“
(...) tĂş sĂłlo, tĂş, has suspendido
la pasiĂłn a mis enojos,
la suspensiĂłn a mis ojos,
la admiraciĂłn al oĂdo.
Con cada vez que te veo
nueva admiraciĂłn me das,
y cuando te miro más,
aún más mirarte deseo.
Ojos hidrĂłpicos creo
que mis ojos deben ser,
pues cuando es muerte el beber
beben más, y desta suerte,
viendo que el ver me da muerte
estoy muriendo por ver.
Pero véate yo y muera,
que no sé, rendido ya,
si el verte muerte me da
el no verte qué me diera.
Fuera más que muerte fiera,
ira, rabia y dolor fuerte;
fuera muerte, desta suerte
su rigor he ponderado,
pues dar vida a un desdichado
es dar a un dichoso muerte.
”
”