Ejercicio Quotes

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Un buen ejercicio de aproximación, Aria. Eso no te lo he enseñado yo, pero se te da muy bien. Creo que has ganado tú.
Veronica Rossi (Under the Never Sky (Under the Never Sky, #1))
La lectura es a la mente lo que el ejercicio al cuerpo.
Joseph Adisson
Patch: Y ademas hueles bien Nora: Se llama duchars. Utilizas jabón, champú y agua caliente. Patch:b Y te desnudas, conozco el ejercicio.
Becca Fitzpatrick (Crescendo (Hush, Hush, #2))
Cuando uno se enamora las cuadrillas del tiempo hacen escala en el olvido la desdicha se llena de milagros el miedo se convierte en osadía y la muerte no sale de su cueva enamorarse es un presagio gratis una ventana abierta al árbol nuevo una proeza de los sentimientos una bonanza casi insoportable y un ejercicio contra el infortunio por el contrario desenamorarse es ver el cuerpo como es y no como la otra mirada lo inventaba es regresar más pobre al viejo enigma y dar con la tristeza en el espejo
Mario Benedetti
Sola la opresión debe temer al pleno ejercicio de la libertad.
José Martí
Si los seres humanos no dejan de hacer ejercicio con los labios, su cerebro empieza a funcionar.
Douglas Adams (The Restaurant at the End of the Universe (The Hitchhiker's Guide to the Galaxy, #2))
—Todos lo hacemos ¿no? Nos consume nuestra propia mortalidad. Algunas personas comen bien y hacen ejercicio para preservar sus vidas, otros beben y se drogan retando al destino a tomar la de ellos, y luego están los flotadores, los que tratan de ignorar su mortalidad porque tienen miedo de ella. —¿Cuál eres tú? Dejó el cuchillo y me miró. —He estado en los tres. Y ahora estoy indeciso.
Tarryn Fisher (Mud Vein)
Cómo besa… Cómo decirlo…, ¡no sé cómo decirlo! Un beso lo es todo. Un beso es la verdad. Sin demasiados ejercicios de estilo, sin retorcimientos extremos, sin enroscamientos funambulísticos. Natural, lo más bonito. Besa como a mi me gusta. Sin tener que representarse, sin tener que reafirmarse, sencillo. Seguro, suave, tranquilo, sin prisa, con diversión, sin técnica, con sabor. ¿Puedo? ¡Con amor! ¡Dios mío! No, eso no. ¡Vete a la mierda, Step!
Federico Moccia (Ho voglia di te (Tre metri sopra il cielo #2))
El ejercicio de las letras es misterioso; lo que opinamos es efímero y opto por la tesis platónica de la Musa y no por la de Poe, que razonó, o fingió razonar, que la escritura de un poema es una operación de la inteligencia.
Jorge Luis Borges (Brodie's Report)
En su cerrada mollera no entraban ni podían entrar otras luces sobre el santo ejercicio de la caridad; no comprendía que una palabra cariñosa, un halago, un trato delicado y amante que hicieran olvidar al pequeño su pequeñez, al miserable su miseria, son heroísmos de más precio que el bodrio sobrante de una mala comida.
Benito Pérez Galdós (Marianela)
Entonces de repente –éste era el sentido del ejercicio-, el odio brotaba en él con violencia de orgasmo, estallando como una tormenta contra aquellos olores que habían osado ofender su ilustre nariz. Caía sobre ellos como granizo sobre un campo de trigo, los pulverizaba como una furioso huracán y los ahogaba bajo un diluvio purificador de agua destilada. Tan justa era su cólera y tan grande su venganza.
Patrick Süskind (Perfume: The Story of a Murderer)
Dicen que casi todos los abogados desean secretamente dejar el ejercicio y convertirse en escritores. —… hasta que comparan el sueldo.
Carlos Ruiz Zafón (El juego del ángel (El cementerio de los libros olvidados, #2))
Ponerse en los “zapatos del otro” Ponerse en los “zapatos del otro”, es un buen sistema para poder leer la mente. A menudo nos cruzamos con personas que no entendemos, y que no podemos llegar a comprender la coherencia de sus palabras, actos y reacciones. ¿No les pasó?… Seguramente pensaron en estos casos: ¡qué ganas de poder leerle la mente para entender por qué actúa de esta forma!!!… Creo que la principal razón por la cual no llegamos a comprender del todo en estos casos, es que tratamos de hacerlo utilizando nuestros propios esquemas mentales; en otras palabras, tratamos de entender a esta persona de acuerdo a nuestra forma de pensar, sentir, actuar y -en definitiva- vivir… Y ese es un error, si es que queremos entender realmente qué le está pasando por su cabeza. Si bien hay esquemas mentales similares y que se repinten, cada ser humano es diferente a otro. Sus vivencias, experiencias, familia, educación, valores, todo, absolutamente todo, influye en cómo actúa alguien, en incluso -a veces- hasta casi lo determina. Probemos entonces ponernos realmente en sus zapatos. Analicen, averigüen, piensen y observen… Traten de colocarse en su pellejo. Esto no significa qué harían ustedes en su lugar (si bien este es también un parámetro valido, a veces confunde en estos casos), sino, tratar de entender cómo funciona su mente, quién es y de dónde viene, cómo es su personalidad, cómo actúo anteriormente en casos similares, qué necesidades tiene, cuáles son sus objetivos, inquietudes e intereses, tiene condicionantes externos que lo están afectando, etc., etc., etc… Sé que suena algo de Perogrullo y sabido, pero les aseguro que un una herramienta ¡I M P R E S I O N A N T E M E N T E PODEROSA! Al fin y al cabo, los mayores secretos para lograr algo con éxito generalmente son sonsos y de conocimiento público, lo difícil es tener la conciencia real de lo importante que son y saber aplicarlos adecuadamente. La importancia de “ponerse en los zapatos del otro” se estudia en el Mundo, hay ejercicios bien concretos que demuestran su potencialidad. De hecho, yo tuve real dimensión de todo esto, con ejercicios que hice en Harvard cuando estudié Negociación. Uno, cuando logra comprender verdaderamente a alguien, se le abre un mundo nuevo de posibilidades respecto de esta persona. Es una herramienta con una potencialidad impresionante, así que úsenla con cuidado y prudencia… ¡Pruebelo y me cuentan! Espero respuestas… Gonzalo GUMA
Gonzalo Guma (Índigo Mentes en Juego)
En la meditación zen, por ejemplo, se intenta alcanzar la pura negatividad del «no-...», es decir, el vacío, liberándose del Algo atosigante que se impone. La negatividad del «no-...» constituye un proceso extremadamente activo, a saber, es todo menos pasividad. Es un ejercicio que consiste en alcanzar en sí mismo un punto de soberanía, en ser centro.
Byung-Chul Han (La sociedad del cansancio: Segunda edición ampliada (Pensamiento Herder))
Los intelectuales de Occidente son todos aficionados a la silla. Por eso la mayoría de ustedes son tan repulsivamente malsanos.
Aldous Huxley (Island)
La mayoría de las supuestas organizaciones Sufis, ejercicios y “órdenes” sólo son de interés arqueológico.
Idries Shah (The World Of The Sufi)
estas cosas suelen pasarles a los jóvenes y la reflexión sobre ellas, es, normalmente, ejercicio de la edad avanzada o de una experiencia que se paga demasiado cara.
