Riesgo Quotes

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Y recordé que el mundo no sólo se componía de cosas feas y desastrosas sino también de las partes como éstas: pequeños momentos que hacían que, cualquier riesgo que conllevaba enamorarse, valiera la pena ser vivido.
Lia Belikov (Prohibido Enamorarse de Adam Walker (Idiota Encantador, #1))
El amor que permanece oculto, que no se expresa, se convierte en un monstruo que devora corazones. Hay que arriesgarse y dejarlo salir, aun a riesgo de estrellarse
Rocío Carmona (La gramática del amor)
De todos los riesgos que he corrido, el único que no hubiera corrido nunca; es el de no haberlos corrido todos.
Ángeles Mastretta
De todos los riesgos que he corrido por usted, el único que no hubiera corrido nunca es el de no haberlos corrido.
Ángeles Mastretta (Mal de amores)
Todos los secretos están guardados en un mismo cajón, el cajón de los secretos, y si develas uno, corres el riesgo de que pase lo mismo con los demás.
Laura Restrepo (Delirio)
Saba solía decir que hay una diferencia entre lo heroico y la valentía. El heroísmo era hacer algo peligroso sin pensar. La valentía era caminar hacia el peligro, sabiendo perfectamente los riesgos.
Gayle Forman (Just One Year (Just One Day, #2))
Tres metros sobre el cielo es una sensación que recorre tu cuerpo a 100.000 bytes por segundo, provocando una irrigación sanguínea que nutre el corazón hasta hacerlo bombear mil por hora. ¿Cómo lo sientes? ¿Por qué lo sientes? ¿Con quién lo sientes? Todo depende: una persona, las circunstancias, la experiencia...lo que es seguro es que son tus manos las que laten, tus ojos los que hablan, tus labios los que tiemblan y tu boca la que golpea. Esto es tres metros sobre el cielo. El momento en el que te sientes vivo. Un instante en que tomes la dirección que tomes ya nada volverá a ser lo mismo. Unos lo llaman amor, otros amistad y riesgo y unos pocos peligro, pero a mi me gusta llamarlo: la sensación vertiginosa que provoca el estar a tres metros sobre el cielo.
Federico Moccia (Tre metri sopra il cielo)
Si nos derrumbamos, Lena, nos volvemos vulnerables, y en este mundo, en el nuestro —recalcó—, la debilidad es un riesgo que no nos podemos permitir. Y la culpabilidad otro.
Anissa B. Damom (Revelación (Éxodo, #2))
Repite una mentira mil veces y la gente terminará por creérsela, aún a riesgo de perjudicarse a sí misma
Nalini Singh (Slave to Sensation (Psy-Changeling, #1))
Los médicos deberían poder escribir algo así en sus diagnósticos: «Dolor profundo en el pecho, caída de autoestima, alto riesgo de muerte por tristeza. Se recomienda reposo urgente».
Alice Kellen (El día que dejó de nevar en Alaska)
En fin, los buenos no siempre se libran, y este juego no es una excepción. Puede que sean los irresponsables quienes terminen ganando. Pero yo respeto a cualquiera que actúa de acuerdo con su conciencia, incluso a riesgo de morir y ser repudiado por todo el mundo.
Koushun Takami (Battle Royale)
A veces hasta los mejores cambios implican sacrificios y riesgos.
Alice Kellen (El chico que dibujaba constelaciones)
Todo lo que quiero ahora mismo es hacer lo mejor. Cuidar de ella. Eso es lo que haces ¿verdad? Cuando alguien es importante para ti, tu cuidas de ellos. Tratas de tirar el dolor lejos, tirarlo hacia ti si puedes, porque es más fácil pelear con sus demonios que correr el riesgo de que ella quede con alguna cicatriz. Me gustaría pelear con todos si pudiera.
Nyrae Dawn (What a Boy Needs (What a Boy Wants, #2))
Y ahora te doy ese consentimiento a ti, si es que estás decidida a unirte a él. Pero déjame aconsejarte que lo pienses bien. Conozco tu temperamento, Lizzy. Sé que no podrías ser feliz ni respetable si no quisieras de verdad a tu marido, si no lo miraras como a alguien superior. Tu inteligencia y tu ingenio te expondrían a grandes peligros en un matrimonio desigual. Difícilmente escaparías al descrédito y la desdicha. Hija mía, no me inflijas el dolor de verte incapaz de respetar a tu compañero en la vida. No sabes bien el riesgo que corres.
Jane Austen (Pride and Prejudice)
Vivir sin leer es peligroso, obliga a conformarse con la vida, y uno puede sentir la tentación de correr riesgos.
Michel Houellebecq
Sin duda cada ser tiene, en el universo de lo escrito, una obra que le convertirá en lector, suponiendo que el destino favorezca su encuentro. Lo que Platón dice de la mitad amorosa, ese otro ser que circula por alguna parte y que conviene encontrar a riesgo de permanecer incompleto hasta el día de tu muerte, es todavía más auténtico en el caso de los libros.
Amélie Nothomb (The Book of Proper Names)
[Èl] oscilaría entre el egocentrismo y la depresión. Y en algún punto de esa ecuación se expondría a riesgos innecesarios.
Stieg Larsson (The Girl Who Played with Fire (Millennium #2))
Ése es el riesgo de mentir; también lo que vuelve interesante la mentira. Que en cualquier momento puede traicionarte, una frase que dices antes de pensarla porque estás concentrado en otra cosa.
José Ovejero (La invención del amor)
-Vivir es un riesgo permanente. Sólo los muertos están a salvo, ya lo sabes. Para siempre. [pp. 112]
Francesc Miralles (Cuando estuvimos muertos (Retrum, #1))
...la mujer inventó el amor sin compañero. Aventurándose sola en territorios alucinantes, con la audacia de quien no conoce los riesgos
Isabel Allende (Cuentos de Eva Luna)
Una sola persona no es capaz de dárselo todo a alguien... Con esa idea en mente nunca corres el riesgo de pedirle demasiado al otro.
