Dice El Dicho Quotes

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Se ha escrito y dicho tanto sobre el amor que ha acabado convirtiéndose en una palabra desgastada, mancillada, maltrecha, pronunciada tantas veces por tantas personas en tantas circunstancias que poco sentido tiene ya. Se ama tanto, se dice tanto, se intuye tan poco. Hay amor en cada rincón, en cada objeto, en cada persona. Cualquier cosa puede ser amada si es contemplada por los ojos correctos.
Wendy Davies (Recuerda que me quieres)
...si antes de cada acción pudiésemos prever todas sus consecuencias, nos pusiésemos a pensar en ellas seriamente, primero en las consecuencias inmediatas, después, las probables, más tarde las posibles, luego la imaginables, no llegaríamos siquiera a movernos de donde el primer pensamiento nos hubiera hecho detenernos. Los buenos y los malos resultados de nuestros dichos y obras se van distribuyendo, se supone que de forma bastante equilibrada y uniforme, por todos los días del futuro, incluyendo aquellos, infinitos, en los que ya no estaremos aquí para poder comprobarlo, para congratularnos o para pedir perdón, hay quien dice que eso es la inmortalidad de la que tanto se habla...
José Saramago (Blindness)
Julie le ha dicho a Faye que cree que los amantes pasan por tres fases distintas cuando empiezan a conocerse bien. Primero intercambian anécdotas y gustos. Después se cuentan las cosas en que creen. Y luego cada uno examina la relación entre lo que el otro dice que cree y lo que hace en realidad.
David Foster Wallace (Girl With Curious Hair)
Hazrat Ali, en un dicho que se le atribuye, dice: “El hombre está disfrazado, cubierto por su lengua
Idries Shah (Seeker After Truth: A Handbook)
—Cada uno de nosotros sigue perdiendo algo muy preciado —dice cuando el teléfono deja de sonar—. Oportunidades importantes, posibilidades, sentimientos que no podrán recuperarse jamás. Esto es parte de lo que significa estar vivo. Pero dentro de nuestra cabeza, porque creo que es ahí donde debe de estar, hay un pequeño cuarto donde vamos dejando todo esto en forma de recuerdos. Seguro que es algo parecido a las estanterías de esta biblioteca. Y nosotros, para localizar dónde se esconde algo de nuestro corazón, tenemos que ir haciendo siempre fichas catalográficas. Hay que limpiar, ventilar la habitación, cambiar el agua de los jarrones de flores. Dicho de otro modo, tú deberás vivir hasta el fin de tus días en tu propia biblioteca.
Haruki Murakami (Kafka on the Shore)
Tenemos todo lo que queremos” es un dicho terrible cuando “todo” no incluye a Dios. Hallamos a Dios una interrupción. Como dice San Agustín en alguna parte, “Dios quiere darnos algo, pero no puede, porque nuestras manos están llenas —no hay donde Él pueda ponerlo”.
C.S. Lewis (El Problema del Dolor (Spanish Edition))
(...) ¡Toda la tarde la pasamos cosiendo!... (...) -¡ Pero qué manos de trapo tiene usted! -me dice la madre Mercedes-. ¡Es usted un chicazo!... [Celia, aburrida y asustada por si la riñen por su falta de afición a la costura] (...) -¡Pero usted está dejada de la mano de Dios! me ha dicho la madre Mercedes. -¿Sí? ¿Y las otras niñas no están dejadas? -¡No diga simplezas! ¿No le da vergüenza ver todas las labores que hacen sus compañeras con la ayuda de Dios? No me da ni pizca. ¡Si Él me ayudara, también yo las haría! ¡Vaya una gracia!
Elena Fortún (Celia en el colegio (Celia, #2))
Querido Lector, Soy una escritora y las letras son mi arma. Quiero lastimarte. Quiero que mis letras sean sal y quiero tirarlas en tu herida abierta. Quiero que mis palabras sean piezas irregulares de espejos en el que te puedas ver reflejado. Soy una sadica también conocida como una artista. Mis libros son un llamado para las mujeres que se han doblado por angustia, obligadas por el fastidio, cautivas de un pasado que nos las deja ir, vencedoras de un pasado que trató de matarlas. Verás, tengo una enfermedad, se llama naturaleza humana y estoy fascinada por ella. Así que, si decides leer Mud Vein, recuerda eso sobre mí. No estoy escribiendo para entretenerte, o para ganar dinero, o para tener mi libro apoyado cuidadosamente en un estante en Target. Escribo para explorar las oscuras esquinas de mí ser, y quiero que vengas conmigo. Soy un poco como tú. Creo que te verás en las páginas de Mud Vein. No te he dicho mucho sobre él a propósito. Quiero que vayas a ciegas. Quiero que te tropieces con un pensamiento, un sonido, una herida que creías especial para ti. Y darte cuenta de que yo también las he sentido, alguien que nunca has conocido. Si decides leer Mud Vein, por favor no te preguntes qué dice, pregúntate que significa. Y una vez que leas mis negras letras sobre una página blanca, envíame un email y dime tu interpretación. No puedo esperar para saber tus pensamientos.
Tarryn Fisher (Mud Vein)
demoníaca es un par de ojos estúpidos! Vaya, vaya… enrojeces y palideces… Mi ardor te ha encendido de cólera. Pero has de saber, Starbuck, que lo que se dice en el ardor se desdice por sí solo. Hay hombres cuyas palabras inflamadas no ofenden demasiado. No he querido enfurecerte. Olvida lo que he dicho.
Herman Melville (Moby Dick)
Lamento nuestra despedida. Solo me queda el consuelo de que sepas que la última frase que le dices a una persona no significa nada, es el conjunto de todas las que forman el adiós no pronunciado, y espero que el mío no fuese un reproche sino el «te quiero, papá» más real que jamás se haya dicho en la tierra.
Alexandra Roma (El club de los eternos 27)
Todo es símbolo y atraso, y nosotros, los que somos dioses, sólo tenemos un grado más alto en una Orden, cuyos Superiores Incógnitos no sabemos quiénes son. Dios es el segundo en la Orden manifiesta, y no me dice quién es el Jefe de la Orden, el único que conoce (se conoce) los Jefes Secretos. Cuántas veces Dios me ha dicho: 'Hermano mío, no sé quién soy'.
Fernando Pessoa (La hora del Diablo)
La estupidez insiste siempre, uno se daría cuenta de ello si uno no pensara siempre en sí mismo. Nuestros conciudadanos, a este respecto, eran como todo el mundo; pensaban en ellos mismos; dicho de otro modo, eran humanidad: no creían en las plagas. La plaga no está hecha a la medida del hombre, por lo tanto el hombre se dice que la plaga es irreal, es un mal sueño que tiene que pasar. Pero no siempre pasa, y de mal sueño en mal sueño son los hombres los que pasan, y los humanistas en primer lugar, porque no han tomado precauciones. Nuestros conciudadanos no eran más culpables que otros, se olvidaban de ser modestos, eso es todo, y pensaban que todavía todo era posible para ellos, lo cual daba por supuesto que las plagas eran imposibles.
Albert Camus (The Plague)
Marianne oye la voz de Connell zumbando en el auricular. El sol le pega en la cara. Le coge el teléfono de la mano a Alan y, deslizando el dedo, cuelga la llamada. Alan se queda ahí plantado mirándola desde arriba. Durante varios segundos no se oye ni un sonido en el jardín. Y entonces, en voz baja, dice: ¿Por qué cojones has hecho eso? No quería hablar con él. Ya te lo he dicho. Él si que quería hablar contigo. Sí, ya se que quería.
Sally Rooney (Normal People)
Margrét me busca, me coge de la mano, me aprieta los dedos tan fuerte que me duele, me duele. —No eres un monstruo —dice. Tiene la cara roja y se muerde el labio, se lo muerde con fuerza. Sus dedos, entrelazados con los míos, son calientes y grasientos. —Me van a matar. ¿Quién ha dicho eso? ¿He sido yo? —Nosotros te recordaremos, Agnes. Me aprieta los dedos con más fuerza hasta que casi lloro de dolor y empiezo a llorar. No quiero ser recordada, ¡quiero seguir aquí!
Hannah Kent (Burial Rites)
-Mamá -le pregunté al anochecido cuando recogía los hilos en el cesto de costura después de marcharse la costurera-. Dime mamá, ¿hay otras religiones además de la nuestra? -Sí -dijo mi madre-, pero todas son mentiras... -Los que creen en ellas... -comencé a decir. -Los que creen en ellas se condenan... van al infierno de cabeza. -Pero, di mamá, ¿y si no saben que ha venido Jesucristo? -Pues se condenan -insistió ferozmente mi madre. -Eso no está bien... porque ellos no tienen la culpa...¡Es una atrocidad! (...) -Pero ¿quién le ha dicho a usted que no hay infierno? En todo caso porque lo dice la Santa Madre Iglesia hay que creerlo a ojos cerrados. -¿Por qué? (...)
Elena Fortún (Oculto sendero)
Aquella cosa demasiado horrible para ponerle un nombre. Los franceses tienen una expresión: "Espíritu de escalera". En francés: Espirit d'Escalier. Se refiere a ese momento en que uno encuentra la respuesta pero ya es demasiado tarde. Digamos que estás en una fiesta y alguien te insulta. Tienes que decir algo. Así que bajo presión y con todo el mundo mirando, dices algo cutre. Pero en cuanto te marchas de la fiesta... Mientras empiezas a bajar la escalera... magia. Se te ocurre exactamente lo que tendrías que haber dicho. La perfecta réplica que habría desarmado al otro. Ese es el espíritu de la escalera. El problema es que ni siquiera los franceses tienen una expresión para denominar las estupideces que dices bajo presión.
Chuck Palahniuk (Haunted)
La Iglesia no existe más que para atraer a los hombres a Cristo, para convertirlos en otros Cristos. Si no cumple este cometido, todas las catedrales, el sacerdocio, las misiones, los sermones, incluso la Biblia misma, son sencillamente una pérdida de tiempo. Dios se hizo hombre para ese único fin. Incluso es dudoso que el universo haya sido creado para otro fin que ese. La Biblia dice que el universo entero fue creado para Cristo y que todo ha de ser reunido en Él. Lo que se nos ha dicho es cómo nosotros, los hombres, podemos ser atraídos hacia Cristo. Esto es lo único para lo que hemos sido hechos. Y hay extraños, excitantes indicios en la Biblia de que, cuando hayamos sido atraídos, un gran número de otras cosas en la naturaleza empezarán a funcionar bien. La pesadilla habrá terminado, y llegará el amanecer.