Daniel Defoe (Robinson Crusoe)
El ejercicio bien realizado fortalece el cuerpo y lo vuelve ágil y flexible; pero además aclara la mente, proporciona equilibrio interno y serena el espíritu.
Marcos Chicot (El asesinato de Pitágoras)
Para recobrar mi juventud haría cualquier cosa en el mundo, excepto hacer ejercicio, levantarme temprano o ser respetable.
Oscar Wilde (The Picture of Dorian Gray)
El ejercicio físico aumenta la masa muscular; los ejercicios mentales crean nuevas sinapsis que fortalecen la red neuronal.
Deepak Chopra (Supercerebro (Psicología) (Spanish Edition))
hay un ejercicio fascinante, a medio camino entre la literatura y la vida: visitar lugares leídos en libros
Arturo Pérez-Reverte (Hombres buenos (Spanish Edition))
El ejercicio bien realizado fortalece el cuerpo y lo vuelve ágil y flexible; pero además aclara la mente, proporciona equilibrio interno y serena el espíritu. Pens
Marcos Chicot (El asesinato de Pitágoras)
—Los cachorros son la idea que tiene Dios de un perfecto programa de ejercicio físico.
Stephen King (Laurie)
Actividades como meditar, realizar afirmaciones motivacionales, escribir un diario, visualizar, así como también leer y hacer ejercicio.
Hal Elrod (Mañanas milagrosas: Los 6 hábitos que cambiarán tu vida antes de las 8:00)
Era uno de esos sentimientos puros que no estorban el ejercicio de la vida, que se cultivan porque son raros y cuya pérdida afligiría más de lo que alegraría su posesión.
Gustave Flaubert (Madame Bovary)
Vivir es asumir la responsabilidad de decidir, y en el ejercicio de esa responsabilidad reside la libertad
Álex Rovira Celma (Los siete poderes: un relato sobre las actitudes clave para la buena suerte)
se topó en el camino con una pareja tumbada en el suelo, que practicaba con singular entusiasmo el noble ejercicio de la procreación
Torcuato Luca de Tena (Los renglones torcidos de Dios)
El éxito incita al ejercicio, y la costumbre propicia el éxito
Virginia Woolf (A Room of One’s Own)
casi cuarenta años de lucha ininterrumpida, un ejercicio permanente de rabia y de coraje en el contexto de una represión feroz.
Almudena Grandes (Inés y la alegría)
Los cachorros son la idea que tiene Dios de un perfecto programa de ejercicio físico.
Stephen King (Laurie)
ejercicio bien realizado fortalece el cuerpo y lo vuelve ágil y flexible; pero además aclara la mente, proporciona equilibrio interno y serena el espíritu.
Marcos Chicot (El asesinato de Pitágoras)
Todo lenguaje es un alfabeto de símbolos cuyo ejercicio presupone un pasado que los interlocutores comparten.
Jorge Luis Borges
Leer memorias es bañarte en ceniza. Y es un buen ejercicio de autoincineración.
Lucian Blaga
El ejercicio de la hipocresía o de la mala fe no siempre es una profesión lúcida y descarada; suele presentarse, por el contrario, en personajes que cultivan con esmero sus almas, se detienen para observarlas, se autocensuran, se corrigen, quitan el polvo, dejan el huevito de cristal perfectamente limpio y prosiguen la marcha convencidos de que el mundo interior es un abismo.
Alejandro Rossi
Del presente recordaremos sólo aquello que la memoria quiera conservar, pero ella no es libre, se trata también de una memoria oprimida, de una memoria condicionada, tentada a olvidar, una memoria postrada y adormecida, claudicante. Aunque he tratado de mejorar su funcionamiento mediante varios ejercicios, no logré gran resultado. Estoy seguro de que si a nadie se le hubiera ocurrido inventar la escritura, gozaríamos de una memoria en mejor estado. Pero con la excusa de la palabra escrita, se ha vuelto tan perezosa que se pasa la mayor parte del tiempo durmiendo o distraída.
Cristina Peri Rossi (La rebelion de los niños)
La empatía y la compasión son rasgos de lucidez, la posibilidad de ponerse en los zapatos del otro, de transmutar la piel y enmascararse con un rostro ajeno es un ejercicio de pura inteligencia.
Nona Fernández (La dimensión desconocida)
Todo lenguaje es un alfabeto de símbolos cuyo ejercicio presupone un pasado que los interlocutores comparten; ¿cómo transmitir a los otros el infinito Aleph, que mi temerosa memoria apenas abarca?
Jorge Luis Borges (El Aleph)
Estaba en edad de tener una vida sexual activa, pensaba, eso era tan importante para el bienestar y la salud como el ejercicio y una dieta equilibrada, no debía permitir que el cuerpo se le secara.
Isabel Allende (El amante japonés)
La práctica del estoicismo implica una combinación dinámica de reflexionar sobre preceptos teóricos, de leer textos inspiradores y de practicar la meditación, el mindfulness y otros ejercicios espirituales.
Massimo Pigliucci (How to Be a Stoic: Using Ancient Philosophy to Live a Modern Life)
las investigaciones han demostrado que los cambios positivos en el estilo de vida, como una dieta sana, el ejercicio, el control del estrés y la meditación, afectan a unos cuatrocientos o quinientos genes... quizá más.
Deepak Chopra (Supercerebro (Psicología) (Spanish Edition))
-Sí, claro -replicó el otro, suspirando. -El mismo Sydney, con la misma suerte. Ya en aquel entonces hacía los ejercicios escolares de otros chicos y raras veces los míos. -¿Y por qué no los tuyos? -Sabe Dios. Era mi estilo, supongo.
Charles Dickens (Historia de dos ciudades (Novela histórica) (Spanish Edition))
No hay ejercicio intelectual que no sea finalmente inútil. Una doctrina filosófica es al principio una descripción verosímil del universo; giran los años y es un mero capítulo -cuando no un párrafo o un nombre- de la historia de la filosofía. En la literatura, esa caducidad final es aun más notoria. El Quijote -me dijo Menard -fue ante todo un libro agradable; ahora es una ocasión de brindis patrióticos, de soberbia gramatical, de obscenas ediciones de lujo. La gloria es una incomprensión y quizá la peor.
Jorge Luis Borges (Ficciones)
Fuera de algunas amistades y de muchas costumbres, el problemático ejercicio de la literatura constituía su vida; como todo escritor, medía las virtudes de los otros por lo ejecutado por ellos y pedía que los otros lo midieran por lo que vislumbraba o planeaba.
Jorge Luis Borges (Ficciones)
Ahora he interiorizado la actitud estoica de que tengo control sobre algunas cosas (lo que como, si hago ejercicio), pero no sobre otras (mis genes, mis primeras experiencias y una serie de factores externos, incluida la eficacia de mi régimen de ejercicios). Por eso el resultado —el cuerpo que tengo, el grado de salud que disfruto— se tiene que aceptar con ecuanimidad; se «elige, pero no se desea», como afirma Cicerón. Me siento satisfecho sabiendo que, sin importar el resultado real, estoy haciendo todo lo que puedo.
Massimo Pigliucci (Cómo ser un estoico: Utilizar la filosofía antigua para vivir una vida moderna (Ariel) (Spanish Edition))
Pero lo más grave es pensar que amarnos a nosotras mismas es la solución al problema. Que amarnos a nosotras, así, en individual, como un ejercicio que brota de la voluntad y no de la aprobación social, es una especie de conjuro que puede quebrar todo lo demás. No es cierto.
