Paciencia Quotes

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Me aburrí de mí mismo, de mi propia paciencia.
Mario Benedetti (La tregua)
-La paciencia es la madre de la ciencia -ofreció Marina. -Y la madrina de la demencia -repliqué.
Carlos Ruiz Zafón (Marina)
Un hombre que puede mantener viva una planta tiene la paciencia de aguantar tus mierdas. It means ‘A man who can keep a plant alive has the patience to put up with your shit.
Abby Jimenez (Yours Truly (Part of Your World, #2))
Dios mío, dame paciencia o te juro que éste hoy se traga los dientes
Megan Maxwell (Te esperaré toda mi vida)
Con el tiempo todo pasa. He visto, con algo de paciencia, a lo inolvidable volverse olvido, y a lo imprescindible sobrar.
Gabriel García Márquez
He decidido que la paciencia es para los lentos, los aburridos, los que no sueñan.
Alberto Villarreal (Ocho lugares que me recuerdan a ti)
No importa lo que hagas para huir de ella. La muerte aguarda con paciencia su momento, agazapada tras tu sombra, dispuesta a sorprenderte cuando menos lo esperas.
Esther Sanz (El bosque de los corazones dormidos (El bosque, #1))
Sólo con una ardiente paciencia conquistaremos la espléndida ciudad que dará luz, justicia y dignidad a todos los hombres. Así la poesía no habrá cantado en vano.
Pablo Neruda (Toward the Splendid City: Nobel Lecture)
Y llegará el día en el que los momentos difíciles serán sólo historias que contarán, orgullosos, a aquellos que quieran escuchar. Y todos los oirán con respeto y aprenderán tres cosas importantes: A tener paciencia para esperar el momento justo de actuar. Sabiduría para no dejar escapar la siguiente oportunidad. Y orgullo de sus cicatrices.
Paulo Coelho (Manuscrito encontrado em Accra)
Todo el que disfruta cree que lo que importa del árbol es el fruto, cuando en realidad es la semilla. He aquí la diferencia entre los que creen y los que disfrutan.
Friedrich Nietzsche
Yo me comprometo a vivir con intensidad y regocijo, a no dejarme vencer por los abismos del amor, ni por el miedo ni por el olvido, ni siquiera por el tormento de una pasión contrariada. Me comprometo a recordar, a conocer mis yerros, a bendecir mis arrebatos. Me comprometo a perdonar los abandonos, a no desdeñar nada de todo lo que me conmueva, me deslumbre, me quebrante, me alegre. Larga vida prometo, larga paciencia, historias largas. Y nada abreviaré que deba sucederme: ni la pena ni el éxtasis para que cuando sea viejo tenga como deleite la detallada historia de mis días.
Ángeles Mastretta (La emoción de las cosas)
En realidad la gente está muy necesitada de hacerse oír, y si uno tiene la paciencia y la humildad de escuchar sin interrumpir puede enterarse de las cosas más insólitas.
Julia Navarro (Dime quién soy)
El amor existe Oliva, solo hay que tener paciencia y acabará llegando cuando menos te lo esperes.
Neïra (La lista de Oliva)
Los llaneros son reservados con la gente que acaban de conocer —le respondió el médico—. Ten paciencia.
Alan Weisman (Un pueblo llamado Gaviotas: El lugar donde se reinventó el mundo (Spanish Edition))
Porque usted sabe, general, que mover un país, por pequeño que sea, es obra de gigantes. Y quien no se sienta gigante de amor, o de valor, o de pensamiento, o de paciencia, no debe emprenderla
José Martí (Páginas escogidas)
The oldest woman in the village, Paciencia, predicts the weather from the flight of birds: Today it will rain toads, she says, squinting her face into a mystery of wrinkles as she reads the sky - tomorrow, it will be snakes.
Judith Ortiz Cofer (The Latin Deli: Telling the Lives of Barrio Women)
Niña que duermes bajo la mirada de Dios, te deseo que no la pierdas jamás, que vayas por la vida con la paciencia como tu mejor aliada, que conozcas el placer de la generosidad y la paz de los que no esperan nada, que entiendas tus pesares y sepas acompañar los ajenos. Te deseo una mirada limpia, una boca prudente, una nariz comprensiva, unos oídos incapaces de recordar la intriga, unas lágrimas precisas y atemperadas. Te deseo la fe en una vida eterna, y el sosiego que tal fe concede. Niña, yo te deseo la locura, el valor, los anhelos, la impaciencia. Te deseo la fortuna de los amores y el delirio de la soledad. Te deseo la inteligencia y el ingenio. Te deseo una mirada curiosa, una nariz con memoria, una boca que sonría y maldiga con precisión divina, unas piernas que no envejezcan, un llanto que te devuelva la entereza. Te deseo el sentido del tiempo que tienen las estrellas, el temple de las hormigas, la duda de los templos. Te deseo la fe en los augurios, en la voz de los muertos, en la boca de los aventureros, en la paz de los hombres que olvidan su destino, en la fuerza de tus recuerdos y en el fururo como la promesa, donde cabe todo lo que aún no te sucede.
Ángeles Mastretta (Mal de amores)
Quienes tenemos fe sabemos que la paciencia, la tolerancia y la prudencia siempre rendirán frutos porque lo bueno y lo mejor siempre está por venir.
César Lozano (El lado fácil de la gente díficil. Que la gente conflictiva no te amargue la vida)
la virtud que corona la perfección es la paciencia".
