No Juzgues Quotes

We've searched our database for all the quotes and captions related to No Juzgues. Here they are! All 56 of them:

No pelees, no discutas, no juzgues, deja que el silencio hable por sí solo.
Omran Omais
No juzgues si no quieres ser juzgado
Dale Carnegie (How to Win Friends and Influence People)
No juzgues a alguien con una enfermedad distinta. No esperes que nadie sea perfecto. No pienses que tú lo eres
Gauranga Das Prabhu
Oh, podrás pensar que no soy bonito, pero no juzgues por lo que ves. Me comeré a mí mismo si puedes encontrar un sombrero más inteligente que yo. Puedes tener bombines negros, sombreros altos y elegantes. Pero yo soy el Sombrero Seleccionador de Hogwarts y puedo superar a todos. No hay nada escondido en tu cabeza que el Sombrero Seleccionador no pueda ver. Así que pruébame y te diré dónde debes estar. Puedes pertenecer a Gryffindor, donde habitan los valientes. Su osadía, temple y caballerosidad ponen aparte a los de Gryffindor. Puedes pertenecer a Hufflepuff, donde son justos y leales. Esos perseverantes Hufflepuff de verdad no temen el trabajo pesado. O tal vez a la antigua sabiduría de Ravenclaw, si tienes una mente dispuesta, porque los de inteligencia y erudición siempre encontrarán allí a sus semejantes. O tal vez en Slytherin harás tus verdaderos amigos. Esa gente astuta utiliza cualquier medio para lograr sus fines. ¡Así que pruébame! ¡No tengas miedo! ¡Y no recibirás una bofetada! Estás en buenas manos (aunque yo no las tenga). Porque soy el Sombrero Pensante.
J.K. Rowling (Harry Potter and the Sorcerer's Stone (Harry Potter, #1))
No me juzgues, sino considérame simplemente como un ser que siente a veces que la copa desborda.
Anne Frank (Diario (Colección Sepan Cuantos: 654))
Si algo he aprendido en esta Isla es que cuando alguien juzgue mi camino lo mejor que puedo hacer es prestarle mis zapatos, ahí los tienes. —Cerró la ventanilla, arrancó y se fue.
Eloy Moreno (El regalo)
No juzgues, pues, que alguno ha vivido mucho tiempo por verle con canas y con arrugas; que aunque ha estado mucho tiempo en el mundo, no ha vivido mucho. ¿Dirás tú, por ventura, que navegó mucho aquel que habiendo salido del puerto le trajo la cruel tempestad de una parte a otra, y forzado de la furia de encontrados vientos, anduvo dando bordos en un mismo paraje?
Miguel de Cervantes Saavedra (50 Obras Maestras Que Debes Leer Antes De Morir: Vol. 3)
A veces buscas ese punto de alguien que no te juzgue porque no te conoce «desde hace años». Y entablas una relación más pura, como diciendo «empezamos de cero», sin tener prejuicios de nada. Contame tu vida y yo te cuento mi vida.
Juan Manuel López (La luz de Miki Roqué: La admirable historia de un ganador en su lucha contra el cáncer (Indicios no ficción) (Spanish Edition))
El mejor remedio para la ira es el tiempo. No le pidas al principio que perdone, sino que juzgue; si espera, se disipa. No trates de comprimirla de un solo golpe; su primer arrebato es demasiado enérgico; pero se la vence por completo si se le ataca por partes.
