Se Humilde Quotes

We've searched our database for all the quotes and captions related to Se Humilde. Here they are! All 100 of them:

O saber a gente aprende com os mestres e os livros. A sabedoria, se aprende é com a vida e com os humildes.
Cora Coralina
Se dice que nadie conoce realmente un país hasta haber pasado por sus cárceles. No se debe juzgar a una nación por cómo trata a sus miembros más encumbrados, sino por cómo trata a los más humildes.
Nelson Mandela (El largo camino hacia la libertad)
proteger nossa sobriedade, evitar a ganância e a paranoia, manter-se humilde, conservar nosso senso de propósito, conectarmo-nos com o mundo ao nosso redor.
Ryan Holiday (O ego é seu inimigo)
Sé que no sé lo que no sé; envidio a aquellos que sabrán más que yo, pero también sé que tendrán que medir, pesar, deducir y desconfiar de sus deducciones exactamente igual que yo, y ver en lo falso parte de lo verdadero, y tener en cuenta en lo verdadero la eterna mixtión de lo falso. Jamás me agarré a una idea por temor al desamparo en que caería sin ella. Nunca aliñé un hecho verdadero con la salsa de la mentira, para hacerme su digestión más fácil. He soñado mis sueños; no pretendo que sean más que sueños. Me guardé muy bien de hacer de la verdad un ídolo, prefiriendo dejarle su nombre más humilde de exactitud. Mis triunfos y mis riesgos no son los que se cree; existen glorias distintas de la gloria y hogueras distintas de la hoguera. He llegado casi a desconfiar de las palabras. Moriré un poco menos necio de lo que nací.
Marguerite Yourcenar (L'Œuvre au noir)
Había una vez un pobre granjero escocés que escuchó un lamento en un pantano. Al aproximarse descubrió a un joven que poco a poco se ahogaba en el lodo y en el estiércol, así que sin pensarlo salvó al muchacho de una muerte espantosa. Al otro día, un acaudalado noble llegó a su humilde vivienda (era el padre del muchacho que había salvado). En señal de gratitud, este noble le ofreció al granjero pagar los estudios de su hijo en las mejores universidades. Muchos años después, el hijo del noble enfermó de pulmonía, pero Alexander Fleming le salvó la vida, era el hijo del granjero que se había graduado en la escuela médica del St. Mary´s Hospital en Londres y había inventado la penicilina. Por cierto, el hijo del noble era Winston Churchill. Favor con favor se paga.
Alejandro Llantada (El libro negro de la persuasión)
«El cuento trata de un rey sabio, generoso y humilde. Un día pide a su corte de filósofos que busquen una de las frases más sabias del mundo, una tan sabia que se pueda aplicar en cualquier situación de la vida para que te alegre cuando estás triste y te entristezca un poco cuando te sientas demasiado feliz. El rey se la quería grabar en su anillo. Después de cavilar la petición del rey durante tres días y tres noches, los sabios regresaron y le ofrecieron esta percepción tan profunda y exacta: Esto también pasará. El rey se la hizo grabar en su anillo.» Fuente: Lo que de verdad importa (Haim Shapira)
Haim Shapira (Lo que de verdad importa)
Algumas sepulturas como se olhavam com afeto e se queriam aproximar; em outras, transparecia repugnância por estarem perto. Havia ali, naquele mudo laboratório de decomposições, solicitações incompreensíveis, repulsões, simpatias e antipatias; havia túmulos arrogantes, vaidosos, orgulhosos, humildes, alegres e tristes; e de muito, ressumava o esforço, um esforço extraordinário, para escapar ao nivelamento da morte, ao apagamento que ela traz às condições e às fortunas.
Lima Barreto (O Triste Fim de Policarpo Quaresma)
Lo importante no es tanto la moral de las masas, cuya actitud resulta irrelevante con tal de que sigan trabajando, sino la moral del propio Partido. Hasta del miembro más humilde se espera que sea competente, trabajador e incluso inteligente dentro de unos límites, pero también es necesario que sea un fanático crédulo e ignorante...
George Orwell (1984)
Não exagero ao afirmar que o primeiro problema com que me defrontei na vida foi a questão da beleza. Meu pai não passava de um humilde monge provinciano com conhecimentos deficientes de vocabulário. Tudo que ele pôde me ensinar foi que "nada nesse mundo era mais belo que o Pavilhão Dourado". O simples pensamento de que a beleza já existia em algum lugar desconhecido causava-me descontentamento e ansiedade. Porque se de fato ela existisse nesse lugar, então minha própria existência seria algo alheio a ela.
Yukio Mishima
LA lluvia tiene un vago secreto de ternura, Algo de soñolencia resignada y amable. Una música humilde se despierta con ella Que hace vibrar el alma dormida del paisaje.
Federico García Lorca (Libro de poemas (Spanish Edition))
Todo lo que se hace bien es noble, por humilde que sea.
Ryan Holiday (El obstáculo es el camino: El arte inmemorial de convertir las pruebas en triunfo (Para estar bien) (Spanish Edition))
Si no eres humilde, la vida se encargará de presentarte a la humildad”.
Ryan Holiday (El obstáculo es el camino: El arte inmemorial de convertir las pruebas en triunfo (Para estar bien) (Spanish Edition))
Las miserias de la enfermedad nos igualan, no hay ricos ni pobres, al cruzar este umbral los privilegios se hacen humo y nos volvemos humildes. Mi
Isabel Allende (Paula)
en más se ha de estimar y tener un humilde virtuoso que un vicioso levantado;
Miguel de Cervantes Saavedra (Don Quijote de la Mancha (Spanish Edition))
¿En que círculo del infierno te estarás quemando, Pío Nono, cura bellaco? ¿Me alcanzarás a oír desde abajo? En las vacas acuchilladas en los mataderos de este mundo se revive día a día la pasión de tu Cristo. El mismo dolor, la misma angustia, el mismo miedo que él sintió colgado de una cruz lo sienten ellas cuando las acuchillan, así las pobres, las humildes, no se digan hijas de Dios.
Fernando Vallejo (Peroratas)
Con Ichimei descubrió las múltiples sutilezas del amor y del placer, desde la pasión desenfrenada y urgente, hasta esos momentos sagrados en que la emoción los elevaba y se quedaban inmóviles, tendidos frente a frente en la cama, mirándose a los ojos largamente, agradecidos de su suerte, humildes por haber tocado lo más hondo de sus almas, purificados por haberse desprendido de todo artificio y yacer juntos totalmente
Isabel Allende (El amante japonés)
nunca o homem sábio recorrerá a um nome tão humilde, nunca será meio prisioneiro aquele que sempre possuiu uma liberdade inalterada e estável, sendo livre e senhor de si mesmo, elevando-se sobre todos os outros.
Seneca (Sobre a Brevidade da Vida: Edição especial com prefácio de Lúcia Helena Galvão Maya (Portuguese Edition))
¡Oh, quién se viera en tus brazos, o si no, junto a tu cama, rascándote la cabeza y matándote la caspa! Mucho pido, y no soy digna de merced tan señalada: los pies quisiera traerte, que a una humilde esto le basta.
Miguel de Cervantes Saavedra (Don Quijote)
- ¡Es de... lo más... irritante... -dijo al fin- que una persona no sepa distinguir una corbata de un cinturón! - Sé que es una terrible ignorancia por mi parte - dijo Alicia en un tono tan humilde que Tentetieso se aplacó.
Lewis Carroll
Haz gala, Sancho, de la humildad de tu linaje, y no te desprecies de decir que vienes de labradores; porque viendo que no te corres, ninguno se pondrá a correrte; y préciate más de ser humilde virtuoso que pecador soberbio.
Miguel de Cervantes Saavedra (El ingenioso caballero don Quijote de la Mancha. Parte 2)
Haz gala, Sancho, de la humildad de tu linaje, y no te desprecies de decir que vienes de labradores; porque, viendo que no te corres, ninguno se pondrá a correrte; y préciate más de ser humilde virtuoso que pecador soberbio.
Miguel de Cervantes Saavedra (Don Quijote)
Hay cuatro tipos de personas que jamás encontrarás en Latinoamérica me había dicho una vez un amigo puertorriqueño: Un brasileño que no juegue fútbol Un argentino humilde. Un colombiano que no se meta cocaína. Y un chileno que hable como hombre.
Jaime Atria Rosselot (Jubilé (Spanish Edition))
El incompetente siempre se presenta a sí mismo como experto, el cruel como piadoso, el pecador como santurrón, el usurero como benefactor, el mezquino como patriota, el arrogante como humilde, el vulgar como elegante y el bobalicón como intelectual
Carlos Ruiz Zafón (El juego del ángel (El cementerio de los libros olvidados, #2))
Mercaderes y charlatanes se hicieron con el control de Europa, llamando a su insidioso evangelio "La Ilustración". El día de la plaga estaba próximo; pero de las cenizas de la humanidad no surgió ningún fénix. El campesino humilde y piadoso, Pedro Labrador, se fue a la ciudad a vender a sus hijos a los señores del Nuevo Sistema para empresas que podemos calificar, en el mejor de los casos, de dudosas. (...) El giroscopio se había ampliado. La Gran Cadena del Sur se había roto como si fuera una serie de clips unidos por algún pobre imbécil; el nuevo destino de Pedro Labrador sería muerte, destrucción, anarquía, progreso, ambición y autosuperación. Iba a ser un destino malévolo: ahora se enfrentaba a la perversión de tener que IR A TRABAJAR.
John Kennedy Toole (A Confederacy of Dunces)
En las cuales (si se permitiesen) han de tornarse a hacer, pues de sí mismas (hechas contra aquellas indianas gentes, pacíficas, humildes y mansas que a nadie ofenden) son inicuas, tiránicas, y por toda ley natural, divina y humana condenadas, detestadas
Bartolomé de las Casas (Brevísima relación de la destrucción de las Indias)
A humanidade - pelo menos em sua maioria - detesta refletir, mesmo em benefício próprio. Magoa-se, como se fora um insulto, ao mais humilde convite para sair por um momento das velhas e batidas veredas e, a seu critério, ingressar num novo caminho para seguir alguma outra direção.
Helena Petrovna Blavatsky (The Secret Doctrine)
partir de ese punto, desarrollé mis principales conclusiones morales. Apunta hacia arriba. Presta atención. Arregla lo que puedas arreglar. No seas arrogante. Esfuérzate por ser humilde, porque el orgullo totalitario se manifiesta en la intolerancia, la opresión, la tortura y la muerte.
