Corrido Quotes

We've searched our database for all the quotes and captions related to Corrido. Here they are! All 56 of them:

De todos los riesgos que he corrido, el único que no hubiera corrido nunca; es el de no haberlos corrido todos.
Ángeles Mastretta
De todos los riesgos que he corrido por usted, el único que no hubiera corrido nunca es el de no haberlos corrido.
Ángeles Mastretta (Mal de amores)
Quien no haya pasado tardes enteras delante de un libro, con las orejas ardiéndole y el pelo caído por la cara, leyendo y leyendo, olvidado del mundo y sin darse cuenta de que tenía hambre o se estaba quedando helado... Quien nunca haya leído en secreto a la luz de una linterna, bajo la manta, porque Papá o Mamá o alguna otra persona solícita le ha apagado la luz con el argumento bien intencionado de que tiene que dormir, porque mañana hay que levantarse tempranito... Quien nunca haya llorado abierta o disimuladamente lágrimas amargas, porque una historia maravillosa acaba y había que decir adiós a personajes con los que había corrido tantas aventuras, a los que quería y admiraba, por los que había temido y rezado, y sin cuya compañía la vida le parecería vacía y sin sentido… Quien no conozca todo esto por propia experiencia, no podrá comprender...
Michael Ende (The Neverending Story)
Long voyages often lose themselves. Mam? You will see. It is difficult even for brothers to travel together on such a voyage. The road has its own reasons and no two travelers will have the same understanding of those reasons. If indeed they come to an understanding of them at all. Listen to the corridos of the country. They will tell you. Then you will see in your own life what is the cost of things. Perhaps it is true that nothing is hidden. Yet many do not wish to see what lies before them in plain sight. You will see. The shape of the road is the road. There is not some other road that wears the shape but only the one. And every voyage begun upon it will be completed. Whether horses are found or not.
Cormac McCarthy (The Crossing (The Border Trilogy, #2))
Dicho del Profeta Soy como un hombre que ha encendido una hoguera y todas las cosas vivientes han corrido a quemarse en ella.
Idries Shah (Caravan of Dreams)
A menudo anhelo huir del rugido y el artificio moderno, pero es imposible, pues las doradas arenas del pasado han corrido para siempre.
Paul Lieberman (Gangster Squad: Covert Cops, the Mob, and the Battle for Los Angeles)
I am here because of a certain man. I came to retrace his steps. Perhaps to see if there were not some alternate course. What was here to be found was not a thing. Things separate from their stories have no meaning. They are only shapes. Of a certain size and color. A certain weight. When their meaning has become lost to us they no longer have even a name. The story on the other hand can never be lost from its place in the world for it is that place. And that is what was to be found here. The corrido. That tale. And like all corridos it ultimately told one story only, for there is only one to tell. The cats shifted and stirred, the fire creaked in the stove. Outside in the abandoned village the profoundest silence. What is the story? the boy said. In the town of Caborca on the Altar River there was a man who lived there who was an old man. He was born in Caborca and in Caborca he died. Yet he lived once in this town, in Huisiachepic. What does Caborca know of Huisiachepic, Huisiachepic of Caborca? They are different worlds, you must agree. Yet even so there is but one world and everything that is imaginable is necessary to it. For this world also which seems to us a thing of stone and flower and blood is not a thing at all but a tale. And all in it is a tale and each tale the sum of all lesser tales and yet they are the selfsame tale and contain as well all else within them. So everything is necessary. Every least thing. This is a hard lesson. Nothing can be dispensed with. Nothing despised. Because the seems are hid from us, you see. The joinery. The way in which the world is made. We have no way to tell what might stand and what might fall. And those seams that are hid from us are of course in the tale itself and the tale had no abode or place of being except in the telling only and there it lives and makes its home and therefore we can never be done with the telling. Of the telling there is no end. And whether in Caborca or Huisiachepic or in whatever other place by whatever other name or by no name at all I say again all tales are one. Rightly heard all tales are one.
Cormac McCarthy (The Crossing (The Border Trilogy, #2))
As with outlaw figures, in diverse musical and oral cultures throughout the world- Mexican corridos and Egyptian shaabi music, for example- Hip Hop's irreverence toward dominant values and noncompliance with the status quo creates alternative, counterhegemonic spaces.
H. Samy Alim
O que me admira, é que tenhas corrido tantas aventuras aqui, neste Brasil imbecil e burocrático.
