Paz Y Tranquilidad Quotes

We've searched our database for all the quotes and captions related to Paz Y Tranquilidad. Here they are! All 36 of them:

La guerra les había robado entonces la paz, la tranquilidad, la certeza y la familia, pues por Linares pasaban bandoleros que mataban y robaban. Se llevaban cualquier falda que encontrarán en su camino. Feas o bonitas, viejas o jóvenes, ricas o pobres: no hacían distingos.
Sofía Segovia (El murmullo de las abejas)
El amor es lo único que nos llevamos cuando morimos y hace que el final sea más dulce.
Louisa May Alcott (Mujercitas)
La violencia se borró en su corazón, y una pureza que jamás había imaginado, ocupó su lugar.
E.M. Forster (Maurice)
El ser humano perfecto debe conservar siempre la calma y la paz de espíritu y no permitir jamas que la pasión o el deseo fugaz turben su tranquilidad. No creo que perseguir el conocimiento sea una excepción. Si el estudio al que te consagras tiende a debilitar tu afecto y a destruir esos placeres sencillos en los cuales no debe intervenir aleación alguna, entonces, ese estudio es inevitablemente negativo, es decir, impropio de la mente humana.
Mary Wollstonecraft Shelley (Frankenstein)
Y, aunque sabía muy bien que el amor le tenía que aportar muchos sufrimientos, torturas y humillaciones y que, además, le robaba la paz y colmaba su corazón de melodías, sin poder hallar el sosiego necesario para dar forma definitiva a nada y forjar proyectos con tranquilidad, sin embargo, acogió el amor con alegría, se entregó enteramente a él y lo fomentó con todas las fibras de su corazón, pues sabía que lo enriquecía y vivificaba, y él anhelaba ser rico y estar lleno de vida en vez de tener tranquilidad para forjarse proyectos.
Thomas Mann (Tonio Kröger)
Volverse loco no tiene absolutamente nada de malo.No es algo que tu mismo te provoques a propósito. No conozco a nadie que se haya levantado una mañana y haya dicho: "¿Sabéis qué? Estoy de puta madre, pero he deicdio que voy a cruzar todas las líneas con las drogas y el alcohol, a callarme todas esas emociones que seguramente me conviertan en papilla una gran parte de mi cerebro, a evitar disfrutar de cualquier cosa buena que me pase, a centrarme solo en lo malo y a rodearme de hijos de puta miserables para asegurarme de que en mi vida no exista ni un solo momento de tranquilidad y paz a ver si así consigo volverme loco cuanto antes. Nadie busca volverse loco a propósito. Nadie.
Ángel Martín (Por si las voces vuelven)
Eso es rebelarse -dijo Aliocha con suave acento y la cabeza baja. -¿Rebelarse? Habría preferido no oírte pronunciar esa palabra. ¿Acaso se puede vivir sin rebeldía? Y yo quiero vivir. Respóndeme con franqueza. Si los destinos de la humanidad estuvieren en tus manos, y para hacer definitivamente feliz al hombre, para procurarle al fin la paz y la tranquilidad, fuese necesario torturar a un ser, a uno solo, a esa niña que se golpeaba el pecho con el puñito, a fin de fundar sobre sus lágrimas la felicidad futura, ¿te prestarías a ello? Responde sinceramente. -No, no me prestaría. -Eso significa que no admites que los hombres acepten la felicidad pagada con la sangre de un pequeño mártir.
Fyodor Dostoevsky (Los Hermanos Karamazov (Spanish Edition))
El ser humano perfecto debe conservar siempre la calma y la paz de espíritu y no permitir jamás que la pasión o el deseo fugaz turben su tranquilidad. No creo que la búsqueda del saber sea una excepción. Si el estudio al que te consagras tiende a debilitar tu afecto y a destruir esos placeres sencillos en los cuales no debe intervenir aleación alguna, entonces ese estudio es inevitablemente negativo, es decir, impropio de la mente humana. Si se acatara siempre esta regla, si nadie permitiera que nada en absoluto empañara su felicidad doméstica, Grecia no se habría esclavizado, César habría protegido a su país, América se habría descubierto más pausadamente y no se hubieran destruido los imperios de México y Perú.