Jordan B. Peterson (12 reglas para vivir: Un antídoto al caos)
«El entendimiento humano no es una luz pura, exenta de sofisticación. Influencias procedentes de la voluntad y la concupiscencia lo enturbian. De este modo se hace de las ciencias lo que se quiere. Lo que se desea creer, esto lo creemos fácilmente. »Y, así desechamos: lo difícil, porque al investigarlo perdemos la paciencia; lo humilde y sobrio, porque no se aviene con nuestras esperanzas de grandeza; las ocultas fuerzas que mueven la naturaleza, porque somos supersticiosos; la luz de la experiencia, porque somos arrogantes y orgullosos y no queremos dar la impresión de que nuestro espíritu se ocupe en cosas viles y mutables; las opiniones nuevas y extraordinarias, porque somos afectos a las que están de moda. »En resumen: nuestras propensiones afectivas impregnan y envenenan al entendimiento de incontables modos y, a menudo, de una manera imperceptible»
Francis Bacon (Novum Organum / Nova Atlântida)
Los fundadores, ya se sabe, eran campesinos: gentecita humilde que traía del campo sus costumbres, como rezar el rosario, beber aguardiente, robarle al vecino y matarse por chichiguas con el prójimo en peleas a machete. ¿Qué podía nacer de semejante esplendor humano? Más. Y más y más y más.
Fernando Vallejo (La virgen de los sicarios)
Hay un geocentrismo práctico en nuestra vida diaria. Todavía hablamos del Sol que sale y se pone, en lugar de hablar de una Tierra que gira. Todavía pensamos en un universo organizado para nuestro beneficio y poblado tan sólo por nosotros. La exploración del espacio, en este sentido, nos hará ser un poco más humildes.
Carl Sagan (Cosmic Connection: An Extraterrestrial Perspective)
«¡Virgen y madre, la hija de tu hijo, alta y humilde como no hay criatura, del acuerdo eternal término fijo! »Tú ennobleciste la humanal natura, tanto, que en su grandeza el hacedor no desdeñó encarnar su propia hechura. »Se reanimó en tu vientre el santo amor, y a su calor, en paz eternamente, ha germinado esta divina flor.
Dante Alighieri (La Divina Comedia : el infierno, el purgatorio y el paraíso (Spanish Edition))
Hace falta un valor puramente humano para renunciar a la temporalidad en todas sus manifestaciones, y así obtener la eternidad, pero una vez conseguida no puedo renunciar a ella, ya que sería una contradicción. Pero se requiere un valor humilde y paradójico para hacerse, a continuación, con la temporalidad en virtud del absurdo; ese valor es el de la fe.
Søren Kierkegaard (Temor y temblor)
Cuando el cristianismo abandonó su primitivo terreno, es decir, los estratos sociales más humildes, el subsuelo del mundo antiguo; cuando alcanzó poderío entre los pueblos bárbaros, no contó ya, como condición preliminar en su nuevo terreno, con hombres fatigados, sino con hombres interiormente salvajes que se destrozaban recíprocamente: el hombre fuerte, pero mal constituido.
Friedrich Nietzsche (El Anticristo)
Sumisos unos a otros, revestíos de humildad; porque: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes. 1 PEDRO 5.5 Un día Jesús llamó a un niño, lo sentó en medio de sus discípulos y dijo: «De cierto os digo, que si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos. Así que, cualquiera que se humille como este niño, ése es el mayor en el reino de los cielos. Y cualquiera que reciba en mi nombre a un niño como este, a mí me recibe» (Mateo 18.3–5). Jesús tenía gran respeto por la condición del niño. Vio en un niño el modelo de la dependencia y la confianza, la mente inocente y la humildad. Vio a una persona con ganas de agradar y dar gracias, y rápido para expresar el amor y rápido de aceptar y obedecer lo que se le ordenaba y enseñaba. Así que Él usó a un niño como una analogía para enseñar a sus discípulos la dependencia, la confianza, la humildad, el afecto y la obediencia. Quizá usted diga: «Pero Jesús solo estaba utilizando a los niños como una analogía de la forma en que los adultos se convierten y forman parte del reino de Dios». Permítame señalarle que una analogía solo funciona si está arraigada en la verdad. Si los niños no son fácil y totalmente recibidos en el reino de los cielos, la analogía de la conversión espiritual sería una muy pobre. Como es, la analogía es una grande. Los niños son aceptados en el reino y por eso, seamos sabios para llegar a ser como niños en nuestra dependencia espiritual del Señor para que nosotros, también, podamos ser fácilmente aceptados.
John F. MacArthur Jr. (Las lecturas diarias de MacArthur: Desatando la verdad de Dios un día a la vez (Spanish Edition))
Pero éramos demasiado jóvenes y no entendíamos nada de lo que es en realidad el amor. El amor no tiene que ver con manos deslizándose por piel desnuda y sudada, celos, discusiones que terminan con un beso apasionado, portazos, amenazas, soledades, reencuentros, cerrar los ojos al besar o seguir sintiendo que el cuerpo se convierte en algo efervescente si ella se recoge el pelo otra vez así, como te gusta. El amor no tiene que ver con nada de esto y a la vez está compuesto por todas estas pequeñas cosas y un millón de teselas más, un entramado de pequeños momentos, gestos, olores, sabores. Pero el amor, en mi humilde experiencia, es tenacidad, honestidad, compartir y un trabajo diario a jornada completa. Y ahí, en lo fundamental, Macarena y yo no funcionábamos
Elísabet Benavent (Fuimos canciones (Canciones y recuerdos, #1))
«¡Virgen y madre, la hija de tu hijo, alta y humilde como no hay criatura, del acuerdo eternal término fijo! »Tú ennobleciste la humanal natura, tanto, que en su grandeza el hacedor no desdeñó encarnar su propia hechura. »Se reanimó en tu vientre el santo amor, y a su calor, en paz eternamente, ha germinado esta divina flor. »Tú eres la meridiana refulgente de caridad aquí, y allá en el suelo
Dante Alighieri (La Divina Comedia : el infierno, el purgatorio y el paraíso (Spanish Edition))
Tu verdadero Ser, que es tu espíritu, tu alma, está completamente libre de esas cosas. Es inmune a la crítica, no tiene miedo a los retos, y no se siente inferior a nadie. Y aún así, es humilde y no se siente superior a nadie, porque reconoce que todos los demás son el mismo Ser, el mismo espíritu con diferentes disfraces. Experimenta respeto por toda la gente, cuando al mismo tiempo no se siente inferior a nadie.
Deepak Chopra (Las siete leyes espirituales del éxito)
Con Ichimei descubrió las múltiples sutilezas del amor y del placer, desde la pasión desenfrenada y urgente, hasta esos momentos sagrados en que la emoción los elevaba y se quedaban inmóviles, tendidos frente a frente en la cama, mirándose a los ojos largamente, agradecidos de su suerte, humildes por haber tocado lo más hondo de sus almas, purificados por haberse desprendido de todo artificio y yacer juntos totalmente.
Isabel Allende (The Japanese Lover)
¿Existirá otra vida, en un mundo distinto, cuando esta acabe?”...», recuerda en Mi juventud. «Todos coincidíamos, en general, en que si uno trataba de dar lo mejor de sí mismo, de llevar una vida honorable, de cumplir con su deber, de ser leal con los amigos y amable con los débiles y los humildes, tendría poca importancia lo que creyera o no creyera. Supongo que esto es lo que hoy se denominaría “La religión de la mentalidad sana”.»
Andrew Roberts (Churchill: La biografía)
É melhor", pensou, "portar as vestes da pobreza e da ignorância, que são os trajes humildes do sexo feminino; melhor deixar o governo e a disciplina do mundo para outros; melhor estar livre da ambição marcial, da ânsia de poder e de todos os demais desejos masculinos se assim for possível desfrutar inteiramente dos mais elevados prazeres que conhece o espírito humano e que são", falando então em voz alta, como de hábito quanto muito emocionada, "a contemplação, a solidão e o amor.
Virginia Woolf (Orlando)
Arte poética Mirar el río hecho de tiempo y agua y recordar que el tiempo es otro río, saber que nos perdemos como el río y que los rostros pasan como el agua. Sentir que la vigilia es otro sueño que sueña no soñar y que la muerte que teme nuestra carne es esa muerte de cada noche, que se llama sueño. Ver en el día o en el año un símbolo de los días del hombre y de sus años, convertir el ultraje de los años en una música, un rumor y un símbolo, ver en la muerte el sueño, en el ocaso un triste oro, tal es la poesía que es inmortal y pobre. La poesía vuelve como la aurora y el ocaso. A veces en las tardes una cara nos mira desde el fondo de un espejo; el arte debe ser como ese espejo que nos revela nuestra propia cara. Cuentan que Ulises, harto de prodigios, lloró de amor al divisar su Itaca verde y humilde. El arte es esa Itaca de verde eternidad, no de prodigios. También es como el río interminable que pasa y queda y es cristal de un mismo Heráclito inconstante, que es el mismo y es otro, como el río interminable.
Jorge Luis Borges
Pienso en todas las cosas que se han escrito sobre mí: que soy un demonio inhumano, que soy una víctima inocente de un sinvergüenza que me forzó en contra de mi voluntad y con riesgo de mi propia vida, que era demasiado ignorante para saber comportarme y que el hecho de ahorcarme sería un asesinato judicial, que me gustan los animales, que soy muy guapa y tengo una tez preciosa, que tengo los ojos azules, que tengo los ojos verdes, que tengo el cabello cobrizo y que lo tengo también castaño, que soy alta y que no supero la talla media, que visto bien y con modestia, que robé a una muerta para vestir así, que soy enérgica y diligente en el trabajo, que soy de talante arisco y temperamento pendenciero, que mi aspecto es mejor que el que correspondería a una persona de mi humilde condición, que soy una buena chica de naturaleza dócil y nada malo se ha dicho de mí, que soy astuta y taimada, que tengo el cerebro reblandecido y soy poco más que una idiota. Y yo me pregunto cómo puedo ser todas esas cosas tan distintas al mismo tiempo.
Margaret Atwood (alias Grace)
Uma noite, cedo, fui experimentar se o céu escutara tão valiosas preces. Cheguei à porta da Adélia; e bati, tremendo todo, uma argoladinha humilde. O Senhor Adelino assomou à janela, em mangas de camisa. - Sou eu, Senhor Adelino - murmurei abjetamente e tirando o chapéu. - Queria falar à Adeliazinha. Ele rosnou para dentro, para a alcova, o meu nome. Creio mesmo que disse o carola. E lá do fundo, dentre os cortinados, onde eu a pressentia toda desalinhada e formosa, a minha Adélia gritou com furor: - Atira-lhe para cima dos lombos o balde da água suja! Fugi.
