Paciencia Quotes

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Me aburrí de mí mismo, de mi propia paciencia.
Mario Benedetti (La tregua)
-La paciencia es la madre de la ciencia -ofreció Marina. -Y la madrina de la demencia -repliqué.
Carlos Ruiz Zafón (Marina)
Un hombre que puede mantener viva una planta tiene la paciencia de aguantar tus mierdas. It means ‘A man who can keep a plant alive has the patience to put up with your shit.
Abby Jimenez (Yours Truly (Part of Your World, #2))
Dios mío, dame paciencia o te juro que éste hoy se traga los dientes
Megan Maxwell (Te esperaré toda mi vida)
Con el tiempo todo pasa. He visto, con algo de paciencia, a lo inolvidable volverse olvido, y a lo imprescindible sobrar.
Gabriel García Márquez
He decidido que la paciencia es para los lentos, los aburridos, los que no sueñan.
Alberto Villarreal (Ocho lugares que me recuerdan a ti)
Sólo con una ardiente paciencia conquistaremos la espléndida ciudad que dará luz, justicia y dignidad a todos los hombres. Así la poesía no habrá cantado en vano.
Pablo Neruda (Toward the Splendid City: Nobel Lecture)
No importa lo que hagas para huir de ella. La muerte aguarda con paciencia su momento, agazapada tras tu sombra, dispuesta a sorprenderte cuando menos lo esperas.
Esther Sanz (El bosque de los corazones dormidos (El bosque, #1))
Y llegará el día en el que los momentos difíciles serán sólo historias que contarán, orgullosos, a aquellos que quieran escuchar. Y todos los oirán con respeto y aprenderán tres cosas importantes: A tener paciencia para esperar el momento justo de actuar. Sabiduría para no dejar escapar la siguiente oportunidad. Y orgullo de sus cicatrices.
Paulo Coelho (Manuscrito encontrado em Accra)
Todo el que disfruta cree que lo que importa del árbol es el fruto, cuando en realidad es la semilla. He aquí la diferencia entre los que creen y los que disfrutan.
Friedrich Nietzsche
Yo me comprometo a vivir con intensidad y regocijo, a no dejarme vencer por los abismos del amor, ni por el miedo ni por el olvido, ni siquiera por el tormento de una pasión contrariada. Me comprometo a recordar, a conocer mis yerros, a bendecir mis arrebatos. Me comprometo a perdonar los abandonos, a no desdeñar nada de todo lo que me conmueva, me deslumbre, me quebrante, me alegre. Larga vida prometo, larga paciencia, historias largas. Y nada abreviaré que deba sucederme: ni la pena ni el éxtasis para que cuando sea viejo tenga como deleite la detallada historia de mis días.
Ángeles Mastretta (La emoción de las cosas)
En realidad la gente está muy necesitada de hacerse oír, y si uno tiene la paciencia y la humildad de escuchar sin interrumpir puede enterarse de las cosas más insólitas.
Julia Navarro (Dime quién soy)
El amor existe Oliva, solo hay que tener paciencia y acabará llegando cuando menos te lo esperes.
Neïra (La lista de Oliva)
Los llaneros son reservados con la gente que acaban de conocer —le respondió el médico—. Ten paciencia.
Alan Weisman (Un pueblo llamado Gaviotas: El lugar donde se reinventó el mundo (Spanish Edition))
Porque usted sabe, general, que mover un país, por pequeño que sea, es obra de gigantes. Y quien no se sienta gigante de amor, o de valor, o de pensamiento, o de paciencia, no debe emprenderla
José Martí (Páginas escogidas)
The oldest woman in the village, Paciencia, predicts the weather from the flight of birds: Today it will rain toads, she says, squinting her face into a mystery of wrinkles as she reads the sky - tomorrow, it will be snakes.
Judith Ortiz Cofer (The Latin Deli: Telling the Lives of Barrio Women)
Niña que duermes bajo la mirada de Dios, te deseo que no la pierdas jamás, que vayas por la vida con la paciencia como tu mejor aliada, que conozcas el placer de la generosidad y la paz de los que no esperan nada, que entiendas tus pesares y sepas acompañar los ajenos. Te deseo una mirada limpia, una boca prudente, una nariz comprensiva, unos oídos incapaces de recordar la intriga, unas lágrimas precisas y atemperadas. Te deseo la fe en una vida eterna, y el sosiego que tal fe concede. Niña, yo te deseo la locura, el valor, los anhelos, la impaciencia. Te deseo la fortuna de los amores y el delirio de la soledad. Te deseo la inteligencia y el ingenio. Te deseo una mirada curiosa, una nariz con memoria, una boca que sonría y maldiga con precisión divina, unas piernas que no envejezcan, un llanto que te devuelva la entereza. Te deseo el sentido del tiempo que tienen las estrellas, el temple de las hormigas, la duda de los templos. Te deseo la fe en los augurios, en la voz de los muertos, en la boca de los aventureros, en la paz de los hombres que olvidan su destino, en la fuerza de tus recuerdos y en el fururo como la promesa, donde cabe todo lo que aún no te sucede.
Ángeles Mastretta (Mal de amores)
la virtud que corona la perfección es la paciencia".
Geoffrey Chaucer (Cuentos de Canterbury (Spanish Edition))
Quienes tenemos fe sabemos que la paciencia, la tolerancia y la prudencia siempre rendirán frutos porque lo bueno y lo mejor siempre está por venir.
