Que Bonita Es La Vida Quotes

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— Es tan sutil como un ladrillo en la frente. Volveré. — Esto es genial. Un Terminator no muerto, simplemente lo que necesito en mi vida. Dale a Sinclair una bonita patada en las pelotas de mí parte.
MaryJanice Davidson
Porque no se trata del concepto amoroso, no es el amor lo que nos hace más o menos felices. Es la persona: encontrar a esa persona que hace que tu vida sea bonita. Y Alex es mi persona" - Priscila Cabana
Susanna Herrero (Aquel último verano (Cabana, #1))
- Para mi eres un regalo. (...) Y quiero que veas en ti lo mismo que yo ya veo. No quiero que cambies nada de ti, solo que descubras nuevas facetas, en aquello en lo que puedes convertirte cuando te liberes. Quiero que te descubras como una inmensa mujer, unica y especial. Dueña de su sexualidad, y segura de quien es en la vida. El unico espejo en el que te debes mirar es en el de Cleo Connelly. Cleo tenia los ojos humedos por la emocion. ¡Habia que joderse! Eran las palabras mas bonitas y apasionadas que le habian dicho jamás! Capitulo 6. Lion Romano y Cleo Connelly.
Lena Valenti (Amos y mazmorras: Primera parte (Amos y mazmorras, #1))
- ¿Cuál es el plan para hoy? (...) - ¿No lo sé. ¿Ser felices y comer perdices? Quedamos en eso, ¿no? (...) Y sin duda lo lograremos. Alex me hace feliz. No su amor por mí. No nuestro romance. Él. Porque no se trata del concepto amoroso,no es el amor lo que nos hace más o menos felices. Es la persona: encontrar esa persona que hace que tu vida sea bonita. Y Alex es mi persona.
Susana Herrero
Sin quitarme los ojos de encima, acercó aún más su pupitre. - ¿Sabes una cosa? - ¿Qué? - Que he entrado en tu blog. Ay, Dios. ¿Cómo lo había encontrado? Un momento; la pregunta que debía hacerme era la siguiente: ¿por qué lo había encontrado? Mi blog no podía buscarse a través de Google...Estaba flipando en colores. - Ya estás acosándome otra vez, ¿no? ¿Tengo que llamar a la poli para que te ponga una orden de alejamiento? - Ni en sueños, gatita - Sonrió - Ah, espera, que ya salgo en ellos, ¿verdad? Puse los ojos en blanco. - Más bien apareces en mis pesadillas, Daemon. (pág.154) - ¿Me estás preguntando si me atraen las humanas? - dijo. El pelo le caía hacia delante en ondas. Unas gotitas de agua le recorrían los mechones y acababan salpicándome la mejilla - ¿O si eres tú la que me atrae? Con las manos apoyadas en la roca, fue acercándose a mí lentamente. Muy pronto nos separaban sólo unos milímetros...Sentía su respiración como si fuera la mía, y cuando movió las caderas abrí los ojos y ahogué un grito. Vaya que si funcionaba la cosa...Me despejó la duda de un plumazo. (pág. 240) - Sí que es importante el helado - dije. - Es mi vida entera.- Dee tiró el monedero a Daemon, pero erró el objetivo - ¡Y tú me lo has quitado! (pág. 258 NUNCA TE METAS ENTRE DEE Y SU COMIDA, Y MENOS SI SE TRATA DE HELADO) - ¿Lo estás pasando bien con...Ash? - ¿Y tú con tu amiguito el pulpo? Me mordí el larbio. - Qué simpático eres, como siempre. ... - Estás...muy guapa, por cierto. Demasiado guapa para estar con ese idiota. Me sonrojé y bajé la vista. - ¿Te has tomado algo? - Pues no, la verdad. ¿Por qué me lo preguntas, si puede saberse? - Porque nunca me dices nada agradable. - Touché. (pág. 303) - Recuérdame...que no te haga enfadar nunca más ¡La leche! ¿Eres agente secreto en tus ratos libres? ... Me recorrió la espalda con sus brazos y hundió una mano en los rizos que se me habían soltado del moño. - No me has hecho