Daniel Glattauer (Alle sieben Wellen (Gut gegen Nordwind, #2))
...aunque obviamente los humanos hemos sobrevivido a cualquier virus o meteorito que la naturaleza nos ha lanzado hasta ahora, la tecnología es algo que nosotros nos lanzamos a nosotros mismos por nuestra cuenta y riesgo.
Alan Weisman (The World Without Us)
Pero no olvide tampoco que lo primero que se aprende en el Ejército es a ser hombres. Los hombres fuman, se emborrachan, tiran contra, culean. Los cadetes saben que, si son descubiertos, se les expulsa. Ya han salido varios. Para hacerse hombre hay que correr riesgo, hay que ser audaz. Eso es el Ejército, Gamboa, no sólo la disciplina.
Mario Vargas Llosa (La ciudad y los perros)
El amor es aterrador: Cambia, se puede ir. Es parte del riesgo.
Jenny Han (To All the Boys I've Loved Before (To All the Boys I've Loved Before, #1))
Los griegos decían que el asombro es el principio del conocimiento, y si dejamos de asombrarnos corremos el riesgo de dejar de conocer.
E.H. Gombrich (Art and Illusion: A Study in the Psychology of Pictorial Representation)
Lo que perturba es el riesgo de ser diferente, y el horror de ser igual...
Paulo Coelho (Veronika Decides to Die)
¿Puedo practicar contigo de vez en cuando, sin correr el riesgo de que te abalances sobre mi y me obligues a quitarme la ropa?
Kristin Cashore (Graceling (Graceling Realm, #1))
[...] estaba empezando a darme cuenta de que lo desconocido no es siempre lo más temible. La gente que mejor te conoce puede suponer un peligro mayor, porque las palabras que dicen y las cosas que piensan tienen el riesgo no solo de dar miedo, sino también de ser verdad.
Sarah Dessen (Just Listen)
Por supuesto que te haré daño. Por supuesto que me harás daño. Por supuesto que nos haremos daño el uno al otro. Pero esta es la condición misma de la existencia. Para llegar a ser primavera, significa aceptar el riesgo de invierno. Para llegar a ser presencia, significa aceptar el riesgo de la ausencia.
Antoine de Saint-Exupéry (The Little Prince)
—Para continuar adelante, uno debe cerrar las puertas que ha ido dejando abiertas; de lo contrario, corres el riesgo de enfrentarte a corrientes de aire imprevistas. (…) El futuro se dibuja raro e incierto, pero lleno de posibilidades.
Alice Kellen (El mapa de los anhelos)
La misma dinámica del capitalismo nubla la frontera entre inversión 'legítima' y especulación 'salvaje' porque la inversión capitalista es, en su misma esencia, una apuesta de riesgo(...), un acto consistente en tomar prestado del futuro".
Slavoj Žižek (First as Tragedy, Then as Farce)
Si alguien intenta llegar a ser director de cine, está arriesgando su vida entera, y él es el único responsable de ese riesgo
Andrei Tarkovsky (Sculpting in Time)
Algunos riesgos nunca valen la pena. Especialmente cuando esos riesgos te han fallado en el pasado.
Colleen Hoover (It Ends with Us (It Ends with Us, #1))
Creo que me preocupo por él, lo que supone un inconveniente. Siempre que dejas a alguien entrar en tu vida, corres el riesgo de que se marche y te haga daño.
Inma Rubiales (Hasta que nos quedemos sin estrellas)
Por supuesto que te haré daño. Por supuesto que me harás daño. Por supuesto que nos haremos daño el uno al otro. Pero esta es la condición misma de la existencia. Para llegar a ser primavera, significa aceptar el riesgo de invierno. Para llegar a ser presencia, significa aceptar el riesgo de la ausencia
Antoine de Saint-Exupéry
Gabriel sabía que había hecho lo mismo con Julianne. La había adorado, convencido de que era la luz que mantendría la oscuridad alejada de su vida. La había amado tanto que había accedido a separarse de ella para proteger su futuro. Pero, al dejarla, corría el riesgo de no volver a tener su amor nunca más
Sylvain Reynard (Gabriel's Rapture (Gabriel's Inferno, #2))
Es necesario correr riesgos, decía. Sólo entendemos del todo el milagro de la vida cuando dejamos que suceda lo inesperado. Todos los días Dios nos da, junto con el sol, un momento en el que es posible cambiar todo lo que nos hace infelices. Todos los días tratamos de fingir que no percibimos ese momento, que ese momento no existe, que hoy es igual que ayer y será igual que mañana.
Paulo Coelho (By the River Piedra I Sat Down and Wept)
La inartista. Nadie, para nadie y nunca nada. La resistencia a cualquier tipo de concreción. Su cuerpo se interponía entre las cosas protegiéndola del riesgo de llegar, alguna vez, a alcanzar algo.
Samanta Schweblin (Kentukis (Spanish Edition))
Nos estamos ahogando en información, dicen, pero «pasamos hambre de conocimiento». Podemos convertirnos en «gigantes de la información», pero corremos el riesgo de convertirnos en «enanos del conocimiento».
Peter Burke (Historia social del conocimiento Vol. II: De la Enciclopedia a la Wikipedia (Básica) (Spanish Edition))
Al verlo en el vestíbulo, calzándose las botas, he notado un intenso pinchazo en el pecho. Porque hablaba en serio. Iba a volver las veces que hiciera falta. Como si yo fuera... alguien por quien mereciera la pena correr ese riesgo.
