Fe Y Esperanza Quotes

We've searched our database for all the quotes and captions related to Fe Y Esperanza. Here they are! All 100 of them:

«Porque felizmente (pensaba) el hombre no está solo hecho de desesperación sino de fe y esperanza; no solo de muerte sino también de anhelo de vida; tampoco únicamente de soledad sino de momentos de comunión y amor. Porque si prevalece la desesperación, todos nos dejaríamos morir o nos mataríamos, y eso no es de ninguna manera lo que sucede. Lo que demostraba, a su juicio, la poca importancia de la razón, ya que no es razonable mantener esperanzas en este mundo en que vivimos. Nuestra razón, nuestra inteligencia, constantemente nos están probando que este mundo es atroz, motivo por el cual la razón es aniquiladora y conduce al escepticismo, al cinismo y finalmente a la aniquilación. Pero, por suerte, el hombre no es casi nunca un ser razonable, y por eso la esperanza renace una y otra vez en medio de las calamidades.»
Ernesto Sabato (Sobre héroes y tumbas)
He aprendido a seguir sola, con la espada en alto para estar en la batalla y no darme por vencida, ni aun vencida, como lo estoy ahora.
Dulce María
La mayoría de los mortales nunca llegamos a conocer nuestro verdadero destino; simplemente somos atropellados por él. Para cuando levantamos la cabeza y lo vemos alejarse por la carretera ya es tarde, y el resto del camino lo tenemos que hacer por la cuneta de aquello que los soñadores llaman la madurez. La esperanza no es más que la fe de que ese momento no haya llegado todavía, de que acertemos a ver nuestro verdadero destino cuando se acerque y podamos saltar a bordo antes de que la oportunidad de ser nosotros mismos se desvanezca para siempre y nos condene a vivir de vacío, añorando lo que debió ser y nunca fue.   Alicia
Carlos Ruiz Zafón (El laberinto de los espíritus)
Pero cuando la fe desaparece, cuando comprendes que ni siquiera te queda las esperanza de recuperar la esperanza, entonces tiendes a llenar los espacios vacíos con sueños, pequeña fantasías y cuentos infantiles que te ayuden a sobrevivir.
Paul Auster (In the Country of Last Things)
Porque en los momentos mas tristes hay alguien que llora contigo, sufre porque tu sufres, te entiende perfectamente bien cuando te enojas, comprende que en el fondo de tu enojo hay dolor, y no te deja nunca sola. Porque en los momentos mas felices brinca, baila, sonríe y sueña contigo. Y en los momentos mas difíciles, cuando sientes que el mundo esta en tu contra, sabes que ese alguien va a saltar para defenderte y nadie te hará daño. Ese alguien nunca te va a dejar sola, ese alguien te ama, llego contigo y se ira contigo... Ese alguien eres tu.
Dulce María
Solo nunca dejes de creer, porque el amor y tus sueños son la única puerta hacia la eternidad.
Dulce María
-Y cuando mi cuerpo perezca, mi alma todavía será tuya, Claire. Juro por mi esperanza de ganarme el cielo que no seré separado de ti. Nada se pierde, Sassenach; sólo se transforma. -Eso es la primera ley de la termodinámica -dije secándome la nariz. -No -respondió-. Eso es fe.
Diana Gabaldon (Drums of Autumn (Outlander, #4))
El sentido del humor de Dios afianzaba el funcionamiento del universo. Los pecadores jugaban un papel en la redención de otros pecadores. La fe, la esperanza y la caridad triunfaban sobre la incredulidad, la desesperación y el odio, mientras Él observaba y sonreía.
Sylvain Reynard (Gabriel's Rapture (Gabriel's Inferno, #2))
No importa donde estas ni lo que estes haciendo en este momento. Lo que importa es que sepas que cada instante de mi vida he pensado en ti, que aun sin conocerte, cada paso en mi camino ha sido para llegar a ti, y cada mañana abro los ojos con la esperanza de encontrarte.
Dulce María
Los que no deben su prestigio ni a un apellido social ni a un círculo ni a un caudal y se han creado un apellido, un círculo y una renta; los que no han solicitado ni recibido mercedes y pueden, sin embargo, dispensarlas; los que no han inclinado la frente por un aplauso y lo han arrancado por la fuerza, solo éstos, espíritus hechos de Esperanza, de Fe, de Dolor, de Soledad y de Energía, tienen el derecho de ser libres, autónomos, orgullosos y rebeldes.
Abraham Valdelomar
A LLEGADO LA HORA DE CRECER, MADURAR Y DARME CUENTA QUE LA VIDA NO ESPERA POR TI. LA VIDA TIENE UN RITMO, NO PUEDES SENTARTE Y VERLA PASAR, SOLO PUEDES SONREIRLE Y DEJARTE LLEVAR... VIVE CADA SEGUNDO COMO SI FUERA EL ULTIMO, VIVE DE TAL FORMA QUE DESEES VOLVER A VIVIR, NO TE DETENGAS ENTRE LOS MOMENTOS DIFICILES, TE AYUDARAN A CUMPLIR TU MISION DE SER Y HACER FELIZ. HA LLEGADO LA HORA DE PENSAR EN LOS DEMAS, DE SOÑAR, PERDONAR Y DEJAR TU EGO ATRÁS. TU VIDA TIENE UN RITMO, NO TIENE MAPAS NI DIRECCION, SOLO SE PACIENTE Y SIGUE EL RITMO DE TU CORAZON...
Dulce María
Tener fe es sostener una loca y desproporcionada lucha con las más descomunales y antojadizas fuerzas que nos rodean para obtener al cabo algo tan mísero, nebuloso e incierto como es la esperanza. Esperar que un día… ¿Que un día qué?
Francisco Tario
Es duro cuando las personas tienen puestas ciertas esperanzas en ti, pero los problemas parecen seguirte y te convences de que eres un caso perdido, de que son ciertas todas esas afirmaciones que te hacen los profesores, los psicólogos, tus padres, tu familia y todo aquel que pierde la fe en ti.
Antonio Ortiz (MalEducada)
Por eso parecía tan devastador el claro mensaje de Hume. La materia prima sensorial, la única fuente de nuestro conocimiento, puede llevarnos, por hábito, a la fe y a la esperanza, pero no al conocimiento, y todavía menos a la captación de las relaciones expresables en forma de leyes. Después salió a escena Kant con una idea que, aunque insostenible por cierto en la forma en que él la expuso, significaba un paso hacia la solución del dilema de Hume: todo lo que en el conocimiento sea de origen empírico nunca es seguro (Hume).
Albert Einstein (Mis Creencias: Albert Einstein)
El camino empieza con la esperanza, se hace más fuerte con la fe y se afirma con el conocimiento.
Deepak Chopra (Supercerebro (Psicología) (Spanish Edition))
Las tres virtudes teologales son fe, esperanza y caridad.
C.S. Lewis (Mero Cristianismo (Spanish Edition))
Comenzar cada día con una nueva esperanza, dejar atrás los malos recuerdos y tener fe en un mañana mejor. Esa es la forma correcta de vivir.
Ignacio Novo
El discernimiento es una disciplina y una práctica que nos invita a cultivar la confianza, el amor, la fe, la esperanza, y el coraje.
Henri J.M. Nouwen (EL DISCERNIMIENTO. Cómo leer los signos de la vida diaria (El Pozo de Siquem))
Me cansé de soñar en sentido contrario... Si mi alma se mueve por cielos abiertos, y tú tienes miedo a volar... Si conjugas la vida en pasado imperfecto y jamás aprendiste a creer ni a olvidar...
Dulce María
-No desespere. Es triste no tener amigos, pero los corazones de los hombres, cuando no tienen prejuicios, siempre están llenos de amor fraternal y caridad. Tenga fe en sus esperanzas; y si esos amigos son buenos y amables. no desespere.
Mary Wollstonecraft Shelley (Frankenstein)
La fe purifica el corazón. Y la fe se debe a que Dios sale al encuentro del hombre. No es simplemente una decisión autónoma de los hombres. Nace porque las personas son tocadas interiormente por el Espíritu de Dios, que abre su corazón y lo purifica.
Pope Benedict XVI (Jesus of Nazareth, Part Two: Holy Week: From the Entrance into Jerusalem to the Resurrection)
Se puede perder la fe en Dios o en la humanidad y aunque uno no quiera saber del amor, se sobrevive. Pero, cuando se pierde la esperanza, ya no queda nada, porque el sol deja de brillar y lo que uno tiene delante es un horizonte negro que nunca se aclara.
Vionette G. Negretti (Tiempos Revueltos (Spanish Edition))
Queridos jóvenes, buenas tardes. Quiero primero darles las gracias por el testimonio de fe que ustedes están dando al mundo. Siempre oí decir que a los cariocas no les gusta el frío y la lluvia. Pero ustedes están mostrando que la fe de ustedes es más fuerte que el frío y la lluvia. ¡Enhorabuena! Ustedes son verdaderamente grandes héroes. Veo en ustedes la belleza del rostro joven de Cristo, y mi corazón se llena de alegría. Recuerdo la primera Jornada Mundial de la Juventud a nivel internacional. Se celebró en 1987 en Argentina, en mi ciudad de Buenos Aires. Guardo vivas en la memoria estas palabras de Juan Pablo II a los jóvenes: “¡Tengo tanta esperanza en vosotros! Espero sobre todo que renovéis vuestra fidelidad a Jesucristo y a su cruz redentora” (Discurso a los Jóvenes, 11 de abril 1987:
Pope Francis (El Papa Francisco en Brasil)
No puede ser inútil lo que nos habla de un pasado lleno de ilusiones, de fe, de esperanzas, y sobre todo, de juventud; de aquella edad en que no teniamos hijos, ni canas, ni orfandad, ni ese hastío incurable que produce el conocimiento horrible de los hombres y de las cosas.
