Mujer Poderosa Quotes

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La triste verdad es que nuestro mundo está repleto de hombres y mujeres a quienes no les gustan las mujeres poderosas. Nos han condicionado tanto con que el poder es masculino que una mujer poderosa nos parece una aberración.
Chimamanda Ngozi Adichie (Dear Ijeawele, or A Feminist Manifesto in Fifteen Suggestions)
La combinación de una mujer tan poderosa y un gesto tan pequeño y humilde resulta, sin duda, encantadora.
Taylor Jenkins Reid (Los siete maridos de Evelyn Hugo)
Los hombres inseguros suelen sentirse amenazados por las mujeres poderosas.
Louise O'Neill
Nos dijeron que ningún hombre querría unirse a nosotras si éramos más poderosas que ellos. Nos advirtieron que nuestros poderes nos hacían demasiado ruidosas. Demasiado estridentes. Así que las mujeres nos volvimos silenciosas porque nos prometieron que seríamos más felices de ese modo. Y perdimos nuestros poderes. [...] Si no nos mantenemos alerta, nos pueden arrebatar fácilmente aquello que damos por sentado.
Louise O'Neill (The Surface Breaks)
El blanco habló de otro país más allá del mar donde una mujer poderosa se sentaba en el trono, mientras los hombres y las mujeres bailaban a la sombra de su autoridad y benevolencia. Ella estaba dispuesta a extender su sombra para cubrir a los agikuyu. Se rieron de este hombre excéntrico, cuya piel estaba tan escaldada que el negro de fuera se había pelado. El agua caliente le debía de haber afectado a la cabeza [...] Más tarde, o eso decían, Waiyaki había sido enterrado vivo en Kibwezi con la cabeza apuntando al centro de la tierra, un aviso viviente para quienes, en años venideros, osaran desafiar la autoridad de la mujer cristiana cuya sombra protectora dominaba ahora tierra y mar. Entonces nadie se dio cuenta: pero mirando hacia atrás pudimos ver que la sangre de Waiyaki contenía una semilla, un grano, que dio origen a un movimiento cuya mayor fortaleza, desde ese día, nacía del vínculo con la tierra.
Ngũgĩ wa Thiong'o (A Grain of Wheat)
Así, la suerte de la mujer y la del socialismo están íntimamente ligadas, como se ve también en la vasta obra consagrada por Bebel a la mujer. «La mujer y el proletario -dice- son dos oprimidos.» Será el mismo desarrollo de la economía a partir de la revolución provocada por el maquinismo el que libere a ambos. El problema de la mujer se reduce al de su capacidad de trabajo. Poderosa en los tiempos en que las técnicas estaban adaptadas a sus posibilidades, destronada cuando se mostró incapaz de explotarlas, la mujer encuentra de nuevo en el mundo moderno su igualdad con el hombre. Son las resistencias del viejo paternalismo capitalista las que impiden en la mayoría de los países que esa igualdad se cumpla concretamente: se cumplirá el día en que esas resistencias sean destruidas. Ya se ha cumplido en la URSS, afirma la propaganda soviética. Y cuando la sociedad socialista sea una realidad en el mundo entero, ya no habrá hombres y mujeres, sino solamente trabajadores iguales entre sí.
Simone de Beauvoir (The Second Sex)
Transformé a Medusa - prosiguió la diosa- para que pudiera protegerse frente a aquellos que intentaran hacerle daño. Y una mierda. No le diste elección - replicó Lore- Y ahora la historia la recuerda como una villana que merecía morir. No. Así es como la han retratado los hombres, a través del arte y las leyendas - repuso Atenea- La retrataban con un aspecto abominable porque temían toparse con la verdadera mirada de una mujer, ser testigos de la poderosa tormenta que habita en su interior, aguardando el momento para desatarse. Medusa no fue derrotada a manos de mi tío. Simplemente renació como una criatura capaz de sostenerle la mirada al mundo, sin miedo.
