Todos Los Santos Quotes

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Por el amor de Dios, de la virgen, de las estrellas y de todos los santos mundiales
Megan Maxwell (Sígueme la corriente (Adivina quién soy, #3))
Por el amor de Dios, la virgen y todos los santos habidos y por haber
Megan Maxwell (Sígueme la corriente (Adivina quién soy, #3))
Por todos los santos, qué noble que es este grupo.Son todos unos espartacos ,¿no es así?
Richelle Mead (Frostbite (Vampire Academy, #2))
Y nos besamos. Allí, en presencia de todos los santos y ángeles, nos besamos.
Bethan Roberts (My Policeman)
perseverancia y súplica por todos los santos; 19y orad por mí, para que me sea dada palabra al abrir mi boca, a fin de dar a conocer sin temor el misterio del evangelio, 20por el cual soy embajador en cadenas; que al proclamarlo hable con denuedo, como debo hablar.
Anonymous (La Biblia de las Américas (LBLA))
—Tú sigue soltando sandeces y verás lo peor de mí. —Por todos los Santos, ¿me estás diciendo que aún no he visto lo peor de ti? Zoya se acomodó el cabello. —Si lo hubieras visto, estarías balbuceando plegarias debajo de las sábanas. —Curiosa forma de conseguir llevarme a la cama, pero ¿quién soy yo para cuestionar tus métodos?
Leigh Bardugo (Rule of Wolves (King of Scars, #2))
17 para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones, a fin de que, arraigados y cimentados en amor, 18 seáis plenamente capaces de comprender con todos los santos cuál sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura, 19 y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios.
Casiodoro de Reina (Reina Valera 1960)
Sobre eso, pequeña Lena, todos los sabios y santos se han quebrado la cabeza.No hay dicha que perdure.
Hermann Hesse (Narcissus and Goldmund)
Tocad trompeta en Sion, y dad alarma en mi santo monte; tiemblen todos los moradores de la tierra, porque viene el día de Jehová, porque está cercano.
Casiodoro de Reina (Reina Valera 1960)
No todos los milagros son inmediatos, algunos suceden lentamente.
Luis Dávila
9Y ya también el hacha está puesta a la raíz de los árboles; por tanto, todo árbol que no da buen fruto se corta y se echa en el fuego.
Anonymous (Biblia (Reina Valera 1960 RV60) Con índice activo por cada libro (Spanish Edition))
Pero durante una hora, durante un día, Nikolai podría haber sido suyo. ¿Y si le pasaba algo en el campo de batalla? Le había dado demasiado miedo decirle que sí, demostrarle la verdad de su corazón, confesarle que desde la primera ve que lo había visto supo que él era el héroe de todos los cuentos de su tía, el chico con el alma de oro, lleno de luz y de esperanza. Por todos los Santos, Zoya quería estar cerca de esa luz. Quería sentir su calor mientras pudiera.
Leigh Bardugo (Rule of Wolves (King of Scars, #2))
Benny Hinn hizo una serie de declaraciones proféticas célebres en diciembre de 1989, ninguna de las cuales se hizo realidad. Él con toda confianza le dijo a su congregación en el Centro Cristiano de Orlando que Dios le había revelado que Fidel Castro iba a morir en algún momento de la década de 1990, que la comunidad homosexual en Estados Unidos sería destruida por el fuego antes de 1995 y que un gran terremoto podría causar estragos en la costa este antes de el año 2000. Se equivocó en todos los aspectos,
John F. MacArthur Jr. (Fuego extraño: El peligro de ofender al Espíritu Santo con adoración falsa (Spanish Edition))
Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; 20 enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.
Casiodoro de Reina (Reina Valera 1960)
Solo aquí, qué bien, me parece que estoy encima de todo. No me puede pasar nada. Yo soy el que paso. Vivo. Vivo. Fuera de tantas preocupaciones, fuera del dinero que tenía que ganar, fuera de la mujer con la que me tenía que casar, fuera de la clientela que tenía que conquistar, fuera de los amigos que me tenían que estimar, fuera del placer que tenía que perseguir, fuera del alcohol que tenía que beber. Si estuvieras así. Manténte ahí. Ahí tienes que estar. Tengo que estar aquí, en esta altura, viendo cómo estoy solo, pero así, en lo alto, mejor que antes, más tranquilo, mucho más tranquilo. No caigas. No tengo que caer. Estoy así bien, tranquilo, no me puede pasar nada, porque lo más que me puede para es seguir así, estando donde quiero estar, tranquilo, viendo todo, tranquilo, estoy bien, estoy bien, estoy muy bien así, no tengo nada que desear. Tú no la mataste. Estaba muerta. Yo la maté. ¿Por qué? ¿Por qué? Tú no la mataste. Estaba muerta. Yo no la maté. Ya estaba muerta. Yo no la maté. Ya estaba muerta. Yo no fui. No pensar. No pensar. No pienses. No pienses en nada. Tranquilo, estoy tranquilo. No me pasa nada. Estoy tranquilo así. Me quedo así quieto. Estoy esperando. No tengo que pensar. No me pasa nada. Estoy tranquilo, el tiempo pasa y yo estoy tranquilo porque no pienso en nada. Es cuestión de aprender a no pensar en nada, de fijar la mirada en la pared, de hacer que tú quieras hacer porque tu libertad sigue existiendo también ahora. Eres un ser libre para dibujar cualquier dibujo o bien para hacer una raya cada día que vaya pasando como han hecho otros, y cada siete días una raya más larga, porque eres libre de hacer las rayas todo lo largas que quieras y nadie te lo puede impedir.
Luis Martín-Santos (Tiempo de silencio)
Sé que este mundo es cruel. Que los santos y los pecadores sufren por igual. Sé que cada vez que le das un trocito de ti a alguien te arriesgas a que lo rompa. Sé que hay heridas que nunca sanan del todo y que lo único que queda a veces son las cicatrices. Sé que el tiempo nos come vivos.
Jay Kristoff (Empire of the Vampire (Empire of the Vampire, #1))
De todas las cosas conocemos la versión que nos han hecho creer. Presuponemos que nuestros padres dicen la verdad, y en realidad no tenemos motivos para pensar de otro modo. Sólo quien va un poco más allá de lo obvio se da cuenta de que no tiene por qué ser así en todos los casos. Siempre hay excepciones que confirman la regla.
Care Santos (El dueño de las sombras (Eblus, #1))
Así opinaba el "Libertador" sobre Quito: "...hombres tan malvados e ingratos. Yo creo que le he dicho a Vd., antes de ahora, que los quiteños son los peores colombianos. El hecho es que siempre lo he pensado, y que se necesita un rigor triple que el que se emplearía en otra parte. Los venezolanos son unos santos en comparación de esos malvados. Los quiteños y los peruanos son la misma cosa: viciosos hasta la infamia y bajos hasta el extremo. Los blancos tienen el carácter de los indios, y los indios son todos truchimanes, todos ladrones, todos embusteros, todos falsos, sin ningún principio de moral que los guíe." Bolívar a Santander, Pativilca, 7 de enero de 1824
Francisco Núñez Proaño (Quito fue España)
La hambruna, la peste y la guerra coparon siempre los primeros puestos de la lista. Generación tras generación, los seres humanos rezaron a todos los dioses, ángeles y santos, e inventaron innumerables utensilios, instituciones y sistemas sociales…, pero siguieron muriendo por millones a causa del hambre, las epidemias y la violencia.
Yuval Noah Harari (Homo Deus: Breve historia del mañana)
Cuando vino un miliciano a registrar la casa, yo le enseñé todos mis santos, tranquilamente. «¿Pero usted cree en esas paparruchas de Dios?», me dijo. «Claro que sí; ¿usted no?», le contesté. «No, ni permito que lo crea nadie.» «Entonces yo soy más republicana que usted, porque a mí me tiene sin cuidado lo que los demás piensen; creo en la libertad de ideas.» Entonces se rascó la cabeza y me dio la razón".
Carmen Laforet (Nada)
Porque cristianismo auténtico es seguir a Cristo y sus enseñanzas. Seguir lo que la Palabra de Dios nos dice. Y cuando la leemos de verdad, descubrimos que Dios no busca personas que tengan ambiciones personales para correr detrás de ellas y satisfacerlas, como si Él fuera el gran Papá Noel de los cielos, cumpliendo deseos de todo el mundo y regalando a todos el último capricho. Todo lo contrario. Él busca personas que estén dispuestas a deponer sus sueños y renunciar a ellos, para abrazar los sueños de Dios y vivir para Él, cueste lo que cueste. Gente que se ponga en la brecha como en Ezequiel 22.30, como los santos del Antiguo y del Nuevo Testamento, como los héroes de la fe, aquellos que hicieron proezas y aquellos «otros» que murieron como mártires sin haber alcanzado aquello por lo cual vivieron, pero aún creyendo.
Marcos Vidal (Con permiso: Cómo vivir un cristianismo real de todos los días (Spanish Edition))
A la eternidad pertenecen la música de Mozart y las poesías de los grandes poetas; a él pertenecen también los santos, que hicieron milagros y sufrieron el martirio y dieron un gran ejemplo a los hombres. Pero también pertenece del mismo modo a la eternidad la imagen de cualquier acción noble, la fuerza de todo sentimiento puro, aun cuando nadie sepa nada de ello, ni lo vea, ni lo escriba, ni lo conserve para la posteridad.
Hermann Hesse (Steppenwolf)
Procuramos, como una pauta general, lo siguiente: — todos los días dedicar un rato a la oración o a la Eucaristía; — todas las semanas dedicar un tiempo a la charla formativa y a la Hora Santa; — todos los meses procuramos hablar con la persona que nos acompaña espiritualmente, y dedicar un tiempo a un compartiriado; — todos los años, un God’s Stop y una Escapada; — siempre estar leyendo algún libro que forme como cristiano.
José Pedro Manglano (Santos de copas (Spanish Edition))
...un animalucho con un bonete en la cabeza, que cortando el hilo a todos los filósofos dijo que el sabía el secreto, y se hallaba en la Suma de Santo Tomas; y mirando de pies a cabeza a los dos moradores celestes, les sustentó que sus personas, sus mundos y sus estrellas habían sido creados para el hombre. Al oír tal sandez, nuestros dos caminantes hubieron de caerse uno sobre el otro pareciéndose de una risa inextinguible.
Voltaire (Micromegas)
Uno por uno, todos han nacido en ella (ver Sal 87 [86],6), dice el Espíritu Santo. Según la explicación de algunos Padres, un primer hombre nacido de María es el Hombre-Dios, Jesucristo; el segundo es un hombre-hombre, hijo de Dios y de María por adopción.   Ahora bien, si Jesucristo, Cabeza de la humanidad, ha nacido de Ella, los predestinados, que son los miembros de esta Cabeza, deben también, por consecuencia necesaria, nacer de Ella[26]
Luis María Grignion de Montfort (Tratado de la Verdadera Devoción a la Santísima Virgen)
Los mismos tres problemas acuciaron a los pobladores de la China del siglo XX, a los de la India medieval y a los del antiguo Egipto. La hambruna, la peste y la guerra coparon siempre los primeros puestos de la lista. Generación tras generación, los seres humanos rezaron a todos los dioses, ángeles y santos, e inventaron innumerables utensilios, instituciones y sistemas sociales…, pero siguieron muriendo por millones a causa del hambre, las epidemias y la violencia.
Yuval Noah Harari (Obra completa: Pack con: Sapiens | Homo Deus | 21 lecciones para el siglo XXI (Spanish Edition))
ese justo; porque hoy he padecido mucho en sueños por causa de él. 20Pero los principales sacerdotes y los ancianos persuadieron a la multitud que pidiese a Barrabás, y que Jesús fuese muerto. 21Y respondiendo el gobernador, les dijo: ¿A cuál de los dos queréis que os suelte? Y ellos dijeron: A Barrabás. 22Pilato les dijo: ¿Qué, pues, haré de Jesús, llamado el Cristo? Todos le dijeron: ¡Sea crucificado! 23Y el gobernador les dijo: Pues ¿qué mal ha hecho? Pero ellos gritaban aún más, diciendo: ¡Sea crucificado!
Anonymous (Santa Biblia (Reina Valera 1960 RV60) Con índice activo por cada libro (Spanish Edition))
Y por cierto, es difícil encontrar personas más celosas que los profesores... Año tras año los estudiantes pasan como el agua del río, y al irse dejan a los profesores detrás, en el lecho de la corriente, como una pesada piedra. La esperanza es algo de lo que el profesor puede hablar a los otros pero en lo que él mismo no sueña. Los maestros piensan que ellos no valen nada y caen en una soledad masoquista o, convertidos en santos suspicaces, se dedican a denunciar la libre acción de los demás. A fuerza de añorar un acto libre y despreocupado, odian a todos los que los realizan.