C.S. Lewis (Mere Christianity)
—No te enojes conmigo, ¡oh Sublime! —dijo el joven—. No te he dicho esto para buscar una controversia contigo. Tienes razón cuando dices que las opiniones sirven de poco. Pero permíteme que añada esto otro: no he dudado ni un momento de ti. No he dudado ni un momento que eres Buda, que has alcanzado la meta, la más alta, hacia la cual se encaminan tantos miles de brahmanes e hijos de brahmanes. Tú has encontrado la redención de la muerte. La has logrado por tu propia búsqueda, en tu propio camino, pensando, meditando por el conocimiento, por inspiración. ¡No la has alcanzado por una doctrina! ¡Y yo creo, oh Sublime, que a nadie se le puede procurar la redención por una doctrina! ¡A nadie podrás, oh Venerable, decir ni comunicar por palabras o por una doctrina lo que te sucedió en el momento de tu transfiguración!—
Hermann Hesse (Siddartha)
Vemos, pues, que el yo también es un relato imaginario, al igual que las naciones, los dioses y el dinero. Cada uno de nosotros tiene un sofisticado sistema que se deshace de la mayoría de nuestras experiencias, conserva solo unas pocas muestras bien escogidas, las mezcla con fragmentos de películas que hemos visto, novelas que hemos leído, discursos que hemos oído, y ensoñaciones propias, y con todo este revoltijo teje un relato en apariencia coherente sobre quién soy yo, de dónde vengo y adónde voy. Dicho relato me dice a quién amar, a quién odiar y qué hacer conmigo. Dicho relato puede hacer incluso que sacrifique mi vida, si eso es lo que requiere el guion. Todos tenemos nuestro género. Algunas personas viven una tragedia, otras habitan en un drama religioso inacabable, aún otras abordan la vida como si se tratara de una película de acción, y no son pocas las que actúan como si de una comedia se tratara. Pero, al final, todas son solo relatos.
Yuval Noah Harari (Homo Deus: Breve historia del mañana)
Hay un viejo dicho que reza: «Ten cuidado con lo que deseas, porque igual se hace realidad». El Santo Grial de la nanotecnología es crear el ensamblador molecular, o replicante, pero, una vez que esté inventado, podría alterar los cimientos de la propia sociedad. Todas las filosofías y todos los sistemas sociales se basan en última instancia en la escasez y la pobreza. A lo largo de la historia del género humano, este ha sido el tema dominante que ha preocupado a la sociedad, configurando nuestra cultura, nuestra filosofía y nuestra religión. En algunas religiones se considera la prosperidad como una recompensa divina y la pobreza, como un castigo. Por el contrario, el budismo se basa en la naturaleza universal del sufrimiento y en el modo de enfrentarse a él. En el cristianismo, el Nuevo Testamento dice: «Es más fácil que un camello pase a través del ojo de una aguja que para un rico entrar en el reino de los cielos». La distribución de la riqueza define también a la propia sociedad. El feudalismo se basaba en preservar la riqueza de un reducido número de aristócratas frente a la pobreza de los campesinos. El capitalismo se fundamenta en la idea de que las personas enérgicas y productivas obtienen la recompensa por sus esfuerzos cuando fundan empresas y se hacen ricas. Pero, si los individuos perezosos e improductivos pudieran conseguir todo lo
Michio Kaku (La física del futuro)
Son muchos mis compañeros de profesión (quiero decir, mis compañeros de profesión novelística) que consideran a Galdós su maestro. Pero entendámonos, porque aquí siempre es difícil entenderse y todo se presta a malentendidos porque aquí todo el mundo piensa siempre automáticamente lo peor de todo el mundo, lo peor que puede pensarse y de la forma más retorcida y negativa posible y basándose siempre en la presuposición de que el otro no sabe, o es facha, o es tonto, o es un hipócrita, o dice lo que dice para joder, o para medrar, o para hacerse el gracioso, o para pagar una deuda secreta con quién sabe quién, presuponiendo siempre que hay motivos secretos, programas escondidos, conspiraciones, quién sabe qué, entendámonos, todos admiramos a Galdós, y yo también, y yo también considero que es un genio, y conozco, CONOZCO sus méritos, cojones, soy licenciado en filología hispánica y he leído a Galdós, mucho, mucho, no todo pero sí mucho, he tenido delante de mí a Domingo Ynduráin diciéndonos, cuando alguien le preguntó qué novelas de Galdós debíamos leer, diciéndonos: “¿cuántas novelas cree que podrá leer?”, añadiendo a continuación que, como es lógico, debíamos leerlas TODAS (yo no he leído todas), sí, soy bien consciente de la enorme importancia de Galdós, de su genio, de su habilidad como novelista (aunque eso de que es “mejor” que Dickens siempre me ha parecido una majadería) y, más aún, de lo MODERNO de su lenguaje y también, cielos, de su IMPORTANCIA como creador del moderno cursus de la novela en español y creador de la nada del estilo de los diálogos, innovaciones todavía hoy asombrosas. Y dicho esto: ¿cómo, cómo, cómo es posible considerar a Galdós el maestro, el epítome, el modelo? Galdós, del que he dicho ya suficientes maravillas, tiene sin embargo dos graves inconvenientes. El primero es quemurió en 1920. El segundo, que nació en 1843. Mil Ochocientos Cuarenta y Tres. ¡Claro!, me dice el listillo (que abunda), ¡y Cervantes nació en 1547! ¡Si nos ponemos así! Galdós no, por favor. Galdós no. Galdós no puede ser el modelo literario de nadie a no ser que uno sea muy muy muy muy muy muy muy muy muy viejo y no haya visto, oído ni leído nada interesante en todos los terrenos del arte y de las letras desde que nació. A no ser que todos los libros, películas, obras musicales, obras de teatro, espectáculos, muestras de todas las artes en todos los estilos, formatos, medios y todos los acontecimientos del mundo de la cultura, de la creación artística, de la especulación científica y filosófica con las que ha entrado en contacto a lo largo de toda su existencia, una existencia (he de añadir) llena de estímulos, de innovaciones, de medios nuevos, imágenes nuevas, lenguajes nuevos, sueños nuevos, pesadillas nuevas, descubrimientos, inventos, avances, retrocesos, avances, saltos cuánticos, cambios de paradigma, en combinaciones inesperadas y a menudo fascinantes de retro hiper post trans poli plus meta archi, si todo eso TODO eso no ha significado nada para esa persona, si todo lo que ha vivido en toda su existencia desde el momento de su nacimiento ha significado lo mismo que 0 + 0 = 0, sólo en ese caso Galdós puede ser su modelo en el año 2013 del siglo XXI. Galdós no, hombre, no. No jodas, tío. Galdós.
Andrés Ibáñez
Hay un pequeño diálogo encantador entre los dichos y parábolas del sabio taoísta Chuang-tzu, que vivió alrededor de 300 a.C. Se titula La alegría del pez: Un día, Chuang-tzu se paseaba con su amigo Hui-tzu por el puente sobre el río Hao. Chuang-tzu dijo: - Cuán alegremente saltan y juegan los ágiles peces! Esta es la alegría del pez. Hui-tzu comentó: - No eres un pez, así que ¿cómo puedes saber acerca de la alegría del pez? Hui-tzu contestó: - No soy tú, por lo que no puedo conocerte del todo. Pero sigue siendo cierto que no eres un pez; por tanto, está perfectamente claro que no puedes saber acerca de la alegría del pez. Chuang-tzu dijo: - Volvamos al punto de partida, por favor. Tú dijiste "¿Cómo puedes saber acerca de la alegría del pez?" Pero tú ya lo sabías y aún así preguntaste. Conozco la alegría del pez por mi propia alegría al contemplarlos desde el puente. La conversación debe de haber sido proverbial en China, pues unos mil años más tarde, el gran poeta Po Chü-i (772-846) escribió dos breves estrofas de un comentario escéptico titulado Reflexiones junto al estanque: En vano Chuan y Hui discutieron en el puente sobre el Hao: Las mentes humanas no conocen necesariamente las mentes de otras criaturas Una nutria viene atrapando peces, el pez salta: ¡Esto no es placer de peces, es sobresalto de peces! El agua es poco profunda, los peces escasos, la garceta blanca está hambrienta: Concentrada, los ojos muy abiertos, espera a los peces. Desde fuera parece tranquila, pero por dentro está tensa: Las cosas no son lo que parece, pero ¿quién lo sabría? Lo que dice el poeta es que si él hubiera estado en el puente, habría advertido al sabio que no se fiase demasiado de su intuición. La fuerza de las convicciones subjetivas no es un salvavidas contra los errores. nunca sabemos realmente si tenemos razón, pero a veces sabemos que estábamos equivocados. Extraído de: E. H. GOMBRICH. Temas de nuestro tiempo. Propuestas del siglo XX. Acerca del saber y del Arte. Debate, 1997. p. 56 - 57 (Topics of our Time)
E.H. Gombrich (Topics of our Time: Twentieth-century issues in learning and in art)
—¿Nada más que eso? Vaya, pero si es muy fácil. Hasta los niños conocen que hemos perdidos. ¿Pero sabe qué? De nosotros, los grandes derrotados de la historia, a menos que hayamos sido con toda evidencia tan locos y degenerados como Calígula, el mundo siempre se preguntará si no sentíamos culpa por la real o supuesta cagada que nos mandamos.Las personas sienten culpa para no reconocer que tienen bloqueado el sentir. No sienten nada, en el fondo, porque son unos insensibles y la culpa es un sustituto. Si no se sintieran culpables, no tendrían más remedio que ver su gran vacío. Pero si pese a lo dicho fuesen adelante y rechazaran la culpa, ocurriría una de las dos cosas: o que se destruyesen, o que adquirieran la posibilidad de tornarse más humanos y con auténticos sentimientos. Yo me siento responsable por la pérdida de la guerra y por todos los muertos. Pero no culpable. Sé que es muy difícil, casi una disciplina yoga, y se torna un problema insoluble para la gente común en razón de que el Anti-ser tergiversa todo: inventa delitos haciendo pasar por abominable y vergonzoso lo que nunca lo fue, etc. Primero se inventó la culpa y después se arrastró al ser humano hasta que coincidiese con la falta supuesta. Después tal coincidencia le fue echado en cara, naturalmente, con lo cual el hombre, por sí mismo, aplicó el látigo con su cuerpo y su ser. ¿Quién dice que el movimiento continuo no existe?: la culpa es ese motor que sólo necesita que le den energía una vez y luego sigue marchando para siempre. No fue fácil convencer a los hombres de que eran culpables de sexo, vida y alegría. Llevó miles de años. Pero una vez que la máquina se pone en marcha ya únicamente puede pararla un milagro social. Nuestra Tecnocracia fue uno de los intentos del hombre por desmontar ese mecanismo diabólico. Así, pues, ahora, ni siquiera quien cometió un delito debe prestarse al juego. Es indispensable que tal persona no sienta culpa, pero, al mismo tiempo, que lo reconozca todo y no busque justificativos que lo dejen tranquilo. No bloquear, pero tampoco suicidarse. Un hombre puede matarse, pero nunca por flaqueza culposa.