Mary Wollstonecraft Shelley (Frankenstein: Clásicos de la literatura (Spanish Edition))
que en esa remota Orbajosa, donde, entre paréntesis, tienes fincas que puedes examinar ahora, se pasa la vida con la tranquilidad y dulzura de los idilios. ¡Qué patriarcales costumbres! ¡Qué nobleza en aquella sencillez! ¡Qué rústica paz virgiliana! Si en vez de ser matemático fueras latinista, repetirías al entrar allí el ergo tua rura manebunt. ¡Qué admirable lugar para dedicarse a la contemplación de nuestra propia alma y prepararse a las buenas obras! Allí todo es bondad, honradez; allí no se conocen la mentira y la farsa como en nuestras grandes ciudades; allí renacen las santas inclinaciones que el bullicio de la moderna vida ahoga; allí despierta la dormida fe, y se siente vivo impulso indefinible dentro del pecho, al modo de pueril impaciencia que en el fondo de nuestra alma grita: «quiero vivir».
Benito Pérez Galdós (Doña Perfecta)
Después de la visita del mayordomo, el príncipe no pudo seguir escribiendo. La “Gymnopedie No 1” de Satie sonaba para sí, demostrando su estado de ánimo. Colocó a un lado la pluma y se levantó en dirección a la ventana. Su porte era erguido y su paso firme. Colocó sus manos hacia atrás sujetándolas mientras observaba el horizonte. Respiraba suavemente tratando de contener el aire y soltándolo lentamente. Ya no estaba seguro, dudaba de su decisión. Por su mente pasaron muchas cosas y las bases de su tranquilidad comenzaban a sacudirse. Había sido indiferente a las mujeres y ella, no sería la privilegiada en captar su atención. No había sentido nada por ninguna y ella no sería la excepción. Era demasiado altivo y orgulloso. Y esa, era su decisión. Ningún asunto de estado le había quitado la paz como ella. No la conocía, ni deseaba hacerlo. Por primera vez comenzó a cuestionarse, por primera vez comenzaba a sentirse nervioso. Por primera vez sentía una serie de extrañas y desconocidas emociones. Y por primera vez, comenzó a odiarse por eso.
Itxamany Bustillo (El Príncipe de Bórdovar 1)
Cuando conseguimos mirar a los ojos a la ansiedad —con tranquilidad, sin necesidad de huir, sin el loco esfuerzo mental de intentar escapar— aparece la paz. Siempre.
Rafael Santandreu (Sin miedo: El método comprobado para superar la ansiedad, las obsesiones, la hipocondría y cualquier temor irracional)
Sólo una meta se perfilaba ante Siddartha: quedarse vacío, despojarse de su sed, de sus deseos, de sus sueños, de sus penas y alegrías. Deseaba morir para sí mismo, no ser más él, hallar paz y tranquilidad en su corazón vacío, permanecer abierto al milagro despersonalizando el pensamiento. Cuando venciera y aniquilara a su Yo, cuando todos los impulsos y pasiones enmudecieran en su corazón, tendría que despertar lo Último, lo más íntimo del Ser, lo que ya no es el Yo, sino el gran Misterio.
Hermann Hesse (Siddhartha)
No cometamos el error de pensar que ese «mal carácter» nuestro, manifestado en ocasiones y circunstancias bien determinadas, depende de la forma de ser de quienes nos rodean. «La paz de nuestro espíritu no depende del buen carácter y benevolencia de los demás. Ese carácter bueno y esa benignidad de nuestros prójimos no están sometidos en modo alguno a nuestro poder y a nuestro arbitrio. Esto sería absurdo. La tranquilidad de nuestro corazón depende de nosotros mismos. El evitar los efectos ridículos de la ira debe estar en nosotros, y no supeditarlo a la manera de ser de los demás. El poder de superar nuestro mal carácter no ha de depender de la perfección ajena, sino de nuestra virtud»
Francisco Fernández-Carvajal (Hablar con Dios - Diciembre 2015 (Spanish Edition))
—¡Bah; déjame en paz!—concluyó cada vez más irritado con mi tranquilidad, que era para él otra manifestación de orgullo. Cada
Horacio Quiroga (Cuentos de amor de locura y de muerte)
No hemos venido a esta vida a lograr metas, hemos venido para recordar que nuestra verdadera esencia es de paz y tranquilidad.
