Juzgar Quotes

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Es fácil juzgar a otros cuando uno no ha sufrido esa experiencia
Isabel Allende (El cuaderno de Maya)
Entonces deberás juzgarte a ti mismo —le respondió el Rey—. Eso es lo más difícil. Es mucho más difícil juzgarse a uno mismo que juzgar a los demás. Si consigues juzgarte bien a ti mismo, serás un verdadero sabio.
Antoine de Saint-Exupéry
Nadie puede juzgar, sólo uno sabe la dimensión de su propio sufrimiento o de la ausencia total de sentido de su vida.
Paulo Coelho (Veronika Decides to Die)
Así entendí que juzgar no tiene sentido, que la vida no es o blanca o negra y que hablar del camino de otro si no lo has andado con sus mismos zapatos es absurdo.
Elísabet Benavent (La magia de ser Sofía (La magia de ser... #1))
Un país, una civilización se puede juzgar por la forma en que trata a sus animales.
Mahatma Gandhi
Yo no tengo autoridad moral para juzgar a nadie; en mi vida he hecho muchas locuras por amor y quien sabe si hare mas antes de morirme. El amor es un rayo que nos golpea de subito y nos cambia.
Jorge Amado
Es mucho más difícil juzgarse a sí mismo, que juzgar a los otros. Si consigues juzgarte correctamente es que eres un verdadero sabio.
Antoine de Saint-Exupéry (The Little Prince)
Quien no ha sentido nunca algo así no tiene derecho a juzgar, y quien lo ha sentido no necesita hacerlo.
Megan Hart (Broken)
Observa sin juzgar. Si lo haces, descubrirás esos matices que ahora son invisibles para ti. Caminas medio ciega por el mundo, te lo estás perdiendo todo.
Alice Kellen (El día que dejó de nevar en Alaska)
Cuando volvíamos al hospital le pregunté: "¿Por qué te gusta tanto mirar coches, Marc?". Me miró y contestó: "¿Por qué os gusta tanto mirar el sol?". Yo le dije que no mirábamos al sol sino que el sol era lo que nos proporcionaba... que nos bronceábamos... que era agradable... que... La verdad es que no sabíamos por qué mirábamos el sol. No juzgar; ésa fue la gran lección que aprendí ese día de aquel niño. (...) Encuentra lo que te gusta mirar y míralo.
Albert Espinosa (El mundo amarillo)
Te juzgarás a ti mismo —le respondió el rey—. Es lo más difícil. Es mucho más difícil juzgarse a sí mismo que juzgar a los otros. Si consigues juzgarte rectamente es que eres un verdadero sabio.
Antoine de Saint-Exupéry (The Little Prince)
Nadie debería juzgar, nadie, a no ser que con absoluta sinceridad pudiera asegurar que, en una situación similar, actuaría de manera diferente.
Viktor E. Frankl (Man's Search for Meaning)
... si nos tuvieran que juzgar por nuestros padres y nuestros abuelos, más valdría que todos nos empaláramos en rocas aserradas.
Kristin Cashore (Fire (Graceling Realm, #2))
Los que no cambian nunca de opinión deben cerciorarse bien antes de juzgar.
Jane Austen (Orgullo y prejuicio / Persuasión)
El pasatiempo favorito de las personas normales es juzgar a las que no lo son.
Sayaka Murata (コンビニ人間 [Konbini ningen])
Es mucho más difícil juzgarse a sí mismo que juzgar a los demás. Si logras juzgarte bien a ti mismo eres un verdadero sabio.
Antoine de Saint-Exupéry (El Principito)
Te juzgarás a ti mismo —le respondió el rey—. Es lo más difícil. Es mucho más difícil juzgarse a sí mismo, que juzgar a los otros. Si consigues juzgarte rectamente es que eres un verdadero sabio.
Antoine de Saint-Exupéry
Se dice que nadie conoce realmente un país hasta haber pasado por sus cárceles. No se debe juzgar a una nación por cómo trata a sus miembros más encumbrados, sino por cómo trata a los más humildes.
Nelson Mandela (El largo camino hacia la libertad)
... y antes de juzgar mal a alguien debía pensar si tuvo las mismas oportunidades que yo.
José Emilio Pacheco
No podemos juzgar los problemas de los demás. Lo que a mí me parece insignificante a otro puede suponerle un mundo, y está bien. Creo que deberías dedicarte a lo que haga feliz, Liam.
Inma Rubiales (Hasta que nos quedemos sin estrellas)
Está tan de moda pretender juzgar las costumbres de un escritor por sus escritos; esta falsa concepción encuentra hoy tantos partidarios, que casi nadie se atreve a poner a prueba una idea osada.
