Una Buena Mujer Quotes

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Una mujer es como la buena literatura: al alcance de todos, pero incomprensible para los estúpidos.
Gabriel García Márquez
La buena reputación es conveniente dejarla caer a los pies de la cama hoy tienes una ocasión de demostrar que eres una mujer además de una dama.
Joaquín Sabina
La violencia contra las mujeres es universal y tan antigua como la civilización misma. Cuando se habla de derechos humanos, en la práctica se habla de derechos de los hombres. Si un hombre es golpeado y privado de libertad, es tortura. Si lo mismo soporta una mujer se llama violencia doméstica
Isabel Allende (Mujeres del alma mía: Sobre el amor impaciente, la vida larga y las brujas buenas (Spanish Edition))
Pero la verdad yo creo que es la Cenicienta la que rescata al príncipe. Ella es la que hace todo. Limpia todo para poder ir al baile, está trabaje y trabaje, hasta hace su vestido. Y ella es la que es buena con todo el mundo y por eso el hada madrina viene a ayudarla. Si ella no hubiera hecho todas esas cosas el príncipe se hubiera casado con alguien horrible que sólo lo quiere por su dinero, como las hermanastras. La Cenicienta quiere una vida mejor, por eso hace todo lo que hace, no nada más para casarse con el príncipe. Además, mi mamá siempre se queja de que hay poquitas películas que se tratan de mujeres. La películas de princesas se tratan de mujeres y lo que ellas quieren, ¿o no? —la escuincla culmina semejante dosis de sabiduría mirando al techo y encogiendo los hombros—, Bueno, yo digo. Hago
Catalina Aguilar Mastretta (Todos los días son nuestros (El día siguiente) (Spanish Edition))
Hombres necios que acusáis a la mujer sin razón, sin ver que sois la ocasión de lo mismo que culpáis: si con ansia sin igual solicitáis su desdén, ¿por qué queréis que obren bien si las incitáis al mal? Cambatís su resistencia y luego, con gravedad, decís que fue liviandad lo que hizo la diligencia. Parecer quiere el denuedo de vuestro parecer loco el niño que pone el coco y luego le tiene miedo. Queréis, con presunción necia, hallar a la que buscáis, para pretendida, Thais, y en la posesión, Lucrecia. ¿Qué humor puede ser más raro que el que, falto de consejo, él mismo empaña el espejo, y siente que no esté claro? Con el favor y desdén tenéis condición igual, quejándoos, si os tratan mal, burlándoos, si os quieren bien. Siempre tan necios andáis que, con desigual nivel, a una culpáis por crüel y a otra por fácil culpáis. ¿Pues como ha de estar templada la que vuestro amor pretende, si la que es ingrata, ofende, y la que es fácil, enfada? Mas, entre el enfado y pena que vuestro gusto refiere, bien haya la que no os quiere y quejaos en hora buena. Dan vuestras amantes penas a sus libertades alas, y después de hacerlas malas las queréis hallar muy buenas. ¿Cuál mayor culpa ha tenido en una pasión errada: la que cae de rogada, o el que ruega de caído? ¿O cuál es más de culpar, aunque cualquiera mal haga: la que peca por la paga, o el que paga por pecar? Pues ¿para qué os espantáis de la culpa que tenéis? Queredlas cual las hacéis o hacedlas cual las buscáis. Dejad de solicitar, y después, con más razón, acusaréis la afición de la que os fuere a rogar. Bien con muchas armas fundo que lidia vuestra arrogancia, pues en promesa e instancia juntáis diablo, carne y mundo.
Juana Inés de la Cruz
Una mujer de cincuenta puede ser invisible en Las Vegas, pero muy atractiva en París.
Isabel Allende (Mujeres del alma mía: Sobre el amor impaciente, la vida larga y las brujas buenas (Spanish Edition))
No arruines una buena historia contando la verdad”.
Mackenzi Lee (Las chicas rudas del pasado: 52 mujeres inolvidables que cambiaron el mundo)
Habría sido una buena mujer -dijo el Desequilibrado- si hubiese tenío a alguien cerca que le disparara cada minuto de su vida.
Flannery O'Connor (A Good Man is Hard to Find (KnowledgeNotes Student Guides))
No puedo ser miembro de una institución que me considera persona de segunda clase y cuyas autoridades, siempre hombres, imponen sus reglas con la fuerza del dogma y gozan de impunidad.
Isabel Allende (Mujeres del alma mía: Sobre el amor impaciente, la vida larga y las brujas buenas (Spanish Edition))
En gran parte del mundo vivimos en una cultura enfocada hacia la juventud, la belleza y el éxito. Para cualquier mujer resulta muy difícil navegar en esas aguas; para la mayoría es un naufragio seguro.
Isabel Allende (Mujeres del alma mía: Sobre el amor impaciente, la vida larga y las brujas buenas (Spanish Edition))
Cagar es la opinión más contundente. En general opinamos matizado: esto me gusta con reservas y aquello me interesa aunque me resultó un poco aburrido y esa mujer me atrae bastante pero no quiero volver a complicarme con casadas y el gobierno empezó tomando medidas muy correctas hasta que de pronto perdió el rumbo y qué buena sería esta novela si no estuviera escrita en jeringozo formoseño: pienso pero. La cultura contemporánea está llena de matices, de pudores, de correcciones varias, de considerados y consideraciones que le impiden decir que tantas cosas -personas, actitudes, libros, películas, sistemas sociales, una filosofía, un negocio, más personas- son absolutamente inútiles. El cuerpo en cambio no se corta: cagar es opinar rotundo, sin matices. El cuerpo recibe su materia, la procesa, usa lo que le sirve -todo lo que le sirve, de formas tan distintas- y cuando, pese a sus esfuerzos, topa con material que realmente no sabe aprovechar, lo vuelve mierda y lo devuelve al mundo. El cuerpo, animal incorrecto, es implacable, inmune a las ñoñeces de la tolerancia: establece una jerarquía sin fisuras entre lo que sirve y lo que no sirve -y actúa en consecuencia. Caga, defeca, excreta, se deshace, expulsa: produce categorías terminantes.
Martín Caparrós (Comí)
Se equivoca; las mujeres necesitamos otra información sobre un hombre como ése. No conocemos la calidez de su voz, si conversa mirando a los ojos, si su abrazo nos hace sentir pequeñas. A una mujer no le interesa un hombre que necesita ser rescatado. Como empleado, tal vez, concluye, pero para amar a un hombre, el alma buena es lo de menos.
David Toscana (El último lector)
A los quince años me alejé de la Iglesia para siempre, no por falta de fe en Dios —eso vino más tarde—, sino por el machismo inherente a toda organización religiosa. No puedo ser miembro de una institución que me considera persona de segunda clase y cuyas autoridades, siempre hombres, imponen sus reglas con la fuerza del dogma y gozan de impunidad.
Isabel Allende (Mujeres del alma mía: Sobre el amor impaciente, la vida larga y las brujas buenas (Spanish Edition))
A la mujer de verdad se la gana uno poco a poco. Es todo cuestión de psicología, como una buena faena en la plaza.
Carlos Ruiz Zafón (La sombra del viento)
Déjese usted llevar por los impulsos de su naturaleza, pero nunca a medias. Si no puede usted ser una mujer buena y honrada, sea usted un demonio.
Leopold von Sacher-Masoch (Venus in Furs)
Hay una cierta soltura en la feminidad, dijeron. A los hombres los entrenan para reprimir las emociones, están limitados por la camisa de fuerza de la masculinidad.
Isabel Allende (Mujeres del alma mía: Sobre el amor impaciente, la vida larga y las brujas buenas (Spanish Edition))
Nada puede detenernos si compartimos una visión del futuro y estamos decididas a hacerla realidad todas juntas.
Isabel Allende (Mujeres del alma mía: Sobre el amor impaciente, la vida larga y las brujas buenas)
edad no tiene que suponer una limitación para continuar siendo enérgico y creativo y para participar en el mundo. Como ahora se
Isabel Allende (Mujeres del alma mía: Sobre el amor impaciente, la vida larga y las brujas buenas (Spanish Edition))
los mejores, siempre que optemos por el amor en vez del miedo, dice. El amor no se da como una planta silvestre, se cultiva con mucho cuidado.
Isabel Allende (Mujeres del alma mía: Sobre el amor impaciente, la vida larga y las brujas buenas (Spanish Edition))
No podemos seguir en una civilización basada en el materialismo desenfrenado, la codicia y la violencia.
Isabel Allende (Mujeres del alma mía: Sobre el amor impaciente, la vida larga y las brujas buenas (Spanish Edition))
Cuando una mujer decide cambiar , todo a su alrededor también cambia. Eufrosina Cruz
Elena Favilli (Cuentos de buenas noches para niñas rebeldes.: Diversión y aventuras (Spanish Edition))
He optado por una vida simple, con menos cosas materiales y más tiempo ocioso, menos preocupaciones y más diversión, menos compromisos sociales y más amistad verdadera, menos bochinche y más silencio.
Isabel Allende (Mujeres del alma mía: Sobre el amor impaciente, la vida larga y las brujas buenas (Spanish Edition))
En mi juventud bregaba por la igualdad, quería participar en el juego de los hombres, pero en la madurez comprendí que ese juego es una locura, está destruyendo el planeta y el tejido moral de la humanidad.
Isabel Allende (Mujeres del alma mía: Sobre el amor impaciente, la vida larga y las brujas buenas (Spanish Edition))
Cuando se habla de derechos humanos, en la práctica se habla de derechos de los hombres. Si un hombre es golpeado y privado de libertad, es tortura. Si lo mismo soporta una mujer se llama violecia doméstica y todavía en la mayor parte del mundo se considera un asunto privado.
Isabel Allende (Mujeres del alma mía: Sobre el amor impaciente, la vida larga y las brujas buenas)
Una mujer soltera con una renta muy pequeña siempre será una solterona ridícula y desagradable; objeto de eterna burla para muchachos y muchachas; pero una mujer soltera con buena fortuna siempre es respetada, y puede ser tan inteligente y de trato tan agradable como cualquier otra persona.
Jane Austen (Emma)
El hecho de que Lady Russell, de muy buena edad y agradable carácter, y en circunstancias ideales para ello, no hubiese querido pensar en segundas nupcias, no tiene por qué ser explicado al público, que está tan dispuesto a sentirse irracionalmente descontento cuando una mujer no se vuelve a casar.
Jane Austen (Colección integral de Jane Austen: Emma, Lady Susan, Mansfield Park, Orgullo y Prejuicio, Persuasión, Sentido y Sensibilidad, La abadía de Northanger (Spanish Edition))
(...)Clarkson fue a ayudar a Brynne y Marie en la cocina mientras Gabrielle y Elaina parecían hacerse buenas amigas hablando de libros— especialmente uno muy popular sobre un multimillonario muy joven y su obsesión con una mujer aún más joven... y el sexo. Habían montón de escenas de sexo eróticas en el libro, aparentemente en cada página. Neil y yo nos miramos con simpatía el uno al otro, y no tuvimos absolutamente nada que añadir a la conversación. Es decir decir, ¿quién lee esta basura? ¿Quién tiene tiempo? ¿Por qué incluso leer sobre sexo en un libro cuando se puede tenerlo en la vida real? No lo entiendo.
Raine Miller (All In (The Blackstone Affair, #2))
Nací en buena luna, Víctor, y tuve la suerte de compartir mi vida con una mujer que nunca merecí. Supo sacar lo mejor de mí, si es que aún quedaba algo, y quizá sea por ella, por el peso de su ausencia, por lo que ahora escribo esta confesión. Decía que la amargura hay que sacarla fuera para que no se pudra dentro de nosotros y nos convierta en cadáveres antes de tiempo.
Rosa Huertas (Mala Luna)
-¿No se da usted cuenta de que en sociedad luce mucho más una señorita que sabe tocar el piano, que hace laborcitas...? Es la única manera de sacar novio una chica de buena familia... -Yo no quiero sacar novio... -Pero querrá usted casarse (...). Para la mujer no hay más camino que el matrimonio, y en el matrimonio tendrá usted que coser la ropa (...), entretener a su marido... -¡Que se entretenga solo! -decía yo de mal humor-. ¡No me pienso casar nunca! (...) -El camino de la mujer es el matrimonio y todo lo que aprenda y estudie debe ser con miras al día de mañana, para hacer feliz al hombre que la escoja por compañera, y ser una buena madre de familia... No, yo no me quería casar nunca... Yo quería viajar, leer mucho, pintar y no tener hijos...
Elena Fortún (Oculto sendero)
Imaginen un mundo sin ejércitos, un mundo en que los recursos bélicos se emplearan en el bienestar común, en que los conflictos se resolvieran en torno a una mesa de negociación y la misión de los soldados fuera mantener el orden y promover la paz. Cuando eso suceda habremos superado nuestra condición de Homo sapiens y daremos un salto evolutivo hacia el Contentus homo superior.
Isabel Allende (Mujeres del alma mía: Sobre el amor impaciente, la vida larga y las brujas buenas (Spanish Edition))
Pasión es entusiasmo incontenible, energía exuberante y entrega decidida a algo o a alguien. Lo bueno de la pasión es que nos impulsa hacia delante y nos mantiene comprometidos y jóvenes. Me he estado entrenando durante años para llegar a ser una anciana apasionada, tal como otros se entrenan para escalar montañas o competir en ajedrez. No quiero que la cautela propia de los años destruya mi pasión por la vida.