César Lozano (El lado fácil de la gente díficil. Que la gente conflictiva no te amargue la vida)
Recuerda que hace falta mucho valor y un gran corazón para demostrar ternura cuando no se ha conocido nunca. Hasta la bestia más feroz puede ser domesticada con paciencia y cariño. (Takeshi)
Sherrilyn Kenyon (Acheron (Dark-Hunter, #14))
«Karma es el principio del conocimiento. Después, está la paciencia. La paciencia es muy importante. Los pacientes son fuertes, Anjín-san. Paciencia significa dominar nuestra inclinación hacia las siete emociones: odio, adoración, gozo, ansiedad, irritación, dolor y miedo. Si las resistes, eres paciente, y pronto comprenderás todas las cosas y estarás en armonía con la Eternidad.»
James Clavell (Shōgun (Asian Saga, #1))
El hombre corriente, cuando emprende una cosa, la echa a perder por tener prisa en terminarla.
Lao Tzu
Puedo volver a verte? me preguntó. Su voz sonó nerviosa, y me pareció entrañable. Claro le contesté sonriendo. ¿Mañana? me preguntó. Paciencia, saltamontes le aconsejé. No querrás parecer ansioso No, por eso te he dicho mañana me contestó. Quisiera volver a verte hoy mismo, pero estoy dispuesto a esperar toda la noche y buena parte de mañana.
John Green (The Fault in Our Stars)
La paciencia es algo digno de todo
Sitta Karina
No importa cómo sea ahora tu carácter, la gratitud te dará más paciencia, comprensión, compasión y amabilidad, hasta el punto que no te reconocerás.
Rhonda Byrne (La magia)
Somos ellas en el pasado, y somos ellas en el futuro, y somos otras a la vez. Somos otras y somos las mismas de siempre. Mujeres en busca de justicia. Mujeres exhaustas, y juntas. Hartas ya, pero con la paciencia que solo marcan los siglos. Ya para siempre enrabiadas.
Cristina Rivera Garza (Liliana's Invincible Summer: A Sister's Search for Justice)
—La paciencia es una gran virtud —dijo Kenzaburō—, pero un samurái no sueña como los pájaros, no se limita a esperar que las cosas sucedan. Los hombres débiles tienen sueños, Seizō, los fuertes tienen voluntad.
David B. Gil (El guerrero a la sombra del cerezo)
Ir y quedarse, y con quedar partirse, partir sin alma, y ir con alma ajena, oír la dulce voz de una sirena y no poder del árbol desasirse; arder como la vela y consumirse, haciendo torres sobre tierna arena; caer de un cielo, y ser demonio en pena, y de serlo jamás arrepentirse; hablar entre las mudas soledades, pedir prestada sobre fe paciencia, y lo que es temporal llamar eterno; creer sospechas y negar verdades, es lo que llaman en el mundo ausencia, fuego en el alma, y en la vida infierno.
Lope de Vega
«Dios sabe ya qué alegría me mandará después de esta tristeza mía». Debemos tener siempre paciencia y no desesperar jamás. Porque de pronto sucede algo y nos damos cuenta de que Dios ha tenido siempre algo bueno reservado para nosotros. Pero cuando uno se empeña en no ver sino las cosas por el lado triste, parece que todo haya de ser siempre así.
Johanna Spyri (Heidi (Spanish Edition): Incluye Heidi y de Nuevo Heidi. Clasico cuento en Español. Johanna Spyri)
Muchas cosas que son llamadas “secretos” son únicamente cosas que les son negadas a la gente hasta que puedan comprenderlas o efectivamente vivenciarlas.
Idries Shah (Aprender a aprender)
Cuando Dios borra, es que va a escribir algo.
Jacques-Bénigne Bossuet
He aprendido que no puedo exigir amor de nadie. Yo solo puedo dar buenas razones para ser querido y tener paciencia para que la vida haga el resto.
Shakespeare Birthplace Trust
Y ahora, un poco de paciencia, sin apremios: me la han destinado y algún día me pertenecerá.
Søren Kierkegaard (The Seducer’s Diary)
Escribir es cosa buena, pero mejor es pensar. La prudencia es buena, pero la paciencia es mejor.
Hermann Hesse
cuando se espera con paciencia, de pronto algo se mueve en la penumbra.
Carla Guelfenbein (Contigo en la distancia)
«Todo es amor... todo es amor. Con el amor llega la comprensión. Con la comprensión llega la paciencia. Y entonces el tiempo se detiene. Y todo es ahora.»
Brian L. Weiss (Lazos de amor)
Pero esperaba con paciencia. Ya no creía en el poder de la palabra. Nunca salvaba nada. A los setenta años había acabado creyendo únicamente en el tiempo.
Alice Sebold (The Lovely Bones)
Estaba adquiriendo una aptitud fundamental: la paciencia para leer lo que aún no entendía.
Tara Westover (Una educación)
Todas teníamos algo en común: padres que no tenían ni la paciencia ni el tiempo para educarnos, y cuyo dinero pagaba a todos aquellos que ofrecieran quitarles el “problema” de encima.
Antonio Ortiz (MalEducada)
pero, en fin, hay que tener paciencia, dar tiempo al tiempo, debíamos haber aprendido ya, y de una vez para siempre, que el destino tiene que dar muchos rodeos para llegar a cualquier parte,
José Saramago (Ensayo sobre la ceguera)
Solo pido tres cosas: Fuerza - para poder cambiar lo que tenga que cambiar, Paciencia - para poder sobrellevar lo que no puedo cambiar, y Sabiduría - para poder distinguir la primera de la segunda.
Роман Злотников (Шанс для неудачников. Том 2 (Вселенная неудачников, #3.2))
Muchos se preocupan, pero no lo suficiente por las cosas que de verdad deberían importar a pesar de que la lista es muy corta: propósito, autenticidad, pasión, paciencia, velocidad, trabajo y atención.
