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Vamos a verlo a partir de sus distintos niveles. En el nivel más básico, un objeto inteligente es un objeto digital con una capa de blockchain en su interior. La capa de blockchain implica que el objeto inteligente es único, lo cual dota a dichos objetos de autenticidad y escasez. Si tienes un cromo de Tom Brady con tecnología Vatom, puedes estar seguro de que es el único que existe.77 Si me das el cromo, ahora lo tengo yo, y tú ya no. Funciona, en otras palabras, como un objeto físico. Vamos al siguiente nivel. Vamos a imaginar que llevas puestas unas gafas inteligentes mientras paseas por Nueva York y ves un gran cartel de Coca-Cola en el que aparecen seis botellas. Apuntas con tu móvil al cartel y pulsas un botón para hacer la compra, y de repente una de las botellas salta del anuncio a tu teléfono. Ahora hay cinco botellas en el cartel y una más dentro de un dispositivo de memoria especial para objetos inteligentes que llevas en el móvil. Hay que señalar dos cosas. Para meter la coca-cola en el móvil no has tenido que bajarte una app o entrar en una web. Sólo tienes que apuntar, marcar y el resto es automático. Y, aún mejor, no sólo has conseguido una copia digital de la coca-cola del anuncio; te llevas la coca-cola de verdad. Ahora quedan cinco coca-colas en el cartel, porque tienes una dentro de tu móvil. Puedes entrar en un bar y pasar la coca-cola de tu móvil al del camarero. Y ahora el camarero te sirve una coca-cola de verdad. El objeto inteligente funciona como un vale. Pero en realidad acaba de ocurrir algo asombroso: al cambiar tu coca-cola digital por una real, has transferido el valor del mundo digital al físico.
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Peter Diamandis (El futuro va más rápido de lo que crees: Cómo la convergencia tecnológica está transformando las empresas, la economía y nuestras vidas (Deusto) (Spanish Edition))