María del Mar Ramón (Tirar y vivir sin culpa)
A quien leyere Si las páginas de este libro consienten algún verso feliz, perdóneme el lector la descortesía de haberlo usurpado yo, previamente. Nuestras nadas poco difieren; es trivial y fortuita la circunstancia de que tú seas el lector de estos ejercicios, y yo su redactor.
Jorge Luis Borges
Calla y ten paciencia, que día vendrá donde veas por vista de ojos cuán honrosa cosa es andar en este ejercicio. Si no, dime ¿qué mayor contento puede haber en el mundo, o qué gusto puede igualarse al de vencer una batalla y al de triunfar de su enemigo? Ninguno, sin duda alguna.
Miguel de Cervantes Saavedra (Don Quijote de la Mancha)
No me gusta conocer a la gente en el contexto de las cosas. Oh, esa es la persona con la que hago ejercicio. Esa es la persona con la que estoy en un club de lectura. Esa es la persona con la que hice ese programa. Porque una vez que el contexto termina, también lo hace la amistad.
Jennette McCurdy (Me alegro de que mi madre haya muerto)
EL AMENAZADO Es el amor. Tendré que ocultarme o que huir. Crecen los muros de su cárcel, como en un sueño atroz. La hermosa máscara ha cambiado, pero como siempre es la única. ¿De qué me servirán mis talismanes: el ejercicio de las letras, la vaga erudición, el aprendizaje de las palabras que usó el áspero Norte para cantar sus mares y sus espadas, la serena amistad, las galerías de la Biblioteca, las cosas comunes, los hábitos, el joven amor de mi madre, la sombra militar de mis muertos, la noche intemporal, el sabor del sueño? Estar contigo o no estar contigo es la medida de mi tiempo. Ya el cántaro se quiebra sobre la fuente, ya el hombre se levanta a la voz del ave, ya se han oscurecido los que miran por las ventanas, pero la sombra no ha traído la paz. Es, ya lo sé, el amor: la ansiedad y el alivio de oír tu voz, la espera y la memoria, el horror de vivir en lo sucesivo. Es el amor con sus mitología, con sus pequeñas magias inútiles. Hay una esquina por la que no me atrevo a pasar. Ya los ejércitos me cercan, las hordas. (Esta habitación es irreal; ella no la ha visto.) El nombre de una mujer me delata. Me duele una mujer en todo el cuerpo.
Jorge Luis Borges (The Gold of the Tigers: Selected Later Poems)
Si eres alma en pena, dímelo, que yo haré por ti todo cuanto mis fuerzas alcanzaren, porque soy católico cristiano y amigo de hacer bien a todo el mundo, que para esto tomé la orden de la caballería andante que profeso, cuyo ejercicio aun hasta hacer bien a las ánimas de purgatorio se extiende.
Miguel de Cervantes Saavedra (Don Quijote de la Mancha: Edición de Francisco Rico)
Cuentan que hace um siglo el dictador Mariano Melgarejo obligó al embajador de Inglaterra a beber un barril entero de chocolate, en castigo por haber despreciado un vaso de chincha. El embajador fue paseado en burro, montado al revés, por la calle principal de La Paz. Y fue devuelto a Londres. Dicen que entonces la reina Victoria, enfurecida, pidió un mapa de América del Sur, dibujó una cruz de tiza sobre Bolívia y sentenció: "Bolívia no existe". Para el mundo, en efecto, Bolivia no existía ni existió después: el saqueo de la plata y, posteriormente, el despojo del estaño no han sido más que el ejercicio de un derecho natual de los países ricos.
Eduardo Galeano
¿De qué me servirán mis talismanes: el ejercicio de las letras, la vaga erudición, el aprendizaje de las palabras que usó el áspero Norte para cantar sus mares y sus espadas [...], las galerías de la Biblioteca [...], las cosas comunes, los hábitos [...], la sombra militar de mis muertos, la noche intemporal, el sabor del sueño?
Jorge Luis Borges
Un sistema de adoctrinamiento que funcione como es debido debe cumplir diversas tareas, algunas bastante delicadas. Uno de sus objetivos son las masas estúpidas e ignorantes. Deberán ser mantenidas en ese estado, distraídas con simplificaciones groseras y de gran fuerza emocional, marginadas y aisladas. En una situación ideal, cada persona debería hallarse sola frente a la pantalla de su televisor, viendo deportes, telenovelas o comedias, privada de estructuras organizativas que permitan a los individuos carentes de recursos descubrir cuáles son sus pensamientos y creencias en interacción con otras personas, formular sus propias preocupaciones y planes y actuar para hacerlos realidad. Llegada esa situación, se les puede permitir ratificar las decisiones tomadas por quienes son mejores que ellos en elecciones celebradas periódicamente, y hasta animarles a hacerlo. La "multitud canallesca" es el blanco apropiado de los medios de comunicación y de un sistema de educación pública encaminado a generar obediencia y formación en las destrezas requeridas, incluida la de repetir lemas patrióticos en ocasiones oportunas. El problema del adoctrinamiento es un tanto distinto para aquellos de quienes se espera que participen en la toma de decisiones serias y en el ejercicio del control: los gestores de las empresas, del Estado y de la cultura, y los sectores culturizados en general. Estas personas deben interiorizar los valores del sistema y compartir las ilusiones necesarias que permitan su funcionamiento en interés de quienes concentran en sus manos el poder y los privilegios. Pero también han de tener cierta comprensión de las realidades del mundo, pues de lo contrario no serán capaces de realizar sus tareas con eficacia. Los medios elitistas y los sitemas educativos deben encontrar la forma de resolver esos dilemas, lo cual constituye una labor nada fácil. Es interesante ver en detalle cómo se lleva a cabo dicha labor, pero se trata de algo que cae fuera de los límites de estas observaciones.
Noam Chomsky (Chomsky On Anarchism)
Por ejemplo, cuando hacemos ejercicio de forma vigorosa, la hipófisis segrega endorfinas en el torrente sanguíneo. Las endorfinas son las mismas sustancias químicas que se liberan cuando comemos o mantenemos relaciones sexuales. Están estrechamente emparentadas con los opiáceos; de ahí que a menudo se hable de la llamada «euforia del corredor
Bill Bryson (El cuerpo humano: Guía para ocupantes)
-La profesión de mi ejercicio no consiente ni permite que yo ande de otra manera. El buen paso, el regalo y el reposo, allá se inventó para los blandos cortesanos; mas el trabajo, la inquietud y las armas sólo se inventaron e hicieron para aquellos que el mundo llama caballeros andantes, de los cuales yo, aunque indigno, soy el menor de todos.
Miguel de Cervantes Saavedra (Don Quijote I)
...el "multiculturalismo" (y el "culturalismo en general), en su esfuerzo por proporcionar un apoyo académico (o, para ser más precisos, una pátina promocional) a la práctica multiculturalista, es en sí mismo un ejercicio de encubrimiento. Lo que intenta tapar y expulsar del debate público es la cruda realidad de la discriminación y la privación sociales.
Zygmunt Bauman (This Is Not a Diary)
Las relaciones mismas no son la causa del dolor y de la infelicidad, sino que sacan a la superficie el dolor y la infelicidad que ya están en ti.
Eckhart Tolle (Practicando el poder del ahora: Enseñanzas, meditaciones y ejercicios esenciales extraídos de El poder del Ahora)
La no-mente es conciencia sin pensamiento. Sólo la no-mente permite pensar creativamente, porque da al pensamiento un poder real.
