Boca Quotes

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El libro es jardín que se puede llevar en el bolsillo, nave espacial que viaja en la mochila, arma para enfrentar las mejores batallas y afrentar a los peores enemigos, semilla de libertad, pañuelo para las lágrimas. El libro es cama mullida y cama de clavos, el libro te obliga a pensar, a sonreír, a llorar, a enojarte ante lo injusto y aplaudir la venganza de los justos. El libro es comida, techo, asiento, ropa que me arropa, boca que besa mi boca. Lugar que contiene el universo.
Benito Taibo (Persona normal)
Soy de donde haya alguien que sonría, que me de la mano, que me bese. Soy de donde son los que resisten, sobreviven, los que se quitan un pedazo de pan de la boca para dárselo al otro. De allí soy. Allí me encuentro.
Benito Taibo (Persona Normal)
Como quien no quiere la cosa. Ninguna cosa. Boca cosida. Párpados cosidos. Me olvidé. Adentro el viento. Todo cerrado y el viento adentro.
Alejandra Pizarnik (Poesía completa)
Que te quede bien claro. Donde acaba tu boca, ahí empieza la mía.
Mario Benedetti
Aquello está sobre las brasas de la tierra, en la mera boca del infierno. Con decirle que muchos de los que allí se mueren al llegar al infierno regresan por su cobija.
Juan Rulfo (Pedro Páramo)
Qué haré ahora con mis labios sin su boca para llenarlos? ¿Qué haré de mis adoloridos labios?
Juan Rulfo (Pedro Páramo)
La poesía no es de nadie, es de todos. Se hace cada vez que alguien con cosas que decir abre la boca.
Benito Taibo (Persona normal)
Escóndeme en tus brazos por esta noche sola, mientras la lluvia rompe contra el mar y la tierra su boca innumerable.
Pablo Neruda
- ¿Cómo sabe una si está realmente enamorada de un hombre? - Eso es fácil. Sólo querés estar con él, sentir su presencia, mirarlo, olerlo. Querés que te toque y tocarlo. Cuando lo ves aparecer, te emocionás tanto que te duele la boca del estómago. Pensás en ese hombre día y noche. Te dormís pensando en él y te levantás pensando en él.
Florencia Bonelli (París (Caballo de Fuego #1))
Lo único cierto era el peso en la boca del estómago la sospecha física de que algo no andaba bien, de que casi nunca había andando bien.
Julio Cortázar
Y ya sabes que a mí me gusta acabar los poemas con el verso perfecto, ese que empieza en un papel y acaba en tu boca.
Elvira Sastre
No es que muera de amor, muero de ti. Muero de ti, amor, de amor de ti, de urgencia mía de mi piel de ti, de mi alma de ti y de mi boca y del insoportable que yo soy sin ti.
Jaime Sabines (Yuria / Poemas Sueltos)
Entonces cállate la fucking boca.
Junot Díaz (This Is How You Lose Her)
-Cristianno, mírame...-Prefirió besarme. -Ya lo hago,amor -repuso sin alejarse de mi boca-, solo que de otra forma.
Alessandra Neymar
Si le niegan la boca, ella habla por las manos, o por los ojos, o por los poros, o por donde sea. Porque todos, toditos tenemos algo que decir a los demas; alguna cosa que merece ser por los demas celebrada, o perdonada.
Eduardo Galeano
La besó en la mejillla lo más cerca posible de la boca, deseando con pasión permanecer a su lado eternamente para preservarla de las sombras. Olía a yerbas y tenía la piel fría. Supo que amarla era su destino inexorable.
Isabel Allende (Of Love and Shadows)
La rayuela se juega con una piedrita que hay que empujar con la punta del zapato. Ingredientes: una acera, una piedrita, un zapato, y un bello dibujo con tiza, preferentemente de colores. En lo alto está el Cielo, abajo está la Tierra, es muy difícil llegar con la piedrita al Cielo, casi siempre se calcula mal y la piedra sale del dibujo. Poco a poco, sin embargo, se va adquiriendo la habilidad necesaria para salvar las diferentes casillas (rayuela caracol, rayuela rectangular, rayuela de fantasía, poco usada) y un día se aprende a salir de la Tierra y remontar la piedrita hasta el Cielo, hasta entrar en el Cielo, (Et tous nos amours, sollozó Emmanuèle boca abajo), lo malo es que justamente a esa altura, cuando casi nadie ha aprendido a remontar la piedrita hasta el Cielo, se acaba de golpe la infancia y se cae en las novelas, en la angustia al divino cohete, en la especulación de otro Cielo al que también hay que aprender a llegar. Y porque se ha salido de la infancia (Je n'oublierai pas le temps des cérises, pataleó Emmanuèle en el suelo) se olvida que para llegar al Cielo se necesitan, como ingredientes, una piedrita y la punta de un zapato.
Julio Cortázar (Hopscotch)
El 10 de abril: <> Bueno, ¿y qué era? Todavía no lo sé. Me atraían sus ojos, su voz, su cintura, su boca, sus manos, su risa, su cansancio, su timidez, su llanto, su franqueza, su pena, su confianza, su ternura, su sueño, su paso, sus suspiros. Pero ninguno de estos rasgos bastaba para atraerme compulsiva, totalmente. Cada atractivo se apoyaba en otro. Ella me atraía como un todo, como una suma insustituible de atractivos, acaso sustituibles.
Mario Benedetti (La tregua)
Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mí para dibujarla con mi mano por tu cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja. Me miras, de cerca me miras, cada vez más de cerca y entonces jugamos al cíclope, nos miramos cada vez más de cerca y nuestros ojos se agrandan, se acercan entre sí, se superponen y los cíclopes se miran, respirando confundidos, las bocas se encuentran y luchan tibiamente, mordiéndose con los labios, apoyando apenas la lengua en los dientes, jugando en sus recintos donde un aire pesado va y viene con un perfume viejo y un silencio. Entonces mis manos buscan hundirse en tu pelo, acariciar lentamente la profundidad de tu pelo mientras nos besamos como si tuviéramos la boca llena de flores o de peces, de movimientos vivos, de fragancia oscura. Y si nos mordemos el dolor es dulce, y si nos ahogamos en un breve y terrible absorber simultáneo del aliento, esa instantánea muerte es bella. Y hay una sola saliva y un solo sabor a fruta madura, y yo te siento temblar contra mí como una luna en el agua.
Julio Cortázar (Rayuela)
No existe mejor sabor que la risa de otra persona en tu boca. Sam
Maggie Stiefvater (Forever (The Wolves of Mercy Falls, #3))
Nada deja peor sabor de boca que las cosas que nunca llegas a probar.
Marwán Abu-Tahoun Recio
Yo no soy ninguna experta, pero creo que estar enamorado es algo más. Es sentir un cosquilleo en la tripa cuando la ves. Y no poder dejar de mirarla. Echarla de menos incluso teniéndola delante. Desear tocarla a todas horas, hablar de cualquier cosa, de todo y de nada. Sentir que pierdes la noción del tiempo cuando estás a su lado. Fijarte en los detalles. Querer saber cualquier cosa sobre ella, aunque sea una tontería. ¿Sabes Rhys? En realidad, creo que es como estar permanentemente colgado de la luna. Boca abajo. Con una sonrisa inmensa. Sin Miedo.
Alice Kellen (Nosotros en la Luna)
Me gustas cuando callas porque estas como austente y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca. Parece que los ojos se te hubieran volado y parece que un beso te cerrara la boca. Como todas las cosas estan llenas de mi alma emerges de las cosas, llena del alma mia. Mariposa de sueno, te pareces a mi alma, y te pareces a la palabra melancolia.