Lima Barreto (O Homem Que Sabia Javanês)
«¿Es dura la maternidad?», me preguntaron hoy. Depende de tus expectativas: si pretendes que a los tres meses tu hijo duerma ocho horas de corrido, que se quede jugando solo en un corralito, que la lactancia fluya mágicamente, que se duerma en los brazos de cualquiera, que no tenga reflujo ni cólicos y que no llore mucho, entonces, sí, la maternidad es durísima.
Ana Acosta Rodriguez (La metamorfosis de una madre: Criar en una sociedad patriarcal y adultocéntrica (Spanish Edition))
Não se podia deixar de imaginar que o prédio havia corrido para lá quando era um prédio-criança, brincando de esconde-esconde com os outros, e acabou esquecendo o caminho de volta, ficando lá para sempre.
Charles Dickens (A Christmas Carol)
En aquella ciudad, donde a menudo lo ilegal es convención social y forma de vida --es herencia de familia, dice un corrido famoso, trabajar contra la ley--, Teresa Mendoza fue durante algún tiempo una de esas jóvenes, hasta que cierta ranchera Bronco negra se detuvo a su lado, y Raimundo Dávila Parra bajó el cristal tintado de la ventanilla y se la quedo mirando desde el asiento del conductor. (p. 26 en LA REINA DEL SUR)
Arturo Pérez-Reverte
Si no hablabas de algo entonces no había sucedido. Pero seguro que alguien iba a escribir un corrido. Todo lo que supuestamente no se debe saber, eso de lo que no se debe hablar, tarde o temprano acaba en un corrido.
Jennifer Clement (Ladydi)
Ah,meu senhor,a minha esposa,caso eu tivesse uma,teria corrido sério risco de ficar viúva!Mas felizmente,estou feliz por não ser casado.Ah,meu senhor,será que é possível trocar a liberdade de solteiro por esse fardo pesado?
Mikhail Bulgakov (The Master and Margarita)
¿Sabes lo que experimenté después? Un miedo de lo más seductor. Esa sensación que le viene a uno cuando se da cuenta de que ha corrido un gran peligro. Esa clase de miedo que adquiere forma y se transfigura en las pesadillas.
John Katzenbach (Retrato en sangre)
La vida y los sueños son hojas de uno y el mismo libro. Leerlo de corrido equivale a la vida real. Pero algunas veces, cuando acaban las horas de lectura (el día) y llega el tiempo de reposo, seguimos hojeando ese libro sin orden ni concierto, abriéndolo al azar por una u otra de sus páginas; con frecuencia se trata de una página ya leída y en otras ocasiones de una página desconocida, pero siempre son páginas de uno y el mismo libro. Así, una página aislada no guarda trabazón alguna con una lectura consecuente de principio a fin, mas no por ello queda muy a la zaga de ésta, si se piensa que también el conjunto de la lectura consecutiva comienza y acaba de improviso, con lo cual cabe considerarla como una sola página un tanto más extensa.
Arthur Schopenhauer (El mundo como voluntad y representación)
La de la Revolución Mexicana es una historia en la que mucho se mata y mucho se muere, en la que la vida humana parece valer muy poco y la supervivencia es tan accidental y casual como la muerte. Avitia rescata las frases en un corrido terrible: 'Como saben que en México se mata y que a diario se muere por acá'.
Paco Ignacio Taibo II (Pancho Villa. Una biografía narrativa)
La realidad superó toda aprensión; el capitán Ahab estaba en el alcázar. No parecía tener huellas de ninguna enfermedad física, ni convalecer de ningún mal. Tenía el aire de un hombre rescatado de la hoguera cuando el fuego ha corrido sobre todos sus miembros, pero sin robarle una sola partícula de su compacta robustez de anciano. Todo su cuerpo, alto y grande, parecía hecho de sólido bronce,
Herman Melville (Moby Dick)
A vida é sempre uma correria. Seja qual for a situação, nunca corre como queremos. Do mesmo modo, muitas vezes temos surpresas agradáveis que nunca nos passaram pela cabeça. Então, damos graças por não ter corrido como desejávamos e sentimo-nos mais aliviadas .Não precisas de achar que os teus planos falhados são azares ou fracassos. Esses imprevistos mudam-te a ti à tua vida. Página 148 O que Procuras está na Biblioteca
Michiko Aoyama
El libro es perfecto. Intentar decir que el libro electrónico acabará con el libro en papel es como decir que el ascensor acabará con las escaleras. Por otro lado, es una lástima utilizar toda esa tecnología casi galáctica para leer texto corrido. Cuando empezó la carrera espacial, los americanos gastaron millones de dólares en inventar un bolígrafo que fuese capaz de escribir en gravedad cero. Tras largos años de investigaciones, no lo consiguieron. Los rusos utilizaban un lápiz. Pues eso.