Eckhart Tolle (Practicando el poder del ahora: Enseñanzas, meditaciones y ejercicios esenciales extraídos de El poder del Ahora)
Ciertos niveles de comprensión humana no pueden ser logrados, se afirma, hasta que el cerebro pueda trabajar en más de una forma.
Idries Shah (The World Of The Sufi)
Adoctrinada por un ejercicio de siglos, le república de hombres inmortales había logrado la perfección de la tolerancia y casi del desdén. Sabía que en un plazo infinito le ocurren a todo hombre todas las cosas. Por sus pasadas o futuras virtudes, todo hombre es acreedor a toda bondad, pero también a toda traición, por sus infamias del pasado o del porvenir.
Jorge Luis Borges (El Aleph)
si nos proponemos deliberadamente aprender nuevas cosas o hacer cosas familiares de distinta manera (como ir al trabajo por una ruta diferente o coger el autobús en lugar del coche), generamos nuevas conexiones que mejoran nuestro cerebro. El ejercicio físico aumenta la masa muscular; los ejercicios mentales crean nuevas sinapsis que fortalecen la red neuronal.
Deepak Chopra (Supercerebro (Psicología) (Spanish Edition))
don Quijote de la Mancha, luz y espejo de la caballería manchega, y el primero que en nuestra edad y en estos tan calamitosos tiempos se puso al trabajo y ejercicio de las andantes armas, y al desfacer agravios, socorrer viudas, amparar doncellas, de aquellas que andaban con sus azotes y palafrenes, y con toda su virginidad a cuestas, de monte en monte y de valle en valle;
Miguel de Cervantes Saavedra (Don Quijote)
Lo que él quería descubrir era por qué alguien se dedica a escribir ¿Por placer? Sospechaba que, lejos de procurar satisfacción, debía de ser un ejercicio doloroso, puesto que lo que se moldea en palabras se pierde para siempre y lo único que queda es un poso de mala conciencia, como cuando se comete un delito por el cual tarde o temprano habrá que responder ante la justicia
Sándor Márai
Las obras de los grandes poetas aún no han sido leídas por la humanidad -sólo los grandes poetas son capaces de leerlas-. Las masas, sin embargo, las leen como si leyeran las estrellas…; si hay suerte, como astrólogos, pero no como astrónomos. A la mayoría de las personas se les enseña a leer sólo para su propia comodidad, como si se les enseñará a contar para que puedan comprobar las cuentas y no ser engañados. Pero del leer como noble ejercicio intelectual no tienen idea; además, sólo hay una cosa que se puede llamar leer en el más alto sentido de la palabra: no aquello que nos adormece narcotizando nuestros más altos sentimientos, sino aquello a lo que hay que acercarse de puntillas, aquello a lo que dedicamos nuestras mejores horas de vigilia".
Henry David Thoreau (Walden)
El aspecto exterior de las cosas me impresiona profundamente. Incluso ahora no puedo evitar fijarme en las cornejas, volando contra el viento, que sopla fuerte, y todavía me pregunto instintivamente, ¿cuál es la frase adecuada para expresar esto?, y me esfuerzo en dar más y más vividez a la fuerza de la corriente de aire, y el temblor del ala de la corneja deslizándose, como si el aire fuera todo él riscos, ondulaciones y asperezas. Se alzan y descienden, suben y bajan, como si el ejercicio les diera fuerza y flexibilidad, igual que si fueran nadadores en aguas turbulentas. Pero cuan poco de aquello que tan vívidamente está en mis ojos puedo expresar con la pluma; y no sólo en mis ojos; también en mis fibras nerviosas, o en la membrana en abanico de mi especie.
Virginia Woolf (A Writer's Diary)
¿Ese buscador sabe realmente lo que queremos, o estamos siguiendo el juego, bajando nuestro nivel de exigencia para que el buscador parezca inteligente? Mientras se espera que el contacto con nuevas tecnologías avanzadas cambie la perspectiva humana, el ejercicio de tratar la inteligencia de las máquinas como si fuera real requiere que las personas reduzcan su conexión con la realidad
Jaron Lanier
El tiempo que tenemos no es corto; pero perdiendo mucho de él, hacemos que lo sea, y la vida es suficientemente larga para ejecutar en ella cosas grandes, si la empleáremos bien. Pero al que se le pasa en ocio y en deleites, y no la ocupa en loables ejercicios, cuando le llega el último trance, conocemos que se le fue sin que él haya entendido que caminaba. Lo cierto es que la vida que se nos dio no es breve, nosotros hacemos que lo sea; y que no somos pobres, sino pródigos del tiempo; sucediendo lo que a las grandes y reales riquezas, que si llegan a manos de dueños poco cuerdos se disipan en un instante; y al contrario las cortas y limitadas, entrando en poder de próvidos administradores, crecen con el uso. Así nuestra edad tiene mucha latitud para los que usaren bien de ella.
Seneca (On the Shortness of Life: Life Is Long if You Know How to Use It (Penguin Great Ideas))
En lugar de eso, lo que decía era: -Hay alguien que olvida cuáles son sus obligaciones semanales. Hablar con ella suponía un complicado ejercicio, difícil de entender para quien no lo haya experimentado. Mis circuitos mentales debían hacer ese triple esfuerzo de preguntarse: A: ¿Quién debe ser ese "alguien"? B: ¿Qué "obligación" he descuidado? C: Por el amor de Dios, ¿por qué no habla claro?
Albert Sánchez Piñol
Tal vez, el gran triunfo de Chávez consistía en haber consolidado su voz como fundamento del poder, como eje de la sociedad. Había creado el Estado parlante, que también era, además, un Estado eclesial. Todos repetían las palabras del mesías. Era una estructura perfecta porque era un ejercicio voluntario y jubiloso de sometimiento. No había preguntas sino entusiasmo. Mucha fe. Devoción ciega. Chávez forever.
Alberto Barrera Tyszka (Patria o muerte)
Es como un hombre que permanece durante décadas en la playa, abrazando algunas olas «buenas» e intentando impedir que se desintegren, mientras que simultáneamente aparta las olas «malas» para evitar que se acerquen a él. Un día tras otro, el hombre sigue de pie en la playa, volviéndose loco con su ejercicio infructuoso. Finalmente, se sienta en la arena y simplemente deja que las olas vengan y se vayan a su antojo. ¡Qué apacible!
Yuval Noah Harari (Sapiens. De animales a dioses: Una breve historia de la humanidad)
Haz estos dos ejercicios durante tres semanas y déjame saber cómo te han ido y que han hecho para ti: 1) Escribe tres cosas por las que estás agradecido todos los días. Siente la gratitud con todo tu cuerpo y alma. 2) Haz una lista de todas las cosas por las que estás agradecido en tu vida. Mi lista incluye lugares que visité, amigos, experiencias, incluso malas experiencias con personas, porque me dieron la oportunidad de aprender.
