Insulto Quotes

We've searched our database for all the quotes and captions related to Insulto. Here they are! All 100 of them:

L'insulto é l'arma del debole.
Lynne Truss (I Maleducati: Contro La Cafoneria Della Vita Quotidiana)
Ogni responsabilità è della donna, ogni sofferenza, ogni insulto. Puttana, le dite se ha fatto l'amore con voi. La parola puttano non esiste nel dizionario: usarla è un errore di glottologia.
Oriana Fallaci (Letter to a Child Never Born)
No profieras amenaza alguna. Razona con la gente.» El arte del razonamiento consistía en desoír todos los insultos, todas las amenazas; algo así como poner la otra mejilla.
Mario Puzo (El Padrino)
Prometeram-nos paraísos e ameaçaram-nos com infernos, tão falsos uns como os outros, insultos descarados a uma inteligência e a um sentido comum que tanto trabalho nos deram a criar.
José Saramago
Cuando una persona se configura para expresarse en 140 caracteres, cuando se habitúa al dicterio o al insulto, pierde capacidad para la argumentación, que es la médula del pensamiento.
Fernando Savater (Ética de urgencia)
Bueno, que me cuelguen si no es ese gordo maloliente, el cabrón Billy y toda la porquería. ¿Cómo estás, botellón de aceite de cocina barato? Acércate, que te daré una en los yarblocos, si es que los tienes, eunuco grasiento.
Anthony Burgess (A Clockwork Orange)
Mi padre dijo que en México todos éramos indios, aun sin saberlo ni quererlo. Si los indios no fueran al mismo tiempo los pobres nadie usaría esa palabra a modo de insulto.
José Emilio Pacheco (Las batallas en el desierto)
Matilde se la había dado todo. Pero eso un hombre no lo agradece nunca, eso se paga profiriendo un insulto. Otras mujeres esperaban su turno y serían menos torpes de lo que ella fue.
Rosario Castellanos (Balún Canán)
- No he venido hasta aquí para ser insultado. - Quizá siempre os habéis tomado la verdad como un insulto
Robert Fisher (The Knight in Rusty Armor)
Acudieron de setenta y cuatro naciones diferentes. Los dispersados, los exiliados, los repudiados se congregaban en el único rincón de la Tierra donde la palabra «judío» no era un insulto.
Leon Uris (Éxodo)
Las gentes me cortejan en la medida que no las moleste. Pero cuando pretendo servir a objetivos que no les convienen pasan immediatamente al insulto, mientras que los indiferentes se esconden detras de su cobardía
Albert Einstein (The World As I See It)
Esto no es un libro. Es un libelo, una calumnia, una difamación. No es un libro, en el sentido ordinario de la palabra. No, es un insulto prolongado, un escupitajo a la cara del arte, una patada en el culo a Dios, al hombre, al destino, al tiempo, al amor, a la belleza... a lo que os parezca.
Henry Miller (Trópico de Cancer)
Se crescer é doloroso para a garota negra do sul, estar ciente do seu não pertencimento é a ferrugem na navalha que ameaça a garganta. É um insulto desnecessário.
Maya Angelou (I Know Why the Caged Bird Sings (Maya Angelou's Autobiography, #1))
Es una cobardía, digna sólo de un esclavo, sufrir un insulto y dejar que impunemente se ataque a las personas de su cariño.
Aristotle (Obras Completas de Aristóteles (Spanish Edition))
Dio un bocado al Battenberg sin apenas apreciar su sabor, un insulto para el pobre pastel,
Gail Carriger (Soulless (Parasol Protectorate, #1))
Fascista y liberal, adjetivos que definen posturas irreconciliables, son usados como sinónimos para el insulto a todo aquel que no milite en el socialismo, democrático o no.
Hermann Tertsch (Días de ira (Actualidad) (Spanish Edition))
A veces me enfurezco. Le digo lo que siento, repito «mierda» infinitas veces. Su sonrisa me devuelve los insultos
Alejandra Pizarnik (Diarios)
A ilusão de uma democracia é um insulto à nossa inteligência. Em um sistema monetário não existe esse negócio de "democracia verdadeira", nunca teve.
Peter Joseph
Matarse es siempre una negación brutal. Pero matarse en plena juventud, en la hora del amor y la primavera es un insulto a la naturaleza.
Alejandro Casona (Prohibido suicidarse en primavera)
—Te llamó guapa —prosiguió al fin, acentuando más el ceño fruncido—. Y eso es prácticamente un insulto con el aspecto que tienes hoy. Eres mucho más que hermosa.
Stephenie Meyer (Crepúsculo / Vida y Muerte (Crepúsculo, #1, #1.75))
Querida, nunca pode tomar como um insulto que as pessoas te chamem nomes feios. Só mostra até que ponto essa pessoa é pobre de espírito, mas não pode te magoar.
Harper Lee (To Kill a Mockingbird)
Los que poco sufren pueden ser tan orgullosos e independientes como quieran; pueden resistir los insultos o humillar a su vez... Pero yo no puedo.
Jane Austen (Sense and Sensibility)
Cunt, «fica»: colloquiale per vagina; un insulto basato sulla premessa che la vagina di una donna sia volgare.
Pip Williams (The Dictionary of Lost Words)
nunca es un insulto que te llamen lo que otra persona cree que es un nombre feo. Tan solo te demuestra lo ruin que es esa persona, no te hace daño.
Harper Lee (To Kill a Mockingbird Matar a un ruiseñor (Spanish edition))
- Ele disse que você está bonita - continuou ele por fim, com as rugas se aprofundando.- É praticamente um insulto, do jeito que você está agora. Você é muito mais do que bonita
Stephenie Meyer (Twilight (The Twilight Saga, #1))
Es preciso dejar que los demás tengan razón —respondía a los insultos— pues eso los consuela de no tener otra cosa.
André Gide (The Immoralist)
Metà dei guai del mondo sono causati da uomini non allenati a risentirsi per una affermazione fallace come per un insulto.
Mary Renault (The Last of the Wine)
Pasé de los insultos al silencio. Eran menos dolorosos los primeros.
Alejandro Jodorowsky
...hay momentos en que la indignación puede surgir incluso en un prisionero aparentemente endurecido, indignación no causada por la crueldad o el dolor, sino por el insulto al que va unido.
Viktor E. Frankl (Man's Search for Ultimate Meaning)
La historia está contada. Imagino al juicioso lector poniéndose los anteojos para buscar la moraleja. Sería un insulto a su sagacidad darle pistas. Tan solo diré: ¡que Dios le ampare en su búsqueda!
Charlotte Brontë (Shirley)
Recentemente tem havido muita confusão quanto ao significado exato de fascismo. Pessoas chamam quase todas as pessoas das quais não gostam de "fascistas". O termo corre o risco de degenerar num insulto genérico.
Yuval Noah Harari (21 Lessons for the 21st Century)
¿Cómo está el chaval? Había luchado contra un demonio por mí. Acababa de salvarme la vida, pero se comportaba como si no le importara nada en el mundo. —Está bien —le dije, sacudiendo la cabeza—. Un poco traumatizado, pero está en buenas manos. Es sordo. —Lo sé. —¿Cómo? —pregunté sorprendida. —Te vi hablar con él durante un rato. Apreté los labios. —Acosador —le dije después. —Chalada. Ahogué una exclamación. —Neandertal. —Chiflada. —Gorila. Psicópata. ¿Cómo afectaría aquel repertorio de insultos a mi estabilidad mental? Fruncí el ceño y me incliné hacia él. —Demonio. Reyes enredó un dedo en el dobladillo de mi camiseta y tiró para acercarme a él.
Darynda Jones (Fourth Grave Beneath My Feet (Charley Davidson, #4))
Bienvenido a Kazam (...), donde los horrores más inimaginables comparten el día a día con la perplejidad absoluta y el azar más rabioso. Definirlo como manicomio sería un insulto hasta para el más desquiciado de los manicomios.