Pablo Neruda (Twenty Love Poems and a Song of Despair)
Sin looked over at Boyd through sleepy looking, heavy lidded eyes. "Cállate la boca, blanquito." Hearing Sin speak Spanish didn't help any; he sounded especially sexy when he was drawling those words fluidly in his low, velvety voice. "What does that mean?" he asked, half with an edge and half just curious. Full lips turned up into a small smirk and Sin raised an eyebrow at him before turning back to the window. "It's a secret." "Putain de beau gosse," Boyd muttered under his breath in mild annoyance, flipping forward several pages.
Santino Hassell (Evenfall: Volume 2: Director's Cut (In the Company of Shadows, #1 part #2))
Cansada del estruendo mágico de las vocales Cansada de inquirir con los ojos elevados Cansada de la espera del yo de paso Cansada de aquel amor que no sucedió Cansada de mis pies que sólo saben caminar Cansada de la insidiosa fuga de preguntas Cansada de dormir y de no poder mirarme Cansada de abrir la boca y beber el viento Cansada de sostener las mismas vísceras Cansada del mar indiferente a mis angustias
Alejandra Pizarnik (Poesía completa)
Tres metros sobre el cielo es una sensación que recorre tu cuerpo a 100.000 bytes por segundo, provocando una irrigación sanguínea que nutre el corazón hasta hacerlo bombear mil por hora. ¿Cómo lo sientes? ¿Por qué lo sientes? ¿Con quién lo sientes? Todo depende: una persona, las circunstancias, la experiencia...lo que es seguro es que son tus manos las que laten, tus ojos los que hablan, tus labios los que tiemblan y tu boca la que golpea. Esto es tres metros sobre el cielo. El momento en el que te sientes vivo. Un instante en que tomes la dirección que tomes ya nada volverá a ser lo mismo. Unos lo llaman amor, otros amistad y riesgo y unos pocos peligro, pero a mi me gusta llamarlo: la sensación vertiginosa que provoca el estar a tres metros sobre el cielo.
Federico Moccia (Tre metri sopra il cielo)
Variación / Variations" El remanso de aire bajo la rama del eco. El remanso del agua bajo fronda de luceros. El remanso de tu boca bajo espesura de besos. * The still waters of the air under the bough of the echo. The still waters of the water under a frond of stars. The still waters of your mouth under a thicket of kisses.
Federico García Lorca (The Selected Poems)
Empezaba a ver que los que buscan a una persona tienen algo, una marca cerca de los ojos, de la boca, la mezcla de dolor, de bronca, de fuerza, de espera, hecha cuerpo. Algo roto, en donde vive el que no vuelve.
Dolores Reyes (Cometierra)
Y si, digo que me parecería de lo más bonito del mundo tomarnos de la mano y besarnos frente a los demás. Y comer fresas con crema de tu boca o de tus piernas en mi casa de campo mientras preparo chocolate caliente y tu enciendes la calefacción. Y estar cada noche en la azotea viendo constelaciones mientras te hago dibujos en la espalda de las mismas. Y decirte que me encantaría pasar horas dando vueltas en la cama mirandote y jugando contigo a que somos gatos que no quieren dormirse y quieren jugar hasta que se vaya la luna. Y quisiera despertar todos los días viendote despertar. Hacerte el desayuno, el amor. Compartirte mi vida. Decir que no hay peor ciego que el que no te quiera ver, y que la verdad el mundo sería bastante aburrido sin tu existencia. Y que me ha gustado un montón haberte encontrado. Y que sólo me sentiría perdido si te suelto de la cintura cuando bailemos. Que sólo en tus labios es que puedo calmar mi sed de verdad, y en tus ojos es que puedo disfrutar de un próspero amanecer. Que con nuestros cuerpos rozados uno al otro mi corazón da latidos de fuego artificial. Que la vida sin ti es un desperdicio, y que no me importa el tiempo que tenga que pasar esperandote por que te vistas a la hora de salir. Que no me importaría llegar tarde al trabajo si cada mañana despertamos, te hago el café comemos y hacemos el amor antes de despedirnos. Que sonreír es mucho más bonito cuando lo hago porque lo haces tú. Que me encantas con pijama, sin pijama, con lo que sea. Que eres tan bella que no dejas que nadie más para mí lo sea. Corretear por la cocina desnudos por estar jugando a las escondidas, aparecerme en la ducha cuando tu lo estás, abrazarte y besarte haciendote saber que eres la mejor persona del mundo y que ser feliz es sinónimo de estar contigo. Y besar tu cuello y acariciar tu vientre mientras digo que soy capaz de darle la vuelta al mundo para abrazarte por la espalda. Así te quedaría claro que eres amada por mí.
J. Porcupine (La vuelta al mundo para abrazarte por la espalda)
O senhor escute meu coração, pegue no meu pulso. O senhor avista meus cabelos brancos... Viver - não é? - é muito perigoso. Porque ainda não se sabe. Porque aprender-a-viver é que é o viver, mesmo. O sertão me produz, depois me enguliu, depois me cuspiu do quente da boca... O senhor crê minha narração?
João Guimarães Rosa (Grande Sertão: Veredas)
Di provocar otra vez. Tu boca se ve provocadora cuando lo dices.
Becca Fitzpatrick (Hush, Hush (Hush, Hush, #1))
As religiões, todas elas, por mais voltas que lhes dermos, não têm outra justificação para existir que não seja a morte, precisam dela como do pão para a boca.
José Saramago (Death with Interruptions)
Las palabras finales que escuché de su boca fueron las que en México disimulan la eterna despedida: 'A ver cuándo nos vemos'.
José Emilio Pacheco
—¿Así que no vas a preguntar? Lo estudié, entrecerrando los ojos. Tenía un mal presentimientos sobre esto. Pero las palabras salieron de mi boca, totalmente fuera de mi control. —¿Por qué te llaman Horse? —Porque me cuelga como a uno —respondió, sonriendo.
Joanna Wylde (Reaper's Property (Reapers MC, #1))
Eres un vino dulce en mi boca, una canción en mi garganta, y la risa en mi corazón.
Patrick Rothfuss (The Wise Man’s Fear (The Kingkiller Chronicle, #2))
they're good fighters, i think proudly as i watch them duke it out. But as the oldest male in the house, it's my duty to break it up. I grab the collar of Carlos's shirt but on Louis's leg and land on the floor with them. Before I can regain my balance, icy cold water is pored on my back. Turning quickly, I catch mi'ama dousing us all, a bucket poised in her fist abouve us while she is wearing her work uniform. She works as a checker for the local grocery store a couple blocks from our house. It doesn't pay a whole heck of a lot, but we don't need much. "Get up" she orders, her fiery attitude out in full force. "Shit, Ma" Carlos says, standing Mi'ama takes what's left in her bucket, sticks her fingers in the icy water, and flicks the liquid in Carlos's face. Luis laughs and before he knows it, he gets flicked with water as well. Will they ever learn? "Any More attitude, Lous?" She asks. "No, ma'am" Louis says, standing as straight as a soilder. "You have any more filthy words to come out of that boca of yours, Carlos?" She dips her hand in the water as a warning. "No, ma'am" echos soldier number two. "And what abot you, Alejandro?" her eyes narrow into slits as she focuses on me "What? I was try'in to break it up" I say innocently, giving her my you-can't-resist-me smile. She flicks water in my face. "That's for not breaking it up sooner. Now get dressed, all of you, and come eat breakfast before school." So much for my you-can't-resist-me smile
Simone Elkeles (Perfect Chemistry (Perfect Chemistry, #1))
então me vens e me chegas e me invades e me tomas e me pedes e me perdes e te derramas sobre mim com teus olhos sempre fugitivos e abres a boca para libertar novas histórias e outra vez me completo assim, sem urgências, e me concentro inteiro nas coisas que me contas, e assim calado, e assim submisso, te mastigo dentro de mim enquanto me apunhalas com lenta delicadeza deixando claro em cada promessa que jamais será cumprida, que nada devo esperar além dessa máscara colorida, que me queres assim porque é assim que és... À beira do mar aberto
Caio Fernando Abreu (Os Dragões não Conhecem o Paraíso)
Abrir los ojos es lo único necesario. El corazón miente y la mente engaña, pero los ojos ven. Mira con los ojos. Escucha con los oídos. Saborea con la boca. Huele con la nariz. Siente con la piel. Y sólo luego piensa, y así sabrás la verdad.