Marc Reklau (Quiérete ¡y mucho!: 30 días para aumentar tu autoestima)
La vida buena no es igualmente accesible para todos. La pertenencia de clase, el género, el color de la piel, la raza, la nacionalidad y la casta generan disparidades, desigualdades de estatus y de poder que influyen de forma significativa en el bienestar individual. Estas diferencias estructurales influyen de manera dramática e importante en el acceso a la salud, en la trayectoria educativa y profesional, en el tratamiento de los casos individuales por el sistema judicial, en las condiciones de la vida cotidiana, en el futuro de los hijos y hasta en las tasas de mortalidad. ¿Qué realización personal cabe esperar si no se dan las condiciones mínimas que puedan favorecerla? Hacer creer que unos ejercicios de autoayuda bastan para remediar la ausencia de transfor- mación social no es solo una visión cortoplacista sino también repug- nante desde el punto de vista moral.46
Edgar Cabanas (Happycracia: Cómo la ciencia y la industria de la felicidad controlan nuestras vidas)
Le diré lo que pasa, joven boa constrictor -dijo Sam en tono impresionante-; si no duerme un poco menos, y si no hace más ejercicio, cuando sea mayor se encontrará sujeto a las mismas molestias personales que sufrió el viejo de la coleta. -¿Qué le pasó? -preguntó el chico gordinflón con voz balbuciente. -Se lo voy a decir -contestó Sam-; era uno de los modelos mayores que han salido; un hombre gordísimo, que no se había visto los zapatos desde hacía cuarenta y cinco años.
Charles Dickens (The Pickwick Papers)
La edad moderna ha asistido a la aparición de varias religiones de ley natural nuevas como el liberalismo, el comunismo, el capitalismo, el nacionalismo y el nazismo. A estas creencias no les gusta que se las llame religiones, y se refieren a sí mismas como ideologías. Pero esto es solo un ejercicio semántico. Si una religión es un sistema de normas y valores humanos que se fundamenta en la creencia en un orden sobrehumano, entonces el comunismo soviético no era menos religión que el islamismo. Desde
Yuval Noah Harari (Sapiens. De animales a dioses: Una breve historia de la humanidad)
El sueño europeo pone el acento en las relaciones comunitarias más que en la autonomía individual, en la diversidad cultural más que en la asimilación, en la calidad de vida más que en la acumulación de riqueza, en el desarrollo sostenible más que en el progreso material ilimitado, en el juego* antes que en el trabajo duro, en los derechos humanos universales y los derechos de la naturaleza por encima de los derechos de propiedad, y en la cooperación global más que en el ejercicio unilateral del poder.
Jeremy Rifkin (El sueño europeo (Spanish Edition))
estoy convencido de que disponemos de una facultad singular para hacer una labor mejor que otros y cuyo descubrimiento, práctica y buen ejercicio nos habrá de llevar, ineludiblemente, a un triunfo al que estamos abocados desde que nacemos, porque nacimos para brillar, por más oscuro que a veces se muestre el panorama. Dar con ella, si aún no sabes cuál es esa facultad, ha de ser tu empeño principal, y más vale que seas bueno buscando y que te apliques con esfuerzo e ingenio en esa tarea, porque en ello te va la vida,
Ignacio Novo (Frases para cambiar tu vida)
Todo buen cristiano ha de ser más pronto a salvar la proposición del prójimo que a condenarla; y, si no la puede salvar, inquira cómo la entiende; y, si mal la entiende, corríjale con amor; y, si no basta, busque todos los medios convenientes para que, bien entendiéndola, se salve.
Ignatius of Loyola (The Spiritual Exercises)
Consideremos el sermón que Cristo nuestro Señor hace a todos sus siervos y amigos, encomendándoles que a todos quieran ayudar en traerlos, primero a suma pobreza espiritual y, si su divina majestad fuere servida y los quisiere eligir no menos a la pobreza actual; segundo, a deseo de oprobios y menosprecios, porque destas dos cosas se sigue la humildad. De manera que sean tres escalones: el primero, pobreza contra riqueza; el segundo, oprobio o menosprecio contra el honor mundano; el tercero, humildad contra la soberbia; y destos tres escalones induzgan a todas las otras virtudes.
Ignatius of Loyola (The Spiritual Exercises)
En los que proceden de bien en mejor, el buen ángel toca a la tal ánima dulce, leve y suavemente, como gota de agua que entra en una esponja; y el malo toca agudamente y con sonido y inquietud, como cuando la gota de agua cae sobre la piedra. Y a los que proceden de mal en peor tocan los sobredichos espíritus contrario modo.
Ignatius of Loyola (The Spiritual Exercises)
Las aves que se destinan para los festines, a fin de que en estado de inmovilidad engorden más facilmente se las mantiene en lugar oscuro, de este modo sin hacer ejercicio la hinchazón penetra en su cuerpo inactivo la grasa inerte se desarrolla en ellas al estar continuamente en la sombra. Mas los cuerpos de estos hombres que se han entregado a las tinieblas, se ven repulsivos, dado que presentan un color más preocupante que el de los que palidecen por enfermedad: lánguidos y frágiles, están blanquecinos y, aunque vivos, su carne es cadavérica. No obstante, podría afirmar que éste es el menos grave de sus males: cuánta mayor oscuridad hay en su espíritu!
Seneca
Primer modo para hacer una buena elección: El primer punto es proponer delante la cosa sobre que quiero hacer elección, así como un oficio o beneficio para tomar o dejar, o de otra cualquier cosa que cae en elección mutable. Segundo. Es menester tener por obyecto el fin para que soy criado, que es para alabar a Dios nuestro Señor y salvar mi ánima; y con esto hallarme indiferente, sin afección alguna desordenada. Quinto. Después que así he discurrido y raciocinado a todas partes sobre la cosa propósita, mirar dónde más la razón se inclina; y así, según la mayor moción racional, y no moción alguna sensual, se debe hacer deliberación sobre la cosa propósita.
Ignatius of Loyola (The Spiritual Exercises)
14) La novela breve tiene la obligación de atrapar al lector desde el arranque mismo de la obra, y de no soltarlo aun más allá de que el lector haya concluido la lectura. Digamos que habrá de privar la sensación de que falta mucho por decir aunque esté dicho todo. El lector entonces, le da vueltas en su cabeza a la trama, a los personajes, a la atmósfera. Define, y reconstruye en su imaginación los alcances de esa novela. La leyó en una noche y lo ha dejado exhausto. Pero quiere más. Ésa es justamente una de las grandes virtudes de la novela breve, que el lector nunca la termina de leer por obligación sino como un ejercicio del placer. Como un deleite verdadero.
Eusebio Ruvalcaba (Una cerveza de nombre Derrota)
A los ricos no nos gusta pagar impuestos. Preferimos la caridad y la solidaridad. Los impuestos financian derechos que los ciudadanos acaban considerando de su propiedad y ejerciendo como si les fueran propios. La caridad y la solidaridad financian dádivas y concesiones que representan un derechos de los señores, jamás un derecho de los ciudadanos. Dependen siempre de nuestra voluntad, no de las demandas o de los votos de unos ciudadanos que saben que pueden perder los beneficios de la caridad de la misma manera discrecional que los obtuvieron. Los impuestos son obligatorios y anónimos. La caridad supone un ejercicio voluntario y se puede publicitar abundantemente.