Enrique Redel editor de Impedimenta
Vivo en los Estados Unidos y soy chilena, sangre, voluntad y memoria. Al llegar a este país me obligaron a llenar un formulario en el cual había una casilla referente a la raza: la primera alternativa era blanca, la cual iba a automáticamente yo a marcar, cuando leí más abajo la palabra “Hispanic”. Me pareció una enorme incultura por parte de los funcionarios gringos ya que lo hispano no se refiere a una raza, pero abismada comprendí que por primera vez en mi vida me expulsaban de mi propio nicho, de lo que creía mi identidad natural y objetiva, aunque entre una norteamericana y yo no mediase la más mínima diferencia física ( más aún en este caso específico: soy pelirroja, hasta me parezco a ellos ). Ni que decirlo, marqué con saña el segundo cuadrado y cada día transcurrido de estos seis años me he ido apegando más y más a él. Cuando camino por las calles de la ciudad, a veces me da la impresión de que todos mis antepasados están allí, en la pulcra e impersonal boca del metro, con la esperanza de llegar a alguna parte. Todo chicano o salvadoreño despreciable es mi tío, el hondureño que retira la basura es mi novio. Cuando Reina se declara a sí misma una desclasada, sé exactamente a que se refiere. Toda mi vida ha corrido por este lado del mundo. Mi cuna real y ficticia, el lugar donde nací y el otro que fui adquiriendo, lucen oropeles muy americanos ( ¡ no acepto que ese adjetivo se lo atribuyan los del norte! América es tanto la de arriba como la de abajo, norte y sur tan americanos uno como el otro). Trazo los dos puntos del continente para señalar los míos y agrego un tercero, éste. Dos de ellos resultan razonablemente cercanos, y luego, inevitable, la línea larga baja y baja hasta llegar al sur, hasta lo que, a mi pesar, debo reconocer como el fin del mundo. Sólo los hielos eternos más allá de esa tierra. Allí nací. Mapuches o españoles, fluidas, impredecibles, vigorosas, allí están mis raíces.
Marcela Serrano (Lo que está en mi corazón)
Era una de esas mujeres estoicas y praticas de nuestro país, que con cada hombre que pasa por sus vidas tienen un hijo y además recogen en su hogar a los niños que otros abandonan, a los parientes más pobres y a cualquiera que necesite una madre, una hermana, una tía, mujeres que son el pilar central de muchas vidas ajenas, que crían hijos para que se vayan también y que ven partir a sus hombres sin un reproch, porque tienen otras urgencias mayores de las cuales ocuparse. [...] Le dije que había corrido mucho riesgo al ayudarme e ella sonrió. Entonces supe que el coronel García y otros como él tienen sus días contados, porque no han podido destruir el espíritu de esas mujeres
Isabel Allende
Los jóvenes suelen preguntarme cómo es amar a mi edad. Parecen atónitos de que yo todavía pueda hablar de corrido, más aún enamorarme. Bueno, es lo mismo que enamorarse a los diecisiete, como asegura Violeta Parra, pero con una sensación de urgencia. Roger y yo tenemos pocos años por delante. Los años pasan sigilosamente, de puntillas, burlándose, y de repente nos asustan en el espejo, nos golpean por la espalda. Cada minuto es precioso y no podemos perderlo en malentendidos, impaciencia, celos, mezquindades y tantas otras tonterías que ensucian las relaciones. En realidad, esta fórmula se puede aplicar en cualquier edad, porque siempre los días están contados. Si lo hubiera hecho antes, no tendría dos divorcios en mi haber.
Isabel Allende (The Soul of a Woman)
¿Por qué será que lo que colma de felicidad al hombre es al mismo tiempo también fuente de sus desgracias? Esa sensación tan cálida con la que la naturaleza invadía mi corazón, que me colmaba con tanta fruición convirtiendo al mundo que me rodeaba en un paraíso, se ha vuelto ahora un tormento insoportable, un espíritu mortificador que me persigue en todos mis caminos. Hermano mío, el solo recordar aquellas horas me hace sentir bien. Incluso el esfuerzo que significa volver a encontrarme con esos sentimientos indescriptibles, volver a expresarlos, hace mi alma se vuelva a elevar por encima de mí mismo y hace que sienta, multiplicado, lo angustioso de mi situación actual. Es como si en mi interior se hubiera corrido un velo y el espectáculo de la vida infinita se transformara ahora en un abismo de una tumba, abierta para la eternidad.