Geoffrey Chaucer (Cuentos de Canterbury (Spanish Edition))
Recuerda que hace falta mucho valor y un gran corazón para demostrar ternura cuando no se ha conocido nunca. Hasta la bestia más feroz puede ser domesticada con paciencia y cariño. (Takeshi)
Sherrilyn Kenyon (Acheron (Dark-Hunter, #14))
«Karma es el principio del conocimiento. Después, está la paciencia. La paciencia es muy importante. Los pacientes son fuertes, Anjín-san. Paciencia significa dominar nuestra inclinación hacia las siete emociones: odio, adoración, gozo, ansiedad, irritación, dolor y miedo. Si las resistes, eres paciente, y pronto comprenderás todas las cosas y estarás en armonía con la Eternidad.»
James Clavell (Shōgun (Asian Saga, #1))
El hombre corriente, cuando emprende una cosa, la echa a perder por tener prisa en terminarla.
Lao Tzu
Puedo volver a verte? me preguntó. Su voz sonó nerviosa, y me pareció entrañable. Claro le contesté sonriendo. ¿Mañana? me preguntó. Paciencia, saltamontes le aconsejé. No querrás parecer ansioso No, por eso te he dicho mañana me contestó. Quisiera volver a verte hoy mismo, pero estoy dispuesto a esperar toda la noche y buena parte de mañana.
John Green (The Fault in Our Stars)
La paciencia es algo digno de todo
Sitta Karina
No importa cómo sea ahora tu carácter, la gratitud te dará más paciencia, comprensión, compasión y amabilidad, hasta el punto que no te reconocerás.
Rhonda Byrne (La magia)
—La paciencia es una gran virtud —dijo Kenzaburō—, pero un samurái no sueña como los pájaros, no se limita a esperar que las cosas sucedan. Los hombres débiles tienen sueños, Seizō, los fuertes tienen voluntad.
David B. Gil (El guerrero a la sombra del cerezo)
«Dios sabe ya qué alegría me mandará después de esta tristeza mía». Debemos tener siempre paciencia y no desesperar jamás. Porque de pronto sucede algo y nos damos cuenta de que Dios ha tenido siempre algo bueno reservado para nosotros. Pero cuando uno se empeña en no ver sino las cosas por el lado triste, parece que todo haya de ser siempre así.
Johanna Spyri (Heidi (Spanish Edition): Incluye Heidi y de Nuevo Heidi. Clasico cuento en Español. Johanna Spyri)
Somos ellas en el pasado, y somos ellas en el futuro, y somos otras a la vez. Somos otras y somos las mismas de siempre. Mujeres en busca de justicia. Mujeres exhaustas, y juntas. Hartas ya, pero con la paciencia que solo marcan los siglos. Ya para siempre enrabiadas.
Cristina Rivera Garza (Liliana's Invincible Summer: A Sister's Search for Justice)
Cuando Dios borra, es que va a escribir algo.
Jacques-Bénigne Bossuet
Muchas cosas que son llamadas “secretos” son únicamente cosas que les son negadas a la gente hasta que puedan comprenderlas o efectivamente vivenciarlas.
Idries Shah (Aprender a aprender)
Pero esperaba con paciencia. Ya no creía en el poder de la palabra. Nunca salvaba nada. A los setenta años había acabado creyendo únicamente en el tiempo.
Alice Sebold (The Lovely Bones)
Escribir es cosa buena, pero mejor es pensar. La prudencia es buena, pero la paciencia es mejor.
Hermann Hesse
cuando se espera con paciencia, de pronto algo se mueve en la penumbra.
Carla Guelfenbein (Contigo en la distancia)
«Todo es amor... todo es amor. Con el amor llega la comprensión. Con la comprensión llega la paciencia. Y entonces el tiempo se detiene. Y todo es ahora.»
Brian L. Weiss (Lazos de amor)
Estaba adquiriendo una aptitud fundamental: la paciencia para leer lo que aún no entendía.
Tara Westover (Una educación)
Y ahora, un poco de paciencia, sin apremios: me la han destinado y algún día me pertenecerá.
Søren Kierkegaard (The Seducer’s Diary)
He aprendido que no puedo exigir amor de nadie. Yo solo puedo dar buenas razones para ser querido y tener paciencia para que la vida haga el resto.
Shakespeare Birthplace Trust
Todas teníamos algo en común: padres que no tenían ni la paciencia ni el tiempo para educarnos, y cuyo dinero pagaba a todos aquellos que ofrecieran quitarles el “problema” de encima.
Antonio Ortiz (MalEducada)
pero, en fin, hay que tener paciencia, dar tiempo al tiempo, debíamos haber aprendido ya, y de una vez para siempre, que el destino tiene que dar muchos rodeos para llegar a cualquier parte,
José Saramago (Ensayo sobre la ceguera)
Solo pido tres cosas: Fuerza - para poder cambiar lo que tenga que cambiar, Paciencia - para poder sobrellevar lo que no puedo cambiar, y Sabiduría - para poder distinguir la primera de la segunda.
Роман Злотников (Шанс для неудачников. Том 2 (Вселенная неудачников, #3.2))
Ir y quedarse, y con quedar partirse, partir sin alma, y ir con alma ajena, oír la dulce voz de una sirena y no poder del árbol desasirse; arder como la vela y consumirse, haciendo torres sobre tierna arena; caer de un cielo, y ser demonio en pena, y de serlo jamás arrepentirse; hablar entre las mudas soledades, pedir prestada sobre fe paciencia, y lo que es temporal llamar eterno; creer sospechas y negar verdades, es lo que llaman en el mundo ausencia, fuego en el alma, y en la vida infierno.
