Paz Y Amor Quotes

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Demasiado tarde, siempre, porque aunque hiciéramos tantas veces el amor la felicidad tenía que ser otra cosa, algo quizá más triste que esta paz y este placer, un aire como de unicornio o isla, una caída interminable en la inmovilidad
Julio Cortázar (Hopscotch)
El amor es intensidad y por esto es una distensión del tiempo: estira los minutos y los alarga como siglos.
Octavio Paz
El mexicano frecuenta a la muerte, la burla, la acaricia, duerme con ella, la festeja, es uno de sus juguetes favoritos y su amor permanente.
Octavio Paz (El Laberinto de la Soledad)
La guerra no solo mata a los seres humanos; también mata el amor, la confianza y las relaciones.
Mouloud Benzadi
Niña que duermes bajo la mirada de Dios, te deseo que no la pierdas jamás, que vayas por la vida con la paciencia como tu mejor aliada, que conozcas el placer de la generosidad y la paz de los que no esperan nada, que entiendas tus pesares y sepas acompañar los ajenos. Te deseo una mirada limpia, una boca prudente, una nariz comprensiva, unos oídos incapaces de recordar la intriga, unas lágrimas precisas y atemperadas. Te deseo la fe en una vida eterna, y el sosiego que tal fe concede. Niña, yo te deseo la locura, el valor, los anhelos, la impaciencia. Te deseo la fortuna de los amores y el delirio de la soledad. Te deseo la inteligencia y el ingenio. Te deseo una mirada curiosa, una nariz con memoria, una boca que sonría y maldiga con precisión divina, unas piernas que no envejezcan, un llanto que te devuelva la entereza. Te deseo el sentido del tiempo que tienen las estrellas, el temple de las hormigas, la duda de los templos. Te deseo la fe en los augurios, en la voz de los muertos, en la boca de los aventureros, en la paz de los hombres que olvidan su destino, en la fuerza de tus recuerdos y en el fururo como la promesa, donde cabe todo lo que aún no te sucede.
Ángeles Mastretta (Mal de amores)
icen que a lo largo de nuestra vida tenemos dos grandes amores; uno con el que te casas o vives para siempre, puede que el padre o la madre de tus hijos, esa persona con la que consigues la compenetración máxima para estar el resto de tu vida junto a ella. Y dicen que hay un segundo gran amor, una persona que perderás siempre. Alguien con quien naciste conectado, tan conectado que las fuerzas de la química escapan a la razón y te impedirá, siempre, alcanzar un final feliz. Hasta que cierto día dejarás de intentarlo. Te rendirás y buscarás a esa otra persona que acabarás encontrando. Pero te aseguro que no pasarás una sola noche sin necesitar otro beso suyo, o tan siquiera discutir una vez más. Todos sabéis de qué estoy hablando, porque mientras estabais leyendo esto os ha venido su nombre a la cabeza. Te librarás de él o de ella, dejarás de sufrir, conseguirás encontrar la paz (le sustituirás por la calma), pero te aseguro que no pasará un día en que desees que estuviera aquí para perturbarte… Porque, a veces, se desprende más energía discutiendo con alguien a quien amas que haciendo el amor con alguien a quien aprecias.
Paulo Coelho (The Zahir)
La vida cambia sin avisarnos y alta velocidad nos troca la visión de qué y quién nos da paz y amor. Aprendí hace poco que nada es para siempre y que hay raíces que no merecen agua. -De su nueva novela: Pecado Original en El Caribe
Leovaldoalberto
La elección y la exclusividad son condiciones que la amistad comparte con el amor. La amistad nace de la comunidad y de la coincidencia en las ideas, en los sentimientos o en los intereses. El amor nace de un flechazo; la amistad es el intercambio frecuente y prolongado. El amor es instantáneo; la amistad requiere tiempo.
Octavio Paz (The Double Flame: Love and Eroticism)
Y para eso había escogido a Mónica entre todas las mujeres, para morir amando, y por eso era incapaz de verla, de entrar en su portal, de besarla, de acostarse con ella, de llevarla a una fiesta cogida de la mano, porque lo contrario no es morir amando, lo contrario es amar como ama todo el mundo, entrar, besar, follar, mentir. ¡Ni siquiera lo llaman amor!, pensó en voz alta. ¡Lo llaman relaciones! ¡Pues bien, que se relacionen entre ellos y me dejen a mí en paz!
Ray Loriga
piensa que el hecho de que no existan luchas, odio ni deseos significa que tampoco existen las cosas opuestas. Es decir, la alegría, la paz de espíritu, el amor. Porque es de la desesperanza, del desengaño y de la tristeza de donde nace la alegría y, sin ellas, ésta no podría existir. Es imposible encontrar una paz de espíritu sin desesperación
Haruki Murakami (Hard-Boiled Wonderland and the End of the World)
El amor no es eternidad; tampoco es el tiempo sucesivo...Es la percepción instantánea de todos los tiempos en uno solo, de todas las vidas en un instante. ¿Qué ve la pareja, en el espacio de un parpadeo? La identidad de la aparición y la desaparición, la verdad del cuerpo y del no-cuerpo, la visión de la presencia que se disuelve en un esplendor; vivacidad pura, latido del tiempo.
Octavio Paz (The Double Flame: Love and Eroticism)
Olvídate de que podrás alcanzar alguna vez lo que llaman "normalidad sexual", ni esperes que el amor te traiga paz. El sexo es el acto de las tinieblas y el enamoramiento la reunión de los tormentos. Nunca esperes que lograrás comprensión con el sexo opuesto. No hay nada más disímil ni menos dado a la reconciliación. Tú, practica el miedo, el rapto, la pugna, la violencia, la perversión y la vía anal, si crees que la satisfacción depende de la estrechez y de la posición predominante. Si deseas sustraerte a todo comercio sexual, aun mejor. Para el odio que te ha infectado el censor, no hay remedio mejor que el asesinato. Para la timidez, la autodestrucción.
Andrés Caicedo (¡Que viva la música!)
Niña, yo te deseo la locura, el valor, los anhelos, la impaciencia. Te deseo la fortuna de los amores y el delirio de la soledad. Te deseo el gusto por los cometas, por el agua y los hombres. Te deseo la inteligencia y el ingenio. Te deseo una mirada curiosa, una nariz con memoria, una boca que sonría y maldiga con precisión divina, unas piernas que no envejezcan, un llanto que te devuelva la entereza. Te deseo el sentido del tiempo que tienen las estrellas, el temple de las hormigas, la duda de los templos. Te deseo la fe en los augurios, en la voz de los muertos, en la boca de los aventureros, en la paz de los hombres que olvidan su destino, en la fuerza de tus recuerdos y en el futuro como la promesa donde cabe todo lo que aún no te sucede. Amén.
Ángeles Mastretta
Puedo tocarla pero también hablar con ella. Y puedo oírla y más: beberme sus palabras... La transubstanciación: el cuerpo se vuelve voz, sentido; y el alma es corporal. Todo amor es eucaristía.
Octavio Paz (The Double Flame: Love and Eroticism)
Aunque hiciéramos tantas veces el amor la felicidad tenía que ser otra cosa, algo quizá más triste que esta paz y este placer, un aire como de unicornio o isla, una caída interminable en la inmovilidad.
Julio Cortázar (Rayuela)
-Niña- dijo Milagros con la solemnidad de una sacerdotisa-, yo te deseo la locura, el valor, los anhelos, la impaciencia. Te deseo la fortuna de los amores y el delirio de la soledad. Te deseo el gusto por los cometas, por el agua y los hombres. Te deseo la inteligencia y el ingenio. Te deseo una mirada curiosa, una nariz con memoria, una boca que sonría y maldiga con precisión divina, unas piernas que no envejezcan, un llanto que te devuelva la entereza. Te deseo el sentido del tiempo que tienen las estrellas, el temple de las hormigas, y la duda de los templos. Te deseo la fe en los augurios, en la voz de los muertos, en la boca de los aventureros, en la paz de los hombres que olvidan su destino, en la fuerza de tus recuerdos y el futuro como la promesa donde cabe todo lo que aún no te sucede. Amen.