Isabel Allende (Mujeres del alma mía: Sobre el amor impaciente, la vida larga y las brujas buenas (Spanish Edition))
¿Sabes una cosa? Toda mi vida he tenido miedo a ser feliz por si acaso el cosmos me lo compensaba con una buena dosis de desgracia. Así que nunca he lanzado las campanas al vuelo por nada: ni por un sobresaliente, ni por una conquista, ni en un cumpleaños. Nunca me he permitido tener una explosión de felicidad total. Y ahora sé que la fatalidad llega sola. A mí también, que llevaba mucho tiempo contenida en una felicidad tibia: ser una buena mujer, tener tranquila a la familia, hacer todo aquello que se esperaba de mí en la creencia de que eso se mantendría salvo. Hacer lo que tú llamas "lo correcto". Pero el cosmos no te recompensa. Y ahora me pregunto por qué no he sido más espontánea y locamente feliz todas y cada una de las veces que tuve la oportunidad de serlo. Si yo fuera, tú disfrutaría de la alegría encontrar el amor ahora que lo tienes sin limitaciones.
Vanessa Montfort (Mujeres que compran flores)
Le había dicho que se paseaba por el patio como si estuviera en una fiesta. Yo no lo habría expresado así, pero entiendo lo que quería decir. Tiene relación con lo que dije de que Andy llevaba su libertad como un abrigo invisible y con lo que dije de que nunca llegó a tener en realidad una mentalidad carcelaria. Nunca llegó a tener esa mirada obtusa. Nunca llegó a caminar como caminan los hombres cuando termina la jornada y han de volver a sus celdas para otra noche interminable... encorvados, aturdidos. Andy caminaba erguido y con paso vivo siempre, como quien se dirige a casa, donde le aguardan una buena cena hogareña y una buena mujer, y no la bazofia insípida de verduras pastosas, puré de patatas grumoso y una o dos tajadas de ese material cartilaginoso y grasiento que casi todos los presos llaman «carne de enigma»... eso y una foto de Raquel Welch en la pared.
Stephen King (Rita Hayworth and Shawshank Redemption)
Comprendo que para una mujer joven puede ser un atractivo saber que uno es un tipo que vivió, que cambió hace mucho la inocencia por la experiencia, que piensa con la cabeza bien colocada sobre los hombros. Es posible que eso sea un atractivo, pero qué breve. Porque la experiencia es buena cuando viene de la mano del vigor; después, cuando el vigor se va, uno pasa a ser una decorosa pieza de museo, cuyo único valor es ser un recuerdo de lo que se fue.
Mario Benedetti (La tregua)
La feminidad se devalúa tres veces más rápido que la masculinidad. Dicho de otro modo, una mujer (bio- o tecno-) de cuarenta y cinco años está fuera del mercado heterosexual, mientras que un hombre debe esperar a los sesenta y cinco para quedar obsoleto. Podríamos calcular la edad real en la economía heterocapitalista de una mujer sumándole quince años para acercarle a su equivalente masculino, restándole dos por cada suplemento de belleza (talla de pecho, delgadez, largura y espesor del pelo, etc.) y sumándole dos años por cada detrimento político y social (divorcio, número de hijos —cada hijo suma dos años—, desempleo, etc.). Tomemos un ejemplo: Héléne tiene treinta y dos años, es una bio-mujer divorciada con un hijo, se conserva en buena forma, hace yoga, es guapa, aunque no tiene un cuerpo perfecto, está delgada y trabaja en una compañía de seguros: 32 + 15 + 2 + 2- 2- 2- 2= 45. Esta es la dura realidad.
Paul B. Preciado (Testo Junkie: Sex, Drugs, and Biopolitics in the Pharmacopornographic Era)
El feminismo es una revolución no un reordenamiento de consignas de marketing, ni una ola de promoción de la felación o del intercambio de parejas, ni tampoco una cuestión de aumentar el segundo sueldo. El feminismo es una aventura colectiva, para las mujeres pero también para los hombres y para todos los demás. Una revolución que ya ha comenzado. Una visión del mundo, una opción. No se trata de oponer las pequeñas ventajas de las mujeres a los pequeños derechos adquiridos de los hombres, sino de dinamitarlo todo. Y dicho esto, buena suerte chicas y mejor viaje.
Virgine Despentes
¿No comprendes que lo que estás viendo es la defensa más recalcitrante de la moral reaccionaria, clerical y patriarcal que existe en este país? ¿No les estás oyendo? ¿No ves cómo sugieren que una mujer con amantes no puede ser una buena madre, que un hombre infiel no puede ser una buena persona, que dos adultos no pueden tener un lío sin perder su reputación? Ahí donde los ves, con la pinta que tienen, están defendiendo la familia tradicional, la castidad, la sobriedad, la ñoñería. Por eso chismorrean en las radios de la Iglesia, en las televisiones de la derecha, en los periódicos fachas.
Almudena Grandes
Como en todo, el profundo sexismo de Napoleón emergió también en sus resoluciones acerca de la educación. «Casi siempre la educación pública hace a las malas mujeres veleidosas, coquetas e inestables», explicó al Consejo en marzo de 1806. «La educación en grupo, tan buena para los hombres, especialmente a la hora de enseñarles a ayudarse entre ellos y prepararles para la camaradería necesaria en la batalla por la vida, es una escuela de corrupción para las mujeres. Los hombres fueron hechos para brillar en la vida. Las mujeres fueron hechas para recluirse en la vida doméstica y el hogar»[63]
Andrew Roberts (Napoleón: una vida)
Villoviado es un pequeño pueblo a pocos kilómetros de Lerma, en la provincia de Burgos, en el norte de España, tranquilo, con buena gente dedicada al pastoreo y a la agricultura. Las gallinas que correteaban por el empedrado, las voces de las mujeres llamando a sus hijos desde las ventanas de sus casas, sencillos campesinos que se limpiaban el sudor con orgullo, tejados rojos con chimeneas en forma de cono, vallas de piedra, bodegas a la entrada del pueblo, su fuente y, a finales de agosto, el olor del espliego inundando el valle, todo ello daba un carácter especial a Villoviado. También tenía su iglesia, la Iglesia de San Vítores, en una pequeña elevación casi en el centro del pueblo, con su bendito moral. La leyenda dice que lo trajeron desde Cerezo del Río Tirón, donde fue martirizado San Vítores; según los más viejos del lugar, de cada gota que cayó de su cuerpo en el martirio nació un moral. Todas las madres del pueblo, en algún que otro momento, cogían los tallos mas delgaditos del sagrado moral para colgarlos del cuello de sus hijos. Según la costumbre no solo quitaba las lombrices, sino que también protegía a esas criaturas. En aquel momento nadie se imaginaba que esos niños, años después, se sentarían en la valla del cementerio, casi tocando el moral, oteando, avisando de la llegada de los franceses. Aquellas
Reyes Galaz (Cántaras vacías (Spanish Edition))
Pedí a una chica joven que se alejó de mí sin dejar que le explicase nada; a una pareja joven que también negaron con la cabeza; a un hombre de negocios que me dijo que no con una mirada de desprecio; a un chico con una mochila que me dio un euro; a un par de hombres mayores que, tras mirarse el uno al otro, sacaron una moneda cada uno; a una mujer cargada con varias bolsas que al verme se giró como si no me hubiera visto; a un hombre con un maletín que... Y así, venciendo una vergüenza que me dolía cada vez que me acercaba a alguien, finalmente conseguí el dinero necesario. Compré el billete y corrí hacia el tren. Aquel día me di cuenta de que la gente es buena.
Eloy Moreno (El regalo)
Ser la Chica Enrollada significa que soy una mujer atractiva, brillante y divertida que adora el fútbol americano, el poker, los chistes verdes y eructar, que juega a videojuegos, bebe cerveza barata, adora los tríos y el sexo anal y se llena la boca con perritos y hamburguesas como si estuviera presentando la mayor orgía culinaria del mundo a la vez que es capaz de algún modo de mantener una talla 34, porque las chicas enrolladas, por encima de todo, están buenas. Son atractivas y comprensivas. Las chicas enrolladas nunca se enfadan; solo sonríen de manera disgustada pero cariñosa y dejan que sus hombres hagan lo que ellos quieran. "Adelante, cágate encima de mí, no me importa, soy la Chica Enrollada".
Gillian Flynn (Gone Girl)
No es posible que en ninguna época haya existido tan estridente preocupación por la sexualidad como en la nuestra; buena prueba de ello, la enorme cantidad de libros que había en el British Museum escritos por hombres sobre las mujeres. Sin duda tenía la culpa la campaña de las sufragistas. Debía de haber despertado en los hombres un extraordinario deseo de autoafirmación; debía de haberles empujado a hacer resaltar su propio sexo y sus características, en las que no se habrían molestado en pensar si no les hubieran desafiado. Y cuando uno se siente desafiado, aunque sea por unas cuantas mujeres con gorros negros, reacciona, si no le han desafiado antes, un poco demasiado fuerte. ” Pasaje de: Virginia Woolf. “Una habitación propia”. Apple Books.
Virginia Woolf (A Room of One’s Own)
Pero estoy seguro de que, al llegar esta época del año, y dejando aparte la veneración debida a su nombre y origen sagrados (si es que se puede dejar aparte algo que le es tan propio), siempre he pensado que la Navidad era una buena época: una época amable, benévola, caritativa, placentera; la única época, que yo sepa, del largo calendario del año en la que hombres y mujeres parecen abrir de común acuerdo sus corazones cerrados y considerar a las gentes humildes como verdaderos compañeros de viaje hacia la tumba, y no como criaturas de otra raza que viajan hacia destinos diferentes. Y por eso, tío, aunque la Navidad nunca me ha metido una migaja de oro o de plata en el bolsillo, creo que me ha hecho bien y que seguirá haciéndomelo, y digo: ¡Bendita sea!
Charles Dickens (A Christmas Carol)
Mi padre era un hombre decente. O, por lo menos, eso que llamaríamos un hombre decente: alguien que, en las pequeñas circunstancias de la vida, prefiere no complicarse con las molestias de la indecencia. Uno que, por ejemplo, si al salir de la panadería desecubre que se lleva, además de las facturas, pebetes y miñones, un cuarto kilo de cuernitos sin pagar, vuelve al local, compone una sonrisa tímida, turbada - que le sale perfecta- e intenta un chiste malo para decirle a la dueña que ha vuelto porque es un hombre decente: -¡Vengo a denunciar un robo! Le dirá, por ejemplo, y que él es el delincuente que acaba de llevarse el cuarto de cuernitos sin previo abono de su precio estipulado. O sea: mi padre era un hombre cómodo, que nunca quiso tomarse el trabajo de ver qué haía un poco más allá de la decencia, de la conveniencia, de los buenos modales y las reglas morales. La decencia, en general, es cuestión de falta de imaginación o de pereza, y mi padre tenía, por lo que sé, bastante de las dos. Aunque, por supuesto, no sé qué habría pasado si alguna vez la tentación de la indecencia lo hubiera asaltado en serio, armada de una buena recompensa. Es fácil ser decente cuando te cuesta un cuarto de cuernitos; de allí en más se hace más y más difícil, hasta que llega al punto en que cada cual encuentra su temperatura de fundido. Si no hay metal que resista el calor pertinente, ¿por qué habría hombres o mujeres? Es - si existen tales cosas - una de esas verdades innegables; sabiéndolo, ¿no es preferible ahorrarse el fuego de decenas, cientos de grados celsius, y fundirse cin tanto despilfarro?
Martín Caparrós
En un libro de Alfonso Karr, titulado "Am Rauchem", hay un hombre que sigue por la noche a una mujer muy elegante, de quien se ha enamorado a primera vista, tan bella es. Por besar la mano de esta mujer, se halla con fuerzas para emprenderlo todo, con voluntad para conquistarlo todo, con coraje para efectuarlo todo. No se atreve casi a mirar el tobillo coqueto que descubre ella a fin de no manchar su vestido al contacto del polvo. Mientras él sueña en todo lo que haría para poseer a esa mujer, ella le para en la esquina de una calle y le invita a subir con ella. Desvía él la cabeza, cruza la calle y vuelve muy triste a su casa. Recordé este estudio psicológico, y yo, que habría desea sufrir por aquella mujer, temía que me aceptara ella de buenas a primeras y me otorgara demasiado pronto un amor que, por mi parte, habría querido pagar con una larga espera o con un gran sacrificio.
Alexandre Dumas fils (La Dama de Las Camelias)
Si los hombres pudieran vernos como realmente somos, se asombrarían; pero los hombres más inteligentes y agudos se engañan a menudo con respecto a las mujeres: no saben verlas a su auténtica luz, no las entienden, ni para bien ni para mal: la mujer que consideran buena es una cosa extraña, medio ángel, medio muñeca; la mujer que creen mala es casi siempre un demonio. ¡Tener que oír, además, cómo se extasían con las creaciones de otros, adorando a la heroína de tal poema, novela u obra teatral, tachándola de hermosa, de divina! Hermosa y divina puede que lo sea, pero casi siempre es totalmente artificial, falsa como la rosa de mi mejor sombrero, que tengo aquí. Si dijera lo que pienso sobre este asunto; si diera mi verdadera opinión sobre algunos de los principales personajes femeninos de obras de primera categoría, ¿dónde estaría? Muerta bajo un montón de piedras vengadoras en media hora.
