Camino Solo Quotes

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No conocerás el miedo. El miedo mata la mente. El miedo es la pequeña muerte que conduce a la destrucción total. Afrontaré mi miedo. Permitiré que pase sobre mí y a través de mí. Y cuando haya pasado girare mi ojo interior para escrutar su camino. Allá donde haya pasado el miedo ya no habrá nada. Solo estare yo.
Frank Herbert (Dune (Dune, #1))
Solo hay un camino a la felicidad: contentarse con le que posee
Mouloud Benzadi
Citas de felicidad: Solo hay un camino a la felicidad: contentarse con le que posee
Mouloud Benzadi
APRENDIENDO Después de un tiempo, uno aprende la sutil diferencia entre sostener una mano y encadenar un alma, y uno aprende que el amor no significa acostarse y una compañía no significa seguridad, y uno empieza a aprender... Que los besos no son contratos y los regalos no son promesas, y uno empieza a aceptar sus derrotas con la cabeza alta y los ojos abiertos, y uno aprende a construir todos sus caminos en el hoy, porque el terreno de mañana es demasiado inseguro para planes...y los futuros tienen una forma de caerse en la mitad. Y después de un tiempo uno aprende que si es demasiado, hasta el calor del sol quema. Así que uno planta su propio jardín y decora su propia alma, en lugar de esperar a que alguien le traiga flores. Y uno aprende que realmente puede aguantar, que uno realmente es fuerte, que uno realmente vale, y uno aprende y aprende... y con cada día uno aprende. Con el tiempo aprendes que estar con alguien porque te ofrece un buen futuro, significa que tarde o temprano querrás volver a tu pasado. Con el tiempo comprendes que sólo quien es capaz de amarte con tus defectos, sin pretender cambiarte, puede brindarte toda la felicidad que deseas. Con el tiempo te das cuenta de que si estás al lado de esa persona sólo por acompañar tu soledad, irremediablemente acabarás no deseando volver a verla. Con el tiempo entiendes que los verdaderos amigos son contados, y que el que no lucha por ellos tarde o temprano se verá rodeado sólo de amistades falsas. Con el tiempo aprendes que las palabras dichas en un momento de ira pueden seguir lastimando a quien heriste, durante toda la vida. Con el tiempo aprendes que disculpar cualquiera lo hace, pero perdonar es sólo de almas grandes. Con el tiempo comprendes que si has herido a un amigo duramente, muy probablemente la amistad jamás volverá a ser igual. Con el tiempo te das cuenta que aunque seas feliz con tus amigos, algún día llorarás por aquellos! que dejaste ir. Con el tiempo te das cuenta de que cada experiencia vivida con cada persona es irrepetible. Con el tiempo te das cuenta de que el que humilla o desprecia a un ser humano, tarde o temprano sufrirá las mismas humillaciones o desprecios multiplicados al cuadrado. Con el tiempo aprendes a construir todos tus caminos en el hoy, porque el terreno del mañana es demasiado incierto para hacer planes. Con el tiempo comprendes que apresurar las cosas o forzarlas a que pasen ocasionará que al final no sean como esperabas. Con el tiempo te das cuenta de que en realidad lo mejor no era el futuro, sino el momento que estabas viviendo justo en ese instante. Con el tiempo verás que aunque seas feliz con los que están a tu lado,añorarás terriblemente a los que ayer estaban contigo y ahora se han marchado. Con el tiempo aprenderás que intentar perdonar o pedir perdón, decir que amas, decir que extrañas, decir que necesitas, decir que quieres ser amigo, ante una tumba, ya no tiene ningún sentido. Pero desafortunadamente, solo con el tiempo...
Jorge Luis Borges
No solo somos lo que hacemos, sino también lo que no hacemos. Somos lo que decimos, casi tanto como lo que callamos. Somos las preguntas que no nos atrevemos a pronunciar, en la misma medida que las respuestas que nunca llegarán y permanecerán eternamente flotando entre remolinos de miedo e incertidumbre. Somos la sutilidad de una mirada, la intimidad de una caricia suave, la curva de una sonrisa bonita. Somos momentos bonitos, instantes agridulces, noches tristes. Somos detalles. Somos reales. Pero, por encima de todo lo demás, somos las decisiones que tomamos. En toda su dimensión. Por cada elección, damos un paso al frente y abandonamos algo en el camino. O damos un paso atrás y abandonamos algo que estaba por llegar. Avanzamos entre alternativas, seleccionando unas, rechazando otras, marcando nuestro destino. Siempre habrá algo que pierdas incluso cuando ganes, pero eso no es lo importante. Lo realmente valioso es ser capaz de tomar esa decisión, hacerlo siendo libre; apostar por un sueño, por uno mismo o por otra persona, sin dudas ni temor, solo con ganas, con pasión.
Alice Kellen (Nosotros en la Luna)
Los caminos se bifurcan, cada uno toma una dirección pensando que al final los caminos se volverán a unir… Desde tú camino ves a la otra persona cada vez más pequeña. No pasa nada, estamos hechos el uno para el otro, y ahí está, y al final solo ocurre una cosa, llega el invierno no hay vuelta atrás, lo sientes, y justo entonces intentas recordar en que momento comenzó todo y descubres que todo empezó antes de lo que pensabas… Mucho antes… y es ahí justo en ese momento cuando te das cuenta de que las cosas solo ocurren una vez, y que por mucho que te esfuerces, ya nunca volverás a sentir lo mismo, ya nunca tendrás la sensación de estar a tres metros sobre el cielo.
Federico Moccia (Tre metri sopra il cielo)
Todas las carreteras llevan a Roma, pero mucha gente todavía piensa que solo hay una forma de llegar allí, su propio camino, y si no lo seguimos, todos nos perderemos.
Mouloud Benzadi
Tal vez accidente no es la palabra correcta después de todo. Tal vez milagro lo es. O tal vez no es un milagro. Tal vez es solo vida. Cuando te abres a ella. Cuando te pones en su camino. Cuando dices que sí.
Gayle Forman (Just One Day (Just One Day, #1))
El talento por sí solo puede facilitarte una parte del camino, pero el resto únicamente se consigue a fuerza de práctica, perseverancia y sudor.
Victoria Forester (The Girl Who Could Fly (Piper McCloud, #1))
El viaje no acaba nunca. Solo los viajeros acaban. E incluso estos pueden prolongarse en memoria, en recuerdo, en relatos. Cuando el viajero se sentó en la arena de la playa y dijo: “no hay nada más que ver”, sabía que no era así. El fin de un viaje es sólo el inicio de otro. Hay que ver lo que no se ha visto, ver otra vez lo que ya se vio, ver en primavera lo que se había visto en verano, ver de día lo que se vio de noche, con el sol lo que antes se vio bajo la lluvia, ver la siembra verdeante, el fruto maduro, la piedra que ha cambiado de lugar, la sombra que aquí no estaba. Hay que volver a los pasos ya dados, para repetirlos y para trazar caminos nuevos a su lado. Hay que comenzar de nuevo el viaje. Siempre. El viajero vuelve al camino. —Viaje a Portugal, Saramago—
José Saramago
muchos recorremos nuestro camino, día tras día, sintiéndonos ligeramente dañados y solos, y que estamos siempre rodeados de otras personas que se sienten exactamente igual que nosotros.
Patrick Rothfuss (La música del silencio)
Él no tenía autonomía ni capacidad de decisión. El poder de decisión le llega al hombre cuando ya no le hace falta para nada; cuando ni un solo día puede dejar de guiar un carro o picar piedra si no quiere quedarse sin comer. ¿Para qué le valía, entonces, la capacidad de decisión de un hombre, si puede saberse? La vida era el peor tirano conocido. Cuando la vida le agarra a uno, sobra todo poder de decisión.
Miguel Delibes (El camino)
Uno siempre está solo. En algún rincón de tu ser, siempre estás solo. Y a pesar de eso, en el camino te vas a encontrar con personas que, mágicamente, van a restar de tu ser un poco de esa soledad innata y profunda. Doy por aprendido que llegan a nosotros solo las personas que permitimos que lleguen. Abrí la puerta y dejá que pasen. Confiá. Una habitación de tu vida siempre va a ser solo tuya. Las otras, creeme, son más lindas habitadas con los demás
Magalí Tajes Parga (Arde la vida: ¿Hasta cuándo vas a tener miedo?)
El camino es el que hace las preguntas y el camino es el que da las respuestas, así que escúchalas siempre, porque somos tan solo parte de un escenario donde se sigue representando la misma obra pero con otros actores, esta vez nosotros…
Fran Lucas Herrero (In Itinerae Stellae: Caminando por el Camino de Santiago Aragonés (Spanish Edition))
Hay una cosa indudable en la vida: cuando no te paras, cuando corres con prisa hacia lo que crees que es el mejor destino posible, el paisaje se desdibuja hasta ser solo un borrón y así es imposible atender a las señales que van salpicando el camino.
Elísabet Benavent (La magia de ser nosotros (La magia de ser... #2))
Un árbol enorme crece de un tierno retoño. Un camino de mil pasos comienza en un solo paso
Lao Tzu
Solo hay un camino para asegurarse nunca ser engañado, y ese es el de creerlo todo amorosamente.
Søren Kierkegaard (Works of Love)
El amor no es el fin último de nuestra existencia. El amor romántico no es una obligación, solo un compañero de camino. Nuestra única obligación es vivir.