Ángeles Mastretta (Mal de amores)
Demasiado tarde, siempre, porque aunque hiciéramos tantas veces el amor la felicidad tenía que ser otra cosa, algo quizá más triste que esta paz y este placer, un aire como de unicornio o isla, una caída interminable en la inmovilidad.
Julio Cortázar (Rayuela)
La sexualidad es animal; el erotismo es humano.... Y que consiste, esencialmente, en desviar o cambiar el impulso sexual reproductor y transformarlo en una representación. El amor... es una ceremonia y representación... una purificación..que transforma al sujeto y al objeto del encuentro erótico en personas únicas. El amor es la metáfora final de la sexualidad.
Octavio Paz (The Double Flame: Love and Eroticism)
Norma Shearer: Mas si por miedo has de buscar en el Amor sólo paz y placer, entonces mejor será que pases de largo por su umbral, rumbo al mundo sin inviernos ni primaveras ni veranos, donde reirás, pero no a carcajadas, y llorarás, pero no todas tus lágrimas.
Manuel Puig (The Buenos Aires Affair)
El amor nace también de la elección... su fuego.. es más activo, punzante, ávido; pero es un fuego temerario y voluble... un fuego febril. ...El de la amistad es un calor parejo y universal, templado... un calor constante y tranquilo, todo dulzura y pulimiento, sin asperezas.
Octavio Paz (The Double Flame: Love and Eroticism)
Queridas niñas, tengo planes ambiciosos para vosotras, pero no tienen que ver con que lleguéis a tener un puesto importante u os caséis con un hombre rico por el mero hecho de serlo o porque tenga una casa estupenda, sobre todo si en esa casa falta el amor y no es un verdadero hogar. El dinero es un bien necesario y valioso y, si se hace buen uso de él, se convierte en algo noble, pero no quiero que creáis que es lo más importante o aquello a lo que debéis aspirar. Prefiero veros convertidas en esposas de hombres pobres pero felices, amadas y satisfechas, a que seáis reinas en su trono, carentes de respeto y paz.
Louisa May Alcott (Mujercitas)
Las sonrisas generan amor y paz, el amor y la paz enciende las sonrisas en las personas
Mehmet Murat ildan
Te quiero apasionadamente... y te quiero apaciblemente... Puede que el amor eterno sea eso, esta mezcla de paz y de fuego".
Jul Maroh (Le bleu est une couleur chaude)
Chico, ¿a quién ofendo con eso, si son mis plumas?
Senel Paz (El lobo, el bosque y el hombre nuevo)
Prefiero veros convertidas en esposas de hombres pobres pero felices, amadas y satisfechas, a que seáis reinas en su trono, carentes de respeto y de paz.
Louisa May Alcott (Mujercitas)
El amor es lo único que nos llevamos cuando morimos y hace que el final sea más dulce.
Louisa May Alcott (Mujercitas)
El amor es una elevación, un cambio de estado; los amantes transcienden, por un momento al menos, su condición temporal y, literalmente, se transportan a otro mundo.
Octavio Paz
Los ojos del entendimiento comulgan con la hermosura y el hombre procrea no imágenes ni simulacros de belleza si no realidades hermosas.
Octavio Paz
El secreto entonces, es dejar de pensar y preocuparse tanto en lo que hace el otro/a, para cuidar la salud mental, la salud física, y de ser posible, vivir en paz.
Ramon Torres (El amor, así de simple, y así de complicado)
La paz (interior) te permite paso a paso ir realizando tus metas. En el camino van a existir momentos felices y tristes. Pero siempre debes continuar adelante y no desmayar.
David Cotos (El amor es como un pan con mantequilla)
La violencia se borró en su corazón, y una pureza que jamás había imaginado, ocupó su lugar.
E.M. Forster (Maurice)
Si queremos un mundo de paz y de justicia hay que poner decididamente la inteligencia al servicio del amor.
Antoine de Saint-Exupéry
El amor requiere no solo de pasiones y emociones intensas, también de sensación de estabilidad y de paz.
Marian Rojas Estapé (Encuentra tu persona vitamina)
Esto es más o menos lo que las mujeres queremos: seguridad, ser valoradas, vivir en paz,
Isabel Allende (Mujeres del alma mía: Sobre el amor impaciente, la vida larga y las brujas buenas (Spanish Edition))
Aprende a entregar lo que no funciona en tu vida para que el amor lo trasforme y lo bendiga, y después, te lo devuelva como una semilla de futuro
Raimon Samsó (El Poder de la Alegría: Guía para la Paz Interior (El poder de los hábitos #1))
Sabía que un día despertaría de aquellos hermosos sueños de amor y volvería a estar solo, completamente solo en el mundo frío de los demás, donde me esperaba la soledad y la lucha, y no la paz y la concordia.
Hermann Hesse (Demian (Spanish Edition))
Tú me echabas una mirada con un gris signo de interrogación en tus ojos. "Oh, no, no empecemos de nuevo" (incredulidad, exasperación). Pues nunca te dignabas a creer que yo pudiera sentir el deseo -sin intenciones específicas- de hundir mi cara en tu falda tableada, amor mío. La fragilidad de tus brazos desnudos... Cómo anhelaba envolver esos brazos, y tus cuatro miembros límpidos, encantadores -un potrillo acurrucado-, y tomar tu cabeza entre mis manos indignas y estirar hacia atrás la piel de tus sienes y besar tus ojos achinados y... "Por favor, déjame en paz, ¿quieres?", decías. "Dios mío, déjame tranquila". Y yo me levantaba del suelo, mientras tú me mirabas crispando el rostro en una imitación deliberada de mi tic nerveux. Pero no importa, no importa, soy un miserable, no importa, sigamos con mi desgraciada historia.
Vladimir Nabokov (Lolita)
En el flujo y reflujo de nuestras pasiones y quehaceres (escindidos siempre, siempre yo y mi doble y el doble de mi otro yo), hay un momento en que todo pacta. Los contrarios no desaparecen, pero se funden por un instante. Es algo así como una suspensión del ánimo: el tiempo no pesa. Los Upanishad enseñan que esta reconciliación es “ananda” o deleito con lo Uno. Cierto, pocos son capaces de alcanzar tal estado. Pero todos, alguna vez, así haya sido por una fracción de segundo, hemos vislumbrado algo semejante. No es necesario ser un místico para rozar esta certidumbre. Todos hemos sido niños. Todos hemos amado. El amor es un estado de reunión y participación, abierto a los hombres : en el acto amoroso la conciencia es como la ola que, vencido el obstáculo, antes de desplomarse, se yergue en una plenitud en la que todo - forma y movimiento, impulso hacia arriba y fuerza de gravedad - alcanza un equilibrio sin apoyo, sustentado en sí mismo. Quietud del movimiento. Y del mismo modo que a través de un cuerpo amado entrevemos una vida más plena, más vida que la vida, a través del poema vislumbramos el rayo fijo de la poesía. Ese instante contiene todos los instantes. Sin dejar de fluir, el tiempo se detiene, colmado de sí. El Arco Y La Lira
Octavio Paz
Cualquier movimiento hacia la paz debería comenzar por incluir a los perpetradores en el sistema. Cuando los perpetradores son tratados con dignidad y respeto, como seres valiosos, pueden responder por sus actos.
