Irt Quotes

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Tranquila. Si quieres irte, no pasa nada. Todo el mundo quiere que te quedes. Y yo, más de lo que he deseado ninguna otra cosa en mi vida. Pero ése es mi deseo, y comprendo que quizá tú tengas tus motivos para querer otra cosa. Entenderé que decidas irte. No pasa nada si tienes que dejarnos y decides dejar de luchar. No te preocupes por nosotros.
Gayle Forman (If I Stay (If I Stay, #1))
-No sé adónde tienes que irte ni qué tienes que hacer, pero te esperaré, John. Mi corazón entero te pertenece, lo quieras o no.[pp.375]
Pittacus Lore (I Am Number Four (Lorien Legacies, #1))
¿cómo podés irte y dejarme a solas conmigo, a solas con mis manos poderosamente nostálgicas esta noche?
Alejandra Pizarnik (Diarios (nueva edición de Ana Becciu))
Deberías irte, Pidge. Dios sabe que yo no puedo apartarme de ti.
Jamie McGuire (Beautiful Disaster (Beautiful, #1))
Quédate aunque quieras irte. Quédate.
Maria Martinez (La fragilidad de un corazón bajo la lluvia)
– Andate mi amor. Dejame. Yo no puedo irme pero vos sí, podés escapar de mí, de ellos. No hay nada, Rosario, son campos de muerte y locura, no hay nada y yo soy la puerta de esa nada y no voy a poder cerrarla. No hay nada que hacer, nada que entender. – Nunca voy a dejarte. Pedime otra cosa. – Si no vas a irte, no me dejes solo. Ni aunque te mueras. Perseguime como un fantasma, haunt me. – Por supuesto –le contesté–. Haría cualquier cosa por vos.
Mariana Enríquez (Nuestra parte de noche)
—No te preocupes, Budo. Estoy preparada para irme. —¿Qué es eso de que estás preparada para irte? ¿Para irte adónde? ¿Tú sabes lo que ocurre cuando desapareces? —No, pero no te preocupes. Pase lo que pase, estaré bien.
Matthew Dicks
Si quieres irte del pueblo, Legado, deberíamos conversar. Porque creo que yo me voy a ir pronto, y podría acostumbrarme a la compañía.
Pittacus Lore (The Power of Six (Lorien Legacies, #2))
He aprendido que crecer es fingir un poco todos los días a todas horas que no quieres irte a tu casa a estar en paz.
Meryem El Mehdati (Supersaurio)
No puedes hacerme diferente y luego irte.
John Green (Looking for Alaska)
—Pensé que querrías irte con tu familia. —Brooke, tú eres mi familia.
Joana Marcús
I wanted the rattle of New York around me, I wanted stink and strangers and the sour dank air of the IRT clutching me to its bosom. I wanted hustle and bustle. I wanted to know that millions of lives were playing out at my doorstep, and not one of them gave a damn about my little problems.
Beatriz Williams (The Secret Life of Violet Grant (Schuyler Sisters, #1))
Pero si tienes que irte, vete. Si te duele, vete. Si es tu hora, vete. Pero vete sabiendo que fuiste amado, que jamás te olvidaré, que seguirás vivo en todo lo que hagamos Connor y yo. Vete sabiendo que te quiero con pureza, Harry, que fuiste un padre increíble. Vete sabiendo que te conté todos mis secretos. Porque fuiste mi mejor amigo.
Taylor Jenkins Reid (The Seven Husbands of Evelyn Hugo)
No quiero que me quieras por querer, quiéreme sin saber por qué. No me regales basura disfrazada de amor, cuando tengas que irte, te regalo el adiós. No me regales costumbre con estabilidad, no te necesito para poder respirar.
Nacarid Portal Arráez (Amor a cuatro estaciones: El diario de una ilusión)
—Vete, hija, a los campos petroleros, a la selva, a la Sierra Nevada de Mérida, a la séptima paila del infierno, pero no te quedes aquí de sepulturera que ese no es oficio para ti. No importa que en ese lugar donde tú quieres irte los hombres digan malas palabras, que delante de ti no las dirán. Ni que haya mujeres perdidas, que dejarán de serlo cuando tú las estés mirando.
Miguel Otero Silva (Casas muertas (Casas muertas #1))
Bueno, creo que si pueden empatizar con un señor sin piernas también podrán empatizar con una mujer con la regla. (El Descontento, 91) Estar en un mando intermedio consiste en empezar las cosas, delegarlas y luego supervisarlas. (El Descontento, 162) Quizás el problema de algunas personas, y por algunas personas me refiero a personas como yo, es que pensamos que la vida nos va a ofrecer algo asombroso en el momento menos esperado ... Quizás ese es el secreto de la felicidad: bajar las expectativas, acomodarte, jugar al pádel, hacer paella los domingos, tener un grupo de amigas, hacerte la manicura permanente cada quince días, tener hijos, reciclar, adoptar un perro, irte a vivir a las afueras, tener un jardín, casarte con Carlos (El Descontento, 170)
Beatriz Serrano (El descontento)
No te apresures a irte de su presencia, ni en cosa mala persistas; porque él hará todo lo que quiere.