Seneca (On Anger)
No juzgues sin entender En los días en que un helado costaba mucho menos, un niño de 10 años entró en un establecimiento y se sentó a una mesa. La mesera puso un vaso de agua en frente de él. - ¿Cuánto cuesta un helado de chocolate con cacahuates? preguntó el niño. - Cincuenta centavos, respondió la mesera. El niño saco su mano de su bolsillo y examinó un número de monedas. - ¿Cuánto cuesta un helado solo?, volvió a preguntar. (En ese momento había algunas personas que estaban esperando por una mesa y la mesera ya estaba un poco impaciente). - Treinta y cinco centavos, dijo ella bruscamente.  El niño volvió a contar las monedas. - Quiero el helado solo, dijo el niño. La mesera le trajo el helado, puso la cuenta en la mesa y se fue. El niño terminó el helado, pagó en la caja y se fue. Cuando la mesera volvió, ella empezó a limpiar la mesa y entonces le costó tragar saliva con lo que vio... Allí, puesto ordenadamente junto al plato vacío, había veinticinco centavos... ¡Su propina! El consejo de la historia: ¡Jamás juzgues a alguien solo por las apariencias! y ¡siempre considera que aquellos a quienes sirves pueden darte una sorpresa! Recuerda: La manera más efectiva de encantar al público es a través de una historia
Yudis Lonzoy (Las 45 Leyes del Seductor en la Vida y los Negocios: Estrategias y Tácticas Irrefutables para Mejorar tu Influencia (Spanish Edition))
Es absolutamente precisa la guarda y conservación del propio carácter, el cultivo de las buenas cualidades que poseemos (...). De nada sirve obrar en desacuerdo con la naturaleza y perseguir objetivos que nos son inaccesibles. (...) Nada es más conveniente que obrar siempre en consonancia con el propio carácter, y esto no se puede alcanzar si, imitando el carácter de los demás, renunciamos al propio. (...) Que cada persona conozca bien su propia índole y juzgue con rigor lo que tiene de bueno y de malo. (...)
Marcus Tullius Cicero
Mi Vida es un exquisito secreto […] No concebiré hijos de la carne –pero conozco un sagrado Consuelo. Dios me ha dispuesto para la Concepción de una especie diferente. Mis hijos son de la Mente –mi Gestación es perpetua–, mi Éxtasis es del alma. Doy la bienvenida a las jubilosas labores que separan al poema de su creador; como Partera, ¡sólo lo divino! Que las épocas tomen la medida de la Fecundidad, y que el Futuro juzgue si esta elección –si lo es– fue acertada. Yo le explicaría estas Cosas a mi Padre –si pudiera– pidiéndole paciencia por la Cosecha”.
Emily Dickinson (Cartas de Emily Dickinson: un campo minado (Pequeños Grandes Ensayos) (Spanish Edition))
A mis niños, Feliz Navidad. Lo siento si estas cartas los han tomado a ambos por sorpresa. Es sólo que hay tantas cosas más que tengo que decir. Sé que pensabas que estaba hecha para dar consejos, pero no podía irme sin reiterar algunas cosas por escrito. Puedes no estar relacionada con estas cosas ahora, pero algún día lo estarás. No era capaz de estar ahí para siempre, pero espero que mis palabras puedan. -No dejes de hacer basaña. La basaña es buena. Espera hasta un día cuando no existan malas noticias, y hornea una maldita basaña. -Encuentra un equilibrio entre la cabeza y el corazón. Espero que hayas encontrado eso, Lake, y puedas ayudar a Kel a resolverlo cuando llegue a ese punto. -Presiona tus límites, para eso están. -Estoy robando este fragmento de tu banda favorita, Lake. “Recuerda siempre que no hay nada que valga la pena compartir, como el amor que nos deja compartir nuestro nombre.” -No tomes la vida tan en serio. Dale un puñetazo en la cara cuando necesite un buen golpe. Ríete de eso. -Y ríe mucho. Nunca pases un día sin reír al menos una vez. -Nunca juzgues a otros. Ambos saben muy bien cómo acontecimientos inesperados pueden cambiar lo que una persona es. Siempre ten eso en mente. Nunca se sabe lo que otra persona está experimentando en su propia vida. -Cuestiona todo. Tu amor, tu religión, tus pasiones. Si no tienes preguntas, nunca encontraras respuestas. -Acepta. De todo. Las diferencias de las personas, sus semejanzas, sus elecciones, sus personalidades. A veces se necesita una variedad para hacer una buena colección. Lo mismo va para las personas. -Escoge tus batallas, pero no elijas muchas. -Mantén una mente abierta; es la única manera en que cosas nuevas pueden entrar. -Y por último, pero no menos importante, ni un poquito menos importante. Nunca te arrepientas. Gracias a los dos por haberme dado los mejores años de mi vida. Especialmente el último. Con amor, Mamá.
