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En lo Ăşnico en que estuvieron de acuerdo Prieto, Azaña y NegrĂn fue en hacer frente a la traiciĂłn, que los tres reconocieron en plena guerra, del nacionalismo catalán y vasco. NegrĂn llegĂł incluso a manifestar que no dudarĂa en ponerse a gritar en la plaza de Cataluña que si la guerra se pierde, se perderĂa principalmente por la conducta insensata y egoĂsta de Cataluña (J. Zugazagoitia, 1968, p. 44). Por esto mismo decidiĂł NegrĂn trasladar el Gobierno a Barcelona con el objetivo de incorporar de forma sincera a Cataluña a la guerra. El Parlamento nacional llegarĂa a reunirse en la abadĂa de Montserrat.
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Alberto Gil Ibáñez (La leyenda negra: Historia del odio a España (Spanish Edition))