Juan de Dios Peza (Memorias, Reliquias y Retratos (Sepan Cuantos, #594))
Después de la tempestad siempre viene la calma. Lo bueno está por venir.” Y para quienes tenemos fe y esperanza, es bueno recordar que en los momentos críticos y por más difícil que sea la aflicción, lo bueno siempre estará por venir. Recuerdo la historia de aquel náufrago que diariamente imploraba a Dios ser rescatado de una isla desierta. Oraba con mucha fe, suplicaba al creador que un barco pasara y lo rescatara. Después de muchos días en esas condiciones construyó con gran esfuerzo una pequeña choza para resguardarse de las inclemencias del tiempo. Cierto día salió a buscar alimento y al regresar encontró su choza en llamas. El hombre empezó a gritar de coraje contra Dios. Lloraba y expresaba su resentimiento por todo ese infortunio y la manera en que Dios se burlaba de su sufrimiento después de tantas oraciones. Se quedó dormido y al día siguiente lo despertó el sonido de un barco que se aproximaba a rescatarlo. Su alegría fue inmensa. Preguntó a uno de los miembros de la tripulación cómo era posible que lo hubieran encontrado “¿Qué cómo te encontramos? ¡Vimos tus señales de humo!
César Lozano (El lado fácil de la gente díficil. Que la gente conflictiva no te amargue la vida)
La mayoría de los mortales nunca llegamos a conocer nuestro verdadero destino; simplemente somos atropellados por él. Para cuando levantamos la cabeza y lo vemos alejarse por la carretera ya es tarde, y el resto del camino lo tenemos que hacer por la cuneta de aquello que los soñadores llaman la madurez. La esperanza no es más que la fe de que ese momento no haya llegado todavía, de que acertemos a ver nuestro verdadero destino cuando se acerque y podamos saltar a bordo antes de que la oportunidad de ser nosotros mismos se desvanezca para siempre y nos condene a vivir de vacío, añorando lo que debió ser y nunca fue.
Carlos Ruiz Zafón (El laberinto de los espíritus (El cementerio de los libros olvidados #4))
RECUERDE LA FLOR DE LOTO Las grandes personas siempre se burlaban de los que se sienten más pequeños que ellos. Un león no se inmuta a la risa que viene de una hiena. Un gorila no se mueve de un plátano lanzado en ello por un mono. Un ruiseñor no para cantar su canción hermosa por la intrusión de un pájaro carpintero molesto. Siempre que usted debe dudar de su autoestima, recuerda la flor de loto. A pesar de que se sumerge a la vida de debajo del lodo, que no permite que la suciedad que lo rodea para afectar a su crecimiento o la belleza. Sé que la flor de loto siempre. No permita que cualquier negatividad o la fealdad en su entorno destruyan su confianza, afectan su crecimiento, o te hacen la pregunta de su autoestima. Es muy normal que uno de malezas feo no quiere estar solo. Recuerda esto siempre. si usted fuera feo, o simplemente tan pequeño como ellos sienten que son, entonces ellos no se sienten tan amargo y envidioso cada vez que se ven obligados a mirar hacia magníficamente Divina USTED ". SUZY KASSEM : filósofo, poeta de la Verdad
Suzy Kassem (Rise Up and Salute the Sun: The Writings of Suzy Kassem)
A la gente no le ocurren cosas malas porque lo merezca. Sencillamente, la vida no funciona así. Simplemente es… eso…, la vida. Y no importa lo que seamos, tenemos que aceptar lo que nos ha tocado, a pesar de que sea malo, y hacer todo lo posible para seguir adelante, para seguir amando. Tener esperanza en que cambiará…, tener fe en que existe un propósito para el camino que estamos siguiendo.
Mia Sheridan (La voz de Archer (Spanish Edition))
Y así es como empezó la teología. La gente ya sabía de la existencia de Dios de una manera vaga. Entonces llegó un hombre que afirmó ser Dios y que no era, sin embargo, la clase de hombre que se podía tachar de lunático. Ese hombre hizo que le creyesen. Volvieron a encontrarlo después de que lo hubieran matado. Y luego, después de que habían sido formados en una pequeña sociedad o comunidad, encontraron de alguna manera a Dios también dentro de ellos: dirigiéndolos, haciéndolos capaces de hacer cosas que no habían podido hacer hasta entonces. Y cuando lo dilucidaron todo, encontraron que habían llegado a la definición cristiana del Dios tripersonal. Esta definición no es algo que hayamos inventado. La teología es, en un sentido, conocimiento experimental. Son las religiones sencillas las que deben inventarse.
C.S. Lewis (Mere Christianity)
La esperanza es una continua expectativa de un deseo o vida eterna. Los cristianos que más hicieron por este mundo fueron los que más pensaron en el otro mundo. Si nuestro objetivo es el cielo, la tierra se nos dará por añadidura; si nuestro objetivo es la tierra, no tendremos ninguna de las dos cosas. Parece una extraña regla, pero algo parecido puede verse funcionando en otros asuntos: La salud es una gran bendición, pero en el momento en que hacemos de ella uno de nuestros objetivos directos y principales, nos convertimos en unos hipocondríacos y empezamos a pensar que estamos enfermos. Es probable que disfrutemos de salud sólo si deseamos más otras cosas… comida, juegos, trabajo, diversión, aire libre. Del mismo modo, jamás salvaremos a la civilización mientras la civilización sea nuestro principal objetivo. Debemos aprender a desear otras cosas aún más.
C.S. Lewis (Mere Christianity)
Escribir es un regalo. Ayuda a exorcizar los demonios interiores, el corazón derribado por la bola de la demolición del desamor y las dudas de fe. Lo que se recibe es un efecto colateral: el escritor luminoso hermana sus heridas con las del lector y en ese momento actúa de bálsamo. "El lector" no es el destinatario de un bien de consumo, y que vibre en tu misma longitud de onda no dice nada de tu talento; solo de tu audacia para desnudarte.
Esperanza Ruíz (Whiskas, Satisfyer y Lexatin)
Érase cierta vez un hombre que en su infancia había oído contar la hermosa historia de cómo Dios quiso probar a Abraham, y cómo éste soportó la prueba, conservó la fe y, contra esperanza, recuperó de nuevo a su hijo. Siendo ya un hombre maduro volvió a leer aquella historia y le admiró todavía más, porque la vida había separado lo que se había presentado unido a la piadosa ingenuidad del niño. Y sucedió que cuanto más viejo se iba haciendo, tanto más frecuentemente volvía su pensamiento a este relato: su entusiasmo crecía más y más, aunque, a decir verdad, cada vez lo entendía menos.
Søren Kierkegaard (Temor y temblor (Spanish Edition))
¿Qué ha traído Cristo al mundo? Ha traído a Dios: ahora conocemos su rostro, ahora podemos invocarlo. Ahora conocemos el camino que debemos seguir como hombres en este mundo. Jesús ha traído a Dios y, con Él, la verdad sobre nuestro origen y nuestro destino; la fe, la esperanza y el amor. Sólo nuestra dureza de corazón nos hace pensar que esto es poco. Sí, el poder de Dios en este mundo es un poder silencioso, pero constituye el poder verdadero, duradero. La causa de Dios parece estar siempre como en agonía. Sin embargo, se demuestra siempre como lo que verdaderamente permanece y salva.
Pope Benedict XVI (Jesus of Nazareth: From the Baptism in the Jordan to the Transfiguration)
«Fue entonces cuando los vi. Eran sólo tres soldados del ejército republicano, rodilla en tierra, los que seguían disparando contra la caballería mora. Tres hombres sin bandera, sin esperanza, sin apoyos, sin una música que al menos dignificara su fin. Ningún oficial estaba junto a ellos, nadie los obligaba a permanecer allí, pero ellos mantenían su posición, que aquella tarde era la última posición del pueblo. Hay hombres que llevan dentro su propia música, su propia bandera, y no necesitan otra cosa que su fe. Hay hombres solos que mantienen en sus pechos la fe que otros millones de hombres ya han perdido. Y gracias a ellos, la fe existe, y dentro de cien años otros hombres volverán a creer en ella».
