Opus Dei Quotes

Don't judge without having heard both sides. Even persons who think themselves virtuous very easily forget this elementary rule of prudence.

Er is altijd wel een procureur of een procureur-generaal te vinden voor wie zijn lidkaart van de loge of van Opus Dei belangrijker is dan zijn geweten.

Opus Dei non est opus Dei.

The Founder of Opus Dei used to say, with such encouraging persuasiveness, that being a Christian comes down to following Christ:

Don't let your life be sterile. Be useful. Blaze a trail. Shine forth with the light of your faith and your love. With your apostolic life wipe out the slimy and filthy mark left by the impure sowers of hatred. And light up all the ways of the earth with the fire of Christ that you carry in your heart.

Non possiamo accusare Livio di non essere stato uno storico dei nostri tempi. La sua storia presenta certamente deplorevoli falsificazioni del passato, causate da una non mai abbastanza condannata obbedienza ad un'ideologia; è però un'opera storica, quale i suoi contemporanei la concepivano e quale Livio doveva dare, una volta che si fosse assunto il compito di scriverla: una storia che è opus maxime oratorium.

Christ has no body now but yours, No hands, no feet on earth but yours, Yours are the eyes with which He looks Compassion on this world, Yours are the feet with which He walks to do good, Yours are the hands, with which He blesses all the world.

Late that autumn a Venezuelan attorney, Alberto Jaime Berti, cooperated with Italian magistrates in return for immunity from prosecution on charges that the IOR was at the center of laundering several hundred million dollars through Swiss and Panamanian banks on behalf of a handful of senior Opus Dei officials.72 The Italian media reported that Berti fingered De Bonis as his Vatican Bank connection and produced dozens of documents with the monsignor’s signature. Prosecutors believed that De Bonis had the key to a safe deposit box at Geneva’s Banque de Paris et des Pays-Bas. It was in that box, said Berti, that a cache of documents laid out exactly how the IOR laundered the money. De Bonis, cloaked by immunity in his Knights of Malta position, denied even knowing Berti.73 The prosecutors, unable to move against him, had to stand down.

Avrupa Parlamentosu'ndaki İspanyol mebuslarının katıldığı ve Avrupa Parlamentosu Başkanvekili Vidal Quadras'ın yönettiği kapalı toplantıda; "İslam ve Türkiye'de İslam"ı tartışıyoruz. İspanyollara has kibar bir üslup hakim... Ama İspanyol politikacıların ve tarihçi meskeltaşlarımızın bence temel bir yanlışı var; insanlığın kurtuluşunu laiklikte görebiliriz veya aksini düşünebiliriz. Ama İslam'ı sadece bağnazlık, kendi dinini ise bir kültür çevresi ile tarif edip asri medeniyetin öncisi olduğunuzu düşünürseniz ve 20. Yüzyıldaki refahınızı dininizin "esnekliğine"(!) bağlarsanız, tarihi realiteyi inkar etş olursunuz, kavga devam eder. İslam, fundamentalist gruplar üreten bir din dediğiniz zaman, on tane Müslüman fundamentalist grubun bir Katolik Opus Dei Örgütü'nün gücüne ve etkinliğine sahip olmadığını biömeniz gerekir. Katolik toplumların seçkinlerini toplayan; Papalık ve milli hükümetler arasındaki bağları kendine göre yöneten böyle bir kuruluş islam dünyasımda henüz yok; kurulmasına ve gelişmesine biraz da boşuna çalışılıyor. Ortadaki Rabıtatu'l-Alemu'l-İslam gibileri ancak Opus Dei'nin güneşte kurutulmuşu olabilir. Dindar olsın ya da olmasın, kimse kimliğinden fedakarlıkta bulunmak istemez, bulunmasın da zaten. Ama kendi dini kimliği ile övünüp öbürünün kimliğini aşağılamayı ve kendi dininde mistisizm ve akide diye yücelttiği unsurları öbürününkinde tehlikeli yobazlık belirtileri diye yaftalamayı kimse kabul edemez. Bu şartlarda 11 eylül havası da dağılamaz. İslam patriarksl bir din denildi. Hangi semavi din bugünün çağdaş denilen niteliklerine sahip? Bunların hepsi bir laf salatasıdır. 20. Yüzyılın muğlak kavramlarıyla 2 bin yıllık inançları değerlendirmek ne kadar sağlıklı sonuç verir? Engizisyon mahkemeleri çoktan kalktı ama mütekebbir bir akide insanların zihninde yaşıyor ve herkes birbirini itham ediyor.

Liberación fueron duramente reprimidos, todo lo contrario ocurrió con el Opus Dei. La polémica organización católica recibió una gracia extraordinaria: su elevación a la categoría de prelatura personal, mediante la cual la Obra quedaba únicamente bajo la autoridad papal —y la divina, se sobreentiende—, algo que causó un gran malestar en todos los sectores de la Iglesia, incluso en la propia

«La conciencia es el núcleo más secreto y el sagrario del hombre, en el que está solo con Dios, cuya voz resuena en lo más íntimo de ella»

San Josemaría criticaba la visión clerical que no distingue ámbitos —el orden natural y el sobrenatural, la Iglesia y el Estado, la religión y la política, etc.—, y sostenía que para la inmensa mayoría de los asuntos humanos no había una “solución católica”, sino que cada cristiano elige la opción más conveniente según el dictado de su conciencia bien formada.

tres conclusiones: a ser lo suficientemente honrados, para pechar con la propia responsabilidad personal; a ser lo suficientemente cristianos, para respetar a los hermanos en la fe, que proponen en materias opinables soluciones diversas a la que cada uno de nosotros sostiene; y a ser lo suficientemente católicos, para no servirse de nuestra Madre la Iglesia, mezclándola en banderías humanas»[5].

