Recordar Quotes

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A veces dudo de mi memoria y me pregunto si únicamente seré capaz de recordar lo que nunca sucedió
Carlos Ruiz Zafón (Marina)
Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo. Macondo era entonces una aldea de 20 casas de barro y cañabrava construidas a la orilla de un río de aguas diáfanas que se precipitaban por un lecho de piedras pulidas, blancas y enormes como huevos prehistóricos. El mundo era tan reciente, que muchas cosas carecían de nombre, y para mencionarlas había que señalarlas con el dedo".
Gabriel García Márquez (Cien años de soledad)
Recordar: To remember; from the Latin records, to pass back through the heart
Eduardo Galeano (The Book of Embraces)
Seré tu guía, Ezio. Pero antes debes aprender a abrir tu mente, y a recordar siempre lo siguiente: nada es verdad. Todo está permitido.
Oliver Bowden (Renaissance (Assassin's Creed, #1))
Memoria selectiva para recordar lo bueno, prudencia lógica para no arruinar el presente, y optimismo desafiante para encarar el futuro.
Isabel Allende (La suma de los días)
Yo, por ejemplo, me caracterizo por recordar los hechos malos y, así, casi podría decir que ''todo tiempo pasado fue peor'', si no fuera porque el presente me parece tan horrible como el pasado; recuerdo tantas calamidades, tantos rostros cínicos y crueles, tantas malas acciones, que la memoria es para mí como la temerosa luz que alumbra un sórdido museo de la vergüenza
Ernesto Sabato (El túnel)
Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo.
Gabriel García Márquez (One Hundred Years of Solitude)
No hay mayor dolor en el infortunio que recordar el tiempo feliz.
Dante Alighieri
-¿Qué es lo que quieres saber en realidad? -Si podrías llegar a querer a alguien que necesita reflejarse en los demás para recordar que tiene luz propia.
Javier Ruescas (Pulsaciones)
Porque aunque uno siempre vuelva para recordar, los lugares también son las personas con quienes los compartimos.
Chris Pueyo (El chico de las estrellas)
Esa noche volvieron a sucederse los sueños. ¿Por qué ese recordar intenso de tantas cosas? ¿Por qué no simplemente la muerte y no esa música tierna del pasado?
Juan Rulfo (Pedro Páramo)
Lo mejor de recordar es que puedes regresar cuando lo deseas, nadie te puede robar o impedir eso.
Albert Espinosa (Si tú me dices ven lo dejo todo... pero dime ven)
Recuerda lo que valga la pena recordar. Ignora el resto
John Katzenbach (El profesor)
La vida son sueños que van y vienen, que se entorpecen unos a otros, que se rompen, que se olvidan, que más tarde reencuentras o ya nunca vuelves a hallar. Como algo que pier­des y no sabes lo que es. Intentas recordar y no te viene nada a la cabeza, pero esa sensación de vacío permanece contigo y te acompaña hasta que, un día, inesperadamente, lo evocas.
Wendy Davies (Recuerda que me quieres)
Los caminos se bifurcan, cada uno toma una dirección pensando que al final los caminos se volverán a unir… Desde tú camino ves a la otra persona cada vez más pequeña. No pasa nada, estamos hechos el uno para el otro, y ahí está, y al final solo ocurre una cosa, llega el invierno no hay vuelta atrás, lo sientes, y justo entonces intentas recordar en que momento comenzó todo y descubres que todo empezó antes de lo que pensabas… Mucho antes… y es ahí justo en ese momento cuando te das cuenta de que las cosas solo ocurren una vez, y que por mucho que te esfuerces, ya nunca volverás a sentir lo mismo, ya nunca tendrás la sensación de estar a tres metros sobre el cielo.
Federico Moccia (Tre metri sopra il cielo)
Ha de aprender mi filosofía. Del pasado no tiene usted que recordar más que lo placentero.
Jane Austen (Orgullo y prejuicio)
Recordar es fácil para quien tiene memoria, olvidar es difícil para quien tiene corazón
Gabriel García Márquez
Yo me comprometo a vivir con intensidad y regocijo, a no dejarme vencer por los abismos del amor, ni por el miedo ni por el olvido, ni siquiera por el tormento de una pasión contrariada. Me comprometo a recordar, a conocer mis yerros, a bendecir mis arrebatos. Me comprometo a perdonar los abandonos, a no desdeñar nada de todo lo que me conmueva, me deslumbre, me quebrante, me alegre. Larga vida prometo, larga paciencia, historias largas. Y nada abreviaré que deba sucederme: ni la pena ni el éxtasis para que cuando sea viejo tenga como deleite la detallada historia de mis días.
Ángeles Mastretta (La emoción de las cosas)
Se dice que en la guerra te conviertes en mitad humano, mitad animal. Totalmente cierto... No hay otra forma de sobrevivir. Si te limitas a ser humano, no hay salvación. ¡Perderás la cabeza! En la guerra uno debe recordar algo perdido dentro de sí. Algo arcano... Algo que procede de los tiempos en que el hombre no era del todo humano...
Svetlana Alexievich (La guerra no tiene rostro de mujer)
La memoria es como libro en el cual se escribe toda nuestra vida. Algunas veces deseamos cerrarlo y olvidarlo para no recordar todos los escabrosos detalles, y otras veces deseamos abrirlo y observarlo detenidamente, queriendo volver a sentir lo mismo que sentimos en aquel momento.
