Punta Quotes

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I love you.. Kahit na san ako mag punta, ikaw lang mamahalin ko. I love you.. Kahit na ilang beses mo akong saktan, ikaw parin ang mamahalin ko. I love you.. Kahit na pagod na pagod na ko, ikaw parin ang mamahalin ko. I love you.. Kahit sa kabilang buhay.. ikaw parin ang mamahalin ko. I love you.. kahit na sobra sobra na yung pagmamahal ko sayo, patuloy parin yung pagmamahal ko sayo. I love you.. Kahit na sandali lang yung pagsasama natin, masaya ako dahil nakasama parin kita kahit papaano.. I love you, Kenji.. I love you.. I love you.. I love you.. UhnJaeNa,YoungWonHee..
Bianca B. Bernardino (She's Dating the Gangster)
Una corriente viajó desde la punta de mis dedos a través del hueco donde mi estómago solía estar. Y así nada más, yo fui completa, total y enteramente suya. -Mara
Michelle Hodkin (The Unbecoming of Mara Dyer (Mara Dyer, #1))
La rayuela se juega con una piedrita que hay que empujar con la punta del zapato. Ingredientes: una acera, una piedrita, un zapato, y un bello dibujo con tiza, preferentemente de colores. En lo alto está el Cielo, abajo está la Tierra, es muy difícil llegar con la piedrita al Cielo, casi siempre se calcula mal y la piedra sale del dibujo. Poco a poco, sin embargo, se va adquiriendo la habilidad necesaria para salvar las diferentes casillas (rayuela caracol, rayuela rectangular, rayuela de fantasía, poco usada) y un día se aprende a salir de la Tierra y remontar la piedrita hasta el Cielo, hasta entrar en el Cielo, (Et tous nos amours, sollozó Emmanuèle boca abajo), lo malo es que justamente a esa altura, cuando casi nadie ha aprendido a remontar la piedrita hasta el Cielo, se acaba de golpe la infancia y se cae en las novelas, en la angustia al divino cohete, en la especulación de otro Cielo al que también hay que aprender a llegar. Y porque se ha salido de la infancia (Je n'oublierai pas le temps des cérises, pataleó Emmanuèle en el suelo) se olvida que para llegar al Cielo se necesitan, como ingredientes, una piedrita y la punta de un zapato.
Julio Cortázar (Hopscotch)
Vi mi vida extendiendo sus ramas frente a mí como la higuera verde del cuento. De la punta de cada rama, como si de un grueso higo morado se tratara, pendía un maravilloso futuro, señalado y rutilante. Un higo era un marido y un hogar feliz e hijos y otro higo era un famoso poeta, y otro higo era un brillante profesor, y otro higo era Europa y África y Sudamérica y otro higo era Constantino y Sócrates y Atila y un montón de otros amantes con nombres raros y profesionales poco usuales, y otro higo era una campeona de equipo olímpico de atletismo, y más allá y por encima de aquellos higos había muchos más higos que no podía identificar claramente. Me vi a mí misma sentada en la bifurcación de ese árbol de higos, muriéndome de hambre sólo porque no podía decidir cuál de los higos escoger. Quería todos y cada uno de ellos, pero elegir uno significaba perder el resto, y, mientras yo estaba allí sentada, incapaz de decidirme, los higos empezaron a arrugarse y a tornarse negros y, uno por uno, cayeron al suelo, a mis pies.
Sylvia Plath (The Bell Jar)
El problema de las palabras es que, una vez echadas, no pueden volverse solas a su dueño. De modo que a veces te las vuelven en la punta de un acero.
Arturo Pérez-Reverte (Purity of Blood (Adventures of Captain Alatriste, #2))
Lolita, luz de mi vida, fuego de mis entrañas. Pecado mío, alma mía. Lo-li-ta: la punta de la lengua emprende un viaje de tres pasos paladar abajo hasta apoyarse, en el tercero, en el borde de los dientes. Lo. Li. Ta. Era Lo, sencillamente Lo, por la mañana, cuando estaba derecha, con su metro cuarenta y ocho de estatura, sobre un pie enfundado en un calcetín. Era Lola cuando llevaba puestos los pantalones. Era Dolly en la escuela. Era Dolores cuando firmaba. Pero en mis brazos fue siempre Lolita. ¿Tuvo Lolita una precursora? Naturalmente que sí. En realidad, Lolita no hubiera podido existir para mí si un verano no hubiese amado a otra niña iniciática. En un principado junto al mar. ¿Cuándo? Aquel verano faltaban para que naciera Lolita casi tantos como los que yo tenía entonces. Pueden contar en que la prosa de los asesinos sea siempre elegante, vaya que lo sé. Señoras y señores del jurado, la prueba número uno es lo que los serafines, los mal informados e ingenuos ángeles de majestuosas alas, envidiaron. Contemplen esta maraña de espinas.
Vladimir Nabokov
El ardor de ese beso no los abandonó en muchos días y llenó de fantasmas delicados sus noches, dejando su recuerdo en la piel, como una quemadura. La alegría de ese encuentro los transportaba levitando por la calle, los impulsaba a reír sin causa aparente, los despertaba sobresaltados en la mitad de un sueño. Se tocaban los labios con las puntas de los dedos y evocaban exactamente la forma de la boca del otro.
Isabel Allende (Of Love and Shadows)
Fiducia. È come mettere una spada in mano a qualcuno e appoggiarsi la punta contro il cuore.
Cassandra Clare (The Midnight Heir (The Bane Chronicles, #4))
Lolita, luce della mia vita, fuoco dei miei lombi. Mio peccato, anima mia. Lo-li-ta: la punta della lingua compie un percorso di tre passi sul palato per battere, al terzo, contro i denti. Lo. Li. Ta.
Vladimir Nabokov (Lolita)
Es más fácil ocultar una espinilla en la punta de la nariz, que el amor.
María Fernanda Heredia (Hay palabras que los peces no entienden)
El campo de batalla es mi templo. La punta de la espada es mi sacerdote. El baile de la muerte es mi plegaria. El golpe de gracia es mi liberación.
Sabaa Tahir (An Ember in the Ashes (An Ember in the Ashes, #1))
Nunca un caballero que se aprecie de serlo desaira a una dama en sus deseos aunque uno vea el engaño en sus ojos, pues todo hombre debe saber antes de comenzar a amar en la vida, que la sonrisa de una mujer hermosa es como una rosa en la punta de una daga.
Ignacio Ramírez "El Nigromante"
Había sido besada unas pocas veces con anterioridad, pero nada como esto. Me sentí electrificada desde la parte superior de mi cabeza hasta la punta de los pies, y en algún lugar en el fondo de mi mente escuché a Alice diciendo que el amor tenía un poder propio. Ella tenía razón: esto era mágico.
Rachel Hawkins (Hex Hall (Hex Hall, #1))
Ma è commovente, Severus» osservò Silente, serio.«Ti sei affezionato al ragazzo, dopotutto?» «A lui?» Urlò Piton «Expecto Patronum!» Dalla punta della sua bacchetta affiorò la cerva d'argento: atterrò sul pavimento dell'ufficio, fece un balzo e si tuffò fuori dalla finestra. Silente la guardò volar via e quando il suo bagliore argenteo svanì si rivolse a Piton, con gli occhi pieni di lacrime. «Dopo tutto questo tempo?» «Sempre» rispose Piton.
J.K. Rowling (Harry Potter and the Deathly Hallows (Harry Potter, #7))
El amor es una quimera de un solo sentido como la flecha, que sólo tiene una punta, no dos. ¿Cuándo ha visto usted una flecha que vaya y venga? El amor es para darlo, no para pedirlo. No pida amor. Delo, si tiene. Y si no, pues no.
Fernando Vallejo (El don de la vida)
¿Todo esto es tuyo, abuelo? - Todo, desde la carretera panamericana hasta la punta de esos cerros. ¿Los ves? - ¿Por qué, abuelo? - ¡Cómo que por qué! ¡Porque soy el dueño, claro! - Sí, ¿pero por qué eres el dueño? - Porque era de mi familia. - ¿Por qué? - Porque se la compararon a los indios. - Y los inquilinos, los que también han vivido aquí siempre, ¿por qué no son ellos los dueños?
Isabel Allende (The House of the Spirits)
Lotti contro la tua superficialità, la tua faciloneria, per cercare di accostarti alla gente senza aspettative illusorie, senza un carico eccessivo di pregiudizi, di speranze o di arroganza, nel modo meno simile a quello di un carro armato, senza cannoni, mitragliatrici e corazze d'acciaio spesse quindici centimetri; offri alla gente il tuo volto più bonario, camminando in punta di piedi invece di sconvolgere il terreno con i cingoli, e l'affronti con larghezza di vedute, da pari a pari, da uomo a uomo, come si diceva una volta, e tuttavia non manchi mai di capirla male. Tanto varrebbe avere il cervello di un carro armato. La capisci male prima d'incontrarla, mentre pregusti il momento in cui l'incontrerai; la capisci male mentre sei con lei; e poi vai a casa, parli con qualcun altro dell'incontro, e scopri ancora una volta di aver travisato. Poiché la stessa cosa capita, in genere, anche ai tuoi interlocutori, tutta la faccenda è, veramente, una colossale illusione priva di fondamento, una sbalorditiva commedia degli equivoci. Eppure, come dobbiamo regolarci con questa storia, questa storia così importante, la storia degli altri, che si rivela priva del significato che secondo noi dovrebbe avere e che assume invece un significato grottesco, tanto siamo male attrezzati per discernere l'intimo lavorio e gli scopi invisibili degli altri? Devono, tutti, andarsene e chiudere la porta e vivere isolati come fanno gli scrittori solitari, in una cella insonorizzata, creando i loro personaggi con le parole e poi suggerendo che questi personaggi di parole siano più vicini alla realtà delle persone vere che ogni giorno noi mutiliamo con la nostra ignoranza? Rimane il fatto che, in ogni modo, capire bene la gente non è vivere. Vivere è capirla male, capirla male e male e male e poi male e, dopo un attento riesame, ancora male. Ecco come sappiamo di essere vivi: sbagliando. Forse la cosa migliore sarebbe dimenticare di aver ragione o torto sulla gente e godersi semplicemente la gita. Ma se ci riuscite… Beh, siete fortunati.
