“
Lo que me ocurre es que a veces, cuando voy sola en el metro y veo un grupo de adolescentes con bomber y pantalones pitillo, me asusto un poco y me siento pequeña. Entonces dejo que la mujer adulta que ahora soy, empoderada gracias al feminismo, se comunique con la adolescente asustada que era entonces y eso me reconforta.
”
”