Elísabet Benavent (El arte de engañar al karma)
No sé qué puedo tener de particular para los demás: muchos quieren que sea de los suyos, y se cuelgan de mí; y me duele que nuestro camino sea solo el mismo por un buen trecho.
Johann Wolfgang von Goethe (THE SORROWS OF WERTHER)
(...) Porque sentía que la única forma de salir del hoyo era enterrando la cabeza en el suelo, porque creía que no había otra forma. Pero sí que la hay. Solo que el camino es más difícil y el dolor dura más.
América Rodas (Una perfecta confusión (Serie Confusiones #1))
porque el camino recto del amor, ya se guíe por sí mismo, ya sea guiado por otro, es comenzar por las bellezas inferiores y elevarse hasta la belleza suprema, pasando, por decirlo así, por todos los grados de la escala de un solo cuerpo bello a dos, de dos a todos los demás, de los bellos cuerpos a las bellas ocupaciones, de las bellas ocupaciones a las bellas ciencias, hasta que de ciencia en ciencia se llega a la ciencia por excelencia, que no es otra que la ciencia de lo bello mismo, y se concluye por conocerla tal como es en sí.
Plato (El banquete)
»“La cuestión”, respondió ella, “no es si amarás, sufrirás, soñarás y morirás. Es qué amarás, por qué sufrirás, cuándo soñarás y cómo morirás. Esas son tus elecciones. No puedes elegir la destinación, solo el camino”.
Brandon Sanderson (Juramentada (El archivo de las tormentas, #3))
palabras de G.K. Chesterton, «Juana de Arco no estaba en ninguna encrucijada, bien por rechazar todos los caminos, como Tolstoi, o por aceptarlos todos, como Nietzsche. Ella escogió un camino y caminó por él como un rayo […]. Tolstoi solo elogiaba al campesino, pero ella era el campesino. Nietzsche solo elogiaba al guerrero, pero ella era el guerrero.
Alexandre Havard (La dieta interior)
Es triste que nuestro cerebro no sea capaz de almacenar los recuerdos de cada segundo de nuestra vida. En la memoria solo queda pedacería. Además, la percepción nos juega trucos. Superponemos hechos reales con imaginarios y lo que dábamos como sucedido no es más que una invención. El recuerdo de nuestro pasado queda a mitad de camino entre lo ficticio y lo verídico.
Guillermo Arriaga (Salvar el fuego)
Al llegar a cada nueva ciudad el viajero encuentra un pasado suyo que ya no sabia que tenia: la extrañeza de los que no eres o no posees mas, te espera al paso en los lugares extraños y no poseidos. Marco [Polo] entra en una ciudad: ve a alguien que vive en una plaza una vida o un instante que podrian ser suyos; en el lugar de aquel hombre ahora hubiera podido estar el si se hubiese detenido en el tiempo mucho tiempo antes, o bien si mucho tiempo antes, en una encrucijada, en vez de tomar por un camino hubiese tomado por el opuesto y al cabo de una larga vuelta hubiera ido a encontrarse en el luhar de aquel hombre en aquella plaza. En adelante, de aquel pasado suyo verdadero o hipotetico, el queda excluido; no puede detenerse; debe continuar hasta otra ciudad donde lo espera otro pasado suyo, o algo que quizas habia sido un posible futuro y ahora es el presente de algun otro. Los futuros no realizados son solo ramas del pasado: ramas secas. -¿Viajas para revivir tu pasado?-era en ese momento la pregunta del Kan, que podia tambien formularse asi: ¿Viajas para encontrar tu futuro? Y la respuesta de Marco: -El otro lado es un espejo en negativo. El viajero reconoce lo poco que es suyo al descubrir lo mucho que no ha tenido y no tendra.
Italo Calvino (Invisible Cities)
- Me odias x lo q dije anoche? - Yo no quiero—puedo odiarte. Te quiero. Stas lista para hablar? - No. No más hablar. - Lo haremos. Estoy en camino. Y Vamos a hablar, esta vez con MSH PSH. - NO!! NO!! Basta de hablar. EEEP. SB! SB! - Traduce: EEEP y BS? X favor. No entiendo. Al abrir completamente la puerta, mi teléfono vibra y suena de nuevo. Leo su respuesta mientras corro. - EEEP = Estoy En El Porche. SB = Solo Besarse. Entonces podemos hablar.
Anne Eliot (Almost)
Siempre estaba ansioso, agotado y exasperado por una intranquilidad constante. Por la espera. Por una vida en pausa, que se había detenido en un momento en el que aún no sabía quién era yo. Y si no sabes quién eres, no puedes ser fiel a nada y menos a ti mismo. No hay caminos. No existen metas. Solo deriva.
NOT A BOOK (La fragilidad de un corazón bajo la lluvia)
—No sé qué es porque nunca he sentido algo así. Solo sé que cierro los ojos y te veo a ti, que tengo tu aroma incrustado en mi mente, que mi ira se desataba cada vez que se cruzaba otro gran predador por mi camino porque pienso que puede dañarte. Temo mirarme en el espejo porque me odio ante la posibilidad de que pueda corromperte. Sé que te hice daño, Lena, y toda una eternidad no será bastante para compensártelo, pero soy una criatura egoísta que solo mira por su propio bienestar, por eso estoy ante ti, de nuevo, pidiendo que no me aparte de tu lado. Quiero protegerte de todo, aunque no pueda defenderte de lo que soy.
Anissa B. Damom (Éxodo (Éxodo, #1))
«Si por una emoción muy fuerte se llegan a encender todos los cerillos que llevamos en nuestro interior de un solo golpe, se produce un resplandor tan fuerte que ilumina más allá de lo que podemos ver normalmente y entonces ante nuestros ojos aparece un túnel esplendoroso que nos muestra el camino que olvidamos al momento de nacer y que nos llama a reencontrar nuestro perdido origen divino. El alma desea reintegrarse al lugar de donde proviene, dejando al cuerpo inerte»
Laura Esquivel (Como agua para chocolate (Spanish Edition))
Para mí solo aquellas soledades, para mí solo aquel camino puro, para mí solo el universo.
Pablo Neruda (Isla Negra: A Notebook)
Al final del camino descubrirás que solo dos cosas cambian en tu vida: el amor, porque la mejora, y la muerte, porque la termina.
Javier Castillo (El día que se perdió el amor)
Solo éramos dos personas que se habían ayudado cuando se necesitaban y cuyos corazones se habían fusionado por el camino.
Colleen Hoover (It Ends with Us (It Ends with Us, #1))
Primero, despertar en la otra persona un franco deseo. Quien puede hacerlo tiene al mundo entero consigo. Quien no puede, marcha solo por el camino.
Dale Carnegie (Cómo ganar amigos e influir sobre las personas)
La muerte es mi mundo. Todo lo demás, la escuela y los amigos, son solo cosas en el camino hacia mi próximo fantasma.
Kendare Blake (Anna Dressed in Blood (Anna, #1))
Primero, despertar en la otra persona un franco deseo. Quien puede hacerlo tiene al mundo entero consigo. Quien no puede, marcha solo por el camino.
Anonymous
cambio comienza cuando unos pocos hacen oír su voz. Yo seré uno de esos pocos, porque ellos me mostraron el camino. Y ahora sé que no estoy solo.
T.J. Klune (La casa en el mar más azul)
Solo al dar los primeros pasos por ese laberinto se hace visible el camino.
Leigh Bardugo (Hell Bent (Alex Stern, #2))
Cada minuto cuenta. Tal vez eso es lo que nos ha mantenido cuerdos hoy en día, el saber que lo disfrutamos todo, que no nos quedó nada por vivir. Solo nos falló la eternidad.
Abril Camino (El ayer, nosotros y un mañana imposible)
Lo que no podía hacer era quedarse a medio camino, eso era lo más absurdo y no solo en el mundo de los negocios, sino en todos los ámbitos
Franz Kafka (Proces)
Morir, como nacer, muy sencillo, puedes hacerlo solo, pero es mejor si tienes ayuda, si hay alguien esperándote a los dos lados del camino.
Dolores Redondo (La cara norte del corazón)
No he podido prestar atención a ninguna estrella esta noche, ni a las de tu vestido ni a las del cielo, solo a ti, Amira. Cuando te miro a los ojos me cuesta encontrar el camino de vuelta.
Keiz Noyers (Alma de cazadora)
Se arrebujó en su abrigo para protegerse del aire gélido. Tan solo seguir adelante. Una vez elegido un rumbo, había que seguirlo. Y tener la esperanza de encontrar el camino de vuelta a casa.
Leigh Bardugo (Rule of Wolves (King of Scars, #2))
Poema de un Recuerdo Dime por favor donde no estás en qué lugar puedo no ser tu ausencia dónde puedo vivir sin recordarte, y dónde recordar, sin que me duela. Dime por favor en que vacío, no está tu sombra llenando los centros; dónde mi soledad es ella misma, y no el sentir que tú te encuentras lejos. Dime por favor por qué camino, podré yo caminar, sin ser tu huella; dónde podré correr no por buscarte, y dónde descanzar de mi tristeza. Dime por favor cuál es la noche, que no tiene el color de tu mirada; cuál es el sol, que tiene luz tan solo, y no la sensación de que me llamas. Dime por favor donde hay un mar, que no susurre a mis oídos tus palabras. Dime por favor en qué rincón, nadie podrá ver mi tristeza; dime cuál es el hueco de mi almohada, que no tiene apoyada tu cabeza. Dime por favor cuál es la noche, en que vendrás, para velar tu sueño; que no puedo vivir, porque te extraño; y que no puedo morir, porque te quiero
Alejandro Castiñeiras
La Belleza, Fedro, tenlo muy presente, solo la Belleza es a la vez visible y divina, y por ello es también el camino de lo sensible, es, mi pequeño Fedro, el camino del artista hacia el espíritu.
