Esta Cancion Quotes

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...En la vida aparecen personas de alguna parte que te marcan la existencia. Es un juego del destino que coloca en tu camino a gente que, por arte de magia, o sin ella, influyen en tu comportamiento y hasta te hacen cambiar tu forma de ser. Despliegan tal red sobre ti que quedas atrapado por su esencia, sea cual sea esta...
Blue Jeans (Canciones para Paula (Canciones para Paula, #1))
Me da la sensación de que fuimos canciones… Todo lo que tuvimos, lo que sentimos…, está en un puñado de canciones. Y lo que sentíamos duraba lo mismo que estas…, minutos.
Elísabet Benavent (Fuimos canciones (Canciones y recuerdos, #1))
¿Quién serás? ¿Donde estas? Sé que existes en algún lugar del tiempo... Dime si te deje pasar o si aun yo no te encuentro.
Dulce María
Sin querer me volví a enamorar de alguien que no esta listo para amar, de un alma volátil que no se sabe entregar...
Dulce María
Amigo mío... yo no soy lo que parezco. Mi aspecto exterior no es sino un traje que llevo puesto; un traje hecho cuidadosamente, que me protege de tus preguntas, y a ti, de mi negligencia. El "yo" que hay en mí, amigo mío, mora en la casa del silencio, y allí permanecerá para siempre, inadvertido, secreto. No quisiera que creyeras en lo que digo ni que confiaras en lo que hago, pues mis palabras no son otra cosa que tus propios pensamientos, hechos sonido, y mis hechos son tus propias esperanzas en acto. Cuando dices: "El viento sopla hacia el Este", digo: "Sí, siempre sopla hacia el Este"; pues no quiero que sepas entonces que mi mente no mora en el viento, sino en el mar. No puedes comprender mis navegantes pensamientos, ni me interesa que los comprendas. Prefiero estar a solas en el mar. Cuando es de día para tí, amigo mío, es de noche para mí; sin embargo, todavía entonces hablo de la luz del día que danza en las montañas, y de la sombra purpúrea que se abre paso por el valle; pues no puedes oír las canciones de mi oscuridad, ni puedes ver mis alas que se agitan contra las estrellas, y no me interesa que oigas ni que veas lo que pasa en mí; prefiero estar a solas con la noche. Cuando tú subes a tu Cielo yo desciendo a mi Infierno. Y aún entonces me llamas a través del golfo infranqueable que nos separa: " ¡Compañero! ¡Camarada!" Y te contesto: "¡Compañero! ¡Camarada!, porque no quiero que veas mi Infierno. Las llamas te cegarían, y el humo te ahogaría. Y me gusta mi Infierno; lo amo al grado de no dejar que lo visites. Prefiero estar solo en mi Infierno. Tu amas la Verdad, la Belleza y lo Justo, y yo, por complacerte, digo que está bien, y finjo amar estas cosas. Pero en el fondo de mi corazón me río de tu amor por estas entidades. Sin embargo, no te dejo ver mi risa: prefiero reír a solas. Amigo mío, eres bueno, discreto y sensato; es más: eres perfecto. Y yo, a mi vez, hablo contigo con sensatez y discreción, pero... estoy loco. Sólo que enmascaro mi locura. Prefiero estar loco, a solas. Amigo mío, tú no eres mi amigo. Pero, ¿cómo hacer que lo comprendas? Mi senda no es tu senda y, sin embargo, caminamos juntos, tomados de la mano.
Kahlil Gibran (El loco / Lágrimas y sonrisas)
las canciones no hablan de quien las ha compuesto y ni siquiera del que esta tocandolas sino de quien las escucha, de quien se reconocio en una de ellas nada mas descubrirla y se vio comprendido y explicado por la forma pura de la melodia, por esas palabras que ya le pertenecen incluso cuando solo las ha comprendido parcialemente.
Antonio Muñoz Molina (Ventanas de Manhattan)
Pensé para mí mismo que en la palma de mi mano había una cinta que contenía todos estos recuerdos y sentimientos, grandes alegrías y tristezas. Justo ahí, en la palma de mi mano. Y pensé en cuanta gente ha amado esas canciones, cómo mucha gente ha superado un montón de malos tiempos gracias a estas canciones, cómo mucha gente ha disfrutado de buenos tiempos con estas canciones y cuánto significan estas canciones en realidad. Pienso que sería genial haber escrito alguna de estas canciones. Apuesto que si yo escribiera uno de esos temas, estaría muy orgulloso. Espero que las personas que escribieron esas canciones sean felices. Y espero que sientan que es suficiente. De verdad lo espero, porque ellos me han hecho feliz. Y soy sólo una persona.
Stephen Chbosky (The Perks of Being a Wallflower)
—Jared, cariño, eres un maldito acertijo digno de Indiana Jones y Lara Croft unidos. Espero una respuesta, pero veo que se limita a esbozar una sonrisa medio perpleja. —¿Y bien? —pregunto, al ver que se ha quedado en silencio. —¿Me has llamado cariño? —pregunta, divertido. —¿Eh? —el frío abandona mi cuerpo cuando me pongo roja. —Me has llamado cariño —afirma, esta vez sonriendo más.
Joana Marcús (La última nota (Canciones para ella, #1))
Con los días contados, chaval, así vivimos todos. Esperando que nos tachen de la lista. Distrayendo la espera con tragos y canciones. No hay más. Puedes llorar o morirte de risa. Como prefieras.' - De copas con Ciorán
Karmelo C. Iribarren (Seguro que esta historia te suena: Poesía completa, 1985-2005)
Esta historia comienza, como casi todas las cosas, con una canción. Al principio sólo existían las palabras, y llegaron acompañadas de una melodía. Así es como se creó el mundo, como la nada fue dividida, como la tierra y el firmamento y los sueños, los dioses menores y los animales, todos ellos, tomaron forma corpórea. Fueron cantados. Los grandes animales cobraron vida también al ser cantados, una vez que el Cantante hubo creado los planetas, los montes, los árboles, los océanos y los animales más pequeños. Fueron cantados los abismos en los confines del mundo, y los paraísos, y también las tinieblas. Las canciones permanecen. Perduran. Una canción puede convertir en bufón a un emperador o derrocar dinastías. Seguirá viva mucho tiempo después de que los hechos que narra y sus protagonistas se hayan transformado en polvo y sueños, condenados al olvido. Tal es el poder de una canción.