Audrey Dry (Sin mirar atrás)
Cuando una persona ha significado mucho en nuestras vidas, para bien o para mal, y se ha ido, no debemos tratar de encerrarla en el olvido, porque el olvido tiene una puerta que se abre cuando menos lo esperamos y nos lanza los recuerdos como caballos salvajes que nos patean el alma. Aprenda a domar el recuerdo de esa muchacha. Los recuerdos domados no lastiman...Supongo que algo, bonito, digno de recordar, le habrá dejado...
Claudia Celis (Donde Habitan Los Angeles)
¿Estás pensando en volver a morder el taco? Porque en ese caso me gustaría llamar al pintor de la corte para recordar siempre esa imagen.
Sarah J. Maas (Throne of Glass (Throne of Glass, #1))
Hay que recordar también que cuando hablamos de literatura, lo hacemos en tiempo presente. Cuando hablamos de los muertos, no somos tan amables
John Green (The Fault in Our Stars)
«Se bebe para recordar y se escribe para olvidar.» —A
Carlos Ruiz Zafón (El laberinto de los espíritus)
Recordar es, sobre todo, un acto creativo. Al relatar, la gente crea, redacta, su vida.
Svetlana Alexievich (La guerra no tiene rostro de mujer)
Otra cosa que merece la pena recordar: la esperanza nos mantiene vivos. Incluso cuando estamos muertos, nos mantiene vivos.
Lauren Oliver (Before I Fall)
Necesitamos la idea del tiempo, este recordar que el alma nos va y viene entre un año y el otro; alma y año inventados, como los sueños.
Ángeles Mastretta (La emoción de las cosas)
Las cosas tienen un fin: recordar el porqué lo tienes.
Christopher Rosas (Porque nunca se olvida)
Siempre necesitamos saber, cuando ya no podemos. Y cuando más nos urge, porque también nosotros, como nuestros abuelos, […] somos polvo de estrellas. Y de la misma manera, al recordar, temblamos como tiemblan las estrellas.
Ángeles Mastretta (La emoción de las cosas)
No te precipites - dijo-. Afirma no recordar haber tenido jamás la Visión ante de esta semana. Quizá... -A lo mejor simplemente soy de desarrollo lento -le espetó Clary-. Y no me mires burlándote sólo porque he dicho eso.[117]
Cassandra Clare (City of Bones (The Mortal Instruments, #1))
Para mí, leer es recordar.
Cat Patrick (Forgotten)
Recuerda lo que valga la pena recordar. Ignora el resto.
John Katzenbach (El profesor)
A veces, hay que viajar a otros planetas, aunque solo sea de visita, para recordar que por mucho que te sientas solo, realmente nunca lo estás.
Wendy Davies (Instant Karma (Spanish Edition))
Los libros son un simulacro del recuerdo, una prótesis para recordar, un intento desesperado por hacer un poco más perdurable lo que es irremediablemente finito
Héctor Abad Faciolince (El olvido que seremos)
¿Que hay al otro lado de la vida?¿Es solo noche silenciosa y soledad? ¿Que queda cuando no hay deseos, recuerdos ni esperanzas? ¿Que hay en la muerte? Si pudiera permanecer inmovil, sin hablar ni pensar, sin suplicar, sin llorar, recordar o esperar, si pudiera sumergirme en el silencio mas completo, tal vez entonces pudiera oirte, hija.
Isabel Allende (Paula)
E pergunto-me a mim mesma se a eternidade será isto, recordar uma e outra vez, um vestido, um beijo, um dia de Outono, a primeira neve, os meus cães. As coisas essenciais. O nome das rosas e as frases dos livros, o tempo em que alguém nos amou, o jardim que fizemos com as nossas mãos
Ana Teresa Pereira (O Verão Selvagem dos Teus Olhos)
Desde que puedo recordar, siempre he hablado con la luna. Le pido consejos. Hay algo profundamente espiritual en su pálido resplandor, su superficie llena de cráteres, sus crecientes y sus menguantes. Usa un vestido nuevo todas las noches pero siempre es ella misma. Y siempre está ahí.
Stephanie Perkins (Lola and the Boy Next Door (Anna and the French Kiss, #2))
Niña que duermes bajo la mirada de Dios, te deseo que no la pierdas jamás, que vayas por la vida con la paciencia como tu mejor aliada, que conozcas el placer de la generosidad y la paz de los que no esperan nada, que entiendas tus pesares y sepas acompañar los ajenos. Te deseo una mirada limpia, una boca prudente, una nariz comprensiva, unos oídos incapaces de recordar la intriga, unas lágrimas precisas y atemperadas. Te deseo la fe en una vida eterna, y el sosiego que tal fe concede. Niña, yo te deseo la locura, el valor, los anhelos, la impaciencia. Te deseo la fortuna de los amores y el delirio de la soledad. Te deseo la inteligencia y el ingenio. Te deseo una mirada curiosa, una nariz con memoria, una boca que sonría y maldiga con precisión divina, unas piernas que no envejezcan, un llanto que te devuelva la entereza. Te deseo el sentido del tiempo que tienen las estrellas, el temple de las hormigas, la duda de los templos. Te deseo la fe en los augurios, en la voz de los muertos, en la boca de los aventureros, en la paz de los hombres que olvidan su destino, en la fuerza de tus recuerdos y en el fururo como la promesa, donde cabe todo lo que aún no te sucede.