Kōbō Abe (The Woman in the Dunes)
Por todos los signos que se podían apreciar, se amaban; habían mirado el amor con ojos que transmitían el santo secreto de las profundidades de un alma a las profundidades de la otra, como si fuera algo demasiado sagrado siquiera para ser sususurrado incluso habían hablado de amor en esas efusiones de pasión, cuando sus espíritus afloraban en el aliento elocuente, como lenguas de una llama durante mucho tiempo escondida; y, sin embargo, ese amor nunca había sido sellado por sus labios, ni se habían tomado de las manos, ni había existido la más ligera caricia como las que el amor demanda y reverencia.
Nathaniel Hawthorne (Rappaccini's Daughter)
multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará. 13Mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo. 14Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin. 15Por tanto, cuando veáis en el lugar santo la abominación desoladora de que habló el profeta Daniel (el que lee, entienda), 16entonces los que estén en Judea, huyan a los montes. 17El que esté en la azotea, no descienda para tomar algo de su casa; 18y el que esté en el campo, no vuelva atrás para tomar su capa. 19Mas ¡ay de las que estén encintas, y de las que críen en aquellos días! 20Orad, pues,
Anonymous (Santa Biblia (Reina Valera 1960 RV60) Con índice activo por cada libro (Spanish Edition))
también vosotros estad preparados; porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no pensáis. 45¿Quién es, pues, el siervo fiel y prudente, al cual puso su señor sobre su casa para que les dé el alimento a tiempo? 46Bienaventurado aquel siervo al cual, cuando su señor venga, le halle haciendo así. 47De cierto os digo que sobre todos sus bienes le pondrá. 48Pero si aquel siervo malo dijere en su corazón: Mi señor tarda en venir; 49y comenzare a golpear a sus consiervos, y aun a comer y a beber con los borrachos, 50vendrá el señor de aquel siervo en día que éste no espera, y a la hora que no sabe, 51y lo castigará duramente, y pondrá su
Anonymous (Santa Biblia (Reina Valera 1960 RV60) Con índice activo por cada libro (Spanish Edition))
enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos, de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro. 32De la higuera aprended la parábola: Cuando ya su rama está tierna, y brotan las hojas, sabéis que el verano está cerca. 33Así también vosotros, cuando veáis todas estas cosas, conoced que está cerca, a las puertas. 34De cierto os digo, que no pasará esta generación hasta que todo esto acontezca. 35El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán. 36Pero del día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino sólo mi Padre. 37Mas como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del
Anonymous (Santa Biblia (Reina Valera 1960 RV60) Con índice activo por cada libro (Spanish Edition))
Los amores naturales pueden aspirar a la eternidad sólo en la medida en que se hayan dejado llevar a la eternidad por la caridad, en la medida en que hayan por lo menos permitido que ese proceso comience aquí en la tierra, antes de que llegue la noche, cuando ningún hombre puede trabajar. Y ese proceso siempre supone una especie de muerte. No hay escapatoria. En mi amor por la esposa o por el amigo, el único elemento eterno es la presencia transformadora del Amor en sí mismo; si en alguna medida todos los otros elementos pueden esperar—como nuestros cuerpos físicos también lo esperan—a ser resucitados de la muerte, es sólo por esta presencia. Porque en ellos sólo esto es santo, sólo esto es el Señor.
C.S. Lewis (Los Cuatro Amores (Spanish Edition))
Yo me imagino que nosotros los hombres todos, los de mayores exigencias, nosotros los de los anhelos, los de la dimensión de más, no podríamos vivir en absoluto si para respirar, además del aire de este mundo, no hubiese también otro aire, si además del tiempo no existiese también la eternidad, y ésta es el reino de lo puro. A él pertenecen la música de Mozart y las poesías de los grandes poetas; a él pertenecen también los santos, que hicieron milagros y sufrieron el martirio y dieron un gran ejemplo a los hombres. Pero también pertenece del mismo modo a la eternidad la imagen de cualquier acción noble, la fuerza de todo sentimiento puro, aun cuando nadie sepa nada de ello, ni lo vea, ni lo escriba, ni lo conserve para la posteridad. En lo eterno no hay futuro, no hay nada más que presente.
Hermann Hesse (El Lobo Estepario)
«La tristeza que causa un arrepentimiento saludable es propia del hombre obediente, afable, humilde, dulce, suave y paciente, porque deriva del amor de Dios. Sufre infatigable el dolor físico y la contrición del espíritu, gracias al vivo deseo que le anima de perfección. Es también alegre y en cierto modo se siente como robustecido por la esperanza de su aprovechamiento; conserva de continuo el hechizo y el encanto de la afabilidad y de la longanimidad, y posee en sí todos los frutos del Espíritu Santo... La tristeza diabólica es diametralmente opuesta. Es áspera, impaciente, dura, llena de amargor y disgusto, y le caracteriza también una especie de penosa desesperación. Cuando se apodera de un alma, la priva y aparta de cualquier trabajo y dolor saludable. Ello obedece a que es una pasión irracional, y no sólo impide y frustra por completo la eficacia de la oración, sino que malogra los frutos espirituales que dijimos causaba la tristeza santa o de Dios» (Juan Casiano, Inst. cenob. IX, 11).
Fernando Rivas Rebaque (Terapia de las enfermedades espirituales en los padres de la Iglesia (colección Betel) (Spanish Edition))
   ¿Qué tenían en común todos esos individuos? «No se distinguían por ningún rango u oficio.» Desempeñaban las más variadas ocupaciones. No eran partidarios fanáticos del régimen. Era la gente que, cuando me sentía perdido y desesperado, hacía que volviera a recuperar la fe en la Unión Soviética. Creaban a su alrededor pequeñas islas de orden y dignidad en medio de un océano de caos y absurdidad. Fuera cual fuese el ámbito en el que trabajaban, su influencia se transmitía a su entorno. Y es el conjunto de esas islas humanas, diseminadas por todo el Imperio soviético, lo que mantiene la coherencia de su estructura e impide que se desintegre.    Esos hombres, sean o no comunistas, son «patriotas soviéticos» en el sentido con que esa palabra se usó al principio en la Revolución francesa. No son ni héroes ni santos, y todas sus virtudes cívicas van siempre en contra del régimen al que sirven. Están motivados por un grave sentido de responsabilidad en un país donde todo el mundo teme y elude la responsabilidad; tienen iniciativa y criterio independiente donde la obediencia ciega es la norma; son leales y entregados a sus semejantes en un mundo donde se espera lealtad solo hacia los superiores y entrega solo al Estado. Tienen honor personal y una dignidad de comportamiento inconsciente donde estas palabras son objeto de escarnio.    Aunque hay miles de ellos, constituyen una pequeña minoría, y son siempre las primeras víctimas de cada nueva purga. Aun así, no desaparecen. Los que conocí en Rusia tenían en su mayoría treinta y poco años, y pertenecían a la generación posrevolucionaria. Actualmente vuelvo a encontrar el mismo tipo de personas entre los emigrados rusos de la posguerra, que pertenecen a una generación posterior. Esos hombres rectos, entregados, enérgicos y audaces fueron y son la columna vertebral de un régimen que niega todos los valores que representan. Como comunista, daba su existencia por sentado, ya que creía que eran el producto de la educación revolucionaria, ese «nuevo tipo de hombre» cuyo advenimiento había predicho Marx. Hoy día me doy cuenta de que su existencia es prácticamente un milagro, de que han llegado a ser lo que son no a causa de, sino a pesar de su educación: un triunfo de la indestructible sustancia humana sobre el entorno deshumanizador.
Arthur Koestler
Tengo que ser yo mismo. No puedo quebrantarme más por ti. Si podéis amarme por lo que soy, seremos más felices. Si no podéis, trataré sin embargo de merecer que me améis. No ocultaré mis gustos y mis aversiones. Confío tanto en que todo lo que es profundo es santo, que ejecutaré sin vacilar cuanto me alegra íntimamente, y el corazón me manda. Si sois nobles, os amaré; si no lo sois, no os deshonraré ni me deshonraré a mí mismo con hipócritas atenciones. Si sois sinceros, pero no interpretáis la verdad como yo, uníos a vuestros compañeros; yo buscaré los míos; no obro de este modo por egoísmo, sino humilde y sinceramente. Es vuestro interés y el mío y el de todos los hombres vivir en la verdad, aunque hayamos sido mucho tiempo esclavos de la mentira. ¿Os suena esto duramente hoy? Pronto amaréis lo que prescribe vuestra naturaleza, lo mismo que la mía, y si seguimos a la verdad, ella nos llevara a lugar seguro. Pero de ese modo podéis causar dolor a estos amigos. Sí; pero yo no puedo vender mi libertad y mi poder para ahorrarles ese dolor. Además, todas las personas tienen horas de lucidez cuando se elevan a la región de la verdad absoluta; entonces me darán la razón y me imitarán.
Ralph Waldo Emerson (Self Reliance)
Hay ciudades tan descabaladas, tan faltas de sustancia histórica, tan traídas y llevadas por gobernantes arbitrarios, tan caprichosamente edificadas en desiertos, tan parcamente pobladas por una continuidad aprehensible de familias, tan lejanas de un mar o de un río, tan ostentosas en el reparto de su menguada pobreza, tan favorecidas por un cielo espléndido que hace olvidar casi todos sus defectos, tan ingenuamente contentas de sí mismas al modo de las mozas quinceañeras, tan globalmente adquiridas para el prestigio de una dinastía, tan dotadas de tesoros -por otra parte- que puedan ser olvidados los no realizados a su tiempo, tan proyectadas sin pasión pero con concupiscencia hacia el futuro, tan desasidas de una auténtica nobleza, tan pobladas de un pueblo achulapado, tan heroicas en ocasiones sin que se sepa a ciencia cierta por qué sino de un modo elemental y físico como el del campesino joven que de un salto cruza el río, tan abigarradas de sí mismas aunque en verdad el licor de que están ahítas no tenga nada de embriagador, tan insospechadamente en otro tiempo prepotentes sobre capitales extranjeras dotadas de dos catedrales y de varias colegiatas y de varios palacios encantados -un palacio encantado al menos para cada siglo-, tan incapaces para hablar su idioma con la recta entonación llana que le dan los pueblos situados hacia el norte a doscientos kilómetros de ella, tan sorprendidas por la llegada de un oro que puede convertirse en piedra, pero que tal vez se convierta en carrozas y troncos de caballos con gualdrapas doradas sobre fondo negro, tan carentes de una auténtica judería, tan llenas de hombres serios cuando son importantes y simpáticos cuando no son importantes, tan vueltas de espaldas a toda naturaleza -por lo menos hasta que en otro sitio se inventaron el tren eléctrico y la telesilla-, tan agitadas por tribunales eclesiásticos con relajación al brazo secular, tan poco visitadas por individuos auténticos de la raza nórdica, tan abundante de torpes teólogos y faltas de excelentes místicos, tan llenas de tonadilleras y de autores de comedias de costumbres, de comedias de enredo, de comedias de capa y espada, de comedias de café, de comedias de punto de honor, de comedias de linda tapada, de comedias de bajo coturno, de comedias de salón francés, de comedias del café no de comedia dell'arte, tan abufaradas de autobuses de dos pisos que echan humo cuanto más negro mejor sobre aceras donde va la gente con gabardina los días de sol frío, que no tienen catedral.