Alberto Laiseca (Los Sorias)
-¿Y qué más? Con respecto a los enemigos, ¿cómo se comportarán nuestros soldados? -¿En qué cosa? -Lo primero, en lo que toca a hacer esclavos, ¿parece justo que las ciudades de Grecia hagan esclavos a los grie­gos o más bien deben imponerse en lo posible aun a las otras ciudades para que respeten la raza griega evitando así su propia esclavitud bajo los bárbaros? -En absoluto -dijo-; importa mucho que la respeten. -¿Y, por tanto, que no adquiramos nosotros ningún esclavo griego y que en el mismo sentido aconsejemos a los otros helenos? -En un todo -repuso-; de ese modo se volverán más bien contra los bárbaros y dejarán en paz a los propios. -¿Y qué más? ¿Es decoroso -dije yo- despojar, des­pués de la victoria, a los muertos de otra cosa que no sean sus armas? ¿No sirve ello de ocasión a los cobardes para no marchar contra el enemigo, como si al quedar agacha­dos sobre un cadáver estuvieran haciendo algo indispen­sable, y no han perecido muchos ejércitos con motivo de semejante depredación? -Bien cierto. -¿No ha de parecer villano y sórdido el despojo de un cadáver y propio asimismo de un ánimo enteco y mujeril el considerar como enemigo el cuerpo de un muerto cuando ya ha volado de él la enemistad y sólo ha queda­do el instrumento con que luchaba? ¿Crees, acaso, que éstos hacen otra cosa que lo que los perros que se enfu­recen contra las piedras que les lanzan sin tocar al que las arroja? -Ni más ni menos -dijo. -¿Hay, pues, que acabar con la depredación de los muertos y con la oposición a que se les entierre? -Hay que acabar, por Zeus -contestó.   XVI. -Ni tampoco, creo yo, hemos de llevar a los tem­plos las armas para erigirlas allí, y mucho menos las de los griegos, si es que nos importa algo la benevolen­cia para con el resto de Grecia; más bien temeremos que el llevar allá tales despojos de nuestros allegados sea contaminar el templo, si ya no es que el dios dice otra cosa. -Exacto -dijo. -¿Y qué diremos de la devastación de la tierra heléni­ca y del incendio de sus casas? ¿Qué harán tus soldados en relación con sus enemigos? -Oiría con gusto -dijo- tu opinión sobre ello. -A mí me parece -dije- que no deben hacer ninguna de aquellas dos cosas, sino sólo quitarles y tomar para sí la cosecha del año. ¿Quieres que te diga la razón de ello? -Bien de cierto. -Creo que a los dos nombres de guerra y sedición corresponden dos realidades en las discordias que se dan en dos terrenos distintos: lo uno se da en lo domés­tico y allegado; lo otro, en lo ajeno y extraño. La enemis­tad en lo doméstico es llamada sedición; en lo ajeno, guerra. -No hay nada descaminado en lo que dices -respon­dió. -Mira también si es acertado esto otro que voy a decir: afirmo que la raza griega es allegada y pariente para con­sigo misma, pero ajena y extraña en relación con el mun­do bárbaro. -Bien dicho -observó. -Sostendremos, pues, que los griegos han de comba­tir con los bárbaros y los bárbaros con los griegos y que son enemigos por naturaleza unos de otros y que esta enemistad ha de llamarse guerra; pero, cuando los grie­gos hacen otro tanto con los griegos, diremos que siguen todos siendo amigos por naturaleza, que con ello la Gre­cia enferma y se divide y que esta enemistad ha de ser lla­mada sedición.
Plato (La República)
Caminaban un día de verano un pobre hombre, ya de buena edad, y una mujer con un muchacho de pocos años. Llevaban delante consigo un jumentillo, que servía de llevarles un poco de ropa que tenían: carga tan moderada y poca, que podía ir bien a la ligera. Acertó a pasar cerca dellos un caminante, y mirando a los tres que iban por el camino y el jumento desembarazado, algo enojado les dijo: «¿Hay tan poco saber de personas, que lleven ahí una bestia holgando y sin carga, y que una mujer, de su natural para poco, delicada y flaca, vaya a pie? Tened juicio, buen viejo, que yo os ayudaré; y suba en ese jumento esa buena mujer; que mejor irá en él que no reventando por las asperezas deste monte». Pareciole bien al casado lo que el pasajero le había dicho, y llegándose a una peña, hizo que su mujer fuese caballera, y los dos siguiéndola iban a pie. Poco anduvieron, cuando otro que venía por el mismo camino les salió al encuentro, y saludándoles, les dijo: «Harto mejor fuera, padre honrado, que un hombre como vos, de tantos días, que es milagro poderos tener en pie, fuera caballero y ocupara aquel animal, y no la mujer que llevais en él, pues las de su género de suyo son inclinadas a pasearse, y esta era ocasión en que pudiera sacar los pies de mal año, habiéndosela ofrecido de caminar a pie, y como buen bailador menearlos apriesa. Bajad, hermana, y suba ese buen viejo; que sus años y canas están pidiendo lo que yo os digo». A tan buenas razones obedeció la casada: apeose y subió su marido en el jumento, prosiguiendo su viaje, adonde de allí a poco rato encontraron unos caminantes, que, mirando al hombre caballero y a la mujer y mozuelo en seguimiento suyo, con muy grandes risadas empezaron a hacer burla dél, diciendo: «¡Salvaje! Apeaos y tened vergüenza: ¿no veis que va ese niño despeado, sin aliento y con tan grande calor, y que vos, tan grande como vuestro abuelo, sin reparar en nada, vais hecho una bestia, pudiendo andar harto mejor y con más descanso que ese pobrecito que os sigue?». Confuso el padre, bajó de su jumento, poniendo en él al hijuelo, y siguiéndole los dos casados, hasta que, viniendo nueva gente, le dijeron: «Subid en esa bestia con ese muchacho; que poca carga será, y la que lleva ahora es casi nada, y a ratos iréis mudando de personas, y no reventando en seguimiento de quien camina tan sin pesadumbre por verse holgado y con tan poco peso». Cuadrole al anciano el consejo que le daban, y poniendo al muchacho delante, subió el atrás, con ánimo que de allí a un rato bajaría él y podría ir caballera su mujer, y así, con algún descanso, mudándose, acabar su jornada. Mas durole poco su sosiego, porque, como viniesen otros pasajeros y viesen al padre y al hijuelo sobre el jumento, comenzaron a darles matraca, diciendo: «¡Buen año! ¿No veis? Dos van caballeros, y ¡con qué conciencia! Alquilado debe de ser el asnillo, pues a ser propio no lo hicieran con él de la suerte que vemos ni tan mal le trataran. ¡Hideputa, buen hombre, qué buen alma tiene! ¡Buena llegará la bestia a la posada! Apostaré que del gran cansancio no puede comer bocado. Bajad enhorabuena o en la otra, que buenos cuartos tenéis y cerca está el pueblo, y no quitéis la vida a ese jumento, siquiera porque es vuestro prójimo». Estas razones le dijeron al labrador, y conociendo entonces bien a la clara los varios pareceres y natural condición que guardan los hombres en materia de su gusto y opinión, vuelto a su mujer y al hijuelo, los dijo: «No hay que reparar en lo que pueden decir de nosotros; que el qué dirán de las gentes es bobería, si no es locura. Cada uno se acomode como pudiere y alargue el pie conforme a la sabana; que, si a mí me falta, el que dice o mormura ni lo da ni lo presta, y él se queda con su dicho y yo con lo que tengo entonces o me falta. Vase él a su casa dejándome a mí en la mía. Vámonos como pudiéremos con nuestro jumento, y diga lo que le agradare cada uno».
Jerónimo de Alcalá (El Donado Hablador: Alonso, Mozo De Muchos Amos (Spanish Edition))
de vuelo mencionara el tema una sola vez. La comunicación occidental tiene lo que los lingüistas llaman una «orientación al emisor», es decir, se considera responsabilidad del emisor comunicar las ideas de manera clara e inequívoca. Incluso en el trágico caso del choque de Air Florida, en el que el copiloto se limita a insinuar el peligro que supone el hielo, insinúa hasta cuatro veces, repitiendo sus comentarios de cuatro formas diferentes, en un intento de dejar claro su significado. Podría haberse visto limitado por la diferencia de poder entre el capitán y él, pero estaba trabajando en un contexto cultural occidental, en el que, en caso de confusión, la culpa es del emisor. Pero Corea, como muchos países asiáticos, se orienta al receptor. Es problema del oyente que lo que se dice tenga sentido. En la mente del ingeniero, él ha dicho mucho.
Malcolm Gladwell (Fuera de serie. Por qué unas personas tienen éxito y otras no)
Aráoz sopesa concienzudamente la posibilidad de matarse. Mejor dicho, analiza esa alternativa como parte de su reflexión perpetua, diurna y nocturna, de cara al ventilador de techo suspendido sobre su cama. No es que sienta un impulso demasiado profundo en ese sentido. De hecho, no siente ningún impulso hacia ninguna acción, ningún comportamiento. Pero por eso se pregunta si, careciendo de todo futuro, no sería lo más aconsejable dar por terminada su presencia en Wilde y en el resto del planeta. Se lo dice así, en silencio pero con sorna, y no encuentra respuesta. Matarse debería tener un atractivo. Y no es poca cosa hallar algo atractivo en esa estepa. Matarse tendría que significar dejar de sufrir. Dejar de perder. Tirado así, sobre la cama, con los ojos fijos en alguna de las cuatro paletas del ventilador del techo, no resulta poca cosa. ¿O sí? En realidad, sí. Le da lo mismo matarse que seguir vivo. Así que va a seguir vivo. Resulta menos trabajoso que matarse.
Eduardo Sacheri (Aráoz y la verdad)
Lo único que necesita saber es que, como ya he comentado, el plan blanco fabricado con harina refinada es una de las referencias que se utiliza en el cálculo de IG de los alimentos, tomándose su elevado valor como el número 100. Con eso está casi todo dicho. Desgraciadamente, su consumo está muy enraizado en algunos hábitos culinarios, por eso es frecuente que cueste eliminarlo de la dieta. Además, las asociaciones de fabricantes de este tipo de alimentos son muy activas y suelen publicitar con frecuencia y a bombo y platillo resultados de estudios supuestamente favorables. Que cuando uno contrasta con el documento original, casi nunca coinciden con los titulares previos.
Luis Jiménez (Lo que dice la ciencia para adelgazar de forma fácil y saludable)
Según el libro, estamos a las puertas de más eventos muy significativos para nuestro tiempo. Juicios muy severos como el hambre, el desempleo, la crisis financiera y la violencia que ya estamos padeciendo y que se agudizará en un tiempo cercano como consecuencia de una eventual guerra nuclear de impredecibles consecuencias. Eventos de gran trascendencia, y qué bueno que haya personas que se atrevan a denunciarlos, advertirnos, alertarnos; y aunque, con el más grande respeto, lo que nos dice el libro es solo una pizca de lo que vendrá y necesitamos conocer a tiempo. Pero como dice el dicho “para muestra basta un botón”. Lo trágico es que a pesar de las reiteradas advertencias nos rehusamos a creer en la Palabra del Dios Todopoderoso. Luego no tendremos excusas para decir “no lo sabía”. Cada capítulo de este libro está bien documentado, basado en información y hechos que están ocurriendo confrontados con la profecía bíblica. El libro es como un reloj que nos señala la hora en que estamos viviendo. Qué pena que el 90 por ciento de las riquezas estén concentradas en pocas manos y peor aun que un altísimo porcentaje de esta riqueza se la destine a la fabricación y tráfico de armas  que raya en la locura; pues a lo único que se llegará será a una hecatombe fratricida. Que Dios nos guarde y tenga de nosotros misericordia. Por otro lado, gloria a Dios por la pasión y dedicación que él pone en hombres como Francisco para hacernos llegar este libro. Adelante, querido lector, léalo con detenimiento, concentración y una profunda reflexión. Que Dios Padre y a través de su Santo Espíritu lo ilumine en la lectura de este libro. Abg. Alex Sánchez Pastor de la Iglesia La Vid Verdadera Manta-Ecuador Capítulo 1 REVELACIÓN SORPRENDENTE El 4 de septiembre de 2008, Dios me reveló que próximamente se desatará una guerra nuclear de proporciones apocalípticas.
