Esencia Quotes

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...En la vida aparecen personas de alguna parte que te marcan la existencia. Es un juego del destino que coloca en tu camino a gente que, por arte de magia, o sin ella, influyen en tu comportamiento y hasta te hacen cambiar tu forma de ser. Despliegan tal red sobre ti que quedas atrapado por su esencia, sea cual sea esta...
Blue Jeans (Canciones para Paula (Canciones para Paula, #1))
Creo que la esencia de la vida consiste en ser fiel a lo que uno cree su destino
Ernesto Sabato
Ya que los seres humanos pueden elegir ser ya sea crueles o buenos, no son, de hecho, ninguna de esas cosas en esencia.
Tarryn Fisher (Mud Vein)
La vida que eliges vivir es la esencia de quien eres
Tarryn Fisher (Mud Vein)
¿Cuál es la verdadera esencia de lo que revelan mis ojos?
Lao Tzu
Ayer de tarde estábamos sentados junto a la mesa. No hacíamos nada, ni siquiera hablábamos. Yo tenía apoyada mi mano sobre un cenicero sin ceniza. Estábamos tristes: eso era lo que estábamos, tristes. Pero era una tristeza dulce, casi una paz. Ella me estaba mirando y de pronto movió los labios para decir dos palabras. Dijo: Te quiero. Entonces me di cuenta de que era la primera vez que me lo decía, más aún, que era la primera vez que lo decía a alguien. Isabel me lo hubiera repetido veinte veces por noche. Para Isabel, repetirlo era como otro beso, era un simple resorte del juego amoroso. Avellaneda, en cambio, lo había dicho una vez, la necesaria. Quizá ya no precise decirlo más, porque no es juego: es una esencia.
Mario Benedetti (La tregua)
La felicidad la pueden experimentar en toda su intensidad sólo los que han vivido grandes altibajos, porque es un juego de contrastes. Los que nadan siempre por el espectro medio de las emociones nunca conocerán la esencia de la vida. Esa es la enseñanza del pozo: a veces hay que tocar fondo para entender la grandeza del cielo.
Francesc Miralles (El mejor lugar del mundo es aquí mismo)
Excessive brightness drove the poet into darkness. (essay : Hölderlin And The Essence Of Poetry, chapter from my copy of The origin of the work of art)
Martin Heidegger (Hölderlin y la esencia de la poesia)
Llevo varios días pensado en la sutil diferencia que hay entre en palabras que, aparentemente, significan lo mismo y que sin embargo entre ellas hay un abismo. Casa y hogar, por ejemplo. Casa no son más que paredes, techo para guarecerte de la lluvia, habitaciones especiales donde puedes realizar, sin que nadie te mire, necesidades fisiológicas propias de nuestra especie, área reservada que tiene el colchón en el que duermes. Hogar, en cambio, es donde tienes tus libros; la cama que conserva tu olor, o más bien, el perfume, la esencia de la persona amada; el maravilloso espacio donde los sueños se suceden; el lugar en el que te refugias de la maldad; también hay trono de rey o de princesa donde lees sin que nadie te moleste y que en las casas sólo sirve para mear y cagar. Hogar es sinónimo, no de casa sino de calidez, de ternura, de refugio, de ventana para mirar al mundo y la lluvia sin que ésta te moje.
Benito Taibo (Persona normal)
Amamos a aquellas personas que destilan una extraña esencia, que es la que nos falta para tener un compuesto químico equilibrado.
André Maurois (Climats)
La insignificancia, amigo mío, es la esencia de la existencia.
Milan Kundera (The Festival of Insignificance)
Pero es él, lo sé. Su verdadera esencia. Y tenía razón: la temo, y una parte de mi la odia. Pero es parte de mi ser. Es parte de la naturaleza del mundo, y por eso también, en cierto modo, la amo
Laura Gallego García (Dos velas para el diablo)
...La esencia misma del amor era la contrariedad, todos los obstáculos que iban apareciendo en el camino
Rocío Carmona (La gramática del amor)
Quien actúa de modo automático es esencia sin existencia”.
Alejo Carpentier (The Lost Steps)
El pasado ofrecía el encanto de lo irrecuperable. Lo perdido se convierte en algo precioso, en algo apenas entrevisto, evocado casi a voluntad, en la esencia más pura del presente.
Elena Garro (Testimonios sobre Mariana)
Y lo olía con más exactitud de la que muchos lo veían, ya que lo percibía en su interior y por ello de manera más intensa: como la esencia, el espíritu de algo pasado que no sufre la perturbación de los atributos habituales del presente, como el ruido, la algarabía, el repugnante hacinamiento de los hombres.
Patrick Süskind (Perfume: The Story of a Murderer)
La misma dinámica del capitalismo nubla la frontera entre inversión 'legítima' y especulación 'salvaje' porque la inversión capitalista es, en su misma esencia, una apuesta de riesgo(...), un acto consistente en tomar prestado del futuro".
Slavoj Žižek (First as Tragedy, Then as Farce)
-Todo y todos. Materia y esencia. Cada espíritu de cada dominio. Todo debería ser tuyo, y seré yo quien te lo dé.
Adri G.M. (La elevación (Los dominios del Ónix Negro, #1))
¿No es la descortesía con todos los demás, la misma esencia del amor
Jane Austen
Nadie es conocedor de la esencia de otro ser humano si no lo ama.
Viktor E. Frankl (Man’s Search for Meaning)
Nada fue, ni será; todo es, todo tiene esencia y presente.
Hermann Hesse
—No te fijas en lo realmente importante, solamente curioseas un poco por aquí y por allá, pero no observas la verdadera esencia de las cosas. (Joker)
Valeria González Lozano (Léiriú I: La rebelión (Léiriú, #1))
La felicidad es, respecto a la alegría, como una lámpara eléctrica respecto al sol. La felicidad siempre tiene un objeto, somos felices por algo, es un sentimiento cuya existencia depende de lo exterior. La alegría, en cambio, no tiene objeto. Te posee sin ningún motivo aparente, en su esencia se parece al sol: arde gracias a la combustión de su propio corazón.
Susanna Tamaro (Follow Your Heart)
El pintor es dueño de todas las cosas que el hombre pueda pensar... lo que en el universo existe por esencia, presencia o imaginación, él lo tiene antes en su mente y en sus manos luego
Leonardo da Vinci
Es perfectamente imaginable que el esplendor de la vida esté dispuesto, siempre en toda plenitud, alrededor de cada uno, pero cubierto de un velo, en las profundidades, invisible, muy lejos. Sin embargo está ahí, no hostil, no a disgusto, no sordo, viene si uno lo llama con la palabra correcta, por su nombre correcto. Es la esencia de la magia, que no crea, sino llama.
Franz Kafka (Diaries, 1910-1923)
No dejo de observar que el propósito del perfume era conseguir un efecto embriagador y atrayente y reconocía la bondad de las diferentes esencias de las que estaban compuestos, pero en conjunto le parecían más bien toscos y pesados, chapuceros más que sutiles.