Marquis de Sade
Nunca podemos juzgar la vida de los demás, porque cada uno sabe de su propio dolor y de su propia renuncia. Una cosa es suponer que uno está en el camino cierto; otra es suponer que ese camino es el único.
Paulo Coelho (By the River Piedra I Sat Down and Wept)
las acciones —no los pensamientos ni las intenciones— eran la verdadera forma de juzgar a los demás,
Nicholas Sparks (Un paseo para recordar)
La cuestión, Andras, es que no podemos juzgar la fuerza de los demás teniendo como referencia la nuestra, eso sería injusto.
Erika Fiorucci (Una sonata para ti)
nadie tiene la culpa de estar en la miseria, y antes de juzgar mal a alguien debía pensar si tuvo las mismas oportunidades que yo.
José Emilio Pacheco (Las batallas en el desierto)
Te juzgarás a ti mismo -le respondió el rey-. Es lo más difícil. Es mucho más difícil juzgarse a sí mismo, que juzgar a otros.
Antoine de Saint-Exupéry (The Little Prince)
pero no puedes juzgar a quién amas más por la cantidad de tiempo que los amas.
Jenny Han (P.S. I Still Love You (To All the Boys I've Loved Before, #2))
Mi padre señaló que nadie tiene la culpa de estar en la miseria, y antes de juzgar mal a alguien debía pensar si tuvo las mismas oportunidades que yo.
José Emilio Pacheco (Las batallas en el desierto)
Al juzgar un libro por su portada, te arriesgas a perderte del universo que hay dentro.
Juan Viale Rigo (Último Año)
No estamos aquí para juzgar, sino para acompañar. Eso es todo.
Beatriz Esteban (Presas)
Las apariencias engañan. Un pobre puede llevar las vestiduras de un príncipe y un príncipe puede estar descalzo en la calle. Hay que juzgar a las personas por sus actos, no por la ropa que lleven. (Eleni)
Sherrilyn Kenyon (Acheron (Dark-Hunter, #14))
ITALIANO – Adoro la luce della candela. Mi aiuta ad ingannare gli occhi e a giudicare le cose guardandole con il cuore. ENGLISH – I love the candle light. It helps me to fool the eyes judging things by heart. SPAGNOLO – Adoro la luz de las velas.Me ayuda a engañar los ojos y a juzgar las cosas mirandolas con el corazón.
Gianluca Frangella
En lugar de juzgar a la gente por sus méritos y defectos individuales, nos concentramos en un par de detalles de información sobre ellos y a continuación los colocamos en una serie de casillas previamente establecidas. Con eso nos ahorramos el esfuerzo de pensar, al precio en muchos casos de cometer una profunda injusticia.
Carl Sagan (The Demon-Haunted World: Science as a Candle in the Dark)
Mi cuerpo es un regalo de mis padres. El templo de mi alma, mi mente, mi corazón. Mi cuerpo es orgullo, un retrato de mi tierra, una canción de amor. Mi cuerpo no es tuyo para juzgar. No es tuyo para decidir. Ni tuyo para criticar. Es mío, solo mío, y de nadie más.
Mayra Cuevas (Does My Body Offend You?)
—Pues tampoco está tan mal… —comentó James en voz alta. —¿Qué es lo que no está tan mal? Sorprendido, dejó caer el sujetador al suelo. Era Kelsey, que le observaba con atención a apenas dos metros de distancia. Estaba de brazos cruzados y, a juzgar por la agria expresión de su rostro, seguía cabreada. —Decía que…, nada, que no está tan mal esto de tender la ropa —mintió. —Me alegra. Espero que te sirva de lección y lo hagas más a menudo. —No lo dudes —añadió, esforzándose por no reír. —¿Sabes?, hoy estás un poco raro. —Así soy yo: raro y exclusivo —aclaró. —No eres exclusivo en el buen sentido de la palabra, James. En todo caso serías… repulsivo. James frunció el ceño, molesto.
Silvia Hervás
No te avergüences de ser pobre. Olvida lo del dinero, la posición social y todo lo demás, y aprende a juzgar a la gente por lo que realmente es.
A.J. Cronin (La ciudadela (ROMAN) (Spanish Edition))
Es mucho más difícil juzgarse a sí mismo, que juzgar a los otros. Si consigues juzgarte rectamente es que eres un verdadero sabio.
Miguel de Cervantes Saavedra (50 Obras Maestras Que Debes Leer Antes De Morir: Vol. 4 (Spanish Edition))
Ahora deja que te mire, Fanny, y te diga lo mucho que me gustas. Realmente, por lo que puedo juzgar con esta luz, estás muy bonita. ¿Qué te has puesto?