Lope de Vega
Muchos se preocupan, pero no lo suficiente por las cosas que de verdad deberían importar a pesar de que la lista es muy corta: propósito, autenticidad, pasión, paciencia, velocidad, trabajo y atención.
Gary Vaynerchuk (¡Hazla en grande! (Spanish Edition))
La paciencia es una virtud mayor que la temeridad de meterse en una pelea inoportuna" "Libre y ligera como una pluma, podia alzar el vuelo en la inmensidad del cielo y despojarme de toda la carga que me oprimía" "Pero para el amor- pensé- para el amor no existe el tiempo, para el amor el ahora es la eternidad
Leah Cohn (Der Kuss des Morgenlichts)
Continué viéndola y aún la recuerdo así: soberbia y mendicante, inclinada hacia el brazo que sostenía la valija, no paciente, sino desprovista de la comprensión de la paciencia, con los ojos bajos, generando con su sonrisa el apetito suficiente para seguir viviendo, para contar a cualquiera, con un parpadeo, con un movimiento de la cabeza, que esta desgracia no importaba, que las desgracias sólo servían para marcar fechas, para separar y hacer inteligibles los principios y los finales de las numerosas vidas que atravesamos y existimos
Juan Carlos Onetti (Los adioses)
La verdad es veleidosa: no hay que buscarla con demasiada pasión, pues, con frecuencia se rinde, más bien a la indiferencia. Se escapa cuando parece que la hemos apresado, pero se entrega si se le espera con paciencia; se manifiesta ella misma después de habernos despedido de ella, pero es inexorable cuando se la ama con excesivo fervor.
Paul de Kruif
¿Puedo volver a verte? —me preguntó. Su voz sonó nerviosa, y me pareció entrañable. Claro le contesté sonriendo. ¿Mañana? me preguntó. Paciencia, saltamontes le aconsejé. No querrás parecer ansioso No, por eso te he dicho mañana me contestó. Quisiera volver a verte hoy mismo, pero estoy dispuesto a esperar toda la noche y buena parte de mañana.
John Green
La vida es dos pasos adelante y uno atrás.
Oriol Bohigas
Las hadas no vuelan cuando nacen. Los dragones no dominan el fuego. Las brujas como nosotras ni si quiera saben que son brujas. Todo se aprende. Solo necesitas una pizca de paciencia, un puñado de tenacidad y comerte la punta de una estrella fugaz.
Alice Kellen (Donde todo brilla)
Es otro de los inconvenientes de padecer una desgracia: al que la sufre los efectos le duran mucho más de lo que dura la paciencia de quienes se muestran dispuestos a escucharlo y acompañarlo, la incondicionalidad nunca es muy larga si se tiñe de monotonía
Javier Marías (Los enamoramientos)
No hay miedo que pueda hacer frente al hambre, no hay paciencia que pueda hacerlo desaparecer, la repugnancia simplemente no existe donde existe el hambre; y en cuanto a la superstición, y lo que podríamos llamar principios, tiene menos peso que la hojarasca de viento.
Joseph Conrad (Heart of Darkness)
Aguardaba con paciencia hasta que la manada de Criaturas pasaba de largo, devorando el contenido de libros selectos y dejando tras ellas montoncitos de delgados volúmenes de crítica literaria. Y había otras cosas, cosas que esquivaba a toda velocidad y trataba de no mirar... Por encima de todo, debía esquivar los tópicos.
Terry Pratchett (Guards! Guards! (Discworld, #8; City Watch, #1))
Sólo tengo tres cosas que enseñar: simplicidad, paciencia, compasión. Estas tres son tus mayores tesoros. Simple en el pensamiento y la acción, retornas a la fuente del ser. Paciente con tus amigos y enemigos, armonizas con el modo de ser de las cosas. Compasivo contigo mismo, reconcilias a todos los seres del mundo.
Lao Tzu
— Vosotros, los hombres, sois tan toscos que no sabéis apreciar los matices —contesto ella—. Sois voraces, violentos, deshonestos, incapaces de distinguir, pero os sorprende que una mujer piense mínimamente en el futuro. No tengo paciencia para aguantar tanta tontería. En un banquero despreciaríais la estupidez que creeis propia en nosotras.
Robert Louis Stevenson (Il diamante del Rajà)
La esperanza que se ve, ya no es esperanza. ¿Cómo esperar lo que uno ve? Pero si esperamos lo que no vemos, en paciencia esperamos (Rm. 8, 24-25),
Augustine of Hippo (La Trinidad)
No soy el viejo general que huye, ahora lo sé bien, yo soy el sobreviviente de mí mismo. Es de piedra mi paciencia.
Pedro Ángel Palou (Pobre patria mía (Autores Españoles e Iberoamericanos) (Spanish Edition))
La paciencia y la humildad que reflejaba el rostro amado eran la lección que Jo necesitaba, más eficaz que el sermón más sabio o la reprimenda más dura.
Louisa May Alcott (Mujercitas)
en los ataques contra la paciencia, la castidad y la fortaleza, lo divertido es hacer que el hombre se rinda justo cuando (si lo hubiese sabido) el alivio estaba casi a la vista.