Hay que respetar las legítimas ansias de verdad: el hombre tiene obligación grave de buscar al Señor, de conocerle y de adorarle, pero nadie en la tierra debe permitirse imponer al prójimo la práctica de una fe de la que carece; lo mismo que nadie puede arrogarse el derecho de hacer daño al que la ha recibido de Dios»

A man, a 'gentleman', ready to compromise would condemn Jesus to death again.

Sabemos que los sentimientos tienen una incidencia profunda en el uso de la libertad. Su influjo es positivo cuando son “virtuosos”, es decir, cuando nacen de las facultades sensibles (llamadas apetito irascible y concupiscible) perfeccionadas por las virtudes de la fortaleza y de la templanza, que los modelan según el orden de la razón iluminada por la fe para ponerlos al servicio de la caridad, permitiendo así amar con todas las facultades del alma518

Con el tiempo voy a reaccionar con fuerza contra esta formación centrada exclusivamente en las carreras profesionales y en el proselitismo en favor del Opus, ya que carece de preocupación social y de ideales cristianos, que en mi opinión han de centrarse en una igualdad de derechos real para todos y, para que esto se produzca, en una atención prioritaria a los desfavorecidos. En el Opus Dei expresamente se afirma que se pretende inundar la sociedad con el espíritu cristiano desde todos los puestos de influencia. Pero no se habla nunca de la opción preferencial por los pobres de la que habla la Iglesia. Se enseña a llegar a la cumbre de las actividades humanas, pero no la sensibilidad con todas las personas, ni con las situaciones de desigualdad.

He de decir que en la cultura del mundo en que nací, en la Iglesia y el franquismo, el control sobre los libros era habitual, y el Opus lo mantiene. La Iglesia había sostenido un Índice de libros prohibidos hasta más o menos el año 1967, año que, debido a una petición del Concilio Vaticano II, Pablo VI lo suprimió. Yo he oído decir al fundador, levantando en alto el índice derecho, que «cuando Pablo VI quitó el Índice, yo puse el mío», todo esto moviendo el dedo de modo que pudiésemos verlo claramente.

En Cavabianca, el seminario internacional en Roma, la praxis habitual del consejo local es a base de reuniones maratonianas en las que se examina despacio el historial de cada persona. Después de esas reuniones el rector, Paulino Busca cuando yo estaba, y el director espiritual del seminario lo saben todo de cada persona aquí, además, con el objetivo de decidir sobre su ordenación como sacerdote. El consejo local por tanto es el que recolecta la información a través de la «confidencia», la charla de conciencia con el director, y luego se constituye en correa de transmisión hacia arriba de la información recolectada. Todo se llega a saber y todo se transmite.

Es decir, en la parte inicial del sistema de control los directores reciben la «confidencia» de los miembros de la Obra; en la sinceridad en esa «confidencia» se insiste constantemente, hay que «ser salvajemente sinceros» en palabras del fundador, de este modo el director lo sabe todo. Para explicar esto voy a incluir el recuerdo de un chaval de diecisiete o dieciocho años, a quien llamaré Julián, que pasó una temporada muy larga de masturbación diaria y que venía igualmente todos los días a hablar conmigo y a contarme lo que había sucedido. Yo hacía cualquier cosa para conseguir animarle y, por ejemplo, muchas veces lo que hacía era leerle una homilía de Escrivá, que de una forma simbólica hablaba de que los cacharros de barro se rompen, pero se pueden arreglar con unas grapas de hierro y vuelven a servir. Esto le animaba algo, pero Julián estaba francamente cansado de su pelea cada día cuando venía a verme, ya que no lograba dejar de masturbarse cada día a pesar de poner con sinceridad todos los medios que se le indicaban: confesarse, hacer oración, mortificación, recibir la comunión, etc. Al final Julián dejó de ser numerario y ahora tiene una familia con la que vive feliz. Hoy puedo decir que ver el sexo de una forma únicamente negativa, en el caso de Julián como caídas y recaídas en el pecado, le impedía dar con una salida positiva y le hacía enfrentarse a un muro que no le era posible saltar.

Hay además otro elemento de control que realiza especialmente el director de cada consejo local: leer las cartas personales que los numerarios reciben. Esto deben hacerlo en todo momento, esté el numerario residiendo en un centro, en un curso de verano o donde se encuentre. Esta lectura es especialmente importante y no debe pasarse nunca por alto en el caso de numerarios jóvenes. Yo he realizado esta función multitud de veces. Es verdad que mientras soy director en España pongo muy poco interés y con mucha frecuencia las pasaba sin abrirlas. Sin embargo, cuando soy nombrado subdirector del Colegio Romano, el rector, Paulino Busca, me insiste para que dedique tiempo a ese trabajo todos los días con las cartas que llegan y me dice que, si no conozco el idioma, como sucede por ejemplo con un numerario chino, la abra con él delante para que me la traduzca.