Patrick Süskind (Perfume: The Story of a Murderer)
Para comprender el estado de la humanidad puede que baste con saber que la mayoría de los grandes triunfos y grandes catástrofes de la historia no se deben a que las personas son buenas en esencia o malas en esencia, sino a que las personas son en esencia personas.
Terry Pratchett (Good Omens: The Nice and Accurate Prophecies of Agnes Nutter, Witch)
(...)la logoterapia considera que la esencia de la existencia consiste en la capacidad del ser humano para responder responsablemente a las demandas que la vida le plantea en cada situación particular.
Viktor E. Frankl
La mirada es una elección. El que mira decide fijarse en algo en concreto y, por consiguiente, a la fuerza elige excluir su atención del resto de su campo visual. Esa es la razón por la cual la mirada, que constituye la esencia de la vida, es, en primera instancia, un rechazo.
Amélie Nothomb (Métaphysique des tubes)
Mi madre dice que los haikus son algo más que poemas. Cada uno es una emoción que aparece y al instante se desvanece, como todo lo bello de la vida. Un parpadeo fugaz que nos muestra la esencia de las cosas”.
Andrés Pascual (El haiku de las palabras perdidas)
COMO UNA ROSA   Te deshojé, como una rosa, para verte tu alma, y no la vi. Mas todo en torno (horizontes de tierras y mares). todo, hasta el infinito, se colmó de tu esencia inmensa y viva. Juan Ramón Jiménez
Amado Nervo (200 Poemas de Amor (Spanish Edition))
Primero está la soledad. En las entrañas y en el centro del alma: ésta es la esencia, el dato básico, la única certeza; que solamente tu respiración te acompaña, que siempre bailarás con tu sombra, que esa tiniebla eres tú.
Darío Jaramillo Agudelo
No se disculpa por él, sino por mi. No puede avergonzarse de ser como es, porque el caos y la destrucción están en su propia esencia. Pero lo siente por mí. […] Sabe que me hará daño, que no va a poder evitarlo, y lo lamenta.
Laura Gallego García (Dos velas para el diablo)
Querer es esencialmente sufrir, y como vivir es querer, toda la vida es por esencia dolor. Cuanto más elevado es el ser, más sufre... La vida del hombre no es más que una lucha por la existencia, con la certidumbre de resultar vencido...
Arthur Schopenhauer (El amor, las mujeres y la muerte)
Realmente apena que tomen medidas de represión para las personas como estas. Dejando de lado el peligro que puede ser o no para la vida sana de una colectividad, "el gusano comunista", que había hecho eclosión en él, no era nada más que un natural anhelo de algo mejor, una protesta contra el hambre inveterada traducida en el amor a esa doctrina extraña cuya esencia no podría nunca comprender, pero cuya traducción: "pan para el pobre" eran palabras que estaba a su alcance, más aún, que llenaban su existencia.
Ernesto Che Guevara (The Motorcycle Diaries: Notes on a Latin American Journey)
La esencia de la enfermedad es tan oscura como la de la vida.
Novalis
La esencia de un buen médico consiste en la capacidad de compasión y el sentido de la ética, sin los cuales el arte sagrado de la sanación degenera en simple charlatanería.
Isabel Allende (Daughter of Fortune)
Toda nuestra apariencia –y esencia– física se basa en fingir algo que no somos por naturaleza, con el fin de gustar más tanto a los demás como a nosotros mismos.
Javier Martínez (Aquí y ahora: El campamento)
Tu riqueza está en tu esencia: Quien eres, los talentos con los que naciste.
Mabel Katz (The Easiest Way to Grow (Book + CD) - El Camino Mas Facil Para Crecer (Libro + CD) (English and Spanish Edition))
Existen venenos tan sutiles que para conocer sus propiedades hay que probarlos. Existen enfermedades tan extrañas que uno tiene que sufrirlas para comprender su esencia
Oscar Wilde (The Picture of Dorian Gray)
La relación hombre y espacio no es otra cosa que el habitar pensando en su esencia.
Martin Heidegger
De modo que la logoterapia considera que la esencia de la existencia consiste en la capacidad del ser humano para responder responsablemente a las demandas que la vida le plantea en cada situación particular.
Viktor E. Frankl (El hombre en busca de sentido)
La necesidad constante de ser algo diferente es lo más valioso que tenemos... ésa es la esencia de la pasión. Sin ella, sin pedido al cielo, comenzamos a envejecer, a repetir, a no arriesgar... a morir lentamente.
Hania Czajkowski (La conspiracion de los alquimistas)
Cuando nacés tenés esencia. Después, eempieza a aparecer la personalidad. La personalidad trabaja en contra de la esencia. En nuestra cultura capitalista de demanda constante, rinde la personalidad. La personalidad como algo totalmente ficticio, de construcción, es una máscara. La esencia es lo que te sostiene" Fabián Casas en Leila Guerrero
Leila Guerriero (Teoría de la gravedad)
A las treinta y ocho horas sin comer ni dormir, tratando de darle agua de beber a un chico adolescente que se estaba muriendo en sus brazos, algo se le reventó a Victor en el pecho. «Se me rompió el corazón», musitó. En ese momento entendió el significado profundo de esa frase, creyó escuchar un sonido de cristal quebrado y sintió que la esencia de su ser se derramaba e iba quedando vacío, sin memoria del pasado, sin consciencia del presente, sin esperanza para el futuro.
Isabel Allende (Largo pétalo de mar)
Las escuelas y las universidades no pueden manejarse como empresas. Contrariamente a lo que pretenden enseñarnos las leyes dominantes del mercado y del comercio, la esencia de la cultura se funda exclusivamente en la gratuidad: la gran tradición de las academias europeas y de anti guas instituciones como el Collège de France, [...]nos recuerda que el estudio es en primer lugar adquisición de conocimientos que, sin vínculo utilitarista alguno, nos hacen crecer y nos vuelven más autónomos.
Nuccio Ordine (La utilidad de lo inútil: Manifiesto)
Es perfectamente imaginable que el esplendor de la vida está dispuesto, siempre en toda plenitud, alrededor de cada uno, pero cubierto de un velo, en las profundidades, invisible muy lejos. Sin embargo está ahí, no hostil, no a disgusto, no sordo, viene si uno lo llama con la palabra correcta, por su nombre correcto, Es la esencia de la magia, que no crea, sino llama.
Franz Kafka (The Zürau Aphorisms)
la felicidad siempre tiene un objeto, somo felices por algo,es un sentimiento cuya existencia depende del exterior. La alegría, en cambio, no tiene objeto. Te posee sin ningún motivo aparente, en su esencia se parece al sol: arde gracias a la combustión de su propio corazón.
Susanna Tamaro (Follow Your Heart)
Hay momento que definen nuestra existencia, momentos que, si los reconocemos, suponen un giro definitivo en nuestra vida. Como perlas en un hilo, la acumulación de tales momentos, con el tiempo, constituyen la esencia de nuestra existencia, proporcionándonos consuelo cuando nuestro fin se acerca.