Eça de Queirós (A Relíquia)
No imaginéis que si conocéis a un hombre realmente, humilde será lo que la mayoría de la gente llama «humilde» hoy en día. No será la clase de persona untuosa y reverente que cesa de decir que él, naturalmente, no es nadie. Seguramente lo que pensaréis de él es que se trata de un hombre alegre e inteligente que pareció interesarse realmente en lo que vosotros le decíais a él. Si os cae mal será porque sentís una cierta envidia de alguien que parece disfrutar con tanta facilidad de la vida. Ese nombre no estará pensando en la humildad: no estará pensando en sí mismo en absoluto. Si
C.S. Lewis (Mero Cristianismo (Spanish Edition))
Para todo el que tiene miedo, está solo o se siente desdichado, el mejor remedio es salir al aire libre, a algún sitio en donde poder estar totalmente solo, solo con el cielo, con la naturaleza y con Dios. Porque solo entonces, solo así se siente que todo es como debe ser y que Dios quiere que los hombres sean felices en la humilde pero hermosa naturaleza. Mientras todo esto exista, y creo que existirá siempre, sé que toda pena tiene consuelo, en cualquier circunstancia que sea. Y estoy convencida de que la naturaleza es capaz de paliar muchas cosas terribles, pese a todo el horror.
Anne Frank (Diario de Anne Frank (Spanish Edition))
«Mientras exista este sol y este cielo tan despejado, y pueda yo verlo —pensé—, no podré estar triste.» Para todo el que tiene miedo, está solo o se siente desdichado, el mejor remedio es salir al aire libre, a algún sitio en donde poder estar totalmente solo, solo con el cielo, con la naturaleza y con Dios. Porque solo entonces, solo así se siente que todo es como debe ser y que Dios quiere que los hombres sean felices en la humilde pero hermosa naturaleza. Mientras todo esto exista, y creo que existirá siempre, sé que toda pena tiene consuelo, en cualquier circunstancia que sea. Y estoy convencida de que la naturaleza es capaz de paliar muchas cosas terribles, pese a todo el horror.
Anne Frank (Diario de Anne Frank (Spanish Edition))
Estes homens compunham-se de dois sentimentos muito simples e relativamente bons, mas que ele tornava quase maus de tanto os exagerar: o respeito pela autoridade e o ódio contra a rebelião;(...) Cobria de desprezo, de aversão e de asco todos os que tivessem transposto, mesmo que fosse só uma vez, o limite legal do mal. As suas opiniões eram absolutas e não admitia exceções. Partilhava inteiramente a opinião desses espíritos eextremistas que atribuem à lei humana um certo pdoer de fabricar demónios ou, se preferirem, de provar que eles existem, e que põem um infernal Estige no fundo da sociedade. Era estóico, sério, austero; tristemente ensismesmado e humilde e altivo como são os fanáticos.
Victor Hugo (Les Misérables)
Por isso ficou evidente que se alguém quisesse ampliar seu mundo, precisaria estar sempre diminuindo a si mesmo. Mesmo visões altivas, cidades altaneiras e pináculos vacilantes são criações da humildade. Os gigantes que pisam florestas como se pisassem relva são criações da humildade. Torres que desaparecem nas alturas acima da estrela mais solitária são criações da humildade. Pois nenhuma torre é altaneira se não olharmos para elas nas alturas; e nenhum gigante é gigante se não for maior do que nós. Todavia, toda essa gigantesca imaginação, que talvez seja o mais poderoso prazer do ser humano, é no fundo inteiramente humilde. É impossível, sem a humildade, desfrutar qualquer coisa que seja —mesmo o orgulho.
G.K. Chesterton (Ortodoxia (Clássicos MC) (Portuguese Edition))
Pero estoy seguro de que, al llegar esta época del año, y dejando aparte la veneración debida a su nombre y origen sagrados (si es que se puede dejar aparte algo que le es tan propio), siempre he pensado que la Navidad era una buena época: una época amable, benévola, caritativa, placentera; la única época, que yo sepa, del largo calendario del año en la que hombres y mujeres parecen abrir de común acuerdo sus corazones cerrados y considerar a las gentes humildes como verdaderos compañeros de viaje hacia la tumba, y no como criaturas de otra raza que viajan hacia destinos diferentes. Y por eso, tío, aunque la Navidad nunca me ha metido una migaja de oro o de plata en el bolsillo, creo que me ha hecho bien y que seguirá haciéndomelo, y digo: ¡Bendita sea!
Charles Dickens (A Christmas Carol)
La novelista Anna Lamott describe muy bien esa historia del ego. “Si no tenemos cuidado —les advierte a los escritores jóvenes—, la emisora ‘Estamos jodidos’ sonará en nuestra cabeza las veinticuatro horas del día, sin descanso y en estéreo”. Del parlante derecho del oído interno saldrá la infinita retahíla de la autoexaltación, la explicación de por qué uno es tan especial, abierto, talentoso, brillante, conocedor, incomprendido y humilde. Del parlante izquierdo saldrán las canciones de rap del autoaborrecimiento, las listas de todas las cosas que uno hace mal, de todos los errores que ha cometido en el día y a lo largo de toda la vida, las dudas, la afirmación de que todo lo que uno toca se daña, de que no es bueno para las relaciones interpersonales, que uno es un
Ryan Holiday (El ego es el enemigo)
Os declaráis bajo el mal tan postrados y tan yertos, que habláis lo mismo que muertos a los que todo da igual. Y ante seres tan pasivos, en mi corazón se entabla la cuestión de ver si habla con los muertos o los vivos. Tan resignado, tan manso vuestro triste cuerpo va, que a mí me parecéis ya cadáveres sin descanso. Basta de resignación, de pies y de manos presos. ¿No tenéis alma en los huesos ni sangre en el corazón? ¿Campará el pájaro malo, y tendréis siempre a su antojo sonrisas para su ojo y espaldas para su palo? Cuerpo de hombre que se deja pisar, morir o matar, al cuello debe llevar el balido de la oveja. Nadie se deje morir mansa y silenciosamente, para que la humilde frente no le vengan a escupir. ¿Por qué no lleváis dispuesta contra cada villanía una hoz de rebeldía y un martillo de protesta?
Miguel Hernández (El labrador de más aire)
— A buena fe, señor —respondió Sancho—, que no hay que fiar en la descarnada, digo, en la muerte, la cual también come cordero como carnero; y a nuestro cura he oído decir que con igual pie pisaba las altas torres de los reyes como las humildes chozas de los pobres. Tiene esta señora más de poder que de melindre: no es nada asquerosa, de todo come y a todo hace, y de toda suerte de gentes, edades y preeminencias hinche sus alforjas. No es segador que duerme las siestas, que a todas horas siega, y corta así la seca como la verde yerba; y no parece que masca, sino que engulle y traga cuanto se le pone delante, porque tiene hambre canina, que nunca se harta; y, aunque no tiene barriga, da a entender que está hidrópica y sedienta de beber solas las vidas de cuantos viven, como quien se bebe un jarro de agua fría.
Miguel de Cervantes Saavedra (Don Quijote de la Mancha (Spanish Edition))
La mayoría de las personas son otras personas. Sus pensamientos son las opiniones de otro, su vida un remedo, sus pasiones una cita. Cristo no fue sólo el Individualista supremo, sino el primero de la Historia. Se ha querido hacer de él un vulgar Filántropo, como los espantosos filántropos del siglo diecinueve, o se le ha colocado como Altruista al lado de los acientíficos y los sentimentales. Pero en realidad no fue ni lo uno ni lo otro. Tiene compasión, naturalmente, de los pobres, de los que están encerrados en las cárceles, de los humildes, de los desdichados, pero tiene mucha más compasión de los ricos, de los hedonistas duros, de los que dilapidan su libertad en hacerse esclavos de las cosas, de los que visten telas suaves y viven en las casas de los reyes. La Riqueza y el Placer le parecían tragedias realmente mayores que la Pobreza y el Dolor. Y en cuanto al Altruismo, ¿quién supo mejor que él que es la vocación y no la volición lo que nos determina, y que no se pueden recoger uvas de los espinos ni higos de los cardos? Vivir para los demás como objetivo concreto y deliberado no fue su credo. No fue la base de su credo. Cuando dice: « Perdonad a vuestros enemigos», no lo dice por el bien del enemigo sino por el bien de uno mismo, y porque el Amor es más bello que el Odio. Cuando ruega al joven al que amó con verle: «Vende todo lo que tienes y dáselo a los pobres », no es en el estado de los pobres en lo que está pensando, sino en el alma del joven, el alma gentil que la riqueza estaba desfigurando. En su visión de la vida coincide con el artista que sabe que por la ley inevitable del propio perfeccionamiento el poeta ha de cantar, y el escultor pensar en bronce, y el pintor hacer del mundo espejo de sus estados de ánimo, tan seguro y tan cierto como que el majuelo ha de florecer en primavera, y el trigo llamear de oro al tiempo de la siega, y la Luna en sus ordenadas andanzas cambiar de escudo en hoz y de hoz en escudo.
Oscar Wilde (Obras - Coleccion de Oscar Wilde (Spanish Edition))
«La tristeza que causa un arrepentimiento saludable es propia del hombre obediente, afable, humilde, dulce, suave y paciente, porque deriva del amor de Dios. Sufre infatigable el dolor físico y la contrición del espíritu, gracias al vivo deseo que le anima de perfección. Es también alegre y en cierto modo se siente como robustecido por la esperanza de su aprovechamiento; conserva de continuo el hechizo y el encanto de la afabilidad y de la longanimidad, y posee en sí todos los frutos del Espíritu Santo... La tristeza diabólica es diametralmente opuesta. Es áspera, impaciente, dura, llena de amargor y disgusto, y le caracteriza también una especie de penosa desesperación. Cuando se apodera de un alma, la priva y aparta de cualquier trabajo y dolor saludable. Ello obedece a que es una pasión irracional, y no sólo impide y frustra por completo la eficacia de la oración, sino que malogra los frutos espirituales que dijimos causaba la tristeza santa o de Dios» (Juan Casiano, Inst. cenob. IX, 11).
Fernando Rivas Rebaque (Terapia de las enfermedades espirituales en los padres de la Iglesia (colección Betel) (Spanish Edition))
Antonieta y Luis XVI representan, en todas sus facultades y cualidades, una antítesis de manual. Él pesado, ella ligera, él torpe, ella flexible, él congestivo, ella burbujeante, él obtuso, ella llameante. Y yendo más a lo intelectual: él indeciso, ella decidida con demasiada rapidez, él de lenta reflexión, ella espontánea en el sí y el no, él mojigato y estrictamente creyente, ella dichosamente enamorada del mundo, él humilde y modesto, ella coqueta y segura de sí, él puntilloso, ella distraída, él ahorrador, ella derrochadora, él excesivamente serio, ella desmedidamente juguetona, él fondo de pesada marea, ella espuma y baile de las olas. Como mejor se siente él es solo, ella en ruidosa compañía; él gusta de comer mucho y beber vino espeso, con placer obtuso y animal, ella nunca toca el vino, come poco y con presteza. El elemento de él es el sueño, el de ella la danza, su mundo el día, el de ella la noche. Así van las agujas de los relojes de su vida, constantemente enfrentadas como el sol y la luna.
