Ser Humilde Quotes

We've searched our database for all the quotes and captions related to Ser Humilde. Here they are! All 100 of them:

Muchos quieren ser devotos, pero nadie quiere ser humilde
François de La Rochefoucauld
No trates de ser humilde: aprende la humildad.
Idries Shah (Aprender a aprender)
Haz gala, Sancho, de la humildad de tu linaje, y no te desprecies de decir que vienes de labradores; porque viendo que no te corres, ninguno se pondrá a correrte; y préciate más de ser humilde virtuoso que pecador soberbio.
Miguel de Cervantes Saavedra (El ingenioso caballero don Quijote de la Mancha. Parte 2)
Haz gala, Sancho, de la humildad de tu linaje, y no te desprecies de decir que vienes de labradores; porque, viendo que no te corres, ninguno se pondrá a correrte; y préciate más de ser humilde virtuoso que pecador soberbio.
Miguel de Cervantes Saavedra (Don Quijote)
Alguien elogió la locura Yo elogiaré tu alegría: la humildad de no pretender arreglar el mundo (el mundo empieza y termina contigo) que te levantes cantando (¿cómo puedes cantar?) que te acuestes cantando que no conozcas el rencor que no tengas miedo a la muerte Que te haga ilusión un teléfono un vestido nuevo una receta de cocina la visita de una lejana desconocida Que todo lo olvides todo Que te rías —un año después— de tus amores absolutos Que jamás te preguntes el sentido de la existencia Allí donde solo los verdaderamente humildes pueden ser alegres.
Cristina Peri Rossi (Aquella noche)
partir de ese punto, desarrollé mis principales conclusiones morales. Apunta hacia arriba. Presta atención. Arregla lo que puedas arreglar. No seas arrogante. Esfuérzate por ser humilde, porque el orgullo totalitario se manifiesta en la intolerancia, la opresión, la tortura y la muerte.
Jordan B. Peterson (12 reglas para vivir: Un antídoto al caos)
Si mi madre escuchara mis pensamientos, me diría que tenía que ser mas humilde, pero la humildad me había llevado a ninguna parte.
Cora Carmack (Losing It (Losing It, #1))
En resumen, nos sirve ser: »Humildes en las aspiraciones. »Benévolos en el éxito. »Resilientes en el fracaso.
Ryan Holiday (El ego es el enemigo)
nadie puede ser sabio sin haber leído por lo menos una hora al día, sin tener biblioteca por modesta que sea, sin maestros a los que respetar, sin ser lo bastante humilde para formular preguntas y atender con provecho las respuestas...
Arturo Pérez-Reverte (Hombres buenos (Spanish Edition))
Mercaderes y charlatanes se hicieron con el control de Europa, llamando a su insidioso evangelio "La Ilustración". El día de la plaga estaba próximo; pero de las cenizas de la humanidad no surgió ningún fénix. El campesino humilde y piadoso, Pedro Labrador, se fue a la ciudad a vender a sus hijos a los señores del Nuevo Sistema para empresas que podemos calificar, en el mejor de los casos, de dudosas. (...) El giroscopio se había ampliado. La Gran Cadena del Sur se había roto como si fuera una serie de clips unidos por algún pobre imbécil; el nuevo destino de Pedro Labrador sería muerte, destrucción, anarquía, progreso, ambición y autosuperación. Iba a ser un destino malévolo: ahora se enfrentaba a la perversión de tener que IR A TRABAJAR.
John Kennedy Toole (A Confederacy of Dunces)
Hay un geocentrismo práctico en nuestra vida diaria. Todavía hablamos del Sol que sale y se pone, en lugar de hablar de una Tierra que gira. Todavía pensamos en un universo organizado para nuestro beneficio y poblado tan sólo por nosotros. La exploración del espacio, en este sentido, nos hará ser un poco más humildes.
Carl Sagan (Cosmic Connection: An Extraterrestrial Perspective)
Tu verdadero Ser, que es tu espíritu, tu alma, está completamente libre de esas cosas. Es inmune a la crítica, no tiene miedo a los retos, y no se siente inferior a nadie. Y aún así, es humilde y no se siente superior a nadie, porque reconoce que todos los demás son el mismo Ser, el mismo espíritu con diferentes disfraces. Experimenta respeto por toda la gente, cuando al mismo tiempo no se siente inferior a nadie.
Deepak Chopra (Las siete leyes espirituales del éxito)
¿Existirá otra vida, en un mundo distinto, cuando esta acabe?”...», recuerda en Mi juventud. «Todos coincidíamos, en general, en que si uno trataba de dar lo mejor de sí mismo, de llevar una vida honorable, de cumplir con su deber, de ser leal con los amigos y amable con los débiles y los humildes, tendría poca importancia lo que creyera o no creyera. Supongo que esto es lo que hoy se denominaría “La religión de la mentalidad sana”.»
Andrew Roberts (Churchill: La biografía)
... ese afán que tienen los hombres de aferrarse a cualquier despojo de alguien que quisieron mucho, esos despojos del cuerpo y del alma que han quedado abandonados por ahí: en esa especie de destrozada e incierta inmortalidad de los retratos, de las frases que alguna vez dijeron a otros, del recuerdo de alguna expresión que alguien recuerda, o dice recordar, y hasta de esos pequeños objetos que de ese modo alcanzan un valor simbólico y desmesurado (una cajita de fósforos, una entrada de cine); objetos o frases que producen entonces el milagro de hacer presente aquel espíritu aunque fugaz, inasible y desesperadamente presente, del mismo modo que un recuerdo querido con algún transitorio golpe de perfume o un fragmento de música; fragmento que no tiene por qué ser importante ni profundo, y que bien puede ser humilde y hasta trivial melodía que en aquel tiempo mágico nos hizo reír por su vulgaridad, pero que ahora, ennoblecida por la muerte y la separación eterna, nos parece conmovedora y profunda.
Ernesto Sabato (Sobre héroes y tumbas)
Arte poética Mirar el río hecho de tiempo y agua y recordar que el tiempo es otro río, saber que nos perdemos como el río y que los rostros pasan como el agua. Sentir que la vigilia es otro sueño que sueña no soñar y que la muerte que teme nuestra carne es esa muerte de cada noche, que se llama sueño. Ver en el día o en el año un símbolo de los días del hombre y de sus años, convertir el ultraje de los años en una música, un rumor y un símbolo, ver en la muerte el sueño, en el ocaso un triste oro, tal es la poesía que es inmortal y pobre. La poesía vuelve como la aurora y el ocaso. A veces en las tardes una cara nos mira desde el fondo de un espejo; el arte debe ser como ese espejo que nos revela nuestra propia cara. Cuentan que Ulises, harto de prodigios, lloró de amor al divisar su Itaca verde y humilde. El arte es esa Itaca de verde eternidad, no de prodigios. También es como el río interminable que pasa y queda y es cristal de un mismo Heráclito inconstante, que es el mismo y es otro, como el río interminable.
Jorge Luis Borges
Pienso en todas las cosas que se han escrito sobre mí: que soy un demonio inhumano, que soy una víctima inocente de un sinvergüenza que me forzó en contra de mi voluntad y con riesgo de mi propia vida, que era demasiado ignorante para saber comportarme y que el hecho de ahorcarme sería un asesinato judicial, que me gustan los animales, que soy muy guapa y tengo una tez preciosa, que tengo los ojos azules, que tengo los ojos verdes, que tengo el cabello cobrizo y que lo tengo también castaño, que soy alta y que no supero la talla media, que visto bien y con modestia, que robé a una muerta para vestir así, que soy enérgica y diligente en el trabajo, que soy de talante arisco y temperamento pendenciero, que mi aspecto es mejor que el que correspondería a una persona de mi humilde condición, que soy una buena chica de naturaleza dócil y nada malo se ha dicho de mí, que soy astuta y taimada, que tengo el cerebro reblandecido y soy poco más que una idiota. Y yo me pregunto cómo puedo ser todas esas cosas tan distintas al mismo tiempo.
Margaret Atwood (alias Grace)
Para todo el que tiene miedo, está solo o se siente desdichado, el mejor remedio es salir al aire libre, a algún sitio en donde poder estar totalmente solo, solo con el cielo, con la naturaleza y con Dios. Porque solo entonces, solo así se siente que todo es como debe ser y que Dios quiere que los hombres sean felices en la humilde pero hermosa naturaleza. Mientras todo esto exista, y creo que existirá siempre, sé que toda pena tiene consuelo, en cualquier circunstancia que sea. Y estoy convencida de que la naturaleza es capaz de paliar muchas cosas terribles, pese a todo el horror.
Anne Frank (Diario de Anne Frank (Spanish Edition))
De todo modo, quero concluir este livro com a ideia que serviu de base para tudo o que você acabou de ler: que é admirável querer ser um homem ou uma mulher de negócios melhor, um atleta melhor, um conquistador melhor. Todos nós devemos querer ser mais informados, ter uma situação financeira melhor… Devemos querer, como eu disse algumas vezes ao longo do livro, fazer coisas grandiosas. Eu sei que eu quero. Mas eis um feito não menos admirável: ser uma pessoa melhor, ser uma pessoa mais feliz, ser uma pessoa equilibrada, ser uma pessoa satisfeita, ser uma pessoa humilde e altruísta. Ou, melhor ainda, ser tudo isso ao mesmo tempo.
Ryan Holiday (O ego é seu inimigo)
«Mientras exista este sol y este cielo tan despejado, y pueda yo verlo —pensé—, no podré estar triste.» Para todo el que tiene miedo, está solo o se siente desdichado, el mejor remedio es salir al aire libre, a algún sitio en donde poder estar totalmente solo, solo con el cielo, con la naturaleza y con Dios. Porque solo entonces, solo así se siente que todo es como debe ser y que Dios quiere que los hombres sean felices en la humilde pero hermosa naturaleza. Mientras todo esto exista, y creo que existirá siempre, sé que toda pena tiene consuelo, en cualquier circunstancia que sea. Y estoy convencida de que la naturaleza es capaz de paliar muchas cosas terribles, pese a todo el horror.
Anne Frank (Diario de Anne Frank (Spanish Edition))
Por isso ficou evidente que se alguém quisesse ampliar seu mundo, precisaria estar sempre diminuindo a si mesmo. Mesmo visões altivas, cidades altaneiras e pináculos vacilantes são criações da humildade. Os gigantes que pisam florestas como se pisassem relva são criações da humildade. Torres que desaparecem nas alturas acima da estrela mais solitária são criações da humildade. Pois nenhuma torre é altaneira se não olharmos para elas nas alturas; e nenhum gigante é gigante se não for maior do que nós. Todavia, toda essa gigantesca imaginação, que talvez seja o mais poderoso prazer do ser humano, é no fundo inteiramente humilde. É impossível, sem a humildade, desfrutar qualquer coisa que seja —mesmo o orgulho.