David Fischman (The Secret of the Seven Seeds: A Parable of Leadership And Life)
Entonces, mira, a veces una muchacha parte en bicicleta, la ves de espaldas alejándose por un camino (¿la Gran Vía, King´s Road, la Avenue de Wagran, un sendero entre álamos, un paso entre colinas?), hermosa y joven la ves de espaldas yéndose, más pequeña ya, resbalando en la tercera dimensión y yéndose, y te preguntas si llegará, si salió para llegar, si salió porque quería llegar, y tienes miedo como siempre has tenido miedo por ti mismo, la ves irse tan frágil y blanca en una bicicleta de humo, te gustaría estar con ella, alcanzarla en algún recodo y apoyar una mano en el /manubrio y decir que también tú has salido, que también tú quieres llegar al sur, y sentirte por fin acompañado porque la estás acompañando, larga será la etapa pero allí en lo alto el aire es limpio y no hay papeles y latas en el suelo, hacia el fondo del valle se dibujará por la mañana el ojo celeste de un lago. Sí, también eso lo sueñas despierto en tu oficina o en la cárcel, mientras te aplauden en un escenario o una cátedra, bruscamente ves el rumbo posible, ves la chica yéndose en su bicicleta o el marinero con su bolsa al hombro, entonces es cierto, entonces hay gente que se va, que parte para llegar, y es como un azote de palomas que te pasa por la cara, por qué no tú, hay tantas bicicletas, tantas bolsas de viaje, las puertas de la ciudad están abiertas todavía, y escondes la cabeza en la almohada, acaso lloras. Porque, son cosas que se saben, la ruta del sur lleva a la muerte, allá, como la vio un poeta, vestida de almirante espera o vestida de sátrapa o de bruja, la muerte coronel o general espera sin apuro, gentil, porque nadie se apura en los aeródromos, no hay cadalsos ni piras, nadie redobla los tambores para anunciar la pena, nadie venda los ojos de los reos ni hay sacerdotes que le den a besar el crucifijo a la mujer atada a la estaca, eso no es ni siquiera Ruán y no es Sing-Sing, no es la Santé, allá la muerte espera disfrazada de nadie, allá nadie es culpable de la muerte, y la violencia es una vacua acusación de subversivos contra la disciplina y la tranquilidad del reino, allá es tierra de paz, de conferencias internacionales, copas de fútbol, ni siquiera los niños revelarán que el rey marcha desnudo en los desfiles, los diarios hablarán de la muerte cuando la sepan lejos, cuando se pueda hablar de quienes mueren a diez mil kilómetros, entonces sí hablarán, los télex y las fotos hablarán sin mordaza, mostrarán cómo el mundo es una morgue /maloliente mientras el trigo y el ganado, mientras la paz del sur, mientras la civilización cristiana. Cosas que acaso sabe la muchacha perdiéndose a lo lejos, ya inasible silueta en el crepúsculo, y quisieras estar y preguntarle, estar con ella, estar seguro de que sabe, pero cómo alcanzarla cuando el horizonte es una sola línea roja ante la noche, cuando en cada encrucijada hay múltiples opciones engañosas y ni siquiera una esfinge para hacerte las preguntas rituales. ¿Habrá llegado al sur? ¿La alcanzarás un día? Nosotros, ¿llegaremos? (Se puede partir de cualquier cosa, una caja de fósforos, una lista de desaparecidos, un viento en el tejado - ) ¿Llegaremos un día? Ella partió en su bicicleta, la viste a la distancia, no volvió la cabeza, no se apartó del rumbo. Acaso entró en el sur, lo vio sucio y golpeado en cuarteles y calles pero sur, esperanza de sur, sur esperanza. ¿Estará sola ahora, estará hablando con gente como ella, mirarán a lo lejos por si otras bicicletas apuntaran filosas? ( - un grito allá abajo en la calle, esa foto del Newsweek - ) ¿Llegaremos un día?