Charlotte Brontë (Shirley)
A decir verdad, Jackson nunca había compartido totalmente el culto fálico de sus pares. Cuando tenía más o menos ocho años, una niña lo sorprendió mientras él meaba entre los arbustos, y chilló casi con el mismo espíritu de horror reflexivo con que lo acababa de hacer Carol. Es de suponer que aquella niña nunca había visto un pene, y que no le causó buena impresión. «Puaj, qué basto eres. ¿Qué es esa cosa? ¡Es repugnante!», gritó al salir corriendo. Y después aquella otra vez, en el gimnasio del colegio donde cursó los primeros años de secundaria. Jackson apenas había entrado en la pubertad; todavía mojado tras pasar por la ducha, sintió frío. No obstante, un chico mucho más corpulento que él se burló: Parece que estés envolviendo una zanahoria baby y un par de habichuelas. A partir de ese día los chicos lo apodaron «el Vegetariano», mote tan inocente a oídos de los profesores que protegía a sus compañeros de un posible castigo por acoso escolar. En realidad, la palabra «pene» siempre había sonado algo tonta y banal, y a poca cosa. Desde que tenía memoria, su quinto apéndice le había parecido algo sutilmente ajeno a él, algo aparte y capaz de traicionarlo. Y fue la sensación de que eso que le sobresalía no era del todo parte de su cuerpo lo que pudo permitirle experimentar con ella. El experimento había fallado. Es posible que Jackson nunca hubiera comprendido muy bien por qué a las mujeres un pene podía resultarles atractivo, con su piel como apergaminada y demasiado fina, los testículos colgantes y esas matas de vello, el sombrerete en la punta, como si fuese un hongo… Podía decirse que, en cierto modo, no era una forma que la carne humana debiera asumir. Cuando estaba en posición de descanso parecía asustado y deprimido; en estado de alerta, impertinente, aunque inseguro, moviéndose de un lado para el otro e intentando llamar la atención como un fanfarrón que quisiera hacer una demostración de sus habilidades.
Lionel Shriver (So Much for That)
Nos han anulado y nos han hecho creer que somos simples objetos para complacer al hombre. — inició Karen— "Desde que somos unas niñas, nos educan para ser buenas esposas y buenas madres pero no nos permiten formarnos y desarrollar nuestras habilidades como personas. Porqué sí, somos personas. Somos seres racionales, aunque muchos se empeñen en hacernos creer que no, seres capaces de hacer tanto o más que un hombre. Eres una "mujer", nos recuerdan cuando queremos hacer algo impropiamente femenino, como si la palabra "mujer" fuera algún tipo de peyorativo. Desde aquí y ahora, os animo a que digáis: ¡sí, soy mujer!— las féminas del lugar repitieron la frase con ímpetu provocando un clamor generalizado — "somos mujeres y vamos a hacer grandes cosas, no os preocupéis, seguiremos engendrando entretanto" —miró hacía los hombres que rieron por el humor de la Condesa— "hoy es un gran día para todas nosotras porqué , de una vez por todas, se nos permite graduarnos en medicina. ¡Sed bienvenidas!
Maria Isabel Salsench Ollé (Ojos del Anochecer (Los Devonshire, #3))
Cuando Hewan regresó a buscarla, Bahana se había ido y ella ya se había vestido con el lindo modelito que le había dejado. El saco le llegaba hasta las rodillas. Tenía dos agujeros por los que había metido los brazos, y estaba cortado por la mitad, como un chaleco. Se lo había atado a la cintura con una cuerda para evitar que se abriera. La miró desde la entrada de los baños, repasándola descaradamente de arriba a abajo, con una sonrisa irónica serpenteando en sus labios. —¿Te gusta tu ropa nueva? —le preguntó, burlándose. Rura alzó la cabeza, mirándolo directamente a los ojos, y un destello de ira cruzó sus hermosos ojos. —Seguiré siendo una princesa sin importar la ropa que me obligues a vestir —dijo con orgullo. —Lo que quieres decir —replicó—, es que seguirás siendo una mujer malcriada y caprichosa, y que nada de lo que haga cambiará eso. Rura casi se echó a reír. La idea que Hewan tenía de ella estaba tan equivocada… Toda su actitud no era más que una fachada con la que se obligó a vestirse para conseguir la aceptación de su padre, el maldito príncipe Nikui; pero estaba tan arraigada que ahora era incapaz de deshacerse de ella. Una máscara tras la que esconderse, y una armadura con la que protegerse. No era así de niña. Recordaba reír a menudo, excepto cuando su padre estaba cerca; disfrutaba de las cosas pequeñas de la vida, y no necesitaba mucho para sentirse feliz: un vestido desechado, un plato de sopa caliente, una manta con que abrigarse, y una muñeca rota a la que abrazarse. Pero su padre lo cambió todo, obligándola a ser cruel, a odiar en lugar de amar, a despreciarse a sí misma pensando que no era suficientemente buena, hasta que lo único que quedó fue la amargura y el resentimiento. —Jamás me ha importado lo que los demás pensaran de mí. —Mentira, a pesar de todo el esfuerzo que había puesto en hacer que se convirtiera en verdad—. ¿De veras crees que me interesa lo que tú pienses? Hewan se acercó a ella, remoloneando, caminando a su alrededor. —Tsk. Es una pena que un envoltorio tan hermoso no guarde nada dentro. —Mejor estar vacía que tener a un monstruo escondido tras unos ojos bonitos.
Alaine Scott (La princesa sometida (Cuentos eróticos de Kargul #3))
Hoy en día, el historial de derechos humanos de la budista Myanmar figura entre los peores del mundo, y un monje budista, Ashin Wirathu, encabeza el movimiento antimusulmán en el país. Afirma que solo quiere proteger Myanmar y el budismo contra las conspiraciones musulmanas de la yihad, pero sus sermones y artículos son tan incendiarios que en febrero de 2018 Facebook eliminó su página, aludiendo a la prohibición en Facebook de los discursos de odio. En 2017, durante una entrevista para The Guardian, el monje predicó la compasión hacia un mosquito que pasaba, pero cuando se le presentaron alegaciones de que mujeres musulmanas habían sido violadas por militares de Myanmar, se rio y dijo: «Imposible. Su cuerpo es demasiado repugnante».[25] Hay muy pocas probabilidades de que se alcance la paz mundial y la armonía global cuando 8.000 millones de humanos se pongan a meditar de manera regular. ¡Es tan difícil observar la verdad sobre nosotros mismos! Incluso si de alguna manera conseguimos que la mayoría de los humanos lo intenten, muchos de nosotros distorsionaremos enseguida la verdad que descubramos para convertirla en algún relato con héroes, villanos y enemigos, y encontraremos excusas realmente buenas para ir a la guerra.
Yuval Noah Harari (21 lecciones para el siglo XXI (Spanish Edition))
De todas las criaturas que tienen mente y alma no hay especie más mísera que la de las mujeres. Primero han de acopiar dinero con que compren un marido que en amo se torne de sus cuerpos, lo cual es ya la cosa más dolorosa que hay. Y en ello es capital el hecho de que sea buena o mala la compra, porque honroso el divorcio no es para las mujeres ni el rehuir al cónyuge. Llega una, pues, a nuevas leyes y usos y debe trocarse en adivina, pues nada de soltera aprendió sobre cómo con su esposo portarse. Si, tras tantos esfuerzos, se aviene el hombre y no protesta contra el yugo, vida envidiable es ésta; pero, si tal no ocurre, morirse vale más. El varón, si se aburre de estar con la familia, en la calle al hastío de su humor pone fin; nosotras nadie más a quien mirar tenemos. Y dicen que vivimos en casa una existencia segura mientras ellos con la lanza combaten, mas sin razón: tres veces formar con el escudo preferiría yo antes que parir una sola. Pero el mismo lenguaje no me cuadra que a ti: tienes esta ciudad, la casa de tus padres, los goces de la vida, trato con los amigos, y en cambio yo el ultraje padezco de mi esposo, que de mi tierra bárbara me raptó, abandonada, sin patria, madre, hermanos, parientes en los cuales pudiera echar el ancla frente a tal infortunio.
Euripides (Medea)
La tradición del islam místico comparte esta misma convicción. Me gustaría relatarle algo tomado de la leyenda dorada de los santos musulmanes. Un día, Suturá, una buena mujer, fue a visitar a Tierno Bokar, el sabio de Bandiagara: esta aldea de Mali está situada en la meseta del mismo nombre, rodeada de altos acantilados al pie de los cuales viven los dogon, pueblo famoso por su arte austero, su compleja cosmogonía y su hondo sentido de la trascendencia. «Tierno –le dijo Suturá–, estoy muy irritable. Me molesta hasta lo más insignificante. Querría recibir de ti una bendición o una oración que me haga dulce, amable y paciente». No había acabado de hablar cuando su hijo, un niño de tres años que estaba esperándola en el patio, agarró una tabla y le dio un golpe en la espalda. Ella miró al niño, sonrió y, atrayéndolo hacia ella, dijo dándole un cachete cariñoso: «¡Qué niño más malo! Mira cómo trata a su madre…». «Si tan irritable estás, ¿por qué no te enfadas con tu hijo?», le preguntó Tierno Bokar. «Si no es más que un niño –contestó Suturá–. No sabe lo que hace. Con un niño de esta edad no hay quien se enfade». «Vete a casa, querida Suturá –le dijo Tierno– y, cuando alguien te irrite, acuérdate de la tabla y piensa: “Tenga los años que tenga, esta persona está actuando como un niño de tres años”. Sé indulgente: puedes hacerlo, ya que acabas de serlo con tu hijo cuando te ha dado ese golpe. Obra así y no volverás a enfadarte. Vivirás feliz y te sentirás mejor. Las bendiciones que desciendan sobre ti serán mucho mayores que las que puedas recibir de mí: serán las bendiciones de Dios y del propio Profeta. Quien soporta y perdona una ofensa –continuó– se parece a una de esas grandes ceibas que ensucian los buitres al posarse en sus ramas. El aspecto repugnante del árbol solo dura una parte del año. Todos los inviernos Dios envía unos cuantos chaparrones que lo limpian de la copa a las raíces y lo revisten de un nuevo follaje. Procura prodigar el amor que sientes por tu hijo a todas las criaturas de Dios. Porque Dios quiere a sus criaturas como un padre a sus hijos. Entonces llegarás a lo más alto de la escala, allí donde, gracias al amor y la caridad, el alma solo ve y valora la ofensa para perdonarla mejor». Las palabras de Tierno supusieron tanto para Suturá que, a partir de ese día, consideró hijos suyos a todos los que la ofendían y no les respondió más que con dulzura, amor y una paciencia silenciosa y sonriente. Tanto cambió que, al final de su vida, la gente decía: «Paciente como Suturá». Nunca más hubo nada capaz de enfadarla. Cuando murió, se la consideraba prácticamente una santa.
Robert Sarah (La fuerza del silencio)
¡Papás, tengan cuidado! Cuando se tiene a un hijo sensible y talentoso, asegúrense de unirse a su mundo y después traerlos al de ustedes. Como lo describí en el Capítulo Dos, la primera vez en donde la vinculación afectiva es crítica para un desarrollo sano del sentido de masculinidad del muchacho es desde el año y medio a los tres años. Durante este periodo, el niño aprende a caminar y a hablar. Después aprende a diferenciarse e individuarse de su madre y debe identificarse con el rol del modelo de su propio género, su padre, o una figura que sustituya al padre. Si esto no sucede, el muchacho seguirá identificando su género con el de su madre. Algunos investigadores y terapeutas de la AMS, creen que este factor es la razón por la que hay más homosexuales hombres que homosexuales mujeres, porque las niñas, aun cuando también ellas se diferenciarán e individuarán de sus madres, seguirán teniendo una identidad de género con ellas. Los muchachos tienen esta tarea adicional en el desarrollo, lo que explica por qué los padres son tan importantes para sus hijos en esta y otras etapas del desarrollo. La buena noticia para los padres de hijos con AMS es que pueden restaurar la relación con su hijo adolescente o adulto en cualquier momento (desde luego esto es cierto también para las madres de hijas con AMS). ¡Nunca es demasiado tarde para sanar! (Por
Richard A. Cohen (Abriendo las puertas del armario (Spanish Edition))
Quien sea el sustento de los suyos con su trabajo no tiene ya derecho a sacrificarse. Eso es desertar de la familia. ¡Y los que tienen hijas y los que tienen hermanas! ¿Lo habéis pensado? Dejáis que os maten, ya estáis muertos, muy bien. ¿Y mañana? Unas muchachas sin pan, ¡qué cosa tan terrible! El hombre pide limosna, la mujer se vende. (...) Pensad en vuestras hermanas, los que las tengáis. La miseria, la prostitución, los guardias, Saint-Lazare, a eso es a lo que van a ir a parar esas jóvenes delicadas y hermosas, esos frágiles prodigios de pudor, de encanto y de hermosura, más lozanos que las lilas del mes de mayo. ¡Ah, que habéis querido que os matasen! ¡Ah, que ya no estáis ahí! Muy bien; por querer sacar al pueblo de las manos de la monarquía, entregáis a vuestras hijas a la policía. Amigos, cuidado, tened compasión. Hay poca costumbre de acordarse de las mujeres, de las desdichadas mujeres. Nos fiamos de que a las mujeres no las educaron como a los hombres, les impedimos leer, les impedimos pensar, les impedimos meterse en política. Pero ¿vais a poder impedirles que vayan a la morgue esta noche para identificar vuestros cuerpos? Vamos, que quienes tengan familia se porten como buenas personas y nos den un apretón de manos y se vayan y nos dejen rematar solos este asunto. Ya sé que se necesita mucho valor para irse, es difícil; pero más que difícil es meritorio.