G.K. Chesterton (Ortodoxia (Clássicos MC) (Portuguese Edition))
Sumisos unos a otros, revestíos de humildad; porque: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes. 1 PEDRO 5.5 Un día Jesús llamó a un niño, lo sentó en medio de sus discípulos y dijo: «De cierto os digo, que si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos. Así que, cualquiera que se humille como este niño, ése es el mayor en el reino de los cielos. Y cualquiera que reciba en mi nombre a un niño como este, a mí me recibe» (Mateo 18.3–5). Jesús tenía gran respeto por la condición del niño. Vio en un niño el modelo de la dependencia y la confianza, la mente inocente y la humildad. Vio a una persona con ganas de agradar y dar gracias, y rápido para expresar el amor y rápido de aceptar y obedecer lo que se le ordenaba y enseñaba. Así que Él usó a un niño como una analogía para enseñar a sus discípulos la dependencia, la confianza, la humildad, el afecto y la obediencia. Quizá usted diga: «Pero Jesús solo estaba utilizando a los niños como una analogía de la forma en que los adultos se convierten y forman parte del reino de Dios». Permítame señalarle que una analogía solo funciona si está arraigada en la verdad. Si los niños no son fácil y totalmente recibidos en el reino de los cielos, la analogía de la conversión espiritual sería una muy pobre. Como es, la analogía es una grande. Los niños son aceptados en el reino y por eso, seamos sabios para llegar a ser como niños en nuestra dependencia espiritual del Señor para que nosotros, también, podamos ser fácilmente aceptados.
John F. MacArthur Jr. (Las lecturas diarias de MacArthur: Desatando la verdad de Dios un día a la vez (Spanish Edition))
humanos. »Pero hay una cosa en este país ante la cual todos los hombres son iguales; hay una institución humana que hace a un pobre el igual de un Rockefeller, a un estúpido el igual de un Einstein, y a un ignorante el igual de un director de colegio. Esta institución, caballeros, es un tribunal. Puede ser el Tribunal Supremo de Estados Unidos, o el juzgado más humilde del país, o este honorable tribunal que ustedes componen. Nuestros tribunales tienen sus defectos, como los tienen todas las instituciones humanas, pero en este país nuestros tribunales son los grandes niveladores, y para nuestros tribunales todos los hombres han nacido iguales. »No soy un idealista que crea firmemente en la integridad de nuestros tribunales ni del sistema de jurado; esto no es para mí
Harper Lee (Matar a un ruiseñor)
Pues bien - prosiguió don Emilio -, el amante sería el observador, de modo que sólo cuando una mujer está conmigo puedo decir que existe, ya sea en forma de onda, ya sea como corpúsculo. Todo amor es entonces un amor adúltero, y todo amor adúltero es un gato de Schrödinger que no está muerto ni vivo en tanto no poseamos a la mujer. Cuando no está en nuestros brazos, la amada desaparece, amigo mío. Es inútil seguirla o perseguirla, nadie puede ser onda y corpúsculo al mismo tiempo. Los pensamientos circulares, las obsesiones, las escenas de celos son inútiles. Como ve, la mecánica cuántica está a favor de un conocido aserto popular: “Ojos que no ven, corazón que no siente”. Si el hombre fuese humilde y aceptara regirse por los mismos principios que sus átomos, no volvería a sufrir a causa de la infidelidad
Belén Gopegui (The Scale of Maps)
Tengo que ser yo mismo. No puedo quebrantarme más por ti. Si podéis amarme por lo que soy, seremos más felices. Si no podéis, trataré sin embargo de merecer que me améis. No ocultaré mis gustos y mis aversiones. Confío tanto en que todo lo que es profundo es santo, que ejecutaré sin vacilar cuanto me alegra íntimamente, y el corazón me manda. Si sois nobles, os amaré; si no lo sois, no os deshonraré ni me deshonraré a mí mismo con hipócritas atenciones. Si sois sinceros, pero no interpretáis la verdad como yo, uníos a vuestros compañeros; yo buscaré los míos; no obro de este modo por egoísmo, sino humilde y sinceramente. Es vuestro interés y el mío y el de todos los hombres vivir en la verdad, aunque hayamos sido mucho tiempo esclavos de la mentira. ¿Os suena esto duramente hoy? Pronto amaréis lo que prescribe vuestra naturaleza, lo mismo que la mía, y si seguimos a la verdad, ella nos llevara a lugar seguro. Pero de ese modo podéis causar dolor a estos amigos. Sí; pero yo no puedo vender mi libertad y mi poder para ahorrarles ese dolor. Además, todas las personas tienen horas de lucidez cuando se elevan a la región de la verdad absoluta; entonces me darán la razón y me imitarán.
Ralph Waldo Emerson (Self Reliance)
Todos tenemos derecho a beber sake, pero si nos convencemos de que no nos concierne en absoluto, podremos entrar en una bodega sin pensar siquiera en beber. Quizá lo único que evita que nos convirtamos en ladrones es que logremos aclimatarnos desde pequeños al estado de las cosas. Un estado, por otro lado, que es consecuencia directa de anestesiar una parte de nuestra condición humana. De manera que si seguimos adelante, complacidos con nosotros mismos, terminaremos por transformarnos en idiotas. Nadie pretende que los demás acaben robando, obviamente, pero en mi humilde opinión lo más virtuoso que se puede hacer por otra persona es ayudarla a desarrollar al máximo sus capacidades. Si mi yo de entonces hubiera sobrevivido hasta el momento presente sin cambios, ahora sería obediente, y trabajador, pero también un perfecto idiota. Probablemente peor que eso. Resulta obvio para cualquiera que se tome la molestia de analizarlo un poco. Se supone que los seres humanos tienen que enfadarse, se supone que deben rebelarse. Es su naturaleza. Obligarse a convertirse en una criatura que no se irrita por nada, que nunca se revuelve, equivale a ser un idiota. Como mínimo, arruinaremos nuestra salud. Si a alguien no le gusta lo que digo, debería organizar su vida para no enfadarse ni rebelarse nunca.
Natsume Sōseki (The Miner (English and Japanese Edition))
O tempo é o maior tesouro de que um homem pode dispor; embora inconsumível, o tempo é o nosso melhor alimento; sem medida que o conheça, o tempo é contudo nosso bem de maior grandeza: não tem começo, não tem fim; é um pomo exótico que não pode ser repartido, podendo entretanto prover igualmente a todo mundo; onipresente, o tempo está em tudo; existe tempo, por exemplo, nesta mesa antiga: existiu primeiro uma terra propícia, existiu depois uma árvore secular feita de anos sossegados, e existiu finalmente uma prancha nodosa e dura trabalhada pelas mãos de um artesão dia após dia; existe tempo nas cadeiras onde nos sentamos, nos outros móveis da família, nas paredes da nossa casa, na água que bebemos, na terra que fecunda, na semente que germina, nos frutos que colhemos, no pão em cima da mesa, na massa fértil dos nossos corpos, na luz que nos ilumina, nas coisas que nos passam pela cabeça, no pó que dissemina, assim como em tudo que nos rodeia; rico não é o homem que coleciona e se pesa no amontoado de moedas, e nem aquele, devasso, que se estende, mãos e braços, em terras largas; rico só é o homem que aprendeu, piedoso e humilde, a conviver com o tempo, aproximando-se dele com ternura, não contrariando suas disposições, não se rebelando contra o seu curso, não irritando sua corrente, estando atento para o seu fluxo, brindando-o antes com sabedoria para receber dele os favores e não a sua ira; o equilíbrio da vida depende essencialmente deste bem supremo, e quem souber com acerto a quantidade de vagar ou a de espera, que se deve pôr nas coisas, não corre nunca o risco, ao buscar por elas, de defrontar-se com o que não é.
Raduan Nassar (Lavoura Arcaica)
Ahora tengo sueño, digo yo, como si fuera el eco del doctor Pasavento. Y tengo la impresión de que, con mi posición de escribiente, iluminado por la luz de una imaginaria luna menguante, recuerdo las humildes posiciones de aquellos personajes de Walser de los que Walter Benjamin decía que parecían provenir de la noche más oscura, personajes que venían del sueño de una noche veneciana y que lo que lloraban era prosa. “Pues el sollozo”, decía Benjamin, “es la melodía del parloteo de Walser”. Son personajes que no han renunciado a su componente infantil, seguramente porque nunca fueron niños. Les horroriza la idea de que, por cualquier circunstancia ajena a sus deseos, puedan llegar a tener éxito en la vida. ¿Y por qué les horroriza tanto? Desde luego no por sentimientos como el desprecio o el rencor, sino, como dice Benjamin, en sus líneas dedicadas a Walser, por motivos del todo epicúreos. Quieren vivir con ellos mismos. No necesitan a nadie. Son seres a los que su propia naturaleza aleja de la sociedad y que, en contra de lo que pueda pensarse, no necesitan ninguna ayuda, pues si quieren seguir siendo de verdad sólo pueden alimentarse de sí mismos. Proceden, o aparentan proceder, de las praderas de Appenzell y su vida empieza donde acaban los cuentos. “Y si no han muerto, entonces es que hoy viven todavía”, dice Walser de los personajes de esos cuentos. Y nos muestra a continuación cómo viven y a qué se dedican, nos explica qué es lo suyo. Hay días en que lo suyo es ser como coches fúnebres que van a todas partes menos al cementerio. Y otros en los que lo suyo son textos, ensayos errantes, microgramas, furtivas conversaciones con un botón, ilusorios papelillos, pequeña prosa, tentativas de escribir para ausentarse, cigarrillos efímeros y cosas por el estilo.
