Llama Animal Quotes

We've searched our database for all the quotes and captions related to Llama Animal. Here they are! All 36 of them:

It was like a dam of musical critique had broken. Imasu turned on him with eyes that flashed instead of shining. "It is worse than you can possibly imagine! When you play, all of my mother's flowers lose the will to live and expire on the instant. The quinoa has no flavour now. The llamas are migrating because of your music, and llamas are not a migratory animal. The children now believe there is a sickly monster, half horse and half large mournful chicken, that lives in tha lake and calls out to the world to grant it the sweet release of death.
Cassandra Clare (What Really Happened in Peru (The Bane Chronicles, #1))
If you were born an animal—you’d be a Llama,” he called after me. That stopped me. Was this douche seriously comparing me to a hairy mammal?
Tarryn Fisher (The Opportunist (Love Me with Lies, #1))
As llamas have never heard of oxygen, they do not miss it.
Will Cuppy
When Magnus looked at Imasu, he saw Imasu had dropped his head into his hands. "Er," Magnus said. "Are you quite all right?" "I was simply overcome," Imasu said in a faint voice. Magnus preened slightly. "Ah. Well." "By how awful that was," Imasu said. Magnus blinked. "Pardon?" "I can't live a lie any longer!" Imasu burst out. "I have tried to be encouraging. Dignitaries of the town have been sent to me, asking me to plead with you to stop. My own sainted mother begged me, with tears in her eyes - " "It isn't as bad as all that - " "Yes, it is!" It was like a dam of musical critique had broken. Imasu turned on him with eyes that flashed instead of shining. "It is worse than you can possibly imagine! When you play, all of my mother's flowers lose the will to live and expire on the instant. The quinoa has no flavor now. The llamas are migrating because of your music, and llamas are not a migratory animal. The children now believe there is a sickly monster, half horse and half large mournful chicken, that lives in the lake and calls out to the world to grant it the sweet release of death. The townspeople believe that you and I are performing arcane magic rituals - " "Well, that one was rather a good guess," Magnus remarked. " - using the skull of an elephant, an improbably large mushroom, and one of your very peculiar hats!" "Or not," said Magnus. "Furthermore, my hats are extraordinary." "I will not argue with that." Imasu scrubbed a hand through his thick black hair, which curled and clung to his fingers like inky vines. "Look, I know that I was wrong. I saw a handsome man, thought that it would not hurt to talk a little about music and strike up a common interest, but I don't deserve this. You are going to get stoned in the town square, and if I have to listen to you play again, I will drown myself in the lake." "Oh," said Magnus, and he began to grin. "I wouldn't. I hear there is a dreadful monster living in that lake." Imasu seemed to still be brooding about Magnus's charango playing, a subject that Magnus had lost all interest in. "I believe the world will end with a noise like the noise you make!" "Interesting," said Magnus, and he threw his charango out the window. "Magnus!" "I believe that music and I have gone as far as we can go together," Magnus said. "A true artiste knows when to surrender." "I can't believe you did that!" Magnus waved a hand airily. "I know, it is heartbreaking, but sometimes one must shut one's ears to the pleas of the muse." "I just meant that those are expensive and I heard a crunch.
Cassandra Clare (The Bane Chronicles)
De pronto lo antiguo se precipita. Lo antiguo cae de las nubes. Es el rayo mismo. El trueno es la voz de este animal enorme y extremadamente negro que se llama tormenta. Los relámpagos saltan desde lo alto del cielo con el deseo de venir a tocar la tierra.
Pascal Quignard (Butes)
The llama was wearing a bridle with a rope attached where you might expect to find reins. A greeting card was hanging from his neck: 'Hola Como se llama? Yo me llamo C. Llama.' During his preschool years, Clay's favorite cartoon had featured a Spanish-speaking boy naturalist who was always saving animals with his girl cousin, and Clay still knew enough of the language to translate: 'Hello. How do you call yourself? I call myself Como C. Llama.' The llama's name is What is your name?