Magui Block (SANA TU FAMILIA: Haz que el amor y la vida fluyan de tus ancestros a ti y a tus hijos (Spanish Edition))
Comienza con la admiración ante una persona, lo sigue el entusiasmo y culmina con la pasión que nos lleva a la dicha o al desastre. El amor es una prueba que a todos, a los felices y a los desgraciados, nos enoblece.
Octavio Paz (The Double Flame: Love and Eroticism)
La primera nota caraterítica del amor es la exlusividad... El amor es individual o más exactamente, interpersonal: queremos únicamente a una persona y le pedimos a esa persona que nos quiera con el mismo afecto exclusivo.
Octavio Paz (The Double Flame: Love and Eroticism)
Cuando la luna me ciega con su fulgor eterno, tu luz tenue apacigua mi espíritu. Que no seas eterno inspira más poemas en mi piel que las mil historias que relato, puesto que al saber que prescindo de tu amor, le atesoro más que las más valiosas joyas. Nada en mi constante existencia ha significado más que tú, mi maravilloso compañero. Ningún extremo más que el ardor de tu mirada, suaviza el fruncir de mi ceño. Eres implacable certeza, exquisita quietud, divina fuente de paz. Eres todo y calmas a la nada que desea disiparme con impasividad. Mi deseo, mi lucero, mi luna extrañamente cercana a mi planeta. Te veo soñar y anhelo ser el rostro que se entremeta en tus convalecientes quimeras, para en un rato abrir esas ventanas fulgurosas de alma transparente y desear... desear que jamás nos separe un suspiro más, porque años han sido nuestros verdugos infinitos. Quien merece amor como el nuestro lo obtiene, mi dulce espíritu ambivalente. Quien desea de corazón meterse en los labios de una musa errante, obtiene lo que has tenido, un sabor de mil sabores que no se comparte. Una boca de mil bocas que cuentan historias de mil historias, pero cuya principal promesa eres tú, mi exquisito ángel caído del paraíso. Y si adorarte se vuelve mi mayor testigo, culpable del crimen soy al que me han sometido, puesto que en mi vida, mayor serenidad que en ti no hay, ni mayor anhelo que busque mi psique desazonada y sazonada por tu bello rostro. Todo y nada vale la pena de entremeterme entre tus labios. Todo y nada, mi dulce ángel de sueños entrelazados.
Mariela Villegas Rivero (Mujer de Fuego)
Para realizarse, el amor necesita quebrantar la ley del mundo. En nuestro tiempo el amor es escándalo y desorden, transgresión: el de dos astros que rompen la fatalidad de sus órbitas y se encuentran en la mitad del espacio.
Octavio Paz (El laberinto de la soledad, Postdata, Vuelta a El laberinto de la soledad (Spanish Edition))
El amor es elección; el erotismo, aceptación. Sin erotismo - sin forma visible que entra por los sentidos - no hay amor pero el amor traspasa al cuerpo deseado y busca al alma en el cuerpo y, en el alma, al cuerpo. A la persona entera.
Octavio Paz (The Double Flame: Love and Eroticism)
No hay, en el tumulutoso pecho del hombre, una pasión más fuerte que la de imponer su creencia a los otros, Nada puede sacar la raíz de su dicha y llenarla de ira como saber que otro desprecia lo que él venera. [...] No es el amor a la verdad sino el deseo de prevalecer el que opone un barrio a otro barrio y hace que una parroquia premedite la ruina de otra parroquia. Todos prefieren la paz de espíritu y la sujeción de los otros al triunfo de la verdad y la apoteosis de la virtud.
Virginia Woolf (Orlando)
EL AMENAZADO Es el amor. Tendré que ocultarme o que huir. Crecen los muros de su cárcel, como en un sueño atroz. La hermosa máscara ha cambiado, pero como siempre es la única. ¿De qué me servirán mis talismanes: el ejercicio de las letras, la vaga erudición, el aprendizaje de las palabras que usó el áspero Norte para cantar sus mares y sus espadas, la serena amistad, las galerías de la Biblioteca, las cosas comunes, los hábitos, el joven amor de mi madre, la sombra militar de mis muertos, la noche intemporal, el sabor del sueño? Estar contigo o no estar contigo es la medida de mi tiempo. Ya el cántaro se quiebra sobre la fuente, ya el hombre se levanta a la voz del ave, ya se han oscurecido los que miran por las ventanas, pero la sombra no ha traído la paz. Es, ya lo sé, el amor: la ansiedad y el alivio de oír tu voz, la espera y la memoria, el horror de vivir en lo sucesivo. Es el amor con sus mitología, con sus pequeñas magias inútiles. Hay una esquina por la que no me atrevo a pasar. Ya los ejércitos me cercan, las hordas. (Esta habitación es irreal; ella no la ha visto.) El nombre de una mujer me delata. Me duele una mujer en todo el cuerpo.
Jorge Luis Borges (The Gold of the Tigers: Selected Later Poems)
Hija mía, tus problemas y tentaciones no han hecho más que empezar y pueden ser muchos, pero lograrás superarlos y vencerlos si aprendes a sentir la fuerza y el amor de tu Padre Celestial como sientes los de tu padre terrenal. Cuanto más le ames y confíes en Él, más unida te sentirás a Él y menos dependerás del poder y la sabiduría humanos. Él nunca se cansa de amarnos y cuidarnos, nada le aleja de nosotros y nos proporciona la paz, la felicidad y la fuerza que necesitamos en nuestra vida. Has de creer en esto y confiar a Dios todas tus cuitas y esperanzas, tus errores y penas, del mismo modo que los compartes con tu madre.
Louisa May Alcott (Mujercitas)
«¡Virgen y madre, la hija de tu hijo, alta y humilde como no hay criatura, del acuerdo eternal término fijo! »Tú ennobleciste la humanal natura, tanto, que en su grandeza el hacedor no desdeñó encarnar su propia hechura. »Se reanimó en tu vientre el santo amor, y a su calor, en paz eternamente, ha germinado esta divina flor.
Dante Alighieri (La Divina Comedia : el infierno, el purgatorio y el paraíso)
Y yo sentí paz y tormento... Alivio y extenuación. Fulgores incandescentes y tempestades en la oscuridad. Sentí el temporal que se cernía sobre nosotros, cargado de truenos. "Ya... —susurró una voz en mi interior, al tiempo que contaba los universos purpúreos y estrellados que me había dejado dentro—, pero mira qué colores tan bonitos".
Erin Doom (Fabbricante di lacrime)
Imaginen un mundo sin ejércitos, un mundo en que los recursos bélicos se emplearan en el bienestar común, en que los conflictos se resolvieran en torno a una mesa de negociación y la misión de los soldados fuera mantener el orden y promover la paz. Cuando eso suceda habremos superado nuestra condición de Homo sapiens y daremos un salto evolutivo hacia el Contentus homo superior.
Isabel Allende (Mujeres del alma mía: Sobre el amor impaciente, la vida larga y las brujas buenas (Spanish Edition))
«¡Virgen y madre, la hija de tu hijo, alta y humilde como no hay criatura, del acuerdo eternal término fijo! »Tú ennobleciste la humanal natura, tanto, que en su grandeza el hacedor no desdeñó encarnar su propia hechura. »Se reanimó en tu vientre el santo amor, y a su calor, en paz eternamente, ha germinado esta divina flor. »Tú eres la meridiana refulgente de caridad aquí, y allá en el suelo
Dante Alighieri (La Divina Comedia : el infierno, el purgatorio y el paraíso)
Ojalá alguien me hubiera dicho que el amor no es una tortura. Porque yo creía que el amor era algo que se suponía que te partía en dos, que te rompía el corazón y que te lo aceleraba para mal. Creía que el amor era munición y lágrimas y sangre. No sabía que se suponía que te hacía sentir más ligera en vez de añadirte peso. Que te convierte en alguien cariñoso. Creía que el amor era la guerra. No sabía que se suponía que… era paz.