Colleen Hoover (Slammed (Slammed, #1))
Nunca juzgues útil para ti mismo lo que tal vez te obligue algún día a quebrantar la palabra dada, a renunciar al pudor, a odiar; recelar, imprecar, disimular, desear lo que sólo puede hacerse a puertas cerradas y tras las cortinas. El hombre que a todo antepusiere su inteligencia, su genio interior y los misterios del culto debido a la gloria de éste, ese hombre no representará una tragedia, no se entregará al llanto, prescindirá de la soledad como de la muchedumbre; y, lo que es más, vivirá sin aprestarse y sin huir de la muerte. No se inquietará por gozar, durante un intervalo más o menos largo de tiempo, de este soplo que rodea su cuerpo. Que, aunque conviniere desprenderse de él al mismo punto, marchará tan ágilmente como haría en cualquiera otra de las funciones de la vida, moderada y decorosamente. La sola cosa que procura durante toda su vida es preservar su inteligencia de una deformación contraria a la naturaleza de un ser inteligente y sociable.
Marcus Aurelius (Meditaciones (Meditations - Spanish Edition))
7. Nunca juzgues útil para ti mismo lo que tal vez te obligue algún día a quebrantar la palabra dada, a renunciar al pudor, a odiar; recelar, imprecar, disimular, desear lo que sólo puede hacerse a puertas cerradas y tras las cortinas. El hombre que a todo antepusiere su inteligencia, su genio interior y los misterios del culto debido a la gloria de éste, ese hombre no representará una tragedia, no se entregará al llanto, prescindirá de la soledad como de la muchedumbre; y, lo que es más, vivirá sin aprestarse y sin huir de la muerte. No se inquietará por gozar, durante un intervalo más o menos largo de tiempo, de este soplo que rodea su cuerpo. Que, aunque conviniere desprenderse de él al mismo punto, marchará tan ágilmente como haría en cualquiera otra de las funciones de la vida, moderada y decorosamente. La sola cosa que procura durante toda su vida es preservar su inteligencia de una deformación contraria a la naturaleza de un ser inteligente y sociable.
Marcus Aurelius (Meditaciones)
Mantén su pensamiento lejos de las obligaciones más elementales, dirigiéndolo hacia las más elevadas y espirituales; sin descubrir ninguno de aquellos rasgos suyos que son evidentes para cualquiera. Que cada uno de ellos tenga algo así como un doble patrón de conducta. Tu paciente debe exigir que todo cuanto dice se tome en sentido literal, y que se juzgue simplemente por las palabras exactas, al mismo tiempo que juzga cuanto dice su madre tras la más minuciosa e hipersensible interpretación del tono, del contexto y de la intención que él sospecha. Y a ella hay que animarla a que haga lo mismo con él. De este modo, ambos pueden salir convencidos, o casi, después de cada discusión, de que son totalmente inocentes. Ya sabes como son estas cosas: “Lo único que hago es preguntarle a qué hora estará lista la cena, y se pone hecha una fiera”. Tendrás la deliciosa situación de un ser humano que dice ciertas cosas con el expreso propósito de ofender y, sin embargo, se queja de que se ofendan.
C.S. Lewis (The Screwtape Letters)
No juzgues a tu hermano porque se equivocó o pecó; simplemente, él cayó primero que tú.
Iván Gutiérrez Rodríguez.
No juzgues a tu hermano porque se equivocó o pecó; simplemente, él cayó primero que tú”.
Ivan Gutierrez (Por que le pasan cosas malas a la gente buena? (Spanish Edition))
el artista que se engríe se amanera: precisa estar descontento siempre de lo que se hace para progresar. Pero no basta que tú te juzgues: es necesario que te juzguen los demás, y no sólo los amigos, sino el público, o por mejor decir, los hombres de gusto que hay dentro de él. Cuando conozcas una muchedumbre de juicios, comparándolos después con el tuyo, podrás formar idea aproximada de lo que vales.
