Fin De Semana Quotes

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No podemos escapar de las desilusiones; siempre aparecen como los granos que te arruinan la cara el fin de semana. Cada persona es una caja llena de decepciones, el truco es elegir de quien vale la pena decepcionarse. En mi caso, no perdí las ganas de querer, sé perfectamente en qué decepción las dejé. La cruda verdad, guste o no.
Jeffrank Valdez (Diario Crudo: Los pensamientos de un corazón frío. (Spanish Edition))
Todas las chicas tienen el corazón roto. Las carreteras están atascadas durante el fin de semana. Todo el mundo quiere estar lejos de donde ha nacido. Al menos el viernes por la noche. Los bares ya no dan dos por una y en esta ciudad tienes que ganar mucho para poder beber en el centro. Los camareros han enterrado sus sonrisas porque es viernes por la noche y la gente coge todo lo que brilla. Con o sin permiso. Las niñas bonitas siempre son las que están más tristes porque saben que hay más tipos dispuestos a hacerles daño. Las niñas feas se dejan ir y bailan toda la noche solas, o unas con otras y no tienen suerte ni atrayendo las desgracias. Los tíos con coche juegan con los dados trucados y los que tienen dinero nos están viendo a todos las cartas. Las madres no duermen en toda la noche porque saben que duele pero también saben que no hay nada mejor y no acaban de decidir qué es lo más peligroso. No hay nadie que no dispare el viernes por la noche, ni hay quien esquive los disparos. Sé que no puedo esperar que estés siempre sola, lo único que te pido es que no te lo creas todo. No te fíes de los anillos de oro, ni de las carrozas de plata. Todos mentimos bien los viernes por la noche.
Ray Loriga (Héroes)
¿Quieres entender que es un año de vida? Pregúntaselo a un estudiante que acaba de suspender el examen de fin de curso. ¿Un mes de vida? Díselo a una mujer que acaba de traer al mundo a un niño prematuro y espera que salga de la incubadora para estrecharlo entre sus brazos, sano y salvo. ¿Una semana? Que te lo cuente un hombre que trabaja en una fábrica o en una mina para mantener a la familia. ¿Un día? Háblales del asunto a dos que están locamente enamorados uno de otro y esperan el momento de volver a estar juntos. ¿Una hora? Pregúntale a una persona claustrofóbica encerrada en un ascensor averiado. ¿Un segundo? Mira la expresión de un hombre que acaba de salvarse de un accidente de coche. ¿Y una milésima de segundo? Pregúntale al atleta que acaba de ganar la medalla de plata en los Juegos Olímpicos, en vez de la medalla de oro para la que lleva toda su vida entrenándose.
Marc Levy (If Only It Were True)
La única razón por la que preguntamos a la gente qué tal le ha ido el fin de semana es para poder contar cómo nos ha ido el nuestro.
Chuck Palahniuk (Invisible Monsters)
Resistir. Persistir. Todas las cosas, ninguna, nada. Andábamos por ahí como si no existiéramos. Los días se parecían. Y aunque durante toda la semana esperábamos el fin de semana, éste siempre nos decepcionaba y ya era lunes de nuevo; y todo volvía a empezar; y eso era la vida y nada más. Empezamos a entender lo que Pierre Anthon intentaba decirnos. Y también por qué los adultos tenían ese aspecto. Aunque hubiéramos jurado que nunca nos pareceríamos a ellos, había ocurrido. Y ni siquiera habíamos cumplido los quince. Trece. Catorce. Adultos. Muertos. ========== Nada (Janne Teller)
Anonymous
¿Cuánto vive el hombre, por fin? ¿Vive mil años o uno solo? ¿Vive una semana o varios siglos? ¿Por cuánto tiempo muere el hombre? ¿Qué quiere decir para siempre? PABLO NERUDA
Isabel Allende (La casa de los espíritus)
Este libro te expresa lo que es el amor en todos sus sentidos, el escrito es tan puro. Si quieren algo para un fin de semana y que los haga feliz, este es el indicado. Es el ideal para aquellos creyentes del amor verdadero y duradero, con problemas pero tambien con soluciones. Y Alice Kellen, escribes de maravilla. Una frase de este libro; No es tan fácil dejar algo a la intemperie durante años y luego regresar y buscar los pedazos para ir unieéndolos. Y tú y yo, Gabriel, nos habíamos abandonado demasiado tiempo. No habíamos sabido frenar y buscarnos. Así que ahora teníamos que esforzarnos y trabajar para reconstruirnos.
Alice Kellen (El chico que dibujaba constelaciones)
-No me di cuenta que eras tan bueno, Grayson. El cálido sonido de la risa de Grayson retumbó gratamente contra el costado de mi cara que descansaba en su pecho. - Las damiselas en apuros siempre han sido mi talón de Aquiles, pero no dejes que eso te engañe. Realmente no soy tan bueno. - Si, lo eres. - No, no lo soy. Si yo fuera honesto, no estaría teniendo un momento tan difícil para no agarrarte el culo ahora mismo. (Avery y Grayson) -Pero miraté - dije -. Siempre pensaste que era como una hermana también. Si puedes cambiar de opinión, entonces el también puede. El sólo necesita un llamado de atención .-Oye ahora, no puedes ir saltando en la ducha con cada chico, sabes. Eso es completamente nuestra cosa. (Avery y Grayson) Escuché que mi amiga Avery te pisó tan fuerte en una partida de billas el pasado fin de semana que Grayson tuvo que tener piedad de ti antes de que cada estudiante de primer año universitario en UVU viera cuán pequeña es tu basura. (Libby a Owen) - ¿Realmente fallaste en un examen de sobre Las leyes de Newton? Está bien. Así que todos me miraban porque pensaban que yo era un idiota. - ¿Qué? - le pregunté un poco a la defensiva -. ¿Parece ser fácil? "No robar" le entiendo. "Rojo significa detenerse" tiene sentido. El chico Newton estaba fumando algo serio cuando debió haber hecho sus leyes. ¿Cuándo demonios vamos a usarlas de todos modos? (Brandon y Grayson)
Kelly Oram (The Avery Shaw Experiment (Science Squad, #1))
Empecé a desesperarme. Empecé a sentir que me quedaría colgado de esa terapia, que nunca hallaría la respuesta y que el asunto no tendría fin. Que tendría esos interfaces kafkianos con este hombre día tras día, semana tras semana. Ya era mayo.
David Foster Wallace (Infinite Jest)
«No hay felicidad como esta dicha: mañanas apacibles, la luz del río, el fin de semana por delante. Vivían una vida rusa, una vida fecunda, entrelazada, en la que un infortunio de uno de los miembros, un fracaso, una enfermedad, rompería el equilibrio de todos. Aquella vida era como una prenda de vestir. Su belleza estaba fuera, su calor dentro»
James Salter (Light Years)
Nos fins de semana nos sentimos donos do mundo. Mesmo os pulhas, como dizia Nelson. Mas, nos dias de semana, somos humilhados pela realidade.
Luiz Felipe Pondé (A Filosofia da Adúltera)
Enquanto Elisa era conhecida como uma das garotas mais animadas e gostava de ir em todas as festas dos fins de semana, eu preferia passar o meu sábado lendo um livro ou assistindo a um seriado. Eu arrumava qualquer desculpa para não ter que sair do meu mundo e encarar a realidade.