Alexandra Bracken (Lore)
El problema no radica solamente en que mujeres y hombres seamos construidos como distintos sino que estemos ubicados en una estructura desigual en la cual lo masculino está mejor valorado socialmente. La desigualdad la podemos encontrar en todos los ámbitos de la vida. Aquí nos centraremos en el poder, el trabajo, el espacio físico y el sexo. ... en el poder: Los lugares de mayor responsabilidad de las instituciones sociales más poderosas (gobiernos, organizaciones patronales, sindicatos, bancos, partidos políticos...) están ocupados por hombres, salvo algunas excepciones y que tendemos leeeentamente hacia una mayor paridad. … en el trabajo: La llamada división sexual del trabajo supone que las tareas, los niveles de responsabilidad, el reconocimiento y la retribución están distribuidos de forma desigual entre hombres y mujeres. Los hombres adultos tienen una posición privilegiada en el mercado laboral: obtienen mejores puestos de trabajo, mejores horarios y mayores ingresos, mientras que las mujeres cobran menos por los mismos trabajos y están sobrerrepresentadas en los trabajos peor valorados. … en el espacio: Los hombres tienen tendencia a ocupar el espacio, a andar decididos, a actuar como si el espacio les perteneciera, mientras que las mujeres suelen ir por el mundo pendientes de los demás, de no molestar, de no tropezar, de no ocupar demasiado espacio, con miedo a ir solas por determinados lugares… … en el sexo: A la mujer se le atribuye una posición de objeto entregado al deseo masculino. La pasividad en la relación sexual, asociada a la feminidad, está connotada negativamente en nuestra cultura: expresiones como «dar por el culo» o «follarse a alguien» se utilizan para degradar o humillar a alguien.
Gerard Coll-Planas (Dibujando el género)
Y los millones de mujeres con mayores probabilidades de abortar tras el caso «Roe contra Wade» —madres pobres, solteras, adolescentes para quienes el aborto ilegal resultaba excesivamente costoso o inaccesible— con frecuencia constituían ese modelo de adversidad. Eran esas mujeres cuyos hijos, en caso de nacer, tendrían muchas más probabilidades que la media de convertirse en delincuentes. Pero como consecuencia del caso «Roe contra Wade», esos niños no nacían. Esta causa poderosa tendría un efecto tan drástico como lejano: años más tarde, justo cuando esos niños que no nacieron habrían alcanzado la edad de convertirse en delincuentes, el índice de criminalidad comenzó a caer en picado.
Steven D. Levitt (Freakonomics)
Hay mujeres poderosas que terminan superando a su maestro, esa es una buena señal, ya que la mujer es una especie superior al hombre.
Chamalú Sabiduria Olvidada (Sabiduría olvidada: Secretos ancestrales para una vida mejor (Spanish Edition))
Durante aquellos meses que pase alejada de Julián, Penélope Aldaya se había convertido en un espectro que me devoraba el sueño y el pensamiento. Todavía recordaba la expresión de decepción en el rostro de Irene al comprobar que yo no era la mujer que Julián estaba esperando. Penélope Aldaya, ausente y a traición, era una enemiga demasiado poderosa para mí. Invisible, la imaginaba perfecta, una luz en cuya sombra me perdía, indigna, vulgar, tangible. Nunca había creído posible que pudiera odiar tanto, y tan a mi pesar, a alguien a quien ni siquiera conocía, a quien no había visto una sola vez. Supongo que creía que si la encontraba cara a cara, si comprobaba que era de carne y hueso, su hechizo se rompería y Julián seria libre de nuevo. Y yo con él. Quise creer que era una cuestión de tiempo, de paciencia. Tarde o temprano, Miquel me contaría la verdad. Y la verdad me haría libre.
Carlos Ruiz Zafón (Pack Zafón Booket (La Sombra del Viento + El Juego del Ángel))
Nos han condicionado tanto con que el poder es masculino que una mujer poderosa nos parece una aberración.
Chimamanda Ngozi Adichie (Querida Ijeawele. Cómo educar en el feminismo (Spanish Edition))
La «cultura de la violación» es el entorno en el que la violación prevalece y en el que está normalizada y excusada la violencia sexual contra las mujeres dentro de la cultura y los medios populares. La cultura de la violación se perpetúa mediante la utilización del lenguaje misógino, la objetivación de los cuerpos de las mujeres y la «glamurización» de la violencia sexual, ya que crea así una sociedad que obvia los derechos de las mujeres y su seguridad. La cultura de la violación afecta a cada mujer. La mayor parte de las chicas y de las mujeres limitan sus comportamientos debido a la existencia de la violación. La mayor parte de las mujeres y de las niñas viven bajo el temor de la violación. Los hombres, normalmente, no. Así es como la violación funciona, como una poderosa herramienta, gracias a la cual la población femenina al completo se ve sometida a una subordinación frente a toda la población masculina; y esto es así aunque haya muchos hombres que no violen y muchas mujeres que nunca serán víctimas de la violación.