Luis Martín-Santos (Tiempo de silencio)
multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará. 13Mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo. 14Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin. 15Por tanto, cuando veáis en el lugar santo la abominación desoladora de que habló el profeta Daniel (el que lee, entienda), 16entonces los que estén en Judea, huyan a los montes. 17El que esté en la azotea, no descienda para tomar algo de su casa; 18y el que esté en el campo, no vuelva atrás para tomar su capa. 19Mas ¡ay de las que estén encintas, y de las que críen en aquellos días! 20Orad, pues, que vuestra huida no sea en invierno ni en día de reposo; 21porque habrá entonces gran tribulación, cual no la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá. 22Y si aquellos días no fuesen acortados, nadie sería salvo; mas por causa de los escogidos, aquellos días serán acortados. 23Entonces, si alguno os dijere: Mirad, aquí está el Cristo, o mirad, allí está, no lo creáis. 24Porque se levantarán falsos Cristos, y falsos profetas, y harán grandes señales y prodigios, de tal manera que engañarán, si fuere posible, aun a los escogidos. 25Ya os lo he dicho antes. 26Así que, si os dijeren: Mirad, está en el desierto, no salgáis; o
Anonymous (Santa Biblia (Reina Valera 1960 RV60) Con índice activo por cada libro (Spanish Edition))
Hay un viejo dicho que reza: «Ten cuidado con lo que deseas, porque igual se hace realidad». El Santo Grial de la nanotecnología es crear el ensamblador molecular, o replicante, pero, una vez que esté inventado, podría alterar los cimientos de la propia sociedad. Todas las filosofías y todos los sistemas sociales se basan en última instancia en la escasez y la pobreza. A lo largo de la historia del género humano, este ha sido el tema dominante que ha preocupado a la sociedad, configurando nuestra cultura, nuestra filosofía y nuestra religión. En algunas religiones se considera la prosperidad como una recompensa divina y la pobreza, como un castigo. Por el contrario, el budismo se basa en la naturaleza universal del sufrimiento y en el modo de enfrentarse a él. En el cristianismo, el Nuevo Testamento dice: «Es más fácil que un camello pase a través del ojo de una aguja que para un rico entrar en el reino de los cielos». La distribución de la riqueza define también a la propia sociedad. El feudalismo se basaba en preservar la riqueza de un reducido número de aristócratas frente a la pobreza de los campesinos. El capitalismo se fundamenta en la idea de que las personas enérgicas y productivas obtienen la recompensa por sus esfuerzos cuando fundan empresas y se hacen ricas. Pero, si los individuos perezosos e improductivos pudieran conseguir todo lo
Michio Kaku (La física del futuro)
Antonio Olalla, me has dado indicio que tienes de bronce el alma y el blanco pecho de risco. Mas allá entre tus reproches y honestísimos desvíos, tal vez la esperanza muestra la orilla de su vestido. Abalánzase al señuelo mi fe, que nunca ha podido, ni menguar por no llamado, ni crecer por escogido. Si el amor es cortesía, de la que tienes colijo que el fin de mis esperanzas ha de ser cual imagino. Y si son servicios parte de hacer un pecho benigno, algunos de los que he hecho fortalecen mi partido. Porque si has mirado en ello, más de una vez habrás visto que me he vestido en los lunes lo que me honraba el domingo. Como el amor y la gala andan un mesmo camino, en todo tiempo a tus ojos quise mostrarme polido. Dejo el bailar por tu causa, ni las músicas te pinto que has escuchado a deshoras y al canto del gallo primo. No cuento las alabanzas que de tu belleza he dicho; que, aunque verdaderas, hacen ser yo de algunas malquisto. Teresa del Berrocal, yo alabándote, me dijo: \'\'Tal piensa que adora a un ángel, y viene a adorar a un jimio; merced a los muchos dijes 87 y a los cabellos postizos, y a hipócritas hermosuras, que engañan al Amor mismo\'\'. Desmentíla y enojóse; volvió por ella su primo: desafióme, y ya sabes lo que yo hice y él hizo. No te quiero yo a montón, ni te pretendo y te sirvo por lo de barraganía; que más bueno es mi designio. Coyundas tiene la Iglesia que son lazadas de sirgo; pon tú el cuello en la gamella; verás como pongo el mío. Donde no, desde aquí juro, por el santo más bendito, de no salir destas sierras sino para capuchino.
Miguel de Cervantes Saavedra (Don Quixote)
Jehová, él es nuestro Dios; Sus juicios están en toda la tierra. 15 Él hace memoria de su pacto perpetuamente, Y de la palabra que él mandó para mil generaciones; 16 Del pacto que concertó con Abraham, Y de su juramento a Isaac; 17 El cual confirmó a Jacob por estatuto, Y a Israel por pacto sempiterno, 18 Diciendo: A ti daré la tierra de Canaán, Porción de tu heredad. 19 Cuando ellos eran pocos en número, Pocos y forasteros en ella, 20 Y andaban de nación en nación, Y de un reino a otro pueblo, 21 No permitió que nadie los oprimiese; Antes por amor de ellos castigó a los reyes. 22 No toquéis, dijo, a mis ungidos, Ni hagáis mal a mis profetas. 23 Cantad a Jehová toda la tierra, Proclamad de día en día su salvación. 24 Cantad entre las gentes su gloria, Y en todos los pueblos sus maravillas. 25 Porque grande es Jehová, y digno de suprema alabanza, Y de ser temido sobre todos los dioses. 26 Porque todos los dioses de los pueblos son ídolos; Mas Jehová hizo los cielos. 27 Alabanza y magnificencia delante de él; Poder y alegría en su morada. 28 Tributad a Jehová, oh familias de los pueblos, Dad a Jehová gloria y poder. 29 Dad a Jehová la honra debida a su nombre; Traed ofrenda, y venid delante de él; Postraos delante de Jehová en la hermosura de la santidad. 30 Temed en su presencia, toda la tierra; El mundo será aún establecido, para que no se conmueva. 31 Alégrense los cielos, y gócese la tierra, Y digan en las naciones: Jehová reina. 32 Resuene el mar, y su plenitud; Alégrese el campo, y todo lo que contiene. 33 Entonces cantarán los árboles de los bosques delante de Jehová, Porque viene a juzgar la tierra. 34 Aclamad a Jehová, porque él es bueno; Porque su misericordia es eterna. 35 Y decid: Sálvanos, oh Dios, salvación nuestra; Recógenos, y líbranos de las naciones, Para que confesemos tu santo nombre, Y nos gloriemos en tus alabanzas. 36 Bendito sea Jehová Dios de Israel, De eternidad a eternidad.
Casiodoro de Reina (Reina Valera 1960)
-Y el que caiga prisionero con vida en poder de los enemigos, ¿no ha de ser dejado como galardón a los que le han cogido para que hagan lo que quieran de su presa? -Enteramente. -Y aquel que se señale e ilustre por su valor, ¿te parece que primeramente debe ser coronado en la misma cam­paña por cada uno de los jóvenes y niños, sus camaradas de guerra? ¿O no? -Sí, me parece. -¿Y qué más? ¿Ser saludado por ellos? -También. -Pues esto otro que voy a decir -seguí- me parece que no vas a aprobarlo. -¿Qué es ello? -Que bese a cada uno de sus compañeros y sea a su vez besado por ellos. -Lo apruebo más que ninguna otra cosa -dijo-. Y quiero agregar a la prescripción que, mientras estén en esa campaña, ninguno a quien él quiera besar pueda rehusarlo, a fin de que, si por caso está enamorado de al­guien, sea hombre o mujer, sienta más ardor en llevarse el galardón del valor. -Perfectamente -observé-; y ya hemos dicho que el valiente tendrá a su disposición mayor número de bodas que los otros y se le elegirá con más frecuencia que a los demás para ellas a fin de que alcance la más numerosa descendencia. -Así lo dijimos, en efecto -repuso.   XV -También en opinión de Homero es justo tributara estos jóvenes valerosos otra clase de honores; pues cuen­ta cómo a Ayante, que se había señalado en la guerra, «le honraron con un lomo enorme» en consideración a ser este premio a propósito para un guerrero joven y esforza­do, que con él, además de recibir honra, aumentaba su robustez. -Exacto -dijo. -Seguiremos, pues, en esto a Homero -dije-; y así, en los sacrificios y en todas las ocasiones semejantes honra­remos a los valientes, a medida que muestren ser tales, con himnos y estas otras cosas que ahora decimos y además «con asientos de honor y con carnes y copas reple­tas», a fin de honrar y robustecer al mismo tiempo a las personas de pro sean hombres o mujeres. -Muy bien dicho -asintió. -Bien; y a aquel que perezca gloriosamente entre los que mueren en la guerra, ¿no le declararemos primera­mente del linaje de oro? -Por encima de todo. -¿Y no creeremos a Hesíodo en aquello de que cuan­do mueren los de este linaje   se hacen demones terrestres, benéficos, santos que a los hombres de voces bien articuladas custodien?
Plato (La República)
Consideremos nuevamente este punto. Eso es aquí, Es nuestro hogar. Eso somos nosotros. En él están todos los que amamos, todo los que conoces, todos de quiénes haz oído hablar, y todos los seres humanos, quiens fueran que han vivido sus vidas. La suma de nuestra alegría y sufrimiento, miles de confiadas religiones, ideologías y doctrinas económicas, cada cazador y recolector, cada héroe y cobarde, cada creador y destructor de la civilizaciones, cada rey y cada campesino, cada joven pareja de enamorados, cada madre y padre, cada esperanzado niño, inventor y explorador, cada maestro de moral, cada político corrupto, cada “superestrella”, cada “líder supremo”, cada santo y pecador en la historia de nuestra especie vivió ahí: en una mota de polvo suspendida en un rayo de Sol. La Tierra es un muy pequeño escalón en una vasta arena cósmica. Piensa en los ríos de sangre derramados por todos esos generales y emperadores, para que, en gloria y triunfo, pudieran convertirse en amos momentáneos de una fracción de un punto. Piensa en las interminables crueles visitas que los habitantes de una esquina de ese pixel hicieron contra los apenas distinguibles habitantes de alguna otra esquina; la frecuencia de sus malentendidos, la impaciencia por matarse unos a otros, la generación de fervientes odios. Nuestras posturas, nuestra imaginada auto-importancia, la falsa ilusión de tener una posición privilegiada en el Universo, son desafiadas por este pálido punto de luz. Nuestro planeta es una mota solitaria en la inmensa oscuridad cósmica. En nuestra oscuridad, en toda esta vastedad, no hay ni un indicio de que la ayuda llegará desde algún otro lugar para salvarnos de nosotros mismos. La Tierra es el único mundo conocido hasta ahora que alberga vida. No hay ningún otro lugar, al menos en el futuro cercano, al cual nuestra especie pudiera migrar. ¿Visitar?, Sí. Establecerse, ¿aún no?. Nos guste o no, por el momento la Tierra es donde tenemos que quedarnos. Se ha dicho que la astronomía es una experiencia de humildad y construcción de carácter. Quizá no hay mejor demostración de la tontería de la soberbia humana que ésta imagen distante de nuestro minúsculo mundo. Para mí, subraya nuestra responsabilidad de tratarnos los unos a los otros más amablemente, y de preservar y cuidar el pálido punto azul, el único hogar que jamás hemos conocido
Carl Sagan
La tradición del islam místico comparte esta misma convicción. Me gustaría relatarle algo tomado de la leyenda dorada de los santos musulmanes. Un día, Suturá, una buena mujer, fue a visitar a Tierno Bokar, el sabio de Bandiagara: esta aldea de Mali está situada en la meseta del mismo nombre, rodeada de altos acantilados al pie de los cuales viven los dogon, pueblo famoso por su arte austero, su compleja cosmogonía y su hondo sentido de la trascendencia. «Tierno –le dijo Suturá–, estoy muy irritable. Me molesta hasta lo más insignificante. Querría recibir de ti una bendición o una oración que me haga dulce, amable y paciente». No había acabado de hablar cuando su hijo, un niño de tres años que estaba esperándola en el patio, agarró una tabla y le dio un golpe en la espalda. Ella miró al niño, sonrió y, atrayéndolo hacia ella, dijo dándole un cachete cariñoso: «¡Qué niño más malo! Mira cómo trata a su madre…». «Si tan irritable estás, ¿por qué no te enfadas con tu hijo?», le preguntó Tierno Bokar. «Si no es más que un niño –contestó Suturá–. No sabe lo que hace. Con un niño de esta edad no hay quien se enfade». «Vete a casa, querida Suturá –le dijo Tierno– y, cuando alguien te irrite, acuérdate de la tabla y piensa: “Tenga los años que tenga, esta persona está actuando como un niño de tres años”. Sé indulgente: puedes hacerlo, ya que acabas de serlo con tu hijo cuando te ha dado ese golpe. Obra así y no volverás a enfadarte. Vivirás feliz y te sentirás mejor. Las bendiciones que desciendan sobre ti serán mucho mayores que las que puedas recibir de mí: serán las bendiciones de Dios y del propio Profeta. Quien soporta y perdona una ofensa –continuó– se parece a una de esas grandes ceibas que ensucian los buitres al posarse en sus ramas. El aspecto repugnante del árbol solo dura una parte del año. Todos los inviernos Dios envía unos cuantos chaparrones que lo limpian de la copa a las raíces y lo revisten de un nuevo follaje. Procura prodigar el amor que sientes por tu hijo a todas las criaturas de Dios. Porque Dios quiere a sus criaturas como un padre a sus hijos. Entonces llegarás a lo más alto de la escala, allí donde, gracias al amor y la caridad, el alma solo ve y valora la ofensa para perdonarla mejor». Las palabras de Tierno supusieron tanto para Suturá que, a partir de ese día, consideró hijos suyos a todos los que la ofendían y no les respondió más que con dulzura, amor y una paciencia silenciosa y sonriente. Tanto cambió que, al final de su vida, la gente decía: «Paciente como Suturá». Nunca más hubo nada capaz de enfadarla. Cuando murió, se la consideraba prácticamente una santa.