Olívia Pilar (Tempo ao tempo)
Los machos animales luchan por las hembras a muerte, aunque compartir les reportaría ventajas. Las hembras animales pueden pelear o no entre ellas, pero la hembra humana luchará denodadamente para conseguirse un compañero exclusivo. Cierta inocencia astuta hace que entregue su corazón a uno solo, pues únicamente disfrutando de tanto dar y recibir entenderá el varón las reglas del tú, solo tú. El juego consiste en amar hasta el fin, trascendiendo ocasionales apareamientos.
Antonio Escohotado (Sesenta semanas en el trópico: Viajes por el planeta exterior)
<> No, no hubo tiempo para miradas. Se durmió antes de que le pudiera preguntar por el ensayo. Una larga noche dándole al rif te deja para el arrastre. <> Puaj. ¿Eso es un eufemismo de «m@sturbación»? <> No. Creo que es un eufemismo de «toc@r l@ guitarr@ eléctric@». O un@ expresión idiomátic@. No sé. ¿Crees que «masturbación» es una de las palabras de alerta de Tron? <> Bueno, ahora ya da igual. Si nos despiden porque insistes en meterte en la boca del lobo, nos tendrás que mantener a mí y mi cara afición al Gap infantil. <> 1. Meterse en la boca del lobo. ¿Es otra referencia a la masturbación? 2. Gap infantil. ¿Otra vez? <> 1. Ja. 2. Otra vez. El fin de semana pasado me marqué un mono color verde apio con manoplas a juego por... ¡3,99! <> El verde es una elección inteligente: apropiado para una niña imaginaria o un niño imaginario. Y la estación no es relevante cuando se trata de niños imaginarios. <> Exacto. Ya ni siquiera entro en el Gap de adultos. En cuanto eres madre imaginaria, no tienes tiempo para ti.
Rainbow Rowell (Attachments)
El martes es el símbolo de la monotonía por excelencia. No es como el lunes, paradigma de la depresión, ni como el miércoles, bisagra de la esperanza, ni como el jueves, preludio de la alegría, ni como el viernes, éxtasis de la liberación. No, nada de eso. El martes es la evidencia de lo efímero de lo placentero. Es el canto de la monotonía. El martes demuestra que lo peor no es el lunes con su tristeza. Que lo terrible está en la continuidad, en la seguidilla, en la inútil cadena de días de la cual el martes es el eslabón más macabro. Es el puente nefasto que nos conduce de la desesperación al engaño. Pues si quedásemos en la desesperación del lunes, si nos ahogásemos en el pantano de su melancolía, vaya y pase. Pero no, fíjese que ahí está el martes con toda su vacía extensión, sin otro objeto en el mundo que conducirnos hasta el miércoles, y ponernos de nuevo a la espera de un nuevo fin de semana que nada ha de aportarnos, pero que mirado desde el dolor de la esclavitud de entre semana se nos antoja promisorio y dichoso.
Eduardo Sacheri (Te conozco, Mendizábal y otros cuentos)
—Ahora bien —dijo el conde encogiéndose de hombros—, ¿queréis que os diga la causa de todas esas torpezas… ? Que en vuestros teatros, según he podido juzgar yo mismo leyendo las obras que en ellos se representan, se ve siempre beber un pomo de veneno o chupar el guardapelo de una sortija, y caer al punto muertos. Cinco minutos después se baja el telón, los espectadores se dispersan. Siempre se ignoran las consecuencias del asesinato. Nunca se ve al comisario de policía con su banda, ni a un cabo con cuatro soldados, y esto autoriza a muchas pobres personas a creer que las cosas ocurren de esta manera. Pero salid de Francia, id, por ejemplo, a Alepo, o a El Cairo, en fin, a Nápoles o a Roma y veréis pasar por las calles personas firmes, llenas de salud y vida, y si estuviese por allí algún genio fantástico, podría deciros al oído: «Ese caballero está envenenado hace tres semanas, y dentro de un mes habrá muerto completamente.»
Alexandre Dumas (El conde de Montecristo: Ilustrado (Spanish Edition))
A fin de obtener el mayor resultado posible de este libro, pues: 1. Logre un deseo profundo, impulsivo, de dominar los principios de las relaciones humanas. 2. Lea cada capítulo dos veces antes de pasar al siguiente. 3. A medida que lee, deténgase frecuentemente a preguntarse cómo puede aplicar cada indicación. 4. Subraye cada idea importante. 5. Relea el libro todos los meses. 6. Aplique estos principios en cada oportunidad que se le presente. Utilice este volumen como manual de trabajo para ayudarse a resolver sus problemas diarios. 7. Convierta este aprendizaje en un juego entretenido ofreciendo a algún amigo una moneda por cada vez que lo sorprenda violando una de estas reglas. 8. Haga todas las semanas una compulsa sobre el progreso que realiza. Pregúntese qué errores ha cometido, qué lecciones ha aprendido para el futuro. 9. Lleve un diario que hay al final de este libro para exponer cómo y cuándo ha aplicado estos principios. PRIMERA
Dale Carnegie (Cómo ganar amigos e influir sobre las personas)
«Divorciarme, eso es lo que debo hacer», mascullaba para mis adentros, pero debo haberlo dicho más de una vez en voz alta, porque Willie paró la oreja ante la palabra divorcio. Había pasado por dos anteriores y estaba decidido a evitar untercero; entonces me presionó para que consultáramos a un psicólogo. Yo me había burlado sin piedad del terapeuta de Tabra, un alcohólico despelucado que le aconsejaba las mismas perogrulladas que yo podía ofrecerle gratis. En mi opinión, la terapia era una manía de los estadounidenses, gente muy consentida y sin tolerancia para las dificultades normales de la existencia. Mi abuelo me inculcó en la infancia la noción estoica de que la vida es dura y ante los problemas no cabe sino apretar los dientes y seguir adelante. La felicidad es una cursilería; al mundo se viene a sufrir y aprender. Menos mal que el hedonismo de Venezuela suavizó unpoco aquellos preceptos medievales de mi abuelo y me dio permiso para pasarlo bien sin culpa. En Chile, en tiempos de mi juventud, nadie iba a terapia, excepto los locos de atar y los turistas argentinos, así es que me resistí bastante a la propuesta de Willie, pero él insistió tanto que por fin lo acompañé. Mejor dicho, él me llevó de un ala. El psicólogo resultó tener aspecto de monje, llevaba el cráneo afeitado, bebía téverde y permanecía la mayor parte de la sesión con los ojos cerrados. En el condado de Marin se ve a cualquier hora hombres en bicicleta, trotando enpantalones cortos o saboreando su capuchino en mesitas de las veredas. «¿Esta gente no trabaja?», le pregunté una vez a Willie. «Son todos terapeutas», me contestó. Tal vez por eso sentí un gran escepticismo frente al calvo, pero pronto éste se reveló como un sabio. Su oficina era un cuarto desnudo pintado de color arveja, decorado con una tela -mandala, creo que se llama- colgada en la pared. Nos sentamos con las piernas cruzadassobre unos cojines en el suelo, mientras el monje sorbía como un pajarito su té japonés. Empezamos a hablar y pronto se desencadenó una avalancha. Willie y yo nos arrebatábamos la palabra para contarle lo que había pasado contigo, la existencia de espanto que llevaba Jennifer, la fragilidad de Sabrina, mil otros problemas, y mi deseo de mandar todo al diablo y desaparecer. El hombre nos escuchó sin interrumpir y cuando faltaban pocos minutos para que terminara la sesión, levantó sus párpados capotudos y nos miró con una expresión de genuina lástima.«¡Qué tristeza hay en sus vidas!», murmuró. ¿Tristeza? Eso no se nos habíaocurrido a ninguno de los dos. Se nos desinfló la rabia en un instante y sentimos hasta los huesos una pena vasta como el Pacífico, que no habíamos querido admitir por pura y simple soberbia. Willie me tomó la mano, me atrajo a su cojín y nos abrazamos. Por primera vez admitimos que teníamos el corazón muy adolorido. Fue el comienzo de la reconciliación.-Voy a aconsejarles que no mencionen la palabra divorcio durante una semana. ¿Pueden hacerlo? -preguntó el terapeuta. -Sí -respondimos a una sola voz.
