Fe En Dios Quotes

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Niña que duermes bajo la mirada de Dios, te deseo que no la pierdas jamás, que vayas por la vida con la paciencia como tu mejor aliada, que conozcas el placer de la generosidad y la paz de los que no esperan nada, que entiendas tus pesares y sepas acompañar los ajenos. Te deseo una mirada limpia, una boca prudente, una nariz comprensiva, unos oídos incapaces de recordar la intriga, unas lágrimas precisas y atemperadas. Te deseo la fe en una vida eterna, y el sosiego que tal fe concede. Niña, yo te deseo la locura, el valor, los anhelos, la impaciencia. Te deseo la fortuna de los amores y el delirio de la soledad. Te deseo la inteligencia y el ingenio. Te deseo una mirada curiosa, una nariz con memoria, una boca que sonría y maldiga con precisión divina, unas piernas que no envejezcan, un llanto que te devuelva la entereza. Te deseo el sentido del tiempo que tienen las estrellas, el temple de las hormigas, la duda de los templos. Te deseo la fe en los augurios, en la voz de los muertos, en la boca de los aventureros, en la paz de los hombres que olvidan su destino, en la fuerza de tus recuerdos y en el fururo como la promesa, donde cabe todo lo que aún no te sucede.
Ángeles Mastretta (Mal de amores)
El sentido del humor de Dios afianzaba el funcionamiento del universo. Los pecadores jugaban un papel en la redención de otros pecadores. La fe, la esperanza y la caridad triunfaban sobre la incredulidad, la desesperación y el odio, mientras Él observaba y sonreía.
Sylvain Reynard (Gabriel's Rapture (Gabriel's Inferno, #2))
¿Sabes, por casualidad, si existió alguna vez una fe en un dios… imperfecto?(...) Es el único dios en el que yo podría creer, un dios cuya pasión no es una redención, un dios que no salva nada, que no sirve para nada: un dios que simplemente es.
Stanisław Lem
A los quince años me alejé de la Iglesia para siempre, no por falta de fe en Dios —eso vino más tarde—, sino por el machismo inherente a toda organización religiosa. No puedo ser miembro de una institución que me considera persona de segunda clase y cuyas autoridades, siempre hombres, imponen sus reglas con la fuerza del dogma y gozan de impunidad.
Isabel Allende (Mujeres del alma mía: Sobre el amor impaciente, la vida larga y las brujas buenas (Spanish Edition))
Todas las facultades que tenemos, nuestra capacidad de pensar o de mover nuestros miembros en todo momento nos son dadas por Dios. Si dedicásemos cada momento de nuestra vida exclusivamente a Su servicio no podríamos darle nada que no fuese, en un sentido, Suyo ya.
C.S. Lewis (Mere Christianity)
La fe y el amor son el conjunto perfecto para recibir el abrazo de Dios diariamente en nuestras vidas
Theiska Castillo Medina (Se Fijó en mí)
No puede ser bueno un dios que le da a un padre la orden de que mate y queme en una hoguera a su propio hijo simplemente para poner a prueba su fe,
José Saramago (Ensayo sobre la ceguera / El viaje del elefante / Caín y el primer capítulo inédito del libro perdido Claraboya: Biblioteca Saramago (Pack 3 ebooks))
Se puede perder la fe en Dios o en la humanidad y aunque uno no quiera saber del amor, se sobrevive. Pero, cuando se pierde la esperanza, ya no queda nada, porque el sol deja de brillar y lo que uno tiene delante es un horizonte negro que nunca se aclara.
Vionette G. Negretti (Tiempos Revueltos (Spanish Edition))
Optimism is a belief and I adapt belief as a way of life.
Fe-en-Dios
Orar, entonces, es reconocerse a sí mismo como lo que deseas ser en lugar de suplicar a Dios por aquello que deseas.
Neville Goddard (Tu Fe es tu Fortuna (Spanish Edition))
Dios os ha escogido desde el principio para salvación mediante la santificación por el Espíritu y la fe en la verdad.
Anonymous (La Biblia de las Américas (LBLA))
La fe consiste en creer por anticipado algo que solo tendrá sentido cuando se mire hacia el pasado.
Philip Yancey (Desilusión con Dios (Spanish Edition))
¡Dios mío, no tienes idea de cómo me sentía, pensando en las veces en que insististe en que cogiera por lo menos un anillo, y yo que no quería, porque tenía fe en ella!
V.C. Andrews (Flores en el ático (Dollanganger, #1))
De modo que aunque diga que creo en Dios, lo cierto es que tengo una fe mucho más fuerte en mi propia voz interior.
Yuval Noah Harari
Tertuliano de que cuanto mayor es la estupidez, más fuerte es la creencia en ella, que la fe alcanza su cota máxima cuando sus enseñanzas son menos asimilables por la razón.
Christopher Hitchens (Dios no es bueno: Alegato contra la religión)
la revolución religiosa fundamental de la modernidad no fue perder la fe en Dios; más bien, fue adquirir fe en la humanidad. Hicieron falta siglos de duro trabajo. Los pensadores escribieron panfletos, los artistas compusieron poemas y sinfonías, los políticos acordaron pactos, y todos juntos convencieron a la humanidad de que el humanismo podía imbuir de sentido el universo.
Yuval Noah Harari (Obra completa: Pack con: Sapiens | Homo Deus | 21 lecciones para el siglo XXI (Spanish Edition))
Cuando un papa, Pío XII en este caso, llama a un país nación elegida por Dios, baluarte inexpugnable de la fe católica, está claro que quien gobierna ese país va a estar un rato largo gobernándolo.
Arturo Pérez-Reverte (Una historia de España (Spanish Edition))
20 Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.
Casiodoro de Reina (Reina Valera 1960)
No tengáis miedo al mundo, ni al futuro, ni a vuestra debilidad. El Señor os ha otorgado vivir en este momento de la historia, para que gracias a vuestra fe siga resonando su Nombre en toda la tierra.
Pope Benedict XVI (Discursos en la Jornada Mundial de la Juventud en Madrid (POPULAR) (Spanish Edition))
La fe no es un salto en la oscuridad; es exactamente lo contrario. Es un compromiso basado en la evidencia [ . . . ] Resulta irracional reducir toda la fe a una fe ciega, y luego sujetarla al ridículo.
Rice Broocks (Dios no está muerto: La evidencia de Dios en una época de incertidumbre)
Los liberales, le decía, eran masones; gente de mala índole, partidaria de ahorcar a los curas, de implantar al matrimonio civil y el divorcio, de reconocer iguales derechos a los hijos naturales que a los legítimos, y de despedazar al país en un sistema federal que despojara de poderes a la autoridad suprema. Los conservadores, en cambio, que habían recibido el poder directamente de Dios, propugnaban por la estabilidad del orden público y la moral familiar; eran los defensores de la fe de Cristo, del principio de autoridad, y no estaban dispuestos a permitir que el país fuera descuartizado en entidades autónomas.
Gabriel García Márquez
Ningún hombre sabe lo malo que es hasta que ha intentado con todas sus fuerzas ser bueno. Circula la absurda idea de que los buenos no saben lo que es la tentación. Esta es una mentira evidente. Los malos, en un sentido, saben muy poco de la maldad. Han vivido una vida protegida porque han cedido siempre a ella. Jamás averiguamos la fuerza del impulso del mal dentro de nosotros hasta que intentamos luchar contra él, y Cristo, porque fue el único hombre que jamás cedió ante la tentación, es también el único hombre que sabe absolutamente lo que la tentación significa… el único realista total. Muy bien, pues. Lo más importante que aprendemos de un intento serio de practicar las virtudes cristianas es que fracasamos. Si teníamos la idea de que Dios nos había puesto una especie de examen, y de que podíamos obtener buenas notas mereciéndolas, esa idea tiene que ser abandonada.
C.S. Lewis (Mere Christianity)
Dios es imperativo que en el diseño de la vida estemos dispuestos a confiar en algo más que en nosotros mismos. Por eso, caminar por la fe significa seguir a aquel que sabe mucho más que nosotros, y que, además, es bueno.
Ravi Zacharias (El gran tejedor de vidas: Cómo Dios nos va formando a través de los eventos de nuestra vida (Spanish Edition))
se supone que voy a saber cuál de las religiones es la verdadera? —se preguntó—. Sólo porque alguien siga una fe en concreto, eso no significa que sea el camino correcto… Quizá ninguna religión contenga toda la verdad del mundo. Quizá cada religión contenga fragmentos de la verdad y nosotros tengamos la responsabilidad de identificar esos fragmentos y volver a unirlos. O quizá los elfos tengan razón y no exista ningún dios. Pero ¿cómo puedo estar seguro?»
Christopher Paolini (Brisingr (Inheritance, #3))
Si el fruto que debemos producir es el amor, una condición previa es precisamente este «permanecer», que tiene que ver profundamente con esa fe que no se aparta del Señor. En Jn 15,7 se habla de la oración como un factor esencial de este permanecer.
Pope Benedict XVI (Jesus of Nazareth: From the Baptism in the Jordan to the Transfiguration)
—Huélame, señor Furia. Sé que es algo de mí que le gusta. Huélame hasta “saciarse. Soy toda suya, señor Furia, con mis aromas y con todo lo que hay en mí. Ante esas palabras, Artemio la tomó por los brazos y la apartó para mirarla con esa expresión inescrutable que le resultaba familiar, aunque turbadora. —¡Dios mío, Rafaela! —exclamó, y Rafaela quedó perpleja porque sabía que él jamás usaba el nombre de Dios en vano, no tanto por respeto como por resentimiento y orgullo—. Usté, Rafaela, es l’único que no me hace perder por completo la fe en este mundo. Por usté sería capá de vivir otra vé tuito lo que he vivió. Por usté, “Rafaela. Sólo por usté, mi Rafaela. —Y yo, por usted, señor Furia, daría mi vida. Lo amo, señor Furia, como jamás he amado a nadie. Como nunca amaré a nadie. Lo sé. Sé que usted está grabado a fuego en mi corazón y que ya nadie podrá borrarlo de allí. —Que naides me borre de su corazón —suplicó él, con feroz ansiedad—. Que naides se atreva a borrarme de su corazón.