Taylor Jenkins Reid (Daisy Jones & The Six)
Ojalá alguien me hubiera dicho que el amor no es una tortura. Porque yo creía que el amor era algo que se suponía que te partía en dos, que te rompía el corazón y que te lo aceleraba para mal. Creía que el amor era munición y lágrimas y sangre. No sabía que se suponía que te hacía sentir más ligera en vez de añadirte peso. Que te convierte en alguien cariñoso. Creía que el amor era la guerra. No sabía que se suponía que... era paz
Taylor Jenkins Reid (Daisy Jones & The Six)
Pasé una tonta cantidad de tiempo el año pasado leyendo libros y mirando películas, y en todos ellos, cuando mueres y te resucitan, los poderes sobrenaturales son parte del trato. ¡Perdona que no ganaras el gran premio de la paz eterna, pero no te vas con las manos vacías! Puedes volver roto y confundido, pero al menos tienes algún premio cósmico de consuelo, como la habilidad de leer mentes o hablar con los muertos u oler mentiras. Algo así de genial. Yo ni siquiera puedo manipular los elementos. Claro que si fuera a tomar enserio los libros, también tendría que creer que todos los chicos adolescentes llaman a las chicas nena, porque al parecer eso expresa completo amor. Él era un imbécil hace un minuto, pero te arroja un nena y estás acabada. Completa perdida del autocontrol y la dignidad activada. Oooh, me dijo nena. Mis bragas están mojadas y lo amooooooo.
Katja Millay (The Sea of Tranquility)
Siempre hay un rey sobre un caballo en las viejas ciudades; lo custodian las fuentes y los niños y un insólito pájaro. Cuando los veo, pienso que la muerte mira de las estatuas armada hasta los dientes, con sus ojos de bronce clausurado. Si pregunto por ellos, me describen galopes y batallas. Nunca al caballo libre en las praderas ni al señor en su casa. Todos cuentan la historia por las guerras en las viejas ciudades y por más que pregunto nadie sabe describir la morada donde amasaba pan el panadero y su mujer hilaba. La historia que nos cuentan es la historia de una que otra batalla, pero jamás nos dicen que, entretanto, el labrador sembraba y que, segando el trigo de la vida, los jóvenes se amaban mirándose a los ojos, como miro la paz en tu mirada, mientras paseamos por la antigua plaza con un rey a caballo donde juegan los niños y las fuentes son catedrales de agua. La paz, amor, es ese pájaro insólito que, a veces, se posa en las estatuas.
Armando Tejada Gómez
Para Badinter, la idea de que la maternidad debe ser “al 100%” o no ser conspira contra la maternidad, pero es además una idea mucho más sostenida por mujeres que no tuvieron hijos que por las que sí los tuvieron: las que atravesaron la experiencia, dice, saben que en el fondo es imposible ser madre al 100% y que te vas a equivocar, vas a sufrir, vas a sucumbir a la tentación de prenderles la tele para que te dejen en paz o de darles un pancho una noche que estás muerta de sueño.
Tamara Tenenbaum (El fin del amor: querer y coger en el siglo XXI)
Y, aunque sabía muy bien que el amor le tenía que aportar muchos sufrimientos, torturas y humillaciones y que, además, le robaba la paz y colmaba su corazón de melodías, sin poder hallar el sosiego necesario para dar forma definitiva a nada y forjar proyectos con tranquilidad, sin embargo, acogió el amor con alegría, se entregó enteramente a él y lo fomentó con todas las fibras de su corazón, pues sabía que lo enriquecía y vivificaba, y él anhelaba ser rico y estar lleno de vida en vez de tener tranquilidad para forjarse proyectos.
Thomas Mann (Tonio Kröger)
El amor es una de las respuestas que el hombre ha inventado para mirar de frente a la muerte. Por el amor le robamos al tiempo que nos mata unas cuantas horas que transformamos a veces en paraiso y otras en infierno. De ambas maneras el tiempo se distiende y deja de ser una medida. Más allá de felicidad o infelicidad, aunque sea las dos cosas, el amor es intensidad; no nos regala la eternidad, sino la vivacidad, ese minuto en el que se entreabren las puertas del tiempo y del espacio: aquí es allá y ahora es siempre. En el amor todo es dos y todo tiende a ser uno.
Octavio Paz (La llama doble - Proyecto Exito)
El secreto del amor es cuestion de gustos: Uno no puede amar a una persona que no le gusta y eso significa que te guste lo que la otra persona es en realidad y no lo que quieres o necesitas que él o ella sean. Otra parte de este secreto es confiar, compartir y ser los mejores amigos. De hecho el amor verdadero significa libertad y crecimiento antes que posesión y limitaciones. Es sinónimo de paz y no de confusión, también de seguridad en vez de miedo, entendimiento, lealtad, estímulo, compromiso, conexión y lo más importante es el respeto. Porque cuando uno no es tratado con respeto, aparece el dolor y nadie lo puede evitar, un dolor profundo y molesto, destructivo, capaz de crispar los nervios y en ningun caso forma parte de la belleza del amor verdadero. Sí, uno puede enfadarse por algo que haya dicho o hecho otra persona sin dejar de gustarle o de tratar mal a quien lo dijo o lo hizo. El amor verdadero significa aceptar los desacuerdos como amigos o compañeros y no como adversarios o rivales, pues el amor verdadero no consiste en ganar o luchar. Y tampoco significa degradación, crueldad, ataque o violencia. Hace de tu hogar tu palacio....no tu prisión.
Marcia Grad (The Princess Who Believed in Fairy Tales: A Story for Modern Times)
el futuro de triunfar. Hoy, usa tu tiempo para sudar, tus talentos y tus dones para servir, tu dinero para invertirlo en ti y en tu crecimiento. ¿Cuándo has visto que de la apatía surja algo bueno, de la pasividad algo grande, o que del rencor nazca el amor y la paz? ¿Cuándo has visto que de la pereza crezca la abundancia? Hay cosas que para hacerlas se necesita cero dinero: ser apasionado, tener ética, ser puntual y comenzar a hacer. Emplea eso a tu favor y todo lo demás nacerá por añadidura. Por más pequeños y escasos que consideres tus talentos y dones, bastarán para conseguir el éxito si los concentras en el objetivo.
Daniel Habif (Inquebrantables (Unbreakable))
Un hombre, después de mucho tiempo caminando, llegó al lugar donde vivía un gran sabio. Al recibirle, le pidió encarecidamente: -¡Muéstreme el camino hacia Alá! -¿Te has enamorado alguna vez de alguien? -preguntó el sabio. -¿Enamorarme? ¿Qué es lo que el gran maestro quiere decir con eso? Me prometí a mí mismo jamás aproximarme a una mujer, huyo de ellas como quien intenta escapar de una enfermedad. Ni siquiera las miro. Cuando pasan, cierro los ojos. -Procura volver a tu pasado e intenta descubrir si alguna vez, en toda tu vida, hubo algún momento de pasión que dejase tu cuerpo y tu espíritu llenos de fuego. -Vine hasta aquí para aprender a rezar, y no a cómo enamorarme de una mujer. Quiero ser guiado hasta Alá y usted insiste en querer llevarme hacia los placeres de este mundo. No entiendo lo que desea enseñarme. El sabio permaneció silencioso algunos minutos y finalmente dijo: -No puedo ayudarte. Si tú nunca tuviste alguna experiencia de amor, nunca conseguirás experimentar la paz de una oración. Por lo tanto, regresa a tu ciudad, enamórate, y vuelve a buscarme sólo cuando tu alma esté llena de momentos felices. >>Sólo una persona que entiende el amor puede entender el significado de la oración. Porque el amor por alguien es una oración dirigida al corazón del Universo, una plegaria que Alá colocó en las manos de cada ser humano como un presente divino.