Johann Wolfgang von Goethe (The Sorrows of Young Werther)
-¿Tienes idea de lo que he pasado? -Cuéntamelo. -Casi me hace trizas un doctor loco. Un puñado de asquerosos piratas me hicieron prisionero. Y, lo creas o no, he sido tragado por un dragón que escupía fuego. por no mencionar que me han empujado, me han aplastado y casi me matan de miedo. -A pesar de todo, estás ante mí. -Bueno..., sí. -No pretende ser descortés, Guardián de las palabras. -¡Tonterías! El chico tiene razón. Yo le envié a propósito a la sección de ficción. -¿De modo que lo admites? -¡Naturalmente! ¡Piensa, chico! ¿Qué aventuras habrías corrido si te hubiera traído aquí volviendo una página? Has prevalecido por encima del mal. ¡Has mirado a los ojos de Moby Dick, muchacho! Tienes alma de pirata, mozalbete. Y que nadie se atreva a decir lo contrario. Si te hubiera traído aquí desde el principio, nunca habrías encontrado valor para enfrentarte a tus propios miedos. Al hacerlo has triunfado y siempre triunfarás.
David Kirschner (The Pagemaster)
— Con la iglesia hemos dado, Sancho. — Ya lo veo —respondió Sancho—; y plega a Dios que no demos con nuestra sepultura, que no es buena señal andar por los cimenterios a tales horas, y más, habiendo yo dicho a vuestra merced, si mal no me acuerdo, que la casa desta señora ha de estar en una callejuela sin salida. — ¡Maldito seas de Dios, mentecato! —dijo don Quijote—. ¿Adónde has tú hallado que los alcázares y palacios reales estén edificados en callejuelas sin salida? — Señor —respondió Sancho—, en cada tierra su uso: quizá se usa aquí en el Toboso edificar en callejuelas los palacios y edificios grandes; y así, suplico a vuestra merced me deje buscar por estas calles o callejuelas que se me ofrecen: podría ser que en algún rincón topase con ese alcázar, que le vea yo comido de perros, que así nos trae corridos y asendereados. — Habla con respeto, Sancho, de las cosas de mi señora —dijo don Quijote—, y tengamos la fiesta en paz, y no arrojemos la soga tras el caldero.
Miguel de Cervantes Saavedra (Don Quijote de la Mancha (Spanish Edition))
Fomos corridos coma cãos. Engoli tanta poeira que estou dende então a cagar tijolos. ​
José Eduardo Agualusa
Aráoz cierra los ojos con fuerza, más por desesperación que porque tenga confianza en que dé resultado. Es un experto en no dormir, y por eso sabe al dedillo que poniéndose rígido y contrayendo los músculos lo único que va a lograr será espantar el poco sueño que le queda. El insomnio de esta noche es diferente al de la víspera. Éste pertenece a la categoría «madrugada en blanco»: uno de los peores. Aráoz conoce otro aún más funesto: el del tipo «no pegué un ojo en toda la noche». Ese, lógicamente, es el peor de todos, y lo padece con frecuencia. Pero el «madrugada en blanco», que es el de hoy, es de todos modos detestable y cruel. Lo ataca en noches que comienzan plácidas. Noches que prometen, falsamente, descanso. Esas noches en las que a Aráoz la vida se le antoja posible porque los párpados empiezan a cerrársele y los renglones a confundírsele mientras todavía sostiene un libro sobre el pecho, y basta con sacar un brazo perezoso de entre las sábanas y apagar el velador y abandonarse al sueño con la convicción de que uno despertará ocho o nueve horas después sintiendo que le han quitado unos cuantos años de la espalda. Cierto que desde hace mucho tiempo no tiene una noche de esas. Pero por lo menos algo que se le parezca. Seis. Siete horas de corrido.
Eduardo Sacheri (Aráoz y la verdad)
La vida no es contable, y resulta extraordinario que los hombres lleven todos los siglos de que tenemos conocimiento dedicados a ello, empeñados en contar lo que no se puede, sea en forma de mito, de poema épico, de crónica, anales, actas, leyenda o cantar de gesta, romances de ciego o corridos, de evangelio, santoral, historia, biografía, novela o elogio fúnebre, de película, de confesiones, memorias, de reportaje, da lo mismo.