Casiodoro de Reina (Reina Valera 1960)
Di gracias. Siempre. Cada noche antes de irte a dormir. Por nada en concreto. Solo gracias por el día que se te ha dado y por el que vendrá.
Ignacio Novo
—Sí, claro, tenías toda la razón para irte a la cama con el corazón lleno de orgullo y el estómago vacío —dije yo—. Los orgullosos se alimentan con sus propias miserias…
Emily Brontë (Cumbres Borrascosas (Spanish Edition))
—Pensaba que querías irte. —Quería que me pidieras que me quedara.
Leigh Bardugo (Siege and Storm (The Shadow and Bone Trilogy, #2))
L'AQUILONE C'è qualcosa di nuovo oggi nel sole, anzi d'antico: io vivo altrove, e sento che sono intorno nate le viole. Son nate nella selva del convento dei cappuccini, tra le morte foglie che al ceppo delle quercie agita il vento. Si respira una dolce aria che scioglie le dure zolle, e visita le chiese di campagna, ch'erbose hanno le soglie: un'aria d'altro luogo e d'altro mese e d'altra vita: un'aria celestina che regga molte bianche ali sospese... sì, gli aquiloni! È questa una mattina che non c'è scuola. Siamo usciti a schiera tra le siepi di rovo e d'albaspina. Le siepi erano brulle, irte; ma c'era d'autunno ancora qualche mazzo rosso di bacche, e qualche fior di primavera bianco; e sui rami nudi il pettirosso saltava, e la lucertola il capino mostrava tra le foglie aspre del fosso. Or siamo fermi: abbiamo in faccia Urbino ventoso: ognuno manda da una balza la sua cometa per il ciel turchino. Ed ecco ondeggia, pencola, urta, sbalza, risale, prende il vento; ecco pian piano tra un lungo dei fanciulli urlo s'inalza. S'inalza; e ruba il filo dalla mano, come un fiore che fugga su lo stelo esile, e vada a rifiorir lontano. S'inalza; e i piedi trepidi e l'anelo petto del bimbo e l'avida pupilla e il viso e il cuore, porta tutto in cielo. Più su, più su: già come un punto brilla lassù lassù... Ma ecco una ventata di sbieco, ecco uno strillo alto... - Chi strilla? Sono le voci della camerata mia: le conosco tutte all'improvviso, una dolce, una acuta, una velata... A uno a uno tutti vi ravviso, o miei compagni! e te, sì, che abbandoni su l'omero il pallor muto del viso. Sì: dissi sopra te l'orazïoni, e piansi: eppur, felice te che al vento non vedesti cader che gli aquiloni! Tu eri tutto bianco, io mi rammento. solo avevi del rosso nei ginocchi, per quel nostro pregar sul pavimento. Oh! te felice che chiudesti gli occhi persuaso, stringendoti sul cuore il più caro dei tuoi cari balocchi! Oh! dolcemente, so ben io, si muore la sua stringendo fanciullezza al petto, come i candidi suoi pètali un fiore ancora in boccia! O morto giovinetto, anch'io presto verrò sotto le zolle là dove dormi placido e soletto... Meglio venirci ansante, roseo, molle di sudor, come dopo una gioconda corsa di gara per salire un colle! Meglio venirci con la testa bionda, che poi che fredda giacque sul guanciale, ti pettinò co' bei capelli a onda tua madre... adagio, per non farti male.
Giovanni Pascoli (Poemetti di Giovanni Pascoli (Italian Edition))
Elizabeth ran her finger along the windowsill, gathering dust. The view was almost exactly the same as from her own bedroom, only a few degrees shifted. She could still see the Rosens' place, with its red door and folding shutters, and the Martinez house, with its porch swing and the dog bowl. She'd heard once that what made you a real New Yorker was when you could remember back three laters -- the place on the corner that had been a bakery and then a barbershop before it was a cell-phone store, or the restaurant that had been Italian, then Mexican, then Cuban. The city was a palimpsest, a Mod Podged pileup or old signage and other people's failures. Newcomers saw only what was in front of them, but people who had been there long enough were always looking at two or three other places simultaneously. The IRT, Canal Jeans, the Limelight. So much of the city she'd fallen in love with was gone, but then again, that's how it worked. It was your job to remember. At least the bridges were still there. Some things were too heavy to take down.
Emma Straub (Modern Lovers)
Mientras tanto él, el único que conoce el destino de la muchacha, te mira desde su cuarto y piensa que no te decides a irte porque dudas entre dejarte convertir en personaje de su novela y obligarlo a él a entrar en un libro que apenas imaginas y ya se te escapa de las manos y tiende a desvanecerse.
Julieta Campos (Tiene los cabellos rojizos y se llama Sabina)
Si tienes que irte, vete. Si te duele, vete. Si es tu hora, vete. Pero vete sabiendo que fuiste amado, que jamás te olvidaré, que seguirás vivo en todo lo que hagamos Connor y yo. Vete sabiendo que te quiero con pureza, Harry, que fuiste un padre increíble. Vete sabiendo que te conté todos mis secretos. Porque fuiste mi mejor amigo.