Jasper Fforde (The Last Dragonslayer (The Last Dragonslayer, #1))
Su madre siempre le dice que por culpa de las novelas es incapaz de apreciar a los hombres de carne y hueso, observación que Amelia se toma como un insulto, ya que da a entender que solo lee libros con héroes románticos clásicos.
Gabrielle Zevin (The Storied Life of A.J. Fikry)
Quando alguém lhe difama ou odeia, ou quando clamam contra a sua pessoa insultos similares, busca penetrar suas almas e ver como eles realmente são. Assim, verá que não vale a pena se esforçar para que tais homens mudem de opinião ao seu respeito.
Marcus Aurelius (Meditações de Marco Aurélio)
Na boca do homem o epíteto «fêmea» soa como um insulto; no entanto, ele não se envergonha da sua animalidade, sente-se, ao contrário, orgulhoso se dizem dele: «É um macho!» O termo «fêmea» é pejorativo, não porque enraíza a mulher na Natureza, mas porque a confina ao seu sexo.
Simone de Beauvoir (Le deuxième sexe, I)
A humanidade - pelo menos em sua maioria - detesta refletir, mesmo em benefício próprio. Magoa-se, como se fora um insulto, ao mais humilde convite para sair por um momento das velhas e batidas veredas e, a seu critério, ingressar num novo caminho para seguir alguma outra direção.
Helena Petrovna Blavatsky (The Secret Doctrine)
A gente acha que é menos infeliz quando não é infeliz sozinho; mas, segundo Zoroastro, não é por maldade, é por necessidade. A alegria de um homem feliz seria um insulto, mas dois infelizes são como dois arbustos frágeis que, apoiando-se um no outro, se fortalecem contra a tempestade.
Voltaire
Voglio che tu faccia ciascuna di quelle cose, Lailah. Voglio vederti depennare quelle voci una per una, se così ti sentirai viva o semplicemente normale. Ma la verità è che sei tutt'altro che normale. Sei anni luce da tutti gli altri. Tu sei speciale, Definirti normale sarebbe un insulto.
J.L. Berg (Within These Walls (Walls, #1))
La manera en la que evaluamos un insulto, crítica o desprecio ajeno afecta en gran medida al perjuicio que este nos acaba ocasionando. Un individuo no provocará daño alguno sobre ti al menos que tú lo desees; habrá logrado lastimarte desde el preciso momento en el que te consideras lastimado.
Epictetus (Enchîridion Ó Manual De Epicteto: Con El Texto Griego... (Spanish Edition))
La speranza era diventata quasi una maledizione per lei. Avrebbe voluto che non ce ne fosse bisogno. Ah, che tormento quello sperare, che insulto alla propria anima. Perché non c'era un disastro chiaro, completo, in modo da non pensarci più? Questo andirivieni con la speranza era peggio della disperazione…
D.H. Lawrence (The Ladybird)
Aquiles se sonrojó como si le hubieran abofeteado. Una cosa era llevar un vestido, impelido por la necesidad, y otra muy distinta que todos lo supieran. Nuestro pueblo reservaba los más feos apelativos para los hombres que actuaban como mujeres; semejantes insultos habían provocado la pérdida de muchas vidas.
Madeline Miller (The Song of Achilles)
Vi nítidamente a las madres de familia del barrio viejo. Eran nerviosas, eran condescendientes. Callaban con los labios apretados y los hombros caídos o proferían insultos terribles a los hijos que las atormentaban. Se arrastraban flaquísimas, con ojos y mejillas hundidas, o traseros anchos, tobillos hinchados, pechos pesados, las bolsas de la compra, los niños pequeños aferrados a sus faldas pidiendo que los auparan. Santo Dios, tenían diez, como mucho veinte años más que yo. Sin embargo, parecían haber perdido los rasgos femeninos que tanto nos importaban a nosotras, las muchachas, y a los que sacábamos partido con la ropa, el maquillaje. Habían sido devoradas por el cuerpo de sus maridos, de sus padres, de sus hermanos, a quienes terminaban por parecerse cada vez más, a causa de las fatigas o la llegada de la vejez, de la enfermedad. ¿Cuándo empezaba esa transformación? ¿Con las tareas domésticas? ¿Con los embarazos? ¿Con las palizas?
Elena Ferrante (The Story of a New Name (Neapolitan Novels, #2))
Dire che il popolo è sempre vittima, sempre innocente, è un'ipocrisia e una menzogna e un insulto alla dignità di ogni uomo, di ogni donna, di ogni persona. Un popolo è fatto di uomini, donne, persone, ciascuna di queste persone ha il dovere di scegliere, di decidere per se stessa; e non si cessa di scegliere, di decidere, perché non si è né generali né ricchi né potenti.
Oriana Fallaci (A Man)
Saltando do cavalo, ele deu a impressão de que em sua fúria iria desafiar a correnteza. Com água até os joelhos, lançou na direção da mulher infiel todos os insultos que desde sempre pesam sobre seu sexo. Falsa, volúvel, inconstante, ele a chamou; demônio, adúltera, traidora; e as águas em turbilhão guardaram suas palavras e atiraram a seus pés um jarro quebrado e um pedacinho de palha.
Virginia Woolf (Orlando)
Lembre-se de que não é aquele profere insultos ou agressões, quem o ofende. Você se ofende por meio de sua opinião sobre essas coisas – pois as considera como sendo insultos. Quando um homem o irritar, saiba que é sua própria opinião que gera a irritação. Portanto, tente não se deixar levar pela aparência, nem pela representação. Pois, se você ganhar tempo e prazo, será mais fácil dominar a si mesmo.
Epícteto (O MANUAL DE EPICTETO: VERSÃO ORIGINAL (Portuguese Edition))
Sentía que en torno a mí empezaban a ofuscarse frente a un dolor tan prolongado; su violencia causaba mayor escándalo que su causa. Si me hubiera abandonado a las mismas lamentaciones por la muerte de un hermano o de un hijo, lo mismo me hubieran reprochado que llorara como una mujer. La memoria de la mayoría de los hombres es un cementerio abandonado donde yacen los muertos que aquéllos han dejado de honrar y de querer. Todo dolor prolongado es un insulto a ese olvido.
Marguerite Yourcenar (Memoirs of Hadrian)
El mandato de gustar conduce –y esto es en realidad lo decisivo– a que la crítica negativa casi haya desaparecido. En internet nos comportamos exactamente como frente al televisor: cuando uno se enfada quizá profiere un insulto, pero no lo hace público. A pesar de que los usuarios de facebook exigerion durante meses la introducción de un pulgar de "no me gusta", esta opción no existe todavía: si no te gusta, simplemente clica en algún otro sitio, limítate a pasar de ello.
Meredith Haaf (Heult doch: Über eine Generation und ihre Luxusprobleme)
Un samurái le pidió a su maestro que le explicara la diferencia entre el cielo y el infierno. Sin responderle, el maestro se puso a dirigirle gran cantidad de insultos. Furioso, el samurái desenvaino su sable para decapitarle. -He aquí el infierno- dijo el maestro antes que el samurái pasara a la acción. El guerrero impresionado por la respuesta del maestro se calmo al instante y volvió a enfundar el sable. Al hacer este último gesto, el maestro añadió: -He aquí el cielo.
Alejandro Jodorowsky (El Dedo Y La Luna. Cuentos Zen, Haikus, Koans)
Temos sorte de estar vivos, considerando o fato de que a grande maioria das pessoas que poderiam ser criadas pela loteria combinatória do DNA na realidade jamais nascerá. (...) Somos incrivelmente sortudos de estar sob a luz. Por mais curto que seja nosso tempo sob o sol, se desperdiçamos um segundo dele, ou reclamarmos que é tedioso ou estéril ou chato (como uma criança), isso não poderá ser visto como um insulto insensível para os trilhões de não-nascidos que jamais terão a chance de receber a vida?
