Toca Boca Quotes

We've searched our database for all the quotes and captions related to Toca Boca. Here they are! All 20 of them:

Me gustas cuando callas porque estas como austente y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca. Parece que los ojos se te hubieran volado y parece que un beso te cerrara la boca. Como todas las cosas estan llenas de mi alma emerges de las cosas, llena del alma mia. Mariposa de sueno, te pareces a mi alma, y te pareces a la palabra melancolia.
Pablo Neruda (Twenty Love Poems and a Song of Despair)
Vem, o tempo urge... as constelações já iniciaram o movimento de mudança de hemisfério, e as dunas fenderam-se onde o mar avançou, e o mar toca-nos os olhos e o sono. Vem, antes que os cardos se espalhem com o vento, e a geada esconda a água dos poços, e a noite acabe, assim, sem prevenir, dentro de uma mão que se fecha à luz. Vem, antes que os meus olhos só vejam o que tu não vês, e as minhas mãos já não toquem o que tu tocaste... e a tua boca se canse de procurar o que de ti ainda possuo, e do teu nome não reste mais que uma metade do meu.
Al Berto (O Anjo Mudo)
Tú me quieres alba, Me quieres de espumas, Me quieres de nácar. Que sea azucena Sobre todas, casta. De perfume tenue. Corola cerrada Ni un rayo de luna Filtrado me haya. Ni una margarita Se diga mi hermana. Tú me quieres nívea, Tú me quieres blanca, Tú me quieres alba. Tú que hubiste todas Las copas a mano, De frutos y mieles Los labios morados. Tú que en el banquete Cubierto de pámpanos Dejaste las carnes Festejando a Baco. Tú que en los jardines Negros del Engaño Vestido de rojo Corriste al Estrago. Tú que el esqueleto Conservas intacto No sé todavía Por cuáles milagros, Me pretendes blanca (Dios te lo perdone), Me pretendes casta (Dios te lo perdone), ¡Me pretendes alba! Huye hacia los bosques, Vete a la montaña; Límpiate la boca; Vive en las cabañas; Toca con las manos La tierra mojada; Alimenta el cuerpo Con raíz amarga; Bebe de las rocas; Duerme sobre escarcha; Renueva tejidos Con salitre y agua; Habla con los pájaros Y lévate al alba. Y cuando las carnes Te sean tornadas, Y cuando hayas puesto En ellas el alma Que por las alcobas Se quedó enredada, Entonces, buen hombre, Preténdeme blanca, Preténdeme nívea, Preténdeme casta.
Alfonsina Storni (Antología poética)
Me gustas cuando callas porque estás como ausente, y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca. Parece que los ojos se te hubieran volado y parece que un beso te cerrara la boca. . Como todas las cosas están llenas de mi alma emerges de las cosas, llena del alma mía. Mariposa de sueño, te pareces a mi alma, y te pareces a la palabra melancolía. . Me gustas cuando callas y estás como distante. Y estás como quejándote, mariposa en arrullo. Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza: Déjame que me calle con el silencio tuyo. . Déjame que te hable también con tu silencio claro como una lámpara, simple como un anillo. Eres como la noche, callada y constelada. Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo. . Me gustas cuando callas porque estás como ausente. Distante y dolorosa como si hubieras muerto. Una palabra entonces, una sonrisa bastan. Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto.
Pablo Neruda (Twenty Love Poems and a Song of Despair)
Aceitamos a designação de municipalista; aceitamo-la da boca da democracia. Toca-nos provar que o municipalismo, instituição tão antiga, tão permanente como as sociedades, embora enfraquecida e até anulada em várias épocas pelos diversos despotismos, vale infinitamente mais do que as aspirações democráticas; que ele nos oferece o único meio possível de mantermos a nacionalidade, ao passo que seria o mais poderoso instrumento de uma liberdade verdadeira, convertendo o Governo representativo, de uma imensa decepção, numa realidade prática.
Alexandre Herculano
No multipliquéis palabras de grandeza y altanería; Cesen las palabras arrogantes de vuestra boca; Porque el Dios de todo saber es Jehová, Y a él toca el pesar las acciones.
Casiodoro de Reina (Reina Valera 1960)
O sabor do beijo resvala entre o lábio e dente, entre vida e morte. Lâmina e veludo, qual dos dois no beijo a gente toca? Asfixiação boca-a-boca: isso é o beijo.
Mia Couto
que todos bailemos al son de la tonada que ella toca. Corazones sangrantes, y secos huesos en los cementerios, y lágrimas que queman al caer..., todos bailan juntos la misma música que ella ejecuta con esa boca sin risa que posee.