caso - susurró contra mi hombro. - Nunca te hago caso. (pág. 327) Daemon murmuró algo en un idioma desconocido. Era una lengua dulce y bonita. Mágica. De otro planeta. Podría haberlo despertado, pero no lo hice sin saber demasiado bien por qué. La emoción que sentía por el contacto con su piel era más fuerte que todo lo demás. Daemon tenía una mano en el borde de mi camiseta, y los dedos encima del pedazo de piel que había entre el borde de la camiseta y la cinturilla de los pantalones de pijama. La mano empezaba a abrirse paso por debajo de la camiseta, a través de mi estómago, en la parte en que este empieza a descender. El pulso se me desbocó. Me rozó las costillas con la punta de los dedos. Su cuerpo se movió y sentí su rodilla contra mí. (pág. 338) O.O o_O OMG - Gatita - Ni aunque fueras el último ser con aspecto humano sobre la faz de la Tierra ¿Ahora lo entiendes? ¿Capiche? ... - Ademñas, no me atraes nada - Mentira podrida - Pero vamos, nada de nada. Eres... De repente Daemon estaba delante de mí, a apenas un centímetro de mi rostro. - ¿Qué soy? - Ignorante -¿Y qué más? - Prepotente, controlador...-...- Y un...cretino. - Venga ya, gatita, seguro que puedes hacerlo mejor - ... - Todavía no me creo que no te sientas atraída por mí. (pág. 360) - Seguro que hasta sueñas conmigo - Bajó la vista hacia mis labios y sentí que se despegaban - Seguro que escribes mi nombre en tus libretas, una y otra vez, rodeado por un corazoncito. Me reí. - En tus sueños, Daemon. Eres la última persona a la que... Daemon me besó (pág.361) Una sonrisa pícara se le asomó a los labios. - ¿Te das cuenta de que me encantan los retos? Me reí entre dientes y me volví hacia la puerta mientras le dedicaba un gesto grosero con el dedo corazón. - Y a mí, Daemon; y a mí. (pág. 414)
Jennifer L. Armentrout (Obsidian (Lux, #1))
Fuiste la forma mas triste y bonita que tuvo la vida de decirme que no se puede tener todo. Lamento que esa frase no sea mía. Ni siquiera se de quien es. Solo se lo roto que me siento ahora mismo. Te quiero, Macarena. Te quiero. Quédate con eso. Guárdalo. Cuídalo. Yo hare lo mismo con la huella que me dejas. Y si algún día es posible, sé que será contigo. Ahora vive mucho. Tienes que crear recuerdos que contarme cuando seamos viejos.
Elísabet Benavent (Seremos recuerdos (Canciones y recuerdos, #2))
—¿Alguna vez se ha sentido sitiado por el fuego y ha sabido que su vida en ese momento vale menos que un pedazo de mierda? ¿O se ha visto metido en un pueblo lleno de gente sin saber si quieren ayudarlo o matarlo? ¿Ha visto cómo sus amigos van cayendo en la batalla? ¿Ha almorzado con la gente sabiendo que quizá sea la última vez, que la próxima vez que los vea probablemente estén en un cajón? ¿Ah? Cuando eso pasa, uno deja de tener amigos, porque sabe que los perderá. Uno se acostumbra al dolor de perderlos y se limita a evitar ser una de las sillas vacías que se van multiplicando en los comedores. ¿Sabe lo que es eso? No. Usted no tiene ni la menor idea de lo que es eso. Usted estaba en Lima, pues, mientras su gente moría. Estaba leyendo poemitas de Chocano, supongo. Literatura, ¿verdad? La literatura dice demasiadas cosas bonitas, señor fiscal. Demasiadas. Ustedes los intelectuales desprecian a los militares porque no leemos. Sí, no ponga esa cara, he escuchado sus bromas, he visto la cara de los viejos políticos cuando hablamos. Y las comprendo. Nuestro problema es que estamos hasta los huevos de la realidad, nunca hemos visto las cosas bonitas de las que hablan sus libros.