Julio Cortázar
Mi tranquilidad no la cambio ni por todo el oro del mundo. Vivir sereno y en paz es quizá la mayor habilidad del ser humano.
Ignacio Novo
Uno crece, cambia, evoluciona, pero el deseo de tranquilidad, de inmensa paz, de sentirse protegido y seguro en un abrazo, no pasa nunca.
Ignacio Novo
No habrá paz. Contraataca, pues, con todo el valor que tengas y todos los amagos canallas que conozcas, con la tranquilidad de conciencia de que su causa, si la tuvieron, no les importa ahora en absoluto; odian simplemente por odiar.  
W.H.Auden
En el extremo opuesto, también el desierto puede ser espacio para los encuentros. Cuando hablo de desierto, me refiero a esos espacios de horizontes más amplios, donde el silencio se vuelve tangible, donde las relaciones importantes, por los motivos que sean, están a distancia. Sin embargo, esto, vivido con paz y sin presión, puede ser algo elegido que, lejos de aislarte, te ayuda a profundizar en los vínculos que tienes. Hay gente que, por diversas razones, busca un poco de quietud, de silencio, de tranquilidad y lejanía. Hay quien se retira para encontrarse –y encontrar a los otros–. Hay quien vislumbra, en un paseo solitario por la ciudad, muchos más vínculos de los que podría percibir en una red incesante de interacciones y palabras. Hay quien, por carácter, necesita su espacio, su tiempo y su ritmo, sin que ello le lleve a vivirse aislado. Y hay, en fin, algunas personas con las que tienes relaciones tan sólidas, tan asentadas y tan libres que aun a distancia sabes y sientes que forman parte de tu vida, de tu presente y de tu horizonte, aunque en el momento no estén cerca.
José María Rodríguez Olaizola (Bailar con la soledad)
Este individuo que ahora desliza el lápiz sobre el papel sabe que es un recluso miserable y sólo desea confesar su historia buscando en ese gesto un poco de paz, de sosiego y de tranquilidad interior.
Mario Mendoza (Relato de un asesino)
Es un error caer en la idea de convertir la filosofía DevOps en una especie de “casco azul" que se interpondrá entre las personas, para evitar todo tipo de conflictos. Aún más grave es asumir que el objetivo de DevOps sea crear un ambiente idílico de fraternidad entre los distintos equipos, en el que el buen rollo sea la característica predominante. Y una vez que DevOps se ha impuesto como cultura, un arcoíris multicolor se instalará sobre el edificio de nuestra compañía de manera permanente, ya que todo será paz, amor y tranquilidad.
José Juan Mora Pérez (DevOps y el camino de baldosas amarillas (Spanish Edition))
«Imaginemos que el universo es un gran motor en movimiento —dice—. Lo que conviene es estar pegados al centro, justo en el eje de la rueda, no en el borde, donde todo se mueve a lo bestia, donde puedes acabar vapuleado y loco. En el eje de la tranquilidad es donde debes tener el corazón. Y ahí es a donde debes llevar a Dios. Así que no busques las respuestas en el mundo exterior. Mantente pegado al núcleo interior, donde siempre hallarás la paz».
Elizabeth Gilbert (Come, reza, ama)
Conozco un esquema profundo que los humanos niegan con la palabra aunque lo afirmen con sus acciones. Dicen que buscan la seguridad y la tranquilidad, condiciones a las que dan el nombre de paz. Incluso mientras hablan, crean semillas de agitación y violencia.
Frank Herbert (Casa Capitular (Las crónicas de Dune #6))
Marko era distinto de los otros niños. Transmitía paz un estoicismo tranquilo y amable que yo admiraba y estaba siempre sonriendo. Yo atribuía su amabilidad a su gran fe en Dios, algo que sus padres le habían transmitido desde que era muy pequeño.