Anonymous
Por que aunque juzgues algo justo, no te corresponde, ¡Perdonalos! y deja todo en manos del grande, que vive en los cielos.
Candelaria Guadalupe Domínguez Coronado (Soy judia: historia personal del holocausto judio)
—Mira que eres terrestre —dice Ariel, y agita el váper—. En el sexo con otras personas siempre hay que transigir. Un tira y afloja continuo, siempre intentando conseguir que todo encaje, quién va primero y a quién le gusta qué y no me gusta lo que te gusta a ti y no te gusta lo que me gusta a mí. Siempre se ocultan cosas, ese secreto sobre algo que nos encanta o que queremos probar o que nos vuelve locos de atar, pero no se puede decir por miedo a que el otro diga: «Que quieres probar, ¿qué?». y no vea a su amante, sino un monstruo. No hay lugar más sucio que el interior de la cabeza propia. A solas, al hacerse una paja, al tocar el arpa, al reventarse el coño, al jugar al balonmano femenino, al hacerse una siririca, no hay nadie más por quien preocuparse, nada que contener. Nadie que juzgue, nadie que compare, nadie que esté pensando en otra persona y no lo diga. El único sexo sincero es el yosexual. —¿Yosexual? —repite Marina. —«Mismosexualidad» es horrible; «autosexualidad» suena a follar con bots, y cualquier término emparentado con «erotismo» es antierótico por definición.
Ian McDonald (New Moon (Luna, #1))
Si haces lo máximo que puedas, hábitos como emplear mal tus palabras, tomarte las cosas personalmente y hacer suposiciones se debilitarán y con el tiempo, serán menos frecuentes. No es necesario que te juzgues a ti mismo, que te sientas culpable o que te castigues por no ser capaz de mantener estos acuerdos. Cuando haces lo máximo que puedes, te sientes bien contigo mismo aunque todavía hagas suposiciones, aunque todavía te tomes las cosas personalmente y aunque todavía no seas impecable con tus palabras.
Miguel Ruiz (Los Cuatro Acuerdos: Un libro de la sabiduría tolteca)
Un pastor sin gracia es semejante a un hombre ciego elegido para dar clases de óptica, filosofando sobre la luz y la visión, disertando sobre ese asunto, y tratando de ayudar a los demás a distinguir las delicadas sombras y los matices de los colores del prisma, estando él sumergido en la más profunda oscuridad. Es un mudo nombrado profesor de canto; un sordo a quien se pide que juzgue sobre sinfonías y armonías. Es como un topo que pretende enseñar a aguiluchos cómo volar; como
Charles R. Swindoll (EL despertar de la gracia: Crecer en la gracia es una cosa. Viviarla es otra.)
y si tengo algún derecho es el derecho a que no me juzgues de este modo, a no tener que justificarme: ni ante ti ni ante nadie.
J.M. Coetzee (Desgracia (Spanish Edition))
De todo corazón, apoyo aquel pasaje en el Sermón sobre Justificación de Hooker, que comienza diciendo: “Consideremos las mejores cosas y las más santas que hacemos. Nunca estamos más comprometidos con Dios que cuando oramos; no obstante, muchas veces, cuando oramos, ¡cómo nos distraemos! ¡Qué poca reverencia demostramos hacia la gran majestad de Dios con quien hablamos! ¡Qué poco remordimiento sentimos por nuestras propias maldades! ¡Qué poco gusto sentimos de la influencia de sus tiernas mercedes! ¿No sucede que muchas veces no estamos deseosos de comenzar, como lo estamos de terminar, como si al decir él ‘Invócame’ (Sal. 50:15), nos hubiera dado una tarea muy difícil? Lo que digo puede parecer algo extremo; por lo tanto, que cada uno juzgue, como le indique su propio corazón,
J.C. Ryle (Santidad (Spanish Edition))
No juzgue o condene lo que oye, porque hacerlo significaría que la misma voz ha vuelto a entrar por la puerta trasera.