Antón Losada (Los ricos vamos ganando. Señores contra ciudadanos en la nueva España neofeudal)
mujer, y con mis hijos, y con mis amigos; mis ejercicios son el de la caza y pesca, pero no mantengo ni halcón ni galgos, sino algún perdigón manso, o algún hurón atrevido. Tengo hasta seis docenas de libros, cuáles de romance y cuáles de latín, de historia algunos y de devoción otros; los de caballerías aún no han entrado por los umbrales de mis puertas. Hojeo más los que son profanos que los devotos, como sean de honesto entretenimiento, que deleiten con el lenguaje y admiren y suspendan con la invención, puesto que déstos hay muy pocos en España. Alguna vez como con mis vecinos y amigos, y muchas veces los convido; son mis convites limpios y aseados, y no nada escasos;
Miguel de Cervantes Saavedra (Don Quijote)
La Hora de la Dolorosa, llamada también El pésame en algunos lugares de América Latina, en la que los fieles, con expresiones de conmovedora devoción, "hacen compañía" a la Madre del Salvador, que se ha quedado sola y sumergida en un profundo dolor, en el cual se concentra el dolor de todo el universo por la muerte del Hijo. Estos ejercicios de piedad no se deben limitar a expresar el sentimiento humano ante una madre desolada, sino que, desde la fe en la Resurrección, deben ayudar a comprender la grandeza del amor redentor de Cristo y la participación en el mismo de su Madre, para aprender de ella a estar junto a las infinitas cruces de los hombres y mujeres de nuestro tiempo.
Consejo Pontificio para la Promoción de la Nueva Evangelización
Parte de una diferencia esencial entre los gobiernos dictatoriales y los totalitarios; a los primeros les interesa el ejercicio del poder autoritario y nada más que ejercitarlo (y a menudo robar); a los segundos, en cambio, aunque también suelen robar, les importan las ideas que ellos consideran verdades absolutas y por eso hacen esfuerzos inauditos para inculcárselas al público. ¿De qué manera? Convenciéndolo, a través de la propaganda, que aquellas ideas son las suyas propias, las que el pueblo ha estado siempre anhelando aunque no lo supiera de una manera clara, algo que, ahora, el régimen, mediante su empeño pedagógico, le permitirá entender de modo diáfano. Y tanto más irrefutable cuanto que todas las ideas contrarias a aquellas que esgrime para justificar su política quedarán abolidas, sin vías de expresión posible, censuradas en los medios de comunicación, erradicadas de los planes pedagógicos, condenadas en las aulas universitarias, en los libros, revistas, periódicos, radios, canales de televisión. De este modo la «verdad» oficial —la del marxismo-leninismo, el nacional-socialismo, el fascismo, el maoísmo, el yihadismo— quedará entronizada, convertida en algo más importante que una mera idea: en una atmósfera cultural, el aire que se respira a través de todas las disciplinas y conocimientos, que asoma en las ciencias, las técnicas, las artes y las letras.
Mario Vargas Llosa (La llamada de la tribu)
En toda buena elección, en cuanto es de nuestra parte, el ojo de nuestra intención debe ser simple, solamente mirando para lo que soy criado, es a saber, para alabanza de Dios nuestro Señor y salvación de mi ánima, y así, cualquier cosa que yo eligiere debe ser a que me ayude para al fin para que soy criado, no ordenando ni trayendo el fin al medio, mas el medio al fin. Porque primero hemos de poner por obyecto querer servir a Dios, que es el fin, y secundario tomar beneficio o casarme, si más me conviene, que es el medio para el fin; así ninguna cosa me debe mover a tomar los tales medios o a privarme dellos, sino sólo el servicio y alabanza de Dios nuestro Señor y salud eterna de mi ánima.
Ignatius of Loyola (The Spiritual Exercises)
El farmacéutico le contestó, sin volverse, que le gustaban los libros del tipo de La metamorfosis, Bartleby, Un corazón simple, Un cuento de Navidad. Y luego le dijo que estaba leyendo Desayuno en Tiffany’s, de Capote. Dejando de lado que Un corazón simple y Un cuento de Navidad eran, como el nombre de este último indicaba, cuentos y no libros, resultaba revelador el gusto de este joven farmacéutico ilustrado, que tal vez en otra vida fue Trakl o que tal vez en ésta aún le estaba deparado escribir poemas tan desesperados como su lejano colega austriaco, que prefería claramente, sin discusión, la obra menor a la obra mayor. Escogía La metamorfosis en lugar de El proceso, escogía Bartleby en lugar de Moby Dick, escogía Un corazón simple en lugar de Bouvard y Pécuchet, y Un cuento de Navidad en lugar de Historia de dos ciudades o de El Club Pickwick. Qué triste paradoja, pensó Amalfitano. Ya ni los farmacéuticos ilustrados se atreven con las grandes obras, imperfectas, torrenciales, las que abren camino en lo desconocido. Escogen los ejercicios perfectos de los grandes maestros. O lo que es lo mismo: quieren ver a los grandes maestros en sesiones de esgrima de entrenamiento, pero no quieren saber nada de los combates de verdad, en donde los grandes maestros luchan contra aquello, ese aquello que nos atemoriza a todos, ese aquello que acoquina y encacha, y hay sangre y heridas mortales y fetidez.
Roberto Bolaño (2666)
Respecto a la asamblea general, se da a todos los ciudadanos el derecho de asistir a ella; pero se tiene cuidado de imponer una multa a los ricos, si no concurren, o por lo menos es mucho más fuerte la que se exige a ellos que la que pagan los pobres; respecto a las magistraturas, se prohíbe a los ricos, que tienen la renta legal, la facultad de no aceptarlas, y se deja libre esta facultad a los pobres; respecto a los tribunales, se impone una multa a los ricos que se abstienen de juzgar, y se concede la impunidad a los pobres, o si no la multa es enorme para aquellos y casi nula para éstos, como sucede en las leyes de Carondas. A veces basta estar inscrito en los registros civiles, para tener entrada en la asamblea general y en el tribunal; pero, una vez inscrito, si uno falta a estos dos deberes, está expuesto a que le impongan una multa terrible, que tiene por objeto hacer que los ciudadanos se abstengan de inscribirse; no estando inscrito, no se forma parte entonces ni de la asamblea ni del tribunal. El mismo sistema de leyes rige respecto del uso de armas y de los ejercicios gimnásticos; se permite a los pobres estar sin armas; se castiga con multa a los ricos que no las tienen; y en cuanto a los gimnasios, nada de multa a los pobres, y multa a los ricos que no asisten a ellos; éstos concurren por temor a la multa; aquéllos jamás se presentan, porque no tienen este temor. Tales son los ardides puestos en práctica por las leyes en las condiciones oligárquicas.
Aristotle (La Política)
Como saben, me gusta recordar viejos episodios de nuestra Historia. Sobre todo si causan respeto por lo que algunos paisanos nuestros fueron capaces de hacer. O intentar. Situaciones con posible lectura paralela, de aplicación al tiempo en que vivimos. Les aseguro que es un ejercicio casi analgésico; sobre todo esos días funestos, cuando creo que la única solución serían toneladas de napalm seguidas por una repoblación de parejas mixtas compuestas, por ejemplo, de suecos y africanos. Sin embargo, cuando una de esas viejas historias viene a la memoria, concluyo que quizás no sea imprescindible el napalm. Siempre hubo aquí compatriotas capaces de hacer cosas que valen la pena, me digo. Y en alguna parte estarán todavía. Como estuvieron.
Arturo Pérez-Reverte
El primer punto. Es necesario que todas cosas de las cuales queremos hacer elección sean indiferentes o buenas en sí, y que militen dentro de la santa madre Iglesia jerárquica, y no malas ni repugnantes a ella. Segundo. Hay unas cosas que caen debajo de elección inmutable, así como son sacerdocio, matrimonio, etc.; hay otras que caen debajo de elección mutable, así como son tomar beneficios o dejarlos, tomar bienes temporales o lanzallos. Tercero. En la elección inmutable, que ya una vez se ha hecho elección, no hay más que eligir, porque no se puede desatar; así como es matrimonio, sacerdocio, etc. Sólo es de mirar que, si no ha hecho elección debida y ordenadamente sin afecciones desordenadas, arrepintiéndose, procure hacer buena vida en su elección.