Neil Gaiman (Anansi Boys)
Somos los amaneceres en la playa y el sonido del mar, somos las noches de estrellas en la terraza, las ganas de desnudarnos, nuestras canciones, el rojo del atardecer y todos los trazos que he hecho pensando en ti. Somos estas paredes que te rodean, lo que hemos vivido. Y también todo lo que está por llegar.
Alice Kellen (Todo lo que somos juntos (Deja que ocurra, #2))
Pero éramos demasiado jóvenes y no entendíamos nada de lo que es en realidad el amor. El amor no tiene que ver con manos deslizándose por piel desnuda y sudada, celos, discusiones que terminan con un beso apasionado, portazos, amenazas, soledades, reencuentros, cerrar los ojos al besar o seguir sintiendo que el cuerpo se convierte en algo efervescente si ella se recoge el pelo otra vez así, como te gusta. El amor no tiene que ver con nada de esto y a la vez está compuesto por todas estas pequeñas cosas y un millón de teselas más, un entramado de pequeños momentos, gestos, olores, sabores. Pero el amor, en mi humilde experiencia, es tenacidad, honestidad, compartir y un trabajo diario a jornada completa. Y ahí, en lo fundamental, Macarena y yo no funcionábamos
Elísabet Benavent (Fuimos canciones (Canciones y recuerdos, #1))
¿Qué fue primero: la música o la tristeza? ¿Me dio por escuchar música porque estaba triste? ¿O es que estaba triste porque escuchaba música? ¿No te convierten todos esos discos en una persona de tendencia melancólica? Hay quien se preocupa, y mucho, de que los niños pequeños jueguen con armas de fuego, de que los adolescentes vean vídeos en los que la violencia es moneda corriente; nos da miedo que esa esa especie de cultura de la violencia termine por tragárselos como si tal cosa. A nadie le preocupa en cambio que los niños escuchen miles, literalmente miles de canciones que tratan siempre de corazones destrozados, de rechazos y abandonos, de dolor, tristeza, pérdida. Las personas más desgraciadas que yo he conocido, románticamente hablando, son las que tienen un desarrollado gusto por la música pop. Y no sé si la música pop es la causante de esta infelicidad, pero sí tengo muy claro que han escuchado esas canciones infelices desde hace más tiempo del que llevan viviendo una vida más o menos infeliz. Así de claro.
Nick Hornby (High Fidelity)
¿Por qué hacemos esto? Si yo fuese inteligente, sabría la respuesta a esta pregunta. Creo que todo lo que hacemos lo hacemos porque es lo que más se acerca a continuar siendo niños. Porque ninguno de nosotros podía aceptar que lo de ser niños se había terminado, y queríamos seguir jugando. Queríamos disfraces y aventuras y fantasía y romance. Y esto era un sustitutivo decente: las chapas de hojalata, y el llavero dringui-li-drong, las canciones escandalosas, la ropa rasgada, los empujones por las esquinas, los cabellos de colores y el grupo. La panda. Los cuatro. Los Cuatro y el Misterio de las Duelistas. Tom Sawyer y Huckleberry Finn: Carnaval y yo, los dos allí, Dos Años de Vacaciones en nuestra propia miseria. ¿No es eso la adolescencia, después de todo? Un estiramiento inhumano y antinatural y dañino de la niñez. Un disparar los últimos cartuchos antes de ingresar en la vejez. Sólo que algunos cabezotas nos encariñamos con ella y, terminados los cartuchos, cargamos con la bayoneta, y luego, cuando ésta se rompió, fuimos a la carga con la culata, y luego con las manos, y luego con el culo y luego con los dientes. Con lo que hiciera falta. Sin aceptar la derrota, estúpidamente. El cuerpo de la gallina que sigue correteando tras el descabezamiento y aún no le ha llegado la información de que Ya No. Eh, Tú, Que Ya Está. La cola de lagartija, altamente desinformada de la situación actual. La cola de lagartija, enzarzada en una nueva victoria pírrica y quizás, seguro, inútil. Ahí, sobreviviendo sin futuro. Ahí, bailando. Bailar es lo que haces cuando aún no te has enterado de lo mal que están las cosas. O cuando ya te has enterado, pero quieres olvidarlo a toda costa, ¿no? Bailar para no llorar. Bailar para mantener alejada la marea de la tristeza. Si yo fuese inteligente, sabría todo esto. Pero no lo soy, y no lo sé.
Kiko Amat
Mirad: somos punks y skins, somos los chicos con botas, somos las ratas con botas, somos feos y pajeros y tiñosos, buscabullas y culoapretados, espitados y bocazas y chulos, botas sucias y caras brutas, los paquetes estrujados y las cabezas rapadas, rotos y descosidos en la ropa y en el alma, malas dentaduras y mal cutis, los peores empleos y barrios, somos la gente que no quieres conocer y venimos de los sitios adonde no quieres ir, nacidos para ser carn d’olla, nacidos para fracasar, el eslabón más bajo de la cadena alimenticia, pisando charcos en la ciudad podrida, carnaza de descampado y bóbila y calimocho, comiéndonos las consonantes y comiéndonos los mocos, expulsados y castigados, sin recreo pero también sin clase, sin clase de ningún tipo, esta noche hay un destroy, tienes-tienes-tienes y nosotros no tenemos nada, pero si tienes una lista negra ya nos puedes ir apuntando, si tienes una lista negra nosotros queremos estar en ella, meando por las calles, rompiendo los cristales, cantando las canciones que no salen en los libros. Los chicos con botas, bolsillos vacíos y cojones llenos, esas canciones son lo único que tenemos. Eso, y a nosotros mismos. Porque somos los chicos con botas, somos las ratas con botas, duros como clavos, a veces hay que agachar la cabeza para no romperse, y somos los irrompibles, somos la arrogancia original, borrachos y orgullosos, pisando cascos rotos, los culos contra la pared, sin futuro y sin modales, carne de cañón, Cornellà, Santako, L’Hospi, Bellvitge, Castefa, Viladecans, Gavà, Sant Boi, La Cope, feas las esquinas y más dura será la caída, cayendo, cayendo, siempre cayendo, cayendo y riendo, haciendo la conga en la cola del INEM, de aquellos polvos vinieron estos lodos, sólo que aquí polvos hemos visto pocos y el lodo nos llega ya hasta el cuello, de cara a la pared pero sin libros en las manos, no nos dio tiempo a querer ser alguien, nadie te cuenta nunca cómo se sale de aquí, ¿hay alguna manera de salir de aquí?, primero deletrea u-n-i-v-e-r-s-i-d-a-d si tienes huevos, oportunidades para estudiar una carrera es lo que no te van a dar (cantaban los Clash), esto es Todos Contra Todos pero nosotros estamos juntos, es lo único que tenemos. Las canciones, y a nosotros mismos. Caemos como piedras pero, mientras tanto, ¿echamos unas risas? Cayendo y riendo, es todo lo que nos queda. Nos vemos en la Casa de la Bomba a las diez en punto, como cada sábado, que esta noche hay un destroy. No tardes, no me jodas.