Francisco Cedeño Mera (EL FIN DEL MUNDO SE ACERCA. (Spanish Edition))
Dios llena mi pensamiento, y esta idea me atormenta. ¿Qué ocurriría si Dios no existiera, si, como afirma Rakitine, fuera sólo un concepto creado por la humanidad? En este caso el hombre sería el rey de la tierra, del universo. Perfectamente. ¿Pero puede ser el hombre virtuoso sin Dios? ¿A quién amará? ¿A quién cantará himnos de agradecimiento? Rakitine se ríe de esto; dice que se puede amar a la humanidad sin Dios. Pero esto es algo que yo no puedo comprender. La vida es fácil para Rakitine. Hoy me ha dicho: 'Lucha por la extensión de los derechos cívicos o por impedir que se eleve el precio de la carne. De este modo demostrarás más amor a la humanidad y le prestarás mejores servicios que con toda la filosofía'.
Fyodor Dostoevsky (Los Hermanos Karamazov (Spanish Edition))
-Oye, dice ese chico que por qué no termino el bachillerato- dijo ella de pronto, mirándole en el espejo. -¿Qué chico? -Ese profesor. -¿Y a él que le importa? -No hombre, yo digo también lo mismo. Es una pena, total un curso que me falta. Estoy a tiempo de matricularme todavía. Habían echado a andar otra vez, Ángel se puso serio. -Mira Gertru, eso ya lo hemos discutido muchas veces. No tenemos que volverlo a discutir. -No sé por qué. -Pues porque no. Está dicho. Para casarte conmigo, no necesitas saber latín ni geometría; conque sepas ser una mujer de tu casa, basta y sobra. Además, nos vamos a casar enseguida.
Carmen Martín Gaite (Entre visillos)
En ocasiones, el no hablar dice más que todas las palabras en el mundo. En ocasiones, mi silencio dice: No sé cómo hablarte. No sé lo que piensas. Háblame. Dime todo lo que hayas dicho alguna vez. Todas las palabras. Comenzando por la primera. En ocasiones me pregunto qué dice él.
Colleen Hoover (Ugly Love)
Es por esto que quien practica la Kabbalah como una filosofía de vida, la vive desde la interioridad, siempre cuida su lenguaje, sus expresiones y sus creaciones. Hay un dicho que dice “que de un mismo pozo no puede salir agua limpia y agua sucia”, o sea que para el kabbalista hablar de forma vulgar quita el poder creador que la palabra posee.
LEANDRO ALTAMIRA (KABBALAH Y PSICOANÁLISIS.: EL PODER DE LA PALABRA (Spanish Edition))
Pero Hunt la tomó de los dedos y volvió a ponerle la mano sobre su corazón. —¿Qué te parecería pareja? Bryce se quedó inmóvil y Hunt contuvo el aliento. Se preguntó si habría dicho algo equivocado. Como ella seguía sin decir nada, él continuó: —¿Las hadas tienen parejas, no? Ése es el término que usan. —Las parejas son... algo intenso para las hadas —tragó saliva—. Es un compromiso de por vida. Un juramento entre cuerpos y corazones y almas. Es una unión de seres. Si tú dices que eres mi pareja frente a cualquier otra hada, lo entenderán como algo muy importante. —¿Y nosotros no significamos algo muy importante? — preguntó él con cautela, con la respiración contenida. Ella tenía su corazón en sus manos. Lo había tenido desde el primer día. —Tú lo eres todo para mí.
Sarah J. Maas (House of Sky and Breath (Crescent City, #2))
La sensación de no ser queridos, de no valer, de tener que amoldarse a las exigencias de un grupo o de un mundo que tiene determinados valores y excluye otros, está en la raíz de muchas de las soledades contemporáneas. Por ejemplo, a muchas personas las martiriza la presión por la imagen. No por cualquier tipo de imagen, sino por entrar dentro de unos parámetros determinados, donde la juventud, la belleza y la delgadez se identifican como algo bueno y la vejez, la fealdad (o ni siquiera eso, más bien la normalidad) y la gordura inmediatamente se estigmatizan como algo indeseable. La inseguridad por no entrar dentro de los cánones, el miedo al rechazo, el disgusto con el propio cuerpo se vuelven batalla que a muchas personas bloquea y deja devastadas. Y quien dice imagen, dice también otro tipo de exigencias: entrar dentro de determinados estándares económicos para no sentirse menos que otros; el pensamiento único dentro de cualquier grupo –ya sea ideológico, político, religioso–, que muchas veces no es tanto una fidelidad a las convicciones que inspiran a dicho grupo cuanto el imperativo de compartir una única forma de interpretar los conflictos y los problemas; encajar en una moda… Cualquier cosa, con tal de no parecer asocial, mal integrado o ser etiquetado como raro.
José María Rodríguez Olaizola (Bailar con la soledad)
¿No sabes lo que se está diciendo de ti estos meses? —No. —¡Eres la comidilla en las redes de información por vinculacaña! ¡Dalinar Kholin, el Espina Negra, ha enloquecido! ¡Afirma haber matado al Todopoderoso! Un día se niega a combatir y al día siguiente marcha con sus ejércitos en una misión demencial a las Llanuras Quebradas. ¡Dice que va a esclavizar a los Portadores del Vacío! —Yo no he dicho que... —Nadie espera que todos los informes sean veraces, Dalinar, pero tenía informaciones de toda confianza que afirmaban que se te había ido la cabeza.
Brandon Sanderson (Juramentada (El archivo de las tormentas, #3))
Ella se tensa un poco y sus mejillas se tiñen de rojo. No puedo evitar fruncir un poco el ceño. ¿He dicho algo mal? —Brooke —dice finalmente. Brooke. Me gusta. Casi tanto como me está gustando ella. Y eso que apenas ha hablado conmigo.
Joana Marcús (La última nota (Canciones para ella, #1))
la autoestima se llega con el tiempo, con buenos resultados personales, no porque uno se lo repita mentalmente, como un mantra, hasta que se autoconvence. El camino es distinto: se tiene un buen nivel de autoestima como suma y compendio de un trabajo bien hecho con uno mismo, sacando los mejores resultados de las aptitudes y posibilidades con las que se ha ido contando. Lo dice Don Quijote: cada uno es hijo de sus obras. Dicho de otro modo e insistiendo en la misma idea: la felicidad es un resultado de nuestro proyecto de vida.
Enrique Rojas (5 consejos para potenciar la inteligencia (Spanish Edition))
—A qué vino usted —dijo. Ya he dicho que esperaba la pregunta. Lo que ni yo mismo esperaba fue mi respuesta. —Te voy a contestar —dije—. Esa pregunta y todas las que quieras. No sé a qué vine, pero te puedo decir por qué vine. Vine porque estoy de vacaciones. Vine porque me separé de mi mujer. Vine porque desde hace diez años me da lo mismo cualquier lugar, a condición de no conocer a nadie. No pongas cara de alarmada. Vos hiciste la pregunta y ahora me escuchás. Vine porque mi vida carece de sentido. Siempre imaginé que un tipo como yo estaba destinado a hacer grandes cosas, y un día, como dice tu tío Golo, me desperté de golpe y vi en el espejo la cara de un antiguo señor que había perdido por completo las ganas de vivir.
Abelardo Castillo (El evangelio según Van Hutten)
Olvide que lo he dicho yo. Supongamos que lo dice otro: ¿cuáles serían sus razones para rechazarlo?
Ricardo García Damborenea (Uso de razón: El arte de Razonar, Persuadir, Refutar. Un programa integral de iniciación a la lógica, el debate y la dialéctica)
Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal. MATEO 6.13 Cuando Dios permite que seamos probados, Él siempre ofrece una salida. Siempre hay un camino a la victoria. Siempre hay una puerta de escape. Ekbasis es la palabra griega para «escapar» en 1 Corintios 10.13. Literalmente significa «una salida». He aquí una verdad que nunca habrá visto en este versículo: Pablo nos dice exactamente lo que la vía de escape es: Dios «dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar». El camino de salida es a través de. La manera de salir de la tentación es soportarla como una prueba y nunca dejar que se convierta en una búsqueda del mal. Le han hecho daño. Usted ha sido falsamente acusado. Le han criticado, tratado cruel o injustamente. ¿Y qué? Acéptelo. Soporte con alegría (Santiago 1.2); esa es la vía de escape. Por lo general, se busca una vía de escape rápida y fácil. El plan de Dios para nosotros es distinto. Él quiere que nosotros la tengamos por sumo gozo y «tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna» (v. 4). Dios está usando nuestras pruebas para llevarnos a la madurez. ¿Cómo podemos soportar? Hay varias respuestas prácticas. Voy a mencionar solo algunas. En primer lugar, medite en la Palabra: «En mi corazón he guardado tus dichos, para no pecar contra ti» (Salmos 119.11). En segundo lugar, ore: «No nos metas en tentación, mas líbranos del mal» (Mateo 6.13). En tercer lugar, resista a Satanás y ríndase a Dios: «Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros» (Santiago 4.7).
John F. MacArthur Jr. (Las lecturas diarias de MacArthur: Desatando la verdad de Dios un día a la vez (Spanish Edition))
La batalla por la toma de la misión de El Álamo que se nos ha contado como auténtica es, como dice Potter, «una en que las tradiciones populares se han basado en conjeturas», dicho menos elegantemente, en fabulaciones. Las acciones de unos y otros de los defensores, con nombres y apellidos, se cuentan por testigos que no pudieron haberlas visto, se fabrican heroicidades, que seguro debe haber habido, pero hay otras cuya verosimilitud es dudosa, se omiten flaquezas. Del otro lado, los partes y testimonios mexicanos ofrecen poquísimos datos y casi todos ellos insisten en el caos que significó el combate. Es difícil moverse en este terreno harto pantanoso para narrar con rigor. Walker, en una de sus poco afortunadas reflexiones sobre el enfrentamiento, diría que «no fue una batalla sino una melé y una carnicer
Paco Ignacio Taibo II (El Álamo (Spanish Edition))
Como lo dice Eduardo Galeano en un reportaje reciente, “la falta de transparencia tiene sus adeptos. Es una paradoja del mundo moderno el que a muchos expertos en comunicación no se les entienda. Hay una proporción tan alta de gente que escribe de manera incomprensible que uno sospecha. ¿Será incomprensible porque es demasiado profundo lo que quiere decir? ¿Será que no puede ser dicho de otro modo y no puedo llegar a esas cumbres? ¿O será que todo ese palabrerío enmascara la nada, el vacío de decir? También en la literatura hay frondosidades en exceso. Una forma del enmascaramiento: ya que no podemos ser profundos, seamos complicados”.