Victor Hugo (Les Misérables)
P.D. MAYORITARIA QUE SE DISFRAZA DE MINORÍA INTOLERADA. A todo esto de que si Marcos es homosexual: Marcos es gay en San Francisco, negro en Sudáfrica, asiático en Europa, chicano en San Isidro, anarquista en España, palestino en Israel, indígena en las calles de San Cristóbal, chavo banda en Neza, rockero en cu, judío en Alemania, ombusdman en la Sedena, feminista en los partidos políticos, comunista en la post guerra fría, preso en Cintalapa, pacifista en Bosnia, mapuche en los Andes, maestro en la CNTE, artista sin galería ni portafolios, ama de casa un sábado por la noche en cualquier colonia de cualquier ciudad de cualquier México, guerrillero en el México de fin del siglo XX, huelguista en la CTM, reportero de nota de relleno en interiores, machista en el movimiento feminista, mujer sola en el metro a las 10 p.m., jubilado en plantón en el Zócalo, campesino sin tierra, editor marginal, obrero desempleado, médico sin plaza, estudiante inconforme, disidente en el neoliberalismo, escritor sin libros ni lectores, y, es seguro, zapatista en el sureste mexicano. En fin, Marcos es un ser humano, cualquiera, en este mundo. Marcos es todas las minorías intoleradas, oprimidas, resistiendo, explotando, diciendo "¡Ya basta!". Todas las minorías a la hora de hablar y mayorías a la hora de callar y aguantar. Todos los intolerados buscando una palabra, su palabra, lo que devuelva la mayoría a los eternos fragmentados, nosotros. Todo lo que incomoda al poder y a las buenas conciencias, eso es Marcos.
Subcomandante Marcos
No sé por qué llevo a cabo este ritual, qué busco en la mirada de un observador externo, de un puto americanista. Pero entonces llego sin mucho entusiasmo a un pasaje muy bien contado que me engancha. De camino a Puno, y al pasar por una finca llamada Tintamarca, el propietario le sugiere a Charles llevarse un indio para dar a los estudiosos europeos una idea de esta raza. Wiener le contesta que conseguir un indio, más aún si es un niño, es una empresa muy difícil, que ha estado intentando hace días que algunos de ellos lo sigan pero es imposible. El otro hombre le aconseja entonces que lo compre: «Dé usted unas piastras a una pobre chola que se muere de sed y que hace morir de hambre a su retoño; se trata de una india horriblemente alcohólica. A cambio le regalará a usted a su pequeño. Hará usted, además, una buena acción». Wiener va en busca de la mujer y su hijo, le pregunta al niño cómo se llama y esta le contesta que Juan, le pregunta si tiene padre y le contesta en quechua que no. «Muy pocas “veces he visto un espectáculo más repugnante —escribe Wiener—. Esta madre, joven aún, roída por todos los vicios, y el pequeño ser que no tenía otra ropa que un poncho que apenas si le llegaba a la cintura. Tomé una decisión.» Despertó a la madre, que se había quedado dormida, y «efectuamos el intercambio de “regalos” proyectado. Exhorté al niño a despedirse de su madre; parecía no entender qué le solicitaba; pero la madre comprendió muy bien, y, con su mano temblorosa por el alcohol, hizo la señal de la cruz en su hijo. Tuve un estremecimiento de disgusto al ver tal bendición del vicio; puse al pequeño sobre una mula. (…) Y henos en marcha. El pequeño Juan comprendió entonces y se creyó obligado a lanzar algunos alaridos. Le pregunté qué quería. ¿Piensan ustedes que pidió regresar al lado de su madre y no dejar su tierra y seguir salvaje como era? Nada de eso: ¡me pidió aguardiente!».
Gabriela Wiener (Huaco retrato)
—Nunca mantengo una relación cercana con la gente con la que he salido. A casi nadie le gusta quemar las naves. En mi caso es como si las volara, seguramente porque no habría mucha nave, para empezar. A veces lo abandono todo en casa de ellos y desaparezco sin más. Odio el proceso eterno de recogerlo todo y mudarse y todas esas conversaciones post mortem que se convierten en súplicas llorosas para seguir juntos; sobre todo, odio fingir prolongar una relación cuando ya ni siquiera queremos que nos toque la persona con la que ni recordamos haber querido acostarnos. Tienes razón: no sé por qué empiezo con nadie. Una relación nueva es pura molestia. Además de las pequeñas costumbres domésticas que tengo que aguantar. El olor de la jaula del pájaro. La forma en que le gusta apilar los CD. El ruido del radiador antiguo en mitad de la noche, que me despierta siempre a mí y nunca a él. Él quiere cerrar las ventanas. A mí me gustan abiertas. Yo dejo la ropa por cualquier parte. Él quiere las toallas dobladas y guardadas. Le gusta apretar el tubo de la pasta de dientes con cuidado, de abajo arriba; yo lo aprieto como sea y siempre pierdo el tapón, que él encuentra luego en el suelo detrás del inodoro. El mando tiene su lugar, la leche tiene que estar a mano, pero no demasiado cerca del congelador, la ropa interior y los calcetines van en este cajón, no en ese otro. Y sin embargo, no soy complicada. En realidad soy buena persona, solo que un poco terca, aunque es solo fachada. Soporto a todo el mundo y lo soporto todo. Por lo menos un tiempo. Luego, un día, el impacto: no quiero estar con este tipo, no lo quiero tener cerca, necesito irme. Combato ese sentimiento, pero en cuanto un hombre lo nota te acosa con ojos desesperados de cachorrito. Una vez que veo esa mirada, uf, me voy y encuentro a otro inmediatamente. ¡Hombres! —dijo por último, como si aquella palabra resumiera todos los defectos que la mayoría de las mujeres está dispuesta a pasar por alto y aprender a soportar, y en última instancia a perdonar en los hombres a quienes esperan amar el resto de su vida, hasta que saben que no lo harán—. Odio que la gente salga herida.
André Aciman (Find Me (Call Me By Your Name, #2))
Caminaban un día de verano un pobre hombre, ya de buena edad, y una mujer con un muchacho de pocos años. Llevaban delante consigo un jumentillo, que servía de llevarles un poco de ropa que tenían: carga tan moderada y poca, que podía ir bien a la ligera. Acertó a pasar cerca dellos un caminante, y mirando a los tres que iban por el camino y el jumento desembarazado, algo enojado les dijo: «¿Hay tan poco saber de personas, que lleven ahí una bestia holgando y sin carga, y que una mujer, de su natural para poco, delicada y flaca, vaya a pie? Tened juicio, buen viejo, que yo os ayudaré; y suba en ese jumento esa buena mujer; que mejor irá en él que no reventando por las asperezas deste monte». Pareciole bien al casado lo que el pasajero le había dicho, y llegándose a una peña, hizo que su mujer fuese caballera, y los dos siguiéndola iban a pie. Poco anduvieron, cuando otro que venía por el mismo camino les salió al encuentro, y saludándoles, les dijo: «Harto mejor fuera, padre honrado, que un hombre como vos, de tantos días, que es milagro poderos tener en pie, fuera caballero y ocupara aquel animal, y no la mujer que llevais en él, pues las de su género de suyo son inclinadas a pasearse, y esta era ocasión en que pudiera sacar los pies de mal año, habiéndosela ofrecido de caminar a pie, y como buen bailador menearlos apriesa. Bajad, hermana, y suba ese buen viejo; que sus años y canas están pidiendo lo que yo os digo». A tan buenas razones obedeció la casada: apeose y subió su marido en el jumento, prosiguiendo su viaje, adonde de allí a poco rato encontraron unos caminantes, que, mirando al hombre caballero y a la mujer y mozuelo en seguimiento suyo, con muy grandes risadas empezaron a hacer burla dél, diciendo: «¡Salvaje! Apeaos y tened vergüenza: ¿no veis que va ese niño despeado, sin aliento y con tan grande calor, y que vos, tan grande como vuestro abuelo, sin reparar en nada, vais hecho una bestia, pudiendo andar harto mejor y con más descanso que ese pobrecito que os sigue?». Confuso el padre, bajó de su jumento, poniendo en él al hijuelo, y siguiéndole los dos casados, hasta que, viniendo nueva gente, le dijeron: «Subid en esa bestia con ese muchacho; que poca carga será, y la que lleva ahora es casi nada, y a ratos iréis mudando de personas, y no reventando en seguimiento de quien camina tan sin pesadumbre por verse holgado y con tan poco peso». Cuadrole al anciano el consejo que le daban, y poniendo al muchacho delante, subió el atrás, con ánimo que de allí a un rato bajaría él y podría ir caballera su mujer, y así, con algún descanso, mudándose, acabar su jornada. Mas durole poco su sosiego, porque, como viniesen otros pasajeros y viesen al padre y al hijuelo sobre el jumento, comenzaron a darles matraca, diciendo: «¡Buen año! ¿No veis? Dos van caballeros, y ¡con qué conciencia! Alquilado debe de ser el asnillo, pues a ser propio no lo hicieran con él de la suerte que vemos ni tan mal le trataran. ¡Hideputa, buen hombre, qué buen alma tiene! ¡Buena llegará la bestia a la posada! Apostaré que del gran cansancio no puede comer bocado. Bajad enhorabuena o en la otra, que buenos cuartos tenéis y cerca está el pueblo, y no quitéis la vida a ese jumento, siquiera porque es vuestro prójimo». Estas razones le dijeron al labrador, y conociendo entonces bien a la clara los varios pareceres y natural condición que guardan los hombres en materia de su gusto y opinión, vuelto a su mujer y al hijuelo, los dijo: «No hay que reparar en lo que pueden decir de nosotros; que el qué dirán de las gentes es bobería, si no es locura. Cada uno se acomode como pudiere y alargue el pie conforme a la sabana; que, si a mí me falta, el que dice o mormura ni lo da ni lo presta, y él se queda con su dicho y yo con lo que tengo entonces o me falta. Vase él a su casa dejándome a mí en la mía. Vámonos como pudiéremos con nuestro jumento, y diga lo que le agradare cada uno».
Jeronimo de Alcalá (El Donado Hablador: Alonso, Mozo De Muchos Amos (Spanish Edition))
Entonces esta gente se sometió a un examen muy especial que puede llevarse a cabo sólo en unas pocas universidades del planeta. El examen se hizo en una de las universidades más prestigiosas de los Estados Unidos y costó 5000 dólares por persona. El resultado fue que cada uno de ellos tenía en su cuerpo 101 sustancias altamente cancerosas, principalmente dioxinas, pero también cianuro, arsénico, plomo, mercurio, etcétera. El resultado fue exactamente el mismo para todos – incluyendo a la mujer que mantenía la ilusión de ser la más saludable por comer sólo macrobióticos. Digo que era una ilusión, porque la pobre mujer cosechaba su propio arroz en el jardín de su propia casa al Noreste de Frisco, en esos bosques que pareciera que nunca acaban en donde se filmó la película Rambo, donde no hay ninguna planta industrial importante, donde no hay cables de alta tensión, y donde no hay contaminación atmosférica significativa. Por supuesto, no usó ningún tipo de químico en su jardín, y no entendió cómo era posible que todas las veces que llovía su jardín se llenara de dioxina, cianuro, arsénico, plomo, mercurio, etcétera. ¿Qué podemos aprender de esto? Primero que cada uno de nosotros tiene las arriba mencionados 101 sustancias altamente cancerosas en nuestro cuerpo (con leves fluctuaciones individuales). Segundo, que no podemos expulsarlas. Para darles una idea, el nivel de contaminación hoy en día es mucho más alto del que sufrieron las víctimas de la nube tóxica de dioxina en el desastre de Seveso. La gente solía ver esas imágenes en el noticiero de la TV en 1976, pero en nuestros días ya estamos más contaminados que esa pobre gente. Así pues en breve esto es lo que pienso: creo que con tan espantosa contaminación en nuestro propio organismo, al menos a aquellos que tienen más de 50 años, aquellos que están entre los 55 y los 60 como yo – nos va a dar cáncer a todos. Todos – significa todo el mundo, cada uno hasta el último. Por otro lado también estoy convencido de que la ciencia médica ha hecho progresos notables, por lo tanto una buena cantidad de aquellos afectados por un tumor maligno se salvarán.