Florencia Bonelli (Me llaman Artemio Furia)
Si Abraham hubiese obrado de otro modo, es posible que aun así hubiese amado a Dios, pero no habría creído, porque quien ama a Dios sin que su amor vaya acompañado de la fe, se refleja en sí mismo, mientras que quien ama a Dios creyendo se refleja en Él.
Søren Kierkegaard (Fear and Trembling)
El camino de vuelta hacia Dios es un camino de esfuerzo moral, de intentarlo cada vez con más empeño. Pero en otro sentido, no es el esfuerzo lo que nos va a llevar de vuelta a casa. Todo este esfuerzo nos lleva a ese momento vital en el que nos volvemos a Dios y le decimos: «Tú debes hacerlo. Yo no puedo.» No empecéis, os lo imploro, a preguntaros: «¿He llegado yo a ese momento?» No os sentéis a contemplar vuestra mente para ver si va haciendo progresos. Eso le desvía mucho a uno. Cuando ocurren las cosas más importantes de nuestra vida, a menudo no sabemos, en ese momento, lo que está sucediendo. Un hombre no se dice a menudo: «¡Vaya! Estoy madurando.» Muchas veces es sólo cuando mira hacia atrás cuando se da cuenta de lo que ha ocurrido y lo reconoce como lo que la gente llama «madurar».
C.S. Lewis (Mere Christianity)
Estos son días cuando necesitamos que nuestra fe sea fortalecida, cuando necesitamos conocer a Dios. Dios ha diseñado que el justo vivirá por fe. Cualquier hombre puede ser cambiado por fe, sin importar cual sea su situación. Yo sé que la Palabra de Dios es suficiente.
Smith Wigglesworth (¡TENED FE EN DIOS!: Mensajes por Smith Wigglesworth (Spanish Edition))
No puede ser inútil lo que nos habla de un pasado lleno de ilusiones, de fe, de esperanzas, y sobre todo, de juventud; de aquella edad en que no teniamos hijos, ni canas, ni orfandad, ni ese hastío incurable que produce el conocimiento horrible de los hombres y de las cosas.
Juan de Dios Peza (Memorias, Reliquias y Retratos (Sepan Cuantos, #594))
Hay días en que echo de menos mis antiguas convicciones como si se trataran de un miembro amputado. Pero, en términos generales, me siento mejor y no menos radical; y usted también se sentirá mejor, se lo garantizo, cuando abandone las doctrinas y permita que su mente, libre de cadenas, piense por sí misma.
Christopher Hitchens (God Is Not Great: How Religion Poisons Everything)
Pero en la fe cristiana, toda la diversidad encuentra su unidad última en Dios mismo, y es significativo que incluso en el propio ser de Dios hallemos tanto unidad como diversidad; en efecto, en él encontramos el fundamento último para la unidad y la diversidad. En él encontramos a uno que es en tres personas.
R.C. Sproul (What Does It Mean To Be Born Again? (Crucial Questions, #6))
17 para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones, a fin de que, arraigados y cimentados en amor, 18 seáis plenamente capaces de comprender con todos los santos cuál sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura, 19 y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios.
Casiodoro de Reina (Reina Valera 1960)
La cuestión de la fe surge después de que un hombre ha hecho lo posible por practicar las virtudes cristianas, y ha descubierto su fracaso, y ha visto que incluso si pudiera ponerlas en práctica sólo le estaría devolviendo a Dios lo que ya es de Dios. En otras palabras, descubre su insolvencia. Pues bien; una vez más, lo que a Dios le importa no son exactamente nuestras acciones. Lo que le importa es que seamos criaturas de una cierta calidad -la clase de criaturas que Él quiso que fuéramos—, criaturas relacionadas con Él de una cierta manera. No añado «y relacionadas entre ellas de una cierta manera», porque eso ya está incluido: si estáis a bien con Él inevitablemente estaréis a bien con todas las demás criaturas.
C.S. Lewis (Mere Christianity)
(…) la fe resulta ser por un lado la expresión más alta del egoísmo (lleva a cabo lo terrible por amor a sí mismo), y por otro, la más absoluta expresión de la entrega, pues lleva a cabo la acción por amor a Dios. La fe nunca puede mediar en lo general; de hacerlo quedaría anulada. La fe consiste en esa paradoja, y el Particular no logrará nunca que otro le comprenda.
Søren Kierkegaard (Temor y temblor)
Cualquier cosa a la que rindes culto puede ser Dios porque Dios existe en todo lo vivo y lo muerto que nos rodea. Está en todas partes y en todo. Si uno tuviera suficiente fe en una piedra, esa piedra un día abriría los ojos y le mostraría al dios que vive en ella. No importa a qué decida uno rendirle culto, ya sea a una piedra, a un hombre, a un árbol o a una serpiente.
Rani Manicka (The Japanese Lover)
Me abruma la miseria humana, ya sea física o moral. Siempre existió, está bien; pero en los viejos tiempos se ofrecía a un Dios, cualquiera. Hoy, en el mundo, hay millones de personas indigentes, y su angustia ya no va a ninguna parte. Nuestro tiempo, además, es un tiempo de miseria sin arte, es lamentable. El hombre está desnudo, despojado de todo, incluso de la fe en sí mismo
Louis-Ferdinand Céline
El instante mágico del día nos ayuda a cambiar, nos hace ir en busca de nuestros sueños. Vamos a sufrir, vamos a tener momentos difíciles, vamos a afrontar muchas desilusiones…, pero todo es pasajero, y no deja marcas. Y en el futuro podemos mirar hacia atrás con orgul o y fe. Pobre del que tiene miedo de correr riesgos. Porque ése quizá no se decepcione nunca, ni tenga desilusiones, ni sufra como los que persiguen un sueño. Pero al mirar hacia atrás —porque siempre miramos hacia atrás— oirá el corazón que le dice: «¿Qué hiciste con los milagros que Dios sembró en tus días? ¿Qué hiciste con los talentos que tu Maestro te confió? Los enterraste en el fondo de una cueva, porque tenías miedo de perderlos. Entonces, ésta es tu herencia: la certeza de que has desperdiciado tu vida.
Paulo Coelho (By the River Piedra I Sat Down and Wept)
príncipe cuyo gobierno descanse en soldados mercenarios no estará nunca seguro ni tranquilo, porque están desunidos, porque son ambiciosos, desleales, valientes entre los amigos, pero cobardes cuando se encuentran frente a los enemigos; porque no tienen disciplina, como tienen temor de Dios ni buena fe con los hombres; de modo que no se difiere la ruina sino mientras se difiere la ruptura; y
Niccolò Machiavelli (El Principe)
Y así es como empezó la teología. La gente ya sabía de la existencia de Dios de una manera vaga. Entonces llegó un hombre que afirmó ser Dios y que no era, sin embargo, la clase de hombre que se podía tachar de lunático. Ese hombre hizo que le creyesen. Volvieron a encontrarlo después de que lo hubieran matado. Y luego, después de que habían sido formados en una pequeña sociedad o comunidad, encontraron de alguna manera a Dios también dentro de ellos: dirigiéndolos, haciéndolos capaces de hacer cosas que no habían podido hacer hasta entonces. Y cuando lo dilucidaron todo, encontraron que habían llegado a la definición cristiana del Dios tripersonal. Esta definición no es algo que hayamos inventado. La teología es, en un sentido, conocimiento experimental. Son las religiones sencillas las que deben inventarse.
C.S. Lewis (Mere Christianity)
Porque cristianismo auténtico es seguir a Cristo y sus enseñanzas. Seguir lo que la Palabra de Dios nos dice. Y cuando la leemos de verdad, descubrimos que Dios no busca personas que tengan ambiciones personales para correr detrás de ellas y satisfacerlas, como si Él fuera el gran Papá Noel de los cielos, cumpliendo deseos de todo el mundo y regalando a todos el último capricho. Todo lo contrario. Él busca personas que estén dispuestas a deponer sus sueños y renunciar a ellos, para abrazar los sueños de Dios y vivir para Él, cueste lo que cueste. Gente que se ponga en la brecha como en Ezequiel 22.30, como los santos del Antiguo y del Nuevo Testamento, como los héroes de la fe, aquellos que hicieron proezas y aquellos «otros» que murieron como mártires sin haber alcanzado aquello por lo cual vivieron, pero aún creyendo.
Marcos Vidal (Con permiso: Cómo vivir un cristianismo real de todos los días (Spanish Edition))
REY. ¿Puedes implantar para mí una nueva fe que justifique el sangriento homicidio de un hijo? INQUISIDOR GENERAL. Como expiación a la justicia eterna, murió el Hijo de Dios en la cruz. REY. ¿Sembrarás ese parecer por toda Europa? INQUISIDOR GENERAL. Tan lejos como se venere la cruz. REY. Atento contra la naturaleza... ¿también acallarás esa poderosa voz? INQUISIDOR GENERAL. Ante la fe, ninguna voz de la naturaleza tiene valor.
Friedrich Schiller (Don Karlos: Infant von Spanien)
Millones de oraciones diariamente se quedan sin respuesta porque el hombre ora a un Dios que no existe. Sabiendo que la conciencia es Dios, entonces uno debe buscar en la conciencia lo deseado al asumir la conciencia de la cualidad deseada. Solo cuando uno hace esto, sus oraciones serán respondidas. Ser consciente de ser pobre mientras rezas por riquezas, es ser recompensado con aquello de lo que eres consciente, es decir, la pobreza.