Ivonne Bordelois (El país que nos habla (Spanish Edition))
Si nada entusiasma tanto a los físicos como la naturaleza dual de la luz, nada hace que frunzan el ceño tanto como oír a alguien apelar al principio de incertidumbre en casos en los que no puede aplicarse. Pese a todo lo que usted haya oído, no tiene (casi) nada que ver con el hecho de que los observadores cambien las cosas por el mero acto de observar. Todo lo que el principio dice, en su forma completa, es esto: Δx Δp ≥ h/4π Eso es todo. Si ahora traducimos la mecánica cuántica al castellano (algo siempre peligroso), lo que la ecuación dice es que la incertidumbre (o indeterminación) en la posición de algo (Δx) multiplicada por la incertidumbre en su velocidad y dirección (el momento, Δp) siempre es mayor o igual que «el número h dividido por cuatro veces pi». (La h es la constante de Planck, que es un número tan pequeño, alrededor de cien billones de billones de veces menor que uno, que el principio de incertidumbre solo se aplica a cosas tan diminutas como los electrones o los fotones). Dicho de otro modo, si se conoce muy bien la posición de una partícula, no puede determinarse con precisión su momento, y viceversa. Es importante entender que estas incertidumbres no se refieren a la medición, como cuando se tiene una regla mala, sino que son incertidumbres inherentes a la naturaleza. (...) Pero hay que insistir que todo esto solo se aplica a las escalas más minúsculas, aquellas en las que h, la constante de Planck, un número cien billones de billones de veces menor que uno, deja de poder considerarse pequeño. Lo que abochorna a los físicos es que la gente extrapole el principio a la escala humana y afirme que Δx Δp ≥ h/4π realmente «demuestra» que no podemos observar algo en nuestro mundo cotidiano sin cambiarlo, o, para los osados de la heurística, que la propia objetividad es una estafa y los científicos se engañan a sí mismos al creer que pueden «saber» algo.
Sam Kean (The Disappearing Spoon: And Other True Tales of Madness, Love, and the History of the World from the Periodic Table of the Elements)
entrego a la providencia”, diría un estoico. Aceptar lo que vaya a ocurrir es la mejor opción cuando lo que deseo o espero escapa a mi control o ya no depende de mí. La regla es como sigue: si algo depende de ti y vale la pena, lucha, resiste y aguanta hasta donde seas capaz, pero si escapa a tu control y nada puedes hacer al respecto, no persigas ciegamente un imposible: deja que el destino, Dios o lo que sea se hagan cargo del asunto. Aceptar lo peor que pueda ocurrir no es negar el poder de decisión que tienes, sino marcar sus límites y humanizarlo. Podemos llamarlo “modestia adaptativa”: la ocurrencia de un terremoto no depende de ti, lo que depende de ti es tratar de salvarte, escapar y buscar refugio. De manera similar, y siguiendo con los fenómenos naturales, no podrás detener la lluvia pero sí comprarte un enorme y bello paraguas. Dicho de otra forma: la “modestia adaptativa” es comprender hasta dónde deben llegar y se justifican tus esfuerzos. Cuando algún optimista insensato me dice que no hay imposibles, me lo imagino tratando de volar sin ayuda y cayendo de sentón.
Walter Riso (Desapegarse sin anestesia: Cómo soltarse de todo aquello que nos quita energía y bienestar)
quid pro quo extravagante? Iván se echó a reír.–Quédate con esta última suposición si el idealismo moderno te ha hecho tan refractario a lo sobrenatural. Puedes elegir la solución que quieras. Verdad es que mi inquisidor tiene noventa años y que sus ideas han podido trastornarle hace ya tiempo. Tal vez es un simple desvarío, una quimera de viejo próximo a su fin y cuya imaginación está exacerbada por su último auto de fe. Pero que sea quid pro quo o fantasía poco importa. Lo importante es que el inquisidor revele al fin su pensamiento, que manifieste lo que ha callado durante toda su carrera.–¿Y el prisionero no dice nada? ¿Se contenta con mirarlo? –Sí, lo único que puede hacer es callar. El anciano es el primero en advertirle que no tiene derecho a añadir una sola palabra a las que pronunció en tiempos ya remotos. Éste es tal vez, a mi humilde juicio, el rasgo fundamental del catolicismo romano: «Todo lo transmitiste al papa: todo, pues, depende ahora del papa. No vengas a molestarnos, por lo menos antes de que llegue el momento oportuno. » Tal es su doctrina, especialmente la de los jesuitas. Yo la he leído en sus teólogos.»–¿Tienes derecho a revelarnos uno solo de los secretos del mundo de que vienes? –pregunta el anciano, y responde por Él–: No, no tienes este derecho, pues tu revelación de ahora se añadiría a la de otros tiempos, y esto equivaldría a retirar a los hombres la libertad que Tú defendías con tanto ahínco sobre la tierra. Todas tus nuevas revelaciones supondrían un ataque a la libertad de la fe, ya que parecerían milagrosas. Y Tú, hace quince siglos, ponías por encima de todo esta libertad, la de la fe.¿No has dicho muchas veces: “Quiero que seáis libres”? Pues bien –añadió el viejo, sarcástico–, ya ves lo que son los hombres libres.Sí, esa libertad nos ha costado cara –continúa el anciano, mirando a su interlocutor severamente–, pero al fin hemos conseguido completar la obra en tu nombre. Nuestro trabajo ha sido rudo y ha durado quince siglos, pero al fin hemos logrado instaurar la libertad como convenía hacerlo.¿No lo crees? Me miras con dulzura y ni siquiera me haces el honor de indignarte. Pues has de saber que jamás se han creído los hombres tan libres como ahora, aun habiendo depositado humildemente su libertad a nuestros pies. En realidad, esto ha sido obra nuestra.¿Es ésta la libertad que Tú soñabas? –Tampoco esto lo comprendo –dijo Aliocha–.¿Habla irónicamente, se burla?268 LibrosEnRed
Anonymous
Un terremoto acababa de comenzar en la vida de sesenta y seis millones de personas. Como he dicho antes, el relato científico-pragmático de la historia no dice nada acerca de esta diferencia de intensidad en los sucesos históricos. Quien desee saber algo al respecto ha de leer biografías, y no precisamente las de los hombres de Estado, sino las de individuos desconocidos, mucho más escasas. En ellas comprobará cómo un «acontecimiento histórico» pasa de largo ante la vida privada, es decir, la verdadera, como una nube sobre un lago; nada se inmuta, sólo se refleja una imagen fugaz. El otro tipo de acontecimiento hace saltar las aguas como un temporal acompañado de tormenta; apenas es posible reconocer el lago. El tercer acontecimiento tal vez consista en la desecación de todos los lagos.
Anonymous
El verdadero amigo no es el que dice: «Hoy me has hecho daño, y estoy triste.» Dice: «Hoy me has hecho daño por razones que desconozco y que tal vez tú mismo ignoras, pero mañana sé que podré contar con tu ayuda, y no me voy a poner triste.» Y el amigo contesta: «Eres leal, porque has dicho lo que sentías. No hay nada peor que aquellos que confunden la lealtad con la aceptación de todos los errores.»
Paulo Coelho (El manuscrito encontrado en Accra)
–El director no ha dicho todo lo que sabe. –Nadie dice todo lo que sabe, Conde
Leonardo Padura (Havana Gold (Mario Conde, #2))
Por ejemplo, la primera línea dice: “En este tiempo vivió Jesús, un hombre sabio.” Esa frase no la utilizan normalmente los cristianos para referirse a Jesús por lo que parece auténtica en Josefo. Pero la frase siguiente dice: “si en verdad uno debe llamarlo hombre”. Esto implica que Jesús era más que humano, lo cual parece ser una interpolación. Asentí para indicarle que lo estaba siguiendo. —Y continúa diciendo: “Por cuanto fue alguien que llevó a cabo obras sorprendentes y maestro de aquellos que aceptan la verdad con gusto. Ganó a muchos judíos y a muchos de los griegos.” Esto parece concordar con el vocabulario que Josefo utiliza en sus escritos, y en general se lo considera auténtico. »Pero luego viene esta declaración inequívoca: “Era el Cristo.” Parece ser una interpolación… —Porque Josefo en su referencia a Santiago dice que era llamado el Cristo —lo interrumpí. —Correcto —afirmó Yamauchi—. Es poco probable que Josefo hubiera dicho llanamente que Jesús era el Mesías en este punto, cuando en otras instancias simplemente había dicho que sus seguidores lo consideraban el Mesías.
Lee Strobel (The Case for Christ)
suya. Qué me dice. Hace más de veinticinco años usted escribió este libro y ahora está hablando de él en La Cumbrecita con un arqueólogo muerto. Estas son las cosas que la gente como usted llama azar. Dicho sea de paso, de dónde sacó la idea. —De una cita de De Quincey. —Todo lo que la tradición afirma sobre Judas Iscariote es falso. La conozco. No me refiero a la cita, sino a la idea. La imposibilidad de la traición, el pacto secreto entre Judas y Jesús, todo lo demás. —Supongo que lo inventé. —Eso me parecía —dijo Van Hutten—. Sólo que si yo fuera usted empezaría a preocuparme. Usted tenía razón. Judas no traicionó a Jesús. La traición fue un pacto entre Jesús y Judas. Yo encontré la prueba.
Abelardo Castillo (El evangelio según Van Hutten)
Daniel Kahneman dice que para que nosotros podamos ser felices, el protagonista de nuestra historia, es decir; nosotros mismos, tiene que ser un protagonista decoroso, que nosotros tengamos una buena imagen de nosotros mismos. No se puede ser feliz si nosotros no nos consideramos buenas personas- Todos cargan dentro de sí un sistema moral y cuando fallamos en dicho sistema es cuando comenzamos a cargar con la culpa. Cuando nosotros no obramos con virtud e integridad, destruimos la imagen que tenemos de nosotros mismos y eso no nos permite encontrar la paz. Esa es la confusión a la cual estamos sometidos la mayoría de los seres humanos; pensamos que la gratificación instantánea nos puede dar la felicidad y por eso —por obtener esa gratificación instantánea— a veces cometemos actos que no son del todo morales, eso lo que hace es llevarnos a un detrimento de nuestra felicidad. Ahora bien, el que obremos con compasión hacia las personas que obran mal, no quiere decir que vamos a abandonar la justicia, ni tampoco que no vamos a luchar por causas nobles ni para defendernos, nada de eso. Lo que pasa es que nosotros podemos sentir compasión por las personas que obran mal y aplicar la justicia desde la compasión, en la medida justa hacia esas personas. Hay una cosa también que debemos tener en cuenta.  Cuando nosotros guardamos resentimiento, odio hacia las personas que obran mal, también estamos siendo víctimas de la confusión. El odio, el rencor y todas esas emociones negativas también nos alejan del bienestar, no podemos ser verdaderamente felices ni estar en paz si dentro de nosotros existe esa negatividad. Se da el caso de que aplicarlo es difícil de primeras, pues bien, haz como cuando dijimos lo de salir del río: sal, párate y si hace falta, busca el espacio o el tiempo que sea necesario. Si decididamente esa persona no es positiva para ti, si no mereces sus atropellos ni te aporta nada bueno esa compañía negativa, no pasa nada, aléjate y se acabó. No se trata de aceptarlo todo, se trata de obrar con virtud y compasión para ser feliz. Esta frase que oí una vez y no se me borra de la mente es mágica si se aplica: “No te perdono porque lo merezcas, te perdono porque merezco vivir en paz y feliz”.