Enrique Vila-Matas (Doctor Pasavento (Spanish Edition))
A Isto chamam a vida. A este vazio. A este não saber que fazer das mãos quando, enfim, da máquina (da prostituição) as mãos se libertaram. A esta mesquinha oscilação entre nada e coisa nenhuma chamam vida. Enquanto nos comem a carne. A vida, no meu caso, António Almeida, de um funcionário exemplar. Dias cautelosos, anos silenciosos de obediência, cursivo distinto, camisa no fio mas limpa, como tem passado Vossa Excelêncía, etc. E a boca seca. E um cordão de císco na garganta, a palavra sempre adiada. A isto, ao meu barro domesticado, a esta voz dócil, ajoelhada, chamam vida; dócil, e na terra derramada. Aqui estou pois sentado na vida. Impotente. Como quem se senta num túmulo. Os braços, as pernas paralisadas. A cabeça cheia de fórmulas sem sentido — cheia de pedras. Pedras de cenário. O sangue parado nas veias, apodrecido por um dique (o Chefe impera do alto da sua própria solidão e sussurra entre dentes, içando lentamente os olhos por cima dos óculos: «um bom funcionário jamais se apaixona, rapazes; lembrai a eficiência das máquinas; das formigas»); o sangue gelado, contido em seus vasos e controlado pelas conveniências — que palavra (de vidro mas não transparente): conveniências. E que dizer do sexo? Dos rios logo ressequidos que um dia iluminaram o meu sexo? Minha mulher que o diga, ela também apodrecida. Se ao menos eu pudesse correr, blasfemar, trepar às montanhas — eu que tenho medo e não sei fazer revoluções, nem falar delas; correr durante cinco anos e durante outros tantos esconder-me numa toca. Mas de que serve queixar-me? Comigo falo. De que te serve, companheiro, ranger os dentes? E nada resolve correr ou ser dócil ou sentar-me junto ao fogo. E da violência? Que dizer dessa cabra? A morte continua do ventre ao túmulo — e chamam-lhe (sem ironia!) vida. Através deste caminho obscuro tomo nas mãos as contradições da vida, essa que, ao mesmo tempo, é, deveria ser, truculenta festa da carne, tumultuosa festa do espírito. É, deveria ser, uma cerimónia da qual sempre saíssemos feridos, amputados, refeitos — e mais velhos, e mais cansados, e mais humildes — mas sem este sabor na boca, este sabor que posso apenas situar entre nada e coisa nenhuma. Nem cúmplices da terra somos; nem quase já linguagem tem o nosso corpo… As Férias ou o Tema do Funcionário Cansado, 1967, incluído na recolha Contos da Morte Eufórica, (Dom Quixote, 1984)
Casimiro de Brito (Contos da Morte Eufórica)
evitad al principio las formas demasiado comunes y habituales: son las más difíciles, ya que es necesario contar con una gran fuerza y madurez para ofrecer algo propio allí donde se cuenta con una tradición amplia y de calidad, además de con numerosos ejemplos brillantes. Así os liberaréis de los motivos comunes y podréis decantaros por aquellos que constituyen vuestro propio día a día; describid vuestras tristezas y deseos, los pensamientos pasajeros y la creencia en alguna belleza. Describidlo todo con franqueza íntima, tranquila y humilde y emplead para describirla las cosas de vuestro entorno, las imágenes de vuestros sueños y los objetos de vuestros recuerdos. Si vuestra vida diaria os parece pobre, no le echéis la culpa; culpaos a vos, decíos que no sois lo suficientemente poeta como para invocar sus riquezas, ya que para el creador no existe la pobreza ni ningún lugar pobre o indiferente. Y si os encontrarais en una prisión cuyas paredes no os permitieran percibir ninguno de los sonidos del mundo, ¿acaso no tendríais aún vuestra infancia, las deliciosas riquezas dignas de un rey que descansan en la cámara del tesoro de la memoria? Dirigid allí vuestra atención. Intentad sacar a la luz las sensaciones sumergidas en ese pasado tan amplio; vuestra personalidad se verá reforzada, vuestra soledad se ampliará y se convertirá en una vivienda en penumbras ante la que no se detiene el lejano ruido de los otros. Y cuando surjan versos a partir de este giro hacia el interior, de esta profundización en el propio mundo, entonces no se os ocurrirá preguntarle a nadie si son buenos versos. Tampoco intentaréis conseguir que las revistas se interesen por estos trabajos, pues veréis en ellos una posesión querida y natural, una parte y una voz de vuestra propia vida. Una obra de arte es buena si surgió de la necesidad. En la forma en la que se originó se haya su valoración, no hay otro juicio. Por eso, estimado señor, no sabría daros otro consejo que no fuera este: adentraos en vos mismo e inspeccionad las profundidades de donde surge la vida; en su manantial encontraréis la respuesta a la pregunta de si tenéis que crear. Tomadla tal y como suena, sin interpretaciones. Quizá resulte que estáis llamado a ser artista. Entonces aceptad vuestro destino y cargad con él, con su peso y su grandeza, sin preguntar por la recompensa que pudiera venir del exterior. El creador debe ser un mundo en sí mismo y tiene que poder encontrar todo en él y en la naturaleza a la que se ha unido.
Rainer Maria Rilke (Cartas a un joven poeta / Elegías de Duino)
Instintivamente nos sentimos inclinados a amar lo que nos causa placer y ¿hay algo que más gozo pueda proporcionarnos que un rostro hermoso, por lo menos cuando no sabemos nada en desdoro de su poseedor? Una niña ama a su pajarito... ¿Por qué? Porque vive y siente; porque es tan incapaz de defenderse como de causar daño. Sin embargo, el sapo también vive y siente, y es igualmente indefenso e inofensivo, pero, aunque ella no se sienta inclinada a causar al animal ningún mal, tampoco lo ama como al pájaro, de graciosa figura, suave plumaje y ojos brillantes y parlanchines. La mujer amable y bella es elogiada por ambas cualidades, pero en especial por la segunda; si, por el contrario, es desagradable de rostro y carácter, su fealdad será considerada poco menos que un crimen, ya que para el observador común esta es la peor ofensa, mientras que si es de aspecto vulgar y bondadoso corazón, nadie se entera de estas cualidades, excepto los que la tratan íntimamente. Otros, en cambio, se formarán encontradas opiniones sobre su ineligencia y su carácter, aunque sea tan solo por disculpar la instintiva repulsión que experimentan por quien tan poco tiene que agradecer a la naturaleza, sucediendo el caso opuesto cuando el exterior hermoso oculta un corazón perverso, pues la así dotada consigue que se le toleren defectos y flaquezas que a otra no se le consentirían. Las que poseen belleza, que se sientan agradecidas de tal don y hagan buen uso de él, como si se tratara de una cualidad intelectual; las que no la poseen, que se consuelen y hagan cuanto puedan sin ella. La belleza, aunque susceptible de ser sobrevalorada, es un don divino, que no debe despreciarse. Esto lo comprenderán bien todos aquellos que han experimentado la sensación de amar y cuyos corazones les dicen que son dignos de ser amados nuevamente; mientras que la falta de esta o cualquier otra condición superficial, puede hacerlos absolutamente incapaces de dar y recibir esa felicidad que parecen destinados a sentir y comunicar a los demás. Mal obraría la humilde luciérnaga despreciando esa facultad de producir luz sin la cual la mosca pasaría volando un y mil veces por su lado, sin detenerse jamás a descansar junto a ella. La luciérnaga oiría el rumor de las alas de la mosca, por encima, a su alrededor, y en vano trataría de dar a conocer su presencia, careciendo de los medios para que aquella fuese advertida, sin voz para llamarla, sin alas para perseguirla... Y finalmente, cansada de aletear, la mosca buscaría otro compañero, dejando a la luciérnaga vivir y morir sola.
Anne Brontë (Agnes Grey)
Y libertados del pecado, vinisteis a ser siervos de la justicia. ROMANOS 6.18 El Nuevo Testamento refleja esta perspectiva, ordenando a los creyentes a someterse a Cristo completamente y no solo como siervos contratados o empleados espirituales, sino como quienes pertenecen por entero a Él. Se nos pide obedecerlo sin preguntas y seguirlo sin reclamos. Jesucristo es nuestro Amo, un hecho que reconocemos cada vez que lo llamamos «Señor». Somos sus esclavos, llamados para obedecerlo y honrarlo humilde e incondicionalmente. Hoy en las iglesias no escuchamos mucho acerca de este concepto. En el cristianismo contemporáneo se habla de cualquiera cosa menos de la terminología esclavo. Se habla del éxito, de la salud, de la riqueza, de la prosperidad y de la búsqueda de la felicidad. Con frecuencia escuchamos que Dios ama a las personas incondicionalmente y quiere que sean todo lo que ellos quieren ser, que quiere que cumplan cada deseo, esperanza o sueño. La ambición personal, la realización personal, la gratificación personal, todo esto ha llegado a ser parte del lenguaje del cristianismo evangélico, y parte de lo que significa tener una «relación personal con Jesucristo». En lugar de enseñar el evangelio del Nuevo Testamento, donde se llama a los pecadores a someterse a Cristo, el mensaje contemporáneo es exactamente lo opuesto: Jesús está aquí para cumplir todos tus deseos. Equiparándolo a un ayudante personal o a un entrenador particular, muchos asistentes a las iglesias hablan de un Salvador personal que está deseoso de cumplir sus peticiones y ayudarlos en sus esfuerzos de autosatisfacción o logros personales. La comprensión del Nuevo Testamento acerca de la relación del creyente con Cristo no podría ser más opuesta. Él es el Amo y Dueño. Nosotros somos su posesión. Él es el Rey, el Señor y el Hijo de Dios. Nosotros somos sus objetos y sus subordinados. En una palabra, nosotros somos sus esclavos.
John F. MacArthur Jr. (Las lecturas diarias de MacArthur: Desatando la verdad de Dios un día a la vez (Spanish Edition))
Para ser emocionalmente inteligentes, debemos ser emocionalmente humildes.
Ismael Cala (CALA Contigo: El poder de escuchar (Spanish Edition))
Para el humilde, por el contrario, hasta sus faltas son de provecho. Entiende que es normal ser pecador, y considera absolutamente lógico fallar.
Fulgencio Espa (Octubre 2015, con Él)
pueden ser chocantes pero eso importa poco. En la cultura de masas la vanidad funciona. Si Mick Jagger fuera humilde, los Stones tocarían en un garaje.
Juan Villoro (Balón dividido)
La verdadera confesión de pecado no es solo admitir que hizo algo mal, sino que reconoce que su pecado fue contra Dios y haciendo caso omiso de Él personalmente. Por lo tanto, la característica principal de la confesión es estar de acuerdo con Dios que se es un impotente culpable. De hecho, la palabra griega para confesión literalmente significa «decir lo mismo». Confesar sus pecados es decir la misma cosa que Dios dice acerca de ellos, reconociendo que la perspectiva de Dios de sus pecados es la correcta. Por esa razón, la verdadera confesión también implica arrepentimiento; apartándose del mal pensamiento o la mala acción. No ha confesado sinceramente sus pecados hasta que haya expresado el deseo de apartarse de ellos. La verdadera confesión incluye un quebrantamiento que inevitablemente conduce a un cambio de comportamiento. En Isaías 66.2, el Señor dice: «Miraré a aquel que es pobre y humilde de espíritu, y que tiembla a mi palabra». Cuando ore, vaya a Dios temblando por quebrantar su Palabra, anhelando la victoria sobre sus debilidades y fracasos. Sin embargo, confesar su pecado no elimina el castigo de Dios (disciplina) en su vida. A pesar de que se arrepienta, Dios a menudo le castigará para corregir su comportamiento en el futuro. Cuando Dios nos disciplina como sus hijos, es para nuestro beneficio. Hebreos 12.5–11 dice que Él nos disciplina como hijos para que podamos ser mejores hijos. La confesión nos permite ver la disciplina desde la perspectiva de Dios. Solo entonces puede ver cómo Dios, a través de resultados dolorosos, le está conformando a usted para apartarlo del pecado y llevarlo a la justicia.
John F. MacArthur Jr. (Las lecturas diarias de MacArthur: Desatando la verdad de Dios un día a la vez (Spanish Edition))
El mensaje cristiano de pura gracia debería llevarnos a ser humildes y, al mismo tiempo, a elevar nuestro ánimo. Lo que en verdad nos enseña es que somos seres pecadores centrados en nosotros mismos. Mensaje
Timothy J. Keller (el significado del matrimonio)
Podemos desarrollar la humildad de manera práctica: reconociendo nuestras debilidades, siendo tolerantes con las debilidades de otros, estando dispuestos a ser corregidos y destacando lo que hacen los demás. Pablo aconsejó: «Vivan siempre en armonía. Y no sean orgullosos, sino traten como iguales a la gente humilde. No se crean más inteligentes que los demás«.13 A los cristianos de Filipos les escribió: «Honren más a los demás que a ustedes. No se interesen solo en ustedes, sino interésense en la vida de los demás».14 La humildad no es pensar menos de ti mismo, sino pensar menos en ti mismo. Humildad es pensar más en los demás. Las personas humildes se interesan tanto en servir a otros que no piensan en sí mismas.