Bram Stoker (Bram Stoker: Drácula y obras selectas)
Contradiciendo a Satán que pudre lo que toca Vosotras, moscas, tocáis lo que se pudre, al probar Todas en masa el ojo rosáceo y rezumante De bestias cegadas por vuestras ávidas bocas Y vuestra ala estridente con nervaduras de hierro Eleva en mi pesadilla un nebuloso infierno De cuerpos velludos, surgidos de la sombra donde se golpean Los clavos del largo ataúd donde extenderé mi cuerpo Y que será quemado en la llama inmortal Para librarme de vosotras, cuando esté muerto…
Boris Vian
—¿Es agradable? —pregunta en voz baja, extendiendo un dedo tímido y tocando mi perforación del labio. Gimo, desafiándola. —Dímelo tú. Me mira a los ojos como si estuviera asustada, pero luego vuelve a centrarse en el piercing. Abre la boca ligeramente, saca la lengua y toca el aro. Gimo de nuevo, incapaz de evitar que mis ojos se cierren. El calor húmedo se filtra por mi cara, baja por mi cuello y alcanza mi estómago, haciendo que mis dedos se claven en los asientos de cuero.
Penelope Douglas (Punk 57)
El intruso Amor, la noche estaba trágica y sollozante Cuando tu llave de oro cantó en mi cerradura; Luego, la puerta abierta sobre la sombra helante, Tu forma fué una mancha de luz y de blancura. Todo aquí lo alumbraron tus ojos de diamante; Bebieron en mi copa tus labios de frescura, Y descansó en mi almohada tu cabeza fragante; Me encantó tu descaro y adoré tu locura. Y hoy río si tú ríes, y canto si tú cantas; Y si tú duermes duermo como un perro á tus plantas! Hoy llevo hasta en mi sombra tu olor de primavera; Y tiemblo si tu mano toca la cerradura, Y bendigo la noche sollozante y oscura Que floreció en mi vida tu boca tempranera!
Delmira Agustini
Oh, amigo John, es un mundo extraño, un mundo lleno de miserias, y amenazas, y problemas, y sin embargo, cuando la reina risa viene, hace que todos bailemos al son de la tonada que ella toca. Corazones sangrantes, y secos huesos en los cementerios, y lágrimas que queman al caer..., todos bailan juntos la misma música que ella ejecuta con esa boca sin risa que posee. Y créame, amigo John, que ella es buena de venir, y amable. Ah, nosotros hombres y mujeres somos como cuerdas en medio de diferentes fuerzas que nos tiran de diferentes rumbos. Entonces vienen las lágrimas; y como la lluvia sobre las cuerdas nos atirantan, hasta que quizá la tirantez se vuelve demasiado grande y nos rompemos. Pero la reina risa, ella viene como la luz del sol y alivia nuevamente la tensión; y podemos soportar y continuar con nuestra labor, cualquiera que sea.
Bram Stoker (Dracula)
Algo frio me toca la mejilla. Dedos suaves se deslizan hacia el pelo en mi frente, empujándolo atrás. Luego la siento rozar mi boca, tan cuidadosamente, y cuando abro mis ojos miro perdidamente hacia los suyos. Los cierro otra vez y la beso.
Kendare Blake (Anna Dressed in Blood (Anna, #1))
La única entrada sobre los Chandrian ocupaba menos de media página: Por lo que refiérese a los Chaendrian, no hay mucho que decir. Todo Hombre los conoce. Todo niño entona su canción. Y aun así, las gentes no cuentan historias. Por una poca de cerveza, un Labriego hablará dos largas horas de los Ressiniyos. Mas menciónesele a los Chaendrian, y aprieta la boca como el culo de una solterona, toca fierro y aparta con ímpetu la silla. Muchos piensan que trae mala ventura hablar de los Fata, y aun así las gentes lo hazen. Por qué causa sea distinto con los Chaendrian, ignórolo. En el pueblo de Monstumulo, un Curtidor bastante borracho díjome en voz baja: «Si hablares de ellos, vinieren por ti». Ése parece ser el temor acallado destas gentes comunes. Así que escribo de lo que he recopilado aquí y allá, muy general e inespecífico. Los Chaendrian son un grupo que varía en número. (A bien seguro siete, dado su nombre). Aparecen y acometen actos de violencia sin razones fundadas. Hay señales que anuncian su llegada, mas no hay acuerdo sobre ellas. El fuego azul es la más común, aunque yo asimismo he oído hablar de vino que tórnase vinagre, de ceguera, de cultivos que marchítanse, de tormentas impropias de la estación, de preñeces interrumpidas y del sol escureciéndose en el cielo. En suma, que pareciéronme un tema de Estudio Desalentador e Infructuoso. Cerré el libro. «Desalentador e infructuoso» me sonaba de algo. Lo peor no era que ya sabía todo lo que estaba escrito en aquella entrada, sino que era la mejor fuente de información que había descubierto en más de un centenar de largas horas de búsqueda.