Pseudonymous Bosch (Bad Magic (Bad, #1))
Este tipo altamente apreciable ha existido ya muy a menudo; pero como un caso afortunado, como una emoción, no fue nunca querido. Quizás, por el contrario, fue querido, cultivado, obtenido, el tipo opuesto: el animal doméstico, el animal de rebaño, aquel animal enfermo que se llama hombre: el cristiano…
Miguel de Cervantes Saavedra (50 obras maestras que debes leer antes de morir: vol. 1)
El amaru es la serpiente alada, cabeza de llama y cola de pez, un animal mitológico. También es el rayo en una de sus metamorfosis, la luz que fertiliza antes del ruido y la lluvia. En sus escamas está escrito el absoluto, grabado todo lo que existe. Es la deidad de los ríos serpenteantes y un puente entre el cielo, la tierra y el agua. Es un viajero entre mundos.
Gabriela Wiener (Huaco retrato)
Horses increased in number after the commercialization of the steam engine because horsepower filled the niche below steam power. A horse stood ready to pull a cart or plow a field on command, without the delay of building up a head of steam. Energy transitions are seldom so complete that they drive out every competitor. Much of the world still relies on animals for farm work and transportation: horses, oxen, camels, llamas, water buffalo, elephants, even fellow humans.
Richard Rhodes (Energy: A Human History)
No usó su látigo, ni me insultó, ni lanzó ningún juramento. No juzgó necesario malgastar palabras, ni siquiera palabrotas, con aquel cuerpo andrajoso y demacrado, que no parecía una figura humana. En lugar de eso, se agachó alegremente, cogió una piedra y me la arrojó. Así se llama la atención de un animal doméstico para que vuelva a su trabajo, una criatura con la que se tiene tan poco en común que ni siquiera se la castiga. Aquella piedra me hirió más que los latigazos o los insultos soeces. Se quedó imborrable en mi corazón.
Viktor E. Frankl (El hombre en busca de sentido)
el gran macho cabrío. ¡Salve, demonio mudo! Eres el más intenso animal. Místico eterno del infierno carnal… ¡Cuántos encantos tiene tu barba, tu frente ancha, rudo Don Juan! ¡Qué gran acento el de tu mirada mefistofélica y pasional! Vas por los campos con tu manada, hecho un eunuco ¡siendo un sultán! Tu sed de sexo nunca se apaga; ¡bien aprendiste del padre Pan! La cabra lenta te va siguiendo, enamorada con humildad; mas tus pasiones son insaciables; Grecia vieja te comprenderá. ¡Oh ser de hondas leyendas santas de ascetas flacos y Satanás, con piedras negras y cruces toscas, con fieras mansas y cuevas hondas, donde te vieron entre la sombra soplar la llama de lo sexual! ¡Machos cornudos de bravas barbas! ... ¡Machos cabríos! Sois metamorfosis de viejos sátiros perdidos ya. Vais derramando lujuria virgen como no tuvo otro animal. ¡Iluminados del Mediodía!
Federico García Lorca
Miraculously, some animals survived at the zoo and many escaped across the bridge, entering Old Town while the capital burned. People brave enough to stand by their windows, or unlucky enough to be outside, watched a biblical hallucination unfolding as the zoo emptied into Warsaw's streets. Seals waddled along the banks of the Vistula, camels and llamas wandered down alleyways, hooves skidding on cobblestone, ostriches and antelope trotted beside foxes and wolves, anteaters called out hatchee, hatchee as they scuttled over bricks. Locals saw blurs of fur and hide bolting past factories and apartment houses, racing to outlying fields of oats, buckwheat, and flax, scrambling into creeks, hiding in stairwells and sheds. Submerged in their wallows, the hippos, otters, and beavers survived. Somehow the bears, bison, Przywalski horses, camels, zebras, lynxes, peacocks and other birds, monkeys, and reptiles survived, too.