Isabel Allende (La suma de los días)
La idea de que el sueño puede acortarse es un mito. Desde la perspectiva del cerebro, dormir seis horas a la semana es una pérdida permanente. No se puede compensar durmiendo el fin de semana. Levantarse con la alarma de un despertador también es perjudicial. En condiciones naturales, el cerebro sale del sueño profundo en una serie de oleadas que lo llevan cada vez más cerca de la vigilia.
Deepak Chopra (Supercerebro (Psicología) (Spanish Edition))
Ellos caminaban sobre las aguas En el año 1779, el conquistador inglés James Cook asistió a un espectáculo muy raro, en la isla de Hawaii. Era una diversión tan peligrosa como inexplicable: en la bahía de Kealakekua, los nativos disfrutaban parándose sobre las olas y dejándose llevar. ¿Habrá sido Cook el primer espectador del deporte que ahora llamamos surf? Quizá se trataba de algo más que eso. Quizás había algo más en ese ritual de las olas. Al fin y al cabo, estos primitivos creían que el agua, madre de todas las vidas, era sagrada, pero no se arrodillaban ni se inclinaban ante su divinidad. Sobre la mar caminaban, en comunión con su energía. Tres semanas después, Cook fue acuchillado por esos caminantes del agua. El generoso navegante, que ya había regalado Australia a la corona británica, se quedó con las ganas de regalar Hawaii.
Eduardo Galeano (Los hijos de los días)
Algunos días eran tan tranquilos que al cabo de una semana era imposible recordar lo que había sucedido en su transcurso. Otros estaban tan llenos de acontecimientos que era imposible creer que veinticuatro horas dieran para tanto.
Mary Balogh (At Last Comes Love (Huxtable Quintet, #3))
Vivir allí abajo era como vivir en una vaina de habichuela. Sólo veías el lecho en el que estabas. Nuestro horizonte de bosques era el límite de nuestro mundo. El viento agitaba los árboles semanas sin fin, con un seco rugido que parecía la expresión natural del paisaje. En invierno nos cercaban con púas congeladas, y en verano se derramaban sobre los bordes de los cerros como capas de densa lava verde. Por la mañana, humeaban cubiertos de niebla o de sol y al atardecer arrojaban siempre sobre nosotros haces de luz, reflejo de crepúsculos que no podíamos ver porque estábamos demasiado hundidos.
Laurie Lee (Sidra con Rosie (Otras Latitudes nº 46) (Spanish Edition))
Le damos demasiada importancia a la serie de televisión que nos gustaba y que cancelaron. Le damos demasiada importancia a nuestros compañeros de trabajo que no tuvieron la atención de preguntarnos cómo pasamos nuestro maravilloso fin de semana. Mientras tanto, nuestras tarjetas de crédito están rebasadas, nuestro perro nos odia y nuestro hijo consentido se mete cocaína encerrado en el baño; sin embargo, nos siguen molestando las monedas que nos dieron y la serie esa horrible que acaban de estrenar.
Mark Manson (El sutil arte de que te importe un caraj*: Un enfoque disruptivo para vivir una buena vida)
―”Estaré fuera todo el fin de semana y sin cobertura. Te llamo el domingo por la noche. Besos para ti y para papá”. Algunos minutos
Luis Murillo Fort (Currículum mortis (Dan Foster, #2))
Segundo o modelo amoroso prevalecente nesses anos de minha juventude (e nada me faz pensar que as coisas tenham mudado significativamente), os jovens, depois de um período curto de vagabundagem sexual que corresponde à pré-adolescência, deviam se envolver, supostamente, em relações amorosas exclusivas, acompanhadas de uma monogamia estrita, em que entravam em cena atividades não só sexuais mas também sociais (saídas, fins de semana, férias). Essas relações não tinham, porém, nada de definitivo, mas deviam ser consideradas aprendizados da relação amorosa, de certa forma estágios (cuja prática se generalizava, aliás, no plano profissional como algo prévio ao primeiro emprego). Relações amorosas de duração variável (a duração de um ano que, por minha vez, eu mantinha podia ser considerada aceitável), em número variável (uma média de dez a vinte parecia razoável), deviam supostamente se suceder antes de resultar, como uma apoteose, na relação última, que teria, agora sim, caráter conjugal e definitivo, e levaria, pela geração de filhos, à constituição de uma família.” Trecho de: Houellebecq, Michel. “Submissão.
Michel Houellebecq
Pierde el control, nena. Solo un fin de semana. Déjame a mí. Te cuidaré, te lo prometo.
Mia Sheridan (Stinger)
El tiempo pasa como un gato que se lame el pelaje. Los lugares de la ciudad van mutando de piel. Lima se transforma sin prisas, sin apuros. Lo que hemos construido es sólido y disfrutamos de caminar juntas. Si nos miran ya no bajamos la cabeza, no nos soltamos las manos. Ya no pretendemos ser invisibles. Redescubro contigo el significado de la dulzura y la lealtad. Compartimos fines de semana con nuestros parientes. Después de casi doce años, al fin una de mis novias puede participar de las cenas y cumpleaños familiares. Pueden subirse ella y nuestro grupo de amigos al carro de papá, quien en su día de furia había jurado «aquí no se suben maricones». La ciudad hace rodar los dados, nos lleva por sus laberintos. Somos las piezas y somos el tablero. Salimos a desnudar nuestros corazones por las arterias de esta ciudad, ligeras pero con precaución. Es sabido que Lima siempre te morderá los talones.
Karen Luy de Aliaga (Compórtense como señoritas)
En realidad, Ellingworth ya se había encontrado con Cavendish previamente, en el fin de semana de ‘carreras de entrenamiento’ del año anterior. Cavendish estaba allí como parte del equipo nacional junior. «Todo lo que recuerdo de entonces era que parecía un tonel. Tenía hechuras de sprinter, llevaba una bicicleta amarilla, pero su posición era realmente mala. No tenía madera de campeón. Pero lo que sí recuerdo es que después vino hacia mí y me dijo: ‘He disfrutado como nunca sobre la bici. ¿Puedo venir a la próxima?’».
Richard Moore (Sky's the Limit. Sky, el límite es el cielo. (Spanish Edition))
Se han establecido una serie de recomendaciones de AF para los adultos basadas en la evidencia científica para facilitar un estado de salud óptimo. En el año 2010, la Organización Mundial de la Salud (OMS) actualizó sus recomendaciones sobre AF para la salud (WHO, 2010), que consisten en acumular al menos 150 minutos de actividad física de moderada a vigorosa intensidad (AFMV) o 75 minutos de intensidad vigorosa o una combinación de ambas por semana en bloques de actividad aeróbica de 10 minutos como mínimo. Con el fin de obtener mayores beneficios para la salud, se debe incrementar la actividad aeróbica a 300 minutos semanales de intensidad moderada o 150 minutos de intensidad vigorosa o una combinación de ambas. Además, se debe complementar con actividades de fortalecimiento muscular que trabajen los principales grupos musculares dos días a la semana.
