignificancia, ese oficio puede llegar a sernos grato. Oí, con la imaginación en carne viva, el rumor de las palabras que vienen rodando a través de los siglos, y que todos los muertos pronunciaron alguna vez. Palabras que han intervenido en todos los sueños y en todas las controversias y alegres coloquios al fresco o a la lumbre, y que ahí siguen, disponibles, ni nuevas ni viejas, palabras que nos sobrevivirán y hablarán por nosotros cuando hayamos muerto. Es bueno pensar esto para no hablar en vano. Pensé en la multitud de gente que había conocido a lo largo de mi vida, y sobre todo en los que ya habían muerto, sus caras, sus nombres, sus voces, sus ilusiones rotas. Pensé también en las mías, en mis ilusiones perdidas, y en cómo las ilusiones que se pierden no suelen ser reemplazadas por otras. Son solo eso: vacíos, huecos, magníficos edificios en ruinas, jardines de ayer donde hoy solo crecen hierbas sin ley, amargas flores sin aroma. Pensé en cómo mi mundo propio e irrepetible, con su infinita minucia de sucesos, al que a última hora vendría a agregarse el de la muerte, se perdería conmigo, igual que se perdió el de mis padres y el de todos los muertos que ahora me rodeaban. Algo único y prodigioso muere irreparablemente con cada uno de nosotros. El pensamiento, que tanto gusta de burlas y desmanes, él y no yo propiamente, pensó por un momento en la gloria literaria, en la loca esperanza de pervivir más allá de las tapias que cercan a los muertos por obra y magia de unas palabras puestas sobre un papel.
Luis Landero (El huerto de Emerson)
Recuerdo ahora —seguramente alguno de vosotros me habrá oído ya este mismo comentario en otras meditaciones— aquel sueño de un escritor del siglo de oro castellano. Delante de él se abren dos caminos. Uno se presenta ancho y carretero, fácil, pródigo en ventas y mesones y en otros lugares amenos y regalados. Por allí avanzan las gentes a caballo o en carrozas, entre músicas y risas —carcajadas locas—; se contempla una muchedumbre embriagada en un deleite aparente, efímero, porque ese derrotero acaba en un precipicio sin fondo. Es la senda de los mundanos, de los eternos aburguesados: ostentan una alegría que en realidad no tienen; buscan insaciablemente toda clase de comodidades y de placeres...; les horroriza el dolor, la renuncia, el sacrificio. No quieren saber nada de la Cruz de Cristo, piensan que es cosa de chiflados. Pero son ellos los dementes: esclavos de la envidia, de la gula, de la sensualidad, terminan pasándolo peor, y tarde se dan cuenta de que han malbaratado, por una bagatela insípida, su felicidad terrena y eterna. Nos lo advierte el Señor: quien quisiere salvar su vida, la perderá; mas quien perdiere su vida por amor a mí, la encontrará. Porque ¿de qué le sirve al hombre ganar todo el mundo, si pierde su alma? Por dirección distinta, discurre en ese sueño otro sendero: tan estrecho y empinado, que no es posible recorrerlo a lomo de caballería. Todos los que lo emprenden, adelantan por su propio pie, quizá en zigzag, con rostro sereno, pisando abrojos y sorteando peñascos. En determinados puntos, dejan a jirones sus vestidos, y aun su carne. Pero al final, les espera un vergel, la felicidad para siempre, el Cielo. Es el camino de las almas santas que se humillan, que por amor a Jesucristo se sacrifican gustosamente por los demás; la ruta de los que no temen ir cuesta arriba, cargando amorosamente con su cruz, por mucho que pese, porque conocen que, si el peso les hunde, podrán alzarse y continuar la ascensión: Cristo es la fuerza de estos caminantes[10].
Mariano Fazio (Libertad para amar: a través de los clásicos (Literatura y Ciencia de la Literatura) (Spanish Edition))
si tú supieras la cantidad de vidas distintas que puede haber en una sola vida...