Ciro Discepolo (Fundamentos de la Astrología Medica (Spanish Edition))
Esa noche, mientras se velaba el cadáver en la gallera, José Arcadio Buendía entró en el dormitorio cuando su mujer se estaba poniendo el pantalón de castidad. Blandiendo la lanza frente a ella, le ordenó: «Quítate eso.» Úrsula no puso en duda la decisión de su marido. «Tú serás responsable de lo que pase», murmuró. José Arcadio Buendía clavó la lanza en el piso de tierra. -Si has de parir iguanas, criaremos iguanas -dijo-. Pero no habrá más muertos en este pueblo por culpa tuya. Era una buena noche de junio, fresca y con luna, y estuvieron despiertos y retozando en la cama hasta el amanecer, indiferentes al viento que pasaba por el dormitorio, cargado con el llanto de los parientes de Prudencio Aguilar. Capítulo 2
Gabriel García Márquez
Acuérdate, hijo, del Señor todos los días y no quieras pecar ni transgredir sus mandamientos; practica la justicia todos los días de tu vida y no andes por caminos de injusticia, 6 pues si te portas según verdad, tendrás éxito en todas tus cosas, 7 como todos los que practican la justicia. "Haz limosma con tus bienes; y al hacerlo, que tu ojo no tenga rencilla. No vuelvas la cara ante ningún pobre y Dios no apartará de ti su cara. 8 Regula tu limosma según la abundancia de tus bienes. Si tienes poco, da conforme a ese poco, pero nunca temas dar limosna, 9 porque así te atesoras una buena reserva para el día de la necesidad. 10 Porque la limosna libra de la muerte e impide caer en las tinieblas. 11 Don valioso es la limosma para cuantos la practican en presencia del Altísimo. 12 "Guárdate, hijo, de toda impureza y, sobre todo, toma mujer del linaje de tus padres; no tomes mujer extraña que no pertenezca a la tribu de tu padre, porque somos descendientes de profetas. Recuerda, hijo, que desde siempre nuestros padres Noé, Abraham, Isaac y Jacob tomaron mujeres de entre sus hermanos y fueron bendecidos en sus hijos, de modo que su estirpe poseerá la tierra en herencia. 13 Así pues, hijo, ama a tus hermanos; no tengas con tus hermanos, ni con los hijos y las hijas de tu pueblo, corazón soberbio, en orden a tomar para ti mujer de entre ellos; pues la soberbia acarrea la ruina y prolija inquietud; y la ociosidad, bajeza y extrema penuria; porque la ociosidad es madre de la indigencia. 14 "No retengas el salario de los que trabajan para ti; dáselo al momento. Si sirves a Dios serás recompensado. Pon cuidado, hijo, en todas tus acciones y muéstrate educado en toda tu conducta. 15 No hagas a nadie lo que no quieras que te hagan. No bebas vino hasta emborracharte y no hagas de la embriaguez tu compañera de camino. 16 "Da de tu pan al hambriento y de tus vestidos al desnudo. Haz limosna de todo cuanto te sobra; y no tenga rencilla tu ojo cuando hagas limosna. 17 Esparce tu pan sobre la tumba de los justos, pero no lo des a los pecadores. 18 "Busca el consejo de los prudentes y no desprecies ningún aviso saludable. 19 Bendice al Señor Dios en toda circunstancia, pídele que sean rectos todos tus caminos y que llegen a buen fin todas tus sendas y proyectos. Pues no todas las gentes tienen consejo; es el Señor quien da todos los bienes y, cuando quiere, eleva o abata hasta lo profundo del Hades. Así, pues, hijo, recuerda estos mandamientos y no permitas que se borren de tu corazón. 20 "También quiero decirte que dejé en depósito a Gabael, hijo de Gabrí, en Ragués de Media, diez talentos de plata. 21 No debes preocuparte, hijo, porque seamos pobres. Muchos bienes posees si temes a Dios, huyes de todo pecado y haces lo que es bueno ante el Señor tu Dios.
Isaac Meany (Biblia Católica (Spanish Edition))
–Tenía una hermana que era su favorita –continuó–, una criatura muy buena y muy cariñosa para él; pero hizo como todas las mujeres, y se casó, y el marido hizo lo que hacen todos, y la hizo desgraciada.
Charles Dickens (Obras Completas de Charles Dickens (Cuento de Navidad, David Copperfield, El Guardavías, El Misterio de Edwin Drood, Grandes Esperanzas, Historia de Dos...Tiempos Difíciles))
John Newton solía contar una fantástica historia y se reía de ella también, acerca de una buena mujer que, con el objeto de demostrar la doctrina de la elección, decía: “Ah, señor, Dios debe haberme amado antes que yo naciera, pues de otra forma no podría haber visto nada en mí que se pudiera amar después.” Estoy seguro que eso es cierto en mi caso. Yo creo en la doctrina de la elección porque estoy absolutamente seguro que si Dios no me hubiera elegido, yo nunca lo habría elegido a Él. Y estoy seguro que Él me eligió antes que yo naciera, pues de otra forma Él nunca me habría elegido después. Él debe haberme elegido por razones desconocidas para mí, pues yo nunca podría encontrar alguna razón en mí mismo que justifique la razón por qué Él me miró con un amor especial. De tal manera que me veo forzado a aceptar esa grandiosa doctrina bíblica.
Charles Haddon Spurgeon (Una defensa al Calvinismo (Spanish Edition))
—Shanti, ten esto en cuenta. De cien mujeres, noventa y nueve son animales de instintos vanidosos y crueles, y la una que queda, que es buena, casi una santa, sirve de pasto para satisfacer la bestialidad y la crueldad de algún hombrecito petulante y farsantuelo. Así nos vamos vengando unos en otros, de la manera más inhumana y estúpida.
Pío Baroja (Obras - Colección de Pío Baroja: Biblioteca de Grandes Escritores (Spanish Edition))
Evidentemente existen las luchas de clases, porque el capitalismo es una sociedad basada en la concurrencia - siempre hay una lucha en torno a la distribución del valor. Pero hoy en día esa lucha ya no tiene - y en el pasado raramente lo ha tenido - el carácter de una lucha a favor o en contra del capitalismo. Casi siempre sus participantes han presupuesto y aceptado la existencia del valor, del dinero y de la mercancía. Se trata entonces, en gran medida, de luchas al interior de la esfera de la circulación. Desde luego, estas luchas de clases han tenido una gran importancia histórica y han permitido que muchas personas vivan un poco mejor. Sin embargo, salvo en raras ocasiones, su horizonte no era la emancipación con respecto a la forma social fetichista. Se había aceptado ya la existencia y la pretendida necesidad del trabajo. Las acciones reivindicativas de los trabajadores simplemente quisieron liberar al trabajo de los “parásitos” que se encontraban en la esfera de la circulación (trátese de los jefes de fábrica o de los banqueros) Con la decadencia del proletariado clásico, la izquierda ha señalado muchos otros posibles “sujetos revolucionarios” - sean los trabajadores informáticos, los trabajadores precarios, las mujeres o aun la gente del tercer mundo, etc. Pero hemos visto que ninguna categoría que participa en el ciclo del trabajo y del capital está, en tanto que tal, al margen del capital. Por la sola razón de que pertenecen a una clase social, sus miembros no están interesados en la abolición de esas formas sociales o del valor. Al mismo tiempo, esto no quiere decir que no haya conflictos sociales. Por el contrario, el capitalismo crea todos los días situaciones invivibles en el plano económico y ecológico, en el plano del urbanismo, de la vida cotidiana… Todo el tiempo el capitalismo se ve contestado en términos implícitos o explícitos. Pero muy a menudo estos conflictos permanecen en el marco de la lógica abstracta de la valorización. Esta pretende someter todas las exigencias a la sola lógica de la ganancia y se encuentra en conflicto con la buena vida e incluso con la supervivencia de la humanidad. Ya no es posible leer estos tipos de conflictos a través del prisma de las clases sociales ya constituidas. Lo que queda en las fábricas de la antigua capa obrera suele haberse convertido en un grupo social bastante conservador que solamente quiere defender sus intereses materiales inmediatos.
Anselm Jappe
Evidentemente existen las luchas de clases, porque el capitalismo es una sociedad basada en la competencia - siempre hay una lucha en torno a la distribución del valor. Pero hoy en día esa lucha ya no tiene - y en el pasado raramente lo ha tenido - el carácter de una lucha a favor o en contra del capitalismo. Casi siempre sus participantes han presupuesto y aceptado la existencia del valor, del dinero y de la mercancía. Se trata entonces, en gran medida, de luchas al interior de la esfera de la circulación. Desde luego, estas luchas de clases han tenido una gran importancia histórica y han permitido que muchas personas vivan un poco mejor. Sin embargo, salvo en raras ocasiones, su horizonte no era la emancipación con respecto a la forma social fetichista. Se había aceptado ya la existencia y la pretendida necesidad del trabajo. Las acciones reivindicativas de los trabajadores simplemente quisieron liberar al trabajo de los “parásitos” que se encontraban en la esfera de la circulación (trátese de los jefes de fábrica o de los banqueros) Con la decadencia del proletariado clásico, la izquierda ha señalado muchos otros posibles “sujetos revolucionarios” - sean los trabajadores informáticos, los trabajadores precarios, las mujeres o aun la gente del tercer mundo, etc. Pero hemos visto que ninguna categoría que participa en el ciclo del trabajo y del capital está, en tanto que tal, al margen del capital. Por la sola razón de que pertenecen a una clase social, sus miembros no están interesados en la abolición de esas formas sociales o del valor. Al mismo tiempo, esto no quiere decir que no haya conflictos sociales. Por el contrario, el capitalismo crea todos los días situaciones invivibles en el plano económico y ecológico, en el plano del urbanismo, de la vida cotidiana… Todo el tiempo el capitalismo se ve contestado en términos implícitos o explícitos. Pero muy a menudo estos conflictos permanecen en el marco de la lógica abstracta de la valorización. Esta pretende someter todas las exigencias a la sola lógica de la ganancia y se encuentra en conflicto con la buena vida e incluso con la supervivencia de la humanidad. Ya no es posible leer estos tipos de conflictos a través del prisma de las clases sociales ya constituidas. Lo que queda en las fábricas de la antigua capa obrera suele haberse convertido en un grupo social bastante conservador que solamente quiere defender sus intereses materiales inmediatos.
Anselm Jappe
Siempre traté de facilitar tu vida para que pintaras a pesar de la pobreza. Incluso ahora me conformaría con mezclar tus colores, limpiar tu paleta, tener los pinceles en perfecto estado, ser tu ayudante y no embarazarme. Aquí en París nuestra vida fue muy dura; allá bajo el sol mexicano, quizá lo sería menos y yo trataría de ser una buena mujer para ti. Alguna vez me lo dijiste: "Quiela, has sido una buena mujer para mí. A tu lado pude trabajar como si estuviera solo. Nunca me estorbaste y eso te lo agradeceré toda la vida".
Elena Poniatowska (Querido Diego, te abraza Quiela)
Un pequeño de cinco años, Florencio “Floro” Madero, fue testigo del cómico primer ensayo fotográfico en el Río de la Plata. El hecho tuvo lugar en Montevideo, en junio de 1845, en la casa de su padre, Juan Nepomuceno Madero. En realidad, el experimento se llevó a cabo en el jardín; adonde, por la necesidad de luz, llevaron el sofá y los dos sillones de caoba, tapizados en forro negro de crin de la sala. A cargo del aparato para tomar fotos —el daguerrotipo— estaba Florencio Varela, tío del niño. Entre los modelos que posaron también había otros dos tíos de Floro: Toribio y Jacobo Varela. Completaban el cuadro un hijo y un yerno de Mariquita, Juan Thompson y Juan Antonio Tresserra. Toribio Varela y Juan Madero se ubicaron en los sillones de los costados. Jacobo Varela (en el centro), Juan Thompson (a la derecha) y Juan Tresserra (a la izquierda) ocuparon las tres plazas del sofá. Las mujeres no fueron invitadas a la actividad (tampoco Floro por ser pequeño), pero cuando los señores se mantenían quietos, muy quietos, petrificados, para que no se tomara una imagen movida y se arruinara la placa fotográfica —era necesario permanecer inmóvil durante varios minutos— llegaron las hermanas Artigas. Al cruzar por el patio rumbo al interior de la casa, disimularon la sorpresa que les causaba ver los muebles en el jardín y los hombres inmóviles. Pero, como correspondía, saludaron: —Muy buenas tardes, señores. Las estatuas vivientes, temerosas de arruinar la foto, no respondieron. —Buenas tardes, señores —repitieron las chicas. Tampoco hubo respuesta. Indignada, Rosalía Artigas le clavó la vista al correctísimo hijo de Mariquita y, casi en tono de reprimenda, le lanzó: —¡Buenas tardes, señor Thompson! Y Juan Thompson, atrapado entre el dilema de ser un descortés, por un lado, y de arruinar la foto, por el otro, buscó una solución salomónica: intentó responder como un ventrílocuo. Tan mal le salió, que provocó la carcajada de sus compañeros. La foto se arruinó. Floro recordaría en su adultez de qué manera los caballeros se lanzaron sobre las mujeres para ofrecerles sus sentidas disculpas. Un par de décadas más tarde, Floro —hermano de Eduardo, quien ideó Puerto Madero— se convertiría en uno de los favoritos de las reuniones sociales con las ocurrencias y el ingenio para atrapar a todos. Era muy amigo de Emilio Castro, quien poseía terrenos en Almagro, una zona que comenzaba a poblarse por la llegada del ferrocarril. Antes era descampado, pero la irrupción del medio de transporte permitió que mucha gente se mudara del centro. Ya no hacía falta vivir a pocas cuadras del lugar de trabajo. Era el tiempo ideal para lotear la tierra y venderla. Castro le pidió a Madero que se encargara del remate. Floro inventó un sistema de promoción nunca antes visto. Pactó con panaderías para que, en la semana del remate, quienes desayunaran con pan encontraran adentro del mismo una tarjeta. Sí, una tarjeta adentro del pan que anunciaba: “Gratis, Tranway del señor Lacroze para el gran remate de 200 lotes en el nuevo pueblo de Almagro, el domingo próximo, por Florencio Madero”. La convocatoria fue un éxito, pero el gobernador porteño le dijo que lo multaría “por haber atentado contra la salud del vecindario”. El gobernador era el mismísimo Emilio Castro. En 1867, Daniel María Cazón reunió a los amigos en su quinta del Partido de Tigre (ubicada en la avenida Liniers al 2100) y les ofreció un picnic. ¿Qué se entendía por picnic en aquellos años? Se trataba de una comida ligera, informal y al aire libre. Además, los comensales no eran atendidos por el personal de la casa, sino que cada uno se las arreglaba por su cuenta. ¿Qué celebraba Cazón? Su reciente nombramiento como Venerable Maestro de la Logia Confraternidad Argentina. ¿Quiénes eran los invitados? Floro Madero, por empezar. Vicente Fidel López, bromista como Madero. Bernardo de Irigoyen, playboy y
Anonymous
cuando una mujer no desea tener un hijo, generalmente cuenta con buenas razones para ello.