Rick Warren (Una vida con propósito: ¿Para qué estoy aquí en la tierra?)
—No creo que usted haya estado alguna vez en el Radch. No creo que conozca a muchos radchaais personalmente o que los conozca bien. Usted lo analiza todo desde el exterior y lo único que ve es conformismo y lavados de cerebro. Filas y filas de soldados idénticos con armaduras plateadas, sin voluntad ni mente propias. Es verdad que incluso el radchaai más humilde se considera infinitamente superior a cualquier no ciudadano. Lo que las personas como Seivarden piensan de ellas mismas es insoportable. —Strigan resopló sarcástica—. Pero son personas y tienen opiniones diferentes sobre las distintas cuestiones. —Sí, pero sus opiniones no tienen valor. Anaander Mianaai establece cómo tienen que ser las cosas y así es como son. Yo estaba convencida de que esta cuestión era más complicada de lo que ella creía. —Sí, pero esto no hace más que aumentar la frustración que sienten. ¡Imagíneselo! Imagínese lo que es que el propósito de su vida sea conquistar otros mundos y expandir el espacio radchaai. Lo único que usted percibe es muerte y destrucción a una escala inimaginable, pero lo que ven los radchaais es la expansión de la civilización, la expansión de la justicia y la corrección y un beneficio para todo el universo. La muerte y la destrucción son los efectos secundarios e inevitables de este bien único y supremo. —La verdad es que no estoy muy de acuerdo con ese punto de vista. —Y yo no le pido que lo haga. Solo le pido que se detenga y observe durante un instante. Imagínese que no solo su vida, sino también las vidas de todos los de su casa y las de sus antepasados durante mil años o más han servido a ese fin, a esa idea. Es la voluntad de Amaat. Dios lo desea. El universo mismo lo desea. Entonces, un día, alguien le dice que estaba equivocada y, a partir de entonces, su vida nunca vuelve a ser como la había imaginado. —Esto le sucede a la gente continuamente —repuso Strigan mientras se levantaba de la silla—. Con la diferencia de que la mayoría de nosotros no nos engañamos diciéndonos que nuestro destino es extraordinario. —Esa diferencia es significativa —señalé yo.
Ann Leckie (Ancillary Justice (Imperial Radch, #1))
Para ser plenamente humano uno debe ser humilde
Rebbe Nachman (La Torá del Rebe Najmán - Shemot-Vaikrá/Éxodo-Levítico)
Ser humilde não é não admitir que és mais forte. Mas não deixar que isso te impeça de aprender com todo mundo.
Luimar Silva
E jejuarás do seguinte modo: depois de cumprir o que foi escrito, no dia em que jejuares, não tomarás nada, a não ser pão e água. Calcularás o preço dos alimentos que poderias comer nesse dia e o porás à parte para dar a uma viúva, a um órfão ou necessitado e, desse modo, te tornarás humilde.
Hermas
Um rio, Kevin, está ao mesmo tempo na nascente e na foz. A vida também é assim, mas nós imaginamos que é um barco a descer o rio, um humilde pescador que por vezes tenta remar contra a corrente, mas é impossível vencê-la. Porém, nós somos o rio, que imagem tão gasta Kevin, mas deve ser isso que somos. Ao mesmo tempo na nascente e na foz, moribundos e nascituros ao mesmo tempo, no útero e enterrados ao mesmo tempo, e no entanto sempre diferentes de nós mesmos, porque a água é sempre outra, a nascente está sempre a mudar, a foz está sempre a mudar, o nosso passado também, o nosso destino também, somos esta imagem tão gasta pelos poetas, pelos cantores, é isso mesmo, Kevin, uma alegoria velha, somos o tal rio, o tal lugar-comum.
Afonso Cruz (Flores)
La única actitud apropiada que el hombre debe tener sobre las grandes preguntas no es la certeza arrogante, que es el sello distintivo de la religión, sino la duda. La duda es humilde, y eso es lo que el hombre debe ser, considerando que la historia humana es solo una letanía de equivocaciones.
Gloria Álvarez Cross (Cómo hablar con un conservador : Un ensayo sobre las diferencias entre liberalismo y conservadurismo)
Para conocer, deberás ser humilde, olvídate de lo que una persona con más conocimientos en el tema pueda pensar de ti, pues esa misma persona un día estuvo en tu misma situación, sin saber nada del tema
Emmanuel Puga (Comienza ya, maldita sea: Hábitos para lograr casi cualquier cosa en la vida (Spanish Edition))
pobre Jesús o al humilde San Pedro? ¡Él es –dicen– el Señor del mundo! Mas Cristo, del que se jacta ser vicario, dijo: “Mi reino no es de este mundo”. El reino de un vicario, ¿se ha de extender más allá que el de su Señor? ¿No es ridículo que el papa pretenda ser heredero legítimo del imperio? ¿Quién se lo dio? ¿Fue Jesucristo cuando dijo: “Los reyes de las naciones se enriquecen, mas no vosotros”? (Lucas 22:25-26).» Pasa
Federico Fliedner (Martín Lutero: Su vida y su obra (Biografias historicas))
Maturidade é algo vertical, que terá grande variedade de expressões horizontais. Maturidade diz respeito ao relacionamento com Deus que resulta em um viver sábio e humilde. A maturidade no amor por Cristo se expressa no amor por outros. Gratidão pela graça de Cristo se expressa na graça a outras pessoas. Gratidão pela paciência e perdão de Cristo capacita você a ser paciente e perdoador em relação a outros. É a sua própria experiência diária de resgate do evangelho que concede a você uma paixão pelas pessoas a fim de que elas experimentem o mesmo resgate.
Paul Tripp (Vocação perigosa: Os tremendos desafios do ministério pastoral (Portuguese Edition))
Humildad tiene que ver también con «humor». El humilde tiene humor. Se puede reír de sí mismo. Toma distancia de sí. Puede mirarse tranquilo a sí mismo porque se permite ser como es: un ser humano de la tierra y un ser humano del cielo, una persona con faltas y debilidades y, al mismo tiempo, digna de amor y valiosa.
Anselm Grün (El misterio del encuentro)
Ser humilde es reconocer que el intelecto propio, las fuerzas físicas propias y la riqueza propia, palidecen al compararse con la vastedad, la complejidad, la riqueza, el poder y la grandeza del universo.
William H. McRaven (El código del héroe: 10 virtudes para transformar el miedo en valentía)
La razón por la que sentimos que la ira divina puede ser exagerada es porque no sentimos el verdadero peso del pecado.
Dane C. Ortlund (Manso y humilde: El corazón de Cristo para los pecadores y heridos (Spanish Edition))
La humildad es una virtud. La humillación, no. Ser humilde significa permitir que Dios aporte más vida al mundo a través de ti, en vez de ser un peón en la búsqueda de sangre del ego. Dios promueve tu bienestar y hace todo lo posible para promoverlo.
Alan Cohen (Un curso de milagros (fácil): Claves para entenderlo de forma sencilla (Crecimiento personal) (Spanish Edition))
—¿Qué representa esa rueda? —preguntó Pentecost. —Es la rueda de la fortuna, señor —contestó el padre. —¿Y qué significa eso, buen hombre? —Pues que aunque un hombre alcance fama y fortuna, puede volver a caer en la miseria. O al revés. Significa que la vida es como una rueda, señor, que no cesa de girar. Y nos enseña que debemos ser humildes, señor. Pues aunque lleguemos muy alto, podemos caer muy bajo.
Edward Rutherfurd (Londres)
«He pasado mucho tiempo –la mayor parte de mi vida– queriendo ser el centro de atención. Ahora quiero ser humilde, tener humildad, pero aún quiero ser reconocida. Te quiero, Señor; quiero quererte más, quiero abandonarme completamente en ti
Hna. Kristen Gardner (Hna. Clare Crockett: Sola con el Solo (Spanish Edition))
Solo mientras bebemos de la bondad del corazón de Cristo, dejaremos a nuestro paso, dondequiera que vayamos, el aroma celestial, y moriremos algún día, no sin antes haber iluminado el mundo con destellos de una bondad divina demasiado grande para ser considerada como algo que merecemos.
Dane C. Ortlund (Manso y humilde: El corazón de Cristo para los pecadores y heridos (Spanish Edition))
Vem, Noite antiquíssima e idêntica, Noite Rainha nascida destronada, Noite igual por dentro ao silêncio. Noite Com as estrelas lantejoulas rápidas No teu vestido franjado de Infinito. Vem, vagamente, Vem, levemente, Vem sozinha, solene, com as mãos caídas Ao teu lado, vem E traz os montes longínquos para o pé das árvores próximas. Funde num campo teu todos os campos que vejo, Faze da montanha um bloco só do teu corpo, Apaga-lhe todas as diferenças que de longe vejo. Todas as estradas que a sobem, Todas as várias árvores que a fazem verde-escuro ao longe. Todas as casas brancas e com fumo entre as árvores, E deixa só uma luz e outra luz e mais outra, Na distância imprecisa e vagamente perturbadora. Na distância subitamente impossível de percorrer. Nossa Senhora Das coisas impossíveis que procuramos em vão, Dos sonhos que vêm ter connosco ao crepúsculo, à janela. Dos propósitos que nos acariciam Nos grandes terraços dos hotéis cosmopolitas Ao som europeu das músicas e das vozes longe e perto. E que doem por sabermos que nunca os realizaremos... Vem, e embala-nos, Vem e afaga-nos. Beija-nos silenciosamente na fronte, Tão levemente na fronte que não saibamos que nos beijam Senão por uma diferença na alma. E um vago soluço partindo melodiosamente Do antiquíssimo de nós Onde têm raiz todas essas árvores de maravilha Cujos frutos são os sonhos que afagamos e amamos Porque os sabemos fora de relação com o que há na vida. Vem soleníssima, Soleníssima e cheia De uma oculta vontade de soluçar, Talvez porque a alma é grande e a vida pequena. E todos os gestos não saem do nosso corpo E só alcançamos onde o nosso braço chega, E só vemos até onde chega o nosso olhar. Vem, dolorosa, Mater-Dolorosa das Angústias dos Tímidos, Turris-Eburnea das Tristezas dos Desprezados, Mão fresca sobre a testa em febre dos humildes. Sabor de água sobre os lábios secos dos Cansados. Vem, lá do fundo Do horizonte lívido, Vem e arranca-me Do solo de angústia e de inutilidade Onde vicejo. Apanha-me do meu solo, malmequer esquecido, Folha a folha lê em mim não sei que sina E desfolha-me para teu agrado, Para teu agrado silencioso e fresco. Uma folha de mim lança para o Norte, Onde estão as cidades de Hoje que eu tanto amei; Outra folha de mim lança para o Sul, Onde estão os mares que os Navegadores abriram; Outra folha minha atira ao Ocidente, Onde arde ao rubro tudo o que talvez seja o Futuro, Que eu sem conhecer adoro; E a outra, as outras, o resto de mim Atira ao Oriente, Ao Oriente donde vem tudo, o dia e a fé, Ao Oriente pomposo e fanático e quente, Ao Oriente excessivo que eu nunca verei, Ao Oriente budista, bramânico, sintoísta, Ao Oriente que tudo o que nós não temos. Que tudo o que nós não somos, Ao Oriente onde — quem sabe? — Cristo talvez ainda hoje viva, Onde Deus talvez exista realmente e mandando tudo... Vem sobre os mares, Sobre os mares maiores, Sobre os mares sem horizontes precisos, Vem e passa a mão pelo dorso da fera, E acalma-o misteriosamente, Ó domadora hipnótica das coisas que se agitam muito! Vem, cuidadosa, Vem, maternal, Pé antepé enfermeira antiquíssima, que te sentaste À cabeceira dos deuses das fés já perdidas, E que viste nascer Jeová e Júpiter, E sorriste porque tudo te é falso e inútil. Vem, Noite silenciosa e extática, Vem envolver na noite manto branco O meu coração... Serenamente como uma brisa na tarde leve, Tranquilamente com um gesto materno afagando. Com as estrelas luzindo nas tuas mãos E a lua máscara misteriosa sobre a tua face. Todos os sons soam de outra maneira Quando tu vens. Quando tu entras baixam todas as vozes, Ninguém te vê entrar. Ninguém sabe quando entraste, Senão de repente, vendo que tudo se recolhe, Que tudo perde as arestas e as cores, E que no alto céu ainda claramente azul Já crescente nítido, ou círculo branco, ou mera luz nova que vem, A lua começa a ser real.