Megan Crewe (The Way We Fall (Fallen World, #1))
Sé que no sé lo que no sé; envidio a aquellos que sabrán más que yo, pero también sé que tendrán que medir, pesar, deducir y desconfiar de sus deducciones exactamente igual que yo, y ver en lo falso parte de lo verdadero, y tener en cuenta en lo verdadero la eterna mixtión de lo falso. Jamás me agarré a una idea por temor al desamparo en que caería sin ella. Nunca aliñé un hecho verdadero con la salsa de la mentira, para hacerme su digestión más fácil. He soñado mis sueños; no pretendo que sean más que sueños. Me guardé muy bien de hacer de la verdad un ídolo, prefiriendo dejarle su nombre más humilde de exactitud. Mis triunfos y mis riesgos no son los que se cree; existen glorias distintas de la gloria y hogueras distintas de la hoguera. He llegado casi a desconfiar de las palabras. Moriré un poco menos necio de lo que nací.
Marguerite Yourcenar (L'Œuvre au noir)
Recuerdo aquellos días y no me arrepiento de nada, ni de los riesgos, ni de la vergüenza, ni de la fala total de perspectiva.
André Aciman (Call Me By Your Name (Call Me By Your Name, #1))
Hay una diferencia esencial entre el riesgo que puede arruinarte y el que te permite enfrentar el mundo.
Ava Dellaira (Love Letters to the Dead)
Cuántas palabras permanecen sin pronunciar incluso en una pareja que se ama, y qué elevado es el riesgo de que otros la destruyan pronunciándolas.
Elena Ferrante (Las deudas del cuerpo (La amiga estupenda, #3))
Las conquistas sin riesgos son sueños sin méritos. Nadie es digno de sus sueños si no utiliza sus derrotas para cultivarlos.
Augusto Cury
Por muy atractiva que parezca una cosa, tienes que valorar los riesgos que corres. Cuánto lo deseas, cuánto estás dispuesto a quemarte.
Patrick Rothfuss (The Wise Man's Fear (The Kingkiller Chronicle, #2))
Cuando ya no hay nada que perder, se puede correr cualquier riesgo.
Ray Bradbury (Fahrenheit 451)
Entonces los ojos y el corazón del guerrero empiezan a acostumbrarse a la luz. Ya no le asusta, y él pasa a aceptar su Leyenda, aunque eso signifique correr riesgos.
Paulo Coelho (Warrior of the Light)
-Pero siempre se corre un riesgo cuando uno... besa a alguien nuevo
Scott Westerfeld (Pretties (Uglies, #2))
Si no logramos un balance entre lo práctico y lo teórico, corremos el riesgo de vivir una vida vacía. Llena de dinero y sin fondo, o llena de fondo y limitada por el dinero.
Diego Dreyfus (Put* el que no lo lea (Spanish Edition))
Si nos preocupamos por nimiedades todo el rato, corremos el riesgo de pasar por alto las cosas importantes.
T.J. Klune (Under the Whispering Door)
En otras palabras, el amor no encuentra su sentido en el ansia de cosas ya hechas, completas y terminadas, sino en el impulso de participar en la construcción de esas cosas. El amor está muy cercano a la trascendencia; es tan sólo otro nombre de impulso creativo, y por lo tanto, está cargado de riesgos, ya que toda creación ignora siempre cuál será su producto final
Zygmunt Bauman
Vive sin remordimientos. Es muy fácil, en realidad. Uno acaba por escuchar a su corazón, lo sigue, y corre riesgos. Siempre se corren riesgos. Y se toman los riesgos, sobre todo cuando se trata del amor. Porque el amor es la única cosa en este mundo por la que vale la pena arriesgarlo todo.
J. Sterling (The Sweetest Game (The Perfect Game, #3))
-Vivir es un riesgo- le dije yo-. Todas las decisiones, nuestras relaciones con los demás, cada paso que damos, siempre que te levantas de la cama por las mañanas, te arriesgas. Sobrevivir consiste en saber que corres esos riesgos y no en salir de la cama con una falsa sensación de seguridad
Maria V. Snyder (Magic Study (Study, #2))
Aceptar como tema de discusión, una categoría que nos parece falsa nos expone siempre a un riesgo: el de mantener, en virtud de la atención que se le presta, alguna ilusión acerca de su realidad.
Claude Lévi-Strauss (Totemism)
Creía que no poner en riesgo la felicidad del momento constituía un buen principio por el que guiarse. Eso era distinto, y desde luego más inteligente, que arriesgar el futuro por alcanzar la felicidad.
Juan Tallón (Rewind)
La sencillez es una de las virtudes más complicadas de este viejo mundo. Cuando uno es sencillo (en su habla, en sus actos, incluso en su poesía) corre el incómodo riesgo de ser tomado por tonto, por babieca.
Mario Benedetti (Vivir adrede)
—¿Por qué? —Porque el amor no te hace dudar de ti misma. No te obliga a ser alguien que no eres. No es solo sentir mariposas, sino que esos nervios den paso a la calma. Es querer lo mejor para la otra persona. Desear verla triunfando y logrando sus objetivos. Siendo libre. Es escucharla hablar durante horas sin cansarte. Preocuparte por sus intereses. Disfrutar de pasar tiempo a solas, sin hacer nada, en silencio. Es que incluso las cosas más simples adquieran sentido, como una sonrisa. O como una estrella con una inscripción. O como tumbarse a ver el cielo de noche. Es saber que estás completa por ti misma, que no necesitas a nadie y que, aun así, quieres estar a su lado. El amor es pensar en la otra persona cada vez que te ocurre algo bueno. Querer contárselo. Es ser consciente de los riesgos y, aun así, entregarse con los ojos cerrados. Y es que haya canciones que, da igual cuándo las escuche, siempre me recordarán a ti. —El corazón me late a toda velocidad. Vuelvo a clavar mis ojos en los suyos—. Liam, no tengo ni idea de lo que es el amor. Creo que nunca antes lo había sentido. Lo único que tengo claro es que, cada vez que pienso en él, eres tú quien se me viene a la cabeza.
