Muy Agradecida Quotes

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Fui educada este año. Por todos. Por mi hermano pequeño... por The Avett Brothers... por mi madre, mi mejor amiga, mi maestro, mi padre, y por un chico. un chico del que estoy seriamente, profundamente, locamente, increíblemente e indudablemente enamorada... Fui muy educada este año. Por un niño de nueve años de edad. Él me enseñó que está bien vivir la vida un poco hacia atrás. Y cómo reír Ante lo que podría pensar Que no se puede reír. Fui educada este año ¡Por una banda! Me enseñaron cómo encontrar esa sensación de sentir otra vez. Me enseñaron cómo decidir qué ser Y serlo. Fui educada este año. Por una paciente de cáncer. Ella me enseñó mucho. Todavía me sigue enseñando mucho. Me enseñó a cuestionar. Para nunca lamentar. Me enseñó a empujar mis límites, porque para eso es por lo que están allí. Ella me dijo que tengo que encontrar un equilibrio entre la cabeza y el corazón. Y entonces, me enseñó cómo hacerlo... Fui educada este año Por una Niña de Acogida Ella me enseñó a respetar a la mano con la fui tratada. Y a ser agradecida de que incluso fui tratada con una mano. Me enseñó que la familia No tiene porque ser la sangre. A veces, tu familia son tus amigos. Fui educada este año Por mi maestro Él me enseñó que los puntos no son el punto, el punto es poesía... Fui educada este año Por mi padre. Él me enseñó que el héroe no siempre es invencible Y que la magia está dentro de mí.. Fui educada este año por un Chico. un chico del que estoy seriamente, profundamente, locamente, increíblemente e indudablemente enamorada.... Y me enseñó lo más importante de todas las cosas... A poner énfasis Sobre la vida
Colleen Hoover (Slammed (Slammed, #1))
Has de saber, amigo Sancho Panza, que fué costumbre muy usada de los caballeros andantes antiguos hacer gobernadores a sus escuderos de las ínsulas o reinos que ganaban, y yo tengo determinado de que por mí no falte tan agradecida usanza;
Miguel de Cervantes Saavedra (Don Quijote de la Mancha (Spanish Edition))
¡Ay mi México, mi México malherido, mi México que se conforma con tan poco! ¿Es posible que creamos aún en la eficacia del gobierno cuando, a la hora de la hora, quien hizo todo fue la gente? Ayer todavía, en la calle se mostraba agradecida porque los autobuses de la Ruta 100 fueran gratuitos, el teléfono gratuito, aunque tuviera que romper las tomas de agua en la calle porque no llegan las pipas. Pide tan poco, se contenta con muy poco. La población, en estos días, se hace cargo de sí misma. De todos modos los de abajo están acostumbrados a que ni se les tire un lazo. La absoluta inoperancia del gobierno no es cosa nueva. Son tan distintos del aparato en el poder, tan espectadores inermes de las decisiones gubernamentales, tan hechos a un lado que uno piensa que no hablan el mismo lenguaje. [...] Al pueblo, aunque hablen tanto de él, nunca le han concedido más papel que el de extras; los jefes siempre han estado ahí para obstaculizar, para paralizar, para cerrar el paso, para cultivar la antesala. Si no, ¿por qué no están aquí los protagonistas de la tragedia? ¿Por qué en vez de oír a la costurera, a un damnificado, a un socorrista, tenemos que oír al político de siempre, al burócrata, al funcionario de coche y chofer?
Elena Poniatowska
Después de este ejercicio de memoria histórica y agradecida, bajo el título «Y que yo disminuya», el Papa trató el pecado de los abusos, pero —como notábamos más arriba— no como algo meramente puntual que se puede castigar como delito y/o perdonar en la confesión. El Papa hace un discernimiento sobre la raíz del pecado: «Sería irresponsable de nuestra parte no ahondar en buscar las raíces y las estructuras que permitieron que estos acontecimientos concretos se sucedieran y perpetuasen». Y el discernimiento es que la Iglesia chilena perdió inspiración profética y se transformó en su centro mismo: en vez de mirar a Cristo como centro se ensimismó: «Dejó de mirar y señalar al Señor para mirarse y ocuparse de sí misma. Concentró en sí la atención y perdió la memoria de su origen y misión. Se ensimismó de tal forma que las consecuencias de todo este proceso tuvieron un precio muy elevado: su pecado se volvió el centro de atención».
Pope Francis (Las cartas de la tribulación)
Se comportaba de manera muy distinta de la de los vecinos que nos habían visitado tras la muerte de mamá y que consideraban su deber guardar silencio o sollozar mientras estaban en casa; él, por el contrario, estuvo conversador, alegre, y no dijo ni una sola palabra a propósito de mamá, de modo que al principio esa indiferencia me resultó rara y hasta descortés por parte de una persona tan cercana. Pero luego entendí que no se trataba de indiferencia, sino de franqueza, y me sentí agradecida.
