Fe Smith Quotes

We've searched our database for all the quotes and captions related to Fe Smith. Here they are! All 11 of them:

La Lo­te­ría, con su re­par­to se­ma­nal de enor­mes pre­mios, era el único acon­te­ci­mien­to pú­bli­co al que los pro­les pres­ta­ban ver­da­de­ra aten­ción. Era pro­ba­ble que hu­bie­se mi­llo­nes de pro­les para quie­nes la Lo­te­ría fuese la razón prin­ci­pal, si no la única, para se­guir con vida. Era su de­lei­te, su lo­cu­ra, su anal­gé­si­co, su es­ti­mu­lan­te in­te­lec­tual. En lo que se re­fe­ría a la Lo­te­ría, hasta quie­nes ape­nas sa­bían leer y es­cri­bir eran ca­pa­ces de lle­var a cabo in­trin­ca­dos cálcu­los y sor­pren­den­tes lo­gros me­mo­rís­ti­cos. Había toda una tribu de in­di­vi­duos que se ga­na­ban la vida ven­dien­do sis­te­mas, pre­dic­cio­nes y amu­le­tos de la suer­te. Wins­ton no tenía nada que ver con la Lo­te­ría, que se ges­tio­na­ba desde el Mi­nis­te­rio de la Abun­dan­cia, pero sabía (como cual­quier otro miem­bro del Par­ti­do) que los pre­mios eran casi todos ima­gi­na­rios. Solo se pa­ga­ban pe­que­ñas sumas y los ga­na­do­res de los pre­mios gor­dos en reali­dad no exis­tían. En au­sen­cia de ver­da­de­ra co­mu­ni­ca­ción entre una parte de Ocea­nía y otra, no re­sul­ta­ba di­fí­cil ama­ñar­lo.
George Orwell (1984)
Estos son días cuando necesitamos que nuestra fe sea fortalecida, cuando necesitamos conocer a Dios. Dios ha diseñado que el justo vivirá por fe. Cualquier hombre puede ser cambiado por fe, sin importar cual sea su situación. Yo sé que la Palabra de Dios es suficiente.
Smith Wigglesworth (¡TENED FE EN DIOS!: Mensajes por Smith Wigglesworth (Spanish Edition))
Dios nos ha dado mucho en estos últimos días, y donde mucho es dado mucho será requerido. El Señor nos ha dicho: “Vosotros sois la sal de tierra; pero si la sal se desvaneciere, ¿con qué será salada?
Smith Wigglesworth (¡TENED FE EN DIOS!: Mensajes por Smith Wigglesworth (Spanish Edition))
Es necesario para nosotros tener el Espíritu Santo para que nos revele la Palabra y nos traiga a la vida que es Cristo. Nunca podremos entender plenamente las maravillas de esta redención hasta que seamos llenos del Espíritu Santo. Estaba una vez en una reunión por
Smith Wigglesworth (¡TENED FE EN DIOS!: Mensajes por Smith Wigglesworth (Spanish Edition))
Existe entre muchos creyentes una ignorancia pasmosa de las Escrituras y, consecuentemente, existe también la necesidad de una fe bien fundamentada, bíblicamente y sólida. No tengo otra manera de explicar la facilidad con que la gente, como si fueran niños, “son llevados por doquiera de todo viento de doctrina” (Ef. 4:14). Existe un amor ateniense por las cosas novedosas y una aversión mórbida por cualquier cosa del pasado y regular, y por el sendero transitado por nuestros mayores. Miles de personas se congregan para escuchar una voz nueva y una doctrina nueva, sin considerar ni por un momento, si lo que están oyendo es cierto. Hay ansias incesantes de escuchar cualquier enseñanza sensacional y emocionante que apele a los sentimientos. Hay un apetito enfermizo por un cristianismo espasmódico e histérico. La vida religiosa de muchos es como beber una pequeña copita espiritual y “el espíritu afable y apacible” que recomienda San Pedro es totalmente olvidado (1 Pe. 3:4). Las multitudes, los llantos, los sitios calurosos, los cantos rimbombantes y una incesante apelación a las emociones, es lo único que a muchos les interesa. La incapacidad para distinguir las diferencias doctrinales cunde por doquier y, mientras el predicador sea “hábil” y “fervoroso”, cientos de oyentes parecen creer que tiene que estar predicando la verdad ¡y lo llaman a uno terriblemente “intolerante y duro”, si sugiere que no predica la verdad! Moody y Hawis, Dean Stanley y Canon Liddon, Mackonochie y Persall Smith les dan lo mismo a tales personas. Todo esto es triste, muy triste. Pero si, además de esto, los que sinceramente abogan por más santidad, caen por el camino o tienen diferencias entre sí, será más triste todavía. Entonces sí que estaremos peor. La