Christian Lopez (Obesidad y HIIT: Protocolos de entrenamiento eficaces y seguros (Spanish Edition))
Es fácil trabajar en las cosas equivocadas. Un esposo podría pasar todo un fin de semana haciendo tareas: rastrillar hojas, preparar el césped para el invierno, enrollar las mangueras y guardarlas, preparar los autos para el invierno, sacar del ático las decoraciones para las fiestas, cortar troncos para la chimenea... y no añadir ni una gota al tanque de amor de su esposa. Por otro lado, ese mismo esposo podría traer a casa comida china, limpiar la cocina después, y luego llevar a los niños a la cama por su cuenta cuando su esposa esté agotada después de un largo día, y llenarle su tanque de amor a desbordar.
Gary Chapman (Los 5 lenguajes del amor)
En otro artículo del New York Times, Erin Callan, ex directora de finanzas de Lehman Brothers, cuenta la historia de cómo “en una fiesta de la oficina, en 2005, una de mis colegas le preguntó al que entonces era mi marido qué hacía yo los fines de semana. Ella me consideraba una persona intensa y llena de energía. ‘¿Hace kayak, escala y luego corre medio maratón?’, dijo en broma. No, dijo él con simplicidad, ‘duerme’. Y era cierto. Cuando no estaba poniéndome al corriente con el trabajo, pasaba el fin de semana recargando las baterías para la semana siguiente.”[5
Greg McKeown (Esencialismo: Logra el máximo de resultados con el mínimo esfuerzo)
Nos pasamos la mayor parte del tiempo esperando a que llegue el fin de semana, la pareja ideal, las vacaciones, alguna celebración importante, un ascenso en el trabajo, una lotería... Esperando, siempre esperando. Y, mientras tanto, la vida está ocurriendo y se nos escapa de entre los dedos de las manos como si fuera arena.
Tessa Romero (24 minutos en el otro lado: Vivir sin miedo a la muerte (Más allá de la vida nº 1) (Spanish Edition))
Una vez a la semana, regálate una experiencia lúdica en solitario. Haz algo que te resulte muy placentero. Opta por algo divertido, algo que estimule tu imaginación. Planifica la cita con antelación con el fin de esperarla con expectación. Permítete ser juguetón. Sé joven de espíritu.
Julia Cameron (El arte de escuchar: Descubre una creatividad más profunda y plena (Spanish Edition))
comida del mediodía, café de la mañana, té de la tarde, salidas cada hora para fumar, días de fiesta y puentes, una jornada por semana trabajando desde la casa bajo la categoría ridícula del “home office”, que el jueves se trabaje menos porque el día siguiente es viernes, que el viernes no se haga nada porque viene el sábado, que el lunes sea a media máquina porque se alcoholizaron y se drogaron el fin de semana mientras bailaban en un festival con otros alcohólicos y drogadictos.
Carlos Maslatón (Téngase presente)
No voy a darle nombres, pero una vez vi a un ciclista fumando un cigarrillo maloliente justo antes de una etapa. Y cuando digo maloliente me quedo corto... era realmente repugnante, un hedor que se metía dentro y te llegaba a marear entre nauseas. Pues bien, terminado el parcial pregunté al mismo tipo, que había llegado cómodamente en el pelotón delantero, que qué era aquello. Bajó la voz, te lo cuento si no se lo dices a nadie. Yo se lo prometí por lo más sagrado, y le juro que es la primera vez que cuento esta historia. Entonces él susurró. Es boñiga de vaca, dijo. Pero no de cualquier vaca, no, sino de las que tengo paciendo en mi casa, allá por los Pirineos. La recojo en otoño, justo al bajarlas de los puertos más altos, es entonces cuando dan la leche más espesa, así que, en buena lógica, la mierda también debe de ser la mejor. Luego la dejo secando dos semanas al sol, la desmenuzo y me la guardo para las carreras. Porque da vitalidad, mucha, ya me ha visto usted hoy, soy invencible, con la fuerza de un toro. Al final casi gritaba, con los ojos saltones, saliendo de las órbitas. Me lo contó el curandero de un pueblo que hay muy cerca del mío, él sí que sabe cómo preparar a los ases, jajaja. Y no le enseño las setas porque se me acabaron en los Alpes... Quiero decir que por supuesto que se usaría a veces cocaína para los ojos... al fin y al cabo algunos hasta fumaban bosta de vaca.
Marcos Pereda (Una pulga en la montaña: La novela de Vicente Trueba)
Es en ese momento, me parece, al dejar atrás las costas de Europa y emprender el barco una ruta que aparentemente no va a ningún sitio, cuando una obsesión impresionante afecta al pensamiento. Sospecho que le ha pasado lo mismo a todo el que ha cruzado el Atlántico. En los últimos siglos, millones de ciudadanos de Europa han hecho la travesía del Atlántico en busca de una nueva patria (...). Por distintas que fueran las naciones, por diferentes que fueran los emigrantes - de raza, de religión o de Estado - , a todos los movía una misma obsesión: la de crearse un porvenir en un país virgen y sobre todo en un país libre. La libertad de los Estados Unidos, organizada sobre la seguridad de una Constitución estable y de unas instituciones sólidas, ha sido la idea motriz que ha impulsado a cruzar este océano a millones de seres humanos. Desde el siglo XIX, la ruta marítima del Atlántico norte se ha convertido en la más importante del tráfico marítimo mundial. Cuando se piensa en estas cosas ante este panorama tan dilatado del mar, la obsesión se proyecta a su auténtica, enorme escala.
Josep Pla (Fin de semana en Nueva York)
Pero ya aparece a nuestra izquierda la estatua de la Libertad. El paisaje llano y aplastado del estuario, la gordinflona señora, en bronce oxidado, se muestra poco esbelta, pero el símbolo es tan fuerte, constituye una clave tan visible de la ciudad y del país que tenemos a la vista, que es imposible no emocionarse ante ella. Yo pienso en los miles de hombre y de mujeres que, viniendo de todos los rincones del mundo, encontraron en esta figura que se yergue sobre una pequeña isla, el símbolo del esfuerzo para crease una nueva vida. Es costumbre decir ahora que esta estatua es una gran obra de arte, y que lo que representa no tiene ya sentido. Me parece que la verdad es lo contrario: la estatua, que puedo contemplar muy de cerca, me parece un poco pesada y de muy poca esbeltez; lo que representa, en cambio, es de una importancia capital.
Josep Pla (Fin de semana en Nueva York)
Quedamos, pues, fondeados en Hoboken (estado de Nueva Jersey), que está del centro de Nueva York, pongamos de la calle 42 y la Quinta Avenida, a una distancia de siete dólares de taxi, Es cuando se manejan estas sumas que la hospitalidad cobra un sentido claro. Al salir del muelle, míster Ellers me pregunta: - Qué es lo que desea ver usted primero? - Creo, le respondo, que lo primero que se impone es hacernos un poco cargo del país en que nos encontramos. Hemos de ver la geografía, y lo mejor para ello creo que será subir al Empire State Building. Iremos, si le parece, en un taxi, pero antes de llegar al rascacielos trate usted de hacernos pasar por alguna calle donde pueda verse alguna americana guapa, auténtica y real. - ¿Pero es que usted quiere hablar con algunas señoras? - No, señor. Simplemente mirarlas. Quiero constatar si el concepto que tengo formado de las americanas es real.
Josep Pla (Fin de semana en Nueva York)
Un trabajo es un sitio donde haces algo que, en el fondo, no te gusta durante unas ocho horas al día cinco o seis días a la semana a cambio de dinero que te permita hacer el fin de semana las cosas que te gustaría hacer todo el tiempo.