Inma Rubiales (Hasta que nos quedemos sin estrellas)
REGLAMENTO OFICIAL DEL CLUB DE LOS CORAZONES SOLITARIOS, DE PENNY LANE. El presente documento expone las normas para las socias del Club de los Corazones Solitarios. Todas las socias deberán aprobar los términos de este reglamento pues, de lo contrario, su afiliación quedará anulada automáticamente. 1. Las socias están en su derecho de salir con chicos si bien nunca, jamás, olvidarán que sus amigas son lo primero y principal. 2. A las socias no se les permite salir con cretinos, manipuladores, mentirosos, escoria en general o, básicamente, con cualquiera que no las trate como es debido. 3. Se exige a las socias que asistan a todas las reuniones de los sábados por la noche. Ninguna socia excusará su presencia en la fecha señalada para las reuniones con objeto de citarse con un chico. Se mantienen como excepción las emergencias familiares y los días de pelo en mal estado, exclusivamente. 4. Las socias asistirán juntas, como grupo, a todos los eventos destinados a parejas incluyendo (pero no limitándose a) la fiesta de antiguos alumnos, el baile de fin de curso, celebraciones varias y otros acontecimientos. Las socias podrán llevar a un chico como acompañante, pero el mencionado varón asistirá al evento bajo su propio riesgo. 5. Las socias deben apoyar siempre y en primer lugar a sus amigas, a pesar de las elecciones que éstas puedan hacer. 6. Y sobre todo, bajo ninguna circunstancia, las socias utilizarán en contra de una compañera los comentarios realizados en el seno del club. Todas sabéis a qué me refiero. La violación de las normas conlleva la inhabilitación como socia, la humillación pública, los rumores crueles y la posible decapitación.
Elizabeth Eulberg
El tiempo no cura. Lo que cura es lo que haces con el tiempo. Curarse es posible cuando decidimos asumir la responsabilidad, cuando decidimos correr riesgos y, por último, cuando decidimos liberarnos de la herida, dejar atrás el pasado o la pena.
Edith Eger (La bailarina de Auschwitz: Una inspiradora historia de valentía y supervivencia)
Con la voz enternecida por las sonrisas, me dijiste que siempre había que cortar por debajo del capullo, pues si no se corría el riesgo de herir a la rosa; y un hombre jamás debe herir a una rosa, ¿no es así? Pero ¿quién piensa en lo que hiere a los hombres?
Marc Levy
Estar vivos es nuestro mayor miedo. No es la muerte nuestro mayor miedo, es arriesgarnos a vivir: correr el riesgo de estar vivos y de expresar realmente lo que somos. Hemos aprendido a vivir intentando satisfacer las exigencias de otras personas. Hemos aprendido a vivir según los puntos de vista de los demás por miedo a no ser aceptados y de no ser lo suficientemente bueno para otras personas.
Guadalupe Loaeza (Debo, luego sufro)
Tú dices que todo esto es culpa de mi boca. Porque tenía hambre, porque era callada. pero ¿y la boca tuya? Cómo tus labios son grapas que me perforan rápido y fuerte. Y las palabras que nunca dije quedan mejor muertas en mi lengua porque solamente hubieran chocado contra la puerta cerrada de tu espalda. Tu silencio amuebla una casa oscura. Pero aun a riesgo de quemarse, la mariposa nocturna siempre busca la luz
Elizabeth Acevedo (The Poet X)
Cuanto riesgo para la integridad física acarrea ser diseñador de moda. Alguna del siglo XVIII vio peligrar su vida por crear más allá de lo socialmente aceptado. El 15 de enero de 1797 un inglés de nombre John Etherington salió a pasear por las calles de Londres con un nuevo diseño en la cabeza: el sombrero de copa. Su paseo vespertino acabó en comisaría y él detenido por extravagante. Algún diseñador contemporáneo que se empeña en que todas tengamos la talla 36 debería correr igual suerte.
Nieves Concostrina (Menudas historias de la Historia: Anécdotas, despropósitos, algaradas y mamarrachadas de la humanidad)
Si un hombre pasea por el bosque por placer todos los días, corre el riesgo de que le tomen por un haragán, pero si dedica el día entero a especular cortando bosques y dejando la tierra árida antes de tiempo, se le estima por ser un ciudadano trabajador y emprendedor. ¡Como si una ciudad no tuviera más interés en sus bosques que el de talarlos!
Henry David Thoreau (Desobediencia civil y otros escritos)
¿El temor? No lo conocen. Aprecian primero la valentía y segundo la reciprocidad: tú me das, yo te doy, con justicia. No tienen calabozos, alguaciles ni otras leyes más que las naturales; el castigo también es natural, quien hace algo malo corre el riesgo de que le llegue lo mismo. Así es en la Naturaleza, y no puede ser diferente entre los humanos.
Isabel Allende (Inés del alma mía)
Si el miedo no existiera, carecería de sentido el valor; el miedo es la sombra oscura contra cuyo trasfondo aparece más multicolor y atrayente el riesgo.
Ernst Jünger (Tempestades de acero)
Vengo de estar callada, de observar. De allí donde las heridas curan más despacio, pero sin riesgo de infección.
Sara Búho (La inercia del silencio (Poesía) (Spanish Edition))
Ningún riesgo es demasiado grande, ni nada demasiado sagrado. Porque ella es mi todo. No hay nada más grande que ella, y quiero decir nada.
Jennifer L. Armentrout (The ​Crown of Gilded Bones (Blood and Ash, #3))
Cuando no hay huella física de la felicidad se reduce el riesgo de que posteriormente lo embargue a uno la nostalgia.
David Foenkinos (Numéro deux)
los que corren grandes riesgos a veces se enfrentan a graves consecuencias.
Nelson Mandela (El largo camino hacia la libertad)
El amor no hace muchas preguntas, porque si empezamos a pensar empezamos a tener miedo. Es un miedo inexplicable, y no vale la pena intentar traducirlo en palabras. »Puede ser el miedo al desprecio, a no ser aceptada, a quebrar el encanto. Parece ridículo, pero es así. Por eso no se pregunta: se actúa. Como tú mismo has dicho tantas veces, se corren los riesgos.