Javier Marías (Tu rostro mañana)
A mitad de la autopista hay una estación de servicio. Me paro, corro al bar, compro un puñado de fichas, marco el prefijo de B, el número de Y. Nadie responde. Dejo caer la lluvia de fichas con júbilo: está claro que Y no ha soportado la impaciencia, ha subido al coche y ha corrido hacia A. Ahora vuelvo al coche por el otro lado, corro yo también hacia A. Todos los coches que adelanto podrían ser Y, o bien todos los coches que me adelantan. En el carril contrario todos los coches que van en sentido contrario podrían ser Z, el iluso. O bien: también Y se ha parado en una estación de servicio, ha telefoneado a mi casa en A, y al no encontrarme ha comprendido que yo estaba yendo a B, ha invertido la dirección de la marcha. Ahora estamos corriendo en direcciones opuestas, alejándonos, y el coche que adelanto o que me adelanta es el de Z que también a medio camino ha intentado telefonear a Y...
Italo Calvino (Todas las cosmicómicas)
O Homem de Farinha: Quando ela viu o moço, estranhou, mas não achou nada anormal quando lhe foi contada toda a história de como a manhã tinha corrido. Até o achou de boa aparência, embora não parecesse ser um ser humano normal; aqueles olhos perdidos, os braços e pernas maiores que o comum e parecendo molengas, as falas desconexas e arrastadas… toda aquela debilidade parecia lhe despertar uma… uma certa… uma certa excitação.
Lizédar Baptista (Portal Para O Submundo)
Una mujer más que no quiere parir héroes ni soldados. Una hija de Saturno que devoró a su hijo para buscar a su amado, un joven desaparecido.
Dahlia de la Cerda (Medea me cantó un corrido)
—Todos morimos al final, ya sabes —dijo Kaladin. Los dos recorrieron el pasillo, Kaladin apoyado en su lanza para mantenerlos erguidos—. Así que supongo que lo que verdaderamente importa es lo bien que has corrido. Y, Elhokar, tú llevas corriendo desde que mataron a tu padre, aunque metieras la pata todo el tormentoso tiempo.
Brandon Sanderson (Palabras radiantes (El archivo de las tormentas, #2))
—Me equivoqué —dijo el rey—. Los dos estamos muertos. —Fugaz siguió corriendo —gruñó Kaladin, colocándose de nuevo bajo el brazo del rey. —¿Qué? —No podía ganar, pero siguió corriendo. Y cuando la tormenta lo alcanzó, no importó que muriera, porque había corrido con todo lo que tenía.
Brandon Sanderson (Palabras radiantes (El archivo de las tormentas, #2))
No voy a analizar los años de gobierno corridos desde la toma violenta del poder en 1945 hasta la pérdida violenta del mismo en 1948, porque estoy demasiado mezclado con esos sucesos para poder opinar sobre ellos con la necesaria imparcialidad.
Arturo Uslar Pietri (Golpe y Estado en Venezuela)
—¿Somos siempre dueños de no contrariar? Soy mujer por propia elección, Álvaro, pero mujer al fin, expuesta a sentir todo género de impresiones; no soy de mármol. He escogido entre las zonas la materia elemental que compone mi cuerpo: es muy susceptible; si no lo fuese, carecería de sensibilidad, no me harías sentir nada y me volvería insípida para ti. Perdóname por haber corrido el riesgo de tomar todas las imperfecciones de mi sexo para reunir, si podía, todas sus gracias; pero la locura ya está hecha y, constituida como lo estoy ahora, mis sensaciones son de una vivacidad a la que nada se acerca: mi imaginación es un volcán. Tengo, en una palabra, pasiones de una violencia tal que debería asustarte, si no fueses el objeto de la más arrebatada de todas y si no conociésemos mejor los principios y efectos de esos impulsos naturales de lo que se los conoce en Salamanca. Allí les dan nombres odiosos; hablan, por lo menos, de reprimirlos. ¡Reprimir una llama celeste, resorte único mediante el cual el alma y el cuerpo pueden actuar recíprocamente uno sobre otro y forzarse a colaborar en el mantenimiento necesario de su unión! ¡Es una completa idiotez, mi querido Álvaro! Debemos controlar esos impulsos, pero de cuando en cuando debemos ceder ante ellos; si los contrariamos, si los sublevamos, escapan todos a la vez y la razón no sabe ya dónde sentarse para gobernar. Cuida de mí en estos momentos, Álvaro; no tengo más que seis meses, estoy entusiasmada con todo lo que siento; piensa que una de tus negativas, una palabra que me digas desconsideradamente, indignan al amor, rebelan al orgullo, despiertan el desprecio, la desconfianza, el temor.