Francisco González Ledesma (Historia de mis calles)
—Pero ¿no te das cuenta de que la noción de la muerte entre nosotros es muy poca cosa, Claire? —susurró. Mis manos se cerraron contra su pecho. No, no pensaba que fuera poca cosa. —Todo el tiempo, cuando me dejaste después de Culloden, estuve muerto, ¿no es así? —Creí que estabas muerto. Por eso... —Dentro de doscientos años seguro que estaré muerto, Sassenach —dijo sonriendo—. A causa de los indios, los animales salvajes, una plaga, la cuerda de la horca o sólo por la bendición de una edad avanzada, pero estaré muerto. —Sí. —Y mientras tú estabas allí, en tu propio tiempo... yo estaba muerto, ¿no? Asentí sin palabras. Incluso ahora puedo mirar hacia atrás y ver el abismo de desesperación en el que aquella partida me sumió y del que salí trepando penosamente centímetro a centímetro. —«El hombre es como la hierba del campo —citó, frotando mis manos—. Hoy florece; mañana se seca y se tira al horno.» Levantó el penacho verde y se lo llevó a los labios, para luego pasarlo por mi boca. —Estaba muerto, Sassenach, y sin embargo todo ese tiempo te amé. Cerré los ojos sintiendo la leve picazón de la hierba en mis labios. —Yo también te amaba —susurré—. Siempre lo hice. —Mientras mi cuerpo y el tuyo vivan, seremos una sola carne —susurró. Sus dedos me tocaron el pelo, la barbilla, el cuello y los pechos; respiré su aliento y lo sentí en mis manos. —Y cuando mi cuerpo perezca, mi alma todavía será tuya, Claire. Juro por mi esperanza de ganarme el cielo que no seré separado de ti. Nada se pierde, Sassenach; sólo se transforma. —Eso es la primera ley de la termodinámica —dije secándome la nariz. —No —respondió—. Eso es fe.
Diana Gabaldon (Drums of Autumn (Outlander, #4))
Has oído decir que ésta es una época de crisis moral. Tú mismo lo has dicho, con temor y a la vez con la esperanza de que esas palabras no tuvieran un significado real. Te has quejado de que los pecados del hombre están destruyendo al mundo y has llegado a maldecir a la naturaleza humana por negarse a practicar las virtudes que le exigías. Como para ti la virtud consiste en el sacrificio, has exigido más sacrificios ante cada sucesivo desastre. En el nombre de la vuelta a la moralidad, has sacrificado todo aquello que creías era la causa de tus sufrimientos. Has sacrificado a la justicia por la misericordia. Has sacrificado a la independencia por la unidad. Has sacrificado a la razón por la fe. Has sacrificado a la riqueza por la necesidad. Has sacrificado a la autoestima por la negación de ti mismo. Has sacrificado a la felicidad por el deber.
Ayn Rand (La Rebelión de Atlas)
«Cuando nos encontremos en medio de las tinieblas, procuremos que no nos turben, especialmente en el caso de que no seamos nosotros su causa. Porque la providencia de Dios permite todo esto por razones que tan sólo ella conoce. En ese momento, nuestra alma se encuentra angustiada, como en medio de una tempestad. Y si uno quiere buscar fuerzas mediante un libro o una liturgia, o si se apoya sobre cualquier otra cosa, lo más que consigue o recibe de esa forma, incluso después de haber dejado de apoyarse en ello, no es sino tiniebla sobre tiniebla. En ese momento cree que su situación no podrá cambiar o que nunca recuperará la paz. Esta es una hora llena de desesperación y de miedo; y la esperanza en Dios y el consuelo de la fe quedan completamente borrados del alma, la cual se encuentra enteramente sumida en la duda y el miedo» (Isaac de Nínive, El don de la humildad, Sígueme, Salamanca 2007, 68).
Fernando Rivas Rebaque (Terapia de las enfermedades espirituales en los padres de la Iglesia (colección Betel) (Spanish Edition))
Una vez fui testigo del estrecho nexo entre la pérdida de la fe en el futuro y este peligroso darse por vencido. F., el jefe de mi barracón, compositor y libretista famoso, me confió un día: «Me gustaría contarle algo, doctor. He tenido un extraño sueño. Una voz me invitaba a desear cualquier cosa, bastaba con preguntar lo que quería conocer y mis preguntas serían satisfechas de inmediato. ¿Sabe qué pregunté? Cuándo terminaría la guerra para mí. Ya sabe lo que quiero decir, doctor, ¡para mí! Conocer cuándo seríamos liberados los de este campo y cuándo terminarían nuestros sufrimientos». «¿Y cuándo tuvo usted ese sueño?», le pregunté. «En febrero de 1945», contestó. Por entonces estábamos a principios de marzo. «¿Qué respondió la voz en su sueño?» En voz baja, casi furtivamente, me susurró: «El treinta de marzo.» Cuando F. me contó aquel sueño todavía se encontraba rebosante de esperanza y convencido de la certeza y veracidad del oráculo de la voz. Sin embargo, a medida que se acercaba el día prometido, las noticias que recibíamos sobre la guerra menguaban las esperanzas de ser liberados en la fecha indicada. El veintinueve de marzo, de repente, F. cayó enfermo con una fiebre muy alta. El treinta de marzo, el día en que según su profecía terminaría la guerra y el sufrimiento para él, empezó a delirar y perdió la conciencia. El treinta y uno de marzo falleció. Según todas las apariencias murió de tifus...
Viktor E. Frankl (El hombre en busca de sentido)
Antonio Olalla, me has dado indicio que tienes de bronce el alma y el blanco pecho de risco. Mas allá entre tus reproches y honestísimos desvíos, tal vez la esperanza muestra la orilla de su vestido. Abalánzase al señuelo mi fe, que nunca ha podido, ni menguar por no llamado, ni crecer por escogido. Si el amor es cortesía, de la que tienes colijo que el fin de mis esperanzas ha de ser cual imagino. Y si son servicios parte de hacer un pecho benigno, algunos de los que he hecho fortalecen mi partido. Porque si has mirado en ello, más de una vez habrás visto que me he vestido en los lunes lo que me honraba el domingo. Como el amor y la gala andan un mesmo camino, en todo tiempo a tus ojos quise mostrarme polido. Dejo el bailar por tu causa, ni las músicas te pinto que has escuchado a deshoras y al canto del gallo primo. No cuento las alabanzas que de tu belleza he dicho; que, aunque verdaderas, hacen ser yo de algunas malquisto. Teresa del Berrocal, yo alabándote, me dijo: \'\'Tal piensa que adora a un ángel, y viene a adorar a un jimio; merced a los muchos dijes 87 y a los cabellos postizos, y a hipócritas hermosuras, que engañan al Amor mismo\'\'. Desmentíla y enojóse; volvió por ella su primo: desafióme, y ya sabes lo que yo hice y él hizo. No te quiero yo a montón, ni te pretendo y te sirvo por lo de barraganía; que más bueno es mi designio. Coyundas tiene la Iglesia que son lazadas de sirgo; pon tú el cuello en la gamella; verás como pongo el mío. Donde no, desde aquí juro, por el santo más bendito, de no salir destas sierras sino para capuchino.
Miguel de Cervantes Saavedra (Don Quixote)
Lo había conocido años atrás cuando asistió a una de mis cruzadas, donde lloró arrepentido y oró pidiendo ser salvo. Aquella noche salió de la sala de oración con verdadero gozo en su corazón. Pero ahora se veía completamente desolado; nunca en mi vida había visto un rostro joven tan triste. Me dijo: —Señor Wilkerson, no sé hacia dónde encaminarme. No tengo gozo, y Dios parece estar muy lejos. Me siento tentado, y temo que voy a caer en el pecado y perder mi contacto con Dios. ¡No siento nada más que temor y temblor! Le puse la mano en el hombro y le dije: — Hijo, esta es tu hora de prueba. Dios te está probando para ver qué hay en tu corazón. ¿Estás dispuesto a arrepentirte, aceptar su perdón y seguir acercándote a la Luz? Dios no te ha abandonado. De repente empezaron a correrle lágrimas por las mejillas: — ¿Quiere decir que en realidad Dios no está enojado conmigo? — No — respondí. — Y este desasosiego y desesperanza que tengo, ¿será resultado de algún hábito terrible en mi vida? — me preguntó. Le dije que eso sólo él podía contestarlo. — Pues no, no lo creo — replicó él. Entonces, de pronto, comenzó a ver la luz: ¡después de todo no era culpa de Dios! Era su descuido de la oración y del hambre por la Palabra, durante su temporada de sufrimiento, lo que le había hecho temer y tropezar. En ese momento el Espíritu del Señor comenzó a dispensarle esperanza; levantó sus manos y alabó al Señor: “Ayúdame a salir de esto, Señor. ¡Restaura mi fe!” Cuando me despedí de él, le estaba dando gracias a Dios por hacerlo retornar a un compromiso sólido. El Espíritu Santo estaba comenzando a resplandecer de nuevo en él.