Patrick Rothfuss (The Wise Man’s Fear (The Kingkiller Chronicle, #2))
Ela encostou-lhe a boca ao ventre e ele sentiu contrair-se-lhe o sexo sob as carícias dela, refugiar-se no seu interior, fugir diante dela, cada vez mais pequeno, cada vez mais ansioso. E sabia que Kamila media pela recusa do seu corpo a amplitude do seu amor por outra mulher. Sabia que ela estava a fazer-se sofrer horrivelmente e que quanto mais sofresse mais o faria sofrer e mais se obstinaria em toca com os lábios húmidos o seu corpo sem força.
Milan Kundera (Farewell Waltz)
Entre menos bocas más me toca,...
Mari Sang
Y aun no se me figura que me toca aqueste oficio solamente en vida, mas con la lengua muerta y fría en la boca pienso mover la voz a ti debida; libre mi alma de su estrecha roca, por el Estigio lago conducida, celebrando t’irá, y aquel sonido hará parar las aguas del olvido.
Garcilaso de la Vega (Poemas)
advertid que es baja acción, que sólo a una fiera toca, madre de engaño y traición, el halagar con la boca y matar con la intención.
Pedro Calderón de la Barca (La vida es sueño)
A Isto chamam a vida. A este vazio. A este não saber que fazer das mãos quando, enfim, da máquina (da prostituição) as mãos se libertaram. A esta mesquinha oscilação entre nada e coisa nenhuma chamam vida. Enquanto nos comem a carne. A vida, no meu caso, António Almeida, de um funcionário exemplar. Dias cautelosos, anos silenciosos de obediência, cursivo distinto, camisa no fio mas limpa, como tem passado Vossa Excelêncía, etc. E a boca seca. E um cordão de císco na garganta, a palavra sempre adiada. A isto, ao meu barro domesticado, a esta voz dócil, ajoelhada, chamam vida; dócil, e na terra derramada. Aqui estou pois sentado na vida. Impotente. Como quem se senta num túmulo. Os braços, as pernas paralisadas. A cabeça cheia de fórmulas sem sentido — cheia de pedras. Pedras de cenário. O sangue parado nas veias, apodrecido por um dique (o Chefe impera do alto da sua própria solidão e sussurra entre dentes, içando lentamente os olhos por cima dos óculos: «um bom funcionário jamais se apaixona, rapazes; lembrai a eficiência das máquinas; das formigas»); o sangue gelado, contido em seus vasos e controlado pelas conveniências — que palavra (de vidro mas não transparente): conveniências. E que dizer do sexo? Dos rios logo ressequidos que um dia iluminaram o meu sexo? Minha mulher que o diga, ela também apodrecida. Se ao menos eu pudesse correr, blasfemar, trepar às montanhas — eu que tenho medo e não sei fazer revoluções, nem falar delas; correr durante cinco anos e durante outros tantos esconder-me numa toca. Mas de que serve queixar-me? Comigo falo. De que te serve, companheiro, ranger os dentes? E nada resolve correr ou ser dócil ou sentar-me junto ao fogo. E da violência? Que dizer dessa cabra? A morte continua do ventre ao túmulo — e chamam-lhe (sem ironia!) vida. Através deste caminho obscuro tomo nas mãos as contradições da vida, essa que, ao mesmo tempo, é, deveria ser, truculenta festa da carne, tumultuosa festa do espírito. É, deveria ser, uma cerimónia da qual sempre saíssemos feridos, amputados, refeitos — e mais velhos, e mais cansados, e mais humildes — mas sem este sabor na boca, este sabor que posso apenas situar entre nada e coisa nenhuma. Nem cúmplices da terra somos; nem quase já linguagem tem o nosso corpo… As Férias ou o Tema do Funcionário Cansado, 1967, incluído na recolha Contos da Morte Eufórica, (Dom Quixote, 1984)
Casimiro de Brito (Contos da Morte Eufórica)
Su boca toca la mía otra vez, pero sus labios no se pueden comparar a lo que me hacen sus palabras. Nunca supe que la consideración podría excitar tanto.
Colleen Hoover (Ugly Love)