Stefan Zweig (María Antonieta)
15 de agosto de 1343 Misa solemne de campaña El ejercito entero, concentrado en la playa, rendia culto a la Virgen de la Mar. Pedro III habia cedido a las presiones del Santo Padre y pactado una tregua con Jaime de Mallorca. El rumor corrio entre el ejercito. Arnau no escuchaba al sacerdote; pocos lo hacian, la mayoria tenia el rostro contrito. La Virgen no consolaba a Arnau. Habia matado. Habia talado arboles. Habia arrasado vinas y campos de cultivo ante los asustados ojos de los campesinos y de sus hijos. Habia destruido villas enteras y con ellas los hogares de gentes de bien. El rey Jaime habia conseguido su tregua y el rey Pedro habia cedido.Arnau recordo las arengas de Santa Maria de la Mar: "Cataluna os necesita! El rey Pedro os necesita! Partid a la guerra!". Que guerra? Solo habian sido matanzas. Escaramuzas en las que los unicos que perdieron fueron las gentes humildes, los soldados leales… y los ninos, que pasarian hambre el proximo invierno por falta de grano. Que guerra? La que habian librado obispos y cardenales, correveidiles de reyes arteros? El sacerdote proseguia con su homilia pero Arnau no escuchaba sus palabras. Para que habia tenido que matar? De que servian sus muertos? La misa finalizo. Los soldados se disolvieron formando pequenos grupos. - Y el botin prometido? - Perpiñan es rica, muy rica -oyo Arnau. - Como pagara el rey a sus soldados si ya antes no podia hacerlo? Arnau deambulaba entre los grupos de soldados. Que le importaba a el el botin? Era la mirada de los niños lo que le importaba; la de aquel pequeño que, agarrado a la mano de su hermana, presencio como Arnau y un grupo de soldados arrasaban su huerto y esparcian el grano que debia sustentarles durante el invierno. Por que?, le preguntaron sus ojos inocentes. Que mal os hemos hecho nosotros? Probablemente los niños fueran los encargados del huerto, y permanecieron alli, con las lagrimas cayendo por sus mejillas, hasta que el gran ejercito catalan termino de destruir sus escasas posesiones. Cuando terminaron, Arnau ni siquiera fue capaz de volver la mirada hacia ellos.
Ildefonso Falcones (La catedral del mar (La catedral del mar, #1))
Assim, pois, meu velho confidente, num espírito de congraçamento, antes que nos juntemos aos demais - os que estão encalhados aí por toda parte, inclusive, estou certo, os loucos do volante de meia-idade que insistem em nos mandar para a Lua, os vagabundos que se crêem iluminados por Buda, os fabricantes de cigarros com filtros para homens que sabem escolher o melhor, os beatniks, os mal-ajambrados e os petulantes, os adeptos de cultos obscuros, todos os imponentes peritos que tão bem sabem o que devemos ou não fazer com nossos humildes órgãos sexuais, todos os jovens barbudos, orgulhosos e iletrados, bem como os guitarristas sem talento, os assassinos do budismo zen e os delinquentes juvenis de roupas padronizadas, todos esses que, do alto da sua infinita ignorância, olham para este esplêndido planeta onde (por favor, não me interrompa agora) passaram o Biriba, Cristo e Shakespeare -, antes de nos juntarmos a todos eles, eu muito particularmente lhe peço, velho amigo (para dizer a verdade, quase imploro), que aceite de mim este despretensioso buquê de recém-desabrochados parênteses: ((((())))).
J.D. Salinger (Raise High the Roof Beam, Carpenters & Seymour: An Introduction)
Tengo que ser yo mismo. No puedo quebrantarme más por ti. Si podéis amarme por lo que soy, seremos más felices. Si no podéis, trataré sin embargo de merecer que me améis. No ocultaré mis gustos y mis aversiones. Confío tanto en que todo lo que es profundo es santo, que ejecutaré sin vacilar cuanto me alegra íntimamente, y el corazón me manda. Si sois nobles, os amaré; si no lo sois, no os deshonraré ni me deshonraré a mí mismo con hipócritas atenciones. Si sois sinceros, pero no interpretáis la verdad como yo, uníos a vuestros compañeros; yo buscaré los míos; no obro de este modo por egoísmo, sino humilde y sinceramente. Es vuestro interés y el mío y el de todos los hombres vivir en la verdad, aunque hayamos sido mucho tiempo esclavos de la mentira. ¿Os suena esto duramente hoy? Pronto amaréis lo que prescribe vuestra naturaleza, lo mismo que la mía, y si seguimos a la verdad, ella nos llevara a lugar seguro. Pero de ese modo podéis causar dolor a estos amigos. Sí; pero yo no puedo vender mi libertad y mi poder para ahorrarles ese dolor. Además, todas las personas tienen horas de lucidez cuando se elevan a la región de la verdad absoluta; entonces me darán la razón y me imitarán.
Ralph Waldo Emerson (Self Reliance)
Todos tenemos derecho a beber sake, pero si nos convencemos de que no nos concierne en absoluto, podremos entrar en una bodega sin pensar siquiera en beber. Quizá lo único que evita que nos convirtamos en ladrones es que logremos aclimatarnos desde pequeños al estado de las cosas. Un estado, por otro lado, que es consecuencia directa de anestesiar una parte de nuestra condición humana. De manera que si seguimos adelante, complacidos con nosotros mismos, terminaremos por transformarnos en idiotas. Nadie pretende que los demás acaben robando, obviamente, pero en mi humilde opinión lo más virtuoso que se puede hacer por otra persona es ayudarla a desarrollar al máximo sus capacidades. Si mi yo de entonces hubiera sobrevivido hasta el momento presente sin cambios, ahora sería obediente, y trabajador, pero también un perfecto idiota. Probablemente peor que eso. Resulta obvio para cualquiera que se tome la molestia de analizarlo un poco. Se supone que los seres humanos tienen que enfadarse, se supone que deben rebelarse. Es su naturaleza. Obligarse a convertirse en una criatura que no se irrita por nada, que nunca se revuelve, equivale a ser un idiota. Como mínimo, arruinaremos nuestra salud. Si a alguien no le gusta lo que digo, debería organizar su vida para no enfadarse ni rebelarse nunca.
Natsume Sōseki (The Miner (English and Japanese Edition))
- "...Intelectual marginal que no negociaba principios ni cedía terreno ante las presiones de una sociedad mediocre y deshonesta..." - "Si hay algo que nos ha enseñado el Maestro es que todo esto es un sueño, una ilusión, ilusión sobre ilusión, y que la única realidad, el único sustrato que vale la pena defender, es la potencia espiritual de la vida, esa fuerza avasalladora que trasciendo toda materialidad" - "¿Y qué era Cristo?¿Un revolucionario, un profeta que deseaba liberar al pueblo judío en contra del imperio romano? No, era un pensador que anhelaba, de manera radical, que nadie estuviera por debajo de otro, que nadie se arrogara el derecho de sentirse superior a otros y que terminara oprimiéndolos, explotándolos, esclavizándolos. ¿se rodeó Jesús de prestamistas, comerciantes y aristócratas? No, estuvo rodeado de pescadores humildes, carpinteros y prostitutas. ¿y no dijo acaso, que era más fácil que un camello pasara por el ojo de una aguja a que un rico entrara al reino de los cielos? ¿A qué se refería con esa frase tan dura y excluyente? A que su mensaje liberador no lo podían entender quienes aplastaban y oprimían a los demás, sino los del bando contrario: los que no tenían con qué comerciar, los que carecían de techo seguro para dormir. Por eso, un auténtico cristiano está muy cerca del anarquismo y encuentra en él quizás el último humanismo posible.
Mario Mendoza (Buda Blues)
Acabada la comida, el notario se fue a su estudio a dormitar en un diván, la madre salió a regar las flores. Pilar se puso a leer una revista y Valentina y yo discutimos sobre materias graves. Una de ellas —nada menos— la iglesia donde nos casaríamos un día. Estábamos de acuerdo en que el amor libre no estaba bien y era necesario el matrimonio. Así, pues, nos casaría mosén Joaquín y, puestos a elegir la iglesia, después de nombrar todas las del pueblo, propuse yo la ermita de San Cosme y San Damián, antigua y de bastante fama, que estaba precisamente cerca de la Herradura. Valentina aprobó mi idea con entusiasmo. —Estando tan lejos la ermita —decía razonable como siempre— sólo se molestarán en venir a la boda los amigos verdaderos. No gustaba ella de la gente hipócrita, como Pilar, por ejemplo. Yo tampoco. La cocinera, al oír lo de San Cosme y San Damián soltó a reír con un fondo maligno que yo no sabía cómo entender. Se asomaba a la puerta y me miraba con sorna. Yo despreciaba en todo caso el mundo de las cocineras. Pero ella volvía con sus risas. Más tarde supe que aquella ermita era la que preferían para casarse las campesinas que no habían tenido paciencia para esperar o no habían podido resistir la impaciencia del novio. Es decir, que las mujeres que se casaban allí estaban visiblemente encintas. Solía suceder entre campesinos y gente humilde. La cocinera representaba, una vez más, la procaz realidad interfiriendo en nuestro sentido angélico de las cosas.
Ramón J. Sender (Crónica del alba, 2)
O tempo é o maior tesouro de que um homem pode dispor; embora inconsumível, o tempo é o nosso melhor alimento; sem medida que o conheça, o tempo é contudo nosso bem de maior grandeza: não tem começo, não tem fim; é um pomo exótico que não pode ser repartido, podendo entretanto prover igualmente a todo mundo; onipresente, o tempo está em tudo; existe tempo, por exemplo, nesta mesa antiga: existiu primeiro uma terra propícia, existiu depois uma árvore secular feita de anos sossegados, e existiu finalmente uma prancha nodosa e dura trabalhada pelas mãos de um artesão dia após dia; existe tempo nas cadeiras onde nos sentamos, nos outros móveis da família, nas paredes da nossa casa, na água que bebemos, na terra que fecunda, na semente que germina, nos frutos que colhemos, no pão em cima da mesa, na massa fértil dos nossos corpos, na luz que nos ilumina, nas coisas que nos passam pela cabeça, no pó que dissemina, assim como em tudo que nos rodeia; rico não é o homem que coleciona e se pesa no amontoado de moedas, e nem aquele, devasso, que se estende, mãos e braços, em terras largas; rico só é o homem que aprendeu, piedoso e humilde, a conviver com o tempo, aproximando-se dele com ternura, não contrariando suas disposições, não se rebelando contra o seu curso, não irritando sua corrente, estando atento para o seu fluxo, brindando-o antes com sabedoria para receber dele os favores e não a sua ira; o equilíbrio da vida depende essencialmente deste bem supremo, e quem souber com acerto a quantidade de vagar ou a de espera, que se deve pôr nas coisas, não corre nunca o risco, ao buscar por elas, de defrontar-se com o que não é.