Jane Austen (Mansfield Park)
Antes de juzgar a una persona, camina durante tres lunas con sus mocasines.
Susanna Tamaro (Go Where Your Heart Takes You)
es tan importante escuchar sin juzgar a las personas que sufren cualquier tipo de problema.
Ed Warren (Hombre lobo (Estudios y documentos) (Spanish Edition))
Es mucho más difícil juzgarse a sí mismo, que juzgar a los otros. Si consigues juzgarte rectamente es que eres un verdadero sabio.
Antoine de Saint-Exupéry (El Principito)
Para no juzgar se requiere una esperanza infinita
F. Scott Fitzgerald (The Great Gatsby)
Es mucho más difícil juzgarse a si mismo que juzgar a los demás. Si logras juzgarte bien a ti mismo eres un verdadero sabio.
Antoine de Saint-Exupéry (Le Petit Prince)
Quienes jamás cambian de opinión tienen que estar muy seguros de juzgar correctamente al principio.
Jane Austen (Pride and Prejudice)
– Te juzgarás a ti mismo -le respondió el rey-. Es lo más difícil. Es mucho más difícil juzgarse a sí mismo, que juzgar a los otros. Si consigues juzgarte rectamente es que eres un verdadero sabio.
Antoine de Saint-Exupéry (El Principito)
Pero no tendrá usted ganas, señor Lockwood, de oírme moralizar. Usted es tan capaz como yo de juzgar todo esto por sí mismo, o por lo menos se creerá usted capaz de hacerlo, que viene a ser lo mismo.
Emily Brontë (Wuthering Heights)
Más de una vez yo mismo me lo había preguntado, por qué los mismos milicos que acá en sus tierras perpetraron todas las atrocidades existentes en el catálogo mundial, y agregaron de paso algunas nuevas, no habían cometido en toda la guerra una sola contra los habitantes nativos de Las Islas. Se supone que era por la imagen internacional, pero no terminaba de cerrarme; demasiado racional. Quizás era simplemente que para cometer atrocidades es imprescindible juzgar al otro un inferior, y los kelpers eran demasiado blancos, arios y anglosajones para que los milicos argentinos se atrevieran a pisotearlos.
Carlos Gamerro (Las islas)
Es el huevo repugnante que ha puesto mi cráneo; Suda odio amarillo, y su forma maldita En el Último Día seguirá sin cambiar Porque el Dios de alma pura[49] y a veces en entredicho Al ver al estornino, no le querrá juzgar».
Boris Vian
Por consiguiente, sólo el sabio se conocerá a sí mismo, y estará en posición de juzgar de lo que sabe y de lo que no sabe. En igual forma, sólo el sabio es capaz de reconocer, respecto a los demás, lo que cada uno sabe creyendo saberlo, como igualmente lo que cada uno cree saber, no sabiéndolo. Ningún otro puede hacer otro tanto. En una palabra, ser sabio, la sabiduría, el conocimiento de sí mismo, todo se reduce a saber lo que se sabe y lo que no se sabe.
Plato (Charmides (Hackett Classics))
Puede ser peligroso juzgar la conducta de los demás sin conocer por qué hicieron lo que hicieron, y bajo qué clase de presión actuaban. Dicho esto, creo que todos debemos asumir la responsabilidad de nuestros actos, sean buenos o malos.
Lucy Adlington (La cinta roja)
Bueno es saber algo de las costumbres de otros pueblos, para juzgar las del propio con mejor acierto, y no creer que todo lo que sea contrario a nuestras modas es ridículo y opuesto a la razón, como suelen hacer los que no han visto nada.
René Descartes (Discourse on Method)
En su aclamado libro Inteligencia intuitiva, Malcolm Gladwell expone la teoría de Gottman de que hay cuatro reacciones emocionales principales que destruyen una pareja: ponerse a la defensiva, o la reacción a un estímulo como si se estuviera siendo atacado; hermetismo, o la negativa a comunicarse o cooperar con el otro; criticar, o la costumbre de juzgar los méritos y defectos de alguien, y la peor de todas, el desprecio, una actitud general que expresa una mezcla de las emociones primarias de repulsión e ira.
