George Luz Quotes

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La falsa luz sólo nos lleva a adentrarnos más en la oscuridad.
George R.R. Martin (A Feast for Crows (A Song of Ice and Fire, #4))
La noche se avecina, ahora empieza mi guardia. No terminará hasta el día de mi muerte. No tomaré esposa, no poseeré tierras, no engendraré hijos. No llevaré corona, no alcanzaré la gloria. Viviré y moriré en mi puesto. Soy la espada en la oscuridad. Soy el vigilante del Muro. Soy el fuego que arde contra el frío, la luz que trae el amanecer, el cuerno que despierta a los durmientes, el escudo que defiende los reinos de los hombres. Entrego mi vida y mi honor a la Guardia de la Noche, durante esta noche y todas las que estén por venir.
George R.R. Martin (A Clash of Kings (A Song of Ice and Fire, #2))
El arte es una herida hecha luz, decía Georges Braque. Necesitamos esa luz, no sólo los que escribimos o pintamos o componemos música, sino también los que leemos y vemos cuadros y escuchamos un concierto. Todos necesitamos la belleza para que la vida nos sea soportable.
Rosa Montero (La ridícula idea de no volver a verte)
Continuaba cuestionando los límites del mundo, al ver la miseria de quien con ellos se conforma, y no pude soportar por mucho tiempo lo fácil de la ficción: yo le exigía la realidad, me volví loco. Si mentía, me quedaba en el plano de la poesía, de una superación verbal del mundo. Si perseveraba en una denigración ciega del mundo, mi denigración era falsa (como la superación). En cierto modo, mi conformidad con el mundo se profundizaba. Pero al no poder mentir a sabiendas, me volví loco (capaz de ignorar la verdad). O al no saber ya, para mí solo, representar la comedia de un delirio, me volví loco pero interiormente: viví la experiencia de la noche. La poesía dio simplemente un giro: escapé por ella del mundo del discurso, que para mí se había convertido en el mundo natural, entré con ella en una especie de tumba donde la infinitud de lo posible nacía de la muerte del mundo lógico. Al morir la lógica, daba a luz locas riquezas. Pero lo posible evocado no es sino irreal, la muerte del mundo lógico es irreal, todo es turbio y huidizo en esta oscuridad relativa. Puedo burlarme de mí mismo y de los demás: ¡todo lo real carece de valor, todo valor es irreal! De allí esa facilidad y esa fatalidad de deslizamientos en los que ignoro si miento o estoy loco. La necesidad de la noche procede de esa situación desafortunada. La noche no podía sino desviarse de todo ello. El cuestionarlo todo nacía de la exasperación de un deseo, ¡que no podía abocar al vacío! El objeto de mi deseo era, en primer lugar, la ilusión y no pudo ser más que en segundo lugar el vacío de la desilusión.
Georges Bataille (Lo arcangélico y otros poemas)
La vida podía significar angustia, podía significar desesperación; pero ¡ay!, tenía que aferrarse a ella, aunque le sangraran los dedos; sus pies tenían que pegarse al firme suelo para que la luz del sol volviera a calentarlos, no caer por un abismo desconocido donde ella pudiera incluso añorar las desgracias familiares
George Eliot (Escenas de la vida parroquial)
En ese preciso momento el camino se abría y con una exclamación Lucy se encontró fuera del bosque. Luz y belleza la envolvía. Había ido a dar a una pequeña terraza que estaba cubierta de violetas de un extremo a otro. - ¡Valor! -exclamó su compañero, erguido a unos seis pies de altura respecto a ella-. Valor y amor. Ella no respondió. A sus pies el suelo se cortaba bruscamente dando paso a la panorámica. Violetas que se agrupaban alrededor de arroyos y corrientes y cascadas, regando la vertiente de la colina de azul, arremolinándose alrededor de los troncos de los árboles, formando lagunas en los agujeros, cubriendo la hierba con manchas de espuma azulada. Jamás volvería a haberlas en tal profusión. La terraza era el principio de lo bello, la fuente original donde la belleza hacía brotar agua que iba a la tierra. De pie en el margen, como un nadador que se prepara, estaba el buen hombre. Pero no era el buen hombre que ella había pensado, y estaba solo. George se había vuelto al oír su llegada. Por un momento la contempló, como si fuera alguien que bajaba de los cielos. Vio la radiante alegría en su cara, las flores que batían su vestido en olas azuladas. Los arbustos que la encerraban por encima. Subió rápidamente hasta donde estaba ella y la besó. Antes de que ella pudiera decir algo, casi antes de que pudiera sentir nada, una voz llamó: ¡Lucy!, ¡Lucy!, ¡Lucy!. La señorita Bartlett, que era una mancha oscura en la panorámica, había roto el silencio de la vida.
E.M. Forster (A Room with a View)
—Escuchad mis palabras, sed testigos de mi juramento ... La noche se avecina, ahora empieza mi guardia. No terminará hasta el día de mi muerte. No tomaré esposa, no poseeré tierras, no engendraré hijos. No llevaré corona, no alcanzaré la gloria. Viviré y moriré en mi puesto. Soy la espada en la oscuridad. Soy el vigilante del Muro. Soy el fuego que arde contra el frío, la luz que trae el amanecer, el cuerno que despierta a los durmientes, el escudo que defiende los reinos de los hombres. Entrego mi vida y mi honor a la Guardia de la Noche, durante esta noche y todas las que estén por venir.