George R.R. Martin (A Game of Thrones (A Song of Ice and Fire, #1))
Ai, nunca mais seus lábios, sua língua, nunca mais sua ardida boca de cebola crua!
Jorge Amado (Dona Flor and Her Two Husbands)
Colecciono palabras: son golosinas en la boca del sonido.
Sally Gardner (Maggot Moon)
¿Ni siquiera te gusto, recuerdas? —Eso es lo que trato de decir. Lo que realmente sale de mi boca es más cercano al primer intento de balbuceo de un bebe.
Susan Ee (Angelfall (Penryn & the End of Days, #1))
Besos aunque sea en la boca.
Ángeles Mastretta (Arráncame la vida)
Quando se deseja realmente dizer alguma coisa, as palavras são inúteis. Remexo o cérebro e elas vêm, não raras, mas toneladas. Deixam sempre um gosto de poeira na boca - a poeira do que se tentava expressar, e elas dissolveram. Quanto mais palavras ocorrem para vestir uma idéia, mais essa idéia resiste a ser identificada. As sucessivas roupas sufocam a sua nudez. E todas as palavras são uma grande bolha de sabão, às vezes brilhante, mas circundando o vazio.
Caio Fernando Abreu
La princesa está triste, ¿qué tendrá la princesa? Los suspiros se escapan de su boca de fresa
Rubén Darío
Up until two years ago, I was one of the top-selling real estate agents in the tricounty area. I went to a convention in Boca Raton. I had one too many margaritas, met a tall, pale, and handsome man in the bar, and woke up a vampire." "I was mistaken for a deer and got shot," I offered." "Oh.
Molly Harper (Nice Girls Don't Have Fangs (Jane Jameson, #1))
Um homem possiu três estômagos: um na barriga, outro no peito e outro na cabeça. O da barriga, toda a gente sabe para que serve; o do peito mastiga a respiração, que é a nossa comida mais urgente. Uma pessoa morre sem ar muito mais depressa do que sem água e pão. E por fim, o estômago da cabeça que se alimenta de palavras e de letras. Os primeiros dois estômagos do homem alimentam-se através da boca e do nariz, aopasso que o terceiro estômago se alimenta principalmente através dos olhos e dos ouvidos, apesar de usar tudo o resto de um modo mais subtil.
Afonso Cruz (O Pintor Debaixo do Lava-Loiças)
La besaron tanto entre Inés y su madre que le quedó la cara como caminada, blanda y oliendo a rouge y polvo rachel de Coty, húmeda alrededor de la boca, un asco que el viento le sacó de un manotazo.
Julio Cortázar (Bestiario)
Entonces mis manos buscan hundirse en tu pelo, acariciar lentamente la profundidad de tu pelo mientras nos besamos como si tuviéramos la boca llena de flores o de peces, de movimientos vivos, de fragancia oscura. Y si nos mordemos el dolor es dulce, y si nos ahogamos en un breve y terrible absorber simultáneo del aliento, esa instantánea muerte es bella. Y hay una sola saliva y un solo sabor a fruta madura, y yo te siento temblar contra mí como una luna en el agua.
Julio Cortázar (Hopscotch)
El mundo lo que tiene es una gran crisis de amor, y de que, al fin y al cabo, no son buenos tiempos para la gente muy sensible.
Samanta Schweblin (Pájaros en la boca)
—¿Te has equivocado de trono? —preguntó la diosa entre dientes. —Desde aquí te puedo ver perfectamente —replicó él, divertido y provocador. —Me ves al cincuenta por ciento, tuerto. —Le guiñó un ojo y se dio la vuelta para dejarle con la palabra en la boca. Freyja y Odín.
Lena Valenti (El libro de Ardan (Saga Vanir, #7))
Te quiero a las diez de la mañana, y a las once, y a las doce del día. Te quiero con toda mi alma y con todo mi cuerpo, a veces, en las tardes de lluvia. Pero a las dos de la tarde, o a las tres, cuando me pongo a pensar en nosotros dos, y tú piensas en la comida o en el trabajo diario, o en las diversiones que no tienes, me pongo a odiarte sordamente, con la mitad del odio que guardo para mí. Luego vuelvo a quererte, cuando nos acostamos y siento que estás hecha para mí, que de algún modo me lo dicen tu rodilla y tu vientre, que mis manos me convencen de ello, y que no hay otro lugar en donde yo me venga, a donde yo vaya, mejor que tu cuerpo. Tú vienes toda entera a mi encuentro, y los dos desaparecemos un instante, nos metemos en la boca de Dios, hasta que yo te digo que tengo hambre o sueño. Todos los días te quiero y te odio irremediablemente. Y hay días también, hay horas, en que no te conozco, en que me eres ajena como la mujer de otro. Me preocupan los hombres, me preocupo yo, me distraen mis penas. Es probable que no piense en ti durante mucho tiempo. Ya ves. ¿Quién podría quererte menos que yo, amor mío?
Jaime Sabines (Los amorosos: Cartas a Chepita)
No nace de pronto la nueva Lena. Nace paso a paso, y luego centímetro a centímetro. Arrastrándome, con las entrañas retorcidas hasta que parecen convertirse en polvo, con la boca llena de sabor a humo. Un dedo tras otro, como una oruga. Así es como viene al mundo esa nueva Lena.
Lauren Oliver (Pandemonium (Delirium, #2))
Niña que duermes bajo la mirada de Dios, te deseo que no la pierdas jamás, que vayas por la vida con la paciencia como tu mejor aliada, que conozcas el placer de la generosidad y la paz de los que no esperan nada, que entiendas tus pesares y sepas acompañar los ajenos. Te deseo una mirada limpia, una boca prudente, una nariz comprensiva, unos oídos incapaces de recordar la intriga, unas lágrimas precisas y atemperadas. Te deseo la fe en una vida eterna, y el sosiego que tal fe concede. Niña, yo te deseo la locura, el valor, los anhelos, la impaciencia. Te deseo la fortuna de los amores y el delirio de la soledad. Te deseo la inteligencia y el ingenio. Te deseo una mirada curiosa, una nariz con memoria, una boca que sonría y maldiga con precisión divina, unas piernas que no envejezcan, un llanto que te devuelva la entereza. Te deseo el sentido del tiempo que tienen las estrellas, el temple de las hormigas, la duda de los templos. Te deseo la fe en los augurios, en la voz de los muertos, en la boca de los aventureros, en la paz de los hombres que olvidan su destino, en la fuerza de tus recuerdos y en el fururo como la promesa, donde cabe todo lo que aún no te sucede.
Ángeles Mastretta (Mal de amores)
Lagrimas ocultas Lagrimas ocultas Se me ponho a cismar em outras eras Em que ri e cantei, em que era q'rida, Parece-me que foi noutras esferas, Parece-me que foi numa outra vida... E a minha triste boca dolorida Que dantes tinha o rir das Primaveras, Esbate as linhas graves e severas E cai num abandono de esquecida! E fico, pensativa, olhando o vago... Toma a brandura plácida dum lago O meu rosto de monja de marfim... E as lágrimas que choro, branca e calma, Ninguém as vê brotar dentro da alma! Ninguém as vê cair dentro de mim!