Ignatius of Loyola (The Spiritual Exercises)
Aquí, frente a este edificio, aprendo algo sobre el miedo. Aprendo que no son las banales fantasías de alguien que quizá quiere que le pase algo importante, aunque lo importante sea terrible. No es el asco de ver a un extraño muerto, ni la falta de aliento cuando oyes cargarse una escopeta . Este miedo no se soluciona con ejercicios de respiración. Este miedo no es comparable a ningún otro miedo que haya sentido antes. Es la más baja de todas las emociones posibles, sientes que estaba con nosotros antes de que existieras, antes de que existiera este edificio, antes de que existiera la Tierra. Es el miedo que hizo que los peces salieran del agua y desarrollaran pulmones, el miedo que nos enseña a correr, el miedo que hace que enterremos a nuestros muertos.
John Green (Paper Towns)
Segundo modo para hacer una buena elección: La primera es que aquel amor que me mueve y me hace eligir la tal cosa descienda de arriba, del amor de Dios. De forma que el que elige sienta primero en sí que aquel amor más o menos que tiene a la cosa que elige, es sólo por su Criador y Señor. La segunda, mirar a un hombre que nunca he visto ni conocido, y deseando yo toda su perfección, considerar lo que yo le diría que hiciese y eligiese para mayor gloria de Dios nuestro Señor y mayor perfección de su ánima; y, haciendo yo asimismo, guardar la regla que para el otro pongo. La tercera, considerar, como si estuviese en el artículo de la muerte, la forma y medida que entonces querría haber tenido en el modo de la presente elección; y, reglándome por aquella, haga en todo la mi determinación. La cuarta, mirando y considerando cómo me hallaré el día del juicio, pensar cómo entonces querría haber deliberado acerca la cosa presente; y la regla que entonces querría haber tenido, tomarla ágora.
Ignatius of Loyola (The Spiritual Exercises)
Las leyes bancarias estadounidenses actuales permiten que el banco repita este ejercicio otras siete veces. El constructor tendría al final 10 millones de dólares en su cuenta, aunque el banco sigue sin tener más que 1 millón de dólares en su cámara acorazada. A los bancos se les permite prestar diez dólares por cada dólar que posean realmente, lo que significa que el 90 por ciento de todo el dinero de nuestras cuentas bancarias no está cubierto por monedas y billetes reales.2 Si todos los cuentacorrentistas del Barclays Bank pidieran de repente su dinero, el Barclays se hundiría de inmediato (a menos que el gobierno se decidiera a salvarlo). Lo mismo ocurre con el Lloyds, el Deutsche Bank, Citibank y todos los demás bancos del mundo. Esto se parece a un gigantesco sistema Ponzi, o piramidal, ¿no es verdad? Pero, si es un fraude, entonces toda la economía moderna es un fraude. El hecho es que no es un engaño, sino más bien un tributo a las asombrosas capacidades de la imaginación humana. Lo que permite que los bancos (y la economía entera) sobrevivan y prosperen es nuestra confianza en el futuro. Esta confianza es el único respaldo para la mayor parte del dinero del mundo.
Yuval Noah Harari (Sapiens. De animales a dioses: Una breve historia de la humanidad)
El enemigo mucho mira si una ánima es gruesa o delgada; y si es delgada, procura de más la adelgazar en extremo, para más la turbar y desbaratar. Verbi gracia, si ve que una ánima no consiente en sí pecado mortal ni venial ni aparencia alguna de pecado deliberado, entonces el enemigo, cuando no puede hacerla caer en cosa que parezca pecado, procura de hacerla formar pecado adonde no es pecado, así como en una palabra o pensamiento mínimo. Si la ánima es gruesa, el enemigo procura de engrosarla más. Verbi gracia, si antes no hacía caso de los pecados veniales, procurará que de los mortales haga poco caso; y si algún caso hacía antes, que mucho menos o ninguno haga agora.
Ignatius of Loyola (The Spiritual Exercises)
La parábola de Kafka dice así:[3] [Él] Tiene dos enemigos: el primero le amenaza por detrás, desde los orígenes. El segundo le cierra el camino hacia adelante. Lucha contra ambos. En realidad, el primero le apoya en su lucha contra el segundo, quiere impulsarle hacia adelante, y de la misma manera el segundo le apoya en su lucha contra el primero, le empuja hacia atrás. Pero esto es solamente teórico. Porque aparte de los adversarios, también existe él, ¿y quién conoce sus intenciones? Siempre sueña que en un momento de descuido —para ello hace falta una noche inimaginablemente oscura— pueda escabullirse del frente de batalla y ser elevado, por su experiencia de lucha, por encima de los combatientes, como árbitro.
Hannah Arendt (Entre el pasado y el futuro: Ocho ejercicios sobre la reflexión política (IMPRESCINDIBLES) (Spanish Edition))
Al amanecer, cuando de mala gana y perezosamente despiertes, acuda puntual a ti este pensamiento: «Despierto para cumplir una tarea propia de hombre.» ¿Voy, pues, a seguir disgustado, si me encamino a hacer aquella tarea que justifica mi existencia y para la cual he sido traído al mundo? ¿O es que he sido formado para calentarme, reclinado entre pequeños cobertores? «Pero eso es más agradable.» ¿Has nacido, pues, para deleitarte? Y, en suma, ¿has nacido para la pasividad o para la actividad? ¿No ves que los arbustos, los pajarillos, las hormigas, las arañas, las abejas, cumplen su ílinción propia, contribuyendo por su cuenta al orden del mundo? Y tu entonces, ¿rehusas hacer lo que es propio del hombre? ¿No persigues con ahínco lo que está de acuerdo con tu naturaleza? «Mas es necesario también reposar.» Lo es; también yo lo mantengo. Pero también la naturaleza ha marcado límites al reposo, como también ha fijado límites en la comida y en la bebida, y a pesar de eso, ¿no superas la medida, excediéndote más de lo que es suficien-te? Y en tus acciones no sólo no cumples lo suficiente, sino que te quedas por debajo de tus posibilidades. Por consiguiente, no te amas a ti mismo, porque ciertamente en aquel caso amarias tu naturaleza y su propósito. Otros, que aman su profesión, se consumen en el ejercicio del trabajo idóneo, sin lavarse y sin comer. Pero tú estimas menos tu propia naturaleza que el cincelador su cincel, el danzarín su danza, el avaro su dinero, el presuntuoso su vanagloria. Éstos, sin embargo, cuando sienten pasión por algo, ni comer ni dormir quieren antes de haber contribuido al progreso de aquellos objetivos a los que se entregan. -- P.97
Marco Aurelio (Meditaciones (Spanish Edition))
Cada día progresa el delirio con mayor profusión, se desborda. Un día le digo al niño: ¿Y si formamos una gran familia con mi marido y mi mujer, contigo también? Río con mi travesura. Me emociona vivir con un arado en una mano y una antorcha en la otra. Hago experimentos imaginarios con combinaciones peligrosas. Construyo una pequeña bomba. Le propongo jugar, entrar al poliamor, pero lo hago incumpliendo todas sus reglas. Y estos días a su lado se convierten en una sucesión de breves reflexiones sobre todo lo que no seremos, nuestra diferencia de edad, los límites de la distancia geográfica, lo sexy de la imposibilidad. Él es un recién llegado, mientras yo juego a qué sucedería si dejara por él todo lo que me ha costado años poner en pie. Como estar casado y pedirle matrimonio a alguien, que fue exactamente lo que hizo mi padre. Sé que no lo haré nunca. Que solo estoy esperando que sea real para él para quitarme la máscara y enseñarle la cámara escondida. Y aun así, sin convicción, tejo el vínculo defectuoso entre nosotros, tiro de la lana del ovillo, de la seda pegajosa, el mismo puente que suelo construir “entre mi subjetividad y el resto del mundo, para hacerlo lidiar también a él con mis inseguridades. Pobre, lo hago responsable de mí. Me paso horas mostrando incredulidad ante sus sentimientos imberbes, que no son exagerados y dolientes como los míos, y por eso me saben a poco. No cae en mi trampa. Peleamos mucho y eso me hace sentir más cerca, más comprometida. Jugamos a la fidelidad dentro de la infidelidad, como mi papá con su amante: «Si al volver lo haces con otro que no sea Jaime te jodes». Otra vez descubro cómo me enganchan del amor sus formas reconocibles, tóxicas. Juego a que es verdad, pero en realidad hay en este ejercicio más verdad sobre mí que juego. Una constatación aún más terrible. Y como en toda relación inesperada, hay un gran componente de narcisismo.