George R.R. Martin
Este movimiento dialéctico que ejerce la conciencia sobre sí misma, tanto en su saber como en su objeto, en la medida en que de él surge para ella su nuevo y verdadero objeto es propiamente aquello que denominamos experiencia. Desde este punto de vista, en el proceso recién descrito todavía hay que destacar un momento que puede arrojar una nueva luz sobre el aspecto científico de la presentación que haremos a continuación. La conciencia sabe algo, este objeto es la esencia o el en-sí; pero también es el en-sí para la conciencia; con esto surge la ambigüedad de esta verdad. Ya vemos que ahora la conciencia tiene dos objetos, uno el primer en-sí, otro el ser para-ella de este en-sí. El segundo sólo parece a primera vista la reflexión de la conciencia en sí misma, una representación no de un objeto, sino únicamente de su saber del primer objeto. Lo que pasa, como se ha mostrado antes, es que el primer objeto se altera, deja de ser el en-sí y se convierte para la conciencia en un objeto que sólo es el en-sí para ella. Pero con esto el ser para ella de ese en-sí es lo verdadero, lo que significa que es la esencia o su objeto. Este nuevo objeto contiene la anulación del primero, es la experiencia hecha sobre él.
Georg Wilhelm Friedrich Hegel (Phenomenology of Spirit)
¿Qué pasa si tras la puerta de la muerte no hay una tierra de luz y miel, sino sólo frío, oscuridad y dolor?
George R.R. Martin (A Feast for Crows (A Song of Ice and Fire, #4))
Era tan imposible aprender historia a partir de la arquitectura como de los libros. Las estatuas, las inscripciones, las placas conmemorativas, los nombres de las calles... todo lo que pudiera arrojar cualquier luz sobre el pasado había sido alterado sistemáticamente.
George Orwell (1984)
Hace miles de millones de años, las estrellas implosionaron y se produjo una lluvia de hierro, plata, oro y carbono. Y hoy llevamos dentro ese hierro del polvo de las estrellas. En nuestras mitocondrias. Las madres transmiten a sus hijos las estrellas y su hierro. Puede que tú y yo estemos hechos del polvo de la misma estrella y nos hayamos reconocido por su luz. Nos hemos buscado. Somos unos buscadores de estrellas.»
Nina George (Sabor a Provenza: Un viaje de vuelta a lo mejor de la vida)
Virou-se para a luz e ficou admirando o peso de papéis de vidro. A fonte inesgotável de seu interesse não era o fragmento de coral, mas o próprio interior do vidro. Havia tamanha profundidade ali, e no entanto o vidro era quase tão transparente quanto o ar. Era como se a superfície do vidro fosse o arco do céu, encerrando um mundo minúsculo em sua atmosfera completa. Winston tonha a sensação de que seria capaz de entrar ali e de que na verdade estava ali dentro, ele, a cama de mogno, a mesinha de abas dobráveis, o relógio, a gravura de aço e o próprio peso de papéis. O peso de papéis era o quarto onde ele estava, e o coral era a vida dele e a de Julia, fixadas numa espécie de eternidade no coração do cristal.
George Orwell (1984)
Pouco antes disso, em 1916, ele leu o primeiro autor cristão que o marcou profundamente (embora não soubesse desse seu qualificativo àquela altura), George MacDonald. Ele escrevia fantasias para adultos e crianças, e Lewis tanto que, a partir daí, passou a citá-lo em quase todos os seus escritos, tanto que chegou a publicar uma antologia de textos dele. Depois de convertido, Lewis costumava dizer que esse autor “batizou a imaginação” dele. Ou seja, enquanto a razão dele ainda estava fechada ao evangelho, a luz entrou na sua mente pela porta dos fundos. Assim que ingressou em Oxford, alistou-se voluntariamente na Unidade de Treinamento de Oficiais da Universidade de Oxford e foi chamado para juntar-se a um Batalhão de Cadetes, para combater na Primeira Guerra Mundial. Um fato curioso foi que, certo dia, 16 soldados se aproximaram dele, que estava sozinho, de mãos para o alto, em sinal de entrega. Ou seja, sem fazer nada, ele capturou 16 inimigos. Foi lá também que ele conheceu e fez amizade com Paddy Moore, com o qual fez um juramento mútuo de que, se algum dos dois morresse no campo de batalha, o outro tomaria conta do pai e mãe respectivos que deixariam para trás. A mãe de Paddy, Mrs. Moore, era divorciada e tinha outra filha.
Vinicius A. Miranda (O outro nome de Aslam: a simbologia bíblica nas Crônicas de Nárnia (Portuguese Edition))
En lo más profundo de la noche nos hacemos las preguntas que no nos atrevemos a formular a la luz del día.