Ángeles Mastretta (Mal de amores)
Me volví infiel mucho antes de tocar a Carlos Vives. No tenía lugar para nada que no fuera él. Nunca quise así a Andrés, nunca pasé las horas tratando de recordar el exacto tamaño de sus manos ni deseando con todo el cuerpo siquiera verlo aparecer. Me daba vergüenza estar así por un hombre, ser tan infeliz y volverme dichosa sin que dependiera para nada de mí.
Ángeles Mastretta (Arráncame la vida)
Llegara un tiempo, cuando todos nosotros estemos muertos. Todos nosotros. Llegara un tiempo cuando no quedaran más seres humanos para recordar que alguna vez existimos o que nuestra especie alguna vez hizo algo. No habrá nadie que quede para recordar a Aristóteles o a Cleopatra, por no hablar de ti. Todo lo que hicimos, construimos, escribimos, pensamos y descubrimos será olvidado y todo esto habrá sido inútil. Quizás ese tiempo venga pronto y quizás esta a millones de años lejos, pero incluso si sobrevivimos el desplome de nuestro sol, no sobreviviremos para siempre. Paso mucho tiempo antes que los organismos experimentaron la conciencia, y habrá tiempo después. Y si la inevitabilidad del olvido humano te preocupa, te animo a que lo ignores. Dios sabe que eso es lo que hacen todos.
John Green (The Fault in Our Stars)
Pensar, analizar, inventar no son actos anómalos, son la normal respiración de la inteligencia. Glorificar el ocasional cumplimiento de esa función, atesorar antiguos y ajenos pensamientos, recordar con incrédulo estupor lo que el doctor universalis pensó, es confesar nuestra languidez o nuestra barbarie. Todo hombre debe ser capaz de todas las ideas y entiendo que en el porvenir lo será.
Jorge Luis Borges (Ficciones)
Cada vez que quieras recordar cómo se siente el amor, búscame. Esa línea abarcaba cada mujer que ha ofrecido su pequeño corazón latiente a un hombre. Porque todos tenemos a alguien que nos recuerda como quema el amor. Ese irrenunciable amor que se resbala de nuestros dedos como arena.
Tarryn Fisher (Mud Vein)
Ya sabes que nosotros, los pobres artistas, tenemos que aparecer en sociedad de cuando en cuando para recordar al público que no somos salvajes.
Oscar Wilde (El retrato de Dorian Gray)
Memoria selectiva para recordar lo bueno, prudencia logica para no arruinar el presente y optimismo desafiante para encarar al futuro.
Jean Shinoda Bolen
No me acuerdo del último verso. ¡Qué poco me gusta la poesía! ¿Cómo puede uno recordar las palabras sin música?
Patrick Rothfuss (The Name of the Wind (The Kingkiller Chronicle, #1))
Me impactó recordar que yo tenía un nombre.
Hiromi Kawakami
Trató de volver a vivir ese momento, la tierra roja y húmeda, el intenso olor de los bosques de pinos y eucaliptos, donde el tapiz de las hojas secas se maceraba, después del largo y cálido verano, y donde la luz cobriza del sol se filtraba entre las copas de los árboles. Trató de recordar el frío, el silencio y esa preciosa sensación de ser los dueños de la tierra, de tener veinte años y la vida por delante, de amarse tranquilos, ebrios de olor a bosque y de amor, sin pasado, sin sospechar el futuro, con la única increíble riqueza de ese instante presente, en que se miraban, se olían, se besaban, se exploraban, envueltos en el murmullo del viento entre los árboles y el acantilado, estallando en un fragor de espuma olorosa, y ellos dos, abrazados dentro del mismo poncho como siameses en un mismo pellejo, riéndose y jurando que sería para siempre, convencidos de que eran los únicos en todo el universo en haber descubierto el amor.
Isabel Allende (La casa de los espíritus)
Perdiste tu inocencia en el mundo de afuera. No podrás recuperarla aquí adentro, en el mundo de los afectos. Quizá tuviste tu jardín. Yo también tuve el mío, mi pequeño paraíso. Ahora ambos lo hemos perdido. Trata de recordar. No puedes encontrar en mí lo que ya sacrificaste, lo que ya perdiste para siempre y por tu propia obra. No sé de dónde vienes. No sé qué has hecho. Sólo sé que en tu vida perdiste lo que después me hiciste perder a mí: el sueño, la inocencia. Ya nunca seremos los mismos.
Carlos Fuentes (La muerte de Artemio Cruz)
las oraciones diarias, las lecturas religiosas y el acudir a la iglesia son partes necesarias de la vida cristiana. Se nos tiene que recordar continuamente aquello en lo que creemos. Ni esta creencia ni ninguna otra permanecerá automáticamente viva en la mente.
C.S. Lewis (Mero Cristianismo (Spanish Edition))
He said that like every man who comes to the end of something there was nothing to be done but to begin again. No puedo recordar el mundo de luz, he said. Hace muchos años. Ese mundo es un mundo fragil. Ultimamente lo que vine a ver era mas durable. Mas verdadero.
Cormac McCarthy (The Crossing (The Border Trilogy, #2))
Aquí hay algo más que recordar: la esperanza te mantiene viva. Incluso cuando estás muerta, es lo único que te mantiene viva.
Lauren Oliver (Before I Fall)
Olvidar es triste, desde luego. Pero que te olviden resulta solitario. Recordar cuando nadie más lo hace.
