Marcos Jr Quotes

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Y les dijo: ¿No sabéis esta parábola? ¿Cómo, pues, entenderéis todas las parábolas? MARCOS 4.13 Jesús fue un experto narrador de historias, pero nunca contó una historia solo por contarla. Sus parábolas no fueron juegos de palabras o misteriosos «resuélvalo usted mismo», donde se invitaba a cada oyente a proporcionar su propio significado. Cada una de sus parábolas transmitía una enseñanza importante, originada por Cristo mismo y fortalecida por él en la estructura de la parábola. Esa es una realidad crucial para recordar, porque explica cómo la verdad es compatible con la narración de historias. Ni siquiera la ficción es totalmente incompatible con nuestras ideas convencionales de verdad, porque a la larga toda historia bien narrada la plantea. Y lo importante de una buena historia es que se supone que es cierta (o al menos una verdad de vida en algún nivel), aunque la historia misma pinte un panorama totalmente imaginario. Las parábolas resaltan una verdad importante, igual que la moraleja de una historia bien contada. Eso explica por qué la verdad vital contenida en una parábola es fija y objetiva, no es un pedazo metafísico de plastilina que podemos amasar y darle la forma que queramos. Recuerde que cuando Jesús empezó a usar parábolas en su ministerio público, se apartó a solas con los discípulos y cuidadosamente les explicó la parábola del sembrador (Mateo 13.18–23). Esta tenía un significado objetivo claro, simple, único y sencillo, y mientras Jesús se los explicaba les indicó que todas las parábolas se podían entender por medio de un método parecido de interpretación (vea Marcos 4.13). De ahí que no haya absolutamente ninguna razón para suponer que el uso de parábolas por parte de Jesús es de algún modo un indicio de que la verdad misma está tan oculta en misterio como para ser totalmente indescifrable.
John F. MacArthur Jr. (Las lecturas diarias de MacArthur: Desatando la verdad de Dios un día a la vez (Spanish Edition))
Entonces Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: He aquí, Señor, la mitad de mis bienes doy a los pobres; y si en algo he defraudado a alguno, se lo devuelvo cuadruplicado. Jesús le dijo: Hoy ha venido la salvación a esta casa. LUCAS 19.8–9 La salvación de Zaqueo inmediatamente afectó el aspecto financiero de su vida (Lucas 19.1–10). La evidencia inicial de su vida transformada fue su absoluto cambio de actitud hacia su dinero. Como recaudador de impuestos en el Imperio Romano, había estado totalmente centrado en acumular tanta riqueza como era posible, incluso si eso significaba defraudar a los contribuyentes y retener contribuciones a las personas necesitadas. La transformación de Zaqueo fue tan genuina y drástica que Jesús hizo esta tajante declaración: «Hoy ha venido la salvación a esta casa» (Lucas 19.9). No todos los encuentros con Jesús tuvieron un resultado positivo. Los Evangelios sinópticos (Mateo 19; Marcos 10; Lucas 18) contienen el relato del joven rico. El Señor escogió un mandato que revelaría si en realidad el joven estaba preocupado por la salvación. Jesús le dijo: «Una cosa te falta: anda, vende todo lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme» (Marcos 10.21). Lamentablemente, el joven no estaba dispuesto a obedecer a Cristo si esto significaba separarse de sus riquezas, así que se fue, reacio a seguir las instrucciones de Jesús. En estas dos ocasiones importantes en las que Jesucristo íntimamente se relacionó hay un fuerte contraste entre la actitud hacia el dinero y el estatus ante Dios. En la historia de Zaqueo, el hecho de que su actitud hacia la riqueza cambió fue evidencia sólida de que su arrepentimiento y búsqueda de Dios eran auténticos. En la historia del joven rico, su obstinada negativa a desprenderse de su riqueza era prueba de su adoración de sí mismo. ¿Cómo su visión del dinero se relaciona con su estado ante Dios?