Philip Roth (American Pastoral)
Los sinsabores del pasado están doblados y empolvados, con puntas filosas que a veces molestaban dentro de su corazón.
Gaby Aqua
El discurso es un acero que sirve por ambos cabos: de dar muerte, por la punta; por el pomo, de resguardo.
Juana Inés de la Cruz (Obras escogidas (Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes) (Spanish Edition))
Decir de alguien que es un veleta prueba poca imaginación: se ven las vueltas pero no la intención, la punta de la flecha que busca hincarse y permanecer en el río del viento.
Julio Cortázar
No sé como lidiar con esta nostalgia y esta falta de algo que decir, así que escribo para recordarme que una vez tuve todas las palabras en la punta de tu lengua.
Elvira Sastre (Aquella orilla nuestra)
Sei entrata in punta di piedi nel mio cuore facendo un gran rumore
Giusi Maiuolo (La scelta giusta)
Le parole sono anche molto democratiche; pensano che una parola sia buona come un’altra; che le parole rozze valgano quanto quelle educate; che quelle incolte siano uguali a quelle colte, non esistono classi o titoli di merito nella loro società. E non amano essere sollevate in punta di penna ed esaminate una per una. Restano sempre unite in frasi, in paragrafi, e a volte per intere pagine di fila. Odiano essere utili; odiano dover far soldi; odiano andare in giro a tenere conferenze. In breve, odiano qualsiasi cosa che imponga loro un unico significato, o che le immobilizzi in un’unica posa, perché cambiare fa parte della loro natura.
Virginia Woolf
¿Por eso lees Celebrity Living? Lindsey asintió. Sí, exacto. En alemán hay una palabra para eso. La tengo en la punta de Schadenfreude dijo Collin. «Encontrar placer en la desgracia ajena».
John Green (An Abundance of Katherines)
mai avevano comunicato così profondamente, di quando lei sfiorò le labbra silenziose contro la sua spalla o di quando lui le sfiorò la punta delle dita, delicatamente, come se lei dormisse.
Francis Scott Fitzgerald (The Great Gatsby)
Lo tocó como nunca antes se había atrevido a hacerlo, acariciando su cuerpo con la punta de los dedos muy, muy suavemente, recorriendo la piel levantada como una mujer ciega leyendo braille.
Clive Barker (Books of Blood: Volume One (Books of Blood, #1))
Non eravamo vicini. Eravamo una cosa sola. I palmi delle mie mani sul suo petto. I suoi pugni tra le mie scapole. Le mie gambe legate dietro la sua schiena. Il suo viso padrone del mio. Il suo fiato corto fuso con il mio. La punta del mio naso premuta sulla sua. I suoi occhi sovrani dei miei.
Chiara Cilli (L'ultima alba (La guerra degli Dei, #2))
Se un uomo viene colpito da una freccia avvelenata e non vuole che gli sia tolta prima di sapere chi l'abbia lanciata, a quale casta appartenga, quale sia il suo nome, quale sia la sua famiglia, quale sia la sua statura, quale sia la sua carnagione, da quale paese provenga, il tipo di arco che usa, il tipo di corda, il tipo di freccia, il tipo di penne, il tipo di punta, ecc., costui morirà prima di conoscere tutte queste cose.
Gautama Buddha
Lolita, luz de mi vida, fuego de mis entrañas. Pecado mío alma mía . Lo-li-ta: la punta de la lengua emprende un viaje de tres pasos paladar abajo hasta apoyarse, en el tercero, en el borde de los dientes. Lo. Li. Ta.
Vladimir Nabokov
Una vez que me fueron leídos, se me propuso que jurase su cumplimiento, primero a la usanza de mi propio país y luego según el procedimiento descrito por las leyes de allá, y que consistió en sostenerme en alto el pie derecho con la mano izquierda, al tiempo que me colocaba el dedo medio de la mano derecha en la coronilla y el pulgar en la punta de la oreja derecha.
Jonathan Swift (Los viajes de Gulliver)
Las hadas no vuelan cuando nacen. Los dragones no dominan el fuego. Las brujas como nosotras ni si quiera saben que son brujas. Todo se aprende. Solo necesitas una pizca de paciencia, un puñado de tenacidad y comerte la punta de una estrella fugaz.
Alice Kellen (Donde todo brilla)
Yo tengo miedo de todo. Y estoy loca. Como si tal vez piensas que estoy un poco loca, pero la gente sólo ve la punta del iceberg de la locura. Por debajo de esta apariencia de ligeramente loca y socialmente inepta, soy un completo desastre. - Cath, Fangirl.
Rainbow Rowell (Fangirl)
Decimos a los confusos, Conócete a ti mismo, como si conocerse a uno mismo no fuese la quinta y más dificultosa operación de las aritméticas humanas, decimos a los abúlicos, Querer es poder, como si las realidades atroces del mundo no se divirtiesen invirtiendo todos los días la posición relativa de los verbos, decimos a los indecisos, Empezar por el principio, como si ese principio fuese la punta siempre visible de un hilo mal enrollado del que basta tirar y seguir tirando para llegar a la otra punta, la del final,
José Saramago (La caverna)
Un bel libro, Marcus, non si valuta solo per le sue ultime parole, bensì sull'effetto cumulativo di tutte le parole che le hanno precedute. All'incirca mezzo secondo dopo aver finito il tuo libro, dopo averne letto l'ultima parola, il lettore deve sentirsi pervaso da un'emozione potente; per un istante, deve pensare soltanto a tutte le cose che ha appena letto, riguardare la copertina e sorridere con una punta di tristezza, perché sente che quei personaggi gli mancheranno. Un bel libro, Marcus, è un libro che dispiace aver finito.
Joël Dicker
Siamo mutanti, tutti, alcuni piu' evoluti, altri meno, c'e' chi e' un po' in ritardo, c'e' chi non si e' accorto di niente, chi fa tutto per istinto e chi e' consapevole, chi fa finta di non capire e chi non capira' mai, chi punta i piedi e chi corre all'impazzata in avanti.
Alessandro Baricco
It was another of Nostromo's triumphs, the greatest, the most enviable, the most sinister of all. In that true cry of undying passion that seemed to ring aloud from Punta Mala to Azuera and away to the bright line of the horizon, overhung by a big white cloud shining like a mass of solid silver, the genius of the magnificent Capataz de Cargadores dominated the dark gulf containing his conquests of treasure and love.
Joseph Conrad (Nostromo)
Vi a mi vida desarrollar ramas que se extendían ante mí como el árbol de higos del cuento. De la punta de cada rama, como un higo gordo y morado, me llamaba y guiñaba un hermoso futuro. Un higo era un esposo y un hogar feliz con hijos, otro higo era ser una poetisa famosa. Otro higo era ser una brillante profesora. Otro higo era Ee Gee (la maravillosa editora). Otro higo era Europa y África y América del Sur. Otro higo era Constantin y Sócrates y Attila y un montón de otros amantes con nombres raros y profesiones poco convencionales. Otro higo era un campeonato olímpico y debajo de éste y encima de los otros se extendían más higos que no alcancé a descifrar. Me vi a mí misma sentada al pie del árbol de higo, muerta de hambre porque no podía decidirme por uno de los higos. Los quería todos pero elegir uno significaba perder todos los demás y mientras me sentaba ahí sin poderme decidir, los higos comenzaron a arrugarse y a volverse negros para ir cayendo uno a uno ante mis pies.
Sylvia Plath (La campana de cristal)
Lolita, luce della mia vita, fuoco dei miei lombi. Mio peccato, anima mia. Lo-li-ta: la punta della lingua compie un percorso di tre passi sul palato per battere, al terzo, contro i denti. Lo. Li. Ta. Era Lo, semplicemente Lo al mattino, ritta nel suo metro e quarantasette con un calzino solo. Era Lola in pantaloni. Era Dolly a scuola. Era Dolores sulla linea tratteggiata dei documenti. Ma tra le mie braccia era sempre Lolita.
