Una Mujer Fuerte Quotes

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Era una mujer irónica, con un inmenso sentido del humor y un gran poder de seducción, que tenía un compromiso radical, con la escritura. Habría quedecir, para empezar a comprenderla, que ella era un acto literario en sí mismo, que ella no estaba escindida de su literatura. Ella era su literatura. Y era una mujer fuerte, que seguramente hubiera pensado que el mito que se construyó en su derredor, más que colaborar con la comprensión de su poesía, parece querer domesticarla. Eligió decir determinadas cosas y no otras, construirse de determinada manera en los textos. Reinventar la lengua para poder decirse. Y en eso se le fue la vida. Y en eso no hay casualidad.
Alejandra Pizarnik
Respetaba a una mujer de opinión fuerte, había demasiadas sin carácter, ansiosas por complacer que nos daban al resto de nosotras un mal nombre
Nicole Williams (Crisis in Cali (Great Exploitations, #5))
Los hombres tenemos la capacidad de meter miedo a las mujeres con una mera inflexión de la voz o una frase amenazadora y fría, nuestras manos son más fuertes y aprietan desde hace siglos.
Javier Marías (Mañana en la batalla piensa en mí)
Una mujer, para que se la reconozca como escritora, pintora, investigadora o lo que sea, tiene que hacer veinte veces más que un hombre, tiene que ser una fuera de serie. No hay apenas mujeres reconocidas en ninguna profesión, pero el mundo está lleno de célebres hombres mediocres.
Gloria Fuertes (El libro de Gloria Fuertes: Antología de poemas y vida)
Quizá, pero no existirías sin una mujer, ¿no? Por poco uso que nos encuentres, somo mas inteligentes, más resueltas y más pacientes que los hombres. Los hombres serán más fuertes, pero es la mujer la que aguanta.
Cassandra Clare (Clockwork Princess (The Infernal Devices, #3))
Apenas pasaron cinco minutos cuando una imprevisible ráfaga azotó su nariz. El olor era fuerte e insistente, como si se hubiese sentado al lado de un cesto lleno de huevos podridos. Kelsey no tuvo tiempo de detenerle cuando james giró lentamente la cabeza hacia la distraída mujer. -Perdone…-le dijo-, pero su hijo huele a materia orgánica sucia. Muy sucia. -¿Qué? - preguntó la mujer, confundida. - Excremento – aclaró, tapándose la nariz con los dedos -, desecho, caca, mierda. El niño huele a mierda, señora.
Silvia Hervás (Besos de murciélago)
Todos tienen permitido obtener lo que quieren, expresar su amor como les plazca, sin temor al acoso, ostracismo, persecución o incluso la ley. Incluso el abuso emocional y las relaciones de adulterio son regularmente toleradas, a pesar del daño que causan a otros. En nuestra sociedad progresiva y tolerante, todos estos tipos de “amor” perjudiciales e insanos son permitidos, pero no el nuestro. No puedo pensar en ningún otro tipo de amor que sea tan totalmente rechazado, incluso aunque el nuestro sea tan profundo, apasionado, cariñoso y fuerte que si nos obligan a estar separados nos causarían un dolor inimaginable. Estamos siendo castigados por el mundo por una simple razón: por haber sido producidos por la misma mujer.
Tabitha Suzuma (Forbidden)
¿Sabes cuál es la única diferencia entre una mujer débil y una mujer fuerte, Malena? —me preguntó Magda, y yo negué con la cabeza—. Que las débiles siempre se pueden montar en la chepa de la fuerte que tengan más a mano para chuparle la sangre, pero las fuertes no tenemos ninguna chepa en la que montarnos, porque los hombres no valen para eso, y cuando
Almudena Grandes (Malena es un nombre de tango)
Los españoles también abusan de las expresiones fuertes. Frente a ellos el mexicano es singularmente pulcro. Pero mientras los españoles se complacen en la blasfemia y la escatología, nosotros nos especializamos en la crueldad y el sadismo. El español es simple: insulta a Dios porque cree en él. La blasfemia, dice Manchado, es una oración al revés. El placer que experimentan muchos españoles, incluso algunos de sus más altos poetas, al aludir a los detrimentos y mezclar la mierda con lo sagrado se parece un poco al de los niños que juegan con lodo. […] El "hijo de la chingada" es el engendro de la violación, del rapto o la burla. SI se compara esta expresión con la española, "hijo de puta", se advierte inmediatamente la diferencia. Para el español la deshonra consiste en ser hijo de una mujer que voluntariamente se entrega, una prostituta; para el mexicano, es ser fruto de una violación.
Octavio Paz (The Labyrinth of Solitude and Other Writings)
»Hay un tipo de mujeres y de hombres jóvenes y fuertes que quieren dar su vida por una causa. La publicidad hace que compren ropas y coches que no necesitan. Generaciones y generaciones han desempeñado trabajos que odiaban para poder comprar cosas que en realidad no necesitan.
Chuck Palahniuk (Fight Club)
-¿Es verdad.., que no lo olvidaré? Estaba arrodillado a su lado y esperó un momento antes de responder. -Sí, es verdad -dijo suavemente-, Pero también es verdad que con el tiempo no te importará. -¿No? -Estaba demasiado cansada para seguir preguntándole. Se sentía extrañamente lejana-. ¿Aunque no sea lo bastante fuerte para matarlo? -Eres una mujer muy fuerte. -No lo soy. Me lo acabas de demostrar, no soy... Una mano en el hombro la detuvo. -No es eso lo que quería decirte -dijo pensativo-, Jenny tenía diez años cuando murió nuestra madre. -Y al día siguiente del funeral la encontré con el delantal de mi madre. Había estado llorando como yo. Pero me dijo: «Ve a lavarte, Jamie, voy a hacer la comida para ti y para papá». Cerró los ojos y tragó con fuerza. -Sé lo fuertes que pueden llegar a ser las mujeres. Y tú eres muy fuerte, créeme.
Diana Gabaldon (Drums of Autumn (Outlander, #4))
De la misma forma que las mujeres, cuya emotividad obedece menos a razones de orden abstracto que al ansia instintiva e indefinible hacia una fuerza que las reintegre, y de ahí que prefieran someterse al fuerte antes que seguir al débil, igualmente la masa se inclina más fácilmente hacia el que domina que hacia el que implora, y se siente interiormente más satisfecha con una doctrina intransigente que no admita dudas, que con el goce de una libertad que generalmente de poco le sirve. La masa no sabe qué hacer con la libertad, sintiéndose abandonada.
Adolf Hitler (Mi Lucha)
Es lo que dijo Keynes: «Cuando los hechos cambian, cambio de opinión. ¿Qué hace usted?». —Tras una pausa, continúa—: Yo he cambiado porque el mundo ha cambiado. La gente que piensa siempre lo mismo no piensa. Y yo pienso mucho, así que he cambiado mucho. Sólo hay una cosa constante en mí: soy una mujer libre. Lo fui de joven y sigo siéndolo ahora, cuando ya no soy tan joven. El espíritu gregario no es mi fuerte. Ni la corrección política. Creo que en mi vida pública he dado muestras sobradas de ello. Por lo demás, déjeme decirle que, a su edad, ya debería usted saber que la normalidad no existe. Es una estafa. En el sexo y en todo lo demás.
Javier Cercas (Independencia)
Gravemente yerran quienes piensan aún que la mujer nueva, soltera, es el fruto de los heroicos esfuerzos de individualidades fuertes que han tomado conciencia de sí mismas. [...] La transformación de la mentalidad de la mujer, de su estructura interna espiritual y sentimental, se lleva a cabo ante todo y muy especialmente en las profundidades sociales.
Alexandra Kollontai (Autobiografía de una mujer sexualmente emancipada)
Ha comprendido que la mujer, que una sola mujer es más fuerte que todos los hombres juntos, y de ahí que los hombres necesiten apretarse entre ellos como niños débiles y asustadizos, necesiten fanfarronear y bravuconear y hablen del amor como de una matufia urdida por ellos para hacer caer a las mujeres en la celada del sexo. No hay que creerles, no hay que preocuparse. Llegado el caso, una mujer puede con una sola mirada desbaratar toda esa falsa tramoya de los hombres.
Marco Denevi (CUENTOS SELECTOS II - MARCO DENEVI)
—¿Qué es ser hombre, para vos? —Es muchas cosas, pero para mí… bueno, lo más lindo del hombre es eso, ser lindo, fuerte, pero sin hacer alharaca de fuerza, y que va avanzando seguro. Que camine seguro, como mi mozo, que hable sin miedo, que sepa lo que quiere, adonde va, sin miedo de nada. —Es una idealización, un tipo así no existe. —Sí existe, él es así. —Bueno, dará esa impresión, pero por dentro, en esta sociedad, sin el poder nadie puede ir avanzando seguro, como vos decís.
Manuel Puig (El beso de la mujer araña)
«que vivo adentro de tu pensamiento y así te voy a acompañar siempre, nunca vas a estar solo», claro que sí, eso es lo que nunca me tengo que olvidar, si los dos pensamos igual vamos a estar juntos, aunque no te pueda ver, «eso es», entonces cuando me despierte en la isla te vas a ir conmigo, «¿no querés quedarte para siempre en un lugar tan lindo?», no, ya está bien así, basta de descanso, una vez que me coma todo y después de dormir ya voy a estar fuerte otra vez, que me esperan mis compañeros para empezar la lucha de siempre,
Manuel Puig (El beso de la mujer araña)
Alguna vez me he preguntado por qué esta gran profesión, desde siempre, ha sido llevada y desempeñada por mujeres. Y creo que tengo la respuesta: porque hace falta ser muy fuerte y muy generoso. Fuerte para soportar la carga de trabajo, pero sobre todo para convivir año tras año con la muerte, con el drama, con la cara menos amable de la vida y no derrumbarse. Y generoso para ser capaz de dejar de lado a tu propia familia para ir a cuidar de gente que no conoces de nada, pero que sabes que necesitan a una enfermera a su lado. Una enfermera llena de marcas por dentro y por fuera, sí, pero ¿quién no las tiene?
Enfermera Saturada (El silencio de los goteros)
TRASTORNO DE DISMORFIA CORPORAL Explica Germaine Greer en su mencionado libro, La mujer completa, cómo funciona esa perversa relación entre belleza, salud, autoestima y codicia capitalista en lo que se refiere a las mujeres. Así, expone que toda mujer sabe que por muchos que sean sus demás méritos, no vale nada si no es guapa o atractiva o aparenta serlo. También sabe que cada día que pasa va perdiendo implacablemente la belleza, poca o mucha, que posee. Aunque sea extraordinariamente hermosa, jamás será suficientemente bella. Siempre habrá alguna parte de su cuerpo que no dará la talla. Ejemplo: «Cualquiera que sea la cantidad de vello que tenga, siempre será excesiva. Si su cuerpo es lo bastante delgado, sus senos son esmirriados. Si tiene un pecho abundante, seguro que el culo es demasiado gordo. Descubrí muy pronto que una mujer hermosa no se considera en absoluto bella. A menudo vive atenazada por la inseguridad. Toda mujer tiene algo que no le gusta de su aspecto.»331 Pero ningún ejemplo mejor que la explicación sobre el Trastorno de dismorfia corporal (TDC), definido por los científicos como la preocupación anormal por algún supuesto defecto del propio cuerpo. Cita Greer la reunión anual del Real Colegio de Psiquiatría estadounidense que ya en 1996 explicó que los individuos que sufren este trastorno tienen muchas dificultades en su vida social, presentan una fuerte incidencia de depresiones y un 25 %
Nuria Varela (Feminismo para principiantes)
La luna, la mujer y las aguas poseen un fuerte simbolismo arquetípico que las relaciona y las enlaza con una naturaleza transformadora, creadora y destructora. (...) Tenían (las mujeres) la capacidad de formar y materializar la vida en su vientre, tomando un alma del otro mundo y dándole cuerpo y existencia en esta realidad, así como de decidir sobre el bienestar o la muerte de la familia al estar al cargo de la nutrición y el cuidado. Sin embargo, esta capacidad de transitar entre mundos, de surcar las aguas oscuras viajando entre la vida y la muerte, sueño y realidad, lo consciente y lo inconsciente, les daría un enorme poder en también otros aspectos, como el conocimiento de aquello oculto o no expreso del mundo tangible.
Solitude of Alanna (En mi bosque interior)
No es posible que en ninguna época haya existido tan estridente preocupación por la sexualidad como en la nuestra; buena prueba de ello, la enorme cantidad de libros que había en el British Museum escritos por hombres sobre las mujeres. Sin duda tenía la culpa la campaña de las sufragistas. Debía de haber despertado en los hombres un extraordinario deseo de autoafirmación; debía de haberles empujado a hacer resaltar su propio sexo y sus características, en las que no se habrían molestado en pensar si no les hubieran desafiado. Y cuando uno se siente desafiado, aunque sea por unas cuantas mujeres con gorros negros, reacciona, si no le han desafiado antes, un poco demasiado fuerte. ” Pasaje de: Virginia Woolf. “Una habitación propia”. Apple Books.