Robert Sarah (La fuerza del silencio)
El conflicto no tiene solución sino cuando Pío XI -este gran papa tan inflexible como conciliador según era menester- se avino a convenir con Mussolini, en 1929, los Acuerdos de Letrán, por los cuales, a cambio de la soberanía pontificia sobre un territorio minúsculo (44 hectáreas tiene en números redondos el Estado de la Ciudad del Vaticano) reconoce la Santa Sede la existencia del Reino de Italia con el territorio que le compete y con Roma como capital. (p. 15) Lo que no depende de la poca o mucha virtud del conquistador, sino de la naturaleza de lo conquistado. (p. 7) … Porque el vulgo se deja llevar siempre del éxito y de las apariencias, y en el mundo no hay sino vulgo (nel mondo non è se non vulgo). (p. 37) .. el dicho de Renan: Después de Atenas, ninguna ciudad ha contribuido tanto como Florencia en la promoción del espíritu humano. (p. 9) Con lo cual queda despachada la cuestión del fin y los medios, los cuales, si son malos, no pueden jamás ponerse por obra, así sea en la consecución del más santo de los fines. (p. 47) Nicolás Maquiavelo fue un escritor extraordinariamente fecundo, y en todos los muchos y variados géneros que cultivó -con la sola excepción de sus poesías, decididamente mediocres-, de suprema excelencia. (p. 11) Sin embargo, el que menos ha confiado en el azar es siempre el que más tiempo se ha conservado en su conquista. También facilita enormemente las cosas el que un príncipe, al no poseer otros Estados, se vea obligado a establecerse en el que ha adquirido. Pero quiero referirme a aquellos que no se convirtieron en príncipes por el azar, sino por sus virtudes. Y digo entonces que, entre ellos, los más ilustres han sido Moisés, Ciro, Rómulo, Teseo y otros no menos grandes. Y aunque Moisés sólo fue un simple agente de la voluntad de Dios, merece, sin embargo, nuestra admiración, siquiera sea por la gracia que lo hacía digno de hablar con Dios. Pero también son admirables Ciro, y todos los demás que han adquirido o fundado reinos; y si juzgamos sus hechos y su gobierno, hallaremos que no deslucen ante los de Moisés, que tuvo tan gran preceptor. Y si nos detenemos a estudiar su vida y sus obras, descubriremos que no deben a la fortuna sino el haberles proporcionado la ocasión propicia, que fue el material al que ellos dieron la forma conveniente. Verdad es que, sin esa ocasión, sus méritos de nada hubieran valido; pero también es cierto que, sin sus méritos, era inútil que la ocasión se presentará. (pp. 9-10) Pero volvamos a nuestro asunto. Cualquiera que meditase este discurso hallaría que la causa de la ruina de los emperadores citados ha sido el odio o el desprecio, y descubriría a qué se debe que, mientras parte de ellos procedieron de un modo y parte de otro, en ambos hubo dichosos y desgraciados. (p. 36) porque el que vence no quiere amigos sospechosos y que no lo ayuden en la adversidad, y el que pierde no puede ofrecer ayuda a quien no quiso empuñar las armas y arriesgarse en su favor. (p. 40)
Niccolò Machiavelli (The Prince)
— ¡Oh Caballero de la Triste Figura!, no te dé afincamiento la prisión en que vas, porque así conviene para acabar más presto la aventura en que tu gran esfuerzo te puso; la cual se acabará cuando el furibundo león manchado con la blanca paloma tobosina yoguieren en uno, ya después de humilladas las altas cervices al blando yugo matrimoñesco; de cuyo inaudito consorcio saldrán a la luz del orbe los bravos cachorros, que imitarán las rumpantes garras del valeroso padre. Y esto será antes que el seguidor de la fugitiva ninfa faga dos vegadas la visita de las lucientes imágines con su rápido y natural curso. Y tú, ¡oh, el más noble y obediente escudero que tuvo espada en cinta, barbas en rostro y olfato en las narices!, no te desmaye ni descontente ver llevar ansí delante de tus ojos mesmos a la flor de la caballería andante; que presto, si al plasmador del mundo le place, te verás tan alto y tan sublimado que no te conozcas, y no saldrán defraudadas las promesas que te ha fecho tu buen señor. Y asegúrote, de parte de la sabia Mentironiana, que tu salario te sea pagado, como lo verás por la obra; y sigue las pisadas del valeroso y encantado caballero, que conviene que vayas donde paréis entrambos. Y, porque no me es lícito decir otra cosa, a Dios quedad, que yo me vuelvo adonde yo me sé. Y, al acabar de la profecía, alzó la voz de punto, y diminuyóla después, con tan tierno acento, que aun los sabidores de la burla estuvieron por creer que era verdad lo que oían. Quedó don Quijote consolado con la escuchada profecía, porque luego coligió de todo en todo la significación de ella; y vio que le prometían el verse ayuntados en santo y debido matrimonio con su querida Dulcinea del Toboso, de cuyo felice vientre saldrían los cachorros, que eran sus hijos, para gloria perpetua de la Mancha. Y, creyendo esto bien y firmemente, alzó la voz, y, dando un gran suspiro, dijo: — ¡Oh tú, quienquiera que seas, que tanto bien me has pronosticado!, ruégote que pidas de mi parte al sabio encantador que mis cosas tiene a cargo, que no me deje perecer en esta prisión donde agora me llevan, hasta ver cumplidas tan alegres e incomparables promesas como son las que aquí se me han hecho; que, como esto sea, tendré por gloria las penas de mi cárcel, y por alivio estas cadenas que me ciñen, y no por duro campo de batalla este lecho en que me acuestan, sino por cama blanda y tálamo dichoso. Y, en lo que toca a la consolación de Sancho Panza, mi escudero, yo confío de su bondad y buen proceder que no me dejará en buena ni en mala suerte; porque, cuando no suceda, por la suya o por mi corta ventura, el poderle yo dar la ínsula, o otra cosa equivalente que le tengo prometida, por lo menos su salario no podrá perderse; que en mi testamento, que ya está hecho, dejo declarado lo que se le ha de dar, no conforme a sus muchos y buenos servicios, sino a la posibilidad mía. Sancho Panza se le inclinó con mucho comedimiento, y le besó entrambas las manos, porque la una no pudiera, por estar atadas entrambas. Luego tomaron la jaula en hombros aquellas visiones, y la acomodaron en el carro de los bueyes.
Miguel de Cervantes Saavedra (Don Quijote de la Mancha (Spanish Edition))
No obstante, la marea creciente del monoteísmo no barrió realmente el dualismo. El monoteísmo judío, cristiano y musulmán asimiló numerosas creencias y prácticas dualistas, y algunas de las ideas más básicas de lo que denominamos «monoteísmo» son, de hecho, dualistas en origen y espíritu. Incontables cristianos, musulmanes y judíos creen en una poderosa fuerza maligna (semejante a la que los cristianos denominan el Diablo o Satanás) que puede actuar independientemente, luchar contra el Dios bueno y causar estragos sin el permiso de Dios. ¿Cómo puede un monoteísta ser partidario de una creencia dualista de este tipo (que, por otro lado, no puede encontrarse en parte alguna del Antiguo Testamento)? Lógicamente, es imposible. O bien uno cree en un Dios único y omnipotente o bien cree en dos poderes opuestos, ninguno de ellos omnipotente. Aun así, los humanos poseen una maravillosa capacidad para creer en contradicciones. De manera que no debería ser ninguna sorpresa que millones de piadosos cristianos, musulmanes y judíos consigan creer a la vez en un Dios omnipotente y en un Diablo independiente. Incontables cristianos, musulmanes y judíos han ido más lejos y han llegado a imaginar que el buen Dios necesita incluso nuestra ayuda en su lucha contra el Diablo, lo que, entre otras cosas, inspiró la convocatoria de yihads y cruzadas. Otro concepto dualista clave, en particular en el gnosticismo y el maniqueísmo, era la distinción clara entre cuerpo y alma, entre materia y espíritu. Los gnósticos y maniqueos argumentaban que el dios bueno creó el espíritu y el alma, mientras que la materia y los cuerpos son la creación del dios malo. El hombre, según esta concepción, sirve de campo de batalla entre el alma buena y el cuerpo malo. Desde una perspectiva monoteísta, esto es un disparate: ¿por qué distinguir de manera tan tajante entre cuerpo y alma, o entre materia y espíritu? ¿Y por qué aducir que el cuerpo y la materia son malignos? Al fin y al cabo, todo fue creado por el mismo Dios bueno. Pero los monoteístas no pudieron dejar de sentirse cautivados por las dicotomías dualistas, precisamente porque les ayudaban a afrontar el problema del mal. De manera que dichas oposiciones acabaron siendo piedras angulares del pensamiento cristiano y musulmán. La creencia en el Cielo (el reino del dios bueno) y el Infierno (el reino del dios malo) fue también dualista en su origen. No hay rastro de tal creencia en el Antiguo Testamento, que tampoco afirma que el alma de la gente continúe viviendo después de la muerte. De hecho, el monoteísmo, tal como se ha desarrollado en la historia, es un caleidoscopio de herencias monoteístas, dualistas, politeístas y animistas, mezcladas en un revoltillo bajo un único paraguas divino. El cristiano cree en el Dios monoteísta, pero también en el Diablo dualista, en santos politeístas y en espíritus animistas. Los estudiosos de la religión tienen un nombre para esta admisión simultánea de ideas distintas e incluso contradictorias y la combinación de rituales y prácticas tomadas de fuentes distintas. Se llama sincretismo. El sincretismo, en realidad, podría ser la gran y única religión del mundo.     L
Yuval Noah Harari (Sapiens. De animales a dioses: Una breve historia de la humanidad)
Llego, pues, a la conclusión de que un príncipe, cuando es apreciado por el pueblo, debe cuidarse muy poco de las conspiraciones; pero que debe temer todo y a todos cuando lo tienen por enemigo y es aborrecido por él. Los Estados bien organizados y los príncipes sabios siempre han procurado no exasperar a los nobles y, a la vez, tener satisfecho y contento al pueblo. Es este uno de los puntos a que más debe atender un príncipe. (p. 33) Sólo quien sea capaz de cortar, como suele decirse, un cabello en el aire, podrá hallar alguna diferencia entre “excusa” y “justificación”. (p. 50) Sucede lo que los médicos dicen del tísico: que al principio su mal es difícil de conocer, pero fácil de curar, mientras que, con el transcurso del tiempo, al no haber sido conocido ni atajado, se vuelve fácil de conocer, pero difícil de curar. (p. 4) Como quiera que haya sido, lo cierto es que nadie probablemente ha sido, tanto como Maquiavelo, signo de contradicción. Nadie ha tenido tan varia y tempestuosa fortuna, como suelen decir los italianos; y vale recordar algunas por lo menos de sus más sonadas peripecias. (p. 11) Maquiavelo puede pasar casi como un santo. Que una u otra vez sacrificó en los altares de Afrodita (de la Pandemia siempre, porque fue varón a carta cabal), parece ser lo más probable pero fueron pasiones o pasioncillas que no alteraron la paz de su hogar, ni sobrepusieron en modo alguno (la carta a Vettori lo está diciendo) a su labor intelectual. (p. 25) … y si no perseveró más en el género dramático -un entretenimiento para él, en fin de cuentas- fue por la simple razón de que lo que ante todo le absorbía era el homo politicus, o como él decía, el ragionar dello stato, y en esto hubo de consumirse lo mejor de su energía espiritual. (p. 11) En la concepción de Maquiavelo, el Príncipe es el Estado… En cuanto al pueblo, es algo que no ha podido definirse jamás. Como entidad política, es una entidad puramente abstracta. No se sabe exactamente ni dónde comienza ni dónde acaba. El adjetivo de soberano aplicado al pueblo es una farsa trágica… Al pueblo no le queda ni un monosílabo para afirmar y obedecer. (p. 15) En los Discursos sobre Tito Livio abundan declaraciones semejantes. “Hay que partir del presupuesto de que los hombres son todos perversos (tutti gli uomini rei), y que siempre que se les presente ocasión, harán uso de la malignidad de su ánimo… Los hombres no obran jamás el bien, a no ser por necesidad”. (p. 32) La libertad, por tanto, es para Maquiavelo el supremo bien a cuya consecución debe ordenarse la comunidad política, y por esta consideración censura severamente a Julio César, por haber sido el exterminador de las libertades públicas y, en suma, de la República romana. (p. 28) Ha de notarse, pues, que a los hombres hay que conquistarlos o eliminarlos, porque si se vengan de las ofensas leves, de las graves no pueden; así que la ofensa que se haga al hombre debe ser tal, que le resulte imposible vengarse. (p. 3) … no sin haberle colgado previamente una inscripción según la cual Maquiavelo habría sido un hombre astuto y pérfido, coadjutor de los demonios e incomparable artífice de maquinaciones diabólicas: “Homo vafer ac subdolus, diabolicarum cogitationum faber optimus, cacodaemonis auxiliator”. (p. 12) Quien confía en el pueblo edifica sobre arena. (se me olvidó colocar la página) Y Traiano Boccalini, por su parte, decía lo siguiente: “No vemos por qué ha de condenarse la lectura de Maquiavelo, cuando se recomienda la lectura de la Historia”. (p. 38) … en esto acabó por convertirse, según dice Macaulay, el odiado político florentino. (p. 13)
Niccolò Machiavelli (El Principe)
Ayuno Nuestra Señora casi siempre menciona la oración cuando habla del ayuno. Ambos están vinculados. El ayuno debe siempre ir acompañado de la oración. «Es importante saber que cuando rezamos y ayunamos, es para abrirnos a Dios y a lo que Dios nos da», decía el padre Slavko. «Con frecuencia, cuando la gente reza y ayuna, se convierte en un intercambio. Rezamos y ayunamos, así que esperamos obtener algo a cambio. Cuando no obtenemos aquello por lo que rezamos y ayunamos, dejamos de rezar. Es importante seguir abiertos a recibir lo que Dios quiere darnos. Las gracias llegan cuando nos mantenemos abiertos por medio de la oración y el ayuno». El ayuno al que nos invita Nuestra Señora es para abrir nuestro corazón. Cuando ayuno, me demuestro a mí misma que soy dueña de mi propio cuerpo. Aunque parece un sacrificio pequeño, le estoy demostrando a Dios que haré cualquier cosa por Él. También el ayuno fortalece mi oración. «El amor inmenso de Dios me envía para conduciros a la salvación. Dadme vuestros corazones sencillos, purificados por la oración y el ayuno. Solo en la simplicidad de vuestros corazones está vuestra salvación» (2 de septiembre de 2007). «Hoy os llamo con la oración y el ayuno a despejar el camino por el cual mi Hijo entrará en vuestros corazones» (2 de junio de 2010). «No os resistáis a la esperanza ni a la paz. Con vuestra oración y vuestro ayuno, por medio de Su cruz, mi Hijo desbaratará la oscuridad que quiere rodearos y dirigiros. Él os dará la fuerza para una nueva vida» (2 de marzo de 2013). «Hijos míos, rezad y ayunad para que podáis entender todo lo que estoy pidiendo de vosotros» (2 de diciembre de 2013). «Deseo que ayunando y rezando obtengáis del Padre celestial el conocimiento de lo que es natural y santo, divino» (2 de febrero de 2014). Nuestra Señora nos pide ayunar los miércoles y los viernes. La mejor forma de ayunar, dice, es a pan y agua. De esta forma, renunciamos al placer de comer y beber sin privar de sustento a nuestros cuerpos. El padre Stanko Ćosić, joven sacerdote que ejerce su ministerio en Medjugorje, dice: «Solo en el desierto puedes saborear el pan y el agua».