Eckhart Tolle (El poder del ahora)
No juzgues al Sufi por lo que tú puedas ver en él, amigo mío. ¿Por cuánto tiempo preferirás, como un niño, solo nueces y pasas?.
Idries Shah
¿Qué se me da de manera natural? Por un solo momento, ignora todo lo que te han enseñado. Ignora lo que la sociedad te ha dicho. Ignora lo que otros esperan de ti. Mira dentro de ti y pregúntate: «¿Qué se me da de manera natural? ¿Cuándo me he sentido realmente vivo? ¿Cuándo me siento realmente yo?». No te juzgues a ti mismo ni trates de complacer a nadie. No pienses demasiado ni te detengas a criticarte. Solamente permite los sentimientos de compromiso y de gozo. Cuando te sientas auténtico y genuino, sabrás que estás en la dirección correcta.
James Clear (Hábitos atómicos)
Cuando releo lo que escribo me siento, en general, muy deprimido, como alguien que se ha equivocado de camino. Si me parece bueno, porque creo que ya nunca podré escribir algo igual. Si me resulta malísimo, porque temo que sea ése el texto por el que se me juzgue.
Juan Tallón (El váter de Onetti)
No me juzgues en base a tu percepción de la vida, o con la vara de medir de lo que tú harías. No vivo mi vida por ti. Vivo mi vida para mí.
Ignacio Novo
A quien critique o juzgue tu forma de vivir, dile educada, pero firmemente: "Por favor, gaste su energía mejorando su propia vida en lugar de pensar en arreglar las vidas de los demás".
Ignacio Novo
Toda mujer sueña con un hombre que sea su confidente, su protector, su amigo con quien pueda desahogarse cuando lo necesite… Un hombre que la sepa escuchar, que no la juzgue duramente si se equivoca, que la guíe con seguridad, pero que al mismo tiempo la trate como a una princesa.
Carlos Cuauhtémoc Sánchez (Los ojos de mi princesa 2)
Cuando usted reaccione de una manera que no le guste, no se juzgue ni se critique duramente, porque eso no le llevará a cambiar.
Mario Alonso Puig (Reinventarse)
no juzgues!… ¡Juzgar es tan arriesgado como dormir de pie!»
J.J. Benítez (Jordán. Caballo de Troya 8 (Spanish Edition))
«No juzgues, aunque creas que tienes razón.»
J.J. Benítez (El día del relámpago (Caballo de Troya, #10))
Preste cuidadosa atención a sus pensamientos, porque se convertirán en sus palabras. Controle y cuide sus palabras, porque se convertirán en sus acciones. Tome en cuenta y juzgue sus acciones, porque se han convertido en sus hábitos. Reconozca y cuide sus hábitos, porque se convertirán en sus valores. Comprenda y acepte sus valores, porque se convierten en su destino”. — Mahatma Gandhi —
I.C. Robledo (365 Citas para Vivir Su Vida: Palabras Sabias, Poderosas, Inspiradoras y Transformadoras de Vida para Iluminar Sus Días (Domine Su Mente, Transforme Su Vida) (Spanish Edition))
Nunca juzgues a una persona por lo que supones saber de ella, al final solo son eso, suposiciones. Quédate con las impresiones que tú comienzas a formar a medida que la conozcas.
América Rodas (Una perfecta confusión (Serie Confusiones #1))
El mundo está lleno de gente que parece humilde, pero que en realidad es rica, y de gente que parece rica, pero que vive al borde de la insolvencia. Recuerda esto cuando juzgues, sin pensar, el éxito de los demás y al marcarte tus propios objetivos.