Virginia Woolf (A Room of One’s Own)
A veces la conciencia puede ser más fuerte que el entrenamiento y todas las estupendas razones para la guerra —deber, honor, patria—, y algunos ven la destrucción que causan dondequiera que vayan a combatir, ven a los compañeros desangrándose por una granada enemiga y los cuerpos de civiles atrapados en la contienda, mujeres, niños, ancianos, y se preguntan por qué pelean, qué propósito tiene esa guerra, la ocupación de un país, el sufrimiento de gente igual a uno, y qué pasaría si tropas invasoras entraran con tanques a su barrio, aplastaran sus casas, y los cadáveres pisoteados fueran los de sus hijos y esposas, y también se preguntan por qué se le debe más lealtad a la nación que a Dios o al propio sentido del bien y del mal, y por qué siguen en ese afán de muerte y cómo van a convivir con el monstruo en que se han convertido.
Isabel Allende (Ripper)
Porque si una lleva una falda o un escote de un tiempo a esta parte lo lleva para sí misma o en nombre del em­­poderamiento, una de dos, y que no me mire nadie porque machete al machote y madre mía qué fuerte e inde­­pen­­diente con mi falda, que era a lo que me reducían antes, a ser dos piernas y poca tela y me quejaba y con razón y ahora como por arte de magia resulta que eso es signo de empoderamiento, pero no puede mirarlo nadie. Nos he­­mos encerrado tanto en nosotros mismos, nos hemos individuado tanto y hemos hecho tantos esfuerzos por acabar con lo de las dinámicas de poder —y, nos guste o no, la belleza siempre ha implicado y siempre implicará poder— que hemos terminado creyendo que no pro­­vocamos ningún efecto, ninguna reacción en el otro y que lo contrario sería inaceptable, aunque las mujeres nos lo hemos creído a medias, como todas las mentiras que nos contamos a nosotras mismas. Por eso rara vez nos ponemos escote y los labios rojos para estar solas en casa, de la misma forma que el pavo real no desplegaría su cola si no hubiera una pava a la vista, porque gilipollas no es y por lo del ahorro energético, y negar que un escote bonito es enseñado de cuando en cuando para ser visto, solo cuando quiere ser visto, cuando quiere ser mirado, además de ridículo niega parte de nuestro poder como mujeres, un poder que no se reduce a lo bello y a lo sexual pero del que lo bello y lo sexual forman parte y no pasa nada y por eso toda mujer ama a un fascista: porque todo el que mira nuestros escotes lo es, a no ser que sea un trapero en un videoclip, entonces es un trapero al uso, entonces se le permite. Y porque mal que bien y según el nuevo canon, nuestros abuelos lo fueron y nuestros padres lo son. No solo porque se les fueran los ojos con las mujeres bonitas que cruzaban los pasos de cebra cuando pensaban, inocentes, que no nos dábamos cuenta.
Ana Iris Simón (Feria)
- Hay dos tipos de hombres, Isa. Los buenos y amorosos como Elliot que son el tipo de príncipe azul para una mujer más simple por así decirlo, el héroe de aquellas que no saben cuidarse solas. Y luego están los hijos de puta como Elijah, esos que no le temen a nada, los que denominan peligros y que están hechos para mujeres fuertes como tú. No necesitas un príncipe azul o a un héroe que te aburra, porque por más amada que te haga sentir, siempre te llegará a aburrir; tú necesitas a un cabrón que te obligue a sacar lo fuerte que eres, que te haga cruzar los limites y vencer tus miedos, necesitas a un hombre que te desafié y te pruebe día a día, un hombre que te haga vivir con adrenalina, que te enoje y a a vez te haga feliz cómo sólo él sabe hacerlo. Necesitas a un hombre que te complemente y no que te cuide en todo, necesitas a un compañero de batalla y no a un guardia protegiéndote como una damisela indefensa y todo eso lo has encontrado en... - Elijah Pride, tu hermano.
Jasmín Martínez (Corazón de Hielo (Trilogía Corazón #1))
El farol que la bruja había plantado -sin saberlo- brilló día y noche en el bosque narniano, de modo que el lugar donde creció acabó llamándose el Erial del Farol; y cuando, muchos años más tarde, otra niña de nuestro mundo entró en Narnia, una noche nevada, la pequeña encontró el farol todavía encendido. Y aquella aventura estuvo, en cierto modo, conectada con las que te acabo de contar. La cosa sucedió así. El árbol que surgió del corazón de la manzana que Digory plantó en el jardín trasero, vivió y creció hasta convertirse en un árbol espléndido. Al crecer en el suelo de nuestro mundo, muy lejos del sonido de la voz de Aslan y lejos del aire juvenil de Narnia, no dio manzanas capaces de revivir a una mujer moribunda como había sucedido con la madre de Digory, aunque sí dio las manzanas más hermosas de todo el país, que además eran sumamente saludables, aunque no del todo mágicas. Sin embargo, en su interior, en su misma savia, el árbol -por así decirlo- jamás olvidó aquel otro árbol de Narnia al que pertenecía. En ocasiones se movía de un modo misterioso cuando no soplaba viento: creo que cuando eso sucedía soplaban fuertes vientos en Narnia y el árbol inglés se estremecía porque, en aquel momento, el árbol de Narnia se balanceaba y oscilaba bajo un fuerte vendaval del sudoeste. Fuera como fuese, se demostró más tarde que quedaba aún magia en su madera; pues cuando Digory era ya un hombre de mediana edad -que se había convertido además en famoso erudito, catedrático y gran viajero- y la vieja casa de los Ketterley le pertenecía, estalló una gran tormenta en todo el sur de Inglaterra que derribó el árbol. Como no soportaba la idea de hacer que lo cortaran para convertirlo en leña, pidió que construyeran un armario con parte de la madera, que luego colocó en su enorme casa en el campo. Él no descubrió las propiedades mágicas de aquel armario, pero otra persona sí lo hizo, y así empezaron todas las idas y venidas entre nuestro mundo y el de Narnia, sobre las que puedes leer en otros libros.
C.S. Lewis (The Magician’s Nephew (Chronicles of Narnia, #6))
Sí, ya sé que Gudrun, salvo en los momentos de excitación, sentía un vacío en su interior. Sentíase insegura. Últimamente, sin embargo, había tenido la impresión de que, mediante el amor fuerte y violento de Gerald, vivía con plenitud. Pero cuando se comparaba con Úrsula, el alma de Gudrum se sentía instatisfecha y celosa. Gudrun no estaba satisfecha, jamás lo estaría. ¿Qué le faltaba? El matrimonio, la maravillosa estabilidad del matrimonio. Dijera lo que dijese, quería esa estabilidad. Había mentido. La vieja idea del matrimonio era correcta. El matrimonio y el hogar. Sin embargo, en sus labios se formaba una mueca cuando pronunciaba estas dos palabras. Pensó en Gerald y en Shortlands, en el matrimonio y en el hogar. Bueno, más valía dejarlo. Gerald significaba mucho para Gudrun, pero... Quizá no fuera mujer apta para el matrimonio. Quizá fuera uno de esos seres exiliados de la vida, una de esas vidas errabundas y sin raíces. No, no, eso no podía ser verdad. De repente, Gudrun imaginó una estancia de color de rosa, en la que un hombre apuesto, vestido de etiqueta, la tomaba en sus brazos, yendo ella con un hermoso vestido de noche, y la besaba a la luz del fuego del hogar. Dio el título «Hogar» a ese cuadro. La factura del cuadro era académica".
D.H. Lawrence (Women in Love (Illustrated Edition))
Las metamorfosis del vampiro La mujer, entre tanto, retorciéndose igual que una serpiente en las brasas, y amasándose los pechos por encima de las ballenas del corsé dejaba deslizar de su boca de fresa estas palabras impregnadas de almizcle: —«Tengo los labios húmedos y conozco la ciencia de perder en una cama la antigua conciencia. Seco todas las lágrimas en mis pechos triunfantes y hago que los viejos se rían con risas infantiles. ¡Para quien me ve desnuda y sin velos, sustituyo a la luna, al sol, al cielo y a las estrellas! Cuando aprisiono a un hombre en mis temidos brazos, o cuando abandono mi busto a los mordiscos, tímida y libertina, frágil y robusta, soy, mi querido sabio, tan experta en deleites que sobre ese colchón que se desmaya de emoción, ¡los ángeles importantes se condenarían por mí!» Cuando me hubo chupado toda la médula de los huesos, y me volví hacia ella con languidez para darle un beso de amor, ¡no vi más que un odre de flancos viscosos, rebosante de pus! En mi helado terror, cerré los ojos, y cuando volví a abrirlos a la viva claridad, a mi lado, en lugar del fuerte maniquí que parecía haber hecho provisión de sangre entrechocaban en confusión unos restos de esqueleto, que producían un grito como el de una veleta o el de un cartel que, en la punta de una vara de hierro, el viento balancea en las noches de invierno.
Charles Baudelaire (Les Fleurs du Mal)
Una ráfaga de aire helado pasó entre los presentes, haciendo una pequeña espiral y levantando hojas a su paso. Tan solo los sollozos desgarradores de Adèle rompían el silencio que reinaba en aquel claro del bosque. Recorrí con la mirada los rostros desconocidos de aquellas personas, sus caras reflejaban emociones que iban desde el dolor más profundo por la pérdida de un ser amado a la impotencia. Reconocí al moreno Ray que permanecía impertérrito con la mirada perdida cargada de dolor, de vez en cuando desviaba la vista hacia la pelirroja que lloraba desconsolada en brazos de su padre. A su lado, dos figuras imponentes captaron mi atención; me sorprendió lo diferentes y parecidos a la vez que me resultaron. La figura oscura y salvaje de Erwan se hallaba al lado de un hombre de su edad aproximada e idéntica complexión. Su cabello rubio llegaba casi a la altura de los hombros y una mueca de dolor atravesaba su bien parecido rostro. Gruesas lágrimas se derramaban por sus ojos anegados de la más profunda tristeza. A su lado, Erwan miraba un punto que quedaba frente a él con la mandíbula apretada. Había mucho dolor en su rostro, sus ojos azules estaban oscuros como el mar en plena tormenta y reflejaban una furia salvaje que apenas podía mantener controlada. En el centro del claro, sobre un lecho de ramas se hallaba un cuerpo sin vida. Me acerqué para observarlo de cerca, nadie reparó en mi presencia, era como si fuese un fantasma, como si realmente no estuviese allí. Pude adivinar mientras me acercaba que se trataba de una mujer. Su cuerpo menudo estaba bellamente vestido de blanco haciéndola parecer un hada con su magnífica melena azabache desparramada a su alrededor. Una gota de lluvia cayó en su pecosa nariz. Levanté la vista al cielo: las negras nubes habían acabado por cubrirlo todo. Una mujer alta, bastante mayor, y de porte solemne, hizo una señal de asentimiento con la cabeza a un hombre que sostenía una antorcha. El hombre la acercó al lecho de la joven y éste empezó a arder. Adèle finalmente se derrumbó sin poder aguantar más aquella tortura. El hombre rubio avanzó con decisión hacia la joven sin vida que ahora yacía entre las llamas. Fue interceptado antes de llegar al fuego por Erwan que lo agarró con fuerza desde detrás envolviéndolo con sus fuertes brazos. El hombre lanzó un gritó desgarrador al aire; estaba roto por el dolor. Sentí una gruesa lágrima resbalando por mi mejilla ante aquella desoladora escena, compartía su dolor, yo también acababa de perder una parte de mí misma. Antes de que las llamas envolvieran totalmente el cuerpo de la joven, dirigí la mirada hacia su rostro. Un escalofrío me recorrió desde la columna vertebral. Di un paso atrás totalmente conmocionada. ¿Quién era aquella gente?, ¿por qué mi cuerpo yacía sin vida en medio de las llamas? Desperté de golpe con un fuerte dolor en el pecho. Me incorporé en la cama intentado recuperar la respiración, mi corazón latía descontrolado a punto de salirse por la boca. Era yo. La mujer de la pira era yo.
Elisabet Castany (El eterno legado (La hija de la sacerdotisa, #1))
Aunque una lectura ingenua del darwinismo pueda llevar a pensar que la selección natural favorece siempre a los más fuertes, no siempre los más fuertes son los más forzudos. De todos los tejidos corporales, el muscular es el que consume más energía (incluso en reposo) después del cerebral. En realidad, puede que parte del secreto del éxito de nuestra especie estribe en habernos desprendido de buena parte de la masa muscular de nuestros ancestros. Esto vale especialmente para las mujeres, que han sustituido parte de su masa muscular por tejido adiposo, un reservorio de energía, agua y vitaminas liposolubles. Las hembras de chimpancé son casi tan musculosas como los machos (de hecho, tienen más fuerza que el varón medio) y apenas tienen grasa subcutánea. En nuestra especie, la diferencia de musculatura entre ambos sexos es aún más marcada que la diferencia de tamaño, lo que sugiere que la selección natural ha favorecido la pérdida de masa muscular y su sustitución por tejido adiposo en las mujeres. Puede que el sexo masculino supere al femenino en lo que a fuerza muscular se refiere, pero no es más «fuerte» en ningún sentido adaptativo: la masa muscular disminuida de la hembra humana es una adaptación y no una «debilidad».