C.W. Gortner
Cascar una nuez no es realmente un arte, y en consecuencia nadie se atrevería a congregar un auditorio para entretenerle cascando nueces. Pero si lo hace y logra su propósito, entonces ya no se trata meramente de cascar nueces. O tal vez se trate meramente de cascar nueces, pero entonces descubrimos que nos hemos despreocupado totalmente de dicho arte porque lo dominábamos demasiado, y este nuevo cascador de nueces nos muestra por primera vez la esencia real del arte, al punto de que podría convenirle, para un mayor efecto, ser un poco menos hábil en cascar nueces que la mayoría de nosotros.
Franz Kafka (In the Penal Colony)
Y puesto que por persona entendemos una esencia inteligente dotada de razón, y el pensar siempre va acompañado por una conciencia, ella es la que nos hace ser eso que llamamos nosotros mismos, distinguiéndonos, en consecuencia, de los otros serés que piensan y confiriéndonos nuestra identidad personal.
Edgar Allan Poe (Morella)
La sospecha o la acusación de intolerancia a quienes tienen convicciones firmes es típica de la «dictadura del relativismo». Es una manifestación de la crisis profunda de gran parte de la cultura occidental: la crisis de la razón, que reniega de su propia esencia, conocer la verdad y el sentido de la existencia.
Fernando Ocáriz (Sobre Dios, la Iglesia y el mundo (Spanish Edition))
Aprendí que no se puede dar marcha atrás, que la esencia de la vida es ir hacia adelante. La vida, en realidad, es una calle de sentido único.
Agatha Christie
Y tomaba mi silencio por aprobación. La esencia del abismo era que ella creía que no existía ningún abismo
David Foster Wallace (Brief Interviews with Hideous Men)
Si quieres iluminación superior, mira el rostro humano: Ve claramente dentro de la risa la esencia de la verdad suprema.
Idries Shah (Special Illumination: The Sufi Use of Humor)
Quiero la esencia. Mi alma tiene prisa...
Mário de Andrade
Tal vez todo lo que nos asusta es, en su más profunda esencia, algo indefenso que requiere nuestro amor.
Rainer Maria Rilke (Cartas a un Joven Poeta (Spanish Edition))
Y es así como, una vez obtenida la esencia de su amor, ahora erijo grandes construcciones verbales, y de ese modo en realidad lo traiciono, repitiendo calumnias como quien tiende las sábanas sucias al mundo; y las suyas, las nuestras, durante los dos meses de nuestro amor (así lo creí) sólo fueron lavadas una vez, porque ella era una subterránea solitaria que se pasaba los días abstraída y decidida a llevarlas al lavadero, pero de pronto se descubre que ya es casi de noche y demasiado tarde, y las sábanas ya están grises, hermosas para mí porque así son más suaves.
Jack Kerouac (The Subterraneans)
Era una casa viva la que me vio nacer. Si a veces despedía perfume de azahares en invierno o se oían algunas risillas sin dueño en medio de la noche, nadie se espantaba: eran parte de su personalidad, de su esencia. En esta casa no hay fantasmas, me decía mi papá: lo que oyes son los ecos que ha guardado para que recordemos a cuantos han pasado por aquí. Yo lo entendía. Me imaginaba a los veintidós hermanos de mi abuelo y el ruido que deben de haber creado, y me parecía lógico que todavía, años después, se oyeran evocaciones de sus risas reverberando en algunos rincones.
Sofía Segovia (El murmullo de las abejas)
Proust ha explicado admirablemente por que no le interesaba un lugar sino cuando volvía a el; por que no encontraba sabor sino a lo ya visto, a lo ya experimentado, a lo ya vivido; por que, en suma, no comenzaba a gustar de las cosas sino a partir del momento en que recomenzaba. Este análisis se relaciona, a mi parecer,con la esencia misma de toda una clase de seres: aquellos que no han podido curarse de su infancia.Todo lo que en ellos florece tiene sus raíces en su pretérita infancia. Todas las cosas cuya expresión persiguen yacen en el silencio vehemente que la agitó.
Victoria Ocampo (Testimonios (Spanish Edition))
En la tienda de mascotas eligió dos tortugas pintadas, cada una de ellas del ancho aproximado de la tapa de un frasco de mayonesa. Compró para ellas una bandeja grande en forma de riñón que tenía su propio islote, una palmera de plástico, algunas plantas acuáticas y un caracol. El caracol servía presumiblemente para reforzar la autoestima de las tortugas: "¿Nosotras te parecemos lentas? Pues fíjate en ese tipo". Del mismo modo, para apuntalar la moral del caracol, había una roca. Todos somos más felices si tenemos a alguien a quien mirar por encima del hombro, y a alguien a quien admirar; sobre todo, si estamos resentidos con ambos. Esa no es solo la estrategia del macho beta para sobrevivir, sino también la esencia del capitalismo, de la democracia y de la mayoría de las religiones.
Christopher Moore (A Dirty Job (Grim Reaper, #1))
amor es una conclusión absoluta porque presupone la muerte, la renuncia a sí mismo. La «verdadera esencia del amor» consiste en «renunciar a la conciencia de sí mismo, en olvidarse de sí en otra mismidad».
Byung-Chul Han (La agonía del Eros (Pensamiento Herder))
El consenso parecía ser que si enviaban muchos, muchos hombres al asalto de la montaña, tal vez un número suficiente podría sobrevivir a las rocas para tomar la ciudadela. Esta es en esencia la base de todo pensamiento militar.
Terry Pratchett
El amor es la única vía para llegar a lo más profundo de la personalidad de un hombre. Nadie conoce la esencia de otro ser humano si no lo ama. Por el acto espiritual del amor se contemplan los rasgos esenciales de la persona amada; incluso su potencialidad, lo que aún no ha sido revelado. Aún más: mediante el amor, la persona que ama capacita al amado a actualizar sus posibilidades ocultas. El amor consigue que el otro realice su potencialidad personal.
Viktor E. Frankl (El hombre en busca de sentido)
Judith Butler ha definido agudamente el género como un sistema de reglas, convenciones, normas sociales y prácticas institucionales que producen performativamente el sujeto que pretenden describir. A través de una lectura cruzada de Austin, Derrida y Foucault, Butler ha identificado el género no como una esencia o una verdad psicológica, sino como una práctica discursiva y corporal performativa a través de la cual el sujeto adquiere inteligibilidad social y reconocimiento político.
Paul B. Preciado (Testo Junkie: Sex, Drugs, and Biopolitics in the Pharmacopornographic Era)
Aunque tardé mucho tiempo y tuve que recorrer gran parte del mundo para aprender lo que ahora sé sobre el amor, el destino y las decisiones que tomamos, la esencia de ese conocimiento me llegó en un solo instante, encadenado a una pared mientras me torturaban. De algún modo me di cuenta entonces, entre los gritos que llenaban mi cabeza, que incluso en aquella maniatada y sangrienta impotencia, seguía conservando mi libertad; la libertad de odiar a los hombres que me estaban torturando o de perdonarles. No parece mucho, lo sé, pero sometidos al dolor y al suplicio de las cadenas, cuando es lo único que tenemos, esa libertad es un universo de posibilidades. Y la decisión que tomemos, sea el odio o el perdón, puede convertirse en la historia de nuestra vida.