J.C. Ryle (Santidad (Spanish Edition))
Their era was ending when Jim Clyman got to Independence in ’44 and found Bill Sublette, who had first taken wagons up the Platte Valley in 1830, now taking invalids to Brown’s Hole for a summer’s outing. It was twenty-one years since Jim had first gone up the Missouri, forty years since Lewis and Clark wintered at the Mandan villages, thirty-three years since Wilson Hunt led the Astorians westward, twenty years since Clyman with Smith and Fitzpatrick crossed South Pass, eighteen years since Ashley, in the Wasatch Mountains, sold his fur company to Smith, Sublette, and Jackson. Thirty-two years ago Robert McKnight had been imprisoned by the Spanish for taking goods to Santa Fe. Twenty-three years ago William Becknell had defied the prohibition and returned from Santa Fe in triumph. Eighteen years ago the Patties had got to San Diego by the Gila route and Jed Smith had blazed the desert trail to San Bernardino Valley; fourteen years ago Ewing Young, with Kit Carson, had come over the San Bernardino Mountains, making for the San Joaquin. There had been a trading post at the mouth of Laramie Creek for just ten years. Bent’s Fort was fifteen years old. Now the streams were trapped out, and even if beaver should come back, the price of plews would never rise again. There were two or three thousand Americans in Oregon, a couple of hundred in California, and in Independence hundreds of wagons were yoking up. Bill Sublette and Black Harris were guiding movers. Carson and Fitzpatrick were completing the education of John Charles Frémont. Forty years since Lewis and Clark. Think back to that blank paper with some names sketched in, the Wind River peaks, the Tetons, the Picketwire River, the Siskidee, names which, mostly, the mountain men sketched in — something under a million square miles, the fundamental watershed, a thousand mountain men scalped in this wilderness, the deserts crossed, the trails blazed and packed down, the mountains made known, the caravans carrying freight to Santa Fe, Bill Bowen selling his place to go to Oregon, half a dozen wagonwrights setting up at Independence … and, far off, like a fly buzzing against a screen, Joe Meek’s cousin, Mr. Polk, preparing war. Whose country was it? III Pillar of Cloud ALL through February Congress debated the resolution to terminate the joint occupancy of Oregon, and by its deliberation, Polk thought, informed the British that we were irresolute.
Bernard DeVoto (The Year of Decision 1846)
Con independencia de la forma que adopten, las pérdidas que producen traumas y que alteran la vida trastornan el paisaje emocional que habitamos y arrasan con mucho de lo que apreciamos y queremos preservar. En tales momentos de crisis, nos parece que el mundo ha cambiado para siempre y no estamos seguros de lo que podremos recuperar, ni de lo que volverá. Cuando todo resulta tan incierto y parece que no podemos confiar en nada, ¿dónde podemos depositar la fe, el amor y la esperanza? A veces esta pregunta se plantea con una abrumadora urgencia y entonces, como una semilla dormida que brota desde lo profundo de nuestro interior, con la promesa de la primavera, la naturaleza nos da una respuesta.