Gary Vaynerchuk (¡Hazla en grande! (Spanish Edition))
La paciencia es una virtud mayor que la temeridad de meterse en una pelea inoportuna" "Libre y ligera como una pluma, podia alzar el vuelo en la inmensidad del cielo y despojarme de toda la carga que me oprimía" "Pero para el amor- pensé- para el amor no existe el tiempo, para el amor el ahora es la eternidad
Leah Cohn (Der Kuss des Morgenlichts)
Continué viéndola y aún la recuerdo así: soberbia y mendicante, inclinada hacia el brazo que sostenía la valija, no paciente, sino desprovista de la comprensión de la paciencia, con los ojos bajos, generando con su sonrisa el apetito suficiente para seguir viviendo, para contar a cualquiera, con un parpadeo, con un movimiento de la cabeza, que esta desgracia no importaba, que las desgracias sólo servían para marcar fechas, para separar y hacer inteligibles los principios y los finales de las numerosas vidas que atravesamos y existimos
Juan Carlos Onetti (Los adioses)
La verdad es veleidosa: no hay que buscarla con demasiada pasión, pues, con frecuencia se rinde, más bien a la indiferencia. Se escapa cuando parece que la hemos apresado, pero se entrega si se le espera con paciencia; se manifiesta ella misma después de habernos despedido de ella, pero es inexorable cuando se la ama con excesivo fervor.
Paul de Kruif
¿Puedo volver a verte? —me preguntó. Su voz sonó nerviosa, y me pareció entrañable. Claro le contesté sonriendo. ¿Mañana? me preguntó. Paciencia, saltamontes le aconsejé. No querrás parecer ansioso No, por eso te he dicho mañana me contestó. Quisiera volver a verte hoy mismo, pero estoy dispuesto a esperar toda la noche y buena parte de mañana.
John Green
La vida es dos pasos adelante y uno atrás.
Oriol Bohigas
Las hadas no vuelan cuando nacen. Los dragones no dominan el fuego. Las brujas como nosotras ni si quiera saben que son brujas. Todo se aprende. Solo necesitas una pizca de paciencia, un puñado de tenacidad y comerte la punta de una estrella fugaz.
Alice Kellen (Donde todo brilla)
Es otro de los inconvenientes de padecer una desgracia: al que la sufre los efectos le duran mucho más de lo que dura la paciencia de quienes se muestran dispuestos a escucharlo y acompañarlo, la incondicionalidad nunca es muy larga si se tiñe de monotonía
Javier Marías (Los enamoramientos)
No hay miedo que pueda hacer frente al hambre, no hay paciencia que pueda hacerlo desaparecer, la repugnancia simplemente no existe donde existe el hambre; y en cuanto a la superstición, y lo que podríamos llamar principios, tiene menos peso que la hojarasca de viento.
Joseph Conrad (Heart of Darkness)
Sólo tengo tres cosas que enseñar: simplicidad, paciencia, compasión. Estas tres son tus mayores tesoros. Simple en el pensamiento y la acción, retornas a la fuente del ser. Paciente con tus amigos y enemigos, armonizas con el modo de ser de las cosas. Compasivo contigo mismo, reconcilias a todos los seres del mundo.
Lao Tzu
Aguardaba con paciencia hasta que la manada de Criaturas pasaba de largo, devorando el contenido de libros selectos y dejando tras ellas montoncitos de delgados volúmenes de crítica literaria. Y había otras cosas, cosas que esquivaba a toda velocidad y trataba de no mirar... Por encima de todo, debía esquivar los tópicos.
Terry Pratchett (Guards! Guards! (Discworld, #8; City Watch, #1))
— Vosotros, los hombres, sois tan toscos que no sabéis apreciar los matices —contesto ella—. Sois voraces, violentos, deshonestos, incapaces de distinguir, pero os sorprende que una mujer piense mínimamente en el futuro. No tengo paciencia para aguantar tanta tontería. En un banquero despreciaríais la estupidez que creeis propia en nosotras.
Robert Louis Stevenson (Il diamante del Rajà)
La paciencia es la madre de la ciencia
Carlos Ruiz Zafón (Marina)
nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia;
Anonymous (Biblia Reina Valera: 1960)
Se necesitaba tiempo y paciencia para que estos hombres aceptasen la lisa y llana verdad de que nadie tiene derecho a hacer el mal, aunque se haya sufrido una atroz injusticia.
Viktor E. Frankl (El hombre en busca de sentido)
veces la realidad te sorprende como un balde de agua fría. Otras veces simplemente espera con paciencia hasta que se te agota la energía que inviertes en negarla.
Taylor Jenkins Reid (Los siete maridos de Evelyn Hugo)
Gustavo Solivellas dice: "La paciencia es amarga, pero su fruto es dulce" (Jean-Jacques Rousseau)
Jean-Jacques Rousseau (La Nouvelle Héloïse)
Por mi lado no tengo paciencia para fantasías tan tímidas, tan ociosas y tan torpes a un tiempo. Son propias de una absoluta cobardía de pensamiento.
Edgar Allan Poe (Eureka (Spanish Edition))
con paciencia y una caña, siempre se llega a pescar…
Elisabeth Gilmore (Pide un deseo (Spanish Edition))
La paciencia es el alimento de la comprensión.