Jacques Cazotte (The Devil in Love (Dedalus European Classics))
—Sangre…, sangre… —exclamó el joven con creciente vehemencia—. Todo el mundo la ha derramado. La sangre ha corrido siempre en oleadas sobre la tierra. Los hombres que la vierten como el agua obtienen un puesto en el Capitolio y el título de bienhechores de la humanidad. Analiza un poco las cosas antes de juzgarlas. Yo deseaba el bien de la humanidad, y centenares de miles de buenas acciones habrían compensado ampliamente esta única necedad, mejor dicho, esta torpeza, pues la idea no era tan necia como ahora parece. Cuando fracasan, incluso los mejores proyectos parecen estúpidos. Yo pretendía solamente obtener la independencia, asegurar mis primeros pasos en la vida. Después lo habría reparado todo con buenas acciones de gran alcance. Pero fracasé desde el primer momento, y por eso me consideran un miserable. Si hubiese triunfado, me habrían tejido coronas; en cambio, ahora creen que sólo sirvo para que me echen a los perros.
Fyodor Dostoevsky (Crime and Punishment)
El tiempo pasó. Pero el tiempo se divide en muchas corrientes. Como en un río, hay una corriente central rápida en algunos sectores y lenta, hasta inmóvil, en otros. El tiempo cósmico es igual para todos, pero el tiempo humano difiere con cada persona. El tiempo corre de la misma manera para todos los seres humanos; pero todo ser humano flota de distinta manera en el tiempo. Al aproximarse a los cuarenta, Otoko se preguntaba si el hecho de que Oki siguiera dentro de ella significaba que esa corriente del tiempo se había estancado, en lugar de seguir su curso. ¿O acaso la imagen que ella conservaba de él había flotado con ella a través del tiempo como una flor que avanza aguas abajo? Ella ignoraba cómo había flotado su propia imagen en la corriente de Oki. No podía haberla olvidado; pero, sin duda, el tiempo había corrido de manera diferente para él. Las corrientes del tiempo nunca son iguales para dos personas, ni siquiera cuando son amantes.
Yasunari Kawabata (Beauty and Sadness)
ir a ver un partido del Real Madrid para gritar en contra de los merengues ahora que habían corrido a Hugo Sánchez.
Paco Ignacio Taibo II (No habra final feliz: La serie completa de Hector Belascoaran Shayne)
Quien nunca haya llorado abierta o disimuladamente lágrimas amargas, porque una historia maravillosa acababa y había que decir adiós a personajes con los que había corrido tantas aventuras, a los que quería y admiraba, por los que había temido y rezado, y sin cuya compañía la vida le parecería vacía y sin sentido…
Anonymous
A finales de 2009 hubo un pequeño alboroto mediático en España al descubrirse que la Junta de Extremadura, en manos de los socialistas, había organizado, dentro de su plan de educación sexual de los escolares, unos talleres de masturbación para niños y niñas a partir de los catorce años, campaña a la que bautizó, no sin picardía,El placer está en tus manos. Ante las protestas de algunos contribuyentes de que se invirtiera de este modo el dinero de los impuestos, los voceros de la Junta alegaron que la educación sexual de los niños era indispensable para «prevenir embarazos no deseados» y que las clases de masturbación servirían para «evitar males mayores». En la polémica que el asunto provocó, la Junta de Extremadura recibió las felicitaciones y el apoyo de la Junta de Andalucía, cuya Consejera de Igualdad y Bienestar Social, Micaela Navarro, anunció que en Andalucía comenzaría en breve una campaña similar a la extremeña. De otro lado, un intento de acabar con los talleres de masturbación mediante una acción judicial que puso en marcha una organización afín al Partido Popular y bautizada, con no menos chispa, Manos Limpias, fracasó de manera estrepitosa pues la Fiscalía del Tribunal de Justicia de Extremadura no dio curso a la denuncia y la archivó. ¡A masturbarse, pues, niños y niñas del mundo! Cuánta agua ha corrido en este planeta que todavía nos soporta a los humanos desde que, en mi niñez, los padres salesianos y los hermanos de La Salle —colegios en los que estudié— nos asustaban con el espantajo de que los «malos tocamientos» producían la ceguera, la tuberculosis y la imbecilidad. Seis décadas después ¡clases de paja en las escuelas! Eso es el progreso, señores. ¿Lo es, de veras? La curiosidad me acribilla el cerebro de preguntas. ¿Pondrán notas? ¿Tomarán exámenes? ¿Los talleres serán teóricos o también prácticos? ¿Qué proezas tendrán que realizar los alumnos para sacar la nota de excelencia y qué fiascos para ser desaprobados? ¿Dependerá de la cantidad de conocimientos que su memoria retenga o de la velocidad, cantidad y consistencia de los orgasmos que produzca la destreza táctil de chicos y chicas? No son bromas. Si se tiene la audacia de abrir talleres para iluminar a la puericia en las técnicas de la masturbación, estas preguntas son pertinentes.
