Lord Alto Quotes

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Hubo una explosión roja frente a mí; de pronto no conseguía respirar con suficiente rapidez, no podía pensar por encima del rugido que me atroanaba la cabeza. En un instante estaba mirando fijamente, en el siguiente, tenía un zapato en la mano. Se lo tiré con todas mis fuerzas. Todas mis fuerzas eran fuerzas considerables, fuerzas de inmortal. Apenas vi la sandalia de seda cuando voló atravesando el aire, rápida como una estrella fugaz, tan rápida que ni un alto lord hubiera podido detectarla... Lo golpeó directamente en la cabeza. Rhys se volvió, tenía una mano en la parte posterior de la cabeza, los ojos muy abiertos. Yo ya tenía el otro zapato en la mano. Los labios de Rhys se despegaron de sus dientes. —A ver si te atreves. —Genio... Debia de tener un día para dejar traslucir así su genio. –Capítulo 5, pág. 56
Sarah J. Maas (A Court of Mist and Fury (A Court of Thorns and Roses, #2))
—¡Ningún hechizo, por cierto! —dijo sibilante— ¡Ninguno en absoluto! ¡Por la escoba y las estrellas y la cabalgata nocturna! ¿Le quitaríais a la Tierra la heredad que recibió de tiempos de antaño? ¿La despojaríais de su tesoro para dejarla desnuda y expuesta a la burla de los otros planetas? Pobres por cierto seríamos privados de la magia que hemos almacenado para envidia de la oscuridad y del Espacio. [...] Antes os daría —dijo— un hechizo contra el agua para que todo el mundo pereciera de sed, que un hechizo contra la canción de las corrientes que la tarde oye débilmente en lo alto de una colina, demasiado ligera para oídos despiertos, una canción que se filtra en los sueños y nos entera de las viejas guerras y los amores perdidos de los Espíritus de los ríos.
Lord Dunsany (The King of Elfland's Daughter)
but the poor boy is in a fair way to becoming an alto, a counter-tenor for life.’ ‘Hoot,’ said Graham, grinning still. ‘Does the swelling affect the vocal cords?’ ‘The back of my hand to the vocal cords,’ said Stephen. ‘Have you not heard of orchitis? Of the swelling of the cods that may follow mumps?’ ‘Not I,’ said Graham, his smile fading. ‘Nor had my messmates,’ said Stephen, ‘though the Dear knows it is one of the not unusual sequelae of cynanche parotidaea, and one of real consequence to men. Yet to be sure there is something to be said in its favour, as a more humane way of providing castrati for our choirs and operas.’ ‘Does it indeed emasculate?’ cried Graham. ‘Certainly. But be reassured: that is the utmost limit of its malignance. I do not believe that medical history records any fatal issue – a benign distemper, compared with many I could name. Yet Lord, how concerned my shipmates were, when I told them, for surprisingly few seem to have had the disease in youth – ’ ‘I did not,’ said Graham, unheard. ‘Such anxiety!’ said Stephen, smiling at the recollection. ‘Such uneasiness of mind! One might have supposed it was a question of the bubonic plague. I urged them to consider how very little time was really spent in coition, but it had no effect. I spoke of the eunuch’s tranquillity and peace of mind, his unimpaired intellectual powers – I cited Narses and Hermias. I urged them to reflect that a marriage of minds was far more significant than mere carnal copulation. I might have saved my breath: one could almost have supposed that seamen lived for the act of love.
Patrick O'Brian (The Ionian Mission (Aubrey/Maturin, #8))
Our bread was given, not earned. We had nowhere else to go and nothing else to do but sit there together, saying sonorous words in unison, listening to language we did not hear anywhere else in our lives. Take heart. Go in peace. Bear fruit. Although we could have sat quietly with Bibles on our laps and read these things to ourselves, we took turns reading them out loud to each other instead. The words sounded different when Kline read them than they did when Kathy read them. They sounded different from the mouth of a young mother than they did from the mouth of a widow. This was because the words did not come straight off the page. They percolated up through the silt and gravel of real people's lives so that the meaning in them was fluid, not fixed. Listening to one another read Holy Scripture, some of us learned what is meant by 'the living word of God.' We also sang things we could more easily have said. The Lord be with you. And also with you. None of us would have dreamed of doing this in the grocery store, but by doing it in church we remembered that there was another way to address one another. Lift up your hearts. We lift them up unto the Lord. Where else did any of us sing anymore, especially with other people? Where else could someone pick up the alto line on the second verse of 'Amazing Grace' and give five other people the courage to sing in harmony? Sometimes, when we were through, we would all just stand there listening until the last note turned entirely to air. We could even be quiet together, which was something else that did not happen many other places in our lives. Silence was so countercultural for most of us that it took a lot of practice before we could do it together.
Barbara Brown Taylor (Leaving Church: A Memoir of Faith)
-¡Párate! ¡Párate! -gritó con voz desesperada-. Es inútil correr. Los ojos se acercaban lentamente. -¡Galadriel! -llamó, y apelando a todas sus fuerzas levantó el frasco una vez más. Los ojos se detuvieron. Por un instante la mirada cedió, como si la turbara la sombra de una duda. Y entonces a Frodo se le inflamó el corazón dentro del pecho, y sin pensar en lo que hacía, fuera locura, desesperación o coraje, tomó el frasco en la mano izquierda, y con la derecha desenvainó la espada. Dardo relampagueó, y la afilada hoja élfica centelleó en la luz plateada, y una llama azul tembló en el filo. Entonces, la estrella en alto y esgrimiendo la espada reluciente, Frodo, hobbit de la Comarca, se encaminó con firmeza al encuentro de los ojos.