Neville Goddard (Tu Fe es tu Fortuna (Spanish Edition))
Les resulta totalmente imposible creer en lo extraordinario mientras tienen algo conocido a la vista. No intentes utilizar la ciencia, le incitarán a pensar en realidades que no puede tocar ni ver. La pega de los razonamientos consiste en que trasladan la lucha al campo propio del Enemigo: también Él puede argumentar. Tu trabajo consiste en fijar su atención en el flujo de experiencias sensoriales inmediatas. Enséñale a llamarlo “vida real”.
C.S. Lewis (The Screwtape Letters)
Los científicos e individuos de finales del siglo veinte son altamente creyentes, tanto como los científicos de antaño, lo único que ha cambiado es el objeto de su fe, los tradicionales creían en principios universales que regían el cosmos visible e invisible, enseñanzas y técnicas trasmitidas de generación en generación por hombres que se dedicaban a la concentración, la meditación y el estudio, que vivían en el bosque o en monasterios y templos apartados del dinero y del ruido. Los científicos actuales creen con la misma intensidad que sus antepasados, pero no en esos principios metafísicos y universales que les parecen supercherías, sino en el poder de medicaciones químicas, aunque se retiren años después; en el poder de protección de vacunas y antibióticos... en el poder del dinero para crear la realidad más falsa de todas por definición... y en definitiva en el Sistema que es quien les ha creado, quien les mantiene y el que un día les fagocitará.
Enrique Costa Vercher (Hijos De Un Dios Terminal)
La paradoja de la fe consiste, por lo tanto, en que el Particular es superior a lo general; en que el Particular —para echar mano de una distinción dogmática usada hoy muy raras veces— determina su relación con lo general por su relación con lo absoluto, y no su relación con lo absoluto por su relación con lo general. La paradoja se puede también expresar del siguiente modo: existe un deber absoluto para con Dios, pues en esta relación de deber, el Particular como tal se relaciona absolutamente con el absoluto.
Søren Kierkegaard (Temor y temblor)
Si alguien les pregunta por él, díganle que quizá no vuelva nunca o que si regresa acaso ya nadie reconozca su rostro; díganle también que no dejó razones para nadie, que tenía un mensaje secreto, algo importante que decirles pero que lo ha olvidado. Díganle que ahora está cayendo, de otro modo y en otra parte del mundo, díganle que todavía no es feliz, si esto hace feliz a alguno de ellos; díganle también que se fue con el corazón vacío y seco y díganle que eso no importa ni siquiera para la lástima o el perdón y que ni él mismo sufre por eso, que ya no cree en nada ni en nadie y mucho menos en él mismo, que tantas cosas que vio apagaron su mirada y ahora, ciego, necesita del tacto, díganle que alguna vez tuvo un leve rescoldo de fe en Dios, en un día de sol, díganle que hubo palabras que le hicieron creer en el amor y luego supo que el amor dura lo que dura una palabra. Díganle que como un globo de aire perforado a tiros, su alma fue cayendo hasta el infierno que lo vive y que ni siquiera está desesperado y díganle que a veces piensa que esa calma inexorable es su castigo; díganle que ignora cuál es su pecado y que la culpa que lo arrastra por el mundo la considera apenas otro dato del problema y díganle que en ciertas noches de insomnio y aun en otras en que cree haberlo soñado, teme que acaso la culpa sea la única parte de sí mismo que le queda y díganle que en ciertas mañanas llenas de luz y en medio de tardes de piadosa lujuria y también borracho de vino en noches de lluvia siente cierta alegría pueril por su inocencia y díganle que en esas ocasiones dichosas habla a solas. Díganle que si alguna vez regresa, volverá con dos cerezas en sus ojos y una planta de moras sembrada en su estómago y una serpiente enroscada en su cuello y tampoco esperará nada de nadie y se ganará la vida honradamente, de adivino, leyendo las cartas y celebrando extrañas ceremonias en las que no creerá y díganle que se llevó consigo algunas supersticiones, tres fetiches, ciertas complicidades mal entendidas y el recuerdo de dos o tres rostros que siempre vuelven a él en la oscuridad y nada.
Darío Jaramillo Agudelo
Así ha resumido Juan el significado más profundo de las genealogías, y nos ha enseñado a entenderlas también como una explicación de nuestro propio origen, de nuestra verdadera «genealogía». De la misma manera que, al final, las genealogías se interrumpen, puesto que Jesús no fue generado por José, sino que nació de modo totalmente real de la Virgen María por obra del Espíritu Santo, así esto vale también ahora para nosotros: nuestra verdadera «genealogía» es la fe en Jesús, que nos da una nueva proveniencia, nos hace nacer «de Dios».
Pope Benedict XVI (La infancia de Jesús)
Hay golpes en la vida, tan fuertes… ¡Yo no sé! Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos, la resaca de todo lo sufrido se empozara en el alma… ¡Yo no sé! Son pocos; pero son… Abren zanjas oscuras en el rostro más fiero y en el lomo más fuerte. Serán tal vez los potros de bárbaros Atilas; o los heraldos negros que nos manda la Muerte. Son las caídas hondas de los Cristos del alma de alguna fe adorable que el Destino blasfema. Esos golpes sangrientos son las crepitaciones de algún pan que en la puerta del horno se nos quema [...]
César Vallejo (LOS HERALDOS NEGROS (Spanish Edition))
Después de la tempestad siempre viene la calma. Lo bueno está por venir.” Y para quienes tenemos fe y esperanza, es bueno recordar que en los momentos críticos y por más difícil que sea la aflicción, lo bueno siempre estará por venir. Recuerdo la historia de aquel náufrago que diariamente imploraba a Dios ser rescatado de una isla desierta. Oraba con mucha fe, suplicaba al creador que un barco pasara y lo rescatara. Después de muchos días en esas condiciones construyó con gran esfuerzo una pequeña choza para resguardarse de las inclemencias del tiempo. Cierto día salió a buscar alimento y al regresar encontró su choza en llamas. El hombre empezó a gritar de coraje contra Dios. Lloraba y expresaba su resentimiento por todo ese infortunio y la manera en que Dios se burlaba de su sufrimiento después de tantas oraciones. Se quedó dormido y al día siguiente lo despertó el sonido de un barco que se aproximaba a rescatarlo. Su alegría fue inmensa. Preguntó a uno de los miembros de la tripulación cómo era posible que lo hubieran encontrado “¿Qué cómo te encontramos? ¡Vimos tus señales de humo!
César Lozano (El lado fácil de la gente díficil. Que la gente conflictiva no te amargue la vida)
Es igualmente natural para nosotros ver al hombre que nos está ayudando sin ver a Cristo detrás de él. Pero no debemos permanecer como bebés. Debemos progresar hasta conocer al auténtico Dador. Es una locura no hacerlo. Porque, si no lo hacemos, estaremos dependiendo de los seres humanos. Y eso va a decepcionarnos. Los mejores de entre ellos cometerán errores; todos van a morir. Debemos estar agradecidos a todos aquellos que nos han ayudado; debemos honrarlos y amarlos. Pero jamás, jamás pongáis toda vuestra fe en ningún ser humano: aunque sea el mejor y más sabio del mundo entero.
C.S. Lewis (Mere Christianity)
Érase cierta vez un hombre que en su infancia había oído contar la hermosa historia de cómo Dios quiso probar a Abraham, y cómo éste soportó la prueba, conservó la fe y, contra esperanza, recuperó de nuevo a su hijo. Siendo ya un hombre maduro volvió a leer aquella historia y le admiró todavía más, porque la vida había separado lo que se había presentado unido a la piadosa ingenuidad del niño. Y sucedió que cuanto más viejo se iba haciendo, tanto más frecuentemente volvía su pensamiento a este relato: su entusiasmo crecía más y más, aunque, a decir verdad, cada vez lo entendía menos.
Søren Kierkegaard (Temor y temblor (Spanish Edition))
¿Qué ha traído Cristo al mundo? Ha traído a Dios: ahora conocemos su rostro, ahora podemos invocarlo. Ahora conocemos el camino que debemos seguir como hombres en este mundo. Jesús ha traído a Dios y, con Él, la verdad sobre nuestro origen y nuestro destino; la fe, la esperanza y el amor. Sólo nuestra dureza de corazón nos hace pensar que esto es poco. Sí, el poder de Dios en este mundo es un poder silencioso, pero constituye el poder verdadero, duradero. La causa de Dios parece estar siempre como en agonía. Sin embargo, se demuestra siempre como lo que verdaderamente permanece y salva.
Pope Benedict XVI (Jesus of Nazareth: From the Baptism in the Jordan to the Transfiguration)
Necesitamos también el apoyo de esas plegarias en las que ha tomado forma el encuentro con Dios de toda la Iglesia, y de cada persona dentro de ella. En efecto, sin estas ayudas para la oración, nuestra plegaria personal y nuestra imagen de Dios se hacen subjetivas y terminan por reflejar más a nosotros que al Dios vivo. En las fórmulas de oración que han surgido primero de la fe de Israel y después de la fe de los que oran como miembros de la Iglesia, aprendemos a conocer a Dios y a conocernos a nosotros mismos. Son una escuela de oración y, por tanto, un estímulo para cambiar y abrir nuestra vida.
Pope Benedict XVI (Jesus of Nazareth: From the Baptism in the Jordan to the Transfiguration)
En el acto mismo de intentar demostrar que Dios no existía —en otras palabras, que toda la realidad carecía de sentido— descubrí que me veía forzado a asumir que una parte de la realidad — específicamente mi idea de la justicia— estaba llena de sentido. En consecuencia, el ateísmo resulta ser demasiado simple. Si todo el universo carece de significado, jamás nos habríamos dado cuenta de que carece de significado, del mismo modo que, si no hubiera luz en el universo, y por lo tanto ninguna criatura tuviese ojos, jamás habríamos sabido que el universo estaba a oscuras. La palabra oscuridad no tendría significado.