David Wilkerson (Tenemos hambre de Cristo: Experimentando su presciencia en tiempos difíciles)
Una vez fui testigo del estrecho nexo entre la pérdida de la fe en el futuro y este peligroso darse por vencido. F., el jefe de mi barracón, compositor y libretista famoso, me confió un día: «Me gustaría contarle algo, doctor. He tenido un extraño sueño. Una voz me invitaba a desear cualquier cosa, bastaba con preguntar lo que quería conocer y mis preguntas serían satisfechas de inmediato. ¿Sabe qué pregunté? Cuándo terminaría la guerra para mí. Ya sabe lo que quiero decir, doctor, ¡para mí! Conocer cuándo seríamos liberados los de este campo y cuándo terminarían nuestros sufrimientos». «¿Y cuándo tuvo usted ese sueño?», le pregunté. «En febrero de 1945», contestó. Por entonces estábamos a principios de marzo. «¿Qué respondió la voz en su sueño?» En voz baja, casi furtivamente, me susurró: «El treinta de marzo.» Cuando F. me contó aquel sueño todavía se encontraba rebosante de esperanza y convencido de la certeza y veracidad del oráculo de la voz. Sin embargo, a medida que se acercaba el día prometido, las noticias que recibíamos sobre la guerra menguaban las esperanzas de ser liberados en la fecha indicada. El veintinueve de marzo, de repente, F. cayó enfermo con una fiebre muy alta. El treinta de marzo, el día en que según su profecía terminaría la guerra y el sufrimiento para él, empezó a delirar y perdió la conciencia. El treinta y uno de marzo falleció. Según todas las apariencias murió de tifus... Los que conocen la estrecha relación entre el estado de ánimo de una persona su valor y su esperanza, o su falta de ambos y el estado de su sistema inmunológico comprenderán cómo la pérdida repentina de la esperanza y el valor pueden desencadenar un desenlace mortal. La causa última de la muerte de mi amigo fue la honda decepción que le produjo no ser liberado en el día señalado. De pronto se debilitó la resistencia de su organismo y sus defensas disminuyeron, dejándole a merced de la infección tifoidea latente. Su esperanza en el futuro y su voluntad de vivir se paralizaron, y su cuerpo sucumbió víctima de la enfermedad. Después de todo, la voz de sus sueños se hizo realidad.
Viktor E. Frankl (El hombre en busca de sentido)
Una vez fui testigo del estrecho nexo entre la pérdida de la fe en el futuro y este peligroso darse por vencido. F., el jefe de mi barracón, compositor y libretista famoso, me confió un día: «Me gustaría contarle algo, doctor. He tenido un extraño sueño. Una voz me invitaba a desear cualquier cosa, bastaba con preguntar lo que quería conocer y mis preguntas serían satisfechas de inmediato. ¿Sabe qué pregunté? Cuándo terminaría la guerra para mí. Ya sabe lo que quiero decir, doctor, ¡para mí! Conocer cuándo seríamos liberados los de este campo y cuándo terminarían nuestros sufrimientos». «¿Y cuándo tuvo usted ese sueño?», le pregunté. «En febrero de 1945», contestó. Por entonces estábamos a principios de marzo. «¿Qué respondió la voz en su sueño?» En voz baja, casi furtivamente, me susurró: «El treinta de marzo.» Cuando F. me contó aquel sueño todavía se encontraba rebosante de esperanza y convencido de la certeza y veracidad del oráculo de la voz. Sin embargo, a medida que se acercaba el día prometido, las noticias que recibíamos sobre la guerra menguaban las esperanzas de ser liberados en la fecha indicada. El veintinueve de marzo, de repente, F. cayó enfermo con una fiebre muy alta. El treinta de marzo, el día en que según su profecía terminaría la guerra y el sufrimiento para él, empezó a delirar y perdió la conciencia. El treinta y uno de marzo falleció. Según todas las apariencias murió de tifus... Los que conocen la estrecha relación entre el estado de ánimo de una persona su valor y su esperanza, o su falta de ambos y el estado de su sistema inmunológico comprenderán cómo la pérdida repentina de la esperanza y el valor pueden desencadenar un desenlace mortal. La causa última de la muerte de mi amigo fue la honda decepción que le produjo no ser liberado en el día señalado. De pronto se debilitó la resistencia de su organismo y sus defensas disminuyeron, dejándole a merced de la infección tifoidea latente. Su esperanza en el futuro y su voluntad de vivir se paralizaron, y su cuerpo sucumbió víctima de la enfermedad. Después de todo, la voz de sus sueños se hizo realidad. La observación de este caso, y sus consecuencias psicológicas, concuerda con un hecho que el médico del campo me hizo notar: la tasa de mortandad semanal durante las Navidades de 1944 y el Año Nuevo de 1945 superó en mucho las estadísticas habituales del campo. En su opinión, la explicación de este aumento de mortalidad no había que buscarla en el empeoramiento de las condiciones de trabajo, ni en una disminución de la ración alimenticia, ni en un cambio climatológico, ni en el brote de nuevas epidemias. A su entender, se trataba sencillamente de la ingenua esperanza que abrigaron la mayoría de los presos de ser liberados por las fiestas navideñas. Según se acercaba esa fecha, y al no recibir ninguna noticia alentadora, los prisioneros perdieron su valor y les venció el desaliento. Muchos de ellos murieron al debilitarse su capacidad de resistencia. Ya advertimos
Viktor E. Frankl (El hombre en busca de sentido)
«Primero hemos de dejar de lado la vertiente norte, Siberia. Se halla fuera del ámbito de nuestro estudio. Las características del país no le permiten ser un escenario para la cultura histórica ni crear una forma propia en la historia universal» [Hegel, Lecciones sobre filosofía de la historia Universal]. Podemos imaginar el asombro de Dostoyevski cuando leyó estas líneas a la luz de una vela de sebo. Y su desesperación al ver que allá en Europa, por cuyas ideas había sido condenado a muerte y finalmente desterrado, no se prestaba atención alguna a su sufrimiento. Porque él sufría en Siberia, en aquel mundo que no formaba parte de la historia. Por eso, desde la perspectiva europea, tampoco había esperanza de salvación. Dostoyevski podía considerar con toda razón que no sólo había sido desterrado a Siberia, sino expulsado a la no existencia. Únicamente un milagro podía salvarlo, un milagro cuya posibilidad no sólo excluía Hegel, sino también el espíritu europeo de la época. Aquel espíritu proclamaba en voz alta la existencia de Dios, pero rechazaba la idea de que Dios pudiera dar no sólo órdenes generales, sino también singulares, referidas al individuo; aquel espíritu situaba las leyes naturales por encima de todo y negaba lo que Dostoyevski formularía más tarde diciendo que uno puede rebelarse incluso contra el resultado de la multiplicación de dos por dos. (…) Muy posiblemente, justo cuando se enteró de que había sido apartado de la historia por la cual había soportado todas aquellas persecuciones, nació en él la convicción de que la vida tal vez posee ciertas dimensiones que no tienen cabida en la historia, de que la prueba de la propia existencia no puede limitarse a los criterios de la existencia histórica. De que el ser humano, si siente y experimenta realmente el peso de su existencia, se desprende al mismo tiempo de la historia y entonces el peso de cuanto se halla allende la historia cae sobre él del mismo modo en Berlín que en Semipalatinsk. Y de que es preciso apartarse de la historia para poder observar los límites y restricciones de la existencia histórica. Sin embargo, para ello hay que admitir también la posibilidad del milagro, que suprime el carácter excluyente del espacio y del tiempo. Y si el propio Hegel admite que ciertos territorios geográficos se desgajan de la historia, tal cosa también significa que la historia no dispone de la ilimitación divina: la rodea algo que está más allá de la historia. Es decir, lo necesario linda con lo imposible, lo natural con lo sobrenatural, lo legal con lo arbitrario, la política con la teología. Pero lo que se encuentra más allá de las fronteras, también se infiltra en el interior. Sólo se puede excluir aquello que nos ha afectado por dentro. El hecho de haber sido expulsado de la historia debe de haber propiciado la fe de Dostoyevski en los milagros; pero también la experiencia de que la organización moderna del mundo obedece a una ley implacable. La historia manifiesta su esencia a quienes antes ha excluido. Esta idea jamás se le ocurrió a Hegel, y eso que se pasó una década impartiendo clases sobre historia. Dostoyevski, en cambio, no necesitó una década para llegar a esta conclusión. Vivió en carne propia el hecho de que ninguna época rechazaba el sufrimiento tal como hacía la cultura iniciada por la Ilustración, con el resultado de que no suprimía el sufrimiento, sino que únicamente lo tapaba, pues ella misma se basaba en el sufrimiento. El sufrimiento silenciado y ocultado sale a la luz y resulta imposible de esconder cuando los límites del ámbito de influencia se vuelven visibles, concretamente para quienes han salido (o han sido expulsados) de la historia. Bien es cierto que tal percepción —que es una verdadera Ilustración— no suprime el sufrimiento to, pero permite que éste, en vez de consumir al hombre por dentro cuando queda reprimido, conduzca a algo así como la redención, es decir, al equilibrio interno, a la salud.
László F. Földényi (Dostoyevski lee a Hegel en Siberia y rompe a llorar (Satelites))
El analfabetismo y la pobreza son discapacidades, como también lo son la imbecilidad, la obesidad y la apatía. La fe es una discapacidad en la medida en que restringe el interés personal; el ateísmo es una discapacidad, puesto que es una coraza contra la esperanza. Incluso el poder puede considerarse una discapacidad por el aislamiento al que condena a quienes lo ejercen.
Andrew Solomon (Lejos del árbol: Historias de padres e hijos que han aprendido a quererse (Spanish Edition))
nuestros pecados, purifícame de todas mis faltas y renueva mi corazón para que brille cada vez más en mí la imagen del hombre nuevo creado según la justicia y la santidad. Por tu Sangre, signo de reconciliación con Dios y entre los hombres, haz de mí un instrumento dócil de comunión fraterna. Por el poder de tu Sangre, prueba suprema de tu caridad, dame la valentía de amarte así como a mis hermanos, hasta dar mi vida. Oh Jesús redentor, ayúdame a llevar mi cruz de cada día, para que mi pequeña gota de sangre, unida a la tuya, participe en la redención del mundo. Oh Sangre Divina, cuya gracia vivifica el Cuerpo Místico: haz de mí una piedra viva de tu Iglesia. Dame la pasión por la unidad entre los cristianos. Pon en mi corazón un gran celo por la salvación de mi prójimo. Suscita en la Iglesia muchas vocaciones misioneras para que sea dado a todos los pueblos conocer, amar y servir al verdadero Dios. Oh Preciosísima Sangre, símbolo de liberación y de vida nueva, concédeme perseverar en la fe, la esperanza y la caridad para que, marcado con tu sello, pueda dejar el exilio de esta vida, entrar en la tierra prometida del paraíso y cantar con todos los redimidos tus alabanzas en la eternidad. Amén».