Richard Dawkins
No usó su látigo, ni me insultó, ni lanzó ningún juramento. No juzgó necesario malgastar palabras, ni siquiera palabrotas, con aquel cuerpo andrajoso y demacrado, que no parecía una figura humana. En lugar de eso, se agachó alegremente, cogió una piedra y me la arrojó. Así se llama la atención de un animal doméstico para que vuelva a su trabajo, una criatura con la que se tiene tan poco en común que ni siquiera se la castiga. Aquella piedra me hirió más que los latigazos o los insultos soeces. Se quedó imborrable en mi corazón.
Viktor E. Frankl (El hombre en busca de sentido)
Nosotros, los del 68, somos enfermos de la esperanza, la esperanza es lo que se confía a las funciones del proletariado. Y a nosotros, ninguna ley, nada, ni nadie ni nada, nos curará de esa esperanza. Quisiera volver a afiliarme al PC. Pero, al mismo tiempo, sé que no será necesario. También quisiera dirigirme a la derecha e insultarla con todas mis fuerzas. El insulto, el insulto es tan fuerte como la escritura. Es una escritura, pero dirigida. He insultado a gente en mis artículos y produce tanta satisfacción como escribir un buen poema.
Marguerite Duras (Writing)
Si alguna ave de las que se hallan en el corral está enferma o lastimada, las otras la acometen a picotazos, la despluman y la matan. Fiel a esta ley fundamental del egoísmo, el mundo prodiga sus rigores a las miserias bastante osadas para venir a arrostrar sus fiestas, para entristecer sus placeres. El que sufre en el cuerpo o el alma, carece de dinero o de poder, es un paria. ¡Que se quede en su desierto! Si traspasa sus límites, encuentra en todas partes el invierno; miradas, modales, palabras, corazones fríos. ¡Dichoso si no recibe insultos en donde debía hallar consuelo! ¡Moribundos, quédense en sus lechos abandonados!
Honoré de Balzac (The Wild Ass's Skin)
Entre os apetites da carne, a ambição do dinheiro e as melancolias da paixão, tudo confundia-se num mesmo sofrimento; e em lugar de desviar seu pensamento, agarrava-se mais a ele, excitando a dor e procurando em toda a parte ocasiões para excitá-lo. Irritava-se com um prato mal servido ou com uma porta entreaberta, lamentava-se pelo veludo que não possuía, pela felicidade que lhe faltava, por seus sonhos grandes demais, por sua casa por demais acanhada. O que a exasperava era que Charles não parecia suspeitar de seu suplício. Sua convicção de que a fazia feliz parecia-lhe um insulto imbecil e sua segurança nesse ponto parecia-lhe ingratidão. Para quem então era ela sensata? Não era ele o obstáculo para qualquer felicidade, a causa de toda miséria e como o bico pontudo daquela fivela, daquela correia complexa que a fechava por todos os lados? Portanto, tranferiu somente para ele o ódio denso que resultava de seus desgostos e cada esforço para diminuí-lo serviu apenas para aumentá-lo; pois àquela dor inútil acrescentavam-se outros motivos de desespero e ela contribuía ainda mais para seu afastamento. Mesmo a doçura para consigo mesma provocava-lhe rebeliões. A mediocridade doméstica empurrava-a para fantasias luxuosas, a ternura matrimonial a desejos adúlteros. Teria desejado que Charles lhe batesse, para poder detestá-lo com maior razão, vingar-se dele. Espantava-se às vezes com as conjecturas atrozes que lhe vinham à cabeça; e seria preciso continuar a sorrir, ouvir repetir que era feliz, fingir sê-lo e deixar que acreditassem?
Gustave Flaubert (Madame Bovary)
(...) quando chegar estará o meu filho morto, infeliz menino, Jesus da minha alma, ora é neste momento da mais sentida aflição que um pensamento estúpido entra como um insulto na cabeça de José, o salário, o salário da semana que vai ser obrigado a perder, e é tanto o poder destas vis coisas materiais que o acelerado passo, não indo ao ponto de deter-se, um tudo-nada se lhe retarda, como a dar tempo ao espírito de ponderar as probabilidades de reunir ambos os proveitos, por assim dizer, a bolsa e a vida. Foi tão subtil a mesquinha ideia, como uma luz velocíssima que surgisse e desaparecesse sem deixar memória imperativa duma imagem definida, que José nem vergonha chegou a sentir, esse sentimento que é, quantas vezes, porém não as suficientes, nosso mais eficaz anjo da guarda.
José Saramago (The Gospel According to Jesus Christ)
-[...] Vete a leer, o a perseguir a la hija de algún granjero. Estoy seguro de que tienes cosas mejores que hacer que verme comer. —La verdad es que… —¡Fuera de aquí, demonio! —dijo Kote, y con la boca llena, y con un marcado acento témico, añadió—: ¡Tehus antausa eha! Bast rompió a reír e hizo un gesto obsceno con una mano. Kote tragó y cambió de idioma: —¡Aroi te denna-leyan! —¡Pero bueno! —le reprochó Bast, y la sonrisa se borró de sus labios—. ¡Eso es un insulto! —¡Por la tierra y por la piedra, abjuro de ti! —Kote metió los dedos en la jarra que tenía al lado y le lanzó unas gotas a Bast—. ¡Que pierdas todos tus encantos! —¿Con sidra? —Bast consiguió parecer divertido y enojado a la vez, mientras recogía una gota de líquido de la pechera de su camisa—. Ya puedes rezar para que esto no manche.
Patrick Rothfuss (The Name of the Wind (The Kingkiller Chronicle, #1))
Naquela ocasião, ao contrário, vi nitidamente as mães de família do bairro velho. Eram nervosas, eram aquiescentes. Silenciavam de lábios cerrados e ombros curvos ou gritavam insultos terríveis aos filhos que as atormentavam. Arrastavam-se magérrimas, com as faces e os olhos encavados, ou com traseiros largos, tornozelos inchados, as sacolas de compra, os meninos pequenos que se agarravam às suas saias ou que queriam ser levados no colo. E, meu Deus, tinham dez, no máximo vinte anos a mais do que eu. No entanto pareciam ter perdido os atributos femininos aos quais nós, jovens, dávamos tanta importância e que púnhamos em evidência com as roupas, com a maquiagem. Tinham sido consumidas pelo corpo dos maridos, dos pais, dos irmãos, aos quais acabavam sempre se assemelhando, ou pelo cansaço ou pela chegada da velhice, pela doença. Quando essa transformação começava? Com o trabalho doméstico? Com as gestações? Com os espancamentos?
