Mis Hijos Frases Quotes

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Se felicitaba de morir sin hijos; pues mis hijos se hubieran parecido a mí y ella les hubiera mostrado la misma aversión que a su padre. Aquella frase en la que supura tanto rencor fue la única prueba de amor que me haya dado Sabina.
Marguerite Yourcenar (Memoirs of Hadrian)
Yo siempre pienso que va a pasar algo, algo emocionante, divertido, memorable. Una de mis frases favoritas es cuando alguien (mis hijos, mis amigos, quien sea) me dice: «¿Sabes lo que me ha pasado hoy?» Porque sé que a continuación viene una historia. A los niños les ocurren cosas constantemente y a nosotros en realidad también. La chica con la que nos hemos cruzado al salir del metro, la vieja cicatriz en el pulgar, la discusión con el quiosquero. Tal vez el final de una relación tenga lugar cuando ya no tenemos ganas de contar historias ni demasiado interés en escucharlas. Tal vez no deberíamos hablar con nadie que no nos escuche apasionadamente. Yo me aburro si no pienso que todo es posible. Ya sé que ahora está de moda decir que aburrirse está muy bien, que es saludable y hasta creativo, pero yo, que estoy chapada a la antigua, sigo pensando que aburrirse es un coñazo. Que sucedan cosas. Las que sean, importantes, banales, definitivas o ridículas.
Milena Busquets (Hombres elegantes y otros artículos)
—Sueño que un día esta nación se alzará y vivirá de acuerdo con el verdadero sentido de su credo: «Sostenemos como certeza manifiesta que todos los hombres fueron creados por igual». »Sueño que un día, en las colinas rojizas de Georgia, los hijos de los antiguos esclavos y los hijos de los antiguos esclavistas podrán sentarse juntos a la mesa de la hermandad… Yo tengo un sueño. »Sueño que un día, incluso el estado de Mississippi, un estado sofocado por el calor de la injusticia, sofocado por el calor de la opresión, se convertirá en un oasis de libertad y justicia… Yo tengo un sueño. Había conseguido orquestar un ritmo, y doscientas mil personas sentían cómo sus palabras mecían sus almas. Era algo más que un discurso: era un poema y un cántico, y una oración tan profunda como la tumba. Las palabras desgarradoras de «Yo tengo un sueño» llegaban como un «amén» al final de cada frase que retumbaba en el aire. —Sueño que mis cuatro hijos pequeños vivirán un día en una nación en la que no serán juzgados por el color de su piel sino por su personalidad….
Ken Follett (El umbral de la eternidad)