María Vallejo-Nágera (De María a María: Puerta del Cielo (Spanish Edition))
»¡Oh, vosotros, los que ya lo habéis visto todo, los que todo lo habéis comprendido y juzgado, vosotros los que ya conocéis la vida y os adelantáis a su último término, guiados por la prudencia y acompañados por la desconfianza! Respetad esas almas llenas de confianza y de fe, esas almas ricas de esperanzas y poderosas por su juventud...; dejadles sus errores... menos mal les harán que esa fatal previsión que queréis darle».
Gertrudis Gómez de Avellaneda (Sab)
El discurso inaugural de Benedicto XVI anotó que «la opción preferencial por los pobres está implícita en la fe cristológica en aquel Dios que se ha hecho pobre». Hace poco, desde Roma, Francisco nos ha invitado a ser Iglesia pobre y para los pobres.
Emilia (coord.) Robles (Aparecida: Por un nuevo tiempo de alegría y esperanza en la vida eclesial)
Aparecida nos repite lo que hace mucho decían los grandes teólogos y que fue recogido por Medellín y Puebla: los pobres son nuestra opción preferencial, ellos son el sacramento del Cristo que es nuestro centro. Ya lo afirmó Benedicto XVI en la inauguración de la Conferencia: «La opción preferencial por los pobres está implícita en la fe cristológica en aquel Dios que se ha hecho pobre por nosotros para enriquecernos con su pobreza (2 Cor 8,9)».
Emilia (coord.) Robles (Aparecida: Por un nuevo tiempo de alegría y esperanza en la vida eclesial)
La Conferencia de Aparecida reafirma la lucha constante de la mujer por el reconocimiento de su dignidad e igualdad en la sociedad. En esta época, aun con todos los avances legislativos, hay que lamentar «que innumerables mujeres de toda condición no sean valoradas en su dignidad, queden con frecuencia solas y abandonadas, no se les reconozca suficientemente su abnegado sacrificio e incluso heroica generosidad en el cuidado y educación de los hijos, ni en la transmisión de la fe en la familia. Tampoco se valora ni promueve adecuadamente su indiscutible y peculiar participación en la construcción de la vida social más humana y en la edificación de la Iglesia» (453). Otras veces es tan solo un mero objeto de consumo.
Emilia (coord.) Robles (Aparecida: Por un nuevo tiempo de alegría y esperanza en la vida eclesial)
La madurez del cristiano es su capacidad para vivir de fe, de esperanza y de caridad. Ser cristiano no es frecuentar tal o cual práctica, ni seguir una lista de mandamientos y deberes; ser cristiano es, ante todo, creer en Dios, esperarlo todo de Él y querer amarle a Él y al prójimo de todo corazón. Todos los demás aspectos de la vida cristiana (la oración, los sacramentos, todas las gracias que recibimos de Dios —incluidas las experiencias místicas más sublimes—) no persiguen más que un solo fin: aumentar la fe, la esperanza y la caridad. Si no es éste su resultado, no sirven absolutamente para nada.
Jacques Philippe (La libertad interior)
Cuando nos sentimos tentados por el abatimiento al considerar nuestro pasado y el escaso camino recorrido, es necesario hacer un gran acto de fe y de esperanza, como el siguiente: te doy gracias, Dios mío, por todo mi pasado; creo firmemente que, de cuanto he vivido, Tú podrás sacar un bien; no quiero tener ningún pesar y desde hoy me decido a recomenzar desde cero con exactamente la misma confianza que si toda mi historia pasada no estuviera hecha sino de fidelidad y santidad.
Jacques Philippe (La libertad interior)
esto es lo que se convierte en realidad para quien deja desarrollar en sí mismo la gracia del bautismo, es decir, para el que vive como un hijo de Dios en la fe, la esperanza y la caridad. Habrá penas y miserias, pero él no se someterá a nada, ni dependerá de circunstancias afortunadas o desafortunadas, ni existirán para él acontecimientos negativos, sino que todo cuanto sucede en el mundo estará a su servicio y beneficiará a su crecimiento en el amor y en su condición de hijo de Dios. Ni las circunstancias, ni las contingencias buenas o malas, ni el comportamiento de los demás pueden afectarle negativamente: sólo pueden fomentar su verdadero bien, que es amar.
Jacques Philippe (La libertad interior)
a una mente. “Has oído decir que ésta es una época de crisis moral. Tú mismo lo has dicho, con temor y a la vez con la esperanza de que esas palabras no tuvieran un significado real. Te has quejado de que los pecados del hombre están destruyendo al mundo y has llegado a maldecir a la naturaleza humana por negarse a practicar las virtudes que le exigías. Como para ti la virtud consiste en el sacrificio, has exigido más sacrificios ante cada sucesivo desastre. En el nombre de la vuelta a la moralidad, has sacrificado todo aquello que creías era la causa de tus sufrimientos. Has sacrificado a la justicia por la misericordia. Has sacrificado a la independencia por la unidad. Has sacrificado a la razón por la fe. Has sacrificado a la riqueza por la necesidad. Has sacrificado a la autoestima por la negación de ti mismo. Has sacrificado a la felicidad por el deber.
Ayn Rand (La Rebelión de Atlas)
—Básicamente, los caminos de todos son el mismo. Todos debemos aprender ciertas actitudes mientras nos encontramos en el estado físico. Algunos somos más rápidos que otros en aceptarlas. Caridad, esperanza, fe, amor... todos debemos conocer estas cosas, y conocerlas bien. No son sólo una esperanza, una fe, un amor; muchas cosas se alimentan de cada una de ellas.
Brian L. Weiss (Muchas vidas, muchos maestros)
Los verdaderos efectos del pecado Echadle en las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes. MATEO 22.13 El pecado nunca realmente satisface. Hay placeres momentáneos en el pecado (cp. Hebreos 11.25), pero invariablemente dan paso a la tristeza, la miseria y el dolor. En un momento de búsqueda del placer motivado por su amor al dinero, Judas rechazó cualquier posibilidad de verdadera alegría o satisfacción permanente. Pablo escribió: «Raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores» (1 Timoteo 6.10). Judas es el prototipo de lo que Pablo estaba describiendo. Nadie atravesó por más pena y todo por el necio amor al dinero. Judas no recibiría ninguna simpatía o apoyo de sus compañeros de conspiración. La respuesta de ellos a su confesión fue en son de burla: «Mas ellos dijeron: ¿Qué nos importa a nosotros? ¡Allá tú!» (Mateo 27.4). Judas, completamente sin amigos, sin esperanza y desconsolado por el peso de su propia culpa, entonces selló su destrucción propia para siempre con un acto de suicidio. Tal vez pensó Judas que por suicidarse finalmente obtendría alivio de su culpa. Lo contrario es cierto. Al matarse a sí mismo se ató a su culpa para siempre. De todas las personas, Judas debería haber sabido esto, pues había oído repetidamente la enseñanza de Jesús acerca del infierno como un lugar de tormento eterno, de fuego que nunca se apagará, de llanto y crujir de dientes que continuará día y noche por los siglos (Mateo 8.12; 13.42, 50; 22.13; 24.51; 25.30; Marcos 9.43–48; Lucas 13.28). En el infierno el dolor de la culpa y de la conciencia serán eternamente intensificados.
John F. MacArthur Jr. (Las lecturas diarias de MacArthur: Desatando la verdad de Dios un día a la vez (Spanish Edition))
Pero cómo podemos reconciliar la santidad y la justicia de Dios con su disposición a perdonar pecados es un misterio que jamás ha sido resuelto por ninguna religión aparte de la Biblia. Tampoco la Biblia nos da esperanza alguna de que un día pueda ser descubierto aparte de la revelación específica de Dios. Es la gran maravilla de nuestra redención que Dios mismo abrió el camino de la salvación al enviar a su propio Hijo, que es a la vez Dios y hombre, para que sea nuestro representante y lleve la pena de nuestros pecados, combinando así la justicia y el amor de Dios en un acto infinitamente sabio y de gracia asombrosa. Este hecho, que a los oídos del cristiano parece ser cosa de todos los días, no debería dejar de asombrarnos jamás. Jamás podría haberlo concebido el hombre aparte de la revelación especial y verbal de Dios.
Wayne Grudem (Doctrina Bíblica: Enseñanzas esenciales de la Fe cristiana (Spanish Edition))
hay un problema; ¿en quién ponemos nuestra esperanza? ¿En quién estamos creyendo? ¿A qué somos fieles? ¿A qué cosa somos obedientes? ¿Y en quién nos sentimos seguros?