Elena Ferrante (The Story of a New Name (Neapolitan Novels, #2))
Repensei no corpo em desordem da professora, no corpo desgovernado de Melina. Sem uma razão evidente, comecei a olhar com atenção para as mulheres ao longo da estrada. De repente me veio a impressão de ter vivido com uma espécie de limitação do olhar: como se só fosse capaz de focalizar nosso grupo de meninas, Ada, Gigliola, Carmela, Marisa, Pinuccia, Lila, a mim mesma, minhas colegas de escola, e jamais tivesse realmente notado o corpo de Melina, o de Giuseppina Peluso, o de Nunzia Cerullo, o de Maria Carracci. O único corpo de mulher que eu tinha examinado com crescente preocupação era a figura claudicante de minha mãe, e apenas por aquela imagem me sentira perseguida, ameaçada, temendo até agora que ela se impusesse de chofre à minha própria imagem. Naquela ocasião, ao contrário, vi nitidamente as mães da família do bairro velho. Eram nervosas, eram aquiescentes. Silenciavam de lábios cerrados e ombros curvos ou gritavam insultos terríveis aos filhos que as atormentavam. Arrastavam-se magérrimas, com as faces e os olhos encavados, ou com traseiros largos, tornozelos inchados, as sacolas de compra, os meninos pequenos que se agarravam às suas saias ou queriam ser levados no colo. E, meu Deus, tinham dez, no máximo vinte anos a mais do que eu. No entanto pareciam ter perdido os atributos femininos aos quais nós, jovens, dávamos tanta importância e que púnhamos em evidência com as roupas, com a maquiagem. Tinham sido consumidas pelo corpo dos maridos, dos pais, dos irmãos, aos quais acabavam sempre se assemelhando, ou pelo cansaço ou pela chegada da velhice, pela doença. Quando essa transformação começava? Com o trabalho doméstico? Com as gestações? Com os espancamentos? Lila se deformaria como Nunzia? De seu rosto delicado despontaria Fernando, seu andar elegante se transmutaria nas passadas abertas e braços afastados do tronco, de Rino? E também meu corpo, um dia, cairia em escombros, deixando emergir não só o de minha mãe, mas ainda o do pai? E tudo o que eu estava aprendendo na escola se dissolveria, o bairro tornaria a prevalecer, as cadências, os modos, tudo se confundiria numa lama escura, Anaximandro e meu pai, Fólgore e dom Achille, as valências e os pântanos, os aoristos, Hesíodo e a vulgariadade arrogante dos Solara, como de resto há milênios acontecia na cidade, sempre mais decomposta, sempre mais degradada?
Elena Ferrante (The Story of a New Name (Neapolitan Novels, #2))
Ser ou não ser – eis a questão. Será mais nobre sofrer na alma Pedradas e flechadas do destino feroz Ou pegar em armas contra o mar de angústias – E, combatendo-o, dar-lhe fim? Morrer; dormir; Só isso. E com o sono – dizem – extinguir Dores do coração e as mil mazelas naturais A que a carne é sujeita; eis uma consumação Ardentemente desejável. Morrer – dormir – Dormir! Talvez sonhar. Aí está o obstáculo! Os sonhos que hão de vir no sono da morte Quando tivermos escapado ao tumulto vital Nos obrigam a hesitar: e é essa reflexão Que dá à desventura uma vida tão longa. Pois quem suportaria o açoite e os insultos do mundo, A afronta do opressor, o desdém do orgulhoso, As pontadas do amor humilhado, as delongas da lei, A prepotência do mando, e o achincalhe Que o mérito paciente recebe dos inúteis, Podendo, ele próprio, encontrar seu repouso Com um simples punhal? Quem agüentaria fardos, Gemendo e suando numa vida servil, Senão porque o terror de alguma coisa após a morte – O país não de scoberto, de cujos confins Jamais voltou nenhum viajante – nos confunde a vontade, Nos faz preferir e suportar os males que já temos, A fugirmos pra outros que desconhecemos? E assim a reflexão faz todos nós covardes. E assim o matiz natural da decisão Se transforma no doentio pálido do pensamento. E empreitadas de vigor e coragem, Refletidas demais, saem de seu caminho, Perdem o nome de ação.
William Shakespeare (Hamlet)
Tu insulto me ha ofendido. Si estuviéramos en los Picos, habríamos tenido que librar un duelo a la forma tradicional alil’tiki’i. —¿Y eso cómo es? —preguntó Teft—. ¿Con lanzas? Roca se echó a reír. —No, no. En los Picos no somos bárbaros como vosotros aquí abajo. —¿Cómo entonces? —preguntó Kaladin, sintiendo verdadera curiosidad. —Bueno —dijo Roca, soltando el verdín y sacudiéndose las manos—. Implica cerveza y cantar. —¿Y eso es un duelo? —El que puede cantar después de beber más cerveza es el ganador. Además, todo el mundo se emborracha tanto y tan pronto que probablemente olvidan de qué iba la discusión. Teft se echó a reír. [...] —Dunny —le dijo al joven—. Es un nombre extraño. ¿Qué significa? —¿Qué significa? —preguntó Dunny—. No lo sé. Los nombres no siempre tienen significado. Roca sacudió la cabeza, disconforme. […] -¿Entonces tu nombre significa algo? —preguntó Teft—. Nu…, ma…, nu… —Numuhukumakiaki​’aialunamor —dijo Roca. El comecuernos nativo sonaba fácil en sus labios—. Naturalmente. Describe la roca especial que descubrió mi padre el día antes de mi nacimiento. —¿Entonces tu nombre es una frase entera? —preguntó Dunny, inseguro, como si no estuviera seguro de encajar en el grupo. —Es un poema —dijo Roca—. En los Picos, todos los nombres son poemas. —¿Y eso? —dijo Teft, rascándose la cabeza—. Llamar a la familia a comer debe ser como escuchar a un coro. Roca se echó a reír. —Cierto, cierto. También provoca discusiones interesantes. Normalmente, los mejores insultos en los Picos son en forma de poemas, similares al nombre de la persona en composición y rima. —Kelek, parece un montón de trabajo. —Quizá por eso la mayoría de las discusiones terminan bebiendo —dijo Roca.” Pasaje de El camino de los reyes Brandon Sanderson
Brandon Sanderson (The Stormlight Archive, Books 1-3: The Way of Kings, Words of Radiance, Oathbringer)
Ése es el precio de vivir con alguien, de estar dizque enamorado: tener que lavar un vaso sólo para ganar el pleito de la mañana, un pleito que sólo es pleito entre esas dos personas dizque enamoradas. Y sí, en algún rincón oscuro de sus cabezas saben que no pelean por el vaso, sino por las mil erosiones que los mil vasos y las mil discrepancias en la manera en que crecieron y vivieron antes de crecer y vivir juntos van acabando con las entrañas del otro. Pelean por todas las cosas que se saben entre dos, pero no se pueden articular y no se incluyen en las explicaciones que das cuando la amiga de tu amiga pregunta qué pasó. Pequeñas grandes erosiones que terminan por desaparecer el pedazo de tierra en que habían clavado su bandera y declarado su espacio. Un espacio en guerra fría donde los dos dan y dan; y cambian y cambian; y hacen por el otro y hacen por el otro; y obligan al otro a hacer por ellos hasta que una esponja mojada en la cocina crea una crisis existencial y una de las partes corre a exprimirla sobre la cara incauta del compañero. Me arrepentí en el instante en el que lo hice, pero exprimir una esponja mojada y llena de huevo baboso sólo puede volverse un acto más psicótico si está seguido de una disculpa. No. Ya había exprimido la esponja y Emiliano ya se había despertado tratando de entender qué pasaba. Ya me había visto con la esponja en la mano y la furia en la cara. Ya se había dado cuenta de que lo que le sucedía no era accidental sino alevoso. Lo único que podía hacer era llevar la cosa hasta sus últimas consecuencias. —¿Yo soy descuidada? ¡Exprime las putas esponjas! Di patadas de ahogado a babor y a estribor, hasta que logré que Emiliano me dijera enferma, dañada, cabrona y otros insultos más políticamente incorrectos que había aprendido en su colegio fresa y de los que sí se puede hacer un recuento a la amiga de la amiga sin dar más explicaciones. Ahí se termina la historia. La gente se ríe, se queda contenta y lo demás, lo que es de verdad y duele de verdad, ya no hace falta contarlo.
