Mujer Independiente Quotes

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Aunque tuvo otros pretendientes, nunca encontró a ninguno que le interesara. —Su padre se encogió de hombros—. Es una mujer atractiva, pero demasiado independiente». Marc
Edward Rutherfurd (París)
Estaba convencido de que todas las mujeres nacían con una suerte de órgano independiente especialmente diseñado para mentir.
Haruki Murakami (Hombres sin mujeres)
Aparecerá la mujer cuyo nombre ya no significará sólo algo opuesto al hombre, sino algo propio, independiente. Nada que haga pensar en complemento ni en límite, sino tan sólo en vida y en ser: el Humano femenino...
Rainer Maria Rilke (Letters to a Young Poet)
—Con tus deseos, [lo]convertiste en algo que no era. Creo que las mujeres tendemos a hacerlo. No importa lo adultas e independientes que nos creamos; juro que tenemos una enfermedad mental desde la infancia, siempre pensando que va a aparece un príncipe en un caballo blanco y va a resolverlo todo. Y cuando no aparece, o incluso cuando sí aparece alguien pero no puede resolverlo todo, creemos que hemos hecho algo mal. Pero es que es príncipe nunca existió.
Mhairi McFarlane (Who’s That Girl?)
Nuestras abuelas admiten que aguantaron demasiado, “pero vosotras no aguantáis ná”. La mujer posmoderna es exigente porque desea un hombre que cumpla sus expectativas: un hombre que no sea machista, que no nos sustituya por su madre, que no nos huya como a las esposas, que sea capaz de relacionarse libre e igualitariamente con nosotras. Queremos hombres seguros de sí mismos, inteligentes, con sentido del humor, independientes, guapos y con habilidades sociales, y huimos del macho ibérico de doble moral, que va perdiendo poco a poco su atractivo. Queremos demasiado, quizás
Anonymous
Independiente de la ley, hay una manga de infelices que se merecen que les hayan metido cuatro disparos en la cien, otros tantos en los genitales y estén bien muertos. En muchos casos, quien debería estar en la cárcel es el occiso y no el asesino. Decenas de mujeres que han matado al desgraciado de su marido que las ha golpeado toda la vida, y tipos que han disparado en la calle al que intentó violar a su hija o robarle su almacén, deberían caminar hoy libres por la calle y con la frente en alto. En cambio, hoy pagan penas de largos años por hacer lo que la justicia debió haber hecho por ellos mucho antes.
Jaime Atria Rosselot (Jubilé (Spanish Edition))
¿La historia de la humanidad no es acaso toda entera, desde sus inicios, la historia de un crimen? Las naciones europeas no cesan de recodarse mutuamente el holocausto judío, pero ¿fue éste el único? ¿En qué ciudad se decretó el genocidio de Namibia (1904-1908)? ¿En qué mes el de Armenia (1915-1923), el de Ucrania (1929), el de España (1936-1975), el de la Franja de Gaza? ¿Lo recordamos? Tan sólo en los últimos sesenta años, con implicación directa o indirecta de los gobiernos de Occidente, fueron masacrados siete millones de vietnamitas dos millones de camboyanos dos millones de krudos quinientos mil serbios un millón doscientos mil argelinos setenta mil haitianos ochocientos mil tutsis y hutus doscientos mil guatemaltecos trescientos mil libaneses un número aún creciente de palestinos ¿los recordamos? Y aunque así fuese, ¿nos sentiríamos concernidos? Cuanto más alta sea la cifra más espectacular será el suceso y, por lo tanto, menos habrá de implicarnos: el dolor siempre acude en singular. Sumamos y redondeamos como para ajustar la tasa de sufrimiento. ¿Puede acaso sumarse el sufrimiento? ¿Será más el dolor de todo un pueblo que el de cada uno de sus miembros? ¿Cómo sufre "un pueblo"? ¿Existe el pueblo o la Nación independiente de su gente? Y cada uno de los seres que padecen ¿no serán siempre el mismo, una y otra vez, infinitamente? Ahora, cuando todo es aquí, irremediablemente aquí y ahora, ante la permisión del horror yo digo: Si viniera, si una mujer viniera, ahora, si una mujer viniera al mundo con la espiga de luz de las matriarcas: debería si hablara de este tiempo debería tan sólo balbucir, balbucir y así tal vez tal vez así asíasí tal vez
Chantal Maillard (La herida en la lengua)
Porque si una lleva una falda o un escote de un tiempo a esta parte lo lleva para sí misma o en nombre del em­­poderamiento, una de dos, y que no me mire nadie porque machete al machote y madre mía qué fuerte e inde­­pen­­diente con mi falda, que era a lo que me reducían antes, a ser dos piernas y poca tela y me quejaba y con razón y ahora como por arte de magia resulta que eso es signo de empoderamiento, pero no puede mirarlo nadie. Nos he­­mos encerrado tanto en nosotros mismos, nos hemos individuado tanto y hemos hecho tantos esfuerzos por acabar con lo de las dinámicas de poder —y, nos guste o no, la belleza siempre ha implicado y siempre implicará poder— que hemos terminado creyendo que no pro­­vocamos ningún efecto, ninguna reacción en el otro y que lo contrario sería inaceptable, aunque las mujeres nos lo hemos creído a medias, como todas las mentiras que nos contamos a nosotras mismas. Por eso rara vez nos ponemos escote y los labios rojos para estar solas en casa, de la misma forma que el pavo real no desplegaría su cola si no hubiera una pava a la vista, porque gilipollas no es y por lo del ahorro energético, y negar que un escote bonito es enseñado de cuando en cuando para ser visto, solo cuando quiere ser visto, cuando quiere ser mirado, además de ridículo niega parte de nuestro poder como mujeres, un poder que no se reduce a lo bello y a lo sexual pero del que lo bello y lo sexual forman parte y no pasa nada y por eso toda mujer ama a un fascista: porque todo el que mira nuestros escotes lo es, a no ser que sea un trapero en un videoclip, entonces es un trapero al uso, entonces se le permite. Y porque mal que bien y según el nuevo canon, nuestros abuelos lo fueron y nuestros padres lo son. No solo porque se les fueran los ojos con las mujeres bonitas que cruzaban los pasos de cebra cuando pensaban, inocentes, que no nos dábamos cuenta.