Paulo Coelho (By the River Piedra I Sat Down and Wept)
El sol y el calor aumentan la sensación de peligro de la montaña, como si se envalentonara y negara a mantener ocultos sus riesgos, prefieriendo alardear de ellos de un modo provocador.
Tana French (El cazador)
Besos Hay besos que pronuncian por sí solos la sentencia de amor condenatoria, hay besos que se dan con la mirada hay besos que se dan con la memoria. Hay besos silenciosos, besos nobles hay besos enigmáticos, sinceros hay besos que se dan sólo las almas hay besos por prohibidos, verdaderos. Hay besos que calcinan y que hieren, hay besos que arrebatan los sentidos, hay besos misteriosos que han dejado mil sueños errantes y perdidos. Hay besos problemáticos que encierran una clave que nadie ha descifrado, hay besos que engendran la tragedia cuantas rosas en broche han deshojado. Hay besos perfumados, besos tibios que palpitan en íntimos anhelos, hay besos que en los labios dejan huellas como un campo de sol entre dos hielos. Hay besos que parecen azucenas por sublimes, ingenuos y por puros, hay besos traicioneros y cobardes, hay besos maldecidos y perjuros. Judas besa a Jesús y deja impresa en su rostro de Dios, la felonía, mientras la Magdalena con sus besos fortifica piadosa su agonía. Desde entonces en los besos palpita el amor, la traición y los dolores, en las bodas humanas se parecen a la brisa que juega con las flores. Hay besos que producen desvaríos de amorosa pasión ardiente y loca, tú los conoces bien son besos míos inventados por mí, para tu boca. Besos de llama que en rastro impreso llevan los surcos de un amor vedado, besos de tempestad, salvajes besos que solo nuestros labios han probado. ¿Te acuerdas del primero...? Indefinible; cubrió tu faz de cárdenos sonrojos y en los espasmos de emoción terrible, llenáronse de lágrimas tus ojos. ¿Te acuerdas que una tarde en loco exceso te vi celoso imaginando agravios, te suspendí en mis brazos... vibró un beso, y qué viste después...? Sangre en mis labios. Yo te enseñé a besar: los besos fríos son de impasible corazón de roca, yo te enseñé a besar con besos míos inventados por mí, para tu boca. Este maravilloso poema de Gabriela Mistral, nos describe de una manera muy simple y sentida, una de las grandes expresiones de amor o quizas las principal. Me he tomado el trabajo de narrarlo, asumiendo el riesgo de no ser capaz de transmitir la verdadera intensidad o altura que tienen las palabras de esta destacada artista de las letras. Lucila de María Godoy Alcayaga, conocida como Gabriela Mistral. Nacida en Vicuña, Chile el 7 de abril de 1889 y fallecida Nueva York, el 10 de enero de 1957, Poetisa, diplomática, y pedagoga. Gabriela Mistral, una de las principales figuras de la literatura chilena y latinoamericana, fue la primera persona de América Latina en ganar el Premio Nobel de Literatura,2 que recibió en 1945.
Gabriela Mistral
Es triste olvidar a un amigo. Todo el mundo debería recordar a un amigo, si uno se olvida de ellos se corre el riesgo de volverse como las personas mayores que sólo se interesan por las cifras y los números.
Antoine de Saint-Exupéry (El Principito (Spanish Edition))
La labor más importante del ser humano es buscar la moralidad en sus actos. Es de lo que depende nuestro equilibrio interno, y nuestra propia existencia. La moralidad en nuestros actos es lo único que puede conferir belleza y dignidad a la vida. Quizá la principal tarea de la educación sea convertirlo en una fuerza vital, e inscribirlo claramente en las conciencias. Hay que evitar que los cimientos de la moral dependan de algún mito o estén ligados a alguna autoridad, debido al riesgo de que las dudas sobre el mito o sobre la legitimidad de la autoridad pongan en peligro los cimientos del buen juicio y de la acción correcta.
Albert Einstein
Por eso eres valiente. Los valientes no son los que no tienen miedo. Ésos son los temerarios, los que ignoran el riesgo y se ponen en peligro sin ser conscientes de las consecuencias. Alguien que no es consciente del peligro puede poner en riesgo a cualquiera que esté a su lado. Ése es el tipo de gente que no quiero en mi equipo. A quien necesito es a los que tiemblan pero no ceden, los que son conscientes de lo que arriesgan y aun así siguen adelante.
Antonio Iturbe
Sobre el fin del milenio, las personas que tienen asegurada casa, comida, entradas al cine, ropa y discos viven hostigadas por la idea de que hay una fiesta, una gran fiesta, pero que está siempre sucediendo en otro lado. Les tengo malas noticias, amigos: la fiesta no está en ninguna parte. Estar conectado, vivir sin riesgos, imaginarse el mundo como un lugar claro y racional donde queremos habitar…Esa es la distopía que propulsa a las propagandas de telefonía celular. En realidad no estamos conectados con nadie. Cada vez acumulamos más información -podemos tener 5 mil canciones en un ipod- , pero, ya no podemos pensar. Ya lo dijo Sara Connor, la mamá de John en Terminator: Las máquinas vienen por nosotros. Se achican, cada vez más pequeñas, símbolo de perfección y pedigrí para quien las posea. Mientras tanto nosotros engordamos de comida, discos, películas y revistas que ya leemos de reojo porque no damos más…
Fabián Casas
Lo del tiempo lo cura todo no se aplica solo a ti. Cuando rompes con alguien hay dos lados esa historia que buscan salir adelante como pueden. Y, en ese camino, te pierdes y tropiezas y, si no tienes cuidado, caes a lo más profundo. Si no buscas ayuda, te ahogas nadando en la dirección equivocada. Si te empeñas en que tienes que ser fuerte, acabas por partirte en dos. Si ignoras las señales y te escondes del mundo, corres el riesgo de no volver a encontrarte jamás.