Arnau Figueras Deulofeu (Cómo piensan los ricos: 18 claves imperecederas sobre riqueza y felicidad)
Devocional 29 Tolera Es un hecho que en ocasiones nos cuesta mucho aceptar y comprender a los demás cuando no estamos de acuerdo con su manera de pensar o de ser. De hecho, muchas relaciones se ven afectadas porque no somos capaces de ser empáticos, de ponernos en el lugar del otro y tratar de entender sus razones, o al menos los sentimientos que se ocultan detrás de su comportamiento. Es un hecho que todos somos diferentes, por eso necesitamos aprender a escucharnos para así entender el punto de vista de los demás, antes de juzgarlos de forma apresurada y dañarlos. Por esta razón, la Biblia nos da un sabio consejo: «Acéptense unos a otros, así como Cristo los ha aceptado. Acéptense para honrar a Dios» (Romanos 15:7). Esto quiere decir que Dios quiere que tengamos relaciones saludables con los demás, y por eso nos dice que una manera de honrarlo es aceptándonos mutuamente. Además, Dios dice a través de su palabra que no debemos enojarnos, ni amargarnos unos con otros (Colosenses 3:13). Y necesitamos aplicar esto, porque los desacuerdos, nos gusten o no, son parte del día a día de las relaciones de pareja, familiares, con nuestros amigos e incluso las laborales. Pero el problema no son los desacuerdos. Los conflictos se presentan cuando no estamos en la capacidad de escuchar y manejamos la situación gobernados por la ira, el orgullo y la prepotencia. Ninguna de estas tres son buenas consejeras ya que siempre nos llevarán a buscar tener la razón a como dé lugar, sin importar si pasamos por encima de los sentimientos del otro. En cuanto a esto, la epístola a los Colosenses nos enseña lo siguiente: «… más bien, perdónense unos a otros. Cuando alguien haga algo malo, perdónenlo». ¿Sabes por qué?, porque precisamente así es como Dios ha demostrado su amor para con nosotros: soportándonos, tolerándonos, perdonándonos y aceptándonos a pesar de nuestras equivocaciones. ¿Recuerdas el relato bíblico que narra aquel momento cuando los fariseos llegaron ante Jesús con la mujer adúltera? Ellos estaban esperando a que Él diera una orden para apedrearla. Pero cuando Jesús les dijo: «El que esté sin pecado que tire la primera piedra», sin duda cambiaron sus planes. Ahora me gustaría saber, si hubieras estado en el lugar de Jesús, ¿cuál habría sido tu respuesta? Dios quiere que manifestemos su amor siendo respetuosos y tolerantes con los demás. Es más, el amarnos los unos a los otros es un mandamiento dado directamente por Jesús, así que no podemos decir que amamos a Dios si no lo hacemos con el prójimo (1 Juan 4:21). Así que no juzgues a otros sin conocer sus intenciones, porque si no, serás juzgado de la misma manera (Mateo 7:2). No hemos sido llamados para descalificar a otros, sino a amar y a restaurar. En Hebreos 12:14 dice que debemos procurar la paz con todos. Pero es necesario aclarar que cuando hablamos de tolerancia no quiere decir que debamos aprobar un acto indebido. Según el Diccionario de la lengua española, la palabra tolerar significa «llevar con paciencia». En ningún sentido quiere decir aprobar o participar en aquello que ofende a Dios. Esto lo podemos ver en la actitud que Él tiene hacia nosotros: el Señor tiene las puertas abiertas para todos y si nos acercamos a su presencia, no nos echa afuera. Pero Él desea restaurarnos porque nos ama. Fíjate en el caso de la mujer adúltera. Jesús no permitió que la apedrearan y confrontó a los fariseos; pero de ningún modo aprobó el acto de adulterio, por eso le dijo: «¡Vete y no peques más!». Jesús nunca juzgó a los demás, buscó restaurar al otro desde su amor. Acepta y tolera a los demás como Dios lo ha hecho contigo. Recuerda que también Él te perdonó y te restauró a pesar de tus errores.
Rodrigo Riaño del Castillo (Diario de un vencedor: Un plan de acción para conectar con Dios y su propósito (Spanish Edition))
Por lo tanto, no juzgues ni condenes, pero sé una luz que se adentra en la oscuridad para que seas capaz de anunciar y afirmar, expresar y alcanzar, conocer y experimentar Quién Eres en Realidad —y que todos aquellos cuyas vidas tocas también puedan saber quiénes son ellos en realidad, gracias al poder del ejemplo. ¿No es esto lo que todos los maestros han hecho?