NORMA FLORES (EL PODER DE LA FE QUE MUEVE AL HOMBRE Y A DIOS: El maestro del cielo libro devocional cristiano (Spanish Edition))
La solicitud por los divorciados vueltos a casar no se debe reducir a la cuestión sobre la posibilidad de recibir la comunión sacramental. Se trata de una pastoral global que procura estar a la altura de las diversas situaciones. Es importante al respecto señalar que además de la comunión sacramental existen otras formas de comunión con Dios. La unión con Dios se alcanza cuando el creyente se dirige a Él con fe, esperanza y amor, en el arrepentimiento y la oración. Dios puede conceder su cercanía y su salvación a los hombres por diversos caminos, aun cuando se encuentran en una situación de vida contradictoria.
Marcelo Larraquy (Código Francisco (Caballo de fuego) (Spanish Edition))
Quise refugiarme en el fondo de mi corazón, y solo hallé en él un montón de ruinas. Amor, fe, esperanza, ¡todo destruido!, y un mar de dolor entrechocaba sus amargas olas en las tinieblas de mi alma. Y entregado a los transportes de una rabia impotente, lloré; y mis lágrimas eran gotas de fuego que quemaban mis mejillas, y mis gemidos rugidos espantosos a que respondieron los tigres desde el fondo de las florestas. Y rasgando con las uñas Ia herida que bandeaba mi pecho, arrojé mi sangre a la faz del cielo con horribles imprecaciones, y abismado en aquel extraño paraxismo, pasé horas tan largas como los siglos amontonados en la eternidad de los réprobos.
Juana Manuela Gorriti (Sueños y realidades)
la opción benedictina no invita a mirar el pasado sino afrontar el futuro con la combativa, discreta y razonable esperanza que mantuvo la fe de Charles Péguy, Emmanuel Mounier o Jacques Maritain.
Rod Dreher (La opción benedictina: Una estrategia para los cristianos en una sociedad postcristiana (100XUNO nº 38) (Spanish Edition))
No hay paz como la paz de aquellos cuya mente está poseída por la total seguridad de que han conocido a Dios, y de que Dios los ha conocido a ellos, y de que dicha relación garantiza para ellos el favor de Dios durante la vida, a través de la muerte, y de allí en adelante por toda la eternidad". pág 14
Conociendo a Dios por J.I. Packer
La cuestión no está en saber si somos buenos en teología, o "equilibrados" (palabra horrible y pretenciosa) en lo que se refiere a la manera de encarar los problemas de la vida cristiana; la cuestión está en resolver, si podemos decir, sencilla y honestamente -no porque pensemos que como evangélicos debe mas poder decirlo sino porque se trata de la simple realidad- que hemos conocido a Dios, y que porque hemos conocido a Dios, las cosas desagradables que hemos experimentado, o las cosas agradables que hemos dejado de experimentar, no nos importan por el hecho de que somos cristianos. pág 11
Conociendo a Dios por J.I. Packer
Cuando la gente fallece «demasiado joven», nos preguntamos por qué Dios no les dejó vivir una vida plena. Pero recordad: nosotros no morimos. Nuestra Señora sabe cómo uno se siente cuando se pierde un hijo, pero ella se reunió con Cristo en el Cielo y ha estado con Él desde entonces. Estamos destinados a ver de nuevo a nuestros seres queridos que murieron, pero no siempre es fácil entender la voluntad de Dios. ¿Quién dice que una vida breve vale menos que una vida larga? «Si un día es como mil años» para nuestro eterno Dios, la diferencia entre una década y un siglo es infinetesimal.
Mirjana Soldo (My Heart Will Triumph)
Durante aquellos años de privaciones y sufrimientos, había aprendido muchas cosas que podían ser de ayuda en las vidas de otros. Porque la vida de cualquier hombre tiene su parte de sufrimiento; todos hemos rozado alguna vez la desesperación y nos hemos preguntado por qué Dios permite que el mal se abata sobre nosotros o sobre los que amamos. En los campos y en las cárceles vi a mi alrededor mucho sufrimiento; yo mismo estuve a punto de sucumbir a la desesperación y, en las horas más oscuras, aprendí a acudir a Dios en busca de consuelo y a confiar solo en Él.
Walter J. Ciszek (He Leadeth Me)
Durante esos largos de años de soledad y sufrimiento, Dios me condujo a una comprensión de la vida y de su amor que solo quienes la han experimentado son capaces de entender. Me despojó de muchos de los consuelos externos, físicos y religiosos, en los que se apoya el hombre y me dejó como única guía un núcleo esencial de verdades aparentemente simples.
Walter J. Ciszek (He Leadeth Me)
King nos pedía que creyéramos en la posibilidad de que se produjeran pequeños actos cotidianos de fraternidad, no en un mundo perfecto. Lo real se vuelve así bello y a eso es a lo que se adhiere la esperanza. El utopismo es un precursor de la desesperanza; por ello, la fe y la esperanza necesitan encontrar belleza en lo cercano.
Martha C. Nussbaum (The Monarchy of Fear: A Philosopher Looks at Our Political Crisis)
Se dice que mientras hay vida, hay esperanza, pero la verdad es que solo mientras hay esperanza, hay vida. Si no, esta se reduce a una mera existencia, opaca y desolada, que no supone más que un dolor y una carga. Preferiríamos estar muertos, como Job. Mientras que la esperanza genera energía, entusiasmo y emoción. Es su falta la que produce apatía e inercia. Nos hace sentir solos, temerosos y paralizados. Cuando perdemos la fe en “el Dios de esperanza” (Romanos 15:13), nuestra vida carece de valor. Dudamos y desconfiamos hasta de nosotros mismos. ¿Qué podemos esperar? El optimismo no son más que buenos deseos. La esperanza es una certeza, garantizada por Dios mismo. Es Él quien promete cumplir sus promesas. Su Palabra merece confianza. Nos anuncia que lo mejor está por venir. Se dice que mientras hay vida, hay esperanza, pero la verdad es que solo mientras hay esperanza, hay vida. Si no, esta se reduce a una mera existencia, opaca y desolada, que no supone más que un dolor y una carga. Preferiríamos estar muertos, como Job. Mientras que la esperanza genera energía, entusiasmo y emoción. Es su falta la que produce apatía e inercia. Nos hace sentir solos, temerosos y paralizados. Cuando perdemos la fe en “el Dios de esperanza” (Romanos 15:13), nuestra vida carece de valor. Dudamos y desconfiamos hasta de nosotros mismos. ¿Qué podemos esperar? El optimismo no son más que buenos deseos. La esperanza es una certeza, garantizada por Dios mismo. Es Él quien promete cumplir sus promesas. Su Palabra merece confianza. Nos anuncia que lo mejor está por venir.
José De Segovia
Supongo que así se siente estar enamorado y al menos tener amor en tu corazón cuando todo parece estar perdido. Es como tener un poco de esperanza. Un poco más, con solo un poco se puede hacer mucho. Como reconstruir lo que ha quedado hecho trizas.
Eliza Cornelia Gravedoni (Lazo de plata: En un mundo donde los dones divinos se castigan con la muerte, la única opción es tener fe (Spanish Edition))
Mi oponente controla todas las fuerzas positivas del mundo, como el amor, la fe, la esperanza y el optimismo. Mi oponente también controla los factores positivos de toda la ley natural en todo el universo, las fuerzas que mantienen la Tierra y los planetas y todas las estrellas equilibradas en su curso. Pero esas fuerzas son mansas en comparación con las que operan en la mente humana bajo mi control. No busco controlar las estrellas y los planetas. Prefiero el control de la mente humana.
Napoleon Hill (Más astuto que el diablo (Outwitting the Devil™): El texto completo original sin editar; El autor de Piense y hágase rico, el libro sobre el éxito de mayor ... Napoleon Hill Foundation®) (Spanish Edition))
Acabo de entender que el fútbol no es ni más ni menos que eso. Eso que me dio mi viejo, y que yo le paso a mi hijo. Ese amor gratuito, esa esperanza desbocada. Ese dolor, esa rabia, esa fe rotunda en que, alguna vez, habrá revancha
Eduardo Sacheri (Las llaves del reino)
Estamos aquí en estado físico para aprender y crecer. Aprendemos rasgos y cualidades como el amor, la no violencia, la compasión, la caridad, la fe, la esperanza, el perdón, la comprensión y la conciencia. Tenemos que olvidar rasgos y cualidades negativos, entre ellos el miedo, la rabia, el odio, la violencia, la avaricia, el orgullo, la lujuria, el egoísmo y los prejuicios.
Brian L. Weiss (Los mensajes de los sabios)
A la hora en que cada uno tiene razon, todo esta perdido, todo se vuelve permitido y posible, es la hora tragica por excelencia y es la nuestra. Estamos en medio de personas de buena fe, que moriran por su causa aceptando inmolarse, sabemos que su causa es un malentendido en la mayoria de los casos, pero no sirve de nada informarselos, se rehusaran a creernos y especialmente teniendo en cuenta que en ello se contienen sus razones. El ideal es casi siempre un pañuelo de equívocos y si sustraemos el contrasentido, consagramos a la mayoria de los hombres al absurdo, no estando nunca la verdad a su medida. Ahora bien, nuestros medios, a cada vuelta de rueda, vuelven la verdad mas fuerte y nos sentimos cada vez mas desorientados en el universo, este universo que humanizamos sin cesar: esta paradoja no es menos trágica que la precedente y no se le ve una solución. Cuanto tiempo subsistiremos presas del desorden? Pues el desorden no sabria eternizarse, el espiritu humano no lo soporta sin estallar. Entonces la catastrofe parece preferible y el hombre vacila en precipitarse, con la esperanza de forzar la mano al futuro.