Taylor Jenkins Reid (The Seven Husbands of Evelyn Hugo)
Es aterrador darte cuenta de que las personas son una mezcla de agua, carne y huesos. Tan frágiles que un golpe en el lugar inoportuno puede acabar con todo. Un traspiés en la escalera. Una distracción al volante. Una gripe común. Una noche al irte a dormir. Así de fácil cuando, irónicamente, caminamos por ahí creyéndonos invencibles.
Alice Kellen (Las alas de Sophie)
—No puedes irte así cuando me veas la próxima vez —dice en tono acusador—. No puedes fingir que no me conoces, que no hemos estado juntos más de nueve años, ¿lo entiendes? Respeto tus decisiones, pero que me ignores… que me ignores ni siquiera es una opción. —No te he ignorado —sacudo la cabeza—. ¿Qué querías que hiciese? ¿Sentarme con vosotros a charlar? —Por ejemplo. —¿Hablas en serio? —¿Por qué no?, somos adultos. Te conozco mejor que nadie. Nos debemos al menos algún tipo de consideración. Y si volvemos a vernos, si por casualidad tropezamos dentro de tres o quince años, me seguirá interesando saber de ti, enterarme de cómo te van las cosas, ponernos al día. Siempre vas a importarme, Sara. Siempre.
Alice Kellen (Sigue lloviendo (Spanish Edition))
Cuando las energías internas empiecen a moverse, no debes irte con ellas. Por ejemplo, cuando afloren tus pensamientos, no tienes que acompañarlos. Digamos que estás dando un paseo y pasa un lindo coche por allí. Tus pensamientos dicen: «Vaya, me encantaría tener ese coche». Entonces podrías limitarte a continuar caminando sin más, pero en cambio empiezas a sentirte molesto: quieres un coche como ese, pero tu sueldo no da para tanto. Entonces empiezas a pensar en cómo conseguir un aumento o en buscar otro trabajo. Pues bien, no hace falta que hagas todo eso. El incidente también podría transcurrir así: viene el coche y se va, y viene el pensamiento y se va. Ambos se van porque simplemente tú no te has ido con ellos. A eso se le llama estar centrado.
Michalel A. Singer (La liberación del alma)
Despacio, volví a mi barracón y allí encontré a un buen amigo esperándome: "¿De verdad quieres irte con ellos?", me dijo con tristeza. "Sí, voy a ir." Se le saltaron las lágrimas y yo traté de consolarle. Todavía me quedaba algo por hacer, expresarle mi última voluntad. "Otto, escucha, en caso de que yo no regrese a casa junto a mi mujer y en caso de que la vuelvas a ver, dile que yo hablaba de ella a diario, continuamente. Recuérdalo. En segundo lugar, que la he amado más que a nadie. En tercer lugar, que el breve tiempo que estuve casado con ella tiene más valor que nada, que pesa en mí más incluso que todo lo que hemos pasado aquí. Otto, ¿dónde estás ahora? ¿Vives? ¿Qué ha sido de ti desde aquel momento en que estuvimos juntos por última vez? ¿Encontraste a tu mujer? ¿Recuerdas cómo te hice aprender de memoria mi última voluntad —palabra por palabra— a pesar de tus lágrimas de niño?
Viktor E. Frankl (El Hombre En Busca De Sentido)
Ahora que tengo la ocasión, quiero que hablemos los dos: tú, de mí; yo, de ti, del corazón, !que sí! Que nunca es bueno el momento hasta que no hay otra opción siempre es el mismo cuento... este último momento. Hoy que tenemos la oportunidad -la tengamos o no-, nos callaremos los dos: tú, por mí; yo, por ti, por no enredar, !ya ves! ¿por qué será que lo hacemos? Incluso, viendo llegar ese último momento, cuando no queda tiempo, cuando no queda tiempo, para decir, siquiera: "te voy a echar de menos". Si vas a irte... vete, pero no te despidas; sal de noche, sal a oscuras, sal descalza y de puntillas, niña. Vete, vete y cierra la puerta, que no quiero verte salir de mi vida. No más plazos aplazables. Si ha de ser así..., adelante. Y mejor este momento, déjalo para algún otro instante. Acabemos cuanto antes, nadie tiene que arrastrarse, ese último momento, vívelo, y los demás, los demás, que aguanten. Y los demás, que aguanten. Ahora no tengo la ocasión -no la tengo, que no, que más da, ya pasó-, cuánto lamento que al final no hablásemos ninguno de los dos, porque ahora nos sobra tiempo para pensar qué pasó ese último momento, cuando no tuve tiempo -ni tú-, para escribirnos versos de cuando aquellos besos. Si estás oyendo, vuelve. Ni siquiera saludes; con la luz de la mañana, abre puertas a patadas, niña. Vuelve, que no hacen falta razones. Me muero por verte, volver a tenerte. No más dudas razonables, para mí no es comparable. Este último momento me robó el milagro de tenerte a cada instante. Acabemos cuanto antes, con un siglo habrá bastante. Este último momento es de los dos y los demás, que aguanten. No más dudas razonables, para mí no es comparable. Este último momento me dolió por culpa de un instante. Acabemos cuanto antes, con un siglo habrá bastante. Este último momento es de los dos y los demás, y los demás que aguanten. Y los demás...