Idries Shah (A Perfumed Scorpion: A Way to the Way)
«Espera; ten perseverancia; la paciencia es un ensayo de eternidad». Sani
Jorge Ángel Livraga Rizzi (El Alquimista (Spanish Edition))
en los ataques contra la paciencia, la castidad y la fortaleza, lo divertido es hacer que el hombre se rinda justo cuando (si lo hubiese sabido) el alivio estaba casi a la vista.
C.S. Lewis (Cartas del Diablo a Su Sobrino (Spanish Edition))
El genio lo da Dios, pero el talento es cosa nuestra; con una inteligencia recta, amor a lo que se hace y una paciencia sin desfallecimientos, se llega a tenerlo.
Gustave Flaubert (Madame Bovary: (Spanish Edition))
El genio lo da Dios, pero el talento es cosa nuestra; con una inteligencia recta, amor a lo que se hace y una paciencia sin desfallecimientos, se llega a tenerlo
Gustave Flaubert (Correspondance)
En el momento adecuado entenderás por qué tardó tanto tiempo en llegar. Mientras tanto mantén la calma y la paciencia. Ten fe: ¡llegará!
Ignacio Novo
Henry permite que Alex le haga el amor con precision y paciencia, y pronuncia tantas veces el nombre de Dios entre gemidos que la habitacion entera adquiere un aire de estancia consagrada
Casey McQuiston (Red, White & Royal Blue)
¿Es ésta la nueva doctrina desconocida? Todo el mundo sabe eso: todo el mundo lo ha escuchado antes. Los cínicos han recomendado la pobreza y la restricción de las necesidades; Sócrates ha prescrito la virtud como una cosa antigua buena; el primer estoico a quien uno encuentra, si bien sea el propio Séneca -que tiene quinientas mesas de madera de limonero-, ensalza la continencia, recomienda la verdad, la paciencia en la adversidades, la fortaleza en el infortunio; y todo eso es como el trigo viejo, que se comen los ratones, pero que la gente rechaza porque huele mal.
Henryk Sienkiewicz (Quo Vadis)
Bújcale Bújcale papacito y por Dioj que me vajencontrá eso sin júralo yo no me meto contigo pero tampoco soy su juguete ta bien que lleguej siempre tarde y agarrej la parranda porque a cual máj de tuj amigotes a mí eso qui mimporta pero cuando se acaba la paciencia entoncej sí ya parece que tejtoy viendo dejcarao jijueputa conojco comemierda de los máj grande pero como tú nadie namás eso me faltaba andá metiendo a tuj conquijtaj barataj (…)
Mario de Lille Fuentes (Primero la voz : antología de narrativa contemporánea de Tabasco)
¿Eres consagrada o consagrado? Sé santo viviendo con alegría tu entrega. ¿Estás casado? Sé santo amando y ocupándote de tu marido o de tu esposa, como Cristo lo hizo con la Iglesia. ¿Eres un trabajador? Sé santo cumpliendo con honradez y competencia tu trabajo al servicio de los hermanos. ¿Eres padre, abuela o abuelo? Sé santo enseñando con paciencia a los niños a seguir a Jesús. ¿Tienes autoridad? Sé santo luchando por el bien común y renunciando a tus intereses personales
Pope Francis (Gaudete et exsultate. Exhortación apostólica sobre la llamada a la santidad en el mundo actual (Documentos MC) (Spanish Edition))
y se vio a sí misma saliendo hacia la fiesta, y al pensar en este aspecto de la naturaleza humana, con su paciencia y su capacidad de sufrimiento y de encontrar satisfacción en placeres tan nimios, exiguos y sórdidos, se le llenaron los ojos de lágrimas.
Virginia Woolf (Mrs. Dalloway's Party: A Short Story Sequence)
Cuando aceptas que los buenos tiempos no durarán para siempre, puedes seguir disfrutando de ellos sin temor a que se acaben pronto. La vida son ciclos, etapas de subidas y bajadas y hay que disfrutar las buenas rachas y sobrellevar con dignidad y paciencia las malas.
Ignacio Novo
Nos ocultaron que era tan difícil. Por tanto trazamos vírgenes imperfectas, sorprendidos al no hallar al final aquellos ojos vacíos —sino, por el contrario, dolor y remordimiento. Por eso nos herimos, por eso morimos. Pero se trata tan sólo de una cuestión de paciencia. De ejercicio.
Alessandro Baricco
«El entendimiento humano no es una luz pura, exenta de sofisticación. Influencias procedentes de la voluntad y la concupiscencia lo enturbian. De este modo se hace de las ciencias lo que se quiere. Lo que se desea creer, esto lo creemos fácilmente. »Y, así desechamos: lo difícil, porque al investigarlo perdemos la paciencia; lo humilde y sobrio, porque no se aviene con nuestras esperanzas de grandeza; las ocultas fuerzas que mueven la naturaleza, porque somos supersticiosos; la luz de la experiencia, porque somos arrogantes y orgullosos y no queremos dar la impresión de que nuestro espíritu se ocupe en cosas viles y mutables; las opiniones nuevas y extraordinarias, porque somos afectos a las que están de moda. »En resumen: nuestras propensiones afectivas impregnan y envenenan al entendimiento de incontables modos y, a menudo, de una manera imperceptible»
Francis Bacon (Novum Organum / Nova Atlântida)
Viéndose tan malparado don Quijote, dijo a su escudero: -Siempre, Sancho, lo he oído decir, que el hacer bien a villanos es echar agua en la mar. Si yo hubiera creído lo que me dijiste, yo hubiera excusado esta pesadumbre; pero ya está hecho: paciencia, y escarmentar para desde aquí adelante
Miguel de Cervantes Saavedra (Don Quijote de la Mancha)
Paciencia: Hay gente que hace cosas por miedo al látigo. Hay gente que hace cosas por temor a perder sus familias o sus vidas. Hay gente a la cual es posible comprar y vender. ¿Acaso no son esclavos? - Voluntad: Son esclavos de sus pasiones. Su miedo les gobierna. ¿Qué poder tienes sobre mi si tu látigo no me da miedo? ¿Soy tu esclavo si no temo perder a mi familia? Te obedezco de forma completa y fiel porque así lo he escogido: ¿soy tu esclavo? Y cuando llegas a odiarme porque soy libre y mi libertad es mayor que la tuya, y me ordenas hacer lo que no pienso hacer, entonces me alzo ante ti y no obedezco. Castígame entonces; he escogido ser castigado. Y si el castigo es superior a lo que estoy dispuesto a consentir, entonces usaré cuanta fuerza sea necesaria para hacer que pares de castigarme, y no más. Pero nunca, ni por un instante, he hecho nada que no haya escogido hacer voluntariamente.