Ambrosio García Leal (La conjura de los machos (Spanish Edition))
—No hay nada como una mujer de cabeza fuerte para hacerte feliz de estar vivo.
Wendelin Van Draanen
Con desgano tomó el libro que le había dado para leer: un tratado sobre el origen de los encajes. Ella no era muy lectora, pero quería conformar a la anciana, que siempre la instaba a leer. Armada de paciencia, abrió la página señalada con una ramita de madreselva. “Los encajes —leyó— son maravillosos tejidos; el primer paso fue el llamado ‘cortado’, que se trabajaba cortando la tela entre los bordados. Luego vinieron los calados, que se trabajaban sacando de la trama ciertos hilos, sin conservar más que los precisos para sostener y unir entre sí los puntos del bordado...”. El encaje que tejía su tía era como la historia de los Osorio: los caprichosos calados le daban significado y el diseño más complejo se formaba con los hilos eliminados de la trama; cada tanto, el nudo con que se sostenía un punto suelto dejaba una cicatriz en el diseño. Cicatrices, pensó; cada pérdida familiar, por muerte o por ausencia, marcaba en la trama una cicatriz perdurable. Esta reflexión le despertó una fuerte nostalgia por la familia desmembrada: tíos, primos, hermanos... Recordó con un nudo en la garganta: ¡todos tan lejos! Muchos irrecuperables, algunos con el futuro enajenado. “Mi destino, en cambio, será corriente: me casaré, tendré hijos, cuidaré de mi padre y de mis tías. Seré de aquellos hilos que sostienen la malla”, pensó y un momento después, al emerger del sueño en que había caído, comprendió que la encajera, una vez desaparecida tía Francisca, sería Luz: depositaria de ambiguos misterios, guardiana de tragedias sin nombre. Cómo podría su prima mantener el encaje de la familia, si vivía a tanta distancia —cuando no en otro país—, fue algo que Laura no llegó a preguntarse. El libro se le escurrió de las manos, así que sopló la candela y se cubrió con las sábanas, feliz de descansar de sus obligaciones. Se durmió en la certeza de que siempre habría una mujer señalada para unir los puntos y sujetar la lazada que ========== 02 - El Tiempo De Laura Osorio (Cristina Bajo) - Tu nota en la página 22 | posición 336 | Añadido el viernes, 15 de mayo de 2015 14:15:32 En el proximo libro, tan esperado, es cuando Luz seguirá con el encaje a tanta distancia. Spoiler En Tiempos de Laura Osorio ==========
Anonymous
Francisco, obispo de Roma —como él mismo se denomina— con una fuerte sensibilidad orientada por el ecumenismo, toma como prioridad caminar hacia una Iglesia pobre con los pobres, mensajera de vida y de misericordia. Para ello —afirma— hay que limpiar la Iglesia de prácticas corruptas; acabar con el clericalismo; escuchar a jóvenes y ancianos; devolver la voz a los marginados; tornar a los pastores en servidores que caminan y viven con la gente; convertir la cultura del descarte y la muerte en cultura de vida; anunciar en lenguaje sencillo y comprensible un mensaje de esperanza y gozo; permitir a las mujeres recuperar un papel que hará fértil a la Iglesia; buscar lo que nos une para poder colaborar, antes que lo que nos separa; cultivar, en todos los ámbitos de la vida, la cultura del encuentro; diferenciar la labor social cristiana de la Iglesia de cualquier ONG, reflexionando sobre su específico mensaje de trascendencia. Todos estos ejes y orientaciones ya habían emergido con fuerza en el documento final de la V Conferencia del CELAM en Aparecida. Y para poder hacer todo esto, en el contexto de la JMJ, el Papa invita a todos los obispos a «navegar mar adentro» —como enunciaba el lema de la Conferencia Episcopal Argentina— sin temor; no dejar amarradas, para que no zozobren, las barcas en la orilla.
Emilia (coord.) Robles (Aparecida: Por un nuevo tiempo de alegría y esperanza en la vida eclesial)
detonar las cefaleas. Es imposible enumerar todos los posibles culpables, pero puedo ofrecerte algunos consejos para ponerle fin al sufrimiento: Establece horarios estrictos para dormir. Es la clave para regular las hormonas del cuerpo y mantener la homeostasis, es decir, el estado predilecto del cuerpo en el que su fisiología está equilibrada. Deshazte de la grasa. Mientras más peses, es más probable que padezcas cefaleas. Mantente activo. El sedentarismo fomenta la inflamación. Modera tu consumo de cafeína y alcohol. Beberlos en exceso puede detonar dolores de cabeza. No te saltes comidas y no tengas hábitos alimenticios erráticos. Al igual que con el sueño, tener patrones de alimentación ordenados controla varios procesos hormonales que pueden influir en el riesgo de padecer cefaleas. Maneja el estrés emocional, la ansiedad, la preocupación y todo tipo de emociones fuertes. Éstas están entre los detonantes más comunes de los dolores de cabeza. Quienes sufren migrañas suelen ser sensibles a los eventos estresantes, los cuales dan pie a la liberación de ciertas sustancias químicas en el cerebro que pueden provocar cambios vasculares y causar una migraña. Para colmo de males, las emociones como la ansiedad y la preocupación incrementan la tensión muscular y dilatan los vasos sanguíneos, lo cual intensifica la gravedad de la migraña. Adopta una dieta sin gluten, sin aditivos y sin alimentos procesados. La dieta de bajo índice glicémico, baja en carbohidratos y alta en grasas saludables que delineo en el capítulo 11 te ayudará a reducir tu propensión a las cefaleas. Ten mucho cuidado con los quesos añejos, los embutidos y otras fuentes de glutamato monosódico (GMS, el cual suele encontrarse en la comida china), pues estos ingredientes pueden llegar a ser responsables hasta de 30% de las migrañas. Rastrea los patrones de tus experiencias con la cefalea. Eso te permitirá saber cuándo estás más vulnerable a ellas, de manera que puedas prestar más atención en esos momentos. Las mujeres, por ejemplo, con frecuencia pueden rastrear patrones relacionados con su ciclo menstrual. Si eres capaz de definirlos, entenderás mejor tus propios dolores de cabeza y actuarás en función de ellos.
David Perlmutter (Cerebro de pan (Colección Vital): La devastadora verdad sobre los efectos del trigo, el azúcar y los carbohidratos (Spanish Edition))
Así me encuentro yo de pronto en el centro mismo que monopoliza el gobierno y el pensamiento del país. Todo me parece entonces grande, todo extraordinario. Vivo en la urbe horas de admiración transida ante el espectáculo de una Babilonia que conserva la forma de la llanura en medio de su acre pujanza y de su riqueza casi brutal. Los hombres me parecen fuertes; las mujeres, hermosas. (...) Hurgo en las librerías; vago por las calles; me detengo ante cada escaparate como ante el mundo feérico de las joyas, los mobiliarios, los vapores, las rotiserías, los bazares, las elegancias del hombre y de la mujer con etiquetas caras; entro en la oscuridad de los cinematógrafos; me paro a ver pasar las multitudes; estoy en la plenitud, soy feliz. Algún día esa ciudad leerá lo que yo escriba. Pero, ¿es que lee ahora lo que yo leo? No quiero preguntarme nada; mi gozo es demasiado grande ante la ciudad de más de dos millones de habitantes, de más de dos millones de destinos que pueden contarse como una historia...
Eduardo Mallea (Historia de una pasión argentina)
El miedo era un hombre que huía de su propia sombra. Era una mujer con auriculares que solamente podía oir por ellos su propio terror. El miedo era un solipsista, un narcisista, era ciego a todo lo que no fuera él mismo. El miedo era más fuerte que la ética, más fuerte que el discernimiento, más fuerte que la responsabilidad y que la civilización. El miedo era un animal lanzado a la carrera que pisoteaba niños mientras huía de sí mismo. El miedo era un fanático, un tirano, un cobarde, un enajenado y una puta. El miedo era una bala que le apuntaba al corazón.
Salman Rushdie (Two Years Eight Months and Twenty-Eight Nights)
recién nacido no está preparado para un salto a la nada: a una cuna sin movimiento, sin olor, sin sonido, sin sensación de vida. Cuando las expectativas naturales que traía el pequeño son traicionadas, aparece el desencanto, junto al miedo de ser nuevamente herido. Y después de muchas experiencias similares, brota algo tan doloroso para el alma como el enojo, el miedo y la resignación. Luego se convertirá en un ser humano sin confianza, sin espontaneidad y sin arraigo emocional. Un niño no satisfecho es un niño que insistirá en conquistar lo que necesitó genuinamente. Así crecerá, se convertirá en adolescente, en joven y en adulto: como un ser necesitado. Entonces golpeará a otros, robará, manipulará situaciones, se convertirá en víctima de otros, enfermará o luchará por obtener lo que creerá imprescindible para su supervivencia emocional. Aunque habrá olvidado lo que siempre quiso pero ya no podrá conseguir, por más fuerte y poderoso que devenga: no podrá obtener más mamá.
Laura Gutman (Mujeres visibles, madres invisibles (Spanish Edition))
Te diré qué mata a las muchachas: el hambre, la enfermedad, los accidentes, el parto y la violencia. Se necesita algo más que un corazón herido para matar a una mujer. Las mujeres son fuertes como rocas.
Jennifer Donnelly (Stepsister)
Es una mujer preciosa; decidida, fuerte, compasiva, obstinada… algo pedante, a veces; pero siempre increíble.
María Montesinos (Un destino propio)
Muchos estadounidenses (hombres y mujeres) consideran que las represalias son un signo de hombría: un hombre de verdad (o una mujer fuerte) devuelve el golpe cuando le hacen daño a él o a los suyos. No todas las culturas han pensado así. Los griegos y los romanos antiguos creían que la ira era un síntoma de debilidad y, por consiguiente, una reacción infantil o, incluso, “mujeril”, pues consideraban que las mujeres eran criaturas débiles. La verdadera fortaleza, pensaban, está en no dejarse arrastrar por el juego de responder a la “sangre con sangre”. En la mitología antigua, el castigo vengativo es malo, como bien ilustró el trágico griego Esquilo al caracterizar a las furias, diosas de la venganza, como unas bestias sucias y venenosas para la política por su incapacidad para pensar en el bienestar humano.
Martha C. Nussbaum (The Monarchy of Fear: A Philosopher Looks at Our Political Crisis)
Al enseñar a los hombres y mujeres a ser buenos, les enseño a ser fuertes, libres y autosuficientes.
James Allen (Una Vida de Triunfo (Biblioteca del Éxito nº 122) (Spanish Edition))
Los humanos eran débiles. ¿Cómo podrían tan débiles humanos hacer cosas tan crueles? Usaron la excusa del mundo destruido. Mataron, violaron mujeres y robaron a otros. ¿Fue por instintos? De repenten sentí curiosidad al ver los ojos de Bang Cheolsoo manchados de miedo ante una violencia más fuerte. "¿Porqué lo hiciste?" Era una pregunta de la nada. De hecho, no esperaba una respuesta a esta pregunta. Pero en el momento en que estaba a punto de darle otra patada, Bang Cheolsoo abrió los ojos. "Joder... Solo mátame, hijo de put@". En el momento en que vi sus ojos, supe que él había respondido mi pregunta a su manera. Una mirada que no mostraba ningún apego persistente a la vida. Sí, no fue por instintos. (...) Este tipo era un humano que había estado desesperado mucho antes de que este mundo fuera destruido. Tal como yo.
Singshong (Omniscient Reader’s Viewpoint, Vol. 1)
Pero ya aparece a nuestra izquierda la estatua de la Libertad. El paisaje llano y aplastado del estuario, la gordinflona señora, en bronce oxidado, se muestra poco esbelta, pero el símbolo es tan fuerte, constituye una clave tan visible de la ciudad y del país que tenemos a la vista, que es imposible no emocionarse ante ella. Yo pienso en los miles de hombre y de mujeres que, viniendo de todos los rincones del mundo, encontraron en esta figura que se yergue sobre una pequeña isla, el símbolo del esfuerzo para crease una nueva vida. Es costumbre decir ahora que esta estatua es una gran obra de arte, y que lo que representa no tiene ya sentido. Me parece que la verdad es lo contrario: la estatua, que puedo contemplar muy de cerca, me parece un poco pesada y de muy poca esbeltez; lo que representa, en cambio, es de una importancia capital.