C.S. Lewis (Cartas del Diablo a Su Sobrino (Spanish Edition))
«Espera; ten perseverancia; la paciencia es un ensayo de eternidad». Sani
Jorge Ángel Livraga Rizzi (El Alquimista (Spanish Edition))
con paciencia y una caña, siempre se llega a pescar…
Elisabeth Gilmore (Pide un deseo (Spanish Edition))
Las costumbres eran cosas del alma, que necesitaban memoria y paciencia como todo lo que anda y perdura.
Liliana Bodoc (Los días del fuego (La saga de los confines, #3))
La paciencia es una de las habilidades más difíciles de lograr para cualquier persona, porque implica desprenderse de las expectativas y resignarse a que las cosas sigan su curso.
Walter Riso (Sabiduría emocional: Un reencuentro con las fuentes naturales del bienestar y la salud emocional (Biblioteca Walter Riso) (Spanish Edition))
La Paciencia es una prenda que nunca se ha desgastado.
Idries Shah (The Dermis Probe)
Os dois testes mais duros no caminho espiritual sao a paciencia para esperar o momento certo e a coragem de nao nos decepcionar com o que encontramos
Paulo Coelho (The Alchemist)
Brisa del mar, sol y paciencia, Watson; todo se andará.
Arthur Conan Doyle (His Last Bow (Sherlock Holmes, #8))
Tiene la paciencia de un escusado: ni habla, ni se mueve, ni reclama. Entiende que más tarde o más temprano le va a caer su mojón.
Xavier Velasco (Diablo guardián)
La Paciencia es una prenda que jamás se ha desgastado.
Idries Shah (The Dermis Probe)
Henry permite que Alex le haga el amor con precision y paciencia, y pronuncia tantas veces el nombre de Dios entre gemidos que la habitacion entera adquiere un aire de estancia consagrada
Casey McQuiston (Red, White & Royal Blue)
Porque eres demasiado entusiasta para tener la paciencia necesario -me contestó con ligereza-. Eres demasiado orgulloso para escuchar como es debido. Y eres demasiado listo. Eso es lo peor
Patrick Rothfuss (The Wise Man's Fear (The Kingkiller Chronicle, #2))
No les acontece a muchos hombres hallar en la realidad, al alcance de su vista, ese mundo que la mayoría no descubre más que en sí mismos, cuando tienen el valor y la paciencia de acordarse.
François Mauriac (Vipers' Tangle)
¿Es ésta la nueva doctrina desconocida? Todo el mundo sabe eso: todo el mundo lo ha escuchado antes. Los cínicos han recomendado la pobreza y la restricción de las necesidades; Sócrates ha prescrito la virtud como una cosa antigua buena; el primer estoico a quien uno encuentra, si bien sea el propio Séneca -que tiene quinientas mesas de madera de limonero-, ensalza la continencia, recomienda la verdad, la paciencia en la adversidades, la fortaleza en el infortunio; y todo eso es como el trigo viejo, que se comen los ratones, pero que la gente rechaza porque huele mal.
Henryk Sienkiewicz (Quo Vadis)
Todo el sistema está, por así decirlo, calculado para el choque entre los hombres buenos y los hombres malos, y los buenos frutos de fortaleza, paciencia, piedad y perdón, por los cuales al hombre cruel
C.S. Lewis (El Problema del Dolor (Spanish Edition))
Bújcale Bújcale papacito y por Dioj que me vajencontrá eso sin júralo yo no me meto contigo pero tampoco soy su juguete ta bien que lleguej siempre tarde y agarrej la parranda porque a cual máj de tuj amigotes a mí eso qui mimporta pero cuando se acaba la paciencia entoncej sí ya parece que tejtoy viendo dejcarao jijueputa conojco comemierda de los máj grande pero como tú nadie namás eso me faltaba andá metiendo a tuj conquijtaj barataj (…)
Mario de Lille Fuentes (Primero la voz : antología de narrativa contemporánea de Tabasco)
Sé que hay un motivo para todo. Tal vez en el momento en que se produce un hecho no contamos con la penetración psicológica ni la previsión necesarias para comprender las razones, pero con tiempo y paciencia saldrán a la luz.
Brian L. Weiss (Muchas vidas, muchos maestros)
Los zamuros planean sobre la autopista en un círculo ritual. Imagino que observan a un perro moribundo con su paciencia de zamuros. A veces pienso que siempre estuvieron allí, mucho antes de la invasión, y que no nos habíamos dado cuenta.
Camilo Pino
¿Eres consagrada o consagrado? Sé santo viviendo con alegría tu entrega. ¿Estás casado? Sé santo amando y ocupándote de tu marido o de tu esposa, como Cristo lo hizo con la Iglesia. ¿Eres un trabajador? Sé santo cumpliendo con honradez y competencia tu trabajo al servicio de los hermanos. ¿Eres padre, abuela o abuelo? Sé santo enseñando con paciencia a los niños a seguir a Jesús. ¿Tienes autoridad? Sé santo luchando por el bien común y renunciando a tus intereses personales
Pope Francis (Gaudete et exsultate. Exhortación apostólica sobre la llamada a la santidad en el mundo actual (Documentos MC) (Spanish Edition))
y se vio a sí misma saliendo hacia la fiesta, y al pensar en este aspecto de la naturaleza humana, con su paciencia y su capacidad de sufrimiento y de encontrar satisfacción en placeres tan nimios, exiguos y sórdidos, se le llenaron los ojos de lágrimas.