V.E. Schwab (La vida invisible de Addie LaRue)
Algunas cosas las olvidas, no? Olvidas lo que quieres recordar y recuerdas lo que quieres olvidar.
Cormac McCarthy (The Road)
Depois olhas para ela e sorris um sorriso que o teu rosto hipócrita irá recordar até ao fim dos teus dias. Querida, dizes, isto é apenas um capítulo do meu romance. É assim que a perdes.
Junot Díaz (This Is How You Lose Her)
únicamente el viejo Benjamín manifestaba recordar cada detalle de su larga vida y saber que las cosas nunca fueron, ni podrían ser, mucho mejor o mucho peor; el hambre, la opresión y el desengaño eran, así dijo él,la ley inalterable de la vida
George Orwell
Hay veces en que le envidio su juventud, pero trato de no pensar mucho en eso. Un anciano no debe tener celos de aquellos que vienen a ocupar su puesto, y recordar el tiempo en que era joven, sano y viril es un acto de masoquismo que no sirve de nada.
John Boyne (The House of Special Purpose)
Los recuerdos son recuerdos porque una vez sucedieron, porque fueron reales. No puedes inventar un recuerdo; es como es, aunque hayas olvidado su contenido, aunque ya no seas capaz de recordar lo que sentiste.
Wendy Davies (Instant Karma (Spanish Edition))
—[…] No soy un héroe, Lena… He torturado durante estos meses a más de los que jamás podría recordar, solo para poder olvidar tus ojos en el instante en que te dañaba. —Avanzó un brazo y, con cautela, tomó mi mano— . No siento respeto hacia el resto de gente, no consigo entender por qué razón algunas personas sienten la necesidad de salvar el mundo, yo solo quiero salvarte a ti.
Anissa B. Damom (Revelación (Éxodo, #2))
Había perdido el placer de recordar porque ya no tenía a nadie con quien recordar. Era como si perder a la persona que recuerda contigo implicara perder los recuerdos en sí, como si lo que habíamos hecho fuese menos real y menos importante de lo que lo había sido horas antes.
John Green (The Fault in Our Stars)
Por más que escondamos los recuerdos, jamás podemos cambiar lo que ya ha ocurrido.
Haruki Murakami (色彩を持たない多崎つくると、彼の巡礼の年)
Del pasado no tiene usted que recordar más que lo placentero
Jane Austen (Pride and Prejudice)
-Otra cosa más, chico, que tienes que recordar: lo que importa no es cómo empieza una historia. Ni cómo termina. -¿Entonces qué? -Lo que pasa en medio.
Walter Moers (The City of Dreaming Books (Zamonia, #4))
La enciclopedia comprada por el padre de Cipriano Algor es tan magnífica e inútil como un verso que no conseguimos recordar.
José Saramago (La caverna)
« Es que para recordar es necesario tener memoria,gixajo.»
Ángeles Ibirika (Días de lluvia)
Recordar puede ser tan doloroso cómo no recordar.
Elizabeth Chandler (Evercrossed (Kissed by an Angel, #4))
A felicidade é só estar em paz consigo mesmo, olharmos para nós e recordar que não fizemos muito mal aos outros.
José Saramago
—¿Antes de encontrarme contigo? —Cam rió—. Apenas puedo recordar mi triste vida antes de ti.
Lauren Kate (Fallen (Fallen, #1))
Y si uno se niega a recordar sus sueños, uno se niega realmente a encarar su propia existencia -a encarar lo que está mal en su existencia. Uno evita luchar con asuntos desagradables.
Frederick Salomon Perls (Sueños y existencia (Terapia Gestaltica))
- ¿Sabe que es lo peor de todo? Lo miré. No supe qué decir. - Que la voy olvidando. Le temblaba la voz. No cometí el desatino de interrumpirlo. - La pienso, y la pienso todo el día. Me despierto por la noche y me desvelo recordándola. Pero me pasa que tiendo a recordar siempre las mismas cosas. Las mismas imágenes. ¿Qué es lo que recuerdo, entonces? ¿A ella o al recuerdo que he construido en este año y pico que lleva muerta?
Eduardo Sacheri (The Secret in Their Eyes)
¡Extraña locura! El amor a los veinte años se parece a un acceso de fiebre, a un delirio. Cuando termina, cuesta recordar otros… El ardor de la sangre, que se apaga pronto… Ante aquella llamarada de sueños y deseos, qué viejo, qué frío, qué sensato me sentía…
Irène Némirovsky (Fire in the Blood)
¿Puede recordar usted algún gran error que haya cometido en su juventud, duquesa? -preguntó mirándola- Me temo que de una gran cantidad de ellos -exclamó ella. Entonces cométalos otra vez -dijo él gravemente-. Volver a la juventud es solamente repetir sus locuras.
Oscar Wilde (The Picture of Dorian Gray)
-Nos hacemos fotos, no con el objeto de recordar, sino para completarlas después con el resto de nuestras vidas. Por eso hay fotos que aciertan y fotos que no. Imágenes que el tiempo pone en su lugar, atribuyendo a unas su auténtico significado, y negando otras que se apagan solas, igual que si los colores se borraran con el tiempo.
Arturo Pérez-Reverte (The Queen of the South)
¿Pero quién puede recordar el dolor, una vez que éste ha desaparecido? Todo lo que queda de él es una sombra, ni siquiera en la mente ni en la carne. El dolor deja una marca demasiado profunda como para que se vea, una marca que queda fuera del alcance de la vista y de la mente.