Gabriela Wiener (Huaco retrato)
Díjele que entre nosotros existía una sociedad de hombres educados desde su juventud en el arte de probar con palabras multiplicadas al efecto que lo blanco es negro y lo negro es blanco, según para lo que se les paga. El resto de las gentes son esclavas de esta sociedad. Por ejemplo: si mi vecino quiere mi vaca, asalaria un abogado que pruebe que debe quitarme la vaca. Entonces yo tengo que asalariar otro para que defienda mi derecho, pues va contra todas las reglas de la ley que se permita a nadie hablar por si mismo. Ahora bien; en este caso, yo, que soy el propietario legítimo, tengo dos desventajas. La primera es que, como mi abogado se ha ejercitado casi desde su cuna en defender la falsedad, cuando quiere abogar por la justicia -oficio que no le es natural- lo hace siempre con gran torpeza, si no con mala fe. La segunda desventaja es que mi abogado debe proceder con gran precaución, pues de otro modo le reprenderán los jueces y le aborrecerán sus colegas, como a quien degrada el ejercicio de la ley. No tengo, pues, sino dos medios para defender mi vaca. El primero es ganarme al abogado de mi adversario con un estipendio doble, que le haga traicionar a su cliente insinuando que la justicia está de su parte. El segundo procedimiento es que mi abogado dé a mi causa tanta apariencia de injusticia como le sea posible, reconociendo que la vaca pertenece a mi adversario; y esto, si se hace diestramente, conquistará sin duda, el favor del tribunal. Ahora debe saber su señoría que estos jueces son las personas designadas para decidir en todos los litigios sobre propiedad, así como para entender en todas las acusaciones contra criminales, y que se los saca de entre los abogados más hábiles cuando se han hecho viejos o perezosos; y como durante toda su vida se han inclinado en contra de la verdad y de la equidad, es para ellos tan necesario favorecer el fraude, el perjurio y la vejación, que yo he sabido de varios que prefirieron rechazar un pingüe soborno de la parte a que asistía la justicia a injuriar a la Facultad haciendo cosa impropia de la naturaleza de su oficio. Es máxima entre estos abogados que cualquier cosa que se haya hecho ya antes puede volver a hacerse legalmente, y, por lo tanto, tienen cuidado especial en guardar memoria de todas las determinaciones anteriormente tomadas contra la justicia común y contra la razón corriente de la Humanidad. Las exhiben, bajo el nombre de precedentes, como autoridades para justificar las opiniones más inicuas, y los jueces no dejan nunca de fallar de conformidad con ellas. Cuando defienden una causa evitan diligentemente todo lo que sea entrar en los fundamentos de ella; pero se detienen, alborotadores, violentos y fatigosos, sobre todas las circunstancias que no hacen al caso. En el antes mencionado, por ejemplo, no procurarán nunca averiguar qué derechos o títulos tiene mi adversario sobre mi vaca; pero discutirán si dicha vaca es colorada o negra, si tiene los cuernos largos o cortos, si el campo donde la llevo a pastar es redondo o cuadrado, si se la ordeña dentro o fuera de casa, a qué enfermedades está sujeta y otros puntos análogos. Después de lo cual consultarán precedentes, aplazarán la causa una vez y otra, y a los diez, o los veinte, o los treinta años, se llegará a la conclusión. Asimismo debe consignarse que esta sociedad tiene una jerigonza y jerga particular para su uso, que ninguno de los demás mortales puede entender, y en la cual están escritas todas las leyes, que los abogados se cuidan muy especialmente de multiplicar. Con lo que han conseguido confundir totalmente la esencia misma de la verdad y la mentira, la razón y la sinrazón, de tal modo que se tardará treinta años en decidir si el campo que me han dejado mis antecesores de seis generaciones me pertenece a mí o pertenece a un extraño que está a trescientas millas de distancia.
Jonathan Swift (Los viajes de Gulliver)
-La cuestión de cómo debe practicar la filosofía una ciudad que no quiera perecer; porque todas las grandes empresas son peligrosas y verdaderamente lo hermoso es difícil, como suele decirse. -Sin embargo -dijo-, hay que completar la demostra­ción dejando aclarado este punto. -Si algo lo impide -dije- no será la falta de voluntad, sino de poder. Pero tú, que estás aquí, verás cuánto es mi celo. Mira, pues, de qué modo tan vehemente y temera­rio voy ahora a decir que la ciudad debe adoptar con res­pecto a este estudio una conducta enteramente opuesta a la de ahora. -¿Cómo? -Los que ahora se dedican a ella -dije- son mozalbe­tes, recién salidos de la niñez, que, después de haberse asomado a la parte más difícil de la filosofía -quiero de­cir lo relativo a la dialéctica-, la dejan para poner casa y ocuparse en negocios y con ello pasan ya por ser con­sumados filósofos. Y en lo sucesivo creen hacer una gran cosa si, cuando se les invita, acceden a ser oyentes de otros que se dediquen a ello, porque lo consideran como algo de que no hay que ocuparse sino de manera acceso­ria. Y al llegar la vejez, todos, excepto unos pocos, se apa­gan mucho más completamente que el sol heracliteo, porque no vuelven a encenderse de nuevo. -¿Y qué hay que hacer? -dijo. -Todo lo contrario. Cuando son niños y mozalbetes deben recibir una educación y una filosofía apropiadas a su edad; y en esa época en que crecen y se desarrollan sus cuerpos tienen que cuidarse muy bien de ellos preparán­dolos así como auxiliares de la filosofía. Llegada la edad en que el alma entra en la madurez, hay que redoblar los ejercicios propios de ella; y, cuando, por faltar las fuerzas, los individuos se vean apartados de la política y milicia, entonces hay que dejarlos ya que pazcan en libertad y no se dediquen a ninguna otra cosa sino de manera acce­soria; eso si se quiere que vivan felices y que, una vez ter­minada su vida, gocen allá de un destino acorde con su existencia terrena.
Plato (La República)