Mirjana Soldo (Mi Corazón Triunfará (Spanish Edition))
»Cierto mercader envió a su hijo con el más sabio de todos los hombres para que aprendiera el Secreto de la Felicidad. El joven anduvo durante cuarenta días por el desierto, hasta que llegó a un hermoso castillo, en lo alto de una montaña. Allí vivía el sabio que buscaba. »Sin embargo, en vez de encontrar a un hombre santo, nuestro héroe entró en una sala y vio una actividad inmensa; mercaderes que entraban y salían, personas conversando en los rincones, una pequeña orquesta que tocaba melodías suaves y una mesa repleta de los más deliciosos manjares de aquella región del mundo. El sabio conversaba con todos, y el joven tuvo que esperar dos horas para que le atendiera. »El sabio escuchó atentamente el motivo de su visita, pero le dijo que en aquel momento no tenía tiempo de explicarle el Secreto de la Felicidad. Le sugirió que diese un paseo por su palacio y volviese dos horas más tarde. »Pero quiero pedirte un favor— añadió el sabio entregándole una cucharilla de té en la que dejó caer dos gotas de aceite—. Mientras camines lleva esta cucharilla y cuida de que el aceite no se derrame. »El joven comenzó a subir y bajar las escalinatas del palacio manteniendo siempre los ojos fijos en la cuchara. Pasadas las dos horas, retornó a la presencia del sabio. »¿Qué tal? —preguntó el sabio—. ¿Viste los tapices de Persia que hay en mi comedor? ¿Viste el jardín que el Maestro de los Jardineros tardó diez años en crear? ¿Reparaste en los bellos pergaminos de mi biblioteca? »El joven, avergonzado, confesó que no había visto nada. Su única preocupación había sido no derramar las gotas de aceite que el Sabio le había confiado. »Pues entonces vuelve y conoce las maravillas de mi mundo —dijo el Sabio—. No puedes confiar en un hombre si no conoces su casa. »Ya más tranquilo, el joven cogió nuevamente la cuchara y volvió a pasear por el palacio, esta vez mirando con atención todas las obras de arte que adornaban el techo y las paredes. Vio los jardines, las montañas a su alrededor, la delicadeza de las flores, el esmero con que cada obra de arte estaba colocada en su lugar. De regreso a la presencia del sabio, le relató detalladamente todo lo que había visto. »¿Pero dónde están las dos gotas de aceite que te confié? —preguntó el Sabio. »El joven miró la cuchara y se dio cuenta de que las había derramado. »Pues éste es el único consejo que puedo darte —le dijo el más Sabio de los Sabios—. El secreto de la felicidad está en mirar todas las maravillas del mundo, pero sin olvidarse nunca de las dos gotas de aceite en la cuchara. El muchacho guardó silencio.
Paulo Coelho (El alquimista)
Había una vez un Santo muy preocupado porque nadie le rezaba... La gente le rezaba a San José, a San Pedro, a San Isidro; pero nadie a él... Así que pidió una reunión con Dios y éste le recomendó: Haz unas tarjetas de presentación y repártelas por todo el mundo. Di que haces milagros por encargo, pero, eso sí, no se las des ni a los GAYS, ni a las mujeres de VIDA FÁCIL. Pregunta… ¿Cómo se llamaba el Santo? ¿¿¿ …, …, ??? ¡¡¡ Piensa!!! ¡¡¡ … !!! ¡Ah! ¡¡¡ Já, Já !!! No te dieron tarjeta, ¡eh!
Juan Carlos Juárez (900 Chistes - 3ª Edición: Solo los mejores chistes (Spanish Edition))
Ateísmo burgués del siglo XIX, llamó Hugo Hiriart a la religiosidad en la que imagino vivir. No sé cómo apareció esta terminante descripción en el espléndido discurso en torno a la Ilíada, con el que entró a formar parte de la Academia Mexicana de la Lengua. Pero me sentí cómoda arropándome en semejante categoría. Hasta cuando me creo moderna soy anticuada. Esto de ser ateo viene del siglo XIX. Hasta del tardío XVIII. Mi bisabuelo liberal ya era obsoleto. Con todo, yo tengo mi fe. Creo en la madre naturaleza y en los seres humanos que son generosos y buenos. Ahí está el dios de esta atea. Creo en Elizabeth Bennet, en Úrsula Iguarán, en Isaac Dinesen. Creo en la Maga y en la valentía de Leonor. Creo que tiene razón Mateo cuando lo aflige que haya guerra en Ucrania, cuando dilucida que si aletea una mariposa en África, tiembla en México. Creo en Verónica cuando se niega a heredarles a nuestros hijos la mugre del río Atoyac. Creo en los trabajadores obsesivos, como Roberto, Kathya, Héctor y Catalina. Creo en los misterios del fondo del mar, en el cine, en la poesía del Siglo de Oro y en la del siglo XX. Creo en la memoria, en la escuela primaria, en el amor de los quince años y en el sexo de los cincuenta. Creo en las comedias musicales, las jacarandas y los rascacielos. Creo en el caldo de frijoles y el arroz blanco, creo en el horizonte y en que un día tendré más nietos. Creo en la música de Rosario, en las películas de Catalina, en el libro que me cuenta Mateo. Creo en las historias que Virginia trae del Metro, creo que tenemos remedio, creo en los lápices del número tres, en la punta de las plumas Mont Blanc, en la ciencia del doctor Goldberg, en la incredulidad del doctor Estañol, en los barcos con que soñaba una mujer frente a la bahía de Cozumel, en el perro volando que vió doña Emma en un ciclón, en la frente lúcida y la nariz perfecta de la antropóloga Guzmán, en la Sierra Negra cuando la recorre Daniela, en las mujeres que han llamado a su grupo “Los varitas de nardo” y son diez gordas reunidas para cambiar sus hornos de leña por unos que contaminen menos. Creo en el hipo con que mi perro anuncia que está soñando un vuelo alrededor del mundo, creo en el diccionario de la RAE y en las cartas que mandan mis amigos. Creo que aún camina bien mi camioneta vieja y que mis hermanos hicieron una empresa en donde había un sueño. Creo, ingenua yo, en que les irá mal a los malos. Creo en la luz de mi iPhone, en la cocina de mi abuela, en la esperanza de quienes, a pesar del miedo, siguen viviendo en Michoacán. Bendigo el correo electrónico, las orquídeas y los zapatos cómodos. Les rezo a las puestas de sol, a la vitamina B12, a mis rodillas y a las fotos de mis antepasados. Comulgo con quienes saben conversar, oigo misa en las sobremesas de mi casa. Soy una atea con varios dioses. Tantos y de tan buen grado que ahora, presa de la aflicción que es la desmemoria, voy a acudir al único dios de la trilogía de mi madre que me sigue pareciendo confiable: Espíritu Santo, fuente de luz: ilumíname. ¿A qué horas tiré el trébol y cómo es que olvidé tan memorable catástrofe?
Ángeles Mastretta (El viento de las horas)
A fines de agosto nuestra delegación, junto con la portorriqueña, que era más numerosa, subió a bordo de un carguero cubano en el que habríamos de cubrir la primera etapa de nuestro regreso, hasta las Antillas francesas, adonde el barco llevaba una carga de cemento. Al atardecer zarpamos de la bahía de Santiago. Cuando nos alejamos de la isla era ya noche cerrada, y no se veía la tierra ni el mar, pues no había luna. Nos instalamos y empezamos a orientarnos en el barco y, al igual que los portorriqueños que venían con nosotros, trabamos conversación con la tripulación. El capitán era un antiguo estudiante de Filosofía de veintiséis años, con quien me apresuré a hablar de nuestro común tema de estudio. Era su primer viaje al mando de aquel barco y, como nosotros, debía familiarizarse con él y con la tripulación. De pronto, cuando estábamos en alta mar, en plena oscuridad, un avión sobrevoló el barco a muy baja altitud y a gran velocidad. Antes de enterarme de lo que ocurría, el avión cruzó otra vez por encima de nosotros. Cuando Kendra y yo corríamos al puente para preguntar al capitán qué pasaba, un miembro de la tripulación nos explicó tranquilamente que se trataba de un acto hostil por parte de un portaaviones norteamericano de los que controlaban el bloqueo económico. Con sus luces, el portaaviones empezó a hacer señales a nuestro barco pidiéndole que se identificara y explicase su misión. Naturalmente, podían ver la bandera cubana; todo aquello no era más que el rutinario hostigamiento que habían de soportar los barcos cubanos cada vez que salían de sus aguas territoriales. Mediante señales, el barco cubano comunicó que, antes de identificarse, quería saber el nombre y la misión de quienes deseaban aquella información. Durante aquellos momentos una cierta diversión había acompañado al nerviosismo. Pero después, de pronto, no lejos del barco, un extraño y silencioso estallido de luz rompió la oscuridad de la noche. Al principio semejaba una nubecilla en forma de hongo, pero un segundo después pareció desplazarse directamente hacia nosotros. Yo me asusté tanto que no pregunté lo que ocurría; pensé que, si aquello era gas letal, no podríamos escapar. La nube de luz inundó el barco e iluminó toda la zona circundante como un sol de mediodía. Un miembro de la tripulación dijo entonces que seguramente se trataba de un nuevo proyectil luminoso que estaba siendo experimentado por Estados Unidos aprovechando el bloqueo. Por fin nos libramos de los militares norteamericanos y pudimos disfrutar durante unos días de la legendaria belleza del Caribe. Pasamos junto a Haití y Santo Domingo, países no tan hermosos desde el punto de vista político, y después el barco recibió instrucciones de atracar en Guadalupe. Aunque no me gustaba la idea de encargarme de las relaciones con los nativos de la isla, yo era la única persona a bordo que sabía francés, de modo que no tuve alternativa. Nuestra delegación llevaba muy poco equipaje, pero los portorriqueños traían varias cajas de libros que les habían regalado los cubanos para su librería de San Juan. Tuve la precaución de preguntar a los funcionarios de la aduana si se proponían inspeccionar todos los equipajes
Angela Y. Davis (Angela Davis: Autobiografía)
Por cierto, avispado lector, permíteme darte un consejo: nunca dejes un libro abierto sin vigilancia. Ni siquiera una centésima de segundo. Los de mi especie y yo solemos celebrar este tipo de descuidos frotándonos las manos. Un libro abierto y sin vigilancia siempre es una puerta hacia otro mundo. Nos gusta entrar en él y esperar, agazapados entre sus páginas, a que el descuidado lector regrese. Nos gusta observarle en silencio, medir el compás de su respiración, aprender de las expresiones de su rostro, del modo en que pasa las páginas, del cuidado con el que trata el ejemplar. En realidad, mientras ellos leer completamente ajenos al mundo, nosotros nos dedicamos en silencio a recolectar información. Todos los datos son pocos cuando se trata de una posible víctima. En cuanto vemos la ocasión -y ésta, no te engañes, llega tarde o temprano- saltamos con entusiasmoa su cuello y no dejamos ni los huesos. Cuídate de que no te ocurra a ti.