Kiko Amat (Rompepistas)
Dale a la gente concursos que puedan ganar recordando la letra de las canciones más populares, o los nombres de las capitales de Estado, o cuánto maíz produjo Iowa el año pasado. Atibórralos de datos no combustibles, lánzales encima tantos «hechos» que se sientan abrumados, pero totalmente al día en cuanto a información. Entonces, tendrán la sensación de que piensan, tendrán la impresión de que se mueven sin moverse. Y serán felices, porque los hechos de esta naturaleza no cambian. No les des ninguna materia delicada como Filosofía o Sociología para que empiecen a atar cabos. Por ese camino se encuentra la melancolía.
Ray Bradbury (Fahrenheit 451)
-¡Escucha! –exclamó-. Sé que es difícil de creer, pero si algo puede abrir las puertas de las mazmorras del Castillo de la Noche son las palabras de esta carta… y la lengua de Meggie. Ella es capaz de hacer que la tinta respire, Roxana, igual que tú con tus canciones. Su padre posee el mismo don. Si Cabeza de Víbora lo supiera seguramente lo habría ahorcado hace mucho tiempo. Las palabras con las que el padre de Meggie mató a Capricornio eran tan inofensivas como éstas. ¡Cómo lo miró Roxana! Con la misma incredulidad que antes, cada vez que Dedo Polvoriento había intentado explicarle su ausencia durante semanas. -¡Hablas de hechicería! –musitó ella. -No. Hablo de leer.
Cornelia Funke (Inkspell (Inkworld, #2))
Por lo tanto, para decirlo todo en dos palabras, los que hayan de cuidar de nuestro Estado vigilarán especialmente para que la educación se mantenga pura; y, sobre todo, para que no se haga ninguna innovación irregular ni en la gimnasia ni en la música; temiendo que, si algún poeta dice: Los cantos más nuevos que surgen de boca de los aedos son los que más agradan. No sea porque el poeta se refiere a canciones nuevas, sino a una manera nueva de cantar, y por lo mismo no deben aprobar semejantes innovaciones. No debe alabarse ni introducirse alteración ninguna de esta especie. En materia de música han de estar muy prevenidos para no admitir nada, porque corren el riesgo de perderlo todo, o como dice Damón, y yo soy en esto de su dictamen, no se puede tocar las reglas de la música sin conmover las leyes fundamentales del gobierno.
Plato (La República)
Dale a la gente concursos que puedan ganar recordando la letra de las canciones más populares, o los nombres de las capitales de estado o cuánto maíz produjo Iowa el año pasado. Atibórralo de datos no combustibles, lánzales encima tantos “hechos” que se sientan abrumados, pero totalmente al día en cuanto a información. Entonces, tendrán la sensación de que piensan, tendrán la impresión de que se mueven sin moverse. Y serán felices, porque los hechos de esta naturaleza no cambian. No les des ninguna materia delicada como filosofía o la sociología para que empiecen a atar cabos. Por ese camino, se encuentra la melancolía. Cualquier hombre que pueda desmontar un mural de televisión y volver a armarlo luego, y, en la actualidad, la mayoría de los hombres pueden hacerlo, es más feliz que cualquier otro que trate de medir, calibrar y sopesar el universo, que no puede ser medido ni sopesado sin que un hombre se sienta bestial y solitario. Lo sé, lo he intentado.
Ray Bradbury (Fahrenheit 451)
Esta es una de las historias que se cuentan de Anansi. Claro que todas las historias son de Anansi. Incluso ésta: Antaño —en los tiempos en que aún se oían las canciones que fueron cantando el mundo, cuando todavía estaban siendo cantados el firmamento, el arco iris y los océanos—, todos los animales querían tener historias que llevaran su nombre. En aquellos días, los animales —además de animales— eran personas y Anansi, la araña, los engañaba a todos, sobre todo al Tigre, porque quería que todas las historias llevaran su nombre. Los cuentos son como las arañas, tienen largas patas, y como las telarañas, que enredan a los hombres pero resultan preciosas cuando las ves bajo una hoja con el rocío de la mañana, y, del mismo modo que los hilos de una telaraña, están todos conectados uno a uno. ¿Qué decís? ¿Queréis saber si Anansi tenía el aspecto de una araña? Pues claro que sí, excepto cuando tenía el aspecto de un hombre. No, nunca cambiaba de forma. La cosa depende sólo de cómo cuentes el cuento. Eso es todo.
