Santiago De Chile Quotes

We've searched our database for all the quotes and captions related to Santiago De Chile. Here they are! All 25 of them:

«No soy un nacionalista exacerbado, sin embargo siento un amor auténtico por mi país. Chile, Chile. ¿Cómo has podido cambiar tanto?, le decía a veces, asomado a mi ventana abierta, mirando el reverbero de Santiago en la lejanía. ¿Qué te han hecho? ¿Se han vuelto locos los chilenos? ¿Quién tiene la culpa? Y otras veces, mientras caminaba por los pasillos del colegio o por los pasillos del periódico, le decía: ¿Hasta cuándo piensas seguir así, Chile? ¿Es que te vas a convertir en otra cosa? ¿En un monstruo que ya nadie reconocerá?».
Roberto Bolaño (By Night in Chile)
Inés Suárez (1507-1580), española, nacida en Plasencia, viajó al Nuevo Mundo en 1537 y participó en la conquista de Chile y la fundación de la ciudad de Santiago. Tuvo gran influencia política y poder económico. Las hazañas de Inés Suárez, mencionadas por los cronistas de su época, fueron casi olvidadas por los historiadores durante más de cuatrocientos años.
Isabel Allende (Inés del alma mía)
El imperio incaico quedó chico para contenerlos a ambos. Pizarro, convertido en marqués gobernador y caballero de la Orden de Santiago, se quedó en el Perú, secundado por sus temibles hermanos, mientras Almagro se dirigía, en 1535, con un ejército de quinientos castellanos, diez mil indios yanaconas y el título de adelantado, a Chile, la región aún inexplorada, cuyo nombre, en lengua aymara, quiere decir «donde acaba la tierra».
Isabel Allende (Inés del alma mía)
Tokyo, Los Angeles, and Santiago de Chile sit on the ring of fire. Tehran, far away from the ring still suffers the same fate. Earthquake-prone, the city has learned to adapt. The city, stacked with apartments on top of one another, looks like a box of Lego. Tight alleyways, covered with buildings, stretch all the way to the foot of the mountains. The folks in Tehran don’t want to even imagine what chaos will ensue if a major earthquake strikes. The most frightening phenomenon though isn’t the rubble and building blocks crumbling down. None of that scares the people. What concerns them is if the mother of all earthquakes pays a visit, the biggest threat will be rats. Tehran’s underground has a burgeoning “ratopolis.” To every living human being in the city, there are three rats to match every living soul. And if the city collapses, three rats are enough to ravage through human flesh in a matter of days. So the urban myth goes. Even if bodies can be rescued from the rubble there’ll likely be carcasses left behind.
Soroosh Shahrivar (Tajrish)
¡Cuántas Madame Bovary, como en el siglo XIX, hay ahora en Santiago de Chile de dos mil y tantos!
Teresa Calderón (Amiga mía (Spanish Edition))
Willibald Mattern, a German emigre in Santiago de Chile, had spun a powerful tale of Nazi resurgence. His book, UFOs: Unbekanntes Flugobjekt? Letzte Geheimwaffe des Dritten Reiches (UFOs: Unidentified flying object? Last secret weapon of the Third Reich) (1974), described how thousands of Nazi UFOs will one day fly forth from the South Pole to restore German world power against a scenario of increasing racial chaos and economic catastrophe in a final act of deliverance.
Nicholas Goodrick-Clarke (Hitler's Priestess: Savitri Devi, the Hindu-Aryan Myth, and Neo-Nazism)
He thought about the telepathic Mapuches or Araucanians. He remembered a very short book, scarcely one hundred pages long, by a certain Lonko Kilapán, published in Santiago de Chile in 1978,
Roberto Bolaño (2666)
nos fuimos con la promesa de que íbamos a volver. Aunque no lo supiéramos, diez años después, en 2020, íbamos a retornar a Santiago de Chile y a nuestra querida U para una etapa más, la última como jugador profesional y ya con la familia ampliada por la llegada de Emma Sofía, nuestra hija menor. Con Valentín jugando en las inferiores del club y con Santino, el de los milagros, formando parte de la escuela de fútbol inclusiva de la Universidad de Chile.