Florbela Espanca (Livro de Mágoas)
Cuando le he soltado y creía que iba a apartarse, me ha pegado la boca al oído y muy bajito, casi en un susurro, me ha dicho, deteniéndose en cada sílaba, como si me contara un secreto muy importante que yo no debía olvidar: —Su-per-ca-li-fra-gi-lis-ti-co-es-pia-li-do-sa.
Alejandro Palomas (Un hijo)
Me gustaría tanto abandonarme, olvidarme, dormir. Pero no puedo, me sofoco: la existencia me penetra por todas partes, por los ojos, por la nariz, por la boca... Y de golpe, de un sólo golpe, el velo se desgarra, he comprendido, he visto.
Jean-Paul Sartre (Nausea)
Tengo hambre de tu boca, de tu voz, de tu pelo y por las calles voy sin nutrirme, callado, no me sostiene el pan, el alba me desquicia, busco el sonido líquido de tus pies en el día. Estoy hambriento de tu risa resbalada, de tus manos color de furioso granero, tengo hambre de la pálida piedra de tus uñas, quiero comer tu piel como una intacta almendra. Quiero comer el rayo quemado en tu hermosura, la nariz soberana del arrogante rostro, quiero comer la sombra fugaz de tus pestañas y hambriento vengo y voy olfateando el crepúsculo buscándote, buscando tu corazón caliente como un puma en la soledad de Quitratúe
Pablo Neruda
El ardor de ese beso no los abandonó en muchos días y llenó de fantasmas delicados sus noches, dejando su recuerdo en la piel, como una quemadura. La alegría de ese encuentro los transportaba levitando por la calle, los impulsaba a reír sin causa aparente, los despertaba sobresaltados en la mitad de un sueño. Se tocaban los labios con las puntas de los dedos y evocaban exactamente la forma de la boca del otro.
Isabel Allende (Of Love and Shadows)
Quise decirle muchas cosas a la ladrona de libros, sobre la belleza y la crueldad, pero ¿qué podía contarle sobre todo eso que ella no supiera? Quise explicarle que no dejo de sobreestimar e infravalorar a la raza humana, que pocas veces me limito únicamente a valoraría. Quise preguntarle cómo un mismo hecho puede ser espléndido y terrible a la vez, y una misma palabra, dura y sublime. Sin embargo, no abrí la boca. Sólo conseguí hablar para confiarle a Liesel Meminger la única verdad que hago mía. Se lo dije a la ladrona de libros, y ahora te lo digo a ti. ÚLTIMA NOTA DE LA NARRADORA Los humanos me acechan.
Markus Zusak (The Book Thief)
Vês! Ninguém assistiu ao formidável Enterro de tua última quimera. Somente a Ingratidão - esta pantera - Foi tua companheira inseparável! Acostuma-te à lama que te espera! O Homem, que, nesta terra miserável, Mora, entre feras, sente inevitável Necessidade de também ser fera. Toma um fósforo. Acende teu cigarro! O beijo, amigo, é a véspera do escarro, A mão que afaga é a mesma que apedreja. Se a alguém causa inda pena a tua chaga, Apedreja essa mão vil que te afaga, Escarra nessa boca que te beija!
Augusto dos Anjos (Eu e Outras Poesias)
—Estás loca —comentó en apenas un susurro. —Cuéntame algo que no sepa. —Que estás preciosa cuando te ríes así. —¿Así cómo? —inquirí. Me mordí el labio inferior y a él se le escapó un suspiro. Tardó tanto en contestar que creí que no lo haría. —Como si la felicidad te estuviera besando en la boca.
Victoria Vilchez (¿Y si de verdad te quiero?)
Recordaba con precisión cada una de las cosas que me había dicho y de un «espero que nos veamos pronto» sacaba la certidumbre de que él sufría mi ausencia tanto como yo la suya y que se pasaba los días contando el tiempo que le faltaba para verme por casualidad. Me gustaba pensar en su boca, en la sensación que me recorría el cuerpo cuando me besaba la mano como saludo y despedida.
Ángeles Mastretta (Arráncame la vida)
ARTE MAGNÉTICA DE tanto amar y andar salen los libros. Y si no tienen besos o regiones y si no tienen hombre a manos llenas, si no tienen mujer en cada gota, hambre, deseo, cólera, caminos, no sirven para escudo ni campana: están sin ojos y no podrán abrirlos, tendrán la boca muerta del precepto. Amé las genitales enramadas y entre sangre y amor cavé mis versos, en tierra dura establecí una rosa disputada entre el fuego y el rocío. Por eso pude caminar cantando.
Pablo Neruda
Te desejo uma fé enorme, em qualquer coisa, não importa o quê, como aquela fé que a gente teve um dia, me deseja também uma coisa bem bonita, uma coisa qualquer maravilhosa, que me faça acreditar em tudo de novo, que nos faça acreditar em tudo outra vez, que leve para longe da minha boca este gosto podre de fracasso, este travo de derrota sem nobreza.
Caio Fernando Abreu (Morangos Mofados)
—¿Qué tanto me miras? — pregunto con timidez. Podía haberle dicho cualquier cosa, podía haberle dicho que me gustaba su peinado, o que me agradaban loa aretes que traía puestos, pero mi boca se desconectó de mi cuerpo. —Es que eres muy hermosa—dije en un susurro apenas audible.
Lolo Mayaya (Sweet Temptation (Divine Temptations #1))
Um livro essencial para compreender o nosso tempo, especialmente a parte da tarde.
Ricardo Araújo Pereira (Boca do Inferno)
Yo no soy de ningún bando —repuso Fermín—. Es más, las banderas me parecen trapos de colores que huelen a rancio y me basta ver a cualquiera que se envuelva en ellas y se le llene la boca de himnos, escudos y discursos para que me entren cagarrinas. Siempre he pensado que el que siente mucho apego a un rebaño es que tiene algo de borrego. El prisionero del cielo
Carlos Ruiz Zafón
-En mis ojos, fuiste mía desde el momento en el que te vi en el Starbucks con tu amiga. En mi mente, eres mía desde que trabajas en las cocinas y te vi sonreír. En mi cabeza, eres mía desde que probé la nata que tenías en la boca aquel día que te caíste. En mi corazón, eres mía desde que, como una leona, me hiciste el amor en el almacén. Y en mi vida, eres mía desde que hoy te he tenido para mí y me he dado cuenta de que eres mi mujer.
Megan Maxwell
«Yo la conozco desde hace más tiempo», decía mi sonrisa. «Sí, tú has estado entre sus brazos, has probado el sabor de su boca, has sentido su calor, y eso es algo que yo nunca he tenido. Pero hay una parte de ella que es solo para mí. Tú no puedes tocarla, por mucho que te esfuerces. Y cuando te deje, yo seguiré estando aquí, haciéndola reír. Y mi luz brillará en ella. Yo seguiré estando aquí mucho después de que ella haya olvidado tu nombre.»
Patrick Rothfuss (The Name of the Wind (The Kingkiller Chronicle, #1))
Desencanto Eu faço versos como quem chora De desalento... de desencanto... Fecha o meu livro, se por agora Não tens motivo nenhum de pranto. Meu verso é sangue. Volúpia ardente... Tristeza esparsa... remorso vão... Dói-me nas veias. Amargo e quente, Cai, gota a gota, do coração. E nestes versos de angústia rouca Assim dos lábios a vida corre, Deixando um acre sabor na boca. - Eu faço versos como quem morre.