Steven D. Levitt (Freakonomics)
Hay mujeres poderosas que terminan superando a su maestro, esa es una buena señal, ya que la mujer es una especie superior al hombre.
Chamalú Sabiduria Olvidada (Sabiduría olvidada: Secretos ancestrales para una vida mejor (Spanish Edition))
En teoría, para disfrutar de la poliamoría los hombres tienen que aprender a respetar la libertad de sus compañeras, y a cuidar a todas las mujeres con las que se relacionan sexual y sentimentalmente. Pero en la práctica, a algunos les cuesta muchísimo porque siguen necesitando acumular conquistas, y siguen anhelando tener a varias mujeres sufriendo por ellos a cambio de unas migajas de amor. Para muchos hombres todavía resulta muy difícil ser coherente. Les cuesta ser consecuentes con lo que dicen, sienten, piensan y hacen, porque son muchos siglos los que llevan actuando como les da la gana. Siguen exigiendo a sus compañeras que sean sinceras y fieles, pero ellos no pueden serlo porque continúan viviendo esta enorme contradicción: ser a la vez buena persona y macho alfa.
Coral Herrera Gómez (Hombres que ya no hacen sufrir por amor: Transformando las masculinidades (Mayor nº 707) (Spanish Edition))
Mira —dice en voz muy baja—, el padre de Krisztina me acusó de haber sobrevivido. Se refería a haber sobrevivido a todo. Porque uno no solamente responde con su muerte, aun siendo ésta una buena respuesta. También es posible responder sobreviviendo a algo. Nosotros dos hemos sobrevivido a una mujer. Tú al marcharte lejos y yo al quedarme aquí. La sobrevivimos, con cobardía o con ceguera, con resentimiento o con inteligencia: el hecho es que la sobrevivimos. ¿No crees que tuvimos nuestras razones?... ¿No crees que al fin y al cabo le debemos algo, alguna responsabilidad de ultratumba, a ella, que fue más que nosotros, más humana, porque murió, respondiéndonos así a los dos, mientras que nosotros nos hemos quedado aquí, en la vida?... Y a esto no hay que darle más vueltas. Tales son los hechos. Quien sobrevive al otro es siempre el traidor. Nosotros sentíamos que teníamos que vivir, y a esto tampoco se le puede dar más vueltas, porque ella sí que murió. Murió porque tú te marchaste, murió porque yo me quedé pero no me acerqué a ella, murió porque nosotros dos, los hombres a quienes ella pertenecía, fuimos más viles, más orgullosos y cobardes, más ruidosos y silenciosos de lo que una mujer puede soportar, porque huimos de ella, porque la traicionamos, porque la sobrevivimos.
Sándor Márai (El último encuentro)
¿Odiaba Gamarra únicamente a Sucre? También detestaba a Bolívar; pero en esto último había algo más que circunstancias políticas o militares. Una carta del mariscal (18 de septiembre de 1828) revela el secreto: Antes que me olvide, diré que Gamarra es acérrimo enemigo de usted. Procuré indagar los motivos, y por un conducto muy secreto supe que sobre su aspiración a la presidencia añadía como pretexto que habiendo hecho tantos obsequios a usted en el Cuzco, le enamoró su mujer, que esta misma se lo ha dicho. Presenta esta cosa como un comprobante de que a usted le faltan virtudes sociales para el mando, no respetando ni lo más sagrado de sus súbditos más amigos. Aunque doña Panchita es una buena pieza, y que realmente ha hecho esta delación, no sé la verdad. Allá hallará usted en su conciencia lo cierto.[231
Alfonso Rumazo González (Antonio José de Sucre, Gran Mariscal de Ayacucho (Spanish Edition))
Es fácil responsabilizar a alguna fuerza externa por lo que te toca en la vida y dejar de esforzarte porque crees que el destino está en tu contra. Es fácil pensar que el sitio donde creciste, la manera en que te trataron tus padres o la escuela a la que asististe son todo lo que determina tu futuro. Nada podría estar más alejado de la verdad. Las personas comunes y corrientes, así como los hombres y mujeres extraordinarios, se definen por la manera en que lidian con las injusticias de la vida: Helen Keller, Nelson Mandela, Stephen Hawking, Malala Yousafzai y… Moki Martin. A veces, sin importar cuánto te esfuerces, sin importar lo bueno o buena que seas, terminas convirtiéndote en una galleta azucarada. No te quejes. No culpes a tu mala suerte. Párate derecho, mira hacia el futuro y ¡sigue adelante!
William H. McRaven (Tiende tu cama y otros pequeños hábitos que cambiarán tu vida y el mundo (Spanish Edition))
Comparar textos permitió mirar la cultura occidental, cultura de origen del investigador, como una cultura más, representada por un conjunto de textos totalmente comparables con los textos que representaban otras culturas; es decir, ambas culturas se le presentaban en pie de igualdad, sin que ninguna de ellas pudiera considerarse, a priori, más racional o “evolucionada” que la otra.Comienza así la posibilidad de la crítica etnográfica de la propia cultura. Los Talag tienen la creencia de que los dioses proveerán las lluvias necesarias para una buena cosecha y, por lo tanto, un buen vivir, mientras que los habitantes del llamado “primer mundo” tienen la creencia de que los burgueses (o el Estado) les brindarán trabajo, y, por lo tanto, un buen vivir. Algunos hombres y mujeres aceptan pieles a cambio de su trabajo, otros aceptan papeles pintados en imprentas estatales. Algunos pueblos se sienten con derechos sobre las tierras que habitan porque los dioses se las han asignado, mientras que otros se sienten con derechos porque están sobre ellas y un extraño personaje, llamado escribano o notario, dio fe de esa situación.
Alejandro Raiter (Discurso y ciencia social)
Yo nunca me había acostado antes con una mujer, aunque me había pasado la mayor parte de la adolescencia y de la universidad obsesionada con una u otra. Todas tenían novio, o novia, o evidentemente eran personas a las que yo no les habría gustado en la vida. Cuando se lo conté a Edith, me preguntó si no pensaba que había ido a por gente no disponible porque sabía que así nunca tendría que enfrentarme a la realidad de que estar con esas personas no resolvería todos mis problemas. Le respondí que no tenía derecho a decir algo tan perspicaz. —A todo el mundo le pasa, Ava. Siempre te estás describiendo como una persona con un sufrimiento único, cuando buena parte de todo ese sufrimiento es completamente normal. Creo que quieres sentirte especial (y quién no, es muy lícito), pero no consientes sentirte especial en el buen sentido, así que te dices a ti misma que eres especialmente mala.
Naoise Dolan (Exciting Times)
Te deseo primero que ames, y que amando, también seas amado. Y que, de no ser así, seas breve en olvidar y que después de olvidar, no guardes rencores. Deseo, pues, que no sea así, pero que si es, sepas ser sin desesperar. Te deseo también que tengas amigos, y que, incluso malos e inconsecuentes, sean valientes y fieles, y que por lo menos haya uno en quien puedas confiar sin dudar. Y porque la vida es así, te deseo también que tengas enemigos. Ni muchos ni pocos, en la medida exacta, para que, algunas veces, te cuestiones tus propias certezas. Y que entre ellos, haya por lo menos uno que sea justo, para que no te sientas demasiado seguro. Te deseo además que seas útil, más no insustituible. Y que en los momentos malos, cuando no quede nada más, esa utilidad sea suficiente para mantenerte en pie. Igualmente, te deseo que seas tolerante; no con los que se equivocan poco, porque eso es fácil, sino con los que se equivocan mucho e irremediablemente, y que haciendo buen uso de esa tolerancia, sirvas de ejemplo a otros. Te deseo que siendo joven no madures demasiado de prisa, y que ya maduro, no insistas en rejuvenecer, y que siendo viejo no te dediques al desespero. Porque cada edad tiene su placer y su dolor y es necesario dejar que fluyan entre nosotros. Te deseo de paso que seas triste. No todo el año, sino apenas un día. Pero que en ese día descubras que la risa diaria es buena, que la risa habitual es sosa y la risa constante es malsana. Te deseo que descubras, con urgencia máxima, por encima y a pesar de todo, que existen, y que te rodean, seres oprimidos, tratados con injusticia y personas infelices. Te deseo que acaricies un gato, alimentes a un pájaro y oigas a un jilguero erguir triunfante su canto matinal, porque de esta manera, sentirás bien por nada. Deseo también que plantes una semilla, por más minúscula que sea, y la acompañes en su crecimiento, para que descubras de cuántas vidas está hecho un árbol. Te deseo, además, que tengas dinero, porque es necesario ser práctico. Y que por lo menos una vez por año pongas algo de ese dinero frente a ti y digas: «Esto es mío», sólo para que quede claro quién es el dueño de quien. Te deseo también que ninguno de tus afectos muera, pero que si muere alguno, puedas llorar sin lamentarte y sufrir sin sentirte culpable. Te deseo por fin que, siendo hombre, tengas una buena mujer, y que siendo mujer, tengas un buen hombre, mañana y al día siguiente, y que cuando estén exhaustos y sonrientes, hablen sobre amor para recomenzar. Si todas estas cosas llegaran a pasar, no tengo más nada que desearte. VICTOR HUGO
Álex Rovira Celma (Las Palabras Que Curan: Selección comentada de las mejores frases sobre el amor, la sabiduría y la realización)
Unos pillos, llegados a la corte del Emperador, convencieron a éste de que le iban a hacer un traje con una asombrosa característica: sólo podían ver la tela las buenas personas. Por el contrario, las malas personas no podían ver nada, por lo que el traje le serviría a su propietario para conocer mejor a sus súbditos y actuar en consecuencia con los que no lo vieran y, por tanto, fueran malvados. Naturalmente, el precio de tal tela era muy elevado pero sus extraordinarias cualidades lo valían. De esa forma, tal y como estaba organizado el engaño, ningún noble se atrevía a afirmar que no veía traje alguno y que eso era falso, puesto que todos los demás afirmaban verlo y describían maravillas de la bella tela. El Emperador, que tampoco veía el traje pero no estaba dispuesto a reconocerlo, decidió pasearse por las calles de su reino para que todos admiraran el extraordinario tejido y, de paso, tomar medidas contra los que no lo vieran puesto que eran la hez de sus vasallos, ya que evidentemente eran unos malvados. Cuando todo el mundo vitoreaba el espléndido tejido, un niño dijo que no veía nada. Al punto, los más interesados en que la falacia continuara, los dos pillos que se estaban enriqueciendo a costa del engaño, se apresuraron a callar al chiquillo. Muchos aprovecharon para señalarle como malvado, mofarse de él y así dejar claro que ellos sí veían el tejido y eran “de los buenos”. Otros le insultaron por no ser tan bueno como para ver la tela. Sin embargo, poco a poco, la gente comenzó a reconocer que allí no había traje ni nada que se le pareciera.
Alicia V. Rubio (Cuando nos prohibieron ser mujeres ...y os persiguieron por ser hombres: Para entender cómo nos afecta la ideología de género (Spanish Edition))
El que ama su vida, la perderá; y el que aborrece su vida en este mundo, para vida eterna la guardará. JUAN 12.25 En Lucas 14.26 se nos dice que una gran multitud lo seguía y que él se volvió y les dijo: «Si alguno viene a mí», es decir, el que quiera ser un verdadero seguidor, «y no aborrece a su padre y madre, mujer e hijos, hermanos y hermanas, y aun también su propia vida, no puede ser mi discípulo». ¿Aborrecerse uno mismo? ¡Qué verdad más tremenda! Esta no es salvación por buenas obras, sino todo lo opuesto: salvación al rechazar toda esperanza de agradar a Dios por nuestras fuerzas. Seguir a Jesús no es asunto que dependa de usted o de mí. Ser creyente no es cuestión de nosotros, no es cuestión de estima propia. Más bien es cuestión de estar hastiados de nuestro pecado y de nuestra desesperación por el perdón. Es cuestión de ver a Cristo como el invaluable Salvador del pecado, la muerte y el infierno, para que voluntariamente dejemos a un lado lo que sea necesario, aun si nos cuesta nuestra familia, nuestro matrimonio y lo que sea que atesoramos y poseemos. Hasta nos puede costar la vida, como Jesús dijo en Lucas 9.24 y lo reafirmó en 14.27: «Y el que no lleva su cruz», es decir, el que no está dispuesto a morir y dar su vida, «y viene en pos de mí, no puede ser mi discípulo». No puede ser más claro que esto. Si usted trata de aferrarse a sí mismo, a su plan, a su agenda, a su triunfo, a su autoestima, pierde el perdón y el cielo. La senda que Jesús seguía era la senda de la persecución y de la muerte (vea Juan 12.24–25). Así que quiere seguir a Jesús, ¿verdad? Le va a costar absolutamente todo.