MARCO MAESTRI (NADA ES TAN GRAVE Como ser estoico para principiantes: Como ser mas fuerte ante las cosas que nos pasan y mantener la calma. Soluciones antiguas para problemas modernos (Spanish Edition))
Así que el Milagro Tarahumara, en lo que al cáncer respecta, no es un misterio después de todo. «Cambiando de estilo de vida uno puede reducir el riesgo de cáncer entre un 60 y 70 por ciento», ha dicho el doctor Weinberg. El cáncer de colon, próstata y mama eran prácticamente inexistentes en Japón, explica, hasta que los japoneses empezaron a comer como los americanos; en el lapso de unas pocas décadas, los índices de mortalidad relacionados con esas tres enfermedades subieron como la espuma. Cuando la American Cancer Society comparó los casos de personas delgadas y personas con sobrepeso en 2003, los resultados fueron peores de lo esperado: los hombres y las mujeres con sobrepeso resultaron tener más probabilidades de morir de por lo menos tres tipos de cáncer. El primer paso del método anticáncer tarahumara es, en consecuencia, realmente simple: come menos. El segundo paso es igual de simple sobre el papel, pero más difícil de llevar a la práctica: come mejor. A la vez que hacemos más ejercicios, dice el doctor Weinberg, es necesario que nuestra dieta esté basada en frutas y vegetales en lugar de carnes rojas y carbohidratos procesados.
Christopher McDougall (Nacidos para correr: La historia de una tribu oculta, un grupo de superatletas y la mayor carrera de la historia)
Hay un dicho tibetano que dice: «Allí donde tengas amigos, ese es tu país, y allí donde recibas amor, ese es tu hogar».
Dalai Lama XIV (El libro de la alegría: Alcanza la felicidad duradera en un mundo en cambio constante)
—¿Qué te parecería pareja? Bryce se quedó inmóvil y Hunt contuvo el aliento. Se preguntó si habría dicho algo equivocado. Como ella seguía sin decir nada, él continuó: —¿Las hadas tienen parejas, no? Ése es el término que usan. —Las parejas son... algo intenso para las hadas —tragó saliva—. Es un compromiso de por vida. Un juramento entre cuerpos y corazones y almas. Es una unión de seres. Si tú dices que eres mi pareja frente a cualquier otra hada, lo entenderán como algo muy importante. —¿Y nosotros no significamos algo muy importante? — preguntó él con cautela, con la respiración contenida. Ella tenía su corazón en sus manos. Lo había tenido desde el primer día. —Tú lo eres todo para mí.
Sarah J. Maas (House of Sky and Breath (Crescent City, #2))
Seguramente que deseas a salvación, pero temes la crudeza del tratamiento, consciente como eres de tu sensibilidad y de tu enfermedad. No te preocupes. Cristo es muy delicado, compasivo y rico en misericordia, ungido con perfume de fiesta en favor de los que están con él. Y si no recae sobre ellos la totalidad de la unción, al menos participan. Si te han dicho que el Salvador es delicado, no pienses por ello que sea ineficaz, pues se dice también que es Hijo de Dios. Como es el Padre, es también el Hijo, que tiene el querer y el poder.
Bernardo de Claraval (Sermones sobre el Adviento y la Navidad (Spanish Edition))
¿Estáis seguro de eso? —le espetó Fabbiano, señalándolo con su bastón—. Vos mismo lo habéis dicho: este es otro mundo. ¿Acaso es descabellado pensar que la palabra de Dios nos llegó a nosotros a través de Cristo y a ellos a través de Buda? ¿No se dice que el Buda Shaka[104] decidió nacer hombre para salvar a la humanidad? Mientras conozcan y atesoren la palabra de Jesucristo, ¿por qué prohibirles orar a los viejos dioses de sus padres, si estos son justos y benévolos? ¿Es piadoso decirles que todos sus antepasados arden en el infierno, infligir semejante sufrimiento a nuestros feligreses?
David B. Gil (Ocho millones de dioses)
—Supongamos que me quedo como invitado: ¿en qué condiciones concretas se daría el caso? —En las que usted prefiera. Podemos proporcionarle casi cualquier cosa que desee, ya se lo he dicho. ¿Qué cree que necisitaría para sentirse a gusto? Pensé un poco y traté de hacer un recuento de mis bare necesities: —A gusto, lo que se dice a gusto..., no sé... Comida abundante... Un litro diario de aguardiente o su equivalente en alcohol de baja graduación... Diez gramos de hachís semanales... Compañía femenina de vez en cuando (sólo con fines sexuales, naturalmente)... Una conexión a Internet... En fin..., y nada de horarios preestablecidos, soy alérgico a los despertadores.
Pablo Tusset (LO MEJOR QUE LE PUEDE PASAR A UN CRUASAN 6€09 (Spanish Edition))
Qué afición tiene la gente a quedarse después de la hora de salida, qué disposición, qué facilidad para prolongar la jornada laboral, no ha conocido muchos compañeros que se negasen a aceptar la llave para los sábados, que se disculpasen con el jefe cuando les pedía que acudiesen a una reunión fuera del horario de oficina o una comida de trabajo; ella misma no es del todo sincera, incluso aquí pone excusas, le ha dicho al informático que hoy no puede quedarse, ni aquí que no hay jefe a la vista se atreve a decir la verdad: no que hoy no puede sino que hoy no quiere, ni hoy ni ningún día. Tampoco en su anterior empresa era capaz de tanta sinceridad, tenía todo un repertorio de excusas: tengo médico, tengo dentista, tengo que recoger el coche del taller, tengo la tensión baja, he quedado; su negativa siempre era un no puedo, aunque lo deseaba no se atrevía a decir no quiero, no estoy dispuesta a quedarme más allá de las siete ni a coger la llave para los sábados ni a llevarme trabajo a casa, ni hoy ni nunca, aunque no tenga médico ni dentista ni la tensión baja, no me quedo porque no me da la gana, no tengo ninguna cita ni compromiso que me lo impida, cuando salga de aquí daré un paseo, me tomaré un café con una amiga, me iré al cine, o ni siquiera eso, me marcharé a casa para leer una novela en el sofá, cocinaré sin prisa, me daré un baño, porque he firmado un contrato que dice que trabajo cuarenta horas a la semana, y no quiero trabajar más de lo acordado, no estoy dispuesta a entregar un minuto más.
Isaac Rosa (La mano invisible)
Al recordar la anécdota de Cipri, pensaba en si Alex o Pau o yo hubiéramos dicho algo parecido. Para nosotros, más jóvenes, la película Titanic ya era un referente pop, así que probablemente nos vendría a la mente la escena en que Leonardo DiCaprio cena en primera clase y una nueva rica le dice por lo bajini que empiece utilizando los cubiertos que están más alejados del plato y, paulatinamente, se vaya acercando a este. Pero DiCaprio muere al final de la película. No muere por amor. Muere porque es pobre. Me equivoqué. Quizá el nombre no es el destino.
Bibiana Collado Cabrera (Yeguas exhaustas)
Si vivimos de forma consciente —continuó—, podemos decidir no perturbarnos cuando suceden los hechos que normalmente nos perturban. Y es que no son los comentarios de los demás los que nos agreden, sino nuestra reacción ante ellos. Si dejáramos de reaccionar, no crearíamos la perturbación en nuestro interior. Y este es el poder que podemos desarrollar por medio de la proactividad. Siguiendo con el ejemplo que ha puesto Verónica, frente a los comentarios irrespetuosos del cliente, podemos recordarnos que, aunque no estemos de acuerdo con lo que dice, tiene todo el derecho de ser borde. Y no solo eso: también podemos comprender que, al ser borde, el cliente está agrediéndose a sí mismo en primer lugar. Como hemos dicho antes, es como si estuviera tomándose un chupito de cianuro… Y esta conclusión nos lleva a empatizar con esa persona, comprendiendo que no está siendo dueña de lo que dice ni de lo que hace, pues con su actitud y su conducta se está destruyendo a sí misma. Es decir, que al ser reactiva no es responsable de sus actos, con lo que no hemos de tomárnoslo como algo personal. Seguramente sería borde con cualquier otra persona que se hubiera puesto al teléfono…
Borja Vilaseca (El principito se pone la corbata (Spanish Edition))
Como dice el famoso dicho: es más fácil imaginar un cometa que choca con la tierra que atisbar siquiera la más mínima transformación en el funcionamiento del sistema capitalista.
Slavoj Žižek (Leer a Marx (Spanish Edition))
¿Cómo opera el psicópata? Engañándote, te hace creer que existen otras historias, y después de todo, los cuentos de hadas no están tan mal. A él si lo necesitas porque te da todo, absolutamente todo lo que tiene, “hasta quedar en deuda conmigo mismo”, como dice la canción. Te apantallas, te sientes valorada finalmente, reconocida no como una guerrera lodosa, sino una mujer limpia, sin máculas o resentimientos. Es más, ningún hombre te había dicho “te amo” con tanta valentía y solvencia emocional. A veces hasta te proponen matrimonio o vivir juntos, la segunda o tercera vez que se acuestan contigo. Montan un teatro que les funciona, te muestran pruebas de lo que dicen y hacen. Se aprovechan de las carencias afectivas que tienes, llenan esos huecos, los desbordan.
Alma Karla Sandoval (Cartas a una joven feminista)
Como dice la artista Maira Kalman: “Evitar el trabajo es la mejor forma de concentrarme.
Austin Kleon (Roba como un artista: Las 10 cosas que nadie te ha dicho acerca de ser creativo (Spanish Edition))
Lo absoluto es, en cada caso, algo infinitamente simple; y precisamente por ello es tan difícilmente comunicarlo a los demás. Lo más que puede hacerse es invitarles y disponerles al esfuerzo de aprehenderlo por sí mismos. Lo absoluto nos dice Bergson, "es algo simple, infinitamente simple, tan extraordinariamente simple, que el filósofo no ha logrado jamás decirlo bien. Por esto es por lo que ha hablado toda su vida". Todo verdadero filósofo, añade, no ha dicho, a lo largo de su vida, más que una sola cosa. Su discurso es una frase única.
Xavier Zubiri (Cinco lecciones de filosofía)
Son ciertas las mentiras que ha dicho el que dice la verdad.
Guillermo Arriaga (Salvar el fuego)
No creemos algo, porque la iglesia dice que hay que creer, sino que lo creemos porque lo que la iglesia dice ha ante todo sido dicho por la Escritura.
William Perkins (El Arte de Profetizar (Spanish Edition))
mismo he sufrido lo que sufrió este Poca Fe, y me resultó una cosa terrible. Esos tres villanos se acercaron a mí, y comenzando yo a resistir como un cristiano, ellos tan solo hicieron una llamada, y llegó su amo. Como dice el dicho, yo habría dado mi vida por una moneda; pero, según quiso Dios, yo estaba vestido con la armadura. Ay, y aunque pensé que estaba muy protegido, me resultó difícil comportarme como un hombre; nadie puede decir lo que nos sobreviene en ese combate, sino aquel que ha estado él mismo en la batalla”.
John Bunyan (El Progreso del Peregrino)
Yo perdí una gran oportunidad de expresarme cuando un Año Nuevo preguntó: —¿Sos feliz? Yo dudé: la felicidad es algo muy genérico y difuso; nadie puede saber a ciencia cierta si es feliz; además lo de la felicidad es una idea antigua. Quise decir algunas cosas que no me gustaban, más que todo porque recordé que un novio anterior me dijo un día: "¿Vos no ponés ninguna condición a un hombre?" y yo le había dicho que no. En realidad lo que pensaba era que siempre, hasta con los perros, yo había visto cómo se violaban las normas establecidas; el dueño le dice al perro "se queda quietito acá" y a los dos minutos el perro está saltando lo más pancho. No es difícil imponer condiciones: lo difícil es que se cumplan. Pensando en todo esto, le dije: —Sí.
