Hotel Del Luna Quotes

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Entre mis ataques de sueño pensaba en ti, ensayando nuestro futuro, que sabía que sería breve. Naturalmente nos acostaríamos, aunque sobre este asunto aún no se hubiese hablado. En aquellos tiempos, como recordarás, primero había que hablarlo, y hasta la fecha no habíamos pasado de furtivos magreos en exteriores y de un momento en el que, bajo la luna llena, en una de esas calles desiertas flanqueadas por edificios de ladrillo, me echaste mano al cuello y me dijiste que eras el estrangulador de Boston. Una broma que para alguien de mis gustos literarios equivalía a una seducción. Pero, si bien el sexo era un ritual necesario e incluso deseable, a mí me preocupaba menos que nuestra despedida, que imaginaba triste, tierna, inevitable y definitiva. La ensayé en todos los emplazamientos imaginables: portales, embarcaderos, estaciones de tren y de metro, aeropuertos y bancos de parques. No nos diríamos gran cosa, nos miraríamos y lo sabríamos (aunque no estaba segura de qué sabríamos exactamente). Luego doblarías una esquina y te perderías para siempre. Yo llevaría una trinchera, que aún no me he comprado, aunque ya sé cómo la quiero (la vi en el sótano de Filene el otoño pasado). La escena del banco del parque (la imagino en primavera, para que sirva de contraste a nuestro estado de ánimo) resultaba tan conmovedora que lloré. Aunque, como me horrorizaba que me oyesen, por más vacío que estuviese el hotel, acompasaba mis sollozos a los clamores del radiador. La futilidad es muy atractiva para los jóvenes y yo aún no había agotado sus posibilidades.
Margaret Atwood (Chicas bailarinas)
Tu infancia en Menton Sí, tu niñez ya fábula de fuentes. El tren y la mujer que llena el cielo. Tu soledad esquiva en los hoteles y tu máscara pura de otro signo. Es la niñez del mar y tu silencio donde los sabios vidrios se quebraban. Es tu yerta ignorancia donde estuvo mi torso limitado por el fuego. Norma de amor te di, hombre de Apolo, llanto con ruiseñor enajenado, pero, pasto de ruina, te afilabas para los breves sueños indecisos. Pensamiento de enfrente, luz de ayer, índices y señales del acaso. Tu cintura de arena sin sosiego atiende sólo rastros que no escalan. Pero yo he de buscar por los rincones tu alma tibia sin ti que no te entiende, con el dolor de Apolo detenido con que he roto la máscara que llevas. Allí, león, allí, furia del cielo, te dejaré pacer en mis mejillas; allí, caballo azul de mi locura, pulso de nebulosa y minutero, he de buscar las piedras de alacranes y los vestidos de tu madre niña, llanto de medianoche y paño roto que quitó luna de la sien del muerto. Sí, tu niñez ya fábula de fuentes. Alma extraña de mi hueco de venas, te he de buscar pequeña y sin raíces. ¡Amor de siempre, amor, amor de nunca! ¡Oh, sí! Yo quiero. ¡Amor, amor! Dejadme. No me tapen la boca los que buscan espigas de Saturno por la nieve o castran animales por un cielo, clínica y selva de la anatomía. Amor, amor, amor. Niñez del mar. Tu alma tibia sin ti que no te entiende. Amor, amor, un vuelo de la corza por el pecho sin fin de la blancura. Y tu niñez, amor, y tu niñez. El tren y la mujer que llena el cielo. Ni tú, ni yo, ni el aire, ni las hojas. Sí, tu niñez ya fábula de fuentes.
Federico García Lorca (Poeta en Nueva York)
Mientras esperábamos, le contamos a Sarah, la responsable de turno del restaurante, lo que nos había sucedido. Ella nos pidió que aguardáramos y desapareció por una puerta de personal. Al volver, llevaba unas llaves de hotel y nos dijo: «Cancelad la habitación de ese hotel. Os podéis quedar aquí, en el Animal Kingdom Lodge y os igualaremos el precio. Lo que os han hecho es inaceptable». Nuestra luna de miel podía haber quedado arruinada por culpa del miembro del personal del hotel, pero, en cambio, Sarah, en representación de Walt Disney World, la convirtió en algo asombroso. No lo hemos olvidado, y nunca nos alojamos en otro lugar.