Neil Gaiman (Anansi Boys)
Podrías POR FAVOR dejar de aprecer de la nada y asustarme" Pagan "Normalmente no eres tan Irritable". Dank "Mantente fuera de mi habitación, Podría haber estado Desnuda". Pagan "¿Quieres que vuele lejos?. Eso es lindo". Dank "No queria ser Linda, pero parecia que ya no podía seguir enojada tampoco". Pagan "¿Su risa había causado este calor relajante en mi cuerpo?". Pagan "Estupido Tipo Muerto Parlante". Pagan "Pagan: ¿Has estado Observandome? Dank: Durante semanas, Pagan, Durante Semanas..." "No puedo decirte lo que soy, Ya he roto Demasiadas Reglas". Dank "Nunca he tenido Problema en dejar saber a una Chica que me interesa... Hasta Ahora". Leif "Siento el dolor de cada corazon que tomo". Cancion de Dank "La oscuridad me abraza, pero la luz aún dibuja mi alma Vacía". Canción de Dank "El vacío en el que solía usar dolor, para llenar el agujero ya no me controla, ya no me llama, Gracias a ti". Cancion de Dank "Dank Walker esta aqui. Como, en nuestra escuela. Como, Inscrito en nuestra escuela. ¿Puedes Creerlo?". Miranda "Dank Walker. El alma, Mi alma ¿Era Dank Walker, el Rockero? "El tipo parece que no puede apartar los ojos de ti, No es que lo pueda Culpar". Leif "Te necesito, Nunca dudes de mi necesidad por ti". Dank "Sabía que el rosa pálido te sentaría, la mayoría de las chicas no pueden llevarlo, pero en ti, es Perfecto". Dank "Tu eres lo único que mas quiero en el Mundo. Sin Embargo, lo único que no puedo Tener". Dank "Sin Embargo Te quedas, Aferrandote a mi, pero te Quedas". Canción de Dank. "Mi Primer sabor de el, hizo Girar mi Mundo". Pagan "Te he dado vida, cuando estaba en mis manos darte Muerte. Alejate de Mi". Cancion de Dank "Alejate de mi, antes de que colapse y te lleve conmigo". Canción de Dank. "Eres una chica Frustante. No eres como ninguna de las almas que he conocido". Dank "Yo no soy un hombre, Por lo que no tengo un Corazón, que ame como un ser humano lo hace". Dank "Tu eres mi existencia, Yo soy Tuyo". Dank "Eres Mía ahora, Mientras camines por la Tierra me perteneces, Nada puede hacerte Daño". Dank "Es practicamente imposible hacer daño a lo que La Muerte proteje". Dank
Abbi Glines (Existence (Existence, #1))
La letra de estas canciones se componía sin intervención humana en absoluto, valiéndose de un instrumento llamado «versificador». Pero la mujer la cantaba con tan buen oído que el horrible sonsonete se había convertido en unos sonidos casi agradables.
Anonymous
¿Te das cuenta de que en estas semanas, desde la llegada de Paul, hemos compuesto más canciones y hemos ensamblado más temas que en todo este año, desde que empezamos a tocar?
Jordi Sierra i Fabra (El joven Lennon)
Así que, sí, estaban escuchando canciones que conocían, pero también estaban descubriendo a esta joven
Pete Salgado (Su nombre era Dolores: La Jenn que yo conocí (Spanish Edition))
Cuando volví a verlo, cuando iniciamos esta segunda amistad que espero no terminará ya nunca, dejé de pensar en toda forma de ataque. Quedó resuelto que no le hablaría jamás de Inés ni del pasado y que, en silencio, yo mantendría todo aquello viviente dentro de mí. Nada más que esto hago, casi todas las tardes, frente a Roberto y las caras familiares del café. Mi odio se conservará cálido y nuevo mientras pueda seguir viviendo y escuchando a Roberto; nadie sabe de mi venganza, pero la vivo, gozosa y enfurecida, un día y otro. Hablo con él, sonrío, fumo, tomo café. Todo el tiempo pensando en Bob, en su pureza, su fe, en la audacia de sus pasados sueños. Pensando en el Bob que amaba la música, en el Bob que planeaba ennoblecer la vida de los hombres construyendo una ciudad de enceguecedora belleza para cinco millones de habitantes, a lo largo de la costa del río; el Bob que no podía mentir nunca; el Bob que proclamaba la lucha de los jóvenes contra los viejos, el Bob dueño del futuro y del mundo. Pensando minucioso y plácido en todo eso frente al hombre de dedos sucios de tabaco llamado Roberto, que lleva una vida grotesca, trabajando en cualquier hedionda oficina, casado con una mujer a quien nombra “mi señora”; el hombre que se pasa estos largos domingos hundido en el asiento del café, examinando diarios y jugando a las carreras por teléfono. Nadie amó a mujer alguna con la fuerza con que yo amo su ruindad, su definitiva manera de estar hundido en la sucia vida de los hombres. Nadie se arrobó de amor como yo lo hago ante sus fugaces sobresaltos, los proyectos sin convicción que un destruido y lejano Bob le dicta algunas veces y que sólo sirven para que mida con exactitud hasta donde está emporcado para siempre. No sé si nunca en el pasado he dado la bienvenida a Inés con tanta alegría y amor como diariamente le doy la bienvenida a Bob al tenebroso y maloliente mundo de los adultos. Es todavía un recién llegado y de vez en cuando sufre sus crisis de nostalgia. Lo he visto lloroso y borracho, insultándose y jurando el inminente regreso a los días de Bob. Puedo asegurar que entonces mi corazón desborda de amor y se hace sensible y cariñoso como el de una madre. En el fondo sé que no se irá nunca porque no tiene sitio donde ir; pero me hago delicado y paciente y trato de conformarlo. Como ese puñado de tierra natal, o esas fotografías de calles y monumentos, o las canciones que gustan traer consigo los inmigrantes, voy construyendo para él planes, creencias y mañanas distintos que tienen luz y el sabor del país de juventud de donde él llegó hace un tiempo. Y él acepta; protesta siempre para que yo redoble mis promesas, pero termina por decir que sí, acaba por muequear una sonrisa creyendo que algún día habrá de regresar al mundo de las horas de Bob y queda en paz en medio de sus treinta años, moviéndose sin disgusto ni tropiezo entre los cadáveres pavorosos de las antiguas ambiciones, las formas repulsivas de los sueños que se fueron gastando bajo la presión distraída y constante de tantos miles de pies inevitables.
Juan Carlos Onetti (Cuentos completos)
Tenzin meditaba. Pasó un par de horas en esta postura, dejando que las canciones desfilaran por la mente de su cuerpo cansado. La música sonaba a lamento, a anhelo de libertad; pertenecía a un pueblo diferente pero hablaba un lenguaje fácil de entender.