Diane Ackerman (The Zookeeper's Wife: A War Story)
—¡Arriba, princesita! El grito la sobresaltó, incorporándose de golpe, desorientada. Miró a su alrededor. La luz había vuelto, y Hewan estaba de pie en mitad de la estancia. Tenía una cadena más delgada en una mano, y una bolsa negra en la otra. Se había cambiado la falda de cuero de la noche anterior por otra de lana gruesa, tejida a cuadros verdes con líneas negras —¿No puedes ser más delicado a la hora de despertarme? —se quejó Rura con irritación. —¿La princesita se ha asustado? —Se llevó la mano al pecho, simulando estupor—. Lo lamento mucho, alteza imperialísima. ¿Vais a ordenar azotarme? Rura se levantó. Se sentía sucia y horrenda, con el pelo enredado y el quimono lleno de arrugas. Y olía a sudor. Hacía años que sus axilas no olían. —No me llames así —gruñó. —¿Princesita? ¿No te gusta? —Me importa un comino si me llamas princesita. No te dirijas a mí como Alteza Imperial. No tengo el derecho a usar el título. Rura intentó evitarlo, pero la amargura fue evidente en su voz. Hewan soltó una carcajada y puso los brazos en jarras. La cadena y la bolsa negra colgaban de sus manos. —Vaya, vaya, vaya… Así que no eres hija legítima —se burló—. Lástima. Pensaba utilizarte como moneda de cambio, pero ya veo que no me servirás ni para eso. Probablemente, cuando la noticia de tu captura llegue a oídos de tu padre, el gran príncipe heredero, se sentirá aliviado. ¿No es así? —¡Mi padre me quiere! —gritó furiosa—. ¿Me oyes, bestia inmunda? ¡Mi padre me quiere, y cuando venga a por mí, traerá con él todo el ejército imperial! ¡Destrozará estas montañas hasta encontrarme! Y tú y tu pueblo lo pagaréis con la exterminación. Se sintió como una niña malcriada gritando toda esa sarta de mentiras, pero en aquel momento no podía afrontar la verdad que había en las palabras de aquel extraño. La sonrisa de Hewan murió y su rostro se transformó en una máscara colérica. —Claro que te quiere, princesita —siseó. Tenía el cuello en tensión, y los tendones se marcaban, abultados bajo la piel—. Por eso permitió que tu esposo el gobernador te repudiara y te exiliara. Rura no contestó. ¿Qué iba a decir? ¿Confesar ante este extraño que se lo merecía por lo que había hecho? ¿Que tenía suerte de estar viva? Había conspirado para matar a Kayen. El hecho que fuese por orden de su padre, no la convertía en inocente. Además, estaba segura que su exilio tenía mucho más que ver con la paliza que le dio a la esclava, que con el intento de asesinato. —¿No dices nada? Rura se escondió de nuevo tras su máscara de princesa. Levantó la barbilla con orgullo y se negó a hablar. Hewan se acercó a ella, y Rura luchó con el impulso de huir de él. Le puso la bolsa delante de la cara. —Hueles que apestas —le dijo. Rura enrojeció de rabia y de vergüenza—. Te voy a llevar a los baños para que te puedas lavar, pero para eso tengo que taparte la cabeza. —No quiero ir. Puedo lavarme aquí si alguien me trae agua y jabón. —Nadie te ha pedido tu opinión, princesita. —Le pasó la bolsa por la cabeza y se la anudó en el cuello, por encima del collar metálico—. No te preocupes, no dejaré que te caigas… creo. Desenganchó la cadena que la mantenía sujeta a la pared, y aseguró la nueva cadena que llevaba en la mano, más delgada y corta. —¿Tienes que llevarme como si fuera un perro? —preguntó indignada— . No voy a echar a correr. —Por supuesto que no correrás —contestó Hewan, guasón—. Esta cadena no es para impedir que huyas; es para humillarte. —Eres un animal. —Puede ser, pero no soy yo el que lleva collar y cadena, princesita. Y que no se te ocurra intentar quitarte la bolsa de la cabeza: si lo haces, tendré que arrancarte esos bonitos ojos que tienes.