Jalal ad-Din Muhammad ar-Rumi (La danza del corazón)
Con toda modestia, pero también con toda la determinación del espíritu, propongo que hagamos ahora y aquí el compromiso de concebir y fabricar un arca de la memoria, capaz de sobrevivir al diluvio atómico. Una botella de náufragos siderales arrojada a los océanos del tiempo, para que la nueva humanidad de entonces sepa por nosotros lo que no han de contarle las cucarachas: que aquí existió la vida, que en ella prevaleció el sufrimiento y predominó la injusticia, pero que también conocimos el amor y hasta fuimos capaces de imaginarnos la felicidad. Y que sepa y haga saber para todos los tiempos quiénes fueron los culpables de nuestro desastre, y cuán sordos se hicieron a nuestros clamores de paz para que esta fuera la mejor de las vidas posibles, y con qué inventos tan bárbaros y por qué intereses tan mezquinos la borraron del Universo.
Gabriel García Márquez (El cataclismo de Damocles)
«¡Oh Padre nuestro que estás en los cielos, aunque no circunscripto a ellos, sino por el mayor amor que arriba sientes hacia los primeros efectos! Alabados sean tu nombre y tu poder por todas las criaturas, así como se deben dar gracias a todas las emanaciones de tu bondad. Venga a nos la paz de tu reino, a la que no podemos llegar por nosotros mismos, a pesar de toda nuestra inteligencia, si ella no se dirige hacia nosotros. Así como los ángeles te sacrifican su voluntad entonando “¡Hosanna!”, deben sacrificarte la suya los hombres. Dadnos hoy el pan cotidiano, sin el cual retrocede por este áspero desierto aquel que más se afana por avanzar. Y así como nosotros perdonamos a cada cual el mal que nos ha hecho padecer, perdónanos tú, benigno, sin mirar a nuestros méritos. No pongas a prueba nuestra virtud, sino líbranos de quien la instiga de tantos modos. No hacemos, ¡oh Señor amado!, esta última súplica por nosotros, pues ya no tenemos necesidad de ella, sino por los que tras de nosotros quedan».
Dante Alighieri (Divina Comedia)
el amor está en los fosos donde luchan las sierpes del hambre, en el triste mar que mece los cadáveres de las gaviotas y en el oscurísimo beso punzante debajo de las almohadas. Pero el viejo de las manos traslúcidas dirá: amor, amor, amor, aclamado por millones de moribundos. Dirá: amor, amor, amor, entre el tisú estremecido de ternura; dirá: paz, paz, paz, entre el tirite de cuchillos y melenas de dinamita. Dirá: amor, amor, amor, hasta que se le pongan de plata los labios. Mientras tanto, mientras tanto, ¡ay!, mientras tanto, los negros que sacan las escupideras, los muchachos que tiemblan bajo el terror pálido de los directores, las mujeres ahogadas en aceites minerales, la muchedumbre de martillo, de violín o de nube, ha de gritar aunque le estrellen los sesos en el muro, ha de gritar frente a las cúpulas, ha de gritar loca de fuego, ha de gritar loca de nieve, ha de gritar con la cabeza llena de excremento, ha de gritar como todas las noches juntas, ha de gritar con voz tan desgarrada hasta que las ciudades tiemblen como niñas
Federico García Lorca
—Dejadme en paz —vocifera, pero su energía se evapora y se siente débil y hambriento—. Dejadme en paz —dice de nuevo, pero sus palabras son flojas e inútiles, tan inútiles como sus brazos y sus piernas, y enseguida deja de intentarlo. —Jude, mi pobre Jude —susurra Harold—. Cariño. Y al oír esa palabra él se echa a llorar, porque nadie lo ha llamado nunca «cariño», no desde el hermano Luke. Willem lo intentaba a veces —«cariño», lo llamaba, o «mi amor»— y él lo detenía; esas expresiones de afecto son palabras degradantes, depravadas, para él. —Cariño dice de nuevo Harold, y él quiere que pare y no pare nunca—. Hijo mío. Y él llora, llora por todo lo que ha sido, por lo que podría haber sido, por todas las viejas heridas, por las viejas dichas, llora por la vergüenza y la alegría de acabar siendo un niño, con todos los caprichos, las necesidades y las inseguridades de un niño, por el privilegio de portarse tan mal y ser perdonado, por el lujo de recibir ternura, de recibir afecto, de que le sirvan una comida y le obliguen a comérsela, por ser capaz, ¡por fin!, de creer en las palabras de consuelo de un padre, de creer que es especial para alguien, pese a todos sus errores y su odio, por culpa de todos sus errores y su odio.
Hanya Yanagihara (A Little Life)
Grito hacia Roma Porque ya no hay quien reparta el pan ni el vino, ni quien cultive hierbas en la boca del muerto, ni quien abra los linos del reposo, ni quien llore por las heridas de los elefantes. No hay más que un millón de herreros forjando cadenas para los niños que han de venir. No hay más que un millón de carpinteros que hacen ataúdes sin cruz. No hay más que un gentío de lamentos que se abren las ropas en espera de la bala. El hombre que desprecia la paloma debía hablar, debía gritar desnudo entre las columnas, y ponerse una inyección para adquirir la lepra y llorar un llanto tan terrible que disolviera sus anillos y sus teléfonos de diamante. Pero el hombre vestido de blanco ignora el misterio de la espiga, ignora el gemido de la parturienta, ignora que Cristo puede dar agua todavía, ignora que la moneda quema el beso de prodigio y da la sangre del cordero al pico idiota del faisán. Los maestros enseñan a los niños una luz maravillosa que viene del monte; pero lo que llega es una reunión de cloacas donde gritan las oscuras ninfas del cólera. Los maestros señalan con devoción las enormes cúpulas sahumadas; pero debajo de las estatuas no hay amor, no hay amor bajo los ojos de cristal definitivo. El amor está en las carnes desgarradas por la sed en la choza diminuta que lucha con la inundación; el amor está en los fosos donde luchan las sierpes del hambre, en el triste mar que mece los cadáveres de las gaviotas y en el oscurísimo beso punzante debajo de las almohadas. Pero el viejo de las manos traslucidas dirá: amor, amor, amor, aclamado por millones de moribundos; dirá: amor, amor, amor, entre el tisú estremecido de ternura; dirá paz, dirá paz, entre el tirite de cuchillos y melones de dinamita; dirá: amor, amor, amor, hasta que se le pongan de plata los labios, dirá: amor, amor, amor… Porque queremos el pan nuestro de cada día, flor de aliso y perenne ternura desgranada, porque queremos que se cumpla la voluntad de la Tierra que da sus frutos para todos.