Thomas Mann (La muerte en Venecia / Mario y el mago)
«Cualquier camino que se sigue con exactitud hasta el fin, conduce con la misma exactitud a ninguna parte. Escalad la montaña solo un poco para comprobar que es una montaña. Desde la cima, no podréis ver la montaña».
Frank Herbert (Dune (Dune, #1))
Nadie, ni yo ni nadie, puede andar este camino por ti. Habrás de recorrerlo tú solo. No está lejos; lo tienes a tu alcance. Tal vez estás en él desde que naciste, sin saberlo. Tal vez está en todas partes: en el mar y en la tierra.
Amy Tan (El valle del asombro)
A fuerza de viajar y de leer siempre me convencía de que no sabía nada. Así es la vida. Una duda continua. ¿No había una poesía de Taneda Santōka que hablaba de ello? «Te haces camino entre los montes y solo encuentras otros montes».
Satoshi Yagisawa (Mis días en la librería Morisaki)
Lo del tiempo lo cura todo no se aplica solo a ti. Cuando rompes con alguien hay dos lados esa historia que buscan salir adelante como pueden. Y, en ese camino, te pierdes y tropiezas y, si no tienes cuidado, caes a lo más profundo. Si no buscas ayuda, te ahogas nadando en la dirección equivocada. Si te empeñas en que tienes que ser fuerte, acabas por partirte en dos. Si ignoras las señales y te escondes del mundo, corres el riesgo de no volver a encontrarte jamás.
Alina Not (Suelo Sagrado 1 (Bad Ash, #4))
Mientras lo miro, es como si solo fuéramos nosotros dos. Solo Willem y yo. Todo lo demás desaparece: el sonido de los timbres de las bicicletas y las campanadas del tranvía desaparecen. El grupo de chicos ruidosos sentados junto a nosotros desaparece. Los otros actores desaparecen. El último año desaparece. Todas mis dudas desaparecen. El sentimiento de estar en el camino correcto llena cada parte de mí. Lo he encontrado. Aquí. Como Orlando. Todo me ha llevado a esto.
Gayle Forman (Just One Day (Just One Day, #1))
En contra de su voluntad empezó a temer que también ella acabara actuando del mismo modo. Pero haría todo lo posible para no apartarse del recto camino: y, si se desviaba de él, sería solo para evitarles sufrimiento a aquellos que amaba.
Elizabeth Gaskell (Wives and Daughters)
La valentía tiene que recorrer un camino mucho más largo. La curiosidad es igual que un amigo simpático en quien no puedes confiar. Te instiga y, cuando le parece, se va. Y entonces tú solo tienes que tirar adelante haciendo acopio de coraje.
Haruki Murakami (Crónica del pájaro que da cuerda al mundo)
Los puentes colgantes / Floating Bridges" Oh what a crush of People Invisible, reborn Make their way to into this garden For their eternal rest Every step we take on earth Brings us to a new world Every foot supported On a floating bridge I know there is no straight road No straight road in this world Only a giant labyrinth Of intersecting crossroads And steadily our feet Keep walking and creating Like enormous fans These roads in embryo Oh garden of white Oh garden of all I am not All I could And should have been I know there is no straight road No straight road in this world Only a giant labyrinth Of intersecting crossroads Comprendo que no existe El camino derecho Solo un gran labertino De encrucijadas multiples
Federico García Lorca (Suites (Green Integer))
La Isla existe. Físicamente podría ubicarse en muchos lugares, pero mentalmente está en ti. Existe también un camino para llegar a ella, pero no lo dibujaron en ningún mapa, solo lo encontrarás cuando tus sueños tengan más poder que tus excusas.
Eloy Moreno (El regalo)
—¿Debe alguien, un ser invisible, declarar qué es el bien para que sea bueno? Yo creo que mi propia moralidad, que responde solo ante mi corazón, es más segura y veraz que la moralidad de aquellos que hacen el bien solo porque temen el castigo. —Pero
Brandon Sanderson (El camino de los reyes (El archivo de las tormentas, #1))
Con toda seguridad, quien induce al error a los demás, debe caer también en este mismo error. Cuando algún viajero extraviado pregunta por el camino a seguir, es muy reprobable indicarle un rumbo falso y luego dejarle marchar solo, pero carece de importancia si se compara con el daño que se hace a quien se impulsa a perder por las rutas de su alma. Al viajero extraviado le queda, por lo menos, el consuelo del paisaje, que le rodea, casi siempre variado, y la esperanza de que a cada recodo encuentre el buen camino; pero quien se desorienta en su Yo íntimo, queda recluido en un espacio muy angosto y en seguida vuelve a encontrarse en el punto del que partió y va recorriendo sin solución de continuidad un laberinto del que comprende que no podrá salir.
Søren Kierkegaard (The Seducer's Diary)
El amor apasionado, ese que te abre las puertas al paraíso, es raro y exquisito. Y solo soportan esta intensidad los seres fuertes, aquellos que no se escapan ante el primer desafío. Por eso muchos jamás lo conocen, muchos claudican ante la primera incomodidad.
Hania Czajkowski (Morgana. El Camino Naranja: La novela espiritual que marcará tu vida (Spanish Edition))
Eso a Billy no le importa. Se considera un buen hombre, solo que tiene un trabajo sucio. Al menos, piensa, nunca he disparado contra un chico de quince años que va camino a la escuela. En el supuesto de que Joel Allen, alias Joe, realmente hiciera una cosa así.
Stephen King (Billy Summers)
No me veo a mí mismo como un escritor, sino más bien como alguien que ofrece una entrada, un camino tangencial para que los lectores lleguen al circo. Para que puedan regresar a él, aunque sea solo en la imaginación, cuando no sean capaces de hacerlo en persona. Les traigo el circo en palabras impresas sobre papel de periódico, palabras que pueden leer una y otra vez, para volver a pisarlo cada vez que así lo deseen, independientemente de la hora, del día o del lugar donde estén. Para que puedan transportarse hasta allí a voluntad. Dicho así, se parece bastante a la magia, ¿no? —Friedrick Thiessen, 1898
Erin Morgenstern (El circo de la noche)
Yo había estado en otros pueblos de los que me había ido sin parecer un lloricas. Así había sido varias veces: mi madre tenía una nueva plaza, hacíamos el equipaje y nos íbamos, sin más. Viajaba contento y a salvo porque «mi patria», como decía mi padre, cabía «en un utilitario pequeño». No solo es que con cada nuevo destino nos acercáramos más al puñetero Madrid, o sea, a mi padre. Sino que, de algún modo, también sentía que todas las cosas imprescindibles para mi vida estaban en ese coche: mi madre, mis hermanas, mis cosas, mis tebeos. Pero llega una edad en la que te das cuenta de que hay un tam-tam apache que te llama, una edad en la que amplías esa patria que decía papá. O, directamente, la cambias. Y entonces sales y compruebas que las cosas imprescindibles no tienen necesariamente tu sangre, ni tu apellido, ni tu mismo techo, ni el mismo destino que tu madre. Lo de fuera empieza a ganarle terreno a lo de dentro. Tu casa es un espacio borroso como un día de niebla que va desde los caminos hasta las riberas. Tu familia son también los amigos, un tendero cojo, los gatos del vecino. Y las lecciones no son cosa de una maestra, sino de una sorda o de una niña que te cobra un duro por enseñarte el culo.
Pedro Simón (Los ingratos)
No conoceré el miedo. El miedo mata la mente. El miedo es la pequeña muerte que conduce a la destrucción total. Afrontaré mi miedo. Permitiré que pase sobre mí y a través de mí. Y cuando haya pasado, giraré mi ojo interior para escrutar su camino. Allá donde haya pasado el miedo ya no habrá nada. Solo estaré yo.
Frank Herbert (Dune)
Una red efectiva es aquello que, cuando andas por la cuerda floja y caes, evita que te mates. Literalmente. Es aquel lugar esponjoso que amortigua la caída al vacío, que se come el golpe contigo, que atenúa el derrumbe haciendo de las piedras, plumas. Que te permite resoplar, levantarte, sacudirte el polvo enganchado a la ropa, y seguir. Sin sangre irrecuperable, sin fracturas inviables, sin vísceras deterioradas para siempre. En esta parte del libro quiero dar cuenta de los nudos que he aprendido a hacer para tejer una red afectiva. Ningún nudo es un invento así salido de la nada, sino casi una sorpresa que hemos ido encontrando por el camino, a partir de intuiciones, de no fliparnos con ideas marcianas sino de aterrizar las cosas, respirar hondo, meterle mucho humor y mucha ironía al asunto, e ir haciendo entre todas. Ir andando. Y de seguir el consejo que le daba Lola Flores a su hija Lolita: «tira para adelante, pero cuando estés al borde del precipicio mira hacia abajo y retrocede tres pasos». Tira para adelante, pero antes de caerse o de tirar a alguien por el precipicio, tres pasitos para atrás. Desde ahí hablo. Por si en alguna playa, en algún puerto, alguien recoge esta botella y le es de utilidad, aunque solo sea para llenarla de ron.