Vladimir Nabokov (Lolita)
—¿Addy? —Hay un tono ronco en su voz y cierro mis ojos con él. Juro que puedo ver la profundidad de su alma. —¿Si? —Quiero que sepas algo. —Está bien. Él ladea su cabeza, me da un suave beso en los labios. —Solo quiero que sepas que eres mi sol, mi luna y mis estrellas. Mi cielo, mi infierno y mi tierra. Haría cualquier cosa por ti. Iría a cualquier sitio por ti. Si alguna vez me dejas, te seguiré. —Nunca tendrás que seguirme porque nunca te voy a dejar. El amor por él quema dentro de mí como una vela romana. Las llamas son vibrantes, ardientes, y el humo que despliega de la punta es sofocante. Y a pesar de que siento que no puedo respirar, si esta es la forma en que Damien me hace sentir, espero no volver a respirar.
Lauren Hammond (Insanity (Asylum, #1))
Te pinto suave. —Colocó la punta sobre mi pectoral y trazó una línea recta. Y, desde entonces, supe que el verbo pintar era mi favorito, para nosotros significaba amar—. Te pinto fuerte. —Lo hizo con más potencia—. Te pinto con todos los colores. —Abrió los botes y metió los dedos para recorrer mi torso con las yemas—. Te pinto con todo mi ser. —Se quitó la sudadera y la camiseta y se embadurnó de pintura antes de impactar contra mí—. Te pinto porque soy tuya. —Deslizó sus dedos desde el tatuaje con los pájaros que volaban hasta mi corazón, anclándolos a él—. Y te pintaré siempre. Siempre, ¿me has entendido? Porque tú eres mi color favorito.
Alexandra Roma (El club de los eternos 27)
Ce ne stiamo in silenzio sotto quel cielo che ci guarda e chissà che pensa di noi. Ci sono sere in cui si vede a malapena una stella ma, se t'innamori, ne vedi tantissime, è come quando sei ubriaco e vedi doppio... stasera se ne vedono a g rappoli. "Carlo, ma le stelle quante sono?" Mi prende il dito e lo punta verso il cielo. "Una, due, tre, quattro"... Quando trovi l'amore puoi fare tutto, puoi anche contare le stelle. E quel cielo non è poi tanto distante e tanto nemico... Sono 351.
Giulia Carcasi (Ma le stelle quante sono)
La lengua de la mariposa es una trompa enroscada como un muelle de reloj. Si hay una flor que la atrae, la desenrolla y la mete en el cáliz para chupar. Cuando lleváis el dedo humedecido a un tarro de azúcar, ¿a qué sentís ya el dulce en la boca como si la yema fuese la punta de la lengua? Pues así es la lengua de la mariposa.
Manuel Rivas (Butterfly's Tongue)
«Non ti libererai così facilmente di me». Il suo sguardo. Oh mio Dio. Divenne puro, letale ghiaccio. Ne percepii la potenza scorrermi sulla pelle come una lama desiderosa di incidere, sporcarsi di rosso. Come un’entità maligna che mi permeava pian piano per risucchiarmi. Ora fu lui ad osservarmi la bocca, in un modo che mi tolse il fiato. Poi mi si avvicinò. Si chinò fino a sfiorarmi la punta del naso con la sua, e il suo respiro si fuse con il mio. «Suona come una minaccia, Nadyia», mormorò.
Chiara Cilli (Per Addestrarti (Blood Bonds, #4))
A lui?» Urlò Piton «Expecto Patronum!» Dalla punta della sua bacchetta affiorò la cerva d'argento: atterrò sul pavimento dell'ufficio, fece un balzo e si tuffò fuori dalla finestra. Silente la guardò volar via e quando il suo bagliore argenteo svanì si rivolse a Piton, con gli occhi pieni di lacrime. «Dopo tutto questo tempo?» «Sempre» rispose Piton.
J.K. Rowling (Harry Potter and the Deathly Hallows (Harry Potter, #7))
Anche abbandonarsi alla disperazione era un privilegio.
M. Maponi (Un affare per orecchie a punta)
El pecado de Judá escrito está con cincel de hierro, y con punta de diamante; esculpido está en la tabla de su corazón, y en los cuernos de vuestros altares;
Russell M. Stendal (Las Sagradas Escrituras (Jubilee Bible 2000))
A Einstein le ponía los pelos de punta cualquier forma de tiranía sobre las mentes libres, desde el nazismo hasta el estalinismo, pasando por el macartismo.
Walter Isaacson (Einstein: Su vida y su universo)
y Rema que tocaba un caracol con la punta del dedo, tan delicadamente que también su dedo tenía algo de caracol.
Julio Cortázar (Bestiario)
...los mapas sólo tienen dos puntas: el origen y el destino. Si sabemos ubicar en dónde estamos ahora, tendremos la mitad del éxito asegurado.
Héctor Domingo (Ficciones de domingo)
Me duele hasta la punta de las venas.
Federico García Lorca
Le storie che si scriveranno, i quadri che dipingeranno, le musiche che si comporranno, le stolte pazze e incomprensibili cose che tu dici, saranno pur sempre la punta massima dell'uomo, la sua autentica bandiera [...] quelle idiozie che tu dici saranno ancora la cosa che più ci distingue dalle bestie, non importa se supremamente inutili, forse anzi proprio per questo. Più ancora dell'atomica, dello sputnik, dei razzi intersiderali. E il giorno in cui quelle idiozie non si faranno più, gli uomini saranno diventati dei nudi miserabili vermi come ai tempi delle caverne.
Dino Buzzati (Le K)
Alzò una mano e l’accostò al suo viso, chiedendogli tacitamente il permesso. Lui irrigidì le spalle e rimase immobile, nello sguardo aveva la stessa sfida e la stessa supplica. Gli toccò il livido a lato dello zigomo, piano, con la punta di un dito e lui serrò le palpebre cosicché temette di avergli fatto male ed esitò a un soffio dalla sua pelle. Gabriel aprì gli occhi incontrando i suoi e allora lei sentì la mano muoversi per volontà propria, posarsi con delicatezza sulla sua guancia, le dita sfiorargli i capelli morbidi dietro l’orecchio. Aveva l’altra mano stretta a pugno talmente forte che le giunture le dolevano, il cuore sembrava sul punto di schiantarsi da un momento all'altro. Gabriel con un sospirò distolse il capo, gli occhi di nuovo chiusi, un’esitazione nella piega delle labbra che lo rese, per un momento, molto vulnerabile. «Per favore», le disse, turbato. «Allontanati». Sophia si posò una mano sulla bocca per reprimere una parola disperata e si ritrasse. «Perdonami, non sarei dovuta venire». Lui si alzò. «Perché sei qui? Se non è per compiacerti del tuo potere o per goderti le percosse dei tuoi amici, perché sei venuta?» Sophia scosse il capo. «Ho detto che mi dispiace». Chinò il capo, ma lui le posò sue dita sotto il mento e la indusse a guardarlo di nuovo. «È così, Sophia?», sussurrò. «Sei rimasta impigliata nella tua stessa rete?»
Virginia De Winter (L'ordine della penna (Black Friars, #2))
A veces, sin embargo, la soledad me punzaba el corazón. El agua que bebía, incluso el aire que respiraba, venían cargados de largas agujas de punta afilada. Las esquinas de las páginas del libro que sostenía en la mano me amenazaban con un destello blanco como filos de una navaja de afeitar. A las cuatro de la madrugada, cuando todo estaba en silencio, podía oír cómo crecían las raíces de mi soledad.
Haruki Murakami (Crónica del pájaro que da cuerda al mundo)
Lolita, luz de mi vida, fuego de mis entrañas. Pecado mío, alma mía. Lo-li-ta: la punta de la lengua emprende un viaje de tres pasos paladar abajo hasta apoyarse, en el tercero, en el borde de los dientes. Lo. Li. Ta.
Vladimir Nabokov (Lolita)
«Cambierò.» Sam quasi non riuscì a sentirlo, tanto era bassa la sua voce. «Mi comporterò meglio. Te lo prometto.» A Sam si strinse il cuore. Era quello il ragazzo che le piaceva, che l'aveva baciata fra le farfalle, che l'aveva protetta in una casa stregata. Gli si avvicinò, prendendo la mano di Mason fra le sue. Regolò il getto d'acqua per i fiori e si allontanò di un passo, sfiorando con la punta delle dita la pelle di Mason. «Ti prego »
Susan Moretto (Anormale)
Ahora me entregaré. Ahora me soltaré. Ahora por fin liberaré el retenido, el violentamente rechazado deseo de ser consumida. Juntos galoparemos por desiertas colinas, en las que la golondrina hunde las puntas de las alas en oscuras lagunas y las columnas erectas se conservan enteras. A la ola que se estrella en la playa, a la ola que lanza su blanca espuma hasta los más lejanos confines de la tierra, arrojo mis violetas, mi ofrenda a Percival
Virginia Woolf (The Waves)
Todo el que tenga ojos para ver y oídos para oír se convencerá de que ningún mortal es capaz de guardar un secreto. Si sus labios callan, habla por las puntas de los dedos; hasta el último de sus poros lo delata. SIGMUND FREUD,
Alex Michaelides (La paciente silenciosa)
Tutto quello che ci siamo confidati, tutte le notti insieme… Non siamo nemmeno amici per te?”. Una lacrima scivolò lungo il viso di Penny. Era molto peggio di quanto aveva temuto. “Io ti amo”. Valo raccolse la lacrima con la punta di un dito, stupito. “Non sapevo di poter provare un sentimento del genere, figurarsi per un essere umano! Volevo conoscerti, ma quello che hai dentro…”. “Estia”. Aveva sempre temuto che l’attrazione di Valo derivasse dal ricordo di sua madre. “No, tu, Penelope”. La fece tacere appoggiandole un dito sulle labbra. “Quello che sei tu. Non m’importa dell’energia che sei in grado di darmi. Mi sono innamorato di te”. Abbassò il dito ed intrecciò la mano alla sua.