Alaine Scott (La princesa sometida (Cuentos eróticos de Kargul #3))
Y pienso si no será siempre así, que el arte de nuestro tiempo, ese arte tenso y desgarrado, nazca invariablemente de nuestro desajuste, de nuestra ansiedad y nuestro descontento. Una especie de intento de reconciliación con el universo de esa raza de frágiles, inquietas y anhelantes criaturas que son los seres humanos. Puesto que los animales no lo necesitan: les basta vivir. Porque su existencia se desliza armoniosamente con las necesidades atávicas. Y al pájaro le basta con algunas semillitas o gusanos, un árbol donde construir su nido, grandes espacios para volar; y su vida transcurre desde su nacimiento hasta su muerte en un venturoso ritmo que no es desgarrado jamás ni por la desesperación metafísica ni por la locura. Mientras que el hombre, al levantarse sobre las dos patas traseras y al convertir en un hacha la primera piedra filosa, instituyó las bases de su grandeza pero también los orígenes de su angustia; porque con sus manos y con los instrumentos hechos con sus manos iba a erigir esa construcción tan potente y extraña que se llama cultura e iba a iniciar así su gran desgarramiento, ya que habrá dejado de ser un simple animal pero no habrá llegado a ser el dios que su espíritu le sugiera. Será ese ser dual y desgraciado que se mueve y vive entre la tierra de los animales y el cielo de sus dioses, que habrá perdido el paraíso terrenal de su inocencia y no habrá ganado el paraíso celeste de su redención. Ese ser dolorido y enfermo del espíritu que se preguntará, por primera vez, sobre el porqué de su existencia. Y así las manos, y luego aquella hacha, aquel fuego, y luego la ciencia y la técnica habrán ido cavando cada día más el abismo que lo separa de su raza originaria y de su felicidad zoológica. Y la ciudad será finalmente la última etapa de su loca carrera, la expresión máxima de su orgullo y la máxima forma de su alienación. Y entonces seres descontentos, un poco ciegos y un poco como enloquecidos, intentan recuperar a tientas aquella armonía perdida con el misterio y la sangre, pintando o escribiendo una realidad distinta a la que desdichadamente los rodea, una realidad a menudo de apariencia fantástica y demencial, pero que, cosa curiosa, resulta ser finalmente más profunda y verdadera que la cotidiana. Y así, soñando un poco por todos, esos seres frágiles logran levantarse sobre su desventura individual y se convierten en intérpretes y hasta en salvadores (dolorosos) del destino colectivo.
Ernesto Sabato (Sobre héroes y tumbas)
Así llama Karl Popper al irracionalismo del ser humano primitivo que anida en el fondo más secreto de todos los civilizados, quienes nunca hemos superado del todo la añoranza de aquel mundo tradicional —la tribu— cuando el hombre era aún una parte inseparable de la colectividad, subordinado al brujo o al cacique todopoderosos, que tomaban por él todas las decisiones, en la que se sentía seguro, liberado de responsabilidades, sometido, igual que el animal en la manada, el hato, o el ser humano en la pandilla o la hinchada, adormecido entre quienes hablaban la misma lengua, adoraban los mismos dioses y practicaban las mismas costumbres, y odiando al otro, al ser diferente, a quien podía responsabilizar de todas las calamidades que sobrevenían a la tribu. El «espíritu tribal», fuente del nacionalismo, ha sido el causante, con el fanatismo religioso, de las mayores matanzas en la historia de la humanidad
Mario Vargas Llosa (La llamada de la tribu)
El proceso que ha permitido al ser humano salir de la vida animal de sus ancestros —la vida de la caverna y la tribu— y llegar a las estrellas y la democracia, fue posible, según Hayek, por lo que llama «los órdenes espontáneos» surgidos, como su nombre indica, de manera imprevista, no planeada ni dirigida, como un movimiento de grandes conjuntos sociales empeñados en superar sus condiciones de vida que descubren de este modo determinados instrumentos o tipos de relación capaces de facilitar aquella mudanza para mejorar la vida que llevan.
Mario Vargas Llosa (La llamada de la tribu)
Luciana de Bari se consagró del todo a Dios. Retirada en un bosque sombrío vivió sola, dedicada a labrar la imagen de su perfección. A nadie amó Luciana: no dio su amor a un hombre, a un niño, a un enfermo, a un ser solitario o a algún animal. Jamás tuvo ocasión de hacer pecado, y así nunca pecó. Cuando murió fue al cielo. Ahí se encuentra, blanca y eterna soledad. Paolo y Francesca, de quienes habló Dante en su Commedia, fueron contemporáneos de Luciana. Encendidos en llamas del amor, pecaron mucho. A su muerte, los recibió el infierno. Ahí están, abrazados y abrasados. En el infierno siguen juntos, unidos por el amor para la eternidad. Dios es justo y es sabio, y da a cada quien lo que le corresponde. A Luciana le dio un infierno disfrazado de cielo. A Paolo y Francesca les dio un cielo disfrazado de infierno.