Anonymous
Ela olhou os miolos esbranquiçados destacando-se no arroz. Por aquele labirinto tinham corrido, um por um, todos os pensamentos do boi, alguns ainda deviam ter ficado perdidos por ali, os últimos: pensamentos da hora da morte, quando sentira o cheiro do sangue dos companheiros sacrificados lá na frente. Afastou o prato, repugnada. Era sinistro mastigar pensamentos, poderiam ressuscitar e ela ficaria conhecendo o boi. Pior do que isto, ficaria o próprio boi!
Lygia Fagundes Telles (Ciranda de Pedra)
«Al final fue una San Remo despojada de todo coeficiente de certeza, una San Remo hecha para auténticos campeones… En cierto sentido, Bartali ha corrido una San Remo a su propia imagen», escribiría Bruno Roghi en La Gazzetta
Peter Cossins (Monumentos: Pasión y gloria de las grandes carreras de un día. (Spanish Edition))
El soplo de vida que le quedaba a Gawyn desapareció. Egwene se frenó en seco en el campo de batalla. Algo se rompió dentro de ella. Era como si un cuchillo la desgarrara y le arrancara la parte de Gawyn que llevaba dentro, dejando sólo vacío. Gritó y cayó de rodillas. No. No podía ser. ¡Podía sentirlo, justo un poco más adelante! Había corrido hacia él. Podía... Podía... Ya no estaba.
Robert Jordan (Un Recuerdo de Luz (La Rueda del Tiempo, #14))
Sus pies no habían corrido hacia la disturbia con el objetivo de beneficiarse de esta, sino para transformarse en su hijo pródigo.
Ruby Atlas (Sobredosis)
Aviendha... dijo de repente la voz de Elayne, vacilante. Cree... Cree que la violencia es siempre la respuesta. A veces no piensa más allá de su cuchillo. ¡A veces es como un muchachito que nunca se hará mayor! Elayne sabe que... empezó la voz de Aviendha, que tragó saliva y continuó de corrido. Sabe que es hermosa, sabe el poder que eso le da sobre los hombres. A veces va con la mitad del busto al aire, a la vista de todos, y sonríe para conseguir que los hombres hagan lo que quiere.
Robert Jordan (El corazón del invierno (La rueda del tiempo, #9))
Había corrido mucho rato. Había enviado a su marido por otro sendero. Segovax, alarmado, había salido a la carrera en busca de su hermana. Cartimandua
Edward Rutherfurd (Londres)
Correrás grandes riesgos a lo largo de la vida, si vives lo suficiente. Ya has corrido más de los que piensas. Hazme caso. Y haz lo que te digo.
Robert Jordan (Nueva Primavera (La rueda del tiempo, #0))
Creiam-me, o menos mau é recordar; ninguém se fie da felicidade presente; há nela uma gota da baba de Caim. Corrido o tempo e cessado o espasmo, então sim, então talvez se pode gozar deveras, porque entre uma e outra dessas duas ilusões, melhor é a que se gosta sem doer.
Machado de Assis (Memórias Póstumas de Brás Cubas)
Es el criminal autor –expresará Bolívar años más tarde– de toda la sangre que ha corrido en Pasto y en el Cauca; es un hombre abominable y un indigno ministro de una religión de paz".
Alfonso Rumazo González (Simón Bolívar (Spanish Edition))
Manzano confesaba haberse dopado durante los tres años que había corrido en el equipo y desgranaba las prácticas dopantes sin escatimar en detalles: desde transfusiones sanguíneas que casi acaban en una ocasión con su vida, a la utilización de todo tipo de sustancias como la hormona de crecimiento, eritropoietina (EPO), hemoglobina para animales, nandrolona, que era un anabolizante para la temporada de invierno, ya que aumentaba el músculo; cortisona, supositorios de testosterona... La lista parecía interminable y sus relatos revolvían el estómago.