Rebecca Solnit (Los hombres me explican cosas (Especiales) (Spanish Edition))
Dios ha establecido dentro de ti una femineidad que es poderosa y tierna, fiera y encantadora.
John Eldredge (Cautivante: Revelando el misterio del alma de una mujer)
La solidaridad entre los peruanos siempre será más poderosa que sus desastres naturales, sus problemas económicos y sociales, y sus diferencias políticas y religiosas.
Martín Balarezo García
El feminismo tradicional dirá que estos temas no son los importantes, que debemos centrarnos en lo fundamental: la desigualdad salarial, la ablación femenina en el Tercer Mundo y la violencia de género. Y es obvio que éstos son asuntos urgentes, vergonzosos e injustos, y que el mundo no podrá ir con la frente alta hasta que se solucionen. Pero todos esos otros problemas más pequeños, estúpidos y cotidianos son, en muchos sentidos, igual de nocivos para la tranquilidad espiritual de las mujeres. Es la filosofía de la «Ventana Rota» aplicada a la desigualdad femenina. En la teoría de la «Ventana Rota», basta dejar una ventana rota sin reparar en un edificio vacío para que los más vándalos empiecen a romper las demás. Al final se colarán en el edificio, y encenderán fogatas o se convertirán en okupas. De la misma manera, si vivimos en un ambiente donde se considera desagradable el vello púbico femenino, o se ridiculiza constantemente a las mujeres famosas o poderosas por estar demasiado gordas o demasiado flacas, o por ir mal vestidas, la gente empezará a colarse en el interior de las mujeres y encenderá fogatas allí. Las mujeres tendrán okupas. Francamente, no es una situación nada agradable. No me gustaría despertarme una mañana y encontrar a un montón de oportunistas en mi vestíbulo.
Caitlin Moran (How to Be a Woman)
Cuando abandones el culpabilizar a los demás o intentar entender por qué ocurrió tal o cual cosa, puedes empezar a escribir una nueva historia y comenzar un nuevo capítulo en tu vida. Con amor, desvía tu atención de la culpa y de sentirte una víctima y concédete todas las herramientas y apoyo posibles para sanar y enraizarte en el presente.
HeatherAsh Amara (Tu diosa guerrera interior: Conviértete en la mujer poderosa que llevas dentro (Crecimiento personal) (Spanish Edition))
La triste verdad es que nuestro mundo está repleto de hombres y mujeres a quienes no les gustan las mujeres poderosas. Nos han condicionado tanto con que el poder es masculino que una mujer poderosa nos parece una aberración. Y como tal la vigilan. De una mujer poderosa nos preguntamos: ¿Es humilde? ¿Sonríe? ¿Es lo bastante agradecida? ¿Tiene también su lado doméstico? Preguntas que no nos planteamos de los hombres poderosos, lo cual prueba que no nos incomoda el poder en sí, sino las mujeres. Juzgamos más duramente a las mujeres poderosas que a los hombres poderosos. Y el feminismo light lo hace posible.
Chimamanda Ngozi Adichie (Dear Ijeawele, or A Feminist Manifesto in Fifteen Suggestions)
Aspasia, impregnó incluso el pensamiento de Platón, que ni de lejos era un apóstol de la igualdad. De hecho, el filósofo sostuvo en uno de sus libros que, como castigo, los hombres injustos se reencarnaban en mujeres, y que por eso existía el sexo femenino. Resulta casi increíble que aquel mismo individuo, a quien leemos que nacer mujer es una condena y una expiación, escribiera estas líneas asombrosas en su República: «Ninguna ocupación en el gobierno del Estado corresponde a la mujer por ser mujer ni al hombre en cuanto hombre, sino que las dotes naturales están similarmente distribuidas entre ambos, y la mujer participa, por naturaleza, de todas las ocupaciones, lo mismo que el hombre». Aspasia es uno de los mayores misterios y ausencias de los documentos antiguos. Lo que hizo, pensó y dijo nos llega filtrado por otros. Nos dicen que se dedicó a escribir y enseñar; quiero creer que además, con su poderosa oratoria, alentó el primer movimiento de emancipación del que hay noticia.