Orson Scott Card (Wyrms)
Lo que Dios le concederá, si se dirige a El con confianza, es valor, paciencia y resignación. También le concederá los medios para que él mismo salga del conflicto, con ayuda de las ideas que le sugiere por medio de los buenos espíritus, dejándole de este modo todo el mérito; Dios asiste a los que se ayudan a si mismos, según esta máxima: "Ayúdate y el cielo te ayudará", y no a aquellos que todo lo esperan de un socorro extraño, sin hacer uso de sus propias facultades; pero casi siempre se preferiría el ser socorrido por un milagro sin que nos costase ningún trabajo. (Capítulo XXV, números 1 y siguientes.)
Allan Kardec (El Evangelio segun los Espiritus (Spanish Edition))
Querer bien va de la mano del querer mal, y yo no consigo, no consigo concentrarme alrededor de ninguna buena voluntad. La maestra Oliviero tenía razón, soy mala. Ni siquiera sé mantener viva la amistad. Tú eres amable, Lenù, has tenido mucha paciencia conmigo. Pero esta noche lo he comprendido de un modo definitivo: siempre hay un solvente que actuando despacio, con un calor dulce, lo deshace todo, incluso cuando no hay terremoto. Por eso, por favor, si te ofendo, si te digo cosas feas, tú tápate los oídos, no quiero hacerlo y pese a todo lo hago. Por favor, por favor, ahora no me dejes, que, si no, me vengo abajo.
Elena Ferrante (The Story of the Lost Child (Neapolitan Novels, #4))
Las pequeñas obras deben ser terminadas por sus primeros arquitectos. En cuanto a las grandes, las verdaderas, debe dejarse que la posteridad las complete. ¡Que Dios me libre de pretender completar nunca nada! Todo este libro no es sino un esbozo, el esbozo de un esbozo. ¡Oh, tiempo, energía, dinero, paciencia!
Herman Melville (Moby-Dick or, The Whale)
No basta que el artista esté inspirado para que produzca. Debe, además, trabajar y trabajar para llevar esa inspiración a la forma perfecta. La fórmula verdadera de la creación artística no es, pues, inspiración o trabajo, sino inspiración más trabajo, exaltación más paciencia, deleite creador más tormento creador.
Stefan Zweig (El misterio de la creación artística)
«Ya no es él mismo». Y pensé que eso era, después de todo, la muerte, ya no ser uno mismo.
Alejandra Kamiya (La paciencia del agua sobre cada piedra)
Entre la muerte y la vida pareció no haber apenas una línea sino un espacio que debía ser recorrido, un espacio sin dueño.
Alejandra Kamiya (La paciencia del agua sobre cada piedra)
Toda la oscuridad del mundo cabe en una habitación pequeña. Porque no deja intersticios como dudas.
Alejandra Kamiya (La paciencia del agua sobre cada piedra)
Buscó la luna en el cielo. La uso para avanzar, como si la hubiera enlazado y se dejara arrastrar aferrada al lazo.
Alejandra Kamiya (La paciencia del agua sobre cada piedra)
Cuando decidimos cuidar el corazón, cuando apostamos por una relación, cuando elegimos arriesgar y querer a alguien y demostrárselo y dejarnos querer, nuestra vida cambia por completo. Esa dedicación requiere, no obstante, esfuerzo: tiempo, constancia, voluntad y paciencia. Decidir querer a alguien conlleva, en ocasiones, sanar nuestras heridas emocionales porque, como dice mi padre, .
Marian Rojas Estapé (Encuentra tu persona vitamina)
Pero en esto yerran los jóvenes tan a menudo y tan gravemente. Ellos, en cuya naturaleza está el no tener paciencia, se arrojan y se entregan, unos en brazos de otros, cuando les sobrecoge el amor. Se prodigan y desparraman tal como son, aun sin desbrozar, con todo su desorden y su confusión... Mas ¿qué ha de suceder luego? Qué ha de hacer la vida con ese montón de afanes truncos, que ellos llaman su convivir, su unión, y que, de ser posible, desearían poder llamar su felicidad, y aún más: ¡su porvenir! Ahí se pierde cada cual a sí mismo por amor al otro. Pierde igualmente al otro, y a muchos más que aun habían de llegar. Pierde también un sin fin de horizontes y de posibilidades, trocando el flujo y reflujo de posibilidades de sutil presentimiento por un estéril desconcierto, del cual ya nada puede brotar.