Albert Caraco (Kaos'un Kutsal Kitabı)
La muerte nos lleva a preguntarnos por la vida, por su sentido, y por la trascendencia, despertándonos interrogantes que nos empujan a buscar respuestas. Desde la fe, la muerte se abre a la resurrección. Ello no hace menos dolorosas las despedidas, pero sí enciende una esperanza diferente en quien cree en ello.
José María Rodríguez Olaizola (Bailar con la soledad)
Una vez más, la elfa pensó que realmente los humanos no tenían salvación de ellos mismos. El mal estaba impreso en su alma y era una parte intrínseca de su naturaleza más básica. Sin embargo, al girar la vista, vio a Ghelian avanzando entre las personas, sonriendo y tratando de ser amable con todo el mundo. Por esta sola imagen volvió a recobrar la fe. “Por hombres como él, todavía tienen esperanzas
Eneas Calderoni (Paladín: El Destino del Dragón (Spanish Edition))
–En el examen de conciencia, yo suelo sacar siempre bajas calificaciones. Creo, sin embargo, que Dios es pródigo en segundas oportunidades. Soy terco en la maldad, pero Él es más terco aún en la misericordia. Eso no significa que quiera yo formarme un Dios blandengue, a la medida de mi conveniencia. Significa que no quiero perder nunca la esperanza que tengo en Su infinito amor. »Hago la cuenta de lo que fui en el año que acaba de pasar. El saldo es, como siempre, desfavorable a mí. Pero no caigo en desesperación: eso es pecado. La pérdida de fe en mí mismo aumenta la fe que tengo en quien me creó, y eso me hace ver en el nuevo año una nueva oportunidad que Dios me da. Procuraré ser bueno. Tal será mi propósito de Año Nuevo. Tal será mi propósito de Yo nuevo. Así dijo Jean Cusset. Y dio el último trago a su martini, con dos aceitunas, como siempre
Armando Fuentes Aguirre (Teologías para ateos (Ensayo y sociedad) (Spanish Edition))
Entre los padres conciliares que comenzaban a sonar en Roma hay uno que marcará definitivamente la vida de Pedro Arrupe: el arzobispo de Cracovia. Según el teólogo Giulio Girardi, uno de los expertos de la época en el diálogo cristiano-marxista, Wojtyla y los obispos polacos «tenían un concepto del Concilio muy distinto al de la mayoría». Porque, mientras que para la Iglesia europea más progresista lo importante era «el diálogo con el mundo moderno», después de tantos siglos de separación, para Wojtyla lo importante era prepararse «para combatir el mundo y sobre todo el marxismo». Mientras que para los teólogos y obispos –sobre todo franceses y alemanes, que fueron quienes tuvieron más peso en el Concilio– el ateísmo era visto más como «crítica a la Iglesia y sus abusos de poder», para los polacos el ateísmo era ante todo «el gran impedimento para la formación de la nueva cristiandad». Wojtyla insistía en su personalismo, según el cual el ateo está solo y la fe cristiana, lejos de llevar a la alienación, es liberadora en el sentido más profundo de liberación humana. Esa era la propuesta que la Iglesia debería hacer al mundo moderno[2]. Malinski, en sus crónicas del Concilio, da cuenta también de una cierta soledad de Wojtyla. Se sentía como incomprendido. No entendía ciertas aperturas progresistas centroeuropeas. Y a veces se lo confesaba así a su amigo Malinski mientras comían en una pizzería romana. El propio Wojtyla, ya Papa, en su libro Cruzando el umbral de la esperanza, advertirá más tarde sobre el peligro de lo que denomina interpretaciones tendenciosas del Concilio[3]
Pedro Miguel Lamet (ARRUPE. Testigo del siglo XX, profeta del XXI (Jesuitas) (Spanish Edition))
En el momento en el que se vio venir la derrota, Hitler no hablaba más que de la victoria. Creía en ella —en todo caso, se comportaba como si creyera en ella— y permaneció hasta el final atrincherado en su optimismo, en su fe. Todo se derrumbaba a su alrededor, cada día desmentía sus esperanzas pero, persistiendo en su espera de lo imposible, cegado como sólo los desahuciados saben cegarse, tuvo la fuerza de llegar hasta el final, de inventar horror tras horror, y de continuar más allá de su locura, más allá incluso de su destino. Por eso se puede decir de él, él que fracasó en todo, que se realizó mejor que cualquier otro mortal.
CIORAN E.M.
Metaphor: «El espectro de coerción tiende a lo inevitable, y los herrumbrosos engranajes de esta imprudente metáfora no son consecuentes con la tácita evidencia. Pues, bajo estos sólidos cimientos tan impregnados de acción y epicidad, no hay lapso ni ápice redentor que transmita a fe ciega tan agria tesitura en pos de la buena ventura.» Answer: En el contexto de la obra "Odysseus", la cita se puede interpretar como una reflexión sobre la guerra. La guerra es una forma de coerción, y el hablante sostiene que la guerra es inevitable y destructiva. No hay lugar para la esperanza o la fe ciega en un mundo gobernado por la guerra. En conclusión, la cita es una reflexión poderosa sobre la naturaleza de la coerción y su inevitable tendencia a la violencia. El hablante sostiene que la coerción es incompatible con la buena ventura, y que las sociedades que se basan en la coerción están destinadas al fracaso.
David Silvestre (Odysseus)
Él me había demostrado que el amor podía ser más fuerte que el odio, que podía haber belleza en el Infierno, que hasta un corazón de piedra podía albergar un resquicio de fe y esperanza.
Miriam Mosquera (Todos los ángeles del infierno (La caída del cielo, #1))
La parálisis entre muerte y muerte: ninguna palabra libre entre medio, ningún paso libre. La parálisis más grave, esa esperanza sin esperanza de que a pesar de todo la supere. ¡Oh, la comodidad de los creyentes que pueden disiparlo todo, que pueden consolarse con la idea de un reencuentro que no les será concedido nunca! ¡Lo que daría uno por vivir en ese mundo tranquilo y virtuoso en el que los muertos sólo se han ido de viaje! En el que basta con llamar adecuadamente para verlos y oírlos, al menos por un breve tiempo, antes de llegar del todo a ellos. En el que se pueden enfadar con nosotros y conseguir así que los calmemos; en el que pasan frío, hambre y sed y se preocupan por los deudos. Mi anhelo de ese mundo de la fe es a veces tan intenso que no soy capaz de concebir otra idea. Veo entonces las sombras de Odiseo y deseo que las mías se encuentren entre ellas. Dibujo su imagen en el vacío y una hábil voz dice en ese preciso instante: ¡Cree, y las tendrás cuando quieras! Pero es esta voz la que me hace entrar en razón. No puedo comprar a mis muertos. No puedo permitir a nadie que negocie entre ellos y yo. Si están cautivos, que me lo hagan saber, y yo pondré todo mi empeño en liberarlos. Si están rendidos, todavía me queda tiempo para dejarme llevar por esa misma terrible rendición/sumisión, y el plazo que tengo hasta entonces, el plazo de la rebelión, es lo más valioso que poseo. Si no están en ninguna parte, no quiero ninguna ilusión engañosa en torno a ellos, allí acaban para mí todas las mentiras y todas las ficciones, allí, y sólo allí, quiero la verdad más pura.
Elias Canetti (Il libro contro la morte)
todo  lo que necesitamos es creer en Dios, nuestra fe, confianza y esperanza tienen que estar en Dios porque él es nuestro creador y él nos capacita para lo que tiene para nosotros
Hector Monterroso (EL PROCESO DE DIOS EN MI VIDA.: CUANDO DIOS ME LLAMO ME PROCESO. (Spanish Edition))
hazme un instrumento de tu paz. Donde haya odio, déjame sembrar amor; donde haya ofensa, perdón; donde haya duda, fe; donde haya desesperación, esperanza; donde haya oscuridad, luz; y donde haya tristeza, alegría.
Elizabeth Prophet (El angel de la escucha (Spanish Edition))
Este libro nace de mi voluntad de recuperar la Buena Noticia de Jesús para los hombres y mujeres de nuestro tiempo. No he recibido la vocación de evangelizador para condenar, sino para liberar. No me siento llamado por Jesús a juzgar al mundo, sino a despertar esperanza. No me envía a apagar la mecha que se extingue, sino a encender la fe que está queriendo brotar. San Sebastián, 31 de julio de 2010, fiesta de san Ignacio de Loyola
José Antonio Pagola (El camino abierto por Jesús, 1: Mateo)
«Es la fe lo que mueve montañas, no los hechos. Los hechos no generan fe; la fe necesita un relato que la apoye: una historia significativa que inspire confianza en ti y renueve la esperanza de que tus ideas ofrecen realmente lo que prometes. La influencia genuina va más allá de lograr que las personas hagan lo que quieres que hagan. Significa que la gente toma tu relevo porque creen en ti.» Annette Simmons
Guy Kawasaki (El arte de cautivar: Cómo se cambian los corazones, las mentes y las acciones)
En lugar de perder el tiempo y desperdiciar energías acusando a los demás de lo que no marcha bien en nuestra vida, o reprochándoles lo que consideramos que nos quitan, es preciso esforzarse por adquirir una autonomía espiritual, profundizando en la relación personal con Dios, fuente única e inagotable de todo bien, y creciendo en la fe, la esperanza y el amor desinteresado.