Alina Not (Suelo sagrado 1 (Bad Ash, #4))
A veces no hay una segunda oportunidad, que es mejor aceptar los regalos que el mundo nos ofrece. Claro que es arriesgado, pero ¿será el riesgo mayor que un accidente del autobús que tardó cuarenta y ocho horas en traerme hasta aquí? Si tengo que ser fiel a alguien o a algo, en primer lugar tengo que ser fiel a mí misma. Si busco el amor verdadero, antes tengo que cansarme de los amores mediocres que encuentre. La poca experiencia de vida que tengo me ha enseñado que nadie es dueño de nada, todo es una ilusión, y eso incluye tanto los bienes materiales como los bienes espirituales. Aquel que ya perdió algo que daba por hecho (algo que ya me ocurrió tantas veces) al final aprende que nada le pertenece.
Paulo Coelho (Eleven Minutes)
Ésta es la razón del Enemigo para crear un mundo peligroso, un mundo en el que las cuestiones morales se plantean a fondo. El ve tan bien como tú que el valor no es simplemente una de las virtudes, sino la forma de todas las virtudes en su punto de prueba, lo que significa en el punto de máxima realidad. Una castidad o una honradez o una piedad que cede ante el peligro será casta u honrada o piadosa sólo con condiciones. Pilatos fue piadoso hasta que resultó arriesgado.
C.S. Lewis (The Screwtape Letters)
Se me pasan por la cabeza un millón de preguntas sin respuesta, como si no me estaré equivocando al interpretar mis sentimientos por él o si es normal sentir deseo por alguien que solo es tu amigo. Al final siempre opto por ignorarlas y disfrutar de lo que tenemos, porque aunque en ocasiones me entre miedo al sentir un revoloteo extraño que desconocía, lo que he creado con Mario es increíble y no pienso perdérmelo por nada del mundo, pese a que corra el riesgo de que se convierta en mi mayor debilidad.
Neïra (La lista de Oliva)
Condenar y recluir no es suficiente, hay que entender. Entender qué lleva a un joven a enrolarse en una red criminal o cometer un delito y entonces prevenir. A lo largo de este libro reconocimos las voces de los jóvenes que buscaron en la vida de riesgo lo que no les dimos como sociedad
Saskia Niño de Rivera (Un sicario en cada hijo te dio: Niñas, niños y adolescentes en la delincuencia organizada (Spanish Edition))
Resumiendo, la regla del 80/20 en el trading se aplica mejor mediante la combinación de una estrategia de negociación simple, y un fuerte enfoque en la administración del riesgo y la psicología. La sinergia de esta combinación es una fuerza muy potente para hacer dinero en el mercado bajo cualquier escenario.
Francisca Serrano Ruiz (Day trading y operativa bursátil para Dummies (Spanish Edition))
No me preocupa que cuando Brian y yo nos encontramos a solas en el bosque, en su tejado o en el salón de su casa viendo beisbol en la tele (qué más da), él instale entre los dos una cerca electrificada y yo me guarde de acercarme demasiado a riesgo de morir electrocutado, pero que cuando estamos en público, en el Quiosco, por ejemplo, la cerca desaparezca y nos convirtamos en dos torpes imanes que chocan y se tropiezan constantemente, que se rozan las manos, los brazos, las piernas, los hombros, se dan palmaditas en la espalda, a veces incluso en la pierna, por nada en concreto excepto porque es como tragarse un rayo.
Jandy Nelson (I'll Give You the Sun)
y quizá podría ser que lo que a ellos les parece mal fuesen lunares, que a las veces acrecientan la hermosura del rostro que los tiene; y así, digo que es grandísimo el riesgo a que se pone el que imprime un libro, siendo de toda imposibilidad imposible componerle tal, que satisfaga y contente a todos los que le leyeren.
Miguel de Cervantes Saavedra (Don Quixote)
De todas las especies animadas y dotadas de pensamiento nosotras las mujeres somos los seres más miserables. En primer lugar, tenemos que comprar a un precio altísimo un marido. Le pagamos para que se convierta en el amo de nuestro cuerpo; y pierden su buena fama las mujeres que se separan de su marido. Y si el esposo acepta convivir sin imponernos con violencia su yugo, envidiable es entonces nuestra vida. Y si no es así, es mejor morirse. Y dicen de nosotras que por vivir en casa corremos menos riesgos, mientras ellos combaten con armas: ¡vaya razonamiento estúpido! Con mucho prefiero ir tres veces a la guerra, a los desgarros del vientre en un único parto
Euripides (Medea)
unirse. Necesitamos reavivar la emoción de los primeros días del viaje espacial en los años sesenta. La tecnología está casi a nuestro alcance. Es hora de explorar otros sistemas solares; puede ser lo único que nos salve de nosotros mismos. Estoy convencido de que los humanos necesitamos dejar la Tierra para evitar correr el riesgo de ser aniquilados.
Stephen Hawking (Breves respuestas a las grandes preguntas)
Creo que, cuando estamos mal, ya sea por una ruptura amorosa o por cualquier otro problema, tenemos que aprender a estar bien solos, como un proceso de reconstrucción personal. si edificamos nuestra autoestima y nuestra felicidad sobre otra persona, corremos el riesgo de que, cuan ésta no esté, si tenemos la mala suerte de que no esté, volveremos a caer destrozados.
Cristina Prada (Todos los carteles de neón brillaban por ti)
El instante mágico del día nos ayuda a cambiar, nos hace ir en busca de nuestros sueños. Vamos a sufrir, vamos a tener momentos difíciles, vamos a afrontar muchas desilusiones…, pero todo es pasajero, y no deja marcas. Y en el futuro podemos mirar hacia atrás con orgul o y fe. Pobre del que tiene miedo de correr riesgos. Porque ése quizá no se decepcione nunca, ni tenga desilusiones, ni sufra como los que persiguen un sueño. Pero al mirar hacia atrás —porque siempre miramos hacia atrás— oirá el corazón que le dice: «¿Qué hiciste con los milagros que Dios sembró en tus días? ¿Qué hiciste con los talentos que tu Maestro te confió? Los enterraste en el fondo de una cueva, porque tenías miedo de perderlos. Entonces, ésta es tu herencia: la certeza de que has desperdiciado tu vida.