Josep Pla (Fin de semana en Nueva York)
Eso sí que nunca se le ocurrió a Lorena. Que para reconstruirse todo ser humano necesitaba encontrar su propio oasis. Un lugar que contuviera la paz anhelada, en el que rodearse de aquellas cosas que nos hacían felices para encerrarnos con ellas cuando lo necesitábamos. Una madriguera en la que hibernar aunque fuera verano. Un invernadero con el microclima perfecto para crecer, transformarnos y hacernos fuertes de nuevo
Vanessa Montfort (Mujeres que compran flores)
Ese beso místico cayó. El tiritar de mi alma besó su aire, Y entre hadas envuelto, acaricio el manto que me envolvía Tornando tu corazón mío Esa mirada no era mía, era mi deseo de vida, Y me devoraba la felicidad, suave, Eterna endulzaba mi misión, dejando allí mi razón Y mi corazón colorido camina desde entonces Suspirando tus labios, soñando tus besos. Más aún un corazón más grande existe, Que me habla, que me dice: “No debes ser prisionera ni esclava Sino salvaje y libre”. ¿Qué pócima existirá para convertirme en todo sin tener nada? Me preguntaba en dulce travesía. Encendí la vela, Tan erguida quemándome en la vida El instante era eterno. El dulce amor no dejó de cobrar vida. Yo quiero vivir, quiero sentir, quiero ser como ese fueguito, lleno de vida, Apasionarme por todo lo que me pase, Decir si a la muerte que me pertenece. Mi corazón volvía a unirse con la razón, Ambos conquistando mi alma, y como caballeros, armados de luz, Me ponían de pie, viendo el horizonte sin niebla. Y mientas, la tierra acariciaba mis pies, y mi cuerpo todo, Fuerte, radiante, plena; Toda una mujer. Y es que yo siempre deseé ser Toda una mujer Y el roce de aquel hombre, La mirada del niño mientras lo acariciaba, Esa duda atravesada, El martirio de mi hermano, diciéndome, ¿cuál es la salida? Me acepto femenina, Me exploro, me conozco, Me amo, Me libero, me atrevo, Me dejo en libertad. Todo esto hacen de mí Una mujer felino Tan fuerte Como una flor. Y ahora mi pelo creció y con él mi conciencia, Abrigo con mi manto mi vivencia, las opciones que hice en la vida, El mundo, que me pertenece, porque me entrego a él. Lo acuno en el agua viva de la tranquilidad, de la serenidad, Para alivianar el fuerte daño de las guerras, del odio, De la falta de amor que deja tantas heridas.
Inka Lekumberri (Inka Lekumberri: Mis Viajes a Otras Realidades y Encuentros con Otros Maestros (Spanish Edition))
Sólo los hombres fuertes saben obedecer las órdenes de una mujer.
Xavier Velasco (Diablo Guardián (Biblioteca Xavier Velasco))
Allí bebían café y comían huevos a la ranchera o huevos a la mexicana o huevos con tocino o huevos estrellados. Y se contaban chistes. A veces eran monográficos. Los chistes. Y abundaban aquellos que iban sobre mujeres. Por ejemplo, un policía decía: ¿cómo es la mujer perfecta? Pues de medio metro, orejona, con la cabeza plana, sin dientes y muy fea. ¿Por qué? Pues de medio metro para que te llegue exactamente a la cintura, buey, orejona para manejarla con facilidad, con la cabeza plana para tener un lugar donde poner tu cerveza, sin dientes para que no te haga daño en la verga y muy fea para que ningún hijo de puta te la robe. Algunos se reían. Otros seguían comiendo sus huevos y bebiendo su café. Y el que había contado el primero, seguía. Decía: ¿por qué las mujeres no saben esquiar? Silencio. Pues porque en la cocina no nieva nunca. Algunos no lo entendían. La mayoría de los polis no había esquiado en su vida. ¿En dónde esquiar en medio del desierto? Pero algunos se reían. Y el contador de chistes decía: a ver, valedores, defínanme una mujer. Silencio. Y la respuesta: pues un conjunto de células medianamente organizadas que rodean a una vagina. Y entonces alguien se reía, un judicial, muy bueno ése, González, un conjunto de células, sí, señor. Y otro más, éste internacional: ¿por qué la Estatua de la Libertad es mujer? Porque necesitaban a alguien con la cabeza hueca para poner el mirador. Y otro: ¿en cuántas partes se divide el cerebro de una mujer? ¡Pues depende, valedores! ¿Depende de qué, González? Depende de lo duro que le pegues. Y ya caliente: ¿por qué las mujeres no pueden contar hasta setenta? Porque al llegar al 69 ya tienen la boca llena. Y más caliente: ¿qué es más tonto que un hombre tonto? (Ése era fácil.) Pues una mujer inteligente. Y aún más caliente: ¿por qué los hombres no les prestan el coche a sus mujeres? Pues porque de la habitación a la cocina no hay carretera. Y por el mismo estilo: ¿qué hace una mujer fuera de la cocina? Pues esperar a que se seque el suelo. Y una variante: ¿qué hace una neurona en el cerebro de una mujer? Pues turismo. Y entonces el mismo judicial que ya se había reído volvía a reírse y a decir muy bueno, González, muy inspirado, neurona, sí, señor, turismo, muy inspirado. Y González, incansable, seguía: ¿cómo elegirías a las tres mujeres más tontas del mundo? Pues al azar. ¿Lo captan, valedores? ¡Al azar! ¡Da lo mismo! Y: ¿qué hay que hacer para ampliar la libertad de una mujer? Pues darle una cocina más grande. Y: ¿qué hay que hacer para ampliar aún más la libertad de una mujer? Pues enchufar la plancha a un alargue. Y: ¿cuál es el día de la mujer? Pues el día menos pensado. Y: ¿cuánto tarda una mujer en morirse de un disparo en la cabeza? Pues unas siete u ocho horas, depende de lo que tarde la bala en encontrar el cerebro. Cerebro, sí, señor, rumiaba el judicial. Y si alguien le reprochaba a González que contara tantos chistes machistas, González respondía que más machista era Dios, que nos hizo superiores. Y: ¿por qué las mujeres tienen una neurona más que los perros? Pues para que cuando estén limpiando el baño no se tomen el agua del wáter. Y: ¿qué hace un hombre tirando a una mujer por la ventana? Pues contaminar el medio ambiente. Y: ¿en qué se parece una mujer a una pelota de squash? Pues en que cuanto más fuerte le pegas, más rápido vuelve. Hasta que González se cansaba y se tomaba una cerveza y se dejaba caer en una silla y los demás policías volvían a dedicarse a sus huevos. Entonces el judicial, exhausto de una noche de trabajo, rumiaba cuanta verdad de Dios se hallaba escondida tras los chistes populares.
Roberto Bolaño (2666)
¿Qué es la verdadera fortaleza? La fortaleza es poseer la determinación interior necesaria para cumplir los mandamientos de Dios.
Mary A. Kassian (La verdadera fortaleza: Hábitos sorprendentemente sencillos de una mujer espiritualmente fuerte (Spanish Edition))
he viajado por casi todos los lugares del mundo, pero nunca he visto a una mujer que trabaje más fuerte»
Patricia Castro (Nosotros los hakka: Trayectorias en China y en el Perú (Spanish Edition))
Wrap up Bingo Mágico "La orden del Fénix" -Albus Dumbledore: Clásico que dé una lección o haga una crítica moral.⁣⁣ Persuasión 3/5 Es una linda historia, aunque me aburrió por momentos, te deja la enseñanza, que tenés que tener más confianza en vos qué en lo que te dicen los demás. -Minerva McGongall: Un libro feminista o que le dé visibilidad a la mujer.⁣⁣ ⁣⁣ Orgullo y Prejuicio 5/5⁣⁣ Es una historia clásica de amor, me gusto mucho Elizabeth, lo trascendental de la personalidad de Elizabeth, los cuestionamientos que hace al orden establecido, la rebeldía de una mujer que no quería casarse por comodidad, es muy fuerte y no se calla lo que piensa. Darcy un gran personaje.⁣ ⁣ -Alastor Moody: Un libro catalogado como polémico.⁣⁣ Mujercitas 3/5 Me gustó, pero no es de mis preferidos, fue un libro polémico, porque fue publicado, en una época que no se hablaba del feminismo, creo muchas controversias que a un existen. -Potter & Longbottom: Un libro en que la historia esté marcada por la tragedia.⁣⁣ Máscaras 5/5 Uno de mis libros favoritos, la historia de Fern, Ambrose y Bailey es hermosa, aunque me hace llorar mucho, es un lindo libro para que todos lean. -Sirius Black: Un libro con un protagonista rebelde.⁣⁣ La indomable Sophia 5/5 Me rei mucho con Sophia como se revelaba a las costumbres machistas de su familia, y sobre todo del pobre Charles, que quería domarla, y no lo conseguía. ⁣⁣ -Remus y Tonk: Un romance en el que los protagonistas sean de diferentes culturas (o haya prejuicio sociales de por medio).⁣⁣ ⁣⁣ Por siempre felices, Cinder y Ella 5/5 Me gustó mucho la historia de Ella y Brian (Cinder), lo bueno que es Brian para Ella, como la ayuda enfrentándose a todos los idiotas de Hollywood y al padre de Ella, es una buena lectura para que lean -Familia Weasley: Un libro en el que la trama afecte a toda una familia.⁣⁣ ⁣⁣ Hasta que deje de doler 5/5⁣⁣ Violeta y Vincent, se convirtieron en unas de mis parejas favoritas, los ame a ambos. Me entristeció y enterneció como sufrió toda la familia de Vincent, al verlo tan decido a correr todos los riesgos para terminar con su vida. Violeta un gran personaje.⁣⁣ ⁣⁣ -Kingsley Shaklebolt: Un libro en que el protagonista tenga cualidades de líder.⁣⁣ Belleza cruel 5/5 Nyx me encantó tiene muy buenas cualidades como líder, y me sorprendió como logró todo lo que se proponía. Me gustó la historia, tenía unos giros que no me esperaba. -Severus Snape: Un libro en el que el personaje que parecía malo resultase ser bueno.⁣⁣ ⁣⁣ La bestia 5/5⁣⁣ Me gusto el libro, Kyle resultó ser bueno, al principio parecía un ser despreciable, pero no lo era, todo lo que hace por Will, Lindy y Magda es increible.
MLG Raven
Wrap up Bingo "La Orden del Fénix" -Albus Dumbledore: Clásico que dé una lección o haga una crítica moral.⁣⁣ Persuasión 3/5 Es una linda historia, aunque me aburrió por momentos, te deja la enseñanza, que tenés que tener más confianza en vos qué en lo que te dicen los demás. -Minerva McGongall: Un libro feminista o que le dé visibilidad a la mujer.⁣⁣ ⁣⁣ Orgullo y Prejuicio 5/5⁣⁣ Es una historia clásica de amor, me gusto mucho Elizabeth, lo trascendental de la personalidad de Elizabeth, los cuestionamientos que hace al orden establecido, la rebeldía de una mujer que no quería casarse por comodidad, es muy fuerte y no se calla lo que piensa. Darcy un gran personaje.⁣ ⁣ -Alastor Moody: Un libro catalogado como polémico.⁣⁣ Mujercitas 3/5 Me gustó, pero no es de mis preferidos, fue un libro polémico, porque fue publicado, en una época que no se hablaba del feminismo, creo muchas controversias que a un existen. -Potter & Longbottom: Un libro en que la historia esté marcada por la tragedia.⁣⁣ Máscaras 5/5 Uno de mis libros favoritos, la historia de Fern, Ambrose y Bailey es hermosa, aunque me hace llorar mucho, es un lindo libro para que todos lean. -Sirius Black: Un libro con un protagonista rebelde.⁣⁣ La indomable Sophia 5/5 Me rei mucho con Sophia como se revelaba a las costumbres machistas de su familia, y sobre todo del pobre Charles, que quería domarla, y no lo conseguía. ⁣⁣ -Remus y Tonk: Un romance en el que los protagonistas sean de diferentes culturas (o haya prejuicio sociales de por medio).⁣⁣ ⁣⁣ Por siempre felices, Cinder y Ella 5/5 Me gustó mucho la historia de Ella y Brian (Cinder), lo bueno que es Brian para Ella, como la ayuda enfrentándose a todos los idiotas de Hollywood y al padre de Ella, es una buena lectura para que lean -Familia Weasley: Un libro en el que la trama afecte a toda una familia.⁣⁣ ⁣⁣ Hasta que deje de doler 5/5⁣⁣ Violeta y Vincent, se convirtieron en unas de mis parejas favoritas, los ame a ambos. Me entristeció y enterneció como sufrió toda la familia de Vincent, al verlo tan decido a correr todos los riesgos para terminar con su vida. Violeta un gran personaje.⁣⁣ ⁣⁣ -Kingsley Shaklebolt: Un libro en que el protagonista tenga cualidades de líder.⁣⁣ Belleza cruel 5/5 Nyx me encantó tiene muy buenas cualidades como líder, y me sorprendió como logró todo lo que se proponía. Me gustó la historia, tenía unos giros que no me esperaba. -Severus Snape: Un libro en el que el personaje que parecía malo resultase ser bueno.⁣⁣ ⁣⁣ La bestia 5/5⁣⁣ Me gusto el libro, Kyle resultó ser bueno, al principio parecía un ser despreciable, pero no lo era, todo lo que hace por Will, Lindy y Magda es increible.