Fernando Pessoa (Poemas de Álvaro de Campos (Obra Poética IV))
Un médico compasivo viaja a lo profundo de la jungla para brindar atención médica a una tribu primitiva que padece una enfermedad contagiosa. Le han enviado su equipo médico. Ha diagnosticado correctamente el problema y los antibióticos están disponibles. Es rico y no necesita ningún tipo de compensación financiera. Pero a medida que trata de brindar atención, los afectados se niegan. Quieren cuidarse a sí mismos. Quieren ser sanados en sus propios términos. Finalmente, algunos jóvenes valientes dan un paso adelante para recibir la atención que se les brinda gratuitamente. ¿Qué siente el doctor? Alegría. Su alegría aumenta en la misma medida en que los enfermos acuden a él en busca de ayuda y sanidad, porque esa es la razón por la que viajó. ¿Cuánto más si los enfermos no son extraños, sino su propia familia? Así es con nosotros y Cristo. No se frustra cuando acudimos a Él con angustia, necesidad y vacío buscando un perdón renovado. Ese es Su propósito. Es lo que vino a hacer.
Dane C. Ortlund (Manso y humilde: El corazón de Cristo para los pecadores y heridos (Spanish Edition))
la experiencia de una cierta impotencia es siempre valiosa, porque nos hace ser más realistas y sinceros con nosotros mismos, más humildes y comprensivos con los demás y sus fragilidades, menos presuntuosos y más necesitados de la gracia que viene de lo alto, más abiertos a aquella fe que nace de la certeza progresiva de que por mí solo nunca lo lograré, porque solo Dios puede salvarme.
Amedeo Cencini (DESDE LA AURORA TE BUSCO. Evangelizar la sensibilidad para aprender a discernir (Servidores y Testigos nº 165) (Spanish Edition))
Nacemos para ser felices, no para ser perfectos. El amanecer es la parte más bonita del día porque es cuando Dios te dice: ¡Levántate! te regalo otra oportunidad de vivir y comenzar nuevamente de mi mano. Los días buenos te dan felicidad, los días malos te dan experiencia, los intentos te mantienen fuerte, las pruebas te mantiene más humano, las caídas te mantienen humilde, pero sólo Dios te ayuda a mantenerte de pie.
Pope John Paul II
Quanto mais alta é a posição de um homem, tanto mais é instável; e quanto mais terrível sua queda pode ser, tanto mais ele tem fé na duração ilimitada da organização existente, que lhe permite cometer violências e crueldades com a maior e a mais perfeita tranquilidade de espírito, como se não agisse por interesse próprio, mas somente por interesse do regime. Tal é a situação de todos os funcionários que ocupam posições mais lucrativas do que as que poderiam ocupar com outra organização; dos mais humildes policiais à mais alta autoridade.
Leo Tolstoy
Fue en esa época cuando la ciudadanía, de manera creciente (e inconsciente), empezó a soñar con la solución revolucionaria. ¿Qué era eso? Era confiar en la inveterada superstición de que un caudillo lleno de buenas intenciones, rodeado de arcangélicos y dedicados compañeros de lucha, ajenos a las corrompidas cúpulas políticas convencionales, llegarían al poder para corregir los yerros, castigar a los culpables y traer la riqueza y la felicidad colectivas. De ahí que en 1992, cuando el teniente coronel Hugo Chávez y otros militares golpistas intentan derrocar por la fuerza al presidente Carlos Andrés Pérez y dejan tendidos en las calles varios centenares de muertos, la reacción popular, en lugar de ser de indignación, es de complaciente aquiescencia: según las encuestas de la época, el 65 por ciento de los venezolanos dijo simpatizar con el cuartelazo. El mensaje era transparente: en ese punto de la historia, un número importante de los venezolanos ignoraba que la esencia de la democracia y del Estado de derecho no es el periódico rito electoral, sino el humilde acatamiento a la ley, incluso cuando nos sentimos profundamente insatisfechos con la labor del gobierno.
Carlos Rangel (Del buen salvaje al buen revolucionario: Mitos y realidades de América Latina (Spanish Edition))
Esfuérzate todo lo que puedas para ser humilde cuando las cosas vayan bien y clemente/compasivo cuando vayan mal. Porque las cosas nunca son ni tan buenas ni tan malas como parecen.
Arnau Figueras Deulofeu (Cómo piensan los ricos: 18 claves imperecederas sobre riqueza y felicidad)
Lograr un verdadero estado mental de imparcialidad es un desafío y nos exige ser intelectualmente humildes, valientes, empáticos, honestos, perseverantes, confiados y autónomos. Sin esta gama de rasgos, no hay verdadera imparcialidad.
Steve Allen (Domina tu mente: Cómo usar el pensamiento crítico, el escepticismo y la lógica para pensar con claridad y evitar ser manipulado)
Lo que hemos aprendido es que, para integrar una cultura empresarial en todo el mundo, por encima de todo hay que ser humilde y curioso, y recordar que es bueno escuchar antes de hablar y aprender antes de enseñar.
Reed Hastings (Aquí no hay reglas: Netflix y la cultura de la reinvención (Spanish Edition))
Jerry Falwell, un conocido reverendo estadounidense, afirmó: «Creo que el efecto 2000 puede ser el instrumento de Dios para sacudir a esta nación, para obligarla a ser humilde, para hacerla despertar e iniciar desde aquí un renacimiento que se expanda por el resto de la tierra antes del Éxtasis de la Iglesia».[
Ramón González Férriz (La trampa del optimismo. Cómo los años noventa explican el mundo actual)
El régimen de López Obrador ha sido bautizado como el gobierno de la 4T, es decir, de la Cuarta Trasformación. Las tres anteriores fueron la independencia de España, la reforma liberal y la revolución de 1910. Posiblemente estas grandes trasformaciones son las tres máscaras que adopta como estilo de gobierno el presidente. Más concretamente, podemos ver que usa las máscaras de Morelos, Juárez y Madero para representar un cuarto episodio supuestamente tan trascendental como los tres anteriores. Tenemos aquí a un personaje que declara su humilde servidumbre ante una nación que debe ser independiente, aunque no haya ya un enemigo colonialista al que vencer. También encarna la severa austeridad y la gran tenacidad de un reformista liberal que se enfrenta a los molinos de viento de un conservadurismo inventado. Asimismo, retoma la espiritualidad mística y moralista de un luchador por la democracia contra una dictadura imaginaria. Allí están las tres máscaras, completamente fuera de su contexto original, que fueron terribles tiempos de guerra: ya no hay una España colonial de la cual independizarse. Tampoco vemos una Iglesia ultraconservadora a la que es necesario arrebatar de sus manos muertas las propiedades que acapara. Imposible, además, ubicar una larga dictadura que sea preciso derrocar. Pero sí aparecen los enemigos fantasmales que hay que combatir o reducir: el reino de España, los conservadores y los neoporfiristas. El combate contra estos tres fantasmas se transforma en un estilo de gobierno. La historia tachonada de grandes héroes que invoca López Obrador elude su lado amargo, incómodo e irónico: la independencia acaba degradada por un ridículo emperador, la reforma liberal desemboca en la dictadura y la revolución acaba en manos de burócratas autoritarios. Me temo que la transición a la democracia acabe naufragando gracias a un demagogo populista.
Roger Bartra (Regreso a la jaula: El fracaso de López Obrador (Spanish Edition))
SEÑOR JESUCRISTO, EN LA OSCURIDAD DE LA MUERTE TÚ HAS DADO LUZ, EN EL ABISMO DE LA SOLEDAD MÁS PROFUNDA HABITA YA PARA SIEMPRE LA PROTECCIÓN PODEROSA DE TU AMOR; EN MEDIO DE TU OCULTACIÓN PODEMOS YA CANTAR EL ALELUYA DE LOS SALVADOS. CONCÉDENOS LA SENCILLEZ HUMILDE DE LA FE, QUE NO SE DEJE DESVIAR CUANDO TÚ NOS LLAMES EN LAS HORAS DE OSCURIDAD, DE ABANDONO, CUANDO TODO PAREZCA SER PROBLEMÁTICO: CONCÉDENOS, EN ESTE TIEMPO EN EL QUE SE COMBATE EN UNA LUCHA FEROZ EN TORNO A TI, LUZ SUFICIENTE PARA NO PERDERTE; LUZ SUFICIENTE PARA QUE PODAMOS DARLA A CUANTOS TIENEN AÚN NECESIDAD DE ELLA. HAZ BRILLAR EL MISTERIO DE TU ALEGRÍA PASCUAL, COMO AURORA DE LA MAÑANA, EN NUESTROS DÍAS; CONCÉDENOS PODER SER VERDADERAMENTE HOMBRES PASCUALES EN MEDIO DEL SÁBADO SANTO DE LA HISTORIA. CONCÉDENOS QUE A TRAVÉS DE LOS DÍAS LUMINOSOS Y OSCUROS DE ESTE TIEMPO PODAMOS ENCONTRARNOS SIEMPRE CON ÁNIMO ALEGRE EN CAMINO HACIA TU GLORIA FUTURA.