Brigitte Vasallo (Pensamiento monógamo, terror poliamoroso)
Quién es, preguntó. Se lo dije. A nuestro alrededor continuaban los ruidos de siempre: los niños, los perros y los timbres de las bicicletas; las campanas de San Andrés llamando a la última misa, las ruedas de los carros girando sobre los adoquines, los mulos cansados camino al fin del día. Ignacio tardó en volver a hablar. Tal determinación, tanta seguridad de intuir en mi decisión que ni siquiera dejó entrever su desconcierto. No dramatizó ni exigió explicaciones. No me increpó ni me pidió que reconsiderara mis sentimientos. Solo pronunció una frase más, lentamente, como dejándola escurrir. -Nunca va a quererte tanto como yo-
María Dueñas (The Time in Between)
Fui una adolescente extraña y solitaria que estudiaba mucho y cuya vida estaba limitada por las cuatro paredes de una tranquila casa de estilo japonés. Apenas salía y no tenía amigos. Solo me sentía realmente contenta cuando devoraba los libros que tanto me gustaban y amaba. Tenía un sentimiento de inferioridad muy marcado y casi nunca quería ir a las reuniones de familiares y amigos. Es extraño, pero, cuando pienso en aquella época sombría en la que no tenía ni identidad ni camino, no recuerdo ni el tipo ni el color del calzado que llevaba. Quizás sea porque las personas que siguen un camino, por no necesitar; no necesitan ni zapatos.
Sanmao (Diarios de las Canarias)
Sólo tenemos que seguir el hilo del camino del héroe, y donde habíamos pensado encontrar algo abominable, encontraremos un dios; y donde habíamos pensado matar a otro, nos mataremos nosotros mismos; y donde habíamos pensado que salíamos, llegaremos al centro de nuestra propia existencia; y donde habíamos pensado que estaríamos solos, estaremos con el mundo.
Joseph Campbell (The Hero With a Thousand Faces)
En ese preciso momento el camino se abría y con una exclamación Lucy se encontró fuera del bosque. Luz y belleza la envolvía. Había ido a dar a una pequeña terraza que estaba cubierta de violetas de un extremo a otro. - ¡Valor! -exclamó su compañero, erguido a unos seis pies de altura respecto a ella-. Valor y amor. Ella no respondió. A sus pies el suelo se cortaba bruscamente dando paso a la panorámica. Violetas que se agrupaban alrededor de arroyos y corrientes y cascadas, regando la vertiente de la colina de azul, arremolinándose alrededor de los troncos de los árboles, formando lagunas en los agujeros, cubriendo la hierba con manchas de espuma azulada. Jamás volvería a haberlas en tal profusión. La terraza era el principio de lo bello, la fuente original donde la belleza hacía brotar agua que iba a la tierra. De pie en el margen, como un nadador que se prepara, estaba el buen hombre. Pero no era el buen hombre que ella había pensado, y estaba solo. George se había vuelto al oír su llegada. Por un momento la contempló, como si fuera alguien que bajaba de los cielos. Vio la radiante alegría en su cara, las flores que batían su vestido en olas azuladas. Los arbustos que la encerraban por encima. Subió rápidamente hasta donde estaba ella y la besó. Antes de que ella pudiera decir algo, casi antes de que pudiera sentir nada, una voz llamó: ¡Lucy!, ¡Lucy!, ¡Lucy!. La señorita Bartlett, que era una mancha oscura en la panorámica, había roto el silencio de la vida.
E.M. Forster (A Room with a View)
—¿Ha sabido alguna vez que iba a llover sin ni siquiera ver las nubes, señorita Hopper? Sientes algo, no sabes bien el qué, algo que te dice que aunque esté el sol brillando va a llover… y al final llueve. O mejor, imagine un camino largo, muy largo, y una persona al final del mismo. Esa persona camina hacia usted. No puede ver nada de ella, ni su cara ni su ropa. Pero llega un instante en que, aún sin poder ver sus rasgos, ni siquiera su manera de andar, algo hace clic en su cabeza y la reconoce. Es un familiar. Es un amigo. Es un desconocido. Pues así veo yo a la muerte. Pero con la particularidad de que ella ya no está al final del camino, sino muy cerca. Puedo verla con todo detalle. Y solo quedan unos pocos pasos para que me alcance…
Eugenio Prados (El largo funeral del señor White)
-¿No se da usted cuenta de que en sociedad luce mucho más una señorita que sabe tocar el piano, que hace laborcitas...? Es la única manera de sacar novio una chica de buena familia... -Yo no quiero sacar novio... -Pero querrá usted casarse (...). Para la mujer no hay más camino que el matrimonio, y en el matrimonio tendrá usted que coser la ropa (...), entretener a su marido... -¡Que se entretenga solo! -decía yo de mal humor-. ¡No me pienso casar nunca! (...) -El camino de la mujer es el matrimonio y todo lo que aprenda y estudie debe ser con miras al día de mañana, para hacer feliz al hombre que la escoja por compañera, y ser una buena madre de familia... No, yo no me quería casar nunca... Yo quería viajar, leer mucho, pintar y no tener hijos...
Elena Fortún (Oculto sendero)
Supongo que el primer amor siempre suele estar lleno de carencias e inseguridades, pero también es especial y mágico. Porque, cuando descubres lo que es enamorarse, no estás preparado para sentir todas esas emociones abrazándote, ni mucho menos para gestionarlas. Así que solo sientes, amas, te lanzas. Vas sin frenos porque todavía no sabes que al final del camino hay una pared contra la que terminarás chocándote. El problema es que luego sí lo sabes. Cuando vuelves a sentir ese cosquilleo, recuerdas lo que te ocurrió, el dolor del golpe, así que decides ir más despacio, pero, claro, eso tiene sus consecuencias; la reflexión frente al acto impulsivo, la calma frente a la intensidad. Y empiezas a ver gris lo que antes eran colores vibrantes" - Leah Jones
Alice Kellen (Todo lo que somos juntos (Deja que ocurra, #2))
Camino por la playa y la luna parece congelar la arena Ha caminado tanto tiempo solo que me convertí en un alma en pena Al caer la lluvia congela mi cuerpo desnudo Dejo de caminar y me desplomo quedando a merced del destino OH Dios! Me muero de frío No sé si es porque estoy solo o porque carezco de abrigo La arena mojada hace que me hunda Aunque hubiera querido que el mar fuera mi tumba.
Luis Nieto (Poemas (Las sombras del Corazon) (Spanish Edition))
Las historia han cambiado, mi querido muchacho. Ya no ha batallas que enfrenten al bien y al mal, ni monstruos a los que matar, ni doncellas a las que rescatar. Por lo que yo sé, la mayoría de las doncellas son perfectamente capaces de rescatarse a sí mismas o, por lo menos, lo so las que valen algo. Y no existen los cuentos sencillos acerca de búsquedas y bestias, los cuentos con final feliz. las búsquedas ya no terminan en un objetivo claro, ni tampoco el camino a seguir lo tiene. las bestias adoptan distintas formas y ya no es fácil reconocerlas como tales. Y, en realidad, los finales no existen, ni felices ni de cualquier clase. las cosas se prolongan, se superponen y se vuelven borrosas: tu historia es parte de de la historia de tu hermana, que es parte de otras muchas historias, y no hay forma de saber adónde nos conducen ninguna de ellas. El bien y el mal son ahora bastantes mas complicados: ya no es cuestión de una princesa y un dragón, o de un lobo y una niña vestida de rojo. Y... ¿Acaso no es el dragón protagonista de su propia historia? ¿Acaso no se comporta el lobo como se le presume? Aunque tal vez solo haya un lobo que llegue al extremo de disfrazarse de abuelita para jugar con su presa.
Erin Morgenstern (The Night Circus)
Este señor se compone sólo de letras. De muchísimas letras, se entiende, de un número astronómico de letras, pero al fin y al cabo sólo de letras. Aquí está su amiga. Es, como se ve, de carne y hueso. ¡Y de qué carne! Da gusto verla, ¡y no digamos tocarla! Los dos van ahora juntos a la feria. En la góndola y la noria todo va bien todavía. Pero luego llegan a una caseta de tiro al blanco; un tiro al blanco un poco extraño, esa es la verdad. ¡Pruébate a ti mismo!, puede leerse en grandes letras en la parte de arriba. Y más abajo figuran las reglas. Sólo son tres: 1. Cada tiro es un blanco garantizado. 2. Por cada blanco, un tiro gratis. 3. El primer tiro es gratuito. El señor que rodea con el brazo la cintura de su amiga estudia atentamente el letrero. Quiere seguir su camino rápidamente, pero ella insiste en que haga uso de la ventajosa oferta. Quiere ver de lo que es capaz. Pero el señor no quiere. -¿Pero por qué no, cariño? ¿Qué tiene de malo? Tiene de malo que hay que disparar sobre un blanco bastante insólito, sobre uno mismo, es decir, sobre la propia imagen reflejada en un espejo de metal. Y el señor de letras no se siente en absoluto lo bastante real para distinguir de una manera tan arriesgada entre sí y su imagen reflejada. -¡O disparas -dice la amiga, por fin, furiosa-, o te dejo! El sacude la cabeza. Entonces ella se va con otro, un carnicero que entiende de carnes y huesos. El señor se queda solo y la sigue con la mirada. Cuando desaparece de su vista en el gentío, él se deshace lentamente en un pequeño montón de diminutas minúsculas y mayúsculas que la multitud pisotea al pasar. La verdad es que para eso podría hacer disparado, ¿verdad?