Virginia Woolf (Mrs. Dalloway's Party: A Short Story Sequence)
No hay miedo que pueda hacer frente al hambre, no hay paciencia que la soporte, el asco simplemente no existe donde el hambre es; y en cuanto a las supersticiones, creencias, todo eso que ustedes llamarían principios, son menos que paja enfrentada a la brisa.
Joseph Conrad (El corazón de las tinieblas)
Cuando aceptas que los buenos tiempos no durarán para siempre, puedes seguir disfrutando de ellos sin temor a que se acaben pronto. La vida son ciclos, etapas de subidas y bajadas y hay que disfrutar las buenas rachas y sobrellevar con dignidad y paciencia las malas.
Ignacio Novo
Nos ocultaron que era tan difícil. Por tanto trazamos vírgenes imperfectas, sorprendidos al no hallar al final aquellos ojos vacíos —sino, por el contrario, dolor y remordimiento. Por eso nos herimos, por eso morimos. Pero se trata tan sólo de una cuestión de paciencia. De ejercicio.
Alessandro Baricco
«El entendimiento humano no es una luz pura, exenta de sofisticación. Influencias procedentes de la voluntad y la concupiscencia lo enturbian. De este modo se hace de las ciencias lo que se quiere. Lo que se desea creer, esto lo creemos fácilmente. »Y, así desechamos: lo difícil, porque al investigarlo perdemos la paciencia; lo humilde y sobrio, porque no se aviene con nuestras esperanzas de grandeza; las ocultas fuerzas que mueven la naturaleza, porque somos supersticiosos; la luz de la experiencia, porque somos arrogantes y orgullosos y no queremos dar la impresión de que nuestro espíritu se ocupe en cosas viles y mutables; las opiniones nuevas y extraordinarias, porque somos afectos a las que están de moda. »En resumen: nuestras propensiones afectivas impregnan y envenenan al entendimiento de incontables modos y, a menudo, de una manera imperceptible»
Francis Bacon (Novum Organum / Nova Atlântida)
Paciencia: Hay gente que hace cosas por miedo al látigo. Hay gente que hace cosas por temor a perder sus familias o sus vidas. Hay gente a la cual es posible comprar y vender. ¿Acaso no son esclavos? - Voluntad: Son esclavos de sus pasiones. Su miedo les gobierna. ¿Qué poder tienes sobre mi si tu látigo no me da miedo? ¿Soy tu esclavo si no temo perder a mi familia? Te obedezco de forma completa y fiel porque así lo he escogido: ¿soy tu esclavo? Y cuando llegas a odiarme porque soy libre y mi libertad es mayor que la tuya, y me ordenas hacer lo que no pienso hacer, entonces me alzo ante ti y no obedezco. Castígame entonces; he escogido ser castigado. Y si el castigo es superior a lo que estoy dispuesto a consentir, entonces usaré cuanta fuerza sea necesaria para hacer que pares de castigarme, y no más. Pero nunca, ni por un instante, he hecho nada que no haya escogido hacer voluntariamente.
Orson Scott Card (Wyrms)
Lo que Dios le concederá, si se dirige a El con confianza, es valor, paciencia y resignación. También le concederá los medios para que él mismo salga del conflicto, con ayuda de las ideas que le sugiere por medio de los buenos espíritus, dejándole de este modo todo el mérito; Dios asiste a los que se ayudan a si mismos, según esta máxima: "Ayúdate y el cielo te ayudará", y no a aquellos que todo lo esperan de un socorro extraño, sin hacer uso de sus propias facultades; pero casi siempre se preferiría el ser socorrido por un milagro sin que nos costase ningún trabajo. (Capítulo XXV, números 1 y siguientes.)
Allan Kardec (El Evangelio segun los Espiritus (Spanish Edition))
Querer bien va de la mano del querer mal, y yo no consigo, no consigo concentrarme alrededor de ninguna buena voluntad. La maestra Oliviero tenía razón, soy mala. Ni siquiera sé mantener viva la amistad. Tú eres amable, Lenù, has tenido mucha paciencia conmigo. Pero esta noche lo he comprendido de un modo definitivo: siempre hay un solvente que actuando despacio, con un calor dulce, lo deshace todo, incluso cuando no hay terremoto. Por eso, por favor, si te ofendo, si te digo cosas feas, tú tápate los oídos, no quiero hacerlo y pese a todo lo hago. Por favor, por favor, ahora no me dejes, que, si no, me vengo abajo.
Elena Ferrante (The Story of the Lost Child (Neapolitan Novels, #4))
La prisa procede del diablo.
Idries Shah (Caravan of Dreams)
En casi todo lo que intentamos en la vida, el empeño no es el problema. Por lo general, somos lo bastante calificados, informados y capaces. Pero ¿tenemos paciencia para afinar nuestra idea? ¿Energía para tocar a suficientes puertas hasta que hayamos encontrado a nuestros patrocinadores o partidarios? ¿Persistencia para resistir la política y el dramatismo de trabajar en grupo?
Ryan Holiday (El obstáculo es el camino: El arte inmemorial de convertir las pruebas en triunfo (Para estar bien) (Spanish Edition))
Pero en esto yerran los jóvenes tan a menudo y tan gravemente. Ellos, en cuya naturaleza está el no tener paciencia, se arrojan y se entregan, unos en brazos de otros, cuando les sobrecoge el amor. Se prodigan y desparraman tal como son, aun sin desbrozar, con todo su desorden y su confusión... Mas ¿qué ha de suceder luego? Qué ha de hacer la vida con ese montón de afanes truncos, que ellos llaman su convivir, su unión, y que, de ser posible, desearían poder llamar su felicidad, y aún más: ¡su porvenir! Ahí se pierde cada cual a sí mismo por amor al otro. Pierde igualmente al otro, y a muchos más que aun habían de llegar. Pierde también un sin fin de horizontes y de posibilidades, trocando el flujo y reflujo de posibilidades de sutil presentimiento por un estéril desconcierto, del cual ya nada puede brotar.