Pope Benedict XVI (La muerte de Cristo (Spanish Edition))
De todas las cosas que hay en esta vida, aprender a querer es, en mi humilde opinión, de las más difíciles. Os lo aseguro. Reflexionad un segundo al respecto: Nadie nos enseña a ello, solo sentimos. Y eso es un problema, joder, y a la vez una ventaja, porque simplemente ocurre, no es algo premeditado. El amor, el de verdad, no se calcula. No tiene una fórmula secreta que asegura el éxito de las partes. A mí nadie me enseñó cómo calcular la magnitud de lo que genera mi cerebro y siento entre las costillas. ¿Puede un beso reflejarse en un orden de coordenadas? ¿Puede el tiempo dejar de ser lineal entre los brazos de alguien? ¿Puede el terremoto que genera una mirada recogerse en alguna puta escala? Si yo tuviese que responderte, te diría que no. Porque es un conjunto de momentos, de caricias, de fijarte más de lo que deberías en el color de sus ojos hasta descubrir nuevas vetas o en querer atesorar cada instante compartido con esa otra persona. Sin importar nada más
Silvia Ferrasse (Mil veranos en el destello de tu mirada (Mil Estaciones, #3))
En un tiempo en el que como nunca antes nos bombardean a diario con la idea de «triunfar», «ser especial» y «perseguir nuestros sueños», quizá convendría que fuéramos a veces un poco más humildes, menos egoístas y competitivos. No conformistas ni demasiado «sensatos», o no habría forma de que el hámster dejara su rueda y escapara de la jaula, pero tampoco tan superficiales y olvidadizos como a veces parecemos.
Sergi Bellver (Blanco móvil: Crónica del nómada que lo apostó todo por un sueño)
¿Cuál fue la causa de tanta conmoción repentina? El emperador Caracalla había decretado que todos los habitantes libres del imperio, dondequiera que viviesen, desde Britania hasta Siria, desde Capadocia a Mauritania, adquirían a partir de ese momento la ciudadanía romana. Fue una decisión revolucionaria que borró de un plumazo la distinción entre autóctonos y extranjeros. Un largo proceso integrador culminó en el instante de la aprobación del decreto. Fue una de las mayores concesiones de ciudadanía documentadas en la historia, si no la mayor: decenas de millones de provincianos se convirtieron legalmente en romanos de la noche a la mañana. Ese repentino regalo todavía desconcierta a los historiadores, porque rompió con la política antiquísima —y tan contemporánea— de convertir en ciudadanos plenos solo a un pequeño porcentaje de los aspirantes, de forma gradual y restrictiva. El político y cronista antiguo Dion Casio sospechaba que bajo la aparente generosidad de Caracalla se ocultaba la necesidad de recaudar dinero, puesto que los nuevos romanos contraían ipso facto la obligación de pagar el impuesto de sucesiones y el gravamen por la manumisión de esclavos. Como afirma Mary Beard, si ese fue el motivo, resultó una manera harto engorrosa de abordar el asunto. No creo que ningún estado actual se plantee legalizar a treinta millones de individuos de golpe, por muy suculenta que resulte la perspectiva de cobrarles impuestos. Sin duda, la decisión del emperador tuvo una importante carga simbólica. En tiempos de crisis, dar a más gente razones personales para identificarse con Roma podía ser una medida inteligente. Como es lógico, la extensión de la ciudadanía devaluó su importancia. Al caer una barrera de privilegio, rápidamente se alzó otra en su lugar. A lo largo del siglo III, ganó importancia la distinción entre los honestiores —la élite enriquecida y los veteranos del Ejército— y los humiliores —los más humildes, concepto intemporal que no necesita traducción—
Irene Vallejo (El infinito en un junco)
Humildad y Pobreza Otro malentendido muy común es que la vida de humildad significa una vida de pobreza. Esta línea de pensamiento ha sido popular en los círculos religiosos por siglos. “Si usted desea ser santo, debe primero ser humilde. Si desea ser humilde, debe ser pobre.” Una falta de provisión y posesión no es un indicador de humildad, como tampoco la abundancia de posesiones es un indicador de orgullo. La humildad, principalmente, es una característica interna: una cualidad del corazón una condición de la mente. No nos volvemos humildes automáticamente al afligirnos externamente.
Joel Siegel (Los Perros Reciben Los Migajas: un estudio acerca de la humildad (Spanish Edition))
En estos días yo pienso mucho en San José. Fue padre putativo de Jesús, es decir, figuró como su padre sin serlo verdaderamente. (Eso explica por qué a los que se llaman José les dicen Pepe. En las antiguas imágenes de San José aparecía su título Pater Putativus expresado con sus iniciales mayúsculas: P. P. De ahí, el Pepe). San José –como San Pedro– dudó, y eso lo hace muy humano. Pero cuando supo la verdad, se rindió a ella. También él dijo –a su manera–: «He aquí el esclavo del Señor, hágase en mí según su palabra». Es San José un santo de humildad: en los retablos flamencos donde se pinta la escena de la Natividad siempre aparece en un segundo plano, inadvertido, casi. Tal se diría que se juzga indigno de estar al lado de la magnificencia del Dios Niño y de la Virgen, en cuyo seno se hizo hombre el Redentor. Yo amo a este amable santo que se sacrificó al prodigio. Su santidad estriba en haberse librado de esa pesada carga que es el yo. En esta Navidad, le voy a pedir una viruta de su carpintería para acordarme de ser humilde, de no pensar en mí. Es decir, para acordarme de olvidarme.
Armando Fuentes Aguirre (Teologías para ateos (Ensayo y sociedad) (Spanish Edition))
«¿Cómo es que aquel padre tan importante podía ser, al mismo tiempo, tan impresionante y tan humilde, tan mfumu (“jefe”) y tan cercano a todos?», se preguntaba sorprendido un cocinero africano durante una de sus visitas al continente africano. Sin lugar a dudas, la respuesta es sencilla: ¡porque tenía un corazón lleno de amor y capaz de conmoverse ante lo humano, ante todo lo humano![
Pedro Miguel Lamet (ARRUPE. Testigo del siglo XX, profeta del XXI (Jesuitas) (Spanish Edition))
Además, a esta mente superior no le puedes poner condiciones como «Deberías…» y «Será mejor que…». A esta gran esencia ilimitada no puedes decirle cómo tiene que hacer las cosas. Ya que de lo contrario volverás a hacerlas a tu manera y entonces dejará de ayudarte para que hagas lo que quieras. Mejor di «Que se haga tu voluntad». Simplemente entrégate con una actitud… Sincera. Humilde. Honesta. Segura. Clara. Apasionada. Confiada. Y después apártate de en medio.
Joe Dispenza (Deja de ser tú: La mente crea la realidad)
De pastor a evangelista de tiempo completo Cuando el avivamiento comenzó a disminuir en Dallas, el único hijo varón de Fred y Estella, Vernon, de 4 años, se enfermó y murió de forma repentina. Unos meses después de la pérdida, Fred renunció a la iglesia que había pastoreado y amado. Después de años de estudiar la Palabra, él había llegado a la conclusión de que hablar en lenguas no era la única evidencia inicial del bautismo en el Espíritu Santo. Los otros miembros del consejo fundador de las Asambleas de Dios no estaban de acuerdo con Bosworth; creían unánimemente que las lenguas eran la evidencia inicial del bautismo y que ese debía ser uno de los principios irrefutables de la denominación. Un compañero ministro en el área de Dallas comenzó a difundir rumores sobre él, acusándolo de herejía entre las iglesias pentecostales. Silenciosamente y sin protestar, Bosworth entregó sus documentos de ordenación a las Asambleas de Dios en julio de 1918. Fue invitado a presentar sus creencias ante el Concilio General una vez más acerca de por qué el hablar en lenguas no tiene por qué ser la evidencia inicial del bautismo en el Espíritu Santo. Él lo hizo con un corazón humilde, presentando sus creencias apasionadamente. El consejo lo escuchó pero votó en contra de sus propuestas y se separaron. Con poco tiempo para recuperarse de estas tremendas decepciones, Fred se enfrentó a otra gran tragedia. Estella había sido una gran ayuda durante dieciocho años, pero en su gran pasión por el ministerio, a menudo se esforzaba demasiado. Cuando su salud se declinó, ella continuó ignorando el reposo en cama que necesitaba. A principios de 1919, desarrolló una tos que rápidamente se convirtió en neumonía y luego en tuberculosis. A pesar de que las oraciones por su sanidad aumentaron en gran escala, Estella Bosworth murió el 16 de noviembre de 1919, dejando a dos hijas sin madre. Fred había visto innumerables sanidades como resultado de la oración respondida, lo que hacía que la muerte de su esposa pareciera una tragedia aún mayor, pero nunca abandonó su fe en un Dios fiel y vivo.
Roberts Liardon (Los generales de Dios 4: Los evangelistas de sanidad (Spanish Edition))
Ser humildes es el primer requisito para conocer la verdad o, al menos, para aproximarse a ella.
Rafael Narbona (Maestros de la felicidad: De Sócrates a Viktor Frankl, un viaje único por la historia de la filosofía)
Aunque la pura continencia no es compatible con el celibato, la continencia es condición y componente de una auténtica existencia célibe. Un celibato sin continencia o con un déficit significativo de continencia es un celibato imaginario, soñado, irreal. Es verdad que la noble y humilde firmeza y sinceridad del deseo de ser célibe es más importante que una continencia impecable. El celibato reside primariamente en el corazón. Pero ese corazón célibe reclama a la continencia toda una serie de renuncias.
Juan María Uriarte (El celibato. Apuntes antropológicos, espirituales y pedagógicos)
olhos de Sofia estavam rasos de lágrimas. Ela não desejava nada daquilo, seu impulso era procurar atender a suas vontades, seus desejos, como reencontrar Acabe, e descansar, se refazer bem devagar. Mas Emílio conhecia bem os impulsos negativos dela, e ponderou: ​– Você vai aprender a controlar seus impulsos negativos, renovar seus valores, reconstruir suas crenças em bases verdadeiras. Vai descobrir como as leis divinas regem o universo em imenso amor e passará a amá-las, confiar e se submeter a elas, para que seja realmente feliz. Você é forte, tem muita intensidade em tudo o que faz e a que se dedica. É inteligente, já desenvolveu muito seu intelecto, mas precisa aprender a amar e a ser humilde. – Ele abriu um sorriso iluminado e finalizou: – Você vai aprender a ser feliz de verdade, Sofia. Prometo. ​Ao toque da energia serena e amorosa de Emílio, ela sorriu e concordou. ​– Está certo. O que devo fazer? ​– Entregue-se. ​– O que isso significa? ​– Desista de tentar controlar a tudo e a todos. Aprenda a confiar em
Sandra Carneiro (Todas as flores que eu ganhei (Portuguese Edition))
Hay veces en que el hombre sale de la cáscara de su yo, dura y hermética, donde le parece que está contenido el universo, y se encuentra supeditado, relacionado, dependiente, capaz de ser arrastrado por acontecimientos que ni desea ni previó, de origen vago, de fin inconcreto, entre la turbonada de los demás seres, víctima de ese destino que le irrita más que otro alguno: el destino colectivo, que precipita por un cauce a todo un pueblo o a toda una raza o a toda una época, vaciando en la torrentera al sabio y al torpe, al justo y al pecador, al débil y al fuerte, al orgulloso y al humilde, a todo lo que creía salvarse por bondad y a todo lo que confiaba en perdurar por belleza
Wenceslao Fernández Flórez (Una isla en el mar rojo)
Juzgará y perdonará a todos, a buenos y a malos, a los prudentes y a los humildes. Y cuando los haya perdonado, entonces también nos llamará a nosotros: "¡Salid vosotros!", nos dirá. "¡Que salgan los borrachos, que salgan los miedosos, que salgan los impúdicos!". Saldremos todos, sin avergonzarnos, y nos pondremos de pie. Dirá: "Sois unos cerdos. Tenéis la imagen y el sello de la Bestia; pero ¡acercaos también vosotros!". Exclamarán los sensatos, exclamarán los razonables: "¡Señor! ¿Por qué admites a éstos?". Y dirá: "Pues los acepto, sensatos; los acepto, razonables, porque ninguno de ellos se ha considerado digno de ser recibido..." Extenderá los brazos hacia nosotros, nosotros acudiremos, nos echaremos a llorar... y lo comprenderemos todo. ¡Entonces lo comprenderemos todo!... Y todos comprenderán, Katerina Ivánovna también comprenderá... ¡Señor, venga a nos tu reino!