Care Santos (El dueño de las sombras (Eblus, #1))
Sería largo enumerar ahora todos los rincones del universo que conozco y los acontecimientos fabulosos que he vivido en ellos y, lo sé por experiencia, habría más de uno que lo encontraría una pedantería o una falsedad, de modo que preferiría no dar crédito a mis palabras antes que dejarse cautivar por ellas. Pobres almas insípidas que no merecen que nada extraordinario les ocurra.
Care Santos (El dueño de las sombras (Eblus, #1))
Ya estás muy cerca, lector, de desentrañar casi todos los misterios de esta historia. ¿Te has formulado una pregunta sencilla, pero de compleja respuesta?: ¿tienes alguna sospecha de lo que voy a hacer contigo una vez agote cuanto tenía que contar y ya no necesite tu atención? ¿No te da miedo imaginarlo? No lo niegues: has experimentado un pálpito de inquietud. Lo he sentido a la perfección. Pero lee, lee tranquilo. Todavía me resultas útil. No ha llegado el momento de decidir acerca de tu destino, afanoso receptor de estas líneas. Silencio, pues, que el cuento continúa...
Care Santos (El dueño de las sombras (Eblus, #1))
No te distraigas. Debemos continuar sin más demora. Seguro que sientes deseos de volver a tener noticias de Rebeca. Apuesto una de mis extremidades a que, de haber podido, también tú habrías arrojado una moneda al pozo de los deseos con la secreta intención de verla regresar. ¿Me equivoco? En ese caso, querido elctor, estás a punto de ver cumplidos tus deseos. No me des las gracias. Todavía no sabes los efectos que sobre tu cabeza de chorlito pueda tener todo esto. Espera un poco. Espera y lee, lector. No dejes de leer...
Care Santos (El dueño de las sombras (Eblus, #1))
Ya sé: nuestro mundo es un mundo fabricado por los hombres para los hombres; la dictadura de ellos es tan antigua que hasta se extiende al lenguaje. Se dice hombres para decir hombres y mujeres; se dice niño para decir niño y niña; se dice hijos para decir hijo e hija; se dice homicidio para designar el asesinato de un hombre o de una mujer. En las leyendas que los hombres han inventado para explicar la vida, la primera criatura no es una mujer, sino un hombre llamado Adán. Eva llega después, para divertirlo y armar líos. En las pinturas con que adornan sus iglesias, Dios es un viejo con barba, nunca una anciana de blanca melena. Y todos sus héroes son varones, desde aquel Prometeo que descubrió el fuego hasta ese Icaro que intentó volar, e incluso aquel Jesús que declaran hijo del Padre y del Espíritu Santo, como si la madre que lo dio a luz fuera una incubadora o una nodriza.
Oriana Fallaci (Letter to a Child Never Born)
Efectivamente, cuando Dios nos salva, Él nos concede condiciones para enfrentar todo y cualquier tipo de problema, con el fin de que prevalezcamos por medio de los talentos que Él nos pone a disposición. El don de la fe tiene el propósito de equipar al cristiano sincero de una fuerza sobrenatural capaz de cambiar el rumbo de las cosas equivocadas que no glorifican a Dios; es la capacidad de Dios dentro de nosotros para determinar el milagro, para vencer los dolores y enfermedades, los demonios y todo el infierno por el poder del nombre del Señor Jesús.
Edir Macedo (O Espírito Santo (Portuguese Edition))
La jungla evaporaba todo lo azul, que se escurría como niebla por los volcanes del cielo. El gran anillo negro del horizonte empezaba a dorarse poco a poco, aparecían unas transparencias prematuras, otras que se demoraban arrastrando visiones, otras más, como lupas rosa. Los niños, los únicos que madrugaban tanto como él, ya se estaban zambullendo en las cascadas. Al fin se producía el amanecer, como una red para atrapar monos.
César Aira (El santo)
Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie. SANTIAGO 1.13 El curso completo de todos los eventos y circunstancias está ordenado en el decreto divino, desde el hito más profundo del plan divino hasta el detalle más insignificante. Dios también determina el número de cabellos de nuestra cabeza (Mateo 10.30). En última instancia, tenemos que admitir que el pecado es algo que Dios quiso que sucediera. Él lo planeó, lo ordenó. El pecado no es algo que entró y le tomó por sorpresa, lo agarró con la guardia baja o echó a perder sus planes. La realidad del pecado figuró en sus propósitos inmutables desde la eternidad pasada. De modo que el mal y todas sus consecuencias estaban incluidos en el decreto eterno de Dios antes de la fundación del mundo. Sin embargo, del mismo modo Dios no puede ser considerado como el autor o creador del pecado. «Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie» (Santiago 1.13). «Dios es luz, y no hay ningunas tinieblas en él» (1 Juan 1.5). Dios en ningún sentido causa, incita, aprueba, autoriza o consiente el pecado. Dios no es la causa o el agente del pecado. Lo único es que permite a los agentes del mal hacer sus obras, y luego anula la maldad mediante sus sabios y santos propósitos. Los propósitos de Dios al permitir el mal siempre son buenos. Es por esto que José pudo decir a sus hermanos que lo habían vendido como esclavo: «Vosotros pensasteis mal contra mí, mas Dios lo encaminó a bien, para hacer lo que vemos hoy, para mantener en vida a mucho pueblo» (Génesis 50.20).
John F. MacArthur Jr. (Las lecturas diarias de MacArthur: Desatando la verdad de Dios un día a la vez (Spanish Edition))
Amad al pueblo cristiano. Nosotros no somos más santos que los laicos por el mero hecho de haber venido a encerrarnos entre estos muros; al contrario, todos los que están aquí demuestran, por el mero hecho de su presencia, y así deben reconocerlo, que son peores que los demás hombres... Y cuanto más viva el religioso en su retiro, más claramente habrá de ver esta verdad.
Fyodor Dostoevsky (Los Hermanos Karamazov (Spanish Edition))
La justicia es un principio abstracto que afecta a todos, que permite, según cómo se interprete, absolver o condenar a todo ser humano: culpables los ministros, culpables los papas, culpables los santos y los herejes, culpables los revolucionarios y los reaccionarios. Culpables todos de haber traicionado, matado, errado. Culpables de haber envejecido y muerto. Culpables de haber sido superados y derrotados. Culpables todos ante el tribunal universal de la moral histórica y absueltos por el de la necesidad. Justicia e injusticia sólo tienen un significado en lo concreto. De victoria o derrota, de acción realizada o padecida. Si alguien te ofende, si te trata mal, está cometiendo una injusticia; si, en cambio, te reserva un trato de favor, te hace justicia.
Roberto Saviano (Gomorrah)
¿Cómo es posible que tú que eres tan santo puedas sufrir? 2 Todo tu pasado, excepto su belleza, ha desaparecido, y no queda ni rastro de él, salvo una bendición. 3 He salvaguardado todas tus bondades y cada pensamiento amoroso que jamás hayas abrigado. 4 Los he purificado de los errores que ocultaban su luz, y los he conservado para ti en su perfecta luminiscencia. 5 Se encuentran más allá de la destrucción y de la culpabilidad. 6 Procedieron del Espíritu Santo en ti, y sabemos que lo que Dios crea es eterno. 7 Puedes ciertamente partir en paz porque te he amado como me amé a mí mismo. 8 Mi bendición va contigo para que la extiendas.
Helen Schucman (Un curso de milagros)
—Estoy muerto de vergüenza —me disculpé, por segunda vez—. El llanto y todo eso, quiero decir. —Tú no te diste cuenta, pero Elena también derramó unos lagrimones —dijo Simon—. Hasta yo los hubiera acompañado, si no fuera belga. Mis ancestros judíos me inclinaban al llanto. Pero, prevaleció el valón. Un belga no cae en emotividades de sudamericanos tropicales. —¡Por la niña mala, por esa fantástica mujer! —alzó su copa Elena—. Qué vida tan aburrida he tenido yo, santo Dios.
Mario Vargas Llosa (Travesuras de la niña mala)
Y de día de reposo en día de reposo, vendrán todos a adorar delante de mí, dijo Jehová” (Is. 66:23). Sin duda que el tema de esta profecía es profundo. No pretendo decir que puedo comprender todos sus componentes, pero una cosa es segura: en los días gloriosos que vendrán sobre la tierra, habrá un Día del Señor y, no para los judíos solamente, sino para “toda carne”. Y cuando veo esto, me es totalmente imposible creer que Dios quiso decir que el día de reposo santo dejaría de ser entre la primera y la segunda venida de Cristo. Estoy convencido de que quiso decir que es una ordenanza eterna en su Iglesia.
Arthur W. Pink (El Día del Señor)
La muchacha moderna, con su lápiz labial y su peinado cola de caballo es una rebelde contra la mujer de los Derechos Femeninos de los años 1880, aquella con el cuello de blusa rígidamente almidonado y estricto antialcoholismo. Y lo es en la misma medida en que esta última fue una rebelde contra la señora victoriana de la primera época, la de los lánguidos valses y el álbum repleto de citas de Byron. O como ésta, a su vez, fue una rebelde contra una madre puritana para quien el vals era una orgía salvaje y Byron el bolchevique de su época. Rastreen incluso a la madre puritana hacia atrás en la Historia y verán que representa una rebelión contra la laxitud caballeresca de la Iglesia inglesa que al principio fue una rebelde en contra de la civilización católica, la cual a su vez se había rebelado contra la civilización pagana. Nadie que no sea un demente podría pretender que estas rebeliones constituyeron un progreso puesto que, como es obvio, fueron primero para un lado y luego para el otro. Pero sea cual fuere la dirección correcta, una cosa seguramente es falsa; y es el hábito moderno de considerarlo todo solamente desde el extremo final moderno. Porque eso implica ver tan sólo el final de la historia, con lo cual tenemos rebeldes que se rebelan contra no saben qué cosa, porque surgió de no saben qué.
G.K. Chesterton (Santo Tomás de Aquino)
SEÑOR JESUCRISTO, EN LA OSCURIDAD DE LA MUERTE TÚ HAS DADO LUZ, EN EL ABISMO DE LA SOLEDAD MÁS PROFUNDA HABITA YA PARA SIEMPRE LA PROTECCIÓN PODEROSA DE TU AMOR; EN MEDIO DE TU OCULTACIÓN PODEMOS YA CANTAR EL ALELUYA DE LOS SALVADOS. CONCÉDENOS LA SENCILLEZ HUMILDE DE LA FE, QUE NO SE DEJE DESVIAR CUANDO TÚ NOS LLAMES EN LAS HORAS DE OSCURIDAD, DE ABANDONO, CUANDO TODO PAREZCA SER PROBLEMÁTICO: CONCÉDENOS, EN ESTE TIEMPO EN EL QUE SE COMBATE EN UNA LUCHA FEROZ EN TORNO A TI, LUZ SUFICIENTE PARA NO PERDERTE; LUZ SUFICIENTE PARA QUE PODAMOS DARLA A CUANTOS TIENEN AÚN NECESIDAD DE ELLA. HAZ BRILLAR EL MISTERIO DE TU ALEGRÍA PASCUAL, COMO AURORA DE LA MAÑANA, EN NUESTROS DÍAS; CONCÉDENOS PODER SER VERDADERAMENTE HOMBRES PASCUALES EN MEDIO DEL SÁBADO SANTO DE LA HISTORIA. CONCÉDENOS QUE A TRAVÉS DE LOS DÍAS LUMINOSOS Y OSCUROS DE ESTE TIEMPO PODAMOS ENCONTRARNOS SIEMPRE CON ÁNIMO ALEGRE EN CAMINO HACIA TU GLORIA FUTURA.
Pope Benedict XVI (La muerte de Cristo (Spanish Edition))
Santo Tomás de Aquino lo explicaba con este ejemplo: «saber que alguien viene no es saber que Pedro viene aunque sea Pedro el que viene». A través de la oración y la contemplación podemos, a partir de esta intuición, identificar a quien ahora solo vislumbramos. Por ejemplo, el anhelo de sentido y verdad que todos compartimos es, según David Bentley Hart, «simplemente una manifestación de la estructura metafísica de la realidad».