Ana Iris Simón (Feria)
Con el tiempo, ser madre me ha hecho sentir más fuerte, más segura, más independiente, más feliz. Ser madre sorda no debe ser diferente a ser como cualquiera mujer que tiene derecho a ser feliz y disfrutar la vida.
Teresa Bautista (Más Allá del Silencio)
desde muy niña tuve presente la certeza de este momento, por eso odiaba los espejos, porque me recordaban mis limitaciones y mi finitud, a pesar de la sensación de que con la inteligencia podía abarcarlo todo y vivir para siempre. No sé qué hubiera hecho diferente. Mi único deseo y verdadero impulso fue ser libre e independiente;
María Elena Sarmiento (La más amada: La seductora vida de Lou Andreas Salomé, la mujer que desafió a su época)
Él es la razón. Ella, la emoción. Él es la mente. Ella, el cuerpo. Él es independiente. Ella, dependiente. Él es activo. Ella, pasiva. Él es egoísta. Ella, sacrificada. Él es duro. Ella, tierna. Él es calculador. Ella, impredecible. Él es racional. Ella, irracional. Él está aislado del todo. Ella, atada al todo.
Katrine Kielos (¿Quién le hacía la cena a Adam Smith?: Una historia de las mujeres y la economía)
La ideología de género está basada en que las diferencias entre el hombre y la mujer son construcciones culturales, un aprendizaje social independiente del sexo. El ser humano nace neutro aunque, como cosa carente de importancia, presenta unos genitales masculinos o femeninos que en nada habrían de afectar a su existencia salvo por la educación sexuada que se les impone y que está adaptada a los roles sociales que obligatoriamente ha de cumplir por imposición de una sociedad de corte patriarcal que obliga a ello.
Alicia V. Rubio (Cuando nos prohibieron ser mujeres ...y os persiguieron por ser hombres: Para entender cómo nos afecta la ideología de género (Spanish Edition))
18. Johnson, Sophie, Inspiring Women: Biographies of Oprah Winfrey, J. K. Rowling, Michelle Obama, Sheryl Sandberg and Serena Williams, publicación independiente,
Teresa Baró (Imparables: Comunicación para mujeres que pisan fuerte (Divulgación) (Spanish Edition))
Una noche en Coclesito debatieron el caso de Laura Allende, la hermana menor de Salvador Allende. Pinochet la encerró dos años y luego la expulsó de Chile. Enferma de cáncer, suplicaba al tirano que la dejase volver para morir en el solar de su patria. Le mandaba cartas desde su exilio en La Habana, implorando un derecho de ciudadanía y una compasión imposibles. Laura, además de ser la hermana del mayor mártir del socialismo internacional y una mujer fragilísima de sesenta y seis años, había sido una política importante en el Chile anterior al golpe, dirigente socialista y una feminista destacada. La cuadrilla de Coclesito se instituyó en abajofirmante y acordó redactar una carta abierta o un manifiesto que forzase a Pinochet a compadecerse de la moribunda. Tumbado en su hamaca, con los ojos entrecerrados por el humo del puro, Omar escuchaba la plática sin intervenir, se mecía a punto de dormirse. Unos proponían canalizar la carta a través de la Internacional Socialista; otros preferían una lista de intelectuales independientes; el de más allá pedía que no se olvidasen de la ONU… —¿Y por qué no llamamos a Pinochet? La voz venía de la hamaca. Todos se volvieron hacia Omar y callaron, por si les tomaba el pelo. Como anfitrión, era el único con derecho a burlarse de las causas sagradas, si así le apetecía. Esperaron la carcajada, pero esta no llegó. —Soy el presidente de Panamá, ¿no? Y Pinochet es el presidente de Chile. Los presidentes de los países hablan, ¿no? Y pidió un teléfono, habló con alguien de la capital y pidió línea con Santiago de Chile. Se recostó otra vez en la hamaca y esperó. Al
Sergio del Molino (Un tal González (Spanish Edition))
En lo específico, tanto Juan Pablo II como Benedicto XVI y Francisco han considerado prioritario recordar a los católicos las consecuencias tangibles de la «misericordia» de Dios. En la práctica significa que, en el cristianismo, el cariño de Dios por las personas, por cada mujer y por cada hombre, es anterior a sus méritos, a sus buenas obras o a su rectitud moral, y radicalmente independiente de estas.