Aurora R. Corsini (Bacio immortale (Bacio immortale, #1))
—Ellos tienen las espadas. —Lord Halliday sonrió mirándose las manos—. Nosotros tenemos todos los demás. Las cosas se igualan, no obstante, con una punta de acero en la garganta. —Todo el mundo vive a punta de espada —entonó Ferris.
Ellen Kushner (Swordspoint (Riverside, #1))
Si fuera un dios griego los condenaría a pasar el resto de sus vidas en una sala de reuniones con una vista hermosa, resolviendo un problema urgentísimo que se complica eternamente a punta de detalles insignificantes, fáciles de resolver.
Camilo Pino (Valle Zamuro)
n tutto quel fragore io sentii il suono della punta di bronzo che cadeva sul legno della tolda. E Aiace capì. Che quello era il mio giorno, e che gli dei erano con me. Indietreggiò, finalmente, lo fece, indietreggiò. E io salii su quella nave. E le diedi fuoco. E' in quelle fiamme che mi dovete ricordare. Ettore, lo sconfitto, lo dovete ricordare in piedi, sulla poppa di quella nave, circondato dal fuoco. Ettore, il morto trascinato da Achille per tre volte intorno alle mura della sua città, lo dovete ricordare vivo, e vittorioso, e splendente nelle sue armi d'argento e di bronzo. Ho imparato da una regina le parole che adesso mi sono rimaste e che voglio dire a voi: ricordatevi di me, ricordatevi di me, e dimenticate il mio destino. (Ettore, "Omero, Iliade")
Alessandro Baricco
-Estoy tratando de mantener el misterio - le dije. Él se rió entre dientes, y el sonido profundo recorrió mi cuerpo. Me moví más cerca de él, que besó la punta de mi nariz. - El misterio está sobrevalorado. Yo quiero conocer cada peca y cada curva tuya personalmente.
Jennifer L. Armentrout (Origin (Lux, #4))
«Io non mi sposo, se mi dici che mi ami e vuoi stare con me» azzardai, con il respiro strozzato in gola e le mani gelide per la tensione. Lui si volse verso di me. «Qui non si tratta di me, Serena» iniziò lui, ed ebbi un brivido di paura: non mi chiamava mai con il mio nome completo. «Non si tratta di Christian o di quello che provo per te. Se ti dicessi che ti amo e tu lo lasciassi e poi tra noi non funzionasse? La colpa sarebbe mia che ti ho portato via da lui.» «Non capisco» tentai di stimolarlo a spiegarsi meglio. «Tu devi lasciarlo perché vuoi farlo, non perché ci sono io di mezzo.» Il silenzio si fece pesante e denso. «Tu vuoi un figlio e vuoi sposarti, io questo non posso farlo» aggiunse lui dopo, distogliendo lo sguardo dal mio che si stava riempiendo di lacrime. «Ho paura di restare sola» bisbigliai. «Tutti abbiamo paura di restare soli, ma non si sposano solo per quel timore.» Pensai che avevo avuto ragione. Nico non sarebbe mai stato mio marito e forse non avremmo avuto dei bei bimbi cicciotti che correvano per casa, ero disposta a rinunciare a quello per lui? «Io sono innamorata di te, anche se non volevo accadesse. Ma tu cosa provi davvero per me?» Nico tornò a fissarmi. Era strano, sembrava assente e lontano, freddo come il ghiaccio e pericoloso come la punta di un coltello, e con quello sguardo mi colpì al cuore, dritto, affondando la lama sino all’impugnatura. «Sei importante per me». Tutto qui? Pensai subito. Solo quello, io ero importante, come poteva esserlo un cane o un animale domestico. Con le lacrime agli occhi guardai le fiamme spietate nei suoi occhi, fiamme che mi stavano divorando l’anima e tutti i sentimenti che avevo dentro. «Anche se provassi qualcosa per te, non te lo direi mai. Io sono così e sarò sempre così» aggiunse lui, poco dopo, scostandosi dal mio contatto, non solo da quello visivo. «Se devi piangere vai a farlo da un’altra parte, per favore» commentò lui, la voce fredda, priva di inflessioni che mi fece così male da farmi sentire i polmoni collassare. Tutto lì. Niente Addio, Serena, niente Chiamami quando starai meglio, niente Scusami, sono un cretino. Mi asciugai le lacrime dal viso, gli girai intorno, raccogliendo i miei vestiti che infilai velocemente e uscii dalla porta come ero entrata: sola.
Eilan Moon (Il mio lieto fine)
Los manifestantes miraron hacia arriba e irrumpieron en aplausos y vítores. Kenneth alzó la vista; Phillip y Stella parecieron percatarse entonces de que se habían convertido en el espectáculo romántico de la noche. Y el feliz protagonista, animado por el griterío, le dio a Stella un beso de película a la vez que alzaba al público dos dedos abiertos emulando el símbolo de la victoria. Aquello provocó un coro de silbidos. Kenneth sacudió la cabeza con desesperación. —Está claro que nunca seremos una empresa seria —dijo pateando una punta de cigarro que vio junto a su zapato.
Olivia Ardey (Delicias y secretos en Manhattan (Delicias y secretos en Manhattan, #1))
A Lucrezia nunca le han cortado el pelo desde el día en que nació: suelto, le llega a los tobillos, un bruñido río cobrizo que cae desde la cabeza hasta el suelo. Puede envolverse en él como si de un sudario se tratara. Puede esconder muchas cosas: suelto, a toda ella; recogido, flores, semillas e incluso pequeños animalillos. Cepillado, cobra vida, se transforma, se separa en zarcillos sinuosos cuyas puntas se levantan en el aire semejantes a hilos sueltos de telaraña. Cuando se lo peinan manos expertas, como ahora, se puede entretejer y sujetar en forma de corona o de halo.
Maggie O'Farrell (The Marriage Portrait)
«Non sono qui perché sono a pezzi, sono qui perché mi sento completo. Problematico, probabilmente immeritevole, ma completo. Non ho bisogno di te, ma ti voglio. Ti voglio.» La mia voce si era fatta roca in modo imbarazzante. «Da morire. E…» Un altro respiro, un altro respiro. «Forse ti amo. O potrei amarti. O potrei arrivare ad amarti.» Avvertii un brusco capogiro, come se fossi sul punto di svenire o se stessi perdendo sangue dal naso. «Occhessoio.» «Oh, bambi,» disse Darian sorridendo, «sei un sacco romanico.» Rimasi a fissarlo, stordito e terrorizzato. «Oh, Dio. Allora è vero. Mi sa che ti amo. Ti amo sul serio.» Risi, non senza una punta di isteria. «Ti amo.» «Già.» Darian annuì con espressione saggia. «Io l’avevo pensato che eri innamorato di me. E poi ho pensato di no. E poi ho pensato che non lo eri per niente. E poi ho pensato di nuovo che lo eri. È tutt’apposto, bambi.»
Alexis Hall (Glitterland (Spires, #1))
¡Es la cosa más encantadora de la creación! —¿El qué? ¿El amanecer? —¡Qué disparate! ¡No! ¡El escarabajo! Es de un brillante color dorado, aproximadamente del tamaño de una nuez, con dos manchas de un negro azabache: una, cerca de la punta posterior, y la segunda, algo más alargada, en la otra punta.
Edgar Allan Poe (El escarabajo de oro)
Kane si mosse lentamente, senza perdere il contatto visivo, e gli prese una mano tra le sue, portandosela al volto e strusciando piano la guancia contro di essa. «Ho capito che non ho paura di essere toccato da te,» percorse con il naso una delle linee che solcavano il palmo ruvido, inspirando il suo odore, «che mi piace quando lo fai.» Mathias aprì la bocca, come se faticasse a respirare, nonostante non ne avesse bisogno. Poi, quando Kane schiuse le labbra e lambì l’interno del suo pollice con la punta della lingua, una sorta di gemito gli uscì dalla gola. «Sai cosa stai facendo?» gli chiese con un sussurro. Kane sorrise. «Ti sto chiedendo di toccarmi,» leccò anche l’indice, «di farmi sentire vivo di nuovo,» il medio, «di avere cura di me,» l’anulare, «di non farmi male,» si fermò con le labbra a un soffio dal mignolo, «ti prego, non farmi male,» baciò la punta del dito a occhi chiusi. «Sono così stanco di soffrire.» «Mai.» Se un ringhio poteva essere dolce, quello di Mathias lo fu. «Non ti farei mai del male.»
Aurora R. Corsini (Pardus (Le luci dell'Eos, #1))
Prima tuo padre, che odorava di garofano e non me lo sono goduta neanche tre anni. Poi tuo fratello. E ti pare giusto, è mai possibile che una cosa piccola come una pistola o un coltello possa finire un uomo che è un toro? Non smetterei mai di parlarne. Passano i mesi e la disperazione mi brucia gli occhi e su su fino alla punta dei capelli.