Alejandro Sanz
Se vieron el sábado siguiente y todos los demás sábados de otoño, con Ferguson desplazándose en autobús desde Nueva Jersey hasta la terminal de Port Authority y cogiendo luego la línea IRT del metro hasta la calle Setenta y dos Oeste, donde se apeaba para luego caminar tres manzanas en dirección norte y otras dos en dirección oeste hasta el piso de los Schneiderman en Riverside Drive esquina con la Setenta y cinco, apartamento 4B, que se había convertido en la dirección más importante de la ciudad de Nueva York. Salidas a diversos sitios, casi siempre los dos solos, de vez en cuando con amigos de Amy, cine extranjero en el Thalia de Broadway esquina con la calle Noventa y cinco, Godard, Kurosawa, Fellini, visitas al Met, al Frick, al Museo de Arte Moderno, los Knicks en el Garden, Bach en el Carnegie Hall, Beckett, Pinter y Ionesco en pequeños teatros del Village, todo muy cerca y a mano, y Amy siempre sabía adónde ir y qué hacer, la princesa guerrera de Manhattan le enseñaba cómo orientarse por la ciudad, que rápidamente llegó a convertirse en su ciudad también. No obstante, pese a todas las cosas que hacían y todo lo que veían, lo mejor de aquellos sábados era sentarse a charlar en las cafeterías, la primera serie de incesantes diálogos que continuarían durante años, conversaciones que a veces se convertían en feroces discusiones cuando sus puntos de vista diferían, la buena o mala película que acababan de ver, la acertada o desacertada idea política que uno de ellos acababa de expresar, pero a Ferguson no le importaba discutir con ella, no le interesaban las chicas facilonas, las pánfilas llenas de mohínes que sólo perseguían imaginarios ritos amorosos, eso era amor de verdad, complejo, hondo y lo bastante flexible para albergar la discordia apasionada, y cómo no podría amar a aquella chica, con su implacable y penetrante mirada y su risa inmensa, retumbante, la excitable e intrépida Amy Schneiderman, que un día iba a ser corresponsal de guerra, revolucionaria o doctora entregada a los pobres. Tenía dieciséis años, casi diecisiete. La pizarra vacía ya no lo estaba tanto, pero aún era lo bastante joven para saber que podía borrar las palabras ya escritas, suprimirlas y empezar de nuevo siempre que su espíritu la impulsara a ello.
Paul Auster (4 3 2 1 (Biblioteca Formentor) (Spanish Edition))
Se puede partir de cualquier cosa, una caja de fósforos, un golpe de viento en el tejado, el estudio número 3 de Scriabin, un grito allá abajo en la calle, esa foto del Newsweek, el cuento del gato con botas, el riesgo está en eso, en que se puede partir de cualquier cosa pero después hay que llegar, no se sabe bien a qué pero llegar, llegar no se sabe bien a qué, y el riesgo está en que en una hora final descubras que caminaste volaste corriste reptaste quisiste esperaste luchaste y entonces, entre tus manos tendidas en el esfuerzo último, un premio literario o una mujer biliosa o un hombre lleno de departamentos y de caspa en vez del pez, en vez del pájaro, en vez de una respuesta con fragancia de helechos mojados, pelo crespo de un niño, hocico de cachorro o simplemente un sentimiento de reunión, de amigos en torno al fuego, de un tango que sin énfasis resume la suma de los actos, la pobre hermosa saga de ser hombre. No hay discurso del método, hermano, todos los mapas mienten salvo el del corazón, pero dónde está el norte en este corazón vuelto a los rumbos de la vida, dónde el oeste, dónde el sur. Dónde está el sur en este corazón golpeado por la muerte, debatiéndose entre perros de uniforme y horarios de oficina, entre amores de interregno y duelos despedidos por tarjeta, dónde está la autopista que lleve a un Katmandú sin cáñamo, a un Shangri-La sin pactos de renuncia, dónde está el sur libre de hienas, el viento de la costa sin cenizas de uranio, de nada te valdrá mirar en torno, no hay dónde ahí afuera, apenas esos dóndes que te inventan con plexiglás y Guía Azul. El dónde es un pez secreto, el dónde es eso que en plena noche te sume en la maraña turbia de las pesadillas donde (donde del dónde) acaso un amigo muerto o una mujer perdida al otro lado de canales y de nieblas te inducen lentamente a la peor de las abominaciones, a la traición o a la renuncia, y cuando brotas de ese pantano viscoso con un grito que te tira de este lado, el dónde estaba ahí, había estado ahí en su contrapartida absoluta para mostrarte el camino, para orientar esa mano que ahora solamente buscará un vaso de agua y un calmante, porque el dónde está aquí y el sur es esto, el mapa con las rutas en ese temblor de náusea que te sube hasta la garganta, mapa del corazón tan pocas veces escuchado, punto de partida que es llegada. Y en la vigilia está también el sur del corazón, agobiado de teléfonos y primeras planas, encharcado en lo cotidiano. Quisieras irte, quisieras correr, sabes que se puede partir de cualquier cosa, de una caja de fósforos, de un golpe de viento en el tejado, del estudio número 3 de Scriabin, para llegar no sabes bien a qué pero llegar.