Armando Fuentes Aguirre (Teologías para ateos (Ensayo y sociedad) (Spanish Edition))
Una dieta vegetariana pobre en proteínas constituye una manera sana de vivir. Incluso si no podéis ser estrictamente vegetarianos, será beneficioso moderar la cantidad de carne que coméis. En las escuelas meridionales del budismo, el hecho de comer carne no está estrictamente prohibido, pero la carne de algunos animales, como los que no tienen la pezuña hendida o no han sido especialmente sacrificados para vuestro consumo personal, está prohibida. Lo que quiere decir que la carne vendida habitualmente en los mercados es aceptable. A la carne que puede ser comida se le llama «carne pura» y se distingue por tres condiciones: que no hayáis visto sacrificar al animal para que os lo comáis, que no tengáis ninguna información al respecto y que no tengáis ninguna duda sobre el hecho de que el animal no haya sido sacrificado especialmente para vuestro consumo personal. En general, las escuelas budistas del Mahayana no prohíben tampoco el consumo de carne. Sin embargo, algunas escrituras, como el Sutra del descenso a Lanka10 prohíben estricta y permanentemente el consumo de carne, mientras que otras, como la Esencia del Madhyamika11 de Acharya Bhavaviveka, parecen autorizarlo. De modo que algunos de los textos Mahayana relativos a la perfección de la sabiduría12 prohíben el consumo de carne, mientras que otros no. Las tres clases inferiores de tantra prohíben estrictamente comer carne, mientras que las clases superiores autorizan el consumo. Algunas prácticas rituales propias de esta clase de tantra requieren los cinco tipos de carne y los cinco tipos de néctar. Por lo tanto, y según la regla más general, se puede comer la carne que se encuentra en el mercado, pero debemos abstenernos de matar o permitir que se maten animales para nuestro consumo personal.
Dalai Lama XIV (La meditación paso a paso)
Ingrato, coloca la mano sobre este corazón que te adora; que el tuyo se anime, si es posible, con la más ligera de las emociones que tan sensibles son en el mío. Deja que fluya por tus venas un poco de esa llama deliciosa que abrasa las mías; suaviza, si puedes, el sonido de esa voz tan propia para inspirar amor y de la que no te sirves, y en exceso, más que para asustar mi alma tímida; dime, en fin, si te es posible, pero con la misma ternura que yo siento por ti: mi querido Belcebú, te adoro…
Jacques Cazotte (The Devil in Love)
El soñador –si quieres una definición exacta– no es un ser humano, sino una criatura de un tipo intermedio. La mayor parte de las veces se instala en algún rincón inaccesible, como escondiéndose de la luz del día; una vez que se desliza en su rincón, se amolda a él como un caracol, o, en todo caso, en en ese aspecto muy parecido a esa notable criatura, que es un animal y una casa a la vez, y se llama tortuga.
Fiódor Dostoyevski (Noches blancas (Spanish Edition))
There are Bedouins in Arabia, Tuareg in North Africa, Somalis and Maasai in East Africa, Sami of northern Scandinavia, Gujjars in India, Yörük in Turkey, Tuvans of Mongolia, Aymara in the Andes. There are herds of sheep, goats, cows, llamas, camels, yaks, horses, or reindeer, with the pastoralists living off their animals’ meat, milk, and blood and trading their wool and hides.
Robert M. Sapolsky (Behave: The Biology of Humans at Our Best and Worst)
Para aprender la doctrina del Sexto Principio, es necesario asimilar todas estas concepciones y unirlas, o extraer su esencia. Siguiendo el orden de ideas que acaba de sugerir la aplicación del término alma animal al cuarto principio, y alma humana al quinto, el sexto puede llamarse el alma espiritual del hombre, y el séptimo, por lo tanto, el espíritu mismo. En otro aspecto de la idea, el sexto principio puede ser llamado el vehículo del séptimo, y el cuarto el vehículo del quinto; pero otro modo de tratar el problema nos enseña a considerar cada uno de los principios superiores, desde el cuarto en adelante, como un vehículo de lo que, en la filosofía budista, se llama la Vida Única o Espíritu.
Pluma Arcana (El Budismo Esotérico de Sinnet: Karma, Reencarnación y Evolución Espiritual Desde la Tesosofía (Operación Aconte: Cómo escapar de la Matrix o Granja Humana y del Control Arconte) (Spanish Edition))
I asked what she thought that voice might sound like—the voice of people attuned to tension and cloth, people who saw the stones of the world charged with spirit, people who had never seen animals larger than a llama, people who broke the world into complementary halves and thought more in terms of up and down than north and south, people who took in information about the world through their fingers. “Foreign,” she said.