Federico García Lorca (Bodas de sangre)
De no estarme prohibido descubrir los secretos de mi prisión, podría hacerte un relato cuya más insignificante palabra horrorizaría tu alma, helaría tu sangre joven, haría como estrellas saltar tus ojos de sus órbitas, y separaría tus compactos y enroscados bucles, poniendo de punta cada uno de tus cabellos como las púas del irritado puercoespín.
William Shakespeare (Hamlet)
que en verdad en verdad que muchas veces me paro a mirar a vuestra merced desde la punta del pie hasta el último cabello de la cabeza, y que veo más cosas para espantar que para enamorar; y, habiendo yo también oído decir que la hermosura es la primera y principal parte que enamora, no teniendo vuestra merced ninguna, no sé yo de qué se enamoró la pobre.
Miguel de Cervantes Saavedra (Don Quijote)
Cuando dos personas se casan jóvenes, Jeffers, todo nace de la raíz compartida de su juventud y es imposible decir qué parte es de uno y cuál de la otra persona. Por eso, cuando esas dos personas intentan separarse, el corte afecta desde la raíz hasta la punta de las ramas, y el proceso se convierte en una carnicería que parece dejar a la persona reducida a la mitad de lo que era antes. Pero cuando uno se casa más tarde, la relación es más parecida al encuentro de dos cosas distintas ya formadas, a una especie de choque de la una con la otra, parecido a dos masas de tierra que chocan y se fusionan la una con la otra a o largo del tiempo geológico, dejando la dramática costura de las cordilleras como prueba de su fusión.
Rachel Cusk (Second Place)
Quando Philip guardò nella nostra direzione, Sarah lo salutò con la mano. Invece di seguire i suoi compagni di squadra, si fece strada per raggiungerci. Lunghe falcate, la schiena leggermente incurvata. [...] Sarah si alzò sulla punta dei piedi per baciarlo, e non potei fare a meno di chiedermi se la schiena incurvata di Philip fosse un adattamento al matrimonio.
Pip Williams (The Dictionary of Lost Words)
Desde el amanecer grupos de curiosos, impulsados por el rumor, se acercaron al montón de piedras que marcaban el lugar del asesinato de Madero y Pino Suárez en el exterior de la Penitenciaría para retratarse frente a él (...) Probablemente ni ellos ni los asesinos sabían que Madero era de familia de ricos hacendados pero curaba a los peones de su hacienda con homeopatía;vestía frac en las recepciones oficiales, pero se mordía la punta de los dedos sobre los guantes blancos; que su máxima pasión como presidente eran las largas cabalgatas por el bosque de Chapultepec; que se comunicaba con los espíritus aunque no le contestaran y que casi todos los mexicanos, o al menos muchos de ellos, sabían que era más bueno que el pan.
Paco Ignacio Taibo II
Aspettava da se stessa il sovrumano e dalla vita l'infinito. Ciò dava uno splendore di conquista ai suoi occhi, la forza al suo corpo fragile e finemente modellato, la bellezza ai suoi lineamenti rigidi. Ma ciò la rendeva vuota e fredda fino alla durezza, suscettibile fino alla punta delle dita e, come tutti gli orgogliosi, indifesa come un bambino nel profondo del suo cuore
Ernst Weiss (Franziska (Pushkin Collection))
-"Explícale la sensación del rojo a alguien que nunca lo ha visto, maestro. -Si lo tocáramos con la punta de un dedo sería entre el hierro y el cobre. Si lo cogiéramos en la mano, quemaría. Si lo porbáramos tendría un sabor pleno como de carne salada. Si nos lo lleváramos a la boca, nos la llenaría. Si lo oliéramos, olería a caballo. Si oliera como una flor se parecería a una margarita, no a una rosa roja
Orhan Pamuk
Sin quitarme los ojos de encima, acercó aún más su pupitre. - ¿Sabes una cosa? - ¿Qué? - Que he entrado en tu blog. Ay, Dios. ¿Cómo lo había encontrado? Un momento; la pregunta que debía hacerme era la siguiente: ¿por qué lo había encontrado? Mi blog no podía buscarse a través de Google...Estaba flipando en colores. - Ya estás acosándome otra vez, ¿no? ¿Tengo que llamar a la poli para que te ponga una orden de alejamiento? - Ni en sueños, gatita - Sonrió - Ah, espera, que ya salgo en ellos, ¿verdad? Puse los ojos en blanco. - Más bien apareces en mis pesadillas, Daemon. (pág.154) - ¿Me estás preguntando si me atraen las humanas? - dijo. El pelo le caía hacia delante en ondas. Unas gotitas de agua le recorrían los mechones y acababan salpicándome la mejilla - ¿O si eres tú la que me atrae? Con las manos apoyadas en la roca, fue acercándose a mí lentamente. Muy pronto nos separaban sólo unos milímetros...Sentía su respiración como si fuera la mía, y cuando movió las caderas abrí los ojos y ahogué un grito. Vaya que si funcionaba la cosa...Me despejó la duda de un plumazo. (pág. 240) - Sí que es importante el helado - dije. - Es mi vida entera.- Dee tiró el monedero a Daemon, pero erró el objetivo - ¡Y tú me lo has quitado! (pág. 258 NUNCA TE METAS ENTRE DEE Y SU COMIDA, Y MENOS SI SE TRATA DE HELADO) - ¿Lo estás pasando bien con...Ash? - ¿Y tú con tu amiguito el pulpo? Me mordí el larbio. - Qué simpático eres, como siempre. ... - Estás...muy guapa, por cierto. Demasiado guapa para estar con ese idiota. Me sonrojé y bajé la vista. - ¿Te has tomado algo? - Pues no, la verdad. ¿Por qué me lo preguntas, si puede saberse? - Porque nunca me dices nada agradable. - Touché. (pág. 303) - Recuérdame...que no te haga enfadar nunca más ¡La leche! ¿Eres agente secreto en tus ratos libres? ... Me recorrió la espalda con sus brazos y hundió una mano en los rizos que se me habían soltado del moño. - No me has hecho caso - susurró contra mi hombro. - Nunca te hago caso. (pág. 327) Daemon murmuró algo en un idioma desconocido. Era una lengua dulce y bonita. Mágica. De otro planeta. Podría haberlo despertado, pero no lo hice sin saber demasiado bien por qué. La emoción que sentía por el contacto con su piel era más fuerte que todo lo demás. Daemon tenía una mano en el borde de mi camiseta, y los dedos encima del pedazo de piel que había entre el borde de la camiseta y la cinturilla de los pantalones de pijama. La mano empezaba a abrirse paso por debajo de la camiseta, a través de mi estómago, en la parte en que este empieza a descender. El pulso se me desbocó. Me rozó las costillas con la punta de los dedos. Su cuerpo se movió y sentí su rodilla contra mí. (pág. 338) O.O o_O OMG - Gatita - Ni aunque fueras el último ser con aspecto humano sobre la faz de la Tierra ¿Ahora lo entiendes? ¿Capiche? ... - Ademñas, no me atraes nada - Mentira podrida - Pero vamos, nada de nada. Eres... De repente Daemon estaba delante de mí, a apenas un centímetro de mi rostro. - ¿Qué soy? - Ignorante -¿Y qué más? - Prepotente, controlador...-...- Y un...cretino. - Venga ya, gatita, seguro que puedes hacerlo mejor - ... - Todavía no me creo que no te sientas atraída por mí. (pág. 360) - Seguro que hasta sueñas conmigo - Bajó la vista hacia mis labios y sentí que se despegaban - Seguro que escribes mi nombre en tus libretas, una y otra vez, rodeado por un corazoncito. Me reí. - En tus sueños, Daemon. Eres la última persona a la que... Daemon me besó (pág.361) Una sonrisa pícara se le asomó a los labios. - ¿Te das cuenta de que me encantan los retos? Me reí entre dientes y me volví hacia la puerta mientras le dedicaba un gesto grosero con el dedo corazón. - Y a mí, Daemon; y a mí. (pág. 414)
Jennifer L. Armentrout (Obsidian (Lux, #1))
E’ difficile parlare dell’importanza di un eroe immaginario. Ma gli eroi sono importanti. Gli eroi ci dicono qualcosa di noi stessi. I libri di storia ci dicono cosa siamo soliti essere, i documentari ci dicono chi siamo ora, ma gli eroi ci dicono chi vogliamo essere. E molti dei nostri eroi mi deprimono. Quando hanno creato questo particolare eroe, non gli hanno dato una pistola, gli hanno dato un cacciavite per sistemare le cose. Non gli hanno dato un carro armato o una nave da guerra o un X-Wing, gli hanno dato una cabina telefonica per poterlo chiamare in caso di pericolo. E non gli hanno dato un superpotere o delle orecchie a punta o un raggio laser, gli hanno dato un cuore in più. Gli hanno dato due cuori. E questa è una cosa straordinaria. Non ci sarà mai un tempo in cui non avremo bisogno di un eroe come il Dottore.
Steven Moffat
Dai, vieni mio albero in fiore, stasera spegneremo la luce e sui tuoi boccioli poserò gli occhiali. Con la punta dei rami segnerai la volta celeste e scuoterai il tronco invisibile che sostiene la luna. Nuovi sogni cadranno ai nostri piedi come neve tiepida. Pianterai a terra le tue radici a forma di tacchi a spillo, che faranno saldamente presa. Lascia che mi arrampichi sul tuo cuore di bambù, voglio dormire accanto a te.