Rosa Montero (La loca de la casa)
una habilidad fundamental que debes desarrollar si te crees con madera para los negocios es atreverte a intentar cosas nuevas y creativas para incrementar tus ventas, por muy loca o ridícula que parezca la idea. Nunca escatimes esfuerzos por pena o miedo; seguramente te sorprenderás de los resultados que puedes generar.
Arturo Elías Ayub (El negociador: Consejos para triunfar en la vida y en los negocios)
Living the La Vida Loca lifestyle without a source of income is foolish.
John Joclebs Bassey (Night of a Thousand Thoughts)
Es relativamente fácil volver a una persona loca para toda la vida, pero incluso el mismo Dios, que es una hábil, parece haber encontrado muchas dificultades para volver a una persona loca tan sólo durante un pequeño espacio de tiempo, es decir, mientras está pluma en mano o mientras está ante el papel en blanco. A falta de poder contar con Dios, hay que volverse loco por sí mismo.
Natsume Soseki Natsume
My task is to make you hear, to make you feel, and, above all, to make you see. That is all, and it is everything.” —Joseph Conrad
Luis J. Rodríguez (Always Running: La Vida Loca: Gang Days in L.A.)
El anhelo que sentimos de la Mujer Salvaje surge cuando nos tropezamos con alguien que ha conseguido establecer esta relación indómita. El anhelo aparece cuando una se da cuenta de que ha dedicado muy poco tiempo a la hoguera mística o a la ensoñación, y demasiado poco tiempo a la propia vida creativa, a la obra de su vida o a sus verdaderos amores. Y, sin embargo, son estas fugaces experiencias que se producen tanto a través de la belleza como de la pérdida las que nos hacen sentir desnudas, alteradas y ansiosas hasta el extremo de obligarnos a ir en pos de la naturaleza salvaje. Y llegamos al bosque o al desierto o a una extensión nevada y nos ponemos a correr como locas, nuestros ojos escudriñan el suelo, aguzamos el oído, buscando arriba y abajo, buscando una clave, un vestigio, una señal de que ella sigue viva y de que no hemos perdido nuestra oportunidad. Y, cuando descubrimos su huella, lo típico es que las mujeres corramos para darle alcance, dejemos el escritorio, dejemos la relación, vaciemos nuestra mente, pasemos la página, insistamos en hacer una pausa, quebrantemos las normas y detengamos el mundo, pues ya no podemos seguir sin ella. Si las mujeres la han perdido, cuando la vuelvan a encontrar, pugnarán por conservarla para siempre. Una vez que la hayan recuperado, lucharán con todas sus fuerzas para conservarla, pues con ella florece su vida creativa; sus relaciones adquieren significado, profundidad y salud; sus ciclos sexuales, creativos, laborales y lúdicos se restablecen; ya no son el blanco de las depredaciones de los demás, y tienen el mismo derecho a crecer y prosperar según las leyes de la naturaleza.
Clarissa Pinkola Estés (Mujeres que corren con los Lobos / Women Who Run with the Wolves (Spanish Edition))
Siempre creemos que el ruido es la violencia, pero no, en absoluto es así. El ruido es una falsa violencia. El ruido es la vida, nerviosa, loca, que palpita, que existe.