Mirjana Soldo (My Heart Will Triumph)
Oración por la Paz Interior Oh Príncipe de Paz, En medio del caos y las dificultades de la vida, me acerco a tu presencia serena y tranquila, anhelando el precioso regalo de la paz interior. Tú eres la fuente última de tranquilidad y armonía, y te pido tu ayuda divina para calmar las aguas agitadas de mi alma. Señor, concédeme la paz interior que va más allá de los sucesos externos en la vida. Que tu paz sea un bastión dentro de mí, protegiendo mi corazón y mi mente contra la preocupación, el miedo y la confusión. Ayúdame a encontrar consuelo en tu amor inquebrantable y a tener fe en tu plan divino. Bendíceme con la sabiduría para liberar las cargas y preocupaciones que me abruman. Permíteme confiártelas, sabiendo que tus hombros son lo suficientemente fuertes para llevarlas. Reemplaza mis ansiedades con la paz que sobrepasa todo entendimiento. Señor, en tiempos de duda, permíteme encontrar refugio en el silencio de tu presencia. Ayúdame a apartar las distracciones del mundo y a escuchar tu suave guía y consuelo. Que tu paz sea el ancla que estabiliza mi alma cuando las tormentas de la vida arrecian. Concédeme la capacidad de perdonar, tanto a los demás como a mí mismo. Permíteme soltar resentimientos y rencores, eligiendo en su lugar el camino de la reconciliación y la tranquilidad interior. Tu perdón de mis transgresiones sirve como modelo para mi propio perdón hacia los demás. Señor, concédeme la gracia de vivir en el momento presente, libre de las cargas del pasado y las ansiedades del futuro. Que pueda abrazar el presente con gratitud y conciencia plena, descubriendo la paz en las alegrías simples de la vida. En tiempos de agitación o discordia, que tu paz sea un bálsamo calmante para mi espíritu. Ayúdame a ser un instrumento de tu paz, difundiendo amor y armonía a quienes me rodean. Al ofrecer esta oración por la paz interior, lo hago con la comprensión de que la paz genuina se descubre en tu presencia. Que tu paz fluya a través de mí, transformando mi ser interior y irradiando hacia el mundo. En tu sagrado nombre, te pido el regalo de la paz interior. Amén.
James Smith (Mi Poderoso Libro de Oraciones de Padre Pío: Una Colección de Oraciones de Padre Pío para Sanación, Protección, Bendiciones, Orientación y Transformación Espiritual (Spanish Edition))
—Ni siquiera sé si lo soy —dijo el dominicano, apenado—. No tuve tiempo de aprender. Sólo vi al Hermano Cristóbal unas cuantas veces. Pero me marcó. Por lo que le oí, me pareció que esa religión o filosofía era la que más me convenía. Daba una gran paz y no se metía para nada con la vida privada de las personas. Él, cuando hablaba, transmitía eso: tranquilidad. —La verdad es que sos un poco raro, vos —sentenció Enrique—. Y no lo digo sólo por tus vicios. —Por lo menos en lo que se refiere a la religión y al alma, confieso que sí —dijo el dominicano—. Un hombre distinto a los demás. Lo soy, y a mucha honra. III «Necesito un trago», pensó.
Mario Vargas Llosa (Tiempos recios)
Washington fue un arduo defensor del consenso y un luchador infatigable contra la existencia de los partidos políticos que él identificaba, como buen republicano, con las temidas “facciones”. Todavía en su discurso de despedida, en 1797, recordaba a sus numerosos seguidores “el pernicioso efecto del espíritu de partido en general”. Su deseo de consenso, de paz, y de tranquilidad le llevó, no sólo a criticar a los partidos políticos sino también a reforzar todavía más las instituciones comunes a los estados. Además, al ser el primer presidente de Estados Unidos, Washington llenó de contenido, un cargo que, hasta entonces, sólo había sido imaginado en los debates de la Convención de Filadelfia. Washington concibió la presidencia como un cargo importante y distanció la figura del presidente del ciudadano común.
Carmen de la Guardia Herrero (Historia de Estados Unidos)
esa inigualable sensación de paz y tranquilidad que brindan las cosas serenas.