Raduan Nassar (Lavoura Arcaica)
Ahora tengo sueño, digo yo, como si fuera el eco del doctor Pasavento. Y tengo la impresión de que, con mi posición de escribiente, iluminado por la luz de una imaginaria luna menguante, recuerdo las humildes posiciones de aquellos personajes de Walser de los que Walter Benjamin decía que parecían provenir de la noche más oscura, personajes que venían del sueño de una noche veneciana y que lo que lloraban era prosa. “Pues el sollozo”, decía Benjamin, “es la melodía del parloteo de Walser”. Son personajes que no han renunciado a su componente infantil, seguramente porque nunca fueron niños. Les horroriza la idea de que, por cualquier circunstancia ajena a sus deseos, puedan llegar a tener éxito en la vida. ¿Y por qué les horroriza tanto? Desde luego no por sentimientos como el desprecio o el rencor, sino, como dice Benjamin, en sus líneas dedicadas a Walser, por motivos del todo epicúreos. Quieren vivir con ellos mismos. No necesitan a nadie. Son seres a los que su propia naturaleza aleja de la sociedad y que, en contra de lo que pueda pensarse, no necesitan ninguna ayuda, pues si quieren seguir siendo de verdad sólo pueden alimentarse de sí mismos. Proceden, o aparentan proceder, de las praderas de Appenzell y su vida empieza donde acaban los cuentos. “Y si no han muerto, entonces es que hoy viven todavía”, dice Walser de los personajes de esos cuentos. Y nos muestra a continuación cómo viven y a qué se dedican, nos explica qué es lo suyo. Hay días en que lo suyo es ser como coches fúnebres que van a todas partes menos al cementerio. Y otros en los que lo suyo son textos, ensayos errantes, microgramas, furtivas conversaciones con un botón, ilusorios papelillos, pequeña prosa, tentativas de escribir para ausentarse, cigarrillos efímeros y cosas por el estilo.
Enrique Vila-Matas (Doctor Pasavento (Spanish Edition))
Es indudable y evidente que no son cristianos si creemos lo que ha dicho el Señor: los cristianos viven en santidad, ellos viven en iniquidad; los cristianos aman a Dios, ellos aman al mundo; los cristianos son humildes, ellos son orgullosos; los cristianos son amables, ellos son impulsivos; los cristianos tienen el sentir que hubo también en Cristo Jesús,19 ellos están muy lejos de alcanzarlo. Por lo tanto son tan cristianos como son arcángeles. Sin embargo, creen que lo son y pueden presentar numerosas razones para probarlo. En primer lugar, durante toda su vida los han llamado así, y fueron bautizados hace muchos años; han adoptado «las ideas cristianas», comúnmente llamadas fe cristiana o católica; usan «formas de culto cristianas», como lo hicieron sus padres antes que ellos, y, finalmente, viven una «buena vida cristiana» al igual que el resto de sus vecinos. ¿Quién, entonces, se atreverá a pensar o decir que estas personas no son cristianas? Sin embargo, no tienen un ápice de auténtica fe en Cristo o de verdadera santidad interior. ¡Jamás han experimentado el amor de Dios o fueron hechos partícipes del Espíritu Santo!20 17. ¡Pobre gente! No hacen otra cosa que engañarse a sí mismos. Ustedes no son cristianos; son entusiastas en grado sumo. Me podrán decir: «Médico, cúrate a ti mismo».21 De acuerdo, pero primero deben conocer qué enfermedad tienen. Toda su vida se reduce al entusiasmo, en el sentido de que viven imaginando que recibieron la gracia de Dios cuando no es así. Como consecuencia de este tremendo error, continúan equivocándose día tras día, hablando y actuando bajo una apariencia que en verdad no les pertenece. De aquí surge esa incoherencia tan palpable y visible que atraviesa todas sus acciones, y que es una extraña mezcla de paganismo real y cristianismo imaginario. Sin embargo, como tienen a la gran mayoría de su lado, guiándose por los números siempre podrán argumentar que son las únicas personas en su sano juicio, y que son dementes quienes no compartan sus ideas. Pero esto no altera la verdadera naturaleza de las cosas. Ante los ojos de Dios y de sus ángeles, y aun ante los hijos de Dios en la tierra, ustedes no son otra cosa que dementes, entusiastas nada más.
Justo L. González (Obras de Wesley, Tomo I-II)
A Isto chamam a vida. A este vazio. A este não saber que fazer das mãos quando, enfim, da máquina (da prostituição) as mãos se libertaram. A esta mesquinha oscilação entre nada e coisa nenhuma chamam vida. Enquanto nos comem a carne. A vida, no meu caso, António Almeida, de um funcionário exemplar. Dias cautelosos, anos silenciosos de obediência, cursivo distinto, camisa no fio mas limpa, como tem passado Vossa Excelêncía, etc. E a boca seca. E um cordão de císco na garganta, a palavra sempre adiada. A isto, ao meu barro domesticado, a esta voz dócil, ajoelhada, chamam vida; dócil, e na terra derramada. Aqui estou pois sentado na vida. Impotente. Como quem se senta num túmulo. Os braços, as pernas paralisadas. A cabeça cheia de fórmulas sem sentido — cheia de pedras. Pedras de cenário. O sangue parado nas veias, apodrecido por um dique (o Chefe impera do alto da sua própria solidão e sussurra entre dentes, içando lentamente os olhos por cima dos óculos: «um bom funcionário jamais se apaixona, rapazes; lembrai a eficiência das máquinas; das formigas»); o sangue gelado, contido em seus vasos e controlado pelas conveniências — que palavra (de vidro mas não transparente): conveniências. E que dizer do sexo? Dos rios logo ressequidos que um dia iluminaram o meu sexo? Minha mulher que o diga, ela também apodrecida. Se ao menos eu pudesse correr, blasfemar, trepar às montanhas — eu que tenho medo e não sei fazer revoluções, nem falar delas; correr durante cinco anos e durante outros tantos esconder-me numa toca. Mas de que serve queixar-me? Comigo falo. De que te serve, companheiro, ranger os dentes? E nada resolve correr ou ser dócil ou sentar-me junto ao fogo. E da violência? Que dizer dessa cabra? A morte continua do ventre ao túmulo — e chamam-lhe (sem ironia!) vida. Através deste caminho obscuro tomo nas mãos as contradições da vida, essa que, ao mesmo tempo, é, deveria ser, truculenta festa da carne, tumultuosa festa do espírito. É, deveria ser, uma cerimónia da qual sempre saíssemos feridos, amputados, refeitos — e mais velhos, e mais cansados, e mais humildes — mas sem este sabor na boca, este sabor que posso apenas situar entre nada e coisa nenhuma. Nem cúmplices da terra somos; nem quase já linguagem tem o nosso corpo… As Férias ou o Tema do Funcionário Cansado, 1967, incluído na recolha Contos da Morte Eufórica, (Dom Quixote, 1984)
Casimiro de Brito (Contos da Morte Eufórica)
evitad al principio las formas demasiado comunes y habituales: son las más difíciles, ya que es necesario contar con una gran fuerza y madurez para ofrecer algo propio allí donde se cuenta con una tradición amplia y de calidad, además de con numerosos ejemplos brillantes. Así os liberaréis de los motivos comunes y podréis decantaros por aquellos que constituyen vuestro propio día a día; describid vuestras tristezas y deseos, los pensamientos pasajeros y la creencia en alguna belleza. Describidlo todo con franqueza íntima, tranquila y humilde y emplead para describirla las cosas de vuestro entorno, las imágenes de vuestros sueños y los objetos de vuestros recuerdos. Si vuestra vida diaria os parece pobre, no le echéis la culpa; culpaos a vos, decíos que no sois lo suficientemente poeta como para invocar sus riquezas, ya que para el creador no existe la pobreza ni ningún lugar pobre o indiferente. Y si os encontrarais en una prisión cuyas paredes no os permitieran percibir ninguno de los sonidos del mundo, ¿acaso no tendríais aún vuestra infancia, las deliciosas riquezas dignas de un rey que descansan en la cámara del tesoro de la memoria? Dirigid allí vuestra atención. Intentad sacar a la luz las sensaciones sumergidas en ese pasado tan amplio; vuestra personalidad se verá reforzada, vuestra soledad se ampliará y se convertirá en una vivienda en penumbras ante la que no se detiene el lejano ruido de los otros. Y cuando surjan versos a partir de este giro hacia el interior, de esta profundización en el propio mundo, entonces no se os ocurrirá preguntarle a nadie si son buenos versos. Tampoco intentaréis conseguir que las revistas se interesen por estos trabajos, pues veréis en ellos una posesión querida y natural, una parte y una voz de vuestra propia vida. Una obra de arte es buena si surgió de la necesidad. En la forma en la que se originó se haya su valoración, no hay otro juicio. Por eso, estimado señor, no sabría daros otro consejo que no fuera este: adentraos en vos mismo e inspeccionad las profundidades de donde surge la vida; en su manantial encontraréis la respuesta a la pregunta de si tenéis que crear. Tomadla tal y como suena, sin interpretaciones. Quizá resulte que estáis llamado a ser artista. Entonces aceptad vuestro destino y cargad con él, con su peso y su grandeza, sin preguntar por la recompensa que pudiera venir del exterior. El creador debe ser un mundo en sí mismo y tiene que poder encontrar todo en él y en la naturaleza a la que se ha unido.