Julio Cortázar
She'd heard once that what made you a real New Yorker was when you could remember back three layers - the place on the corner that had been a bakery and then a barbershop before it was a cell-phone store, or the restaurant that had been Italian, then Mexican, then Cuban. The city was a palimpsest, a Mod Podged pileup of old signage and other people's failures. Newcomers saw only what was in front of them, but people who had been there long enough were always looking at two or three other places simultaneously. The IRT, Canal Jeans, the Limelight. So much of the city she'd fallen in love with was gone, but then again, that's how it worked. It was your job to remember. At least the bridges were still there. Some things were too heavy to take down.
Emma Straub (Modern Lovers)
Mamá, ¿quieres que te grabe con el móvil y luego, antes de irte a dormir, te escuchas un rato para que entiendas por qué a veces es tan difícil ser tu hija y no puedas dormir en dos semanas?
Alejandro Palomas (Una madre)
Cuando era joven, mis inseguridades respecto de la intimidad fueron exacerbadas por las ridículas narrativas de la masculinidad que circulaban en la cultura pop. Algunas de esas narrativas aún siguen circulando: para ser un tipo cool debes irte de fiesta como las estrellas de rock; para ser respetado, debes ser admirado por las mujeres; el sexo es lo más valioso que un hombre puede obtener y vale la pena sacrificar todo (incluyendo tu propia dignidad) para conseguirlo. Esta constante transmisión
Mark Manson (El sutil arte de que te importe un caraj*: Un enfoque disruptivo para vivir una buena vida)
no te equivocaste al irte te equivocaste al volver y pensar que podías tenerme cuando fuera conveniente y marcharte cuando no
Rupi Kaur (milk and honey)
¡Cómo pudiste ser tan ingenuo y creer que podías irte sin mí, Moro! Mientras yo existiera, tú existirías conmigo. ¿Ya se te olvidó? ¿No recuerdas que te abandoné para no perderte? Con qué derecho te me ibas a morir
Carlos Franz (Si te vieras con mis ojos)
A veces no se trata de que tengas una razón para irte, sino de que no tengas ni una sola razón para quedarte.
Ignacio Novo
No tengas miedo de irte cuando debas hacerlo. Ten miedo a quedarte cuando ya no pintas nada donde estás.
Ignacio Novo
Mira, Serkan, todo el mundo pasa por tres etapas cuando se enfrenta a algo nuevo: la primera es «No sé»; la segunda, «No puedo», y la tercera, «No quiero».
Ivanka Taylor (Amar es mandarlo a la mierda y querer irte con él (MR Narrativa) (Spanish Edition))
La Habana era una locura: yo creo que era la ciudad con más vida de todo el mundo. ¡Qué carajo París ni Nueva York! Demasiado frío... ¡Vida nocturna la de aquí! Verdad que había putas, había drogas y había mafia, pero la gente se divertía y la noche empezaba a las seis de la tarde y no se acababa nunca. ¿Te imaginas que en una misma noche podías tomarte una cerveza a las ocho oyendo a las Anacaonas en los Aires Libres del Prado, comer a las nueve con la música y las canciones de Bola de Nieve, luego sentarte en el Saint John a oír a Elena Burke, después irte a un cabaret a bailar con Benny Moré, con la Aragón, con la Casino de Playa, con la Sonora Matancera, descansar un rato vacilando los boleros de Olga Guillot, Vicentico Valdés, Ñico Membiela... o irte a oír a los muchachos del feeling, al ronco José Antonio Méndez, a César Portillo y, para cerrar la noche, a las dos de la mañana, escaparte a la playa de Marianao a ver el espectáculo del Chori tocando sus timbales, y tú ahí, como si nada, sentado entre Marlon Brando y Cab Calloway, al lado de Errol Flynn y de Josephine Baker. Y después, si todavía te quedaba aire, bajar a La Gruta, ahí en La Rampa, para amanecer metido en una descarga de jazz de Cachao con Tata Güines, Barreto, Bebo Valdés, el Negro Vivar, Frank Emilio y todos esos locos que son los mejores músicos que ha dado Cuba? Eran miles, la música estaba en la atmósfera, se podía cortar con un cuchillo, había que apartarla para poder pasar...