Mathias Malzieu (La Mécanique du cœur)
Luisa, es peligroso pasar días enteros con la cabeza abatida sobre el pecho, las manos inertes, la mirada vaga; es peligroso buscar las avenidas sombrías y no participar de las diversiones que regocijan los corazones de las las jóvenes; es peligroso, Luisa, escribir con a punta del pie; como sueles hacer, sobre la arena, letras que, por más que te apresures a borrarlas; siempre aparecen por debajo del talón, principalmente cuando esas letras se asemejan más a una L que a una B; es peligroso, en fin, forjarse allá en la mente mil extrañas ilusiones, fruto de la soledad y de los dolores de cabeza; esas ilusiones socavan las mejillas de una pobre muchacha al mismo tiempo que su cerebro, y no es cosa rara ver en esas ocasiones a una persona de amable y risueño trato volverse taciturna y fastidiosa, y a la de más talento convertida en una imbécil.
Alexandre Dumas (Le Vicomte de Bragelonne I)
—¿Puedo ayudarle en algo más, padre? —preguntó solícita con los ojos bañados en lágrimas. —Sí, hija, sí. Descansa durante la tarde. No puedes permitirte el lujo de llorar por un difunto. —Lo haré, padre —respondió con media sonrisa y, a continuación, arqueó con suavidad las puntas de los pies sobre sus talones para avanzar con los libros hacia la habitación del general. Luego, en soledad, dejó de sonreír. Y lloró. Lloró por su difunto.
Jordi Balaguer (La maldición de Gryal (El amante de la luna, #1-2))
Questo ti assomiglia veramente tanto — disse a Noah, appoggiandosi a lui con tutto il peso del corpo.— La mia ragazza ha molto talento — replicò Noah. Il mio cuore smise di battere.Il cuore di Anna smise di battere E venne da me. — Andiamo — mi ordinò dolcemente quando fu al mio fianco. Il suo corpo mi sfiorò la spalla e un braccio in modo protettivo. E poi mi tese la mano.Volevo prenderla, e volevo sputare in faccia ad Anna, e volevo baciarlo, e volevo dare un calcio nelle parti basse a Aiden Davis. Ma gli sforzi compiuti da mamma e papà per fare di me una persona civile dimostrarono di essere andati a buon fine, così mi limitai a sfidare Anna solo con il pensiero, e tutti gli altri a rispondere a questo gesto: intrecciai le mie dita a quelle di Noah. Sentii una scarica elettrica andare dalla punta delle dita alla cavità in cui in teoria, fino a un attimo prima, c’era il mio stomaco.E fu così che divenni completamente, totalmente, interamente Sua
Michelle Hodkin (The Unbecoming of Mara Dyer (Mara Dyer, #1))
Biddanoa cumenzàt cun d’unu suspiru. Fut su suspiru de chini, apustis de nd’èssi calau ’e su trenu in punta ’e mesudì, ndi bessìat de su fossu accantu fut sa stazioni e dda bìat di attesu, sa bidda, in artu in d’unu monti, e bìat s’arziàda mala chi fut abettendiddu po ci arribai. Is domus, bias de cussa distànzia, parìant allìgras, iscaringiàdas a arrìri, cun cuddu biancu a ingìriu de gennas e ventanas che una miràda beffiana ghettàda a is chi fùanta sudendu in s’ùrtimu trettu ’e s’arziadróxu chi acabàda in Cuccuru ’e Callia.
Benvenuto Lobina (Po cantu Biddanoa)
Mi sento liquefatta, come un cetriolo dimenticato nel cassetto della verdura, e ho solo voglia di buttarmi nella spazzatura tenendomi il più possibile in punta di dita. Chi è questo sacco di melassa che finge di essere me? Intollerabile. Se Karou riesce a partire alla ricerca della gente più tremenda per rubargli i desideri, figurarsi se io non riesco a incontrare un maledetto ragazzo. Sono una fata idrofoba. Sono una pianta carnivora. Sono Zuzana. E il ragazzo del violino non avrà seppure il tempo di capire chi gli è piombato addosso.
Laini Taylor (Night of Cake & Puppets (Daughter of Smoke & Bone, #1.5))
Amanece en México. Millones de ciudadanos se preparan para otra ardua jornada laboral. Un controlados aéreo de la torre del Aeropuerto Internacional Benito Juárez de la Ciudad de México entrega su turno después de una noche más de eficaz trabajo cumplido. Un agricultor del valle de Culiacán, granero de México, prepara su sistema de riego con tecnología de punta. Una ingeniera atómica controla impolutamente los desechos de uranio altamente enriquecidos de la central nuclear de Laguna Verde. Un empresario de Monterrey termina una conference call con sus socios del Lejano Oriente. En un hotel del Caribe, la recepcionista despierta puntualmente a los turistas de las habitaciones que así se lo han pedido. Los hospitales trabajan. Las escuelas inician labores. La basura se recoge. El agua corre por las cañerías. La luz se enciende. Los teatros dan la tercera llamada. En el campo, millones de manos ya están sobre el surco y los empleados de la periferia de las grandes ciudades se desplazan hacia sus centros de trabajo. Una monumental energía humana echa a andar un día más la undécima potencia económica del planeta.
Ricardo Cayuela Gally
Observad cómo se rodea de vigilancia y de baluarte a las doncellas. No tienen los conventos muros bastante altos; las madres, cerraduras bastante seguras; la religión, deberes bastante frecuentes para encerrar a todas esas encantadoras aves en su jaula, a la cual no se toma uno el trabajo de arrojar flores. Por su cuenta, ellas deben de desear ese mundo que se les oculta, deben de creerlo tentador, deben de escuchar la primera voz que a través de los alambres viene a contarle sus secretos y de bendecir la mano primera que levanta una punta del velo misterioso.
Alexandre Dumas fils (La Dama de Las Camelias)
—Ella no significa nada para mí. —La voz de Dank envió un hormigueo por mi cuello y en mi pecho—. Nunca te mentiría, Pagan. —dijo, con urgencia, contra mi oreja. Abrí los ojos para mirar hacia él, con ganas de ver el azul de sus ojos. Sus labios rozaron la punta de mi oreja e hizo un sendero hasta mi cara. Ambas manos se apoderaron de mi cintura tirando de mí con fuerza, contra su cuerpo—. Tú me tientas. No puedo caer en la tentación.No estoy hecho para ser tentado pero, Pagan Moore, me tientas. Desde el momento en que vine por ti me atrajiste. Todo acerca de ti... —Una de sus manos que se posaba en la parte izquierda de mi cintura, se trasladó hasta acariciar suavemente mi brazo—. Tú me vuelves loco de necesidad. De deseo. No lo entendía al principio. Pero ahora lo sé. Es tu alma llamándome. Las almas no significan nada para mí. No se supone que deban. Pero la tuya se ha convertido en mi obsesión. —Bajó la cabeza a mi hombro y me besó en la curva de mi cuello. Su mano se movió por debajo de mi camisa y el calor de la palma de su mano descansaba sobre mi vientre desnudo. Un pulso de calor se apoderó de mí y me apretó fuertemente contra él para que no me cayera—. Quiero matar a ese chico cada vez que veo sus manos sobre ti. —Besó el camino hasta mi cuello y arqueé mi cuello en respuesta a darle un mejor acceso. Nada se había sentido así. Su tacto era como una droga—. Quiero arrancar los brazos de su cuerpo para que no te pueda tocar de nuevo. —Un gruñido bajo, familiar vibraba en mi espalda—. Pero no puedo tenerte, Pagan. No estás hecha para mí. —Su voz sonaba torturada. Quería consolarlo. Él me reclamó también. De alguna manera, había entrado en mi mundo y se había convertido en el centro del mismo.
Abbi Glines (Existence (Existence, #1))
Para alguien que no se haya fijado nunca en que existen botas con la punta redonda y otras realmente puntiagudas, y que además hay botas de cuero bueno y otras que parecen de plástico, y que sobre todo existen botas de serpiente pitón que son la cosa más bonita del mundo y que nada más verlas se le van a uno los ojos, sin remedio, y se marea y se siente que no se puede ser feliz ni nada parecido, ni siquiera estar contento, si no va uno por el mundo dentro de esas botas, para el que no sepa nada de esto, lo que sigue y lo de antes y toda esta maldita historia le parecerá una cosa de locos.
Ray Loriga
extraordinariamente pequeños (caben holgadamente en la punta de un alfiler) que utilizan la misma tecnología de grabado que se emplea en Silicon Valley, la cual permite imprimir cientos de millones de transistores en una oblea del tamaño de una uña. Una máquina sofisticada, con engranajes, palancas, poleas e incluso motores, puede ocupar menos que el punto que cierra esta frase. Algún día, un cirujano podrá ponerse un casco de telepatía y controlar con él, mediante conexión inalámbrica, un submarino con sistemas micro-electro mecánicos para realizar una operación quirúrgica desde el interior.