Bono (Surrender: 40 canciones, una historia (Spanish Edition))
Las variables no tienen un tipo concreto en Python, puedes utilizar una variable para almacenar un número en una parte de tu programa y posteriormente puedes utilizarla para almacenar una lista de elementos.
Alfredo Moreno Muñoz (Aprende Python en un fin de semana - Guía completa de iniciación (Spanish Edition))
Verb conjugation in the future simple Here is a look at the verb conjugation for the same types of verbs in the future. Verb: Correr (to run) • Yo correré en la escuela todos los días. (I will run at school every day.) • Tú correrás en la calle por las mañanas. (You will run on the street every morning.) • Él correrá cada fin de semana. (He will run every weekend.) • Ella correrá con sus perros. (She will run with her dogs.) • Nosotros correremos con nuestros amigos. (We will run with our friends.) • Vosotros correréis para hacer ejercicio. (You will run to do exercise.) • Ellos correrán en el campo. (They will run on the field.) • Ellas correrán todo el tiempo. (They will run all the time.)
Cassidy Mind (Spanish For Kids: A Complete Guide to Understand and Speak a New Language Starting from Zero - Kids Can Learn in a Fun and Exiting Way)
Para todos nosotros ha sido el Bosquecillo la encarnación suprema de esta posición, un símbolo como lo era, en épocas pretéritas, una bandera desgarrada por las balas. Y de igual modo que una bandera era entonces algo más que un ennegrecido pedazo de seda clavado a un palo, también ese pedazo de tierra arrasado y machacado por los proyectiles ha llegado a ser para nosotros algo más que un lugar carente de nombre, al que por ello fue preciso añadir un número con el fin de poder distinguirlo de los demás lugares. Los más de nosotros somos personas sencillas, gente que no sabría dar más que una respuesta confusa si alguien le preguntara por el origen de esta guerra o por sus grandes objetivos y sus grandes causas. Y si alguien les dijera a estos hombres que carece de toda importancia la pérdida o la ganancia de una parcela de terreno tan mezquina como ésa, sin duda no sería mucho lo que podrían replicar. A pesar de todo, sentirían que ese terreno representa algo más que una mezcla de greda y arena plantada de astillados troncos de árboles, cuya situación es determinable en un mapa y cuya superficie puede ser medida — de igual manera que la Cruz de Hierro que muchos llevan en su pecho significa para ellos algo más que un trozo de hierro con un borde plateado. El Bosquecillo 125 despertaría en estos hombres el recuerdo de marchas difíciles, de pesadas semanas de trabajo, de guardias nocturnas durante las cuales ese pedazo de tierra se destacaba en la oscuridad como un llameante alto horno, y de días en que sus ojos lo veían aplastado bajo el peso de nubes de proyectiles. El nombre del Bosquecillo 125 no se les aparecería como un nombre cualquiera, sino como un nombre que se graba al rojo vivo en la memoria y que evoca tal cantidad de acciones y sentimientos que, al mencionarlo, todos los detalles se vuelven insignificantes, como cuando contemplamos uno de esos sepulcros megalíticos que se han conservado de tiempos remotos. Esos hombres sentirían también que ese Bosquecillo no puede ser un lugar como otro cualquiera, porque cada uno de los pasos que en él dieron hubo de ser comprado con la vida, y porque el gran destino de los pueblos fue allí vivido y sufrido en el destino del individuo. Lo que el mensajero de los pocos supervivientes de la guarnición del Bosquecillo acaba de decir suena como una sentencia dictada por un Poder superior, pero como una sentencia de la que uno no tiene por qué avergonzarse, a pesar de lo dura que es.
Ernst Jünger (Copse 125: A Chronicle from the Trench Warfare of 1918)
¿Debemos optar por permanecer en el interior del paraíso del pasado el mayor tiempo posible o volver a nuestro anodino presente en el que, por lo general, las únicas cosas que anhelamos son el fin de semana, nuestro programa de televisión favorito, un sexo mediocre de vez en cuando, o ir a dormir por la noche?
Jonathan Carroll (The Ghost in Love)
Parece mentira que el fin de un espejismo amoroso que tal vez sólo ha durado unas semanas pueda sumirte en semejante infierno.
Rosa Montero (La ridícula idea de no volver a verte)
¿Pero sangriento fin de semana en Medellín no es pleonasmo? Ya ni sé, con el deterioro ambiental y moral se nos deterioró hasta la gramática. ¡Dizque Bogotá la Atenas sudamericana! ¡Dizque éste un país cuidadoso del idioma!
Fernando Vallejo (Peroratas (Spanish Edition))
Tendría que haber un curso para criar hijos. Tanto curso de preparto y después nace y cuando llegás a tu casa por primera vez no sabés ni dónde ponerlo. ¿Dónde lo apoyás, en qué parte de la casa va ese viejito mínimo, ese haiku de persona? Nadie te enseña. Nadie te advierte lo duro que es no dormir, renunciar a vos mismo a cada rato, postergarte. Porque no volvés a dormir ocho horas seguidas nunca más, tu banda sonora permanente pasa a ser La Reina Batata, para coger tenés que programar con un mes de anticipación un fin de semana sin niños, vas al cine solo a ver películas donde unos peluches hablan en mexicano, y tenés que leer catorce veces por día el librito del rinoceronte.
Pedro Mairal (La uruguaya)
medio, en esta fase, se presenta como un componente esencial de la cultura de masas, imponiendo sus ritmos en la vida cotidiana del consumidor (ir al cine cada fin de semana, escuchar la radionovela después de cenar, etc.).
Carlos A. Scolari (Sobre la evolución de los medios: Emergencia, adaptación y supervivencia (Spanish Edition))
GERMÁN (Lee.) “El sábado estuve viendo la tele. El domingo estaba cansado y no hice nada”. Punto final. Les di media hora. Dos frases. Cuarenta y ocho horas en la vida de un tío de diecisiete años. El sábado, tele; el domingo, nada. (Pone un cero en el folio y se lo da a Juana; coge otro.) No les he pedido que compongan una oda en endecasílabos. Les he pedido que me cuenten su fin de semana. Para ver si saben juntar dos frases. Y no, no saben. (Lee.) “Los domingos no me gustan. Los sábados sí que me gustan pero este sábado mi padre no me dejó salir y me quitó el movil”. (Pone en el folio un gran cero y lo deja en el montón de la derecha.) Intenté explicarles la noción de “punto de vista”. Pero hablar a éstos de punto de vista es como hablar a un chimpancé de mecánica cuántica. Les leo el comienzo de “Moby Dick”, se supone que todos saben de qué hablo, que han visto la película. Les explico que la historia la cuenta un marinero. Pregunto: “¿Y si la hubiera contado otro personaje, por ejemplo el capitán Achab?”. Me miran asustados, como si les hubiera planteado el enigma de la esfinge. “Bueno, me vais a hacer una redacción contándome lo que habéis hecho este fin de semana. Tenéis media hora”. Y me entregan esto. ¿Qué fatalidad me condujo a este trabajo? ¿Hay algo más triste que enseñar literatura en bachillerato? Elegí esta profesión pensando que viviría en contacto con los grandes libros. Sólo estoy en contacto con el horror. Y lo peor no es enfrentarse, día a día, con la ignorancia más atroz. Lo peor es imaginar el día de mañana. Esos chicos son el futuro. ¿Quién puede conocerlos y no hundirse en la desesperación? Los catastrofistas pronostican la invasión de los bárbaros y yo digo: ya están aquí; los bárbaros ya están aquí, en nuestras aulas.