Ramon Villero (El nudo infinito)
A veces esta conciencia es sólo instintiva; el instinto de conservación que opera en el cuerpo y en el espíritu, y desde la resistencia luchamos contra la movida; hacemos deporte para estar sanos, casi todos lo hacemos —es la lucha contra el atronamiento físico—, cantamos hay quienes han compuesto canciones muy bonitas—, pintamos, escribimos, leemos; es la lucha contra los que pretenden negarnos la posibilidad de crear. Roberta Avendaño Martínez, Tita, delegada de la Facultad de Leyes ante el CNH.
Elena Poniatowska (La noche de Tlatelolco)
Usted pregunta, lo que está cantando en júbilo? Significa darse cuenta de que las palabras no son suficientes para expresar lo que estamos cantando en nuestros corazones. En la cosecha, en la viña, siempre que los hombres deben de trabajos forzados, que comenzará con canciones cuyas palabras expresar su alegría. Pero cuando su alegría se desborda y las palabras no son suficientes, abandonan incluso esta coherencia y la entregan a la gran sonido de canto. ¿Qué es este júbilo, esta canción exultante? Es la melodía que significa que nuestros corazones están llenos de sentimientos que las palabras no pueden expresar .. Y ¿a quién pertenece este júbilo más? Seguramente a Dios que es indecible?
Anonymous
Los rumores de disconformidad son como estas canciones en la radio que siempre llegan a número uno. Te aprendes la melodía al minuto uno y te empiezan a aburrir al minuto dos.
Melina Marchetta (On the Jellicoe Road)
La Identificación Al igual que nuestros hijos, nosotros también hemos librado grandes batallas en nuestra mente y el corazón. Lamentablemente, en la medida en que recibimos luz de parte de Dios, parece que olvidamos la oscuridad de la cual Él nos sacó y cómo fue Él quien nos ayudó a tener el balance en los diferentes aspectos de nuestras vidas. Muchos de nosotros hemos luchado con la inseguridad, la timidez, la falta de carácter, la negligencia, la pereza y tantas otras debilidades de las cuales muchas veces ni siquiera somos conscientes. Reconocerlo, debería producir en nosotros un sentimiento de misericordia hacia nuestros hijos, ya que ellos no son ajenos a estas debilidades. Nuestra tendencia general es a esperar que ellos no manifiesten dichas debilidades, y demandamos de ellos perfección, que debemos reconocer, nosotros mismos no tuvimos a su edad, ni siquiera tenemos en el tiempo presente. La frustración, en muchas ocasiones es manifestada a modo de rebeldía, aislamiento, tristeza o amargura. Es por eso que debemos procurar identificar el origen de las reacciones negativas de nuestros hijos, quienes pueden estar tratando infructuosamente de complacernos, cumpliendo con un estándar inalcanzable aún para nosotros. Pretender que nuestros hijos sean perfectos, solo los aleja de nosotros, pues ellos al ser incapaces de alcanzar nuestras expectativas, se sienten acusados y recriminados por no ser como desearíamos que fueran. Padres, especialmente los creyentes que hoy vivimos bajo un estándar moral distinto, vemos con dolor que ellos no vivan, ni piensen de la misma manera como hoy lo hacemos. Lo anterior describe con claridad cómo fue mi relación con mi hijo mayor por algunos años; el resultado; enemistad, separación, rebeldía e inclinación hacia lo malo. Un día mientras alababa a Dios por medio de canciones que no había escuchado antes, me sentí redargüido por una de ellas en la que reconocía mis propias debilidades; en ese momento me sentí tan identificado con mi hijo adolescente, quien ahora estaba cruzando por todos los conflictos internos que se suelen atravesar en esa edad. Recordaba que a esa misma edad yo había tenido las mismas luchas, los mismos temores y los mismos deseos de ser un buen muchacho, pero los resultados rara vez fueron coherentes con los deseos. Mi corazón se dolió y lloré mucho por él, y desde entonces empecé a experimentar misericordia en lugar de juicio. Ya mi mirada no se centró en sus errores sino en ayudarle a hallar el camino que lo libraría de ellos. Porque no tenemos un sumo sacerdote incapaz de compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que ha sido *tentado en todo de la misma manera que nosotros, aunque sin pecado. 16 Así que acerquémonos confiadamente al trono de la gracia para recibir misericordia y hallar la gracia que nos ayude en el momento que más la necesitemos. Hebreos 4:15-16 (RVR 1960)
Anonymous
El reducido espacio detrás del mostrador era para Tonet un paraíso. Recordaba con Neleta los tiempos de la infancia; le relataba sus aventuras de allá lejos, y cuando callaban sentía una dulce embriaguez (la misma de la noche en que se perdieron en la selva, pero más intensa, más ardiente) con la proximidad de aquel cuerpo cuyo calor parecía acariciarle á través de las ropas. Por las noches, después de cenar con Cañamél y BU mujer, Tonet sacaba de su barraca un acordeón, único equipaje que con los sombreros de jipijapa había traído de Cuba, y asombraba á todos los de la taberna con las lánguidas habaneras que hacía ganguear al instrumento. Cantaba guajiras de una poesía dulzona, en las que se hablaba de auras, arpas y corazones tiernos como la guayaba; y el acento meloso de cubano con que entonaba sus canciones hacía entornar los ojos á Neleta, echando el cuerpo atrás como para desahogar BU pecho, estremecido por ardorosa opresión. Al día siguiente de estas serenatas, Neleta, con loa ojos húmedos, seguía á Tonet en todas sas evoluciones por la taberna, de grupo en grupo. El Cubano adivinaba esta emoción. Habia so- ñado con él, ¿verdad? Lo mismo le había ocurrido & Tonet en su barraca. Toda la noche viéndola en la obscuridad, extendiendo sus manos como si realmente fuese á tocarla. Y después de esta mutua confesión quedaban tranquilos; seguros de una posesión moral de la que no se daban exacta cuenta; ciertos de que al fin hablan de ser uno del otro fatalmente, por más obstáculos que se levantasea entre los dos. En el pueblo no había que pensar en otra intimidad que las conversaciones de la taberna. Todo el Palmar los rodeaba durante el día, y Gaña mil, enfermizo y quejumbroso, no salía de casa. Algunas veces, conmovido por un relámpago pasajero de actividad, el tabernero silbaba á la Centella, una perra vieja de cabeza enorme, famosa en todo el lago por su olfato, y metiéndola en sm barquito iba á los carrizales más próximos para tirar á las pollas de agua. Pero á las pocas ho* ras volvía tosiendo, quejándose de la humedad^ con las piernas hinchadas como un elefante^ se- gún él decía; y no cesaba de gemir en un rincóni hasta que Neleta le hacía sorber algunas tazae de líquidos calientes, anudándole en cabeza y cuello varios pañuelos. Los ojos de Neleta iban hacia el Cubano con una expresión reveladora del desprecio que sentía por su marido.