Paulo Coelho (By the River Piedra I Sat Down and Wept)
si los sujetos mostraban una determinada mutación en un gen del cerebro chistosamente llamado «neuregulin 1». Se calcula que el cincuenta por ciento de los europeos sanos lleva una copia de este gen alterado, un quince por ciento suma dos copias y el treinta y cinco por ciento restante no posee ninguna. Y resulta que este gen de nombre inverosímil parece guardar una relación directa con la creatividad: los más creativos tenían dos copias, y los menos, ninguna. Pero ahora viene lo mejor: poseer esta mutación también conlleva un aumento del riesgo a desarrollar trastornos psíquicos, así como una peor memoria y… ¡una disparatada hipersensibilidad a las críticas! ¿No te parece el perfecto retrato robot del artista? ¿Chiflado y patéticamente inseguro? Ahora bien, por otro lado, esa gente un poco rara, bastante neurótica y tal vez algo frágil, parece ser la más imaginativa, lo cual no está nada mal.
Rosa Montero (La ridícula idea de no volver a verte)
De acuerdo con las líneas sugeridas por san Agustín, no hay escapatoria. Ni tampoco de acuerdo con otras líneas. No hay inversión segura. Amar, de cualquier manera, es ser vulnerable. Basta con que amemos algo para que nuestro corazón, con seguridad, se retuerza, y posiblemente se rompa. Si uno quiere estar seguro de mantenerlo intacto, no debe dar su corazón a nadie, ni siquiera a un animal. Hay que rodearlo cuidadosamente de caprichos y de pequeños lujos; evitar todo compromiso; guardarlo a buen recaudo bajo llave en el cofre o en el ataúd de nuestro egoísmo. Pero en ese cofre —seguro, oscuro, inmóvil, sin aire— cambiará, no se romperá, se volverá irrompible, impenetrable, irredimible. La alternativa de la tragedia, o al menos del riesgo de la tragedia, es la condenación. El único sitio, aparte del Cielo, donde se puede estar perfectamente a salvo de todos los peligros y perturbaciones del amor es el Infierno.
C.S. Lewis (The Four Loves)
Estuvo dos minutos en silencio procesando y salió del trance en modo filosófico. «Así es como entran en declive las civilizaciones. Dejan de correr riesgos. Y cuando dejan de correr riesgos, se les endurecen las arterias. Cada año hay más árbitros y menos hacedores». Por eso Estados Unidos no podía ya construir cosas como trenes de alta velocidad o cohetes para llegar a la Luna. «Cuando has tenido éxito durante demasiado tiempo, pierdes el deseo de correr riesgos».
Walter Isaacson (Elon Musk)
Pienso en todas las cosas que se han escrito sobre mí: que soy un demonio inhumano, que soy una víctima inocente de un sinvergüenza que me forzó en contra de mi voluntad y con riesgo de mi propia vida, que era demasiado ignorante para saber comportarme y que el hecho de ahorcarme sería un asesinato judicial, que me gustan los animales, que soy muy guapa y tengo una tez preciosa, que tengo los ojos azules, que tengo los ojos verdes, que tengo el cabello cobrizo y que lo tengo también castaño, que soy alta y que no supero la talla media, que visto bien y con modestia, que robé a una muerta para vestir así, que soy enérgica y diligente en el trabajo, que soy de talante arisco y temperamento pendenciero, que mi aspecto es mejor que el que correspondería a una persona de mi humilde condición, que soy una buena chica de naturaleza dócil y nada malo se ha dicho de mí, que soy astuta y taimada, que tengo el cerebro reblandecido y soy poco más que una idiota. Y yo me pregunto cómo puedo ser todas esas cosas tan distintas al mismo tiempo.
Margaret Atwood (alias Grace)
¡Viva la intensidad! “¡No os durmáis, espabilad, acelerad, pisotead, lanzaos!” Como expresa tan poéticamente esta canción de rap, la exhortación “¡vivid intensamente!” se ha convertido en el leitmotiv del hombre moderno. Una hiperactividad compulsiva en la que no debe haber el menor “blanco”, el menor vacío, por miedo a encontrarse con uno mismo. El sentido es lo de menos, con tal de que haya intensidad. De ahí el gusto y la fascinación por la violencia, las proezas, la excitación máxima de los sentidos, los deportes de riesgo. Hay que bajar las cataratas del Niágara dentro de un barril, abrir el paracaídas a unos metros escasos del suelo, bucear sin oxígeno a una profundidad de cien metros. Hay que exponerse a morir por algo que no vale la pena ser vivido, acelerar para no ir a ningún sitio, cruzar la barrera del sonido de lo inútil y poner de relieve el vacío. Así que pongamos a todo volumen cinco radios y diez televisores al mismo tiempo, démonos cabezazos contra la pared y revolquémonos en la grasa. ¡Eso es vivir plenamente!.
Matthieu Ricard (En Defensa De La Felicidad)
El amor, en el curso de una positivación de todos los ámbitos de vida, es domesticado para convertirlo en una fórmula de consumo, como un producto sin riesgo ni atrevimiento, sin exceso ni locura. El sufrimiento y la pasión dejan paso a sentimientos agradables y a excitaciones sin consecuencias. En la época del quickie, del sexo de ocasión y distensión, también pierde toda negatividad. La ausencia total de negatividad hace que el amor hoy se atrofie como un objeto de consumo y cálculo hedonista. El deseo del otro es suplantado por el confort de lo igual. Se busca la placentera, y en definitiva cómoda, inmanencia de lo igual. Al amor de hoy le falta transcendencia y transgresión.