Margaret Atwood (The Handmaid's Tale)
No pienso nada en absoluto. Únicamente siento que cada célula de mi cuerpo la quiere y la necesita. Es mi madre, mi mamá, mi única mamá. Así que digo la palabra que me he pasado el resto de mi vida intentando borrar de mi conciencia, la palabra que no me he permitido recordar, hasta hoy. «Madre»,
Edith Eger (La bailarina de Auschwitz: Una inspiradora historia de valentía y supervivencia)
El tiempo devasta, el tiempo decanta. Uno confía en que acabará olvidando. El tiempo tiene sus mañas: el tiempo se toma su tiempo para hacernos olvidar y recordar lo que ya hemos olvidado y comenzamos a recordar porque estamos olvidando.
Victoria de Stefano (Paleografías)
—Algunas veces me siento sobrepasado. Intentar entender lo que dice la gente, tratar de recordar todo lo que se supone que debo hacer para parecer normal, es difícil para mí. A veces las reglas son demasiado duras. Así que me voy por un tiempo.
Jennifer Ashley (The Madness of Lord Ian Mackenzie (Mackenzies & McBrides, #1))
Ser una mentirosa no es fácil. Para empezar, has de tener muy presente el hilo de todas tus mentiras. Recordar exactamente qué has dicho y a quién se los ha dicho. Porque esa primera mentira siempre te conduce a la siguiente. Nunca hay una sola mentira.
Justine Larbalestier (Liar)
[Los alumnos de Almafitano aprendieron...] Que la principal enseñanza de la literatura era la valentía, una valentía rara, como un pozo de piedra en medio de un paisaje lacustre, una valentía semejante a un torbellino y a un espejo. Que no era más cómodo leer que escribir. Que leyendo se aprendía a dudar y a recordar. Que la memoria era el amor.
Roberto Bolaño (Los sinsabores del verdadero policía)
¿Cuánto tiempo? - me preguntó Sohrab. -No lo sé. Un poco. Sohrab se encogió de hombros y sonrió, una sonrisa más ancha aquella vez. -No me importa. Puedo esperar. Es como las manzanas verdes. -¿Las manzanas verdes? -Una vez, cuando era muy pequeño, trepé a un árbol y comí unas manzanas que aún estaban verdes. Se me hinchó el estómago y se me puso duro como un tambor. Mi madre me dijo que si hubiese esperado a que madurasen, no me habrían sentado mal. Así que ahora, cuando quiero algo de verdad, intento recordar lo que ella me dijo sobre las manzanas.
Khaled Hosseini (The Kite Runner)
Desnuda a un escritor, señala sus cicatrices y te contará la historia de cada una de ellas, incluyendo las más pequeñas. De las grandes se sacan novelas, no amnesia. Es bueno tener un poco de talento si quieres ser escritor, pero el único requisito auténtico es la habilidad para recordar la historia de cada cicatriz... El arte consiste en la persistencia de cada memoria.
Stephen King
Se escribe para recordar, para ser recordado, para vencer la amnesia, el silencio, el agujero oscuro del tiempo. Se escribe también para no morir, para durar. Se escribe como medicina, para consolarse, para consolar. Para volver inofensivo al dolor. Se escribe para ser feliz, se escribe para testimoniar, para dejar testamento de uno. Se escribe para jugar. Se escribe para darle un sentido a la insensatez del mundo. Para evocar. Para bautizar las cosas, para prorrogar la vida, para persuadir, para seducir. Para profetizar. Para lavarse el corazón. Para conocerse, para saber quién somos
Gesualdo Bufalino (Blind Argus: Or the Fables of the Memory)
Escribo. Escribo que escribo. Mentalmente me veo escribir que escribo y también puedo verme ver que escribo. Me recuerdo escribiendo ya y también viéndome que escribía. Y me veo recordando que me veo escribir y me recuerdo viéndome recordar que escribía y escribo viéndome escribir que recuerdo haberme visto escribir que me veía escribir que recordaba haberme visto escribir que escribía y que escribía que escribo que escribía. También puedo imaginarme escribiendo que ya había escrito que me imaginaría escribiendo que había escrito que me imaginaba escribiendo que me veo escribir que escribo.
Mario Vargas Llosa (La tía Julia y el escribidor)
En realidad, siempre he pensado que no hay memoria colectiva, lo que quizá sea una forma de defensa de la especie humana. La frase “todo tiempo pasado fue mejor” no indica que antes sucedieran menos cosas malas, sino que —felizmente— la gente las echa en el olvido. Desde luego, semejante frase no tiene validez universal; yo, por ejemplo, me caracterizo por recordar preferentemente los hechos malos y, así, casi podría decir que “todo tiempo pasado fue peor
Ernesto Sabato (El túnel)
¿La historia se repite? ¿O se repite sólo como penitencia de quienes son incapaces de escucharla? No hay historia muda. Por mucho que la quemen, por mucho que la rompan, por mucho que la mientan, la historia humana se niega a callarse la boca. El tiempo que fue sigue latiendo, vivo, dentro del tiempo que es, aunque el tiempo que es no lo quiera o no lo sepa. El derecho de recordar no figura entre los derechos humanos consagrados por las Naciones Unidas, pero hoy es más que nunca necesario reivindicarlo y ponerlo en práctica: no para repetir el pasado, sino para evitar que se repita; no para que los vivos seamos ventrílocuos de los muertos, sino para que seamos capaces de hablar con voces no condenadas al eco perpetuo de la estupidez y la desgracia. Cuando está de veras viva, la memoria no contempla la historia, sino que invita a hacerla. Más que en los museos, donde la pobre se aburre, la memoria está en el aire que respiramos; y ella, desde el aire, nos respira.