Santiago Roncagliolo (Abril rojo)
Más de una vez, una de las preguntas que no me deja en paz por dentro es por qué en el pasado, y a menudo aún ahora, los pueblos conceden a la mujer un lugar tan inferior al que ocupa un hombre. Todos dicen que es innjusto, pero con eso no me doy por contenta: lo que quisiera conocer es la causa de semejante injusticia. Es de suponer que el hombre, dada su mayor fuerza física, ha dominado a la mujer desde el principio; el hombre, que tiene ingresos, el hombre, que procrea, el hombre, al que todo le está permitido... Ha sido una gran equivocación por parte de tantas mujeres tolerar, hasta hace poco tiempo, que todo siguiera así sin más, porque cuánto más siglos perdura esta norma, tanto más se arraiga. Por suerte, la enseñanza, el trabajo y el desarrollo le han abierto un poco los ojos a la mujer. En muchos países las mujeres han obtenido la igualdad de derechos; mucha gente, sobretodo mujeres, pero también hombres, ven ahora lo mal que ha estado dividido el mundo durante tanto tiempo, y las mujeres modernas exigen su derecho a la independencia total. Pero no se trata de eso: ¡también hay que conseguir la valoración de la mujer! En todos los continentes el hombre goza de una alta estima generalizada. ¿Por qué la mujer no habría de compartir esa estima antes que nada? A los soldados y héroes de guerra se les honra y rinde homenaje, a los descubridores se les concede fama eterna, se venera a los mártires, pero ¿qué parte de la humanidad en su conjunto también considera soldados a las mujeres? En el libro "Combatientes para toda la vida" pone algo que me ha conmovido bastante, y es algo así como que por lo general las mujeres, tan solo por el hecho de tener hijos, padecen más dolores, enfermedades y desgracias que cualquier héroe de guerra. ¿Y cuál es la recompensa por aguantar tantos dolores? La echan en un rincón si ha quedado mutilada por el parto, sus hijos al poco tiempo ya no son suyos, y su belleza se ha perdido. Las mujeres son soldados mucho más valientes y heroicos, que combaten y padecen dolores para preservar a la humanidad, mucho más que tantos libertadores con todas sus bonitas historias... (...) Paul de Kruif, el autor del libro mencionado, cuenta con toda mi aprobación cuando dice que los hombres tienen que aprender que en las partes del mundo llamadas civilizadas, un parto ha dejado de ser algo natural y corriente. Los hombres lo tienen fácil, nunca han tenido que soportar los pesares de una mujer, ni tendrán que soportarlos nunca.
Anne Frank (The Diary of Anne Frank)
ropa bonita a su hija. Pero María no se daba por satisfecha. Creía que merecía algo mucho mejor. Cuando María ya era mujercita, no quería tener nada que ver con los jóvenes de su pueblo. No eran bastante buenos para ella. Muchas veces cuando se paseaba con su abuelita por las afueras del pueblo, decía: —Abuelita, cuando yo me case, voy a casarme con el hombre más guapo del mundo. La abuela movía la cabeza. Pero María miraba a través de la ladera y decía: —Va a tener el pelo tan negro y reluciente como el cuervo que veo posado en aquel piñón. Y cuando se mueva, va a mostrar la fuerza y la gracia del caballo que mi abuelito tiene en su corral. —María —decía la anciana suspirando—, ¿por qué piensas siempre en cómo se ve un hombre? Si vas a casarte con un hombre hay que asegurarte de que sea un buen hombre, de que tenga buen corazón. No te fijes tanto en lo guapo que es. Pero María se decía: —Estas viejitas. Tienen las ideas tan anticuadas. No entienden nada. Un día llegó al pueblo un hombre que parecía ser el mero hombre de quien María hablaba. Se llamaba Gregorio. Era un vaquero del llano al este de la sierra. Sabía montar cualquier bestia. Si tenía un caballo que se amansaba mucho, lo regalaba y se iba para capturar un caballo salvaje. Pensaba que no era varonil montar un caballo que no fuera medio bronco. Era tan guapo que todas las muchachas andaban enamorándose de él. Tocaba la guitarra y cantaba con buena voz. María decidió que ése era el hombre con quien se iba a casar. Pero disimulaba sus sentimientos. Si se encontraban en la calle y Gregorio la saludaba, María volteaba la cara. Si venía a su casa para tocar su guitarra y cantar, ella ni siquiera se asomaba a la ventana. Al poco tiempo Gregorio también se decidió. Se dijo: —Esa orgullosa de María. Es con ella que me voy a casar. Yo puedo conquistar su corazón. Todo resultó tal y como María lo había planeado. Los padres de María no querían que se casara con Gregorio. Le dijeron: —Él no puede ser buen marido. Está acostumbrado a la vida bárbara del llano. No te cases con él. Por supuesto María no les hizo caso a sus padres. Se casó con Gregorio. Por algún tiempo todo andaba bien. Tuvieron dos hijos. Pero después de varios años, Gregorio volvió a su antigua manera de ser. Se mantenía fuera de casa por meses a la vez. Cuando regresaba a casa le decía a María: —Yo no vine a verte a ti. Quiero pasar un rato con mis hijos nomás. Jugaba con los hijos por un tiempo, y luego se iba para pasar toda la noche jugando a las cartas con sus amigos y tomando vino. Y empezó a decir
Joe Hayes (The Day It Snowed Tortillas / El día que nevó tortilla)
Ella es muy bonita, ¿verdad? ¿Bonita? ¡Es la criatura más hermosa con que yo haya tropezado en mi vida! Eso decía mi corazón.