Yolanda Scheuber (Juana la Reina, loca de amor (Spanish Edition))
completamente militarizado y bajo el mando del ejército. El secretario de Seguridad, Alfonso Durazo, quiso aclarar la confusión que se creó con un juego de palabras, y dijo que se iba a “policializar al ejército, no militarizar a la policía”. Es decir, el ejército iba a realizar funciones policiacas. La “nueva política” es contradictoria: por un lado, militariza las funciones policiales y legaliza la intervención del ejército en tareas civiles, y por otro lado frena la fuerza militar con el pretexto de mantener la paz y la tranquilidad. En consecuencia, como ocurrió en Culiacán, se tiende a evitar confrontaciones con los cárteles de narcos y las mafias criminales. Es la famosa política de “abrazos, no balazos” que en la práctica cotidiana equivale a castrar a las fuerzas encargadas de mantener el Estado de derecho para que se comporten mansamente, como los bueyes.
Roger Bartra (Regreso a la jaula: El fracaso de López Obrador (Spanish Edition))
En tal contexto de conciliación, muchos de los cercanos al corso comenzaron a barajar la idea que nunca habían abandonado los realistas: el regreso de Luis XVIII, como un modo de garantizar el futuro de todos. Un error clásico: Napoleón estaba muy lejos de compartir esa idea; sabía que, muy al contrario, su imagen en Europa entera era ya la de la Revolución misma. En este contexto de especulaciones, Luis XVIII decide tender la mano al cónsul: «Desaprovecha usted un tiempo precioso: nosotros podemos asegurar la tranquilidad de Francia; digo nosotros porque necesito a Bonaparte para lograrlo, y él no podrá hacerlo sin mí». Como respuesta, Napoleón dictó a su secretario Bourrienne un 7 de septiembre de 1800 una carta para Luis XVIII. El mensaje era muy claro: no pensaba compartir el poder con nadie. Señor, he recibido su carta y le agradezco las sinceras observaciones que me hace. Sería conveniente que no deseara su regreso a Francia, pues marcharía sobre cien mil cadáveres. Sacrifique su interés por la tranquilidad y la dicha de Francia… La historia sabrá reconocérselo. No soy insensible a las desgracias de su familia. Contribuiré con mucho placer a la paz y a la tranquilidad de su retiro. BONAPARTE
Juan Granados (Breve historia de Napoleón)
- (Sobre su "idea") Es demasiado larga para contarla... En parte consiste en esto: ¡que los demás me dejen en paz! Mientras que tenga dos rublos quiero vivir solo, no depender de nadie y no hacer nada, ni siquiera para la gran humanidad por venir (...). - ¿Es eso que usted predica la tranquilidad de la vaca satisfecha?
Fyodor Dostoevsky (The Adolescent (Vintage Classics))
Debemos mucho advertir el discurso de los pensamientos; y si el principio, medio y fin es todo bueno, inclinado a todo bien, señal es de buen ángel. Mas si en el discurso de los pensamientos que trae, acaba en alguna cosa mala, o distrativa, o menos buena que la que el ánima antes tenía propuesta de hacer, o la enflaquece o inquieta o conturba a la ánima, quitándola su paz, tranquilidad y quietud que antes tenía, clara señal es proceder de mal espíritu, enemigo de nuestro provecho y salud eterna.
Ignatius of Loyola (The Spiritual Exercises)
Yo entendía que, para generar confianza, tenía que dar tranquilidad a los colombianos de que el Gobierno no iba a negociar cualquier locura y que al final ellos tendrían la última palabra.
Juan Manuel Santos (La batalla por la paz (Documento) (Spanish Edition))
El amor es un estado de paz. Es un estado de serenidad. Donde nos sentimos seguros de que el otro es nuestra pareja. Hay tranquilidad y alegría. Y las cuotas de pasión, romance, enamoramiento vienen en nuestro auxilio cuando son convocadas por nosotros.
Tomas angulo (El amor es mucho más que decir te amo (Spanish Edition))
~Felicidad~ La paz, la tranquilidad y la felicidad habitan solo allí donde no haya ningún dónde ni ningún cuándo. Paralipómena, § 30, p. 57
Arthur Schopenhauer (El arte de insultar (Spanish Edition))