Catalina Aguilar Mastretta (Todos los días son nuestros (Novela) (Spanish Edition))
El coche se había ido, pero había dejado tras él una tenue onda que fluía por las tiendas de guantes, las sombrererías y sastrerías a ambos lados de Bond Street. Durante treinta segundos todas las cabezas apuntaron en la misma dirección - la ventanilla. Mientras escogían un par de guantes - ¿hasta el codo o más arriba, color limón o gris pálido? - las señoras se interrumpieron; al terminar la frase algo había ocurrido. En algunos casos algo tan nimio que su vibración no la podía registrar ningún instrumento matemático, por muy capaz que éste fuera de transmitir sacudidas y terremotos hasta China; y eso que era impresionantemente rotundo y a la vez emotivo por cuanto que su efecto se dejaba sentir en todo el mundo; porque en todas las sombrererías y sastrerías los clientes, extraños entre sí, se miraron y pensaron en los muertos; en la bandera; en el Imperio. En la taberna de una callejuela un alguien de las colonias profirió insultos contra la Casa de Windsor, lo cual derivó en improperios, jarras de cerveza rotas y una algarabía general que, singularmente, resonó como un eco al otro lado de la calle, hasta llegar a los oídos de las chicas que estaban comprando lencería blanca, de lazos de seda pura, para sus bodas. Porque la agitación superficial que el coche provocaba a su paso, tocaba y rasgaba algo muy profundo. Deslizándose por Piccadilly el coche dobló por St. James's Street. Unos hombres altos, de físico robusto, hombres trajeados, con sus chaqués y levitas, sus pañuelos blancos y pelo peinado hacia atrás, que por razones difíciles de dilucidar, estaban de pie en el mirador de White, las manos tras la cola del chaqué, vigilando, percibieron instintivamente que la grandeza pasaba ante ellos, y la pálida luz de la presencia inmortal descendió sobre ellos, como había descendido sobre Clarissa Dalloway. Inmediatamente se irguieron más si cabe, retiraron sus manos de la espalda, y parecía que estuviesen en disposición de acatar las órdenes de su Soberano, hasta la misma boca del cañón, si fuera necesario, igual que sus antepasados lo hicieran en otros tiempos. Parecía que los bustos blancos y las mesitas, en segundo plano, con algunas botellas de soda encima y cubiertas de ejemplares del 'Tatler', asentían; parecía que señalaban la abundancia del trigo y las casas de campo de Inglaterra; y que devolvían el tenue murmullo de las ruedas de coche, como los muros de una galería humilde devuelven el eco de un susurro convertido en voz sonora debido a la fuerza de toda una catedral.
Virginia Woolf (Mrs. Dalloway)
Donne non si nasce, lo si diventa. Nessun destino biologico, psichico, economico definisce l’aspetto che riveste in seno alla società la femmina dell’uomo; è l’insieme della storia e della civiltà a elaborare quel prodotto intermedio tra il maschio e il castrato che chiamiamo donna. Ma cos'e' la donna? E' semplicissimo – dice chi ama le formule semplici: è una matrice, un’ovaia; è una femmina: ciò basta a definirla. In bocca all’uomo, la parola “femmina” suona come un insulto; eppure l’uomo non si vergogna della propria animalità, anzi è orgoglioso se si dice di lui: “E’ un maschio!” Ora la donna è sempre stata, se non la schiava, la suddita dell’uomo; i due sessi non si sono mai divisi il mondo in parti uguali e ancora oggi, nonostante che la condizione della donna si sia evoluta, la donna è gravemente handicappata. Economicamente gli uomini e le donne costituiscono quasi due caste (due gabbie salariali si direbbe oggi); a parità di condizioni i primi hanno situazioni più favorevoli, salari più elevati, maggiori probabilità di riuscita. Nulla di nuovo si dice quando si afferma che gli uomini occupano nell’industria, nella politica, nell’economia, un numero assai più grande di posti e detengono le cariche più importanti. L’uomo può pensarsi senza la donna: lei non può pensarsi senza l’uomo. Lei è soltanto ciò che l’uomo decide che sia; così viene qualificata “il sesso”, intendendo che la donna appare essenzialmente al maschio un essere sessuato: la donna per lui è sesso, dunque lo è in senso assoluto. La donna si determina e si differenzia in relazione all’uomo, non l’uomo in relazione a lei; è l’inessenziale di fronte all’essenziale. L'uomo è definito come un essere umano e una donna come una femmina - ogni volta che si comporta come un essere umano si dice che imiti il ​​maschio. Le donne vivono disperse in mezzo agli uomini, legate ad alcuni uomini – padre o marito – più strettamente che alle altre donne; e ciò per i vincoli creati dalla casa, dal lavoro, dagli interessi economici, dalla condizione sociale. C’è una strana malafede nel conciliare il disprezzo per le donne con il rispetto di cui si circondano le madri. È un paradosso criminale negare alla donna ogni attività pubblica, precluderle la carriera maschile, proclamare la sua incapacità in tutti i campi, e affidarle l’impresa più delicata e più grave: la formazione di un essere umano. Finché la famiglia e il mito della famiglia e il mito della maternità e l'istinto materno non saranno soppressi, le donne saranno oppresse.
Simone de Beauvoir (Le deuxième sexe, I)
Coleman passara quase toda a sua carreira acadêmica na Athena; homem extrovertido, arguto, urbano, terrivelmente sedutor, com um toque de guerreiro e charlatão, em nada se parecia com a figura pedante do professor de latim e grego (assim, por exemplo, quando ainda era um jovem instrutor, cometeu a heresia de criar um clube de conversação em grego e latim). Seu venerável curso introdutório de literatura grega clássica em tradução — conhecido pela sigla DHM, ou seja, deuses, heróis e mitos — era popular entre os alunos precisamente por tudo o que havia nele de direito, franco, enfático e pouco acadêmico. "Vocês sabem como começa a literatura europeia?", perguntava ele, após fazer a chamada na primeira aula. "Com uma briga. Toda a literatura europeia nasce de uma briga." Então pegava sua Ilíada e lia para os alunos os primeiros versos. "'Musa divina, canta a cólera desastrosa de Aquiles... Começa com o motivo do conflito entre os dois, Agamenon, rei dos homens, e o grande Aquiles', E por que é que eles estão brigando, esses dois grandes espíritos violentos e poderosos? Por um motivo tão simples quanto qualquer briga de botequim. Estão brigando por causa de uma mulher. Uma menina, na verdade. Uma menina roubada do pai. Capturada numa guerra. Ora, Agamenon gosta muito mais dessa menina do que de sua esposa, Clitemnestra. 'Clitemnestra não é tão boa quanto ela', diz ele, 'nem de rosto, nem de corpo'. É uma explicação bastante direta do motivo pelo qual ele não quer abrir mão da tal moça, não é? Quando Aquiles exige que Agamenon a devolva ao pai a fim de apaziguar Apolo, o deus cuja ira assassina foi despertada pelas circunstâncias em que a moça fora raptada, Agamenon se recusa: diz que só abre mão da namorada se Aquiles lhe der a dele em troca. Com isso, Aquiles fica ainda mais enfurecido. Aquiles, o adrenalina: o sujeito mais inflamável e explosivo de todos os que já foram imaginados pelos escritores; especialmente quando seu prestígio e seu apetite estão em jogo, ele é a máquina de matar mais hipersensível da história da guerra. Aquiles, o célebre: apartado e alijado por causa de uma ofensa à sua honra. Aquiles, o grande herói, tão enraivecido por um insulto — o insulto de não poder ficar com a garota — acaba se isolando e se excluindo, numa atitude desafiadora, da sociedade que precisa muitíssimo dele, pois ele é justamente seu glorioso protetor. Assim, uma briga, uma briga brutal por causa de uma menina, de seu corpo jovem e das delícias da rapacidade sexual: é assim, nessa ofensa ao direito fálico, à *dignidade* fálica, de um poderosíssimo príncipe guerreiro, que tem início, bem ou mal, a grande literatura de ficção europeia, e é por isso que, quase três mil anos depois, vamos começar nosso estudo aqui...