Mark Bowden (LENGUAJE NO VERBAL (Spanish Edition))
El genio de los griegos bautizó las drogas con un término que significa a la vez remedio y veneno, pues dependiendo de conocimiento, ocasión e indiviuo lo uno se transforma ne lo otro. Del ser humano, y en modo alguno de las drogas, depedne que remedien o dañoen. Como existieron siempre, en todas partes y, -a juzgar por el hoy- mañana habrá más que ayer, la alternativa no es un mundo con o sin ellas. La alternativa es instruir sobre su correcto empleo o satanizarlo indiscriminadamente: sembrar ilustración o sembrar ignorancia.
Antonio Escohotado (A Brief History of Drugs: From the Stone Age to the Stoned Age)
Todo buen cristiano ha de ser más pronto a salvar la proposición del prójimo que a condenarla; y, si no la puede salvar, inquira cómo la entiende; y, si mal la entiende, corríjale con amor; y, si no basta, busque todos los medios convenientes para que, bien entendiéndola, se salve.
Ignatius of Loyola (The Spiritual Exercises)
Por eso precisamente se les dice a los cristianos que no juzguen. Sólo vemos los resultados que las elecciones de un hombre extraen de su material en bruto. Pero Dios no juzga en absoluto a ese hombre por su material en bruto, sino por lo que ha hecho con él. La mayor parte de la estructura psicológica de un hombre se debe probablemente a su cuerpo: cuando su cuerpo muera todo eso se desprenderá de él, y el hombre central auténtico, aquello que eligió, el mejor o el peor partido que sacó de ese material, se quedará desnudo. Toda clase de cosas buenas que creíamos eran nuestras, pero que en realidad se debían a una buena digestión, se desprenderán de nosotros, y toda clase de cosas malas que se debían a los complejos o a la mala salud de los demás se desprenderán de ellos. Y entonces, por primerísima vez, veremos a todos tal como son.
C.S. Lewis (Mere Christianity)
La justicia pública decide seguramente sobre esas cosas con mayor severidad que yo; ella tiene el deber de proteger despiadadamente las costumbres establecidas y las convenciones legales; está obligada a juzgar y no a disculpar. Yo, sin embargo, en tanto que persona privada, no veo por qué he de adoptar el papel de juez; prefiero actuar de defensor. Personalmente, me causa mayor satisfacción comprender a los hombres que condenarlos.
Stefan Zweig (Veinticuatro horas en la vida de una mujer)
No podemos escoger más que entre verdades irrespirables y supercherías saludables. Sólo las verdades que nos impiden vivir merecen el nombre de verdades, pues, superiores a las exigencias de los vivos, no condescienden a ser cómplices nuestros. Son verdades "inhumanas", verdades de vértigo que rechazamos porque nadie puede prescindir de apoyos disfrazados de slogans o de dioses. Lo triste es observar que son los iconoclastas, o aquellos que pretenden serlo, quienes en todas las épocas recurren con más frecuencia a la ficción y a la mentira. Muy enfermo debía de estar el mundo antiguo para necesitar un antídoto tan burdo como el que le administró el cristianismo. En la misma situación se encuentra el mundo moderno, a juzgar por los remedios de los que espera milagros. Epicuro, el menos fanático de los sabios, fue entonces y es todavía hoy el gran perdedor. Con asombro y hasta con espanto, oímos hablar a los hombres de liberar al Hombre. ¿Cómo podrían los esclavos liberar al Esclavo? ¿Y cómo creer que la historia -procesión de desatinos- podrá durar aún mucho tiempo? La hora de cierre sonará pronto en los jardines de todo el mundo.
Emil M. Cioran
Respecto a la asamblea general, se da a todos los ciudadanos el derecho de asistir a ella; pero se tiene cuidado de imponer una multa a los ricos, si no concurren, o por lo menos es mucho más fuerte la que se exige a ellos que la que pagan los pobres; respecto a las magistraturas, se prohíbe a los ricos, que tienen la renta legal, la facultad de no aceptarlas, y se deja libre esta facultad a los pobres; respecto a los tribunales, se impone una multa a los ricos que se abstienen de juzgar, y se concede la impunidad a los pobres, o si no la multa es enorme para aquellos y casi nula para éstos, como sucede en las leyes de Carondas. A veces basta estar inscrito en los registros civiles, para tener entrada en la asamblea general y en el tribunal; pero, una vez inscrito, si uno falta a estos dos deberes, está expuesto a que le impongan una multa terrible, que tiene por objeto hacer que los ciudadanos se abstengan de inscribirse; no estando inscrito, no se forma parte entonces ni de la asamblea ni del tribunal. El mismo sistema de leyes rige respecto del uso de armas y de los ejercicios gimnásticos; se permite a los pobres estar sin armas; se castiga con multa a los ricos que no las tienen; y en cuanto a los gimnasios, nada de multa a los pobres, y multa a los ricos que no asisten a ellos; éstos concurren por temor a la multa; aquéllos jamás se presentan, porque no tienen este temor. Tales son los ardides puestos en práctica por las leyes en las condiciones oligárquicas.