Walter Montillo (Gracias a la vida (Spanish Edition))
En octubre de 1972 vino el ajuste final. Hoy se sabe que la CIA pagó dos mil dólares semanales a cada camionero que se sumara al paro que estrangularía a Santiago. La operación fue gigantesca y exitosa: de los cincuenta mil camiones que abastecían
Jorge Baradit (Historia secreta de Chile (Spanish Edition))
En enero de 2008 tuve ocasión de visitar Santiago, y pude observar a los agentes de Bolsa en el Banco de Chile invirtiendo activamente las aportaciones de pensiones de los trabajadores chilenos en su propio mercado de valores. Los resultados han sido impresionantes. La tasa de rendimiento anual de las Cuentas Personales de Jubilación ha superado el 10 por ciento, lo que refleja el creciente rendimiento del mercado de valores chileno, que se había multiplicado por un factor de 18 desde 1987.
Niall Ferguson (El triunfo del dinero)
Y todo esto se da en Santiago tal vez por ser el símbolo de todos los problemas de Chile, de esta estrecha faja entre mar y montaña, que tiene 3.500 kilómetros de largo, que comienza en el norte con el desierto y termina en el sur con los hielos del polo, con el océano Pacífico al oeste y la Cordillera de los Andes al este, que la separan, al igual que el polo y el desierto, del resto del mundo, al que anhela unirse, no sólo en el concierto deportivo sino también en la búsqueda de la verdad y de la justicia, que no es la que los comunistas locales auspician, pero tampoco la que trata de darle la actual clase dirigente.
Anonymous
Una bomba nuclear de las más poderosas puede producir un temblor en Santiago y destruir un tercio de la ciudad, pero este evento zamarreó toda la geografía desde Talca hasta Aysén durante diez minutos eternos. El
Jorge Baradit (Historia secreta de Chile 2 (Spanish Edition))
Una noche en Coclesito debatieron el caso de Laura Allende, la hermana menor de Salvador Allende. Pinochet la encerró dos años y luego la expulsó de Chile. Enferma de cáncer, suplicaba al tirano que la dejase volver para morir en el solar de su patria. Le mandaba cartas desde su exilio en La Habana, implorando un derecho de ciudadanía y una compasión imposibles. Laura, además de ser la hermana del mayor mártir del socialismo internacional y una mujer fragilísima de sesenta y seis años, había sido una política importante en el Chile anterior al golpe, dirigente socialista y una feminista destacada. La cuadrilla de Coclesito se instituyó en abajofirmante y acordó redactar una carta abierta o un manifiesto que forzase a Pinochet a compadecerse de la moribunda. Tumbado en su hamaca, con los ojos entrecerrados por el humo del puro, Omar escuchaba la plática sin intervenir, se mecía a punto de dormirse. Unos proponían canalizar la carta a través de la Internacional Socialista; otros preferían una lista de intelectuales independientes; el de más allá pedía que no se olvidasen de la ONU… —¿Y por qué no llamamos a Pinochet? La voz venía de la hamaca. Todos se volvieron hacia Omar y callaron, por si les tomaba el pelo. Como anfitrión, era el único con derecho a burlarse de las causas sagradas, si así le apetecía. Esperaron la carcajada, pero esta no llegó. —Soy el presidente de Panamá, ¿no? Y Pinochet es el presidente de Chile. Los presidentes de los países hablan, ¿no? Y pidió un teléfono, habló con alguien de la capital y pidió línea con Santiago de Chile. Se recostó otra vez en la hamaca y esperó. Al