Hebe Uhart (El gato tuvo la culpa)
¡Amigos, romanos, compatriotas, prestadme atención! ¡Vengo a inhumar a César, no a ensalzarle! ¡El mal que hacen los hombres les sobrevive! ¡El bien queda frecuentemente sepultado con sus huesos! ¡Sea así con César! El noble Bruto os ha dicho que César era ambicioso. Si lo fue, era la suya una falta, y gravemente lo ha pagado. Con la venía de Bruto y los demás —pues Bruto es un hombre honrado, como son todos ellos, hombres todos honrados— vengo a hablar en el funeral de César. Era mi amigo, para mí leal y sincero, pero Bruto dice que era ambicioso, y Bruto es un hombre honrado. Infinitos cautivos trajo a Roma, cuyos rescates llenaron el tesoro público. ¿Parecía esto ambición en César? Siempre que los pobres dejaran oír su voz lastimera, César lloraba. ¡La ambición debería ser de una sustancia más dura! No obstante, Bruto dice que era ambicioso, y Bruto es un hombre honrado. Todos visteis que en las Lupercales le presenté tres veces una corona real, y la rechazó tres veces. ¿Era esto ambición? No obstante, Bruto dice que era ambicioso, y, ciertamente, es un hombre honrado. ¡No hablo para desaprobar lo que Bruto habló! ¡Pero estoy aquí para decir lo que sé! Todos le amasteis alguna vez, y no sin causa. ¿Qué razón, entonces, os detiene ahora para no llevarle luto?
William Shakespeare (Julio César, Otelo, Macbeth, Romeo y Julieta, Hamlet, El rey Lear (Las Tragedias de William Shakespeare))
[...] Todo lo soporté; pero no pude sufrir la desaprobación del Gobierno, y mucho menos a que me reprendiese en público [...] ¡A mí desairarme! ¡Reprenderme a mí! ¡Ni usted! Me retiré a mi casa, y con la inacción y el silencio respondí. A un sargento que va a buscar forraje se le pone arrestado si en lugar de veinte quintales trae cuarenta. A mí se me escribe, se me consuela, y si algo parece fuera de orden, se me dice privadamente, midiendo las expresiones para no ofender mi delicadeza. Yo no era un empleadillo adocenado de los que obstruyen las antecámaras; yo era el brazo derecho del Gobierno [...] Sucre me reprende como un lacayo. No sé lo que habrá dicho, porque me salí de su palacio sin darle ni pedirle cuenta. Es muy regular que la satisfacción que haya dado a usted haya sido mi acusación. Me ha tratado de caprichoso. Debo perdonárselo, porque no sabe o no quiere distinguir de sentimientos ni de acciones [...] Infante me prestó trescientos pesos; Sucre, quinientos. El
Alfonso Rumazo González (Antonio José de Sucre, Gran Mariscal de Ayacucho (Spanish Edition))
(Ciencia como vocación) Se dice, y es afirmación que yo suscribo, que la política no tiene cabida en las aulas. En primer lugar no deben hacer política los estudiantes (...) pero tampoco han de hacer política los profesores, especialmente y menos que nunca cuando han de ocuparse de la política desde el punto de vista científico. (...) No está en las aulas el puesto del demagogo o del profeta. Para unos y otros ha sido dicho: «Id por calles y plazas y hablad allí públicamente». Es decir, ve allá donde se te puede hacer críticas. En el aula es el profesor el que habla en tanto que los oyentes han de callar (...) Me parece de una absoluta falta de responsabilidad que el profesor aproveche estas circunstancias para marcar a los estudiantes con sus propias opiniones políticas, en lugar de limitarse a cumplir su misión específica, que es la de serles útil con sus conocimientos y con su experiencia científica.
Max Weber (Wissenschaft als Beruf)
el alma tiene tanta luz como los egos le permiten. En la medida que el ego nos aprisiona somos sus esclavos. En la medida que vencemos o dominamos a los egos, somos libres. En la medida que nos liberamos de los egos, avanzamos hacia la luz del alma, hacia la luz de los mundos internos. Es decir, somos esclavos de nuestros egos, somos víctimas de la escoria mental que defendemos con nuestra propia vida, somos víctimas de nosotros mismos y le estamos echando la culpa a todos. Todos tienen la culpa de nuestras desgracias, menos nosotros mismos. Cuando nos demos cuenta de esto despertaremos y entraremos gloriosos, con paso marcial, por las luminosas avenidas de las ciudades celestiales. Recordemos que en el libro sagrado de los cristianos se dice muy claramente que “al cielo no puede entrar nada inmundo”. Así tenemos una lista cortita, pero al fin lista, de los que no entrarán al Reino de los Cielos. Gálatas 5:19-21 “Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios.
Adolfo Sagastume (Libro de la Eternidad (Spanish Edition))
—¿Qué me dices? —me pregunta Matilda—. ¿Quieres que vayamos? «Vayamos». Igual que el «vamos» que me ha dicho antes de ir hasta la librería, donde se ha llevado a cabo la multitudinaria presentación. Tiene el mismo significado implícito que ese «no nos interesa» que pronunció cuando una operadora ofreciendo fibra óptica nos llamó por teléfono. Y debo decir que me encanta ese plural; que vivo por ese plural. Su uso es obligatorio cuando vives con alguien, porque las decisiones deben tomarse a la vez y por consenso, pero sigue siendo tan especial para mí que mi pecho se encoge cuando lo escucho.
Eleanor Rigby (Un ático con vistas (Juntos y revueltos #1))
Todo el que siente curiosidad por darle un significado a la vida se ha preguntado al menos una vez por el sentido del lugar y el momento en que ha nacido. ¿Qué significa que yo haya nacido en tal fecha en tal rincón del mundo? ¿Han sido una elección justa esta familia, este país y esta ciudad que se nos han otorgado como si nos hubieran tocado en la lotería, que esperan que los amemos y a los que por fin conseguimos amar de todo corazón? A veces me siento desdichado por haber nacido en Estambul, bajo el peso de las cenizas y las ruinas decrépitas de un imperio hundido, en una ciudad que envejece respirando opresión, pobreza y amargura. (Pero una voz interior me dice que en realidad eso ha sido una suerte.) En lo que respecta al dinero, ocasionalmente pienso que he sido afortunado por haber nacido en una familia de posibles. (Aunque también se ha dicho lo contrario.) Pero la mayor parte de las veces, de la misma manera que me he convencido de que no debo quejarme de mi cuerpo (ojalá fuera algo más apuesto y de constitución más robusta) ni de mi sexo (¿sería menor problema la sexualidad si fuera mujer?), comprendo que Estambul, donde nací y donde he pasado toda mi vida, es para mí un destino incuestionable. Este libro es sobre ese destino
Orhan Pamuk (Istanbul: Memories and the City)
Hay otras, en cambio, que sólo porque vienen de alguien muy especial las tomamos en cuenta. De hecho, poseen sentidos muy distintos dependiendo de quién nos las dice. No es igual el halago si viene de un experto que si viene de un necio; aunque las palabras de uno y de otro pudieran ser puntualmente las mismas. Cómo me habría gustado que respecto de un libro mío Cioran hubiera dicho lo mismo que alguna vez me dijo mi vecino.
Óscar de la Borbolla (El arte de dudar)
Esta diferencia señala un asunto muy interesante: no todo lo que dice el dicho está en el dicho, y tal vez ni siquiera está en el dicho, sino en quien lo dice, y tal vez ni siquiera en quien lo dice sino en quien lo escucha.
Óscar de la Borbolla (El arte de dudar)
Se trata de una visión excesivamente cortoplacista que adolece de falta de valoración del trabajo bien hecho; ya lo dice un dicho popular: «el dinero que se gana fácil se pierde rápido».
Agustin Argelich Casals (Analizar, Actuar y Avanzar: Reflexiones y estrategias vanguardistas para construir en su vida, su familia, su organización y su comunidad un ciclo virtuoso ... y mejora continua (Spanish Edition))
Avner Offer, en un sentido más amplio, trabajó sobre los orígenes de la Gran Guerra, y describía la importancia del «honor» como motivación. También se preguntaba por qué el honor tuvo prevalencia sobre el deseo de supervivencia. No se trataba de que el Alto Mando alemán tuviera mucha confianza en la victoria. Ellos sabían que la ofensiva planificada era una lotería, aunque pensaran que tampoco tenían otra manera de afrontar la guerra. En los gabinetes de guerra de Berlín, en 1914, la idea era que Alemania no podía permitirse el lujo de dudar. Ya lo había hecho en la última crisis y, si lo volvía a hacer, perdería todo el crédito internacional. La única perspectiva sería un declive ignominioso y decandente. Las consecuencias de la acción que pensaban llevar a cabo eran inciertas, pero una voluntad decidida de defender el honor patrio podía proporcionar las razones por sí misma. Según dice Offer, la decisión alemana de ir a la guerra —junto a todas las decisiones igualmente beligerantes que suscitó— fue «un acto más expresivo que instrumental». En este sentido, la guerra era la consecuencia de una serie de ofensas, una «cadena de ofensas contra el honor» que nadie se sintió con fuerzas para obviar o ignorar. Offer explica esa fijación en el honor a la hora de decidir la guerra y la posterior movilización de toda la sociedad basándose en la teoría de los guiones. El guion del honor no era «patente» o explícito, pero era muy influyente, sancionaba una «actitud desesperada» y generaba «una poderosa presión social para subordinar otras consideraciones más prudentes y someterse imprudentemente a dicho guion». Este guion, sugiere Offer, era la derivación de un guion de ofensas románticas incluso más implícito, que tenía su propia secuencia en el pasado. Cuando se desafiaba o se cuestionaba el honor en un episodio, el remedio era la violencia «en el caso de los estados-nación, precedida de las educadas maniobras y el lenguaje de la diplomacia». Si se negaba una adecuada «satisfacción», se producía una «pérdida de reputación, de estatus (y de) honor» que conduciría necesariamente a la «humillación y la vergüenza». Este guion mental resultó ser muy poderoso. «Proporcionaba un relato al que podían remitirse todas las decisiones tomadas, una justificación y una legitimación del sacrificio que todo el mundo podía aceptar y entender». Y así, lo que comenzó con una emoción de unos pocos en la cúspide social se transmitió a toda la sociedad a través de la cultura. Tan poderoso era ese guion que los más reflexivos y sosegados quedaron cegados y fueron incapaces de ver otros guiones distintos basados en «otras formas de valor y en otras formas de correr riesgos, y no supieron ver que también podían darse tiempo, intentar fórmulas de conciliación, de cooperación o estimular la confianza».
Lawrence Freedman (Estrategia (Historia) (Spanish Edition))
Mis hermanas siempre han dicho que soy raro. También lo dice Lola. Y lo dicen mis amigos, y las mujeres de mis amigos. En Nueva York me sentí como en casa porque todo el mundo me parecía raro, más raro que yo.