Juan Mayorga (El chico de la última fila)
Estoy aquí, sola por primera vez desde hace semanas, dispuesta a retomar por fin mi vida "real". Y esto es lo raro: que ni los amigos, ni siquiera el amor apasionado, sean mi vida real a no ser que disponga de tiempo a solas durante el que explorar y descubrir qué sucede o qué ha sucedido. Sin las interrupciones, tan enriquecedoras como irritantes, esta vida sería muy árida. Y, sin embargo, solo la degusto cuando estoy sola...
Mary Sarton
Hace poco, el jardinero nocturno me preguntó si yo sabía cómo morían los cítricos: cuando llegan a la vejez, si logran sobrevivir a sequías, enfermedades y a los incontables ataques de pestes, hongos y plagas, sucumben por sobreabundancia. Al alcanzar el fin de su ciclo de vida, dan una última cosecha gigantesca de limones. En su primavera final, sus flores brotan y florecen en enormes racimos y llenan el aire con un dulzor tan fragante que te hace picar la garganta y las narices a dos cuadras de distancia; sus frutos maduran todos a la vez, ramas completas se quiebran bajo su peso, y luego de un par de semanas el suelo a su alrededor está cubierto de limones podridos. Es extraño, me dijo, ver tanta exuberancia antes de la muerte.
Benjamín Labatut (Un verdor terrible)
Tiago Albuquerque Bragantino II era um homem incrível em todos os sentidos. Fisicamente era comparado a um deus grego, em suas formas e belezura. Loiro, olhos azuis cintilantes, pele clara, um pouco bronzeada de sol que às vezes permitia correr no calçadão da praia nos fins de semana... um metro e oitenta e cinco, músculos muito bem distribuídos... cabelos perfeitamente penteados para trás... e sentimental que nem parecia que debaixo daqueles gomos firmes existia um ser humano que chorava.
Clayton J.C (Apenas dessa vez (Entregue-se ao prazer Livro 1) (Portuguese Edition))
Naranja: Palabras reservadas de Python. Verde: Cadenas de texto. Azul: Resultado de ejecución de una sentencia. Rojo: Mensajes de error. Púrpura: Funciones.
Alfredo Moreno Muñoz (Aprende Python en un fin de semana - Guía completa de iniciación (Spanish Edition))
Los jóvenes universitarios actuales bastante tienen con no matarse el fin de semana.
Félix de Azúa (Baudelaire y el artista de la vida moderna (Spanish Edition))
Instituto Di Tella quedaría atrapado. Cuestionado por la derecha como disolvente de las buenas costumbres, desde la izquierda sólo se verá la frivolidad que en efecto contenía y que figuraba la antítesis del modelo predominante del intelectual comprometido, ocluyendo así la comunicación entre vanguardia artística y política. Una verificación de este desencuentro la ofrece la escisión en la producción teatral entre propuestas como Soledad para cuatro de Halac o Nuestro fin de semana de Cossa, por una parte, y El desatino de Gambaro por la otra, que fue estrenada precisamente en el Di Tella en 1965 y desató la polémica de los llamados “realistas” versus “absurdistas”,
Oscar Terán (Nuestros años sesentas: La formación de la nueva izquierda intelectual argentina (Singular) (Spanish Edition))
En cualquier caso, el viaje desde el hospital la había agotado y durmió la mayor parte del fin de semana, durante el cual comió poco y habló aún menos. Laurel, cuando le llegó el turno de sentarse junto a la cabecera de la cama, deseó
Kate Morton (El cumpleaños secreto)
abrir mão de recompensas financeiras e sucesso profissional em troca de tempo para descansar. Mas eu queria uma vida mais tranquila: poder parar e conversar com o vizinho, brincar com meu cachorro e apreciar sua alegria (sem estar ao mesmo tempo no telefone, cuidando de negócios), desfrutar de fins de semana inteiros indo a exposições de arte, lendo por puro prazer e simplesmente aproveitando a companhia dos meus filhos.
Christine Carter (O ponto de equilíbrio (Portuguese Edition))
Un programa es un conjunto de instrucciones o pasos a seguir que se le dan a un ordenador de forma secuencial para que realice una tarea específica.
Alfredo Moreno Muñoz (Aprende Python en un fin de semana - Guía completa de iniciación (Spanish Edition))
Las gélidas temperaturas condicionaron y condicionan las costumbres de los nórdicos. Si exceptuamos los ritos religiosos y los espectáculos, los daneses son muy dados a dejar transcurrir el fin de semana encerrados en la intimidad de su casa.
Rafael Larrañeta (La lupa de Kierkegaard)
...el ideal autoritario pervive intacto en innumerables símbolos, costumbres, tendencias y hasta concepciones del mundo, que exhiben la misma confianza en la delegación, e idéntica fe en la omnipotencia. Sociedades abiertas al intercambio libre de bienes y servicios parecen el epítome de una crueldad insolidaria, cuando todos estaríamos mucho mejor con un patrimonio prácticamente idéntico.“Eso no cambia que la división del trabajo se apoye sobre la diversidad humana, y que sin el orden inventado en cada instante por las iniciativas de esa diversidad solo haya una organización piramidal despótica. Nos entregaremos entonces al arbitrio de salvadores, cuyos planes serán a fin de cuentas una reedición de viejas ofertas, empobrecidas adicionalmente por el hecho de que esos mesías no tienen siglos de experiencia en el mando, como las iglesias y ejércitos tradicionales. Sin embargo, esa entrega al salvador —arcaico o modernísimo— bien pudiera no tener relación alguna con el deseo de disfrutar libertad y prosperidad. Tanto algunos ricos como algunos pobres prefieren ilusionarse con cierta redención sectaria a vivir libres y acomodados, porque de puertas adentro no se soportan. Si despiertan deprimidas (por costumbre o por alguna resaca), ciertas personas pontificarán sobre lo depresivo del mundo, aunque estén rodeadas por personas llenas de entusiasmo. Les vale, pues, cualquier representación que ayude a borrar las fronteras entre su realidad y la ajena. También podría decirse que no han sido bendecidas por un amor a la objetividad, sino cargadas con un deseo de ser y no ser al mismo tiempo.
Antonio Escohotado (Sesenta semanas en el trópico: Viajes por el planeta exterior)
Esto me permitía trabajar toda la semana sin distracciones. Los viernes, ella me enviaba las contraseñas. De esa forma tenía todo el fin de semana para disfrutar lo que me ofrecían las redes sociales hasta el siguiente lunes, cuando mi asistente volvía a cambiar las contraseñas. (Si no cuentas
James Clear (Hábitos atómicos)
Una base de datos no es más que un software, esto es, un programa como puede ser un sistema operativo o un antivirus, cuyo principal objetivo es almacenar información.
Antonio Padial Solier (Aprende SQL en un fin de semana: El curso definitivo para crear y consultar bases de datos (Aprende en un fin de semana) (Spanish Edition))
SQL (Structured Query Languaje) no es más que un conjunto de palabras y una serie de reglas diseñadas única y exclusivamente para comunicarnos con una base de datos.
Antonio Padial Solier (Aprende SQL en un fin de semana: El curso definitivo para crear y consultar bases de datos (Aprende en un fin de semana) (Spanish Edition))
un reciente estudio que descubrió que la felicidad aumenta un diez por ciento los viernes. ¿A qué se debe eso? Las personas se emocionan por la proximidad del fin de semana, así que deciden ser más felices. Toman la decisión los viernes de disfrutar más de su vida. Te desafío a que permitas que cada día sea viernes.