Federico García Lorca
Blanca, en cambio, se había acostumbrado a vivir sola. Terminó por encontrar paz en sus quehaceres de la gran casa, en su taller de cerámica y en sus Nacimientos de animales inventados, donde lo único que correspondía a las leyes de la biología era la Sagrada Familia perdida en una multitud de monstruos. El único hombre de su vida era Pedro Tercero, pues tenía vocación para un solo amor. La fuerza de ese inconmovible sentimiento la salvó de la mediocridad y de la tristeza de su destino. Permanecía fiel aun en los momentos en que él se perdía detrás de algunas ninfas de pelo lacio y huesos largos, sin amarlo menos por ello. Al principio creía morir cada vez que se alejaba, pero pronto se dio cuenta de que sus ausencias duraban lo que un suspiro y que invariablemente regresaba más enamorado y más dulce. Blanca prefería esos encuentros furtivos con su amante en hoteles de cita, a la rutina de una vida en común, al cansancio de un matrimonio y a la pesadumbre de envejecer juntos compartiendo las penurias de fin de mes, el mal olor en la boca al despertar, el tedio de los domingos y los achaques de la edad. Era una romántica incurable. Alguna vez tuvo la tentación de tomar su maleta de payaso y lo que quedaba de las joyas del calcetín, e irse con su hija a vivir con él, pero siempre se acobardaba. Tal vez temía que ese grandioso amor, que había resistido tantas pruebas, no pudiera sobrevivir a la más terrible de todas: la convivencia. Alba estaba creciendo muy rápido y comprendía que no le iba a durar mucho el buen pretexto de velar por su hija para postergar las exigencias de su amante, pero prefería siempre dejar la decisión para más adelante. En realidad, tanto como temía la rutina, la horrorizaba el estilo de vida de Pedro Tercero, su modesta casita de tablas y calaminas en una población obrera, entre cientos de otras tan pobres como la suya, con piso de tierra apisonada, sin agua y con un solo bombillo colgando del techo. Por ella, él salió de la población y se mudó a un departamento en el centro, ascendiendo así, sin proponérselo, a una clase media a la cual nunca tuvo aspiración de pertenecer. Pero tampoco eso fue suficiente para Blanca. El departamento le pareció sórdido, oscuro, estrecho y el edificio promiscuo. Decía que no podía permitir que Alba creciera allí, jugando con otros niños en la calle y en las escaleras, educándose en una escuela pública. Así se le pasó la juventud y entró en la madurez, resignada a que los únicos momentos de placer eran cuando salía disimuladamente con su mejor ropa, su perfume y las enaguas de mujerzuela que a Pedro Tercero cautivaban y que ella escondía, arrebolada de vergüenza, en lo más secreto de su ropero, pensando en las explicaciones que tendría que dar si alguien las descubría. Esa mujer práctica y terrenal para todos los aspectos de la existencia, sublimó su pasión de infancia, viviéndola trágicamente. La alimentó de fantasías, la idealizó, la defendió con fiereza, la depuró de las verdades prosaicas y pudo convertirla en un amor de novela.
Isabel Allende (The House of the Spirits)
Al día siguiente invitó a almorzar al nuevo alcalde, que como ella había bajado de los páramos, y le pidió que estableciera una guardia nocturna en el traspatio, porque tenía la impresión de que se estaban robando las gallinas. Esa noche, la guardia derribó a Mauricio Babilonia cuando levantaba las tejas para entrar en el baño donde Meme lo esperaba, desnuda y temblando de amor entre los alacranes y las mariposas, como lo había hecho casi todas las noches de los últimos meses. Un proyectil incrustado en la columna vertebral lo redujo a cama por el resto de su vida. Murió de viejo en la soledad, sin un quejido, sin una protesta, sin una sola tentativa de infidencia, atormentado por los recuerdos y por las mariposas amarillas que no le concedieron un instante de paz, y públicamente repudiado como ladrón de gallinas.
Anonymous
El poder de las viejas es inmenso. No es verdad que las manden a esta Casa para que pasen sus últimos días en paz, como dicen ellos. Esto es una prisión, llena de celdas, con barrotes en las ventanas, con un carcelero implacable a cargo de las llaves. Los patrones las mandan a encerrar aquí cuando se dan cuenta de que les deben demasiado a estas viejas y sienten pavor porque estas miserables, un buen día, pueden revelar su poder y destruirlos. Los servidores acumulan los privilegios de la miseria. Las conmiseraciones, las burlas, las limosnas, las ayuditas, las humillaciones que soportan los hacen poderosos. Ellas conservan los instrumentos de la venganza porque van acumulando en sus manos ásperas y verrugosas esa otra mitad de sus patrones, la mitad inútil, descartada, lo sucio y lo feo que ellos, confiados y sentimentales, les han ido entregando con el insulto de cada enagua gastada que les regalan, cada camisa chamuscada por la plancha que les permiten que se lleven. ¿Cómo no van a tener a sus patrones en su poder si les lavaron la ropa, y pasaron por sus manos todos los desórdenes y suciedades que ellos quisieron eliminar de sus vidas? Ellas barrieron de sus comedores las migas caídas y lavaron los platos y las fuentes y los cubiertos, comiéndose lo que sobró. Limpiaron el polvo de sus salones las hilachas de sus costuras, los papeles arrugados de sus escritorios y sus oficinas. Restablecieron el orden en las camas donde hicieron el amor legítimo o ilegítimo, satisfactorio o frustrador, sin sentir asco ante esos olores y manchas ajenos. Cosieron los jirones de sus ropas, les sonaron las narices cuando niños, los acostaron cuando llegaron borrachos y limpiaron vómitos y meados, zurcieron sus calcetines y lustraron sus zapatos, les cortaron las uñas y los callos, les escobillaron la espalda en el baño, los peinaron, les pusieron lavativas y les dieron purgantes y tisanas para la fatiga, el cólico o la pena. Desempeñando estos menesteres, las viejas fueron robándose algo integral de las personas de sus patrones al colocarse en su lugar para hacer algo que ellos se negaban a hacer...y la avidez de ellas crece al ir apoderándose de más cosas, y codician más humillaciones y más calcetines viejos regalados como dádivas, quieren apoderarse de todo.
José Donoso (The Obscene Bird of Night)
La felicidad no reside en el consumo, la diversión o el sexo y su placer. La felicidad es esa casa en la que has construido tu lugar de reposo y amor incondicional. Ese umbral, que cuando cruzas te hace sentir en paz y esa persona que te espera al otro lado y te recibe sonriendo.
Ignacio Novo
Ayuno Nuestra Señora casi siempre menciona la oración cuando habla del ayuno. Ambos están vinculados. El ayuno debe siempre ir acompañado de la oración. «Es importante saber que cuando rezamos y ayunamos, es para abrirnos a Dios y a lo que Dios nos da», decía el padre Slavko. «Con frecuencia, cuando la gente reza y ayuna, se convierte en un intercambio. Rezamos y ayunamos, así que esperamos obtener algo a cambio. Cuando no obtenemos aquello por lo que rezamos y ayunamos, dejamos de rezar. Es importante seguir abiertos a recibir lo que Dios quiere darnos. Las gracias llegan cuando nos mantenemos abiertos por medio de la oración y el ayuno». El ayuno al que nos invita Nuestra Señora es para abrir nuestro corazón. Cuando ayuno, me demuestro a mí misma que soy dueña de mi propio cuerpo. Aunque parece un sacrificio pequeño, le estoy demostrando a Dios que haré cualquier cosa por Él. También el ayuno fortalece mi oración. «El amor inmenso de Dios me envía para conduciros a la salvación. Dadme vuestros corazones sencillos, purificados por la oración y el ayuno. Solo en la simplicidad de vuestros corazones está vuestra salvación» (2 de septiembre de 2007). «Hoy os llamo con la oración y el ayuno a despejar el camino por el cual mi Hijo entrará en vuestros corazones» (2 de junio de 2010). «No os resistáis a la esperanza ni a la paz. Con vuestra oración y vuestro ayuno, por medio de Su cruz, mi Hijo desbaratará la oscuridad que quiere rodearos y dirigiros. Él os dará la fuerza para una nueva vida» (2 de marzo de 2013). «Hijos míos, rezad y ayunad para que podáis entender todo lo que estoy pidiendo de vosotros» (2 de diciembre de 2013). «Deseo que ayunando y rezando obtengáis del Padre celestial el conocimiento de lo que es natural y santo, divino» (2 de febrero de 2014). Nuestra Señora nos pide ayunar los miércoles y los viernes. La mejor forma de ayunar, dice, es a pan y agua. De esta forma, renunciamos al placer de comer y beber sin privar de sustento a nuestros cuerpos. El padre Stanko Ćosić, joven sacerdote que ejerce su ministerio en Medjugorje, dice: «Solo en el desierto puedes saborear el pan y el agua».