Rainer Maria Rilke (Letters to a Young Poet)
Las mujeres", explicó con paciencia, "se dedican desde los dieciocho a los veintiún años a afinar sus habilidades sociales. Y cuando piensan que están listas, salen al mundo, asisten a unos bailes, pestañean con coquetería y sonríen seductoramente, y atrapan a un marido. Cuanto más encumbrado sea el título y más dinero tenga, mejor. Y la mitad del tiempo, el pobre desgraciado, ni siquiera sabe cómo ha sucedido.
Julia Quinn (Splendid (The Splendid Trilogy, #1))
El afecto produce felicidad si hay, y solamente si hay, sentido común, el dar y recibir mutuos —ese tira y afloja—, y «honestidad»; en otras palabras: sólo si se añade algo más que el mero afecto, algo distinto del afecto, pues el sentimiento solo no es suficiente. Se necesita «sentido común», es decir, razón; se necesita «tira y afloja», esto es, se necesita justicia que continuamente estimule al afecto cuando este decae, y en cambio lo restrinja cuando olvida o va contra el «arte» de amar; se necesita «honestidad», y no hay por qué ocultar que esto significa bondad, paciencia, abnegación, humildad, y la intervención continua de una clase de amor mucho más alta, amor que el afecto en sí mismo considerado nunca podrá llegar a ser. Aquí está toda la cuestión: si tratamos de vivir sólo de afecto, el afecto «nos hará daño».
C.S. Lewis (The Four Loves)
—Paciencia y tiempo... todo llega a su debido tiempo. No se puede apresurar una vida, no se puede resolver según un plan, como tanta gente quiere. Debemos aceptar lo que nos sobreviene en un momento dado y no pedir más. Pero la vida es infinita; jamás morimos; jamás nacimos, en realidad. Sólo pasamos por diferentes fases. No hay final. Los humanos tienen muchas dimensiones. Pero el tiempo no es como lo vemos, sino lecciones que hay que aprender.
Brian L. Weiss (Muchas vidas, muchos maestros)
Lentamente, con toda mi cautela y paciencia, traté de construir una relación diferente con mi hermano y poco después llegaría a sustituir mi primitivo sentimiento de lástima por una justificada admiración, debida al modo en que él estaba enfrentando su condena: luchando. (Todo lo contrario a lo que yo hubiera hecho, a lo que yo había hecho.) William había admitido la expulsión por dos años de la Escuela de Medicina, pero reclamaba su derecho a seguir sus estudios universitarios, pues ningún reglamento ni ley se lo impedía.
Leonardo Padura (El hombre que amaba a los perros)
Sin embargo, para la araña no existía la noción de paciencia. Como araña, no poseía ninguna otra habilidad especial más que extender telas, y no tenía ninguna otra opción de vida que no fuera quedarse allí quieta. Detenerse en un lugar, esperar a una presa, consumir su vida, morirse y desecarse. Todo se había predeterminado genéticamente. No había cabida para la indecisión, la desesperación o el arrepentimiento. Tampoco para la duda metafísica o el conflicto moral. Tal vez. «Pero no es mi caso. Yo tengo que actuar de acuerdo con mi objetivo
Haruki Murakami (1Q84: Libros 1 y 2)
Mi Vida es un exquisito secreto […] No concebiré hijos de la carne –pero conozco un sagrado Consuelo. Dios me ha dispuesto para la Concepción de una especie diferente. Mis hijos son de la Mente –mi Gestación es perpetua–, mi Éxtasis es del alma. Doy la bienvenida a las jubilosas labores que separan al poema de su creador; como Partera, ¡sólo lo divino! Que las épocas tomen la medida de la Fecundidad, y que el Futuro juzgue si esta elección –si lo es– fue acertada. Yo le explicaría estas Cosas a mi Padre –si pudiera– pidiéndole paciencia por la Cosecha”.
Emily Dickinson (Cartas de Emily Dickinson: un campo minado (Pequeños Grandes Ensayos) (Spanish Edition))
Y allí estaba yo. Y ellas me vieron y yo las vi. ¿Y qué fue lo que vi? Ojeras. Labios partidos. Pómulos brillantes. Una paciencia que no me pareció resignación cristiana. Una paciencia como venida de otras latitudes. Una paciencia que no era chilena aunque aquellas mujeres fueran chilenas. Una paciencia que no se había gestado en nuestro país ni en América y que ni siquiera era una paciencia europea, ni asiática ni africana (aunque estas dos últimas culturas me son prácticamente desconocidas). Una paciencia como venida del espacio exterior. Y esa paciencia a punto estuvo de colmar mi paciencia.
Roberto Bolaño (By Night in Chile)
La doctrina de la libertad humana sólo prueba que una hipotésis errónea es a veces preferible a otra exacta. El hombre, por cierto, no es libre: pero hace falta haber estudado filosofia muy profundamente para que una concepción de esta naturaleza no nos llame a engaño. Pero éste es un estudio para el cual dispone de tiempo y paciencia sólo un hombre entre mil, y entre los cientos que cuentam com tiempo y paciencia, sólo habrá uno, quizás, que comprenda el sentido de la cosa. Y como las aparencias le son favorables a la doctrina de la libertad, ésta es la más corriente, por ser la más cómoda, y así seguirá siendo en el futuro.