MLG Raven
De igual forma me repugna la dependencia afectiva. En el instante mismo en que empiezo a detectar en mí una dependencia sentimental con respecto a alguna mujer, de inmediato surge el desprecio por mi propia flaqueza, una especie de ira contenida por mi falta de entereza y autosuficiencia. Quiero ser claro en esta explicación: no es que me moleste amar a alguien o sentir la necesidad afecto, lo que me indigna es la dependencia, el vínculo malsano que conduce a un débil a apoyarse en un fuerte y obligarlo a cargar con su presencia.
Mario Mendoza (Relato de un asesino)
¿Y si mi madre es en realidad una mujer fuerte disfrazada de persona débil?
Angeline Boulley (Firekeeper’s Daughter)
Wrap up Bingo "Grageas de sabores" *Vomito: "Un beso imborrable" 5/5 La trama del libro toca temas sensibles de abuso infantil, despierta sentimientos fuertes. *Suciedad: "Voz" 3/5 No me gusto el libro, el maltrato que sufrieron las mujeres, daban ganas de matar a todos los hombres. *Césped: "Bajo las estrellas" 3/5 No me gustaron los protagonistas, fueron muy idiotas, seguirían sin hablarse, si no lo hubieran engañados para ir de campamento. *Jabón: "Comandante" 5/5 Matt Hamilton, es absolutamente perfecto, dulce, tierno, tiene un comportamiento impecable en todo el libro, amo lo amoroso que es con Charlotte. *Huevo podrido: "La hipótesis del amor", 5/5 Es una historia muy dulce con Adam y Olive, merece todo el hype que tuvo. *Moco: "Corazón sin valor", 5/5 El sufrimiento que pasaron Alex y Sam, te hace lagrimear en varias partes. *Cerilla: "Sol de invierno" 5/5 Por momentos odie a J.C., Colie, me pareció muy tonta al principio, al final me gustaron ambos personajes. La autora Diana Palmer, nació en el año 1946, *Sandia: "Sucedió un verano" 5/5 Es una linda historia de amor y superación con Piper y Brandon, son perfectos el uno para el otro. *Limón: "Una luna sin miel" 5/5 Me reí mucho con Olive y Ethan, todo lo que pasaron en su luna de miel, mas mala suerte no podían tener
Maria Laura
Saúl es elegido por Dios de un modo absolutamente gratuito, y es elevado a una dignidad suprema: fue a buscar a sus burras perdidas y se encuentra con la unción como rey de Israel. Implica un giro total con respecto a su consideración que no debe resultar nada fácil al antiguo arriero: no es sencillo estar a la altura con Dios, cultivar emociones y sentimientos coherentes con el plan vocacional pensado por él, y resistir a la tentación de desconectar a veces para hacerse cargo de la propia vida y hacerla un poco más a la medida de uno. Es difícil creer que estás llamado a hacer lo imposible, no solo amando a Dios sino incluso con su corazón, y al mismo tiempo dejar escapar tantas ocasiones de posible felicidad y de inmediata satisfacción afectiva; no es fácil seguir dejando que Dios, a su modo, cuide tu dignidad y positividad, sin que tú tengas que preocuparte excesivamente por defender tu estima y conseguir puntos ante ti y los demás. Sobre todo, si cerca de ti sobresale alguien que parece mejor que tú, más bueno y sabio, más joven y apuesto, más capaz y competente, más atractivo y fascinante. Aquí es donde comienza la corrupción de Saúl, con una simple emoción de envidia con respecto a David. Una emoción que parece poca cosa, incluso comprensible dado el entusiasmo un tanto insolente de las mujeres que aclamaban al joven extraordinariamente guapo y fuerte, que había matado a Goliat, haciendo comparaciones mezquinas[6]; en definitiva, algo absolutamente leve: ¿quién no se habría sentido envidioso en esa situación o quien no ha experimentado algo de envidia? Y, sin embargo, un demonio puede infiltrarse en tal emoción y lentamente comenzar a ofuscar la mente y el corazón con una presión emocional insistente y tenaz[7]. Esa emoción es como un cáncer, quizá pequeño pero maligno, sutil pero contumaz, capaz incluso de infundir en el corazón del rey pulsiones asesinas. La emoción, que es algo pequeño, se convierte poco a poco en acción, y en acción destructiva; y así la pulsión de un momento se cristaliza en sentimiento. Y la decadencia del rey se hace imparable, cada vez más preso de una vida emocional que nunca ha aprendido a controlar y que ahora corrompe toda su persona. El exarriero de asnas se está convirtiendo también en el exrey de Israel, pues ya ha sido rechazado por Dios. A saber, la emoción que no está en línea con su identidad, una vez traducida en acción, le conduce a extraviar cada vez más su misma identidad, a no ser ya más él mismo, a no experimentar ningún arrepentimiento. Por esto afirma el papa Francisco, «la corrupción espiritual es peor que la caída de un pecador, porque se trata de una ceguera cómoda y autosuficiente en la que al final todo parece lícito: el engaño, la calumnia, el egoísmo y tantas formas sutiles de autorreferancialidad…»[8]. Toda corrupción, por consiguiente, es corrupción principalmente de la sensibilidad.
Amedeo Cencini (DESDE LA AURORA TE BUSCO. Evangelizar la sensibilidad para aprender a discernir (Servidores y Testigos nº 165) (Spanish Edition))
En mi experiencia, los hombres les temen a las mujeres fuertes. No saben enfrentarlas. Están tan acostumbrados a tener el poder, que cuando reconocen la fuerza en un cuerpo femenino, su alma se estremece. Yo soy una mujer mexicana como cualquier otra, con olores de mujer, con pensamientos de mujer, y con fortalezas de mujer. Algún día se nos reconocerá por ello.
Pedro J. Fernández (Querido don Benito)
Era una mujer fuerte; cuando las cosas iban mal, no perdía tiempo lamentándose de su destino, sino que se arremangaba inmediatamente para tratar de solucionarlas.
Ken Follett (Las tinieblas y el alba (Kingsbridge, #0))
La destrucción de la estabilidad del menor, de su personalidad, de su autoestima, de su inocencia y de sus referentes reforzada por la destrucción de la familia como garante de su protección y formación culmina con la destrucción del varón, del padre, del esposo, del protector, de todo lo que compone la masculinidad psicobiológica expresada en una sociedad de origen natural. Los hombres heterosexuales se convierten, para la ideología de género, en el enemigo a batir. Al varón se le hace responsable último de los condicionantes de su propia biología: ser más fuerte, más competitivo, más agresivo, más libre en las consecuencias de sus sexualidad… y culpable de los condicionantes de la biología femenina: la maternidad. El hombre es machista por su forma de sentir, de moverse, de sentarse, de actuar y de pensar, por sus gustos, deseos y percepciones… por su papel biológico para la supervivencia de la especie. La criminalización del varón heterosexual por su naturaleza, es género.
Alicia V. Rubio (Cuando nos prohibieron ser mujeres ...y os persiguieron por ser hombres: Para entender cómo nos afecta la ideología de género (Spanish Edition))
la cadera fuerte de una mujer o un hombre y el vientre prominente a manera de protección indican rabia hacia el sexo opuesto, sobre todo en el terreno sexual. Es probable que la persona se haya sentido hostigada sexualmente cuando era más joven o, más aún, que haya sido víctima de abuso sexual, lo cual explica esta forma de protección.
Lise Bourbeau (Las 5 heridas que impiden ser uno mismo)
No es una coincidencia que los intentos de emancipación femenina consiguieran avanzar sólo con la doble exégesis de la industrialización y la anticoncepción cuando las máquinas nos hicieron iguales a los hombres en el trabajo, y la píldora nos hizo iguales a los hombres a la hora de expresar nuestro deseo. En tiempos más primitivos... el ganador sería siempre cualquiera lo bastante fuerte para derribar a un antílope, y cuya líbido no le llevara a quedarse embrazado y morir luego en el parto
Caitlin Moran (Cómo ser mujer)
pero, aun así, solo soy capaz de percibir un único pensamiento, algo muy fuerte. Una mujer lo ocupa todo en ti, ¿me equivoco?
Tarik K. Montoro (En esta vida y en la otra (Spanish Edition))
—Me gustaría conocer a esa Sorilea. ¿Es una mujer fuerte? —Pareció darle énfasis a la última palabra. —La más fuerte que he conocido en mi vida —contestó simplemente Amys.
Robert Jordan (La Corona de Espadas)
Lo más importante que Kiruna Nachiman debe aprender es que es dueña de su orgullo, no al contrario. Será una mujer muy fuerte una vez que aprenda eso.
Robert Jordan (El Camino de Dagas (La Rueda del Tiempo, #8))
A medida que fui fortaleciéndome y entré en una nueva fase como mujer, empecé a buscar referentes de cómo ejercer el poder de manera positiva. Reese Witherspoon fue un gran ejemplo para mí. Es dulce y amable, y es muy inteligente. En cuanto empiezas a verte de esta manera, no solo como alguien que existe únicamente para hacer felices a todos los demás sino como alguien que merece hacer oír su voluntad, todo cambia. Cuando empecé a pensar que podía ser una persona maja pero fuerte a la vez, como Reese, cambié mi perspectiva sobre quién era.
Britney Spears (La mujer que soy)
9. Necesita con desesperación controlar a sus hombres y sus relaciones, debido a la poca seguridad que experimentó en la niñez. Disimula sus esfuerzos por controlar a la gente y las situaciones bajo la apariencia de "ser útil". es inevitable que una niña sienta pánico por la falta de control de la familia. No puede contar con las personas de las que depende porque están demasiado enfermas para protegerla. Al ser fuertes y útiles para los demás nos protegemos del pánico que surge al estar a merced de otro. Necesitamos estar con gente a quien podamos ayudar, a fin de sentirnos seguras y bajo control.
Robin Norwood (Las mujeres que aman demasiado: El best seller que ha ayudado a millones de mujeres (Spanish Edition))
La ultramaratón parecía ser un universo paralelo donde no se aplica ninguna de las reglas que rigen el planeta Tierra: las mujeres eran más fuertes que los hombres; los más viejos eran más fuertes que los jóvenes; tipos salidos de la Edad de Piedra con sandalias eran más fuertes que cualquiera.
Christopher McDougall (Nacidos para correr: La historia de una tribu oculta, un grupo de superatletas y la mayor carrera de la historia)
No es infrecuente identificar el celibato con la mera continencia. No son lo mismo. La simple continencia consiste en abstenerse del ejercicio de la actividad genital en los actos externos e incluso en los internos (fantasías y deseos). La simple continencia es puro control de la genitalidad. Pero el motivo que origina la abstinencia no es el amor. Uno puede abstenerse porque tiene miedo a la vida sexual, porque experimenta fuertes sentimientos de culpabilidad al practicarla, porque considera una debilidad y una bajeza dejarse llevar de los impulsos sexuales, porque le parece una esclavitud ligarse a una mujer o porque tiene como meta de su vida el autodominio.
Juan María Uriarte (El celibato. Apuntes antropológicos, espirituales y pedagógicos)
Después del latín, me parece que no hay lengua tan apropiada para la oración y para hablar de Dios como el español, pues es una lengua a la vez fuerte y ágil, tiene su precisión, tiene en sí la cualidad del acero, que le da la exactitud que necesita el verdadero misticismo y, empero, es suave, también, gentil y flexible, lo que requiere la devoción, es cortés, suplicante y galante; se presta, de modo sorprendente, muy poco a la sentimentalidad. Tiene algo de la intelectualidad del francés, pero no la frialdad que la intelectualidad toma en el francés; nunca desborda en las melodías femeninas del italiano. El español no es nunca un idioma débil, nunca flojo, aun en los labios de una mujer.
Thomas Merton (The Seven Storey Mountain)
Era una mujer fuerte que, cuando decidía jugar, lo apostaba todo.
David Lozano Garbala
Para reconstruirse todo ser humano necesitaba encontrar su propio oasis. Un lugar que contuviera la paz anhelada, en el que rodearse de aquellas cosas que nos hacían felices para encerrarnos en ellas cuando lo necesitábamos. Una madriguera en la que hibernar aunque fuera verano. El invernadero con el micro clima perfecto para crecer, transformarnos y hacernos fuertes de nuevo.
