Ojitos Quotes

We've searched our database for all the quotes and captions related to Ojitos. Here they are! All 10 of them:

Dios, cómo lo he echado de menos. A este Cam. Ni siquiera sé cuál de sus versiones es la de verdad, pero este es el Cam por el que estoy absolutamente loca. Mierda. Estoy loca por él. Lo estoy. Totalmente colgada. Tanto, que me quedaría enganchada a esos ojitos verdes hasta mañana.
Alina Not (Sin miedo (Bad Ash, #2))
We left the way one leaves a cherished but impossible love: our hearts heavy with regret but beating with great hope.
Mirta Ojito (Finding Manana: A Memoir of a Cuban Exodus)
You married your best friend?” At Abuela’s nod, Kamilah’s jaw dropped, and she shook her head in disbelief. “Why would you want to marry your best friend?” “¿Por qué no?" “Because a best friend is one thing, and a person you marry is another,” Kamilah explained. Abuela smiled at her and shook her head. “No ojitos, son la misma persona. You should only marry your best friend. Remember that when you grow up.
Natalie Caña (A Proposal They Can't Refuse (Vega Family Love Stories, #1))
CAPITULO UNO: —¡No llores! La mano abierta voló hasta chocar contra la mejilla de la pequeña Rura, que cayó al suelo de rodillas y se mordió los labios con fuerza para acallar los sollozos que hasta aquel momento salían desgarradores por su boca. El pequeño cuerpecito tembló cuando vio que su padre volvía a moverse con la mano levantada, yendo hacia ella. Al final el príncipe Nikui se detuvo muy cerca, pero no volvió a pegarla. Se quedó allí mirándola, resollando enfurecido, hasta que habló. —Nunca debiste haber nacido. No sirves para nada. Salió de allí, dejando a la pequeña Rura, de seis años, temblando en el suelo de su habitación. Rura sabía que su padre tenía razón. Estaba maldita. Su nacimiento fue un error, y con su llegada causó la muerte de su madre Surebu, la concubina favorita del príncipe heredero. Nunca permitían que lo olvidase. Ninguno de ellos. Se levantó y arrastró sus pequeños piececitos hasta el camastro que le hacía de cama. Su habitación era diminuta, comparada con las de sus hermanas. Claro que ella era una bastarda e hija de una esclava, y sus hermanas, princesas imperiales. Rura no tenía muy claro qué significaba ser una bastarda, pero sabía que era algo malo porque cuando la llamaban así, lo hacían en un tono de desprecio que la hacía temblar y le provocaba ganas de llorar. Pero una princesa no debía llorar, se lo había oído decir a su padre muchas veces. Nadie la llamaba así, princesa, excepto ella misma. Al fin y al cabo era hija de un príncipe, ¿no? así que por fuerza tenía que ser una princesa. Se metió dentro del camastro y se acurrucó, tapada con la manta. ¿Por qué su padre no la quería? Lo había visto con sus hermanas, y con ellas era hasta cariñoso. Las hacía reír y las acariciaba. Pero nunca a Rura. Su pequeña cabecita dio vueltas y más vueltas. Había muchas cosas que no comprendía aún, pero se haría mayor y las entendería. Estaba tan segura de eso como de que cada día salía el sol, y que en invierno, nevaba. Encontraría la manera de que su padre la amase, se dijo cerrando los ojitos.
Alaine Scott (La princesa sometida (Cuentos eróticos de Kargul #3))
Aunque para ser honesta, no me importaría perderme en esos ojitos azules.
Clara Ann Simons (Destinos cruzados (Spanish Edition))
—¡Addie! ¡Tus ojitos! —lloró dejando caer una bolsa que tenía en su mano para acunar mi rostro. —Los tuyos también están así, y no grites más, me duele la cabeza —cerré los ojos. —¡Te traje unas compresas frías para tus ojitos! —Me pasó dos compresas largas.
Catalina Giselle Toloza Espinoza (Street art (Spanish Edition))
ay. ay. ay ay ayayayy. el viernes por la mañana mari klinski me hizo un nocaut que lo flipas. me dejó medio desangrada en una acera de la calle marina, ahí. palpitando. con un pie ya en el otro mundo, casi. pero mariklinski se tiró conmigo, se puso a reir (ha-ha-ha, como ríen las bicicletas) y me lamió las heridas, las palmas de las manos, y me ayudó a levantarme. la muy . se sentía TOPE CULPABLE pero sabe que la quiero y que me da igual que me tire al suelo, que se me caiga encima –ojito, no se nos vaya a manchar la niña, es bastante delicadita ella– porque yo la seguiré queriendo. igual.
Ainhoa Rebolledo (Mari Klinski (That's How I Roll))
No soportaba la mirada. Una mirada puede condicionar al extremo de la demencia. Una mirada puede destruir. O más nefasto aún, puede construir. Ella logró con sus diminutos ojitos de engendro platinado la reproducción de un espectáculo dedicado solo a ella.
Agustina Bazterrica (Matar a la niña)
Que no se me borren nunca sus ojitos
Wendy Ramos (Mi fiesta es mía)
Hay unos ojitos que están observándote para ver cómo te tranquilizas tú. Tus acciones establecerán el ejemplo de cómo se toma una buena decisión en un momento de emociones intensas en el que tú mismo corres el peligro de perder los papeles.
Daniel J. Siegel (El cerebro del niño)