John F. MacArthur Jr. (Las lecturas diarias de MacArthur: Desatando la verdad de Dios un día a la vez (Spanish Edition))
Si hubiera nacido mujer seguro que hubiera sido una prostituta. Como había nacido hombre, anhelaba constantemente mujeres, cuanto más guarras mejor. Y sin embargo las mujeres, las buenas mujeres, me daban miedo porque a veces querían tu alma, y lo poco que quedaba de la mía, quería conservarlo para mí. Básicamente deseaba prostitutas, porque eran duras, sin esperanzas, y no pedían nada personal. Nada se perdía cuando ellas se iban.
Charles Bukowski (Women)
Aunque una lectura ingenua del darwinismo pueda llevar a pensar que la selección natural favorece siempre a los más fuertes, no siempre los más fuertes son los más forzudos. De todos los tejidos corporales, el muscular es el que consume más energía (incluso en reposo) después del cerebral. En realidad, puede que parte del secreto del éxito de nuestra especie estribe en habernos desprendido de buena parte de la masa muscular de nuestros ancestros. Esto vale especialmente para las mujeres, que han sustituido parte de su masa muscular por tejido adiposo, un reservorio de energía, agua y vitaminas liposolubles. Las hembras de chimpancé son casi tan musculosas como los machos (de hecho, tienen más fuerza que el varón medio) y apenas tienen grasa subcutánea. En nuestra especie, la diferencia de musculatura entre ambos sexos es aún más marcada que la diferencia de tamaño, lo que sugiere que la selección natural ha favorecido la pérdida de masa muscular y su sustitución por tejido adiposo en las mujeres. Puede que el sexo masculino supere al femenino en lo que a fuerza muscular se refiere, pero no es más «fuerte» en ningún sentido adaptativo: la masa muscular disminuida de la hembra humana es una adaptación y no una «debilidad».
Ambrosio García Leal (La conjura de los machos (Spanish Edition))
Las consecuencias de esos procesos nos duelen hasta hoy cada vez que una comunidad originaria debe reclamar por sus derechos atropellados, no precisamente por un "encuentro de culturas" sino por la lógica del capitalismo globalizado que los ningunea y los condena a vivir en zonas marginales e improductivas. Sigue gozando de muy buena salud la mirada "zoológica" (...) deshumanizar a la conquistada y al conquistado para dar por válido el "justo castigo" disfrazado de civilización y naturalizar los atropellos, las masacres y las incoherencias hasta convertirlas en algo "lógico".
Felipe Pigna (Mujeres tenían que ser)
Soy una mujer, lo que significa que siento, amo, pero también que pienso y actúo. Ya no me importa tanto mi profesión, ahora quiero hacer el oficio más difícil del mundo, mal pagado y menos reconocido: ser la tutora, consejera, paño de lágrimas y modelo para mis hijos. Mi ambición es ayudar a que se conviertan en buenas personas, no personas importantes, excelentes profesionales, exitosos y ricos.
Mario Escobar (El club de los martes)
Wrap up Bingo "La Orden del Fénix" -Albus Dumbledore: Clásico que dé una lección o haga una crítica moral.⁣⁣ Persuasión 3/5 Es una linda historia, aunque me aburrió por momentos, te deja la enseñanza, que tenés que tener más confianza en vos qué en lo que te dicen los demás. -Minerva McGongall: Un libro feminista o que le dé visibilidad a la mujer.⁣⁣ ⁣⁣ Orgullo y Prejuicio 5/5⁣⁣ Es una historia clásica de amor, me gusto mucho Elizabeth, lo trascendental de la personalidad de Elizabeth, los cuestionamientos que hace al orden establecido, la rebeldía de una mujer que no quería casarse por comodidad, es muy fuerte y no se calla lo que piensa. Darcy un gran personaje.⁣ ⁣ -Alastor Moody: Un libro catalogado como polémico.⁣⁣ Mujercitas 3/5 Me gustó, pero no es de mis preferidos, fue un libro polémico, porque fue publicado, en una época que no se hablaba del feminismo, creo muchas controversias que a un existen. -Potter & Longbottom: Un libro en que la historia esté marcada por la tragedia.⁣⁣ Máscaras 5/5 Uno de mis libros favoritos, la historia de Fern, Ambrose y Bailey es hermosa, aunque me hace llorar mucho, es un lindo libro para que todos lean. -Sirius Black: Un libro con un protagonista rebelde.⁣⁣ La indomable Sophia 5/5 Me rei mucho con Sophia como se revelaba a las costumbres machistas de su familia, y sobre todo del pobre Charles, que quería domarla, y no lo conseguía. ⁣⁣ -Remus y Tonk: Un romance en el que los protagonistas sean de diferentes culturas (o haya prejuicio sociales de por medio).⁣⁣ ⁣⁣ Por siempre felices, Cinder y Ella 5/5 Me gustó mucho la historia de Ella y Brian (Cinder), lo bueno que es Brian para Ella, como la ayuda enfrentándose a todos los idiotas de Hollywood y al padre de Ella, es una buena lectura para que lean -Familia Weasley: Un libro en el que la trama afecte a toda una familia.⁣⁣ ⁣⁣ Hasta que deje de doler 5/5⁣⁣ Violeta y Vincent, se convirtieron en unas de mis parejas favoritas, los ame a ambos. Me entristeció y enterneció como sufrió toda la familia de Vincent, al verlo tan decido a correr todos los riesgos para terminar con su vida. Violeta un gran personaje.⁣⁣ ⁣⁣ -Kingsley Shaklebolt: Un libro en que el protagonista tenga cualidades de líder.⁣⁣ Belleza cruel 5/5 Nyx me encantó tiene muy buenas cualidades como líder, y me sorprendió como logró todo lo que se proponía. Me gustó la historia, tenía unos giros que no me esperaba. -Severus Snape: Un libro en el que el personaje que parecía malo resultase ser bueno.⁣⁣ ⁣⁣ La bestia 5/5⁣⁣ Me gusto el libro, Kyle resultó ser bueno, al principio parecía un ser despreciable, pero no lo era, todo lo que hace por Will, Lindy y Magda es increible.
MLG Raven
la carrera para ser bellas, flacas y mantenernos jóvenes, para ser sexuales y sensuales en una educación que desde niñas nos forma en el erotismo extremo. También el modelo de la mujer servicial, cordial, amable y alegre que vemos en todas las publicidades. Las mujeres buenas no se enojan, no gritan, no se quejan. Sonríen o «responden con altura». Siempre se nos termina exigiendo un comportamiento ejemplificador, comportarnos «como una dama», y mientras guardamos la compostura nos siguen cargando con una lista de tareas que al final del día nos desarma.
María Florencia Freijo ((Mal) Educadas (Spanish Edition))
Wrap up Bingo Mágico "La orden del Fénix" -Albus Dumbledore: Clásico que dé una lección o haga una crítica moral.⁣⁣ Persuasión 3/5 Es una linda historia, aunque me aburrió por momentos, te deja la enseñanza, que tenés que tener más confianza en vos qué en lo que te dicen los demás. -Minerva McGongall: Un libro feminista o que le dé visibilidad a la mujer.⁣⁣ ⁣⁣ Orgullo y Prejuicio 5/5⁣⁣ Es una historia clásica de amor, me gusto mucho Elizabeth, lo trascendental de la personalidad de Elizabeth, los cuestionamientos que hace al orden establecido, la rebeldía de una mujer que no quería casarse por comodidad, es muy fuerte y no se calla lo que piensa. Darcy un gran personaje.⁣ ⁣ -Alastor Moody: Un libro catalogado como polémico.⁣⁣ Mujercitas 3/5 Me gustó, pero no es de mis preferidos, fue un libro polémico, porque fue publicado, en una época que no se hablaba del feminismo, creo muchas controversias que a un existen. -Potter & Longbottom: Un libro en que la historia esté marcada por la tragedia.⁣⁣ Máscaras 5/5 Uno de mis libros favoritos, la historia de Fern, Ambrose y Bailey es hermosa, aunque me hace llorar mucho, es un lindo libro para que todos lean. -Sirius Black: Un libro con un protagonista rebelde.⁣⁣ La indomable Sophia 5/5 Me rei mucho con Sophia como se revelaba a las costumbres machistas de su familia, y sobre todo del pobre Charles, que quería domarla, y no lo conseguía. ⁣⁣ -Remus y Tonk: Un romance en el que los protagonistas sean de diferentes culturas (o haya prejuicio sociales de por medio).⁣⁣ ⁣⁣ Por siempre felices, Cinder y Ella 5/5 Me gustó mucho la historia de Ella y Brian (Cinder), lo bueno que es Brian para Ella, como la ayuda enfrentándose a todos los idiotas de Hollywood y al padre de Ella, es una buena lectura para que lean -Familia Weasley: Un libro en el que la trama afecte a toda una familia.⁣⁣ ⁣⁣ Hasta que deje de doler 5/5⁣⁣ Violeta y Vincent, se convirtieron en unas de mis parejas favoritas, los ame a ambos. Me entristeció y enterneció como sufrió toda la familia de Vincent, al verlo tan decido a correr todos los riesgos para terminar con su vida. Violeta un gran personaje.⁣⁣ ⁣⁣ -Kingsley Shaklebolt: Un libro en que el protagonista tenga cualidades de líder.⁣⁣ Belleza cruel 5/5 Nyx me encantó tiene muy buenas cualidades como líder, y me sorprendió como logró todo lo que se proponía. Me gustó la historia, tenía unos giros que no me esperaba. -Severus Snape: Un libro en el que el personaje que parecía malo resultase ser bueno.⁣⁣ ⁣⁣ La bestia 5/5⁣⁣ Me gusto el libro, Kyle resultó ser bueno, al principio parecía un ser despreciable, pero no lo era, todo lo que hace por Will, Lindy y Magda es increible.
MLG Raven
La búsqueda de una buena pareja subyace a casi todo lo que realizan los seres humanos, desde entablar amistades hasta despreciar a los competidores, desde la búsqueda de prestigio hasta la motivación para el asesinato.
David M. Buss (The Evolution Of Desire: Strategies of Human Mating)
Mi hermana suspiró y dijo: -Nosotros no vivimos. -¿No? ¿Pues qué hacemos? Hablar. Nosotros hablamos y los otros viven. ¿Se refería a los acróbatas? ¿Qué tenía que ver la acrobacia con la vida? A veces, según la dirección de la luz, un ala de pa loma se proyectaba en proporciones enormes sobre la lona. Parecía que en lugar de palomas fueran aves enormes. O ángeles. Por fin, uno de los acróbatas se lanzó con su trapecio sin ver al otro que estaba separado por un gran bastidor circular de papel. Éste rompió el papel con la cabeza y cogió con sus manos las del compañero que en aquel momento llegaba. Para poder sincronizar los movimientos, el que se lanzaba sobre bastidor tenía que guiarse solamente por la voz del otro. La cosa era diabólicamente alarmante, sobre todo sin red, y cuando se encontraron y se cogieron las manos en el vacío, el público lanzó un ¡ah!, de alivio. Mi hermana aplaudía. Yo también. Los acróbatas ya en la pista saludaban juntos. Uno de ellos nos sonreía. Luego entraron corriendo pero volvieron a salir veces más a agradecer los aplausos. Se levantó mi hermana un poco angustiada: -Vámonos. Yo quer resto del programa, pero ella insistía: -Vámonos ahora mismo. -¿Qué más te da? Espera un poco. Ella se irritaba y dijo sentándose: Está bien, pero yo te juro que si ese hombre viene aquí ahora, me iré con él por el mundo a hacer volatines. Era muy capaz. Me levanté y salimos.Ya en la puerta, ella me dijo sonriente: -¿Qué pasaría si yo me fuera con los Smart Brothers? -Pues que te traería la Policía. -¿Por qué? Eso no es un crimen. Ah, porque soy menor de edad. Es una lata ser menor de edad. ¿No te parece? Me di cuenta aquel día que la atracción del hombre y la mujer está gobernada por leyes muy extrañas. Mi hermana y yo ibamos del brazo-yo llevaba pantalones largos-y ella me hablaba: -¿Sabes qué digo? Que tú eres un hombre listo. -¿Por qué? -Hombre, ya tienes tu novia. Ya sabes con quién te has de casar. ¿Que no? ¿Es que tú puedes casarte con otra sino con Valentina? ¿Y para ella no es una gloria tener ya su marido, es decir, su novio? La verdad es que hacéis buena pareja. ¿No sabes? Ella ha crecido también. Está espigadita, con una cintura como un mimbre. Y casi tan alta como tú. Suponía yo que su padre se opondría cuando llegara el mo mento. Mi hermana no podía imaginarlo. ¿Por qué iba a oponerse? Yo le dije: -¿No has visto que su padre es cada día más rico? -Bien, ¿y qué? -Pues que nosotros seremos cada día más pobres. Ella no se asustaba, ni mucho menos. Le dije que había oído a mi padre hablando en su oficina con un des decia: «Estoy arruinado. Entre unos y otros va robarme hasta la camisa. ¿Es que no queda buena fé en el mundo?». Mi hermana decia que no entendía cómo l o perdía dinero. Yo le expliqué -aunque sólo por conjeturas- que todos los negocios de mi padre iban mal. Parece que no tenía condiciones de hombre de negocios, que le faltaba doblez. estábamos viviendo del magro sueldo de la compañía de seguros. Concha se quedaba un momento pensativa. De pronto decía: Pues cuanto antes. Que venga cuanto antes la ruina y entonces me casaré con el Smart Brother. Lo decía en serio. En cambio, si yo era pobre y no podía hacer una carrera brillante nunca me casaría con Valentina, al menos mientras viviera su padre don Arturo. Esa era la diferencia. Sin embargo, lo mismo que Concha, yo me veía a mí solo, pobre y sin carrera ni fortuna, con cierta romántica admiración. Todavía me quedarían muchos caminos. Y pensaba en Juan, el de la «Quinta Julieta». Me parecía que no tener nada en el mundo más que la noche y el día -y una pistola en el bolsillo- y vivir en la «Quinta Julieta» era igual que ser millonario. Yo no era ambicioso. Me bastaba con lo indispensable, es decir, con lo que tenía entonces: un lecho, una mesa donde comer, un traje. La pistola era sólo para darme a mí mismo sensación de seguridad. Sería como ser dueño del mundo.