Vanessa Montfort (Mujeres que compran flores)
Sólo unos cuantos niños se quedaron a observar con ávido interés, mientras ellos descargaban los fardos. A Ayla no le molestaban. Llevaba años enteros sin ver un niño, desde que se separara del Clan, y sentía tanta curiosidad como ellos. Liberó a Corredor del arnés y de la brida; luego dio a los dos animales unas palmaditas a modo de caricias. Después de rascar con ganas al potrillo y abrazarlo afectuosamente, levantó la vista. Latie miraba con avidez el potro. — ¿Tú quieres tocar caballo? —preguntó Ayla hablando con dificultad el idioma de los Mamutoi. — ¿Podría? —Ven. Dame mano. Yo muestro. Cogió la mano de Latie y la sostuvo contra el apelmazado pelo de invierno del potro. Corredor giró la cabeza para olfatear a la niña y la tocó con el hocico. La sonrisa de gratitud de Latie era todo un regalo. — ¡Le gusto! —Él gusta que rasquen, también. Así —observó Ayla, indicando a la criatura los lugares donde mayor comezón sentía el potrillo. Corredor estaba encantado con aquellos mimos y no dejó de demostrarlo; Latie no cabía en sí de alegría. El potrillo la había atraído desde un principio; Ayla les volvió la espalda para ayudar a Jondalar; no vio, pues, que se aproximaba otro niño. Cuando giró en redondo, ahogó una exclamación: sintió que su rostro se demudaba. — ¿No importa si Rydag toca el caballo? —preguntó la niña—. No sabe hablar, pero yo sé que lo desea. Rydag siempre provocaba sorpresa en la gente, y ella lo sabía. — ¡Jondalar! —llamó Ayla, con un susurro ronco—. Esa criatura. ¡Podría ser mi hijo! ¡Parece Durc! Él, al volverse, abrió los ojos con atónita sorpresa. Era un niño de espíritus mezclados. Los cabezas chatas (aquellos a los que Ayla siempre llamaba “el Clan”) eran, para casi todos, animales; los niños como aquél eran considerados por la mayoría como “abominaciones”, mitad animales, mitad humanos. Para él había sido un desagradable golpe enterarse de que Ayla había dado a luz a un hijo híbrido. Por lo común, la madre de semejante criatura era una paria, descastada por miedo a que atrajera otra vez al maligno espíritu animal, haciendo que otras mujeres alumbraran nuevas abominaciones. Algunos ni siquiera querían admitir que existían; descubrir a uno viviendo allí, con la gente, era algo más que inesperado: era asombroso. ¿De dónde había salido aquel niño? Ayla y el pequeño se miraban mutuamente, sin prestar atención a nada más. «Es delgado para ser medio Clan —pensó Ayla—. Por lo común son de huesos grandes y musculosos. Ni siquiera Durc era tan delgado. Está enfermo». Su mirada de mujer adiestrada en la medicina le reveló que era un problema de nacimiento, algo que afectaba a ese músculo fuerte que latía dentro del pecho, haciendo mover la sangre, supuso. Pero archivó esos datos sin pensar en prestarles mayor atención. Estaba observando con mayor interés el rostro y la cabeza, en busca de las similitudes y las diferencias entre aquella criatura y su propio hijo. Los ojos pardos, grandes e inteligentes, eran como los de Durc, incluso en la expresión de antigua sabiduría, muy superior a la edad. Sintió una punzada de nostalgia y un nudo en la garganta. Pero había también dolor y sufrimiento, no siempre físico, jamás experimentados por Durc. Se sintió llena de compasión. Las cejas del niño no eran tan pronunciadas, apostilló tras un estudio detallado. Durc tenía las protuberancias supraorbitales bien desarrolladas incluso a los tres años, al marcharse ella; sus ojos y su ceño saliente eran del Clan, pero la frente era como la de aquel niño: no echada hacia atrás y achatada, como la del Clan, sino alta y curvada como la suya. Sus pensamientos comenzaron a divagar. Durc ya tendría seis años, edad suficiente para ir con los hombres cuando practicaran con las armas de caza. Pero sería Brun quien le enseñara a cazar, no Broud. Al recordar a Broud sintió un arrebato de ira. Jamás o
Anonymous
Me sujetó de la cintura para ayudarme a subir y debo de reconocer que estaba sensible al toque de sus manos, las cuales hicieron que mi cuerpo deseara más, para saciar la sed que había comenzado a sentir. Seguidamente subió él y ambos nos fuimos cabalgando, sentía que era mi príncipe azul el que había llegado para rescatarme y que ahora me llevaba a vivir con él, feliz para siempre como en los cuentos. Sé que era un pensamiento infantil, pero creo que todas la mujeres románticas hemos soñado con eso desde la niñez. Recordé la escena de uno de mis cuentos ilustrados cuando era niña, la imagen de un apuesto príncipe en su impecable armadura, con espada en mano y montando en su caballo blanco, se había quedado en mi mente para soñarlo por mucho tiempo y aunque mi realidad había sido otra, quise guardar una pequeña esperanza en lo más profundo de mi corazón y por un momento, me sentí afortunada y quise creer en mi propio cuento. A medida que me hablaba por el camino, sentía su cálido aliento en mi cuello y su dulce voz penetrando mis oídos. Sentía que estaba a punto de perder el conocimiento y quedarme en sus fuertes brazos. Sinceramente no recuerdo las cosas que me decía, tenía que concentrarme en mi fortaleza y tratar de evitar la excitación.
Itxamany Bustillo (El Príncipe de Bórdovar 1)
Cerré los ojos como me dijo y lentamente me giró hacia él. Puso sus manos en mi cara y me acercó a la suya, por alguna razón no podía reaccionar y me estaba dejando llevar. Inconscientemente puse mis manos en su pecho y al sentirlo tan firme y tan fuerte una reacción extraña y placentera se activó en mi cuerpo. Poco a poco sentí su cálido aliento y su nariz tocando la mía y sin darme cuenta, sus labios se posesionaron de los míos con fuerza, sujetándome de la nuca para evitar que lo rechazara, asaltando mi boca, explorando con su lengua, bebiendo mi esencia, dejándome sin aliento y amenazando con arrancarme los labios y ahogarme. Jadeaba intentando respirar y él gemía a la vez que succionaba todo de mí, mi cuerpo se excitó respondiendo a él de manera exagerada al sentir su fuerza, mis instintos de mujer me habían traicionado.
Itxamany Bustillo (El Príncipe de Bórdovar 1)
Le puso las manos sobre el pecho, y él tensó los músculos de los brazos, cerrando las manos y apretando los puños, mientras apartaba la mirada de ella. Erinni deslizó las manos hacia arriba hasta llegar a sus hombros, y siguió, ahuecándole el rostro entre sus palmas y obligándolo a enfrentar su mirada y sus palabras. –Me casé contigo porque ya estaba enamorada de ti, y pensé que, aunque fuera una farsa de matrimonio, aunque tú no me amaras, sería una experiencia maravillosa sentir que te pertenecía. Tú me has demostrado que mis miedos eran infundados, y conseguiste que confiara en ti, en cuerpo y alma. –Negó con la cabeza y bajó la mirada mientras sus manos abandonaban el rostro del hombre que amaba, deslizándolas por el pecho hasta la cintura, rodeándola y abrazándose a él, apoyando la frente sobre sus pectorales–. Tenía la esperanza de demostrarte que yo también soy de fiar, que no soy mujer que traicione a las personas que le importan. Y soñaba con que pudieras llegar a amarme, aunque fuese solo un poco. Poco a poco, la rigidez en los músculos de Dayan fue cediendo, y sus brazos, que había mantenido apartados de ella, la abrazaron. Su corazón saltaba de alegría, pero su desconfiada mente lo advertía que aquella confesión podía ser una forma de manipularlo. Al fin ganó el corazón, que acalló los gritos desconfiados, y la apretó con fuerza contra su cuerpo. La agarró por el culo con sus grandes manos. Su pecho vibraba contra la nariz de Erinni, que aspiró profundamente, inhalando su masculino aroma almizclado. Su polla estaba presionada contra el suave vientre, y odió llevar tanta ropa encima. Quería que estuviera desnudo para poder disfrutar de su musculoso cuerpo, sentirlo piel contra piel, emborracharse de su olor, embriagarse de su presencia, hartarse de su fuerza. –Mírame –susurró él. Alzó la cabeza para encontrarse con sus extraordinarios e intensos ojos fijos en ella. Sus miradas permanecieron unidas hasta que Erinni bajó la mirada hacia sus increíbles labios, que poco a poco se separaron. Abrió la boca lentamente, invitándolo a besarla. Dayan empezó a inclinar la cabeza con lentitud y ella cerró los ojos en el último momento, unos segundos antes que los dulces labios acariciaran los suyos. Cada vez que la besaba, se sorprendía preguntándose cómo alguien tan fuerte podía ser tan tierno. Erinni abrió la boca totalmente y sus lenguas se encontraron. Las manos de Dayan subieron para aprisionarle las mejillas y después perderse en su alborotado pelo, aprisionándola, como si temiera que en cualquier momento ella pudiese apartarse. Fue un beso dulce que rápidamente los abrasó. Él gimió al intensificar el beso, y ella se agarró de los anchos hombros, tirando de él hacia abajo. Erinni también gimió, animándolo a apretarla aún más contra él hasta que casi no pudo ni respirar. Pero no importaba. La estaba besando y sosteniendo entre los brazos. (Capítulo 15)
Alaine Scott (La hechicera rebelde (Cuentos eróticos de Kargul #2))
–¡Dayan! No se molestó en contestar mientras la acomodaba hasta sentarla sobre su boca. El aroma de su esencia lo rodeó, aumentando su necesidad de probarla. La sangre le hirvió en las venas cuando la sujetó por las caderas y levantó la cabeza, deslizando la lengua por los empapados pliegues de su sexo, buscando el clítoris. Cuando lo succionó entre los labios ella dejó ir un agudo gemido, y tuvo que agarrarse del cabecero de la cama para no caerse. Dayan sonrió y pasó la lengua otra vez por el nudo de terminaciones nerviosas. –¡Oh, dioses! ¡Dayan! ¡Yo no..! –jadeó–. ¡Sí! ¡Oh, sí! Le rozó el clítoris con los dientes con suavidad y ella alcanzó el éxtasis al instante. Erinni gritó de placer y fue el sonido más maravilloso que Dayan hubiera oído nunca. La liberación de la sanadora provocó en él una satisfacción completamente diferente a cualquiera que hubiera experimentado antes. Siempre le había gustado dejar bien satisfechas a sus mujeres, pero ahora era tan gratificante como frustrante. Increíble pero insuficiente. Dayan saboreó los jugos que brotaban del cuerpo de Erinni. Manteniéndola inmóvil con una mano, deslizó la otra por el interior del muslo hasta introducir dos dedos en su vagina. El calor de Erinni lo rodeó de inmediato, con los músculos internos palpitando aún por el clímax. Unos segundos después, encontró aquel suave y sensible lugar que dicen las malas lenguas que no existe, y lo frotó sin misericordia mientras buscaba de nuevo el clítoris con la boca. Erinni se quedó sin respiración, apretó los dedos aún más fuerte en el cabecero, y se arqueó intentando atenuar las increíbles sensaciones que la abrumaban, comenzando a jadear y gemir. –¡Dayan! Oh, Dayan… por favor… es demasiado… yo no… ¡Ooooh! Quería proporcionarle el tipo de placer que la devastaría y la arruinaría para cualquier otro hombre que no fuera él. Capturó el clítoris con la lengua y lo hizo rodar de un lado hacia otro. Ella tenía los músculos tensos y cerró los puños en el cabecero, inmersa en el frenesí mientras sus pliegues se hinchaban más y más. Dayan apartó la boca un momento para mirarle el sexo; la carne palpitaba con un inflamado color carmesí que suplicaba satisfacción. Erinni inspiró durante el momento de tregua, hasta que aquella estremecedora sensación la rodeó, exigiendo su liberación. Gritó. –¡Dayan! –¿Quieres que pare? –¡No! Sonriendo ampliamente, volvió a succionar el clítoris con los labios. La estimuló con dientes y lengua, hasta que el cuerpo de Erinni se tensó por completo y comenzó a correrse de una manera salvaje mientras gritaba. Lleno de satisfacción masculina, no le dio respiro y la deslizó sobre su cuerpo hasta las caderas. Le separó las piernas con la rodilla y se sujetó la anhelante polla con la mano. Penetrarla fue fácil. Estaba tan lubricada que no encontró ningún impedimento. La fricción de su carne le hizo soltar un gemido desgarrador. Cuando Erinni le tiró del pelo, Dayan tensó la mandíbula y apretó los dientes para controlarse y no explotar. Alejar aquella frenética sensación fue aún más difícil cuando ella empezó a contonearse encima de él. El placer le hizo hervir la sangre. La deseaba de una forma aterradora, insaciable, abrumadora. Quería que Erinni volviera a correrse otra vez. Comenzó a embestirla, con dureza y con profundidad, enterrándose completamente, ardiendo, sintiendo que su polla latía de dolor. Un empuje tras otro, cada vez más duro y rápido, intenso e increíble. Contenerse se hizo imposible cuando ella palpitó alrededor de su miembro mientras jadeaba y gemía. –¡Sí! ¡Sí! ¡Dayan, dioses! (Dayan y Erinni. Capítulo 7, parte B.)