Philip Roth (The Human Stain (The American Trilogy, #3))
Leggendo, diluisco la mia storia in quelle degli autori, semino le mie angosce nell’emozione degli intrighi. Mi smarrisco, scordo me stessa. ========== Era un giorno come gli altri. Contrariamente a quanto ci fanno credere i romanzi d’amore, i grandi eventi non avvengono nel bel mezzo di momenti particolari. Non sono la lunga pausa di una giornata o di una notte che li stavano preparando, pronte ad accoglierli. Spesso sorgono nello spazio della banalità quotidiana, ed è proprio per questo che sembrano ancora più belli. Perché ci strappano alla nostra routine, rompono la piattezza dell’esistenza, conferiscono un sapore nuovo ai momenti in arrivo, ci risvegliano i sensi e ci danno la sensazione di essere finalmente vivi. Eppure ogni fatto eccezionale, che si tratti di un colpo di fulmine, di una nascita, di un bell’incontro o della lettura di qualcosa di bello, ci fa talvolta pensare che tutto ciò che l’ha preceduto esistesse solo per portarci a lui; così che, sotto la forma di un perfido revisionismo, ridipingiamo le scene di quegli avvenimenti con i colori e la luce che proprio essi ci hanno rivelato. Quel giorno non si annunciava quindi né più bello, né più scialbo dei precedenti: eppure stavo per vivere l’incontro più importante della mia esistenza. ========== All’amore non interessano le ragioni della sua esistenza. L’amore è un sentimento totalitario: non accetta alcuna contraddizione, contestazione o controversia. Vi chiede di piegarvi alla sua legge, di classificare le vostre facoltà intellettuali dietro immagini dai colori pastello. Pretende la vostra sottomissione e vi promette, in cambio, la gioia dell’irresponsabilità. A quel punto, ogni giornata era una promessa. Quella di rivederla, incontrarla, parlarle, conquistarla, amarla. E, anche se ignoravo le mie possibilità di successo, la speranza era già fonte di felicità. ========== Avevamo l’ingenuità di credere che sentimenti belli e puri potessero annullare la frontiera tra sogno e realtà. Un po’ come un lettore finisce per credere che i personaggi del suo romanzo esistano per davvero. Perché non può essere altrimenti. Perché, in caso contrario, il mondo diventerebbe un insulto alla loro sensibilità. ========== «Non volevo che lo lasciasse qui e si accontentasse di venire a leggere qualche pagina ogni settimana. Volevo che creasse un rapporto d’intimità con il tuo romanzo, che se lo portasse a casa affinché si impossessasse del suo universo. Perché è comunque così che deve essere letto un romanzo. Deve occupare un posto nella vita del lettore, fare conoscenza con i mobili, riempirsi degli odori di una casa, passare di stanza in stanza. Insomma, è ciò che credo.» ========== Un amico si riconosce dalla forza silenziosa del suo ascolto, un ascolto che raccoglie le vostre confidenze e vi alleggerisce delle parole di cui vi siete liberati. Sono poche le persone dotate di questa facoltà. Di solito la gente inquina le vostre parole con i propri sentimenti e pareri. Con gli sguardi e il respiro indebolisce i vostri discorsi e li giudica non appena vengono espressi; alla fine, vi ritrovate a passare dalla confessione alla giustificazione. ========== Le parole sporcano tutto ciò che l’anima ha cercato di elevare sopra la nostra condizione di mortali. Riducono le emozioni, limitano l’anima alle possibilità che abbiamo di esprimerci.
Thierry Cohen (Ti ho incontrata in un sogno)
El poder de las viejas es inmenso. No es verdad que las manden a esta Casa para que pasen sus últimos días en paz, como dicen ellos. Esto es una prisión, llena de celdas, con barrotes en las ventanas, con un carcelero implacable a cargo de las llaves. Los patrones las mandan a encerrar aquí cuando se dan cuenta de que les deben demasiado a estas viejas y sienten pavor porque estas miserables, un buen día, pueden revelar su poder y destruirlos. Los servidores acumulan los privilegios de la miseria. Las conmiseraciones, las burlas, las limosnas, las ayuditas, las humillaciones que soportan los hacen poderosos. Ellas conservan los instrumentos de la venganza porque van acumulando en sus manos ásperas y verrugosas esa otra mitad de sus patrones, la mitad inútil, descartada, lo sucio y lo feo que ellos, confiados y sentimentales, les han ido entregando con el insulto de cada enagua gastada que les regalan, cada camisa chamuscada por la plancha que les permiten que se lleven. ¿Cómo no van a tener a sus patrones en su poder si les lavaron la ropa, y pasaron por sus manos todos los desórdenes y suciedades que ellos quisieron eliminar de sus vidas? Ellas barrieron de sus comedores las migas caídas y lavaron los platos y las fuentes y los cubiertos, comiéndose lo que sobró. Limpiaron el polvo de sus salones las hilachas de sus costuras, los papeles arrugados de sus escritorios y sus oficinas. Restablecieron el orden en las camas donde hicieron el amor legítimo o ilegítimo, satisfactorio o frustrador, sin sentir asco ante esos olores y manchas ajenos. Cosieron los jirones de sus ropas, les sonaron las narices cuando niños, los acostaron cuando llegaron borrachos y limpiaron vómitos y meados, zurcieron sus calcetines y lustraron sus zapatos, les cortaron las uñas y los callos, les escobillaron la espalda en el baño, los peinaron, les pusieron lavativas y les dieron purgantes y tisanas para la fatiga, el cólico o la pena. Desempeñando estos menesteres, las viejas fueron robándose algo integral de las personas de sus patrones al colocarse en su lugar para hacer algo que ellos se negaban a hacer...y la avidez de ellas crece al ir apoderándose de más cosas, y codician más humillaciones y más calcetines viejos regalados como dádivas, quieren apoderarse de todo.
José Donoso (The Obscene Bird of Night)
Eu, que fora um cobarde, de estômago sensível, comportava-me agora como um profissional da morte, e o desespero alheio – o choro, os gritos, os insultos, as traições – só tinha servido para me deixar mais alerta e, de certa maneira, encher as medidas daquela minha recém-descoberta familiaridade com o Mal.
João Tordo (O Bom Inverno)
sento mille belle parole su di me e non cambia nulla ma al primo insulto ecco che va in pezzi tutta la sicurezza - concentrarsi sul negativo
Rupi Kaur (The Sun and Her Flowers)
Mi papá conocía cinco frases en chino, y cuatro eran insultos.
Marie Lu (Warcross (Warcross, #1))
Tantas cosas suceden sin que nadie se entere ni las recuerde. De casi nada hay registro, los pensamientos y movimientos fugaces, los planes y los deseos, la duda secreta, las ensonaciones, la crueldad y el insulto, las palabras dichas y oídas y luego negadas o malentendidas o tergiversadas, las promesas hechas y no tenidas en cuenta, ni siquiera por aquellos a quienen se hicieron, todo se olvida o prescribe, cuanto se hace a solas y no se anota y zambién casi todo lo que no es solitario sino en compania, cuán poco va quedando de cada individuo, de qué poco hay constancia, y de ese poco que queda tanto se calla, y de lo que no se calla se recuerda después tan solo una minima parte, y durante poco tiempo, la mamoria individual no se transmite ni interesa al que la recibe, que forja z tiene la suya propia. Todo el tiempo es inútil, cuanto se acontece, cuanto entusiasma o duele en el tiempo se acusa solo un instante, luego se pierde y es todo resbaladizo como la nieve compacta...
Javier Marías (Tomorrow in the Battle Think on Me)
Dejemos claro que un insulto no es libertad de expresión, sino la maleducada actitud de alguien que al ser incapaz de debatir sus argumentos o resolver sus desencuentros con alguien más, opta por la agresión verbal.
Ignacio Novo
Impaciencia con los otros. Cualquier opinion que nos desagrada se convierte en una imperdonable afrenta personal, en un insulto a la dignidad de todo el género humano, cuyo causante merecería por lo menos un fusilamiento inmediato.