Rainer Maria Rilke (Cartas a un joven poeta / Elegías de Duino)
El coche se había ido, pero había dejado tras él una tenue onda que fluía por las tiendas de guantes, las sombrererías y sastrerías a ambos lados de Bond Street. Durante treinta segundos todas las cabezas apuntaron en la misma dirección - la ventanilla. Mientras escogían un par de guantes - ¿hasta el codo o más arriba, color limón o gris pálido? - las señoras se interrumpieron; al terminar la frase algo había ocurrido. En algunos casos algo tan nimio que su vibración no la podía registrar ningún instrumento matemático, por muy capaz que éste fuera de transmitir sacudidas y terremotos hasta China; y eso que era impresionantemente rotundo y a la vez emotivo por cuanto que su efecto se dejaba sentir en todo el mundo; porque en todas las sombrererías y sastrerías los clientes, extraños entre sí, se miraron y pensaron en los muertos; en la bandera; en el Imperio. En la taberna de una callejuela un alguien de las colonias profirió insultos contra la Casa de Windsor, lo cual derivó en improperios, jarras de cerveza rotas y una algarabía general que, singularmente, resonó como un eco al otro lado de la calle, hasta llegar a los oídos de las chicas que estaban comprando lencería blanca, de lazos de seda pura, para sus bodas. Porque la agitación superficial que el coche provocaba a su paso, tocaba y rasgaba algo muy profundo. Deslizándose por Piccadilly el coche dobló por St. James's Street. Unos hombres altos, de físico robusto, hombres trajeados, con sus chaqués y levitas, sus pañuelos blancos y pelo peinado hacia atrás, que por razones difíciles de dilucidar, estaban de pie en el mirador de White, las manos tras la cola del chaqué, vigilando, percibieron instintivamente que la grandeza pasaba ante ellos, y la pálida luz de la presencia inmortal descendió sobre ellos, como había descendido sobre Clarissa Dalloway. Inmediatamente se irguieron más si cabe, retiraron sus manos de la espalda, y parecía que estuviesen en disposición de acatar las órdenes de su Soberano, hasta la misma boca del cañón, si fuera necesario, igual que sus antepasados lo hicieran en otros tiempos. Parecía que los bustos blancos y las mesitas, en segundo plano, con algunas botellas de soda encima y cubiertas de ejemplares del 'Tatler', asentían; parecía que señalaban la abundancia del trigo y las casas de campo de Inglaterra; y que devolvían el tenue murmullo de las ruedas de coche, como los muros de una galería humilde devuelven el eco de un susurro convertido en voz sonora debido a la fuerza de toda una catedral.
Virginia Woolf (Mrs. Dalloway)
Instintivamente nos sentimos inclinados a amar lo que nos causa placer y ¿hay algo que más gozo pueda proporcionarnos que un rostro hermoso, por lo menos cuando no sabemos nada en desdoro de su poseedor? Una niña ama a su pajarito... ¿Por qué? Porque vive y siente; porque es tan incapaz de defenderse como de causar daño. Sin embargo, el sapo también vive y siente, y es igualmente indefenso e inofensivo, pero, aunque ella no se sienta inclinada a causar al animal ningún mal, tampoco lo ama como al pájaro, de graciosa figura, suave plumaje y ojos brillantes y parlanchines. La mujer amable y bella es elogiada por ambas cualidades, pero en especial por la segunda; si, por el contrario, es desagradable de rostro y carácter, su fealdad será considerada poco menos que un crimen, ya que para el observador común esta es la peor ofensa, mientras que si es de aspecto vulgar y bondadoso corazón, nadie se entera de estas cualidades, excepto los que la tratan íntimamente. Otros, en cambio, se formarán encontradas opiniones sobre su ineligencia y su carácter, aunque sea tan solo por disculpar la instintiva repulsión que experimentan por quien tan poco tiene que agradecer a la naturaleza, sucediendo el caso opuesto cuando el exterior hermoso oculta un corazón perverso, pues la así dotada consigue que se le toleren defectos y flaquezas que a otra no se le consentirían. Las que poseen belleza, que se sientan agradecidas de tal don y hagan buen uso de él, como si se tratara de una cualidad intelectual; las que no la poseen, que se consuelen y hagan cuanto puedan sin ella. La belleza, aunque susceptible de ser sobrevalorada, es un don divino, que no debe despreciarse. Esto lo comprenderán bien todos aquellos que han experimentado la sensación de amar y cuyos corazones les dicen que son dignos de ser amados nuevamente; mientras que la falta de esta o cualquier otra condición superficial, puede hacerlos absolutamente incapaces de dar y recibir esa felicidad que parecen destinados a sentir y comunicar a los demás. Mal obraría la humilde luciérnaga despreciando esa facultad de producir luz sin la cual la mosca pasaría volando un y mil veces por su lado, sin detenerse jamás a descansar junto a ella. La luciérnaga oiría el rumor de las alas de la mosca, por encima, a su alrededor, y en vano trataría de dar a conocer su presencia, careciendo de los medios para que aquella fuese advertida, sin voz para llamarla, sin alas para perseguirla... Y finalmente, cansada de aletear, la mosca buscaría otro compañero, dejando a la luciérnaga vivir y morir sola.
Anne Brontë (Agnes Grey)
Y libertados del pecado, vinisteis a ser siervos de la justicia. ROMANOS 6.18 El Nuevo Testamento refleja esta perspectiva, ordenando a los creyentes a someterse a Cristo completamente y no solo como siervos contratados o empleados espirituales, sino como quienes pertenecen por entero a Él. Se nos pide obedecerlo sin preguntas y seguirlo sin reclamos. Jesucristo es nuestro Amo, un hecho que reconocemos cada vez que lo llamamos «Señor». Somos sus esclavos, llamados para obedecerlo y honrarlo humilde e incondicionalmente. Hoy en las iglesias no escuchamos mucho acerca de este concepto. En el cristianismo contemporáneo se habla de cualquiera cosa menos de la terminología esclavo. Se habla del éxito, de la salud, de la riqueza, de la prosperidad y de la búsqueda de la felicidad. Con frecuencia escuchamos que Dios ama a las personas incondicionalmente y quiere que sean todo lo que ellos quieren ser, que quiere que cumplan cada deseo, esperanza o sueño. La ambición personal, la realización personal, la gratificación personal, todo esto ha llegado a ser parte del lenguaje del cristianismo evangélico, y parte de lo que significa tener una «relación personal con Jesucristo». En lugar de enseñar el evangelio del Nuevo Testamento, donde se llama a los pecadores a someterse a Cristo, el mensaje contemporáneo es exactamente lo opuesto: Jesús está aquí para cumplir todos tus deseos. Equiparándolo a un ayudante personal o a un entrenador particular, muchos asistentes a las iglesias hablan de un Salvador personal que está deseoso de cumplir sus peticiones y ayudarlos en sus esfuerzos de autosatisfacción o logros personales. La comprensión del Nuevo Testamento acerca de la relación del creyente con Cristo no podría ser más opuesta. Él es el Amo y Dueño. Nosotros somos su posesión. Él es el Rey, el Señor y el Hijo de Dios. Nosotros somos sus objetos y sus subordinados. En una palabra, nosotros somos sus esclavos.
John F. MacArthur Jr. (Las lecturas diarias de MacArthur: Desatando la verdad de Dios un día a la vez (Spanish Edition))
La verdadera confesión de pecado no es solo admitir que hizo algo mal, sino que reconoce que su pecado fue contra Dios y haciendo caso omiso de Él personalmente. Por lo tanto, la característica principal de la confesión es estar de acuerdo con Dios que se es un impotente culpable. De hecho, la palabra griega para confesión literalmente significa «decir lo mismo». Confesar sus pecados es decir la misma cosa que Dios dice acerca de ellos, reconociendo que la perspectiva de Dios de sus pecados es la correcta. Por esa razón, la verdadera confesión también implica arrepentimiento; apartándose del mal pensamiento o la mala acción. No ha confesado sinceramente sus pecados hasta que haya expresado el deseo de apartarse de ellos. La verdadera confesión incluye un quebrantamiento que inevitablemente conduce a un cambio de comportamiento. En Isaías 66.2, el Señor dice: «Miraré a aquel que es pobre y humilde de espíritu, y que tiembla a mi palabra». Cuando ore, vaya a Dios temblando por quebrantar su Palabra, anhelando la victoria sobre sus debilidades y fracasos. Sin embargo, confesar su pecado no elimina el castigo de Dios (disciplina) en su vida. A pesar de que se arrepienta, Dios a menudo le castigará para corregir su comportamiento en el futuro. Cuando Dios nos disciplina como sus hijos, es para nuestro beneficio. Hebreos 12.5–11 dice que Él nos disciplina como hijos para que podamos ser mejores hijos. La confesión nos permite ver la disciplina desde la perspectiva de Dios. Solo entonces puede ver cómo Dios, a través de resultados dolorosos, le está conformando a usted para apartarlo del pecado y llevarlo a la justicia.
John F. MacArthur Jr. (Las lecturas diarias de MacArthur: Desatando la verdad de Dios un día a la vez (Spanish Edition))
Se há muitos que já não podem crer, há muitos mais que já não podem mais descrer. Há uma fonte de fé e de esperança no mundo. Se o espetáculo atual parece contristador, uma boa análise revela que esse desespero já é um desesperar do desespero, e anuncia muita positividade para atualizar. Há campo aberto para realizar obras extraordinárias, à espera de novos apóstolos, mas humildes apóstolos, que saibam reconhecer o seu próprio valor e não desmereçam o de seus adversários, como o exige a justa humildade cristã.
Anonymous
«Dios se opone a los orgullosos, pero ayuda con su bondad a los humildes.»{g}
Sociedades Bíblicas Unidas (Dios habla hoy con deuterocanónicos, edición de estudio (Spanish Edition))
Ver a los seres humanos cubiertos de sangre, retorcidos por el dolor de la agonía, oír los lamentos de los moribundos, he aquí lo que hace humildes a los hombres, lo que colma sus almas de delicadeza, de clarividencia, de paz. No es entonces, nunca, cuando nos convertimos en seres sanguinarios y crueles; es, por ejemplo, en un hermoso mediodía de primavera como éste, contemplando distraídamente un rayo de sol que juega al escondite con las hojas sobre el fresco césped recortado... Sí, es en estos momentos que uno se transforma... »Todas las pesadillas del mundo, todas las pesadillas de la historia han nacido de este modo.
Anonymous
Cuando se estima el valor de la oración por sus resultados, nuestras más humildes palabras de súplica y de alabanza son tan aceptables al Señor de todos los seres, como las más bellas invocaciones.
José Reina (Cómo Hablar con Dios: Aprendiendo a orar paso a paso (Spanish Edition))
Mi humilde corazón se detiene en tu puerta,con la mano extendida como un viejo mendigo; y tu perro me ladra de alegría en la huerta, porque ,a pesar de todo, sigue siendo mi amigo
José Angel Buesa (Poemas - Libro I)
La lluvia tiene un vago secreto de ternura, algo de soñolencia resignada y amable, una música humilde se despierta con ella que hace vibrar el alma dormida del paisaje. Federico García Lorca
Claudia Velasco (Agua de lluvia)
Se trata de un viaje largo, azaroso. Extraña y noble aventura propia de su prodigioso tiempo: traer las luces, la sabiduría del siglo, hasta aquel humilde rincón de la España culta, su Real Academia.