Se produce un cierto revuelo con mi salida de Valencia, pues ya soy bastante conocido. Muchas personas me llaman y me muestran su apoyo. Evidentemente no se entiende bien mi salida; no se comprende qué razón puede tener el Opus para apartar de su puesto a un sacerdote que está haciendo una labor tan productiva, y esto da lugar a habladurías. Una supernumeraria me comenta que por dos vías diversas le ha llegado el rumor de que mi salida de Valencia está motivada porque me he escapado con una mujer. Esta misma maledicencia me llega a través de otras dos personas sin conexión entre ellas. Ante este tipo de ataques nunca recibo el menor apoyo por parte de las autoridades del Opus, cuando hubiera bastado un simple comentario de respaldo para terminar con esas calumnias propagadas por gente de la Obra.

De este modo percibo que hay mucha distancia entre numerarios y agregados; a esa distancia yo le daría el polvoriento nombre de «diferencia de clase».

Si algo es la religión, si un sacerdote tiene alguna función, es precisamente esa: el descubrimiento y la potenciación de la libertad de cada persona de este mundo. Si no se es libre no se puede amar a Dios; la religión no puede ser opresión ni miedo, solo puede ser libertad.

Yo me lo creo, o al menos lo acepto y me dedico a desarrollar uno de los problemas que me preocupan, el de que en el Opus Dei no se dan amistades reales. Le explico que la amistad precisa compromiso con la otra persona y que en el Opus la lealtad institucional es tan fuerte que no es posible ponerse del lado de la otra persona. Concreto mis ideas en lo que respecta a los sacerdotes, y argumento que esa falta de compromiso con las personas les lleva a distanciarse de la realidad en la que viven. Pongo un ejemplo real: un sacerdote que confiesa todas las semanas a una supernumeraria y que, desde luego, no se olvida de preguntarle si reza el rosario, lleva un año entero sin preguntarle por un hijo drogadicto, aunque conoce la situación, que supone un gran sufrimiento para esa persona.

Además de la tertulia, Antonio Ruiz-Retegui y yo hablamos mucho. Él se ha plantado ante los directores con motivo de una instrucción que se da a todos los sacerdotes. Se trata de lo siguiente: si durante la confesión un sacerdote oye algo que le parece importante y que la persona no ha contado a los directores, debe hacer que esa información llegue a estos y, para ello, tiene dos opciones; la primera es decirle a esa persona que le cuente eso mismo fuera de la confesión, pues al decirlo fuera de la confesión se sobreentiende que ya forma parte de la dirección espiritual habitual y que el sacerdote tiene, por tanto, manos libres para comunicarlo a sus superiores. El segundo modo es decirle: «cuéntaselo al director». En este caso el sacerdote debe verificar si la persona ha hablado con el director, por lo que a la siguiente confesión se le vuelve a preguntar y se le amonesta si es necesario, acudiendo a algo como: «díselo al director para que ponga los medios para superar el problema». En una tercera ocasión se le puede decir: «si no lo dices no tienes propósito de enmienda y no voy a poder seguir dándote la absolución de la confesión». La presión sobre una persona de buena fe, que abre su conciencia en la confesión, es tremenda, y en mi opinión hay una violación material —cuya formalización intenta evitarse a toda costa— del sigilo de la confesión, la obligación que tiene el sacerdote de no comunicar nada del contenido de las confesiones que recibe y que tiene previstas penas canónicas.

Aquel mismo septiembre, una tarde que hemos quedado, me comunican que Antonio ha sufrido un ictus cerebral y que está ingresado en el Hospital de La Paz. Durante quince días lucha entre la vida y la muerte y fallece. Su cuñado, médico de ese mismo hospital, me dice: ha fallecido a causa de la tensión personal que sufría.

Mi carta al Prelado dice que estar en la calle de verdad implica vivir en libertad, lo que es incompatible con la existencia misma de esa cantidad de normas. Su mera existencia acerca al Opus a los religiosos, contra la idea misma de la Prelatura, que busca que los miembros sigan siendo fieles corrientes. Además, en los religiosos el apartamiento del mundo, el alejamiento de la calle, es algo conscientemente asumido, mientras que en el Opus seguir defendiendo que se está en medio de la calle y mantener todos esos «criterios» origina en las personas una esquizofrenia difícil de asimilar. En resumen, en el Opus no se forman personas autónomas sino, como diría Hegel, heterónomas, y que son reguladas desde fuera.

El guion llega a mis manos en octubre. Es tremendo. Niega expresamente todos los puntos que hemos hablado. En concreto, establece que quien recibe la dirección espiritual debe comunicar a los Directores de la Obra todo lo que sea relevante para el gobierno. Es decir, confirma lo que se hace: lo que se cuenta en la «confidencia» de la dirección espiritual se utiliza para tomar decisiones de gobierno, algo que está estrictamente prohibido en la Iglesia desde el decreto Quemadmodum de León XIII en 1890. Me quedo anonadado y escribo ocho folios a Rafael Salvador con mi opinión particularizada y razonada sobre el tema.