Nina Bouraoui (Otages)
The New Jim Crow: Mass Incarceration in the Age of Colorblindness, Michelle Alexander Critical Race Theory: The Key Writings That Formed the Movement, Kimberlé Crenshaw, editor Race and Police Brutality: Roots of an Urban Dilemma, Malcolm D. Holmes and Brad W. Smith Always Running: La Vida Loca: Gang Days in L.A., Luis J. Rodriguez Brotherhood of Corruption: A Cop Breaks the Silence on Police Abuse, Brutality, and Racial Profiling, Juan Antonio Juarez Our Enemies in Blue: Police and Power in America, Kristian Williams Don’t Shut Me Out!: Some Thoughts on How to Move a Group of People From One Point to Another OR Some Basic Steps Toward Becoming a Good Political Organizer!, James Forman
Mark Oshiro (Anger Is a Gift)
Hay a todas horas en el mundo una incógnita que ha de despejarse, una X, una grande X que desafía todos los recursos del álgebra. Quería la esfinge antigua que no hubiera respuesta. Hay una respuesta, y podemos matar a la esfinge. ¿Qué hacer para adivinarla? ¿Se aproxima un pobre en demanda de hospitalidad? ¡Si fuese el ángel del Señor! Pero, también, ¡si fuese un asesino! ¿Qué hacer para adivinarlo? ¿Es menester un esfuerzo mental, un acto asombroso de inteligencia? No, he ahí el secreto. Adivinar, es amar. Preguntad a cuantos han amado cómo lo han hecho. Han amado, ahí está todo. La inteligencia, entregada a sí misma, se lanza a navegar por un océano de pensamientos. Se plantea ante ella el problema de la vida, y, si la aguja imantada ha perdido la ciencia del norte, si la brújula está loca, puede muy bien llegar la inteligencia, prácticamente, a la duda; teóricamente, a la fatalidad. La esfinge antigua, es la inteligencia impotente concluyendo en la desesperación y precipitándose en la muerte. Mejor sabe el amor su camino. Prácticamente, llega a la luz; teóricamente, a la justicia.
Ernest Hello (L'homme: La Vie--La Science--L'art)
Con Myrna Uribe fueron inseparables. Compartía con ella mucho tiempo, tanto o más que con Pía Barros o Carmen Berenguer. [...]. Intenté hablar con ella [...]. "Hablar de Pedro me da pudor, él es como un caleidoscopio, cada persona que lo conoció tiene un fragmento de él, una parte de lo que representa en nuestras vidas, no es fácil hablar de una personalidad tan abismante y diversa
Óscar Contardo (Loca fuerte. Retrato de Pedro Lemebel)
I walk down the street, I fall down a hole. It takes me forever to figure out how to climb out. I walk down the street, fall down a hole, this time I know how to get out. I walk down the street, I walk around the hole. Next time I walk down a different street!
Belinda Jones (Living la Vida Loca (LoveTravel, #8))
—No, para ser sincero, no estoy bien. —su mirada era tan intensa que me paralizó—. Soy un hombre de más de 30 años, un ejecutivo exitoso, tengo muchas personas a mi cargo y estoy frente a ti nervioso y titubeando, no se supone que me sienta así, no se supone que no te quiera dejar ir, no se supone que tenga estas ganas locas de besarte. No, definitivamente no estoy bien. No supe que decir por un momento. —No entiendo nada y eso es difícil que suceda Nate. —Alana, tengo meses queriendo explicarte cosas, cosas de mi vida y ahora que puedo no me salen las palabras, lo tenía todo planificado, todo estudiado a la perfección. Pero esta noche no la debimos pasar tan bien.
Helena Moran-Hayes (Café y Martinis (Spanish Edition))
or portions thereof in any form whatsoever. For information address Pocket Books, 1230 Avenue of the Americas, New York, NY 10020 POCKET and colophon are registered
M.C. King (101 Reasons the '90s Ruled: Ten Years of Living La Vida Loca)
Solo en un tiempo todavía distante, quizás la racionalidad logre controlar los sentimientos más delirantes, y la loca ansia de inmortalidad personal dará paso a una resignación serena, a una sabiduría epicúrea, solo preocupada por la breve vida en este mundo y el disfrute de los momentos de alegría y de goce que las propias acciones y la suerte brinden.
Juan José Sebreli (Dios en el laberinto: Crítica de las religiones)
El Tiempo es el gran plagiario del ser: parece vida, y es continua agonía. No puede ni siquiera detener con sus ilusorias y letales alas, las epopeyas místicas de los santos ni las chispas de luz que caen en la Eternidad desde el cobre desbordante de los genios. Bajo esas alas, todo es muerte y polvo, polvo de loca alegría.