Mirjana Soldo (Mi Corazón Triunfará (Spanish Edition))
Las sonrisas generan amor y paz, el amor y la paz enciende las sonrisas en las personas.
Mehmet Murat ildan
El carácter que Dios desea que manifestemos lleva las cualidades distintivas de amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y templanza (Gálatas 5.22-23).
Charles F. Stanley (En busca de paz: Promesas de Dios para una vida libre de remordimiento, preocupación y temor (Spanish Edition))
Se había hecho católica sin renunciar a su fe yoruba, y practicaba ambas a la vez, sin orden ni concierto. Su alma estaba en sana paz, decía, porque lo que le faltaba en una lo encontraba en la otra.
Gabriel García Márquez (Del amor y otros demonios)
¿Qué es y cómo podemos alcanzar la paz? De la misma forma en la que el mundo confunde el amor y la alegría, también ha confundido el sentido real de la paz. Cuando la sociedad reclama paz, lo hace en el sentido de evitar las guerras. (...) El hecho es que la paz viene a través de una conciencia pura delante de uno mismo y sobre todo delante de Dios, por la fe en el sacrificio del Señor Jesús. Si no conseguimos tener paz con Dios, tampoco la tendremos con nosotros mismos, porque viene de Dios por el Espíritu Santo.
Edir Macedo
Demasiado tarde, siempre, porque aunque hiciéramos tantas veces el amor la felicidad tenía que ser otra cosa, algo quizá más triste que esta paz y este placer, un aire como de unicornio o isla, una caída interminable en la inmovilidad. La
Julio Cortázar (Rayuela)
Si quieres cambiar el mundo, primero intenta mejorar, hacer un cambio dentro de ti. Así contribuirás a cambiar a tu familia y a partir de ahí el cambio se expandirá - Dalai Lama.
Daniel Goleman (A Force for Good: The Dalai Lama's Vision for Our World)
«Señor, te pido perdón, he pecado otra vez, ¡mira lo que soy capaz de hacer por mí mismo! Pero me abandono confiadamente en tu misericordia y en tu perdón y te doy gracias por no haberme permitido pecar aún más gravemente. Me abandono en ti con confianza porque sé que, un día, me curarás por fin. Mientras tanto, te pido que la experiencia de mi miseria me haga más humilde, más dulce con los otros, más consciente de que no puedo nada por mí mismo, sino que todo lo tengo que esperar solamente de tu amor y tu misericordia». La respuesta es clara. La
Jacques Philippe (La paz interior)
Cuando volví a verlo, cuando iniciamos esta segunda amistad que espero no terminará ya nunca, dejé de pensar en toda forma de ataque. Quedó resuelto que no le hablaría jamás de Inés ni del pasado y que, en silencio, yo mantendría todo aquello viviente dentro de mí. Nada más que esto hago, casi todas las tardes, frente a Roberto y las caras familiares del café. Mi odio se conservará cálido y nuevo mientras pueda seguir viviendo y escuchando a Roberto; nadie sabe de mi venganza, pero la vivo, gozosa y enfurecida, un día y otro. Hablo con él, sonrío, fumo, tomo café. Todo el tiempo pensando en Bob, en su pureza, su fe, en la audacia de sus pasados sueños. Pensando en el Bob que amaba la música, en el Bob que planeaba ennoblecer la vida de los hombres construyendo una ciudad de enceguecedora belleza para cinco millones de habitantes, a lo largo de la costa del río; el Bob que no podía mentir nunca; el Bob que proclamaba la lucha de los jóvenes contra los viejos, el Bob dueño del futuro y del mundo. Pensando minucioso y plácido en todo eso frente al hombre de dedos sucios de tabaco llamado Roberto, que lleva una vida grotesca, trabajando en cualquier hedionda oficina, casado con una mujer a quien nombra “mi señora”; el hombre que se pasa estos largos domingos hundido en el asiento del café, examinando diarios y jugando a las carreras por teléfono. Nadie amó a mujer alguna con la fuerza con que yo amo su ruindad, su definitiva manera de estar hundido en la sucia vida de los hombres. Nadie se arrobó de amor como yo lo hago ante sus fugaces sobresaltos, los proyectos sin convicción que un destruido y lejano Bob le dicta algunas veces y que sólo sirven para que mida con exactitud hasta donde está emporcado para siempre. No sé si nunca en el pasado he dado la bienvenida a Inés con tanta alegría y amor como diariamente le doy la bienvenida a Bob al tenebroso y maloliente mundo de los adultos. Es todavía un recién llegado y de vez en cuando sufre sus crisis de nostalgia. Lo he visto lloroso y borracho, insultándose y jurando el inminente regreso a los días de Bob. Puedo asegurar que entonces mi corazón desborda de amor y se hace sensible y cariñoso como el de una madre. En el fondo sé que no se irá nunca porque no tiene sitio donde ir; pero me hago delicado y paciente y trato de conformarlo. Como ese puñado de tierra natal, o esas fotografías de calles y monumentos, o las canciones que gustan traer consigo los inmigrantes, voy construyendo para él planes, creencias y mañanas distintos que tienen luz y el sabor del país de juventud de donde él llegó hace un tiempo. Y él acepta; protesta siempre para que yo redoble mis promesas, pero termina por decir que sí, acaba por muequear una sonrisa creyendo que algún día habrá de regresar al mundo de las horas de Bob y queda en paz en medio de sus treinta años, moviéndose sin disgusto ni tropiezo entre los cadáveres pavorosos de las antiguas ambiciones, las formas repulsivas de los sueños que se fueron gastando bajo la presión distraída y constante de tantos miles de pies inevitables.
Juan Carlos Onetti (Cuentos completos)
Lo que nos falta es, sobre todo, la convicción de que «el amor de Dios saca provecho de todo, del bien y del mal que se encuentra en mí» (Santa Teresa de Lisieux, inspirándose en San Juan de la Cruz).
Jacques Philippe (La paz interior)
El que acepta ser débil, pequeño, caer con frecuencia, no ser nada a sus propios ojos y a los de los demás, sin preocuparse excesivamente por ello, pues le anima una gran confianza en Dios y sabe que su amor es infinitamente más importante y pesa mucho más que sus propias faltas e imperfecciones, ése ama más que aquel cuyo afán por su propia perfección le empuja al desasosiego. «Bienaventurados
Jacques Philippe (La paz interior)
¡El alma se reeduca frecuentemente por medio del cuerpo! Las cosas pequeñas, hechas por amor y para agradar a Dios, son extremadamente provechosas para hacernos crecer: ese es uno de los secretos de la santidad de Santa Teresita de Lisieux. Y
Jacques Philippe (La paz interior)
No os dejéis abatir o desalentar si os parece que no hacéis nada, que sois cobarde y tibio. Si veis que aún estáis sujeto a afectos naturales, a pensamientos de amor propio y a tristeza, tratad simplemente de olvidar todas esas cosas, y dirigid el alma hacia Dios, presentándoos ante Él con el deseo sosegado y continuo de que haga de vos y en vos lo que le plazca. Intentad únicamente olvidaros de vos y caminad ante Él en medio de vuestra pobreza, sin prestaros atención... Mientras os inquieten esos movimientos de la naturaleza, estaréis ocupado en vos mismo; y mientras os ocupéis de vos mismo no recorreréis mucho trecho en el camino de la perfección.
Jacques Philippe (La paz interior)
¿por qué este modo de avanzar, basado en la paz, en la libertad, en el confiado abandono en Dios, en la aceptación serena de nuestras enfermedades e incluso de nuestras caídas, es el camino aconsejable? ¿Por qué es más acertado que la búsqueda de la voluntad de Dios que se lleva a cabo en medio de la preocupación, de los escrúpulos, de un deseo tenso e inquieto de perfección? Porque la única perfección verdadera es la del amor, y hay más amor de Dios en el primer modo de proceder que en el segundo.