Irene Vallejo (El infinito en un junco)
Ella ama lo que es fuerte, intenso, lo que la hace sentir viva y poderosa […] La tachan de monstro por su manera de amar ¿A caso el mundo no esta hecho a la medida de mujeres como ella? Por supuesto… son los hombres los que dictan las reglas, los que dibujan el mundo, los que escriben.” Circe
Cécile Roumiguière (Les Sorcières)
hasta en una cultura opresiva, cualesquiera que sean las mujeres en las que la Mujer Salvaje siga viviendo, prosperando e incluso resplandeciendo, se harán preguntas «clave», no sólo las que consideramos útiles para conocernos mejor sino también las que se refieren a nuestra cultura. «¿Qué hay detrás de estos destierros que yo veo en el mundo exterior? ¿Qué bondad o utilidad del individuo, de la cultura, de la tierra, de la naturaleza humana se ha matado o yace moribunda?» Cuando se analizan estas cuestiones, la mujer puede actuar de acuerdo con sus propias aptitudes y cualidades. Abrazar el mundo y comportarse con él de una manera sentimental y fortalecedora del sentimiento es una poderosa manifestación del espíritu salvaje. Es
Clarissa Pinkola Estés (Mujeres que corren con los Lobos / Women Who Run with the Wolves (Spanish Edition))
Quizá porque nací en domingo, hija del sol, mi vida está llena de prodigios. Yo he oído campanillear los árboles del bosque a mi paso, las grullas me han llevado en su vuelo hasta las tierras pardas del sur, y he visto danzar a las hadas… Como ellas quisiera ser: hermosa y fuerte, resplandeciente, poderosa para convertir en pan la mugre de los miserables, en salud el dolor de los enfermos, y en gozo la pena de los desdichados. Pero tan sólo soy Elisabeth, duquesa en Baviera. Mis trenzas se deshacen apenas las he peinado, y mi corazón sufre a menudo. Entonces escribo poemas, para echar fuera la congoja que me invade cuando oscurece, la fatiga de un cuerpo que no se atreve a vivir lejos de la luz…
Ángeles Caso (Elisabeth, emperatriz de Austria-Hungría: Biografía definitiva de la emperatriz)
Nuestra propia necesidad de amor, atención, cariño y seguridad quedó insatisfecha mientras fingíamos ser más poderosas y menos temerosas, más adultas y menos necesitadas, de lo que realmente nos sentíamos.
Robin Norwood (Las mujeres que aman demasiado)
sueño a menudo con la mujer que seré cuando deje atrás la inseguridad de mis veinte años y recoja en el camino confianza en mí misma me muero por hacer que mis dieciocho tengan celos del infierno que levanté rugiendo en mis treinta y cuarenta años mi alma se hace más poderosa con la edad con cincuenta me sentaré con mis arrugas y mi pelo canoso y me reiré de las aventuras que hemos pasado juntas hablando de todas las que vengan en las siguientes décadas qué privilegio es crecer en la mejor versión de mí misma – madurez
Rupi Kaur (todo lo que necesito existe ya en mí (Los Tres Mundos) (Spanish Edition))
«Quemando la Cabaña: Un poema para Alfred Jackson». Las dulces palabras se riman rimando, las plumas del sol se admiran pensando. Mi mamita es la mujer más bella del mundo, y mi papito me trata de salvar, pero es iracundo. Papito, te escribo este poema porque me gusta escribir, solo deseo que tu corazón lo permita, que me dejes fluir. Lo que no entiendes, padre mío, es que me inhibes, me ofuscas, limitas mi brillo y me siento solo, en la noche oscura. Cuando elevas la mano, siento que deseas pegarme, te escribo para que entiendas: no quiero cegarme del mundo de las emociones y de los sentimientos, lo que sin duda equivale a un pulmón sin aliento. No comprendes, mi papito, que me estás haciendo mal, maltratando mi alma que una vez brilló como un cirio. Mi fuego interno se apagó. Creí que se murió; fue un susto, una muestra de protección que no perduró. Aprendí que un alma sin emociones, sin razón y emociones, no es más que un faro sin tesón. Perdóname pero debo decirte cuán equivocado estabas, que no supiste guiarme; para amarme nunca estabas: Porque para amar a otro, uno antes debe amarse sin límite. Dudo mucho que tú te hayas amado como yo me amo a mi mismo. Me he encontrado, claro como la luz del día. Soy un sol, mi propia fuente de alegría. Me gustaría decirte que, a pesar de los tormentos, te amo. A pesar de tu poco apoyo, logré salvarme, y ahora me amo. Soy una llama poderosa, un sol que no muere. No titubeo. Jamás desearías retar mi alma intransigente. La libertad del alma, la verdad de los hombres es esta: somos faros, somos llamas; somos posibles como las estrellas no abandonadas. Brillemos, iluminando la razón y el amor como soles. Estas palabras son para ti, padre mío: te perdono.