Michael Ende (El espejo en el espejo)
—¿Cómo se va a West Egg? —me preguntó, despistado. Se lo dije. Y, cuando proseguí mi camino, ya no me sentía solo. Yo era un guía, un explorador, uno de los primeros colonos. Aquel hombre me había conferido el honor de ser ciudadano del lugar. Y así, con la luz del sol y la explosión espléndida de las hojas que crecían en los árboles como crecen las cosas en las películas a cámara rápida, tuve la certeza bien conocida de que la vida vuelve a empezar con el verano.
F. Scott Fitzgerald (The Great Gatsby)
Si por una emoción muy fuerte se llegan a encender todos los cerillos que llevamos en nuestro interior de un solo golpe, se produce un resplandor tan fuerte que ilumina más allá de lo que podemos ver normalmente y entonces ante nuestros ojos aparece un túnel esplendoroso que nos muestra el camino que olvidamos al momento de nacer y que nos llama a reencontrar nuestro perdido origen divino. El alma desea reintegrarse al lugar de donde proviene, dejando al cuerpo inerte…
Laura Esquivel (Como agua para chocolate)
A los buscadores del Infinito por cuenta propia se les hace saber que el objeto de sus nobles y erráticas exploraciones ha sido ya encontrado en una cruz el viernes de Nisán en las afueras de Jerusalén ese madero vendría a ser el horizonte de su revelación al mundo se comunica pues a los peregrinos de su Inmensidad que se acabó la búsqueda toda vez que su objeto ha sido plenamente identificado con el nombre de Jesús de Nazaret solo a partir de dicho crucificado es posible seguir buscando al Dios infinito tan solo Jesús adentro puede el Absoluto ser explorado a los pescadores de los abismos se hace saber que fuera de Jesús el Infinito niega terminantemente el esplendor de su rostro toda vez que lo ha presentado en forma exclusiva y total coronado de espinas para más señas fuera de él solo encontrarán el espejismo de sus caminos abandonados no se responde por la salvación eterna de los peregrinos a los buscadores del Infinito por iniciativa propia se les comunica que son buscados por el Infinito la cita es a la hora sexta en las afueras de Jerusalén poco o nada se podrá saber fuera de ese cuerpo crucificado el viernes de Nisán más allá de la irradiación de esa cruz sangrante el Infinito no responde absolutamente de nada.
José Miguel Ibáñez Langlois (Libro de la Pasión)
Le da la sensación de estar rodeado de libertad, de oxígeno. Tothero es como un remolino de aire, y el edificio en el que se encuentra, las calles del pueblo, no son más que escaleras y pasadizos del espacio. Es tan perfecta y coherente la libertad en que se ha convertido el desorden del mundo gracias al simple estallido de su decisión, que todos los caminos parecen buenos, todos los movimientos serán caricias para su piel, y ni un solo átomo de su felicidad se alteraría si Tothero le dijera que en lugar de ir a una cita con dos chicas iban a reunirse con dos machos cabríos, o que no iban a Brewer sino al Tíbet".
John Updike (Rabbit, Run (Rabbit Angstrom, #1))
Cuando descubres lo que es enamorarse, no estás preparado para sentir todas esas emociones abrazándote, ni mucho menos para gestionarlas. Así que solo sientes, amas, te lanzas. Vas sin frenos porque todavía no sabes que al final del camino hay una pared contra la que terminarás chocándote. El problemas es que luego sí lo sabes. Cuando vuelves a sentir ese cosquilleo, recuerdas lo que te ocurrió, el dolor del golpe, así que decides ir más despacio, pero, claro, eso tiene sus consecuencias; la reflexión frente al acto impulsivo, la calma frente a la intensidad. Y empiezas a ver gris lo que antes eran colores brillantes.
Alice Kellen (Todo lo que somos juntos (Deja que ocurra, #2))
1. Usa tus talentos y dones lo mejor que puedas, te los dieron para eso. 2. Honra a tus antepasados. 3. Usa tus emociones como un sistema de guía para reconocer dónde estás y hacia dónde deseas ir. 4. El mayor poder siempre vendrá de la humildad en el momento presente. 5. Acepta todo al punto de aceptar lo que no puedes aceptar. 6. Cuando estés en duda, pausa y espera 24 horas. 7. Recuerda que a veces el coraje es mas importante que el conocimiento. 8. Visita el pasado solo para limpiarlo, cultivarlo y bendecirlo. 9. Invita al “maestro” a entrar en escena cada vez que pierdas la perspectiva, o te sientas en un callejón sin salida. MAESTRO ENTRA EN ESCENA.
Cristina Raquel Hernandez (Del Silencio a la Voz: un camino de hallazgos y gran coraje)
– La gracia conyugal es una relación, tiene la forma propia de una unión de amor, que viene de Cristo y la Iglesia pasando por los cónyuges. Por eso la gracia nunca será dada solo al individuo: su misma estructura es interpersonal. Con una bella expresión la ha definido Duns Scoto como gratiosa conjunctio animorum[63]. – A partir de aquí, esta gracia puede describirse según los bienes del matrimonio (San Buenaventura) o según sus fines (santo Tomás), sin olvidar que su referente de medida es la unión de Cristo y la Iglesia. La gracia ayudará a los esposos a mantenerse fieles a su único cónyuge, a abrirse generosamente a la vida, a superar los escollos del camino.
José Granados (Una sola carne en un solo espíritu (Pelícano) (Spanish Edition))
Es un trabajo arduo controlar las inclinaciones y doblegar las propensiones de la naturaleza, pero sé por experiencia que puede hacerse. Dios nos ha dado, hasta cierto punto, el poder de forjar nuestro propio destino. Cuando nuestra energía parece exigir un sustento imposible de conseguir, cuando nuestra voluntad se inclina hacia un camino que no podemos seguir, no tenemos que morirnos de hambre ni desesperarnos sin reaccionar. Solo tenemos que buscar otro alimento para la mente, tan nutritivo como las viandas prohibidas que anhelábamos probar, y quizás más puro, y labrar para los pies inquietos un camino tan recto y ancho, aunque más rugoso, como el que nos ha construido la Fortuna.
Charlotte Brontë (Jane Eyre)
Poema sobre los niños que nacieron en cárceles. "Encontrar Camino a Casa" Yo nací en cárcel COF, Y estaba feliz con mis mamás y mis hermanos, Nos jugamos entre las rejas y paredes, De vez en cuando salía el sol Y me besaba la cara. Nosotros jugamos con guardias que estaban ahí Para protegernos. Siempre llegaban personas, de otros planetas parecen, Nos traían comida, juguetes y libros Nos veían con caras tristes, no sé porque. Yo quería venir con ellos, A ver de dónde llegaron. El día más negro era Cuando a mí me separaron De mis hermanos y madres. A mí me mandaron solo Al mundo cruel e indiferente Que ni sabía que existe. Ahí me metieron preso En algo que llaman "orfanato" Me dieron comida y ropa, y hasta que me enseñaron Pero no vale nada ni su ropa, ni su comida; Si cerca no están mis madres, Mi casa que yo conocía, Llena de gritos felices, jugando con mis hermanitos Esto es mi sueño más grande - encontrar el camino a casa. Les prometo que me porto bien, Perdonan el crimen de mi madre, Solo les pido que ahora Me permiten ver a su cara Feliz y llena de sonrisas Así como yo recordaba Cuando nos separaron, Me dijo que no me asustara. Así yo quería vivir - junto con mis hermanitos Durmiendo en piso de mí casa, Jugando en los escondites, Y viendo sonrisa de madre... Porque a mí me abandonaron? Buscando un poco del sol, Estoy viendo al cielo en las noches Y clamo al Dios Poderoso - que encuentro camino a casa!
Anastasia Bitkova
1- No des tu apellido, número telefónico o dirección electrónica. 2-Deja que Chloe sepa dónde te reunirás con él y envíale un mensaje cuando estés de camino a casa, así ella sabrá que no has sido drogada con Roofie y secuestrada. 3- No hables de dietas, pérdida de peso o tu loco régimen de gimnasia. 4- Has muchas preguntas e intenta parecer interesada cuando él responda, incluso si es más aburrido que el lodo. 5- Ofrece compartir la cuenta, pero no lo fuerces demasiado. 6- No te entregues. Un beso en la boca es aceptable pero solo usa lengua si una segunda cita ya ha sido acordada. 7-Comprueba todas las salidas en tu entrada, así podrás hacer una rápida escapada mientras él está haciendo pipi. 8-Intenta divertirte un poco.