Michio Kaku (El futuro de nuestra mente: El reto científico para entender, mejorar, y fortalecer nuestra mente (Spanish Edition))
Recordó la vez que pescó a la hembra de una pareja de peces espada. El macho siempre deja que la hembra coma primero, y ella, al morder el anzuelo, se debatió en una batalla salvaje, desesperada y llena de pánico que pronto la agotó. Todo el tiempo el macho se quedó con ella, cruzando el sedal y haciendo círculos en torno de su pareja en la superficie. Se hallaba tan próximo que el viejo había tenido temor de que cortara la cuerda con la cola, que era afilada como guadaña y casi de esa forma y tamaño. El viejo le metió el garfio, le dio golpes, la prendió de la espada, de borde como lija y la aporreó en la punta de la cabeza hasta que su color se volvió casi como el del respaldo de un espejo, y entonces, con la ayuda del muchacho, la elevó para ponerla a bordo. El macho se quedó a un costado del bote. Después, cuando el viejo limpiaba los cordeles y preparaba el arpón, el macho saltó muy alto en el aire, junto al bote, para ver dónde había quedado su pareja, y finalmente se sumergió en lo más profundo, con las alas azul-rojizas, que eran sus aletas pectorales, desplegadas a lo ancho y con todas las franjas del mismo color a la vista. "Era hermoso-recordó el viejo- y se quedó hasta el final".
Ernest Hemingway (The Old Man and the Sea)
Algo. En estos días, tienes que ser "algo" con alguien si no quieres ser "nada" con alguien. Por lo mismo, nuestra "relación", si es que puede llamársele "relación" a lo que teníamos, bueh, podía decirse que era clandestina. Poco nos importaba, sin embargo, lo que dijeran los demás. Porque nos teníamos. Nos teníamos y no nos íbamos a dejar ir (...) El consenso entre las diferentes voces que opinaban en mi cabeza había sido atribuir su conducta a las hormonas, pero yo le concedía todas las razones a la voluntad. Veloe era quien era porque así quería ser. Lo que comenzó como una inocente comida de vengan-a-conocer-a-mi-nuevo-novio, se transformó en un "cándido afecto" que, con el paso de los meses, se convirtió en un "frondoso encanto", el cual terminaría en una "loca infatuación". Un año después de subirme a aquel elevador, Veloe y yo nos amábamos hasta las lágrimas. Dicen que a las mujeres no hay que entenderlas sino amarlas, y en verdad que su amable y atento servidor no podría estar en desacuerdo con esa sagrada afirmación; pero yo no sólo amaba a Veloe, sino que la leía. Aprendí a leer a Veloe como a nadie; podía leerla con la tibia luz de la lámpara de la mesa de noche o con el sol quemante de las playas de Oaxaca, tirado en un camastro, cavando surcos en la arena con los pies. Podía leerla en el tren subterráneo, rodeado de parroquianos, o en la paz de la santa capilla, tirado en la alfombra, de pie o sentado, de cabeza o sobre las puntas de los dedos, exhausto o recién levantado, en ayunas, después de una pesada comida, lejos, en braille o con letra script. Entendí que es cosa complicada aprender a leer a una mujer, y que es tarea que puede extenderse por años. Por vidas enteras. Algunas mujeres son libros pequeños, de bolsillo, fácilmente manejables. Otras son pesados, de pasta dura, con el gramaje grueso y poco amable con los dedos. Algunas tienen prólogo y otras epílogo, y unas cuantas ambos. Algunas carecen de forros o están deshojadas. Nadie puede leer a todas las mujeres del mundo así como nadie puede leer todos los libros del mundo. Y del mismo modo que, dicen los románticos, ciertos libros nos escogen, algunas mujeres nos eligen, en silencio, y esperan a que las leamos... -Pixie (3) de Ruy Xoconostle W. (fragmento)
Ruy Xoconostle W. (Pixie 3)
–Todos soñamos con volver. Es difícil de explicar. Yo no volvería ni loco. Pero sueño con volver –hice una pausa–. Ustedes también. –¿Nosotros? –Los que nunca estuvieron. ¿Para qué nos buscan, si no? Nos buscan y nos tienen miedo. Suponen que sabemos algo, que no les queremos decir, y que ustedes no quieren saber; nos envidian porque conocemos el camino y temen que se los revelemos. Dejamos un espacio preciso cuando nos fuimos, pero allá cambiamos de forma, y al volver ya no encajábamos, por más vueltas que nos dieran, en el rompecabezas; volvimos diez mil iluminados, locos, profetas malditos, y ahí andamos, sueltos por las cuatro puntas del país, hablando un idioma que nadie entiende, haciendo como que trabajamos, jugamos al fútbol, cogemos, pero nunca del todo, en algún lugar sabiendo siempre que algo nuestro valioso e indefinible quedó enterrado allá. En sueños, al menos, todos volvemos a buscarlo. ¿Entendés? No es el criminal el que vuelve al lugar del crimen. Es la víctima, bajo la tiránica esperanza de cambiar ese resultado injusto que la dañó. Andá a preguntarle a los ingleses. ¿Cuántos te crees que quieren volver? Somos nosotros, los perdedores, los triturados, los que gritamos “volveremos volveremos” cada vez que hay alguien que quiera escuchar. ¿Qué puede interesarle la revancha al ganador? El infierno nos marcó de tal manera que creemos que volviendo lo haremos paraíso, y a la noche nos despertamos llamando papá a los demonios que nos clavaban arpones riendo. ¿Sabés por qué todavía, diez años después, seguimos disfrazándonos de esta manera, reuniéndonos para organizar expediciones imposibles, reconstruyendo hasta el segundo cada uno de aquellos días que lo mejor sería olvidar? Estamos infectados, entendés, las llevamos en la sangre y nos morimos de a poco, como los chagásicos. ¿No las viste, que son iguales a pólipos? Cada año que pasa, se extienden un poco más, como esas manchas en la pared. Trauma de guerra, trauma de guerra, no es tan fácil. Estamos enamorados hasta la médula, y las odiamos. Fetichistas, adoramos una foto, una silueta, una bota vieja. No es verdad que hubo sobrevivientes. En el corazón de cada uno hay dos pedazos arrancados, y cada mordisco tiene la forma exacta de Las Islas. Tratamos de llenarlos con las cosas de acá, pero es como taparlos con estopa. ¿Sabés cuántos de nosotros nos suicidamos por ese amor?
Carlos Gamerro (Las islas)
Vi la vida ramificándose ante mí igual que la higuera verde del cuento. De la punta de cada rama, como un suculento higo morado, un futuro maravilloso me atraía y me tentaba. Un higo era un marido y un hogar feliz y niños, y otro higo era una poeta famosa, y otro higo una profesora brillante, y otro higo era E.G., la fantástica editora, y otro higo era Europa y África y Sudamérica, y otro higo era Constantin y Socrates y Attila y un pelotón de otros amantes con nombres curiosos y profesiones estrafalarias, y otro higo era una campeona olímpica de remo, y más allá y por encima de esos higos había muchos más que no acertaba a distinguir. Me vi sentada en la horcadura de esa higuera, muriendo de hambre solo porque no podía decidir cuál de los higos deseaba. Los quería todos, pero elegir uno significaba perder los demás, y mientras permanecía allí sentada, incapaz de decidirme, los higos empezaban a arrugarse y a ponerse negros, y uno por uno caían en el suelo a mis pies.
Sylvia Plath (The Bell Jar)
Non ha senso entrare in contatto così con una persona e poi andare via. Non lo capisco. Lo strano è che io sono un asociale, ma quando entro in contatto con uno sconosciuto – anche se si tratta solo di un sorriso o di un cenno con la mano, che non credo sia considerato un vero contatto ma per me lo è – mi sembra che dopo non possiamo andarcene ognuno per la sua strada come se niente fosse. (...) Immagino la sua vita come una piramide, un iceberg di cui vedo solo la punta, la punta minuscola, ma sotto la superficie la piramide si allarga, si allarga verso il basso e nel passato, sempre più indietro, tutta la vita gli sta sotto, gli sta dentro, le mille cose che gli sono successe, e il risultato è quel momento, quel secondo in cui mi ha sorriso. (…) Credo che sia questo a farmi paura: la casualità di tutto. Persone che per te potrebbero essere importanti, ti passano accanto e se ne vanno. E tu fai altrettanto. Come si fa a saperlo? (…) Andandomene mi sembrava di abbandonarlo, di passar la vita, giorno dopo giorno, a abbandonare la gente.
Peter Cameron
Linda's black figure detached itself upright on the light of the lantern with her arms raised above her head as though she were going to throw herself over. "It is I who loved you," she whispered, with a face as set and white as marble in the moonlight. "I! Only I! She will forget thee, killed miserably for her pretty face. I cannot understand. I cannot understand. But I shall never forget thee. Never!" She stood silent and still, collecting her strength to throw all her fidelity, her pain, bewilderment, and despair into one great cry. "Never! Gian' Battista!" Dr. Monygham, pulling round in the police-galley, heard the name pass over his head. It was another of Nostromo's triumphs, the greatest, the most enviable, the most sinister of all. In that true cry of undying passion that seemed to ring aloud from Punta Mala to Azuera and away to the bright line of the horizon, overhung by a big white cloud shining like a mass of solid silver, the genius of the magnificent Capataz de Cargadores dominated the dark gulf containing his conquests of treasure and love.