Iñaki Uriarte (Diarios 1999-2003)
No quería dejar de habitar el mundo que contenía aquella sonrisa. Sería un insulto a ella. A la vida misma.
José Antonio Cotrina (La canción secreta del mundo)
Alenas: Bet prieš išvykdamas, mieli draugai, pateiksiu jums nedidelę alegoriją. Būrelis žmonių gyvena tamsioje oloje. Jie net neįsivaizduoja, kad lauke šviečia saulė. Vienintelė jiems pažįstama šviesa - tai mirgančios kelių žvakių, kuris jie nešiojasi, liepsnelės. Agatonas: O iš kur jie gavo žvakių? Alenas: Nesvarbu. Tarkime, kad jie jas tiesiog turi. Agatonas: Gyvena oloje ir turi žvakių? Atrodo netikroviškai... Alenas: Juk sakau - tarkime, kad jie jas tieisog turi. Agatonas: Gerai jau gerai, pasakok toliau. Alenas: Tai štai, vieną dieną kažkuris iš olos gyventojų išlenda į lauką ir pamato visą išorinį pasaulį. Simijas: Aiškiai ir visu gražumu. Alenas: Būtent. Aiškiai ir visu gražumu. Agatonas: Paskui jis mėgina visa tai nupasakoti kitiems, bet niekas juo nepatiki? Alenas: Na jau ne. Kitiems jis nieko nepasakoja. Agatonas: Nieko nepasakoja? Alenas: Ne, jis atsidaro dešrų parduotuvė, veda šokėją ir būdamas keturiasdešimt dvejų miršta nuo insulto.
Woody Allen
no cultivamos la paciencia, siempre tendremos excusas para responder con ira, y finalmente nos convertiremos en personas que no saben convivir, antisociales, incapaces de postergar los impulsos, y la familia se volverá un campo de batalla. Por eso, la Palabra de Dios nos exhorta: «Desterrad de vosotros la amargura, la ira, los enfados e insultos y toda la maldad» (Ef 4,31).
Pope Francis (Amoris laetitia: exhortación apostólica postsinodal sobre el amor en la familia)
Minha mulher, a solidão, Consegue que eu não seja triste. Ah, que bom é ao coração Ter este bem que não existe! Recolho a não ouvir ninguém, Não sofro o insulto de um carinho E falo alto sem que haja alguém: Nascem-me os versos do caminho. Senhor, se há bem que o céu conceda Submisso à opressão do Fado, Dá-me eu ser só — veste de seda —, E fala só — leque animado.
Fernando Pessoa (Minha Mulher, a Solidão)
Sueño Un grupo de ciegos, lanzando insultos, se golpean con sus bastones. Uno de ellos me quiere atacar. Le digo: «No es necesario que se pelee conmigo. Yo no soy ciego».
Alejandro Jodorowsky (La vida es un cuento (Nuevos Tiempos nº 324) (Spanish Edition))
Asimismo, el carácter del bullying tiene diferentes manifestaciones: • Físico: empujones, “picar la cola”, poner el pie, patadas, puñetazos, “zapes”, coscorrones, agresiones con objetos, pellizcos, jaloneo del pelo. • Verbal: insultos, apodos; ridiculizar, imitar, esparcir rumores, difamar. • Ciberbullying. En lugar de producirse cara a cara, ocurre a través del teléfono o de internet. El problema fundamental de este tipo de acoso es que ocurre incluso en el hogar, y la víctima no tiene dónde esconderse, mientras que el acosador puede mantener cierto anonimato. Una de sus modalidades es más grave: cuando se graba un video vejatorio y se sube a internet. • Psicológico. El componente psicológico está presente en todas las formas de abuso, y consiste en todas aquellas acciones encaminadas a destruir la seguridad y la autoconfianza de un individuo. Por ejemplo, excluir a un compañero del grupo en forma rotunda y severa, humillarlo o avergonzarlo públicamente. Hoy es necesario entender que el acoso escolar o bullying es un problema en el que, sin lugar a dudas, se ponen en juego muchas variables que vienen de fuera, pero cuyas manifestaciones se dan en el corazón de la escuela, ahí donde se construye la seguridad y la confianza, la convivencia cotidiana. Por ello, es ahí donde, como diría la sevillana Rosario Ortega, tenemos que llevar el bálsamo de la reparación, la acción preventiva y la intervención educativa. Algunos signos de que un estudiante está siendo acosado en la escuela: • Empieza a inventar enfermedades que le permitan faltar a la escuela: dolores de estómago, dolores de cabeza, de muela... • Somatización. En este caso no inventa una dolencia; realmente ponen el dolor emocional en el cuerpo a través de náuseas, mareos, vómito, malestar de estómago o de cabeza, como respuesta al estrés y a la angustia. • Bajo desempeño escolar. • Pesadillas o insomnio. • Apatía. • Cansancio por las mañanas. • Conducta autodestructiva. • Fatiga crónica. • Pierden sus pertenencias y aparentemente pierden dinero. • Pobre concentración. • Irritabilidad. • Ideación suicida. Consejos • Apoyar y contener emocionalmente a su hijo y decirle que lo ayudarán a superar el problema. • Dejarle claro que no es su culpa y que cualquier persona que vive experiencias de bullying se siente igual de mal. • Informar por escrito a la escuela. • Solicitar una reunión con las autoridades escolares y exponer el problema para trabajar en colaboración. • No reaccionar con violencia, ni irrumpir en el colegio ocasionando un escándalo con los profesores o los padres del agresor. • No instigar a su hijo a que se defienda violentamente. • No hablar ni amenazar al agresor. • No sobreprotegerlo. • Investigar si se trata de algo recurrente o permanente; si su hijo tiene problemas de socialización en otros espacios, si tiene dificultades para defenderse. En caso de ser así, pida ayuda y orientación psicológica. En estos casos, una psicoterapia de grupo de corte psicodinámico puede ser muy útil. AGRESIÓN Y VIOLENCIA En el adolescente la agresión tiene dos significados: por un lado, es directa o indirectamente una reacción ante la frustración; por el otro, es una de las dos fuentes principales de energía que posee el chico. La agresión surge desde que el bebé está en el vientre materno. Los golpes tempranos e incluso los
Alexis Schreck Schuler (Misión imposible: cómo comunicarnos con los adolescentes (Spanish Edition))
Ma come entrerò mai in quella vita? Io non nacqui per essa. ... Ridere è un insulto al mistero nell'orrore che il non capito possa durare eternamente. Strano! Felicità, [...] composto di sensualità e infantilismo... Come posso averti, felicità?
Fernando Pessoa
Los hombres más sabios saben que para ignorar un insulto, a menudo solo hay que abrazarlo.
Brandon Sanderson (Palabras radiantes (El archivo de las tormentas, #2))
LA PALABRA BRUJA SE USA MUCHO EN ESTOS DÍAS: Como insulto, identificación o condecoración. Al pensar en una bruja nos la imaginamos en su multiplicidad: es una mujer horrenda CON SOMBRERO PUNTIAGUDO. Una sibila que se mece entre visiones proféticas. Una esposa del demonio
Pam Grossman
Hace unos minutos que lo he verificado en el espejo, sigo siendo una tomboy o, según el argot peruano, machona, marimacha, camionera, lequita, lecón, lecaza. Cuando llevas más de la mitad de tu vida escuchando esas palabras como insultos, te das cuenta que poco a poco se vuelven balas sin pólvora, como las de goma que algunos inconscientes nos lanzan durante las marchas pacíficas. Duelen, te dejan marcas, pero ya no te matan. Solo rebotan.