Sarra Manning (You Don't Have to Say You Love Me)
Mi abuela tenía una teoría muy interesante, decía que si bien todos nacemos con una caja de cerillos en nuestro interior, no los podemos encender solos, necesitamos, como en el experimento, oxígeno y la ayuda de una vela. Sólo que en este caso el oxígeno tiene que provenir, por ejemplo, del aliento de la persona amada; la vela puede ser cualquier tipo de alimento, música, caricia, palabra o sonido que haga disparar el detonador y así encender uno de los cerillos. Por un momento nos sentiremos deslumbrados por una intensa emoción. Se producirá en nuestro interior un agradable calor que irá desapareciendo poco a poco conforme pase el tiempo, hasta que venga una nueva explosión a reavivarlo. Cada persona tiene que descubrir cuáles son sus detonadores para poder vivir, pues la combustión que se produce al encenderse uno de ellos es lo que nutre de energía el alma. En otras palabras, esta combustión es su alimento. Si uno no descubre a tiempo cuáles son sus propios detonadores, la caja de cerillos se humedece y ya nunca podremos encender un solo fósforo. Claro que también hay que poner mucho cuidado en ir encendiendo los cerillos uno a uno. Porque si por una emoción muy fuerte se llegan a encender todos de un solo golpe producen un resplandor tan fuerte que ilumina más allá de lo que podemos ver normalmente y entonces ante nuestros ojos aparece un túnel esplendoroso que nos muestra el camino que olvidamos al momento de nacer y que nos llama a reencontrar nuestro perdido origen divino. El alma desea reintegrarse al lugar de donde proviene, dejando al cuerpo inerte...
Laura Esquivel (Like Water for Chocolate)
No solo somos lo que hacemos, sino también lo que no hacemos. Somos lo que decimos, casi tanto como lo que callamos. Somos las preguntas que no nos atrevemos a pronunciar, en la misma medida que esas respuestas que nunca llegarán y permanecerán eternamente flotando entre remolinos de miedo e incertidumbre. Somos la sutilidad de una mirada, la intimidad de una caricia suave, la curva de una sonrisa sincera. Somos momentos bonitos, instantes agridulces, noches tristes. Somos detalles. Somos reales. Pero, por encima de todo lo demás, somo las decisiones que tomamos. En toda su dimensión. Por cada elección, damos un paso al frente y abandonamos algo en el camino. O damos un paso atrás y abandonamos algo que estaba por llegar. Avanzamos entre alternativas, seleccionando unas, rechazando otras, marcando nuestro destino.
Alice Kellen (Nosotros en la Luna)
¿Por qué será que lo que colma de felicidad al hombre es al mismo tiempo también fuente de sus desgracias? Esa sensación tan cálida con la que la naturaleza invadía mi corazón, que me colmaba con tanta fruición convirtiendo al mundo que me rodeaba en un paraíso, se ha vuelto ahora un tormento insoportable, un espíritu mortificador que me persigue en todos mis caminos. Hermano mío, el solo recordar aquellas horas me hace sentir bien. Incluso el esfuerzo que significa volver a encontrarme con esos sentimientos indescriptibles, volver a expresarlos, hace mi alma se vuelva a elevar por encima de mí mismo y hace que sienta, multiplicado, lo angustioso de mi situación actual. Es como si en mi interior se hubiera corrido un velo y el espectáculo de la vida infinita se transformara ahora en un abismo de una tumba, abierta para la eternidad.
Johann Wolfgang von Goethe (The Sorrows of Young Werther)
Una vez, un elefante macho al que llamaban «el elefante que siempre anda solo» mató a un nayaka. Los nayakas se negaron a ayudar a los funcionarios del departamento forestal indio a capturarlo. Explicaron a Naveh que ese elefante había estado muy apegado a otro elefante macho, con el que siempre deambulaba. Un día, el departamento forestal capturó al segundo elefante, y desde entonces «el elefante que siempre anda solo» se había vuelto irascible y violento. «¿Cómo te habrías sentido tú si te hubieran quitado a tu esposa? Así es exactamente como se sentía ese elefante. A veces, esos dos elefantes se separaban de noche y cada uno seguía su camino…, pero por la mañana siempre volvían a reunirse. Aquel día, el elefante vio caer a su compañero, lo vio tendido en el suelo. Si dos siempre van juntos y disparas a uno, ¿cómo se sentirá el otro?»
Yuval Noah Harari (Obra completa: Pack con: Sapiens | Homo Deus | 21 lecciones para el siglo XXI (Spanish Edition))
Una vez, un elefante macho al que llamaban «el elefante que siempre anda solo» mató a un nayaka. Los nayakas se negaron a ayudar a los funcionarios del departamento forestal indio a capturarlo. Explicaron a Naveh que ese elefante había estado muy apegado a otro elefante macho, con el que siempre deambulaba. Un día, el departamento forestal capturó al segundo elefante, y desde entonces «el elefante que siempre anda solo» se había vuelto irascible y violento. «¿Cómo te habrías sentido tú si te hubieran quitado a tu esposa? Así es exactamente como se sentía ese elefante. A veces, esos dos elefantes se separaban de noche y cada uno seguía su camino…, pero por la mañana siempre volvían a reunirse. Aquel día, el elefante vio caer a su compañero, lo vio tendido en el suelo. Si dos siempre van juntos y disparas a uno, ¿cómo se sentirá el otro?»[8]
Yuval Noah Harari (Homo Deus: Breve historia del mañana)
—Sí que te estabas escondiendo de mí, Mateo. Lo que yo siempre quise fue tropezarme con alguien como tú... y es un asco que haya tenido que encontrarte por medio de una estúpida aplicación para móviles. —Por mi parte anhelaba encontrar un poco de compañía, te encontré y tú me encontraste, y decidimos encontrarnos porque el instinto nos lo decía. ¿Cuál hubiera podido ser la alternativa? Ni siquiera estoy seguro de si habría llegado a salir de mi casa; nuestros caminos no tenían por qué cruzarse de otro modo. Y menos en un solo día, el Último Día que nos quedaba. Sí, claro, hubiera estado bien conocernos de otra forma más poética, pero la aplicación facilita el encuentro personal en mayor medida que cualquier otra cosa. En mi caso, tuve que reconocer que estaba solo y quería conectar con otra persona. Lo que no esperaba era esto que está sucediendo entre nosotros.
Adam Silvera (They Both Die at the End (Death-Cast, #1))
Comienza por hacerle caso a tu sonrisa”    ...que en tu sonrisa, como en el rayo de un sol que abre los cielos, aguarda el camino que ilumina la felicidad de tu corazón.    Tu mente puede guardar extraños sortilegios para andar, puede incluso dudar de lo dulce y aún creer que dos cuerpos amantes son dos cuerpos y no uno solo, como un solo verbo que es y se promete a la vez.    Tus pasos pueden llevarte lejos, pero tu sonrisa sabe qué nombre murmura por las noches, qué nombre recita en tus sueños y qué reflejos la iluminan en esa otra sonrisa.    El amor tiene forma de dos labios felices, y el amor encontrado, el sabor de dos bocas lado a lado.    Busca en los caminos, busca el amor en la noche más sincera o el día más lejano, pero lleva siempre contigo la brújula de tu sonrisa, y será el faro de tus pasos, pues no hay amor que no se mida en largos de labios.    Comienza por hacerle caso a tu sonrisa,  y al fin hallarás otra que de la tuya sea norte y orilla.
Jacques Pierre (Declaro el estado de poesía permanente)
Cuando esos recuerdos se presentaban sin más, se sentía desorientado; siempre tardaba un momento en recordar que esas escenas  no solo eran sacadas de su vida sino que eran su misma vida. En aquella época lo invadían hasta tal punto que, a veces, cuando lograba salir del hechizo se encontraba sosteniendo la manga de repostería suspendida en el aire sobre una galleta o con un libro en las manos a mitad de camino del estante. Entonces empezó a comprender que durante gran parte de su vida se había dedicado a borrar lo que había vivido, en ocasiones solo unos días después de que algo sucediera, y que en algún momento había perdido esa habilidad. Sabía que ese era el precio de disfrutar de la vida, y que si no quería perderse las cosas que ahora le proporcionaban placer tenía que aceptar el coste. Porque, por invasivos que fueran los recuerdos, el pasado que regresaba a él en fragmentos, sabía que los soportaría si podía contar con amigos, si seguía teniendo el don de dar consuelo a los demás.
Hanya Yanagihara (A Little Life)
—Entonces déjame que te diga una cosa más. Despejará la realidad. Yo puede que me hubiese quedado muy cerca, pero nunca tuve lo que tú has tenido. Siempre hubo algo que me sujetó o que se interpuso en mi camino. La forma de vivir tu vida es cosa tuya. Pero recuerda, nuestros corazones y nuestros cuerpos solo nos los entregan una vez. La mayoría no podemos evitar vivir como si tuviésemos dos vidas, una es la maqueta a escala y la otra es la versión final, y luego están todas las adaptaciones intermedias. Pero solo hay una, y antes de que te des cuenta tienes el corazón gastado, y en lo que respecta a tu cuerpo hay un punto en el que nadie se fija, y mucho menos quiere acercarse a él. Ahora sientes pena. No envidio ese dolor. Pero sí envidio que puedas sentirlo ahora. Respiró hondo. —Puede que nunca volvamos a hablar de esto. Y espero que no me tengas en cuenta que lo hayamos hecho. Habría sido un padre horrible si algún día tú hubieses querido hablar conmigo y yo hubiese dejado la puerta cerrada o no lo suficientemente abierta.