Si dos importantes cardenales, con cargos afectados por la situación, no pueden hacer nada, ¿quién puede hacer algo? Hacía tiempo que estaba claro que no tenía salida en el Opus, y ahora constato que tampoco la tengo en la Iglesia. En ese momento compruebo que yo tampoco puedo hacer más, no puedo seguir actuando como sacerdote en una situación en la que no se respeta institucionalmente la dirección espiritual. Ser libre en las conversaciones que tenga con los fieles y otros religiosos es esencial para un sacerdote. Decido, al fin, irme a casa de mi madre. Desde luego no es una decisión precipitada, sino que debería haberla tomado hace tiempo, pero he vuelto a intentarlo una vez y otra, consiguiendo solamente llegar a este momento exhausto espiritual y emocionalmente. Los tres últimos años, ya sin trabajo, chupando la pared, sin esperanzas y con los directores presionando, suponen un excesivo desgaste. Ahora pienso que si lo hubiese hecho dos años antes las cosas habrían sido de otro modo, pero eso habría supuesto que daba por perdida la posibilidad de un diálogo real en una institución de la Iglesia, y que permitía que se violasen los derechos a la intimidad y a la libertad de conciencia. Necesitaba hacer llevar a cabo esa lucha porque había oído y visto a muchas personas sufrir por no sentirse respetadas en su conciencia. Así acaban tres años durísimos que no les deseo a nadie, ni siquiera a los que a conciencia me mantuvieron en esa situación.

Lloro también la inmensa soledad descubierta, pues me veo con cuarenta y cinco años y solo en la vida. Esto representa una dolorosísima toma de conciencia. La sensación de seguridad dentro de estructuras pretendidamente eternas es enorme, una jaula muy sólida que te mantiene al abrigo de todo. El precio es la libertad y yo he optado por salir y me he quedado a la intemperie, sin ni siquiera un chamizo en el que refugiarme. A los animales salvajes que han estado mucho tiempo enjaulados les cuesta mucho adaptarse de nuevo a vivir libres, y a veces ni siquiera son capaces de hacerlo. Esto es lo que describe mi situación en este momento: he salido de la jaula y la seguridad se desvanece como un espejismo en la carretera; todo parece ser una pesadilla que ha durado demasiados años.

En ese juicio canónico yo no he tenido participación, ni abogado, ni posibilidad de ver las actas, ni siquiera sé la causa que el Opus ha alegado para pedir la dispensa, pueden haber alegado que soy un borracho o que he dado escándalo con una mujer, no lo sé. Me parece una violación clarísima del derecho a la defensa, de la independencia del juez y de casi todos los principios jurídicos que conozco. Sin embargo en este momento todo esto me da exactamente igual, pues solo quiero dejarlos atrás.

That's the way it always starts. By the third day of the convention, half of the delegates were having whispered conversations about which of the others were agents of the Knights of Malta or Opus Dei. There was even a rumor (I couldn't get it confirmed) that some of the delegates hired food tasters, gaunt pitiful children from the slums of Naples, even when they traveled to the other end of town for a sandwich.

In May, Supreme Court Justice Antonin Scalia was the main speaker at a fundraiser event for the new numerary residence that Opus Dei was building in Reston, Virginia.

Over the coming months, a feeding frenzy ensued, with pieces in the Chicago Tribune and Newsday, and on National Public Radio giving voice to former members willing to talk about its abusive practices. CNN aired a segment on Opus Dei as part of a series it was doing on secret societies, with host Anderson Cooper hearing from a former numerary assistant who talked about the “cult-like” practices of life within the prelature. To make matters worse, Sony Pictures acquired the rights to turn the book into a film. Bohlin wrote an angry letter, demanding a meeting with the studio’s head of motion pictures and requesting that the name of Opus Dei not be used. The request fell on deaf ears.

The refusal of Opus Dei to talk to Del Valle relit his longstanding hatred toward the religious order. As a young man he had been a member in Mexico but left under mysterious circumstances. Years later, he had joined the Legionaries of Christ, a movement set up in the late 1950s by Marcial Maciel, a Mexican priest who was later revealed to have been a long-time drug addict who had sexually abused the boys and young men in his care.

If Francis dies before real reform happens—and if his successor proves unwilling or unable to carry on his initiative—then Opus Dei will emerge from its near-death experience invigorated and defiant. Revitalized, backed by its army of donors, the movement will plow forward with its plans to re-Christianize the planet, whether that’s what people want or not. Gay marriage, secular education, scientific research, and the arts will fast become its next targets. Given its supporters’ unexpected victory over abortion, it’s quite possible that Opus Dei and its sympathizers could mastermind equally devastating victories in those areas.

Banco Popular helped to finance a global network of so-called vocational schools that targeted young women, many of them still children, from poor backgrounds and coerced them into a life of servitude for Opus Dei. Many were trafficked around the world to meet the needs of the movement. Robert Wilkinson / Alamy

One Popular board member even learned that Del Valle had been overheard talking about his investment in the bank as part of a much larger plan to join the forces of Opus Dei and Legionaries of Christ, in a move that would restore the tarnished religious movement to prominence.

The financial troubles were bad enough, but Saracho soon discovered he had another, even more unexpected problem to deal with. The board—the people he needed to support his efforts to turn around the bank—seemed oddly divided into two rival Catholic sects. After almost forty years of dealing with companies of all sizes, from every corner of the world, he had never before seen anything like it. He had walked into of the middle of a religious turf war—Opus Dei versus the Legionaries of Christ.

