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De mister Churchill a mister Balfour 26 de mayo de 1915 Le dejo a usted una tarea de gran dificultad y que requiere una atenciĂłn inmediata: la protecciĂłn de la flota de los Dardanelos contra los ataques submarinos. No subestime la gravedad de este peligro. Hasta que pueda ser contrarrestado, las consecuencias pueden no tener lĂmite. Durante estos quince dĂas, no he tenido la autoridad necesaria para tomar decisiones importantes. Su espĂritu claro y su juicio tranquilo darán el impulso necesario. Por mi parte, le dejo las notas que siguen por si quiere tenerlas en cuenta: 1. Conviene proseguir las operaciones militares al ritmo más acelerado posible, a fin de acortar el perĂodo peligroso. Todas las fuerzas necesarias que puedan estar disponibles y ser allĂ empleadas han de enviarse de una vez e inmediatamente. 2. Hasta que puedan reanudarse estas operaciones militares definitivas, la escuadra ha de permanecer segura en el puerto de Mudros o en el canal de Suez. Los buques indispensables para la protecciĂłn de las tropas han de protegerse con barcos carboneros o transportes varios, amarrados a sus costados, hasta que hayan llegado las chalupas provistas de redes contra torpedos. 3. Tan pronto como sea posible, es preciso enviar buques protegidos contra los torpedos. Como indicaba en mi nota del dĂa 13 del corriente al primer lord naval, los nueve monitores pesados han de ser enviados en cuanto vayan estando listos y tambiĂ©n los cuatro Edgars provistos de bulges,112 que harán las veces de baterĂas de calibre mediano para fines de bombardeo. En los Edgars se han perdido quince dĂas con este intermedio. Hasta que lleguen estos buques y mientras no se emprendan operaciones terrestres definitivas, hay que reducir la exposiciĂłn de los barcos tanto como sea posible. 4. Hay que enviar al menos cien chalupas y remolcadores con 95 millas de redes indicadoras y ocho destructores más, que, de paso, escoltarán a los transportes; todo ello aparte de las otras medidas ya tomadas y que le serán expuestas. 5. La protecciĂłn contra los submarinos ha de organizarse alrededor de la punta de la penĂnsula de GallĂpoli a partir de una gran zona rodeada de redes y ocupada por gran nĂşmero de chalupas armadas y de hidros constantemente preparados. Insisto en que ha de actuarse enĂ©rgicamente y en gran escala. Por lo demás, se ha hecho ya mucho en este sentido. 6. Han de apresurarse las medidas para vigilar y proveer de redes la salida del Adriático, para buscar las probables bases de submarinos de la costa de Asia Menor, a fin de obstruirlas con minas, y organizar un vasto sistema de informaciĂłn sin reparar en gastos, cosas todas que han sido ya empezadas. 7. Hay que soportar con entereza todas las pĂ©rdidas. Le deseo de corazĂłn que triunfe en este y en todos los demás asuntos angustiosos que le han sido confiados y que ha aceptado usted tan leal y valerosamente. AsĂ terminĂł mi administraciĂłn en el Almirantazgo. Durante treinta y dos meses de preparaciĂłn y diez de guerra, habĂa sostenido la primera responsabilidad y dispuesto del poder ejecutivo.
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Winston S. Churchill (La crisis mundial. Su historia definitiva de la Primera Guerra mundial 1911-1918)