Neale Donald Walsch (Despertar a la humanidad (Conversaciones con Dios 4) (Spanish Edition))
No te juzgues a ti mismo ni trates de complacer a nadie. No pienses demasiado ni te detengas a criticarte. Solamente permite los sentimientos de compromiso y de gozo. Cuando te sientas auténtico y genuino, sabrás que estás en la dirección correcta.
James Clear (Hábitos atómicos (Latino neutro): Atomic Habits: An Easy & Proven Way to Build Good Habits & Break Bad Ones (Spanish Edition))
más que a los domados, a nosotros los acabados, dignos ahora de la muerte inerme que nos espera. Destruir al hombre es difícil, casi tanto como crearlo: no ha sido fácil, no ha sido breve, pero lo habéis conseguido, alemanes. Henos aquí dóciles bajo vuestras miradas: de nuestra parte nada tenéis que temer: ni actos de rebeldía, ni palabras de desafío, ni siquiera una mirada que juzgue.
Primo Levi (Trilogía de Auschwitz (IMPRESCINDIBLES) (Spanish Edition))
Preste cuidadosa atención a sus pensamientos, porque se convertirán en sus palabras. Controle y cuide sus palabras, porque se convertirán en sus acciones. Tome en cuenta y juzgue sus acciones, porque se han convertido en sus hábitos. Reconozca y cuide sus hábitos, porque se convertirán en sus valores. Comprenda y acepte sus valores, porque se convierten en su destino”.
I.C. Robledo (365 Citas para Vivir Su Vida: Palabras Sabias, Poderosas, Inspiradoras y Transformadoras de Vida para Iluminar Sus Días (Domine Su Mente, Transforme Su Vida) (Spanish Edition))
creo más en el verbo que en la acción pero no se me juzgue por lo que digo sino por lo que dejo de decir
Nicanor Parra (Hojas de Parra)
Espero que no me juzgues ni me critiques por decir abiertamente que te amo y que espero que algún día puedas mirarme a la cara sin sentir miedo, desprecio ni lástima. Tu papá, A.
Eduardo Sánchez Rugeles (Blue Label/ Etiqueta Azul)
No juzgues a los demás por lo que tú les ves por fuera, que de lo que hay por dentro no sabes nada ni es asunto tuyo. Ocúpate de lo que puedas mejorar en ti y no te pre-ocupes por lo que otros hagan o parezcan ser. Deberías aprovechar tu propia vida, que es linda y corta… y pensar que algunos interrumpen su proceso evolutivo y se suicidan por cualquier pequeña dificultad. Te das cuenta de que tremendo ? Se suicidan ! En lugar de hacer esfuerzos por encontrar la enseñanza encerrada en una situación límite y tratar de resolver el conflicto …
Enrique Barrios (Ami, el niño de las estrellas (Ami, #1))
Nadie sabe exactamente qué trata de hacer, o cómo puede hacerse. Todos dicen: «No juzgues», pero, ¿cómo evitar emitir juicios cuando por otro lado a uno le dicen a todo el mundo: «Esto está bien, esto está mal, esto es correcto, esto es incorrecto?».
Osho (Moral, inmoral y amoral: ¿Qué está bien y qué está mal? (Spanish Edition))
«No juzgues, aunque tengas razón.» En la tabla de tola dibujó también la letra hebrea vav, que simboliza al hombre. Y reiteró: cada cual se limita a dar cumplida cuenta de su tikkún, su misión en la vida. Ni siquiera cuando seas espíritu deberás juzgar. Ni siquiera los Dioses lo hacen…
J.J. Benítez (Jordán. Caballo de Troya 8 (Spanish Edition))
No juzgues a tu prójimo hasta no estar en su lugar
Rebbe Nachman (Consejo (Likutey Etzot))
Tú tienes una fuerza y una valentía que yo no me he atrevido a permitirme nunca en mi vida [...]. Pero tú eres diferente. Eres fuerte e inteligente. Tú puedes permitirte muchas cosas, querida. Solo tienes que atreverte a hacerlas. No seas tu mayor enemiga, no te escondas. Tú vales más que todo eso. Y recuerda que, por encima de todo, no tienes que darle explicaciones a nadie. Ya está bien de andar justificándose siempre. ¿Tú ves a tus compañeros justificarse? Que te juzgue quien quiera y como quiera. A ti te tiene que dar igual.