The current Bishop Prelate of Opus Dei caused a huge outcry in 1997, when he asserted that 90% of disabled children, according to 'scientific research', were born to couples who had 'not entered into marriage in a pure state', and were thus paying for the sinfulness of their parents.

The Church has not built up the “Opus Dei” for the pleasure of forming beautiful symbols, choice language, and graceful, stately gestures, but she has done it—in so far as it is not completely devoted to the worship of God—for the sake of our desperate spiritual need. It is to give expression to the events of the Christian’s inner life: the assimilation, through the Holy Ghost, of the life of the creature to the life of God in Christ; the actual and genuine rebirth of the creature into a new existence; the development and nourishment of this life, its stretching forth from God in the Blessed Sacrament and the means of grace, towards God in prayer and sacrifice; and all this in the continual mystic renewal of Christ’s life in the course of the ecclesiastical year. The fulfillment of all these processes by the set forms of language, gesture, and instruments, their revelation, teaching, accomplishment and acceptance by the faithful, together constitute the liturgy. We see, then, that it is primarily concerned with reality, with the approach of a real creature to a real God, and with the profoundly real and serious matter of redemption. There is here no question of creating beauty, but of finding salvation for sin-stricken humanity. Here truth is at stake, and the fate of the soul, and real—yes, ultimately the only real—life. All this it is which must be revealed, expressed, sought after, found, and imparted by every possible means and method; and when this is accomplished, lo! it is turned into beauty.

Malo como dominico, falso como jesuita, calculador como arpía del Opus Dei.

Por más querido, amable, cordial y ecuánime que sea un sujeto, si en una reunión del Opus Dei apoya públicamente las relaciones prematrimoniales, perderá de inmediato el “don de gentes”, además de sus credenciales. Entonces, como los humanos somos susceptibles de ofendernos con facilidad, al menos en cuestiones de principios, la honestidad comunicativa creará incomodidad, así se utilice en pequeñas dosis.

Në oqeanin njerzorë Jashta njerëzve që sot takova në Luzern Skaj lumit Rojs,e ishte ditë pazari Tjetër soj njeriut nuk besoj se ka Mes tyne takova kirurgë,astronomë Sharlatana e priftën,magjypë e astrologë, Cinik,sarkastik,satrap e Ku-Klux-Klan, Kriminela e shënjtën,bigot e narkoman, Camorra,Opus Dei e taliban, Tepër shumë asish të dënjë për St. Urban* Mes tyne edhe unë,nji rreshqanor kuptues I pajisun me cogito,me nji homunkulus, Zegjin me vademekum,rezil me vadetekum, Një pikë uji që ka esencën e individit Këtu mes morisë në Oqeanin Njerzorë. *Shënim : St.Urban-i është spital psikiatrik në Zvicër.

God instituted sacrifice not for His own sake but for our sake. The sacrificial law is a means to God's glorious end: it disciplines His people, focusing their attention on worship, gratitude, sorrow for sin, the need for purity, and the necessity of renouncing everything in order to cling to God.

Thus, far from thinking that works produced by man's own talent and energy are in opposition to God's power, and that the rational creature exists as a kind of rival to the Creator, Christians are convinced that the triumphs of the human race are a sign of God's grace and the flowering of His own mysterious design.

Thus, there is a hidden grandeur in the most ordinary things. St. Josemaria saw this, and he had little patience for those would-be saints with romantic inclinations who saw ordinary life as merely an obstacle to true greatness.

One corporate executive faced this spiritual crisis and went on a pilgrimage to Calcutta, India, to seek the advice of Mother Teresa. She spoke sharply with him. She told him to go back home to Wisconsin and be a good CEO so that his company might prosper and keep many people gainfully employed. “Bloom where you're planted,” she told him, so that in Milwaukee the Missionaries of Charity would never find “the poorest of the poor.

Josemaria, in his life and ministry, showed that it is possible for Catholics to have both a priestly soul and a lay mentality. It is possible for both priests and laypeople. He revered the work of religious orders; and their saints, such as St. Ignatius Loyola and St. Therese of Lisieux, had no small influence on his spirituality. For many years his spiritual director was a Jesuit, and the founder trained the first members of Opus Dei with St. Therese's Story of a Soul. We can hear echoes of St. Ignatius's phrase “contemplatives in action” in St. Josemaria's “contemplatives in the middle of the world.” We can hear echoes of St. Therese's “Little Way” in the founder's own emphasis on “little things.” Still, by divine disposition, his ways were distinctively not their ways.

Nevertheless, secularity, like any good thing, can be overdone. In our zeal to laicize our piety, we shouldn't leave people guessing whether we're Christians. That would be every bit as unnatural as wearing a monk's habit over one's work clothes. Our secularity should never lapse into secularism.

the heart of Opus Dei is the Christian experience of divine filiation. God is our Father. We are His children in Christ Jesus, the eternal Son; thus, gathered together around His table, the Church is the family of God on earth, as the Trinity is the Family of God in heaven.