Vicente Blasco Ibáñez (Cañas y barro)
Así se fabricó el folklore. Un musicólogo recogía canciones a las que vinculaba con culturas en extinción, les quitaba las partes complejas, alteraba su estructura para eliminar las formas asimétricas, prescindía de los instrumentos locales y las transcribía en una partitura para piano que se usaba en la clase escolar y en el espectáculo de ballet. Luego esta música, ya adaptada al gusto urbano y burgués, inserta en el mercado del entretenimiento de masas, componente del proyecto estético y moral de las élites conservadoras, desprovista de actores sociales e identidades históricas indeseables, pensada explícitamente como representación de otra cosa, volvía a los espacios que representaba y ocupaba el lugar de su representación.
Marcelo Pisarro (Pasajes sonoros: Escritos sobre música, volumen I)
Yo, contemporáneo consciente de las dos guerras más grandes que ha conocido la humanidad, las he vivido desde fuera. No pertenecía a ningún ejército, no podría haber estado nunca en uno ni lo estaré jamás. Me he opuesto a la guerra con todo el poder de mi alma, un alma fuerte y apasionada. Hacerla imposible para siempre es el objetivo confeso de mi vida, del que nada podrá disuadirme. Esta convicción, sin embargo, que impregna por completo a la persona, no sirve para facilitar la comprensión de la guerra desde dentro. Toda acusación desde fuera ha resultado inútil. Hombres mejores que yo han fracasado. Hay que tener la fuerza para introducirse en la boca y las fauces de la guerra y arrancarle las tripas sin piedad. Y quien sucumba al asco antes incluso de que abra su boca, que la evite y se dedique a cantar canciones. Oh, a mí también me habría gustado cantar, y muy lejos está de mí despreciar a quienes se han entregado a ello. Sin embargo, he decidido arrostrar la guerra y la muerte sin matar yo mismo, he decidido destruir su hechizo, echar a sus sacerdotes y colmar a los hombres con aquello que podrían ser sin guerra y sin muerte. Todo cuanto he intentado hasta ahora han sido los preparativos para ese único instante decisivo. Su boca se ha abierto para mí, mi puño ya está dentro. No debo retirarlo hasta agarrar sus tripas, hasta llegar al fondo.
Elias Canetti (Il libro contro la morte)
No hablamos del tiempo ni de sus arbitrariedades mientras avanzamos en la misma dirección. Ha estado buscando trabajo desde hace horas y el desánimo le surge feroz de sus ojos grises. Yo también le cuento una historia de abandonos y de calendarios inútiles. A ella no le importa que el agua se le meta por el cuello. -El mundo se va a acabar- me dice serenamente- pero quedarán algunos, los elegidos, ¿me entiénde? Yo no respondo, la invito a tomar un café, al lugar de Rosas. Ella acepta y sonríe triste. Me gustan sus ojeras y la tomo del brazo como si la conociera desde siempre. Hablamos durante horas y la lluvia no declina. Con el cuerpo tibio salimos a la calle, espero que se despida, retarda el momento, debe tener otras cosas que hacer, seguir buscando trabajo, o tomar el bus de vuelta. Me pregunta: ¿vamos al centro? Por primera vez, la hora no me preocupa. Le digo: sí. Caminamos lentamente por calles que yo conozco demasiado, algunas veces ella se detiene a mirar las vitrinas. Sin embargo ella no mira, sus ojos se pierden en un camino recto, interminable, atraviesan los maniquíes, como si quisieran ir más allá de todo. El viento me refresca cuando veo cómo una anciana busca desesperada un taxi, con un pedazo de papel protegiendo su cabeza. Después de una hora de peregrinación le propongo entrar a un hotel. No entiendo mi propia invitación, por qué no a mi casa, allí estaríamos a solas, sin interrupciones, además hace tiempo que ya no recibo visitas inesperadas. Pero, ¿por qué este querer estar solas?, sé que ella también lo siente, por eso nuevamente acepta, sin mirarme, aunque le adivine su sonrisa de pecados secretos. Es bella cuando se saca el abrigo de paño negro y su cuerpo se refleja mohoso en el espejo. Mi cabeza se asoma detrás de ella. La abrazo. Contemplamos esta escena por un tiempo suprimido. Ella no parece darse cuenta de su protagonismo y mira asombrada cómo yo le retiro el pelo húmedo de los hombros y lo ordeno hacia arriba, dejando libre su cuello, soplando despacio para darle más calor a sus orejas frías. Cierra los ojos y permite que le desabroche la blusa. Poco a poco va girando hasta encontrarnos en pechos que se rozan. Quiero que sus pezones aparezcan erectos y enormes. Los adorno de saliva. Sus pezones brillan rosados, ínfimos, como semillas de granada. Ella gime a medida que mi lengua baja hasta su ombligo. Se recuesta en la cama y abre sus piernas. Mi lengua desciende, ella se arquea, las caderas oscilan, me frena y susurra algo. La beso. Me busca los labios. Ciega cachorra. Oigo que cantan afuera, los hacen callar, siguen haciéndolo hasta que los cantos se pierden, luego, a lo lejos, oigo el ulular de una sirena. Ella se deja ir como en un baile antiguo. Me abraza y echa su cuerpo hacia atrás en un apuro que trato en vano de retener, hasta que grita estremecida por sueños desenfrenados. La elegida grita muriendo sobre mi. La elegida dormita con su cara pegada a mi clavícula. La elegida no se da cuenta de que por la claraboya del techo se descuelga la lluvia y que ya da igual este silencio de noche clausurada. La abrazo tratando de buscar calor en toda su humedad y espero que ella se despierte. II. Usted no quiso abrir sus ojos, y cuando lo hizo fue como despertar de un mal sueño, algo nuevo, incómodo quizás. ¿Habrá oído mis canciones? Sus manos buscan a tientas el espacio que yo he invadido. Silenciosa se toca el cuerpo, intentando reconocerse, se toca las piernas, el vellón triangular de su pubis. Pero sus manos siguen buscando lo que añora, en una nostalgia llena de casualidades. Ella me pregunta dónde estoy. Usted se refiere a un episodio de su vida, intenta contarme lo que ya sé, un encuentro casual entre dos mujeres. Tartamudea, se arregla la ropa, se alisa el pelo, se palpa las mejillas, sus palabras tropiezan y caen. ¿La volveré a ver? usted se esconde frente al espejo para no responder.