Gregory David Roberts (Shantaram)
Porque lo esencial de la vida no es su reposo, sino su movilidad. Quién desea aproximarse a su esencia tiene que insistir en una externa peregrinación del espíritu, en una eterna inquietud del corazón cada paso de esa peregrinación es un acercamiento a uno mismo
Stefan Zweig (Correspondance 1932-1942)
No era sólo su aspecto lo que la hacía hermosa. La belleza no era una representación estética: era la esencia, el espíritu que la animaba. Se expresaba mejor a través del movimiento, de la conducta y del talento. Una mujer hermosa era una mujer dinámica y completa.
Jean M. Auel (The Mammoth Hunters (Earth's Children, #3))
No existe,realmente, el Arte. Tan sólo hay artistas. Éstos eran en otros tiempos hombres que cogían tierra coloreada y dibujaban toscamente las formas de un bisonte sobre las paredes de una cueva; hoy, compran sus colores y trazan carteles para las estaciones del metro. No hay ningún mal en llamar arte a todas estas actividades, mientras tengamos en cuenta que tal palabra puede significar muchas cosas distintas, en épocas y lugares diversos, y mientras advirtamos que el arte, escrita con A mayúscula, no existe, pues el Arte con a mayúscula tiene por esencia ser un fantasma y un ídolo.
E.H. Gombrich
Lo sano es una forma de expresión de lo liso y pulido. Paradójicamente, irradia algo morboso, algo inerte. Sin la negatividad de la muerte, la vida se anquilosa en lo muerto. Se la satina, convirtiéndola en aquello que, por carecer de vida, tampoco puede morir. La negatividad es la fuerza vivificante de la vida. Constituye también la esencia de lo bello. Inherente a lo bello es una debilidad, una fragilidad, un quebrantamiento. Es a esta negatividad a lo que lo bello tiene que agradecerle su fuerza de seducción. Lo sano, por el contrario, no seduce. Tiene algo de pornográfico. La belleza es enfermedad: La proliferación de lo sano trae inmediatamente consigo la proliferación de la enfermedad. Su antídoto es la enfermedad consciente de sí misma, la restricción de la vida propiamente tal. Esa enfermedad curativa es lo bello. Este pone freno a la vida, y, de ese modo, a su colapso. Mas si se niega la enfermedad en nombre de la vida, la vida hipostasiada, por su ciego afán de independencia de ese otro momento se entrega a este de lo pernicioso y destructivo, de lo cínico y lo arrogante. Quien odia lo destructivo tiene que odiar también la vida: solo lo muerto se asemeja a lo viviente no deformado. La actual calocracia, o imperio de la belleza, que absolutiza lo sano y lo pulido, justamente elimina lo bello. Y la mera vida sana, que hoy asume la forma de una supervivencia histérica, se trueca en lo muerto, en aquello que por carecer de vida tampoco puede morir.
Byung-Chul Han (La salvación de lo bello)
Nos sentimos tentados a creerlos caprichos nuestros, creaciones propias, vemos vacilar y disolverse la frontera entre nosotros y la naturaleza, y adquirimos conciencia de un estado de ánimo en el que no sabemos si las imágenes en nuestra retina provienen de impresiones exteriores o interiores. En ningún otro momento descubrimos con tanta facilidad la medida en que somos creadores, en que nuestra alma participa constantemente en la recreación de la vida. Una misma divinidad invisible actúa en nosotros y en la naturaleza, y si el mundo exterior desapareciera, cualquiera de nosotros sería capaz de reconstruirlo, porque los montes y los ríos, los árboles y las hojas, las raíces y las flores, todo lo creado en la naturaleza, está ya prefigurado en nosotros: proviene del alma, cuya esencia es eterna, y escapa a nuestro conocimiento, pero que se nos hace patente como fuerza amorosa y creadora.
Hermann Hesse (Demian)
Tengo la sensación de estaros contando un sueño, pero inútilmente, porque ningún relato de un sueño puede transmitir la sensación del sueño, esa mezcla de absurdo, sorpresa y aturdimiento en un temblor de rebelión agónica, esa sensación de ser capturado por lo increíble, que constituye la esencia de los sueños...
Joseph Conrad (El corazón de las tinieblas (El libro de bolsillo - Bibliotecas de autor - Biblioteca Conrad) (Spanish Edition))
Una de las misteriosas leyes de la vida es que descubrimos siempre tarde sus auténticos y más esenciales valores: la juventud, cuando desaparece; la salud, tan pronto como nos abandona, y la libertad, esa esencia preciosísima de nuestra alma, sólo cuando está a punto de sernos arrebatada o ya nos ha sido arrebatada.
Stefan Zweig (Montaigne)
la misma manera que una compañía sin dinero está en bancarrota. Si una especie puede alardear de muchas copias de ADN, es un éxito, y la especie prospera. Desde esta perspectiva, 1.000 copias siempre son mejores que 100 copias. Esta es la esencia de la revolución agrícola: la capacidad de mantener más gente viva en peores condiciones.
Yuval Noah Harari (Sapiens. De animales a dioses: Una breve historia de la humanidad)
Es una ilusión ingenua creer que nuestra imagen no es más que una apariencia tras la cual está escondido nuestro yo como la única esencia verdadera, independientemente de los ojos del mundo. Los imagólogos han descubierto con cínico radicalismo que es precisamente todo lo contrario: nuestro yo es una mera apariencia, inaprehensible, nebulosa, mientras que la única realidad, demasiado aprehensible y descriptible, es nuestra imagen a los ojos de los demás. Y lo peor es que no eres su dueño. Primero intentas dibujarla tú mismo, después quieres al menos influir en ella y controlarla, pero en vano: basta con una frase malintencionada y te conviertes para siempre en una caricatura tristemente simple.
Milan Kundera (Immortality)
Las formas son vehículos e instrumentos, y los vehículos e instrumentos no pueden ser llamados buenos o malos sin un contexto.
Idries Shah (Aprender a aprender)
Todas las formas son limitadas; algunas de las limitaciones son el tiempo, el lugar, la cultura, el lenguaje.
Idries Shah (Aprender a aprender)
Hay quien se cría en una colina y quien se cría en el valle. La mayoria lo hace en el llano. Yo vine a la vida inclinada, y así es como he vivido desde entonces.
Jeanette Winterson
La virtud con sus dones diversos nace de la inspiración de una naturaleza honesta, que por su propio esfuerzo abraza a la vez la esencia y todos los modos, debido al sentimiento innato del bien, que la precede y que la crea. Esta ciencia verdaderamente anterior y superior a la virtud, ninguno puede enseñarla, porque cada uno debe sacarla de sí mismo; nace con nosotros.