Sergio del Molino (Un tal González (Spanish Edition))
estadounidense, integrada por oficiales y personal del ejército de tierra, que se radicaron en el séptimo piso del Ministerio de Defensa (frente al palacio de La Moneda), la armada (en Valparaíso) y la aviación (en la base aérea de El Bosque, en Santiago).46 La «ayuda» militar estadounidense a Chile entre 1953 y 1974 ascendió a 192,9 millones de dólares; de ellos, treinta y tres millones fueron entregados durante los años 19701973. Otro de los pilares de esta subordinación serían los programas de entrenamiento: entre 1950 y 1973, 5.679 oficiales de las tres ramas de las Fuerzas Armadas chilenas recibieron adiestramiento en bases militares estadounidenses,47 lo que tuvo una honda repercusión y produjo cambios
Mario Amorós (Allende. Biografía política, semblanza humana. (Spanish Edition))
huella de su labor de un cuarto de siglo como senador, hasta 1970, también quedaría en la creación de la Sociedad Proayuda al Niño Lisiado (hoy Fundación Teletón) y de la Sociedad Protectora de la Infancia, en la construcción del edificio de la Asistencia Pública en Santiago y de la Escuela de Salubridad de la Universidad de Chile (actual Escuela de Salud Pública), en la concesión
Mario Amorós (Allende. Biografía política, semblanza humana. (Spanish Edition))
1984), lanzacohetes múltiples de Brasil (junio 1984), bombas de racimo de 250 kilos de Chile (enviadas desde Santiago a bordo de 747 de las líneas iraquíes en 1984).
Robert Fisk (La gran guerra por la civilización: La conquista de Oriente Próximo)
Se encuentran ahora dos escritores, dos grandes escritores; uno de éllos, poeta. Ambos piensan en un único ideal céntrico: América; en eso coinciden. Las publicaciones periódicas de Bello se titularon, en Londres: Biblioteca Americana, Repertorio Americano; la de Chile, El Araucano. La obra “clásica” de Rodríguez, que ya comenzó a aparecer en Arequipa, se llama Sociedades Americanas. ¡Bolívar discípulo de ambos, fue asimismo América! También coinciden en el propósito de educar. Bello da clases en el Colegio de Santiago; enseña a adolescentes en su casa; es profesor del Instituto Nacional. El poeta y maestro no ha forjado innovaciones, como el otro; éste, no se ha consagrado a investigaciones en los campos de la poesía medieval (El Cid), de la filosofía, la moral. Los dos han ahondado en los estudios idiomáticos; en el mayor, hay originalidad de fondo y forma, vueltos éstos órgano vital integrado; en el otro, una mixtura elegante de casticismo académico y fervores románticos. ¡Coinciden, además, en la pobreza! Todavía no ha llegado Sarmiento a Chile ni se ha fundado la Universidad en la cual Bello será el Rector vitalicio. La actividad literaria del poeta se concentra en El Araucano, que para ese año de 1837 ya va por el número 368.
Alfonso Rumazo González (Simón Rodríguez, Maestro de América (Spanish Edition))
Por lo demás, en Chile no es tan grave dar clases de poesía italiana sin saber italiano, porque Santiago está lleno de profesores de inglés que no saben inglés, y de dentistas que apenas saben extraer una muela –y de personal trainers con sobrepeso, y de profesoras de yoga que no conseguirían hacer clases sin una generosa dosis previa de ansiolíticos.