John F. MacArthur Jr. (Las lecturas diarias de MacArthur: Desatando la verdad de Dios un día a la vez (Spanish Edition))
Peopleware. A major contribution during recent years has been DeMarco and Lister's 1987 book, Peopleware: Productive Projects and Teams. Its underlying thesis is that "The major problems of our work are not so much technological as sociological in nature." It abounds with gems such as, "The manager's function is not to make people work, it is to make it possible for people to work." It deals with such mundane topics as space, furniture, team meals together. DeMarco and Lister provide real data from their Coding War Games that show stunning correlation between performances of programmers from the same organization, and between workplace characteristics and both productivity and defect levels. The top performers' space is quieter, more private, better protected against interruption, and there is more of it. . . . Does it really matter to you . . . whether quiet, space, and privacy help your current people to do better work or [alternatively] help you to attract and keep better people?[19]
Frederick P. Brooks Jr. (The Mythical Man-Month: Essays on Software Engineering)
Al crear un evangelio sintético, facilitan que las iglesias se llenen de personas que no se han arrepentido de sus pecados. En lugar de hacer al mundo como la iglesia, tales esfuerzos tienen solo el éxito de hacer la iglesia más como el mundo. Esta precisamente fue la enseñanza de Jesús en Marcos 4 para evitar esto.
John F. MacArthur Jr. (La evangelización)
Y se difundió su fama por toda Siria; y le trajeron todos los que tenían dolencias, los afligidos por diversas enfermedades y tormentos, los endemoniados, lunáticos y paralíticos; y los sanó. MATEO 4.24 Los síntomas de la posesión demoníaca en el Nuevo Testamento son variados. Los endemoniados eran algunas veces personas dementes, como es el caso de dos hombres poseídos por los demonios, que vivían en un cementerio y se comportaban tan fieramente que nadie se atrevía a acercárseles (Mateo 8.28–34; Marcos 5.1–5). Con mucha frecuencia, la posesión demoníaca implicaba padecimientos físicos. No pensemos (como muchos lo hacen) que la descripción bíblica de las posesiones demoníacas, son meras acomodaciones a las supersticiones humanas, o que las enfermedades caracterizadas como posesión demoníaca en la Biblia, fueran en realidad manifestaciones de epilepsia, demencia u otras aflicciones puramente fisiológicas y sicológicas. Las Escrituras hacen una clara distinción entre posesión demoníaca y enfermedad, incluyendo epilepsia y parálisis (Mateo 4.24). La posesión demoníaca implica sujeción a un espíritu demoníaco —una criatura caída verdadera y personal— que habita en la persona afligida. En varios casos, la Escritura describe cómo los espíritus de demonios hablan a través de los labios de aquellos a quienes atormentan (Marcos 1.23–24; Lucas 4.33–35). Algunas veces, Jesús obligaba a los demonios a identificarse, quizás para dar una clara prueba de su poder sobre ellos (Marcos 5.8–14). En todos los casos, sin embargo, la posesión demoníaca es presentada como una aflicción, no como un pecado en sí. Indudablemente, la anarquía, la superstición y la idolatría juegan un gran papel importante, en abrir el corazón de las personas a la posesión demoníaca, pero a ninguno de estos individuos endemoniados en el Nuevo Testamento se les asocia explícitamente con conductas inmorales. Siempre se los presenta como personas atormentadas, no como malhechores obstinados. ¿Qué puntos de vista erróneos de posesión demoníaca ha visto retratado en la sociedad?
John F. MacArthur Jr. (Las lecturas diarias de MacArthur: Desatando la verdad de Dios un día a la vez (Spanish Edition))
Y les dijo: ¿No sabéis esta parábola? ¿Cómo, pues, entenderéis todas las parábolas? MARCOS 4.13 Jesús fue un experto narrador de historias, pero nunca contó una historia solo por contarla. Sus parábolas no fueron juegos de palabras o misteriosos «resuélvalo usted mismo», donde se invitaba a cada oyente a proporcionar su propio significado. Cada una de sus parábolas transmitía una enseñanza importante, originada por Cristo mismo y fortalecida por él en la estructura de la parábola. Esa es una realidad crucial para recordar, porque explica cómo la verdad es compatible con la narración de historias. Ni siquiera la ficción es totalmente incompatible con nuestras ideas convencionales de verdad, porque a la larga toda historia bien narrada la plantea. Y lo importante de una buena historia es que se supone que es cierta (o al menos una verdad de vida en algún nivel), aunque la historia misma pinte un panorama totalmente imaginario.