Guy Kawasaki (El arte de cautivar: Cómo se cambian los corazones, las mentes y las acciones)
«del puerto de Ticomán tomar la lancha que va a la Playa de la Media Luna (hotel Aurora)». No imaginé el significado que iba a tener para mí este apunte.
Jorge Ibargüengoitia (Dos crímenes (Clásicos Joaquín Mortiz) (Spanish Edition))
LISTA DE PROCESOS INTERNOS RECEPCIÓN PROCESOS DE SERVICIOS (ESTRATÉGICOS) 1. Proceso de recepción de grupos. 2. Proceso de recepción de clientes directos. 3. Proceso de recepción de lunas de miel. 4. Proceso de cambio de habitación. 5. Proceso de salida del cliente. 6. Proceso de desvío y retorno al hotel. 7. Proceso de salidas imprevistas. 8. Proceso de atención clientes VIP. 9. Proceso de recepción de individuales por agencia. 10. Proceso de recepción de grupos para cambio de ropa. 11. Proceso de llamadas nacionales e internacionales. 12. Proceso de atención a repitentes. PROCESOS DE APOYO (BÁSICOS) 1. Proceso de preparación para recibimiento de grupos. 2. Proceso de elaboración de la proforma de factura. 3. Proceso de auditoria diaria del hotel. AMA DE LLAVES PROCESOS DE SERVICIOS (ESTRATÉGICOS) 1. Proceso de limpieza de las habitaciones ocupadas. 2. Proceso de lavado de ropa a clientes. 3. Proceso de imprevistos ama de llaves. PROCESOS DE APOYO (BÁSICOS) 1. Proceso de recepción y entrega de lencería. 2. Proceso de limpieza habitaciones vacías sucias. 3. Proceso de limpieza habitaciones vacías limpias. 4. Proceso de supervisión de habitaciones. 5. Proceso de entrega de insumos y amenities. COMERCIAL PROCESOS DE APOYO (BÁSICOS) 1. Proceso de reserva de habitaciones. 2. Proceso de facturación. 3. Proceso de reserva de banquetes. 4. Proceso de cobro. 5. Proceso de contratación. 6. Proceso de cobro por prepago. 7. Proceso de solución a reclamaciones. 8. Proceso de retroalimentación con los clientes.
Yosvanys Guerra Valverde (Manual de procesos de un hotel: incluye el mapa de procesos de un hotel (Spanish Edition))
Las olas, por fin, alcanzaron las rodillas del Recluta. Un escalofrío recorrió sus harapos. Le arrebaté el cuchillo con el que la pobrecita pensaba defenderse (¿de mí? ¡no!) y a partir de ese momento me convertí en una bestia, sollozó el Recluta. ¿Qué están esperando para detenerme? Dije: ¿cómo te van a detener si nadie sospecha nada de ti? El Recluta permaneció en silencio un breve instante, ya teníamos la tormenta sobre nuestras cabezas. Yo la maté, patrón, eso es un hecho, y ahora este pueblo extraño y miserable parece celebrar su luna de miel. Empezó a diluviar. Antes de levantarme y emprender el regreso al hotel le pregunté cómo había sabido que la cantante vivía en el Palacio Benvingut. El Recluta se volvió a mirarme con la inocencia de un niño (entre dos relámpagos vi la cara recién lavada, chorreando agua, de mi hijo): siguiéndola, patrón, siguiéndola por estas calles empinadas sin más intención que velar por ella. Sin más intención que estar cerca del calor humano. ¿Ella estaba sola? El Recluta dibujó unos signos en el aire. Ya no hay nada más que hablar, dijo…
Roberto Bolaño (The Skating Rink)