Plato (Protagoras (Hackett Classics))
Música que me conoces, música que me alientas, que me abanicas o me cobijas, el pacto está sellado. Yo soy tu difusión, la que abre las puertas e instala el paso, la que transmite por los valles la noticia de tu unión y tu anormal alegría, la mensajera de los pies ligeros, la que no descansa, la de misión terrible, recógeme en tus brazos cuando me llegue la hora de las debilidades, escóndeme, encuéntrame refugio hasta que yo me recupere, tráeme ritmos nuevos para mi convalecencia, preséntame a la calle con fuerzas renovadas en una tarde de un collar de colores, y que mis aires confundan y extravíen: yo luzco y difumino tus aires, para que pasen a ser esencia trágica de los que ya me conocen, de los que me ven y ya no me olvidan. Para los muertos.
Andrés Caicedo (¡Que viva la música!)
Dicen que el cometer injusticia es por naturaleza un bien, y el sufrirla, un mal. Pero como es mayor el mal que recibe el que la padece que el bien que recibe quien la comete, una vez que los hombres comenzaron a co­meter y sufrir injusticias y a probar las consecuencias de estos actos, decidieron los que no tenían poder para evi­tar los perjuicios ni para lograr las ventajas que lo mejor era establecer mutuos convenios con el fin de no co­meter ni padecer injusticias. Y de ahí en adelante em­pezaron a dictar leyes y concertar tratados recíprocos, y llamaron legal y justo a lo que la ley prescribe. He aquí expuesta la génesis y esencia de la justicia, término me­dio entre el mayor bien, que es el no sufrir su castigo quien comete injusticia, y el mayor mal, el de quien no puede defenderse de la injusticia que sufre.
Plato (La República)
En otras palabras, la vida pregunta por el hombre, cuestiona al hombre, y este contesta de una única manera: respondiendo de su propia vida y con su propia vida. Solo con la responsabilidad personal se puede contestar a la vida. De modo que la logoterapia considera que la esencia de la existencia consiste en la capacidad del ser humano para responder responsablemente a las demandas que la vida le plantea en cada situación particular.
Viktor E. Frankl (El hombre en busca de sentido)
cada realidad se asoma a la vida con una lengua propia construida de gritos y silencios, de olvidos y memoria, de balbuceos y llanto, palabras que son emblemas, árboles, tierras, casas, frutas, corrientes de agua, mareas y oleaje de bajamar. Realidad de palabras sin equivalencias, de historia propia, de sonidos que en la vigilia o en el sueño nombran. Aceptó que las palabras son esencia de lo que nombran, existencia de lo nombrado. Y nombrar es revelación
Roberto Burgos Cantor (La ceiba de la memoria)
- ¿Usted tiene dilemas morales con esto, le parece atroz? - De ninguna manera. El ser humano es un ser complejo y a mi me deslumbran las vilezas, contradicciones y sublimidades de nuestra condición. La existencia sería de un gris exasperante si todos fuésemos impolutos. - Pero entonces, ¿por qué lo califica como atroz? - Porque lo es. Pero eso es lo maravilloso, que aceptemos nuestras desmesuras, que las naturalicemos, que abracemos nuestra esencia primitiva.
Agustina Bazterrica (Tender Is the Flesh)
Origen significa aquí aquello a partir de donde y por lo que una cosa es lo que es y tal como es. Qué es algo y cómo es, es lo que llamamos su esencia. El origen de algo es la fuente de su esencia. La pregunta por el origen de la obra de arte pregunta por la fuente de su esencia. »Según la representación habitual, la obra surge a partir y por medio de la actividad del artista. Pero ¿por medio de qué y a partir de dónde es el artista aquello que es? Gracias a la obra; en efecto, decir que una obra hace al artista significa que si el artista destaca como maestro en su arte es únicamente gracias a la obra. »El artista es el origen de la obra. La obra es el origen del artista. Ninguno puede ser sin el otro. Pero ninguno de los dos soporta tampoco al otro por separado. El artista y la obra son en sí mismos y recíprocamente por medio de un tercero que viene a ser lo primero, aquello de donde el artista y la obra de arte reciben sus nombres: el arte
Martin Heidegger (Off the Beaten Track)
Como dice Blanchot, la esencia de la literatura nunca está ya aquí, siempre hay que encontrarla o inventarla de nuevo. Así vengo yo trabajando en estas notas, buscando e inventando, prescindiendo de que existen unas reglas de juego de la literatura. Vengo yo trabajando en estas notas de forma un tanto despreocupada o anárquica, de un modo que me recuerda a veces la respuesta que dio el gran torero Belmonte cuando, en una entrevista, le requirieron que hablara sobre su toreo. "¡Si no sé! -contestó-. Palabra que no sé. Yo no sé las reglas, ni creo en las reglas. Yo siento el toreo, y sin fijarme en las reglas lo ejecuto a mi modo." "Quien afirme a la literatura en sí misma, no afirma nada. Quien la busca, sólo busca lo que se escapa, quien la encuentra, sólo encuentra lo que está aquí o, cosa peor, más allá de la literatura. Por eso, finalmente, cada libro persigue la no-literatura como la esencia de lo que quiere y quisiera apasionadamente descubrir.
Enrique Vila-Matas (Bartleby & Co.)
Los celos —por lo que Tsukuru coligió de su sueño— son la prisión más desesperanzadora del mundo. Porque es una prisión en la que el preso se confina a sí mismo. Nadie lo mete a la fuerza. Uno entra por voluntad propia, cierra con llave desde dentro y lanza la llave por entre los barrotes. Y nadie en el mundo sabe que está ahí recluido. Naturalmente, si se decidiera a salir, podría hacerlo. Porque la prisión está en su interior. Pero no se decide. Su corazón se ha vuelto duro como un muro de piedra. Ésa es la esencia de los celos.
Haruki Murakami (Colorless Tsukuru Tazaki and His Years of Pilgrimage)
—Tu amor por mí no vive en el mundo real. Sí, no niego que sea amor. Pero no todos los amores tienen un cauce por el que correr, y este amor no tiene ningún cauce en absoluto. Debido a lo que yo soy y a lo que viste, represento para ti un terrible objeto de fascinación. Yo soy una cabeza cortada, como las que usaban las tribus primitivas y los antiguos alquimistas, que las ungían con aceite y colocaban un pedazo de oro sobre la lengua para hacerlas pronunciar profecías. Y quién sabe si un largo trato con una cabeza cortada no puede llevar a un extraño conocimiento. Por tal conocimiento, ya se habría pagado lo suficiente. Pero está muy lejos del amor y muy lejos de la vida corriente. Como personas reales, no existimos el uno para el otro. —Al menos contigo, yo he pagado todo el tiempo —dije—. Esto es precisamente lo que te hace real para mí. Me das esperanza. —No es esa mi intención. Esto debe quedarte claro. —Pero ¿qué hace un amor que no tiene cauce? —Se convierte en otra cosa, en algo pesado o afilado que se lleva dentro y que se une con la propia esencia hasta que deja de hacer daño. Pero eso es asunto tuyo.