Charles C. Mann (1491: New Revelations of the Americas Before Columbus)
By a quirk of biological history, the pre-Columbian Americas had few domesticated animals; no cattle, horses, sheep, or goats graced its farmlands. Most big animals are tamable, in the sense that they can be trained to lose their fear of people, but only a few species are readily domesticable—that is, willing to breed easily in captivity, thereby letting humans select for useful characteristics. In all of history, humankind has been able to domesticate only twenty-five mammals, a dozen or so birds, and, possibly, a lizard. Just six of these creatures existed in the Americas, and they played comparatively minor roles: the dog, eaten in Central and South America and used for labor in the far north; the guinea pig, llama, and alpaca, which reside in the Andes; the turkey, raised in Mexico and the U.S. Southwest; the Muscovy duck, native to South America despite its name; and, some say, the iguana, farmed in Mexico and Central America.* The lack of domestic animals had momentous consequences. In a country without horses, donkeys, and cattle, the only source of transportation and labor was the human body. Compared to England, Tsenacomoco had slower communications (no galloping horses), a dearth of plowed fields (no straining oxen) and pastures (no grazing cattle), and fewer and smaller roads (no carriages to accommodate). Battles were fought without cavalry; winters endured without wool; logs skidded through the forest without oxen. Distances loomed larger when people had to walk from place to place; indeed, in terms of the time required for Powhatan’s orders to reach his minions, Tsenacomoco may have been the size of England itself (it was much less populous, of course).
Charles C. Mann (1493: Uncovering the New World Columbus Created)
«espíritu de la tribu» en sus discursos. Así llama Karl Popper al irracionalismo del ser humano primitivo que anida en el fondo más secreto de todos los civilizados, quienes nunca hemos superado del todo la añoranza de aquel mundo tradicional —la tribu— cuando el hombre era aún una parte inseparable de la colectividad, subordinado al brujo o al cacique todopoderosos, que tomaban por él todas las decisiones, en la que se sentía seguro, liberado de responsabilidades, sometido, igual que el animal en la manada, el hato, o el ser humano en la pandilla o la hinchada, adormecido entre quienes hablaban la misma lengua, adoraban los mismos dioses y practicaban las mismas costumbres, y odiando al otro, al ser diferente, a quien podía responsabilizar de todas las calamidades que sobrevenían a la tribu.
Mario Vargas Llosa (La llamada de la tribu)
plano a la izquierda, detrás de la madre y el coro: el árbol de la vida, que también es la pirámide de mayo ... la madre se convierte en la voz principal del coro, dialoga con él, y es él. musicalmente —porque el principal discurso sobre el secuestro, la tortura, la muerte, la degradación buscada ... madre-árbol (canta): esta madera / obrera del fuego que me arde para llama con que me herís / tocás / volás / o tocamiento tierno que toca el revés del alma o como un amor trabajador que sube al aire con tus rostros / tu claridad / tu acto de fuego para la llama que me ardés en la madera ya embestida de luz / tu luz / campo de luz donde encendido como llaga mi corazón pasara en brazos de vos / amor / quemando la furia de ser fuera de vos como animal / sucio de noche ... desenfuriando las cenizas donde te ardí como animal de fuego por huesitos tristes
Juan Gelman
Si la voluntad individual tiene un movimiento unitario e indiviso [eine ungetheilte Bewegung], porque ella misma es algo entero e indiviso, entonces, como objeto, es un individuo inorgánico [unorganiches Individuum]. Por supuesto, aquí estamos hablando solamente de impulso [Trieb ], del movimiento interno, dentro de una determinada individualidad. Si, en cambio, la voluntad tiene un movimiento resultante [eine resul- tierende Bewegung], que surge de haberse dividido, es, como objeto, un organismo [Organismus]. La parte separada se llama órgano. Luego, los organismos se diferencian unos de otros como sigue: Si el movimiento de los órganos es solo la irritabilidad [Irritabilitiit], que solamente reacciona a un estímulo exterior, entonces el organismo es una planta [pflanze]. El movimiento resultante es el crecimiento [Wachstum]. Si, además, la voluntad individual está en sí separada parcialmente, de tal modo que una parte de su movimiento se ha dividido en algo que mueve y algo movido, en algo que dirige y algo dirigido, o en otras palabras, en irritabilidad y sensibilidad [Sensibilitaet], las cuales, reunidas de nuevo, constituyen la parte entera del movimiento, tenemos, como objeto, un animal [Thier]. La sensibilidad (y, por tanto, también el espíritu) no es otra cosa que una parte del movimiento, tan esencial a la voluntad, y como tal también una manifestación de la voluntad, igual que la irritabilidad o el resto del movimiento total. Solo hay un principio en el mundo: la voluntad de vivir individual, y, fuera de ella, no hay ningún otro. Cuanto más grande es la parte del movimiento total que se ha separado, es decir, cuanto más grande es la inteligencia, tanto más alto es el grado en el que se encuentra el animal, y más grande es el significado que tiene lo que dirige [der Lenker] para el individuo; y cuanto menos favorable es la relación de la sensibilidad para el resto del movimiento no dividido, tanto más grande es el movimiento total restante, que aquí aparece como instinto [lnstinkt] del que el impulso artístico [Kunsttrieb] únicamente es una ramificación. Finalmente, si como consecuencia de una ulterior división del movimiento restante surge el pensar en conceptos [Denken in Begriffen] en la voluntad individual, entonces tenemos un ser humano [Mensch]. El movimiento resultante se muestra, tanto en el animal como en el hombre, como crecimiento y movimiento voluntario.
Philipp Mainländer (Die Philosophie der Erlösung (1879))
Si la voluntad individual tiene un movimiento unitario e indiviso [eine ungetheilte Bewegung], porque ella misma es algo entero e indiviso, entonces, como objeto, es un individuo inorgánico [unorganiches Individuum]. Por supuesto, aquí estamos hablando solamente de impulso [Trieb ], del movimiento interno, dentro de una determinada individualidad. Si, en cambio, la voluntad tiene un movimiento resultante [eine resul- tierende Bewegung], que surge de haberse dividido, es, como objeto, un organismo [Organismus]. La parte separada se llama órgano. Luego, los organismos se diferencian unos de otros como sigue: Si el movimiento de los órganos es solo la irritabilidad [Irritabilitiit], que solamente reacciona a un estímulo exterior, entonces el organismo es una planta [pflanze]. El movimiento resultante es el crecimiento [Wachstum]. Si, además, la voluntad individual está en sí separada parcialmente, de tal modo que una parte de su movimiento se ha dividido en algo que mueve y algo movido, en algo que dirige y algo dirigido, o en otras palabras, en irritabilidad y sensibilidad [Sensibilitaet], las cuales, reunidas de nuevo, constituyen la parte entera del movimiento, tenemos, como objeto, un animal [Thier]. La sensibilidad (y, por tanto, también el espíritu) no es otra cosa que una parte del movimiento, tan esencial a la voluntad, y como tal también una manifestación de la voluntad, igual que la irritabilidad o el resto del movimiento total. Solo hay un principio en el mundo: la voluntad de vivir individual, y, fuera de ella, no hay ningún otro. Cuanto más grande es la parte del movimiento total que se ha separado, es decir, cuanto más grande es la inteligencia, tanto más alto es el grado en el que se encuentra el animal, y más grande es el significado que tiene lo que dirige [der Lenker] para el individuo; y cuanto menos favorable es la relación de la sensibilidad para el resto del movimiento no dividido, tanto más grande es el movimiento total restante, que aquí aparece como instinto [lnstinkt] del que el impulso artístico [Kunsttrieb] únicamente es una ramificación. Finalmente, si como consecuencia de una ulterior división del movimiento restante surge el pensar en conceptos [Denken in Begriffen] en la voluntad individual, entonces tenemos un ser humano [Mensch]. El movimiento resultante se muestra, tanto en el animal como en el hombre, como crecimiento y movimiento voluntario.