We would have a poor idea of marriage and of human affection if we were to think that love and joy come to an end when faced with such difficulties. It is precisely then that our true sentiments come to the surface. Then the tenderness of a person's gift of himself takes root and shows itself in a true and profound affection that is stronger than death.

Through Malachi, God chastises them for “thinking that the Lord's table may be despised” (Malachi 1:7). That's strong language, but it rings true. A man who insists that he loves his wife while he lavishes the finest gifts upon his mistress does not truly love his wife.

Driven by petty ambition, we serve only ourselves. St. Josemaria put it well: “Those who are ‘ambitious,’ with small, personal, miserable ambitions, cannot understand that the friends of God should seek to achieve something through a spirit of service and without such'ambition.' “ We should never confuse Christian humility and modesty with a will to underachieve.

The little things we do are the building blocks of the big things God has planned, in our lives, in history, and in the spinning out of the cosmos. Indeed, little things matter so much to us because they matter so much to God. That is the plain meaning of Jesus's parable of the talents (Matthew 25:14—31)—a parable of ambition. Twice in that parable Jesus portrays the master (representing God) as saying, “Well done, good and faithful servant; you have been faithful over a little, I will set you over much; enter into the joy of your master.

Spreading the love of Jesus Christ is a duty of all Christians. We can't keep our faith unless we give it away.

The second-century Letter to Diognetus put it beautifully: “As the soul is in the body, so Christians are in the world. The soul is dispersed through all the members of the body, and Christians are scattered through all the cities of the world…. The invisible soul is guarded by the visible body, and Christians are known indeed to be in the world, but their godliness remains invisible.

San Josemaría fomentaba un clima vital abierto, en el que cada uno pudiera manifestarse sencillamente como era, y en el que se respetaran las opiniones de unos y otros. Detestaba la tiranía, «porque es contraria a la dignidad de la persona humana»

Presentaba las proyecciones de su personalidad y de su ego como manifestaciones de la voluntad divina, tan convencido. ¡Venga a producir más y más voluntad de Dios! El pobre Moisés sólo logró unos rudimentarios grabados en piedra. San Alberto una regla para los carmelitas, que ocupa página y media. San Francisco de Sales unas constituciones un poco más extensas.

Yet even more than He made man and woman for the sake of work, He made work for the sake of man and woman— because only through work could they become truly godlike. It's

And on the seventh day God finished His work … and He rested … from all His work which He had done” (Genesis 2:2). Thus, work itself is something divine, something God Himself does. So

Wrong. Christ was not our substitute but our representative, and since His saving passion was representative, it doesn't exempt us from suffering but rather endows our suffering with divine power and redemptive value.

God is the eternal Father of Jesus Christ. And God is Father of those who live in Jesus Christ, through baptism.

Modern covenant research, however, showed me something entirely different. An ancient covenant was more than a contract. It was the means by which two unrelated parties struck a family bond. They became siblings, spouses, or parent and child. Marriage was a covenant; adoption was a covenant. With His covenant, then, God was not just laying down a law. He was raising up a family. The inevitable consequence of covenant is divine filiation.

Isn't it true,” St. Josemaria once said, “that you have seen the need to become a soul of prayer, to reach an intimacy with God that leads to divinization? Such is the Christian faith as always understood by souls of prayer.” And as if to prove the “always” part, he goes on to quote St. Clement of Alexandria, who wrote around the year 203 A.D.: “A man becomes God, because he loves whatever God loves.

Our identification with Christ is a permanent thing; our communion with Christ is as constant as the state of grace in our souls. You and I are the Church; that is our

Penetration was unnecessary, he explained, because the Church was already there—in Catholics who were busy at their work. He told an interviewer: “I hope the time will come when the phrase ‘the Catholics are penetrating all sectors of society’ will go out of circulation because everyone will have realized that it is a clerical expression…. [They] have no need to ‘penetrate’ the temporal sector for the simple reason that they are ordinary citizens, the same as their fellow citizens, and so they are there already.

Opus Dei's authority extends only to the personal spiritual formation of its members.

Thus, the founder of Opus Dei, though he was a priest, did not seek to gather power to the clergy. In fact, he wanted the Catholic laity to discover their own dignity and assume the responsibilities that came with baptism.

The two-tiered spirituality created an artificial separation between the clergy and the laity—and thus between the Church and the world.

In 1965, in the Council's “Decree on the Ministry and Life of Priests” (Pres-byterorum ordinis, 10), the Church proposed a new institutional form, called the “personal prelature.” Such an institution could accommodate both clergy and lay members cooperating to accomplish specific pastoral tasks.

St. Josemaria diagnosed this tendency to overwork as a sickness of the spirit. That was before the word “workaholism” was coined. St. Josemaria called the condition “professionalitis”— suggesting a corruption of something good.

St. Augustine once defined peace as “tranquility in order “The plan of life is what finally imposed a spiritual order on my ordinary days. And that order was the necessary precondition of peace.