Rainer Maria Rilke (Letters to a Young Poet)
Las mujeres", explicó con paciencia, "se dedican desde los dieciocho a los veintiún años a afinar sus habilidades sociales. Y cuando piensan que están listas, salen al mundo, asisten a unos bailes, pestañean con coquetería y sonríen seductoramente, y atrapan a un marido. Cuanto más encumbrado sea el título y más dinero tenga, mejor. Y la mitad del tiempo, el pobre desgraciado, ni siquiera sabe cómo ha sucedido.
Julia Quinn (Splendid (The Splendid Trilogy, #1))
El afecto produce felicidad si hay, y solamente si hay, sentido común, el dar y recibir mutuos —ese tira y afloja—, y «honestidad»; en otras palabras: sólo si se añade algo más que el mero afecto, algo distinto del afecto, pues el sentimiento solo no es suficiente. Se necesita «sentido común», es decir, razón; se necesita «tira y afloja», esto es, se necesita justicia que continuamente estimule al afecto cuando este decae, y en cambio lo restrinja cuando olvida o va contra el «arte» de amar; se necesita «honestidad», y no hay por qué ocultar que esto significa bondad, paciencia, abnegación, humildad, y la intervención continua de una clase de amor mucho más alta, amor que el afecto en sí mismo considerado nunca podrá llegar a ser. Aquí está toda la cuestión: si tratamos de vivir sólo de afecto, el afecto «nos hará daño».
C.S. Lewis (The Four Loves)
Toda la oscuridad del mundo cabe en una habitación pequeña. Porque la oscuridad no deja intersticios como dudas. No distingue entre rincones o espacios abiertos, no hay para esa boca nada demasiado ínfimo ni demasiado grande.
Alejandra Kamiya (La paciencia del agua sobre cada piedra)
Al momento de sentirte enfadado, no olvides que es indigno del hombre dejarse arrastrar por la cólera, y que la paciencia y la dulzura son las cualidades al mismo tiempo más humanas y más fuertes; ellas indican vigor, coraje y energía; y no se puede decir lo mismo de la cólera y del despecho. Cuanto más se aproxima la paciencia a la impasibilidad, es más fuerte. Si la tristeza es un signo de debilidad, la cólera es otro; en ambos casos se han recibido heridas, se ha capitulado.
Marcus Aurelius (Las Meditaciones de Marco Aurelio: Filosofía Romana (Spanish Edition))
Sin embargo, para la araña no existía la noción de paciencia. Como araña, no poseía ninguna otra habilidad especial más que extender telas, y no tenía ninguna otra opción de vida que no fuera quedarse allí quieta. Detenerse en un lugar, esperar a una presa, consumir su vida, morirse y desecarse. Todo se había predeterminado genéticamente. No había cabida para la indecisión, la desesperación o el arrepentimiento. Tampoco para la duda metafísica o el conflicto moral. Tal vez. «Pero no es mi caso. Yo tengo que actuar de acuerdo con mi objetivo
Haruki Murakami (1Q84: Libros 1 y 2)
Tiempo atrás, las palabras habían sido el único lugar en el que podía encontrar consuelo. Los libros nunca perdían la paciencia con él, ni le decían que se estuviera quieto. Cuando sus tutores se habían rendido de pura frustración, había sido la biblioteca la que le había enseñado a Nikolai historia militar, estrategia, química y astronomía. Cada tomo era una puerta abierta que le susurraba: «Entra, entra. Aquí hay una tierra que nunca has visto. Aquí hay un lugar en el que puedes esconderte cuando tengas miedo, jugar cuando te aburras y descansar cuando el mundo te trate mal».
Leigh Bardugo (King of Scars (King of Scars, #1))
Ahí no cabe medir por el tiempo. Un año no tiene valor y diez años nada son. Ser artista es: no calcular, no contar, sino madurar como el árbol que no apremia su savia, mas permanece tranquilo y confiado bajo las tormentas de la primavera, sin temor a que tras ella tal vez nunca pueda llegar otro verano. A pesar de todo, el verano llega. Pero sólo para quienes sepan tener paciencia, y vivir con ánimo tan tranquilo, sereno, anchuroso, como si ante ellos se extendiera la eternidad. Esto lo aprendo yo cada día. Lo aprendo entre sufrimientos, a los que, por ello, quedo agradecido. ¡La paciencia lo es todo!
Rainer Maria Rilke (Cartas a Un Joven Poeta (Spanish Edition))
hombres de piel dorada fijando precios en sus enjoyelados dedos. Cháchara de gansos. En bandada clamorosa, torpes, por el templo, sus cabezas confabuladas bajo desmaña-dos sombreros de copa. No de ellos: esas ropas, esa habla, esos gestos. Sus ojos absortos y lentos desmentí-an las palabras, los gestos apremiantes e inofensivos, pero sabían de los rencores que se amontonaban a su alrededor y sabían que su celo era inútil. Inútil su paciencia en acaparar y atesorar. El tiempo seguramente lo dispersaría todo. Riquezas acumuladas al lado del camino: saqueado y transferido. Sus ojos sabían de los años errantes y, pacientes, sabían la deshonra de su carne.
James Joyce (Ulises (Spanish Edition))
No hay nada como el suspense y la ansiedad para parapetar el alma de un humano contra el Enemigo. Él quiere que los hombres se preocupen de lo que hacen; nuestro trabajo consiste en tenerles pensando qué les pasará. Tu paciente debería aceptar con paciencia la tribulación que le ha caído en suerte: el suspense y la ansiedad actuales. Es sobre esto por lo que debe decir: “Hágase tu voluntad”, y para la tarea cotidiana de soportar esto se le dará el pan cotidiano. Es asunto tuyo procurar que el paciente nunca piense en el temor presente como en su cruz, sino sólo en las cosas de las que tiene miedo. Déjale considerarlas sus cruces: déjale olvidar que, puesto que son incompatibles, no pueden sucederle todas ellas. Piensa en tu hombre como en una serie de círculos concéntricos, de los que el más interior es su voluntad, después su intelecto, y finalmente su imaginación. Debes estar empujando constantemente todas las virtudes hacia fuera, hasta que estén finalmente situadas en el círculo de imaginación, y todas las cualidades deseables hacia dentro, hacia el círculo de la voluntad.