Georg Christoph Lichtenberg
en cada uno, y por supuesto en nosotros mismos también, existe eso que requiere paciencia, comprensión, perdón. La necesidad de practicar esas virtudes nos plantea primero, nos obliga luego a ese necesario esfuerzo de convertir—más estrictamente hablando: dejar a Dios que convierta—nuestro amor natural en caridad. Esas contrariedades yesos roces son beneficiosos. Hasta suele suceder que cuando escasean, la conversión del amor natural se hace más difícil. Cuando son frecuentes, la necesidad de superarlos es obvia. Superarse cuando uno se siente tan plenamente satisfecho y tan poco estorbado como lo pueden permitir las circunstancias terrenas—conseguir ver que debemos elevarnos cuando todo parece estar tan bien—puede requerir una conversión más sutil y una más delicada sensibilidad. De parecida manera le puede ser también difícil al «rico» entrar en el Reino.
C.S. Lewis (Los Cuatro Amores (Spanish Edition))
Desde el interior de la casa oyó los ruidos de los dos ancianos que se preparaban para acostarse. Miklós imaginó las habitaciones miserables, en cuyos rincones se había amontonado el sufrimiento como si se tratara de basura sin barrer, toda la mugre de sus vidas, las aflicciones acumuladas durante años. Cerró los ojos para percibir el perfume amargo del jardín. Así “trabajaba” él. Permaneció largo tiempo ante el portón, desplegando la paciencia del enamorado que aguarda a su amada. Sin embargo, no aguardaba a nadie, ni siquiera estaba enamorado. El único amor que conocía no era terrenal, sino que procedía de tomar una vida entera en sus brazos, despojarla de la carne, del cuerpo, y aceptarla como si fuera suya. Ese dolor, el mayor de todos, había de generar algún día la mayor de las dichas, la de ser comprendido, la alegría de que otras personas reciban nuestra vida, nuestras palabras, como si fuesen suyas.
Dezső Kosztolányi (Skylark)
En ningún lugar encuentra el hombre refugio más apacible, más tranquilo, que en su propia alma, sobre todo cuando atesora aquellos bienes que, con una sola ojeada, nos devuelven en seguida la libertad del espíritu: y lo que yo llamo libertad de espíritu no es otra cosa que el estado de un alma bien ordenada. Concédete, pues, constantemente, este descanso y rehazte con él. Tendrás para ello ciertas máximas breves y elementales que, prontamente reducidas a la memoria, te borrarán toda pesadumbre y te restituirán libre de enfado, a tus funciones habituales. Porque, ¿qué cosa no puedes soportar con paciencia? ¿La ruindad de los hombres? Recuerda a este respecto que los seres razonables nacieron el uno para el otro, que de justicia deben sufrirse mutuamente, que sus faltas son involuntarias; piensa en los que, heridos de muerte, dados a la enemistad, al odio, traspasados por la lanza, están tendidos en la tumba, reducidos a cenizas. ¡Cálmate, pues!
Marcus Aurelius (Meditaciones (Meditations - Spanish Edition))
Por fortuna no me enamoré del Zorro locamente, como le ocurre a la mayoría de las mujeres al conocerlo; siempre he mantenido la cabeza fría con respecto a él. Me di cuenta a tiempo de que nuestro héroe sólo es capaz de amar a aquellas que no le corresponden, y decidí ser una de ellas. Ha pretendido casarse conmigo cada vez que le falla una de sus novias o se queda viudo —eso ha ocurrido un par de veces—, y me he negado. Tal vez por eso sueña conmigo cuando come pesado. Si yo lo aceptara como marido, muy pronto se sentiría atrapado y yo tendría que morirme para dejarle libre, como hicieron sus dos esposas. Prefiero esperar nuestra vejez con paciencia de beduino. Sé que estaremos juntos cuando él sea un anciano de piernas enclenques y mala cabeza, cuando otros zorros más jóvenes le hayan reemplazado, y en el caso improbable de que alguna dama le abriera su balcón y él no fuera capaz de treparlo. ¡Entonces me vengaré de las penurias que el Zorro me ha hecho pasar!