Juan Rulfo (Cartas a Clara (Spanish Edition))
La vida siempre es una locura. Sean cuales sean las circunstancias de cad uno, las cosas nunca salen como queremos. Pero, por otro lado, al final siempre te depara sorpresas bonitas e inesperadas. Es por ello por lo que habrá muchas ocasiones en las que al final acabarás pensando que tuviste suerte de que no haya salido como querías. Si un plan o alguna expectativa no te salen bien, no es necesario considerarlo una desgracia o un fracaso. Porque eso es lo que provoca la transformación, en ti y en tu vida.
Michiko Aoyama
–Cuando la veo –dije–, no sé lo que es. Es como si no hubiese visto nada igual en mi vida. Es como si estuviera llena, como un vaso cuando está lleno de vino. Veo los números de los otros artistas y no me dicen nada..., son como polvo. Luego ella entra en escena y... es tan bonita, y tiene un traje tan bonito y una voz tan dulce... Me entran ganas de sonreír y de llorar al mismo tiempo. Me duele aquí. –Coloqué una mano en mi pecho, encima del esternón–. No he visto nunca una chica igual. No sabía que hubiese chicas como ella...
Sarah Waters (El lustre de la perla)
—Yo sé que mi vida no ha sido nada del otro mundo, hijo —dijo la vieja después de un rato—. Lo mismo todos los días: que la cocina, que el telar, que la preocupación por el viejo que iba a volver curado y tenía que levantarse temprano, y luego por usted que no llamaba nunca del norte. Todos los días lo mismo. Pero esta ha sido mi vida y ha tenido cosas bonitas. Un día fui madre: usted me hizo madre. Y ese día tuve en mis brazos a una cosita que había salido de mí misma y que tenía un corazón que latía. Y cuando pequeña escuché historias de mis abuelos acurrucada cerca del brasero, y aprendí el oficio de tejedora de mi propia madre. Y ahora de vieja salgo todavía a caminar y a mirar el mar, y a veces me hago una agüita de boldo con harta azúcar. Y los sábados me levanto a preparar un almuerzo rico porque viene usted, y cuando le oigo los pasos el corazón se me acelera de la emoción. Y es verdad: ya tengo más de ochenta años y sé que me voy a morir en un tiempito más. Y cuando estos viejos de la caleta se mueran también, y cuando se muera usted, nadie se va a acordar de mí, así como poco a poco a mí misma me va siendo cada vez más difícil recordar la cara de Florencio, y la de Rubén, y también la del padre Jerónimo, y hasta me olvido de cómo era mi pobre vecina Jimena, que en paz descanse, tan joven que partió. Pero a mí eso no me preocupa, no me preocupa que cuando yo muera a usted mismo le cueste recordar mi cara y mi voz. ¿Sabe por qué? Porque lo tuve a usted en mis brazos, y porque aprendí a tejer con mi madre, y porque me he tomado miles de agüitas mirando el mar. Eso nadie lo sabe y a nadie le importa y por lo mismo está claro que nadie lo va a recordar, pero yo lo tengo acá adentro, y cuando venga la muerte la podré mirar y preguntarle cuántos hijos tuvo ella, cuántas cucharadas de azúcar le puso a sus tecitos, cuántas veces vio una gaviota lanzarse en picada al mar y salir de vuelta hacia el cielo con un pescado. Y la muerte no me va a poder decir nada, porque la muerte es eso: la muerte. La muerte es la envidiosa de los que tuvimos una vida. Y no sabe la envidia que le da cuando ve que otra gente va a despedirse del que se está llevando, cuando escucha a esa gente hablar y decir cosas bonitas del muerto; no sabe usted, Martín, toda la rabia que siente la muerte por cada lágrima que se derrama por un finado, porque nunca nadie va a derramar una lágrima por ella.