C.S. Lewis (Mere Christianity)
Cuando leíamos el capítulo veinticinco de Mateo, ¿notaron cómo los que estaban a la izquierda fueron condenados, no por lo que hicieron, sino por lo que no hicieron: “Tuve hambre, y no me disteis de comer; tuve sed, y no me disteis de beber”? Según esta regla, ¿dónde se encuentran algunos de ustedes que han vivido en el descuido de la santidad y en el descuido de la fe y en el descuido del arrepentimiento delante de Dios a lo largo de todos sus días? Considérenlo, se los ruego. Recuerden, también, que todas nuestras palabras saldrán a relucir. De cada palabra ociosa que hable el hombre tendrá que rendir cuentas.
Charles Haddon Spurgeon (El juicio final (Spanish Edition))
He ido encontrando tesoros en lugares que no queria buscar. He estado escuchando sabiduría de bocas que no quería escuchar. He ido encontrando belleza donde no queria mirar. Y he aprendido mucho de los viajes que no queria tomar. Perdóname; porque he estado cerrando los oídos y los ojos durante demasiado tiempo he aprendido que los milagros sólo son llamados milagros porque a menudo son vistos por sólo aquellos que pueden ver a través de las ilusiones de la vida. Estoy dispuesto a ver lo que realmente existe en el otro lado, lo que existe detrás de las persianas, y probar la fruta fea en lugar de la que parece bonita, y madura.
Suzy Kassem (Rise Up and Salute the Sun: The Writings of Suzy Kassem)
San Agustín explica que el sufrimiento es la herencia desde que Adán mezcló nuestra copa de dolor y fatigas. A nadie se le dispensa de ese cáliz, el llanto del recién nacido da fe de ello. Nuestra naturaleza se resiste a él. Jesús responde ante el dolor aceptándolo y sometiéndose a él. Jesús no está libre de temores pero están ordenados. En Getsemaní teme lo que va a suceder pero es mayor su temor a desobedecer la voluntad del Padre. Jesús enseña que hay cosas por encima de la vida física. Hay un cielo que no es algo lejano en el espacio ni en el tiempo. Empieza con nosotros en el Bautismo y crece cada vez que bebemos la Copa Eucarística.
Scott Hahn (The Fourth Cup: Unveiling the Mystery of the Last Supper and the Cross)
¿QUÉ, pues, diremos que halló Abraham nuestro padre según la carne? 2 Que si Abraham fué justificado por la obras, tiene de qué gloriarse; mas no para con Dios. 3 Porque ¿qué dice la Escritura? Y creyó Abraham á Dios, y le fué atribuído á justicia. 4 Empero al que obra, no se le cuenta el salario por merced, sino por deuda. 5 Mas al que no obra, pero cree en aquél que justifica al impío, la fe le es contada por justicia. 6 Como también David dice ser bienaventurado el hombre al cual Dios atribuye justicia sin obras, 7 Diciendo: Bienaventurados aquellos cuyas iniquidades son perdonadas, Y cuyos pecados son cubiertos. 8 Bienaventurado el varón al cual el Señor no imputó pecado.
Anonymous (SANTA BIBLIA: Reina-Valera 1909)
—Él me hizo un hombre nuevo, un verdadero Lázaro, un resucitado —me decía—. Él me dio fe. —¿Fe? —le interrumpía yo. —Sí, fe, fe en el consuelo de la vida, fe en el contento de la vida. Él me curó de mi progresismo. Porque hay, Ángela, dos clases de hombres peligrosos y nocivos: los que convencidos de la vida de ultratumba, de la resurrección de la carne, atormentan, como inquisidores que son, a los demás para que, despreciando esta vida como transitoria, se ganen la otra, y los que no creyendo más que en este... —Como acaso tú... —le decía yo. —Y sí, y como Don Manuel. Pero no creyendo más que en este mundo, esperan no sé qué sociedad futura, y se esfuerzan en negarle al pueblo el consuelo de creer en otro...
Miguel de Unamuno (San Manuel Bueno, mártir)
Al negar toda autoridad trascendente se afirma que es el hombre quien se da el poder a sí mismo. A partir de ahí, como podemos ver en tantos ejemplos cercanos, se puede negar la potestad de los padres sobre los hijos, la validez de la Ley Natural o la misma existencia de una naturaleza humana quedando toda vida humana amenazada por la arbitrariedad del consenso. Así, la absolutización de lo humano a partir de la negación de lo divino irá acercando el advenimiento del Anticristo. Newman se fija más en los signos que señalan la gran apostasía y que vincula al hecho de que todos los ámbitos de la vida social y política se estaban separando de lo religioso, intentando construir una vida humana sin ninguna referencia a Dios. La gran apostasía, en la que se enfriará la fe de muchos, precederá a la manifestación del Anticristo.
John Henry Newman (Cuatro sermones sobre el Anticristo: La idea patrística del Anticristo en cuatro sermones (Religión) (Spanish Edition))
Ayúdalo a entender que “nuestra lucha no es contra seres humanos, sino contra poderes, contra autoridades, contra potestades que dominan este mundo de tinieblas, contra fuerzas espirituales malignas en las regiones celestiales” (Efesios 6:12). Oro para que esté fuerte en el Señor y que se ponga toda la armadura de Dios, para que pueda hacer frente a las artimañas del diablo en el día malo. Ayúdalo a ceñir sus lomos con el cinturón de la verdad y protegerse con la coraza de justicia, calzados sus pies con la disposición de proclamar el evangelio de la paz. Ayúdalo a tomar el escudo de la fe, con el cual pueda apagar todas las flechas encendidas del maligno. Oro para que tome el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, la cual es la Palabra de Dios, orando siempre en el Espíritu con toda oración y súplica, vigilando y manteniéndose
Stormie Omartian (El Poder de la Esposa que Ora)
Ayúdalo a entender que “nuestra lucha no es contra seres humanos, sino contra poderes, contra autoridades, contra potestades que dominan este mundo de tinieblas, contra fuerzas espirituales malignas en las regiones celestiales” (Efesios 6:12). Oro para que esté fuerte en el Señor y que se ponga toda la armadura de Dios, para que pueda hacer frente a las artimañas del diablo en el día malo. Ayúdalo a ceñir sus lomos con el cinturón de la verdad y protegerse con la coraza de justicia, calzados sus pies con la disposición de proclamar el evangelio de la paz. Ayúdalo a tomar el escudo de la fe, con el cual pueda apagar todas las flechas encendidas del maligno. Oro para que tome el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, la cual es la Palabra de Dios, orando siempre en el Espíritu con toda oración y súplica, vigilando y manteniéndose fuerte hasta el fin (Efesios 6:13-18).
Stormie Omartian (El Poder de la Esposa que Ora)
«Cuando nos encontremos en medio de las tinieblas, procuremos que no nos turben, especialmente en el caso de que no seamos nosotros su causa. Porque la providencia de Dios permite todo esto por razones que tan sólo ella conoce. En ese momento, nuestra alma se encuentra angustiada, como en medio de una tempestad. Y si uno quiere buscar fuerzas mediante un libro o una liturgia, o si se apoya sobre cualquier otra cosa, lo más que consigue o recibe de esa forma, incluso después de haber dejado de apoyarse en ello, no es sino tiniebla sobre tiniebla. En ese momento cree que su situación no podrá cambiar o que nunca recuperará la paz. Esta es una hora llena de desesperación y de miedo; y la esperanza en Dios y el consuelo de la fe quedan completamente borrados del alma, la cual se encuentra enteramente sumida en la duda y el miedo» (Isaac de Nínive, El don de la humildad, Sígueme, Salamanca 2007, 68).
Fernando Rivas Rebaque (Terapia de las enfermedades espirituales en los padres de la Iglesia (colección Betel) (Spanish Edition))
La respuesta de Jesús al Buen Ladrón va más allá de la petición. En lugar de un futuro indeterminado habla de un «hoy»: «Hoy estarás conmigo en el paraíso» (Lc 23,43) También estas palabras están llenas de misterio, pero nos enseñan ciertamente una cosa: Jesús sabía que entraba directamente en comunión con el Padre, que podía prometer el paraíso ya para «hoy». Sabía que reconduciría al hombre al paraíso del cual había sido privado: a esa comunión con Dios en la cual reside la verdadera salvación del hombre. Así, en la historia de la espiritualidad cristiana, el buen ladrón se ha convertido en la imagen de la esperanza, en la certeza consoladora de que la misericordia de Dios puede llegarnos también en el último instante; la certeza de que, incluso después de una vida equivocada, la plegaria que implora su bondad no es vana. «Tú que escuchaste al ladrón, también a mí me diste esperanza», reza, por ejemplo, el Dies irae.
Pope Benedict XVI (Jesus of Nazareth, Part Two: Holy Week: From the Entrance into Jerusalem to the Resurrection)
La felicidad es a veces una bendición, pero por lo general es una conquista. El instante mágico del día nos ayuda a cambiar, nos hace ir en busca de nuestros sueños. Vamos a sufrir, vamos a tener momentos difíciles, vamos a afrontar muchas desilusiones…, pero todo es pasajero, y no deja marcas. Y en el futuro podemos mirar hacia atrás con orgullo y fe. Pobre del que tiene miedo de correr riesgos. Porque ése quizá no se decepcione nunca, ni tenga desilusiones, ni sufra como los que persiguen un sueño. Pero al mirar hacia atrás —porque siempre miramos hacia atrás— oirá el corazón que le dice: «¿Qué hiciste con los milagros que Dios sembró en tus días? ¿Qué hiciste con los talentos que tu Maestro te confió? Los enterraste en el fondo de una cueva, porque tenías miedo de perderlos. Entonces, ésta es tu herencia: la certeza de que has desperdiciado tu vida.» Pobre de quien escucha estas palabras. Porque entonces creerá en milagros, pero los instantes mágicos de su vida ya habrán pasado.