Jacques Philippe (La paz interior)
Insisto, quiero estar en paz, porque mi alma es exclusivamente mía, porque debo morir mañana o dentro de poco, porque tengo que devolver a Dios esta máscara y mi ser, y porque ya basta de esa infamia que nos lleva a derrochar interés, egoísmo y vanidad: el tema del hombre y la mujer que la falsa literatura denomina amor; basta ya de todo eso.
Sándor Márai
LLEGANDO HACIA LA LUZ Nací el día Pensé: ¿Que es? ¿Que fue? Y ¿Y si? Me transformé el día Mi ego se rompió, Y todo lo superficial, material Cosas que importaban Para mí antes, De repente cesó De importar. Realmente llegué a ser El día que ya no me importaba Lo que el mundo pensaba de mí, Sólo en mis pensamientos para Cambiar el mundo.
Suzy Kassem (Rise Up and Salute the Sun: The Writings of Suzy Kassem)
Es normal que nos sintamos profundamente afectados por el sufrimiento de un ser querido, pero si por este motivo nos atormentamos hasta el punto de perder la paz, significará que nuestro amor por esa persona no es plenamente espiritual, no es todavía un amor según Dios. Aún es un amor demasiado humano y sin duda egoísta, insuficientemente basado en una inquebrantable confianza en Dios. Para
Jacques Philippe (La paz interior)
«Cuanto hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí me lo hicisteis». Esas palabras del Señor nos enseñan que «a la caída de la tarde nos examinarán en el amor» (San Juan de la Cruz), y en especial del amor a nuestros hermanos necesitados. Es una llamada a la compasión.
Jacques Philippe (La paz interior)
Sustenta los postulados de libertad, igualdad y fraternidad y, en consecuencia, propugna la justicia social y combate la tiranía, los privilegios y la intolerancia. ... En la búsqueda de la verdad y en el logro de la justicia, es deber de los francmasones mantenerse en un lugar de avanzada en el proceso evolutivo e integrador del hombre y de la sociedad. ... Las logias y los francmasones se empeñan constantemente en el perfeccionamiento del hombre y de la sociedad, a través del amor, la solidaridad, la justicia y la paz.
Guillermo Fuchslocher (¿De que se trata el Primer Grado de la Masonería? (Spanish Edition) (Masonería y Sociedad nº 1))
La paz entre las personas es más importante que las opiniones, al margen de si los argumentos son los correctos o no. Cada cual va a su paso. Y la prioridad es conservar los lazos de amor.
Raimon Samsó (Tsundoku: El camino zen de la lectura)
El fuego original y primordial, la sexualidad, levanta la llama roja del erotismo y ésta, a su vez, sostiene y alza otra llama, azul y trémula: la del amor.
Octavio Paz
Recuerda que no puedes obligar a nadie a que te quiera. Lo que sí puedes es quererte tanto que atraigas a ti la paz, el amor y la prosperidad.
César Lozano (Por el placer de vivir (Spanish Edition))
Un puente de amor es más valiente que cien muros de apatía. Un puente de paz es más valiente que cien fronteras de guerra.
Abhijit Naskar (Amor Apocalypse: Canım Sana İhtiyacım)
AGOSTO 14 NINGÚN OTRO LO HARÁ «Mi Señor eres tú. Fuera de ti, no poseo bien alguno». SALMOS 16.2, NVI En el corazón de todo hombre y mujer hay un lugar que solo Dios es capaz de llenar. Nosotros podemos tratar de satisfacer nuestros anhelos con diferentes cosas, pero mientras no lleguemos al punto de rendirnos por completo a Él, seguiremos siendo vulnerables a los pensamientos de temor, el descontento, los deseos egoístas, así como al orgullo y la lujuria. No obstante, cuando usted tiene comunión con Dios, Él empieza a transformar la misma esencia de su ser, cambiando su enfoque de sí mismo a Cristo. Él ocupa el trono de su corazón, conformándole a su carácter, libertándole de sus fortalezas de pecado, y rodeándole de su cuidado eterno. Hablando pragmáticamente, usted no puede experimentar esto a menos que busque de forma activa andar en los caminos de Dios y se rinda a Él. Mientras que lo mantenga alejado, no podrá conocerlo. Esto se debe a que las relaciones personales permanentes, incluyendo la suya con el Señor, solo pueden existir y crecer mediante la intimidad mutua. La única relación personal que puede saciar sus anhelos, sostenerle en las dificultades y darle paz es la relación personal que tiene con Dios. No lo aleje de ninguna manera. Padre, ocupa el trono de mi corazón y hazme un instrumento para tu gloria. Amén. En su presencia… permanezca por completo en su amor.
Charles F. Stanley (Cada día en su presencia: 365 Devocionales (Spanish Edition))
Pero al verla otra vez, a veinte metros de mí, mirándome, sentí que en mi alma, dormida en paz, surgía sangrando la desolación de haberla perdido, como si no hubiera pasado un solo día de esos diez años.
Horacio Quiroga (Cuentos de Amor de Locura y de Muerte: (18 RELATOS) (Una Estación De Amor, La Muerte De Isolda El Infierno Artificial, Los Ojos Sombríos, El Perro ... Los Buques Suicidantes)...)
Así que aliéntense y edifíquense unos a otros, tal como ya lo hacen. Consejos finales de Pablo Amados hermanos, honren a sus líderes en la obra del Señor. Ellos trabajan arduamente entre ustedes y les dan orientación espiritual. 13 Ténganles mucho respeto y de todo corazón demuéstrenles amor por la obra que realizan. Y vivan en paz unos con otros.
Anonymous
Vencedor de la niebla, timonel del ojo astuto, por los ríos famosos cargué placer y pena, alegres contrabandos de amores fugitivos, el jugador fullero y el leñador oscuro. Ni los soles tremendos ni la bruma enervante consiguen abatir mi esqueleto solemne. Sólo turban la paz de mi prisión mecida los asaltos furtivos de los niños salvajes. Quisiera ser un puente, un andamio, un refugio en la lluvia o el féretro de los exploradores. No estar aquí tumbado, deshabitado, eterno. Quisiera ser el arca del último diluvio
Raúl González Tuñón
Los hombres renovados por el amor de Dios son capaces de cambiar las reglas, la calidad de las relaciones y las estructuras sociales: son personas capaces de llevar paz donde hay conflictos, de construir y cultivar relaciones fraternas donde hay odio, de buscar la justicia donde domina la explotación del hombre por el hombre. Sólo el amor es capaz de transformar de modo radical las relaciones que los seres humanos tienen entre sí. Desde esta perspectiva, todo hombre de buena voluntad puede entrever los vastos horizontes de la justicia y del desarrollo humano en la verdad y en el bien.
Pontificio Consejo «Justicia y Paz» (Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia (Spanish Edition))
Hoy, usa tu tiempo para sudar, tus talentos y tus dones para servir, tu dinero para invertirlo en ti y en tu crecimiento. ¿Cuándo has visto que de la apatía surja algo bueno, de la pasividad algo grande, o que del rencor nazca el amor y la paz?
Daniel Habif (Inquebrantables (Unbreakable))
Acompañar a alguien en la fase final de su vida, al igual que cuidar a un bebé hasta que es capaz de defenderse por sí mismo, es probablemente el acto de generosidad y amor más sublime que pueda hacerse por otro ser humano. Son procesos sagrados. Con la misma ternura con la que se recibe a un recién nacido, así se debe cuidar a quien está muriendo. Dándole la mejor atención, creando una sensación de paz y seguridad y siendo capaz de hacerlo con la misma paciencia y el mismo amor incondicional.
Ana Vidal Egea (Cómo acompañar a morir (Spanish Edition))