Pablo Andrés Wunderlich Padilla (Cuando el sol se derrama)
Recuerdo ese momento especial en Montreux, parado en medio de la montaña contigo, yo me sentí tan afortunado de tener a mi lado a esta fuerte y poderosa mujer, como la luz que me guiaba dándome certeza, como mi compañera del crimen y mi fuerza; allí no pude negármelo más Chiara...¡Supe que te quería! ".
Elizabeth Hay (Me Tienes (Tormenta y Tempestad).)
Nuestra propia necesidad de amor, atención, cariño y seguridad quedó insatisfecha mientras fingíamos ser más poderosas y menos temerosas, más adultas y menos necesitadas, de lo que realmente nos sentíamos. Y habiendo aprendido a negar nuestro propio anhelo de que nos cuidaran, crecimos buscando más oportunidades de hacer lo que habíamos aprendido a hacer tan bien: preocuparnos por las necesidades y exigencias de los demás en lugar de admitir nuestro miedo, nuestro dolor y nuestras necesidades insatisfechas. Escuchábamos porque teníamos miedo de las consecuencias que podrían aquejar al progenitor que sufría si no lo hacíamos, y miedo de la pérdida de amor si no cumplíamos el rol que nos había tocado en suerte. Por eso no nos protegíamos, y nuestros padres tampoco nos protegían, porque necesitaban vernos más fuertes de lo que éramos en realidad. Si bien éramos demasiado inmaduras para esa responsabilidad, terminamos protegiéndolos a ellos. Al ocurrir esto, aprendimos a edad demasiado temprana y demasiado bien a cuidar a todos menos a nosotras mismas. O quizás alguno de nuestros padres estuvo ausente debido a su muerte o a un divorcio y nosotras tratamos de tomar su lugar, ayudando a cuidar tanto a nuestros hermanos como al progenitor que nos quedaba. Tal vez nos convertimos en la madre de la familia mientras nuestra madre trabajaba para mantenemos.
Robin Norwood (Las mujeres que aman demasiado: El best seller que ha ayudado a millones de mujeres (Spanish Edition))
—¿Estáis dispuestos a luchar por vuestras mujeres e hijos, por vuestros hermanos, por los miles de vosotros más que pueblan las calles de Roma, por todos esos desahuciados por el Senado, por todas esas mujeres y niños y amigos que sí creen en vosotros, que sí tienen fe en vosotros? ¿Estáis dispuestos a luchar por mí, que os he armado, que os he adiestrado y que os ofrezco ésta, vuestra única oportunidad? ¿Estáis dispuestos a luchar no sólo por derrotar a los bárbaros, sino por cambiar la historia de Roma? ¿Estáis dispuestos a combatir para demostrar que estas legiones, las auténticas legiones del pueblo de Roma, son más fuertes, más poderosas, más indestructibles que cualquier otra jamás soñada? ¿Estáis dispuestos a luchar por ser partícipes de la gloria de la victoria? ¡Respondedme, porque yo sí estoy dispuesto a luchar con vosotros, a vuestro lado, en la vanguardia de vuestro ejército! ¡Yo sí estoy dispuesto a luchar con vosotros, a morir con vosotros y también a vencer con vosotros! ¿Estáis dispuestos, maldita sea? ¡Por todos los dioses, respondeeeeed!
Santiago Posteguillo (Roma soy yo: La verdadera historia de Julio César)