André Aciman (Llámame por tu nombre)
Mi abuela tenía una teoría muy interesante, decía que si bien todos nacemos con una caja de cerillas en nuestro interior, no las podemos encender solos, necesitamos oxígeno y la ayuda de una vela. Sólo que en este caso, el oxígeno tiene que provenir, por ejemplo, del aliento de la persona amada; la vela puede ser cualquier tipo de alimento, música, caricia, palabra o sonido que haga disparar el detonador y así encender una de las cerillas. Por un momento nos sentiremos deslumbrados por una intensa emoción. Se producirá en nuestro interior un agradable calor que irá desapareciendo poco a poco conforme pase el tiempo, hasta que venga una nueva explosión que haga reavivarlo. Cada persona tiene que descubrir cuáles son sus detonadores para poder vivir, pues la combustión que se produce al encenderse una de ellas es lo que nutre de energía el alma. En otras palabras, esta combustión es su alimento. Si uno no descubre a tiempo cuáles son sus propios detonadores, la caja de cerillas se humedece y ya nunca podremos encender un solo fósforo. Si eso llega a pasar el alma huye de nuestro cuerpo, camina errante por las tinieblas más profundas tratando vanamente de encontrar alimento por sí misma, ignorante de que sólo el cuerpo que ha dejado inerme, lleno de frío, es el único que podría dárselo. Por eso hay que permanecer alejados de personas que tengan un aliento gélido. Su sola presencia podría apagar el fuego más intenso, con los resultados que ya conocemos. Mientras más distancia tomemos de estas personas, será más fácil protegernos de su soplo. Hay muchas maneras de poner a secar una caja de cerillas húmeda, pero puede estar segura de que tiene remedio. Claro que también hay que poner mucho cuidado en ir encendiendo las cerillas una a una. Porque si por una emoción muy fuerte se llegan a encender todas de un solo golpe, producen un resplandor tan fuerte que ilumina más allá de lo que podemos ver normalmente y entonces ante nuestros ojos aparece un túnel esplendoroso que nos muestra el camino que olvidamos al momento de nacer y que nos llama a reencontrar nuestro perdido origen divino. El alma desea reintegrarse al lugar de donde proviene, dejando al cuerpo inerte… Desde que mi abuela murió he tratado de demostrar científicamente esta teoría. Tal vez algún día lo logre
Laura Esquivel (Como Água Para Chocolate)
Hay caricias que duran incluso después del roce. Hay, a veces, personas a la que la distancia no puede separar. Y escalofríos provocados por el calor de un abrazo. Aún hay sonrisas de esas que parecen cualquier otro amanecer. Algunas noches tengo la sensación de que el camino corto también puede ser el correcto. Que, por una vez, la felicidad no depende de llegar a ningún sitio, sino de disfrutar del lugar en el que estamos. Solo hay que cerrar los ojos, cerrarlos con fuerza y acordarse de lo bonito. De la brevedad, del detalle, del momento. No se puede vivir como aquel que no recordó darse una oportunidad para ser feliz. Y agarrarse a la esperanza. Agarrarse con fuerza a las ilusiones. Y seguir. Seguir, parar, tomar aire. Respirar. Mojarnos bajo la lluvia. Y nunca, nunca, creer que las cosas que se derrumban no pueden levantarse de nuevo. Nunca creer que lo triste durará más que nuestras fuerzas. Quizá el problema sea que miramos el cielo por la noche y nos parece que ya no hay demasiadas estrellas. Que algo se apagó hace tiempo y que nada luce igual. Pero no lo olvidéis. No olvidéis hacer brillar vuestros ojos. Que nadie nos quite, nunca, el derecho de iluminar un poquito el mundo”. SERGIO CARRIÓN en “En un mundo de grises”.
Sergio Carrion (En un mundo de grises)
Fue en la lado moral y en mi propia persona donde aprendía reconocer la absoluta y primitiva dualidad del hombre. Entonces vi que las dos naturalezas que contendían en el campo de mi conciencia, si podía decirse con razón que cualquiera de ellas era la mía, es porque lo eran esencialmente las dos; así pues, desde fecha muy temprana, ya antes de que en el proceso de mis descubrimientos científicos se vislumbrase la más vaga posibilidad de tal milagro, me había acostumbrado a acariciar con delectación, como un dulce ensueño, la idea de la separación de esos elementos. Si cada uno de ellos -me decía- pudiera ser alojado en una personalidad distinta, la humanidad se vería aliviada de una insoportable pesadumbre. El injusto seguiría su camino, libre de las aspiraciones y de los remordimientos de su inflexible hermano gemelo, y el justo podría caminar firme y seguro, por su senda ascendente, practicando las buenas acciones en que encuentra su gozo y sin estar ya nunca expuesto a deshonras y penitencias por culpa de una maldad que no era suya. Era la maldición de la humanidad que estuviesen atadas juntas en un solo haz esas dos cosas antagónicas, y que en la dolorida entraña, en la conciencia, los dos gemelos irreconocibles mantuvieran una lucha sin tregua.
Robert Louis Stevenson (El extrano caso del Dr. Jekyll y el Sr. Hyde/ The Strange Case of Dr. Jekeyll and Mr. Hyde (Clasicos Juveniles/ Juvenile Classics) (Spanish Edition))
¿Así que nuestros antepasados medievales eran felices porque encontraban sentido a la vida en los engaños colectivos acerca de la vida en el más allá? Sí. Mientras nadie echara por tierra sus fantasías, ¿por qué no tenían que serlo? Hasta donde podemos saber, desde un punto de vista puramente científico, la vida humana no tiene en absoluto ningún sentido. Los humanos son el resultado de procesos evolutivos ciegos que operan sin objetivo ni propósito. Nuestras acciones no forman parte de ningún plan cósmico divino, y si el planeta Tierra hubiera de explotar mañana por la mañana, probablemente el universo seguiría su camino como de costumbre. Hasta donde podemos decir en este punto, no se echaría en falta la subjetividad humana. De ahí que cualquier sentido que la gente atribuya a su vida es solo una ilusión. Los sentidos ultramundanos que las gentes medievales encontraban que tenía su vida no eran más ilusión que lo que las gentes modernas encuentran en los modernos sentidos humanistas, nacionalistas y capitalistas. La científica que dice que su vida tiene sentido porque aumenta el compendio del saber humano, el soldado que declara que su vida tiene sentido porque lucha para defender a su patria, y el empresario que encuentra sentido en la creación de una nueva compañía, se engañan igual que sus homólogos medievales que encontraban sentido en la lectura de las Escrituras, en emprender una cruzada o en construir una nueva catedral. De
Yuval Noah Harari (Sapiens. De animales a dioses: Una breve historia de la humanidad)
Mi abuela tenia una teoría muy interesante, decía que si bien todos nacemos con una caja de cerillos en nuestro interior, no los podemos encender solos, necesitamos, como en el experimento, oxígeno y la ayuda de una vela. Sólo que en este caso el oxígeno tiene que provenir, por ejemplo, del aliento de la persona amada; la vela puede ser cualquier tipo de alimento, música, caricia, palabra o sonido que haga disparar el detonador y así encender uno de los cerillos. Por un momento nos sentiremos deslumbrados por una intensa emoción. Se producirá en nuestro interior un agradable calor que irá desapareciendo poco a poco conforme pase el tiempo, hasta que venga una nueva explosión a reavivarlo. Cada persona tiene que descubrir cuáles son sus detonadores para poder vivir, pues la combustión que se produce al encenderse uno de ellos es lo que nutre de energía el alma. En tras palabras, esta combustión es su alimento. Si uno no descubre a tiempo cuáles son sus propios detonadores, la caja de cerillos se humedece y ya nunca podremos encender un solo fósforo. Claro que también hay que poner mucho cuidado en ir encendiendo los cerillos uno a uno. Porque si por una emoción muy fuerte se llegan a encender todos de un solo golpe producen un resplandor tan fuerte que ilumina más allá de lo que podemos ver normalmente y entonces ante nuestros ojos aparece un túnel esplendoroso que nos muestra el camino que olvidamos al momento de nacer y que nos llama a reencontrar nuestro perdido origen divino. El alma desea reintegrarse al lugar de donde proviene, dejando al cuerpo inerte...
Laura Esquivel (Like Water for Chocolate)
El dolor, cuando se instala en nuestro cuerpo, no quiere irse. Sobretodo si fue forjado en una relación. Cada foto, cada rincón de la casa, el barrio o la ciudad está impregnada por aquella persona que ya no está a nuestro lado. Y como si fuera a propósito, el recuerdo nos trae a la memoria los momentos más felices, las situaciones más divertidas, la complicidad, las sonrisas compartidas, el dolor soportado juntos. ¿Y ahora qué necesito esa mano? ¿Cómo soporto el dolor? Esa unión que antes alimentaba mi amor, se ha desgarrado, se rompió y ya no hay vínculo que lo reemplace. Como un muñón, ahora debo aprender a vivir sin esa parte de mi, que se ha ido. Una herida infectada es mejor cortarla, limpiarla aunque duela, coserla y esperar a que cicatrice. No hay manera de hacerlo más fácil. No hay trampa posible que le hagamos a nuestro corazón. Pero sanará. Pero sabemos que el dolor a cuenta gotas sería muchísimo peor a la larga, drenaría nuestra vida, nos haría infelices para siempre. Y es mortal. Y cuando reconocemos que hay otras conexiones que salen de nosotros, que tenemos espacio para abrir un nuevo canal, cuando vemos que hay otros que necesitan también sanar sus heridas, entonces aceptamos recorrer un nuevo camino. Solo debemos tener un solo cuidado: el desierto que cruzamos en el dolor nos permite saber quiénes somos, qué queremos, qué hicimos mal, que nos dejamos hacer y no debimos, qué tanto nos rebajamos o que tan inflexibles somos. No es necesario sufrir, pero es imprescindible aprender. En el camino nos habremos recuperado y estaremos caminando hacia otro horizonte.