Arturo Pérez-Reverte (Hombres buenos (Spanish Edition))
Jesus, o benfeitor amorável, convoca cooperadores para o saneamento das esferas sombrias do mundo espiritual. O Espiritismo inaugurou a era em que se abrem as portas para que o homem encarnado enxergue a extensão de sua família espiritual pelos sagrados laços da alma. Bem-aventurado o servidor do bem que acende uma tocha de luz nas furnas da escuridão. Bem-aventuradas as caravanas da bondade que se desprendem do corpo material durante a noite para secar as lágrimas dos atormentados pela solidão. Padecimentos mentais e dores da alma são aliviados nos espíritos sofridos quando os raios da oração alcançam os tenebrosos vales do desespero. Velhos grilhões da obsessão são rompidos ao propiciar aos vingadores enlouquecidos um momento de sossego. Que o manto luminoso de Maria de Nazaré recaia sobre os umbrais e transforme a dor em renascimento no berço carnal. Nossos laços afetivos têm raízes concretas com os abismos astrais, arquivados em nossa vida mental. Ampliemos nossos conceitos arraigados para entendermos as realidades que se desenrolam nas furnas da maldade organizada. Lá, onde reside nossa família espiritual, também é a casa de Deus. A regeneração planetária tão desejada é uma estrada luminosa que passa pelos desfiladeiros expiatórios. Um mundo melhor depende da canalização da misericórdia celestial para esses lugares de tanta carência e desorientação. Nesse momento, em que os tutores celestes lançam seus olhares e suas ações para que as trevas sejam iluminadas pela força do amor, os aprendizes do Evangelho são chamados para se alistarem nas frentes destemidas de trabalho e socorro. A inclusão espiritual dos umbrais é insubstituível medida de amor para os tempos novos da Terra. A luz raiou nas mais insensíveis organizações da maldade, anunciando os tempos novos até para aqueles que têm o coração voltado para a tirania e o ódio. “O povo que estava assentado em trevas viu uma grande luz;”. A mediunidade cristã, orientada pela caridade e pela abnegação, constitui-se numa ponte entre o céu e o inferno, unindo planos distintos da vida numa dinâmica de apoio e redenção. Que a coragem dos trabalhadores espíritas transponha o muro dos conceitos endurecidos e permita que muitas frentes de serviço e socorro estendam generosas oferendas de consolo, alívio, esperança e luz aos queridos irmãos paralisados nesses lugares sombrios. Se Jesus Se encontra nessa tarefa de purificar os pântanos astrais, na base da atual transição planetária, nós, que dizemos amá-Lo, devemos seguir Seus passos. Apressemo-nos em oferecer nossa humilde colaboração. Que o Mestre nos permita depositar sobre a mesa espiritual de muitos grupos mediúnicos, em sintonia com essa proposta de amor, o pergaminho que celebre a parceria na ampliação das frentes de serviço pela regeneração de nossa casa terrena. Muita paz aos meus filhos amados e que o Senhor da vinha lhes cubra de alegrias no esforço de cada dia.
Wanderley Oliveira (O lado oculto da Transição Planetária)
Podemos desarrollar la humildad de manera práctica: reconociendo nuestras debilidades, siendo tolerantes con las debilidades de otros, estando dispuestos a ser corregidos y destacando lo que hacen los demás. Pablo aconsejó: «Vivan siempre en armonía. Y no sean orgullosos, sino traten como iguales a la gente humilde. No se crean más inteligentes que los demás«.13 A los cristianos de Filipos les escribió: «Honren más a los demás que a ustedes. No se interesen solo en ustedes, sino interésense en la vida de los demás».14 La humildad no es pensar menos de ti mismo, sino pensar menos en ti mismo. Humildad es pensar más en los demás. Las personas humildes se interesan tanto en servir a otros que no piensan en sí mismas.
Rick Warren (Una vida con propósito: ¿Para qué estoy aquí en la tierra?)
—No creo que usted haya estado alguna vez en el Radch. No creo que conozca a muchos radchaais personalmente o que los conozca bien. Usted lo analiza todo desde el exterior y lo único que ve es conformismo y lavados de cerebro. Filas y filas de soldados idénticos con armaduras plateadas, sin voluntad ni mente propias. Es verdad que incluso el radchaai más humilde se considera infinitamente superior a cualquier no ciudadano. Lo que las personas como Seivarden piensan de ellas mismas es insoportable. —Strigan resopló sarcástica—. Pero son personas y tienen opiniones diferentes sobre las distintas cuestiones. —Sí, pero sus opiniones no tienen valor. Anaander Mianaai establece cómo tienen que ser las cosas y así es como son. Yo estaba convencida de que esta cuestión era más complicada de lo que ella creía. —Sí, pero esto no hace más que aumentar la frustración que sienten. ¡Imagíneselo! Imagínese lo que es que el propósito de su vida sea conquistar otros mundos y expandir el espacio radchaai. Lo único que usted percibe es muerte y destrucción a una escala inimaginable, pero lo que ven los radchaais es la expansión de la civilización, la expansión de la justicia y la corrección y un beneficio para todo el universo. La muerte y la destrucción son los efectos secundarios e inevitables de este bien único y supremo. —La verdad es que no estoy muy de acuerdo con ese punto de vista. —Y yo no le pido que lo haga. Solo le pido que se detenga y observe durante un instante. Imagínese que no solo su vida, sino también las vidas de todos los de su casa y las de sus antepasados durante mil años o más han servido a ese fin, a esa idea. Es la voluntad de Amaat. Dios lo desea. El universo mismo lo desea. Entonces, un día, alguien le dice que estaba equivocada y, a partir de entonces, su vida nunca vuelve a ser como la había imaginado. —Esto le sucede a la gente continuamente —repuso Strigan mientras se levantaba de la silla—. Con la diferencia de que la mayoría de nosotros no nos engañamos diciéndonos que nuestro destino es extraordinario. —Esa diferencia es significativa —señalé yo.
Ann Leckie (Ancillary Justice (Imperial Radch, #1))
Montaña Montaña: sin aldabas sin noticias sin absurdos prejuicios sin tarados sin letreros que todo lo prohíben sin niños limpiadores de zapatos Amo tu soledad tus campos verdes el aire limpio que a vivir contagia la libertad del pájaro que vuela la paz del gusano que se arrastra.   Quédate donde estás ningún viento te mueva quédate lo más lejos del poblado Yo que ante la vida misma no me inclino y de la negra tierra me levanto ante tus plantas humildes me arrodillo y ante tu altar sin mitos me descubro mientras las nubes pasan Ana María Iza.  
Alfonso Pesantes Martínez (Didáctica para la Poesía ecuatoriana: Aplicaciones Prácticas (Manuales Educativos nº 1) (Spanish Edition))
La felicidad no era casarse joven con un hombre elegante y guapo. Ni era tener una casa inmensa llena de habitaciones que pocas veces se utilizaban. Ni siquiera era saber que durante toda la vida no tendría que hacer nada salvo vivir, porque el destino le había regalado una familia portentosa y acaudalada. La felicidad, de repente, era saber que en el fondo de un jardín un humilde hombre la dibujaba en silencio. Era beber a morro de una botella tras un baño desnuda en un jardín sombreado. Era dormitar bajo el lilo buceando en las vidas de otros a través de un libro. Era saber que el amor no se captura en una pomposa invitación nupcial, sino en los besos robados en la adolescencia tras un seto de lavandas. Eran todas esas cosas cotidianas y dulces que hacían que la vida siempre pareciese sencilla.
Nacho Montes (Zapatos rojos para saltar en los charcos (Ficción) (Spanish Edition))
Cambiando de postura en el sillín, Adam pensó que la forma en que su humilde vida seguía los moldes de la literatura tenía algo como de metempsicosis. ¿O quizá -se preguntó, hurgándose la nariz- era consecuencia de estudiar tan detenidamente las estructuras de las frases de los novelistas ingleses? Uno se había resignado a no tener ya un lenguaje privado, pero se aferraba melancólicamente a la ilusión de poseer los hechos de su vida.
David Lodge (The British Museum Is Falling Down (King Penguin))
UNA SOCIEDAD SANA NECESITA QUE EL GRUESO DE SU DIRECCION POLITICA ESTE ETICA Y MORALMENTE COMPROMETIDA. DESPUES, SI ES EFICIENTE Y CLARA, CIEN VECES MEJOR. PERO HAY COSAS QUE NO SE PUEDEN SUSTITUIR Y EN LA POLITICA NO HAY QUE METERSE PARA HACER NEGOCIOS O VIVIR MEJOR, SINO PARA COMPROMETERSE CON CARIÑO A SOLUCIONAR LAS NECESIDADES DE LA GENTE."  
Lucas Cervigni (Mujica: La sabiduría del presidente más humilde del mundo. (Spanish Edition))
Las cosas buenas llegan siempre a aquellas personas que son justas, de buen corazón y que actúan de manera desinteresada, siempre ten eso en cuenta, cuida todo aquello en lo que crees y lo que representas, nunca pierdas tu esencia, nunca olvides quien eres, de dónde vienes y hacia dónde vas, esa es la clave del éxito, sobre todo, se humilde, lucha por tus sueños, tus metas, no permitas que nadie te diga que no puedes hacer algo, solo tú conoces tus limitaciones, y solo tú sabrás como superarlas en el momentos oportuno o inclusive sacar provecho de ellas...
Jorge Morales-Franceschi (A Quien Ama Las Emociones)
quid pro quo extravagante? Iván se echó a reír.–Quédate con esta última suposición si el idealismo moderno te ha hecho tan refractario a lo sobrenatural. Puedes elegir la solución que quieras. Verdad es que mi inquisidor tiene noventa años y que sus ideas han podido trastornarle hace ya tiempo. Tal vez es un simple desvarío, una quimera de viejo próximo a su fin y cuya imaginación está exacerbada por su último auto de fe. Pero que sea quid pro quo o fantasía poco importa. Lo importante es que el inquisidor revele al fin su pensamiento, que manifieste lo que ha callado durante toda su carrera.–¿Y el prisionero no dice nada? ¿Se contenta con mirarlo? –Sí, lo único que puede hacer es callar. El anciano es el primero en advertirle que no tiene derecho a añadir una sola palabra a las que pronunció en tiempos ya remotos. Éste es tal vez, a mi humilde juicio, el rasgo fundamental del catolicismo romano: «Todo lo transmitiste al papa: todo, pues, depende ahora del papa. No vengas a molestarnos, por lo menos antes de que llegue el momento oportuno. » Tal es su doctrina, especialmente la de los jesuitas. Yo la he leído en sus teólogos.»–¿Tienes derecho a revelarnos uno solo de los secretos del mundo de que vienes? –pregunta el anciano, y responde por Él–: No, no tienes este derecho, pues tu revelación de ahora se añadiría a la de otros tiempos, y esto equivaldría a retirar a los hombres la libertad que Tú defendías con tanto ahínco sobre la tierra. Todas tus nuevas revelaciones supondrían un ataque a la libertad de la fe, ya que parecerían milagrosas. Y Tú, hace quince siglos, ponías por encima de todo esta libertad, la de la fe.¿No has dicho muchas veces: “Quiero que seáis libres”? Pues bien –añadió el viejo, sarcástico–, ya ves lo que son los hombres libres.Sí, esa libertad nos ha costado cara –continúa el anciano, mirando a su interlocutor severamente–, pero al fin hemos conseguido completar la obra en tu nombre. Nuestro trabajo ha sido rudo y ha durado quince siglos, pero al fin hemos logrado instaurar la libertad como convenía hacerlo.¿No lo crees? Me miras con dulzura y ni siquiera me haces el honor de indignarte. Pues has de saber que jamás se han creído los hombres tan libres como ahora, aun habiendo depositado humildemente su libertad a nuestros pies. En realidad, esto ha sido obra nuestra.¿Es ésta la libertad que Tú soñabas? –Tampoco esto lo comprendo –dijo Aliocha–.¿Habla irónicamente, se burla?268 LibrosEnRed
Anonymous
Sentía una cierta repugnancia, pero eso engrandecía su sensación de bondad. Entonces se sintió mal. Pensó que hacía eso para sentirse bueno, humilde.