Manuel Bandeira
sabes por vezes queria beijar-te sei que consentirias mas se nos tivéssemos dado um ao outro ter-nos-íamos separado porque os beijos apagam o desejo quando consentidos foi melhor sabermos quanto nos queríamos sem ousarmos sequer tocar nossos corpos hoje tenho pena parto com essa ferida tenho pena de não ter percorrido o teu corpo como percorro os mapas com os dedos teria viajado em ti do pescoço às mãos da boca ao sexo tenho pena de nunca ter murmurado o teu nome acordado perto de ti as noites teriam sido de ouro e as mãos teriam guardado o sabor do teu corpo
Al Berto (O Medo)
No era un dolor de músculos entumecidos, sino de tristezas acumuladas y de abandono
Isabel Allende (Cuentos de Eva Luna)
God’s love for the biggest sinner is greater than the love of the holiest man for God
Arsenie Boca
—A veces, Clark, tú eres la única razón que tengo para levantarme por las mañanas. —Entonces, vamos a alguna parte. —Las palabras salieron de mi boca antes incluso de que supieraque iba a pronunciarlas. —¿Qué? —Vamos a alguna parte. Una semana, solo para divertirnos. Tú y yo. Ni uno solo de estos... Will esperó. —¿Imbéciles? —... imbéciles. Di que sí, Will. Vamos.
Jojo Moyes (Me Before You (Me Before You, #1))
Ya no tengo ni encuentro palabras con las que pedir misericordia. Baldía y fea como una rodilla desnuda es mi alma. Busco un poema que no encuentro, el poema de un cuerpo a quien la desesperación pobló súbitamente en su carne, de mil bocas grandiosas, de dos mil labios gritadores. A mis oídos llegan voces distantes, resplandores pirotécnicos, pero yo estoy aquí solo, agarrado por mi tierra de miseria como con nueve pernos.
Roberto Arlt (El juguete rabioso)
—El amor no es esperar angustiado a que responda un mensaje ni medir cuánto vales por la atención que te preste un día, a sabiendas de que el viento soplará en otra dirección y ella cambiará de parecer el siguiente. —Esa es la emoción de… —No. Eso es el amor mal entendido. Si te hace sufrir, no es amor. Amar es divertido. Superdivertido, en realidad. —Esbozó una sonrisa preciosa, clara, fiable—. Te sientes tan cómodo y tan tú con el otro que casi podrías hacer cualquier cosa. Te sientes capaz. Y os reís con la boca llena, peleando, cocinando y hasta en la cama. David, de verdad…, el amor es mucho más ligero que todo lo que has sentido. Te hace volar,
Elísabet Benavent (Un cuento perfecto)
Porque te tengo y no porque te pienso porque la noche está de ojos abiertos porque la noche pasa y digo amor porque has venido a recoger tu imagen y eres mejor que todas tus imágenes porque eres linda desde el pie hasta el alma porque eres buena desde el alma a mí porque te escondes dulce en el orgullo pequeña y dulce corazón coraza porque eres mía porque no eres mía porque te miro y muero y peor que muero si no te miro amor si no te miro porque tú siempre existes dondequiera pero existes mejor donde te quiero porque tu boca es sangre y tienes frío tengo que amarte amor tengo que amarte aunque esta herida duela como dos aunque te busque y no te encuentre y aunque la noche pase y yo te tenga y no.
Mario Benedetti
Tu cuerpo necesita algo frío. En eso consiste todo. Tu cuerpo necesita el frío e intenta crearlo, porque no lo encuentra en ninguna parte. Tu cabeza no puede ser, porque es de donde sale el calor, así que se centra en otros órganos. En el estómago. En el hígado. En los pulmones. Y, poco a poco, te das cuenta de que tu cuerpo arde por fuera, pero que estás helado por dentro. Tu cabeza está siempre alerta y se prepara para todas las posibilidades, pero cuando cierras los ojos siempre hay fondos blancos con líneas negras que se mueven en todas direcciones y, cuando coges aire, nunca es suficiente porque hay demasiadas cosas que podrían salir mal, y abres la boca y aún te cabe más aire que no eres capaz de coger, y no sabes qué hacer para conseguirlo, para conseguir eso o para conseguir nada, porque nunca eres el mejor. Nunca eres suficiente. Nunca sabes cómo moverte o qué decir o qué hacer y te da la sensación de que todos lo saben y así es como se siente la ansiedad.
Clara Cortés (Cosas que escribiste sobre el fuego)
Nuestro sistema solar tiene nueve planetas, siendo Saturno el más grande. Las formas de vida de Saturno son silenciosas. No necesitan boca porque se comunican a través del pensamiento, no del habla. «Quiero quedarme en mi habitación», le dice mentalmente un joven saturnino a su madre. Su madre lo comprende a la perfección. Capta el significado de lo que le dice de un modo que los monosílabos hablados de la Tierra jamás serán capaces de replicar. Sabe que a su hijo le apetece estar un rato a solas, sin que le pregunten si está bien, sin que se preocupen por él, sin necesidad de ir dejándole folletos explicativos por toda la casa.
Joe Dunthorne (Submarine)
Porque de pronto, quiero escuchar sus huesos crujir. Quiero sentir la suavidad que ofrece su carne, escuchar su grito de asombro mientras el hueso de mi cadera se estrella contra ella. Quiero tirar su cabeza hacia atrás hasta que su cuello está expuesto. Quiero rasgar mis manos por su cabello hasta que su respiración sea entrecortada. Quiero hacerla llorar y lamer sus lágrimas. Y luego quiero llevar mi boca a la de ella, devorarla en vida....
Gayle Forman
A daffodil bulb will divide and redivide endlessly. That's why, like the peony, it is one of the few flowers you can find around abandoned farmhouses, still blooming and increasing in numbers fifty years after the farmer and his wife have moved to heaven, or the other place, Boca Raton. If you dig up a clump when no one is nearby and there is no danger of being shot, you'll find that there are scores of little bulbs in each clump, the progeny of a dozen or so planted by the farmer's wife in 1942. If you take these home, separate them, and plant them in your own yard, within a couple of years, you'll have a hundred daffodils for the mere price of a trespassing fine or imprisonment or both. I had this adventure once, and I consider it one of the great cheap thrills of my gardening career. I am not advocating trespassing, especially on my property, but there is no law against having a shovel in the trunk of your car.
Cassandra Danz (Mrs. Greenthumbs: How I Turned a Boring Yard into a Glorious Garden and How You Can, Too)
Vem, o tempo urge... as constelações já iniciaram o movimento de mudança de hemisfério, e as dunas fenderam-se onde o mar avançou, e o mar toca-nos os olhos e o sono. Vem, antes que os cardos se espalhem com o vento, e a geada esconda a água dos poços, e a noite acabe, assim, sem prevenir, dentro de uma mão que se fecha à luz. Vem, antes que os meus olhos só vejam o que tu não vês, e as minhas mãos já não toquem o que tu tocaste... e a tua boca se canse de procurar o que de ti ainda possuo, e do teu nome não reste mais que uma metade do meu.
Al Berto (O Anjo Mudo)
— Esto es enamorarse. — Con su dedo, zaca un poco de Nutella del interior de su crêpe y pone una cucharada en la parte interior de mi muñeca. Está caliente y limoso y comienza a derretirse contra mi piel pegajosa, pero antes de que tenga la oportunidad de deslizarse lejos, Willem lame su pulgar y limpia la mancha de Nutella y lo lleva a su boca. Todo sucede rápido, como un lagarto liquidando una mosca. — Esto es amar. — Y aquí me quita la otra muñeca, la que tiene el reloj en ella, y se mueve alrededor de la correa hasta que ve lo que está buscando. Una vez más, se lame el dedo. Sólo que esta vez, él lo frota contra mi marca de nacimiento, con fuerza, como si estuviera tratando de fregar. — ¿Amar es una marca de nacimiento? — Bromeo mientras retracto mi brazo. Pero mi voz tiene un temblor en ella, y el lugar donde su huella húmeda se seca sobre mi piel arde de alguna manera. — Es algo que nunca sale, no importa cuánto pueda ser que desees que lo haga.