Paulo Coelho (By the River Piedra I Sat Down and Wept)
Freud, Proust y Lawrence han situado el amor en lo humano y no vamos a cuestionar donde lo han puesto: sin embargo, tampoco se tiene que definir el amor como lo hacen ellos, sólo como deseo, porque eso excluye el Amor Divino, que, aunque también puede ser deseo, deseo Divino, es otro tipo de deseo que está fuera del hombre y puede elevarlo. El deseo del hombre por Dios está asentado en su inconsciente y busca satisfacción en la posesión física de otro ser humano. Este apego a los aspectos sensuales es necesariamente pasajero y se desvanece, puesto que es un pobre sustituto de lo que el inconsciente busca. Cuanto más consciente se vuelve el deseo de Dios, más satisfactoria es la unión con la otra persona, porque la inteligencia entiende esa relación en relación con un deseo mayor, y si esa inteligencia está presente en las dos partes, la fuerza motriz hacia el deseo de Dios se vuelve doble y consigue parecerse a Dios. El hombre moderno, que vive al margen de la fe, de la posibilidad de convertir su deseo de Dios en un deseo consciente, se ahoga en su propio planteamiento, que ve el amor físico como un fin en sí mismo. De ahí que lo sentimentalice, se regodee y luego lo trate con cinismo.
Flannery O'Connor (Diario de oración (Literaria nº 13) (Spanish Edition))
Pongamos un ejemplo: Un hombre se ha perdido en el desierto y sufre una sed horrible; siéntese desfallecer y se deja caer en el suelo; ruega a Dios que le asista, y espera; pero ningún ángel viene a traerle agua. Sin embargo, un buen espíritu le ha "sugerido" el pensamiento de levantarse, seguir uno de los senderos que se presentan ante él, y entonces por un movimiento maquinal, se reviste de ánimo, se levanta y marcha a la ventura. Llega a una colina, descubre lejos un arroyuelo, y a esta vista, recobra ánimo. Si tiene fe, exclamará: "Gracias, Dios mío, por el pensamiento que me habéis inspirado y por la fuerza que me habéis dado". Si no tiene fe, dirá: "¡Qué buen pensamiento he tenido! ¡Qué suerte haber tomado el camino de la derecha más bien que el de la izquierda! la casualidad, verdaderamente, nos sirve bien algunas veces. ¡Cuánto me felicito por mi valor en no dejarme abatir!" Pero dirán algunos: "¿por qué el buen espíritu no le dijo bien claro, sigue esta senda, y al extremo encontrarás lo que te hace falta? ¿Por qué no se le ha manifestado, para guiarle y sostenerle en su abatimiento? De este modo le hubiera convencido de la intervención de la Providencia". En primer lugar sucede así para enseñarle que debe ayudarse a sí mismo y hacer uso de sus propias fuerzas, y luego, por tal incertidumbre, Dios pone a prueba la confianza que en El se tiene, así como la sumisión a su voluntad.
Allan Kardec (El Evangelio segun los Espiritus (Spanish Edition))
En enero de ese año, en las proximidades del molino de un granjero suizo a orillas del Río Americano, un individuo de apellido Marshall había encontrado en el agua una escama de oro. Esa partícula amarilla, que desató la locura, fue descubierta nueve días después que terminó la guerra entre México y Estados Unidos con la firma del Tratado de Guadalupe Hidalgo. Cuando se regó la noticia, California ya no pertenecía a México. Antes que se supiera que ese territorio estaba sentado sobre un tesoro de nunca acabar, a nadie le importaba demasiado; para los americanos era región de indios y los pioneros preferían conquistar Oregón, donde creían que se daba mejor la agricultura. México lo consideraba un peladero de ladrones y no se dignó enviar sus tropas para defenderlo durante la guerra. Poco después Sam Brannan, editor de un periódico y predicador mormón enviado a propagar su fe, recorría las calles de San Francisco anunciando la nueva. Tal vez no le habrían creído, pues su fama era algo turbia —se rumoreaba que había dado mal uso al dinero de Dios y cuando la Iglesia mormona le exigió devolverlo, replicó que lo haría... contra un recibo firmado por Dios— pero respaldaba sus palabras con un frasco lleno de polvo de oro, que pasó de mano en mano enardeciendo a la gente. Al grito de ¡oro! ¡oro! tres de cada cuatro hombres abandonaron todo y partieron a los placeres. Hubo que cerrar la única escuela, porque no quedaron ni los niños.
Isabel Allende (Hija de la fortuna (Trilogía involuntaria, #1))
Elle Wiesel, premio Nobel, había vivido sólo para Dios durante su infancia en Hungría; su vida había estado configurada por el Talmud y esperaba ser iniciado un día en los misterios de la cábala. Cuando era niño lo llevaron a Auschwitz y, después, a Buchenwald. Durante su primera noche en el campo de concentración, al ver el humo negro que subía en espiral hacia el cielo desde el horno crematorio donde iban a meter los cuerpos de su madre y de su hermana, experimentó que las llamas habían consumido su fe para siempre. Se encontraba en un mundo que correspondía objetivamente al mundo sin Dios imaginado por Nietzsche. «Nunca olvidaré aquel silencio nocturno que me privó, para siempre, del deseo de vivir —escribió años más tarde—. Nunca olvidaré esos momentos en que asesinaron a mi Dios y a mi alma y que convirtieron mis sueños en polvo.»[33] Un día la Gestapo iba a colgar a un niño. Incluso las S. S. estaban preocupadas por la idea de colgar a un niño ante miles de espectadores. El niño —que, como recuerda Wiesel, tenía la cara de un «ángel de ojos tristes»—, estaba silencioso, lívidamente pálido y casi tranquilo al subir a la horca. Detrás de Wiesel, uno de los prisioneros preguntó: «¿Dónde está Dios? ¿Dónde está?». El niño tardó media hora en morir mientras a los prisioneros se los obligaba a mirarlo de frente. El mismo hombre preguntó de nuevo: «¿Dónde está Dios ahora?». Y Wiesel oyó, dentro de sí, una voz que respondía: «¿Dónde está? Está aquí, pendiendo de esta horca».
Karen Armstrong (Una historia de Dios: 4000 años de búsqueda en el judaísmo, el cristianismo y el islam (Contextos) (Spanish Edition))
les dije que la vida humana nunca, bajo ninguna circunstancia, deja de tener sentido, y que este sentido infinito de la vida incluye también el sufrimiento y la agonía, las privaciones y la muerte. Rogué a aquellas pobres criaturas que escuchaban en la oscuridad del barracón que encararan con entereza la gravedad de nuestra situación. No debían dejarse abatir por el desánimo, sino conservar la confianza y el coraje, conscientes de que ni siquiera la falta de perspectivas de nuestra desesperada lucha podía arrebatarles su sentido y su dignidad. Les aseguré que en las horas difíciles siempre había alguien —un amigo, una esposa, una persona viva o muerta, o un Dios— que observaba nuestro comportamiento ante el destino; y ese alguien deseaba que no lo decepcionáramos, al contrario, esperaba que sufriéramos con orgullo —y no miserablemente— y que muriéramos con dignidad. Finalmente mencioné nuestro sacrificio de aquel momento, que para cada uno tenía su propio significado. Les expliqué que ese sacrificio parecería absurdo en el mundo normal, donde impera el éxito material. Pero en realidad nuestro sacrificio sí tenía un sentido. Los que profesan una fe religiosa, dije con franqueza, no tendrán dificultad en entenderlo. Les hablé de un compañero que, al ingresar en el campo, se había ofrecido al cielo para que su sufrimiento y su muerte liberaran de un doloroso final al ser que amaba. Para ese hombre el sufrimiento y la muerte tenían un sentido, su sacrificio poseía el significado más profundo. No quería morir en vano, ninguno de nosotros lo queríamos
Viktor E. Frankl (El Hombre en Busca de Sentido)
Lo había conocido años atrás cuando asistió a una de mis cruzadas, donde lloró arrepentido y oró pidiendo ser salvo. Aquella noche salió de la sala de oración con verdadero gozo en su corazón. Pero ahora se veía completamente desolado; nunca en mi vida había visto un rostro joven tan triste. Me dijo: —Señor Wilkerson, no sé hacia dónde encaminarme. No tengo gozo, y Dios parece estar muy lejos. Me siento tentado, y temo que voy a caer en el pecado y perder mi contacto con Dios. ¡No siento nada más que temor y temblor! Le puse la mano en el hombro y le dije: — Hijo, esta es tu hora de prueba. Dios te está probando para ver qué hay en tu corazón. ¿Estás dispuesto a arrepentirte, aceptar su perdón y seguir acercándote a la Luz? Dios no te ha abandonado. De repente empezaron a correrle lágrimas por las mejillas: — ¿Quiere decir que en realidad Dios no está enojado conmigo? — No — respondí. — Y este desasosiego y desesperanza que tengo, ¿será resultado de algún hábito terrible en mi vida? — me preguntó. Le dije que eso sólo él podía contestarlo. — Pues no, no lo creo — replicó él. Entonces, de pronto, comenzó a ver la luz: ¡después de todo no era culpa de Dios! Era su descuido de la oración y del hambre por la Palabra, durante su temporada de sufrimiento, lo que le había hecho temer y tropezar. En ese momento el Espíritu del Señor comenzó a dispensarle esperanza; levantó sus manos y alabó al Señor: “Ayúdame a salir de esto, Señor. ¡Restaura mi fe!” Cuando me despedí de él, le estaba dando gracias a Dios por hacerlo retornar a un compromiso sólido. El Espíritu Santo estaba comenzando a resplandecer de nuevo en él.