Eduardo Galeano (Upside Down: A Primer for the Looking-Glass World)
El amor es paciente, es bondadoso. El amor no es envidioso, ni jactancioso, ni orgulloso. No se comporta con rudeza, no es egoísta, no se enoja fácilmente, no guarda rencor. El amor no se deleita en la maldad, sino que se regocija con la verdad. Todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.
Nicholas Sparks (Un paseo para recordar)
—Escúchame, Ari. —Jem habló despacio, cuidando cada una de las palabras que elegía—. Tienes que recordar que, pase lo que pase, vendrán tiempos mejores, y aferrarte a la idea de que lo mejor que te ha pasado todavía no lo has vivido. Recuerda a todas las personas que aún no conoces, todos los lugares que aún no has visto, las risas que no has oído, los besos que no has dado, las baladas que aún te quedan por escuchar. —Cogió aire—. Eres la esperanza de alguien, Arielle. —Se le quebró la voz mientras me acariciaba el rostro—. La promesa de todo lo que todavía está por llegar. Y, como habrás oído miles de veces, es la esperanza lo que nos mantiene vivos.
Beatriz Esteban (Aunque llueva fuego)
Se acercó aún más y me besó con cautela, como si me pidiera permiso. Su olor corporal, dulzón y almizclado, se coló hasta mis fosas nasales. Era el mismo olor que había exudado su cuerpo la noche anterior, después de hacerme el amor. Mi enfado se desvaneció como la bruma al recordar el contacto de su piel desnuda contra la mía y mi cuerpo comenzó a despertar. Dejé que me abrazara y me sentí envuelto por él.
Nayra Ginory (A través del sexo)
[...] y su acento, sin dejar de tener aquella música que le era peculiar, se hacía lento y profundo al pronunciar palabras suavemente articuladas, que en vano probaría yo a recordar hoy: porque no he vuelto a oírlas, porque pronunciadas por otros labios no son las mismas, y escritas en estas páginas aparecerían sin sentido. Pertenecen a otro idioma, del cual hace algunos años no viene a mi memoria ni una frase.
Jorge Isaacs (María)
TUS ACTOS SON TUS MONUMENTOS. Este precepto significa que se nos debería recordar por las cosas que hacemos. Las cosas que hacemos son las cosas más importantes de todas. Son más importantes que lo que decimos o que nuestro aspecto. Las cosas que hacemos duran más que nuestras vidas. Las cosas que hacemos son como los monumentos que la gente construye para honrar a los héroes cuando ya han muerto. Son como las pirámides que construyeron los egipcios para honrar a los faraones. Pero en lugar de estar hechas de piedra, las cosass que hacemos están hechas de los recuerdos que la gente tiene de ti. Por eso tus actos son como tus monumentos. Están construidos con recuerdos y no con piedra.
R.J. Palacio (Wonder (Wonder, #1))
Un escritor nunca olvida la primera vez que acepta unas monedas o un elogio a cambio de una historia. Nunca olvida la primera vez que siente el dulce veneno de la vanidad en la sangre y cree que, si consigue que nadie descubra su falta de talento, el sueño de la literatura será capaz de poner techo sobre su cabeza, un plato caliente al final del día y lo que más anhela: su nombre impreso en un miserable pedazo de papel que seguramente vivirá más que él. Un escritor está condenado a recordar ese momento, porque para entonces ya está perdido y su alma tiene precio.
Carlos Ruiz Zafón
—Sí, él se limitó a darte un beso, pero ese no fue el primero. Tu primer beso lo obtuve hace mucho tiempo —explicó, con una media sonrisa que hizo que su rostro se viese hermoso. ¿De qué diablos estaba hablando? Nunca me había besado. Fruncí el ceño, pensando, tratando de recordar. —¿Recuerdas la vez que me hice daño cuándo me caí de ese árbol en mi jardín delantero? Tenía trece años y mi maldita pierna dolía tanto, y me preguntaste qué podías hacer para que el dolor desapareciese. —Cerró los ojos y negó con la cabeza al recuerdo, con una pequeña sonrisa en las comisuras de sus labios.
Kirsty Moseley
Todas las guerras son malas, pero la guerra civil es la peor de todas, pues enfrenta al amigo con el amigo, al vecino con el vecino, al hermano contra el hermano. Hace casi 80 años, entre 1936 y 1939, en tiempos de nuestros abuelos y bisabuelos, una espantosa guerra civil tuvo lugar en España. Causó miles de muertos, destruyó hogares, arruinó el país y llevó a mucha gente al exilio. Para evitar que tan desoladora tragedia vuelva a repetirse nunca es conveniente recordar cómo ocurrió. Así, de aquella desgracia podrán extraerse conclusiones útiles sobre la paz y la convivencia que jamás se deben perder. Lecciones terribles que jamás debemos olvidar.