Ramón J. Sender (Crónica del alba, 1)
A veces, cuando estoy en compañía de mujeres más sofisticadas, me pregunto si yo –una occidental blanca de clase media, heterosexual, cisgénero– soy «una chica como es debido». Así, sin más: «¿Soy una chica como es debido?». Me comparo con las mujeres que me rodean y siento que no doy la talla. Y ahí es cuando sé que soy una chica, una chica como es debido. Porque, por supuesto, esta paranoia de que no soy lo bastante femenina, lo bastante deseable, lo bastante buena, es la representación máxima de la feminidad. Esta paranoia es un elemento crucial del control de las mujeres. Y de cómo nos controlamos nosotras mismas.
Emilie Pine (Notes To Self)
Aprendí mucho durante mi carrera porque entonces teníamos muy buenos profesores, personas que realmente se entregaban a su profesión y que nos hicieron entender la diferencia entre cumplir y entregarse, por eso creo que en Dubrovnik hay tan buenas enfermeras.
G.H. Guarch (Historia de tres mujeres. Crónica de una guerra. (Spanish Edition))
manera de encontrar su felicidad. Casi siempre me cuentan cuán infelices las hacen sus maridos, sus hijos, el trabajo, alguna amiga o algún miembro de su familia. No han comprendido que la realización de una persona no depende de cuán adecuadas son las cosas, personas o circunstancias que le rodean en esa etapa de su vida, sino de cuán adecuada, de cuánta capacitación, o cuán buenas herramientas usen para enfrentar a las personas, cosas o circunstancias que le rodearán en toda la vida.
David Hormachea (La mujer: Sus tensiones y depresiones (Spanish Edition))
«Si te visita una hora a la semana, esa no es una relación seria. Si no van juntos al cine, no se reúnen con amigos, no comen juntos o te dice “no soy persona de hablar mucho por teléfono” cuando no te llama, está claro. Los hombres tienen un comportamiento consistente cuando están interesados en una mujer. Raramente un hombre faltará a una cita con la mujer de quien está enamorado».
Sherry Argov (POR QUÉ LOS HOMBRES SE CASAN CON LAS CABRONAS: Nueva Edición- Una Guía Para Mujeres Que Son Demasiado Buenas (Spanish Edition))
Una buena definición de un genio en inversión es el hombre o la mujer capaces de actuar con normalidad cuando todas las personas a su alrededor se están volviendo locas.
Arnau Figueras Deulofeu (Cómo piensan los ricos: 18 claves imperecederas sobre riqueza y felicidad)
Devocional 29 Tolera Es un hecho que en ocasiones nos cuesta mucho aceptar y comprender a los demás cuando no estamos de acuerdo con su manera de pensar o de ser. De hecho, muchas relaciones se ven afectadas porque no somos capaces de ser empáticos, de ponernos en el lugar del otro y tratar de entender sus razones, o al menos los sentimientos que se ocultan detrás de su comportamiento. Es un hecho que todos somos diferentes, por eso necesitamos aprender a escucharnos para así entender el punto de vista de los demás, antes de juzgarlos de forma apresurada y dañarlos. Por esta razón, la Biblia nos da un sabio consejo: «Acéptense unos a otros, así como Cristo los ha aceptado. Acéptense para honrar a Dios» (Romanos 15:7). Esto quiere decir que Dios quiere que tengamos relaciones saludables con los demás, y por eso nos dice que una manera de honrarlo es aceptándonos mutuamente. Además, Dios dice a través de su palabra que no debemos enojarnos, ni amargarnos unos con otros (Colosenses 3:13). Y necesitamos aplicar esto, porque los desacuerdos, nos gusten o no, son parte del día a día de las relaciones de pareja, familiares, con nuestros amigos e incluso las laborales. Pero el problema no son los desacuerdos. Los conflictos se presentan cuando no estamos en la capacidad de escuchar y manejamos la situación gobernados por la ira, el orgullo y la prepotencia. Ninguna de estas tres son buenas consejeras ya que siempre nos llevarán a buscar tener la razón a como dé lugar, sin importar si pasamos por encima de los sentimientos del otro. En cuanto a esto, la epístola a los Colosenses nos enseña lo siguiente: «… más bien, perdónense unos a otros. Cuando alguien haga algo malo, perdónenlo». ¿Sabes por qué?, porque precisamente así es como Dios ha demostrado su amor para con nosotros: soportándonos, tolerándonos, perdonándonos y aceptándonos a pesar de nuestras equivocaciones. ¿Recuerdas el relato bíblico que narra aquel momento cuando los fariseos llegaron ante Jesús con la mujer adúltera? Ellos estaban esperando a que Él diera una orden para apedrearla. Pero cuando Jesús les dijo: «El que esté sin pecado que tire la primera piedra», sin duda cambiaron sus planes. Ahora me gustaría saber, si hubieras estado en el lugar de Jesús, ¿cuál habría sido tu respuesta? Dios quiere que manifestemos su amor siendo respetuosos y tolerantes con los demás. Es más, el amarnos los unos a los otros es un mandamiento dado directamente por Jesús, así que no podemos decir que amamos a Dios si no lo hacemos con el prójimo (1 Juan 4:21). Así que no juzgues a otros sin conocer sus intenciones, porque si no, serás juzgado de la misma manera (Mateo 7:2). No hemos sido llamados para descalificar a otros, sino a amar y a restaurar. En Hebreos 12:14 dice que debemos procurar la paz con todos. Pero es necesario aclarar que cuando hablamos de tolerancia no quiere decir que debamos aprobar un acto indebido. Según el Diccionario de la lengua española, la palabra tolerar significa «llevar con paciencia». En ningún sentido quiere decir aprobar o participar en aquello que ofende a Dios. Esto lo podemos ver en la actitud que Él tiene hacia nosotros: el Señor tiene las puertas abiertas para todos y si nos acercamos a su presencia, no nos echa afuera. Pero Él desea restaurarnos porque nos ama. Fíjate en el caso de la mujer adúltera. Jesús no permitió que la apedrearan y confrontó a los fariseos; pero de ningún modo aprobó el acto de adulterio, por eso le dijo: «¡Vete y no peques más!». Jesús nunca juzgó a los demás, buscó restaurar al otro desde su amor. Acepta y tolera a los demás como Dios lo ha hecho contigo. Recuerda que también Él te perdonó y te restauró a pesar de tus errores.
Rodrigo Riaño del Castillo (Diario de un vencedor: Un plan de acción para conectar con Dios y su propósito (Spanish Edition))
Cadsuane respiró hondo. Había prometido al chico que cualquier cosa que hiciera sería por su bien, no por el de la Torre ni por el de nadie más, y ahora había echado abajo a una buena mujer por el bien del chico. —Lo lamento mucho, Aleis —dijo. «Estás acumulando ya una gran deuda, muchacho», pensó.
Robert Jordan (El corazón del invierno)
Una buena definición de un genio en inversión es el hombre o la mujer capaces de actuar con normalidad cuando todas las personas a su alrededor se están volviendo locas.
Morgan Housel (Cómo piensan los ricos: 18 claves imperecederas sobre riqueza y felicidad)
Qué os voy a contar yo de las madres, si todos tenéis una que, aunque os ama infinitamente, a veces se equivoca. La mía, de eterna clase baja y trabajadora como una mula, se había encargado de transmitirme que una buena mujer es la que rinde igual de bien aunque esté menstruando. Este pensamiento sencillo pero demoledor proviene de un facilísimo paradigma cultural: un pobre no puede permitirse dejar de trabajar o trabajar menos ni un solo día de su vida. Una pobre, menos.
Bibiana Collado Cabrera (Yeguas exhaustas)
Entonces, ¿Qué era ser mujer? Resultaba normal esconder todo tras las acciones domésticas. Resultaba normar que me cuidarán en extremo en relación a mi hermano. Resultaba normal que a los doce años me estuvieran comprando mi primer sostén talla cero y que todos los chicos del pasaje se enteraran de que ya comenzaba a ser lo que temíamos: una mujer. Por ahí, ya no era apropiado subirme a los árboles no jugar a las bolitas. Pues tenía que prepararme para la menarquía y ahí la cosa se ponía peligrosa. Todos articulaba los movimientos para hacerme mujer. Sin embargo, nunca nos explicaron el porqué ni tampoco me preguntaron si yo quería serlo. Incluso recuerdo que una vez mi papá me gritó en la calle. Yo tenía tanta rabia. Nunca me dejaban salir a callejear [...]. Seis de la tarde, mi papá llega del trabajo. Me dice que vaya a casa. Aún es de día. Confundida, no entiendo por qué desea que entre tan temprano. [...] Por esos años me sentía en desventaja, no tenía el ritmo de la calle. cada verano era como la nueva, porque no me vían el resto del año. No entendía por qué conmigo eran tan injustos. Me sacaba buenas notas y no decía garabatos. Pero claro, tenían horror que fuese mujer y con ello sus adjetivos del momento: indefensa, frágil. Lo que más me daba rabia era que creía ser todo lo contrario. [...} Entendí que no podía usar minifalda. Lo único que escuché era que me estaba convirtiendo en mujer y afuera todos esperaban ver aquellos cambios. Cuando lo escuché, le grité: «¡No quiero ser mujer!». Al otro día, para que se me pasara la pena, mi mamá y mi abuelita me regalaron un estuche con toallas higiénicas de color violeta, un desodorante Impulse y un calendario para marcar las fechas de mi período.
Daniela Catrileo (Piñen)
Esas ideas se plasmaron incluso en el universo religioso, a través del culto a una diosa femenina del silencio, llamada Tácita Muda. Contaba la leyenda que Tácita fue una ninfa descarada que solía hablar demasiado y, sobre todo, a destiempo. Júpiter, para acabar con tanta charlatanería y dejar claro a quién correspondía la jurisdicción verbal, le arrancó la lengua. Impedida para hablar, Tácita Muda era un símbolo elocuente. Las romanas no podían ejercer cargos públicos ni participar en la vida política. Una sola generación permitió la existencia de oradoras, en la primera mitad del siglo I a. C., pero muy pronto esa actividad fue legalmente prohibida. Las mujeres romanas de buena familia solían tener acceso a la lectura, sí, pero encaminada a que la aplicaran en su función de madres y maestras de futuros oradores. Educadas para que educasen, aprendían a hablar bien en beneficio de sus hijos, no para ejercer ellas, porque eso significaría saltar el límite de la esfera privada que les era propia y usurpar un puesto en el campo de los oficios masculinos. Pocas eran sus oportunidades de destacar o hacerse oír fuera de la demarcación hogareña.
Irene Vallejo (El infinito en un junco)
Aunque buena parte de la psicología subraye la importancia de las causas familiares de la ansiedad en los seres humanos, el componente cultural ejerce tanta influencia como éstas, pues la cultura es la familia de la familia. Si la familia de la familia padece varias enfermedades, todas las familias de esta cultura tendrán que luchar contra las mismas dolencias. En mi herencia familiar se dice que la cultura cura. Si la cultura sana, las familias aprenden a sanar, discuten menos, son más restauradoras, mucho menos ofensivas y mucho más benévolas y afectuosas. En una cultura dominada por el depredador, toda vida nueva que tiene que renacer y toda vida vieja que tiene que desaparecer no pueden moverse y las vidas espirituales de los ciudadanos están paralizadas tanto por el temor como por el hambre espiritual.
Clarissa Pinkola Estés (Mujeres que corren con los Lobos / Women Who Run with the Wolves (Spanish Edition))