Leonardo Padura (La neblina del ayer)
has comido tarde, entonces tienes que apartar este factor y no irte a la cama enseguida. Estar lleno y en proceso de digestión interferirá con la necesidad circadiana de vaciar el intestino hacia las 21:00 o las 22:00, y afectará a la calidad de tu sueño. El alcohol, a pesar de tener la capacidad de proporcionarnos una agradable sensación de somnolencia, afecta a la calidad del sueño cuando se consume en exceso. Si has tenido unas cuantas conversaciones tensas en el trabajo, no vas a dejar de pensar en ellas por el hecho de acostarte. Tienes que descargar tus pensamientos. Necesitas una rutina presueño.
Nick Littlehales (Dormir: El mito de las 8 horas, el poder de la siesta... y un nuevo plan para revitalizar cuerpo y mente (Prácticos) (Spanish Edition))
—Aaron (…) Es tarde, y no tienes que hacer esto. Ya me has indicado la dirección correcta. Ahora, puedes irte. —Señalé la puerta—. Gracias. Los dedos que seguía observando golpearon con gracia las teclas una vez más. —Incluve un poco de todo: eiemplos de talleres, conceptos clave para las actividades y las dinámicas de grupo, e incluso obietivos que hay que tener en cuenta. Podemos repasarlo. Nosotros. Esa palabra implicada de nuevo. —Puedo hacer esto por mi cuenta, Blackford. —Puedo ayudar.
Elena Armas (The Spanish Love Deception (Love Deception, #1))
Eres libre de irte, por supuesto. Nadie te detiene. Puedes irte, pero nunca serás libre. Porque hasta que aprendas a dominar sus habilidades, tu mayor enemigo eres tú mismo.
Morgan Rice (Comprometida (Diario del Vampiro #6))
L'acqua era diventata fredda. Jaime apri' gli occhi, stava fissando il moncone della mano con cui un tempo impugnava la spada. "La mano che ha fatto di me lo Sterminatore di Re." Con quell'unico colpo, Vargo Hoat il Caprone gli aveva strappato la gloria e la vergogna. 'Lasciando che cosa? Chi sono io adesso?' Brienne appariva ridicola, con l'asciugamano stretto a coprire le inesistenti tette e le grosse gambe bianche torreggianti. "La mia storia ti ha lasciato senza parole? Avanti fa' qualcosa: maledicimi, baciami, chiamami bugiardo. Qualsiasi cosa." "Se tutto questo e' vero, come mai nessuno ne e' al corrente?" "I cavalieri della Guardia reale giurano di tenere i segreti del re. Non avresti voluto che io infrangessi il mio solenne giuramento, vero?" Jaime rise. "Credi davvero che il nobile lord di Grande Inverno fosse interessato ad ascoltare le mie futili spiegazioni? Un uomo cosi' onorevole, Eddard Stark. Gli basto' meno di un'occhiata per giudicarmi colpevole." Balzo' in piedi, mentre l'acqua ormai fredda gli ruscellava contro il petto. "Ma con quale diritto il lupo giudica il leone? Con quale diritto?" Jaime fu colto da un brivido violento. Mentre cercava di uscire dalla vasca, fini' con l'urtare il moncone contro il bordo. La sofferenza dilago'... e di colpo, i bagni di Harrenhal si misero a ruotare attorno a lui. Brienne lo affero' prima che potesse cadere. Le sue braccia, irte di pelle d'oca, erano viscide e gelide, le gambe inerti come un cazzo moscio. Ma la donzella era forte, e piu' delicata di quanto lui avrebbe creduto. 'Piu' delicata di Cersei...' Quel pensiero gli attraverso' la mente mentre Brienne lo aiutava a uscire dalla vasca. "Guardie! Guardie!" la udi' gridare. "Lo Sterminatore di Re..." 'Jaime... il mio nome e' Jaime
George R.R. Martin (A Storm of Swords (A Song of Ice and Fire, #3))
On the subway… I dug a man digging on me But the dude was hung up in a mass of confusion As to who I was He thought he was trying to see But you see, but you see Me knowing me Black, proud, and determined to be free Could plainly see my enemy Yes, yes Yes, I know him! I once slaved for him body and soul And made him a pile of black gold Off the sweat of my labor he stole But his game, his game is old! We broke in the mental hole Things must change There's no limit to our range He can never understand The new black man Lest alone see us everyday Riding the subway... 8th Ave, 7th Ave, 6th Ave, I-N-D, B-M-Z, I-R-T He still hasn't dug me! He stares endlessly Blinking Blink Blink Blink Blink He's on the brink About to sink I ask you Shall I save him? Can he be saved? NO! Next stop, 125th street... "On The Subway" by the Last Poets
Jalal Mansur Nuriddin
cuanto antes confiesas tus errores, antes puedes irte a cometer más.
Christopher Moore (Pack: 6 Novelas)
—Creo que huyes. —Nadie te preguntó qué crees. Nadie está interesado en saberlo —masculló Celso, empujando un par de calcetines en la mochila. —¿Ese «nadie» tiene tu apellido? —se burló Vank desde su espalda. —¿Puedes darme un poco de espacio? ¡Joder! Pareces mi sombra —vociferó. —¿Por qué te escondiste en la última semana? —insistió Vank sin que se alejara más de unos centímetros. —No me escondí. —¿Piensas irte sin decirle adiós?