Alejandro Zambra (Bonsái / La vida privada de los árboles)
Las poblaciones del antiguo San Miguel52, el sur de Santiago, nacieron como poblaciones obreras. Las historias de las familias recuerdan el tiempo en que trabajaban en las industrias textiles –Sumar, Yarur, Hirmas– o eran obreros del cuero y el calzado. Nunca se sabe si es el recuerdo de tiempos mejores o era una realidad. Pero todos se acuerdan de haber perdido esa relación industrial cuando se produjo el golpe y la política de des-industrialización de los años setenta y ochenta, la que es recordada dramáticamente. En la población San Gregorio hemos realizado numerosas entrevistas e historias de vida. Todos coinciden en esta terrible cronología. La señora Leontina recuerda que entonces salieron a la calle; a cuidar autos en el cine El Golf. De allí a las actividades semi prohibidas, un paso. La familia obrera se destruyó.53 Hay una memoria de un tiempo de enorme dignidad. Se recuerda a don Jorge Alessandri junto al presidente Eisenhower de los Estados Unidos, inaugurando la población, el trabajo en las industrias, un pasado de bienestar. Una enorme nostalgia de la sociedad industrial existe hasta el día de hoy en estos sectores de la ciudad. Lo que cantan Los Prisioneros es una realidad sentida ampliamente: “Les dijeron que no vuelvan más”. Y ahí comenzó una degradación de todas las formas de la vida cotidiana. Se deterioró la calidad del trabajo, quizá no necesariamente el ingreso. Se perdió la seguridad del trabajo industrial, la solidaridad de los sindicatos, el sentido de la acción colectiva. Se dañó profundamente la vida cotidiana. Las poblaciones, como la San Gregorio y tantas otras, se fueron llenando de violencia, de tráfico ilícito, de marginalidad. Nadie ha sacado las consecuencias del costo moral que significó en Chile la política de shock, del cierre de las industrias. A fines de los ochenta había quien creía que aún se podría volver al régimen industrial anterior. No fue así. Y eso se reflejará en la cultura y en
José Bengoa (La comunidad fragmentada. Nación y desigualdad en Chile (Spanish Edition))
El pasado tiene la clave. Es un libro abierto con todas las respuestas. Basta mirarlo, revisar sus páginas y abrir los ojos con cuidado para caer en cuenta. El pasado es un lastre de que no hay como librarse. Es mejor adoptarlo, darle un nombre, aguacharlo bien aguachado bajo el brazo, porque de lo contrario pena como un ánima con los rostros inesperados.
Nona Fernández (Mapocho)
El mapocho es hediendo, está lleno de caca y de muertos, lo sé, pero dicen que al final se encuentra el mar.
Nona Fernández (Mapocho)
The most heartening response came not from the book pages in the press but from real incidents in the streets. The girl who was quietly reading Open Veins to her companion in a bus in Bogotá, and finally stood up and read it aloud to all the passengers. The woman who fled from Santiago in the days of the Chilean bloodbath with this book wrapped inside her baby's diapers. The student who went from one bookstore to another for a week in Buenos Aires's Calle Corrientes, reading bits of it in each store because he hadn't the money to buy it. And the most favorable reviews came not from any prestigious critic but from the military dictatorships that praised the book by banning it. For example, Open Veins is unobtainable either in my country, Uruguay, or in Chile; in Argentina the authorities denounced it on TV and in the press as a corrupter of youth, As Blas de Otero remarked, "They don't let people see what I write because I write what I see.
Eduardo Galeano (Open Veins of Latin America: Five Centuries of the Pillage of a Continent)
The most heartening response came not from the book pages in the press but from real incidents in the streets. The girl who was quietly reading Open Veins to her companion in a bus in Bogotá, and finally stood up and read it aloud to all the passengers. The woman who fled from Santiago in the days of the Chilean bloodbath with this book wrapped inside her baby's diapers. The student who went from one bookstore to another for a week in Buenos Aires's Calle Corrientes, reading bits of it in each store because he hadn't the money to buy it. And the most favorable reviews came not from any prestigious critic but from the military dictatorships that praised the book by banning it. For example, Open Veins is unobtainable either in my country, Uruguay, or in Chile; in Argentina the authorities denounced it on TV and in the press as a corrupter of youth, As Blas de Otero remarked, "They don't let people see what I write because I write what I see.
Eduardo Galeano (Open Veins of Latin America: Five Centuries of the Pillage of a Continent)
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habilitaciones
Este acercamiento entusiasmó tanto a la Unión Soviética, que en el mismo año de 1964 instaló en Chile una residencia legal de la KGB[4] en Santiago.
Nicolás Márquez (La Dictadura Comunista de Salvador Allende (Spanish Edition))