John F. MacArthur Jr. (Las lecturas diarias de MacArthur: Desatando la verdad de Dios un día a la vez (Spanish Edition))
Los verdaderos efectos del pecado Echadle en las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes. MATEO 22.13 El pecado nunca realmente satisface. Hay placeres momentáneos en el pecado (cp. Hebreos 11.25), pero invariablemente dan paso a la tristeza, la miseria y el dolor. En un momento de búsqueda del placer motivado por su amor al dinero, Judas rechazó cualquier posibilidad de verdadera alegría o satisfacción permanente. Pablo escribió: «Raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores» (1 Timoteo 6.10). Judas es el prototipo de lo que Pablo estaba describiendo. Nadie atravesó por más pena y todo por el necio amor al dinero. Judas no recibiría ninguna simpatía o apoyo de sus compañeros de conspiración. La respuesta de ellos a su confesión fue en son de burla: «Mas ellos dijeron: ¿Qué nos importa a nosotros? ¡Allá tú!» (Mateo 27.4). Judas, completamente sin amigos, sin esperanza y desconsolado por el peso de su propia culpa, entonces selló su destrucción propia para siempre con un acto de suicidio. Tal vez pensó Judas que por suicidarse finalmente obtendría alivio de su culpa. Lo contrario es cierto. Al matarse a sí mismo se ató a su culpa para siempre. De todas las personas, Judas debería haber sabido esto, pues había oído repetidamente la enseñanza de Jesús acerca del infierno como un lugar de tormento eterno, de fuego que nunca se apagará, de llanto y crujir de dientes que continuará día y noche por los siglos (Mateo 8.12; 13.42, 50; 22.13; 24.51; 25.30; Marcos 9.43–48; Lucas 13.28). En el infierno el dolor de la culpa y de la conciencia serán eternamente intensificados.
John F. MacArthur Jr. (Las lecturas diarias de MacArthur: Desatando la verdad de Dios un día a la vez (Spanish Edition))
El que encubre sus pecados no prosperará; mas el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia. PROVERBIOS 28.13 Lo que es evidente es que la gente en nuestra cultura se ha vuelto muy buena en culpar del cambio tomando de chivos expiatorios a los padres, las decepciones de la infancia y otras disfunciones que escapan a su control. No importa cuál es el problema que sufra, tanto si usted es un asesino caníbal en serie o simplemente alguien que está luchando con angustia emocional, es fácil encontrar a alguien que le explicará por qué su problema no es culpa suya. Esto puede ser espiritualmente destructivo. No aborda el problema real de la pecaminosidad humana. Alimenta las peores tendencias de la naturaleza humana. Engendra la forma más catastrófica de la negación: la de la propia culpa. Se añade más culpa por culpar a alguien que no es realmente el culpable en lo absoluto. Desconocer nuestra culpabilidad personal nunca puede liberarnos del sentimiento de culpa. Por el contrario, los que se niegan a reconocer su pecado en realidad se hacen esclavos de su propia culpa. «Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros. [Pero] si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad» (1 Juan 1.8–9). Jesucristo vino al mundo para salvar a los pecadores. Él dijo específicamente que no había venido a salvar a los que quieren exonerarse a sí mismos (Marcos 2.17). Donde no hay reconocimiento del pecado y la culpa, cuando la conciencia ha sido objeto de abusos en silencio, no puede haber salvación, ni santificación y por lo tanto, una verdadera emancipación del poder implacable del pecado.
John F. MacArthur Jr. (Las lecturas diarias de MacArthur: Desatando la verdad de Dios un día a la vez (Spanish Edition))
It no longer shocks me to think that while I watch a highly intelligent man (like Ferdinand “Bongbong” Marcos Jr.) speaks the truth, I couldn't help but think how he possesses an ideal trait that is strongly compelled by love. And it inspires a deep sense of awe in me.