Lilian Elphick
Firmo este libro a sabiendas de que jamás tendré el valor de dártelo. Valor de ser cobarde, entiéndeme. No te mereces revivir aquello, pero… míranos aquí dentro: a mi tan chulo y tan dolido, tan sobrepasado. A ti tan… mujer de mi puta vida. Pero da igual cuanto fuimos porque seremos recuerdos… En nuestra mano esta que sean hermosos. Felices treinta. Si volvieras a nacer, ¿querrías volver a vivirlos?
Elísabet Benavent (Seremos recuerdos (Canciones y recuerdos, #2))
- ¿Cuánto durara esta vez? -le pregunte sin saber si me refería al olvido, a la esperanza o a nosotros. -Lo que duremos nosotros Maca. Esto es de por vida. Como un tatuaje. Como una cicatriz. Como el primer beso. Leo y yo éramos de por vida, pero ni siquiera en nuestra despedida supimos que éramos. Ni que seriamos.
Elísabet Benavent (Seremos recuerdos (Canciones y recuerdos, #2))
Y es que, como sucede con el azul de la distancia, la consecución y la llegada solo trasladan ese anhelo, no lo satisfacen, igual que cuando llegas a las montañas a las que te dirigías estas han dejado de ser azules y el azul ha pasado a teñir las que se encuentran detrás. Aquí se encuadra el misterio de por qué las tragedias son más hermosas que las comedias y por qué algunas canciones e historias tristes nos producen un inmenso placer. Siempre hay algo que está lejos.
Rebecca Solnit (Una guía sobre el arte de perderse)
—Entonces, ¿qué te parece esta excusa? Prefiero tocar canciones que divierten a mis amigos que complacer a quienes me juzgan basándose solo en habladurías.
Patrick Rothfuss (El temor de un hombre sabio (Crónica del asesino de reyes, #2))
Afortunadamente, los británicos, al retirarse, se encontraron en la región cubierta y abrupta del oeste de Reims, que favorecía la defensa en un combate en retirada. Por fortuna, la división 19 británica acababa también de llegar a Chalons, para descansar y recuperarse, y desde el cuarto día pudo apoyar a la línea británica. En aquel momento, la división 21 estaba prácticamente destruida y, para el 1 de junio, el conjunto de las cinco divisiones británicas era apenas equivalente a una sola completa. Todas las tropas se aguantaron como el mes anterior en el Lys, mientras eran exterminados batallones enteros y perecía gran parte de la artillería con sus cañones en el campo. Los campesinos franceses, en su ignorancia y terror, hicieron objeto a las tropas en retirada de demostraciones hostiles. Entretanto, sobre la izquierda británica, el golpe alemán había logrado la ruptura completa. El Estado Mayor del general Duchêne retardó tanto tiempo la destrucción de los puentes sobre el Aisne que la mayor parte de ellos cayeron intactos en manos del invasor. El 2 de junio, había caído Soissons, y los alemanes habían llegado al Marne en Château-Thierry. La sorpresa del Camino de las Damas Pierrefeu ha descrito el episodio siguiente en un pasaje emocionante. De pronto, las carreteras entre Provins y el frente hacia Meaux y hacia Coulommiers empezaron a llenarse de interminables columnas de americanos. La impresión que causó sobre los apurados franceses este torrente, al parecer inagotable, de brillante juventud en su primera plenitud de salud y de vigor, fue prodigiosa. Ninguno tenía menos de veinte años y muy pocos más de treinta. Cuando los vio pasar apretados en sus camiones, alborotando las carreteras, cantando a voz en grito las canciones de un mundo nuevo y ansiosos de llegar al campo de batalla, el Cuartel General francés se sintió estremecido por la impulsión de una nueva vida. «Todos sintieron —dice— que estaban presenciando la operación mágica de una transfusión de sangre. Llegaba la vida a torrentes para reanimar el cuerpo exhausto de una Francia desangrada por las innumerables heridas de cuatro años.» Y, realmente, esta imagen se ajusta a la realidad con una exactitud particular. A medio instruir, a medio organizar, solo con su valor, su número y su juventud magnífica junto a sus armas, iban a comprar la experiencia a un amargo precio. Pero estaban plenamente dispuestos a ello.
Winston S. Churchill (La crisis mundial. Su historia definitiva de la Primera Guerra mundial 1911-1918)
Individualmente, ninguna de estas canciones es popular, pero hay tantas que colectivamente representan un mercado sustancial.
Chris Anderson (La economía Long Tail)
Cantimplora es un catalanismo. Según explica Coromines en el Breve diccionario etimológico de la lengua castellana, procede de la expresión canta i plora:  Cantimplora < canta i plora (en catalán ‘canta y llora’) El nombre se basa, por tanto en una metáfora. Los hablantes que empezaron a utilizar esta denominación creyeron percibir una semejanza entre el ruido que hacía el líquido en el recipiente y el sonido, unas veces, de las canciones, y otras, del llanto. Detrás de esta metáfora, por tanto, está la personificación de un objeto inanimado.