Joseph Conrad (Nostromo)
È dolce o amara? – È amara, ma ti farà bene. – Se è amara, non la voglio. – Da' retta a me: bevila. – A me l'amaro non mi piace. – Bevila: e quando l'avrai bevuta, ti darò una pallina di zucchero, per rifarti la bocca. – Dov'è la pallina di zucchero? – Eccola qui – disse la Fata, tirandola fuori da una zuccheriera d'oro. – Prima voglio la pallina di zucchero, e poi beverò quell'acquaccia amara.. – Me lo prometti? – Sì... La Fata gli dette la pallina, e Pinocchio, dopo averla sgranocchiata e ingoiata in un attimo, disse leccandosi i labbri: – Bella cosa se anche lo zucchero fosse una medicina!... Mi purgherei tutti i giorni. – Ora mantieni la promessa e bevi queste poche gocciole d'acqua, che ti renderanno la salute. Pinocchio prese di mala voglia il bicchiere in mano e vi ficcò dentro la punta del naso: poi se l'accostò alla bocca: poi tornò a ficcarci la punta del naso: finalmente disse: – È troppo amara! troppo amara! Io non la posso bere. – Come fai a dirlo, se non l'hai nemmeno assaggiata? – Me lo figuro! L'ho sentita all'odore. Voglio prima un'altra pallina di zucchero... e poi la beverò!...
Carlo Collodi (Le avventure di Pinocchio)
Lo cierto es que al volverse nuestra mente más estrecha de miras, menos permeable a la novedad, y al glorificar la repetición, nos estamos empobreciendo. Qué impactante descubrir que al llegar a los 40 ya te han bañado en bronce y colocado en la repisa de la chimenea, que ya existen instituciones sociales como las emisoras de radio de melodías ya pasadas de moda, cuya mera existencia te confirma que ya no estás donde está la cultura. Si ahí fuera hay un mundo rico, vibrante, nuevo, no debería ser solo para que los veinteañeros lo exploren únicamente por el placer de explorarlo. Sea lo que sea lo que nos hace rechazar lo novedoso, creo que tal vez valga la pena luchar un poco, aunque signifique renunciar a Bob Marley de vez en cuando. Pero existe una consecuencia en última instancia más importante de esta cerrazón. Cuando veo a alguno de mis mejores estudiantes excitarse por una causa, cuando los veo dispuestos a irse a la otra punta del planeta para asistir a leprosos en el Congo, o irse a la otra punta de la ciudad para enseñar a leer a algún chaval de barrio, recuerdo: hubo un tiempo en que era mucho más fácil ser así. Tener una mente abierta es un requisito para tener un corazón abierto.
Robert M. Sapolsky (Monkeyluv: And Other Essays on Our Lives as Animals)
— ¡Crueldad notoria! —dijo Sancho—. ¡Desagradecimiento inaudito! Yo de mí sé decir que me rindiera y avasallara la más mínima razón amorosa suya. ¡Hideputa, y qué corazón de mármol, qué entrañas de bronce y qué alma de argamasa! Pero no puedo pensar qué es lo que vio esta doncella en vuestra merced que así la rindiese y avasallase: qué gala, qué brío, qué donaire, qué rostro, que cada cosa por sí déstas, o todas juntas, le enamoraron; que en verdad en verdad que muchas veces me paro a mirar a vuestra merced desde la punta del pie hasta el último cabello de la cabeza, y que veo más cosas para espantar que para enamorar; y, habiendo yo también oído decir que la hermosura es la primera y principal parte que enamora, no teniendo vuestra merced ninguna, no sé yo de qué se enamoró la pobre. — Advierte, Sancho —respondió don Quijote—, que hay dos maneras de hermosura: una del alma y otra del cuerpo; la del alma campea y se muestra en el entendimiento, en la honestidad, en el buen proceder, en la liberalidad y en la buena crianza, y todas estas partes caben y pueden estar en un hombre feo; y cuando se pone la mira en esta hermosura, y no en la del cuerpo, suele nacer el amor con ímpetu y con ventajas. Yo, Sancho, bien veo que no soy hermoso, pero también conozco que no soy disforme; y bástale a un hombre de bien no ser monstruo para ser bien querido, como tenga los dotes del alma que te he dicho.
Miguel de Cervantes Saavedra (Don Quijote de la Mancha (Spanish Edition))
Continuo a chiedermi come paragonare questa prigione dove vivo al resto del mondo, e siccome il mondo è pieno di gente e qui non c'è anima viva, fuori che me, non posso farlo. Pure, continuo a battere su quel chiodo. La mia immaginazione farà da femmina al mio spirito, il mio spirito è il maschio, e fra tutti e due concepiranno una generazione di pensieri prolifici, e saranno essi a popolare questo microcosmo di personaggi irrequieti quanto la gente di questo mondo: poiché nessun pensiero è mai contento. I migliori, come i pensieri del divino, sono frammisti ai dubbi: tali da mettere il Verbo stesso in conflitto col Verbo. Come "Venite, pargoli"; oppure ancora "È difficile per un cammello passare per la cruna d'un ago". I pensieri che spronano all'ambizione, progettano imprese irrealizzabili: come queste vane, fragili unghie possano aprirsi una breccia tra le strutture granitiche di questo duro universo - le mura scabre della mia prigione. E poiché non possono, si annullano nella loro superbia. I pensieri che aspirano alla rassegnazione si consolano di non essere i primi, fra gli schiavi della Fortuna, e neppure gli ultimi: come stolti mendichi che, inchiodati alla gogna, si sentono meno umiliati perché è toccato a tanti, e toccherà a tanti altri. E in questo pensiero trovano una sorta di sollievo, caricando le proprie sventure sul dosso di quelli che prima di loro ebbero simile sorte. Così io recito in un sol personaggio la parte di molti: e nessuno contento. Qualche volta faccio il re: allora il tradimento mi fa sospirare di essere un poveraccio - ed io tale divento. Poi però l'opprimente miseria mi convince che me la passavo meglio da re. Ed eccomi rimesso sul trono: solo che di lì a poco mi vedo bello e detronizzato da Bolingbroke, e subito non sono più nulla. Ma chiunque io sia, né io né alcun uomo che possa dirsi uomo sarà contento di nulla finché non avrà il sollievo di non esser più nulla. Suono di musica. Sento della musica. Ah, ah! Andate a tempo! Come è aspra la dolce musica quando non tiene il ritmo e non rispetta il tempo. Così è per la musica delle umane vite: e qui io ho un orecchio talmente affinato da avvertire la stonatura in una corda non bene accordata. Ma per accordare il mio regno ai bisogni del tempo, non ebbi orecchio da avvertire le mie stonature. Ho fatto pessimo uso del tempo, e il tempo fa pessimo uso di me, ché ora il tempo ha fatto di me il suo orologio. I miei pensieri sono minuti, che i miei sospiri vanno ritmando sul quadrante dei miei occhi; mentre il mio dito, come la punta della lancetta, continua a segnare il tempo, nettandoli delle lacrime. Ora, signore, il suono che indica lo scadere dell'ora è il clamore dei gemiti che mi squassano il cuore - che è la campana. Così sospiri, e lacrime, e gemiti, scandiscono i minuti, i quarti e le ore; mentre il tempo mio va galoppando a portare la gioia del superbo Bolingbroke, e io me ne sto qui a fare il pupazzo, a guardia del suo orologio. Questa musica mi fa uscir di senno. Fatela smettere! Può darsi abbia ricondotto dei folli a rinsavire, ma io dico che può portare chi è savio alla follia. Pure, benedetta l'anima buona che me la infligge, poiché essa è segno d'affetto, e l'affetto per Riccardo è un ben raro gioiello, in un mondo così saturo d'odio.
William Shakespeare (Richard II)
Benché Levin gioisse del bel tempo inatteso, il suo piacere era temperato da una punta di abituale tristezza di fronte all’implacabile ritmo della natura: mutamento decretato da una forza che produceva, lui volente o nolente, la primavera di oggi, il gelo di domani, la vecchiaia, la morte, ma che non era opera dell’uomo; mutamento che non era mutamento, in cicli eternamente uguali, una ripetizione di cui lui faceva parte, e dunque com’era possibile conquistare la libertà dentro e fuori di sé? Era per questo che la sua vita, malgrado lo sforzo risoluto di strapparsi da ciò che aveva già vissuto, restava sempre la stessa? E che, essendo lui fatto in un certo modo e vivendo le esperienze che egli stesso generava, non aveva ottenuto niente di più che brevi momenti di soddisfazione, non tanto lunghi da poter smettere di domandarsi se li aveva avuti davvero? Se solo sapessi vivere ammettendo ciò di cui sono convinto, pensava Levin. Quante volte mi sono detto che la felicità non è una cosa che si riesce a stanare con una spedizione di caccia, un graal nascosto e complicato che tocca a chi lo vede per primo, ma che invece è la grazia che va a posarsi sullo spirito, quando c’è il desiderio della vita. Siamo qui per poco, spesso nelle peggiori circostanze: è probabile che l’uomo, un giorno, venga soffiato via dalla punta delle dita di Qualcuno; una battaglia perduta prima ancora di sapere cosa stavamo facendo, eppure quanto è bello, e nobile, anche solo essere esistiti. Me lo sono ripetuto molte volte in varie circostanze, dunque perché non riesco a smettere di preoccuparmi dell’arrivo o della durata della felicità, posto che arrivi mai, o che duri? La scontentezza non porta né denaro sonante né vero amore, dunque perché non godersi questa tenera, stupenda giornata invece di salutarla con la storia di tutto ciò che non ho avuto?
Bernard Malamud (A New Life)