Jacques Philippe (La libertad interior)
el hombre conquista su libertad interior en la misma medida en que se fortalecen en él la fe, la esperanza y la caridad.
Jacques Philippe (La libertad interior)
«Ahora permanecen la fe, la esperanza y la caridad, estas tres; pero la mayor de ellas es la caridad»13. La fe y la esperanza son provisionales, sólo para este mundo, y enseguida pasarán: en el cielo, la fe será reemplazada por la visión, la esperanza por la posesión; sólo el amor no pasará jamás: nada reemplazará a la caridad porque ésta es el fin.
Jacques Philippe (La libertad interior)
Sea que teológicamente el hombre sólo se salve por la Fe, como estos lo pretenden, o que también la Esperanza y la Caridad desempeñen una función igual en el misterio de la Redención, como lo sostenemos los católicos, es lo cierto que la diferencia de conceptos sobre el destino del hombre que arrancan de estas dos doctrinas determinan, desde la infancia, dos actitudes distintas, dos criterios frente a los problemas de la vida cotidiana. El católico, instintivamente, tiene una tendencia a ser piadoso a través del culto, mientras el calvinista reemplaza la práctica de la oración por la práctica de la virtud.
Alfonso López Michelsen (Los Elegidos)
Me contó la historia de cómo ella y su esposo Juan se habían ido apartando poco a poco de Dios. Ambos habían crecido en hogares cristianos. Se conocieron en la escuela bíblica. Él se licenció en teología. Ella, en educación cristiana. Al graduarse, ambos se aseguraron un puesto en una iglesia del medio-oeste. Sus corazones estaban llenos de amor hacia Dios y de esperanza y posibilidad para el futuro. Sin embargo, unos años después, estaban desilusionados por la presión diaria, la rutina de la vida y la política de la iglesia. Decidieron hacer una pausa; dimitieron, encontraron empleos seculares y se mudaron a la costa oriental. Una vez allí, no parecían encontrar una iglesia que les gustara. Acabaron no asistiendo a ninguna. Leer la Biblia y otras disciplinas espirituales quedaron también por el camino. Aunque se consideraban cristianos, rara vez conversaban sobre su fe y tampoco hacían nada por crecer espiritualmente. No había amigos cristianos cerca de ellos. Su círculo de amistades estaba formado por inconversos, conocidos del trabajo y de la comunidad. Un viernes por la noche, un nuevo matrimonio del barrio invitó a Juan y Julia a tomar algo y jugar a las cartas. Ella se sintió algo incómoda con la idea, pero lo razonó y decidió que no era nada malo. Las dos parejas congeniaron y se convirtieron en buenos amigos. Sus juegos de naipes de los viernes por la noche llegaron a ser lo más destacado de la semana. Julia no acertaba a recordar con exactitud cuándo fue, pero en un momento dado sus corazones viraron hacia el póquer que acabó convirtiéndose en strip póquer. Y, entonces, cuando ya se habían acostumbrado a despojarse de toda su ropa, el listón se puso más alto. Apostaban favores y atrevimientos sexuales. Para cuando Julia vino a mí para que orara por ella, los juegos de póquer de los viernes por la noche habían alcanzado tal intensidad que eran verdaderas orgías, y una conducta sexual cada vez más depravada. Ella se había convertido en una adicta al sexo, una esclava de la pornografía y de la perversión sexual. Oré por ella, pero al día de hoy desconozco si llegó a liberarse de aquello.
Mary A. Kassian (Chicas sabias en un mundo salvaje (Spanish Edition))
Cuando la luz del sol es ya poniente, gracias, Señor, es nuestra melodía; recibe, como ofrenda, amablemente, nuestro dolor, trabajo y alegría. Si poco fue el amor en nuestro empeño de darle vida al día que fenece, convierta en realidad lo que fue un sueño tu gran amor que todo lo engrandece. Tu cruz, Señor, redime nuestra suerte de pecadora en justa, e ilumina la senda de la vida y de la muerte del hombre que en la fe lucha y camina.Jesús, Hijo del Padre, cuando avanza la noche oscura sobre nuestro día, concédenos la paz y la esperanza de esperar cada noche tu gran día.Amén.
Anonymous
tú nunca serás mía y por eso te tendré para siempre. Tú fuiste la esperanza de mis días de soledad, la angustia de mis momentos de duda, la certeza de mis instantes de fe.
Anonymous
Los imperios de este mundo pueden tener la fuerza pero los hijos de Dios tenemos esperanza.
Lucas Magnin (Arte y fe: Un camino de reconciliación (Spanish Edition))
Pese a ese desengaño espiritual, Max seguía teniendo la necesidad de creer en algo más veraz que el mundo que le rodeaba. Le resultaba difícil dejar la irracionalidad. Y cuanto más empeoraba la relación de sus padres, tanto más irracional se volvía él. Mientras el mundo que le rodeaba se desmoronaba como un castillo de naipes, él buscaba la salvación en la fe. En su interior había un desdoblamiento: Max el creyente por un lado, Max el escéptico por el otro. Era el creyente el que había puesto todas sus esperanzas en un disco rayado y en un viejo gruñón que olía raro. No era el primero al que le ocurría eso, muchas personas no salían de esa fase a lo largo de toda su vida. Max también tenía miedo de despertar, del definitivo final de su infancia. Quería seguir dormitando y soñando algún tiempo, envuelto en una manta caliente de mentiras. No quería levantarse y sentir el frío suelo bajo sus pies desnudos. Todavía no. A pesar de la enorme carga probatoria de lo contrario, Max seguía aferrado a ello: él creía en lo imposible.
Emanuel Bergmann (De truc)
La fe de Abraham fue probada cuando Dios le pidió dar todo. La fe no puede ser menos que total. Confiar en Dios significa verlo solo a Él, encontrar en Él todas nuestras esperanzas, no retener nada, no tener ninguna reserva. La fe es compromiso. Pero solo porque la fe mira a Dios y no a nosotros, el dar de la fe es realmente recibir. En compromiso, el precio que la fe paga es todo. Pero en confianza total, el precio es nada. La fe mira a Dios, no al hombre, como el dador.
Edmund P. Clowney (El Misterio Revelado: Descubriendo a Cristo en el Antiguo Testamento (Spanish Edition))
Los pactos son promesas, y el Dios verdadero se manifiesta, o se nombra, mediante su capacidad de cumplir sus promesas. Toda la cuestión del nombre de Dios, como opuesto a cualquier otra fuerza espiritual, es lo que prácticamente forja el guión de la Biblia. Dado que las promesas tienen que ver con el futuro, la Biblia es escatológica por obligación. De esta manera, la Biblia aborda el tiempo de un modo que nos permite vivir con esperanza, fe y amor en medio de la historia.
Peter Jensen (La revelación de Dios (Spanish Edition))
Con independencia de la forma que adopten, las pérdidas que producen traumas y que alteran la vida trastornan el paisaje emocional que habitamos y arrasan con mucho de lo que apreciamos y queremos preservar. En tales momentos de crisis, nos parece que el mundo ha cambiado para siempre y no estamos seguros de lo que podremos recuperar, ni de lo que volverá. Cuando todo resulta tan incierto y parece que no podemos confiar en nada, ¿dónde podemos depositar la fe, el amor y la esperanza? A veces esta pregunta se plantea con una abrumadora urgencia y entonces, como una semilla dormida que brota desde lo profundo de nuestro interior, con la promesa de la primavera, la naturaleza nos da una respuesta.
Sue Stuart-Smith (La mente bien ajardinada: Las ventajas de vivir al ritmo de las plantas)
Caridad, esperanza, fe, amor, todos debemos conocer estas cosas, y conocerlas bien. No solo un esperanza, una fe, un amor, muchas cosas se alimentan de cada una de ellas. Hay muchas maneras de demostrarlas
Brian L. Weiss
Ten fe y no pierdas la esperanza. Aun si el dolor no se termina de ir. Cuanto más dura el invierno más grande es la primavera que llega.
Ignacio Novo
mayoría de los mortales nunca llegamos a conocer nuestro verdadero destino; simplemente somos atropellados por él. Para cuando levantamos la cabeza y lo vemos alejarse por la carretera ya es tarde, y el resto del camino lo tenemos que hacer por la cuneta de aquello que los soñadores llaman la madurez. La esperanza no es más que la fe de que ese momento no haya llegado todavía, de que acertemos a ver nuestro verdadero destino cuando se acerque y podamos saltar a bordo antes de que la oportunidad de ser nosotros mismos se desvanezca para siempre y nos condene a vivir de vacío, añorando lo que debió ser y nunca fue.
Carlos Ruiz Zafón (El laberinto de los espíritus (El cementerio de los libros olvidados #4))
El amor divino no es la negación del amor humano, sino su profundización, su radicalización dentro de una dimensión nueva.
Pope Benedict XVI (Mirar a Cristo: Ejercicios de Fe, Esperanza y Caridad (100XUNO nº 28) (Spanish Edition))