C.S. Lewis (The Screwtape Letters)
Estas son las lecturas que elegí para el bingo mágico/mortífero •La Élite (Lucius Malfoy): 3,5 ⭐ De la trilogía creo que este es el que menos me gusta. América es demasiado cambiante, Maxon le tiene demasiada paciencia, y la actitud de Aspen me desespera. Igualmente amo la parte de las italianas o las cosas que va descubriendo América sobre los rebeldes y la historia de Illea. •Rebelión en la granja (Peter Pettigrew) 3,5 ⭐ Disfruté bastante este libro pero creo que las personas que tengan conocimiento de la época de la Revolución rusa lo harán mucho más. Desde mi parte, que no lo tengo, conocí una historia de como el poder puede llegar a corrompernos a todos incluso habiendo comenzado una revolución por una causa justa. •Salvar un corazón (Severus Snape) 4⭐ Este libro me gustó mucho porque no sólo se centra en el romance sino que tiene tintes policiales que enriquecen un montón la lectura. La historia de la protagonista me llegó mucho y entiendo su enojo con la familia, yo estaría igual. Y la historia de él creo que es fácil de que pase cuando se toman las decisiones equivocadas llevadas por las adicciones
Maria Laura Gambero (Salvar un corazón (Spanish Edition))
Le buscan para solaz el campo, la playa, la montaña; cosas que tú mismo acostumbras a desear con el más vivo anhelo. Todo esto denota vulgaridad de espíritu, teniendo uno en su mano, a cualquier hora, el retirarse en sí mismo. En ningún lugar encuentra el hombre refugio más apacible, más tranquilo, que en su propia alma, sobre todo cuando atesora aquellos bienes que, con una sola ojeada, nos devuelven en seguida la libertad del espíritu: y lo que yo llamo libertad de espíritu no es otra cosa que el estado de un alma bien ordenada. Concédete, pues, constantemente, este descanso y rehazte con él. Tendrás para ello ciertas máximas breves y elementales que, prontamente reducidas a la memoria, te borrarán toda pesadumbre y te restituirán libre de enfado, a tus funciones habituales. Porque, ¿qué cosa no puedes soportar con paciencia? ¿La ruindad de los hombres? Recuerda a este respecto que los seres razonables nacieron el uno para el otro, que de justicia deben sufrirse mutuamente, que sus faltas son involuntarias; piensa en los que, heridos de muerte, dados a la enemistad, al odio, traspasados por la lanza, están tendidos en la tumba, reducidos a cenizas. ¡Cálmate, pues!
Marco Aurélio (Meditaciones)
He aquí algo sobre el honor de los poetas. Yo tenía diecisiete años y unos deseos irrefrenables de ser escritor. Me preparé. Pero no me quedé quieto mientras me preparaba, pues comprendí que si así lo hacía no triunfaría jamás. Disciplina y un cierto encanto dúctil, ésas son las claves para llegar a donde uno se proponga. Disciplina: escribir cada mañana no menos de seis horas. Escribir cada mañana y corregir por las tardes y leer como un poseso por las noches. Encanto, o encanto dúctil: visitar a los escritores en sus residencias o abordarlos en las presentaciones de libros y decirles a cada uno justo aquello que quiere oír. Aquello que quiere oír desesperadamente. Y tener paciencia, pues no siempre funciona. Hay cabrones que te dan una palmadita en la espalda y luego si te he visto no me acuerdo. Hay cabrones duros y crueles y mezquinos. Pero no todos son así. Es necesario tener paciencia y buscar. Los mejores son los homosexuales, pero, ojo, es necesario saber en qué momento detenerse, es necesario saber con precisión qué es lo que no uno quiere, de lo contrario puedes acabar enculado de balde por cualquier viejo maricón de izquierda. Con las mujeres ocurre tres cuartas partes de lo mismo: las escritoras españolas que pueden echarte un cable suelen ser mayores y feas y el sacrificio a veces no vale la pena. Los mejores son los heterosexuales ya entrados en la cincuentena o en el umbral de la ancianidad. En cualquier caso: es ineludible acercarse a ellos. Es ineludible cultivar un huerto a la sombra de sus rencores y resentimientos. Por supuesto, hay que empollar sus obras completas. Hay que citarlos dos o tres veces en cada conversación. ¡Hay que citarlos sin descanso! Un consejo: no criticar nunca a los amigos del maestro. Los amigos del maestro son sagrados y una observación a destiempo puede torcer el rumbo del destino. Un consejo: es preceptivo abominar y despacharse a gusto contra los novelistas extranjeros, sobre todo si son norteamericanos, franceses o ingleses. Los escritores españoles odian a sus contemporáneos de otras lenguas y publicar una reseña negativa de uno de ellos será siempre bien recibida. Y callar y estar al acecho. Y delimitar las áreas de trabajo. Por la mañana escribir, por la tarde corregir, por las noches leer y en las horas muertas ejercer la diplomacia, el disimulo, el encanto dúctil. A los diecisiete años quería ser escritor. A los veinte publiqué mi primer libro. Ahora tengo veinticuatro y en ocasiones, cuando miro hacia atrás, algo semejante al vértigo se instala en mi cerebro. He recorrido un largo camino, he publicado cuatro libros y vivo holgadamente de la literatura (aunque si he de ser sincero, nunca necesité mucho para vivir, sólo una mesa, un ordenador y libros). Tengo una colaboración semanal con un periódico de derechas de Madrid. Ahora pontifico y suelto tacos y le enmiendo la plana (pero sin pasarme) a algunos políticos. Los jóvenes que quieren hacer una carrera como escritor ven en mí un ejemplo a seguir. Algunos dicen que soy la versión mejorada de Aurelio Baca. No lo sé. (A los dos nos duele España, aunque creo que por el momento a él le duele más que a mí). Puede que lo digan sinceramente, pero puede que lo digan para que me confíe y afloje. Si es por esto último no les voy a dar el gusto: sigo trabajando con el mismo tesón que antes, sigo produciendo, sigo cuidando con mimo mis amistades. Aún no he cumplido los treinta y el futuro se abre como una rosa, una rosa perfecta, perfumada, única. Lo que empieza como comedia acaba como marcha triunfal, ¿no?