Iris Murdoch (A Severed Head)
Me acerqué a pedirle al encargado que me diera la nueva llave, me arrastré hasta mi apartamento y estudié mi nueva cerradura. Grande, metálica y brillante. No tenía ni un rasguño. Incluso la llave tenía grabada una muesca extraña, que le proporcionaba un sistema a prueba de ladrones. Chúpate esa, Su Majestad. Abrí la puerta, entré y la cerré de nuevo. Me descalcé, estremeciéndome por el dolor en el estómago. Iba a tardar mucho tiempo en curarse por completo, pero al menos ya había dejado de sangrar. Me había relajado. Mañana ya me preocuparía de Hugh d'Ambray, Andrea y Roland, pero de momento me sentía muy contenta. Ah, mi casa. Mi hogar, mis esencias, mi querida alfombra bajo mis pies, mi cocina, mi Curran sentado en la silla de la cocina... ¡Espera un momento! -¡Tú! -Miré la cerradura, lo miré a él. Era demasiado bueno para la puerta a prueba de ladrones. Con mucha parsimonia, acabó de escribir algo en un trozo de papel, se levantó y se dirigió hacia mí. Mi corazón se desbocó. Unas pequeñas chispas doradas danzaban en sus ojos grises. Me tendió el trozo de papel y sonrió. -No puedo quedarme. Me quedé mirándolo como una idiota. Inhaló mi aroma, abrió la puerta y se marchó. Entonces miré el papel. Voy a estar ocupado las próximas ocho semanas, así que lo dejamos para el quince de noviembre. MENÚ Quiero un filete de cordero o de venado. Patatas asadas con mantequilla dulce. Mazorcas de maíz. Panecillos. Y una tarta de manzana, como la que preparaste la otra vez. Me gustó muchísimo. La quiero con helado. Me debes una cena desnuda, pero no soy un completo animal, por lo que puedes llevar sujetador y braguitas si lo deseas. Las azules con lazo me encantan. Curran Señor de las Bestias de Atlanta
Ilona Andrews (Magic Strikes (Kate Daniels, #3))
[...] y así les ocurre a los seguidores de los demás dioses. Cada hombre se esfuerza por honrar e imitar en su vida al dios a cuyo coro pertenecía, mientras permanece incorrupto en su primera encarnación; y en la manera que ha aprendido se muestra ante su amado y ante los demás. Así, cada uno escoge de entre los hermosos un amor que corresponde a su índole; y entonces, como si su elegido fuera su dios, lo eleva y lo viste para la adoración [...] y esta ansia por descubrir la esencia de su propio dios en sí mismos es recompensada, pues están obligados a mirar al dios sin vacilación, y cuando la memoria lo retiene, su respiración los inspira y comparten sus atributos y su vida, en la medida en que un hombre puede participar de la divinidad. Y por estas bendiciones dan gracias al amado y lo aman todavía más [...] y llena el alma del amado [...] Por lo tanto está enamorado, pero no sabe de quién; no sabe qué le ha sucedido, no lo entiende. Se ve en su amante como en un espejo, sin saber a quién ve. Y cuando están juntos también él se ve liberado del dolor, y cuando están separados añora como él es añorado; pues reflejada en su corazón está la imagen del amor, que es la respuesta del amor. Pero lo llama y lo considera no amor sino amistad [...]
Mary Renault (The Charioteer)
¡Pero qué!, la respondí, ¿es que el Amor es mortal? — De ninguna, manera. — Pero, en fin, Diotima, dime qué es. — Es, como dije antes, una cosa intermedia entre lo mortal y lo inmortal. — ¿Pero qué es por último? — Un gran demonio, Sócrates; porque todo demonio ocupa un lugar intermedio entre los dioses y los hombres. — ¿Cuál es, la dije, la función propia de un demonio? — La de ser intérprete y medianero entre los dioses y los hombres; llevar al cielo las súplicas y los sacrificios de estos últimos, y comunicar a los hombres las órdenes de los dioses y la remuneración de los sacrificios que les han ofrecido. Los demonios llenan el intervalo que separa el cielo de la tierra; son el lazo que une al gran todo. De ellos procede toda la esencia adivinatoria y el arte de los sacerdotes con relación a los sacrificios, a los misterios, a los encantamientos, a las profecías y a la magia. La naturaleza divina como no entra nunca en comunicación directa con el hombre, se vale de los demonios para relacionarse y conversar con los hombres, ya durante la vigilia, ya durante el sueño. El que es sabio en todas estas cosas es demoníaco18; y el que es hábil en todo lo demás, en las artes y oficios, es un simple operario. Los demonios son muchos y de muchas clases, y el Amor es uno de ellos. —
Plato (El Banquete)
En vista de que ni siquiera esto soy capaz de comprender, he decidido no intentar comprender a Dios. Confieso humildemente mi incapacidad para resolver estas cuestiones. En esencia, mi mentalidad es la de Euclides: una mentalidad terrestre. ¿Para qué intentar resolver cosas que no son de este mundo? Te aconsejo que no te tortures el cerebro tratando de resolver estas cuestiones, y menos aún el problema de la existencia de Dios. ¿Existe o no existe? Estos puntos están fuera del alcance de la inteligencia humana, que sólo tiene la noción de las tres dimensiones. Por eso yo admito sin razonar no sólo la existencia de Dios, sino también su sabiduría y su finalidad para nosotros incomprensible.
Fyodor Dostoevsky (Los Hermanos Karamazov (Spanish Edition))
De forma parecida, un grupo humano como los alemanes puede llegar a definirse por los mismos cambios que experimentó: «Antaño fuimos nazis, pero hemos aprendido la lección, y ahora somos pacíficos demócratas». No tenemos que buscar una única esencia alemana que se manifestara primero en Guillermo II, después en Hitler y finalmente en Merkel. Estas transformaciones radicales son justo lo que define la identidad alemana. Ser alemán en 2018 significa habérselas con la difícil herencia del nazismo al tiempo que se defienden valores liberales y democráticos. ¿Quién sabe lo que esto significará en 2050? La gente suele negarse a reconocer estos cambios, sobre todo cuando se trata de valores políticos y religiosos fundamentales.
Yuval Noah Harari (21 lecciones para el siglo XXI)
«El arte progresa —escribía Kretzschmar—, y progresa gracias a la personalidad que es a la vez producto e instrumento de su tiempo y en la cual se conjugan hasta identificarse e intercambiar sus formas lo subjetivo y lo objetivo. El progreso revolucionario, la gestación de la novedad son necesidades vitales del arte, que sólo pueden verse satisfechas por el vehículo de un subjetivismo lo bastante fuerte para rechazar los valores tradicionales, para comprender su agotamiento. El cansancio, el tedio intelectual, el asco por los procedimientos conocidos, el maldito impulso de ver las cosas iluminadas por su propia parodia, el sentido de lo cómico, son el recurso de que el arte se sirve para manifestarse objetivamente y realizar su esencia…»
Thomas Mann (Doctor Faustus)
La enfermedad es el fruto de un conflicto entre el alma y la personalidad. El alma representa nuestra orientación trascendente, y la personalidad, los intereses inmanentes. El conflicto entre ellas dramatiza la lucha entre la voluntad de transformación y de evolución frente a la de conservación y resistencia al aprendizaje; entre el anhelo de crecimiento, por una parte, y el deseo de bienestar, por la otra. El hombre, en tanto vive, habita una situación permanente de conflicto, no como un valor negativo, sino como el motor de su proceso de búsqueda de completud, de manera que la enfermedad no sería una condición circunstancial sino un dato inseparable de la esencia humana, siempre que entendamos por enfermedad la manifestación visible de una condición de incompletud o inacabamiento.