Karen Luy de Aliaga (Compórtense como señoritas)
Atenerse a los hechos Por muy tentador que pueda parecer usar conjeturas y suposiciones, debes esforzarte por adherirte a los hechos. Nunca asignes intenciones a las personas o cuestiones sus motivaciones. Simplemente no puedes saber este tipo de cosas, por lo que puede ser perjudicial e incluso casi un insulto que lo hagas.
Steve Allenx (Técnicas de conversación para principiantes para agradar, discutir y defenderse (Indispensables de comunicación y persuasión))
el primero que en vez de arrojar una flecha al enemigo le lanzó un insulto fue el fundador de la civilización; de ese modo la palabra es el sustituto de la acción, y en ciertas circunstancias (confesión) el único sustituto” (Freud, 1997, p.38).
LEANDRO ALTAMIRA (KABBALAH Y PSICOANÁLISIS.: EL PODER DE LA PALABRA (Spanish Edition))
Antes de que Hunt pudiera responder, Bryce se acercó a la celda de Pollux. Pollux se esforzó por hacer un espectáculo de mirarla desde la cabeza hasta la punta de sus zapatos de tacón. —Pensé que las de tu calaña por lo general trabajaban en el turno de la noche. Bryce rio. —¿Tienes algún otro insulto anticuado que lanzarme? Ante el silencio de Pollux, Bryce continuó: —El trabajo sexual es una profesión respetable en Ciudad Medialuna. No es mi culpa que Pangera no se haya puesto al corriente con los tiempos modernos. Pollux desbordaba malicia. —Micah debería haberte matado y santo remedio. Ella hizo brillar sus ojos, que él pudiera notar que sabía todo lo que le había hecho a Hunt, cuánto lo detestaba. —¿Eso es lo mejor que se te ocurre decir? ¿No se suponía que el Martillo era una especie de estrella del sadismo? —Y yo pensaba que las putas mestizas se suponía que mantenían la boca cerrada. Por fortuna, sé perfectamente qué meterte en esa bocota para que te calles. Bryce le guiñó con picardía. —Cuidado. Uso los dientes.
Sarah J. Maas (House of Sky and Breath (Crescent City, #2))
-A veces me sorprende tu diminuto cerebro, là verdad que tu forma de pensar está muy jodida, no tienes porqué aclarar la homosexualidad cuando juntas a dos personas de su mismo sexo, también me da lástima que creas que algo deba repercutir en mi vida para que se convierta en un acontecimiento importante de esta etapa de mi vida --declaro forzando una sonrisa sin despegar mis labios- Un dato, decirle homosexual a alguien dejo de ser un insulto desde hace años, aunque bueno, jamás lo ha sido, pero te comprendo, me apiado de las pequeñas mentes ignorantes.
Flor M. Salvador
La verdad es que nuestro poder como lectores es universal y es universalmente temido, porque se sabe que la lectura puede, en el mejor de los casos, convertir a dóciles ciudadanos en seres racionales, capaces de oponerse a la injusticia, a la miseria, al abuso de quienes nos gobiernan. Cuando estos seres se rebelan, nuestras sociedades los llaman locos o neuróticos (como a don Quijote o a madame Bovary), brujos o misántropos, subversivos o intelectuales, ya que este último término ha llegado a ser un insulto.
Alberto Manguel (A History of Reading)
La ceguera no se resuelve con el desprecio, con la ofensa ni con el insulto, sino con el reconocimiento de que todos somos de alguna manera «marionetas», «títeres» de las pulsiones de los egos.
Mario Alonso Puig (Resetea tu mente: Descubre de lo que eres capaz (Biblioteca Dr. Mario Alonso Puig) (Spanish Edition))
Tuve la satisfacción de dominar mi mal genio, la satisfacción de devolver bondad por un insulto.
Dale Carnegie (Cómo ganar amigos e influir sobre las personas)
Por eso vino la reacción de los macabeos, que usaban como grandes insultos en esa época los términos “griego”, “helenista” o “helenizado” para calificar a los judíos vendidos. Los macabeos se levantaron contra esta vertiente griega oriental, pero en lugar de atacar derecho a los ocupantes empezaron a liquidar a los propios judíos colaboracionistas con el opresor (se había incluso llegado a cambiar el nombre de Jerusalem por Antioquía). Es ley de la historia: el levantamiento arranca ajusticiando a sangre y fuego a los cipayos.
Carlos Maslatón (Téngase presente)
Nos han insultado para amedrentarnos, nos han amedrentado para sostener una mentira y han mentido para seguir justificando sus insultos.
Gabriel J. Martín (Quiérete mucho, maricón: Manual de éxito psicoemocional para hombres homosexuales (Spanish Edition))
Virtual es real. Se es lo que se comunica. Las palabras dan forma al pensamiento. Antes de hablar hace falta escuchar. Las palabras son un puente. Las palabras tienen consecuencias. Compartir es una responsabilidad. Las ideas se pueden discutir. Las personas se deben respetar. Los insultos no son argumentos. También el silencio comunica.
José Luis Orihuela (Culturas digitales: Textos breves para entender cómo y por qué internet nos cambió la vida (Spanish Edition))
Juzgar nos convierte en la destrucción de nuestro propio raciocinio. No se puede sembrar autoestima a través de la crítica indiscriminada. Leo a cientos de personas que debaten con agresividad, insultos y sarcasmos como únicos argumentos. Hay quienes no se entregan con posiciones definidas ni con hechos. Rehúyen la discusión constructiva y se refugian en el ataque y el descrédito.
Daniel Habif (Inquebrantables (Unbreakable))
En general, la persona furiosa termina pareciendo ridícula, porque su reacción suele resultar desproporcionada con respecto a lo que la provocó: ha tomado las cosas demasiado en serio y exagerado la dimensión del daño o el insulto del que ha sido víctima.
Robert Greene (Las 48 leyes del poder)
Atreveos a tocarme, eructos del caos.
Felicidad Martínez (La mirada extraña)
Quando le aveva domandato perché tacesse in quel modo, era venuto a sapere che non era soddisfatta di come avevano fatto l'amore. Diceva che lui l'aveva amata come un intellettuale. Nel gergo politico di allora la parola intellettuale era un insulto. Significava una persona che non capisce la vita e si allontana dal popolo. Tutti i comunisti che all'epoca venivano impiccati da altri comunisti venivano gratificati con quell'ingiuria. Rispetto a chi stava ben saldo su questa terra, si diceva, loro volavano per aria. Per questo era giusto, in un certo senso, che l'esecuzione gli togliesse definitivamente la terra da sotto i piedi e che restassero appesi un po' più in alto.
Milan Kundera
Como verás, la acción es exactamente la misma, pero sólo tú puedes dar a los otros el permiso para herirte a través de lo que interpretas, o por el valor que le das a ese insulto, permitiendo en muchos casos que te lastime indefinidamente.
Sharon M. Koenig (Los Ciclos del Alma, El Proceso de Conexión: Un camino para vivir tu verdadero propósito (Nueva Conciencia) (Spanish Edition))
¿Está lista para permanecer quieta y observar? Confiar en Dios en medio de insultos, amenazas e indirectas es un proceso constante, continuo, y en algunos casos diario. Mi querida hermana, usted puede lograrlo. Él ya abrió el camino delante de nosotras.
Lisa Bevere (Mujeres con espadas: Lleve su cruz como una heroína (Spanish Edition))
Continuam aqueles e todos a mim insultos e exibições estas que rejeitadas aos grupos o empenho desdes a suas ações puxa-sacos procurar aos outros semelhanças de suas insanidades. Pois aqueles nada mais o oferecem que o pagamento gasto de suas ações.
Lucas da Costa Dantas BloodArt literature
Continuam aqueles e todos a mim insultos e exibições estas que rejeitadas aos grupos o empenho destes a suas ações puxa-sacos procurar aos outros semelhanças de suas insanidades. Pois aqueles nada mais o oferecem que o pagamento gasto de suas ações.
Lucas da Costa Dantas BloodArt literature