Isabel Allende (Zorro)
He aquí algo sobre el honor de los poetas. Yo tenía diecisiete años y unos deseos irrefrenables de ser escritor. Me preparé. Pero no me quedé quieto mientras me preparaba, pues comprendí que si así lo hacía no triunfaría jamás. Disciplina y un cierto encanto dúctil, ésas son las claves para llegar a donde uno se proponga. Disciplina: escribir cada mañana no menos de seis horas. Escribir cada mañana y corregir por las tardes y leer como un poseso por las noches. Encanto, o encanto dúctil: visitar a los escritores en sus residencias o abordarlos en las presentaciones de libros y decirles a cada uno justo aquello que quiere oír. Aquello que quiere oír desesperadamente. Y tener paciencia, pues no siempre funciona. Hay cabrones que te dan una palmadita en la espalda y luego si te he visto no me acuerdo. Hay cabrones duros y crueles y mezquinos. Pero no todos son así. Es necesario tener paciencia y buscar. Los mejores son los homosexuales, pero, ojo, es necesario saber en qué momento detenerse, es necesario saber con precisión qué es lo que no uno quiere, de lo contrario puedes acabar enculado de balde por cualquier viejo maricón de izquierda. Con las mujeres ocurre tres cuartas partes de lo mismo: las escritoras españolas que pueden echarte un cable suelen ser mayores y feas y el sacrificio a veces no vale la pena. Los mejores son los heterosexuales ya entrados en la cincuentena o en el umbral de la ancianidad. En cualquier caso: es ineludible acercarse a ellos. Es ineludible cultivar un huerto a la sombra de sus rencores y resentimientos. Por supuesto, hay que empollar sus obras completas. Hay que citarlos dos o tres veces en cada conversación. ¡Hay que citarlos sin descanso! Un consejo: no criticar nunca a los amigos del maestro. Los amigos del maestro son sagrados y una observación a destiempo puede torcer el rumbo del destino. Un consejo: es preceptivo abominar y despacharse a gusto contra los novelistas extranjeros, sobre todo si son norteamericanos, franceses o ingleses. Los escritores españoles odian a sus contemporáneos de otras lenguas y publicar una reseña negativa de uno de ellos será siempre bien recibida. Y callar y estar al acecho. Y delimitar las áreas de trabajo. Por la mañana escribir, por la tarde corregir, por las noches leer y en las horas muertas ejercer la diplomacia, el disimulo, el encanto dúctil. A los diecisiete años quería ser escritor. A los veinte publiqué mi primer libro. Ahora tengo veinticuatro y en ocasiones, cuando miro hacia atrás, algo semejante al vértigo se instala en mi cerebro. He recorrido un largo camino, he publicado cuatro libros y vivo holgadamente de la literatura (aunque si he de ser sincero, nunca necesité mucho para vivir, sólo una mesa, un ordenador y libros). Tengo una colaboración semanal con un periódico de derechas de Madrid. Ahora pontifico y suelto tacos y le enmiendo la plana (pero sin pasarme) a algunos políticos. Los jóvenes que quieren hacer una carrera como escritor ven en mí un ejemplo a seguir. Algunos dicen que soy la versión mejorada de Aurelio Baca. No lo sé. (A los dos nos duele España, aunque creo que por el momento a él le duele más que a mí). Puede que lo digan sinceramente, pero puede que lo digan para que me confíe y afloje. Si es por esto último no les voy a dar el gusto: sigo trabajando con el mismo tesón que antes, sigo produciendo, sigo cuidando con mimo mis amistades. Aún no he cumplido los treinta y el futuro se abre como una rosa, una rosa perfecta, perfumada, única. Lo que empieza como comedia acaba como marcha triunfal, ¿no?
Roberto Bolaño (The Savage Detectives)
La tradición del islam místico comparte esta misma convicción. Me gustaría relatarle algo tomado de la leyenda dorada de los santos musulmanes. Un día, Suturá, una buena mujer, fue a visitar a Tierno Bokar, el sabio de Bandiagara: esta aldea de Mali está situada en la meseta del mismo nombre, rodeada de altos acantilados al pie de los cuales viven los dogon, pueblo famoso por su arte austero, su compleja cosmogonía y su hondo sentido de la trascendencia. «Tierno –le dijo Suturá–, estoy muy irritable. Me molesta hasta lo más insignificante. Querría recibir de ti una bendición o una oración que me haga dulce, amable y paciente». No había acabado de hablar cuando su hijo, un niño de tres años que estaba esperándola en el patio, agarró una tabla y le dio un golpe en la espalda. Ella miró al niño, sonrió y, atrayéndolo hacia ella, dijo dándole un cachete cariñoso: «¡Qué niño más malo! Mira cómo trata a su madre…». «Si tan irritable estás, ¿por qué no te enfadas con tu hijo?», le preguntó Tierno Bokar. «Si no es más que un niño –contestó Suturá–. No sabe lo que hace. Con un niño de esta edad no hay quien se enfade». «Vete a casa, querida Suturá –le dijo Tierno– y, cuando alguien te irrite, acuérdate de la tabla y piensa: “Tenga los años que tenga, esta persona está actuando como un niño de tres años”. Sé indulgente: puedes hacerlo, ya que acabas de serlo con tu hijo cuando te ha dado ese golpe. Obra así y no volverás a enfadarte. Vivirás feliz y te sentirás mejor. Las bendiciones que desciendan sobre ti serán mucho mayores que las que puedas recibir de mí: serán las bendiciones de Dios y del propio Profeta. Quien soporta y perdona una ofensa –continuó– se parece a una de esas grandes ceibas que ensucian los buitres al posarse en sus ramas. El aspecto repugnante del árbol solo dura una parte del año. Todos los inviernos Dios envía unos cuantos chaparrones que lo limpian de la copa a las raíces y lo revisten de un nuevo follaje. Procura prodigar el amor que sientes por tu hijo a todas las criaturas de Dios. Porque Dios quiere a sus criaturas como un padre a sus hijos. Entonces llegarás a lo más alto de la escala, allí donde, gracias al amor y la caridad, el alma solo ve y valora la ofensa para perdonarla mejor». Las palabras de Tierno supusieron tanto para Suturá que, a partir de ese día, consideró hijos suyos a todos los que la ofendían y no les respondió más que con dulzura, amor y una paciencia silenciosa y sonriente. Tanto cambió que, al final de su vida, la gente decía: «Paciente como Suturá». Nunca más hubo nada capaz de enfadarla. Cuando murió, se la consideraba prácticamente una santa.
Robert Sarah (La fuerza del silencio)