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Cuatro nombres sirven especialmente, entre muchos otros en el sánscrito, para designar las diferentes ramas del saber esotérico, y aun el mismo de los Purânas exotéricos. 1º la Yajna Vidya, que es el conocimiento de los poderes ocultos que pueden despertarse en la Naturaleza por ciertas ceremonias y ciertos ritos religiosos; 2º la Maha Vidya “La Gran Ciencia”, respecto de la cual es a veces la magia de los cabalistas y la de los tantrikas, una hechicería de la peor especie; 3º, la Gupta– Vidya, la ciencia de los poderes místicos contenidos en el sonido (éter) y que son despertados por los Mantras (plegarias, cantos o encantamientos), cuyo efecto depende del ritmo y la melodía; una operación mágica, en fin, basada sobre el conocimiento de las fuerzas de la Naturaleza y su correlación, y 4º, el Alma Vidya que equivale a las palabras Ciencia del Alma o Sabiduría Verdadera cuyo sentido, entre los Orientales, alcanza una extensión mucho más considerable, que entre nosotros los europeos. Esta última ciencia del Alma Vidya es la sola especie del ocultismo a que debe aspirar todo teosofista admirador de “Luz sobre el sendero”, o la que desea llegar a ser un sabio despojándose del egoísmo. Las otras son solamente ramas de las “Ciencias ocultas”, es decir, partes basadas sobre el conocimiento de la esencia de las cosas en los diferentes reinos de la Naturaleza –minerales, plantas, animales –ciencias materiales en suma, por más que la esencia de las cosas sea invisible hasta el punto de haber escapado hasta aquí a las investigaciones de la Ciencia.
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