Gayle Forman (Just One Day (Just One Day, #1))
Tú me quieres alba, Me quieres de espumas, Me quieres de nácar. Que sea azucena Sobre todas, casta. De perfume tenue. Corola cerrada Ni un rayo de luna Filtrado me haya. Ni una margarita Se diga mi hermana. Tú me quieres nívea, Tú me quieres blanca, Tú me quieres alba. Tú que hubiste todas Las copas a mano, De frutos y mieles Los labios morados. Tú que en el banquete Cubierto de pámpanos Dejaste las carnes Festejando a Baco. Tú que en los jardines Negros del Engaño Vestido de rojo Corriste al Estrago. Tú que el esqueleto Conservas intacto No sé todavía Por cuáles milagros, Me pretendes blanca (Dios te lo perdone), Me pretendes casta (Dios te lo perdone), ¡Me pretendes alba! Huye hacia los bosques, Vete a la montaña; Límpiate la boca; Vive en las cabañas; Toca con las manos La tierra mojada; Alimenta el cuerpo Con raíz amarga; Bebe de las rocas; Duerme sobre escarcha; Renueva tejidos Con salitre y agua; Habla con los pájaros Y lévate al alba. Y cuando las carnes Te sean tornadas, Y cuando hayas puesto En ellas el alma Que por las alcobas Se quedó enredada, Entonces, buen hombre, Preténdeme blanca, Preténdeme nívea, Preténdeme casta.
Alfonsina Storni (Antología poética)
—Hay tres preguntas que toda mujer debe ser capaz de responder afirmativamente antes de comprometerse con un hombre. Si tu respuesta es no a alguna de las tres preguntas, corre como el infierno. —Es sólo una cita —me río—. Dudo que vayamos a hacer algún compromiso. —Sé que no lo harás, Lake. Hablo en serio. Si no puedes responder sí a estas tres preguntas, ni siquiera pierdas el tiempo en una relación. Cuando abro mi boca, siento como que estoy reforzando el hecho de que soy su niña. No la interrumpo de nuevo. —¿Él te trata con respeto en todo momento? Esa es la primera pregunta. La segunda pregunta es, si es exactamente la misma persona dentro de veinte años que es hoy, ¿todavía querrías casarte con él? Y por último, ¿hace que quieras ser una mejor persona? Si encuentras a alguien que te haga responder afirmativamente a las tres, entonces has encontrado un buen hombre.
Colleen Hoover (Slammed (Slammed, #1))
- Me miras, de cerca me miras, cada vez más de cerca y entonces jugamos al cíclope, nos miramos cada vez más de cerca y los ojos se agrandan, se acercan entre si, se superponen y los cíclopes se miran, respirando confundidos, las bocas se encuentran y luchan tibiamente, mordiéndose con los labios, apoyando apenas la lengua en los dientes, jugando en sus recintos donde un aire pesado va y viene con un perfume viejo y un silencio. Entonces mis manos buscan hundirse en tu pelo, acariciar lentamente la profundidad de tu pelo mientras nos besamos cómo si tuviéramos la boca llena de flores o de peces, de movimientos vivos, de fragancia oscura.
Julio Cortázar
Me gustas cuando callas porque estás como ausente, y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca. Parece que los ojos se te hubieran volado y parece que un beso te cerrara la boca. . Como todas las cosas están llenas de mi alma emerges de las cosas, llena del alma mía. Mariposa de sueño, te pareces a mi alma, y te pareces a la palabra melancolía. . Me gustas cuando callas y estás como distante. Y estás como quejándote, mariposa en arrullo. Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza: Déjame que me calle con el silencio tuyo. . Déjame que te hable también con tu silencio claro como una lámpara, simple como un anillo. Eres como la noche, callada y constelada. Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo. . Me gustas cuando callas porque estás como ausente. Distante y dolorosa como si hubieras muerto. Una palabra entonces, una sonrisa bastan. Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto.
Pablo Neruda (Twenty Love Poems and a Song of Despair)
Nunca la conoceré del todo”, pensó, como en una repentina y dolorosa revelación.
Estaba ahí, al alcance de su mano y de su boca. En cierto modo estaba sin defensa ¡pero qué lejana, qué inaccesible que estaba! Intuía que grandes abismos la separaban (no solamente el abismo del sueño sino otros) y que para llegar hasta el centro de ella habría que marchar durante jornadas temibles, al borde de vol canes en erupción, entre llamaradas y tinieblas. “Nunca”, pensó, “nunca”.
”Pero me necesita, me ha elegido”, pensó también. De alguna manera lo había buscado y elegido a él, para algo que no alcanzaba comprender. Y le había contado cosas que estaba seguro jamás había contado a nadie, y presentía que le contaría muchas otras, todavía más terribles y hermosas que las que ya le había confesado. Pero también intuía que había otras que nunca, pero nunca le sería dado conocer. Y esas sombras misteriosas e inquietantes ¿no serían las más verdaderas de su alma, las únicas de verdadera importancia?
Ernesto Sabato (Sobre héroes y tumbas)
Niña, yo te deseo la locura, el valor, los anhelos, la impaciencia. Te deseo la fortuna de los amores y el delirio de la soledad. Te deseo el gusto por los cometas, por el agua y los hombres. Te deseo la inteligencia y el ingenio. Te deseo una mirada curiosa, una nariz con memoria, una boca que sonría y maldiga con precisión divina, unas piernas que no envejezcan, un llanto que te devuelva la entereza. Te deseo el sentido del tiempo que tienen las estrellas, el temple de las hormigas, la duda de los templos. Te deseo la fe en los augurios, en la voz de los muertos, en la boca de los aventureros, en la paz de los hombres que olvidan su destino, en la fuerza de tus recuerdos y en el futuro como la promesa donde cabe todo lo que aún no te sucede. Amén.
Ángeles Mastretta
There was no Disney World then, just rows of orange trees. Millions of them. Stretching for miles And somewhere near the middle was the Citrus Tower, which the tourists climbed to see even more orange trees. Every month an eighty-year-old couple became lost in the groves, driving up and down identical rows for days until they were spotted by helicopter or another tourist on top of the Citrus Tower. They had lived on nothing but oranges and come out of the trees drilled on vitamin C and checked into the honeymoon suite at the nearest bed-and-breakfast. "The Miami Seaquarium put in a monorail and rockets started going off at Cape Canaveral, making us feel like we were on the frontier of the future. Disney bought up everything north of Lake Okeechobee, preparing to shove the future down our throats sideways. "Things evolved rapidly! Missile silos in Cuba. Bales on the beach. Alligators are almost extinct and then they aren't. Juntas hanging shingles in Boca Raton. Richard Nixon and Bebe Rebozo skinny-dipping off Key Biscayne. We atone for atrocities against the INdians by playing Bingo. Shark fetuses in formaldehyde jars, roadside gecko farms, tourists waddling around waffle houses like flocks of flightless birds. And before we know it, we have The New Florida, underplanned, overbuilt and ripe for a killer hurricane that'll knock that giant geodesic dome at Epcot down the trunpike like a golf ball, a solid one-wood by Buckminster Fuller. "I am the native and this is my home. Faded pastels, and Spanish tiles constantly slipping off roofs, shattering on the sidewalk. Dogs with mange and skateboard punks with mange roaming through yards, knocking over garbage cans. Lunatics wandering the streets at night, talking about spaceships. Bail bondsmen wake me up at three A.M. looking for the last tenant. Next door, a mail-order bride is clubbed by a smelly ma in a mechanic's shirt. Cats violently mate under my windows and rats break-dance in the drop ceiling. And I'm lying in bed with a broken air conditioner, sweating and sipping lemonade through a straw. And I'm thinking, geez, this used to be a great state. "You wanna come to Florida? You get a discount on theme-park tickets and find out you just bough a time share. Or maybe you end up at Cape Canaveral, sitting in a field for a week as a space shuttle launch is canceled six times. And suddenly vacation is over, you have to catch a plane, and you see the shuttle take off on TV at the airport. But you keep coming back, year after year, and one day you find you're eighty years old driving through an orange grove.