Alaine Scott (La hechicera rebelde (Cuentos eróticos de Kargul #2))
Cual de todas soy…! Soy una mujer, una niña interna, una abuela sabionda. El mar embravecido pidiendo amor a gritos. La lengua que no tiene descanso en su andar diario guiando a sus hijos. Aquella que con el tiempo aprendió que la prudencia es necesaria para sobrevivir en estos campos. Soy esa mujer que no deja de soñar, ni de sentir. Soy el Tocororo enamorado que aunque pasen muchos años sigue allí sin perder su raíz. Soy una mujer que se equivoca. Que se ha caído mil veces y aun alza su frente con orgullo. Haciendo más fuerte su andar. Sirviendo de ejemplo a los hijos que supo engendrar. Soy una mujer que ha llorado hasta derramar su alma en un canto. Que ha perdido su nido en un torbellino y lo ha vuelto a armar porque ha tenido fuerzas para luchar. Soy un vientre de mujer, soy el ovulo fecundado. El esperma que ha llegado para engendrar lo más bello que existe y que se crea dentro de mí. Soy un pujo en el ocaso dando al mundo un nuevo ser. Soy una mujer, un papalote de sueños. El mes de marzo lleno de amor. Una barca en alta mar luchando con las olas en su vaivén peculiar. Hasta podría ser una princesa, un hada encantada, una gaviota extraviada. Soy una mujer en un beso una luciérnaga que vuela sobre mares y montañas buscando el amor entre tanta soledad. Y me preguntas tú, cual de todas soy….? Soy una mujer, una niña interna, una abuela sabionda. Soy la mujer, la amiga, la hermana, la madre, una fragancia empedernida. Unos pechos que amantan el sabor del nuevo día.
Melba Merced Almeida
Una ráfaga de aire helado pasó entre los presentes, haciendo una pequeña espiral y levantando hojas a su paso. Tan solo los sollozos desgarradores de Adèle rompían el silencio que reinaba en aquel claro del bosque. Recorrí con la mirada los rostros desconocidos de aquellas personas, sus caras reflejaban emociones que iban desde el dolor más profundo por la pérdida de un ser amado a la impotencia. Reconocí al moreno Ray que permanecía impertérrito con la mirada perdida cargada de dolor, de vez en cuando desviaba la vista hacia la pelirroja que lloraba desconsolada en brazos de su padre. A su lado, dos figuras imponentes captaron mi atención; me sorprendió lo diferentes y parecidos a la vez que me resultaron. La figura oscura y salvaje de Erwan se hallaba al lado de un hombre de su edad aproximada e idéntica complexión. Su cabello rubio llegaba casi a la altura de los hombros y una mueca de dolor atravesaba su bien parecido rostro. Gruesas lágrimas se derramaban por sus ojos anegados de la más profunda tristeza. A su lado, Erwan miraba un punto que quedaba frente a él con la mandíbula apretada. Había mucho dolor en su rostro, sus ojos azules estaban oscuros como el mar en plena tormenta y reflejaban una furia salvaje que apenas podía mantener controlada. En el centro del claro, sobre un lecho de ramas se hallaba un cuerpo sin vida. Me acerqué para observarlo de cerca, nadie reparó en mi presencia, era como si fuese un fantasma, como si realmente no estuviese allí. Pude adivinar mientras me acercaba que se trataba de una mujer. Su cuerpo menudo estaba bellamente vestido de blanco haciéndola parecer un hada con su magnífica melena azabache desparramada a su alrededor. Una gota de lluvia cayó en su pecosa nariz. Levanté la vista al cielo: las negras nubes habían acabado por cubrirlo todo. Una mujer alta, bastante mayor, y de porte solemne, hizo una señal de asentimiento con la cabeza a un hombre que sostenía una antorcha. El hombre la acercó al lecho de la joven y éste empezó a arder. Adèle finalmente se derrumbó sin poder aguantar más aquella tortura. El hombre rubio avanzó con decisión hacia la joven sin vida que ahora yacía entre las llamas. Fue interceptado antes de llegar al fuego por Erwan que lo agarró con fuerza desde detrás envolviéndolo con sus fuertes brazos. El hombre lanzó un gritó desgarrador al aire; estaba roto por el dolor. Sentí una gruesa lágrima resbalando por mi mejilla ante aquella desoladora escena, compartía su dolor, yo también acababa de perder una parte de mí misma. Antes de que las llamas envolvieran totalmente el cuerpo de la joven, dirigí la mirada hacia su rostro. Un escalofrío me recorrió desde la columna vertebral. Di un paso atrás totalmente conmocionada. ¿Quién era aquella gente?, ¿por qué mi cuerpo yacía sin vida en medio de las llamas? Desperté de golpe con un fuerte dolor en el pecho. Me incorporé en la cama intentado recuperar la respiración, mi corazón latía descontrolado a punto de salirse por la boca. Era yo. La mujer de la pira era yo.
Elisabet Castany
Hace mil años los seres humanos vivían en un mundo en el que el atributo más importante para la sobrevivencia era la fuerza física; y los hombres ( por lo general) son más fuertes físicamente. Hoy en día la persona más cualificada para ser líder ya no es la persona con más fuerza física. Es la más inteligente, la que tiene más conocimientos, la más creativa o la más innovadora. Y para estos atributos no hay hormonas. Una mujer puede ser igual de inteligente, innovadora y creativa, que un hombre. Hemos evolucionado. En cambio nuestras ideas sobre el género no han evolucionado mucho.
Chimamanda Ngozi Adichie (We Should All Be Feminists)
¿Sabes cuál es la única diferencia entre una mujer débil y una mujer fuerte, Malena? —me preguntó Magda, y yo negué con la cabeza—. Que las débiles siempre se pueden montar en la chepa de la fuerte que tengan más a mano para chuparle la sangre, pero las fuertes no tenemos ninguna chepa en la que montarnos, porque los hombres no valen para eso, y cuando no queda más remedio, tenemos que bebernos la nuestra, nuestra propia sangre, y así nos va.
Almudena Grandes (Malena es un nombre de tango)
una buena idea nunca es más fuerte que la estructura que debe apoyarla.
Gail Evans (Juega como hombre, gana como mujer (Spanish Edition))
La mayoría de nosotros no somos tan fuertes. ¿Qué es el honor, comparado con el amor de una mujer? ¿Qué es el deber, comparado con el calor de un hijo recién nacido entre los brazos, o el recuerdo de la sonrisa de un hermano? Aire y palabras. Aire y palabras. Solo somos humanos, y los dioses nos hicieron para el amor. Es nuestra mayor gloria y nuestra peor tragedia.
George R.R. Martin (A Game of Thrones (A Song of Ice and Fire, #1))
En todas partes nos repiten que las mujeres no podemos manifestarnos como los seres sexuales que somos sin que esto nos convierta en objeto. Bajo esta lógica, perrear al son de letras tipo “vamos a portarnos como animales” muchas veces se lee como una “degradación de la dignidad” de las mujeres. Se cree que el único motivo para mover el culo o mostrar la piel es la atención de los hombres (el male gaze es tan fuerte que nos parece el único objetivo para todo lo que hacemos las mujeres) y esa que perrea, la perra, tiene el descaro de llevar en el pecho la insignia de un insulto: ¡perra! En esta maraña de juicios se nos obliga a rechazar el sexo.
Catalina Ruiz-Navarro (Las mujeres que luchan se encuentran: Manual de feminismo pop latinoamericano)
En todas partes nos repiten que las mujeres no podemos manifestarnos como los seres sexuales que somos sin que esto nos convierta en objeto. Bajo esta lógica, perrear al son de letras tipo “vamos a portarnos como animales” muchas veces se lee como una “degradación de la dignidad” de las mujeres. Se cree que el único motivo para mover el culo o mostrar la piel es la atención de los hombres (el male gaze es tan fuerte que nos parece el único objetivo para todo lo que hacemos las mujeres) y esa que perrea, la perra, tiene el descaro de llevar en el pecho la insignia de un insulto: ¡perra! En esta maraña de juicios se nos obliga a rechazar el sexo. Cualquier referente al sexo se toma como una invitación.
Catalina Ruiz-Navarro (Las mujeres que luchan se encuentran: Manual de feminismo pop latinoamericano)
Deseo que seas libre. Que tengas una vida plena y digna. Espero que seas más fuerte que yo. Y también más valiente. O qué no tengas que ser valiente. Que exista un país donde no tengas que ser valiente. Que no sientas el miedo como yo. Que sea solo un recuerdo...
Karen Villeda (Agua de Lourdes. Ser mujer en México.)
1. ¿Qué aspectos de tu rol profesional te resultan fáciles? 2. ¿Qué aspectos de tu rol profesional son difíciles para ti, pero los necesitas para tu puesto? 3. ¿Qué fortalezas o características tienes tú que te hacen resaltar del resto? 4. ¿Qué nuevas competencias necesitas para tu puesto actual o el siguiente en tu línea de carrera? ¿Cómo abordarlo? No existe una fórmula única, pero te comento lo que a mí me resulta práctico y me ha funcionado. En las respuestas del cuadrante 1, básicamente no necesitas hacer nada. El cuadrante 2 es como ese curso difícil en la universidad. Lo que debes hacer es exactamente lo mismo: define una meta mínima, pero retadora. Retadora, pero no matadora, para que simplemente “cumplas” con lo mínimo necesario para llevar a cabo tus funciones y tu plan, sin tratar de ser el mejor acá. Algo que yo hago, además de esto, es complementarme con algún miembro de mi equipo que sea fuerte en los aspectos donde yo no lo soy. Por ejemplo, yo soy mala con los detalles, soy más de ver el bosque entero, así que en mi equipo tengo siempre a alguien muy detallista. El cuadrante 3 es fundamental. Obsérvate o inclusive conversa con colegas o con tu jefe para que identifiques tus principales cualidades. Hace poco, dándole feedback a una colega, le comenté que me gustaba mucho que ella no ocultaba los problemas, que se atrevía a comentarlos, pero lo más lindo es que decía “Tenemos este problema” y siempre venía acompañado de una posible solución. En otras palabras, su cualidad sobresaliente era la proactividad y disposición al trabajo. Yo sugiero que identifiques dos o tres fortalezas en las cuales trabajar para que te vuelvas extraordinaria en ellas. En estas invierte tiempo capacitándote, ejercitándolas, buscando retroalimentación, etc. El cuadrante 4 es el que te hace tener un ojo en el futuro. Sabiendo cuál es tu siguiente escalón para acercarte a tu trabajo o puesto ideal, define qué competencias técnicas necesitas ir adquiriendo en el camino. Algunas las adquirirás con capacitaciones, como en mi caso, por ejemplo, que me he capacitado últimamente en cómo hacer escalar negocios. Y también identifica qué habilidades blandas requieres desarrollar o mejorar para tu futuro escalón. Las habilidades las vas a desarrollar a través de la experiencia, principalmente. Puede ser con nuevos proyectos, nuevas responsabilidades o, inclusive, fuera del trabajo, a través del deporte o actividades culturales. Por ejemplo, por mi cargo, he tenido que desarrollar mi habilidad para hacer networking, cosa que me cuesta mucho. Para ello, desarrollé un plan para participar más activamente en comités, en conferencias, en paneles, etc.
Carla Olivieri (Mujeres fuera de la caja (Fuera de colección) (Spanish Edition))
Wrap Up "La orden del fenix" *Albus Dumbledore: Emma *Minerva McGonagall Orgullo y Prejuicio 5/5 Es una historia clásica de amor, me gusto mucho Elizabeth, el libro le da mucha visibilidad a la mujer, ella es muy fuerte y no se calla lo que piensa. Darcy un gran personaje. *Alastor Moody *Potter & Longottom *Sirius Black *Remus & Tonk *Familia Weasley Hasta que deje de doler 5/5 Violeta y Vincent, se convirtieron en unas de mis parejas favoritas, los ame a ambos. Me entristeció y enterneció como sufrió toda la familia de Vincent, al verlo tan decido a correr todos los riesgos para terminar con su vida. Violeta un gran personaje. *Kingsley Shacklebolt *Severus Snape La bestia 5/5 Me gusto el libro, Kyle resulto ser bueno, al principio parecía un ser despreciable, pero no lo era, todo lo que hace por Will, Lindy y Magda es increible.
Maria Laura
—[...] Tiene unas manos maravillosas; mi madre las habría llamado manos de mago. Mi padre sonrió. —Las ha heredado de su madre: delicadas pero fuertes. Perfectas para fregar cacharros, ¿verdad, mujer? Mi madre le dio un manotazo; luego le cogió una mano a su esposo y se la abrió para enseñársela a Ben. —Mi hijo tiene las mismas manos que su padre: elegantes y suaves. Perfectas para seducir a las hijas de los nobles. —Mi padre quiso protestar, pero ella no le hizo caso—. Con esos ojos y esas manos, no habrá ni una sola mujer a salvo en el mundo cuando mi hijo empiece a correr detrás de las faldas. —Cuando empiece a cortejar doncellas, querida —la corrigió mi padre.