David Wilkerson (Tenemos hambre de Cristo: Experimentando su presciencia en tiempos difíciles)
Estas cosas ocurren en verdad de cuando en cuando. El 3 de noviembre de 1985, el gobierno de Myanmar anunció inesperadamente que los billetes de 25, 50 y 100 kyats ya no eran moneda legal. A la gente no se le dio la oportunidad de cambiar los billetes, y los ahorros de toda una vida se convirtieron instantáneamente en montones de papel inútil. Para reemplazar los que habían quedado fuera de circulación, el gobierno emitió nuevos billetes de 75 kyats, supuestamente en honor del septuagésimo quinto aniversario del dictador de Myanmar, el general Ne Win. En agosto de 1986 se emitieron billetes de 15 y 35 kyats. Los rumores indicaban que el dictador, que tenía una enorme fe en la numerología, creía que el 15 y el 35 son números de la suerte. No supusieron mucha suerte para sus súbditos. El 5 de septiembre de 1987, el gobierno decretó sin más que todos los billetes de 15 y 35 kyats ya no eran moneda. El valor del dinero no es lo único que puede evaporarse cuando la gente deja de creer en ello. Lo mismo puede ocurrir con leyes, dioses e incluso imperios enteros. En un momento dado están atareados modelando el mundo, y al siguiente ya no existen. Zeus y Hera fueron antaño poderes importantes en la cuenca del Mediterráneo, pero actualmente carecen de toda autoridad, porque nadie cree en ellos. La Unión Soviética podía haber destruido antaño a toda la especie humana, pero dejó de existir de un plumazo. A las dos de la tarde del 8 de diciembre de 1991, en una dacha estatal cerca de Viskuli, los líderes de Rusia, Ucrania y Bielorrusia firmaron los Acuerdos de Belavezha, que declaraban: «Nosotros, la República de Bielorrusia, la Federación Rusa y Ucrania, como estados fundadores de la URSS que firmaron el tratado de unión de 1922, por la presente establecemos que la URSS, como sujeto de ley internacional y realidad geopolítica, deja de existir».[25] Y eso fue todo. Ya no había Unión Soviética.
Yuval Noah Harari (Homo Deus: Breve historia del mañana)
La psicología occidental considera que la mente es lo que se conoce como la función intelectual de la psique. La mente es la «mentalidad» de un individuo. En la esfera filosófica es todavía posible tropezarse con una mente universal impersonal que parece constituir un residuo del «alma» humana original. Esta imagen de nuestra concepción occidental puede parecer algo drástica, pero a mi modo de ver no se alejaría en demasía de la verdad. Sea de ello lo que fuere, algo muy similar sale a nuestro encuentro cuando observamos la mentalidad oriental. En Oriente la mente es un principio cósmico, la esencia del ser en cuanto tal, mientras que en Occidente hemos llegado a la conclusión de que la mente es la condición indispensable del conocimiento y, por ende, del mundo como representación. En Oriente no existe ningún conflicto entre la ciencia y la religión, ya que no existe una ciencia basada en la pasión por los hechos, y tampoco una religión que repose exclusivamente en la fe; lo que observamos es un conocimiento religioso y una religión gnóstica1. Entre nosotros el hombre es infinitamente pequeño, y la gracia de Dios lo significa absolutamente todo. En Oriente, en cambio, el hombre es Dios, así como el artífice de su propia redención. Los dioses del budismo tibetano son proyecciones creadas por la mente y forman parte de la esfera de la separación ilusoria, pero, pese a ello, disfrutan de existencia. En cambio, en lo que a nosotros concierne, una ilusión no es más que una ilusión y, por ende, nada en absoluto. Por paradójico que sea afirmarlo, lo cierto es que entre nosotros las ideas carecen en último término de realidad; hacemos uso de ellas como si no existieran. Aunque entra dentro de lo posible que la idea sea correcta, suponemos que, si existe, lo hace tan solo en virtud de los hechos por ella formulados. Con la ayuda de estas multicolores creaciones de la fantasía, ideas que carecen de existencia real, somos capaces de crear cosas sumamente destructivas, como, por ejemplo, la bomba atómica. Pero si alguien barajara en serio la hipótesis de que las ideas son reales, le retiraríamos de inmediato nuestro crédito.
C.G. Jung (Psicología de la religión oriental (Pliegos de Oriente) (Spanish Edition))
Es indudable y evidente que no son cristianos si creemos lo que ha dicho el Señor: los cristianos viven en santidad, ellos viven en iniquidad; los cristianos aman a Dios, ellos aman al mundo; los cristianos son humildes, ellos son orgullosos; los cristianos son amables, ellos son impulsivos; los cristianos tienen el sentir que hubo también en Cristo Jesús,19 ellos están muy lejos de alcanzarlo. Por lo tanto son tan cristianos como son arcángeles. Sin embargo, creen que lo son y pueden presentar numerosas razones para probarlo. En primer lugar, durante toda su vida los han llamado así, y fueron bautizados hace muchos años; han adoptado «las ideas cristianas», comúnmente llamadas fe cristiana o católica; usan «formas de culto cristianas», como lo hicieron sus padres antes que ellos, y, finalmente, viven una «buena vida cristiana» al igual que el resto de sus vecinos. ¿Quién, entonces, se atreverá a pensar o decir que estas personas no son cristianas? Sin embargo, no tienen un ápice de auténtica fe en Cristo o de verdadera santidad interior. ¡Jamás han experimentado el amor de Dios o fueron hechos partícipes del Espíritu Santo!20 17. ¡Pobre gente! No hacen otra cosa que engañarse a sí mismos. Ustedes no son cristianos; son entusiastas en grado sumo. Me podrán decir: «Médico, cúrate a ti mismo».21 De acuerdo, pero primero deben conocer qué enfermedad tienen. Toda su vida se reduce al entusiasmo, en el sentido de que viven imaginando que recibieron la gracia de Dios cuando no es así. Como consecuencia de este tremendo error, continúan equivocándose día tras día, hablando y actuando bajo una apariencia que en verdad no les pertenece. De aquí surge esa incoherencia tan palpable y visible que atraviesa todas sus acciones, y que es una extraña mezcla de paganismo real y cristianismo imaginario. Sin embargo, como tienen a la gran mayoría de su lado, guiándose por los números siempre podrán argumentar que son las únicas personas en su sano juicio, y que son dementes quienes no compartan sus ideas. Pero esto no altera la verdadera naturaleza de las cosas. Ante los ojos de Dios y de sus ángeles, y aun ante los hijos de Dios en la tierra, ustedes no son otra cosa que dementes, entusiastas nada más.
Justo L. González (Obras de Wesley, Tomo I-II)
—No hay un solo pueblo que haya organizado su vida según los principios de la razón y la ciencia. No ha habido nunca un ejemplo de ello, o quizá sólo durante un momento y eso por estupidez. El socialismo, por su índole misma, tiene que ser ateísmo, puesto que proclama desde el primer momento que es una institución atea y que trata de organizarse exclusivamente según los principios de la ciencia y la razón. Ahora bien, en la vida de los pueblos, la ciencia y la razón han cumplido un menester tan secundario como auxiliar; y lo seguirán cumpliendo por los siglos de los siglos. Los pueblos se forman y mueven por otro género de fuerza que los conduce y rige, cuyo origen es desconocido e inexplicable. Esa fuerza es la del anhelo infatigable de llegar hasta el fin, al mismo tiempo que niegan que haya un fin. Es el espíritu de la vida, o, como dice la Escritura, «los ríos de agua viva» con cuya posibilidad de secarse nos intimida el Apocalipsis. Es un principio estético, como dicen los filósofos, un principio ético con el cual lo identifican. La «búsqueda de Dios», como yo lo llamo de modo más sencillo. La meta de todo movimiento popular, en cualquier pueblo y momento de su existencia, es únicamente la búsqueda de Dios, de su Dios, del suyo propio, y de la fe en él como único verdadero. Dios es la personalidad sintética de todo un pueblo, considerada desde el principio hasta el fin. Nunca se ha dado el caso de que todos los pueblos, o muchos de ellos, tengan un solo Dios común, sino que siempre ha tenido cada uno el suyo. Cuando los dioses comienzan a ser comunes, ocurre la primera señal de descomposición de la nacionalidad. Cuanto más poderoso es un pueblo, más individual debe ser su dios. No hay pueblo sin religión, es decir, sin noción del bien y del mal. Ahora, cuando entre muchos pueblos surgen nociones comunes del bien y del mal, esos pueblos mueren, y hasta la misma diferencia entre el bien y el mal comienza a desdibujarse y termina desapareciendo. Nunca ha podido la razón definir el bien y el mal, ni distinguir siquiera aproximadamente el bien del mal; al contrario, los ha mezclado de manera vergonzosa y lamentable. La ciencia sin embargo no ha dado sino soluciones basadas en la fuerza bruta. En ello ha descollado en particular la semiciencia, el más terrible azote de la humanidad, peor que cualquier peste, peor que el hambre y la guerra. La semiciencia es un déspota de una fauna jamás vista hasta ahora, un déspota que tiene sus sacerdotes y sus esclavos, un déspota ante quien todos hincan la frente con amor y temor supersticioso inconcebibles hasta ahora, y ante quien tiembla y se rinde vergonzosamente la ciencia misma. Éstas son las mismísimas palabras de usted, Stavrogin, salvo las referentes a la semiciencia. Ésas son mías, porque yo no tengo más que semiciencia y, por lo tanto, le tengo un odio especial. Además, no he cambiado ni una sola de sus palabras y tampoco ni una sola de sus ideas.