Fëdor Dostoevskij (Crime and Punishment)
Você se maravilha e aplaude grandes heróis em suas grandes ações heróicas, e esquece que você é o herói da sua vida humilde e tem ações heróicas modestas para completar.
Bangambiki Habyarimana (A Grande Pérola da Sabedoria)
Cipriano defendia, como Valentino de Alexandria e outros panteístas, que tudo o que existe é Deus, incluindo cada homem e cada pedra, e que esse Deus que somos todos não é nem bom nem mau, ou é tudo isso sem distinção e alheadamente. Deus, disse-me Cipriano, é o que somos dormindo. - Todas as coisas têm o seu Deus - acrescentou. - Estamos cercados por Eles. Fiquei durante muito tempo pensando naquilo. Imaginando cada homem, cada ser, segregando o seu próprio Deus a partir de algum órgão escondido sob a pele da alma: o grave Deus das corujas. O hábil Deus das cobras. O Deus generoso dos quintais. O Deus traiçoeiro das adagas. O Deus zebrado das zebras. O Deus tagarela dos corvos e dos advogados. O humilde Deus dos pardais. O Deus insalubre dos pântanos. O Deus cabisbaixo dos canalhas. O pálido Deus das osgas. O rápido Deus das tormentas. O líquido Deus dos peixes. O áspero Deus dos sertões. O cálido Deus das praias. O ressequido Deus dos catos. O esquivo Deus dos jaguares. O Deus perfumado dos jasmins.
José Eduardo Agualusa (A Rainha Ginga e de Como os Africanos Inventaram o Mundo)
Al fin creamos nuestra lista definitiva de los diez valores fundamentales, que seguimos utilizando hoy día: 1. Entregar WOW a través del servicio. 2. Adoptar e impulsar el cambio. 3. Crear diversión y un poco de rareza. 4. Ser creativo, aventurero y de mente abierta. 5. Perseguir el crecimiento y el aprendizaje. 6. Construir relaciones abiertas y honestas con la comunicación. 7. Construir un equipo positivo y espíritu familiar. 8. Hacer más con menos. 9. Ser apasionado y decidido. 10. Ser humilde.
Tony Hsieh (Delivering Happiness. ¿Cómo hacer felices a tus empleados y duplicar tus beneficios? (Spanish Edition))
Pero también debes aprender a ser humilde cuando no halles la respuesta. En esos momentos mira al cielo. Tu Dios y el mío lo saben todo. Nosotros sólo somos una pequeñez a su lado. Perseguimos la verdad, y Él es la verdad.
Gonzalo Giner (El Sanador de Caballos)
La capacidad de crecerse ante la adversidad convierte al hombre en un ser grande, y superarse es un sano estímulo para el corazón. Aprender de los errores ennoblece, y sentirse humilde, en un mundo de soberbia, te aseguro que se convierte en la llave de la felicidad. [...] Debes entender que la felicidad no está en los grandes objetivos. Son esos grandes sucesos los que te van haciendo crecer, y si lo meditas, verás como cada uno de ellos significa algo, piénsalo.
Gonzalo Giner (El Sanador de Caballos)
Ahora tengo sueño, digo yo, como si fuera el eco del doctor Pasavento. Y tengo la impresión de que, con mi posición de escribiente, iluminado por la luz de una imaginaria luna menguante, recuerdo las humildes posiciones de aquellos personajes de Walser de los que Walter Benjamin decía que parecían provenir de la noche más oscura, personajes que venían del sueño de una noche veneciana y que lo que lloraban era prosa. “Pues el sollozo”, decía Benjamin, “es la melodía del parloteo de Walser”. Son personajes que no han renunciado a su componente infantil, seguramente porque nunca fueron niños. Les horroriza la idea de que, por cualquier circunstancia ajena a sus deseos, puedan llegar a tener éxito en la vida. ¿Y por qué les horroriza tanto? Desde luego no por sentimientos como el desprecio o el rencor, sino, como dice Benjamin, en sus líneas dedicadas a Walser, por motivos del todo epicúreos. Quieren vivir con ellos mismos. No necesitan a nadie. Son seres a los que su propia naturaleza aleja de la sociedad y que, en contra de lo que pueda pensarse, no necesitan ninguna ayuda, pues si quieren seguir siendo de verdad sólo pueden alimentarse de sí mismos. Proceden, o aparentan proceder, de las praderas de Appenzell y su vida empieza donde acaban los cuentos. “Y si no han muerto, entonces es que hoy viven todavía”, dice Walser de los personajes de esos cuentos. Y nos muestra a continuación cómo viven y a qué se dedican, nos explica qué es lo suyo. Hay días en que lo suyo es ser como coches fúnebres que van a todas partes menos al cementerio. Y otros en los que lo suyo son textos, ensayos errantes, microgramas, furtivas conversaciones con un botón, ilusorios papelillos, pequeña prosa, tentativas de escribir para ausentarse, cigarrillos efímeros y cosas por el estilo. Doctor Pasavento (Enrique Vila-Matas), 2005, Anagrama, pg. 209.
Enrique Vila-Matas
grábate esto en la mente: todo llega, todo pasa y todo cambia… Te ayudará a transitar por la desgracia cuando esta te aplaste y a recuperar la cordura, así como a volver a ser humilde y humano cuando te secuestre la vanidad. ==========
Anonymous
no tenemos que esperar hasta que algo nos haga pecar antes de reconocer una tentación como peligrosa. Somos más débiles de lo que creemos, no tan fuertes como pensamos. Por eso debemos ser humildes y vigilantes.
Jonathan Leeman (El cristiano, la iglesia local y la pornografía (Revista 9Marcas))
eligen ser más grandes que humildes, por eso se hacen vanos en sus pensamientos.
Thomas à Kempis (Imitacion de Cristo)
: ¿cómo podrá el verdadero humilde pensar que es él tan bueno como los que llegan a ser contemplativos?
Teresa de Ávila (Camino de Perfección (Spanish Edition))
Sólo en la antigua tradición occidental y, sobre todo, en la cristiandad católica, el hombre se convierte en algo grande. Debe ser personalmente humilde; pero también debe recordar, y poner en práctica, el principio de que es un ser inmortal. hecho a imagen y semejanza de Dios y rescatado con el precio de la sangre de Dios, ciudadano de una ciudad eterna, con un destino de esplendor sin límites.
Christopher Derrick (Huid del escepticismo: Una educación liberal como si la verdad contara para algo (Spanish Edition))
Se afirmaba por entonces que la calidad de enseñanza en los colegios religiosos privados era muy superior a la impartida en los despreciados institutos de enseñanza pública, pero quienes lo afirmaban eran los colegios religiosos privados. Fuese como fuese, en aquella institución estuvo entre 1968 y 1975 mi esponjosa mente, indefensa ante el bombardeo constante de fórmulas matemáticas y plúmbeas citas bíblicas con sus correspondientes lecciones morales interpretadas de forma aviesa. Triste destino el de la Biblia, deslumbrante epopeya colectiva de quién sabe cuántos escritores anónimos que ha llegado a ser el libro de cuyos textos mayor número de charlatanes, estafadores y asesinos se han apropiado a lo largo de la Historia. Por aquel colegio bilbaíno campaba a sus anchas un enlutado y hostil profesor de matemáticas con perpetua expresión de esfinge pomposa que atendía por el nombre de Estanislao.(...) Aquel día la clase de matemáticas fue la última antes de las vacaciones que se nos concedían por Semana Santa. Cuando cerramos los libros se produjo en el aula un pequeño ambiente festivo. Algunos compañeros revelaron sus planes. Uno dijo que partía con su familia hacia la playa, otro que tenía en mente hacer senderismo cada día y un tercero, osadísimo, afirmó que había quedado con una chica. Surgió un murmullo colectivo de aprobación o envidia y el hermano Estanislao, como si se hubiera contagiado del brote de camaradería viril, dijo en voz clara y alta, pretendidamente graciosa, que si a una vaca le levantas el rabo es lo mismo que una mujer. Se solidificó un silencio espantado. Todos captamos la violencia extrema de esas palabras, su odio y su maldad. Ignoro qué sintieron mis compañeros. A mí me fue revelado mediante aquel electroshock que mi educación estaba en manos de psicópatas perversos cuyo objetivo no era formarme en matemáticas, geografía o historia, sino sabotear mi camino natural hacia la humilde búsqueda de la felicidad. En el instante mismo de escuchar aquella frase, lo recuerdo como si fuera hoy, decidí blindarme para siempre de las enseñanzas de la Iglesia y así lo cumplí, pero me sigo preguntando cuánto daño irreparable del que no fui consciente se me había causado en los años anteriores por manipuladores más sutiles que este energúmeno.
Fernando Marías (Arde este libro)
Pero en aquellos rostros —rostros obtusos y obstinados, brutales y groseros, semejantes a los que, sin complacencia y con un realismo, acaso encarnizado, nos ha dejado la pintura española— había algo como una desesperación esperanzada, algo muy concreto y al mismo tiempo muy universal. No he visto después rostros parecidos. Mi testimonio puede ser tachado de ilusorio. Considero inútil detenerme en esa objeción: esa evidencia ya forma parte de mi ser. Pensé entonces —y lo sigo pensando— que en aquellos hombres amanecía "otro hombre". El sueño español —no por español, sino por universal y, al mismo tiempo, por concreto, porque era un sueño de carne y hueso y ojos atónitos— fue luego roto y manchado. Y los rostros que vi han vuelto a ser lo que eran antes de que se apoderase de ellos aquella alborozada seguridad (¿en qué: en la vida o en la muerte?): rostros de gente humilde y ruda. Pero su recuerdo no me abandona. Quien ha visto la Esperanza, no la olvida. La busca bajo todos los cielos y entre todos los hombres. Y sueña que un día va a encontrarla de nuevo, no sabe dónde, acaso entre los suyos. En cada hombre late la posibilidad de ser o, más exactamente, de volver a ser, otro hombre.