In effect, as attorney general, Barr, a leading figure in the newly emergent Catholic right—with its ties to Opus Dei, a mysterious fringe sect with roots in fascist Spain—was bringing in a new strain of religious authoritarianism and theocratic nationalism to join forces with Trumpism on their way to collision after collision with the US Constitution. All this in a world of decadence and depravity tied to figures like Jeffrey Epstein and Ghislaine Maxwell, whose pedophile operation trafficked in underage girls as young as eleven, and also had links to Russian intelligence.

qui te creavit sine te, non te iustificat sine te

Despabílate amor Bonjour buon giorno guten morgen despabílate amor y toma nota sólo en el tercer mundo mueren cuarenta mil niños por día en el plácido cielo despejado flotan los bombarderos y los buitres cuatro millones tienen sida la codicia depila la amazonia buenos días good morning despabílate en los ordenadores de la abuela onu no caben más cadáveres de ruanda los fundamentalistas degüellan a extranjeros predica el papa contra los condones havelange estrangula a maradona bonjour monsieur le maire forza italia buon giorno guten morgen ernst junger opus dei buenos días good morning hiroshima despabílate amor que el horror amanece

Los cristianos no se distinguen de los demás hombres, ni por el lugar en que viven, ni por su lenguaje, ni por sus costumbres. Ellos, en efecto, no tienen ciudades propias, ni utilizan un hablar insólito, ni llevan un género de vida distinto. Su sistema doctrinal no ha sido inventado gracias al talento y especulación de hombres estudiosos, ni profesan, como otros, una enseñanza basada en autoridad de hombres. Viven en ciudades griegas y bárbaras, según les cupo en suerte, siguen las costumbres de los habitantes del país, tanto en el vestir como en todo su estilo de vida y, sin embargo, dan muestras de un tenor de vida admirable y, a juicio de todos, increíble. (…) Igual que todos, se casan y engendran hijos, pero no se deshacen de los hijos que conciben. Tienen la mesa en común, pero no el lecho (…) Para decirlo en pocas palabras: los cristianos son en el mundo lo que el alma es en el cuerpo[14

La fuerza y la originalidad con que el fundador del Opus Dei afirma este primado en el orden sobrenatural, es quizá solo comparable a la fuerza y originalidad con que santo Tomás de Aquino había afirmado este primado en el orden natural»[5]

En alguna oportunidad, san Juan Pablo II comentó que las palabras de la Escritura que él prefería eran las contenidas en el Evangelio de san Juan, «La verdad os hará libres» (Jn 8, 31). San Josemaría, al referirse a ellas, escribe: «¿Qué verdad es esta, que inicia y consuma en toda nuestra vida el camino de la libertad? Os la resumiré, con la alegría y con la certeza que provienen de la relación entre Dios y sus criaturas: saber que hemos salido de las manos de Dios, que somos objeto de la predilección de la Trinidad Beatísima, que somos hijos de tan gran Padre. Yo pido a mi Señor que nos decidamos a darnos cuenta de eso, a saborearlo día a día: así obraremos como personas libres. No lo olvidéis: el que no se sabe hijo de Dios, desconoce su verdad más íntima, y carece en su actuación del dominio y del señorío propios de los que aman al Señor por encima de todas las cosas»[7].

Es el ejemplo que nos ha dejado Jesús: toda su vida en la tierra es un entregarse continuo, hasta llegar al don completo de la Cruz: «Yo doy la vida para tomarla de nuevo. Nadie me la quita, sino que yo la doy libremente» (Jn 10, 17-18). Karl Adam comenta estas palabras del Señor, sosteniendo que «jamás, en ningún lugar de la tierra, ha acaecido algo tan íntimamente libre, tan completamente voluntad y obra propia como la obra de Jesús en el Gólgota»

contrario. Francisco lo que está queriendo hacer –según pareciera– es lograr que la prelatura personal funcione según el espíritu del Vaticano II y de su naturaleza jurídica según el Código de Derecho Canónico, que nada tiene que ver con acoger un régimen plagado de prácticas religioso-conventuales (aplicado a clérigos y laicos por igual, como es el régimen vocacional del Opus Dei) sino con la redistribución del clero, a cuya estructura se asocian unos laicos mediante acuerdos de cooperación.

Esa es la forma jurídica que eligió A. del Portillo y que supuestamente quería Escrivá, según decía el mismo del Portillo. No es algo que le impusieron al Opus Dei desde arriba. Lo paradójico es que terminaron eligieron su propia horca: al querer pasarse de listillos, el cardenal Ratzinger los frenó a tiempo[533], para que no saliera la prelatura personal "cum proprio populo" sino sin su pueblo[534],  pues de lo contrario «el Opus Dei habría podido tener jurisdicción sobre los propios fieles sustrayéndoles por tanto a la autoridad diocesana con una extensión cada vez más amplia a medida que aumentaba su proselitismo y crecía el número de los que entraban en sus filas»[535] Terminó quedando una forma jurídica en la cual no se podía contener todo lo que implicaba el Opus Dei de acuerdo a lo que quería imponer su fundador (sobre los laicos y clérigos), al contrario, lo vaciaba de sentido, le dejaba un esqueleto, un armazón sin contenido.

La principal característica del Opus Dei no son unas técnicas o métodos de apostolado, ni unas estructuras determinadas, sino un espíritu que lleva precisamente a santificar el trabajo ordinario (Conversaciones, núm. 72).

It would be more accurate to say that human fatherhood is metaphorical, a temporal sign of an eternal reality. God's fatherhood is true fatherhood in the truest sense.