Arturo Pérez-Reverte (La Guerra Civil contada a los jóvenes)
Entre as recordações de cada pessoa, há coisas que ela não conta para qualquer um, somente para os amigos. Há também aquelas que ela não conta nem para os amigos, somente para sim mesma, e isso secretamente. Mas, finalmente, há também aquelas que o indivíduo tem medo de revelar até para si mesmo, e um homem respeitável tem tais coisas acumuladas em grande quantidade. E pode ser assim mesmo: quanto mais respeitável ele é, mais coisas desse tipo ele tem acumuladas. Eu, pelo menos, só recentemente tomei coragem para recordar algumas das minhas aventuras passadas, as quais até agora tinha evitado com uma certa inquietação. E agora, quando não só recordei, como até me decidi a escrevê-las, agora exatamente quero tirar a prova: é possível alguém ser inteiramente sincero consigo mesmo e não temer toda a verdade? A propósito: Heine afirma que é quase impossível existirem autobiografias sinceras, porque na certa o ser humano mentirá, falando de si mesmo. Na opinião dele, por exemplo, Rousseau sem dúvida mentiu sobre si mesmo em suas 'Confissões' e fez isso até deliberadamente, por vaidade. Estou convencido de que Heine está certo; entendo perfeitamente como, às vezes, alguém pode confessar uma série de crimes por pura vaidade e percebo até muito bem de que tipo pode ser essa vaidade.
Fyodor Dostoevsky
¿Y qué fue lo que aprendieron los alumnos de Amalfitano? Aprendieron a recitar en voz alta. Memorizaron los dos o tres poemas que más amaban para recordarlos y recitarlos en los momentos oportunos: funerales, bodas, soledades. Comprendieron que un libro era un laberinto y un desierto. Que lo más importante del mundo era leer y viajar, tal vez la misma cosa, sin detenerse nunca. Que al cabo de las lecturas los escritores salían del alma de las piedras, que era donde vivían después de muertos, y se instalaban en el alma de los lectores como en una prisión mullida, pero que después esa prisión se ensanchaba o explotaba. Que todo sistema de escritura es una traición. Que la poesía verdadera vive entre el abismo y la desdicha y que cerca de su casa pasa el camino real de los actos gratuitos, de la elegancia de los ojos y de la suerte de Marcabrú. Que la principal enseñanza de la literatura era la valentía, una valentía rara, como un pozo de piedra en medio de un paisaje lacustre, una valentía semejante a un torbellino y a un espejo. Que no era más cómodo leer que escribir. Que leyendo se aprendía a dudar y a recordar. Que la memoria era el amor.
Roberto Bolaño
Las representaciones del amor mencionan la escasez al mostrar la abundancia. Celebrar mediante una imagen la vida puede ser, en ocasiones, la mejorar manera de recordar su pérdida. Cada lienzo desde el que un niño sonríe recuerda a los niños que apenas amanecieron; cada fotografía de un niño feliz oscurece el rastro de quienes perdieron todos sus juguetes; los niños que corren sucios y alegres en las películas del nerorrealismo italiano o en los clásicos del Hollywood de los años cuarenta son el contrapunto de una infancia enterrada en el lodo y la sangre de los invisibles.
Ricardo Menéndez Salmón (Medusa)
Poema de un Recuerdo Dime por favor donde no estás en qué lugar puedo no ser tu ausencia dónde puedo vivir sin recordarte, y dónde recordar, sin que me duela. Dime por favor en que vacío, no está tu sombra llenando los centros; dónde mi soledad es ella misma, y no el sentir que tú te encuentras lejos. Dime por favor por qué camino, podré yo caminar, sin ser tu huella; dónde podré correr no por buscarte, y dónde descanzar de mi tristeza. Dime por favor cuál es la noche, que no tiene el color de tu mirada; cuál es el sol, que tiene luz tan solo, y no la sensación de que me llamas. Dime por favor donde hay un mar, que no susurre a mis oídos tus palabras. Dime por favor en qué rincón, nadie podrá ver mi tristeza; dime cuál es el hueco de mi almohada, que no tiene apoyada tu cabeza. Dime por favor cuál es la noche, en que vendrás, para velar tu sueño; que no puedo vivir, porque te extraño; y que no puedo morir, porque te quiero
Alejandro Castiñeiras
Um escritor nunca esquece a primeira vez em que aceita algumas moedas ou um elogio em troca de uma história. Nunca esquece a primeira vez em que sente o doce veneno da vaidade no sangue e começa a acreditar que, se conseguir disfarçar a sua falta de talento, o sonho da literatura será capaz de garantir um teto sobre a sua cabeça, um prato quente no final do dia e aquilo que mais deseja: o seu nome impresso num miserável pedaço de papel que certamente lhe sobreviverá. Um escritor está condenado a recordar esse momento porque, a partir daí, ele está perdido e sua alma já tem um preço.
Carlos Ruiz Zafón (The Angel's Game (The Cemetery of Forgotten Books, #2))
¡Ese vocabulario, queridos! Qué os parece esto: uno de vosotros ha guardado un secreto toda su vida, y lo sigue haciendo en estos momentos. Uno de vosotros es un asesino; y no estoy hablando de un vampiro, ni de eutanasia ni nada por el estilo. Y luego está la cuestión de la verdadera identidad de Sage... ¡Buena suerte con vuestra investigación ahí! A uno de vosotros ya le han borrado la memoria... y no me refiero a Damon o a Stefan. ¿Y qué hay del misterioso beso robado? Y luego está la cuestión de lo sucedido en la noche del motel, que parece que nadie excepto Elena puede recordar. Podríais preguntarle algo sobre sus teorías respecto a Camelot.