Byung-Chul Han (Agonie des Eros)
Al margen de dicha clase social culta, el gran riesgo que siempre corre la vida en Alemania es y será el vacío y el aburrimiento (tal vez a excepción de ciertas regiones geográficas fronterizas como Baviera o Renania, en las que algo del Sur, de romanticismo y de humor forman parte del paisaje). En las grandes extensiones de la zona norte y este de Alemania, en sus ciudades descoloridas, tras sus negocios y organizaciones gestionadas con tesón, exactitud y sentido del deber acecha y acechará siempre la ignorancia y, al mismo tiempo, el horror vacui y el deseo de «salvación»: una salvación a través del alcohol, de la superstición o, en el mejor de los casos, de un gran estado de embriaguez masiva que lo inunde todo.
Sebastian Haffner (Historia de un alemán (Áncora & Delfín) (Spanish Edition))
Por lo tanto, para decirlo todo en dos palabras, los que hayan de cuidar de nuestro Estado vigilarán especialmente para que la educación se mantenga pura; y, sobre todo, para que no se haga ninguna innovación irregular ni en la gimnasia ni en la música; temiendo que, si algún poeta dice: Los cantos más nuevos que surgen de boca de los aedos son los que más agradan. No sea porque el poeta se refiere a canciones nuevas, sino a una manera nueva de cantar, y por lo mismo no deben aprobar semejantes innovaciones. No debe alabarse ni introducirse alteración ninguna de esta especie. En materia de música han de estar muy prevenidos para no admitir nada, porque corren el riesgo de perderlo todo, o como dice Damón, y yo soy en esto de su dictamen, no se puede tocar las reglas de la música sin conmover las leyes fundamentales del gobierno.
Plato (La República)
la práctica de medicar vigorosamente la fiebre es generalizada entre los médicos e incluso demandada por los pacientes debido al alivio sintomático que provee dicha supresión farmacológica. Esta aversión profesional a permitir que las fiebres sigan su curso se debe a la posibilidad (pero muy baja probabilidad) de dañar el sistema nervioso central (SNC) en caso de convulsiones incontroladas inducidas por fiebre. Sin embargo, estadísticamente, la susceptibilidad a las convulsiones febriles entre los adultos no epilépticos es extremadamente rara. Estudios epidemiológicos exhaustivos y bastante sólidos sitúan el riesgo de convulsiones febriles en la población infantil en torno al 0,6%, con una incidencia que fluctúa entre  3,5/1000 en los países árabes y 17,4 / 1000 en las zonas rurales de Estados Unidos (14-16). El riesgo de episodios convulsivos gravita hacia niños de 6 meses a 5 años y se desencadena por temperaturas que superan el umbral de 38,3ºC, todo lo cual hace que el riesgo en la población adulta sea extremadamente bajo (17).
Ernesto Prieto Gratacós (Victoria de la Inmunidad Humana: Nutrientes inmunoesenciales contra Influenza H1N1, H3N2, herpes, RSV, Coronavirus SARS COV-2 y todos los próximos (Spanish Edition))
Me había convertido en el orgulloso poseedor de un Morris Oxford cerrado, modelo 1932, de nueve años de antigüedad, un vehículo cuya carrocería había sido rociada con una pestilente pintura marrón, del color de las heces de un perro, y cuya máxima velocidad en una carretera recta y lisa era treinta y cinco millas por hora. El Mando de Cazas accedió a regañadientes a mi solicitud. Había un ferry que cruzaba el Canal de Suez por Ismailía. Era una balsa de madera, que se arrastraba de una orilla a otra por medio de unos cables, y conduje el coche hasta allí, de donde lo pasaron a la orilla del Sinaí. Pero, antes de que me autorizaran a iniciar el largo y solitario viaje a través del desierto de Sinaí, tuve que mostrarle a las autoridades que llevaba conmigo cinco galones de más de petróleo y un depósito de cinco galones de agua para beber. Luego emprendí el camino. Me encantó el viaje. Creo que me encantó porque era la primera vez en mi vida que había estado un día entero y una noche sin ver ningún ser humano. Poca gente lo ha hecho. Había una carretera estrecha de suelo duro que se extendía sobre las blandas arenas del desierto, desde el Canal hasta Beersheba, en la frontera de Palestina. La distancia total a través del desierto era de doscientas millas y no había ningún pueblo, ninguna cabaña, ningún puesto, ni ningún signo de vida humana en todo el trayecto. Mientras recorría aquella tierra estéril y despoblada, me pregunté cuántas horas o días tendría que aguardar para que pasara otro viajero que pudiera ayudarme en el caso de que se estropeara mi viejo coche. Pronto lo iba a descubrir. Llevaba viajando unas cinco horas cuando el radiador se puso a hervir por el terrible calor de las primeras horas de la tarde. Me detuve, abrí el capó y esperé a que se enfriara el radiador. Al cabo de una hora o así pude quitar el tapón del radiador y echarle un poco de agua, pero comprendí que sería inútil volver a conducir con el calor que hacía a pleno sol, porque el agua empezaría a hervir de nuevo. «Tengo que esperar», me dije, «hasta que se oculte el sol». Pero también sabía que no debía conducir de noche, porque las luces no funcionaban y, ciertamente, no quería correr el riesgo de salirme de la estrecha y dura carretera de noche y quedar atascado en la arena. Era un problema y la única forma de salir de él que se me ocurría consistía en esperar hasta el amanecer y hacer un esfuerzo para llegar a Beersheba antes de que el sol empezara a asar de nuevo el motor. Había llevado conmigo una gran sandía, para casos de emergencia, y corté una raja; separé de ella las pepitas negras con la punta de un cuchillo y me comí la rosada y fresca fruta, de pie junto al coche, al sol.
Roald Dahl (Volando solo)