Carme Chaparro (No soy un monstruo (Ana Arén, #1))
Haz lo que sientas, es maravilloso que ahora este en vuestra mano. No dejes que nadie te juzgue por ello. Tampoco lo hagas tú. Estáis en las puertas de una nueva y definitiva revolución y ni siquiera os dais cuenta.
Vanessa Montfort (Mujeres que compran flores)
«No juzgues demasiado severamente a los que enseñan grandes cosas con palabras, si los ves menos apresurados a ponerlas en práctica; porque a menudo la utilidad de las palabras compensa la penuria de las obras. Porque no todos poseemos igualmente todos los bienes: en algunos la palabra sobrepasa la obra; en otros, por el contrario, la obra sobrepasa la palabra»
Fernando Rivas Rebaque
Lo bueno es que usted puede liberarse de su mente. Esa es la única liberación verdadera. Usted puede dar el primer paso ahora mismo. Empiece por oír la voz de su cabeza tan a menudo como pueda. Preste atención especial a cualquier patrón de pensamiento repetitivo, esos viejos discos que han sonado en su cabeza quizá durante años. Eso es a lo que llamo “observar al que piensa”, que es otra forma de decir: escuche la voz de su cabeza, esté allí como si fuese un testigo. Cuando usted escuche esta voz, hágalo imparcialmente. Es decir, no juzgue. No juzgue o condene lo que oye, porque hacerlo significaría que la misma voz ha vuelto a entrar por la puerta trasera. Pronto empezará a darse cuenta de esto: está la voz y estoy yo escuchándola, observándola. Esta comprensión del yo soy, esta sensación de su propia presencia, no es un pensamiento. Surge de más allá de la mente.
Eckhart Tolle (El poder del ahora)
Permítame resumir el proceso. Enfoque la atención en el sentimiento que hay dentro de usted. Reconozca que es el cuerpo del dolor. Acepte que está allí. No piense en él, no deje que el sentimiento se transforme en pensamiento. No juzgue o analice. No se identifique. Permanezca presente y continúe siendo el observador de lo que está ocurriendo dentro de usted. Vuélvase consciente, no sólo del dolor emocional sino también de “el que observa”, el observador silencioso. Ese es el poder del Ahora, el poder de su propia presencia consciente. Vea entonces lo que ocurre.
Eckhart Tolle (El poder del ahora)
Pero, mira lo que te aconsejo: no te conviertas en un hombre de convicciones, no saques conclusiones, no juzgues y procura ser lo más discreto posible. Y recuerda que la mayor felicidad en la tierra es pensar que has comprendido algo, aunque sea poco, de la vida que te rodea.No comprenderás nada, sólo te parecerá que lo comprendes, y cuando lo recuerdes,pasado el tiempo, comprenderás que lo habías entendido incorrectamente. Es más, al acabo de un año o de dos te convencerás de que te has equivocado por segunda vez. Y así indefinidamente. Y sin embargo, es lo más importante y lo más interesante de esta vida.
Gaito Gazdanov (An Evening With Claire)
Cuando creemos que el Señor está más lejos de nosotros o nos ha vuelto la espalda, la verdad es que, mientras nos aferramos a Él, el Señor pone el fundamento para mayor felicidad en nuestra vida. No juzgues con débil sentido al Señor, Más bien confía en Él por su gracia; Detrás de una providencia agobiante Él esconde su rostro sonriente.
John Piper (Bajo las alas de Dios (Spanish Edition))