Haimi Snown (DUAL: ¿Las reglas están hechas para romperse o para romperte?)
Porque siempre tengo que mostrarme digno de tu amor. Tengo que luchar por nuestro matrimonio, por nuestra unión, y eso no tiene nada que ver con nuestros hijos. Te quiero. Lo soportaría todo, absolutamente cualquier cosa, para tenerte siempre a mi lado. Pero no puedo impedir que un día te vayas. Así que, si ese día llega, serás libre para irte en busca de tu felicidad. Mi amor por ti es más fuerte que cualquier otra cosa, y nunca te impediría ser feliz.
Paulo Coelho (Adulterio (Spanish Edition))
Mi corazón se detuvo. Simplemente dejó de latir. Y por primera vez en mi vida tuve aquella sensación. Ya sabes, como que todo el mundo se mueve a tú alrededor, todo por debajo de ti, todo dentro de ti, y tú estás flotando. Flotando en el aire. Y lo único que te impide irte a la deriva son los ojos de la otra persona. Están conectados a los tuyos por una fuerza física invisible que los sostiene, mientras todo el mundo se arremolina y da vueltas y cae por completo.
Wendelin Van Draanen
el hecho de sentirte amada y adorada; de saber que hay una persona en este mundo que siempre estará a tu lado; de irte a la cama cada noche con alguien fuerte y tierno que quiere poseerte… eso es la felicidad para mí.
Ken Follett (Un mundo sin fin)
Gutberlet answers this question suc cinctly as follows: " First and above all we uphold the idea of the mystical slaying of the sacrificial Victim by means of the double Consecration. In connection with this, the preparation of the food signifies the preparation of the slain lamb for the sacrificial feast. In this sense the preparation of the sacrificial food continues, supple ments, and completes the mystic slaying. Only a lifeless lamb that has been sacrificed can be eaten, as St. Gregory of Nyssa says. Because the Eucharist is also a Sacra ment, the Consecration, as an offering, reduces the Body of the Lord to the condition of food, which condition 18 fjS-r} r6 awfia IrtQvro* l» V. supra, pp. 162 sqq. 370 THE EUCHARIST AS A SACRIFICE is at the same time that of a sacrificial lamb/' 20 Cfr. i Cor. V, 7: " Etenim Pascha nostrum immolatus est Christus — For Christ our pasch is sacrificed.
Joseph Pohle (The sacraments: A Dogmatic Treatise, Vol. 2)
We were entering New York City now, via some highway that cut across the Bronx. Unfamiliar territory for me. I am a Manhattan boy; I know only the subways. Can’t even drive a car. Highways, autos, gas stations, tollbooths—artifacts out of a civilization with which I’ve had only the most peripheral contact. In high school, watching the kids from the suburbs pouring into the city on weekend dates, all of them driving, with golden-haired shikses next to them on the seat: not my world, not my world at all. Yet they were only sixteen, seventeen years old, the same as I. They seemed like demigods to me. They cruised the Strip from nine o’clock to half past one, then drove back to Larchmont, to Lawrence, to Upper Montclair, parking on some tranquil leafy street, scrambling with their dates into the back seat, white thighs flashing in the moonlight, the panties coming down, the zipper opening, the quick thrust, the grunts and groans. Whereas I was riding the subways, West Side I.R.T. That makes a difference in your sexual development. You can’t ball a girl in the subway. What about doing it standing up in an elevator, rising to the fifteenth floor on Riverside Drive? What about making it on the tarry roof of an apartment house, 250 feet above West End Avenue, bulling your way to climax while pigeons strut around you, criticizing your technique and clucking about the pimple on your ass? It’s another kind of life, growing up in Manhattan. Full of shortcomings and inconve-niences that wreck your adolescence. Whereas the lanky lads with the cars can frolic in four-wheeled motels. Of course, we who put up with the urban drawbacks develop compensating complexities. We have richer, more interesting souls, force-fed by adversity. I always separate the drivers from the nondrivers in drawing up my categories of people. The Olivers and the Timothys on the one hand, the Elis on the other. By rights Ned belongs with me, among the nondrivers, the thinkers, the bookish introverted tormented deprived subway riders. But he has a driver’s license. Yet one more example of his perverted nature.
Robert Silverberg (The Book of Skulls)
«Miñán, ¿por qué querías irte a Europa? No era eso lo que habíamos acordado, te dije que debías seguir estudiando, te dije que tenías unos ojos muy grandes.» Sí, ojos grandes y catorce años, la última vez que lo vi. Era un niño.
Ibrahima Balde (Hermanito)
No vas a irte de este mundo por iniciativa propia. Si al final lo consigues, te seguiré más allá de la muerta y te perseguiré durante toda la eternidad.