Octavio Paz (El laberinto de la soledad, Postdata, Vuelta a El laberinto de la soledad (Spanish Edition))
La verdad es que nunca he sido niño y por eso estoy convencido de que en mi quedará siempre un componente infantil. He crecido en edad y estatura, pero la esencia no ha variado. Hacer mataperradas me produce exactamente el mismo placer que hace años, aunque en realidad nunca llegué a hacer mataperradas. Una vez, de pequeño, le hice a mi hermano un agujero en la cabeza, pero aquello fue un incidente, no una mataperrada. Cierto es que he cometido miles de diabluras y chiquilladas, pero la idea me interesaba siempre más que la cosa en sí. Desde muy temprano fui descubriendo en todo, incluso en las mataperradas, un sentido profundo. No me he desarrollado. Esto, naturalmente, es sólo una idea mía. Tal vez nunca llegue a echar ramas ni hojas. De mi esencia y mis orígenes emanará algún día quién sabe qué perfume, me convertiré en flor y exhalaré un ligero aroma, como para mi propio placer, y luego inclinaré la cabeza, esa que Kraus denomina cabezota necia y presuntuosa. Mis brazos y mis piernas se irán debilitando extrañamente, mi espíritu, mi orgullo, mi carácter, todo, todo se quebrará y marchitará, y yo estaré muerto; bueno, no exactamente, muerto sólo en cierto modo, y tal vez siga viviendo y vegetando así durante sesenta años. Me haré viejo. Pero no me tengo ni me infundo miedo a mí mismo. Tampoco siento el menor respeto por mi Yo, me limito a mirarlo y él me deja totalmente frío. ¡Oh, entrar en calor! ¡Qué maravilla! Siempre seré capaz de entrar en calor, pues nada personal ni egoísta me impedirá jamás interesarme, apasionarme o ser partícipe. ¡Qué feliz soy de no poder descubrir nada digno de consideración o estima en mi persona! Ser humilde y seguir siéndolo. Y si alguna mano, una circunstancia, una ola me levantasen y llevasen hasta las alturas donde imperan el poder y la influencia, yo mismo destrozaría las circunstancias que me hubieran favorecido y me arrojaría a las tinieblas de lo bajo e insignificante. Sólo puedo respirar en las regiones inferiores.
Robert Walser (Jakob von Gunten)
El Magisterio bien entendido debe ser un servicio humilde para que siempre sea posible la Teología verdadera, y así se puedan oír las respuestas sin las cuales no podemos vivir rectamente.
Pope Benedict XVI (Fe y razón según Benedicto XVI)
La verdad es que nunca he sido niño y por eso estoy convencido de que en mi quedará siempre un componente infantil. He crecido en edad y estatura, pero la esencia no ha variado. Hacer mataperradas me produce exactamente el mismo placer que hace años, aunque en realidad nunca llegué a hacer mataperradas. Una vez, de pequeño, le hice a mi hermano un agujero en la cabeza, pero aquello fue un incidente, no una mataperrada. Cierto es que he cometido miles de diabluras y chiquilladas, pero la idea me interesaba siempre más que la cosa en sí. Desde muy temprano fui descubriendo en todo, incluso en las mataperradas, un sentido profundo. No me he desarrollado. Esto, naturalmente, es sólo una idea mía. Tal vez nunca llegue a echar ramas ni hojas. De mi esencia y mis orígenes emanará algún día quién sabe qué perfume, me convertiré en flor y exhalaré un ligero aroma, como para mi propio placer, y luego inclinaré la cabeza, esa que Kraus denomina cabezota necia y presuntuosa. Mis brazos y mis piernas se irán debilitando extrañamente, mi espíritu, mi orgullo, mi carácter, todo, todo se quebrará y marchitará, y yo estaré muerto; bueno, no exactamente, muerto sólo en cierto modo, y ta}l vez siga viviendo y vegetando así durante sesenta años. Me haré viejo. Pero no me tengo ni me infundo miedo a mí mismo. Tampoco siento el menor respeto por mi Yo, me limito a mirarlo y él me deja totalmente frío. ¡Oh, entrar en calor! ¡Qué maravilla! Siempre seré capaz de entrar en calor, pues nada personal ni egoísta me impedirá jamás interesarme, apasionarme o ser partícipe. ¡Qué feliz soy de no poder descubrir nada digno de consideración o estima en mi persona! Ser humilde y seguir siéndolo. Y si alguna mano, una circunstancia, una ola me levantasen y llevasen hasta las alturas donde imperan el poder y la influencia, yo mismo destrozaría las circunstancias que me hubieran favorecido y me arrojaría a las tinieblas de lo bajo e insignificante. Sólo puedo respirar en las regiones inferiores.
Robert Walser (Jakob von Gunten)
Trata de ser tan fuerte que nadie pueda herirte, tan grande que todos quieran alcanzarte, pero tan humilde que todos quieran estar contigo.
Ignacio Novo
Admitindo que todos temos de conservar certo equilíbrio, o principal interesse consiste em saber como tal equilíbrio pode ser conservado. Foi esta questão que o paganismo tentou resolver e foi esta a questão que julgo ter sido resolvida pelo Cristianismo, e resolvida de forma deveras estranha. O paganismo declarou que a virtude estava no equilíbrio, e o Cristianismo veio declarar que ela estava no conflito: na colisão de duas paixões aparentemente opostas. [...] A coragem é quase uma contradição em seus termos. Significa um forte desejo de viver, que toma a forma de uma absoluta prontidão para morrer. 'Aquele que perder a sua vida salvá-la-á', este não é um lema de misticismo para santos e heróis: é um conselho diário para alpinistas e marinheiros. Podia estar impresso no guia do alpinista ou num manual de instrução militar. Este paradoxo é todo o princípio da coragem. [...] Um soldado cercado pelos inimigos, se quiser salvar-se, precisa combinar um forte desejo de viver com uma extraordinária despreocupação em relação à morte. Não deve apenas agarrar-se à vida, pois nesse caso seria um covarde e não escaparia. Não deve tampouco esperar pela morte, pois seria então um suicida e também não escaparia. Deve procurar a vida com um ímpeto de furiosa indiferença para com ela; deve desejar a vida como quem deseja água e, no entanto, deve beber a morte como quem bebe vinho. [...] Mas o Cristianismo fez mais: estabeleceu-lhe limites nas terríveis sepulturas do suicida e do herói, apontando a distância que separa aquele que morre por amor à vida daquele que morre por amor à morte. E isto tem mantido, desde então, acima das lanças europeias, o pendão do mistério da Cavalaria: a coragem cristã, que é um desdém pela morte, e não a coragem chinesa, que é um desdém pela vida. Comecei então a compreender que esta dupla paixão era a chave cristã para a ética em toda parte. Em todo lugar o credo tornava moderado o embate contínuo entre duas impetuosas emoções. Tomemos, por exemplo, a questão da modéstia, do equilíbrio entre o mero orgulho e a mera prostração. [...] O Cristianismo procurou, por este mesmo estranho expediente, salvar ambas as poesias [as poesias de ser orgulhoso e de ser humilde]. Separou as duas ideias e exagerou-as ambas. Por um lado, o homem tinha de ser mais presunçoso do que jamais fora e, por outro, tinha de ser mais humilde do que nunca. Considerado como Homem, sou a principal das criaturas; considerado como um homem, sou o maior dos pecadores. [...] A caridade é um paradoxo, como a modéstia e a coragem. Grosseiramente falando, a caridade significa uma dessas duas coisas: perdoar atos imperdoáveis ou amar pessoas que não são dignas de amor. [...] Um pagão sensato diria que existem pessoas a quem devemos perdoar e outras a quem não devemos perdoar. [...] E mais uma vez apareceu o Cristianismo. Chegou impetuosamente com uma espada e separou uma coisa da outra. Separou o crime do criminoso. Ao criminoso devemos perdoar até setenta vezes sete. Ao crime, não devemos perdoá-lo de forma alguma. [...] Devíamos ser muito mais austeros para com o roubo do que tínhamos sido anteriormente, e muito mais compassivos para com o ladrão do que nos mostráramos até então. [...] E, quanto mais eu observava o Cristianismo, mais verificava que ele tinha estabelecido uma regra e uma ordem e que o principal objetivo dessa ordem era possibilitar que as coisas boas se manifestassem com maior ímpeto.
G.K. Chesterton (Orthodoxy)
A humildade [na era moderna] está no lugar errado. A modéstia afastou-se do órgão da ambição e estabeleceu-se no órgão da convicção, onde nunca deveria estar. [Antes] O homem podia duvidar de si, mas não duvidava da verdade. Hoje, a parte de um homem que esse mesmo homem afirma é precisamente aquela que ele não deveria afirmar: a sua própria pessoa; a parte da qual ele duvida é exatamente aquela de que não deveria duvidar: a Divina Razão. [...] O novo cético é tão humilde que duvida até de ser capaz de aprender. [...] A velha humildade era uma espora que impedia o homem de parar; agora, é um prego no sapato que o impede de continuar a andar. A velha humildade fazia com que um homem duvidasse de seus esforços, e isso dava-lhe ânimo para trabalhar com mais afinco; a nova humildade faz com que o homem duvide dos seus objetivos, e isso o obriga a parar com o seu trabalho. Em qualquer esquina, podemos encontrar alguém a bradar a frenética e blasfema afirmação de que pode estar enganado. Todos os dias cruzamos com alguém que nos diz que seu modo de ver as coisas pode não ser acertado. Ora, o seu modo de ver deve estar certo, sob pena de não ser o seu modo de ver. Estamos às vésperas de produzir uma raça de homens tão mentalmente modestos que não acreditam na tabuada de multiplicação. Corremos o risco de ver filósofos que duvidam da lei da gravidade, julgando tratar-se de mais uma das suas fantasias. [...] Os mansos herdarão a Terra, mas os céticos de hoje são mansos demais para reclamarem a sua herança.
G.K. Chesterton (Orthodoxy)
Em qualquer esquina podemos encontrar alguém que profere a desvairada e blasfema afirmação de que ele pode estar errado. É claro que a sua visão deve ser a certa, ou então não é a sua visão. Todos os dias encontra-se alguém dizendo que, obviamente, o seu ponto de vista pode não ser o certo. Estamos em vias de produzir uma raça de homens mentalmente modestos demais para acreditar na tabuada. Corremos o risco de ver filósofos que duvidam da lei da gravidade como se ela fosse uma simples fantasia pessoal. Os zombadores de antigamente eram demasiado orgulhosos para serem convencidos; mas os de hoje são demasiado humildes para serem convencidos. Os pacíficos herdarão a terra; mas os ascetas modernos são pacíficos demais até mesmo para reivindicar a sua herança. É exatamente esse desamparo intelectual que constitui o nosso segundo problema.
G.K. Chesterton (Ortodoxia (Clássicos MC) (Portuguese Edition))
Ser humilde es saber renunciar a lo accesorio para concentrarse en lo que realmente genera prosperidad. En definitiva, ser humilde es ser generoso.
Álex Rovira Celma (Los siete poderes: un relato sobre las actitudes clave para la buena suerte)
Podrás ser orgulloso o humilde, pero nunca podrás ser ambos.
Omran Omais