Bea Pilotin
El cálculo cronológico entre el Evangelio de Juan y los Evangelios sinópticos de Mateo, Marcos y Lucas presentan un desafío en los relatos de la Última Cena (13.2). Los sinópticos nos muestran a los discípulos y al Señor en la Última Cena ingiriendo la comida de Pascua el jueves por la noche, y a Jesús siendo crucificado el viernes. Juan dice que el juicio y la crucifixión de Jesús fueron el día de la preparación para la Pascua (19.14) y no después de la comida de Pascua. Entonces uno se pregunta: «¿Por qué comieron los discípulos la cena de la Pascua el día jueves?». La respuesta está en el hecho de que en tiempos de Jesús los judíos calculaban el principio y el final de cada día de dos formas. Los judíos del norte de Palestina calculaban los días de un amanecer al siguiente amanecer. Los judíos del sur de Israel calculaban los días de atardecer en atardecer. El doble calendario explica con facilidad las aparentes contradicciones en los relatos de los evangelios.
John F. MacArthur Jr. (El manual bíblico MacArthur: Un estudio introductorio a la Palabra de Dios, libro por libro)
Mateo 10:2-4 Marcos 3:16-19 Lucas 6:13-16 Hechos 1:1-13 Pedro Pedro Pedro Pedro Andrés Jacobo Andrés Jacobo Jacobo Juan Jacobo Juan Juan Andrés Juan Andrés Felipe Felipe Felipe Felipe Bartolomé Bartolomé Bartolomé Tomás Tomás Mateo Mateo Bartolomé
John F. MacArthur Jr. (Doce hombres comunes y corrientes: Cómo el Maestro formó a sus discípulos para la grandeza, y lo que Él quiere hacer contigo)
Greek philosophers knew then that governments could warp men, just as men can warp governments. "People are the same everywhere, only governments try to make them different." Who was it who had said that? It could have been Socrates, but it wasn't. We recalled the engineering student in northern Iraq who had.
McGregor Smith Jr. (Thank you, Marco Polo: The Story of the First Around-the-World Trailer Caravan)
Mateo lo ve a través de la perspectiva de su reino. Marcos a través de su servicio como siervo. Lucas a través de la perspectiva de su naturaleza humana, y Juan a través de su deidad.
John F. MacArthur Jr. (El manual bíblico MacArthur: Un estudio introductorio a la Palabra de Dios, libro por libro)
La solución moderna, aun entre evangélicos, ha sido suponer que alguna forma de dependencia literaria existe entre los Evangelios sinópticos. La teoría más comúnmente aceptada para explicar tal supuesta dependencia literaria es conocida como la teoría de las «Dos fuentes». De acuerdo a esa hipótesis, Marcos fue el primer Evangelio escrito, y Mateo y Lucas entonces usaron a Marcos como una fuente al escribir sus Evangelios. Los que proponen esta posición imaginan una fuente no existente, una segunda fuente, denominada Q (de la palabra alemana Quelle, «fuente»), y defienden que supuestamente esta es la fuente del material en Mateo y Lucas que no aparece en Marcos. Ellos proponen varias líneas de evidencia para apoyar su punto de vista. En primer lugar, la mayoría de Marcos encuentra su paralelo en Mateo y Lucas. Debido a que es mucho más corto que Mateo y Lucas, los últimos dos entonces deben ser expansiones de Marcos. En segundo lugar, los tres Evangelios siguen el mismo bosquejo cronológico general, pero cuando Mateo o Lucas se apartan de la cronología de Marcos, el otro está de acuerdo con Marcos. Expresado de otra manera, Mateo y Lucas no se apartan de la cronología de Marcos en los mismos lugares.
John F. MacArthur Jr. (El manual bíblico MacArthur: Un estudio introductorio a la Palabra de Dios, libro por libro)
Causa verdadero asombro entre los historiadores el extremo que llegó a alcanzar el debate intelectual, libre y sin cortapisas, en estos centros de enseñanza. La exaltación de la razón humana y sus capacidades, el compromiso con un debate racional y riguroso, y el impulso de la investigación intelectual y el intercambio académico -todo ello patrocinado por la Iglesia- proporcionaron el marco necesario para la extraordinaria revolución científica que habría de producirse en la civilización occidental.
Thomas E. Woods Jr. (Cómo la Iglesia construyó la civilización occidental)