Por eso he entendido muy bien aquel amor tan humano y tan divino de Teresa del Niño Jesús, que se conmueve cuando por las páginas de un libro asoma una estampa con la mano herida del Redentor. También a mí me han sucedido cosas de este estilo, que me removieron y me llevaron a la comunión diaria, a la purificación, a la confesión... y a la penitencia

Por eso, invitaba a rezar con paz: «Estoy plenamente seguro de que Tú, Señor, como en otros tiempos has impulsado otras empresas, quieres ahora esta Obra. Estoy también íntimamente persuadido de que tu voluntad es que te sirva en ella. Cumpliendo esa voluntad, ¿qué me importa todo lo demás?»

When I blessed those three … I saw three hundred, three hundred thousand, thirty million, three billion … white, black, yellow, of all the colors, all the combinations that human love can produce.

it is God Himself who made this possible, by assuming human flesh in Jesus Christ. In doing so, He humanized His divinity, but He also divinized humanity, and thus He sanctified—made holy—everything that fills up a human life: friendship, meals, family, travel, study, and work.

ahora, Dios mío, junto a la herida humeante de tu pecho; quiero pensar junto a ella en todos mis hijos, en todos los que ahora son miembros vivos de este Cuerpo vivo de tu Obra. Nombrándolos, consideraré sus cualidades, sus virtudes, sus defectos, y luego te suplicaré, empujándolos hacia Ti, uno a uno: “¡Adentro!”. Los meteré dentro de tu Corazón.

Sin dejar de poner los pies en la tierra, insistía en que llegarían tiempos de bonanza: «La Obra...; ¿qué es ahora la Obra? Apenas hay nada visible; es verdaderamente el grano de mostaza. Unos pocos hombres, sin prestigio, sin posición económica, sin experiencia, al comienzo de sus vidas casi todos ellos. Pero nosotros sabemos que este grano de mostaza dará lugar en el campo sobrenatural de la Iglesia a un arbusto que cubrirá todo el mundo con su tallo, con sus raíces, con sus ramas, y en el cual buscarán asilo muchas aves viajeras»

«Señor, Tú sostienes en mí la esperanza. Por Ti creo en el porvenir de esta Obra tuya y, concretamente, espero que darás perseverancia a todos mis hijos, de modo que cuando nos reunamos podamos

cantar todos un Te Deum de acción de gracias por esta perseverancia y, quizá, por haber permitido que no solamente perseveren, sino que contagien su ardor a otros»[239].

Así te veo, Madre bendita, que, cuando luchamos por servir a Dios, vienes a animarnos a lo largo de esta jornada... A través de tus manos, nos llegan todas las gracias

En un artículo publicado por el entonces cardenal Ratzinger en torno a su canonización, escribía: «De Moisés se dice en el libro del Éxodo (33,11) que Dios hablaba con él “cara a cara, como un amigo habla con un amigo”. Me parece que, si bien el velo de la discreción esconde algunas pequeñas señales, hay fundamento suficiente para poder aplicar muy bien a Josemaría Escrivá eso de “hablar como un amigo habla con un amigo”, que abre las puertas del mundo para que Dios pueda hacerse presente, obrar y transformar todo». Y añadía: «Ser santo no es otra cosa que hablar con Dios como un amigo habla con el amigo. Esto es la santidad»

Poate că omul este rău din fire și genele sale, cu trecerea secolelor, s-au modificat în ceva și mai rău...

Toți cei care suferă de complexe de inferioritate au nevoie să se acopere cu autoritarism și să se apere prin amenințare și teroare, dar când cineva ridică vocea și le ține piept, sunt făcuți knock-out, neștiind cum să reacționeze.

Las numerarias sirvientes eran una novedad en el Opus Dei.68Escrivá había tomado juramento a las primeras en una ceremonia a las afueras de Madrid solo un año antes, creando así una nueva clase de miembros que se distinguían de los numerarios y numerarias, los cuales solían ser personas cultas y de familias acomodadas. Por el contrario, las numerarias sirvientes eran mujeres sin estudios y procedentes de familias pobres empleadas como personal doméstico en las diversas residencias del Opus Dei y reclutadas paulatinamente por numerarios superiores

La nueva categoría también era una astuta jugada comercial; como otros numerarios, se esperaba que las sirvientes entregaran su paga al Opus Dei, lo cual significaba que el movimiento ahora contaba con equipos de mujeres que cocinaban, limpiaban y servían en sus residencias gratuitamente. Una numeraria que ayudó a reclutar y formar a varias sirvientes confesó más tarde que el sistema permitía al Opus mantener el nivel de un hotel de lujo para sus miembros a través de un trabajo barato o incluso semiesclavo.69Escrivá se deleitaba en la brillantez de la idea.

76Al igual que hizo con Tapia, Escrivá probablemente amenazó con utilizar su influencia en el régimen franquista y en el mundo empresarial español para hacerle la vida imposible si desobedecía. Pronto le siguieron otros peces gordos. Raimon Panikkar, un sacerdote que había reclutado a cientos de jóvenes en la residencia de estudiantes de Moncloa, también abandonó. Cuando Miguel Fisac, uno de los primeros discípulos de Escrivá, perdió a su hija de seis años a causa de una vacuna contra la polio, recibió la visita de dos sacerdotes del Opus Dei que le dijeron que la muerte de su hija era un castigo de Dios por abandonar la Obra.77