Patrick Rothfuss (The Name of the Wind (The Kingkiller Chronicle, #1))
Es verdad que en la vida matrimonial hay muchas dificultades, muchas; que el trabajo, que el dinero no es suficiente, que los niños tienen problemas. Muchas dificultades. Y muchas veces el marido y la mujer llegan a estar un poco nerviosos y riñen entre ellos. Pelean, es así, siempre se pelea en el matrimonio, algunas veces vuelan los platos. Pero no debemos ponernos tristes por esto, la condición humana es así. Y el secreto es que el amor es más fuerte que el momento en que se riñe, por ello aconsejo siempre a los esposos: no terminar la jornada en la que habéis peleado sin hacer las paces. ¡Siempre! Y para hacer las paces no es necesario llamar a las Naciones Unidas a que vengan a casa a hacer las paces. Es suficiente un pequeño gesto, una caricia, y adiós. Y ¡hasta mañana! Y mañana se comienza otra vez. Esta es la vida, llevarla adelante así, llevarla adelante con el valor de querer vivirla juntos. Y esto es grande, es hermoso.
Anonymous
Hay tres aspectos de la ambisexualidad que hemos vislumbrado o entrevisto apenas, y que quizá nunca entendamos del todo. Considérese: Cualquiera puede cambiarse en cualquiera de los dos sexos. Esto parece simple, pero los efectos psicológicos son incalculables. El hecho de que cualquiera [...] pueda sentirse "atado a la crianza de los niños" [...] implica que nadie está tan "atado" aquí como pueden estarlo, psicológicamente o físicamente, las mujeres de otras partes. Las cargas y los privilegios son compartidos con bastante equidad: todos corren los mismos riesgos o tienen que afrontar las mismas decisiones. Por lo tanto nadie es aquí tan libre como un hombre libre de cualquier otra parte. Considérese: No hay imposición sexual, no hay violaciones. Como en la mayoría de los mamíferos no humanos el coito implica una invitación y un consentimiento mutuos; de otro modo no es posible. La seducción es por supuesto posible, pero sólo con un extraordinario sentido de la oportunidad. Considérese: No hay división de la humanidad en dos partes: fuerte/débil; protector/protegido; dominante/sumiso; sujeto de propiedad/objeto de propiedad; activo/pasivo. En verdad toda esa tendencia al dualismo que empapa el pensamiento humano se encuentra aminorada, o cambiada, en Invierno (pp. 107-108)
Ursula K. Le Guin (The Left Hand of Darkness)
Se le invita a vivir en casa del conde Berthelem Regis Dervieux du Villars, casado con Fanny, una bella mujer aristócrata con quien entra Bolívar en relación íntima; la llama “mi querida prima”.[74] Conoce así el joven caraqueño la aristocracia francesa; posee dinero, imaginación, voluntad de placeres, necesidad de ilustrarse. “Fanny du Villars era amorosa y benevolente con Bolívar; le presentó sus amistades e hizo cuanto pudo por hacerle la vida agradable en París; pero ya el alma del guerrero necesitaba impresiones más fuertes. Los placeres de la sociedad culta, y los del Palais Royal, recordados con deleite bajo el ardiente sol de los Llanos, no satisfacían a su espíritu”.
Alfonso Rumazo González (Simón Rodríguez, Maestro de América (Spanish Edition))
Con esta convicción de sabiduría propia, efecto de profunda meditación y búsqueda, se presenta Rodríguez a producir una originalidad auténtica, que muchos años más tarde adoptará el italiano Juan Bosco (vivió entre 1815 y 1888) para la fundación de sus Escuelas-taller salesianas, y que el siglo veinte tiene en práctica en la mayoría de los países cultos. A Simón Rodríguez le corresponde la prioridad, en la historia. La recomendación del trabajo manual proviene de Rousseau, “porque es el que más le acerca al hombre al estado de naturaleza”, decía.[116] El maestro venezolano supo fundir ese aprendizaje con el trabajo intelectual, haciéndolos actuar simultáneamente. Tiene el creador del método una doctrina perfectamente aclarada y especificada; la dará a conocer más tarde en Chuquisaca, donde hará un experimento de la laya del de Bogotá, pero más amplio: “La intención no era llenar el país de artesanos rivales o miserables, sino instruir y acostumbrar al trabajo, para hacer hombres útiles, asignarles tierras y auxiliarlos en su establecimiento; era colonizar el país con sus propios habitantes. Se daba instrucción a las mujeres, para que no se prostituyesen por necesidad, ni hiciesen del matrimonio una especulación para asegurar su subsistencia. Los alumnos gozaban de libertad –ni los niños eran frailes, ni los viejos presidiarios–; el día lo pasaban ocupados y por la noche se retiraban a sus casas, excepto los que querían quedarse”.[117] Define el arte de educar como el cumplimiento de cuatro normas especiales: "Instrucción social, para hacer una nación prudente; corporal, para hacerla fuerte; técnica, para hacerla experta; y científica, para hacerla pensadora”. (Lo religioso no entra en la enumeración).
Alfonso Rumazo González (Simón Rodríguez, Maestro de América (Spanish Edition))
He entrevistado a muchas personas blancas que tienen gratos recuerdos de sus vidas en la década de 1950 y de principios de los sesenta. Los que nunca se cuestionaron esos recuerdos para entender su complejidad, eran los más reacios a los derechos civiles y a los movimientos de liberación de la mujer, porque según ellos destruían el mundo armonioso que ellos recordaban. Pero otros se daban cuenta de que sus propias experiencias positivas dependían, en cierta medida, de condiciones sociales injustas o de malas experiencias para los demás. Algunas personas blancas reconocieron que sus recuerdos felices de la infancia incluían tener una criada negra que siempre estaba a su disposición, porque ella no podía atender a sus propios hijos.
Brené Brown (Más fuerte que nunca)
Yo suelo decir: «Enséñame una mujer que acepte ver a un hombre realmente asustado y vulnerable, y te enseñaré a una mujer que ha aprendido a aceptar su propia vulnerabilidad y que no debe su poder o su estatus a ese hombre. Enséñame a un hombre que puede estar con una mujer verdaderamente asustada y vulnerable y que sea capaz de simplemente escuchar sus problemas sin intentar arreglar nada o aconsejarla, y te enseñaré a un hombre al que no le importa reconocer su propia vulnerabilidad y que no debe su poder al omnipotente y omnipresente mago de Oz».
Brené Brown (Más fuerte que nunca)
¡No, no, no más, hombre, por Dios! ¿Por qué hacerme usted escribir faltando a mi resolución? Vamos, ¿qué adelanta usted sino hacerme pasar por el dolor de decir a usted mil veces no? Señor, usted es excelente, es inimitable; jamás diré otra cosa sino lo que es usted. Pero, mi amigo, dejar a usted por el general Bolívar es algo; dejar a otro marido sin las cualidades de usted sería nada. ¿Y usted cree que yo, después de ser la predilecta de este general por siete años y con la seguridad de poseer su corazón, prefiera ser la mujer del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, o de la Santísima Trinidad? Si algo siento, es que no haya sido usted mejor para haberlo dejado. Yo sé muy bien que nada puede unirme a él bajo los auspicios de lo que usted llama honor. ¿Me cree usted más honrada por ser él mi amante y no mi esposo? ¡Ah! Yo no vivo de las preocupaciones sociales, inventadas para atormentarse mutuamente. Déjeme usted, mi querido inglés. Hagamos otra cosa: en el cielo nos volveremos a casar, pero no en la tierra. ¿Cree usted malo este convenio? Entonces diría yo a usted que era muy descontento. En la patria celestial pasaremos una vida angelical y toda espiritual (pues, como hombre, usted es pesado); allá todo será a la inglesa, porque la vida monótona está reservada a su nación (en amores digo; pues en lo demás, ¿quiénes más hábiles para el comercio y la marina?). El amor les acomoda sin placeres; la conversación, sin gracia, y el caminar, despacio; el saludar, con reverencia; el levantarse y sentarse, con cuidado; la chanza, sin risa; éstas son formalidades divinas; pero yo, miserable mortal que me río de mí misma, de usted y de otras seriedades inglesas, etc., ¡qué mal me iría en el cielo! Tan malo como si fuera a vivir en Inglaterra o Constantinopla, pues los ingleses me deben el concepto de tiranos con las mujeres, aunque no lo fuese usted conmigo, pero sí más celoso que un portugués. Eso no lo quiero yo. ¿No tengo buen gusto? Basta de chanzas. Formalmente y sin reírme, con toda la seriedad, verdad y pureza de una inglesa digo "que no me juntaré más con usted". Usted anglicano y yo atea, es el más fuerte impedimento religioso; el que estoy amando a otro es mayor y más fuerte. ¿No ve usted con qué formalidad pienso? Su invariable amiga, Manuela.
Alfonso Rumazo González (Simón Bolívar (Spanish Edition))
Las mujeres, al igual que los hombres, somos diversas y en cada una de nosotras hay muchas cosas que nos hacen distintas y nos separan, pero hay una que nos une y que atraviesa todas las etapas de nuestra vida y prácticamente todos los ámbitos: la experiencia de ser mujer en un mundo patriarcal. Eso, compañeras, puede y debe unirnos. Todas hemos pasado por situaciones o sensaciones parecidas, de miedo o discriminación. Compartirlas nos hace más fuertes y nos ayuda a sentir que no estamos solas y que no estamos locas. Lo que pasa es que hemos crecido con relatos que nos hacían creer que éramos enemigas (aunque tuviéramos amigas), nos han enseñado a desconfiar entre nosotras, a tenernos celos. Pues bien, la sororidad va de todo lo contrario, va de empatía, de hermandad, de solidaridad y de apoyo mutuo, de reforzarnos entre nosotras. Compartamos lo que nos pasa, hablemos, generemos lazos de confianza. Si el feminismo es una práctica activa y solo con decir «soy feminista porque creo en la igualdad» no te conviertes en feminista, con la sororidad pasa un poco lo mismo, también es una práctica
Leticia Dolera (Morder la manzana: La revolución será feminista o no será)
Estoy harta de ser la fuerte. A veces pienso que solo existo para que los demás se sientan bien: desde mi madre, mis hermanas, en mi trabajo... Hola, [...] no te preocupes que no te daré problemas, de hecho, no los tengo, pero puedes darme los tuyos. Yo te los soluciono. Me siento como un parque de atracciones para adultos insatisfechos que solo vienen a divertirse y se van. O más bien, un balneario. Vienen a curar su autoestima, sus problemas y cuando ya la tienen alta y se lo pueden permitir, no sólo irse sin dar nada a cambio, si no racanearme un gesto de cariño, un "te quiero", se permiten decirte "las cosas como son", "con sinceridad", es decir, a lo bestia, sin aderezos, porque se supone que a ti no va a dolerte. Eres una superwoman. Qué coño. Tú puedes con eso y más
Vanessa Montfort (Mujeres que compran flores)
En un contexto –de fuerte tradición católica- en el que un feminismo radical sólo puede tener un éxito limitado, las mujeres son incorporadas a la escena política mediante una reafirmación de valores socialmente aceptados, a la vez que, mediante una serie de binomios –inteligencia/corazón, acción política/acción social-, se adecua al sujeto mujer al campo de lo femenino con un reparto de roles que resuelve el dualismo hombre-mujer en jerarquización.
Sara Perrig (La mujer en el discurso peronista (1946-1952) (Primeros Pasos) (Spanish Edition))
Era una mujer débil frente a las cosas. Todo le parecía a veces demasiado preciso, imposible de ser tocado. Y, a veces, lo que usaban como aire de respirar era peso de muerte para ella. Vea si comprende a mi heroína, tía, escuche. Es voluble y audaz. No ama, no es amada. [...] Sin embargo, lo que hay dentro de Juana es algo más fuerte que el amor que se da y lo que hay dentro de ella exige más que el amor que se recibe.
Clarice Lispector (Near to the Wild Heart)
Durante una pausa en las intervenciones, se me acercó una mujer, superviviente de Birkenau. Me miró fijamente a los ojos y luego explotó a quemarropa: —¡La odio! Por un instante me quedé sin habla. —¿Por qué? ¿Por qué me odia? —le pregunté cuando me hube recuperado. —Porque su madre era celadora en Birkenau y creo que la recuerdo. Era una rubia de mano de hierro que un día me arrancó los incisivos con una porra. Era así, ¿no? Una rubia fuerte... —Me miraba con una agresividad cargada de resentimiento. —No... no lo sé —balbucí. —¿No sabe si su madre era rubia o no? ¡Tendrá una foto, algo! ¡Quiero saberlo, quiero saber si aquella rubia de Birkenau era su madre!
Helga Schneider (Let Me Go)