Tolkien J.R.R (The Two Towers (The Lord of the Rings, #2))
«Premesso che sono titolare di carta di credito, e non voglio regali o ricordini d’addio di nessun genere dai Ragusia-Selvatia,» Clem agitò in alto i pugni in segno di sfida, «non desidero partecipare alle vostre orge depravate.» Lord Tanith ammiccò. «Sarebbe un vero peccato, visto il vostro aspetto sgualcito. Se c’è una cosa che posso affermare, da vero esperto, è che le orge fanno bene alla pelle.»
S.M. May (Dreams Collection)
Mark salió del agua y metió los pies en las botas. Ni él ni Cristina estaban totalmente cubiertos por un glamour, y Emma notó las miradas que les dirigían los mundanos que pasaban por allí; porque era alto y guapo y porque sus ojos brillaban con más intensidad que las luces de la noria. Y porque uno de sus ojos era azul y el otro dorado. Y porque había algo en él, algo indefiniblemente extraño, un rastro asilvestrado de Feéra. Feéra, que siempre hacía pensar a Emma en grandes extensiones abiertas, en la libertad y la anarquía. «Soy un chico perdido —parecían decir sus ojos—. Encuéntrame».
Cassandra Clare (Lord of Shadows (The Dark Artifices, #2))
COMPRO CUECAS USADAS PARA FINS SENTIMENTAIS Pago R$ 50 por cueca usada. Cuecas slip brancas valem mais (R$ 60). Tenho fetiche por: AGROBOYS (cada cueca será comprada por R$ 5 a mais; R$ 10 a mais caso o vendedor esteja usando um chapéu de palha durante o encontro com o comprador); ADVOGADOS (R$ 5 a mais por cueca caso o vendedor se apresente de terno); LIMPADORES DE JANELAS (venha com o uniforme da empresa para ganhar mais R$ 7 por cueca usada); PILOTOS DE MOTOCROSS (venha a caráter e R$ 150 serão somados ao valor total); HOMENS QUE PINTARAM O CABELO DE LOIRO PARA O ANO NOVO (valor total dobrado!). Compro sungas usadas, secas (R$ 70 por peça) ou molhadas (R$ 80 reais por peça — atenção: é importante que as peças molhadas estejam embaladas em saco plástico transparente e que tenham sido utilizadas nas últimas doze horas, no máximo. Obs.: caso tenha sido banho de mar, pago R$ 10 a mais por item). Encontre-me às 16h em frente à escola Elysium, no bairro Cacau, Rosália (Região Metropolitana do Rio de Janeiro). Estou disponível de segunda a sexta. Sou branco, tenho cabelos e olhos claros, e sou razoavelmente alto (meço um pouco mais de um metro e oitenta). Estarei parado próximo ao portão do colégio esperando — por favor, não deixe que meu semblante sério o intimide: aborde-me... mas seja discreto! O pagamento será realizado em dinheiro vivo. Para mais informações, entre em contato comigo pelo Facebook. Pedro von Schwenderlauf. (Caixa de mensagens sempre desbloqueada.)
Ulysses Persona (Compro Cuecas Usadas para Fins Sentimentais (Lorde Psicose) (Portuguese Edition))
De pronto, el aire empezó a soplar a su alrededor, en torno a un hombre al que habían llamado lord, Dragón Renacido, rey, asesino, amante, amigo. El viento se levantó, alto y libre, para remontar el vuelo hacia un cielo abierto, despejado de nubes. Sopló sobre un paisaje fracturado, sembrado de cadáveres que aún no habían sido enterrados. Un paisaje repleto, al mismo tiempo, de celebraciones. Acarició árboles en los que por fin crecían brotes. El viento sopló hacia el sur, a través de frondas de árboles nudosos, por encima de llanuras, y hacia tierras inexploradas. Ese viento no fue un final. Porque no existen finales, y nunca existirán, en el eterno girar de la Rueda del Tiempo. Pero aquél fue un final
Robert Jordan & Brandon Sanderson
En el transcurso de su obra, Lorde sostiene que no debemos protegernos de lo que nos duele. Debemos trabajar y luchar no para sentir dolor, sino para advertir aquello que causa dolor, lo que significa desaprender todo aquello que hemos aprendido a pasar por alto, a no mirar. Este trabajo es indispensable si queremos desarrollar un entendimiento crítico del modo en que la violencia, en cuanto relación de fuerza y daño, se dirige contra algunos cuerpos y no contra otros. Si bien podemos y debemos continuar el estudio que plantea Raymond Williams de las 'estructuras de sentimiento', creo que también deberíamos explorar los 'sentimientos de estructura': quizá los sentimientos sean el modo en que las estructuras se nos meten bajo la piel.
Sara Ahmed (The Promise of Happiness)
Alto, delgado, tocado con una capucha negra, el aterrador rostro con rasgos de serpiente era blanco y demacrado, y unos ojos rojos con sendas rendijas por pupilas miraban atentamente a Harry... Lord Voldemort había aparecido en medio del vestíbulo y apuntaba con su varita al muchacho, que se había quedado petrificado.
J.K. Rowling (Harry Potter y la Orden del Fénix (Harry Potter #5))