Luis Borja Corral (Pequeños palacios en el pecho)
pobre Jesús o al humilde San Pedro? ¡Él es –dicen– el Señor del mundo! Mas Cristo, del que se jacta ser vicario, dijo: “Mi reino no es de este mundo”. El reino de un vicario, ¿se ha de extender más allá que el de su Señor? ¿No es ridículo que el papa pretenda ser heredero legítimo del imperio? ¿Quién se lo dio? ¿Fue Jesucristo cuando dijo: “Los reyes de las naciones se enriquecen, mas no vosotros”? (Lucas 22:25-26).» Pasa
Federico Fliedner (Martín Lutero: Su vida y su obra (Biografias historicas))
Maturidade é algo vertical, que terá grande variedade de expressões horizontais. Maturidade diz respeito ao relacionamento com Deus que resulta em um viver sábio e humilde. A maturidade no amor por Cristo se expressa no amor por outros. Gratidão pela graça de Cristo se expressa na graça a outras pessoas. Gratidão pela paciência e perdão de Cristo capacita você a ser paciente e perdoador em relação a outros. É a sua própria experiência diária de resgate do evangelho que concede a você uma paixão pelas pessoas a fim de que elas experimentem o mesmo resgate.
Paul Tripp (Vocação perigosa: Os tremendos desafios do ministério pastoral (Portuguese Edition))
Como no pone la confianza en sí mismo, sino en Dios, el humilde no se desanima jamás
Jacques Philippe
Una vez se preguntó si el sufrimiento y el dolor harían humilde al alma, pensó, Song Shengsheng ya le había dado la respuesta.
长洱 (犯罪心理)
Humildad tiene que ver también con «humor». El humilde tiene humor. Se puede reír de sí mismo. Toma distancia de sí. Puede mirarse tranquilo a sí mismo porque se permite ser como es: un ser humano de la tierra y un ser humano del cielo, una persona con faltas y debilidades y, al mismo tiempo, digna de amor y valiosa.
Anselm Grün (El misterio del encuentro)
Dichoso el que un buen día sale humilde y se va por la calle, como tantos días más de su vida, y no lo espera y, de pronto, ¿qué es esto?, mira a lo alto y ve, pone el oído al mundo y oye, anda, y siente subirle entre los pasos el amor de la tierra
Claudio Rodríguez
En otras palabras, ¿estamos dispuestos a vivir de verdad con fi-delidad a nuestros principios? Quizá somos humildes, pero ¿somos también valientes? ¿Nadaremos a contracorriente y contra los pode-rosos valores sociales o contra nuestras propias tendencias natura-les? ¿Lo que haremos durante la vida es comer y dormir como un animal? ¿O daremos buen uso a la forma de nuestro cuerpo, a nues-tra soltura y agilidad, dignas de admiración, y a nuestra capacidad intelectual, digna de dioses? La respuesta será que no, si carecemos del valor necesario para actuar según nuestras creencias clave. De hecho, lo más probable es que nuestras iniciativas basadas en prin-cipios se vean arrolladas por la última oleada de valores sociales de moda.
Stephen R. Covey
El principio básico es que una nueva generación les debe cierto agradecimiento a todos los miembros de la generación anterior. Nuestros mayores sembraron los campos y combatieron en guerras; hicieron avanzar las artes y las ciencias y, en general, se sacrificaron por nosotros. Así pues, con sus esfuerzos, por humildes que fueran, se han ganado un poco de nuestra gratitud y nuestro
Amor Towles (Un caballero en Moscú (Spanish Edition))
Lo que se hace fundamental para mantenernos humildes y, al mismo tiempo, sentirnos preparados, es anclar nuestro sentido de valor en lo que Dios dice de nosotros.
Lucas Leys (Stamina)
Tener los pies en la tierra, el estómago vacío, fuego en el corazón, hielo en la cabeza y la mirada en el cielo. ¿Cuántos no ganan algo y se caen o enloquecen o no volvemos a saber de ellos? Eso no es leyenda; una leyenda gana y sigue ganando, y, aun así, es todos los días más humilde.
Juan Diego Gómez Gómez (El día que Dios entró al banco (Empresa) (Spanish Edition))
Siempre he pensado que los hombres extraordinarios no son necesariamente los que intentan demostrar su grandeza en cada acto de la vida, sino aquellos que se muestran humildes, incluso cuando han logrado verdaderas hazañas. La historia está plagada de fanfarrones y exhibicionistas y, por desgracia, es algo morosa en cuanto a héroes anónimos.
Oscar Vela (Náufragos en tierra (Spanish Edition))
Cuando peques, arrepiéntete por completo. Vuelve a odiar el pecado. Conságrate de nuevo al Espíritu Santo y Sus caminos puros. Pero rechaza el susurro del diablo de que el corazón tierno de Dios por ti se ha vuelto un poco más frío, un poco más rígido. Él no se inquieta por tu pecaminosidad, sino que Su mayor decepción son tus tibios pensamientos sobre Su corazón. Cristo murió para mostrarte el amor de Dios.
Dane C. Ortlund (Manso y humilde: El corazón de Cristo para los pecadores y heridos (Spanish Edition))
Vem, Noite antiquíssima e idêntica, Noite Rainha nascida destronada, Noite igual por dentro ao silêncio. Noite Com as estrelas lantejoulas rápidas No teu vestido franjado de Infinito. Vem, vagamente, Vem, levemente, Vem sozinha, solene, com as mãos caídas Ao teu lado, vem E traz os montes longínquos para o pé das árvores próximas. Funde num campo teu todos os campos que vejo, Faze da montanha um bloco só do teu corpo, Apaga-lhe todas as diferenças que de longe vejo. Todas as estradas que a sobem, Todas as várias árvores que a fazem verde-escuro ao longe. Todas as casas brancas e com fumo entre as árvores, E deixa só uma luz e outra luz e mais outra, Na distância imprecisa e vagamente perturbadora. Na distância subitamente impossível de percorrer. Nossa Senhora Das coisas impossíveis que procuramos em vão, Dos sonhos que vêm ter connosco ao crepúsculo, à janela. Dos propósitos que nos acariciam Nos grandes terraços dos hotéis cosmopolitas Ao som europeu das músicas e das vozes longe e perto. E que doem por sabermos que nunca os realizaremos... Vem, e embala-nos, Vem e afaga-nos. Beija-nos silenciosamente na fronte, Tão levemente na fronte que não saibamos que nos beijam Senão por uma diferença na alma. E um vago soluço partindo melodiosamente Do antiquíssimo de nós Onde têm raiz todas essas árvores de maravilha Cujos frutos são os sonhos que afagamos e amamos Porque os sabemos fora de relação com o que há na vida. Vem soleníssima, Soleníssima e cheia De uma oculta vontade de soluçar, Talvez porque a alma é grande e a vida pequena. E todos os gestos não saem do nosso corpo E só alcançamos onde o nosso braço chega, E só vemos até onde chega o nosso olhar. Vem, dolorosa, Mater-Dolorosa das Angústias dos Tímidos, Turris-Eburnea das Tristezas dos Desprezados, Mão fresca sobre a testa em febre dos humildes. Sabor de água sobre os lábios secos dos Cansados. Vem, lá do fundo Do horizonte lívido, Vem e arranca-me Do solo de angústia e de inutilidade Onde vicejo. Apanha-me do meu solo, malmequer esquecido, Folha a folha lê em mim não sei que sina E desfolha-me para teu agrado, Para teu agrado silencioso e fresco. Uma folha de mim lança para o Norte, Onde estão as cidades de Hoje que eu tanto amei; Outra folha de mim lança para o Sul, Onde estão os mares que os Navegadores abriram; Outra folha minha atira ao Ocidente, Onde arde ao rubro tudo o que talvez seja o Futuro, Que eu sem conhecer adoro; E a outra, as outras, o resto de mim Atira ao Oriente, Ao Oriente donde vem tudo, o dia e a fé, Ao Oriente pomposo e fanático e quente, Ao Oriente excessivo que eu nunca verei, Ao Oriente budista, bramânico, sintoísta, Ao Oriente que tudo o que nós não temos. Que tudo o que nós não somos, Ao Oriente onde — quem sabe? — Cristo talvez ainda hoje viva, Onde Deus talvez exista realmente e mandando tudo... Vem sobre os mares, Sobre os mares maiores, Sobre os mares sem horizontes precisos, Vem e passa a mão pelo dorso da fera, E acalma-o misteriosamente, Ó domadora hipnótica das coisas que se agitam muito! Vem, cuidadosa, Vem, maternal, Pé antepé enfermeira antiquíssima, que te sentaste À cabeceira dos deuses das fés já perdidas, E que viste nascer Jeová e Júpiter, E sorriste porque tudo te é falso e inútil. Vem, Noite silenciosa e extática, Vem envolver na noite manto branco O meu coração... Serenamente como uma brisa na tarde leve, Tranquilamente com um gesto materno afagando. Com as estrelas luzindo nas tuas mãos E a lua máscara misteriosa sobre a tua face. Todos os sons soam de outra maneira Quando tu vens. Quando tu entras baixam todas as vozes, Ninguém te vê entrar. Ninguém sabe quando entraste, Senão de repente, vendo que tudo se recolhe, Que tudo perde as arestas e as cores, E que no alto céu ainda claramente azul Já crescente nítido, ou círculo branco, ou mera luz nova que vem, A lua começa a ser real.
Fernando Pessoa (Poemas de Álvaro de Campos (Obra Poética IV))