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La postura rusa con respecto al protocolo desde siempre fue variable; su intención fue obtener los mayore beneficios económicos posibles de su decisión. Los cambios de decisión en el año 2004 de Rusia se ven claramente. El 24 de mayo de 2004 Rusia anuncia que ratificará el Protocolo de Kioto; el 3 de junio el mismo año anuncia que no ratificaría el Protocolo, el 16 de junio retoma su decisión inicial de ratificarlo, y finalmente, el 24 de septiembre de 2004 Rusia toma la decisión de aprobar el Protocolo de Kioto.
Una de las principales razones por las cuales Rusia había tenido una posición cambiante frente a la ratificación de Protocolo está fundada en la negativa de EE.UU. a ratificarlo. La situación era la siguiente: en caso de que Rusia ratificara el Protocolo de Kioto tendría un compromiso de estabilización de emisiones de 17.4%, que era su nivel de emisiones para 1940, pero como consecuencia de la crisis económica posterior, sus emisiones estabsan en un nivel muy inferior, de tan solo 7%. Entonces, podría cumplir el tratado y aumentar sus emisiones en una buena cantidad, o vender a otros países con compromisos, su cupo de disponibilidad de emisión de CO2, de manera que todos los otros países que ratificaran el protocolo se convertirían en sus potenciales clientes, incluido EE.UU. que por sus altos niveles de emisiones en caso de ratificar el tratado. (148-149)
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