Javier Martínez-Brocal (Papa Francisco. El sucesor: Mis recuerdos de Benedicto XVI)
El conjunto de los sistemas de producción que tienen como fin la mercantilización del cuerpo femenino y la comercialización de su sexualidad dentro de un mercado destinado ante todo y principalmente a los hombres constituye uno de los primeros puntos de mira en la lucha de Femen. Además, asociamos a la industria del sexo toda actividad comercial en la que la mujer, despojada de su calidad de ser humano libre e independiente, es reducida a un cuerpo, a un envoltorio material o a una imagen al servicio de una visión de la sexualidad dominada por los hombres. A través de la prostitución, los vientres de alquiler, la pornografía mainstream y la publicidad, la mujer se vende, se compra, se importa y se exporta de un país a otro, convirtiéndose en un bien de consumo a escala planetaria.
FEMEN Internacional (Manifiesto FEMEN)
El primer grupo son las diosas vírgenes: Artemisa, diosa de la caza y de la luna, Atenea, diosa de la  estrategia y  la sabiduría, y Hestia, diosa  del hogar y de los templos. Este grupo de diosas influye en las mujeres independientes y autosuficientes. Eran las tres únicas diosas que no podían enamorarse y los apegos emocionales no las distraían de lo que consideraban importante.
Anonymous
Bryce resopló. —Yo soy una mujer independiente. —Está bien —dijo Hunt con una risa suave—. Digamos entonces que yo soy como una especie de ficha mágica en un videojuego y, cuando me... usas, subes de nivel. —Eso es lo más nerd que has dicho jamás —lo acusó Bryce y Hunt le hizo una reverencia.
Sarah J. Maas (House of Sky and Breath (Crescent City, #2))
La mujer se la entiende en relación al hombre; la mujer es objeto pasivo y el hombre sujeto activo. Uno de los placeres que nos brinda el cine, el teatro o el arte es la escopofilia, y el videojuego no ha querido ser menos. Freud aisló la escopofilia como uno de los instintos sexuales que existe como impulso independiente de las zonas erógenas. La asoció con tomar a otro ser humano como objeto, sometiéndolo a una mirada controladora y curiosa, lo cual precisa de un elemento activo -el que mira- y uno pasivo -el que es mirado-. En el mantener a la mujer como elemento pasivo, se ha reducido a decorado, objeto observado. Todos aquellos tropos y tipos que se usan en la narrativa actual son constructos sociales; generalizaciones, ya que no hay una sola feminidad.
Andrea Sacchi (¡Protesto! Videojuegos desde una perspectiva de género)
En este sentido, la premio Nobel Rigoberta Menchú presentó (curiosamente) ante la Audiencia Nacional española en 1999 una querella contra el Gobierno guatemalteco —ante la imposibilidad de hacerlo en Guatemala— para investigar crímenes cometidos por oficiales guatemaltecos contra las mujeres mayas, ¡en pleno siglo xx!. De hecho, la discriminación de los indios en Latinoamérica no fue menor una vez que las colonias se independizaron de España, sino que en ocasiones fue incluso mucho más intensa. Es el caso de Argentina donde los indios llegaron a desaparecer… tras la descolonización. En la llamada campaña del Desierto (1878-1885), cuando hacía más de sesenta años de la independencia de España (por tanto quienes mandaban eran ya una generación nacida en una Argentina independiente), el Ejército argentino cargó contra los pueblos amerindios, principalmente de las etnias mapuche y tehuelche que vivían hasta entonces tranquilamente en la región pampeana y la Patagonia. Según estimaciones de un comité científico que acompañó al ejército argentino, de 15.000 indígenas que habitaban potencialmente la zona, 14.000 murieron o fueron hechos prisioneros. Otras estimaciones elevan tanto el número de pobladores, como de muertos o separados de sus familias. El objetivo, reconocido por el propio Congreso argentino, fue el exterminio de los indios salvajes de la Pampa y la Patagonia.
Alberto Gil Ibáñez (La leyenda negra: Historia del odio a España (Spanish Edition))
No queremos que nos acompañes a casa; queremos poder ir solas, poder ser independientes y libres, en vez de tener que ser valientes. No queremos un espray de pimienta, queremos seguridad. Que ningún hombre se atreva a acosarnos, perseguirnos, agredirnos por divertimento, por demostrar poder. Que las mujeres podamos conquistar los espacios, hacerlos nuestros, no sentirnos amenazadas. Queremos dejar de desear ser hombres cuando volvemos a casa. Las calles, la noche, también son nuestras.
Towanda Rebels (Hola guerrera: Alegatos feministas para una revolución)