Eduardo H. Grecco (El legado del Dr. Edward Bach: antecedentes, contexto y significado de su descubrimiento terapéutico)
Díjele que entre nosotros existía una sociedad de hombres educados desde su juventud en el arte de probar con palabras multiplicadas al efecto que lo blanco es negro y lo negro es blanco, según para lo que se les paga. El resto de las gentes son esclavas de esta sociedad. Por ejemplo: si mi vecino quiere mi vaca, asalaria un abogado que pruebe que debe quitarme la vaca. Entonces yo tengo que asalariar otro para que defienda mi derecho, pues va contra todas las reglas de la ley que se permita a nadie hablar por si mismo. Ahora bien; en este caso, yo, que soy el propietario legítimo, tengo dos desventajas. La primera es que, como mi abogado se ha ejercitado casi desde su cuna en defender la falsedad, cuando quiere abogar por la justicia -oficio que no le es natural- lo hace siempre con gran torpeza, si no con mala fe. La segunda desventaja es que mi abogado debe proceder con gran precaución, pues de otro modo le reprenderán los jueces y le aborrecerán sus colegas, como a quien degrada el ejercicio de la ley. No tengo, pues, sino dos medios para defender mi vaca. El primero es ganarme al abogado de mi adversario con un estipendio doble, que le haga traicionar a su cliente insinuando que la justicia está de su parte. El segundo procedimiento es que mi abogado dé a mi causa tanta apariencia de injusticia como le sea posible, reconociendo que la vaca pertenece a mi adversario; y esto, si se hace diestramente, conquistará sin duda, el favor del tribunal. Ahora debe saber su señoría que estos jueces son las personas designadas para decidir en todos los litigios sobre propiedad, así como para entender en todas las acusaciones contra criminales, y que se los saca de entre los abogados más hábiles cuando se han hecho viejos o perezosos; y como durante toda su vida se han inclinado en contra de la verdad y de la equidad, es para ellos tan necesario favorecer el fraude, el perjurio y la vejación, que yo he sabido de varios que prefirieron rechazar un pingüe soborno de la parte a que asistía la justicia a injuriar a la Facultad haciendo cosa impropia de la naturaleza de su oficio. Es máxima entre estos abogados que cualquier cosa que se haya hecho ya antes puede volver a hacerse legalmente, y, por lo tanto, tienen cuidado especial en guardar memoria de todas las determinaciones anteriormente tomadas contra la justicia común y contra la razón corriente de la Humanidad. Las exhiben, bajo el nombre de precedentes, como autoridades para justificar las opiniones más inicuas, y los jueces no dejan nunca de fallar de conformidad con ellas. Cuando defienden una causa evitan diligentemente todo lo que sea entrar en los fundamentos de ella; pero se detienen, alborotadores, violentos y fatigosos, sobre todas las circunstancias que no hacen al caso. En el antes mencionado, por ejemplo, no procurarán nunca averiguar qué derechos o títulos tiene mi adversario sobre mi vaca; pero discutirán si dicha vaca es colorada o negra, si tiene los cuernos largos o cortos, si el campo donde la llevo a pastar es redondo o cuadrado, si se la ordeña dentro o fuera de casa, a qué enfermedades está sujeta y otros puntos análogos. Después de lo cual consultarán precedentes, aplazarán la causa una vez y otra, y a los diez, o los veinte, o los treinta años, se llegará a la conclusión. Asimismo debe consignarse que esta sociedad tiene una jerigonza y jerga particular para su uso, que ninguno de los demás mortales puede entender, y en la cual están escritas todas las leyes, que los abogados se cuidan muy especialmente de multiplicar. Con lo que han conseguido confundir totalmente la esencia misma de la verdad y la mentira, la razón y la sinrazón, de tal modo que se tardará treinta años en decidir si el campo que me han dejado mis antecesores de seis generaciones me pertenece a mí o pertenece a un extraño que está a trescientas millas de distancia.
Jonathan Swift (Los viajes de Gulliver)
Se le había ocurrido la pequeña historia de una ballena nacida en el desierto, y eso era todo lo que conocía. Tenía buenos amigos entre las plantas y los animales del desierto, sólo algo no estaba bien, y era la arena que tiraba por su agujero: le raspaba. Eso la confundía porque toda su vida la había pasado ahí. Poco a poco, sin saber cómo, creció la sensación de que tenía que partir a alguna otra parte. Sin imaginar una llegada, sólo irse. Un día se despidió de sus amigos y partió. La historia termina con un largo camino que hizo, sintiéndose peor porqiue ya no estaba allá y todavía no había llegado a ninguna parte. Hasta que un día llegó al mar y no sólo el agua que soplaba por su agujro no la raspaba, sino que además había encontrado otras ballenas. Obviamente quiero decir que yo también me siento como esa ballena y que sólo sé irme y ya perdí todos los caminos de regreso y que de esto se trata lo que escribo (soy el número un millón, de los que se identifican los la ballena de esa historia). Peor en verdad hay algo más que me gusta en esa historia y es que en la ballena había un conocimiento sobre cierto orden o sentido de las cosas, aun cuando no supiera de dónde venía, ni que su malestar era por eso. En ella misma había una proporción no correspondida que se expresaba como esa voz que oía: Aquí no es, así no es. Posdata número cuatro: me gusta la idea de que el propio ser está destinado a encajar bien y no a vivir patas arriba como el loco del tarot. Posdata número cinco: esta es la única historia que conozco en la que encajar bien es lo contrario de conformarse
Luis María Pescetti (El ciudadano de mis zapatos)
Sin duda (el adolescente) no lo sabe todo, pero es cierto que esa edad ociosa, sin oficio ni beneficio, es una época privilegiada para pensar en el todo. ¿Cuándo se manifiesta esa totalidad en el caso de la vida humana? No hemos de reputar feliz a nadie, dice Solón, mientras viva, sino que debemos esperar al final de su existencia. Al morir, el sujeto entrega su esencia, que es el ejemplo que ha ido cincelando durante todos los años anteriores en la materia del tiempo. Durante todo su habitar sobre la tierra el hombre incuba en su seno la promesa de un ejemplo que va creciendo y solo se detiene y asume su forma definitiva cuando aquel muere. Es difícil que un sujeto conozca de verdad a otro —un padre, un amigo— mientras ambos, el conocedor y el conocido, todavía vivan, ya que no solo la esencia de este es incompleta, sino que además apenas puede percibirse con claridad: el ritmo de las obligaciones ordinarias, la vulgaridad de las situaciones, el norte del egoísmo humano, la inseguridad de las apreciaciones en la experiencia diaria impiden una disposición apta para dicha percepción. Pero, tras la muerte, resplandece ese ejemplo, ya completo “y despojado de sus accidentes. Con frecuencia se ha notado que el término griego para «verdad» —aletheia— significa no-olvido (a-lethos), esto es, recuerdo. Conocer la verdad de un hombre, en sentido estricto, es recordar su ejemplo cuando ya ha dejado de existir, momento en el que adquiere un relieve y una nitidez extraordinarios. De ahí que nos conmovamos hasta la desesperación cuando “desaparece un ser querido: al morir, contemplamos por primera vez su ser verdadero, lo amamos definitivamente y desearíamos por encima de todo poder decírselo, pero entonces ya es demasiado tarde. Todo conocimiento es póstumo.