Sue Stuart-Smith (La mente bien ajardinada: Las ventajas de vivir al ritmo de las plantas (Spanish Edition))
¿Saben cuántos idiomas hay en este mundo? Lo diré. En el momento existen por lo menos 2.974 lenguas principales. ¿Saben cuántos de estos idiomas poseen la Palabra de Dios, o alguna porción? En la hora actual, solamente 1.185. ¿Cuántas, pues, quedan sin una simple porción del libro de Dios? Quedan 1.789. Pensemos en ello. Después de casi dos mil años de trabajo misionero por todo el mundo, vemos que restan 1.789 idiomas en los que la Palabra de Dios jamás ha sido traducida. ¿Y qué nos dice eso? «La fe viene por el oír y el oír por la Palabra de Dios». «¿Cómo creerán a aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique?» (Romanos 10.17, 14).
Oswald J. Smith (Pasión por las almas)
Oración por la Paz Interior Oh Príncipe de Paz, En medio del caos y las dificultades de la vida, me acerco a tu presencia serena y tranquila, anhelando el precioso regalo de la paz interior. Tú eres la fuente última de tranquilidad y armonía, y te pido tu ayuda divina para calmar las aguas agitadas de mi alma. Señor, concédeme la paz interior que va más allá de los sucesos externos en la vida. Que tu paz sea un bastión dentro de mí, protegiendo mi corazón y mi mente contra la preocupación, el miedo y la confusión. Ayúdame a encontrar consuelo en tu amor inquebrantable y a tener fe en tu plan divino. Bendíceme con la sabiduría para liberar las cargas y preocupaciones que me abruman. Permíteme confiártelas, sabiendo que tus hombros son lo suficientemente fuertes para llevarlas. Reemplaza mis ansiedades con la paz que sobrepasa todo entendimiento. Señor, en tiempos de duda, permíteme encontrar refugio en el silencio de tu presencia. Ayúdame a apartar las distracciones del mundo y a escuchar tu suave guía y consuelo. Que tu paz sea el ancla que estabiliza mi alma cuando las tormentas de la vida arrecian. Concédeme la capacidad de perdonar, tanto a los demás como a mí mismo. Permíteme soltar resentimientos y rencores, eligiendo en su lugar el camino de la reconciliación y la tranquilidad interior. Tu perdón de mis transgresiones sirve como modelo para mi propio perdón hacia los demás. Señor, concédeme la gracia de vivir en el momento presente, libre de las cargas del pasado y las ansiedades del futuro. Que pueda abrazar el presente con gratitud y conciencia plena, descubriendo la paz en las alegrías simples de la vida. En tiempos de agitación o discordia, que tu paz sea un bálsamo calmante para mi espíritu. Ayúdame a ser un instrumento de tu paz, difundiendo amor y armonía a quienes me rodean. Al ofrecer esta oración por la paz interior, lo hago con la comprensión de que la paz genuina se descubre en tu presencia. Que tu paz fluya a través de mí, transformando mi ser interior y irradiando hacia el mundo. En tu sagrado nombre, te pido el regalo de la paz interior. Amén.
James Smith (Mi Poderoso Libro de Oraciones de Padre Pío: Una Colección de Oraciones de Padre Pío para Sanación, Protección, Bendiciones, Orientación y Transformación Espiritual (Spanish Edition))
Hay una relación muy estrecha entre el pecado y la enfermedad. ¿Cuántos saben que su enfermedad es un resultado directo del pecado? Yo espero que nadie que esté viviendo en pecado venga para que le ore. Pero si obedeces a Dios y te arrepientes de tu pecado y lo dejas de hacer, Dios llegará a ti, y ni tu enfermedad ni tu pecado se quedarán. “La oración salvará al enfermo, y el Señor lo levantará; y si hubiere cometido pecados le serán perdonados.
Smith Wigglesworth (¡TENED FE EN DIOS!: Mensajes por Smith Wigglesworth (Spanish Edition))
Me doy cuenta que Dios nunca puede bendecirnos si somos duros de corazón, si somos criticones, o si no perdonamos. Esto impedirá la fe más rápido que cualquier otra cosa.
Smith Wigglesworth (¡TENED FE EN DIOS!: Mensajes por Smith Wigglesworth (Spanish Edition))