Rod Dreher (La opción benedictina: Una estrategia para los cristianos en una sociedad postcristiana (100XUNO nº 38) (Spanish Edition))
Nuestra respiración debe ser coordinada simultáneamente con los latidos del corazón, que es accionado por el pulso de Vida procedente del Espíritu Santo. Al respirar, como en cualquier cosa en la vida, los ritmos constantes crean armonía y producen equilibrio, mientras que los ritmos inestables traen desorden y desequilibrio. Primero comenzad por relajar vuestro cuerpo y dejad caer todos los pensamientos innecesarios que corren por vuestra mente. Y después aquietad todas las emociones que anegan vuestro corazón. Ahora, empezad a inhalar durante tres latidos del corazón, y sin hacer pausa alguna, exhalad durante otros tres latidos. Al principio, tal vez necesitéis
Daniel Joseph (NADAR CON LA BALLENA: Enseñanzas y Prácticas de Daskalos y Los Investigadores de la Verdad (Spanish Edition))
Antes de que Hunt pudiera responder, Bryce se acercó a la celda de Pollux. Pollux se esforzó por hacer un espectáculo de mirarla desde la cabeza hasta la punta de sus zapatos de tacón. —Pensé que las de tu calaña por lo general trabajaban en el turno de la noche. Bryce rio. —¿Tienes algún otro insulto anticuado que lanzarme? Ante el silencio de Pollux, Bryce continuó: —El trabajo sexual es una profesión respetable en Ciudad Medialuna. No es mi culpa que Pangera no se haya puesto al corriente con los tiempos modernos. Pollux desbordaba malicia. —Micah debería haberte matado y santo remedio. Ella hizo brillar sus ojos, que él pudiera notar que sabía todo lo que le había hecho a Hunt, cuánto lo detestaba. —¿Eso es lo mejor que se te ocurre decir? ¿No se suponía que el Martillo era una especie de estrella del sadismo? —Y yo pensaba que las putas mestizas se suponía que mantenían la boca cerrada. Por fortuna, sé perfectamente qué meterte en esa bocota para que te calles. Bryce le guiñó con picardía. —Cuidado. Uso los dientes.
Sarah J. Maas (House of Sky and Breath (Crescent City, #2))
Que Dios nos dé a todos los bebedores una muerte así de hermosa y fácil!»).
Joseph Roth (La leyenda del santo bebedor (El libro de bolsillo - Bibliotecas de autor - Biblioteca Roth) (Spanish Edition))
un tipo que nació en Granada con el proletario nombre de Julio María de la Luz Claudio Francisco de Asís Elías Nicolás José Santiago Gaspar de Todos los Santos Quesada-Cañaveral y Piédrola Osorio Spínola y Blake. Ya ven, todo esto para que te acaben llamando Julito.
Marcos Pereda Herrera (Bucle (Spanish Edition))
Por “guardar el corazón” hemos de entender el uso diligente y constante de todos los medios santos que existen para preservar el alma del pecado, y mantener su dulce y libre comunión con Dios.
Manuel Bento (Guardando el corazón - John Flavel: Un punto de vista puritano acerca de cómo mantener el amor por Dios (Spanish Edition))
Ayúdame a valorar la hermosura de las cosas más allá de mis estados de ánimo, ayúdame a disfrutar de lo que me regalas en medio de mis problemas. Porque mi vida no son sólo las dificultades, mi vida es todo lo que pueda experimentar, y cada día tiene su secreta hermosura. Ven Espíritu Santo, y enséñame a vivir, porque muchas veces sólo puedo mirar lo que me preocupa, lo que me falta, lo que me desagrada, como si no existiera nada más que eso. ¡Y el mundo sigue siendo tan bello, y la vida sigue siendo ese milagro tan precioso! Ven Espíritu Santo, para que ningún día se pierda inútilmente en la negatividad y los lamentos. Ven a cambiar mi forma de vivir, para que pueda reconocer la parte buena de cada día. Amén.
Víctor Manuel Fernández (Los cinco minutos del Espíritu Santo: Un camino espiritual de vida y de paz (Espiritualidad) (Spanish Edition))
La doctrina sobre la indisolubilidad matrimonial sigue siendo la misma. En todo caso, lo que cambió es la disciplina pastoral. Objetivamente, el divorcio y la nueva unión es un mal, pero puede haber atenuantes. Esto no es subjetivismo, sino la justa consideración de la subjetividad humana, como dice el profesor Rocco Buttiglione [filósofo y politólogo italiano]. En la exhortación apostólica dejo en claro que me basé en la doctrina de Santo Tomás sobre los principios generales: “Cuanto más se desciende a lo particular, tanto más aumenta la indeterminación”.
Sergio Rubín (El pastor: Desafíos, razones y reflexiones de Francisco sobre su pontificado)
oración es el balbuceo entrecortado del niño que cree, el grito de guerra del creyente que lucha y el réquiem del santo agonizante que se duerme en los brazos de Jesús. Es el aire que respiramos, es la clave secreta, es el aliento, la fortaleza y el privilegio de todo cristiano. De modo que si eres un hijo de Dios, buscarás el rostro de tu Padre y vivirás en el amor de tu Padre.
Jim Reimann (Vuelvan a mí: Devocionales de Charles Spurgeon (Spanish Edition))
A Carlos, como a su padre, y como a todo buen Borbón, lo que le gustaba era cazar (no en vano se le conocía con el sobrenombre de Carlos «el Cazador») o si acaso asistir a una o dos misas diarias. Cuando llovía, al parecer se dedicaba a oficios más manuales, como la relojería, algo de lo más insólito en un monarca, y también se dedicaba en sus momentos más creativos a martirizar los oídos de sus cortesanos con la práctica de un violín Stradivarius. A Goya le tocó ejercer de crítico en algunos de sus conciertos privados, aunque afortunadamente era sordo y se limitaba a asentir con la cabeza mientras el rey torturaba su instrumento.
Miguel Calvo Santos (Francisco de Goya: el tiempo también pinta)
El Papa volvió a sacudir al Vaticano y a toda la Iglesia en setiembre con una contundente decisión: le pidió la renuncia al cardenal Angelo Becciu como prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos ante acusaciones de malversación de fondos cuando era el poderoso sustituto (el número dos) de la Secretaría de Estado. Además, más drástico, le quitó todos los derechos cardenalicios, lo que le impedirá participar en las elecciones papales (el último pontífice que tomó una medida idéntica con un purpurado fue Pío XI, en la década del 20, pero por cuestionar su autoridad doctrinal).
Sergio Rubín (El pastor: Desafíos, razones y reflexiones de Francisco sobre su pontificado)
la Iglesia no crece por proselitismo, sino por atracción. Por hacer ver a Jesucristo a través de nuestro comportamiento. Claro que esto implica una “Iglesia en salida”, como no me canso de repetir, que no es invento mío, sino que es el mandato de Jesús, que en el Evangelio de Marcos pide a los suyos que vayan por todo el mundo y prediquen el Evangelio a toda criatura. Más aún: la Iglesia o es “en salida” o no es Iglesia. Si no sale, se corrompe, se desnaturaliza. Se convierte en otra cosa. En una asociación espiritual, en una multinacional para lanzar iniciativas y mensajes de contenido ético-religioso. Lo cual no es malo, pero no es la Iglesia. Y esto va estrechamente ligado al Espíritu Santo, sin el que la misión se convierte en un proyecto de conquista religiosa o tal vez ideológica, quizá hecha con buenas intenciones, pero es otra cosa.
Sergio Rubín (El pastor: Desafíos, razones y reflexiones de Francisco sobre su pontificado)
entre sus logros filosóficos más celebrados destaca el de haber sido capaz de fundamentar desde la filosofía —y no desde la fe— la actitud característica de los ascetas y los santos de todos los tiempos: la renuncia al mundo. Ascetismo y negación del mundo son actitudes que Schopenhauer concebía como nucleares en el seno del verdadero cristianismo y en las enseñanzas de Jesús de Nazaret. Tanta fue la influencia espiritual que ejercieron sus escritos hacia finales del siglo XIX, que algunos de sus admiradores lo llamaban «El Buda de Frankfurt».
Luis Fernando Moreno Claros (Introducción a Schopenhauer (Spanish Edition))
Que todo esto no salga de aquí honor de la familia honor del padre honor del hijo honor del loro Espíritu Santo ... y la hija es pisoteada la familia descalza pisotea pisotea y pisotea es la vendimia de la familia la vendimia del honor la señorita de la casa revienta en el fondo… en la superficie estallan pompas de jabón ... y el jefe de familia y de oficina se pone el sombrero y se va atraviesa la plaza de jefatura de distrito y contesta al saludo de su subjefe que le saluda… los pies del jefe de familia están colorados pero los zapatos están bien lustrados Más vale provocar envidia que lástima.
Jacques Prévert
persignación y vómito más allá detrás de una empalizada en una casa en construcción o en demolición en fin en una casa para humanos hay una gran recepción es la gran recepción que ofrecen los perros del circo la gran juerga algunos han traído huesos otros escalopas muchas cosas los que tienen la cola en forma de trompeta hacen de orquesta es el gran circo de los perros el que abre sus puertas el primer viernes de cada mes pero sólo los perros lo saben ante todos los perros sentados los otros perros presentan su número el perro de ciego el perro fusil el perro guardián el perro pastor de repente el gran delirio los espectadores ladran la gran carcajada el perro de la rue de Roma acaba de llegar lleva la mitra sobre la cabeza y hace el payaso el payaso imitando todos los ademanes sagrados el perro clown ladra en latín ladra a cristo ladra al viernes santo dice misa con la cola y todos los perros se retuercen de risa Padre perro que estás en los cielos… pero el guardia nocturno se despierta y el mundo de los perros desaparece el guardia nocturno vuelve a dormirse el guardia nocturno cae en el sueño sueño de silencio sueño de ruidos sueño…
Jacques Prévert
y la noche cae sobre la campaña electoral en Roma el papa ha sido elegido en los cuatro puntos cardinales hay cardenales que no serán papas todo está perdido entonces serio como un papa el papa aparece en el balcón rodeado de subpapas lleva en la cabeza el tocado de tres cuernos llamado tiara ... está empapado como un viejo secante abandonado bajo la lluvia en el patio de una alcaldía triste empapado como un viejo pedazo de pan ... esa cabezota con todas las marcas de la deformación profesional la dignidad de la unción la extremaunción la crueldad la cazurrería la santurronería y todos esos simulacros todas esas lúgubres y serias bufonadas todas esas vaticanerías… esos fetiches… esos amuletos… ese lujo… esas alfombras… ... curiosas reflexiones en el gallinero los espectadores se dan palmaditas en los muslos Fíjate cómo está empavesado el Santo Padre… te juro que con un aro en la nariz estaría completo…
Jacques Prévert
el católico practicante siente que sus lágrimas se secan bruscamente su corazón late de amor sus puños se cierran convulsivamente le gustan tanto los militares… las camillas… los entierros… los cementerios… las viejas piedras… los calvarios… los santuarios… las osamentas… ... ante las imágenes de la muerte la alegría de vivir le domina allí arriba en el cielo ve a todos sus hermanos en Jesucristo a todos sus hermanos en Mussolini los arcángeles de los mataderos santos los despanzurradores… los aviadores… los ametralladores… toda la pandilla de nuestro señor… está loco de alegría… está contento… se encarama a su butaca de dieciséis francos… aclama a la escuadrilla de católicos traficantes… siente que la esperanza lo invade
Jacques Prévert
frente a él hay dos o tres docenas de viejas gordas de barba imberbe arrodilladas sobre la alfombra el Santo Padre les habla en latín y las llama corderos ... Ligero error piensa el guardia se da cuenta de que ha confundido a hombres de la Iglesia con mujeres barbudas y de que se halla en presencia de los obispos cardenales arzobispos y bedeles… reverendos padres gordos como tocinos quemados vivos por el Frente Popular en los subterráneos de Oviedo… y el Santo Padre escucha con serenidad el desgarrador lamento de los infortunados prelados carbonizados Ah si supieras Santo Padre lo que nos hicieron esos bárbaros nos cortaron las piernas y luego nos colgaron de los pies nos metieron la cabeza en una olla de aceite de oliva hirviendo nos desangraron como a cerdos ah si supieras Santo Padre qué horrible fue nuestra muerte nos crucificaron sobre maderos con clavos herrumbrados pero Dios que bien hace lo que hace Dios nos ha resucitado a todos y en su nube de acero fundido llegó santa Tenaza santa Tenaza nos desclavó y desde entonces erramos por las montañas
Jacques Prévert
Su habilidad para entrarles de frente a los grandes problemas desconcierta: todo es notable en ella, salvo la autenticidad. Profundamente apoético, si habla de la nada, carece de su estremecimiento; sus ascos son reflexivos; sus exasperaciones, dominadas y como inventadas a posteriori; pero su voluntad, sobrenaturalmente eficaz, es al mismo tiempo tan lúcida, que podría ser poeta si lo quisiera, y, añadiría yo, santo, si se empeñase... Al no tener ni preferencias ni prevenciones, sus opiniones son accidentes; uno lamenta que él crea en ellas: sólo interesa el decurso de su pensamiento. Si le oyese predicar en un púlpito, no me sorprendería, hasta tal punto es cierto que se pone por encima de todas las verdades, que las domina y que ninguna le es necesaria ni orgánica.