Laura Meseguer (Metiendo codos: Voces y confidencias de la mejor generación del ciclismo español (Deportes) (Spanish Edition))
Es verano en el Chaco; cinco hombres, un niño y un perro trepando un río en una pequeña embarcación no preocupan a nadie. Nadie los ve, porque el ímpetu del momento es otro. Todos se quieren ir. Para ese entonces ya han desertado más de once mil hombres, diez mil del lado boliviano, mil entre los paraguayos. Los bolivianos han sido traídos del altiplano, han llegado a las tierras bajas en ferrocarril y desde Villa Montes han tenido que caminar por semanas a través de polvo, matorrales y el calor asfixiante del Chaco hasta las líneas del frente. Han perdido casi todos sus caballos en el trayecto. Al llegar están extenuados y desnutridos. Solo algunos camiones han sobrevivido. La tierra es árida y los soldados, en su marcha, no arrancan nada de ella. Los soldados rasos que hablan quechua y aymara no pueden comunicarse con sus comandantes que dan órdenes en castellano. Los paraguayos han corrido con mejor suerte, han trepado desde la capital en barcos de vapor por el río Paraguay, por el mismo río por el que ahora sube Andrei, y han descendido en Puerto Casado, donde una locomotora de vía estrecha los ha llevado hasta la Isla Po’i, a cuarenta y seis kilómetros del frente. Todos hablan guaraní. Los refuerzos de ambos han seguido esos mismos caminos durante tres años. Si alguien preguntara a los hombres por qué pelean, recibirá pocas respuestas. Se disputa una tierra árida en el corazón de América. La disputan los dos únicos países del continente sin salida al mar. Es una guerra en la que soldados poco preparados pero valerosos, descalzos pero decididos, luchan con la tecnología bélica más avanzada del mundo. Perfeccionada durante la contienda europea. Ninguno de los dos fabrica armas o aviones pero agotan sus economías para crear grandes ejércitos y equiparlos con el mejor armamento posible. Las fuerzas armadas de ambos países han sido asesoradas por oficiales europeos, pero no solo eso: el comandante en jefe del Ejército boliviano es un general alemán, Hans Kundt; las líneas de defensa paraguayas han sido planificadas por exoficiales bielorrusos, feroces anticomunistas, veteranos de la Gran Guerra, que se han establecido en territorio guaraní y que ahora fungen como oficiales paraguayos. Se matan en vano, en el infierno gris -salpicado de pantanos y de la espesa vegetación de matorrales y árboles espinosos- donde, a más de no existir petróleo, no hay agua. Ningún río lo cruza y hay que cavar pozos para buscar fuentes subterráneas. Lo único que existe en abundancia allí es sed y muchos mueren de ella antes de que las bayonetas enemigas los atraviesen.
Gabriela Alemán (Humo (Spanish Edition))
Una fuga, ha sido, una fuga. He corrido a través de la vida, sin entender nada de ella.
Gesualdo Bufalino (Perorata del apestado & Argos el ciego)
«Llegué con cincuenta años de adelanto», dice Ben Johnson con un tono tan satisfecho como triste. «Yo era capaz de hacer lo mismo que hace hoy en día Usain Bolt. La velocidad a la que él es capaz de correr en estas pistas tan rápidas de hoy en día es la misma a la que podría haber corrido yo». Y lo repite, «Llegué con cincuenta años de adelanto. ¡Cincuenta años!». Lanza una carcajada, la misma que lanzaría ante una broma pesada.
Richard Moore (La carrera más sucia de la historia. : Ben Johnson, Carl Lewis y la final de los 100m lisos de los Juegos Olímpicos de 1988 en Seúl.)
«No somos lo que hicieron de nosotras, sino que somos lo que hacemos con lo que hicieron de nosotras».
Dahlia de la Cerda (Medea me cantó un corrido (Spanish Edition))
30 Abril de 1945. Al término del análisis de situación, Martin Bormann, el poderoso presidente de la Cancillería del partido y «secretario del Führer», hizo venir a su despacho al ayudante de campo personal de Hitler, el SS-Sturmbannführer Otto Günsche, y le comunicó que el dictador tenía la intención de quitarse la vida esa misma tarde junto con Eva Braun, con la que acababa de contraer matrimonio. Según dijo, Hitler le había ordenado que los cadáveres fueran incinerados. Con ese fin, Günsche debía procurarse la cantidad necesaria de gasolina. Poco después, el propio Führer hizo prometer a su ayudante de campo que se encargaría de la estricta ejecución de su orden. No quería que se llevaran su cadáver a Moscú y que lo exhibieran allí. Evidentemente pensaba en la suerte que Benito Mussolini había corrido. El 27 de abril el Duce había sido capturado en el lago de Como junto con su amante, Claretta Petacci, por unos partisanos italianos, y un día después había sido fusilado.
Volker Ullrich (Eight Days in May: The Final Collapse of the Third Reich)