Philipp Mainländer (Die Philosophie der Erlösung (1879))
(...) el hombre, al levantarse sobre las dos patas traseras y al convertir en un hacha la primera piedra filosa, instituyó las bases de su grandeza pero también los orígenes de su angustia; porque con sus manos y con los instrumentos hechos con sus manos iba a erigir esa construcción tan potente y extraña que se llama cultura e iba a iniciar así su gran desgarramiento, ya que habrá dejado de ser un simple animal pero no habrá llegado a ser el dios que su espíritu le sugiera. Será ese ser dual y desgraciado que se mueve y vive entre la tierra de los animales y el cielo de sus dioses, que habrá perdido el paraíso terrenal de su inocencia y no habrá ganado el paraíso celeste de su redención.
Ernesto Sabato (Sobre héroes y tumbas)
El hombre es, en el fondo, un animal feroz. Acaso más envenenado que las víboras y más cruel que los tigres. El deseo de matar, profundamente unido a su instinto sexual, está siempre latente en él. Pero lo llama heroísmo y eleva estatuas a hombres que fueron asesinos. El deseo siempre grande de matar, hace que el hombre cree himnos nacionales, pabellones y fronteras.
Humberto Salvador (Camarada)
Un soñador -por si necesita una definición minuciosa- no es una persona, ¿sabe?, sino una criatura de género neutro. Habita mayormente en algún rincón inaccesible, como si se ocultara hasta la luz del día, y cuando se encierra en sí mismo, se adhiere a su rincón como un caracol, o cuando menos se parece mucho en su relación a ese curioso animal que es animal y casa al mismo tiempo y que se llama tortuga.
Fiodor Dostoïevski (White Nights)
The poster boys for this are the camel and the llama. These two animals can produce fertile offspring even though they have been evolving separately for four million years.
Mike Nichols (Quantitative Medicine: Using Targeted Exercise and Diet to Reverse Aging and Chronic Disease)
had been born knowing that if you held the proper measuring stick, animals would always test smarter than people, and nothing I’ve seen in my lifetime has disabused me of that notion. We may have more complicated language, opposable thumbs and this dangerous thing called reason, but any self-respecting llama or buffalo or spider knows enough not to destroy its own home.
Pam Houston (Deep Creek: Finding Hope in the High Country)
the perplexing fact that when Europeans came into contact with American Indians, the transfer of deadly germs was all one way (with the possible exception of syphilis).12 There were no domesticated animals in the New World (other than the Peruvian llama), which meant humans there had no opportunity to evolve genetic resistance to particular diseases that originated in such animals before circulating among people.
Nicholas A. Christakis (Apollo's Arrow: The Profound and Enduring Impact of Coronavirus on the Way We Live)
—No me dejes con la palabra en la boca. —Rick la seguía molesto—. Te dije que no hice un viaje tan largo sólo para que una caprichosa, malcriada y orgullosa me bañara la cara de Cosmopolitan. —Se lo merecía. —Minerva entró a su oficina. —Minerva eres... —Rick se contuvo, deseaba sujetarla con fuerza, incrustarla en la pared y hacerle ver lo que era un hombre que le bajara su orgullo, deseaba domarla como si se tratara de un animal salvaje, deseaba demostrarle quien era superior, deseaba tenerla entre la pared y su cuerpo, deseaba someterla, deseaba besarla y devorarla, disfrutar su sabor, sentir su ardiente aliento y las llamas de la pasión envolviéndolos, deseaba tenerla, por capricho, por obsesión, por lo que fuera que lo estuviera comenzando a consumir...
Itxamany Bustillo (Minerva: Arte, Pasión y Seducción (Arte, Pasión y Seducción (APS)) (Spanish Edition))
1) Consciencia simple, que es poseída, digamos, por la mitad superior del reino animal. Por medio de esta facultad, un perro o un caballo es tan consciente de las cosas acerca de él como lo es un ser humano; también es consciente de sus propios miembros y de su cuerpo, y sabe que estos son parte de sí mismo. (2) Más allá de esta Consciencia Simple, que poseen tanto los humanos como los animales, tenemos otra que se llama Auto Consciencia. En virtud de esta facultad, el ser humano no solo es consciente de los árboles, las rocas, las aguas, sus propias extremidades y su cuerpo, sino que se hace consciente de sí mismo como una entidad distinta y aparte de todo el resto del universo. Es casi seguro que ningún animal pueda comprenderse de esa manera.
Richard M. Bucke (Consciencia Cósmica.: Un Estudio de la Evolución de la Mente Humana. Vol. 1 (Biblioteca Esotérica nº 151) (Spanish Edition))