L.J. Smith (Shadow Souls (The Vampire Diaries: The Return, #2))
Quisiera recordar - dijo Ylla rompiendo el silencio y mirando a lo lejos, más allá de la figura de su marido, frío, erguido, de mirada amarilla. - ¿Qué quisieras recordar? - preguntó el señor K bebiendo un poco de vino. - Aquella canción - respondió Ylla -, aquella dulce y hermosa canción. Cerró los ojos y tarareó algo, pero no la canción. - La he olvidado y no se por qué. No quisiera olvidarla. Quisiera recordarla siempre. Movió las manos, como si el ritmo pudiera ayudarle a recordar la canción. Luego se recostó en su silla. - No puedo acordarme - dijo, y se echó a llorar. - ¿Por qué lloras? - le preguntó su marido. - No sé, no sé, no puedo contenerme. Estoy triste y no sé por qué. Lloro y no sé por qué. Lloraba con el rostro entre las manos; los hombros sacudidos por los sollozos. - Mañana te sentirás mejor - le dijo su marido. Ylla no lo miró. Miró únicamente el desierto vacío y las brillantísimas estrellas que aparecían ahora en el cielo negro, y a lo lejos se oyó el ruido creciente del viento y de las aguas frías que se agitaban en los largos canales. Cerró los ojos, estremeciéndose. - Sí - dijo -, mañana me sentiré mejor...
Ray Bradbury (The Martian Chronicles)
Lembro-me de estar destroçada, de te ter arrancado de dentro de mim a ferros e, ainda assim, um braço teu ficou para trás. Lembro-me de abrir o meu diário em papel, furiosa porque tinha jurado que não escreveria nem mais uma linha a teu propósito, e escrever «durante o dia, bano-te do meu pensamento, mas todas as noites, é a teu lado que me deito, e nos teus braços que adormeço, e é a minha mão que agarro, fingindo que é a tua». (… ) Mas não é de ontem, quando abro a cama, peço-te que te chegues para lá. Deito-me e imagino que estás lá, cansado, extenuado de um dia de trabalho, quase sinto a tua respiração na minha nuca. Imagino que me dizes tudo aquilo que eu queria ouvir, mas não me alongo nisso, é mais íntimo ainda, o que queres ouvir de alguém é mais do que o que esperas dessa pessoa: é o segredo de quem és, de como és e do que queres da vida, na sua voz (…) Encho o peito de ar, subo, subo, subo, amo-te amo-te amo-te, sei-o tão bem, sei até que é para sempre, embora faça figas para que não seja (…) Não posso não posso não posso imaginar que o ar me vai fugir outra vez, que a qualquer momento os meios de informação vão trazer até mim aquele género de notícia que quase me mata - foram ao cinema, saíram juntos, comeram-se, foderam-se, falaram-se - eu disse quase, porque não matou. É verdade que foram muitas lágrimas, muitas reformulações de planos de vida e castelos de cartas a vir por aí abaixo, o jogo virou, e eu perdi. Uma vez mais, e os escritos pararam: o meu diário ficou a branco, o espaço virtual onde nos escrevia acabou com uma nota lúgubre na qual anunciei a minha morte. Estive de luto por mim mesma, estive sim. Doía-me o peito como me dói agora, ao recordar, a falta de ar, o choro compulsivo, os pensamentos sombrios, desesperados, como se nunca mais o sol nascesse no oriente e eu nunca mais o provasse, o sentisse nas costas, como se o mundo tivesse acabado ali, pelo menos o meu tinha, o assombro, os sentimentos, todos baralhados, como se me devesses alguma coisa quando não devias, como se me tivesses dado motivos para te amar tanto quando não me deste, como se quisesses o meu amor e depois o tivesses rejeitado, quando nunca o quiseste. E eu fechei as portas do meu recinto, pus panos negros nas janelas, anunciei que não estava. As pessoas bateram-me à porta, esconderam-me verdades que teriam acabado comigo naquele momento, compraram-me chocolates, secaram-me lágrimas com rosas. morri ali, é a verdade. (…) Mas a fé, a minha maldita fé de quem não acredita em deus e canalizou toda a sua crença nas causas impossíveis, deu-me ar, e mais ar, e subi a montanha, talvez nunca a tivesse subido tanto, julguei que via tudo lá de cima, tudo: falavam em auras, ao nosso redor, falavam na nossa perfeição, enquanto dupla, diziam que «não podia ser de outra forma», que «não se pode estar assim tão enganado», que me amas, imagina só a dimensão da loucura geral, que me amas mas que não tens espaço para mim, e eu, com o peito de cheio de ar, cheguei ao topo e comecei a voar (…) Já sonhaste alguma vez que caías? Eu já, é uma dor na boca do estômago, como se tudo te fugisse, como se o teu corpo se desmantelasse, como se o mundo inteiro implodisse para dentro de ti e soubesses que ias rebentar, ao mínimo toque de um objecto, de um elemento que não o ar, vais rebentar. Estou à espera que venham as abelhas, as orquídeas, os pés descalços na terra húmida, um livro, uns óculos, um copo vazio na mesa-de-cabeceira, e me faça explodir. Entretanto (…) vou imaginar que não estou a cair, que tal? Ao invés (…) vou deitar-me na minha caminha quentinha e imaginar que as tuas pernas se entrelaçam nas minhas e me aquecem os pés gelados e a tua voz, sonolenta, diz: “boa noite, dorme bem”, para eu poder responder-te também – “dorme bem, meu amor”.»
Célia Correia Loureiro