Andrés Montero (LA MUERTE VIENE ESTILANDO)
¿Pero no se parecía su vida más bien a uno de esos grandes plátanos de tronco potente que bordean las calles de la ciudad, crecido despreocupándose de las meadas de los perros, de los papeluchos, de las colillas de cigarrillos y de las latas acumuladas entre sus raíces, indiferente al espray fluorescente con el que los enamorados trenzan sus nombres, a las obscenidades, que cada temporada son más fuertes, grabadas en su corteza? Un árbol cuyas raíces no respiran, sofocadas por el asfalto, agotadas por las vibraciones de los autobuses, con las hojas grises y el tronco ennegrecido por el hollín que, a pesar de todo, conserva su poderosa altura porque, como todos los árboles, sólo quiere una cosa -saciarse de luz- y para hacerlo debe continuar elevándose: hacia arriba, más arriba aún, hasta sobrepasar la sombra de los edificios. Una conquista que todos los inviernos es aniquilada por la implacable hacha del Servicio de Jardines que lo poda a la perfección y de sus bonitas ramas no deja más que minúsculos muñones. A pesar de la mutilación, sin embargo, el plátano no se rinde y cada primavera de sus amputados brazos despuntan numerosas varas y, de esas tiernas ramas, las primeras hojas.
Susanna Tamaro
Debes de tener en cuenta que la experiencia del fracaso, te da años luz de aquellos que viven de la teoría, te da lecciones exprés de lo que es la vida real, la teoría es muy bonita, es funcional, pero la vida real trae retos que la teoría tal vez no te menciono, OJO, no estoy diciendo que tener la teoría este mal, estoy diciendo que no te quedes ahí, que no te esperes a que todo sea perfecto, hazlo ya, corrige en el camino.
John Jairo Gil Cubillos (Yo emprendedor: 7 miedos a vencer para emprender con éxito (Spanish Edition))
Mi última relación había sido casi dos años atrás. Lo vi por última vez en un café, donde me dejó llorando después de decirme que estaba harto de competir contra la idea del príncipe azul que yo tenía en mi mente. —La vida real no es tan romántica ni tú eres tan bonita como una princesa —me dijo antes de irse. Nada más le faltó echarme el café encima para que ese día fuera completamente espantoso.
Mariam Parra (Untold: La Historia Que Nadie Sabía)
No puedo renunciar a la vivienda en Thurlow Road. Aunque no esté nunca allí, tengo que saber que puedo estarlo. Se encuentra un tanto abandonada y no es bonita. Miles de libros se acumulan allí, los leo como si los fuese a perder pronto y luego me asombra reencontrarlos. Una biblioteca que no se utiliza durante semanas y en ocasiones durante meses lo espera a uno con una fuerza terrible. Me sorprende salir de allí con vida. No obstante, es de esperar que algún día me maten de un golpe, sean los libros, sea alguien que en mí se venga de ellos.
Elias Canetti (Il libro contro la morte)
Te deseo lo mejor. Te deseo una vida larga y feliz. Una vida plena, colmada de cosas bonitas. Una vida en la que sepas apreciar y valorar lo que es realmente importante. Una vida en la que aprendas a superar todos los obstáculos que se te presenten y dejar atrás lo que te impide ser feliz, lo que no te deja continuar mirando hacia delante. Pero, sobre todo, te deseo una vida repleta de sueños cumplidos y que, al terminar tu viaje, puedas decir en un encantador murmullo: «ha merecido la pena».