Roberto Bolaño (The Savage Detectives)
La tradición del islam místico comparte esta misma convicción. Me gustaría relatarle algo tomado de la leyenda dorada de los santos musulmanes. Un día, Suturá, una buena mujer, fue a visitar a Tierno Bokar, el sabio de Bandiagara: esta aldea de Mali está situada en la meseta del mismo nombre, rodeada de altos acantilados al pie de los cuales viven los dogon, pueblo famoso por su arte austero, su compleja cosmogonía y su hondo sentido de la trascendencia. «Tierno –le dijo Suturá–, estoy muy irritable. Me molesta hasta lo más insignificante. Querría recibir de ti una bendición o una oración que me haga dulce, amable y paciente». No había acabado de hablar cuando su hijo, un niño de tres años que estaba esperándola en el patio, agarró una tabla y le dio un golpe en la espalda. Ella miró al niño, sonrió y, atrayéndolo hacia ella, dijo dándole un cachete cariñoso: «¡Qué niño más malo! Mira cómo trata a su madre…». «Si tan irritable estás, ¿por qué no te enfadas con tu hijo?», le preguntó Tierno Bokar. «Si no es más que un niño –contestó Suturá–. No sabe lo que hace. Con un niño de esta edad no hay quien se enfade». «Vete a casa, querida Suturá –le dijo Tierno– y, cuando alguien te irrite, acuérdate de la tabla y piensa: “Tenga los años que tenga, esta persona está actuando como un niño de tres años”. Sé indulgente: puedes hacerlo, ya que acabas de serlo con tu hijo cuando te ha dado ese golpe. Obra así y no volverás a enfadarte. Vivirás feliz y te sentirás mejor. Las bendiciones que desciendan sobre ti serán mucho mayores que las que puedas recibir de mí: serán las bendiciones de Dios y del propio Profeta. Quien soporta y perdona una ofensa –continuó– se parece a una de esas grandes ceibas que ensucian los buitres al posarse en sus ramas. El aspecto repugnante del árbol solo dura una parte del año. Todos los inviernos Dios envía unos cuantos chaparrones que lo limpian de la copa a las raíces y lo revisten de un nuevo follaje. Procura prodigar el amor que sientes por tu hijo a todas las criaturas de Dios. Porque Dios quiere a sus criaturas como un padre a sus hijos. Entonces llegarás a lo más alto de la escala, allí donde, gracias al amor y la caridad, el alma solo ve y valora la ofensa para perdonarla mejor». Las palabras de Tierno supusieron tanto para Suturá que, a partir de ese día, consideró hijos suyos a todos los que la ofendían y no les respondió más que con dulzura, amor y una paciencia silenciosa y sonriente. Tanto cambió que, al final de su vida, la gente decía: «Paciente como Suturá». Nunca más hubo nada capaz de enfadarla. Cuando murió, se la consideraba prácticamente una santa.
Robert Sarah (La fuerza del silencio)
Acabada la comida, el notario se fue a su estudio a dormitar en un diván, la madre salió a regar las flores. Pilar se puso a leer una revista y Valentina y yo discutimos sobre materias graves. Una de ellas —nada menos— la iglesia donde nos casaríamos un día. Estábamos de acuerdo en que el amor libre no estaba bien y era necesario el matrimonio. Así, pues, nos casaría mosén Joaquín y, puestos a elegir la iglesia, después de nombrar todas las del pueblo, propuse yo la ermita de San Cosme y San Damián, antigua y de bastante fama, que estaba precisamente cerca de la Herradura. Valentina aprobó mi idea con entusiasmo. —Estando tan lejos la ermita —decía razonable como siempre— sólo se molestarán en venir a la boda los amigos verdaderos. No gustaba ella de la gente hipócrita, como Pilar, por ejemplo. Yo tampoco. La cocinera, al oír lo de San Cosme y San Damián soltó a reír con un fondo maligno que yo no sabía cómo entender. Se asomaba a la puerta y me miraba con sorna. Yo despreciaba en todo caso el mundo de las cocineras. Pero ella volvía con sus risas. Más tarde supe que aquella ermita era la que preferían para casarse las campesinas que no habían tenido paciencia para esperar o no habían podido resistir la impaciencia del novio. Es decir, que las mujeres que se casaban allí estaban visiblemente encintas. Solía suceder entre campesinos y gente humilde. La cocinera representaba, una vez más, la procaz realidad interfiriendo en nuestro sentido angélico de las cosas.
Ramón J. Sender (Crónica del alba, 2)