Porfirio Barba Jacob
¿No te das cuenta? Estoy loca y putamente enamorado de ti. Te amo más que a nada en este mundo. Cuando te miro a los ojos, no sólo te veo a ti, veo a mis hijos. Caray, veo una granja entera de niños y a cabras sordas, mudas y ciegas. Veo todo mi futuro. Sin ti, no veo nada. Nada.
Penelope Ward (Cocky Bastard)
Pues eso son la mayoría de las vidas, un cuarto de vuelta al mundo visitando a la carrera los museos más importantes de cada sitio. Como para poder decir a los vecinos que has estado allí. Yo no creo que haya nada después de la muerte, ya lo sabes, pero si hubiera algo y me preguntaran, como cuando vuelves de un viaje, qué he visto, diría lo que dicen los turistas y con sus mismas palabras. Pero si me lo preguntara alguien con verdadero interés, alguien con sensibilidad, pongamos que una especie de escritor como el que me gustaría suponer que eres tú, entonces le contaría que en esa visita por la vida, pese a su carácter eminentemente turístico, había aparecido alguna cosa rara, alguna cosa fuera de lo común, algún prodigio".
Juan José Millás (La mujer loca)
Y pensé: si tú supieras la cantidad de vidas distintas que puede haber en una sola vida...
Rosa Montero (La loca de la casa)
Las mujeres, al igual que los hombres, somos diversas y en cada una de nosotras hay muchas cosas que nos hacen distintas y nos separan, pero hay una que nos une y que atraviesa todas las etapas de nuestra vida y prácticamente todos los ámbitos: la experiencia de ser mujer en un mundo patriarcal. Eso, compañeras, puede y debe unirnos. Todas hemos pasado por situaciones o sensaciones parecidas, de miedo o discriminación. Compartirlas nos hace más fuertes y nos ayuda a sentir que no estamos solas y que no estamos locas. Lo que pasa es que hemos crecido con relatos que nos hacían creer que éramos enemigas (aunque tuviéramos amigas), nos han enseñado a desconfiar entre nosotras, a tenernos celos. Pues bien, la sororidad va de todo lo contrario, va de empatía, de hermandad, de solidaridad y de apoyo mutuo, de reforzarnos entre nosotras. Compartamos lo que nos pasa, hablemos, generemos lazos de confianza. Si el feminismo es una práctica activa y solo con decir «soy feminista porque creo en la igualdad» no te conviertes en feminista, con la sororidad pasa un poco lo mismo, también es una práctica
Leticia Dolera (Morder la manzana: La revolución será feminista o no será)
en el oficio de novelista hay algo aún mucho más importante que ese tintineo de palabras, y es la imaginación, las ensoñaciones, esas otras vidas fantásticas y ocultas que todos tenemos.
Rosa Montero (La loca de la casa)
yo era una loca de la vida, deseosa de que me quisieran y con tendencia a enamorarme siempre de quien no debía.
Andrea Longarela (Amor se escribe con H y otras formas de decirte que te quiero)
¿Qué será el sueño? —se preguntó Juana—. ¿Una bendición?, ¿una tregua de la vida?, ¿la imagen de la muerte?
Yolanda Scheuber (Juana la Reina, loca de amor (Spanish Edition))
Agustina, vida mía, no permitamos que la locura, vieja enemiga, acabe con cualquier atisbo de dicha, pero Agustina no escucha porque esta noche ella y la locura son un, Mi mujer está loca, me reconocí a mí mismo por primera vez esa noche, y sin embargo ese pensamiento no logró convencerme, no es así, Agustina vida mía, porque detrás de tu locura sigues estando tú, pese a todo sigues estando tú, y a lo mejor, quién quita, allá en el fondo también sigo estado yo, ¿te acuerdas de mí, Agustina? ¿Te acuerdas de ti misma?
Laura Restrepo (Delirio)
Y esto es lo que ha decidido; es capaz de prescindir de la comida (su cuerpo no se marchitará). Es capaz de renunciar al calor (el frío no la matará). Pero vivir una vida sin arte, sin maravillas, sin cosas bellas... eso la volvería loca.
Victoria Schwab (The Invisible Life of Addie LaRue)