Joel Osteen (Cada Día es Viernes: Cómo ser mas feliz 7 días por semana (Spanish Edition))
8 seminarios en vivo: clases en directo con análisis y técnicas. Auditoría personalizada: sales con la web terminada. Soporte ilimitado: 4 semanas de preguntas respondidas. Quiero verte sonreír delante de una web escrita por ti. Por fin vas a crear textos estratégicos sin bloquearte.
Rosa Morel (Neurocopywriting: La ciencia detrás de los textos persuasivos)
Mi padre trabajó en la fábrica desde los catorce hasta los cincuenta y seis años, cuando le dieron la “jubilación anticipada” sin preguntarle cuál era su opinión, el mismo año que a mi madre (a los cincuenta y cinco años). Ambos fueron rechazados por el sistema que los había explotado sin vergüenza. Él quedó desamparado al encontrarse sin una ocupación; ella estaba bastante feliz de dejar un lugar de trabajo en el que las tareas eran agotadoras —a un nivel inimaginable para quienes nunca han tenido esa experiencia— y donde el ruido, el calor, la repetición cotidiana de gestos mecánicos corroen poco a poco los organismos más resistentes. Estaban cansados, desgastados. Mi madre no había aportado a la jubilación el tiempo suficiente, pues pocas veces sus empleos de trabajadora doméstica habían estado declarados, lo que redujo el monto de su jubilación. Esto recortó severamente sus ingresos. Debieron reinventar su vida como pudieron. Por ejemplo, comenzaron a viajar con mayor frecuencia, gracias a la comisión interna de la fábrica donde había trabajado mi padre. Iban a pasar un fin de semana en Londres, una semana en España o Turquía… No se amaban más que antes, simplemente habían encontrado un modus vivendi, estaban acostumbrados el uno al otro y ambos sabían que sólo la muerte de uno de ellos los separaría.
Didier Eribon (Regreso a Reims (Spanish Edition))
-Ay Dios, ¿como reacciono el señor Bexley? El no es un romantico, -Se puso furioso, estuvo a punto de llamar a seguridad. Cuando les conte mis motivos para marcharme fueron bastante comprensivos. -Motivos... -Tenia un fin de semana para hacer que me amaras
Sally Thorne (The Hating Game)
Cuando te vaya mal, dale duro. Cuando te vaya bien, dale más duro aún. No dejes de bajar a la mina a diario (si puedes, el fin de semana también).
Raimon Samsó (El Poder de la Disciplina: El Hábito que Cambiará tu Vida (El poder de los hábitos #2))
Un nuevo empleado de una gran compañía asiste a una convivencia de fin de semana de la empresa y no tarda en descubrir que alguien intenta matarle: The Retreat (Convivencia de empresa).1
Blake Snyder (¡Salva al gato!)
Un hombre de negocios se enamora de la prostituta a la que contrata para que le acompañe un fin de semana: Pretty Woman.
Blake Snyder (¡Salva al gato!)
Durante el fin de semana los gallinazos se metieron por los balcones de la casa presidencial, destrozaron a picotazos las mallas de alambre de las ventanas y removieron con sus alas el tiempo estancado en el interior,
Gabriel García Márquez (El otoño del patriarca (Spanish Edition))
Es sabido que un buen fin de semana de apertura en taquilla es difícil de lograr sin una musculosa campaña mediática previa; ésta, a su vez, es difícil de imaginar sin un presupuesto abultado que la sostenga, algo complejo de obtener fuera del circuito hollywoodense de producción.
Luis Reséndiz (Cinécdoque (Spanish Edition))
Sergio ha descubierto para su mal, que bíblicamente hablando, el tiempo del trabajo es el tiempo de la condena. Se repite y multiplica de una manera muy diversa. El oficinista que espera ansioso la hora de salida de su oficina, o el fin de semana, o sus vacaciones anuales y más tarde su jubilación, y el preso que comparte una condena fija, comparten una misma espantosa paradoja: en nombre de la vida, quieren que el tiempo pase, sin percatarse de que así el tiempo que anhelan perder es el único tiempo suyo, el tiempo de su vida, un tiempo que nadie les podrá devolver. Un día lo descubren, y entonces ya no pueden dormir en paz.
Abdón Ubidia (Wolves' Dream (Discoveries))
Las estaciones se buscan una a la otra, como el hombre y la mujer, a fin de poder curarse de sus propios excesos. La primavera, si se dilata más de una semana de su límite final, comienza a sentir ansias de que el verano ponga fin a los días de promesas perpetuas. El verano, a su vez, pronto comienza a sudar, pidiendo algo que aplaque su calor y el más mórbido de los otoños finalmente acaba por cansarse de la benevolencia y muere de ganas de que una rápida y penetrante escarcha aniquile toda su fecundidad. Incluso el invierno —la estación más dura, más implacable— sueña con las llamas que en breve lo derretirán, mientras febrero avanza lentamente. Con el tiempo, todas las cosas se cansan y comienzan a buscar algún oponente que las salve de sí mismas.
Clive Barker
¡Bienvenid@ al maravilloso mundo de la programación! Has llegado hasta aquí… ¡eso es porque tienes ganas de aprender a programar y concretamente hacerlo con Python! Y lo mejor de todo, es que has decidido hacerlo con nosotros, ¡muchas gracias! El objetivo del libro consiste en construir una base sólida de programación y del lenguaje de programación Python para que puedas desenvolverte ante cualquier situación. Para ello, hemos diseñado un método de aprendizaje basado completamente en prácticas progresivas junto con nociones básicas teóricas, y lo mejor de todo, estructurado de tal forma que te permitirá aprenderlo en un fin de semana. Una vez hayas acabado el libro, siguiendo el modo de aprendizaje que te proponemos, podemos garantizarte que vas a ser capaz de tener la autonomía suficiente para llevar a cabo tus propios proyectos de programación, o al menos lanzarte a que lo intentes. Estamos seguros de que, si nos acompañas hasta el final del libro, se te van a ocurrir una cantidad grande de ideas de proyectos de programación, ya que cuantos más conocimientos vas aprendiendo, más curiosidad desarrollarás y más ideas te irán surgiendo.
Alfredo Moreno Muñoz (Aprende Python en un fin de semana - Guía completa de iniciación (Spanish Edition))
Desde este punto de vista, todos llegaron a vivir la ley de la peste, más eficaz cuanto más mediocre. Ni uno entre nosotros tenía grandes sentimientos. Pero todos experimentaban sentimientos monótonos. "Ya es hora de que esto termine", decían, porque en tiempo de peste es normal buscar el fin del sufrimiento colectivo y porque, de hecho, deseaban que terminase. Pero todo se decía sin el ardor ni la actitud de los primeros tiempos, se decía sólo con las pocas razones que nos quedaban todavía claras y que eran muy pobres. Al grande y furioso impulso de las primeras semanas había sucedido un decaimiento que hubiera sido erróneo tomar por resignación, pero que no dejaba de ser una especie de consentimiento provisional.
Albert Camus (The Plague)
Cuando el gobierno de Francia decidió, en mayo del 98, reducir la semana laboral de 39 a 35 horas, dando así una elemental lección de cordura, la medida desató clamores de protesta entre empresarios, políticos y tecnócratas. En Suiza, que no tiene problemas de desempleo, me tocó asistir, hace algún tiempo, a un acontecimiento que me dejó turulato. Un plebiscito propuso trabajar menos horas sin disminuir los salarios, y los suizos votaron en contra. Recuerdo que no lo entendí, confieso que sigo sin entenderlo todavía. El trabajo es una obligación universal desde que Dios condenó a Adán a ganarse el pan con el sudor de su frente, pero no hay por qué tomarse tan a pecho la voluntad divina. Sospecho que este fervor laboral tiene mucho que ver con el terror al desempleo, aunque en el caso de Suiza el desempleo sea una amenaza borrosa y lejana, y con el pánico al tiempo libre. Ser es ser útil, para ser hay que ser vendible. El tiempo que no se traduce en dinero, tiempo libre, tiempo de vida vivida por el placer de vivir y no por el deber de producir, genera miedo. Al fin y al cabo, eso nada tiene de nuevo. El miedo ha sido siempre, junto con la codicia, uno de los dos motores más activos del sistema que otrora se llamaba capitalismo.