Alberto Bustos (Palabras de bits, palabras de tinta (Blog de Lengua nº 1) (Spanish Edition))
Ilustra lo destacado Los puntos destacados toman los hechos y los utilizan para comunicar el impacto de una decisión. Por ejemplo, una etiqueta en una hamburguesa con queso que diga «si te la comes engordarás un cuarto de kilo» transmite una información más destacada que «calorías totales: 1.500». Más ejemplos: Coches: litros por cien kilómetros frente a coste anual de la gasolina. Calefacción: fijación del termostato en grados frente a gasto mensual en calefacción. iPod: gigabytes de capacidad de almacenaje frente a número de canciones y vídeos que el dispositivo puede guardar. Obras benéficas: cantidad de dinero frente al tiempo que tu donativo servirá para alimentar a un niño. En todos estos casos, la primera información son tan sólo datos, y requieren alguna información adicional para adquirir significado. La segunda parte explica de inmediato un factor importante. Ponte en la piel de otra persona y pregúntate: «¿Me ayuda esta información a tomar una decisión?». Lo bueno de los aspectos destacados es que permiten a las personas tomar decisiones correctas y rápidas, de modo que ofrece este tipo de información a quienes tratas de cautivar.
Guy Kawasaki (El arte de cautivar: Cómo se cambian los corazones, las mentes y las acciones)
Alboroto en la calle. Carcajadas que llenan este sofocante aire estival. Imagino los ojos de los chicos de mi edad antes de salir de casa: encendidos, vivos y ansiosos ante la perspectiva de una noche divertida. Pasarán la velada en la playa entonando canciones acompañados por una guitarra; unos se apartarán del grupo, allí donde la oscuridad lo cubra todo, y se susurrarán palabras infinitas al oído. Otros, mañana, nadarán en el mar calentado por el sol matutino, misterioso, guardián de una vida marina desconocida. Vivirán y sabrán cómo administrar su vida. OK, de acuerdo, también yo respiro, biológicamente todo está en orden... Pero tengo miedo. Tengo miedo de salir de casa y encontrarme con miradas desconocidas. Lo sé, estoy en perenne conflicto conmigo misma: hay días en que estar con los demás me ayuda, lo necesito de manera imperiosa. Otros días lo único que puede satisfacerme es estar sola, completamente sola. Entonces echo desganadamente a mi gato de la cama, me tiendo boca arriba y pienso... Quizá hago sonar algún CD, casi siempre música clásica. Y me siento bien con la complicidad de la música y no necesito nada. Pero este alboroto me está destrozando, sé que esta noche alguien vivirá más que yo. Mientras, yo permaneceré en este cuarto escuchando el sonido de la vida; lo escucharé hasta que me abrace el sueño.
Melissa Panarello (100 Strokes of the Brush Before Bed)
Los ideales románticos de la mayoría de las canciones y películas nos transmiten la idea de que tenernos que encontrar nuestra media naranja: aquella persona única, en el mundo que nos complementará y nos completará. Esta expectativa pone una presión insoportable a la relación y no tiene en cuenta, que nadie puede completarnos, que lo que tenemos que hacer es acompañarnos en nuestros respectivos vacíos…
Gerard Coll-Planas (Dibujando el género)
No se puede construir una casa sin clavos en la madera. Si no quieres que un hombre se sienta políticamente desgraciado, no le enseñes dos aspectos de una misma cuestión, para preocuparle; enséñale sólo uno. O, mejor aún, no le des ninguno. Haz que olvide que existe una cosa llamada guerra. Si el Gobierno es poco eficiente, excesivamente intelectual o aficionado a aumentar los impuestos, mejor es que sea todo eso que no que la gente se preocupe por ello. Tranquilidad, Montag. Dale a la gente concursos que puedan ganar recordando la letras de las canciones más populares, o los nombres de las capitales del Estado, o cuánto maíz produjo Iowa el año pasado. Atibórralos de datos no combustibles, lánzales encima tantos "hechos" que se sientan abrumados, pero totalmente al día en cuanto a información. Entonces, tendrán la sensación de que piensan, tendrán la sensación de que se mueven sin moverse. Y serán felices, porque los hechos de esta naturaleza no cambian. No les des ninguna materia delicada como Filosofía o Sociología para que empiecen a atar cabos. Por ese camino se encuentra la melancolía. Cualquier hombre que pueda desmontar un mural de televisión y volver a armarlo luego, y, en la actualidad, la mayoría de los hombres pueden hacerlo, es más feliz que cualquier otro que trata de medir, calibrar y sopesar el Universo, que no puede ser medido ni sopesado sin que un hombre se sienta bestial y solitario.Lo sé, lo he intentado. ¡Al diablo con ello! Así, pues, adelante con los clubs y las fiestas, los acróbatas y los prestidigitadores, los coches a reacción, las bicicletas helicópteros, el sexo y las drogas, más de todo lo que esté relacionado con los reflejos automáticos. Si el drama es malo, si la película no dice nada, si la comedia carece de sentido, dame una inyección de teramina. Me parecerá que reacciono con la obra, cuando sólo se trata de una reacción táctil a las vibraciones. Pero no me importa. Prefiero un entretenimiento completo.
Ray Bradbury (Fahrenheit 451)
con fluidez y evitar esta frustración? Te propongo un método que incluye solo tres pasos:  1. Enfoca 2. Escribe sin juzgar 3. Corrige
Jorge Carrascosa (Escribe letras de canciones que atrapen: Técnicas eficaces de songwriting y lyric writing para componer la letra de tu canción desde cero, mejorarla y llegar a tu público (Spanish Edition))
No hay nada con lo que limpiarse la sangre, solo la piedra y dos cuerpos desnudos. Yo no soy así, yo no quiero ser así. Quiero ser padre, marido, bailarín. Que me dejen cavar la tierra. Que me dejen cantar las canciones de mi pueblo y brincar, rodar y correr por las paredes. Nunca cantaría la canción prohibida. Trabajaría. Me doblegaría. Que me dejen limpiarme la tierra de las manos en vez de esta sangre. Solo quiero vivir con mi familia. Éramos lo suficientemente felices. La libertad es demasiado cara. Pero Eo no estaba de acuerdo. Eo, maldita sea.
Pierce Brown (Amanecer rojo (Amanecer rojo, #1))