Fyodor Dostoevsky (Demons)
«Primero hemos de dejar de lado la vertiente norte, Siberia. Se halla fuera del ámbito de nuestro estudio. Las características del país no le permiten ser un escenario para la cultura histórica ni crear una forma propia en la historia universal» [Hegel, Lecciones sobre filosofía de la historia Universal]. Podemos imaginar el asombro de Dostoyevski cuando leyó estas líneas a la luz de una vela de sebo. Y su desesperación al ver que allá en Europa, por cuyas ideas había sido condenado a muerte y finalmente desterrado, no se prestaba atención alguna a su sufrimiento. Porque él sufría en Siberia, en aquel mundo que no formaba parte de la historia. Por eso, desde la perspectiva europea, tampoco había esperanza de salvación. Dostoyevski podía considerar con toda razón que no sólo había sido desterrado a Siberia, sino expulsado a la no existencia. Únicamente un milagro podía salvarlo, un milagro cuya posibilidad no sólo excluía Hegel, sino también el espíritu europeo de la época. Aquel espíritu proclamaba en voz alta la existencia de Dios, pero rechazaba la idea de que Dios pudiera dar no sólo órdenes generales, sino también singulares, referidas al individuo; aquel espíritu situaba las leyes naturales por encima de todo y negaba lo que Dostoyevski formularía más tarde diciendo que uno puede rebelarse incluso contra el resultado de la multiplicación de dos por dos. (…) Muy posiblemente, justo cuando se enteró de que había sido apartado de la historia por la cual había soportado todas aquellas persecuciones, nació en él la convicción de que la vida tal vez posee ciertas dimensiones que no tienen cabida en la historia, de que la prueba de la propia existencia no puede limitarse a los criterios de la existencia histórica. De que el ser humano, si siente y experimenta realmente el peso de su existencia, se desprende al mismo tiempo de la historia y entonces el peso de cuanto se halla allende la historia cae sobre él del mismo modo en Berlín que en Semipalatinsk. Y de que es preciso apartarse de la historia para poder observar los límites y restricciones de la existencia histórica. Sin embargo, para ello hay que admitir también la posibilidad del milagro, que suprime el carácter excluyente del espacio y del tiempo. Y si el propio Hegel admite que ciertos territorios geográficos se desgajan de la historia, tal cosa también significa que la historia no dispone de la ilimitación divina: la rodea algo que está más allá de la historia. Es decir, lo necesario linda con lo imposible, lo natural con lo sobrenatural, lo legal con lo arbitrario, la política con la teología. Pero lo que se encuentra más allá de las fronteras, también se infiltra en el interior. Sólo se puede excluir aquello que nos ha afectado por dentro. El hecho de haber sido expulsado de la historia debe de haber propiciado la fe de Dostoyevski en los milagros; pero también la experiencia de que la organización moderna del mundo obedece a una ley implacable. La historia manifiesta su esencia a quienes antes ha excluido. Esta idea jamás se le ocurrió a Hegel, y eso que se pasó una década impartiendo clases sobre historia. Dostoyevski, en cambio, no necesitó una década para llegar a esta conclusión. Vivió en carne propia el hecho de que ninguna época rechazaba el sufrimiento tal como hacía la cultura iniciada por la Ilustración, con el resultado de que no suprimía el sufrimiento, sino que únicamente lo tapaba, pues ella misma se basaba en el sufrimiento. El sufrimiento silenciado y ocultado sale a la luz y resulta imposible de esconder cuando los límites del ámbito de influencia se vuelven visibles, concretamente para quienes han salido (o han sido expulsados) de la historia. Bien es cierto que tal percepción —que es una verdadera Ilustración— no suprime el sufrimiento to, pero permite que éste, en vez de consumir al hombre por dentro cuando queda reprimido, conduzca a algo así como la redención, es decir, al equilibrio interno, a la salud.
László F. Földényi (Dostoyevski lee a Hegel en Siberia y rompe a llorar (Satelites))
La única manera de caminar valiente y confiadamente hacia un futuro desconocido es apostarlo todo en el poder, la bondad y la fidelidad de Dios.
David Jeremiah (¿A qué le tienes miedo?: Vence tus temores con la fe (Spanish Edition))
En lo que tiene fe mi hermana es en el conocimiento. Su sagrada escritura es el diccionario Oxford. Cuando inclina la cabeza sobre el texto, pasando las páginas con sus raudos dedos, está con su Dios.
Elizabeth Gilbert (Come, reza, ama)
comprendí que lo que importa es la obra: la serie de palabras impelidas por Dios que se concreta en un poema, la trama de color y grafito garabateada en la lámina que expande su divino movimiento. Lograr en la obra un equilibrio perfecto entre fe y ejecución. De este estado mental emana una luz, preñada de vida.
Anonymous
Pido que Dios pueda vivir en sus corazones por la fe. Y oro para que ustedes sean llenos de Su amor. Pido que puedan entender lo ancho, lo largo, lo alto y lo profundo que es Su amor.
Anonymous (El Libro de Promesas de la Biblia: The Bible Promise Book (Spanish Edition))
buscar la verdad divina por encima de las experiencias es la meta del hijo de Dios, lo novedoso, místico y misterioso caracteriza a los falsos maestros, ellos no deben ser oídos, cada experiencia en particular podrá aportar algo a cada quien, pero no es la norma de fe y conducta, la naturaleza o las enseñanzas experimentales de la vida tampoco, el querer lo nuestro por encima de la gloria de Dios tampoco es lo aconsejable, no somos llamados al éxito ni al positivismo, en algunos casos tampoco a la felicidad pero sí a ser discípulos del Señor Jesucristo: “Y decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame.
Jairo Mendoza (Teologías Raras en la Iglesia Cristiana Hoy: ¡Ya han entrado sigilosamente y están entre nosotros! (Spanish Edition))
Allan Anderson, An Introduction to Pentecostalism, p. 221. Anderson escribió: «Aparte del hecho de que esta enseñanza fomenta el “sueño americano” del capitalismo y promueve la ética del éxito, entre sus características más cuestionables se encuentra la posibilidad de que la fe humana sea colocada por encima de la soberanía y la gracia de Dios. La fe se convierte en una condición para la acción de Dios y la fortaleza de la fe se mide por los resultados. La prosperidad material y financiera y la salud a veces son vistas como una prueba de la espiritualidad y el papel positivo y necesario de la persecución y el sufrimiento a menudo son pasados por alto».
John F. MacArthur Jr. (Fuego extraño: El peligro de ofender al Espíritu Santo con adoración falsa (Spanish Edition))
La gente de fe no puede darse el lujo de ser pasiva ni despreocupada. Posiblemente si somos suficientemente lindos, ellos sabrán que somos verdaderos creyentes y que Dios es real. Después de todo, ¿que no la Biblia dice que “prediquemos el evangelio y si es necesario utilicemos palabras”? Bien, no es así. Esa frase generalmente se le atribuye a San Francisco de Asís, pero se duda que él lo haya dicho. Aunque ciertamente debemos tratar con dignidad a quienes expresan hostilidad hacia Dios, también debemos estar preparados para expresar la verdad con audacia. Nadie dijo que sería fácil. Incluso el gran evangelista y apóstol de la iglesia primitiva, Saulo de Tarso, le pedía a la gente que orara por él para que pudiera hablar “con denuedo [ . . . ] como debo hablar” (Efesios 6:20). La evidencia del Nuevo Testamento es que los apóstoles y los primeros cristianos poseían esta audacia para proclamar el evangelio a riesgo de su propia vida. Nosotros debemos, por lo menos, ser tan audaces en nuestro testimonio de Cristo como los escépticos lo son en sus ataques contra la fe.
Rice Broocks (Dios no está muerto: La evidencia de Dios en una época de incertidumbre)
No se equivoque, los ateos presentan su argumento con un gran fervor. Ellos aseguran que no hay ninguna prueba racional de la existencia de Dios, que la Biblia es un cuento de hadas y de contradicciones, y que la religión en general es algo malo. Además acusan de que quien razona y no se engaña a sí mismo llegará a las mismas conclusiones. Ellos se deleitan con la gente religiosa que no está preparada y que se aferra sin inteligencia a creencias que son meramente heredadas, porque tienen una fe de segunda mano. Pero estos escépticos rara vez dan un segundo vistazo para ver cuan insostenibles son sus propias perspectivas. En cambio, ellos creen que solo es cuestión de tiempo hasta que todos vean las cosas a su modo. Su estrategia es simple: 1. Utilizan la mofa y el escarnio para catalogar a la gente de fe como antiintelectual o irracional. 2. Establecen una dicotomía falsa entre la ciencia y la fe, diciéndole a la gente que elija una o la otra. 3. Mantienen un debate unilateral al no permitir una opinión discordante en la arena pública, asegurándose de que los únicos lugares donde se permitan las expresiones de fe sea estrictamente en ambientes religiosos. La triste realidad es que la estrategia está funcionando. De acuerdo con el Pew Research Center, en 2007, 83% de la Generación Y dice que nunca dudó de la existencia de Dios. En 2012, el número descendió a 68%. Esa es una caída de quince puntos en cinco años.5 Otros estudios han demostrado que más de la mitad de jóvenes de los Estados Unidos que asistieron a la iglesia, se alejarán luego de salir de la preparatoria para comenzar la universidad.6 Aunque exista una variedad de razones, una de ellas es que estos estudiantes nunca han sido preparados para tratar con las objeciones que los escépticos levantan. Los jóvenes deben tener más que una experiencia con Jesús para soportar los violentos ataques intelectuales que les esperan en la universidad.
Rice Broocks (Dios no está muerto: La evidencia de Dios en una época de incertidumbre)
Necesitamos esa renovación profunda; necesitamos que nuestra experiencia de Dios y Jesucristo se fortalezca para anunciar el Evangelio; necesitamos acoger de nuevo el Evangelio de Jesucristo, que se haga vida en nosotros, que vivamos de él, como el justo vive de la fe. De esta manera, y sólo así, evangelizaremos, atraeremos a los no creyentes y alejados.