Scarlett St. Clair (Mountains Made of Glass (Fairy Tale Retelling, #1))
Transforma tu energía: el efecto de combinar una intención definida con emociones elevadas Una vez que has accedido a la zona cero del presente generoso, donde existen todas las posibilidades del campo cuántico, ¿cómo plasmar una o más de esas realidades en potencia en el mundo tridimensional de la materia? El paso requiere dos elementos: una intención definida y una emoción elevada. La intención definida es exactamente eso: debes tener muy claro lo que quieres generar, ser lo más específico posible y describirlo al detalle. Pongamos que te gustaría irte de vacaciones. ¿A dónde quieres ir? ¿Cómo te propones llegar allí? ¿Quién te gustaría que te acompañara o con quién te gustaría reunirte, una vez en tu destino? ¿Qué tipo de alojamiento deseas?
Joe Dispenza (Sobrenatural: Gente corriente haciendo cosas extraordinarias (Crecimiento personal))
Me abrazó, su cara cálida contra la mía. —Quiero que sepas que, aunque me dejes, siempre estarás conmigo. —No te voy a dejar. —Pero si tienes que irte, no pasa nada. Los dos estaremos bien. Se separó de mí y, con una fuerza como no le había visto nunca, lanzó el candado pintado al río, tan lejos que fue imposible saber dónde tocó el agua. Se llevó mi mano a los labios y me besó la palma. —Creo que deberíamos casarnos. Nadie tendría por qué enterarse. Solo nosotros dos. —Ya estamos casados —dije, como si fuera lo más natural del mundo y, por eso mismo, supe que así era, del único modo que importaba.
Patricia Engel (It's Not Love, It's Just Paris)
21 Hijo mío, no pierdas de vista el sentido común ni el discernimiento. Aférrate a ellos, 22 porque refrescarán tu alma; son como las joyas de un collar. 23 Te mantienen seguro en tu camino, y tus pies no tropezarán. 24 Puedes irte a dormir sin miedo; te acostarás y dormirás profundamente. 25 No hay por qué temer la calamidad repentina ni la destrucción que viene sobre los perversos, 26 porque el SEÑOR es tu seguridad. Él cuidará que tu pie no caiga en una trampa.
Anonymous (Santa Biblia NTV (Spanish Edition))
—Solo iba a decir que, si todavía no tienes que irte, puedes venir conmigo a mi casa y te enseño mi habitación o algo. Pero son casi las seis… —Y yo iba a decir que, si no vais a cenar todavía, a lo mejor puedo ir a tu casa y ver tu habitación.
Nancy Garden (Annie on My Mind)
El primer día me di cuenta de por qué los banqueros de inversión ganan un montón de dinero: trabajan más horas y bajo un mayor control de lo que yo pensaba que un ser humano podía soportar. De hecho, la mayoría no pueden soportarlo. Irte a casa antes de medianoche se consideraba un lujo, y en la oficina había un dicho: «Si no vienes a trabajar los sábados, no te molestes en venir el domingo». El trabajo era intelectualmente estimulante, estaba bien pagado y me hacía sentir importante. Pero cada segundo del tiempo que pasaba despierto se volvió esclavo de las exigencias de mi jefe, lo cual fue suficiente para convertir aquello en una de las peores experiencias de mi vida. Eran unas prácticas de cuatro meses. Duré un mes. Lo más duro de aquello fue que el trabajo me encantaba. Y quería trabajar duro. Pero hacer algo que te encanta siguiendo un horario que no puedes controlar puede hacerte sentir igual de mal que hacer algo que detestas.
Arnau Figueras Deulofeu (Cómo piensan los ricos: 18 claves imperecederas sobre riqueza y felicidad)
En algún punto, cuando puedes, tienes que irte de casa. Siempre puedes regresar pero debes irte, al menos, una vez. Tu cerebro entra en una zona de confort cuando se acostumbra a tu entorno.
Austin Kleon (Roba como un artista: Las 10 cosas que nadie te ha dicho acerca de ser creativo (Spanish Edition))
Si alguna vez resulta que tú eres la persona más talentosa, necesitas irte a otro lugar.
Austin Kleon (Roba como un artista: Las 10 cosas que nadie te ha dicho acerca de ser creativo (Spanish Edition))
The Ballad of the IRT,” about a heroic homeward-bound Brooklyn shipping clerk beheaded by a closing subway door, wound up on Dave Van Ronk’s second Folkways album.
Lawrence Block (A Writer Prepares)
...las maniobras amorosas del mundo heterosexual son dignas del mismo asombro y desconfianza que percibe en la voz de su hermana cuando está dice: —¿Pero cómo puedes irte a la cama con una persona que apenas conoces? A él le gustaría contraatacar diciendo: «Pues yo nunca podría jurarle fidelidad eterna a una sola persona», pero eso no es verdad. Lo que es verdad es que le aterra la clase de persona en que podría convertirse una vez hubiera pronunciado semejante juramento.
David Leavitt (Family Dancing: Stories)
Puedes irte sin dinero, sin familia y sin amigos, pero no puedes marcharte sin la esperanza de volver
José A. Pérez Ledo (Un lugar al que volver)
La promesa que me hiciste antes de irte, olvídala.
Anonymous