Eduardo Galeano (Upside Down: A Primer for the Looking-Glass World)
Enfermar posee un daltónico rango perceptivo que va del arruinamiento de tu fin de semana al horror. La estación más aguda de ese tren no s haya en los extremos sino en alguna zona indefinida del trayecto: el dolor pulido hasta la condición de diamante intocable. Alguien te conecta de pronto a un cable de intensificación. Es el sublime trueno de Kant despojado de crochet lírico y vesperales caminatas digestivas; solo caverna húmeda. Una esfera sensitiva. Salvo que la esfera es un emblema de perfección. Y darle título de perfección a lo que está a punto de vivir mi madre sería maldad pura.
Julián Herbert (Canción de tumba)
La manera en que tú hables acerca de la Biblia en el fin de semana es la que determinará el interés que sientan por ella durante la semana siguiente. Tienes que hacerla accesible. Tienes que darles permiso para leerla antes que la crean.
Andy Stanley (Amplio y profundo: Edificando iglesias de las que todos quisieran ser parte (Spanish Edition))
Los padres de Tom son docentes e intelectuales. Su padre dio clases de Literatura en el Connecticut College durante treinta años. Su madre trabajaba en la secretaría de exalumnos. Vivían y respiraban universidad, y se ufanaban de ser cultos, cosa que se reflejaba en todo lo que hacían y eran. En gran parte era inofensivo, y hasta beneficioso, para Tom y su hermana pequeña, Kathy. Las vacaciones eran siempre de acampada familiar. No les dejaban ver la tele sin supervisión, y solo los fines de semana. Imaginaos lo insulso que era el contenido autorizado. Tenían que leer diez libros por verano, y a colonias nunca iban. Nada de quedarse a dormir en casa de un amigo. Toque de queda estricto, y cada domingo a la iglesia, aunque de religión se hablaba más en términos de teoría y sociología que de pasión y fe. Lo evaluaban y lo analizaban todo, despojándolo de las influencias emocionales que pudieran llevar a creer en una mentira o a actuar de modo erróneo. Seguro que conocéis a gente de este tipo. A los no tan disciplinados les despiertan ganas de zarandearlos hasta que se desprenda alguna emoción, aunque se queden inconscientes. No parecen humanos, a pesar de su tan buen comportamiento. ¿En qué se traducía todo esto para Tom? Si llegaba a casa con sobresalientes, no había euforia, abrazos, besos ni llamadas por teléfono a los abuelos. Nada de monedas para la hucha, ni de postre especial, ni de saltarse una práctica de piano. No pegaban las notas a la nevera, no; las evaluaban y las comentaban, y a Tom le recordaban que sus notas eran un reflejo de lo mucho que había trabajado, y que no se pensara que era mejor o más listo que los otros. Y cuando cantaba en la obra de fin de curso, o anotaba una carrera en el partido de béisbol, o traía un animal de barro pintado de la asignatura de arte, con un vago parecido a una jirafa… Todo lo que hacía Tom era objeto de valoración sincera y desapasionada. En el segundo estribillo has desafinado un poco, Tom. A la primera base has llegado más que nada por suerte, Tom. No te creas que te volverá a pasar. Tienes que practicar más. Hombre, se nota que te has divertido haciéndolo. Sí, ¿verdad? Exacto. Un poco adelantados a su tiempo, precursores de los consejos educativos que nos han endosado durante la pasada década. No hay que estar orgulloso de los hijos. Son ellos los que tienen que enorgullecerse. Tampoco hay que hacer falsos elogios, porque entonces dejan de fiarse de nuestras opiniones. No hay que dejarlos por el mundo creyéndose mejores de lo que son, porque solo servirá para que se lleven una decepción. La verdadera autoestima es la que viene de tener unos padres sinceros. Yo estos disparates los rechazo desde siempre. En eso soy un caso aparte. Somos seres pequeños e insignificantes. Lo único que nos llena, lo que nos da un horizonte, orgullo, sentido del yo, es el lugar que ocupamos en los corazones de la gente. Necesitamos que nos quieran nuestros padres sin condicionantes, sin lógica ni racionalidad. Necesitamos que nos vean a través de un cristal distorsionado por su amor y que nos digan de todas las maneras posibles que los llena de felicidad el mero hecho de que estemos en el mundo. De acuerdo, algún día nos daremos cuenta de que nuestras jirafas de barro no eran magistrales, pero es necesario que nos hagan llorar siempre que las bajemos de nuestros desvanes, sabiendo que cuando nuestros padres veían estos trozos de yeso tan feos sentían un orgullo absurdo y ganas de abrazarnos hasta que nos dolieran los huesos. Es lo que necesitamos de los padres, más que la verdad sobre lo pequeños que somos. Ya habrá gente de sobra que nos lo recuerde y nos ofrezca evaluaciones desapasionadas de nuestra mediocridad.
Wendy Walker (All Is Not Forgotten)
seis meses después y le pregunté cómo le había ido. “Muy bien”, contestó. “Seis semanas exactas. Aunque el caso de mi vecino es otra historia.” He aquí lo que sucedió. Eelco decidió que los contratistas trabajaran como un equipo con Scrum. Organizó proyectos semanales que debían llegar a la columna de Terminado y en el tráiler del contratista estacionado frente a su casa puso un pizarrón blanco de Scrum lleno de papeletas adhesivas con tareas. Cada mañana reunía a los carpinteros, electricistas, plomeros o quien fuera necesario para el sprint de esa semana y revisaba lo hecho el día anterior, lo que se haría ese día y qué podía impedirlo. Eelco asegura que esto hizo que los contratistas concibieran el proyecto y se comunicaran sobre él de otra manera. Plomeros y carpinteros acordaban cómo ayudarse para trabajar más rápido. La escasez de materiales se detectaba antes de que obstruyera todo avance. Pero, añadió Eelco, lo más importante fue que las paradas eliminaron la dependencia. En todo proyecto de construcción se dedica mucho tiempo a esperar el fin de una parte del trabajo para que la siguiente pueda empezar, fases que, además, suelen implicar diferentes conjuntos de habilidades: instalaci
Jeff Sutherland (Scrum: El arte de hacer el doble de trabajo en la mitad de tiempo)
—¿No te da miedo? —¿El qué? —Perder el tiempo. Mi amiga se tapa la boca con una mano y luego se frota la sien. —Perdona, no debería haber dicho eso, es la falta de sueño que… —No me da miedo —contesto sonriendo. Abre mucho los ojos, confundida. —No creo que querer a alguien, dure lo que dure, sea perder el tiempo si le has querido y te han querido bien. A veces hay historias que duran una semana, un fin de semana o incluso unas horas y merecen cien por cien la pena. ¿No estás harta de verlo en tus películas? —Eso es ficción —expone con un suspiro. —Hay amores que superan la ficción, el espacio y el tiempo. —Me gustaría encontrar uno de esos —confiesa muy bajito, para ella.
Silvia Ferrasse (Mil primaveras a la orilla de tus abrazos (Mil Estaciones, #2))