Javier Gomá Lanzón (Aquiles en el gineceo o Aprender a ser mortal)
- Mírame, princesa - pidió Ravn, sin dejar de mirarla-. Mira cómo te tomo por completo. Ella obedeció sin rechistar. Clavó sus zafiros ojos en él y sonrió. Sonrió como nunca antes lo había hecho, y Ravn se dio cuenta de ello. Algo caliente y denso cubrió su corazón en ese momento, y sin poder detener todo el alud que iba cerciéndose sobre él, le hizo el amor con desesperación. Movía las caderas cada vez más rápido, con golpes certeros, que hacían temblar sus cuerpos y les provocaba escalofríos. Allie lo sentía tan adentro, que el placer hacía estragos en su cuerpo y en su mente. No sentía nada excepto el miembro de Ravn en su interior, entrando y saliendo, tomándola sin miramientos. A Ravnei la cabeza le daba vueltas, y notaba un cosquilleo en la base de la espalda. Sin embargo, sus cinco sentidos estaban centrados en ella. Únicamente en Allie. Sentía su calor, su humedad, su placer rodeándole, llevándole a la locura. Su cuerpo se volvía loco ante su esencia cítrica y ante su manera de entregarse, y cada vez embestía mucho más profundo. Miró su rostro, y no pudo evitar sonreír de felicidad. Allie volvía a estar con él, por completo, sin excepción. Era demasiado para un bastardo como él, pero no la dejaría ir. Nunca más. Lucharía por ella todo lo que hiciera falta, contra viento y marea, hasta que le perdonase por completo y aceptara pasar el resto de sus días a su lado. Sí, haría eso. Atrapó su labio inferior entre sus dientes y mordisqueó. Allie echó la cabeza hacia atrás, abrazándose más a él. Incapaz de soltarse por miedo a perderse en la oscuridad. Ya no sentía nada que no fuera Ravn y su aplastante presencia. - Eres preciosa, Alyson. Nunca dudes de eso - susurró sobre su oído. - No si tú sigues recordándomelo - contestó acunándolo. - Lo haré, princesa. Nunca te dejaría caer en este oscuro y frío mundo. Ella le acarició las mejillas, encendida por esa forma que tenía de tratarla, tan cercana y cálida. - ¿De verdad? - Sí. Yo te resguardaré cuando llueva, ¿lo recuerdas? Siempre, Alyson. Siempre. Da igual cuántas tormentas vengan, yo seré... - Mi paraguas - terminó por él, y no pudo mas que abrazarlo con fuerza. ♥ [Allie y Ravn. Mi parejita adorable. Pg 174-175]
Hollie Deschanel (Frozen)
«Primero hemos de dejar de lado la vertiente norte, Siberia. Se halla fuera del ámbito de nuestro estudio. Las características del país no le permiten ser un escenario para la cultura histórica ni crear una forma propia en la historia universal» [Hegel, Lecciones sobre filosofía de la historia Universal]. Podemos imaginar el asombro de Dostoyevski cuando leyó estas líneas a la luz de una vela de sebo. Y su desesperación al ver que allá en Europa, por cuyas ideas había sido condenado a muerte y finalmente desterrado, no se prestaba atención alguna a su sufrimiento. Porque él sufría en Siberia, en aquel mundo que no formaba parte de la historia. Por eso, desde la perspectiva europea, tampoco había esperanza de salvación. Dostoyevski podía considerar con toda razón que no sólo había sido desterrado a Siberia, sino expulsado a la no existencia. Únicamente un milagro podía salvarlo, un milagro cuya posibilidad no sólo excluía Hegel, sino también el espíritu europeo de la época. Aquel espíritu proclamaba en voz alta la existencia de Dios, pero rechazaba la idea de que Dios pudiera dar no sólo órdenes generales, sino también singulares, referidas al individuo; aquel espíritu situaba las leyes naturales por encima de todo y negaba lo que Dostoyevski formularía más tarde diciendo que uno puede rebelarse incluso contra el resultado de la multiplicación de dos por dos. (…) Muy posiblemente, justo cuando se enteró de que había sido apartado de la historia por la cual había soportado todas aquellas persecuciones, nació en él la convicción de que la vida tal vez posee ciertas dimensiones que no tienen cabida en la historia, de que la prueba de la propia existencia no puede limitarse a los criterios de la existencia histórica. De que el ser humano, si siente y experimenta realmente el peso de su existencia, se desprende al mismo tiempo de la historia y entonces el peso de cuanto se halla allende la historia cae sobre él del mismo modo en Berlín que en Semipalatinsk. Y de que es preciso apartarse de la historia para poder observar los límites y restricciones de la existencia histórica. Sin embargo, para ello hay que admitir también la posibilidad del milagro, que suprime el carácter excluyente del espacio y del tiempo. Y si el propio Hegel admite que ciertos territorios geográficos se desgajan de la historia, tal cosa también significa que la historia no dispone de la ilimitación divina: la rodea algo que está más allá de la historia. Es decir, lo necesario linda con lo imposible, lo natural con lo sobrenatural, lo legal con lo arbitrario, la política con la teología. Pero lo que se encuentra más allá de las fronteras, también se infiltra en el interior. Sólo se puede excluir aquello que nos ha afectado por dentro. El hecho de haber sido expulsado de la historia debe de haber propiciado la fe de Dostoyevski en los milagros; pero también la experiencia de que la organización moderna del mundo obedece a una ley implacable. La historia manifiesta su esencia a quienes antes ha excluido. Esta idea jamás se le ocurrió a Hegel, y eso que se pasó una década impartiendo clases sobre historia. Dostoyevski, en cambio, no necesitó una década para llegar a esta conclusión. Vivió en carne propia el hecho de que ninguna época rechazaba el sufrimiento tal como hacía la cultura iniciada por la Ilustración, con el resultado de que no suprimía el sufrimiento, sino que únicamente lo tapaba, pues ella misma se basaba en el sufrimiento. El sufrimiento silenciado y ocultado sale a la luz y resulta imposible de esconder cuando los límites del ámbito de influencia se vuelven visibles, concretamente para quienes han salido (o han sido expulsados) de la historia. Bien es cierto que tal percepción —que es una verdadera Ilustración— no suprime el sufrimiento to, pero permite que éste, en vez de consumir al hombre por dentro cuando queda reprimido, conduzca a algo así como la redención, es decir, al equilibrio interno, a la salud.
László F. Földényi (Dostoyevski lee a Hegel en Siberia y rompe a llorar (Satelites))