Tim Dorsey (Florida Roadkill (Serge Storms, #1))
¿La historia se repite? ¿O se repite sólo como penitencia de quienes son incapaces de escucharla? No hay historia muda. Por mucho que la quemen, por mucho que la rompan, por mucho que la mientan, la historia humana se niega a callarse la boca. El tiempo que fue sigue latiendo, vivo, dentro del tiempo que es, aunque el tiempo que es no lo quiera o no lo sepa. El derecho de recordar no figura entre los derechos humanos consagrados por las Naciones Unidas, pero hoy es más que nunca necesario reivindicarlo y ponerlo en práctica: no para repetir el pasado, sino para evitar que se repita; no para que los vivos seamos ventrílocuos de los muertos, sino para que seamos capaces de hablar con voces no condenadas al eco perpetuo de la estupidez y la desgracia. Cuando está de veras viva, la memoria no contempla la historia, sino que invita a hacerla. Más que en los museos, donde la pobre se aburre, la memoria está en el aire que respiramos; y ella, desde el aire, nos respira.
Eduardo Galeano (Upside Down: A Primer for the Looking-Glass World)
-Niña- dijo Milagros con la solemnidad de una sacerdotisa-, yo te deseo la locura, el valor, los anhelos, la impaciencia. Te deseo la fortuna de los amores y el delirio de la soledad. Te deseo el gusto por los cometas, por el agua y los hombres. Te deseo la inteligencia y el ingenio. Te deseo una mirada curiosa, una nariz con memoria, una boca que sonría y maldiga con precisión divina, unas piernas que no envejezcan, un llanto que te devuelva la entereza. Te deseo el sentido del tiempo que tienen las estrellas, el temple de las hormigas, y la duda de los templos. Te deseo la fe en los augurios, en la voz de los muertos, en la boca de los aventureros, en la paz de los hombres que olvidan su destino, en la fuerza de tus recuerdos y el futuro como la promesa donde cabe todo lo que aún no te sucede. Amen.
Ángeles Mastretta (Mal de amores)
Shepley trotó alrededor de la parte delantera del Charger, y luego se deslizó en el asiento del conductor. —Todavía estoy tomando la posición oficial de que esto es una mala idea. —Anotado. —Entonces, ¿a dónde? —Steiner. —¿La joyería? —Sip. —¿Por qué, Travis? —dice Shepley, su voz más severa que antes. —Ya verás. Niega con su cabeza. —¿Estás tratando de ahuyentarla? —Va a suceder, Shep. Sólo quiero tenerlo. Para cuando llegue el momento. —No hay momento en el corto plazo ahora mismo. Estoy tan enamorado de América que me vuelve loco a veces, pero no somos lo suficiente mayores para esa mierda, todavía, Travis. Y… ¿qué si ella dice que no? Mis dientes se apretaron ante la idea. —No se lo pediré hasta que sepa que está lista. La boca se Shepley tira hacia un lado. —Justo cuando crees que no puedes conseguir nada más loco, haces algo más para recordarme que estas mucho más allá del loco palo de mierda. —Espera a ver la roca que voy a recibir. Shepley estiró su cuello lentamente en mi dirección. —Ya has estado allí de compras, ¿cierto? Sonreí.
Jamie McGuire (Walking Disaster (Beautiful, #2))
- Dejame seguir, che. Yo te diría que eso que vos definís como manía o entusiasmo es algo particularmente masculino, sobre todo a partir de la edad adulta, porque es archisabido que en los hombres el niño se conserva mejor que en las mujeres. - Como quieras, en todo caso yo buscaré siempre esas mujeres que se inventan cada cinco minutos el aeroplano o el submarino, figuramente hablando, que no pueden ver un par de tijeras y una hoja de papel sin recortar un conejito, que cocinan echando miel en vez de aceite en la sartén para ver qué pasa con las costillas de cerdo, y que en cualquier momento se ponen el rimmel en la boca y el rouge en las cejas. - Mutatis mutandis, vos querés que sean como vos, rimmel aparte. - No que sean como yo, pero que me hagan sentirme yo mismo a cada minuto. - Las musas, en una palabra. - No es por eqoísmo ni porque ande necesitando palancas para mover el mundo. Solamente que vivir con una mujer pasiva me aplasta poco a poco, me quita las ganas de cambiarle la yerba al mate, de cantar a gritos mientras me baño; hay como una especie de sorda llamada al orden, de cada cosa en su lugar, el canario está triste, la leche no se va al fuego, es siniestro.
Julio Cortázar (Libro de Manuel)
Hay secretos de la boca y secretos del corazón. La mayoría de los secretos son secretos de la boca. Chismes compartidos y pequeños escándalos susurrados. Esos secretos ansían liberarse por el mundo. Un secreto de la boca es como una china metida en la bota. Al principio apenas la notas. Luego se vuelve molesta, y al final, insoportable. Los secretos de la boca crecen cuanto más los guardas, y se hinchan hasta presionar contra tus labios. Luchan para que los liberes. Los secretos del corazón son diferentes. Son íntimos y dolorosos, y queremos, ante todo, escondérselos al mundo. No se hinchan ni presionan buscando una salida. Moran en el corazón, y cuando más se los guarda, más pesados se vuelven. Teccam sostiene que es mejor tener la boca llena de veneno que un secreto del corazón. Cualquier idiota sabe escupir el veneno, dice, pero nosotros guardamos esos tesoros dolorosos. Tragamos para contenerlos todos los días, obligándolos a permanecer en lo más profundo de nosotros. Allí se quedan, volviéndose cada vez más pesados, enconándose. Con el tiempo, no pueden evitar aplastar el corazón que los contiene.
El Temor de un Hombre Sabio (pag. 590-91) - Patrick Rothfuss
Furia la sorprendió tomándola entre sus brazos y pegándola a su cuerpo. Le suplicó al oído: —Rafaela, no quiero que mañana se arripienta de ser mi mujer. Deténgame aura si mañana sentirá asco de mí. La sonrisa suave de Rafaela lo desarmó. No recordaba haberla visto tan tranquila ni dueña de sí. Lo que ella expresó a continuación, le arrancó lágrimas, a él ,que desde la muerte de sus padres no había vuelto a derramarlas. —Lo amo, señor Furia, así como es usted, mal hablado, pendenciero, con argollas en la oreja, con un genio que hace honor a su apellido y hasta con olor a caballo. Lo amo como nunca amé a nadie porque nunca conocí a nadie con su nobleza, su pasión por el trabajo y su respeto por el prójimo. Lo admiro por su coraje, señor Furia, y por su orgullo sin vanidad. Lo amo porque usted es de las pocas personas que le mostró cariño a Mimita. Pero sobre todo lo amo porque a su lado no tengo miedo. —¡Rafaela! —exclamó, enloquecido, y la abrazó con fiereza, sacudiéndola como si se tratase de una muñeca rellena de estopa en su codicia por conquistar con la boca y las manos cada centímetro de su cuerpo. Ella siguió hablándole, con el aliento entrecortado, con la cabeza echada hacia atrás y el cuello expuesto a los besos, los mordiscos y a la intemperancia del gaucho. —No lo conozco. Poco sé de su vida y de su índole. Sin embargo, confío, confío ciegamente en usted, señor Furia.