CIORAN E.M.
En las primeras Vueltas a Colombia de los años 1950, el corredor José Armando Alfaro, sin palmarés, sin presupuesto y sin vehículo de asistencia, exhibía durante la etapa un escapulario por encima de su camiseta. Cada vez que subía hasta la cima de un puerto se bajaba de la bicicleta, se arrodillaba y les rezaba a la Virgen del Carmen y a todos los santos. Detrás suyo, la caravana se veía obligada a detenerse y a esperar el final de su oración. La Virgen nunca atendió sus plegarias, pero en la noche después de la etapa le daban alojamiento, posada y manutención en un convento, una cofradía o una casa parroquial. Se volvió famoso bajo el apodo de «corredor de la Virgen del Carmen». Como en todos los países católicos, existen Vírgenes por montones.
Guy ROGER (Egan Bernal y los hijos de la cordillera: Viaje al país de los escarabajos (Spanish Edition))
Distribuye las gracias del difunto Ha muerto alguien cercano a él, y él escribe a todos sobre esa muerte. ¿Qué escribe? Ensalza al difunto, lo describe, lo eleva y lo define –contra su propia convicción– como un santo. Insiste en que el fallecido le era próximo, muy próximo, al final resulta que era la persona más próxima a él. Tan bien se llevaba con un santo. Luego intenta relacionar a cada destinatario de sus cartas con el santo. «Le hablé de ti, charlamos sobre ti, él lo sabía todo sobre ti.» A veces llega a producirse incluso un último mensaje del difunto al interesado. «Me pidió que te dijera esto y aquello. Me lo encargó.» Estos encargos son puro invento. Una fuerza irresistible lo impulsa a inventarlos. Podrían ser ciertos, pero no lo son. A lo mejor deberían haber sido ciertos. Pero como se trata de la santidad del difunto, cuya muerte llora profundamente, resulta asombroso que se atreva a inventar mensajes. Le queda la satisfacción, no siente ninguna culpa, son mensajes positivos y honrosos. Su intención reside sin duda en hacer recordar de manera más intensa al difunto, en despertar la curiosidad por él. Forzar que se lo rememore bien, he ahí sin duda el principal impulso; está tan colmado por el muerto que se convierte en él, actúa como él, como si él siguiera con vida. Quizá no habría nada que objetar a ello. Pero no acaba aquí. Se arroga la representación del difunto, lo administra y se procura así un prestigio sobrenatural, él decide por sí solo los mensajes del muerto. Considera que le está haciendo un bien al fallecido, aunque en realidad sólo aumenta su propio prestigio. Actúa igual que los sacerdotes cuando reparten la bendición de Cristo. Se provee de un cuerpo espiritual y lo saca a pasear entre los vivos, los cuales tiemblan ante su propia muerte.
Elias Canetti (Il libro contro la morte)
«Aunque el pecado, la mentira y la tentación habitan entre nosotros, no deja de haber en la tierra, en algún lugar, un hombre santo, un ser superior; al menos en ese hombre reside la verdad; al menos él conoce la verdad; así pues, la verdad no ha muerto en la tierra y, por lo tanto, alguna vez vendrá a nosotros y reinará en todo el mundo, tal y como se nos ha prometido».
Fyodor Dostoevsky (Los hermanos Karamázov)
órdenes de un Rey —Jesucristo—, y tratamos de conseguir soldados que se alisten en el ejército de nuestro Dios», explicaba Escrivá.62Pero el único rey era el propio Escrivá. A su alrededor se estaba construyendo un culto a la personalidad, cultivado y alentado por él mismo. Los directores decían a los miembros que tenían a su cargo que debían escribir regularmente al fundador y compartir con él su devoción por llevar a cabo la Obra de Dios. Él casi nunca respondía. Sin embargo, en sus viajes por todo el país para visitar a sus hijos, el fundador solía elegir a algunas personas, a menudo las que tenían dinero, y las colmaba de atenciones. Para esos miembros, recibir tal atención personal de un hombre al que consideraban un santo viviente a menudo los empujaba a ir aún más lejos en su dedicación al cumplimiento de la Obra de Dios.
Gareth Gore (Opus: Ingeniería financiera, manipulación de personas y el auge de la extrema derecha en el seno de la Iglesia católica (Spanish Edition))
Hay algo que sigue funcionando mal en este planeta. Por mencionar algo, todos morimos. La proporción final de mortandad es la misma entre los santos y entre los ateos.
Philip Yancey (Desilusión con Dios (Spanish Edition))
Me pregunto por qué escribes sobre ese tipo de figuras y no sobre otras, las que ganan, las que se quedan, las que todo el mundo conoce, los fuertes, los buenos, los héroes, los santos, los capaces.
Lídia Jorge (Misericordia)
1 Corintios 6:18-20 Huid de la fornicación. Todos {los demás} pecados que un hombre comete están fuera del cuerpo, pero el fornicario peca contra su propio cuerpo. ¿O no sabéis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, que está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? Pues por precio habéis sido comprados; por tanto, glorificad a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios. La pornografía es adulterio, (porque se mira y se codicia), aquel que está practicando este pecado, no es una habitación limpia para que habite el Espíritu Santo, por lo que será un templo contaminado como habitación de demonios y espíritus inmundos.
Lisney Font (Transferencias Espirituales (Spanish Edition))
La muerte calla y yo pongo fin a mi canción. Estoy agotado. Me tiemblan todos los músculos, y tengo que sujetarme a mis novios para no caerme.
Manuel Ortiz Botella (Todos mis santos)
La obediencia libera el poder de Dios. Dios espera que actúes primero. No esperes hasta que te sientas poderoso o seguro. Sigue adelante pese a tu debilidad, haciendo lo correcto a pesar de tus temores y sentimientos. Así es como cooperas con el Espíritu Santo, y es como se desarrolla tu carácter. La Biblia compara el crecimiento espiritual con una semilla, un edificio o un niño en crecimiento. Cada metáfora requiere una participación activa: las semillas deben ser plantadas y cultivadas, los edificios deben ser construidos —no surgen de la nada— y los niños deben comer y hacer ejercicio para crecer. Aunque el esfuerzo no tiene nada que ver con nuestra salvación, tiene mucho que ver con nuestro crecimiento espiritual. Por lo menos ocho veces en el Nuevo Testamento se nos dice que «hagamos todo esfuerzo»17 en nuestro crecimiento para llegar a ser como Jesús. Uno no se sienta simplemente a esperar que suceda.
Rick Warren (Una vida con propósito: ¿Para qué estoy aquí en la tierra?)
Una esperanza viva Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos. 1 PEDRO 1.3 Según 1 Pedro 1.3–4, cada cristiano nace de nuevo para una esperanza viva, es decir, una esperanza que es perpetuamente viva, una esperanza que no puede morir. Pedro parece estar haciendo un contraste con la mera esperanza humana, que es siempre una esperanza muerta. Las esperanzas y sueños humanos inevitablemente se desvanecen y decepcionan en última instancia. Es por esto que Pablo dijo a los corintios: «Si en esta vida solamente esperamos en Cristo, somos los más dignos de conmiseración de todos los hombres» (1 Corintios 15.19). Esta esperanza viva en Cristo no puede morir. Dios garantiza que finalmente llegará a una completa y total realización, plena y gloriosa. Esta esperanza la «tenemos como segura y firme ancla del alma» (Hebreos 6.19). Además, se nos garantiza «una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos» (1 Pedro 1.4). A diferencia de cualquier cosa en esta vida, que puede ser dañado, decaer, envejecer, oxidarse, corroerse, ser robado o perder su valor, nuestra herencia celestial es reservada para nosotros incorruptible, incontaminada e inmarcesible. Nuestra herencia completa un día será la culminación de nuestra esperanza viva. Ella está «reservada en los cielos». ¿Se da cuenta de que ya hemos recibido parte de esa herencia? De acuerdo con Efesios 1.13–14, cuando una persona cree, el Espíritu Santo habita en el corazón de esa persona. Él es el depósito de garantía de nuestra salvación eterna. Él es un anticipo de la herencia del cristiano. Él es la garantía de que Dios terminará la obra que Él ha comenzado. ¿Cómo cambia su perspectiva tener esta esperanza viva de una herencia incorruptible?
John F. MacArthur Jr. (Las lecturas diarias de MacArthur: Desatando la verdad de Dios un día a la vez (Spanish Edition))
El arrepentimiento es perpetuo Debo recalcar también otra verdad: el arrepentimiento bíblico es perpetuo—el hijo de Dios se arrepentirá hasta que Dios lo lleve a su morada. El arrepentimiento es un modo de pensar permanente, un aborrecimiento continuo del mal. ¡Oh, cuántas almas preciosas han sido condenadas aquí mismo! Parecen arrepentirse por un tiempo. Dejan sus antiguas compañías y dejan los lugares donde cometían sus pecados: el bar, el salón de baile, la casa de la prostituta. Parecen aceptar a Cristo. Aun predican, enseñan y testifican de él. Pero porque son “oidores pedregales” (Mar. 4:5, 6, 16, 17), sólo duran un tiempo. Empiezan a enfriarse, volviendo gradualmente a sus costumbres de antes. Vuelven al pecado, vuelven a aquello a lo que habían renunciado. Uno a uno vuelven a sus antiguos pecados y compañeros, y vuelven al mundo. Eso es porque su arrepentimiento no era perpetuo: no surgió del nuevo nacimiento sino de la carne. La Palabra de Dios los describe: “Ciertamente, si habiéndose ellos escapado de las contaminaciones del mundo, por el conocimiento del Señor y el Salvador Jesucristo, enredándose otra vez en ellas son vencidos, su postrer estado viene a ser peor que el primero. Porque mejor les hubiera sido no haber conocido el camino de la justicia que después de haberlo conocido, volverse atrás del santo mandamiento que les fue dado. Pero les ha acontecido lo del verdadero proverbio: El perro vuelve a su vómito, y la puerca lavada a revolcarse en el cieno” (2Pe. 2:20-22). En muchos casos, ese volver es lento. ¡Pocos vuelven de una sola vez! Primero, anhelan la “libertad”; escudriñan la Palabra de Dios para averiguar cuánta libertad tienen, para poder vivir lo más cerca posible al pecado. Luego, poco a poco vuelven a este pecado y a aquel otro. Por último, ya no tienen un testimonio para Cristo, sino sólo una confesión de fe externa. El pecado ya no los molesta. No lo aborrecen ni están en contra de él. Se dicen a sí mismos que Dios ya no quiere que se arrepientan y aborrezcan al pecado. Piensan que están en el camino de vida, no obstante, ¡el pecado ya no los molesta! Entonces se vuelven a esos pecados de los cuales una vez se habían arrepentido, diciendo: “¡Ahora tenemos libertad para andar en estos caminos!” Pero, ¡oh, mis amigos, esto no es libertad, sino un permiso para hacer lo que siempre has querido hacer, permiso para andar en el pecado sin restricciones! ¡Has jugado con fuego y tu corazón está ahora endurecido por el engaño del pecado! (Heb. 3:12). También te advierto: ¡cuídate del arrepentimiento que no continúa! No es un arrepentimiento bíblico auténtico, tu corazón volverá a estar satisfecho con la basura del mundo: “De ceniza se alimenta; su corazón engañado le desvía, para que no libre su alma, ni diga: ¿No es pura mentira lo que tengo en mi mano derecha?” (Isa. 44:20). Por lo tanto, nunca lo olvides: el verdadero arrepentimiento es perpetuo. Si te has convertido de verdad, aborrecerás y dejaras tus pecados por el resto de tu vida[7]. Y anhelarás ser santo, ser como Cristo y agradar a Dios. Yo te pregunto: “¿Alguna vez has poseído tú el arrepentimiento bíblico auténtico que Dios ordena de todos los hombres?
L.R. Shelton Jr. (Arrepentimiento Biblico: La necesidad de esta hora (Spanish Edition))
todos los creyentes son bautizados por el Espíritu (1 Corintios 12.13; Gálatas 3.27), que viene a morar en ellos (Romanos 8.9) y por medio del cual son sellados (Efesios 1.13)
John F. MacArthur Jr. (Fuego extraño: El peligro de ofender al Espíritu Santo con adoración falsa (Spanish Edition))