Aristotle (La Política)
[Refiriéndose al Louvre] Si alguien me pregunta si encuentro bello el palacio que veo ante mí, puedo decir: no me gustan ese tipo de cosas [...]; puedo, aún más, reprochar en buen estilo rousseauniano la vanidad de los grandes, que emplean el sudor del pueblo en cosas tan superfluas [...]. Se me puede conceder y aprobar todo esto; pero no es de eso de lo que trata aquí [...]. Para hacer de juez en materia de gusto, uno no debe estar en lo más mínimo predispuesto en favor de la existencia de la cosa, sino ser a este respecto por completo indiferente.
Immanuel Kant (Crítica al poder de juzgar: Una nueva traducción (Spanish Edition))
Véase la preocupación de uno de esos salteadores políticos en obtener a ruegos el asentimiento de la mayoría para, en cualquier momento, poder alienar la responsabilidad. Pues ésta una de las principales razones por las que esa especie de actividad política es despreciable y odiosa a todo hombre de sentimientos decentes y, por tanto, también de valor, al tiempo que atrae a todos los caracteres miserables - aquellos que no quieren asumir la responsabilidad de sus acciones, sino que antes procuran huir, no pasando de cobardes villanos. Las consecuencias se dejarán sentir tan pronto como tales mediocres formen el gobierno de una Nación. Faltará entereza para obrar y se preferirá aceptar las más vergonzosas humillaciones antes de erguirse para adoptar una actitud resuelta, pues nadie habrá allí que por sí solo esté personalmente dispuesto a arriesgarlo todo en pro de la ejecución de una medida radical. Existe una verdad que no debe ni puede olvidarse: es la de que tampoco en este caso una mayoría estará capacitada para sustituir a la personalidad en el gobierno. La mayoría no sólo representa siempre la estupidez, sino también la cobardía. Y del mismo modo que de cien cabezas huecas no se hace un sabio, de cien cabezas no surge nunca una decisión heroica. Cuanto menos grave sea la responsabilidad que pese sobre el Jefe, mayor será el número de aquellos que, dotados de ínfima capacidad, se crean igualmente llamados a poner al servicio de la Nación sus "imponderables fuerzas". Con impaciencia esperan que les llegue el turno; forman una larga fila y cuentan, con doloridos lamentos, el número de los que esperan delante de ellos y casi calculan la hora sobre cuándo, posiblemente, alcanzarán su deseo. De ahí que sea para ellos motivo de regocijo el cambio frecuente de funcionarios en los cargos que ellos apetecen y que celebren todo escándalo que reduzca la fila de los que por delante esperan. En el caso de que uno de ellos no quiera dejar la posición alcanzada, casi se considera eso como una quiebra de una combinación sagrada de solidaridad común. Entonces es cuando ellos se vuelven intrigantes y no descansan hasta que el desvergonzado, al final vencido, pone su lugar nuevamente a disposición de todos. Por eso mismo, no alcanzará él tan pronto esa posición. Cuando una de estas criaturas es forzada a desistir de su puesto, procurará inmediatamente entrometerse de nuevo en la hilera de los que están a la expectativa, a no ser que lo impidan, entonces, los gritos y las injurias de los demás. La consecuencia de todo esto es la espeluznante rapidez con que se producen modificaciones en las más importantes jefaturas y oficinas públicas de un organismo estatal semejante, con un resultado que siempre tiene influencia negativa y que muchas veces llega a ser hasta catastrófico, porque no sólo el estúpido y el incapaz son lesionados por esos métodos de proceder, sino incluso los verdaderos jefes, si algún día el Destino los sitúa en esas posiciones de mando. Después que se verifica la aparición de un hombre excepcional, inmediatamente se forma un frente cerrado de defensa, sobre todo si una cabeza tal, no saliendo de las propias filas, osara penetrar en esa sublime sociedad. Lo que ellos quieren fundamentalmente es permanecer entre sí, y es considerado enemigo común todo aquél que pueda sobresalir en medio de tales nulidades. En este sentido, el instinto es tanto más agudo cuanto es inoperante en otros aspectos. El resultado será siempre un creciente empobrecimiento espiritual de las clases dirigentes. Cualquiera, desde el momento que no pertenece a ese clan de `jefes", puede juzgar cuáles serán las consecuencias para la Nación y para el Estado.
Adolf Hitler (Mi Lucha)