Florencia Bonelli (Me llaman Artemio Furia)
Besos Hay besos que pronuncian por sí solos la sentencia de amor condenatoria, hay besos que se dan con la mirada hay besos que se dan con la memoria. Hay besos silenciosos, besos nobles hay besos enigmáticos, sinceros hay besos que se dan sólo las almas hay besos por prohibidos, verdaderos. Hay besos que calcinan y que hieren, hay besos que arrebatan los sentidos, hay besos misteriosos que han dejado mil sueños errantes y perdidos. Hay besos problemáticos que encierran una clave que nadie ha descifrado, hay besos que engendran la tragedia cuantas rosas en broche han deshojado. Hay besos perfumados, besos tibios que palpitan en íntimos anhelos, hay besos que en los labios dejan huellas como un campo de sol entre dos hielos. Hay besos que parecen azucenas por sublimes, ingenuos y por puros, hay besos traicioneros y cobardes, hay besos maldecidos y perjuros. Judas besa a Jesús y deja impresa en su rostro de Dios, la felonía, mientras la Magdalena con sus besos fortifica piadosa su agonía. Desde entonces en los besos palpita el amor, la traición y los dolores, en las bodas humanas se parecen a la brisa que juega con las flores. Hay besos que producen desvaríos de amorosa pasión ardiente y loca, tú los conoces bien son besos míos inventados por mí, para tu boca. Besos de llama que en rastro impreso llevan los surcos de un amor vedado, besos de tempestad, salvajes besos que solo nuestros labios han probado. ¿Te acuerdas del primero...? Indefinible; cubrió tu faz de cárdenos sonrojos y en los espasmos de emoción terrible, llenáronse de lágrimas tus ojos. ¿Te acuerdas que una tarde en loco exceso te vi celoso imaginando agravios, te suspendí en mis brazos... vibró un beso, y qué viste después...? Sangre en mis labios. Yo te enseñé a besar: los besos fríos son de impasible corazón de roca, yo te enseñé a besar con besos míos inventados por mí, para tu boca. Este maravilloso poema de Gabriela Mistral, nos describe de una manera muy simple y sentida, una de las grandes expresiones de amor o quizas las principal. Me he tomado el trabajo de narrarlo, asumiendo el riesgo de no ser capaz de transmitir la verdadera intensidad o altura que tienen las palabras de esta destacada artista de las letras. Lucila de María Godoy Alcayaga, conocida como Gabriela Mistral. Nacida en Vicuña, Chile el 7 de abril de 1889 y fallecida Nueva York, el 10 de enero de 1957, Poetisa, diplomática, y pedagoga. Gabriela Mistral, una de las principales figuras de la literatura chilena y latinoamericana, fue la primera persona de América Latina en ganar el Premio Nobel de Literatura,2 que recibió en 1945.
Gabriela Mistral
La Historia inmortal hace cosas raras cuando se cruza con el amor de los cuerpos mortales. O quizás no, y es sólo que el amor de la carne no aflora a esa versión oficial de la historia que termina siendo la propia Historia, con una mayúscula severa, rigurosa, perfectamente equilibrada entre los ángulos rectos de todas sus esquinas, que apenas condesciende a contemplar los amores del espíritu, más elevados, sí, pero también mucho más pálidos, y por eso menos decisivos. Las barras de carmín no afloran a las páginas de los libros. Los profesores no las tienen en cuenta mientras combinan factores económicos, ideológicos, sociales, para delimitar marcos interdisciplinares y exactos, que carecen de casillas en las que clasificar un estremecimiento, una premonición, el grito silencioso de dos miradas que se cruzan, la piel erizada y la casualidad inconcebible de un encuentro que parece casual, a pesar de haber sido milimétricamente planeado en una o muchas noches en blanco. En los libros de Historia no caben unos ojos abiertos en la oscuridad, un cielo delimitado por las cuatro esquinas del techo de un dormitorio, ni el deseo cocinándose poco a poco, desbordando los márgenes de una fantasía agradable, una travesura intrascendente, una divertida inconveniencia, hasta llegar a hervir en la espesura metálica del plomo derretido, un líquido pesado que seca la boca, y arrasa la garganta, y comprime el estómago, y expande por fin las llamas de su imperio para encender una hoguera hasta en la última célula de un pobre cuerpo humano, mortal, desprevenido. Los amores del espíritu son más elevados, pero no aguantan ese tirón. Nada, nadie lo aguanta.
Almudena Grandes (Inés y la alegría (Episodios de una guerra interminable, #1))
Cuando la luna me ciega con su fulgor eterno, tu luz tenue apacigua mi espíritu. Que no seas eterno inspira más poemas en mi piel que las mil historias que relato, puesto que al saber que prescindo de tu amor, le atesoro más que las más valiosas joyas. Nada en mi constante existencia ha significado más que tú, mi maravilloso compañero. Ningún extremo más que el ardor de tu mirada, suaviza el fruncir de mi ceño. Eres implacable certeza, exquisita quietud, divina fuente de paz. Eres todo y calmas a la nada que desea disiparme con impasividad. Mi deseo, mi lucero, mi luna extrañamente cercana a mi planeta. Te veo soñar y anhelo ser el rostro que se entremeta en tus convalecientes quimeras, para en un rato abrir esas ventanas fulgurosas de alma transparente y desear... desear que jamás nos separe un suspiro más, porque años han sido nuestros verdugos infinitos. Quien merece amor como el nuestro lo obtiene, mi dulce espíritu ambivalente. Quien desea de corazón meterse en los labios de una musa errante, obtiene lo que has tenido, un sabor de mil sabores que no se comparte. Una boca de mil bocas que cuentan historias de mil historias, pero cuya principal promesa eres tú, mi exquisito ángel caído del paraíso. Y si adorarte se vuelve mi mayor testigo, culpable del crimen soy al que me han sometido, puesto que en mi vida, mayor serenidad que en ti no hay, ni mayor anhelo que busque mi psique desazonada y sazonada por tu bello rostro. Todo y nada vale la pena de entremeterme entre tus labios. Todo y nada, mi dulce ángel de sueños entrelazados.
Mariela Villegas Rivero (Mujer de Fuego)
En su Teofanía, Teccam habla de los secretos y los llama "tesoros dolorosos de la mente". Explica que lo que la mayoría de la gente considera secretos no lo son en realidad. Los misterios, por ejemplo, no son secretos. Tampoco lo son los hechos poco conocidos ni las verdades olvidadas. Un secreto, explica Teccam, es un conocimiento cierto activamente ocultado. Los filósofos llevan siglos cuestionando su definición. Señalan los problemas lógicos, las lagunas, las excepciones. Pero en todo este tiempo ninguno ha conseguido presentar una definición mejor. Quizá eso nos aporte más información que todas las objeciones juntas. En un capítulo posterior, menos conocido y menos discutido, Teccam expone que existen dos tipos de secretos. Hay secretos de la boca y secretos del corazón. La mayoría de los secretos son secretos de la boca. Chismes compartidos y pequeños escándalos susurrados. Esos secretos ansían liberarse por el mundo. Un secreto de la boca es como una china metida en la bota. Al principio apenas la notas. Luego se vuelve molesta, y al final, insoportable. Los secretos de la boca crecen cuanto más los guardas, y se hinchan para presionar contra tus labios. Luchan para que los liberes. Los secretos del corazón son diferentes. Son íntimos y dolorosos, y queremos, ante todo, escondérselos al mundo. No se hinchan ni presionan buscando una salida. Moran en el corazón, y cuanto más se los guarda, más pesados se vuelven. Teccam sostiene que es mejor tener la boca llena de veneno que un secreto del corazón. Cualquier idiota sabe escupir el veneno, dice, pero nosotros guardamos esos tesoros dolorosos. Tragamos para contenerlos todos los días, obligándolos a permanecer en lo más profundo de nosotros. Allí se quedan, volviéndose cada vez más pesados, enconándose. Con el tiempo, no pueden evitar aplastar el corazón que los contiene. Los filósofos modernos desprecian a Teccam, pero son buitres picoteando los huesos de un gigante. Cuestionad cuanto queráis: Teccam entendía la forma del mundo.
Patrick Rothfuss (The Wise Man’s Fear (The Kingkiller Chronicle, #2))