George R.R. Martin (A Feast for Crows (A Song of Ice and Fire, #4))
En la oscuridad no hay sombras. Las sombras son siervas de la luz, hijas del fuego. La llama más brillante es la que proyecta las sombras más oscuras.
George R.R. Martin (A Clash of Kings (A Song of Ice and Fire, #2))
El arte es una herida hecha luz, decía Georges Braque. Necesitamos esa luz, no sólo los que escribimos o pintamos o componemos música, sino también los que leemos y vemos cuadros y escuchamos un concierto. Todos necesitamos la belleza para que la vida nos sea soportable. Lo expresó muy bien Fernando Pessoa: La literatura, como el arte en general, es la demostración de que la vida no basta.
Rosa Montero (La ridícula idea de no volver a verte)
El arte es una herida hecha luz, decía Georges Braque. Necesitamos esa luz, no sólo los que escribimos o pintamos o componemos música, sino también los que leemos y vemos cuadros y escuchamos un concierto. Todos necesitamos la belleza para que la vida nos sea soportable. Lo expresó muy bien Fernando Pessoa: «La literatura, como el arte en general, es la demostración de que la vida no basta.» No basta, no. Por eso estoy redactando este libro. Por eso lo estás leyendo.
Rosa Montero (La ridícula idea de no volver a verte)
E lia mais e mais até cansar, se aquilo pode ser chamado de cansaço, que era mais a fraqueza de um deleite arrebatador; ou até, às vezes, o enfraquecer da luz ao me convidar para fora, na esperança de que uma brisa fresca e suave pudesse ter surgido para lavar, com um banho de ar revigorante, os membros que a chama do espírito ardente do lado de dentro havia ressecado não menos que a chama ardente do lado de fora.
George Mac Donald (Phantastes)
Tal como dijo George Macdonald, ministro escocés del siglo XIX: Los ricos no son los únicos que están bajo el dominio de las cosas materiales; también son esclavos los que, sin tener dinero, son infelices por la falta del mismo.
John Piper (Viviendo en la Luz: Dinero, Sexo & Poder: Cómo aprovechar al máximo tres oportunidades peligrosas (Spanish Edition))
En lo más profundo de la noche nos hacemos preguntas que no nos atrevemos a formular a la luz del día.
George R.R. Martin (A Feast for Crows (A Song of Ice and Fire, #4))
Intentaré explicarlo un poco mejor. Christian Doppler se percató en 1842 de que al escuchar la sirena de un camión de bomberos, por ejemplo, el sonido difería ligeramente si éste se acercaba o se retiraba. Al aproximarse a nosotros, escuchamos un sonido más agudo que cuando se aleja. Los tonos de menor longitud de onda son más agudos y los de mayor longitud de onda, más graves. Con la luz sucede algo semejante: las ondas luminosas que emite un foco que se aproxima a nosotros tendrá una tonalidad más «azulada» (de menor longitud de onda), mientras que si el foco se aleja, su tonalidad será más «rojiza» (de mayor longitud de onda). Contando
Eduardo Riaza Molina (La historia del comienzo: Georges Lemaître, padre del big bang (Ensayo nº 410) (Spanish Edition))
—Se dice que las bellezas de la noche se diluyen en el amanecer, y que la luz de la mañana repudia a los hijos del vino.
George R.R. Martin (Juego de tronos (Canción de hielo y fuego, #1))
El clima era implacable. Durante las horas de sol, el calor resultaba opresivo, y el aire era denso y húmedo si no se estaba al amparo de las brisas de río. Vados hediondos subían día y noche de las cloacas, olores intensos a putrefacción que emanaban de las aguas estancadas como un perfume nauseabundo. No le parecía de extrañar que la fiebre amarilla asolara Nueva Orleans tan a menudo. (…) Me da mala espina. Esta ciudad, con el calor, los colores vivos, los olores los esclavos…Todo está muy vivo en Nueva Orleans, pero creo que por dentro hay enfermedad y podredumbre. En apariencia, todo es opulento y hermoso: la gastronomía, las costumbres, la arquitectura. Pero por debajo… Cada uno de esos patios tan hermosos tiene un pozo de aspecto exquisito, pero luego pasa las carretas que venden barriles de agua del río, y es que resulta que el agua de los pozos no se puede beber. Las salsas y las especias son deliciosas, hasta que se sabe que su objetivo es disimular que la carne se está pudriendo. Paséese por el mercado de San Luis y admire todo ese mármol, la hermosa cúpula, la luz que entra en la rotonda, para después enterarse de que es un famoso mercado de esclavos, donde se venden seres humanos como si fuera ganado. Aquí hasta los cementerios son bonitos: nada de tumbas sencillas y cruces de madera, sino grandiosos mausoleos de mármol, a cuál más altivo, con estatuas y bellos pensamientos poéticos grabados en la piedra. Pero dentro de cada uno hay un cadáver que se pudre, infestado de larvas y gusanos. Hay que encerrarlos en piedra porque la tierra no sirve ni para enterrar y las tumbas se llenas de agua. Y la pestilencia cubre como un rosario esta hermosa ciudad.
George R.R. Martin (Sueño del Fevre (Biblioteca George R. R. Martin))