“
Años después, una señora se acerca a Laurent Fignon en un restaurante. Lleva esa cara que se te pone cuando reconoces un rostro famoso, pero no acabas de identificarlo del todo. Entonces avanza una pregunta, tímida, educada: «Usted es el que perdió un Tour por ocho segundos, ¿no?». Y Fignon, que tiene el día irónico, le contesta, media sonrisa: «No, señora, yo soy el que ganó dos Tours».
”
”