Leo Tolstoy (La Felicidad Conyugal (Spanish Edition))
...está muy cansada de sentirse agradecida con la gente.
Kelly Link
Reprima sus asquerosos «instintos» paterno-machista de explicarle a ella cómo es en realidad. Aunque usted sea un tipo muy inteligente, si ella quiere un psicoanalista o un director espiritual, ya se lo buscará y preferirá pagar o dar limosna para las obras de la parroquia antes de enviarle a usted a hacer puñetas o quedarle eternamente agradecida por sus generosos consejos.
Josep-Vicent Marqués (Curso elemental para varones sensibles y machistas recuperables)
quien la había entrevistado en Denver. Agradecida por la cálida bienvenida, Mandy se tranquilizó un poco y le estrechó la mano con una sonrisa.—Tus indicaciones eran excelentes.—Has tardado poco. No te esperaba antes del anochecer.—No quería conducir de noche por una carretera desconocida, especialmente si no estaba pavimentada. Julian parece una ciudad muy agradable. He comprado unas cuantas cosas antes de salir de allí —explicó. Tenía la intención de ir de visita en sus días libres, explorar las pequeñas tiendas, comer en el café, rodearse de un poco de civilización aunque fuera bastante tranquila.—Es la ciudad más próxima. Todos vamos allí cuando no estamos trabajando. No tiene comparación con Denver, claro. Pero pasa, por favor, y siéntate.—¿Podría refrescarme un poco antes? —Al fondo del pequeño pasillo. Sin prisa. Cuando estés lista, te enseñaré esto.—Gracias. Mandy siguió las indicaciones casi corriendo, el largo vestido suelto acariciándole las piernas. Últimamente le resultaba más cómodo llevar esos vestidos sueltos de algodón. El rosa que llevaba se ceñía bajo el pecho y le llegaba hasta media pantorrilla. De pronto se preguntó si ese tipo de vestidos era apropiado para trabajar en una obra. No le había resultado ningún problema en Denver, pero aquello, definitivamente, no era DenverEscaneado por Mariquiña y corregido por Taly Nº Paginas 3—116
Anonymous
El mundo era hermoso y ella estaba muy agradecida de estar en él.
Sarah J. Maas (Una corte de llamas plateadas (Una corte de rosas y espinas, #4))
Debía estar muy pero que muy agradecida de tener, a diferencia del resto de la gente, una progenitora que contara con una aprobación y simpatía generalizadas. Debía estar agradecida, y normalmente lo estaba. Y nada le hacía más feliz que jugar con su gato. Madre siempre preparaba un pastel divertido con el que participaba en la feria que organizaban en la escuela para recaudar fondos. No hacía uno grande y llamativo que pudiera ponerte en evidencia, ni tampoco uno pequeño y miserable que te avergonzase, sino uno cubierto de golosinas o uno como aquel que llevaba flores de capuchina por encima y un recorte de diario en el que se aseguraba que su consumo no entrañaba riesgo alguno. Madre había prestado objetos de un gusto exquisito para la obra de teatro de la escuela y nunca se había quejado cuando se los devolvían rotos. Madre le había preguntado a la señorita Power con qué punto se había hecho el cárdigan que llevaba puesto, y luego, ni corta ni perezosa, se había tejido uno igual; le dijo a la señorita Power que había elegido un color distinto para que no parecieran gemelas. La pobre señorita Power, de naturaleza simple e ingenua y que carecía de la esbeltez y de la belleza de madre, se había sonrojado complacida; era la primera vez que se le había visto un atisbo de humanidad. Para el decimosexto cumpleaños de Dolly, madre quiso organizarle una fiesta por todo lo alto. Y consultaba a su hija sobre las ideas que se le iban ocurriendo. —A ver, tienes que decirme qué te gustaría hacer y cómo suelen celebrarlo las otras chicas. No hay nada más patético que una madre haciendo el ridículo más espantoso llevándoos al cine y al McDonald’s cuando eso ya no va con vuestra edad. —Tú nunca harías el ridículo, madre —respondió Dolly con voz apagada. —Pues claro que sí, querida Doll. Soy cien años mayor que tú y todas tus amigas. Tengo ideas del siglo pasado. Por eso necesito que me digas qué te apetece hacer. —Tú no eres cien años mayor que nosotras. —Dolly hablaba en un
Maeve Binchy (A través de la ventana)
Moverse lanza un mensaje importante a tu mente, ¡despierta! Y las neuronas son muy agradecidas a esa actividad.
Marian Rojas Estapé (Recupera tu mente, reconquista tu vida)