Enric González (Historias de Nueva York)
Oremos por el Papa, por los Obispos, y sacerdotes nos pide San Padre Pio En estos tiempos de tanta relatividad moral. San Pablo previniendo a los cristianos les dice: “Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema. Como antes hemos dicho, también ahora lo repito: Si alguno os predica diferente evangelio del que habéis recibido, sea anatema. Pues, ¿busco ahora el favor de los hombres, o el de Dios? ¿o trato de agradar a los hombres? Pues si todavía agradara a los hombres, no sería siervo de Cristo.” Gálatas 1,8
Cristian Diaz (San Padre Pio y el papa Francisco)
APOLIÓN: “Tú ya has sido infiel en tu servicio a Él, ¿y cómo esperas recibir de Él una recompensa?”. CRISTIANO: “¿En qué, oh Apolión, le he sido infiel a Él?”. APOLIÓN: “Desfalleciste poco después de salir, cuando casi te ahogas en el Pantano del Desaliento; sí fuiste por caminos equivocados para librarte de tu carga, mientras que deberías haber permanecido hasta que tu Príncipe te hubiera despojado de ella; te quedaste dormido y perdiste tu tesoro; y también casi te convenciste para retroceder al ver a los leones; y cuando hablas de tu viaje, y de lo que has visto y oído, en tu interior tienes deseos de vanagloria en todo lo que dices o haces”. CRISTIANO: “Todo eso es cierto, y mucho más que no has dicho; pero el Príncipe a quien sirvo y honro es misericordioso, y listo para perdonar; pero además, esos delitos me poseían en tu país, porque allí los cometí, y me he quejado bajo su peso y los he lamentado, y he obtenido perdón de mi Príncipe”.
John Bunyan (El Progreso del Peregrino)
La gente de fe no puede darse el lujo de ser pasiva ni despreocupada. Posiblemente si somos suficientemente lindos, ellos sabrán que somos verdaderos creyentes y que Dios es real. Después de todo, ¿que no la Biblia dice que “prediquemos el evangelio y si es necesario utilicemos palabras”? Bien, no es así. Esa frase generalmente se le atribuye a San Francisco de Asís, pero se duda que él lo haya dicho. Aunque ciertamente debemos tratar con dignidad a quienes expresan hostilidad hacia Dios, también debemos estar preparados para expresar la verdad con audacia. Nadie dijo que sería fácil. Incluso el gran evangelista y apóstol de la iglesia primitiva, Saulo de Tarso, le pedía a la gente que orara por él para que pudiera hablar “con denuedo [ . . . ] como debo hablar” (Efesios 6:20). La evidencia del Nuevo Testamento es que los apóstoles y los primeros cristianos poseían esta audacia para proclamar el evangelio a riesgo de su propia vida. Nosotros debemos, por lo menos, ser tan audaces en nuestro testimonio de Cristo como los escépticos lo son en sus ataques contra la fe.
Rice Broocks (Dios No Est� Muerto: La Evidencia de Dios En Una �poca de Incertidumbre)
El plan de ataque de Cambrai estaba implícito en la idea original del tanque; era para esto, precisamente para esto, para lo que los tanques se habían imaginado. Los tanques habían entrado en acción en el frente británico en número creciente y considerable desde que su invención había sido inoportunamente expuesta al enemigo en el Somme en 1916. En el Cuartel General del cuerpo de tanques se habían desarrollado profunda y ampliamente las ideas tácticas originales que habían inspirado su nacimiento, pero el cuerpo de tanques no había logrado nunca que se le permitiera ponerlas en práctica. Se habían empleado estos ingenios en número reducido como simples auxiliares en las batallas de infantería y artillería, y habían sido condenados a encenagarse en los campos de embudos bajo el fuego concentrado de la artillería alemana o a hundirse en el barro de Passchendaele. Nunca se les había permitido arriesgar su suerte en una batalla para ellos solos, adaptada a su especialidad y en la que pudieran rendir los servicios inestimables para los que habían sido especialmente trazados. El éxito de algunos tanques en una operación secundaria de Passchendaele, donde fueron correctamente empleados por el cuerpo de ejército del general Maxse, fue probablemente lo que redimió al cuerpo de tanques del disfavor creciente en que habían caído sus carruajes debido al mal empleo que había hecho de ellos el Cuartel General británico, durante mucho tiempo. Cualquiera que fuera la razón, el hecho es que se aprobó un proyecto que había estado en la mente del Estado Mayor del cuerpo de tanques durante cerca de tres meses, y para el cual se habían emprendido ya los preparativos necesarios, fijándose su fecha para el 20 de noviembre.221 Se concedieron al fin todos los requisitos necesarios: los tanques operarían en un terreno no dislocado todavía por la artillería y en un frente no preparado aún contra la ofensiva: la sorpresa por encima de todo, iniciando los propios tanques el ataque. Aceptando osadamente la responsabilidad, sir Julian Byng, que mandaba el tercer ejército, ordenó que la artillería británica no disparara un tiro ni siquiera de corrección hasta que los tanques estuvieran ya lanzados; los cálculos artilleros que hicieron posible este hecho por primera vez sin daño para las tropas propias acreditan altamente a sus autores. El plan detenidamente preparado del cuerpo de tanques tenía la aspiración de «efectuar la penetración en cuatro sistemas sucesivos de trincheras en unas pocas horas y sin preparación artillera de ninguna clase».222 Se disponía aproximadamente de quinientos tanques. El general Elles, jefe del cuerpo de tanques, dijo a sus hombres en una orden especial: «Mañana, el cuerpo de tanques tendrá la oportunidad que ha estado esperando largos meses, operará abiertamente en la vanguardia del asalto». «El ataque —dice el historiador del cuerpo de tanques, coronel Fuller—223 tuvo un éxito asombroso. Al moverse y avanzar los tanques, seguidos inmediatamente por la infantería, el enemigo perdió completamente su moral y todos los que no huyeron del campo presa del pánico se rindieron con escasa o nula resistencia. […] A las cuatro de la tarde de dicho día, se había ganado una de las batallas más asombrosas de la historia y en lo que concierne al cuerpo de tanques, se había también terminado, pues, al no disponerse de reservas, no era posible hacer más.» En la breve duración de un día de noviembre había sido penetrado el sistema completo de las defensas alemanas en un frente de 10 kilómetros y se habían capturado 10.000 prisioneros y 200 cañones sin perder más que 1.500 soldados británicos. «Cabe preguntarse —dice el oficial del Estado Mayor— si hubo algún otro golpe de los ejércitos aliados en el frente occidental que resultara más fructífero a la vez en terreno y en resultados que esta batalla de Cambrai, pese a su limitado propósito».
Winston S. Churchill (La crisis mundial. Su historia definitiva de la Primera Guerra mundial 1911-1918)
Una niña había sido asesinada por un tipo psíquicamente desequilibrado; sucedió el día en que se iba a hacer la fotografía anual de la escuela, así que la niña había salido de casa vestida de punta en blanco. Nunca llegó al colegio; la encontraron veinticuatro horas más tarde; había sido violada, estrangulada, apuñalada y luego le habían machacado la cabeza con un bate de beisbol. Y entonces la niña, o lo que quedaba de ella, llegó a la funeraria. «Un hombre con quien trabajo llamado Wesley Rice pasó un día y una noche enteros reconstruyendo cuidadosamente el cráneo —dice Lynch—. La mayoría de los embalsamadores, enfrentados a lo mismo que Wesley Rice cuando abrió la bolsa de la morgue, simplemente habrían dicho: ataúd cerrado, habrían tratado los restos apenas lo suficiente como para controlar el olor, habrían cerrado la bolsa y se habrían ido a casa a tomar un cóctel. Mucho más fácil. El pago es el mismo. Pero, en vez de eso, Wesley Rice comenzó a trabajar. Dieciocho horas después, la madre de la niña, que había rogado verla, la vio. Estaba muerta, de eso no había duda, y deteriorada; pero su rostro era otra vez el suyo, no la versión del loco [...]; Wesley Rice no la levantó de entre los muertos ni escondió la dura realidad, pero la rescató de la muerte del que la asesinó. Le cerró los ojos y la boca. Le lavó las heridas, suturó las laceraciones, reconstruyó el cráneo golpeado [...], la vistió con jeans y suéter azul de cuello alto y la puso en un ataúd junto al cual sollozó su madre durante dos días [...]. El funeral de la niña fue lo que los que trabajamos en las funerarias llamamos un buen funeral. Sirvió a los vivos cuidando de los muertos». Hay belleza, ¿no? Una belleza trémula, como una vieja mariposa batiendo lentamente unas alas que se deshacen.
Rosa Montero (La ridícula idea de no volver a verte)
Un dicho popular dice que la medida del amor es amar sin medida.
Pablo Munoz Iturrieta (Apaga el celular y enciende tu cerebro: Manipulación, control y destrucción del ser humano (Spanish Edition))
De luchar contra los estereotipos sexistas se ha pasado a aclamarlos como la medida básica de lo que somos. (...) Exactamente, ¿qué ha sentido la persona que dice haber sentido que es varón o mujer de forma incongruente con lo que indicaría su rol reproductivo? ¿Qué contacto ha tenido con la experiencia de ser varón o mujer, que le permita reconocer su vivencia de esa manera? ¿Con qué la compara? (...) ¿Cuánto se reduciría el número de personas trans si dejáramos de contar como tales a aquellas personas a las que se les ha dicho, directa o indirectamente, desde el sexismo más rancio y conservador, que sus pensamientos, sus preferencias estéticas, sus comportamientos, sus emociones, sus gustos en cualquier ámbito son propios del otro sexo?
José Errasti (Nadie nace en un cuerpo equivocado: Éxito y miseria de la identidad de género (Deusto) (Spanish Edition))
—No lo sé. ¿Por qué debería saberlo? ¡No puedo estar en todas partes a la vez! —¡Eres omnipresente! —¿Quién lo dice? —¡El profeta Hashimi! —¡No lo he visto en mi vida! —¿Oh? ¿Oh? Entonces supongo que no le diste el Libro de la Creación, ¿verdad? —¿Qué Libro de la Creación? —¿Quieres decir que no lo sabes? —¡No! —¿Entonces quién se lo dio? —¡No lo sé! ¡Quizá lo escribió él mismo! Brutha se llevó la mano a la boca, horrorizado. —¡Ezo é blafemia! —¿Cómo dices? Brutha bajó la mano. —¡He dicho que eso es blasfemia! —¿Blasfemia? ¿Cómo puedo blasfemar? ¡Soy un dios! —¡No te creo! —¡Ja! ¿Quieres otro rayo? —¿A eso lo llamas rayo?
Terry Pratchett (Dioses menores (Mundodisco, #13))
Todo podría haber terminado allí, con un encuentro fortuito sin ninguna importancia. Una casualidad que no se repetiría. Londres es lo bastante grande como para que los caminos de dos personas no vuelvan a cruzarse si el destino no pone de su parte. Eso pensé en aquel momento. Sin saber que nuestros caminos no solo se habían cruzado, sino que habían colisionado. Que el destino había decidido unirnos en un único trayecto, repleto de casualidades que nos irían acercando. Dos personas completamente opuestas. Sin nada en común. Tan diferentes que era imposible creer que pudiera salir bien. Y no podía. Hay un dicho que dice que existen personas destinadas a encontrarse, lo que no significa que estén destinadas a permanecer juntas para siempre.
Maria Martinez