Leo Batic (Heredera de dragones (El último reino, #2))
Cuando a una le atraviesan el corazón con una rama pero no la matan. Una quiere dejar de vivir. Pero entonces la obligan a vivir. Los niños gritan y la obligan a vivir. El viejo tiene hambre y reclama. Los del pueblo le llevan judías y calabacines solo para obligarla a vivir. Y una deja de ser mujer y se convierte en viuda, en madre. Una deja de ser el centro de su vida, deja de ser la savia y la sangre, porque la han obligado a renunciar a cuanto quería. Tíralas aquí, tira las cosas que deseabas,aquí, en medio del camino, en esta cuneta, todo lo que pensabas. Las cosas que amabas. Ya ves, con lo poquita cosa que eran. Le hacen a una desear una vida pequeña. Este hombre y esta montaña. Una vida raquítica como una piedrecilla bonita. Una vida que quepa en un bolstillo. Una vida como un anillo, como una avellana. A una no le dicen que se pueden elegir cosas que no sean pequeñas. No le dicen que las piedras pequeñas se pierden. Se escapan por el agujero de un bolsillo. Ni que si se pierden ya no se puede elegir otra, que piedra perdida, perdida está. Tira el corazón también aquí, en medio del camino, entre el barro y las zarzas. Tira la alegría. Tira el alma y los abrazos, los besos y la cama de matrimonio. A la fuerza. Y ahora levántate y mira esta mañana tan delgada y tan azul. Y baja a la cocina, métete la comida en la boca y después métela en la boca de los niños, y luego del viejo, y luego en la boca de las vacas y de los terneros, en la de la cerda, en la de las gallinas y en la de la perra. A la fuerza, a la fuerza. Hasta que se olvida una de todo, con tanta fuerza bruta.
Irene Solà (Canto jo i la muntanya balla)
Veamos si encontramos otro camino para imaginarnos cómo se debe sentir un hombre que está dispuesto a renunciar al peso, por lo general tan ligero para otros, de la vida. Porque solo si somos capaces de sentir lo que él siente tenemos derecho a hablar sobre ello. La naturaleza humana -continué-, tiene sus límites: puede soportar la felicidad, el sufrimiento, el dolor, sólo hasta cierto grado, sucumbe en cuanto lo ha sobrepasado. En esto no se trata entonces de si alguien es débil o fuerte, sino sólo de si es capaz de soportar su grado de sufrimiento, ya sea moral o físico. Y al mismo tiempo me parece equivocado decir que un hombre que se quita la vida es un cobarde, así como sería inoportuno llamar cobarde a alguien que muere por una fiebre maligna. Reconoces que denominamos enfermedad mortal a aquella que ataca la naturaleza de modo que por un lado va consumiendo sus fuerzas y por el otro las neutraliza, de tal manera que ya no es posible que éstas se repongan. [...] apliquemos esto al espíritu. Mira al ser humano en sus limitaciones, cómo influyen en él ciertas impresiones, se fijan las ideas, hasta que una pasión que se agiganta le quita toda serenidad a sus sentidos y lo arruina. Será en vano -agregué- que el hombre sensato y sereno quiera evitar la situación, será inútil que lo aconseje. Es lo mismo que un hombre sano, que estando junto al lecho de un enfermo, tampoco puede traspasarle ni lo más mínimo de su energía. [...] amigo mío -exclamé-, el hombre es el hombre y la chispa e inteligencia que puede llegar a tener no vale mucho cuando golpean las pasiones y lo llevan hasta los límites de lo humano. Oh, mi corazón estaba a punto de estallar. Y nos separamos sin que nos hubiéramos entendido. Aunque, en este mundo, no es fácil que uno llegue a entender al otro.
Johann Wolfgang von Goethe (The Sorrows of Young Werther)
- Podría comerte entera - gruñó mientras besaba un camino de deseo en su piel - . Como si fueras una jugosa fruta. Como un hombre sediento de tu sabor. Una febril necesidad ardía en su interior. La lujuria nunca había sido así para él, solo con Erinni. Ella era capaz de borrar el dolor de los recuerdos con un solo gemido, acelerarle el corazón con una simple caricia, y estremecer todo su cuerpo con un beso. (...) Dayan no pudo hacer otra cosa mas que observarla, mirar las mejillas enrojecidas, y los labios abiertos en un estrangulado jadeo de placer, mientras tiraba de su ropa interior, hasta deshacerse de ella, deslizando por fin los dedos en su miel húmeda y resbaladiza. - Erinni - Dayan jadeó su nombre mientras levantaba la cabeza del pecho. No podía controlar el deseo que sentía. Su necesidad de tocarla, tenerla, probar la dulce miel era tan perentoria que creyó que se volvería loco. Plantó un dulce camino de besos a través del pecho y el cuello, hasta llegar de nuevo a los labios. - Tan suave - gruñó contra sus labios, y después los acarició mientras introducía los dedos en el interior del mojado y terso pliegue entre sus muslos. Erinni se quedó inmovil con los ojos otra vez abiertos, y lo miraba mientras susurraba su nombre una y otra vez. Los dedos se movian con lentitud por el resbaladizo pliegue hasta rodear poco a poco el hinchado clítoris. (...) - Si, Erinni - gimió contra sus labios, aún asombrado por la ternura que ella le demostraba - Tócame, por lo que mas quieras. La necesidad de sentir sus manos sobre la piel lo asustaba y enardecía a partes iguales. Lo quería todo de ella: su cuerpo, su alma, su corazón. Y en mitad de aquel frenesí, mientras enterraba la polla en el apretado y caliente coño, se imaginó que aquello era lo más cerca que jamás estaría del paraíso. (...) Erinni lo miró a la cara, y su rostro era la imagen de la sensualidad, con los ojos oscurecidos por el deseo, hambrientos y embelesados. Pudo ver allí la necesidad y la rápida perdida de control, y le encantó. (...) Dayan la miraba, con los ojos prendidos en ella como si se sorprendiera de tenerla allí.
Alaine Scott (La hechicera rebelde (Cuentos eróticos de Kargul #2))
En cuanto al fin que nos proponen Plinio y Cicerón, la gloria, estoy muy lejos de tenerla en cuenta. La inclinación más contraria al retiro es la ambición. La gloria y el reposo no pueden alojarse en el mismo albergue. Por lo que veo, estos sólo tienen los brazos y las piernas fuera de la multitud; su alma y su intención continúan, más que nunca, atadas a ella: b | Tun’ uetule auriculis alienis colligis escas? [Entonces, viejo, ¿trabajas sólo para alimentar los oídos ajenos?] a | Se han echado atrás solo para saltar mejor, y para, con un movimiento más fuerte, penetrar más vivamente en la muchedumbre. ¿Queréis ver cómo se quedan cortos por un pelo? Comparemos las opiniones de dos filósofos [Epicuro y Séneca], y de dos escuelas muy diferentes, uno escribiendo a Idomeneo, otro a Lucillo, amigos suyos, para apartarlos de la administración de los negocios y de las grandezas, y dirigirlos hacia la soledad. Hasta ahora has vivido —dicen— nadando y flotando; ven a morir al puerto. Has entregado el resto de tu vida a la luz, entrega esta parte a la sombra. Es imposible abandonar las tareas si no renuncias a su fruto; así pues, deshazte de toda preocupación por el nombre y por la gloria. Existe el peligro de que el brillo de tus acciones pasadas te ilumine en exceso, y te siga hasta el interior de tu guarida. Abandona, junto a los demás placeres, el que brinda la aprobación ajena; y, en cuanto a tu ciencia y capacidad, no te importe: no perderán su eficacia porque tú valgas más que ellas. Acuérdate de aquel que, cuando le preguntaron para qué se esforzaba tanto en un arte que no podía ser conocido por mucha gente, respondió: «Me basta con pocos, me basta con uno, me basta con ninguno». Tenía razón. Tú y un compañero sois teatro de sobra suficiente el uno para el otro, o tú para ti mismo. Que el pueblo sea para ti uno solo, y que uno solo sea para ti todo el pueblo. Es una ambición cobarde pretender obtener gloria de la ociosidad y del ocultamiento. Tenemos que hacer como los animales, que borran su rastro a la entrada de su guarida. No has de buscar más que el mundo hable de ti, sino cómo has de hablarte a ti mismo. Retírate en tu interior, pero primero prepárate para acogerte; sería una locura confiarte a ti mismo si no te sabes gobernar. Uno puede equivocarse tanto en la soledad como en la compañía. Hasta que no te hayas vuelto tal que no oses tropezar ante ti, y hasta que no sientas vergüenza y respeto por ti mismo, c | obuersentur species honestae animo [que se ofrezcan imágenes honestas al espíritu], a | represéntate siempre en la imaginación a Catón, Foción y Aristides, ante los cuales aun los locos ocultarían sus faltas, y establécelos como censores de todas tus intenciones. Si estas se desvían, la reverencia por ellos te devolverá al camino. Te retendrán en la vía de contentarte contigo mismo, de no tomar nada en préstamo sino de ti, de detener y fijar el alma en unos pensamientos definidos y limitados donde pueda complacerse; y, tras haber entendido los verdaderos bienes, que se gozan a medida que se entienden, de contentarse con ellos, sin ansias de prolongar la vida ni el nombre. Este es el consejo de la verdadera y genuina filosofía, no de una filosofía ostentosa y verbal, como es la de los dos primeros.
Michel de Montaigne (The Complete Essays)