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Otro pintor, Adolfo Meister, SJ, menos clásico y más expresionista, ha pintado el rostro de Arrupe en óleos arriesgados, donde la alegría parece sobrenadar entre nervios y arrugas bañados en luz. Los ojos, llenos de ternura, se pierden pequeños al fondo de las órbitas como pozos, y su mano, abierta y amable, señala un libro, donde el pintor ha realizado una abstracción del desastre de Hiroshima. En otra página se lee en castellano: «Yo viví la bomba atómica».
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Pedro Miguel Lamet (ARRUPE. Testigo del siglo XX, profeta del XXI (Jesuitas) (Spanish Edition))