Lorena Franco (Quédate conmigo)
Arriesga. Cada minuto, miles de personas en lugares diferentes están recordándose. Muchas seguramente a la vez. Otras abrazadas a personas equivocadas. Incluso con puro agobio. El miedo a ser valiente, a equivocarse es lo que evita las cosas más bonitas de la vida. Y equivocarse también es de esas cosas. La ilusión de las sonrisas nuevas llegan de la nada. Y aunque seguramente lloraremos más de lo que vamos a sonreir, siempre merecerá más la pena arriesgarse, que quedarse con las dudas eternas. Que esas sí que queman. Arriesga.
Defreds (Casi sin querer)
Fuiste la forma más triste y bonita que tuvo la vida de decirme que no se puede tener todo. Lamento que esa frase no sea mía. Ni siquiera sé de quién es. Solo sé lo roto que me siento ahora mismo. Te quiero, Macarena. Te quiero. Quédate con eso. Guárdalo. Cuídalo. Yo haré lo mismo con la huella que me dejas. Y si algún día es posible, sé que será contigo. Ahora vive mucho. Tienes que crear recuerdos que contarme cuando seamos viejos.
Elísabet Benavent (Pack bilogía Canciones y recuerdos)
Cuando a la Mujer Salvaje se le ocurre una idea, el amigo o amante jamás le dirá: «Pues no sé... me parece una auténtica bobada [una exageración, una cosa imposible, muy cara, etc.].» Un verdadero amigo jamás dirá eso. Puede que diga: «No sé si lo entiendo. Dime cómo lo ves. Explícame cómo piensas hacerlo.» Un amante/amigo que la considere una criatura viva que está creciendo como el árbol crece en la tierra o una planta de ficus en la casa o una rosaleda en el patio de atrás, un amante y unos amigos que la miren como un auténtico ser vivo que respira y que es humano, pero está hecho, además, de otras muchas cosas bonitas, húmedas y mágicas, un amante y unos amigos que presten su apoyo a la criatura que hay en ella, éstas son las personas que le convienen a la mujer, pues serán sus amigos del alma toda la vida. La esmerada elección de los amigos y amantes y también de los profesores es esencial para conservar la conciencia, la intuición y la ardiente luz que ve y sabe. Para conservar su conexión con lo salvaje la mujer tiene que preguntarse qué es lo que quiere. Es la separación de las semillas mezcladas con la tierra. Una de las más importantes distinciones que podemos hacer es la que corresponde a las cosas que nos atraen y las cosas que necesita nuestra alma.
Clarissa Pinkola Estés (Mujeres que corren con los Lobos / Women Who Run with the Wolves (Spanish Edition))
La misma hipocresía de siempre. La vida es una lucha, y el más fuerte gana. ¡Todo lo que hace la civilización es ocultar la sangre y disfrazar el odio con palabras bonitas!
Ursula K. Le Guin (The Dispossessed: An Ambiguous Utopia)
Nos perdemos las cosas más bonitas de la vida por miedo a atravesar el dolor que conllevan. Por más que creamos que evitando el dolor seremos felices y nos sentiremos más seguros, una vida sin dolor es una vida vacía.
Adriana Coines (Minimalistamente. El poder transformador de lo simple (Spanish Edition))
—Bonitas palabras, pero no estoy de acuerdo. Yo creo que el individuo, el Yo como lo definió usted, no es un ser aislado, sino la suma de los muchos yoes que una persona ha sido a lo largo de la vida. En ningún momento existe un Yo único, sino una entidad en continuo cambio que se desarrolla a través del tiempo. Pero el Yo de hace veinte años tiene una atadura con el Yo de ahora, una atadura que se llama tiempo. El tiempo hace cambiar a las personas, las hace madurar, pero el Yo actual sigue siendo una proyección de un Yo anterior. Yo, Francisco, no puedo olvidarme de lo que ha sido mi vida, porque mi pasado sigue reflejándose en mi alma en cada momento.
Simone Mascardi (sueños de cristal)
Me permito implorarles que se den prisa en hacer su trabajo; a nadie le agrada confinarse en un arresto domiciliario durante demasiado tiempo, por muy bonitas que sean las vistas en Donosti. Mi cliente tenía una vida, mi trabajo es ayudarle a recuperarla.
Eva García Sáenz de Urturi (El silencio de la ciudad blanca)