Kiko Argüello (El Kerigma)
Cuando vayas a algún lugar en este mundo que no te satisfaga recuerda que tus ojos no pueden estar en las cosas temporales sino en las cosas eternas; que tú debes perseguir el agradar a Dios, y seguir todo esto que Pablo menciona: la justicia, la piedad y tener amistad con Dios; la fe, el confiar en Dios; el amor, el responder a Dios; la paciencia, el esperar en Dios; la mansedumbre, el ordenar tu vida bajo la mano poderosa de Dios y esperar que él te exalte para su honra y honor.
Hector Hermosillo (El aprendiz: 1 y 2 de Timoteo. Hoy (De lo celestial a lo terrenal) (Spanish Edition))
la fe en uno mismo – en el hecho de que uno es valioso a los ojos de Dios, que sin importar cuán lejos se sienta de Dios uno siempre puede volver a Él, que tiene un propósito en la vida, que tiene la fe y la confianza necesarias para tratar con los demás y la fuerza interna para cambiar los hábitos y mejorar su vida
Rebbe Nachman (La Torá del Rebe Najmán - Shemot-Vaikrá/Éxodo-Levítico)
14 Jesús, el Hijo de Dios, es nuestro gran Sumo sacerdote{h} que ha entrado{i} en el cielo.{j} Por eso debemos seguir firmes en la fe que profesamos. 15 Pues nuestro Sumo sacerdote puede compadecerse de nuestra debilidad, porque él también estuvo sometido a las mismas pruebas que nosotros; sólo que él jamás pecó.
Sociedades Bíblicas Unidas (Dios habla hoy con deuterocanónicos, edición de estudio (Spanish Edition))
Necesito precisar aquí que hay otra manera de afrontar los imposibles: dejándolos en las manos de Dios y aceptando con paz y en silencio el misterio de su Voluntad, lo que, sin duda, es la más absoluta liberación. Pero para esto se necesita una fe sólida, viva.
Ignacio Larrañaga (El arte de ser feliz)
En la búsqueda de la verdad, el punto de partida de cada uno es particular. Nadie cree en el mismo Dios, a tal punto la concepción que tenemos de Él depende de nuestra “historia”. Nadie, pese a la identidad de las palabras, ha profesado nunca la misma fe. La imagen de nuestro Dios cambia bajo el ángulo de nuestro destino. Por otra parte, la realización metafísica es la que debe cumplir una metamorfosis de esta naturaleza. Nuestra fe más ortodoxa permanece implícita en la medida en que nos es imposible explicar a cualquier otro, aunque sea nuestro mejor amigo, en qué manera sigue siendo esotérico el Principio inefable que reina más allá del Más Allá, sobre la otra faz de la oscuridad.
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RELIGIÓN Y VERDAD Cuando hablo de religión no aludo a la formal ni a la ritualista, sino a esa religión que se encuentra por debajo de todas las religiones y que nos enfrenta cara a cara con nuestro Creador.Sé... que nunca hubiera conocido a Dios si no hubiera luchado contra el mal aun a costa de la vida misma. Me esfuerzo por ver a Dios a través del servicio prestado a la humanidad pues sé que Dios no está en el cielo, ni aquí abajo, sino en cada uno. Si un hombre llega al corazón de su propia religión, también ha llegado al corazón de las otras. Las religiones son distintos caminos que convergen en el mismo punto.¿Qué importa que tomemos distintos caminos siempre que lleguemos a la misma meta? En realidad, hay tantas religiones como individuos. Que nadie, ni por un momento, abrigue el temor de que un estudio reverente de las otras religiones pueda debilitar su fe en la propia. El sistema hindú de filosofía considera que todas las religiones contienen en sí elementos de verdad y prescribe e impone una actitud de respeto y reverencia hacia todas ellas. Creo en La verdad fundamental de todas las grandes religiones del mundo
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Aparecida nos repite lo que hace mucho decían los grandes teólogos y que fue recogido por Medellín y Puebla: los pobres son nuestra opción preferencial, ellos son el sacramento del Cristo que es nuestro centro. Ya lo afirmó Benedicto XVI en la inauguración de la Conferencia: «La opción preferencial por los pobres está implícita en la fe cristológica en aquel Dios que se ha hecho pobre por nosotros para enriquecernos con su pobreza (2 Cor 8,9)».
Emilia (coord.) Robles (Aparecida: Por un nuevo tiempo de alegría y esperanza en la vida eclesial)
El discurso inaugural de Benedicto XVI anotó que «la opción preferencial por los pobres está implícita en la fe cristológica en aquel Dios que se ha hecho pobre». Hace poco, desde Roma, Francisco nos ha invitado a ser Iglesia pobre y para los pobres.
Emilia (coord.) Robles (Aparecida: Por un nuevo tiempo de alegría y esperanza en la vida eclesial)
El hecho de que tenemos una mente que razona para hacer y responder estas preguntas es un milagro en sí mismo. ¿No es esto otra prueba de la realidad de Dios? El hecho de que Dios nos permite hacer nuestras preguntas es uno de los más grandes dones para nosotros. ¿No es eso otra prueba de la confiabilidad de Dios? La fe que la Biblia enseña no se opone a la razón. No es una creencia ignorante en algo que se ha probado que es falso. No es una tentativa para forzar cada pieza en el molde de nuestros deseos. La fe bíblica está basada en el conocimiento de que aquel en el que ponemos nuestra fe ha probado que merece esa confianza. En su centro, la fe es una confianza en la persona de Jesucristo y en su poder, para que aun cuando su poder no sirva a mis metas o mis deseos, todavía confíe en Él, a causa de quien es.
Ravi Zacharias (Jesús entre otros dioses (Spanish Edition))
La Rueda de la Vida (Johnny M. Moix) - Tu subrayado en la posición 4431-4433 | Añadido el miércoles, 8 de octubre de 2014 20:28:56 Fe en Dios, fe en que jamás El enviaría a nadie algo que no fuera capaz de soportar. Fe en mí misma, fe en que sería capaz de soportar cualquier cosa que Dios me enviara, que por doloroso y angustioso que fuera, yo sería capaz de pasar por ello. ==========
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Fe en Dios, fe en que jamás El enviaría a nadie algo que no fuera capaz de soportar. Fe en mí misma, fe en que sería capaz de soportar cualquier cosa que Dios me enviara, que por doloroso y angustioso que fuera, yo sería capaz de pasar por ello.
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No hay nada que brinde tanto consuelo como aceptar que tú no debes resolverlo todo, pues Dios lo hará. Puedes entregarte a Él y esperar con paciencia. A través de Él, todo es posible. ¿Hay alguna gran decisión o algo más que para ti sea una carga en este momento? Ríndete ante Dios y permite que Él guíe tu corazón conforme avanza.
Nick Vujicic (Un corazón sin fronteras. La fe que necesitas para una vida ridiculamente positiva)
Debo obedecer a Dios en fe. Siempre que confiemos en la sabiduría divina y hagamos todo lo que nos manda, aunque no lo entendamos, estaremos afianzando la amistad con Dios.
Rick Warren (Una vida con propósito: ¿Para qué estoy aquí en la tierra?)
Fuera de la Iglesia no hay salvación. Sin la verdad no hay salvación 8. En tanto que la máxima: "Sin caridad no hay salvación", se apoya en un principio universal y prepara a todos los hijos de Dios al acceso en la felicidad suprema, el dogma: "Fuera de la Iglesia no hay salvación", no se apoya en la fe fundamental en Dios y en la inmortalidad del alma, fe común a todas las religiones, sino "en la fe especial en dogmas particulares". Es exclusivo y absoluto; en vez de unir a los hijos de Dios, los divide; en lugar de excitar el amor de sus hermanos, mantiene y sanciona la irritación entre los sectarios de los diferentes cultos, que se consideran recíprocamente como malditos en la eternidad, aun cuando fuesen parientes o amigos en este mundo; desconociendo la grande ley de igualdad ante la tumba, los separa también en el campo del reposo. La máxima: "Sin caridad no hay salvación", es la consagración del principio de la igualdad ante Dios y de la libertad de conciencia; con esta máxima por regla, todos los hombres son hermanos, y cualquiera que sea el modo de adorar a Dios, se tienden la mano y ruegan unos por otros. Con el dogma: "Fuera de la Iglesia no hay salvación", se lanzan el anatema, se persiguen y viven como enemigos; el padre no ruega por el hijo, ni el hijo por su padre, ni el amigo por el amigo; sino que se creen recíprocamente condenados para siempre. Este dogma es, pues, esencialmente contrario a las enseñanzas de Cristo y a la ley evangélica. 9. "Sin la verdad no hay salvación", sería el equivalente de: "Fuera de la Iglesia no hay salvación", y enteramente exclusivo, porque no hay una sola secta que no pretenda tener el privilegio de la verdad. ¿Qué hombre es el que puede vanagloriarse de poseerla por completo, cuando el círculo de los conocimientos se ensancha sin cesar y cuando las ideas se rectifican todos los días? La verdad absoluta es sólo patrimonio de los espíritus del orden más elevado, y la humanidad terrestre no podía pretenderla, porque no le es dado el saberlo todo; sólo puede aspirar a una verdad relativa y proporcionar a su adelantamiento. Si Dios hubiese hecho de la posesión de la verdad absoluta la condición expresa de la felicidad futura, este sería un decreto de proscripción general; mientras que la caridad aun en su más alta acepción, puede ser practicada por todos. El Espiritismo, de acuerdo con el Evangelio, admitiendo que puede uno salvarse, cualquiera que sea su creencia, con tal que observe la ley de Dios, no dice: "Fuera del Espiritismo no hay salvación"; y como no pretende enseñar aún toda la verdad, tampoco dice: "Sin la verdad no hay salvación", máxima que dividiría en vez de unir y perpetuaría el antagonismo.
Allan Kardec (El Evangelio segun los Espiritus (Spanish Edition))